Diversidad de Clases Sociales en America

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DIFERENTES CLASES SOCIALES QUE COEXISTEN EN LA SOCIEDAD

CONTEMPORÁNEA

Burguesía:
Utilizado en la economía política y también extensivamente en filosofía política,
sociología, e historia. Designa a la clase media acomodada.

Capitalismo:
Es un orden o sistema social y económico, de la propiedad privada sobre el capital
como herramienta de producción, constituido por relaciones empresariales.

Clase baja:
Es la clase socioeconómico con mayor nivel de pobreza muchas veces asimilado
a proletario y clase obrera aunque estos dos términos no se identifican
plenamente con clase baja.

Clase media:
Es un grado o estamento de la estratificación de clase social que se aplica a las
personas con un nivel socioeconómico, que se designa el segmento social por
debajo de la clase alta. La clase media es numéricamente inferior al porcentaje de
la población que se autoidentifica como tal.

Clase alta:
Las sociedades contemporáneas, se aplica al grupo de personas con más
riquezas y poder. No existe un consenso general sobre sus límites y
características específicos.

¿En qué se diferencia la clase baja y la clase alta?


Que la clase baja es el socioeconómico con mayor nivel de pobreza mientras que
el nivel alta se aplica al grupo de personas con mayor riqueza y poder.

¿Qué diferencia tiene la burguesía y el capitalismo?


La burguesía es utilizada en la economía política y el capitalismo es un orden o
sistema social. Las clases sociales que coexisten en la sociedad contemporánea
existen cinco tipos las cuales son burguesía, capitalismo, clase baja, clase media y
clase alta. El pueblo Xinca se encuentra en un nivel bajo porque las personas
que se encuentra ahí son campesinos, el nivel bajo afecta a las personas más a
las mujeres y todos los niños. La clase alta, es una clase social se aplica a todos
las personas con mucha riqueza, también el pueblo ladino se encuentra en este
nivel.
CLASES SOCIALES QUE EXISTEN EN LOS DIFERENTES PUEBLOS QUE
CONFORMAN AMERICA LATINA

En Guatemala las clases sociales se verifican a través de niveles dependiendo la


calidad de vida y el desarrollo del pueblo.

Pueblo Maya:
Es una etnia más que compone la gran diversidad pluricultural de Guatemala
debido a eso y por su desarrollo social se encuentra en el nivel cinco y tres porque
cuenta con todo lo necesario para vivir cómodamente como la energía eléctrica,
agua abundante y entre otros. En otras palabras es decir que se encuentra en la
clase media alta, aunque cuenta con un porcentaje de clase baja.

Pueblo Garífuna:
Esta etnia se encuentra en el nivel tres y cuatro debido a que su historia pasada le
fue muy difícil para desarrollarse socialmente es decir que se encuentra en la
clase media baja, su nivel económico es normal y cuenta con una educación
escolar apropiada para los niños.

Pueblo Xinca:
Los xincas se encuentran en el nivel uno y dos es decir están en la clase baja
debido a que la mayoría son campesinos. Sin tierra, este nivel es muy violento
debido y afecta brutalmente la vida de todos pero más a las mujeres y niños. Se
diferencia por un espacio muy pequeño en donde viven y con débiles valores de la
convivencia social, sus relaciones sociales son rudas y desesperanzadas.

Pueblo Ladino
Los mestizos se encuentran en el nivel tres y cuatro o sea conforman las clase
media baja y alta, por la fragilidad de sus estatus social, crisis económicas, habla
otro idioma aparte del suyo, participan desigualmente en la vida de los partidos
políticos y de este nivel salen quienes dirigen en buena medida el Estado, además
se encuentran en estos niveles porque reniegan de sus raíces indígenas y se
comportan reconociendo negativamente a los pobres y a los indígenas.
IDENTIFICACIÓN DE LAS DIFERENCIAS QUE SE MANIFIESTAN EN LAS
CLASES SOCIALES GUATEMALTECAS

Es en los denominados enfoques clásicos respecto a la estratificación y la


estructura de clases –es decir, en la teoría marxiana, weberiana y funcionalista–
donde es posible encontrar las primeras referencias analíticas para una
conceptualización de los sectores medios. Por cierto, en estos enfoques no se
encuentra un abordaje acabado o sistemático en torno a dichos sectores, sino
que, más bien, dentro del marco general de una teoría de la estratificación y las
clases se pueden rastrear algunas referencias e indicaciones para su identificación
y descripción.

