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Tarea de Derecho Laboral

La Constitución de 1979 contiene un capítulo dedicado a los derechos laborales y reconoce amplios derechos como la estabilidad laboral y la negociación colectiva. Estos derechos generaron debates durante su redacción. La Constitución de 1993 tuvo un enfoque más liberal en materia laboral.
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Tarea de Derecho Laboral

La Constitución de 1979 contiene un capítulo dedicado a los derechos laborales y reconoce amplios derechos como la estabilidad laboral y la negociación colectiva. Estos derechos generaron debates durante su redacción. La Constitución de 1993 tuvo un enfoque más liberal en materia laboral.
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Tarea de Derecho Laboral:

1. Diferencias entre las constituciones de 1979 con la de 1993 en material laboral.


2. Artículo 25: Faltas graves

1. DIFERENCIAS ENTRE LA CONSTITUCIÓN DE 1979 CON LA DE 1993


EN MATERIAL LABORAL.
DERECHOS LABORALES EN ÉSTAS CONSTITUCIONES:
En la Asamblea Constituyente que inició sus funciones el 28 de julio de 1978 (bajo la
presidencia de Víctor Raúl Haya de la Torre), culminando la redacción del texto
constitucional el 13 de julio de 1979. La nueva Carta entraría en vigencia el 28 de julio
de 1980, conjuntamente con la proclamación de Fernando Belaúnde Terry como
Presidente de la República. La Asamblea resultó pues, un grupo democrático formado por
apristas, conservadores sociales cristianos e izquierdistas, que da origen a un texto
extenso y reglamentarista para lograr los respectivos consensos. Pese a ello, durante sus
doce años de vigencia, "la Constituyente de 1979 disfrutó de un sólido reconocimiento a
las bondades de su texto", contribuyendo a ello justamente el hecho de haber sido
elaborada en base al consenso. En relación a los derechos laborales, la Constitución de
1979 tiene una amplio y estructurado contenido.
A diferencia de sus predecesoras, contiene un capítulo enteramente dedicado a la
regulación del trabajo. En efecto, el artículo V del Título I de la Constitución
(denominado "Derechos y Deberes Fundamentales de la Persona") consta de dieciséis
artículos dedicados a los derechos laborales de las personas. Sobre el particular,
TOYAMA MIYAGUSUKU ha señalado que, "cuantitativa y cualitativamente, nos
encontramos ante la Constitución que mejor abordó el tema laboral-aunque ello no exime
de tener observaciones y críticas- que trató sin reparos los derechos laborales de los
trabajadores, que otorgó un acá pite especial al tema del trabajo y lo realizó con
sistemática". La regulación empieza con el artículo, el cual reconoce al trabajo como
fuente principal de la riqueza, consagrándolo como un derecho y un deber social.
Establece la obligación del Estado de promover la eliminación de la pobreza y proteger a
las personas del desempleo o subempleo. Prohíbe cualquier condición que impida el
ejercicio de los derechos constitucionales o que desconozca o rebaje la dignidad de los
trabajadores. Reconoce la libertad de trabajo y el derecho a la retribución por los servicios
prestados (artículo 42).
De otro lado, el artículo 43 reconoce el derecho de los trabajadores a una remuneración
justa, a una igual remuneración por un igual trabajo y a una remuneración mínima vital
(reajustable por el Estado con participación de empleadores y trabajadores),
encomendando a la ley la organización de un sistema de asignaciones familiares a favor
de los trabajadores con familia numerosa. Por su parte, el artículo 44° regula la jornada
máxima de trabajo (ocho horas diarias o cuarenta y ocho semanales) y el pago
extraordinario por trabajo en sobretiempo. Encomienda a la ley regular el trabajo
nocturno, en condiciones insalubres o peligrosas, y el trabajo de la mujer y el menor.
