Tecnicas y Habilidades de Negociacion
Tecnicas y Habilidades de Negociacion
Tecnicas y Habilidades de Negociacion
DE NEGOCIACIÓN
Dra. Ángela Sheila Bonilla Lancheros
Abogada Conciliadora
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LA NEGOCIACIÓN
La negociación es una de las actividades que realizamos de forma cotidiana, casi de forma natural, sin
necesidad de una formación o entrenamiento previo, ya que la negociación es algo inherente al ser humano.
De hecho, negociamos en cada etapa de nuestras vidas, desde una comida por juguetes, hasta un permiso de
salida, así nuestras vidas están llenas de intercambios negociados.
Sin embargo, muchos desconocen cómo ser un buen negociador, cómo hacerse participe activo de una
negociación y por lo tanto de un acuerdo concertado.
La negociación ha sido definida por varios autores, algunas definiciones planteadas son:
“La negociación es el proceso dinámico en el cual dos partes que desean obtener cada una algo de la otra,
llegan a acuerdos sobre la base de aceptar una tercera posición, sin que ninguna imponga nada a la otra,
como resultado de una expresión libre de la voluntad” (Jinete, 1992).
“La negociación es un conjunto de reglas y principios que deben aplicarse durante el proceso de solución
de un conflicto, basados fundamentalmente en la necesidad de reconocer al otro y con el propósito de
alcanzar acuerdos justos” (Rios, 1997).
“Un proceso de interacción comunicativa en el que dos o más partes intentan resolver un conflicto de
intereses, utilizando el diálogo y la discusión, descartando la violencia como método de actuación y
avanzando hacia un acercamiento gradual mediante concesiones mutuas” (Stephenson y Morley, 1977).
“Las partes verbalizan en primer lugar sus demandas contradictorias, moviéndose posteriormente hacia
el acuerdo mediante un proceso de realización de concesiones o búsqueda de nuevas alternativas” (Pruitt,
1986).
De las anteriores definiciones, podemos concluir que la negociación es un proceso de comunicación entre dos
o más personas que buscan alcanzar un resultado recíprocamente aceptable sobre un asunto que genera un
desasosiego mutuo, dentro de este proceso se procura el acercamiento de dos opuestos hacia una posición
mutuamente admisible.
En la negociación, cada parte tiene la facultad de obstaculizar o apoyar a la otra, para alcanzar sus objetivos y
lograr que se satisfaga sus intereses, por ello es necesario comprender que el acto de negociación es complejo,
por cuanto están en constante movimiento los valores éticos y morales de las partes y el negociador.
El negociador en cada caso debe hacer un autoanálisis sobre habilidades, fortalezas y debilidades, a fin de
determinar qué estilo, modelo o técnica de negociación debe utilizar.
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ESQUEMAS DE NEGOCIACIÓN
Existen diferentes formas de negociar, dependiendo la posición asumida o los intereses pretendidos o las
opciones alternativas, encontramos:
En este esquema de negociación, cada una de las partes toma una posición sobre el tema a tratar, cuenta con
tres momentos:
En la negociación por posiciones casi siempre existen dos tipos de actitudes extremas; una dura, inflexible,
que solo pretende que se acepte su posición inicial; otra flexible, que quiere obtener su objetivo, pero a
través de un acuerdo satisfactorio para ambos. Estas actitudes conllevan a que las negociaciones puedan ser
competitivas o colaborativas, a continuación, veremos una figura que reseña las características de ambas:
Figura 1. Características de las negociaciones competitivas y colaborativas.
Se intentan sacar los mayores beneficios. Se puede llegar a aceptar pérdidas para
llegar al acuerdo.
Fuente: Carrión, 2007.
Para concluir, en el estilo de negociación por posiciones, cada negociador debe argumentar y discutir los
beneficios de cada una de sus soluciones individuales y las desventajas de la propuesta por la parte contraria,
posteriormente debe esforzarse en concesiones recíprocas, y con ello alcanzar un acuerdo satisfactorio para
ambos.
