Pentecostalismo Latinoamericano III
Pentecostalismo Latinoamericano III
Pentecostalismo Latinoamericano III
Voces
del
Pentecostalismo
Latinoamericano III
Historia, teología, identidad
1
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
de la publicación
2
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Juan Sepúlveda
Heinrich Schäfer
Miguel Mansilla
Nury Concha
Byron Mazariegos
José A. Watanabe
Wilma Wells Davie
Cecilia Castillo
Jairo Cruz
Verónica Pérez
Editores
Daniel Chiquete
Luis Orellana
Consejo editorial
Daniel Chiquete
Cecilia Castillo
Luis Orellana
Bernardo Campos
Colección
Centenario del movimiento Pentecostal
Faltan datos
3
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
En Blanco
4
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Contenido
Presentación (Carmelo Álvarez) /
Prólogo (Comité Editorial) /
Introducción /
Protagonismo de Valparaíso en el avivamiento pentecostal chileno /
El escalamiento del conflicto y la cuestión de la fecha del nacimiento
del pentecostalismo chileno /
Introducción /
El Diablo como el Otro /
El Diablo en Chile /
El Diablo en el pentecostalismo chileno /
Promueve el cisma /
Produce la enfermedad /
Promueve la intolerancia /
Es antimesiánico /
5
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Introducción /
Vida Intra-muros /
APAC: Amando al Preso, Amando a Cristo /
La Iglesia Interna /
Conclusión /
Introducción /
Presupuestos hermenéuticos de la teología Pentecostal /
El carácter histórico-teológico de los escritos lucanos /
Factores crítico-hermenéuticos /
Lucas-Hechos como una sola obra histórica-literaria y teológica /
El problema de los precedentes bíblico-teológicos /
El carácter carismático de la pneumatología lucana /
La terminología carismática de la Septuaginta /
Los motivos carismáticos de la pneumatología del Antiguo
Testamento /
Acercamiento exegético-teológico a los fundamentos pentecostales /
La pneumatología peculiar de Lucas-Hechos /
La recurrencia del don de lenguas en Hechos: ¿Es fundamento de su
práctica? /
El lenguaje peculiar de Lucas /
La recurrencia del hablar en lenguas: ¿fundamenta el principio
pentecostal
clásico? /
¿Es pertinente el don de lenguas para la iglesia pentecostal de hoy? /
6
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Cuestiones estadísticas /
Propuesta para una revitalización del pentecostalismo /
A modo de introducción /
Marco teórico /
Construcción de un marco teórico general de la cosmovisión /
La legalidad psíquica pentecostal /
El proceso de aculturación de la cosmovisión pentecostal /
Proceso /
La asimilación de la cosmovisión de la cultura pentecostal /
Un ejemplo de construcción de la cosmovisión pentecostal laica peruana con
respecto a la acción social /
Nota previa /
Cosmovisión pentecostal /
Construcción de la cosmovisión pentecostal (aplicación de la semiótica) /
Conclusión /
Introducción /
Un modelo de la conversión evangélica: escuchar a los teólogos locales /
Tres teólogos latinoamericanos /
Implicaciones para el evangelismo /
Predicación y testimonio /
Evangelismo como solución de los problemas diarios /
Evangelismo como enfrentamiento con el mal /
Implicaciones para la conversión personal /
Tres historias de conversión /
Interpretando la conversión “al mundo” /
¿Una conversión adecuada? /
Implicaciones para el crecimiento de la iglesia en Argentina /
Reflexión sobre los que se apartan /
7
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Introducción /
Imágenes y espiritualidad de las mujeres /
Auto-imágenes de las mujeres pentecostales /
La percepción de su vida cotidiana /
La espiritualidad /
La mujer pentecostal es el pilar de su iglesia: otra posibilidad de
interpretación /
Actitud machista e interpretación literal de la Biblia: posible explicación de la
marginación de las mujeres en el culto pentecostal /
Émile Durkheim: creencias religiosas caracterizadas por sagrado / profano /
Profundización de las sospechas /
Introducción /
Dando voz a los sujetos invisibilizados /
Testimonios que cobran fuerza en el caminar /
Superación de los desafíos y las limitaciones /
Los desafíos y las limitaciones personales /
Los desafíos externos /
Rasgos de esperanza de visualización /
Las mujeres: Claves para el desarrollo pentecostal y social /
Nuestra religiosidad pentecostal /
Conclusión /
8
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Presentación
El movimiento Pentecostal moderno que sacudió al cristianismo
mundial en la primera década del siglo XX ha sido una fuerza renovadora, a
veces arrolladora, dentro de aquel cristianismo. Los prejuiciosos y las
críticas, algunas de ellas extremas, han creado, en no pocas ocasiones, un
sentido de rechazo y marginación, particularmente hacia las iglesias
pentecostales. Algunas de las críticas insisten en que “los y las pentecostales
no tienen teología”. Algunos prejuicios apuntan al exagerado énfasis de las
iglesias pentecostales en la experiencia y el testimonio.
Ese panorama ya ha comenzado a cambiar dramáticamente, con
resultados muy prometedores. Existen sociedades de estudios pentecostales
en Estados Unidos y en Europa, con grupos de reflexión teológica al más alto
nivel en todos los continentes. En Latinoamérica y el Caribe hemos visto
como cientistas sociales se han avocado a estudiar con detenimiento y
seriedad al movimiento pentecostal. Atrás quedaron algunos de los rechazos
y los prejuicios. Pero todavía hay mucho camino por recorrer. Continuar en
ese proceso es la tarea que con disciplina y paciencia deben asumir pastores y
pastoras y teólogos y teólogas que reclaman sin reservas y con suma
integridad, ser pentecostales. De eso es que trata este libro.
Los trabajos de investigación incluidos en estos tomos, variados en
temática, con metodología y enfoque multidisciplinar, tienen un eje central de
consenso: tomar en serio al movimiento pentecostal. Algunos de los
escritores y escritoras son figuras reconocidas en el movimiento ecuménico y
en instituciones de educación teológica de América Latina y el Caribe,
Europa y Estados Unidos. Hay un número significativo de nuevas voces que
reclaman su espacio y oportunidad para “decir su palabra”. Y lo hacen con
integridad y gratitud. A esto hay que añadir la diversidad denominacional,
racial, cultural y de género que hay que admirar y destacar.
Los distintos aportes han sido sabiamente organizados en cinco
perspectivas: histórica, sociológica, bíblico-teológica, de género y
9
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Carmelo Álvarez
Chicago, IL
24 de octubre 2008
10
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Prólogo
12
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
13
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
14
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Capítulo 1
Perspectiva histórica
15
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
16
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Ensayo 1:
∗
Juan Sepúlveda
(Chile)
Valparaíso, cuna del
pentecostalismo chileno
Introducción
4
J. Sepúlveda, De peregrinos a ciudadanos. Breve historia del cristianismo
evangélico en Chile. Santiago: Fundación Konrad Adenauer; Facultad Evangélica de
Teología, 1999, 25s. y 39s.; M. Graham, Diario de mi residencia en Chile en 1822.
Santiago: Editorial del Pacífico, 1953, 49 y 62.
5
B. Bazley, Somos anglicanos. Santiago: Imprenta Editorial Interamericana, 1995,
177-217.
6
M. Covarrubias, Iglesia Anglicana de San Pablo, en: El Mercurio, Edición
Internacional, 14-20 de abril, 1994, 8.
7
F. Smith, Some Significant Aspects of the History of the Chile Mission, en: W.
Reginald Wheeler, editor, Modern Missions in Chile and Brazil. Philadelphia: The
Westminster Press, 1926, 112-151, aquí 121.
19
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
8
I. Paul, Un reformador yanqui en Chile. Vida y obra de David Trumbull. Santiago:
Iglesia Presbiteriana de Chile, 1995, passim.
9
W. Taylor, Ten Years of Self-supporting Missions in India. New York: Phillips and
Hunt, 1882, 66.
20
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
10
Para los antecedentes acerca de los inicios de la Iglesia Metodista de Valparaíso,
hemos seguido a F. Snow, Historiografía de la Iglesia Metodista de Chile: 1878-
1918. Concepción: Ediciones Metodistas, 1999, Tomo I, 21 y 252s.
11
R. Valenzuela, Breve historia de la Iglesia Metodista de Chile: 1878-1968.
Santiago: Ediciones Metodistas, 2000, 36, hace referencia a un intento anterior de
organizar una iglesia local en Valparaíso, entre 1890 y 1894, a cargo de Alberto
Vidaurre, mencionado como el primer chileno en servir como pastor de la naciente
Iglesia Metodista de Chile. Sin embargo, las fuentes recopiladas por Florrie Snow
establecen con claridad que Vidaurre pertenecía en ese entonces a la naciente Iglesia
Presbiteriana, y es en el nombre de esa iglesia que efectuó dicha labor inconclusa
21
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
15
De entre las distintas ediciones publicadas, hemos utilizado: W. C. Hoover,
Historia del avivamiento pentecostal en Chile. Valparaíso: Imprenta Excelsior, 1948.
Hoover cita cartas y notas de su propia autoría y de otras personas. Salvo
excepciones, no menciona los autores de tales cartas, por lo que no siempre es
posible distinguir acaso se está citando a sí mismo o a otra persona. A pesar que el
español fue su segundo idioma, la redacción del texto no fue revisada por los
editores, seguramente por respeto a su autoridad eclesiástica.
16
J. B. A. Kessler, A Study of the Older Protestant Missions and Churches in Peru
and Chile. Goes: Oosterbaan and Le Contre N.V., 1967, 108-133.
17
F. Snow, Historiografía de la Iglesia Metodista de Chile: 1878-1918, 252-
285.
18
W. C. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 13.
19
J. B. A. Kessler, A Study of the Older Protestant Missions and Churches in Peru
and Chile, 108.
23
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
20
Las fuentes citadas por Florrie Snow, fechan la llegada de Hoover a Valparaíso el
28 de marzo de 1902 (Historiografía de la Iglesia Metodista de Chile: 1878-1918,
252). El propio Hoover menciona febrero de 1902 como fecha de inicio de su
conexión con la Iglesia Metodista de Valparaíso (Historia del avivamiento
pentecostal en Chile, 10). Seguramente esta última fecha corresponde a su
nombramiento, mientras que la primera a su llegada a la ciudad.
21
Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 9.
22
Committee on Cooperation on Latin America, Regional Conferences in Latin
America. New York: The Missionary Education Movement, 1917, 99-110, aquí 101.
24
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
25
W. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 12 (mencionada en
otros lugares como Calle Olivar, y también Olivares).
26
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
En el año 1907 llegó a manos del pastor un folleto que daba la historia
de una obra maravillosa del Espíritu Santo, acompañada por fuego,
que tuvo lugar en la India en los asilos para niñas viudas de la Pandita
Ramabai, en donde tenían asiladas varios centenares de esas niñas.
El folleto fue escrito por la Miss Minnie Abrams, una colaboradora con
la Pandita, que había sido condiscípula con la Mrs. Hoover en Chicago
allí por el año 1887. La circunstancia de conocer a la autora que era la
que nos lo había mandado, nos hizo examinar la historia con más
atención. La maravilla para nosotros era que el folleto hablaba de un
bautismo claro y definitivo con Espíritu Santo y fuego, como cosa
26
C. M. Robeck, The Azusa Street Mission & Revival. The Birth of the Global
Pentecostal Movement. Nashville, Tennessee, Thomas Nelson Inc, 2006, passim.
27
C. M. Robeck, The Azusa Street Mission & Revival, 76s.
27
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
31
G. McGee, Abrams, Minnie, en: Burgess, McGee y Alexander, editores,
Dictionary of Pentecostal and Charismatic Movements. Grand Rapids: Regency
Reference Library, 1988, 7; Padmini Sengupta, Pandita Ramabai Saraswati. Her
Life and Work. London: Asia Publishing House, 1970, 305-308.
