Clasicismo Gluck
Clasicismo Gluck
Clasicismo Gluck
La primera obra en que colaboraron fue en "Orfeo y Euridice"( 1762), donde tomaron el
famoso mito en una obra en donde aparece nuevamente la presencia importante del coro
pero no a la manera de baile como en la tragedia lírica francesa sino como antagonista
de los protagonistas, que opinan y a veces es el protagonista. Esta ópera aún es cercana
a los modelos barrocos franceses ( Rameau) y se reconocen en ella esos rasgos, pero
hay un gran cambio en el sentido vocal, se elimina la coloratura, se eliminan los adornos
y trinos, y las arias eliminan el "da capo", son una especie de canciones A-A´o A-B y la
acción continúa; además, en las arias, los protagonistas tienden a cantar pero también a
seguir con la acción. El estreno fue un éxito; se tradujo al alemán y al francés (el
original era en italiano).
Luego Gluck trabajó en su obra más importante de este período, "Alceste"( 1767), que
es una obra más pensada desde lo orquestal. Eliminó los recitativos secos de la obra
para lograr una continuidad teatral y mantiene la textura de orquesta todo el tiempo, por
eso fue tan admirado por Berlioz y por Wagner, que veía en él su antecesor más
importante; toma el recitativo acompañado, con una cantidad de efectos de cuerdas
(tremolados, escalas). Esta ópera lleva al comienzo un prefacio en el cual Gluck explica
toda su reforma y qué debe el libretista ofrecerle al músico. Lo curioso es que Mozart
estaba de acuerdo con las convenciones del teatro; las renovó, pero decía que el teatro
no debía ser real, sino que tenía que haber efectos y por ello en Mozart van a confluir
estas dos tendencias del Clasicismo. Después de Gluck la ópera no fue igual. Mozart
trató de conciliar estas dos ideas haciendo que fuera un argumento creíble y que la
música fuera fiel al texto pero también notaba que si había ciertas convenciones que el
público conocía esto ayudaba a que la ópera fuera más entretenida o conmovedora (cosa
que para él era muy importante).
Gluck escribió tras óperas importantes más: "Ifigenia en Áulide", "Armida" e "Ifigenia
en Táuride". En estas obras, de la década de 1770, pulió mucho más su estilo e influyó
profundamente en la época más grande del Clasicismo, a partir de 1775; de aquí surgió
una música que, si bien se nutrió de los estilos preclásicos, particularmente de la idea de
motivo melódico y de acompañamiento sencillo, se enriqueció a nivel armónico
estructural y textural por sus búsquedas teatrales. En textura, tenemos prácticamente el
nacimiento de la orquesta moderna: tiene los mismos elementos que Mannheim pero
agrega una espacialidad y una diferenciación de timbres entre los vientos y las cuerdas
que es novedosa; mantiene generalmente a los vientos en un registro más agudo, muy
tenido, no duplicando mucho entre maderas y cuerdas. Trató no solamente de
aglomerar, sino de usar los registros de los instrumentos para dar fuerza y crescendo.
Además, la cuerda se enriqueció tomando a la viola y el violoncello por separado (en la
ópera buffa esto era impensable, había sólo tres líneas: dos violines y bajos) y a veces
tocan solas las familias. Creó los golpes orquestales de trombones, timbales y trompetas
para dar majestuosidad en los máximos momentos del crescendo, dar el acento a la obra.
Gluck armó una gran escena donde la orquesta no se detenía nunca y los cantantes
expresaban lo que iba pasando; la orquesta va creando una atmósfera que no se detiene,
arma una "scena" donde los diálogos están apoyados por la orquesta sin que ésta sea
ajena sino que plantea el clima.
Toma los personajes griegos de las tragedias porque busca universalidad y porque los
personajes de las tragedias griegas realmente tenían una diferenciación muy clara de
carácter entre ellos. Tienen ciertos rasgos únicos, maneras particulares. Elige tomas
pocos personajes (generalmente tres en una escena) con características vocales e
instrumentales con personalidad propia. Además, cuando van dialogando, mantienen un
registro vocal característico y tópicos rítmicos y melódicos, y una orquestación más o
menos pesada. La parte vocal de los personajes, carente siempre de adornos, toma
mucho el idioma francés como base. Lo que más usa es una simetría de motivos que van
repitiéndose y en los momentos emotivos del texto usa siempre el mismo motivo
melódico.
En la magistral "Ifigenia en Táuride" (1779) los personajes son más o menos trágicos.
El más trágico es Orestes es un barítono, personaje muy trágico, generalmente usa
valores largos, con poca melodiosidad, más bien recita con una especie de declamación.
Para Pilades, gentil compañero de Orestes, utiliza una cosa mucho más cercana a la
melodía galante, adecuada a la voz de tenor. Ifigenia, el personaje trágico más sensible
de la obra, tiene un rango vocal más amplio, tiene una línea sostenida de canto pero
utiliza grandes saltos para dar expresividad y sentimiento. Estos rasgos musicales que
acompañan estos perfiles psicológicos serán modelos a seguir por generaciones de
operistas. El oboe y la flauta acompañan siempre a Ifigenia; la cuerda y ciertas
tonalidades con sostenidos a Pilades y cuando canta Orestes generalmente la textura es
más oscura o de corte marcial , con figuras repetitivas. En esta obra el recitativo
acompañado, la escena y la orquesta son lentos porque la orquesta no puede ir a tanta
velocidad como para que los sentimientos cambien tan rápido como lo hacía el
clavecinista, lo cual constituye el único defecto de la ópera de Gluck según la
posteridad: su lentitud de acción.