Precisamente, este es el motivo por el cual las nociones y conceptos elaborados


por los enfoques clásicos sobre estratificación y las clases, y cómo en ellos
aparecen referidos los sectores medios. La relevancia particular de estas
precisiones introductorias radica en establecer y clarificar, desde los enfoques
clásicos, una serie de conceptos (clase, ocupación, status, estilo de vida, etc.) que
son centrales para los diversos análisis y debates posteriores sobre estratificación
social y la definición de los sectores medios.

Será entonces en el acceso diferenciado a los medios de producción, en tanto


éstos otorgan la posibilidad de controlar y dirigir el proceso de trabajo, donde el
análisis marxiano ubicará el núcleo de la estratificación y las clases sociales. Esto
implica, por tanto, considerar que los grupos sociales se diferencian y ordenan
jerárquicamente a partir de la distinción binaria elemental propiedad / no propiedad
de los medios de producción, lo cual en el marco histórico del capitalismo
aparecería representado, como es sabido, por la existencia de la burguesía y el
proletariado como clases sociales fundamentales. En suma, se trataría de que los
grupos sociales son posibles de identificar y definir a partir de los modos en que se
insertan en la estructura productiva, caracterizándose dichos modos desde las
relaciones de propiedad sobre los medios de producción que posibilitan el control
del proceso de trabajo y la apropiación de sus productos.

Una consideración fundamental que se desprende de lo planteado, es que el


proceso de trabajo al organizarse sobre la base de la transferencia y extracción de
plusvalía desde los no propietarios (fuerza de trabajo) a los dueños de los medios
de producción, implica inherentemente una relación de explotación entre los
agentes (grupos) que participan del proceso, lo cual determina que las clases
estructuradas en torno a dicho ámbito porten identidades e intereses
contrapuestos, y por ende, que sus relaciones se estructuren a partir del conflicto
social (latente o manifiesto). Es esto, precisamente, lo que lleva a privilegiar dentro
del análisis marxiano el concepto de clase social para dar cuenta de los grupos
producidos y diferenciados en el marco de la estratificación social, toda vez que
dicho concepto, en esta perspectiva, implica no sólo una jerarquización de
categorías sociales, sino que además la existencia de intereses antagónicos
posibles de materializar en acciones colectivas y disputas sociopolíticas.
En efecto, la noción de clase social implica que los grupos se estructuran y actúan
en torno a intereses que trascienden los móviles puramente subjetivos,
fundándose en posiciones compartidas por sus miembros en la estructura social,
pudiendo identificarse diversas matrices – desde los enfoques clásicos – para la
generación de dichos intereses de clase, destacándose la propiedad, el mercado y
las unidades de parentesco. A estos intereses debe agregarse el proceso de
reproducción de las clases (transferencia entre generaciones de sus propiedades
esenciales) y las formas de organización colectiva que asumen para expresarse
como actores colectivos, todo lo cual configura los componentes básicos que
supone la identificación de las clases desde el análisis sociológico. Esta
vinculación entre categorías clasificatorias y componentes de clase, es uno de los
principales legados de los enfoques clásicos a los análisis contemporáneos de la
estratificación social.