32
W. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 15. Cecil Robeck
(Pentecostalism and Mission. From Azusa Street to the Ends of the Earth, en:
Missiology. An International Review, Vol. XXXV, No. 1, January 2007, 75-92, aquí
84, identifica a este visitante como el Rev. F. Franson, pastor en la ciudad de
Chicago, pero sueco de nacimiento.
29
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
lloro, gritos, cantos, lenguas extrañas, visiones, éxtasis en las que la persona
caía al suelo y se sentía trasladada a otra parte – al cielo, al Paraíso, a campos
hermosos, con experiencias variadas – hablaban con el Señor, con ángeles, o
con el diablo. Los que pasaban por estas experiencias gozaban mucho y
generalmente fueron muy cambiados y llenados de alabanzas, del espíritu de
oración, de amor”.36
En este listado, las “lenguas extrañas” aparecen mencionadas como
una entre otras manifestaciones de la presencia del Espíritu Santo. Respecto a
su propia experiencia, citada más arriba, Hoover no aclara acaso las palabras
que emitió en ese momento de habla compulsiva correspondieron a “lenguas
extrañas”. La omisión sugiere que se trató más bien de expresiones
inteligibles, aunque compulsivas, de alabanza. Todo esto confirma que la
doctrina de las “lenguas” como necesaria evidencia inicial del bautismo en el
Espíritu, propia del avivamiento norteamericano, estuvo completamente
ausente en esta experiencia.
A partir de sus contactos con Minnie Abrams en 1907, Hoover había
comenzado a corresponder con otras personas influenciadas por el emergente
movimiento pentecostal a nivel mundial. Entre las personas que menciona –
aunque sin ubicar en el tiempo el inicio de tales contactos – se puede
establecer que dos de ellas recibieron indirectamente el impacto del
avivamiento de calle Azusa. Uno de ellos, el pastor metodista noruego
Thomas Barratt, recibió el bautismo en el Espiritu Santo, con la evidencia de
hablar en lenguas, a mediados de noviembre de 1906. Esto ocurrió en Nueva
York al entrar en contacto con misioneros provenientes de la Misión de
Azusa, mientras Barratt estaba en una campaña de recolección de recursos
para un proyecto de su iglesia en Christiania.37 Al volver a Europa, Barratt se
convertiría en uno de los principales líderes pentecostales de ese continente, y
un activo misionero mundial. Pero, como se constata en carta dirigida a
Hoover después que ya se había producido el cisma en Chile, Barratt
tampoco suscribió la doctrina de la ‘evidencia inicial’, y reinterpretó su
experiencia pentecostal en el marco de su tradición wesleyana.38
El otro es Max Wood Moorhead, presbiteriano que ocupaba el cargo de
Secretario de la YMCA en Ceylon, actual Sri Lanka. Moorhead fue una de
las personas que prestó apoyo a Alfred y Lillian Garr, el primer matrimonio
36
W. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 32.
37
C. Robeck, The Azusa Street Mission & Revival, 254s.
38
Carta publicada en extenso en el libro de W. Hoover, Historia del avivamiento
pentecostal en Chile, 95-98.
31
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
39
C. Robeck, The Azusa Street Mission & Revival, 250s.
40
The present word-wide revival… brought up in India. Pandita Ramabai and the
Origins of Pentecostalism”. Paper given at the Society for Pentecostal Studies Annual
Meeting, Regent University, Virginia Beach, U.S.A., Marzo 2005, 9. D. Maxwell,
Networks and Niches: The Worldwide Transmission of the Azusa Street Revival, en:
H. Hunter and C. Robeck, editores, The Azusa Street Revival and Its Legacy.
Cleveland, Tennessee: Pathway Press, 2006, 127-139.
41
W. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 123-128.
32
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
43
Ver C. Robeck, Pentecostal Origins from a Global Perspective, 171s.
44
G. McGee, editor, Initial Evidence. Historical and Biblical Perspectives on the
Pentecostal Doctrine of Spirit Baptism. Peabody, MA: Hendrickson Publishers,
1991. Con ocasión de las celebraciones del Azusa Street Centennial (Los Angeles,
25-29 de Abril de 2006), en los discursos y ponencias de los principales oradores
predominó la tendencia a reafirmar la doctrina de la ‘evidencia inicial’ como
elemento central de la identidad del pentecostalismo global. Sin embargo, una de las
importantes publicaciones dadas a conocer a propósito del centenario, asume con
toda claridad la diversidad del pentecostalismo mundial, y menciona explícitamente
al pentecostalismo chileno como un movimiento independiente del avivamiento de
Azusa: J. Hayford and D. Moore, The Charismatic Century. The Enduring Impact of
the Azusa Street Revival. New York: Warner Faith, 2006, 4s. y 103s. Lo mismo
puede decirse de varios de los artículos publicados en H. Hunter and C. Robeck,
34
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
editores.
45
J. Fletcher, colaborador suizo de Wesley, ya había anticipado este énfasis
pneumatológico al asociar la santificación con el “bautismo del Espíritu Santo”. Ver
D. Dayton, Raíces teológicas del pentecostalismo. Buenos Aires: Nueva Creación,
1991, 29-31.
46
W. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 33-35.
47
D. Dayton, Raíces teológicas del pentecostalismo, 25s. Es muy importante notar
que el propio William Seymour, líder de la Misión de Azusa, adoptó una posición
similar – abandonando, por lo tanto, la doctrina de la “evidencia inicial”, luego que
35
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
William Robinson, quien había regresado a Chile en 1906 bajo los auspicios
de la Junta Misionera, después de un periodo anterior bajo la misión de
Taylor (1883-1889).
En el mes de septiembre, Nellie Laidlaw, conocida como la hermana
Elena, que viajaba a Santiago por motivos personales, recibió carta de
recomendación de Hoover para asistir a las iglesias de la capital mientras se
encontrara allí. Elena era “una niña inglesa, tal vez de treinta años de edad,
viniendo del hospital convaleciente de una operación [en el mes de Agosto].
Fue recibida y acogida por la esposa del pastor. Era una niña mala,
habiéndose apartado del camino que le fue inculcado en un orfanatorio
metodista donde fue criada. La Mrs. Hoover la llevó a las reuniones y fue
convertida de una manera poderosa, y bautizada con el Espíritu Santo”.50
Estando en Santiago, la hermana Elena entró en contacto primero con
un grupo de la 2º Iglesia que ya venía celebrando reuniones de avivamiento.
La noche del 11 de septiembre participó en una vigilia en casa de un hermano
del local de Montiel. En acuerdo con los asistentes, planeó visitar al día
siguiente la 2º Iglesia y su local de Montiel, y por la noche la 1º Iglesia, con
el propósito de compartir las bendiciones del avivamiento de Valparaíso, tal
como lo había hecho en la mencionada vigilia. Sin embargo, ni el pastor
Robinson ni el pastor Rice le permitieron hablar. En el local de Montiel, los
asistentes se reunieron a escucharla en el patio, después del culto. El intento
de un hermano de abrazar al pastor en señal de reconciliación, y para
convencerlo de que la visitante traía un mensaje auténticamente divino,
terminó con Robinson cayendo al suelo, aparentemente al esquivar a su
interlocutor, y con una herida en la cabeza. Rice, por su parte, advertido de la
visita de la hermana Elena, solicitó resguardo policial, de manera que cuando
ésta intentó hablar al término del culto, fue arrestada, generándose un tumulto
entre quienes la apoyaban.51
50
W. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 34ss.
51
El texto de Hoover habla del local de “Montel”, pero versiones posteriores hablan
de “Montiel”. Hoover narra estos incidentes sobre la base de citas textuales de cartas
que recibió de algunos participantes en los días siguientes, sin identificar sus autores
(Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 35-38). Kessler (A Study of the Older
Protestant Missions and Churches in Peru and Chile, 116ss), quien considera poco
plausible la versión de Hoover, recoge versiones de otros testigos que contribuyen a
una visión bastante más negativa de las intenciones y el papel de Elena en el
conflicto. Informa además que las reuniones de avivamiento del grupo de la 2ª Iglesia
se habían iniciado, con la autorización del pastor Robinson, después que Victor
37
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
54
L. Orellana, El fuego y la nieve, 35.
39
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
55
L. Orellana, El fuego y la nieve, 36.
56
L. Orellana, El fuego y la nieve, 42.
57
Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 74.
40
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
58
Kessler (A Study of the Older Protestant Missions and Churches in Peru and Chile,
288s.) destaca una constante contradicción en el estilo pastoral de Hoover. Por una
parte, manifestó un gran respeto a la iniciativa de sus hermanos y hermanas chilenos
en la conducción del avivamiento y su difusión, acatando en muchos momentos
decisiones e instrucciones de estos. Por otra parte, en lo que se refiere al gobierno
eclesiástico, mantuvo hasta su muerte una evidente desconfianza en las capacidades
de los chilenos. Su resistencia a delegar el gobierno eclesiástico al liderazgo local,
fue un factor determinante de los conflictos que llevarían más tarde a la primera gran
división del pentecostalismo chileno.
59
Kessler, A Study of the Older Protestant Missions and Churches in Peru and Chile,
108s. Todo el estudio de Kessler sobre las antiguas misiones protestantes en Chile y
Perú, se desarrolla desde el punto de vista de la tensión entre misioneros y obreros
nacionales.
60
En efecto, el nombre que los grupos de Santiago eligieron inicialmente para la
nueva iglesia, sugiere que la reivindicación de los derechos eclesiásticos de los
chilenos era para ellos un aspecto central en el conflicto. Kessler muestra, por
ejemplo, que el trato que Victor Pavéz Toro recibió de parte de los misioneros, por
haber participado en el grupo separado de la 2ª Iglesia, fue un tema muy sensible para
ellos. Pavéz, uno de los conversos de Torregrosa en Santiago, había recibido su
licencia como predicador en 1902 de parte de un pastor chileno, Cecilio Venegas, y
al momento del conflicto era el ayudante del pastor Robinson. En virtud de lo
anterior, Pavéz y su familia vivían en una propiedad de la Iglesia, la que tuvieron que
abandonar luego de un litigio. Kessler, A Study of the Older Protestant Missions and
Churches in Peru and Chile, 116 y 122.
41
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Capítulo 2
61
W. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 17.
62
W. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 27.
42
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Perspectiva sociológica
43
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Ensayo 2:
∗
Heinrich Schäfer
(Alemania)
Heinrich (Enrique) Schäfer es doctor en teología y en sociología. Ha realizado estudios de
campo sobre el movimiento Pentecostal en Guatemala y Nicaragua en 1983, 1985 y 1986.
Ha sido profesor en la Universidad Bíblica Latinoamericana y en la Universidad Nacional,
Costa Rica. Tiene nexos de cooperación y simpatía de muchos años con el movimiento
Pentecostal en América Latina. Actualmente es catedrático de teología y sociología en la
Universidad de Bielefeld, Alemania.
44
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
63
Agradezco a mi asistente de investigación Adrián Tovar haberme “echado la
mano” con el español de este aporte y por sus observaciones críticas.
64
D. Martin, Tongues of Fire. The Explosion of Protestantism in Latin America.
Oxford: Blackwell, 2003.
65
A. Gill, The Economics of Evangelization, en: P. E. Sigmund, editor, Religious
Freedom and Evangelization in Latin America. The Challenge of Religious
Pluralism. Maryknoll, N.Y.: Orbis, 1999, 70-84.
45
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
48
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
trabajar con los modelos del espacio social y de la lógica práctica (o sea el
habitus) de Bourdieu.68 El modelo del espacio social permite ubicar a actores
sociales según su posesión de diferentes formas de capital. Si se agregan las
convicciones y prácticas religiosas de los actores, se puede obtener un
espacio social de los estilos religiosos. El análisis de la lógica práctica,
finalmente, permitirá conclusiones sobre las disposiciones habituales de los
diferentes actores.