Consagra el derecho a descanso remunerado, vacaciones, compensación por tiempo de
servicios, gratificaciones, bonificaciones y demás derechos que establezca la ley o el
convenio colectivo. Asimismo, el artículo 45° encomienda a la ley el establecer las
medidas de protección a la madre trabajadora; el artículo 46° establece la obligación del
Estado de estimular el adelanto cultural, la formación profesional y el perfeccionamiento
técnico de los trabajadores; mientras que el artículo 47° reconoce la obligación estatal de
dictar medidas de higiene y seguridad en el trabajo. El artículo 48° contiene una de las
novedades más trascendentales y polémicas de la Constitución al consagrar el derecho a
la estabilidad en el trabajo. Igualmente, novedoso resulta el artículo 49° que establece el
carácter preferente de las remuneraciones y beneficios sociales de los trabajadores frente
a otras obligaciones del empleador, así como un plazo prescriptorio de quince años para
reclamar dichos conceptos. Otra importante novedad es la consagración constitucional de
los derechos laborales colectivos. En efecto, el artículo 51° reconoce el derecho a la
sindicalización (que, según el artículo 52° se extiende incluso a los trabajadores no
dependientes), el artículo 54" el derecho a la negociación colectiva (con referencia
expresa al carácter de ley del convenio colectivo), y el artículo 55° el derecho a la huelga.
Es destacable también el reconocimiento a los trabajadores a domicilio de una situación
análoga a los demás trabajadores, contenido en el artículo 50°; la obligación del Estado
de propiciar un Banco de Trabajadores, contenida en el artículo 53"; y el derecho de los
trabajadores a participar de la gestión, las utilidades y la propiedad de la empresa,
contenido en el artículo 56°.
Finalmente, y por primera vez, se consagran a nivel constitucional los principios del
derecho del trabajo. En efecto, el artículo 57° está referido a los principios de
irrenunciabilidad de derechos laborales y al principio de in dubio pro operario. La
elaboración del texto constitucional se encuentra influenciada por el espíritu del derecho
internacional laboral, nacido con la Constitución de la Organización Internacional del
Trabajo, y reafirmado por las declaraciones de derechos humanos dictadas tras la
culminación de la Segunda Guerra Mundial (Declaración Universal de Derechos y Pacto
Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales). Ello se evidencia en la
Exposición de Motivos de la Ponencia de la Comisión Especial N° 12, encargada de
elaborar un proyecto del capítulo sobre Trabajo y Derechos Sindicales. En ella se señala
que "el documento contiene principios y preceptos por parte de los señores representantes
que integran la Comisión, y en la elaboración ha tenido en cuenta la Carta Política de
1933, los precedentes constitucionales de países con realidades similares a la nuestra en
especial de América Latina, los textos normativos de la Organización Internacional del
Trabajo, los ideales consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos y los
Pactos de las Naciones Unidas, en materia de derechos sociales".
Además, se recogen en la elaboración de la carta los lineamientos de las constituciones
sociales nacidas tras la Primera Guerra Mundial. Por ello la Comisión Especial señala que
"la ponencia se inspira en las concepciones del constitucionalismo social, que en América
Latina tienen larga tradición, que se inicia con la Constitución Mexicana de Querétaro de
1979". Ahora bien, en los debates previos a su proclamación se evidencia un complicado
proceso de revisión, originado en la búsqueda del consenso y la inexistencia de un
proyecto integral de constitución. Uno de los principales temas discutidos fue el
relacionado a la estabilidad laboral. Dicho derecho estaba contenido en el proyecto
elaborado por la Comisión Especial (artículo 9°), lo que ocasionó que los miembros de la
Comisión pertenecientes al Partido Popular Cristiano se apartaran de tal proyecto y
presentaran su reserva con relación a este punto, exigiendo que "debe declararse que la
reposición en el empleo puede ser reemplazada por una indemnización cuya justificación
y cuantía señalará el Juez". Sobre el particular, ha quedado registrada la intervención del
congresista Alayza Grundy en la Sesión del lunes 12 de marzo de 1979, cuando solicitó
que se agregara al artículo propuesto la posibilidad de despedir a un trabajador por una
indemnización apropiada, sosteniendo que "hay veces en que la relación laboral ha
quedado tan profundamente deteriorada que es prácticamente imposible cumplirla", a lo
cual el congresista Biaggi respondió que "el texto tal como está concebido toma principios
generales, las particularidades del caso concreto, casi específico. En nuestra opinión
quedaría reservado a la ley, y no para el texto constitucional".