Ligado a lo anterior, si bien es claro que los enfoques clásicos se vinculan con
diversas perspectivas de análisis en el esclarecimiento de los factores o elementos
centrales que participan en la generación de la estratificación, todos pareciesen
compartir la idea de la centralidad del trabajo en los procesos de constitución y
diferenciación social. Ello implica, por una parte, que se destaque la relevancia del
empleo como mecanismo configurador de identidades sociales, y por otra, que la
estructura social y la estratificación se analicen sobre la base de la estructura
ocupacional. De esta manera, como se apreció, para el análisis marxiano las
clases sociales se identifican en torno al proceso productivo; en el caso de Weber
la situación de clase se vincula a la posición en el mercado, particularmente el
mercado de trabajo; y finalmente para el funcionalismo los roles ocupacionales
son el elemento central – y el menos variable - del “complejo instrumental” que
actúa como núcleo de la estratificación. Se trata, en suma, de perspectivas que se
insertan, de una u otra manera, dentro de un paradigma productivista sobre la
estratificación y la diferenciación social.
Rol de las diferentes clases sociales que han jugado en la conformación de
la sociedad actual

El rol social es un concepto sociológico que hace referencia a las pautas de


conducta que la sociedad impone y espera de un individuo (actor social) en una
situación determinada. El rol tiene la función de representar lo que somos
(identidad).

Rol y estatus
Talcott Parsons define la sociedad como «un proceso de interacción entre
individuos» y analiza esta interacción desde la perspectiva del estatus y del rol. El
estatus social hace referencia a la posición del individuo con respecto a otros en la
estructura social, la cual se suele determinar con base en la capacidad cultural o
económica del individuo y se corresponde con una visión estática del sujeto;
mientras que el rol, el cual es dinámico, hace referencia a las expectativas de
comportamiento del individuo en sus relaciones con otros. Podríamos, por tanto,
decir que el estatus es de carácter estructural mientras que el rol es de carácter
normativo. La orientación de la conducta social está íntimamente ligada a la
internalización de normas de socialización desde que el individuo llega al mundo.
Primero a través de la familia y luego en otras instituciones. Parsons intentó
mostrar mediante un modelo analítico que para que un sistema social esté
equilibrado debe existir una necesaria interdependencia de todas las instituciones
sociales.

Rol y estatus conforman la posición social de los individuos y, por tanto, son
conceptos inseparables.

Según el sociólogo Bruce Biddle (1986), los cinco principales modelos de la teoría
del rol son los siguientes:

 La aproximación a la teoría del rol en el funcionalismo proviene


principalmente de la antropología. Define el rol como una serie de expectativas
que la sociedad tiene sobre un individuo. Se establecen una serie de
consensos que determinan qué conductas son apropiadas y cuáles no. A cada
estatus social se le exige un rol determinado de comportamiento.
 Teoría de rol en el interaccionismo simbólico. Para el interaccionismo
simbólico, mediante la interacción permanente, se van construyendo la lógica
de las situaciones cotidianas que establecen lo que los demás esperan de
nosotros y lo que nosotros esperamos de los demás. Frente al conductismo, el
interaccionismo estima que las pautas del comportamiento de un sujeto no son
una respuesta automática a los estímulos de origen externo, sino más bien una
construcción subjetiva sobre el mismo, sobre los otros y sobre las exigencias
sociales que tienen lugar durante la vida cotidiana.
 Teoría de rol en el estructuralismo. Enfatiza el papel de la sociedad en la
definición de los roles, en lugar del individuo. Presta poca atención a las
normas dadas y se enfoca en las estructuras sociales concebidas como
organizaciones estables de grupos de personas que comparten los mismos
esquemas de comportamiento.
 Teoría del rol organizacional. Examina cómo se desarrollan los roles en
organizaciones sociales. Se enfoca en sistemas sociales preestablecidos,
orientados por el tipo de tareas realizadas o por el sistema de jerarquía. En
este tipo de organizaciones, los roles se identifican con la posición social y
generan expectativas de carácter normativo.
 Teoría cognitiva del rol. Es aquella que establece la relación entre las
expectativas y los comportamientos. Peter L. Berger considera que «un papel
puede definirse como una respuesta típica a una expectativa simbólica» y que
«la sociedad ha definido de antemano el simbolismo fundamental».