Primero construimos un modelo del espacio social como tal, sin
actores religiosos. Seguimos en eso a Bourdieu y, para la construcción teórica
del espacio social,69 nos orientamos en el capital económico y el capital
cultural (medido básicamente por títulos formales de educación). De este
modo, el modelo representa un espacio teórico para ubicar todas las
combinaciones posibles entre la posesión de capital económico y capital
cultural. El eje vertical representa el volumen total del las dos formas de
capital. Mientras más capital tenga un actor, más arriba aparecerá en la
gráfica. El eje horizontal representa las dos formas de capital en relación
inversa una con otra. Quiere decir que mientras más a la derecha se coloca un
actor, más capital económico tiene en relación a su capital cultural; y
mientras más a la izquierda está posicionado un actor, más capital cultural
tiene en relación a su capital económico. Esto se puede ilustrar fácilmente
con el ejemplo de la estructura social de Centroamérica en los ochentas:
terratenientes tradicionales e industriales tienen más o menos el mismo nivel
de capitales agregados (eje vertical); pero los terratenientes tienen
relativamente más capital económico (tierras, dinero acumulado, etc.) y los
industriales relativamente más capital cultural (conocimiento industrial,
68
P. Bourdieu, La distinción. Madrid: Taurus, 1988; P. Bourdieu, El sentido
práctico. Madrid: Taurus, 1991.
69
En publicaciones anteriores en las cuales se mencionaba el modelo del espacio
social, optamos – a causa de diversas razones – por una presentación diferente a la
usual en Pierre Bourdieu (La distinción). Cambiamos los polos de los dos capitales
intercalados (económico y cultural) para designar la diferenciación social (eje
horizontal) de modo que en cuanto al capital económico el “+” se encontraba a la
izquierda y el “–” a la derecha, mientras en cuanto al capital cultural la relación se
construía al revés. Habiendo entrado en la universidad de Bielefeld y con eso a una
nueva etapa de trabajo con el modelo en un equipo investigador y con varios
objetivos distintos, tomamos la decisión de igualar el modelo del espacio social a la
construcción original de Bourdieu, invirtiendo la relación de los capitales, tal y como
aparece aquí en el texto.
50
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Ahora bien, para la Guatemala de los años ochenta podemos ejemplificar este
“paisaje sociorreligioso” sobre la base de un estudio de campo exhaustivo en
1985/86. Se pueden trazar, a grandes rasgos, las siguientes ubicaciones de
actores religiosos según sus diferentes posiciones sociales. Criterios para ello
son la situación económica (ingresos, bienes, vivienda), el grado de
formación escolar y profesional y la pertenencia a diferentes corrientes del
movimiento pentecostal.70 De esta operación y de la apreciación global de
70
51
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Capitales cultural y
económico agregados
+
Industriales Terratenientes
Nueva tecnología Militares “antiguos”
Gerentes
“Nuevos” militares
71
Hablamos de iglesias “clásicas independientes” ya que se originan por lo general a
partir de cismas de una iglesia del pentecostalismo clásico.
54
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
situaciones en otros países hoy; y segundo, para entender mejor las lógicas de
transformación detrás de los desenvolvimientos que pueden observarse en las
últimas dos décadas. Este aspecto lo enfocaremos más adelante. En el
siguiente apartado nos dedicaremos a un tema importante, tratándolo a la luz
del modelo que acabamos de presentar, a saber: cómo se conjugan – a nivel
de las diferentes corrientes del pentecostalismo – la posición social y la
producción simbólica en el proceso de formación de identidades y estrategias
religiosas pentecostales.
desarrollado un modelo – con todas las limitaciones que esto significa y que
han sido mencionadas arriba – de transformaciones cognitivas, retomando un
patrón antiguo de la lógica formal que ha sido usado en la semiología como
“cuadrado semiológico”.73 A diferencia de éste – que enfoca únicamente el
“universo” de los signos – el modelo del “cuadrado praxeológico”,
desarrollado por el autor de estas líneas, se orienta en la formalización de los
procesos de transformación de sentido entre la experiencia y su
interpretación; o sea, añade la perspectiva sociológica. De tal forma, el
modelo sirve metódicamente para analizar las transformaciones profundas de
sentido que se encuentran en entrevistas guiadas. Formalmente, el modelo
describe un proceso de transformación cognitiva a través de cuatro estadios
básicos, relacionados por tres relaciones lógicas, diferenciados en un nivel de
experiencia y uno de interpretación así como distribuidos entre un lado
negativo y uno positivo. Así, el modelo formaliza de modo muy reducido las
funciones básicas en los procesos de formación de identidad (flecha blanca,
comenzando con la experiencia negativa) y de estrategia (flecha gris,
comenzando con la experiencia positiva). Siendo innecesario por ahora
abundar en la teoría, nos concentramos sobre la aplicación del modelo en
movimientos religiosos cristianos. Para este fin, se puede leer el modelo de la
siguiente manera: los seres humanos nos encontramos con experiencias de
crisis (posición abajo, derecha). La religión responde a ellas con promesas
adecuadas de salvación (arriba, izquierda). De allí se deriva una actitud de fe
y prácticas de acuerdo a la promesa de salvación, constituyéndose así una
identidad religiosa elemental (abajo, izquierda). Ésta, a su vez, forma la base
para explicarse las causas del mal experimentado (arriba, derecha) y así
desarrollar estrategias contra el mal. Este “cuadro praxeológico” representa la
transformación central de sentido religioso de un actor y sirve como
comienzo para reconstruir toda una red de operadores cognitivos.74
73
A. J. Greimas y F. Rastier, The Interaction of Semiotic Constraints, en: R. Ortali,
editor, Game, Play, Literature. New Haven, CT. Yale French Studies, Vol. 41, 1968,
86-105.
74
Técnicas de análisis cualitivo facilitan determinar en cada entrevista el cuadrado
central para el entrevistado. De allí se prosigue a la construcción de redes de lógica
práctica.
56
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
57
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Cu
Plano de
rapto. De allí ven la causa de la crisis social en que el fin del mundo está
cerca. La transformación simbólico-religiosa de una crisis aguda decreta una
discontinuidad de la historia (a nivel de la interpretación de la experiencia):
hace entender que definitivamente no hay futuro para cambiar la situación.
interpretación
La única forma de actuar es retirarse en la iglesia y esperar el rapto en
solidaridad entre las hermanas y hermanos. Pero esto mismo – lejos de ser
enajenante – se transforma en la base práctica para viabilizar la vida real en
condiciones “anti-vida” y recuperar la dignidad de las personas,
58
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Cuadr
Plano de
tratar el mal no es huir de él, sino enfrentarlo con la actitud del exorcista. El
marco en el cual se forma esta identidad es la contienda histórica por el poder
social, de modo que en lo simbólico-religioso se anticipa la victoria de los
59
interpretación
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
60
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Cuadro
Plano de
más crítico. A esto se contrapone la palabra de Dios, derivando de allí una ley
absoluta de conducta para sí mismo y para la sociedad. La causa de la
inseguridad se ve en las fuerzas anti-cristianas representadas por la izquierda
y, por lo tanto, se simpatiza ampliamente con las medidas “absolutas” de
interpretación
orden por parte de los militares. Este cuadro simbólico-religioso se adapta
mucho a las experiencias, intereses y capacidades de actuación específicas en
la clase media tradicional.
61
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
4. Transformaciones sociorreligiosas
75
J. Milton Yinger, The Scientific Study of Religion. New York, NY: Macmillan,
1971.
63
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
76
P. Freston, Evangelicals and Politics in Asia, Africa, and Latin America.
Cambridge; New York: Cambridge University Press, 2001.
64
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
68
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Plano de
causantes, más bien, se nombran simplemente según el discurso habitual de la
membresía y de un discurso (pseudo)científico popularizado (p.e. al estilo de
Selecciones de Readers Digest y otros) como fenómenos de la vida cotidiana
o bien con expresiones sumarias como “el caos de la actualidad”. Frente a las
interpretación
experiencias de estrés se ritualiza la presencia del Espíritu Santo en los cultos
a través de la prédica y formas de entusiasmo suaves como las canciones de
adoración. La referencia al Cristo resucitado connota gloria realizada y la
victoria sobre el fracaso. De estas interpretaciones resulta alivio y la
69
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Cu
70
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
71
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Cuad
Plano de
el entusiasmo de las manifestaciones del Espíritu en las iglesias pentecostales
parece perder importancia frente a una concentración creciente sobre la
Cristología. El sacrificio de la vida laboral ahora se encuentra invertido por el
sacrificio de Cristo a favor del creyente. Por un acto de identificación, éste en
interpretación
consecuencia puede conciliar ahora su propia existencia “sacrificial” y darle
la nueva vestimenta simbólica de la santidad: santo como también Cristo es
santo. De allí surgen estrategias de ascesis más abnegadas y de más arraigo
en el mismo habitus del creyente: la vida sacrificial se vuelve sentido por
72
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Cuad
Plano de
causa más estabilidad inicial así como un sentido de compromiso o
solidaridad mutua. En estas iglesias, como se ha esbozado arriba, las
73
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
74
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Ensayo 3:
∗
Miguel Ángel Mansilla
(Chile)
Cuando el Diablo anda suelto:
Las representaciones
del mal en el pentecostalismo
chileno, 1909- 1938
Introducción
Sociólogo. Magíster en Ciencias Sociales. Candidato a Doctor en Antropología.
Universidad de Tarapacá, Arica; Universidad Católica del Norte, Antofagasta, Chile.
75
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
En Chile existen escasos estudios sobre Satanás como figura del mal.79 Hay
varios estudios sobre el pentecostalismo pero nada vinculado con el mal y sus
representaciones. El pentecostalismo ha concebido el diablo como un
símbolo del mal distinto de las concepciones clásicas y europeas. La gran
diferencia es que en el pentecostalismo no son sólo “los otros” los
influenciables por el diablo, sino también es el “nosotros” y especialmente el
“yo”; el diablo no es sólo una figura externa sino también interna. Por ello
nuestro objetivo en este trabajo es conocer y describir los roles que cumple el
diablo como representación del mal en el pentecostalismo chileno. Para ello
nos hemos centrado en los testimonios extraídos de la Revista Fuego de
Pentecostés (en adelante citada como RFP), entre los años 1928- 1937,
complementado con otros números de la Revista el Chile Pentecostal (en
adelante citada como CHP).
Los inicios de la RFP se remontan al 11 de septiembre de 1909, en
Concepción, cuando salió a luz el primer número de una revista titulada Chile
Evangélico, naciendo como órgano de la Iglesia Presbiteriana de Concepción.
El 24 de Noviembre de 1910 la revista es traspasada al movimiento
pentecostal y pasa a llamarse El Chile Pentecostal, y se publica en
Concepción hasta el año 1915, para luego ser editada en Valparaíso, bajo la
directa supervisión y redacción del Superintendente General, Rev. W. C.
Hoover. Esta revista fue muy importante para el movimiento pentecostal y de
79
Hay un trabajo muy interesante de Maximiliano Salinas sobre la concepción
eclesiástico-oficial del Diablo y lo demoníaco, entendido como trasgresión de los
límites de la Cristiandad colonial y neocolonial. En un segundo punto hace referencia
a la comprensión folklórica del Diablo en Chile como principio de limitación o de
delimitación del sistema de dominación. En tercer lugar, la visión folklórica de lo
demoníaco en términos de su disolución, o sea, como superación de los límites de la
dominación colonial/neocolonial (M. Salinas, Demonología y colonialismo: Historia
de la comprensión folklórica del diablo en Chile, en: P. Richard, editor, Raíces de la
teología latinoamericana. Costa Rica, 1987, 415- 429, 415). Existe otro trabajo, de
Humberto Lagos, donde se vincula a Satanás a las sectas satánicas. Haciendo
referencia a que “en la actualidad las manifestaciones cotidianas del hecho
demoníaco, en tanto que realidad estructurada institucionalmente, presentan, por lo
menos dos expresiones en la vida cotidiana: una relacionada con prácticas satánicas
desembozadas, y otra con actividad de sectas demoníacas que disimulan sus acciones
litúrgicas y explicitan afirmaciones testimoniales de sus opciones… desde la cual se
desprenden las sectas satánicas y el satanismo (H. Lagos, Las máscaras
derrumbadas. Sociología de las sectas religiosas. Santiago de Chile: Ediciones
Chile- América CESOC, 1996).