El tema es reabierto en la Sesión del 23 de abril de 1979, cuando el congresista Ramírez
del Villar declara que "somos contrarios a la estabilidad laboral, somos partidarios de la
estabilidad relativa. Primero porque la estabilidad absoluta ha demostrado que es negativa
para los trabajadores, que bien puede garantizar a los que están actualmente en el trabajo
y cierra las puertas y posibilidades de nuevos trabajos. Segundo, no hay razón alguna para
que se establezca un vínculo que es totalmente indisoluble. Decía yo, si el matrimonio no
lo es, ¿cómo lo va a ser la relación laboral? Además, hay una serie de relaciones que son
imposibles de mantener: cargo de confianza, servicio doméstico, etcétera, que no puede
englobarse dentro de una estabilidad absoluta".
Lo manifestado por el congresista Ramírez del Villar nos muestra objeciones a la
estabilidad laboral que aún hoy, un cuarto de siglo más tarde, son sostenidas por los que
cuestionan tal derecho. En todo caso, en ese momento el pedido no prosperó. Otro tema
interesante fue la propuesta del congresista Aramburú para que se modifique la referencia
a una "jornada máxima legal", por cuanto ella podría llevar a dar por prohibido el trabajo
en sobretiempo, lo que fue solucionado en la Sesión del 15 de marzo de 1979, con la
inclusión, a propuesta del congresista Cruzado, del término "ordinaria" para hablar de la
jornada máxima legal 48 (al final el texto se referiría simplemente a "jornada ordinaria").
También es rescatable la referencia al Pacto de los Derechos Económicos, Sociales y
Políticos para determinar el texto del artículo que reconocía el derecho a huelga. Al
respecto, el congresista Aramburú, en la misma Sesión del 15 de marzo de 1979, señaló
que el texto propuesto era "el artículo 8° del Pacto de Derechos Económicos". Sobre este
mismo derecho se destaca el pedido del Partido Popular Cristiano para que se revise el
carácter general de la disposición, en tanto "el derecho de huelga no puede ser otorgado
a todos los trabajadores públicos", pedido que no fue amparado. El Partido Popular
Cristiano exigió también se precise que las convenciones colectivas tienen fuerza de ley
entre las partes "porque la norma jurídica general es supletoria", lo que finalmente sería
aceptado y agregado al texto final de la Constitución. Dos asuntos también destacables.
El primero, el pedido del congresista Delgado (Sesión del 22 de enero de 1979) sobre la
inclusión del término "igualdad de trato" en lugar de sólo "igualdad", en el artículo
referido al derecho del trabajo, "a fin de que sea de una comprensión inequívoca para los
efectos de la elaboración de leyes", solicitud que fue aceptada, modificándose el citado
artículo.
El segundo, la propuesta del congresista Valle Riestra (en la misma sesión) sobre la
eliminación de la referencia a "calidad y cantidad" e "igual valor" en el artículo referido
a una remuneración justa y proporcional al trabajo realizado, debido a que las mismas
podrían haber llevado a interpretar que se estaba "consagrando una protección
constitucional al trabajo a destajo", propuesta que también fue amparada.