"La teoría del rol, cuando se lleva hasta sus conclusiones lógicas, hace mucho
más que proporcionarnos una taquigrafía conveniente para la descripción de las
diferentes actividades sociales. Nos proporciona una antropología sociológica, o
sea, una visión del hombre basada en su existencia en sociedad. Esta visión nos
dice que el hombre desempeña roles trágicos en el gran drama de la sociedad [...]
Se ve y se juzga a la persona como un repertorio de roles cada uno provisto
adecuadamente de una identidad determinada. [...] Lo cual pone en tela de juicio
una de las presunciones favoritas acerca del propio yo: su continuidad. [...] Por lo
tanto, hablando todavía en términos sociológicos, si deseamos averiguar quién es
"realmente" un individuo en este calidoscopio de papeles e identidades, se puede
contestar únicamente enumerando las situaciones en que dicho individuo es una
cosa y aquellas en la que es otra"

Roles de género

Los roles de género, de acuerdo con Philip Rice «son expresiones externas de
masculinidad o femineidad en escenarios sociales»; es decir, la forma en que nos
comportamos dependiendo de si somos hombre o mujer.
Estos roles dependen de tres tipos de influencias:

 Biológicas: diferenciación entre hombre o mujer por los genitales.


 Cognoscitivas: la diferenciación sexual tiene lugar de manera gradual a
medida que los niños aprenden a ser hombres o mujeres dependiendo de su
cultura y su interpretación de la misma.
 Ambientales: los niños aprenden la conducta sexualmente tipificada de la
misma forma que aprenden cualquier otra conducta, esto es, mediante
recompensas o castigos, imitación, adoctrinamiento, identificación con el
progenitor del mismo sexo, etc.
CLASE SOCIAL DOMINANTE EN LA SOCIEDAD GUATEMALTECA

Las clases sociales, pueden definirse como “grandes grupos de hombres que se
diferencian por el lugar en el sistema históricamente determinado de la producción
social, por su relación (en la mayoría de los casos confirmada por las leyes) hacia
los medios de producción, por su papel en la organización social del trabajo y, por
consiguiente, por los medios de obtención y por el volumen de la parte de riqueza
social de que disponen (Lenin, 1948: 612:613).

Guatemala tiene una estructura social muy jerárquica –con una reducida élite
social y una clase media incipiente, ambas de carácter urbano–, así como una
baja movilidad educativa y ocupacional. Estas son algunas de las conclusiones del
estudio de Guillermo Díaz, doctor en sociología e investigador en el Instituto de
Investigaciones Económicas (IDIES) de la Universidad Rafael Landívar de ese
país. Con el fin de conocer la magnitud de la movilidad social en Guatemala, en
este trabajo se realizan estimaciones sobre movilidad educativa y ocupacional, así
como respecto de sus diferencias en función de sexo, edad y grupo étnico. Los
datos utilizados en la elaboración de la estructura de clases provienen de la
Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) correspondiente al año
2006 (INE, 2007). La estructura de clases -siguiendo el esquema de Wrightrevela
que la élite social de Guatemala, conformada por la clase dominante, es reducida
y constituye solo 5% de la población. Está integrada en su mayoría por
empleadores, siendo reducida la presencia de empleados directivos, destaca el
estudio.

Guatemala históricamente ha afincado su desarrollo y acumulación de riqueza,


sobre la base de la desigualdad socioeconómica -la Colonia como génesis del
racismo hasta la contemporaneidad como modelo de reacomodamiento del linaje-,
cuya expresión taxativa se refleja en el abanico de clases sociales, o mejor dicho,
de estratos en constante variabilidad en el espacio-tiempo. Según el estudio sobre
Estratificación y movilidad social en Guatemala, nuestro país tiene una estructura
social muy jerárquica -con una reducida élite social y una clase media incipiente,
ambas de carácter urbano así como una baja movilidad educativa y ocupacional
(Revista Cepal 107, 2012: 32); lo cual evidencia la desinstitucionalización del
Estado para intervenir estratégicamente en el aparato productivo y la miopía al no
implementar una agresiva política de desarrollo económico y social que reduzca
las insostenibles brechas de exclusión —causas del conflicto armado interno—,
que acentúan la ingobernabilidad y autoritarismo.