76
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
alto consumo. Hasta el año 1927 las revistas eran de 3 mil ejemplares al mes,
los que llegaban a Perú, Bolivia y Argentina, en donde el movimiento
pentecostal también se había extendido. Pero pronto la revista, por su nombre
chileno, comenzó a ser criticada, sobre todo en Bolivia y Perú. Se acepta un
cambio de nombre y a partir de enero de 1928 pasa a llamarse Fuego de
Pentecostés. Es una revista excepcional en América Latina, por su
continuidad, mes a mes, logrando sortear todas las dificultades económicas
que el mismo movimiento pentecostal tuvo.
El Pastor Hoover, en su calidad de Superintendente, paulatinamente le
impuso una línea editorial orientada a perfilar la identidad institucional del
movimiento. Era de ocho páginas, de circulación mensual y sus 3 mil
ejemplares se distribuían en más de 150 comunidades pentecostales. En ella
Hoover incorporó diversas secciones tales como artículos doctrinales,
testimonios, noticias de las iglesias locales, notas de las Conferencias
Anuales y el listado con las direcciones de los lugares de reunión. Esta última
sección constituía un verdadero mapa que permitía al fiel ubicar con facilidad
una comunidad pentecostal en cualquier ciudad o pueblo del país. Hoy,
gracias a esta sección, se puede constatar la presencia pentecostal en la
sociedad chilena en ese tiempo. Además, incluía artículos seleccionados de
revistas y publicaciones del pentecostalismo norteamericano. Estos escritos
preferentemente fueron tomados de las siguientes publicaciones: “Revista
Homilética”, “El Mensajero Bíblico”, “La Luz Apostólica”, “Sunday School
Times”, “Word and Work”, “Pentecostal Evangel”, “Moody Monthly”,
“North Westerm Advocate”, “The Witneess of God”, “S. S. Times” y “Letter
Rain Evangel”. También, y como una forma de afianzar la identidad
eclesiástica de las comunidades esparcidas por el país, entre 1926 y 1930
incluyó una sección especial donde él mismo narraba el origen e historia de
los inicios del movimiento en Chile.80
80
L. Orellana, El fuego y la nieve. Historia del Movimiento Pentecostal en Chile
1909-1932. Concepción-Chile: CEEP Ediciones, 2006, 136.
77
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
85
N. Cohn, En pos del Milenio. Revolucionarios milenaristas y anarquistas místicos
de la Edad Media. Madrid: Editorial Alianza Universitaria, 1997, 77.
86
G. Messadié, Historia del antisemitismo. Buenos Aires: Ediciones B Argentina,
S.A., 2001.
87
M. Guffey, Las sectas maléficas. La historia diabólica de la humanidad. Imagrag,
SL, Estados Unidos, 2005.
79
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
88
I. Padilla, El diablo y Cervantes. México: FCE, 2005.
89
N. Cohn, En pos del Milenio, 77.
90
N. Cohn, En pos del Milenio, 100.
91
R. Muchembled, Historia del Diablo, 49.
92
E. Cohen, Con el diablo en el cuerpo.
80
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
3. El Diablo en Chile
93
J. Russell, El Diablo; y Lucifer. El Diablo en la Edad Media. Barcelona: Editorial
Alertes, 1995.
94
J. Delumeau, El miedo en Occidente. Siglos XIV-XVIII, una ciudad sitiada.
Madrid: Ediciones Taurus, 2002.
95
Taussig, 1993.
81
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
96
E. Cassirer, Antropología filosófica. México: FCE, 2003, 47-49.
97
Cofres de oros y joyas enterrados por los españoles cuando huían de los criollos en
tiempo de la guerra de la independencia.
82
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
83
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
84
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
No. Esos servían para afianzar más la vida espiritual de la obra. Pero
había que recibir la prueba de fuego y por eso Satanás, a ver la obra
poderosa, promovió la guerra de adentro, la que ha sido más ruda y
cruel. (RFP No. 72, octubre de 1934).
85
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Satanás viene con todo su poder agota sus recursos para maldecirnos
con alguna enfermedad devastadora, pero si miramos con fe sencilla a
Aquél que fue hecho maldición en nuestro lugar seremos sanos. El
enemigo está vencido inevitablemente. El no puede maldecir al que
Dios no ha maldecido, no resulta sino aumentada las bendiciones para
nosotros… Entonces descansad seguros en el conocimiento que
Satanás no puede poner sobre nosotros enfermedad (que es parte de
la maldición). (RFP, No. 75, enero de 1935).
86
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
99
J. Locke, Carta sobre la tolerancia. Madrid: Ediciones Mestas, 2001.
87
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
100
P. Freire, Pedagogía de la tolerancia. México: FCE, 2007.
101
En 1559 vio la luz una inquietante obra que supone uno de los máximos símbolos
de la persecución bibliocida: el Índice de los libros prohibidos. Aunque ya existían
recopilaciones similares, ésta, encargada por el papa Pablo ¡Va la Inquisición, la que
estaba revestida de una oficialidad que se mantuvo con diversas variaciones ¡durante
400 años! En España, la censura católica se incrementó con la llegada al trono de
Felipe II, y así, en 1570 se autorizó un catálogo que sirvió para perseguir las obras
heréticas y a sus autores. La edición publicada en 1948 aún contenía 4.000 títulos
censurados por herejía o por su dudosa moralidad. El Índice es suprimido por la
Iglesia Católica, parcialmente reciente, el 14 de junio de 1966. Los turcos también
han demostrado que saben destruir la palabra escrita. Durante el saqueo de
Constantinopla en 1453, una tarea que llevaron a cabo a conciencia, terminaron con
cientos de miles de manuscritos contrarios a la fe de Mahoma. El escritor angloindio
Salman Rushdie y sus Versos satánicos, obra en la que satiriza los tabúes del
islamismo, fueron condenados por blasfemia poco después de su publicación en
1988. Un año más tarde, una fatwa del ayatolá Jomeini ponía precio a la cabeza de
Rushdie, literalmente. El edicto era un llamamiento a todos los musulmanes en contra
del escritor. Para incentivar a los fieles, Jomeini ofreció, además, una recompensa de
3 millones de dólares. Así las cosas, Salman Rushdie se vio obligado a pasar a la
88
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
insensibilizar las habilidades sensitivas del ser humano para no creer en Dios.
Ahora la intolerancia, los pentecostales, lo veían venir, no sólo desde el
ámbito religioso, sino también desde la izquierda política.
103
N. Robins, El mesianismo y la rebelión indígena. La rebelión de Oruro en 1881.
La Paz: Editorial Hisbol, 1997, 28- 48.
90
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
El Diablo aparece como un poder fáctico que apoya a los opresores, por
lo cual su objetivo es impedir el nacimiento y la llegada del Mesías. Persigue
y mata a los heraldos y seguidores del Mesías. Aquí se da una interpretación
de los motivos de la opresión de la mujer. La idea es valorar siempre su
virginidad, más que su maternidad por el miedo al nacimiento de un Mesías.
Así la mujer siempre fue objeto de sospecha y después oprimida y luego
santificar su virtud ascética y satanizar su sexualidad.104
Esta es la época en Chile de las grandes luchas sociales y
reivindicaciones políticas para la mujer. En el año 1934 el gobierno de
Alessandri otorga el voto municipal a las mujeres. La iniciativa responde a
las recomendaciones hechas por la Conferencia Panamericana realizada en
Montevideo en 1934. Este voto se hace efectivo en las municipales del 7 de
abril de 1935. Después, el 8 de enero de 1949, se promulga la ley que
establece el sufragio femenino en plenitud y que se hace efectivo en el año
1952.
104
La agresividad de Tertuliano y su austeridad exagerada camuflaban una verdadera
aversión por los misterios de la naturaleza y de la maternidad. En De monogamia
evoca con disgusto las náuseas de las mujeres encinta, los senos colgantes y los críos
que berrean. En cierto modo, el espíritu de Tertuliano coincide con el de San
Ambrosio, quien también denigra el matrimonio. Cierto que al exaltar la virginidad
propone un tipo de feminismo inédito que iba a tener gran futuro: el matrimonio no
es más que un mal menor; como la maternidad no aporta más que dolores y hastíos,
más vale apartarse de él y optar por la virginidad, estado sublime y casi divino. San
Jerónimo, cuando escribe a una joven a la que aconseja permanecer virgen, trata con
desprecio el mandamiento bíblico: “Creced, multiplicaos y llenad la tierra” (J.
Delemau, El miedo en Occidente, 480).
91
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Al fin hubo un triunfo glorioso e indecible. Hubo una noche cuando por
los contornos de Judea se oyó el coro angélico que cantaba “¡Gloria
en las alturas a Dios!”. El Redentor prometido había nacido y los
planes de Satanás y sus esfuerzos había sido frustrados, pues el
Salvador había llegado. Pero el Diablo no se dio por vencido, sino que
comenzó con más furia que nunca a perseguir y atacar al mismo hijo
de Dios. Puso en el corazón del rey Herodes que matase a todos los
niños de Belén para así asesinar al Mesías. Más el que nos guarda
había ya avisado a José que huyesen a Egipto hasta la muerte de
Herodes y de esta manera fue preservada la vida del Niño Jesús, y
otra vez derribado los planes del enemigo en contra de los planes de
Dios. (RFP, No. 87, diciembre de 1935).
93
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
105
A. Delbanco, La muerte de Satán. Santiago de Chile: Editorial Andrés Bello,
1995, 21 y 41.
106
Esto ya estaba presente en la ética protestante, para quienes se establece la
relación entre Dios y el creyente, Dueño/administrador, Creador/mayordomo. Según
Wesley: Dios es el banquero justo que ha distribuido bienes y capacidades
espirituales, intelectuales y materiales a sus hijos que tienen el deber de invertir y
reproducir para la gloria de Dios. Así el dinero ya no es visto como algo
mefistofélico, gran corruptor, prostituta y alcahueta universal, sino que el dinero
95
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Nadie está seguro en el terreno del Diablo… amado Ud., está seguro y
puede resistir al Diablo, estando en su propia casa o sitio, pero no lo
puede en el terreno del Diablo. Allí él le ganará. La causa de nuestra
derrota es que nos metemos en el terreno del Diablo (RFP, No. 83,
agosto de 1935).
109
E. Durkheim, Las formas elementales de la vida religiosa. El sistema totémico en
Australia. Madrid: Editorial Akal, 1982.
97
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Después que dormí el Diablo me vino y con rabia me dijo que le había
servido por tantos años que no me iba a largar. Me agarró por la
garganta y me asfixió. Entonces arrastró mi espíritu. Me llevó no sé
que distancia, ni por cuanto tiempo. Por fin vino a un puente que
atravesaba un río, y por otro lado todo era tinieblas. Puso un pie en el
puente cuando de repente vino una Persona en Blanco y se puso en el
camino, y con autoridad mandó al Diablo, “suéltala, porque es mía”.
Inmediatamente Satanás me entregó y se retiró (RFP, No. 41, mayo
de 1931).