Finalmente, debemos hacer referencia a la propuesta del congresista Ledesma de que se
consagre la imprescriptibilidad de los derechos laborales, debido a que "la experiencia
nos da muchas razones para apoyar esta tesis, porque en los juzgados se ha declarado que
el trabajador perdió la oportunidad para reclamar y la prescripción que se antepone (...)
es la del Código Civil". Como alternativa a tal pedido, el congresista Alayza Grundy
propuso que se estableciera un plazo prescriptorio de quince años, sosteniendo que "si es
una acción personal, démosle el mismo plazo de prescripción de la acción personal de
cobranza que son quince años; me parece que se homologa el derecho, no se crean
situaciones especiales y es un plazo bastante amplio".
Esta sería finalmente la opción tomada, rechazándose así la propuesta del congresista
Cornejo Chávez, respaldada por el congresista Negreiros, de que el plazo sea de treinta
años. Las opiniones sobre el contenido laboral de la Constitución de 1979 han estado
siempre divididas.
Así, por ejemplo, frente a lo señalado por TOYAMA MIYAGUSUKU, para PASCO
COSMÓPOLIS "si algo habría que criticarle a la Constitución de 1979 es precisamente
su falta de ponderación en materia principista, porque al lado de enunciados tan
trascendentales como los de irrenunciabilidad e in dubio pro operario, colocaba temas
triviales como las bonificaciones o el Banco de los Trabajadores, lo cual rebajaba la
importancia de aquéllos. Asimismo, un exceso de abstracción en los conceptos dio paso
a muchas interpretaciones extensivas, que a lo único que condujeron fue a la proliferación
de acciones de amparo por presunta violación de los mismos".
Sin embargo, lo cierto, es que, a nuestro entender, y sin perjuicio de los cuestionamientos
que pueden realizarse a su contenido, la Constitución de 1979, en materia laboral,
contenía un reconocimiento amplio y sistemático del trabajo, así como de las relaciones
que se pueden constituir en función a éste. La Constitución de 1993 fue promulgada tras
el autogolpe de Alberto Fujimori. Si bien la Constitución de 1979 había sido cuestionada
en lo referido a la regulación sobre la Estructura del Estado (planteándose varios
proyectos de reforma), a inicios de los años noventa "no existía un clima de rechazo a la
Constitución de 1979 e insurgencia popular contra ella".
Pese a esto, y con la finalidad de lograr el desarrollo de un nuevo orden interno, Alberto
Fujimori convocó a un Congreso Constituyente Democrático, el cual elaboró la
Constitución y la sometió a un Referéndum Nacional, el mismo que fue realizado el 31
de octubre de 1993. Tras su aceptación popular, la Constitución fue promulgada, entrando
en vigencia el30 de diciembre del mismo año. Sobre el proceso de elaboración de la
Constitución, TOYAMA MIYAGUSUKU señala que "los debates en el eco no tuvieron
el nivel de discusión y de debate que alcanzó la Asamblea Constituyente de 1979.
Prácticamente, salvo algunos temas, la versión final de la Constitución fue la que propuso
la mayoría parlamentaria que tenía estrecha afinidad con el gobierno del Ing. Alberto
Fujimori, una Constitución que trajo consigo múltiples cambios y novedades con relación
a la Constitución precedente"59.
Si bien para autores como PASCO COSMÓPOLIS, "la nueva Constitución, supera la
gaseosa y superabundante proliferación de la anterior en esta materia", no cabe duda que
la Constitución de 1993 otorgó un reconocimiento a los derechos laborales más
restringido que el de su antecesora. En ese sentido, se destacan la eliminación de la
consagración expresa de la estabilidad laboral, de la referencia al trabajo nocturno y en
condiciones insalubres o peligrosas, y de la consagración de los derechos a compensación
por tiempo de servicios, gratificaciones, bonificaciones y participación en la gestión y
propiedad de la empresa. De esa manera, TOYAMA MIYAGUSUKU afirma que se
'"constitucionalizó' disposiciones legales preconstitucionales que eran cuestionadas por
oponerse a la Constitución de 1979". Además de ello, se eliminó el capítulo especial sobre
el trabajo, incluyendo a los derechos laborales en el capítulo referido a los derechos
sociales y económicos, siendo además excluidos del Capítulo referido a los Derechos
Fundamentales, lo que técnicamente resultó un grave error, que felizmente no tuvo
efectos prácticos peyorativos.