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Negociación por intereses
En el MAAN, el negociador, al preparar la negociación, inicialmente debe analizar las diferentes opciones en
caso de no lograr un acuerdo negociado, escogiendo la mejor alternativa para sus intereses, además debe
revisar cuál puede ser la mejor alternativa de su contraparte. Dentro de la negociación el negociador siempre
debe girar en torno a que el acuerdo no puede ser inferior a su MAAN.
El que el negociador cuente con una alternativa de solución, hace que llegue a la negociación con una alta
autoestima, con la idea de que cualquier posible acuerdo debe producir mayores beneficios para el negociador
que el propio MAAN, blindándolo de realizar un mal acuerdo, además le da la posibilidad de retirarse de la
negociación en cualquier momento.
El siguiente es un ejemplo claro sobre este estilo: el vendedor de un inmueble, en el caso de no alcanzar un
acuerdo, puede contar con distintas opciones como el arriendo o derribarlo para construir. Si decide que la
mejor alternativa es el arriendo, cualquier posible acuerdo de venta deberá enfrentarlo con la opción del
arriendo.
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Figura 2. Diferencias entre regateo y negociación.
Fuente:elaboración propia.
Dentro del texto Técnicas de negociación, resultado del VI Encuentro de responsables de protocolo y relaciones
institucionales de las universidades españolas, realizado del 26 de abril de 2007, se exponen los siguientes
consejos para desarrollar un MAAN sólido:
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ESTILOS DE NEGOCIACIÓN
Aunque cada negociador utiliza una variedad de estilos, estrategias y tácticas de negociación que lo hacen
único, se han documentado algunos estilos de negociación, veamos:
El negociador debe tener la disposición de llevar la negociación sin presiones hacia las partes y de una manera
que permita aclarar las posturas y aceptar un punto de equilibrio beneficioso para ambas.
Las personas: en cuanto a las percepciones, un paso importante es el cambio de actitud o de conducta de las
partes, el negociador debe inculcarles que se pongan en el lugar del otro, que no deduzcan sus intenciones
con base en sus temores, no busquen culpables, sino soluciones, que compartan sus percepciones, que se
interesen porque el resultado de la negociación sea un gana-gana y no de quién pierde más o menos.
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Los intereses: las partes, como se manifestó, deben
centrarse en los intereses (necesidades, deseos, temores)
y no en las posiciones, ya que estas no son el problema
básico en una negociación.
Los criterios: el negociador debe insistir en que el resultado se base en criterios objetivos, por ejemplo: el
valor del mercado, un juicio científico, normas profesionales, etc. Es importante valorar las propuestas para
aceptar aquellas que se ajusten a las necesidades de las partes, teniendo en cuenta los argumentos sólidos,
razonables y racionales, que permitan convencer a las partes en los conflictos. La comunicación debe ser
coherente y adecuada con las necesidades y expectativas de las partes en conflicto.
En la medida que se aprende a negociar con base a intereses, se abandonan las posiciones irracionales y
se rechazan las actitudes arbitrarias, se llegan a resultados que satisfacen las necesidades de las partes en
conflictos y se asumen los compromisos de manera responsable.
En el estilo americano se prefiere la competitividad, la informalidad y la igualdad entre las partes, por tanto,
es indiferente el nivel social al que pertenezcan. Es común que se utilicen intérpretes, lo que da oportunidad
a los negociadores extranjeros de observar las respuestas no verbales del americano, proporcionando más
tiempo de respuesta. Se les permite emplear la táctica de “comprensión selectiva” como cambiar comentarios
anteriores basándose en supuestos malentendidos debido a las dificultades de la lengua.
En la etapa de persuasión, los negociadores no le dedican mucho tiempo a las tareas secundarias y prefieren
centrarse en la discusión de los argumentos lógicos, valorando en ellos la determinación y la persistencia.
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Ganar o perder
• Puntualidad y responsabilidad.
• Cortesia y atención con las mujeres.
• Prefieren evitar el contacto físico, no son muy expresivos.
• Las comunicaciones deben ser asertivas, el exceso de
retórica o prosa resultan ser contraproducentes, se debe
precisar con anterioridad cuál será el idioma oficial y si
es necesario el uso de traductor.