En este momento confieso a Ud. las mentiras y todo acto malo que he
tenido que cometer bajo la dominación de Satanás, y como Dios dice
en su Palabra que el que encubre su pecado no prosperará, mas el
que lo confiesa y se aparta alcanzará misericordia. Hermano yo
confieso y pido perdón de todo el desprestigio del Santo Evangelio, y
más a Ud., de todas las amarguras que le he dado; y quiera Dios que
ahora puedan servirme estas experiencias de un apoyo firme en mi
110
M. Weber, La política como profesión. Madrid: Editorial Epasa Calpe, 2001, 163.
98
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Conclusión
112
L. Orellana, El fuego y la nieve, 94.
100
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Sin embargo, tal como lo decían los mismos relatos pentecostales, las
acciones que propiciaban los cismas, inicialmente como algo muy malo, se
transformaron en un bien inesperado. El “pentecostalismo desunido fue
vencedor”. Pasaron de “peregrinos a ciudadanos”113, “del escape a la
conquista” y hoy ha resultado ser una minoría religiosa importante como
competencia para el monopolio religioso; y la intolerancia religiosa ha
devenido en pluralismo y diversidad religiosa.
Ensayo 4:
∗
Nury Concha
(Chile)
«Libertad entre los cautivos»: Aproximación al
proceso de construcción de la identidad carcelaria
pentecostal en el Complejo de Cumplimiento
Penitenciario en Alto Hospicio
“Libre, libre ahora soy Porque Cristo me dio la libertad.
Las cadenas el cortó, Los barrotes separó
Y ahora como el viento libre soy”
Himno Carcelario.
Autor Desconocido.
Introducción
113
J. Sepúlveda, De peregrinos a ciudadanos. Breve historia del cristianismo
evangélico en Chile. Chile: Fundación Konrad Adenauer, FET, CTE, 1999.
Egresada de Licenciatura en Sociología, Universidad Arturo Prat, de Iquique-Chile.
101
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
116
L. Cereceda, La importancia del trabajo de las pastorales con los reclusos. Fuente:
www.risolidaria.tdata.cl/Portada/Dirseccion/Home_Penitenciario.asp?
dir=Reinsercion_Social_PT&id=2777
117
M. Á. Mansilla, “Desterrados y peregrinos”: La construcción de la identidad del
pentecostalismo chileno en la primera mitad del siglo XX (1909-1950), 4. En:
Revista Dimensión Antropológica, No. 42. Instituto Nacional de Antropología e
Historia. México.
103
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
1. Vida Intra-muros
104
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Es decir, entre los internos penitenciarios surge otra dinámica social con una
jerarquía particular e informal, una forma de relacionarse en la que se aprecia
una adopción, una apropiación y reconstrucción del espacio intra-muros
influenciada por las tipologías delictivas, por la identidad de género, de etnia,
espacio ecológico de origen, etc., produciendo y re-creando una cultura
carcelaria, en que los roles y estatus, y normas sociales se han establecido de
acuerdo al desempeño o labor en el sistema de producción informal
alternativo y delictual.
Es necesario tener en cuenta que la cultura carcelaria, como toda
cultura, presenta una forma propia de religiosidad como expresión misma de
su identidad, como un esquema y conjunto de significados sobre los cuales se
erigen cosmovisiones particulares. Ésta, en primera instancia, puede ser
entendida como una variante de la religiosidad popular, puesto que, en una
primera referencia, se desarrolla en el marco de una clase social excluida y
con falta de oportunidades para acceder a los recursos económicos
desigualmente distribuidos, sin una mayor posibilidad de éxito a través de los
procesos de producción económica tradicional y además, sin acceso a un
discurso teológico oficial y sofisticado, empero siendo capaz de cultivar
representaciones significantes, individuales y colectivas, de lo divino y lo
religioso desde su propia cosmovisión123, de una forma distintiva como
expresión misma de su identidad que hace necesario abordarla y redefinirla
de una manera particular y diferente.
Según Olivares, la relación que persiste entre la cultura carcelaria y el
mundo de lo sagrado es de tal relevancia que se constituye en la base para la
sacralización de todas sus actividades, es decir, legitima y valida su conducta
delictiva convirtiéndola en una “matriz paradigmática que se extiende y con
lo cual se identifica la totalidad del mundo del hampa, como buen ladrón que
de autoridad que poseen los diferentes actores del sistema penal dando forma a
nuevas y propias relaciones sociales, nuevas formas de vivir la cárcel (p. 16). Así, a
diferencia de Cooper, que determina la estratificación carcelaria al tipo de delito por
el cual el interno cumple su condena y en íntima relación a la organización social de
la cultura delictiva, Montero no realiza tal distinción y se basa en las relaciones de
fuerza y poder, sin invisibilizar el tipo de “oficio delictual” del interno, que
determinan el “cartel canero” y por tanto su lugar dentro de esta realidad social.
123
C. Parker, Otra lógica en América Latina. Religión popular y modernización
capitalista. Santiago de Chile: Fondo de Cultura Económica, 1996.
107
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
109
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
110
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
126
M. Canales y otros, En tierra extraña II. Para una sociología de la religiosidad
protestante. Chile: Editorial Amerinda, 1991.
127
C. Lalive d´Epinay, El Refugio de las masas. Estudio sociológico del
Protestantismo chileno. Santiago de Chile: Editorial del Pacífico S.A., 1968.
128
M. Canales y otros, En tierra extraña II, 76.
112
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Estos datos son relevantes pues nos clarifican las condiciones sociales
que posee este grupo, es decir, el hecho que el módulo sea clasificado como
de Alta Seguridad y que el 68 % de los internos tengan un perfil de Alto
Compromiso Delictual, significa que ellos vivían del delito, eran parte del
mundo del hampa y su identidad era propia de la cultura carcelaria.
Pero para los internos de esta cárcel y que participan en tal
metodología, este módulo tiene un significado distinto. Tal como alguno de
ellos ha comentado, éste es la concreción de un sueño que desde hace
mucho tiempo esperaban que se hiciera realidad, es decir, un módulo
exclusivo para los internos adscritos al credo evangélico.
3. La Iglesia Interna
114
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
115
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
116
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Conclusión
118
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
que dentro de esta cultura, aquellos que reconocen a los otros como parte o
ajenos a su identidad no han reconocido rasgos y elementos ajenos a su
propia identidad y por tanto, se les juzga de acuerdo a las mismas pautas
culturales.
Los rasgos o los elementos identitarios que permiten reconocer y
designar a un interno como evangélico es por medio de constantes muestras
de su condición de cristiano, de hombre cambiado, que ya no se relacionan a
través de elementos de relaciones de fuerza y poder o prestigios delictuales,
o sea, que ya no son delincuentes. Frente a esto se podría decir que al
interior de este módulo se construye un “cartel” o “ficha canera”, pero no
bajo el prisma de la cultura carcelaria como el resto de no evangélicos del
penal, sino bajo un nuevo enfoque, desde una visión pentecostal, de internos
pentecostales.
Por tanto se puede pensar que dentro de la cárcel, entre los internos
que viven en este módulo y se han convertido en pentecostales, no existe
una desculturación, sino más bien un sincretismo cultural entre la cultura
carcelaria y la pentecostal producto de una hibridación cultural.
Estos elementos son el reflejo de un continuo identitario de la cultura
carcelaria cuya dinámica se ha visto complementada con los valores y
cosmovisiones propias del pentecostalismo. De acuerdo a García
Canclini132, la convergencia de valores y cosmovisiones de identidades
culturales distintas y el sincretismo que se pueda llevar a cabo mediante
procesos de hibridación cultural donde las estructuras, objetos y prácticas
culturales discretas (lo discreto se refiere a que son producto de otros
procesos de hibridación), que existían en forma separada, se combinan para
dar lugar a nuevas estructuras, objetos y prácticas. Es un proceso de
reconversión de capital material, económica o simbólica, ya sea de
estructuras o prácticas y saberes que se reinsertan en nuevas condiciones o
espacios sociales, permitiendo entender los procesos de transformación
continuos y constantes de las distintas identidades culturales. Y estos no son
procesos que se encuentren libres de contradicciones, sino son procesos de
cohesión, pero también de confrontación y diálogo, donde se mezcla lo
compatible y lo incompatible se fija o solidifica, pues se presentan prácticas
incompatibles a las ya establecidas.
132
N. García Canclini, Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la
modernidad. México: Editorial Paidós, 2007, 2a. reimpresión.
119
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
120
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Capítulo 3
Perspectiva bíblico-teológica
121
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
122
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Ensayo 5:
∗
Byron Mazariegos
(Guatemala)
La teología medular del pentecostalismo
latinoamericano
Introducción
Licenciado en Teología. Pastor de las Asambleas de Dios de Guatemala.
123
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
133
R. Aguirre Monasterio y A. Rodríguez Carmona, Evangelios Sinópticos y
Hechos de los Apóstoles. Navarra, España: Verbo Divino, 2006, 9a. edición, 351.
134
R. Aguirre Monasterio y A. Rodríguez Carmona, Evangelios Sinópticos y
Hechos de los Apóstoles, 281.
124
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
la vez, otros opinan que Lucas lo fue primero y después Hechos, como
continuación de Lucas.135
La importancia de resaltar la unicidad de Lucas-Hechos en su origen
reside en mostrar que hay una continuidad de pensamiento teológico entre
ambos libros. El autor mantiene unas líneas teológicas que son perceptibles
a lo largo de la obra completa. Los críticos han discutido ampliamente
respecto a la problemática de si Lucas-Hechos es histórico, pero no
teológico, o si es teológico pero no histórico, o si ambas dimensiones son
reunidas en su contenido. La primera postura ha sido sostenida por
conservadores, quienes defienden el carácter histórico de Hechos, pero no
aceptan que sea teológico o, por lo menos, lo mantienen con reservas. ¿Es
Hechos sólo descriptivo por ser histórico, pero no normativo ni teológico?
Esta postura es sospechosa. La otra surge de los círculos liberales, en
especial de la escuela de Bultmann, donde se propone que el libro no es
histórico, debido a los presupuestos racionalistas y aprioristas de teólogos
como F. Ch. Baur, entre otros. Se aduce que Hechos refleja una teología
tendenciosa que intenta hacer una síntesis doctrinal del paulinismo y del
petrismo.136
Según Jürgen Roloff: “La gran creatividad con que Lucas maneja y
refunde los materiales recibidos de la tradición precedente y el vigor con
que imprime su cuño personal como escritor y como teólogo. (…) Lucas es
un autor que habla su propio lenguaje teológico.” 137 Y añade: “Hoy día ya no
podemos leer el libro de los Hechos simplemente como un relato de la
historia del cristianismo primitivo; lo primero que tenemos que hacer es
preguntarnos: ¿Qué quiere decirnos Lucas con este relato? ¿Cuál es la
intencionalidad de su presentación?”138 La teología tradicional surgida de las
iglesias históricas, asoció siempre la teología de Lucas con la de Pablo,
haciendo dependerla de la teología de aquel. Pero hoy está comprobado que
Lucas es un escritor independiente, que no es un simple narrador descriptivo
e intérprete de la historia de la comunidad primitiva. Lucas es un verdadero
teólogo que escribe con intención teológica más allá de lo histórico.
135
R. Aguirre Monasterio y A. Rodríguez Carmona, Evangelios Sinópticos y
Hechos de los Apóstoles, 282.
136
R. Aguirre Monasterio y A. Rodríguez Carmona, Evangelios Sinópticos y
Hechos de los Apóstoles, 312.
137
J. Roloff, Hechos de los Apóstoles, Madrid: Cristiandad, 1984, 27.
138
J. Roloff, Hechos de los Apóstoles, 27.
125
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
139
R. Stronstad, La teología carismática de Lucas, Springfield, MO: Resource
Development Ministries, 2001, 16.
140
R. Stronstad, La teología carismática de Lucas, 17.
141
G. D. Fee, Lectura eficaz de la Biblia, Miami: Vida, 2007, 109-110.
142
G. D. Fee, Lectura eficaz de la Biblia, 110.
126
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
149
G. D. Fee, Lectura eficaz de la Biblia, 118.
150
S. M. Horton, El Espíritu Santo revelado en la Biblia. Miami: Vida, 1992,
edición revisada.
151
He seguido aquí la excelente exposición de Roger Stonstad, tratando de
sintetizar su pensamiento pero con algunos análisis personales.