Así pues, el artículo 22o de la Constitución de 1993 consagra el derecho al trabajo como
un deber y un derecho, además de ser base del bienestar social y un medio de realización
de la persona. En esa misma línea, el artículo 23° declara como obligación del Estado la
protección especial de la madre, el menor de edad y la persona con discapacidad que
trabaja, así como la obligación de promover condiciones adecuadas para el progreso
social y económico. Además, se prohíbe la limitación de los derechos constitucionales y
la rebaja o el desconocimiento de la dignidad del trabajador. Asimismo, se consagra la
libertad de trabajo. Por su parte, el artículo 24° reconoce el derecho a una remuneración
equitativa y suficiente, declarando la prioridad del pago de la remuneración y los
beneficios sociales sobre cualquier otra obligación del empleador, y estableciendo la
regulación de las remuneraciones mínimas por parte del Estado con participación de las
organizaciones de trabajadores y empleadores.
De otro lado, el artículo 25° establece la jornada máxima de trabajo (ocho horas diarias o
cuarenta y ocho semanales) y el derecho de los trabajadores a gozar de descanso anual y
semanal remunerado. El artículo 26° consagra los principios de irrenunciabilidad de
derechos laborales e in dubio pro operario, agregando a los mismos el derecho a igualdad
de oportunidades sin discriminación en el empleo. En lugar de la estabilidad laboral,
consagrada expresamente en la Constitución de 1979, el artículo 27° de la Constitución
de 1993 establece la obligación de la ley de otorgar al trabajador una adecuada protección
contra el despido arbitrario. En relación a los derechos laborales colectivos, el
reconocimiento de los mismos se unificó en el artículo 28°, con una cierta gradualidad al
señalar que garantiza la libertad sindical, ¡fomenta la negociación colectiva y regula el
derecho de huelga.
El mismo artículo consagra la fuerza vinculante de la convención colectiva y la
promoción de las formas de solución pacífica de los conflictos laborales. Finalmente, el
artículo 29° reconoce el derecho de los trabajadores a participar en las utilidades de la
empresa y la obligación del Estado de promover otras formas de participación. Los
debates sobre el contenido laboral de la Constitución de 1993 se centraron en la
eliminación de la estabilidad laboral y de la participación en la gestión y la propiedad que
había materializado el proyecto del Capítulo referido a los Derechos Sociales y
Económicos. Debe resaltarse la oposición a la eliminación de la estabilidad laboral por
parte del congresista Velásquez Gonzáles cuando, en la Sesión del Pleno del 08 de julio
de 1993, señaló que "la estabilidad laboral no es una traba para la inversión del capital
privado nacional o extranjero, más bien debería ser reglamentada para que se convierta
en una facilidad para dar trabajo". A lo expuesto por Velásquez Gonzáles, el congresista
Paredes Cueva manifestó que "durante los 30 o 35 años que tengo de experiencia
empresarial he podido observar que la estabilidad de trabajo, fruto del paternalismo, sólo
ha logrado una masa trabajadora no competitiva".
Ante tal defensa, la reacción de la oposición no se hizo esperar. Primero con García
Mundana, quién considera que con el proyecto "se conculcan derechos adquiridos de los
trabajadores y no se hacen definiciones claras que permitan conciliar lo que es prioritario
para el país, es decir, que podamos, a través de la Constitución Política, dar el marco
adecuado para inversión" y agrega además que "hay que buscar un equilibrio entre la
prioridad que tiene el Perú de hoy, que es la generación de empleo, y la protección del
trabajador frente al abuso del que puede ser víctima".