• Las relaciones son estrictamente profesionales y
formales.
ETAPAS DE LA NEGOCIACIÓN
Todo proceso de negociación debe cumplir como mínimo con tres etapas, todas son de importancia y
relevancia.
PREPARACIÓN
La clave del éxito en la negociación está en la preparación del negociador, para algunos tratadistas es el
periodo previo a la negociación propiamente dicha. Durante esta etapa el negociador debe recopilar toda
la información que sea necesaria y pertinente sobre la otra parte, los intereses o factores relevantes, la
información que no puede ser revelada y la mejor opción de oferta, lo anterior, con el fin de unificar criterios
y expectativas. Esta fase es quizás la más importante, debido a que dependiendo de la información y datos
obtenidos de la parte contraría, se podrán preparar mejores argumentos para el desarrollo de las etapas
siguientes.
La preparación es un espacio para definir objetivos, metas, estrategias y tácticas a utilizar en la negociación y
de estudiar los que pueda utilizar la otra parte (con información precisa y verídica).
En esta etapa el negociador debe indagar a todas las personas con interés en el proceso, quienes pueden
aportar no solo información precisa sobre el caso, sino que son una fuente de ideas para las opciones de
solución.
Son muchos los beneficios que obtiene el negociador al estar preparado, por ejemplo:
Señuelo falaz: mediante argumentos falsos se induce a despistar o atraer al oponente. No es muy
recomendable, toda vez que desvanece la imagen del negociador y queda como deshonesto y poco fiable.
Una vez el negociador cuente con la información y los argumentos de negociación, debe procurar estar atento,
concentrado para que pueda captar adecuadamente una mayor información (verbal y no verbal) en la etapa
de discusión o desarrollo.
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DESARROLLO
Segunda fase: propuestas. En esta fase cada una de las partes presentan sus propuestas por separado, dando
la posibilidad a la otra parte de aceptarla o rechazarla, como no es una etapa rígida, puede haber recesos para
estudio de las propuestas, es el espacio donde se utilizan tácticas de negociación y se descubren las verdaderas
discrepancias.
En la tercera fase también se presentan algunos papeles que puede asumir el negociador en la mesa:
Tercera fase: reflexión. En esta fase se analizan las propuestas, se debe estar atento, alerta, cada parte con
prudencia debe aceptar o rechazar cada propuesta, se utilizan términos como: “…si pero…, si se hace esto usted
hace…”. Es un espacio de paciencia, donde se trata de acercar las posturas mediante concesiones.
Cuarta fase: entrando al cierre se debe plasmar todo lo pactado provisionalmente por escrito, es una etapa
difícil, donde se debe concretar si hay un acuerdo o definitivamente se cierra la negociación sin acuerdo.
Comprende un momento de decisión si se ha llegado al límite.
Cierre
La etapa de cierre debe darse en un momento de exaltación en la negociación, el anuncio del cierre debe ser
creíble (o firme) y ser aceptado por ambas partes.
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El cierre de la negociación puede ser con acuerdo o sin acuerdo, antes de cerrar una negociación es necesario
cerciorarse de que no han quedado cabos sueltos y que ambas partes han entendido los puntos discutidos.
Si la negociación termina con acuerdo, este debe ser plasmado en un documento legible, entendible y con
todas las cláusulas que sean necesarias para estipular con claridad y precisión los acuerdos a que han llegado
las partes, en este escrito se deben estipular los plazos, prorrogas, clausulas aceleratorias o de incumplimiento,
indemnizaciones o sanciones, todo esto con el fin de evitar ambigüedades y posibles disputas legales.
La negociación también puede finalizar sin acuerdo y esta debe ser una opción prevista desde el inicio de la
mesa, aunque no conviene precipitarse a tomar esta decisión, se debe tomar en el momento que sea preciso
para evitar confrontaciones físicas, el rompimiento de la confianza entre las partes, a fin de que quede la
posibilidad abierta de seguir negociando de forma mancomunada.