128
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
152
H. M. Ervin, El bautismo en el Espíritu Santo. Una investigación bíblica.
Miami: Vida, 2000, 42. Ver también G. D. Fee, Primera Epístola a los Corintios,
Buenos Aires: Nueva Creación; Grand Rapids, 1998, 682-686.
129
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
“afirmó” sobre sus pies (iotemi); “vino” sobre él (erjomai); lo “guió” (ago)
y lo “recogió” (analambano). De Sansón se dice que el Espíritu comenzó a
“moverlo” (synekporeueszai) (Jue. 13:25); y que el Espíritu se “apartó” de
Saùl (apeste) (1 S. 16:14).
131
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
132
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
de sabiduría” (Dt. 34:9); aquí, la sabiduría no es para hacer cosas, sino para
dirigir. En el caso de los jueces, el don del Espíritu les da destrezas militares
para liberar al pueblo de los enemigos. Esto es repetitivo en Otoniel (Jue.
3:10), Gedeón (6:34), Jefté (11:29) y Sansón (13:25). Lo mismo sucede
cuando empieza la época de la monarquía, en el caso de Saúl y David, que
ya vimos antes.
133
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
153
G. D. Fee, Primera Epístola a los Corintios, 685.
154
H. M. Ervin, El bautismo en el Espíritu Santo, 31.
155
H. M. Ervin, El bautismo en el Espíritu Santo, 28.
134
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
135
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
136
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
157
En el Diccionario Teológico del Nuevo Testamento, Tomo II, dirigido por L.
Coennen y otros, R. Schippers desarrolla el uso que tienen los verbos pleroo y
pimplem en el período griego, así como en la Septuaginta y el Nuevo Testamento.
Señala que la diversidad de matices de las palabras que son de la familia de pleroo
en el ambiente griego, se componen con la raíz común ple. Tanto pleroo como
empimplemi significan literalmente “llenar un recipiente” y el resultado de esa
acción se designa con pleres o pleroma. En la Septuaginta estos dos verbos
aparecen aproximadamente con igual frecuencia. Estos verbos y sus derivados se
traducen principalmente de formas derivadas de malé, poco menos de saba, tamam
y salem. Parece que el autor no toma en cuenta textos vitales donde aparece el
verbo pimplemi. Sin embargo, cuando habla del uso de pimplemi y pleroo en el
Nuevo Testamento, aparte de otros usos que se le dan a estos verbos en diferentes
contextos. Cuando se refieren al estar llenos del Espíritu, se constata que estos
verbos aparecen solamente en voz pasiva y el concepto es específicamente lucano.
“Pablo ha desarrollado una pneumatología distinta de la de Lucas”. El autor destaca
los textos claves de Lucas – Hechos para subrayar el uso de ambos verbos en el
lenguaje carismático de Lucas. El tema de la llenura del Espíritu lo trata de manera
amplia, no sólo en los aspectos carismáticos, sino también en los aspectos
cualitativos de la vida interna del ser humano que se encuentra lleno del Espíritu.
137
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
158
J. A. Fitzmyer, Los Hechos de los Apóstoles. Salamanca: Sígueme, 2003, 273-
274, identifica también el “seréis bautizados con el Espíritu Santo” con “la promesa
del Padre” y lo identifica con el fenómeno de “hablar en otras lenguas”. Además,
opina que la preposición en es instrumental.
138
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
del Espíritu que vino sobre Sansón, Jefté y otros. Se habla también de
Elizabeth que habló “llena del Espíritu Santo” (Lc. 1:41). Nuevamente
figura el verbo pimplemi. También se dice de Zacarías que estaba mudo y de
pronto empezó a hablar: “Entonces Zacarías su padre, lleno del Espíritu
Santo profetizó diciendo” (Lc. 1:67). La recurrencia del verbo mencionado
es interesante.
Se dice también de Simeón: “el Espíritu Santo estaba (epi) con o
sobre él” y luego, que “movido por el Espíritu fue al templo” (Lc. 2:26-27).
El ministerio de Jesús igualmente se presenta como dirigido
carismáticamente por el Espíritu Santo. En 4:14, al iniciar su ministerio,
Lucas lo introduce así: “Y Jesús regresó en el poder del Espíritu (en te
dynamei tou pneumatos) a Galilea”. Seguido de eso, Jesús lee en la sinagoga
y se atribuye el texto de Is. 61:1-3.
Retomando la cuestión de “la promesa del Padre”, Lucas utiliza
varias expresiones para referirse al mismo hecho: el derramamiento
poderoso del Espíritu Santo. Lo llama: “la promesa del Padre” (Lc. 24:49;
Hch. 1:4; 2:39); “bautismo en el Espíritu Santo” (Hch. 1:5); “llenura del
Espíritu Santo” (Hch. 2:2, aquí utiliza el verbo pleroo); “el don del Espíritu
Santo” (Hch. 2:38). Para Lucas, la venida del Espíritu Santo es una venida
carismática, con poder, con señales, de manera inusual.159
160
J. A. Fitzmyer, Los Hechos de los Apóstoles, 315.
161
D. Chiquete, Haciendo camino al andar. Siete ensayos de teología pentecostal.
San José, Costa Rica: Centro Cristiano Casa de Vida, 2007, 66.
162
D. Chiquete, Haciendo camino al andar, 66.
163
D. Chiquete, Haciendo camino al andar, 66.
164
D. Chiquete, Haciendo camino al andar, 67.
140
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
142
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
143
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
144
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Ensayo 6:
∗
José A. Watanabe
(Perú)
Pensamiento pentecostal:
Un acercamiento a la
cosmovisión pentecostal
A modo de introducción
Ingeniero Civil; Licenciado en Teología; Magister en Antropología por la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos; pastor de las Asambleas de Dios del
Perú.
145
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
166
El término “lectura ingenua” lo uso en el sentido de la definición de Paul
Ricoeur.
167
Por “contextualización” se entiende que las iglesias están acordes con los
adelantos tecnológicos, electrónicos, uso de los conciertos, congresos, música
vernácula y moderna, etc.
146
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
1. Marco teórico
168
P. Berger y Th. Luckmann, Modernidad, pluralismo y crisis de sentido. Buenos
Aires: Paidós, 1995.
169
C. Geertz, Interpretación de las culturas. Barcelona: Gedisa, 2000, 24.
147
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
170
C. Geertz, Interpretación de las culturas, 122.
171
C. Geertz, Ethos, visión del mundo y análisis de los símbolos sagrados. Lima:
PUCP, 1973, 15-16.
148
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
149
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
REALIDA
D
181
Esta jerga religiosa evangélica pentecostal define el ámbito subjetivo de la
persona en relación con Dios. Cuando se expresa así está indicando que la persona
puede tener una relación con Dios de una forma tan personal como con su mejor
amigo o amiga. Por supuesto esto es un antropomorfismo. Para tener una mayor
comprensión de que es lo que quieren decir con “tener una íntima relación con
Dios” realicé una entrevista al pastor de la iglesia. Él me contó una experiencia que
tuvo hace ya muchos años:“Pertenecía a una iglesia que no aceptaba las
experiencias sobrenaturales y continuamente el pastor y los hermanos de aquella
congregación me hostigaban, hasta llegaban al insulto, pues recibí lo que se llama el
bautismo en el Espíritu Santo. Un día estaba orando profundamente en mi cuarto y
sentí una presencia de alguien que me envolvía y escuché una voz, no sé si fue
externo o interno, que me decía esta noche te van a llamar pero no temas. Cuado
terminó me volví a ver quién era, y no vi a nadie. Desde ese momento quedé
perplejo, y un cierto temblor corría sobre mi cuerpo, como de ansiedad. Fui a la
iglesia esa noche, le comenté a un buen amigo que estaba allí que también había
recibido la experiencia del bautismo del Espíritu Santo. Le conté lo que
experimenté y fuimos a orar a la cancha de la iglesia y cuando estábamos orando
vino el pastor principal y me dijo: deseo hablar contigo. Fui a su despacho y me
prohibió que siguiera hablando de esa experiencia del bautismo del Espíritu Santo.
Como puedes ver, ya el Señor me había dicho lo que me iba a suceder para estar
preparado. Así es nuestro Señor.”
Para ellos, Dios no es un concepto abstracto e impersonal, es un ser supremo
experimentable. Es trascendente por un lado, porque no lo pueden conocer en su
totalidad, pero a la vez es inmanente, por que está cerca de ellos para protegerlos,
defenderlos, hablarles, etc. De estas experiencias hay muchísimas en los ambientes
pentecostales en general.
182
Weltanschauung o cosmovisión: término usado mayoritariamente por el filósofo
alemán W. Dilthey. Ver Teorías de la concepción del mundo, 117-130.
183
En esta etapa de reconstrucción se le enseña que este mundo está bajo el poder
del maligno y que las personas están dominadas, esclavizadas por el pecado. Por
ello deben apartarse de este mundo con sus prácticas (fiestas, sensualidades,
153
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Toledo: mal Gobierno = junto a los apus y dioses del imperio incaico
(Satanás)
186
Las Huaringas es un lugar al norte de Perú que se caracteriza por las prácticas de
curanderismo y brujería.
187
Esta “carnalidad” es definida como la naturaleza humana espiritual
acostumbrada a revelarse (el pecado, que mora y vive en él) contra la voluntad de
Dios (que se revela en la Biblia). Algo así como la conciencia no regenerada,
viciada, que obliga a hacer su voluntad, sean pensamientos, valores, conducta,
pasiones lujuriosas, mentira, homosexualidad, etc. Hay unas listas de vicios en Ro.
1:29-30; Gl. 5:19-21.
156
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Oposición
Dios Satanás
Satanás Dios
Oposición
Este recorrido nos dice en primer lugar que estamos dominados por
uno de los dos actantes, sea Dios o Satanás. Para llegar a Dios (bien
supremo) y ser cristianos partimos de Satanás negando a Satanás y todo lo
188
El concepto de “salvación” dentro del movimiento pentecostal es muy complejo,
pues va desde una concepción espiritualizada, esto es, la salvación del alma, hasta
los más progresistas que consideran a la salvación como algo integral, esto es, que
incluye también lo corporal, que es la que se va imponiéndose.
.
157
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
158
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
mayoría son pobres. Y sobre todo, se tiene una concepción de Dios muy real
y que sus promesas dadas en la Biblia son experimentables en el día de hoy.
Conclusión
159
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Ensayo 7:
∗
Wilma Wells Davies
(Inglaterra)
La naturaleza de la conversión pentecostal en la
Argentina: Implicaciones misiológicas189
Licenciada en Antropología Social por la Queens University Belfast. Profesora de
Misionología en Argentina con Latin Link. Durante ese tiempo, con una beca del
Whitfield Institute, Cambridge, realizó una investigación empírica del
Pentecostalismo en la Argentina.
160
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Introducción
190
P. Hiebert, Conversion, Culture and Cognitive Categories, en: Gospel in
Context 1:4 (1978), 26-29.
191
José Míguez Bonino, Conversion: A Latin American Reading, en: D.
Kirkpatrick, Faith Born in the Struggle for Life: A Re-reading of Protestant Faith in
Latin America Today. Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1988, 3-14.
192
O. E. Costas, Conversion as a Complex Experience, en: Gospel in Context 1:3
(1978), 14-24.
193
E. Castro, La conversión, en: Revista Iglesia y Misión. N.d.
http://www.kairos.org.ar/articuloderevistaiym.php?ID=1681
162
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
194
E. Castro, La conversión, 1.
195
V. Giménez Béliveau y J. Cruz Esquivel, Las creencias en los barrios, o un
rastreo de las identidades religiosas en los sectores populares urbanos del Gran
Buenos Aires, en: Sociedad y Religión 14/15 (1996), 117-127, 119.
163
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Predicación y testimonio
196
Como en un set centrado en vez de un set con frontera/límites. Ver P. Hiebert,
Conversion, Culture and Cognitive Categories, 27.