Por su parte, el congresista Olivera Vera empezó su participación en la discusión haciendo
referencia a la eliminación de la referencia al trabajo como fuente de riqueza contenida
en la Constitución de 1979, lo que a su entender debió "reafirmarse, porque si queremos
apostar por una economía productiva, y no por una economía especulativa, tenemos que
partir de esta definición: 'El trabajo, MICHAEL VIDAL SALAZAR fuente principal de
riqueza'.
Con relación a la eliminación de la estabilidad laboral, sostiene que ello se debe a
compromisos con el Fondo Monetario Internacional declarando que "el Perú y la clase
laboral ya están notificados. Habrá más despidos, habrá más miseria, habrá más
desesperanza. ¿Y quiénes serán los culpables? Los que realmente se someten a los
designios del Fondo Monetario Internacional". La posición de crítica fue además
sostenida por el congresista Pease García quien calificó a la propuesta como" el más
grande atropello contra los trabajadores y la más clara y neta reducción de sus derechos".
A ello agrega una crítica a la eliminación de la participación en la gestión y la propiedad
de la empresa, señalando que, junto a la eliminación de la estabilidad laboral, lleva a
considerar a los trabajadores como una mercancía, lo cual "a lo único que conduce es a
consagrar las peores condiciones de injusticia social". En relación estrictamente a la
eliminación de la estabilidad laboral, indica que "esa norma se dio aquí porque justamente
no estamos ni en Europa ni en Estados Unidos; allá es posible despedir y que el despedido
obtenga fácilmente un nuevo trabajo". La defensa de la propuesta la realizaron la
congresista Flores Nano y el congresista Chirinos Soto. En relación a la estabilidad, la
primera señaló que "no está en nuestro ánimo (...) entender que el puesto de trabajo es
una propiedad inamovible; no ese el sentido de la propiedad”.
Por su parte, Chirinos Soto, tras oponerse al derecho antes citado, defendió la regulación
de la participación de los trabajadores, señalando que la propuesta "deja el camino abierto,
me parece que de una manera inteligente y sagaz" a otras formas de participación.
Finalmente, es importante resaltar lo sostenido por el congresista Donayre Lozano, quien
señaló que "no es posible que el empresario busque retirar el apoyo de la estabilidad
laboral a sus trabajadores. Todo empresario debe entender que, si un trabajador no está
garantizado con esa estabilidad, no puede trabajar a conciencia".
Pese a los argumentos expuestos, la propuesta del articulado sobre derechos laborales se
mantuvo y forma actualmente parte de la Constitución vigente, cuyo contenido laboral ha
tenido como efecto lo que es considerado como la flexibilización de la regulación de las
relaciones laborales.
ESQUEMA COMPARATIVO:
CONCLUSIONES:
 La Constitución de 1979 es la de contenido más amplio en materia laboral. A la
influencia de las Constituciones sociales, se sumó la promulgación de normas
internacionales sobre Derechos Humanos y Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Además, la pluralidad de
ideas políticas en la Asamblea Constituyente enriqueció la discusión sobre el
contenido de la nueva Carta Magna. El Estado reconoce el derecho de estabilidad
laboral.

 La Constitución de 1933 tiene un desarrollo importante del tema laboral,


influenciado en un grado mucho mayor que su antecesora por los movimientos
sociales mundiales, pero, además, el contenido laboral de ésta carta magna resultó
restrictivo con relación al de la Constitución anterior, caracterizándose por una
flexibilización del reconocimiento de los derechos laborales materia de debate
hasta el día de hoy. La ley otorga al trabajador protección contra despido
arbitrario.
2. ENUMERAR FALTAS GRAVES DEL ARTICULO 25 DEL D.S 728.

Artículo 25.- Falta grave es la infracción por el trabajador de los deberes esenciales que
emanan del contrato, de tal índole, que haga irrazonable la subsistencia de la relación.