EL NEGOCIADOR
El negociador es la persona que, en constante aprendizaje, busca comprender y llevar a la otra parte por el
camino más conveniente para ambos, un buen negociador es aquel que se adapta rápidamente a los cambios,
reorganiza sus prelaciones cuando es necesario y es receptivo a las nuevas propuestas, pero sobre todo es
aquel que tiene la habilidad y la capacidad suficiente para disfrutar del arte de negociar y se siente cómodo y
a gusto durante todo el proceso, “…es feliz negociando…”.
La negociación, como ya se había referido, está presente en todas las etapas de nuestra vida, el saber
negociar de manera eficiente es esencial en cualquier tipo de relación laboral o de negocios. Todos los días
nos enfrentamos a nuevos retos, generalmente a través de procesos de negociación, por eso hay que estar
capacitados, sin dejar al azar cualquier nueva negociación.
Aunque todos seamos negociadores natos, esto no es suficiente, el buen negociador debe organizar las
técnicas, tácticas y estrategias que aplicará en cada proceso de negociación. El negociador para realizar un
buen trabajo necesita conocimientos, habilidades y técnicas intelectuales y personales, para llegar al mejor
acuerdo posible.
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CARACTERÍSTICAS Y HABILIDADES
DEL NEGOCIADOR
El negociador es una persona que sobresale por contar con una serie de habilidades que lo caracterizan y lo
hacen especial, algunas de ellas son:
Flexible: un buen negociador es la persona que está dispuesta a escuchar las necesidades de sus contendientes
y, a partir de ellas, generar diferentes propuestas que convengan a todos, no impone decisiones. La flexibilidad
también significa que tiene las ideas claras y conoce hasta cuánto puede ceder y que alternativas puede
brindar para que su contraparte escoja la más conveniente. El ser flexible no significa que sea blando en la
negociación.
Perseverante: es aquel que proyecta el futuro y nunca se da por vencido, en caso de no lograr un acuerdo, deja
las puertas abiertas para tratos posteriores. No se rinde con los obstáculos, los supera.
Buen comunicador: cuenta con la habilidad para entablar una conversación interesante, animada, variada y
oportuna, sus conversaciones no pueden ser asfixiantes y se deben basar en la cordialidad. El negociador debe
ser veraz, confiable, concreto, leal y cumplir con lo que se compromete.
Acepta el riesgo: sabe tomar decisiones, contemplando el posible riesgo que conllevan, pero sin ser
imprudente, deja a consulta, aquellas decisiones más trascendentales que exigen un tiempo de reflexión.
Paciente: sabe esperar, tomar con tiempo cada una de las etapas de la negociación, no se precipita intentando
cerrar un acuerdo por miedo a perderlo. Su meta es llegar a un acuerdo justo, beneficioso para todos.
Creativo: debe encontrar la manera de superar los inconvenientes que se le presentan, buscando e ingeniando
soluciones novedosas a las mismas.
Tipos de negociadores
Todos los negociadores son personas con formas muy disimiles de negociar, cada uno emplea una técnica o
táctica dependiendo el caso, sin embargo, se pueden definir dos tipos muy definidos:
Negociador enfocado en los resultados: a este tipo de negociador lo único que realmente le interesa es
conseguir el resultado pretendido, sin importarle lo que debe hacer para lograrlo, puede llegar a intimidar,
presionar, no le afecta generar un clima de tensión, utiliza cualquier estratagema para lograr sus metas, son
muy efectivos en negociaciones económicas puntuales, pero no perdurables.
Tiene una excesiva autoconfianza, se cree con el poder de manejar la verdad, la otra parte es considerada
como un adversario digno de derrotar, con el fin de conseguir el máximo beneficio posible.
Como su objetivo es lograr un resultado satisfactorio para él, no le preocupa generar relaciones personales, ni
mucho menos hacer amigos, los intereses del oponente es un tema que se sale de la negociación y por tanto
de su interés.
Negociador enfocado en las personas: a este tipo de negociador le preocupan las relaciones personales,
mantener un clima de cordialidad con su contraparte. No considera al otro como adversario y por tanto evita
cualquier clase de enfrentamiento o agresión; prefiere ceder antes que incomodar a la otra parte.