197
Mi cuestionario sostiene esto porque 48.5 % de los entrevistados vinieron a la
iglesia primeramente porque tuvieron una gran necesidad, 18.75% más vinieron
porque vieron un milagro en la vida de un conocido. Para esas personas, la iglesia
pentecostal parece ser una posible fuente de poder, y para algunos sí lo fue. Esto
deja más o menos una tercera parte, para quienes la conversión no requiere una
demostración de poder.
198
Obviamente no puedo hablar en forma general sobre todo el pentecostalismo
argentino, así que los comentarios hechos aquí se refieren solamente a las iglesias
que visité como parte de mi investigación, y particularmente a la iglesia neo-
pentecostal en Buenos Aires.
164
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
199
Un resumen parafraseado del sermón evangelístico al aire libre del 28 abril de 2002.
Notas etnográficas.
165
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Catrina: Que me salvaba. Eso era salvación, liberación, que se iba a ir todo
lo malo, que iba a estar mejor; que me iba a ‘libertar’, ésta es la palabra.
200
Notas etnográficas. Culto bautismal, 3 de marzo de 2002.
201
Notas etnográficas. 9 de diciembre de 2002.
166
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
168
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
medio de brujería y hechicería, es decir, por medio del poder diabólico, que
al fin ata a la gente en vez de liberarlos.203
En una conversación sobre las prácticas de los pais y las mães afro-
brasileños de la vecindad, el Pastor Pedro confirmó eso:
203
Tomi, entrevista recordada, 12 de junio de 2002.
204
Pastor Pedro, entrevista recordada. 11 de abril de 2003.
205
Comunicación personal, junio de 2006. Harvey Cox cuenta como los pastores
pentecostales de Corea también rechazan la comparación porque ven tales
fenómenos como visiones, y aún vuelo espiritual, presentes en la Biblia.
169
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
1. Diana, una joven quien pasó tres años en drogas con su novio Dante,
gradualmente se dio cuenta que este tipo de vida no resulta bien para ella y
170
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
206
En enero y marzo de 2004 fui a visitar la iglesia y buscar algunas personas claves
de la investigación. La visité también en mayo de 2008. Diana todavía estaba como
miembro activo.
171
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
173
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
175
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
210
Debe ser reconocido que los testimonios están recogidos de gente que, hablando
generalmente, son miembros establecidos en iglesias locales. Los que permanecían
por un corto plazo, y los que acaban de pasar, son más difíciles de encontrar, y sus
historias raramente oídas.
211
En el sentido de ser verificable.
212
Un punto de vista expresado en conversaciones con la iglesia y líderes asociados
con COMIBAM, Mendoza, septiembre de 2003.
176
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
213
Brad Walz es un misionero de Estados Unidos. Tiene el cargo de Director de
Misiones del UAD. Ha trabajado en Argentina por muchos años. Entrevista, 4 de
septiembre de 2003.
214
Unión de las Asambleas de Dios.
215
D. A. Smith, Pistas polémicas para una pastoral de fin de milenio, en: B.
Gutiérrez, editor, En la fuerza del Espíritu. Los pentecostales en América Latina:
un desafío a las iglesias históricas. México: AIPRAL, 1995, 323.
177
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
216
Esta es casi exactamente la misma situación como la ha resumido Frans
Kamsteeg para Peru en The Message and the People - The Different Meanings of a
Pentecostal Evangelistic Campaign: A Case from Southern Peru, en: S. Rostas y A.
Droogers, Popular Use of Popular Religion in Latin America. Amsterdam:
CEDLA, 1993, 127-143.
217
Kamsteeg, The Message and the People, 139, cuenta que el seguimiento de los
formularios mostraron que mucha gente ha dado nombres y direcciones falsas.
178
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
fundada en 1980 por un argentino, Ed Silvoso, quien trabajó con Luis Palau
en Estados Unidos.
Un ejemplo concreto de influencia global de Argentina es el vínculo
entre Buenos Aires y Toronto. Los Arnott, del famoso Toronto Vinyard,
recibieron la unción bajo el ministerio de Friedzon en 1993. Llevaron esto a
Toronto y las manifestaciones asombrosas llegaron a ser conocidas
globalmente como ‘la bendición de Toronto’. El movimiento no era
conocido como ‘la bendición de Buenos Aires’ probablemente porque no
fue marcado y presentado en una forma que los consumidores cristianos
pudieron apropiarse en masa. El problema mayor supuestamente era el
idioma – español, y la falta de recursos para publicar y distribuir materiales;
también el costo relativo de vuelos a Buenos Aires en comparación a vuelos
a Toronto. A despecho de estas barreras, varios occidentales peregrinaron a
las famosas mega-iglesias y varios ministerios como los de Cosecha. 223
Esperaban ser contagiados por el fuego del avivamiento y aprender
cómo hacer/llevarlo a su propio país. Es suficiente evidencia para probar la
advertencia de Poewe y Freston de no aceptar las teorías de los
norteamericanos literalmente porque son ellos quienes tienen los recursos
para publicarlas.224 Sin embargo, con la ayuda de Peter Wagner algunos de
223
Por ejemplo en 1996 veinticinco australianos visitaron Cosecha en la Argentina. El
Pastor Brian Medway, el
pastor mayor de Grace Christian Fellowship, Canberra, escribe: “Nosotros pasamos
quince días en la Argentina
por tres razones importantes: 1, atender al instituto internacional, a una reunión de
líderes cristianos de cada parte de la Argentina y a la mayoría de las naciones de
Suramérica, 2, recibir una promesa de pastores cristianos
maravillosos y de líderes del americano del sur para rogar por un millón de horas
para el renacimiento en Australia, 3, para visitar con los líderes en algunas de las
ciudades y para ganar una cierta comprensión de los sentidos prácticos de las
regiones enteras que alcanzan para Cristo”. B. Medway, Standing in the Rain:
Reflections on the Argentine Revival. (Accedido el 5 de abril de 2006).
http://www.inthenameofjesus.org/Revival%20Reports/Argentine%20Revival%20-
%20BM.htm
224
P. Freston, Charismatic Evangelicals in Latin America: Mission and Politics on
the Frontiers of Protestant Growth, en: S. Hunt y otros editores, Charismatic
Christianity. Sociological Perspectives. Hampshire, UK: Macmillen, 1997, 184-
205, 185.
181
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Conclusión
229
Mi traducción de: “that semi-magical ideas associated with traditional religion
will be smuggled into the life of the Church under the umbrella of the Charismatic
Movement”. Simpson, Magic, Ministry and Mission, 27.
230
P. Glover y otros, The Signs and Wonders Movement – Exposed. Bromley, Kent:
Day One Publications, 1997.
231
El Catolicismo Romano tiene 17.5 % de la población del mundo y el cristianismo
pentecostal y carismático tiene 8.7 %. Barrett, World Christian Trends, 4.
183
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
184
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Capítulo 4
Perspectiva de género
185
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Ensayo 8:
∗
Cecilia Castillo Nanjarí
(Chile)
Imágenes y espiritualidad de las mujeres
en el pentecostalismo chileno
Introducción
Pastora de la Misión Iglesia Pentecostal, Chile; Postgraduada en Teología e
Historia por la Universidade Metodista de São Paulo (UMESP); Graduada en
Derecho por la Universidade Metodista de São Paulo (UMESP); participó durante
el período de 2000 a 2007 en el Grupo Consultivo del Consejo Mundial de Iglesias
y Pentecostales; fundadora e integrante de la Organización No Gubernamental
“Entre Nós” especializada en asesoría, educación y estudios en género y raza en
Brasil. Actualmente es Coordinadora Técnica de la Casa Abrigo Regional do
Grande ABC, São Paulo, Brasil, que abriga a mujeres víctimas de la violencia
doméstica e intra-familiar, amenazadas de muerte por sus maridos.
186
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
232
C. Castillo, Liturgia pentecostal: Características y desafíos del culto pentecostal
chileno, en: D. Chiquete y L. Orellana, editores, Voces del pentecostalismo
latinoamericano. Identidad, teología e historia. Concepción – Chile: RELEP;
CETELA; ASETT, 2003, 175-195.
187
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
233
C. Bandixen y C. Castillo, II Encuentro Nacional de Mujeres Pentecostales. “Un
espíritu, muchos dones”. Evangelio y Sociedad. Santiago, No. 20, 1994.
234
En la experiencia de las mujeres se pueden observar algunos elementos comunes,
tanto en las mujeres pentecostales como en los grupos ecuménicos de liturgia
feminista: la experiencia de vida cotidiana; la búsqueda de tradiciones bíblicas
animadoras; la fuerza de la fe y de la condición de imagen de Dios en todas las
personas; la fuente de inspiración y sabiduría; la búsqueda de elementos sanadores
y espacios sagrados, entre otros. Ver U. Knie, Fontes de espiritualidade. Liturgias
feministas no contexto da igreja de mulheres em nivel mundial. Conferencia
presentada en el VIII Seminario Temático de Netmal, Pico do Jaraguá. São Paulo,
20-22 de agosto de 1999. Miméografo. Traducción libre.
235
U. Knie, Fontes de espiritualidade, 23.
236
U. Knie, Fontes de espiritualidade.
188
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
Todo lo que les acontece proviene del Señor: las dificultades las
entienden como enseñanzas para que tengan paciencia, constancia
y obediencia. Las cosas buenas, las entienden como respuestas a
sus demandas y como recompensas de parte de Dios.238
237
U. Knie, Fontes de espiritualidade, 24.
238
U. Knie, Fontes de espiritualidade.
239
U. Knie, Fontes de espiritualidade.
189
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
240
U. Knie, Fontes de espiritualidade, 24.
241
E. Schüssler Fiorenza, As origens cristãs a partir da mulher. Uma nova
hermenêutica. São Paulo: Paulinas, 1992.
242
C. Bandixen y C. Castillo, II Encuentro Nacional de Mujeres Pentecostales, 23.
190
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
243
Memoria 1er. Encuentro de Mujeres Pentecostales. Costa Rica, 10-14 de agosto
de 1992, 22; II Encuentro Latinoamericano de Mujeres Pentecostales. Huampaní-
Lima, 13-18 de noviembre de 1995, 31.
244
II Encuentro de Mujeres, 28.
245
Memoria 1er. Encuentro de Mujeres, 29.
246
Memoria 1er. Encuentro de Mujeres, 33.
191
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
249
E. Moltmann-Wendel, Espírito e corpo: Resposta feminista, en: Concilium.
Petrópolis: Vozes, 1996. No. 3, 70-78.
193
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
194
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
250
E. Durkheim, As formas elementares da vida religiosa. São Paulo: Paulinas,
1989, 68. Traducción libre.
251
E. Durkheim, As formas elementares da vida religiosa, 72.
252
E. Durkheim, As formas elementares da vida religiosa, 69.
253
E. Durkheim, As formas elementares da vida religiosa, 70.
195
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
254
V. Lee Erickson, Onde o silêncio fala. Feminismo, teoria social e religião. São
Paulo: Edições Paulinas, 1998, 11. Traducción libre.
255
V. Lee Erickson, Onde o silêncio fala, 45.
256
V. Lee Erickson, Onde o silêncio fala, 51.
257
V. Lee Erickson, Onde o silêncio fala, 57.
258
V. Lee Erickson, Onde o silêncio fala, 58.
196
Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III
259
A. Di Nola, Sagrado / profano, en: Enciclopédia Einaudi. Lisboa: Imprensa
Nacional, 1987, Vol. 12, 138. Traducción libre.
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A. Di Nola, Sagrado / profano, 105.
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A. Di Nola, Sagrado / profano, 106.
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A. Di Nola, Sagrado / profano, 109.
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A. Di Nola, Sagrado / profano.
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A. Di Nola, Sagrado / profano, 127.
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A. Di Nola, Sagrado / profano, 129.
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A. Di Nola, Sagrado / profano, 130.
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A. Di Nola, Sagrado / profano.
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A. Di Nola, Sagrado / profano.