Son faltas graves:
1.El incumplimiento de las obligaciones de trabajo que supone el quebrantamiento de la
buena fe laboral.
2. La reiterada resistencia a las órdenes relacionadas con las labores.
3. La reiterada paralización intempestiva de labores y
4. La inobservancia del Reglamento Interno de Trabajo o del Reglamento de Seguridad e
Higiene Industrial, aprobados o expedidos, según corresponda, por la autoridad
competente que revistan gravedad.
5. La reiterada paralización intempestiva de labores debe ser verificada fehacientemente
con el concurso de la Autoridad Administrativa de Trabajo, o en su defecto de la Policía
o de la Fiscalía si fuere el caso, quienes están obligadas, bajo responsabilidad a prestar el
apoyo necesario para la constatación de estos hechos, debiendo individualizarse en el acta
respectiva a los trabajadores que incurran en esta falta;
CONCORDANCIAS: Ley N° 30119, Art. 5 (Uso indebido de la licencia)
6. La disminución deliberada y reiterada en el rendimiento de las labores o del volumen
o de la calidad de producción, verificada fehacientemente o con el concurso de los
servicios inspectivos del Ministerio de Trabajo y Promoción Social, quien podrá solicitar
el apoyo del sector al que pertenece la empresa;
7. La apropiación consumada o frustrada de bienes o servicios del empleador o que se
encuentran bajo su custodia.
8. La retención o utilización indebidas de los mismos, en beneficio propio o de terceros,
con prescindencia de su valor;
9. El uso o entrega a terceros de información reservada del empleador.
10. La sustracción o utilización no autorizada de documentos de la empresa.
11. la información falsa al empleador con la intención de causarle perjuicio u obtener una
ventaja; y la competencia desleal;
12. La concurrencia reiterada en estado de embriaguez o bajo influencia de drogas o
sustancias estupefacientes, y aunque no sea reiterada cuando por la naturaleza de la
función o del trabajo revista excepcional gravedad. La autoridad policial prestara su
concurso para coadyuvar en la verificación de tales hechos.
13. La negativa del trabajador a someterse a la prueba correspondiente se considerará
como reconocimiento de dicho estado, lo que se hará constar en el atestado policial
respectivo.
14. Los actos de violencia, grave indisciplina, injuria y faltamiento de palabra verbal o
escrita en agravio del empleador, de sus representantes, del personal jerárquico o de otros
trabajadores, sea que se cometan dentro del centro de trabajo o fuera de él cuando los
hechos se deriven directamente de la relación laboral.
15. Los actos de extrema violencia tales como toma de rehenes o de locales podrán
adicionalmente ser denunciados ante la autoridad judicial competente;
16.El daño intencional a los edificios, instalaciones, obras, maquinarias, instrumentos,
documentación, materias primas y demás bienes de propiedad de la empresa o en posesión
de esta;
17. El abandono de trabajo por más de tres días consecutivos.
18. Las ausencias injustificadas por más de cinco días en un período de treinta días
calendario o más de quince días en un período de ciento ochenta días calendario, hayan
sido o no sancionadas disciplinariamente en cada caso, la impuntualidad reiterada, si ha
sido acusada por el empleador, siempre que se hayan aplicado sanciones disciplinarias
previas de amonestaciones escritas y suspensiones.
19. El hostigamiento sexual cometido por los representantes del empleador o quien ejerza
autoridad sobre el trabajador, así como el cometido por un trabajador cualquiera sea la
ubicación de la víctima del hostigamiento en la estructura jerárquica del centro de
trabajo.” (*)
(*) Literal adicionado la Primera-A Disposición Final y Complementaria de la Ley Nº
27942, publicada el 27 febrero 2003, la misma que fue adicionada por el Artículo 2 de la
Ley Nº 29430, publicada el 08 noviembre 2009.

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