El dominante
Este negociador está totalmente enfocado a los resultados, solo le importa el
fin y no los medios. Es una persona dinámica, temeraria, autoritaria, audaz
que no se preocupa por los sentimientos de los demás. Es inflexible, no acepta
puntos de vista innovadores, una solución que funcione no es necesario ni
cambiarla, ni adaptarla.
El tiburón
Esta clase de negociadores muestran dientes afilados, sostienen la teoría que
en cada negociación debe haber un perdedor y un ganador. Desean lograr
todo lo que puedan en cada caso, sin importar el costo. La naturaleza básica
del tiburón cuando negocia es “ganar todo o perder todo”, esto se debe al deseo
de vencer a su contraparte a cualquier precio. Si sus esfuerzos se ven frustrados
por ganar, pueden buscar una solución amistosa, para ceder todo. Presuponen
que solo ellos tienen la mejor y única solución posible para la negociación. El
tiburón no tiene la habilidad de arriesgarse con alternativas diferentes o de
aprender a partir de sus errores.
El analítico
Es un negociador enfocado hacia los resultados, pero también a las personas,
por lo que analiza muy bien sus movimientos para no perjudicar a ninguno de
los dos planos. Se conoce a sí mismo y es consciente de todas sus capacidades
y limitaciones. Es una persona metódica, paciente, diplomática, con gran
escucha. Basa sus decisiones en lo esencial, de forma directa busca la solución.
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Las carpas
El delfín
El negociador delfín tiene la habilidad de adaptarse con éxito
a cualquier situación en que se encuentre, aprende a partir
de la experiencia. Cuando los delfines no obtienen lo que
desean, cambian su comportamiento con rapidez y precisión
de manera muy ingeniosa a fin de conseguirlo.
El cuadrante “pasivo”
Ni las personas ni los resultados le interesan, puede pasar de
un extremo a otro, por una parte, es altamente “hostil” ante
los demás y por otra es el “protagonista” a menudo simpático
y con amplias habilidades sociales. Es egocéntrico, solo se
interesa por sí mismo, en trabajar lo menos posible y que
nadie le moleste.
El emotivo
Este negociador es una persona social a quien le importa
mucho el “qué dirán”, busca permanentemente la aceptación
de los demás, se caracteriza por ser dócil y cariñoso.
Suele mostrarse como impulsivo, apasionado, confiado y
simpático, aunque tiende a ser desorganizado.
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Errores en la negociación
Algunos errores que se pueden presentar en la negociación y que la pueden llevar al fracaso son:
1. Tener una preparación inadecuada, haber obviado esta etapa de recopilación de información,
planteamiento de propuestas y conocimiento del contrincante.
2. Olvidarse del principio ganar-ganar. Cada parte debe concluir la negociación teniendo el sentimiento de
haber ganado alguna cosa.
3. Utilizar un comportamiento de intimidación, agresión o violencia, sin consideración de la otra parte.
4. Ser impaciente, faltarle serenidad y cordialidad en el diálogo y por tanto en la negociación.
5. Actuar con sangre fría, sin pensar en las personas, solo pensar en ganar sin medir las consecuencias.
6. Hablar demasiado y escuchar poco.
7. Disputar en lugar de influenciar. Al no ser buen conversador, rompe fácilmente con el diálogo.
8. No tener en cuenta el conflicto, solo las pretensiones individuales.
Referencias bibliográficas
Carrrión, J. A. (26 de abril de 2007). Técnicas de negociación. Presentado en el IV Encuentro de responsables de protocolo y
relaciones institucionales de las universidades españolas de la asociación para el estudio y la investigación del protocolo
universitario. Alicante, España.
Jinete, M. (1996). El negociador del siglo XXI. La guía para negociar con éxito en la empresa y en el hogar. Millennium Editores. 18
edición.
Morley, I. E., & Stephenson, G. M. (1977). The social psychology of bargaining. Londres, UK: George Allen & Unwin.
Pruitt, D. G., & Rubin, J. Z. (1986). Social conflict: Escalation,stalemate, and settlement. New York: Random House.
Ríos, J. N. (1997). Cómo negociar a partir de la importancia del otro. Editorial Planeta.
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