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En algunas iglesias pentecostales existe un cuerpo profético compuesto
principalmente por mujeres. En otras, las mujeres que viven diversas experiencias
de éxtasis, participan en el culto, siendo muchas veces temidas, ya que desarrollan
el rol profético. Un caso clásico de los orígenes del pentecostalismo chileno es la
Srita. Elena Laidlaw. “La Mrs. Hoover la llevó a las reuniones y fue convertida de
una manera poderosa y bautizada con el Espíritu Santo. Como en varias otras
personas de ambos sexos, con el bautismo le sobrevino un poder notable y extraño,
sobresaliendo en ella, de manera que hablaba con un poder que convencía a muchos
de pecados y se convirtieron al Señor (...). Esta niña, Elena de nombre, cuando el
Espíritu la tomaba con ojos cerrados iba a cualquier parte de la congregación,
sacaba de en medio alguna persona, la hacía hincarse, le decía las cosas que tenía en
su corazón, le llamaba al arrepentimiento, le ponía las manos encima, oraba y
bendecía. Varios reconocieron la verdad y así se convirtieron”. Cf. W. Hoover,
Historia del avivamiento, 32-33.
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Según Ute Knie, liturga alemana, los rasgos básicos que definen la liturgia
feminista a nivel mundial son: las mujeres actúan con autoridad; las mujeres son
portadoras de tradición litúrgica; liturgias feministas son liturgias contextuales; en
liturgias feministas tanto el proceso como el producto son importantes; en liturgias
feministas el poder es compartido; las liturgias feministas son comunicativas y
participativas; el lenguaje litúrgico es inclusivo / justo; los temas de las liturgias
feministas son las experiencias cotidianas de las mujeres; en liturgias feministas son
mencionadas experiencias de violencia y opresión contra mujeres; hay una
motivación mutua para combatir la violencia en todas las formas; en liturgias
feministas el cuerpo de las mujeres es visto, de nuevo, como imagen de Dios y lugar
de revelación divina; en la liturgia feminista la tradición litúrgica de las mujeres es
redefinida; en celebraciones litúrgicas feministas los símbolos tienen gran
importancia; el propio espacio sagrado es simbólico; sanidad y santificación de la
creación son aspectos importantes; en liturgias feministas el contexto político y la
situación personal de mujeres, niños [as] y hombres son relacionados con visiones
del reino justo de Dios para descubrir posibilidades de transformación. Así, el
presupuesto de la liturgia feminista es que una liturgia del futuro necesita de algo
nuevo en lo que dice a respecto de las relaciones de género. Ver Fontes de
Espiritualidade, 8-14.
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Capítulo 5
Perspectiva testimonial
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Ensayo 9:
∗
Jairo Cruz
(Colombia)
Resignificando la
comunidad pentecostal: Un comentario
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cadáveres. Estos pastores habían sido acusados por las FARC de auxiliar a
los grupos paramilitares en la región del Huila. Algunos otros asesinatos de
pastores, que fueron informados en el Caquetá, hasta el día de hoy no se han
encontrado los responsables. Asimismo se conoce el trabajo pastoral
evangélico en el Urabá Antioqueño, donde también fueron asesinados
algunos pastores. Se conoce estadísticamente que en los últimos años han
sido asesinados 47 pastores y alrededor de 60 sacerdotes católicos.
Frente a esta situación surgen cuestiones sobre el quehacer de la
iglesia pentecostal, preguntas como: ¿Dónde está Dios cuando suceden estas
cosas? ¿Dónde está la iglesia pentecostal? ¿Cómo acompañamos al que
sufre? ¿Realmente somos la solución que este mundo necesita y en
particular América Latina? ¿Cuál es nuestro compromiso con el mundo?
Evocar en este punto algunas críticas que se nos hacen por nuestro
carácter fundamentalista y eclesiológico puede ser pertinente. Por ejemplo,
Paul Tillich dijo:
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Ensayo 10:
∗
Verónica Pérez
(Guatemala)
Experiencias locales – Pentecostales
que aportan al desarrollo en Guatemala
Introducción
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Predicación en el 75o Aniversario de la Iglesia de Dios del Evangelio Completo.
Estadio Mateo Flores. Abril de 2008.
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Información brindada por un pastor de la Iglesia Presbiteriana.
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Información brindada por la pastora Delia Leal de la Iglesia del Nazareno.
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Predicación en el 75o Aniversario.
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misma como ese poder que mueve montañas y logra salir adelante en lo que
se propone, sean éstas ideas locales, internas o externas.
El desarrollo de este trabajo consta de dos partes. La primera contiene
los testimonios de algunos varones pentecostales guatemaltecos; en la
segunda parte abordaré el aporte de las mujeres nicaragüenses. Estos
testimonios recogidos en este trabajo muestran maneras distintas de ver,
comprender y pensar el pentecostalismo y su aporte dentro de las
sociedades. Es visible su presencia y aporte social para el desarrollo
humano. Esto es verificado por los cambios operados en las vidas de las
personas. Este cambio es como una onda que se extiende a la vida humana y
a la naturaleza.
difícil, marca su vida por su experiencia de adicción a las drogas; narra que
los desafíos los evadía, que tenía una ausencia de sueños e ilusiones por
vivir. “Los jóvenes drogadictos eran mis amigos, únicos para mí”, dice.
Es evidente que Orlando atesora la enseñanza de su familia, vive y
crece en su experiencia religiosa. Encausa su esfuerzo en superar la
situación de su familia: pobreza. En medio de las limitaciones, Orlando ve
posibilidades de llegar a ser “alguien” en la vida.
El esfuerzo de Barreda encausaba de manera negativa contra su
persona, era renunciar a su familia sanguínea, adoptar a los jóvenes
drogadictos como compañeros y su “nueva familia”. El cementerio se
constituye en su nuevo hogar, abandona sus estudios y su vida deja de tener
sentido. “Con el correr del tiempo, tuve conciencia de que mi vida era
accidentada, dolorosa y sin sentido.”
Esta conciencia de Leonel sobre la realidad de su vida se hace más
clara por la experiencia de su amigo con quien compartía la drogadicción,
pero su amigo se apartó por un tiempo. Cuando este joven regresó había
experimentado la transformación por el evangelio: con nuevas ideas, una
práctica diferente, actitud amistosa, humilde y deseo de compartir su
experiencia de vida con sus ex compañeros en la drogadicción.
Este joven cristiano volvió con sus amigos para compartir el
evangelio. Enseñaba a sus amigos los cantos que aprendía en la iglesia,
acompañado por una guitarra. Un nuevo ambiente y contenido diferente
rodeaba a Leonel, por eso dice: “Me impactó la experiencia de cambio en la
vida de mi amigo; lo consideré como un modelo a seguir.” A este joven, con
mucha perseverancia lleva el mensaje del evangelio, hasta la conversión de
todos los miembros del grupo, entre ellos Leonel.
Veo que el trabajo en el poder del Espíritu es fuerza y vida: convierte
al joven, lo conduce a compartir el evangelio con sus amigos. El Espíritu
actúa en ellos y todos sus amigos se convierten y los envía a compartir el
evangelio con otros jóvenes. Desde estos tres testimonios, quiero resaltar los
siguientes aspectos:
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Quiero resaltar la importancia del ser humano: los niños, los jóvenes,
las mujeres y los hombres con sus sueños, que luchan por trascender las
limitaciones educativas y religiosas, sociales y culturales. Desde la fe,
Orlando, a la edad de trece años, toma la decisión de superar la pobreza,
individual y familiar. En el caso de Leonel, decide retomar sus estudios con
seriedad y responsabilidad. Para mí ambos manifiestan un signo de
comunidad, de conjunto y de una experiencia de vida integral. Hace falta
reconocer estos esfuerzos individuales por trascender las limitaciones. Se
anula la parte social de las y los pentecostales y se trata de circunscribir y
reconocer únicamente el círculo eclesial.
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recursos para pagar, solicité como préstamo las cuotas de mis estudios.
Iniciaría los pagos después de graduarme y tener un trabajo.”
En la visión y práctica de los líderes y de los miembros noto una
ruptura. El discurso que interpreta la realidad no la recoge en su totalidad,
porque los miembros que viven la situación de pobreza, luchan por superar
estas realidades. Por ejemplo, el pastor Aldana en su discurso del 75o
aniversario de las Iglesias de Dios del Evangelio Completo dijo: “Los
miembros de las iglesias en su mayoría son humildes, del área rural, donde
están las iglesias más fuertes y grandes… son indígenas, comerciantes y
analfabetas, con un corazón y disposición de transformar el ámbito en que
se mueven.”
Me parece que hay un rescate parcial de los sujetos, se les reconoce
de donde son, que son y lo que hacen dentro y fuera de la iglesia. Sin
embargo, la parcialidad al omitir una parte termina negando una parte de la
riqueza, y al final anula todo. Una visión parcializada es muy dañina,
fragmenta al individuo, quien llega a la marginación y la exclusión en su
más clara expresión. Este tipo de discurso no intenta recoger integralmente
las experiencias de vida, parece manifestar su atrofia de visión al considerar
las situaciones concretas a medias porque no está acompañado con una
práctica.
Considero importante que nuestras iglesias hagan un análisis
profundo e integral de las realidades sociales, culturales e institucionales, así
como congregacionales, del liderazgo y de la membresía. Deben proponerse
objetivos y metas para potencializar el desarrollo de las capacidades de
hombres y mujeres miembros de las iglesias. Esto porque el pastor Aldana
reconoce que “la mayoría de la gente es pobre y del área rural, se sienten
parte de esta iglesia, con convicción.” Esto es lo que me motiva a pensar
que la iglesia institución y los líderes han levantado el pie, pero no han dado
el paso de acompañar a los miembros a darle mayor fuerza y cohesión a su
sentido de pertenencia y convicción.
Este es el caso de los indígenas, quienes buscan una pertenencia en la
iglesia, a la vez que fortalecer su identidad cultural. Hacen su mejor aporte a
la iglesia y a la sociedad.
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Predicación en el 75o Aniversario.
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Predicación en el 75o Aniversario.
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Predicación en el 75o Aniversario.
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conduzcan animados por los valores de la vida, con sus acciones que son
capaces de brindar un servicio concreto, llenando de fortalezas y
convicciones.
Con los testimonios personales y la celebración de los 75 años de
presencia pentecostal, podemos palpar que el respeto hacia sí mismas como
personas es parte de la esencia del evangelio, lleva a la integridad, provoca
la construcción de una nueva sociedad, con optimismo y seguridad.
tiene que ver con procesos y esos cambios que vamos haciendo a medida
que conocemos y sabemos cómo hacer las cosas.
Aparece en mí la experiencia de la utopía humana y el proyecto de
Dios, que la vida debe ser “vida en abundancia”. Esta es la misma búsqueda
de Orlando y Leonel, que he narrado anteriormente. Esta es una de las
premisas del evangelio, la que le dio razón de SER desde los inicios mismos
del pentecostalismo. En mí la experiencia pentecostal nace con la fuerza del
Espíritu, como viento recio que arrasa con lo establecido, promueve nuevas
formas de relaciones que conducen al sentido comunitario. Porque el vivir
por fe es vivir en la fuerza del Espíritu.
Siento que otra de las exigencias del evangelio es verse como una
gran familia humana. Esta demanda conocerse a sí mismo y reconocer al
otro o la otra con sus sentimientos, necesidades y sueños de ser alguien en la
vida. Esto se manifiesta en lo religioso, a través de la comunicación con
Dios. Esta comunicación se traduce en acciones sociales, por ejemplo:
apoyarse unos a otros, solidarizarse en lo concreto, un sentido humano en el
dar y recibir. Es importante ser parte activa en la toma de decisiones
sociales, con la visión de una mejora en todos los niveles de vida de las
personas.
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Conclusión
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Ch. Lalive d´Epinay, El refugio de las masas. Estudio sociológico del
pentecostalismo chileno. Santiago: El Pacífico, 1968.
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Entrevistas
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