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Resumen N12 Jackeline Anicama

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RESUMEN N°12: SALUD MENTAL EN TIEMPOS DE DESASTRES

Los desastres son eventos a gran escala, muchas veces inesperados. Usualmente, se suele
prestar más atención a las consecuencias materiales y físicas de los mismos. Sin embargo, las
intervenciones en estas situaciones están incompletas si no se abordan aspectos de salud
mental. El propósito del presente artículo es realizar una revisión de las consecuencias
psicosociales asociadas a un desastre, entre ellas, problemas de salud mental, como el
trastorno de estrés postraumático, trastornos depresivos, consumo de sustancias psicoactivas,
etc., y las consecuencias psicosociales en la estructura familiar; asimismo, resaltar los posibles
factores de riesgo asociados a su presentación. Las estrategias de intervención son variadas, y
dependen del tiempo, la persona y el nivel de acción. Es necesario que, como país, tengamos
diversas estrategias y modelos de intervención para intentar atenuar el impacto psicosocial del
desastre. Sin embargo, todavía persisten barreras en el manejo de la salud mental, por lo que
se hace necesario plantear posibles direcciones futuras a fin de lograr un menor impacto en la
sociedad y una recuperación más temprana.

Entre los principales trastornos psiquiátricos secundarios a un desastre encontramos:

1) TEPT: Es uno de los principales trastornos asociados a un desastre, puede presentarse hasta
en el 30-40 % de todas las víctimas directas del desastre, en el 10-20 % de los trabajadores de
rescate, y 5-10 % en las víctimas indirectas. La evidencia también muestra que las mujeres
tienen más probabilidades de experimentar síntomas de TEPT. En un reciente metaanálisis se
encontró que los adultos mayores tendrían hasta 2,11 veces más probabilidades de
experimentar síntomas de TEPT cuando se exponen a desastres, en comparación con adultos
más jóvenes.

2) Trastorno depresivo: Es el trastorno que se encuentra con más frecuencia se asociado a un


desastre luego del TEPT. La gravedad y probabilidad de aparición dependerá de la presencia de
un trastorno afectivo previo al desastre. En un estudio se encontró que, en una muestra de
129 personas víctimas del fenómeno El Niño en el 2017, un 10 % presentaron depresión.

3) Trastorno de conducta por el consumo de múltiples sustancias: Si bien es menos frecuente


que los dos anteriores, se ha encontrado un incremento en el consumo de sustancias posterior
a los desastres, esto probablemente como un mecanismo para evitar afrontar el evento y sus
consecuencias.

INTERVENIÓN EN SALUD MENTAL ASOCIADO A DESASTRE

Bambarén nos presenta cuatro fases asociadas a este modelo de intervención: 1) Fase
precrítica: dado a horas o días previos al desastre, busca prevenir o atenuar los daños que se
producirían a causa del evento. 2) Fase crítica: incluye el desastre y hasta 72 horas después de
ocurrido este. En esta fase se busca proteger la integridad física, así como satisfacer las
necesidades básicas de las personas, evitar la desorganización social y brindar la primera ayuda
psicológica. 3) Fase postcrítica: periodo que incluye hasta los 6 primeros meses posteriores al
desastre. En este momento se busca apoyar en la organización de la comunidad para lograr
una coordinación interinstitucional, se trabaja especialmente con poblaciones vulnerables, y se
desarrollan intervenciones en crisis. La atención psicosocial en este punto es de suma
importancia. 4) Fase de recuperación: luego de los 6 primeros meses de ocurrido el desastre. A
partir de este punto se busca el desarrollo de proyectos ocupacionales, la continuidad de la
organización comunitaria y la coordinación interinstitucional.
LECCIONES APRENDIDAS DE LOS DESASTRES OCURRIDOS EN EL PERÚ

1. Adaptar la respuesta psicosocial al desastre específico.


2. Brindar atención psicosocial multidimensional.
3. Focalizar grupos de población en riesgo.
4. Abordar proactivamente las barreras en el acceso a la atención.
5. Reconocer las dimensiones sociales y fuentes de resiliencia.
6. Extender los roles para los profesionales de la salud mental.
7. Coordinar e integrar de manera eficiente los servicios de respuesta ante los desastres.
8. Integrar la investigación y evaluación en la planificación de respuesta ante los
desastres.

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