Merismos Palabra de Dios

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El merismo es una figura retórica que consiste en indicar algo

enumerando sus partes o características. La palabra viene del griego


antiguo: "meros" = parte, de la cual "merismos": separación o
distribución, repartimiento, organización. En el estudio de la Biblia y
de la literatura semítica en general, el "merismo" significa expresar la
totalidad de algo indicando dos partes extremas y opuestas: por ejemplo
"cielo y tierra" para indicar el universo entero. En este caso "merismo"
tiene el mismo significado Que "expresión polar". Otros ejemplos bíblicos
son: "yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el Último, El Principio y el fin"
(ap 22: 13), "la noche y el día" (SAL 88: 2), "el bien y el mal "(Gn 3, 5), etc.
Recordemos que la Biblia nos dice: “Envió su palabra y los sanó, y los
libró de su ruina” Salmo 107:20, cuan poderosa es la palabra de Dios…

Los “merismos” de la palabra de Dios. Hebreos 4:12.

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda


espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las
coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones
del corazón”.

a) Como podemos ver la palabra de Dios genera vida y restaura nuestro


corazón. En Hebreos 4:12 se nos describe una acción especial de la
palabra de Dios en nuestro ser. Textualmente dice: “penetra hasta partir
el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos”.

b) Esta expresión es una clara referencia a las tres partes que componen
al ser humano: espíritu, alma y cuerpo (el cuerpo representado en las
coyunturas o articulaciones; y los tuétanos refiriéndose a la médula de
los huesos).

c) Entonces cuando nos exponemos a la poderosa palabra de Dios ella


hace un trabajo en todo nuestro ser, ella “penetra hasta partir” y la
palabra partir aquí se traduce del término griego “merismos”. Palabra
que además significa: separación, distribución. Esto nos enseña que la
palabra de Dios pone a cada una nuestras partes en su lugar original,
como Dios nos creó. Entonces el espíritu renacido gobierna el resto del
ser, alma y cuerpo.
d) Como podemos ver a la luz de la Biblia fuimos creados por Dios, y él
es espíritu. Entonces el orden de nuestro ser debe ser: espíritu, luego alma
y en tercer lugar al cuerpo. Pero en Hebreos 4:12 aparece en primer lugar
el alma, por eso dice: “hasta partir el alma y el espíritu…”, recordándonos
que a causa del pecado adánico perdimos el diseño original dado por
Dios.

e) Pero ahora en Cristo, por el Espíritu Santo y por la poderosa palabra


de Dios nuestro ser es restaurado a su condición original, a la imagen de
Aquel que nos creó, por eso dice la Escritura que somos transformados
de gloria en gloria en la misma imagen por el Espíritu del Señor.

f) Entonces la palabra de Dios como espada de doble filo


separa, distribuye y restaura en el orden correcto nuestro ser:
un espíritu renacido en Cristo que gobierna, un alma sujeta a
Dios, y un cuerpo que obedece la vida y diseño del
Creador.

g) La palabra de Dios además “discierne los pensamientos y las


intenciones del corazón” entonces ella se convierte en un poderoso
instrumento para juzgar lo correcto y lo incorrecto, por ella podemos
identificar lo que agrada o desagrada a Dios.

h) Ya que “Engañoso y perverso es el corazón más que todas las cosas” es


mediante la palabra de Dios que podemos discernir o juzgar lo más
escondido de nuestro corazón, y es así como caminaremos en la buena y
perfecta voluntad de Dios.

i) Por eso la palabra del Señor es un poderoso equipamiento para el


cristiano, el más interesado en que no se conozca la palabra de Dios es el
diablo. Él sabe que en la medida en que más te sumerjas en la palabra y
más la conozcas, más poderoso y eficiente en las manos de Dios serás.

Es fundamental creer la palabra de Dios, pues es así como


nuestro corazón halla verdadero reposo.

a) Los estados de ánimo reposan en nuestra alma, allí se asientan cosas


como el afán, la ansiedad, la angustia, la depresión, la preocupación, los
miedos, la ira, etc. Cuando nuestro ser es gobernado por el alma entonces
estos sentimientos aparecen afligiendo a la persona.
b) Cuando el espíritu es más fuerte que el alma, es decir ha sido nutrido
no sólo con la nueva vida en Cristo, sino con el alimento de la palabra de
Dios, entonces aunque el alma quiera rebelarse o generar un trastorno
en el ser humano, el espíritu tiene la capacidad de gobernar y fluir con la
naturaleza que Dios puso en él.

c) Hablamos de fluir en paz, en amor, en sabiduría, en fe, en


perseverancia, en gozo, es vivir confiados en la victoria, aunque
alrededor hallan dificultades, problemas y oposición. La persona está
segura y confiada en que por el poder de Dios vencerá y todo tendrá un
buen final.

d) Por la fe en el Señor y en sus promesas la persona sabe que a los que


amamos a Dios todas las cosas nos ayudan a bien, no es sólo una frase
bíblica, para la persona es una certeza en su espíritu de que Dios le
levantará por encima del obstáculo. La paz de Dios gobierna su corazón,
avanza confiado en la victoria, la persona no sólo entra sino que vive en
el reposo de Dios.

e) Reposar en la palabra es confiar en las promesas de Dios, es creer en


su cuidado y fidelidad, es caminar con Jesús sin cuestionar el camino. Es
rendir nuestra alma al Señor, es cuando podemos ver que la palabra de
Dios está haciendo esa poderosa labor en lo profundo de nuestro ser.

f) Cuando reposas en la palabra de Dios, ella se convierte en el más firme


cimiento de tus pies, y en el más poderoso escudo que protege tu mente y
tu corazón.

Conclusión: Los “merismos” (separación correcta del espíritu, alma y


cuerpo) que hace la poderosa palabra de Dios nos llevan a madurar, Dios
ejerce su gobierno en nuestro ser, y la persona vive y disfruta la
abundancia de las promesas hechas por el Señor, su corazón persevera
seguro y convencido de que avanza hacia el plan de Dios para su vida,
sabe que él tiene todas las cosas en su mano.

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