En Guatemala, la estructura social del país se erige sobre una amplia base
constituida por la clase trabajadora (85.9%) y está aún lejos de tener una clase
media amplia que caracteriza a las sociedades más avanzadas, esto en buena
medida se debe a la ausencia de un efectivo y mínimo Estado de Bienestar que
provea bienes y servicios públicos de calidad para los estratos subalternos —bajo
extremo, bajo y medio bajo—, a manera de contrarrestar las inequidades del
mercado. Dicho estrato lo conforman obreros, artesanos, campesinos y personas
que laboran en la economía informal.

El sector dominante —estrato alto—, es reducido y constituye solo un 5% de la


población, está integrado por “patrones” (3.1%), y directivos, entiéndase
administradores, gerentes y personal directivo en empresas privadas e
instituciones públicas (1.8%).

La clase media es incipiente en el país y representa solo un 9.2%, integrado por


profesionales universitarios, técnicos y personal de oficina con educación media,
cuyo rol intermediario de pesos y contrapesos entre ricos y pobres es nulo, pues
esa mística reivindicativa se ve opacada por las ínfulas de ser parte de la élite,
negación del origen indígena —transculturación—, consumismo y pleitesía hacia
lo privado.

Las relaciones de clases en Guatemala, son en esencia de subordinación y


exclusión; salvo cierta irreverencia que provocó el hito de la Primavera
Democrática 1944-1954; pues la lucha de clases se traduce en la conquista del
Gobierno, redistribución de la riqueza y modalidades alternativas de comunicación
masiva; donde la movilidad social es lenta, individual, urbana, mestiza y joven.
Guatemala tiene una estructura social muy jerárquica –con una reducida élite
social y una clase media incipiente, ambas de carácter urbano–, así como una
baja movilidad educativa y ocupacional, que determinan las oportunidades de
desarrollo de los diferentes grupos sociales.
CARACTERÍSTICAS QUE PRESENTA EL MODELO ECONÓMICO QUE
GUATEMALA ADOPTO EN LOS ÚLTIMOS AÑOS

La economía de Guatemala está dominada por el sector privado, que genera


alrededor del 85% del Producto interior bruto. La agricultura contribuye con el 23%
del PIB y constituye el 75% de las exportaciones. La mayoría de la manufactura es
de ensamblaje ligero y procesamiento de alimentos, dirigido a los mercados
domésticos de Estados Unidos y Centroamérica. Durante años pasados, el
turismo y la exportación de textiles y productos agrícolas no tradicionales
como vegetales de invierno, frutas y flores se han incrementado, mientras que las
exportaciones más tradicionales como el azúcar, bananas, y café, es primer
exportador mundial de alverja china, quinto en azúcar y séptimo de café gourmet
siguen representando una gran porción del mercado de exportación.
Estados Unidos es el mayor socio comercial del país, proveyendo el 55% de las
importaciones de Guatemala y recibiendo el 40% de sus exportaciones. El sector
público es pequeño y está reduciéndose, con sus actividades de negocios
limitadas a servicios públicos -algunos de los cuales se han privatizado- puertos,
aeropuertos, y varias instituciones financieras orientadas al desarrollo. Guatemala
fue cualificada para recibir ventajas a la exportación bajo el Acta de Comercio de
la Cuenca del Caribe (Caribbean Basin Trade and Partnership Act, CBTPA) de los
Estados Unidos en octubre del 2000, y goza de acceso a los beneficios del
Sistema de Preferencias Generalizado (SPG) de la Unión Europea. Sin embargo,
debido a graves carencias en la protección de los derechos de los trabajadores,
los privilegios de Guatemala en el CBTPA y el GSP están bajo revisión.

Entre las prioridades económicas actuales están:


 Liberalizar el régimen de comercio;
 Reformar el sector de servicios financieros;
 Reformar las finanzas públicas;
 Simplificar la estructura tributaria, mejorar el cumplimiento de impuestos, y
ampliar la base imponible.
 Mejorar el clima de inversión por medio de simplificaciones en
procedimientos y regulaciones y adoptando el objetivo de concluir tratados
para proteger las inversiones y los derechos de propiedad intelectual.

Los aranceles de importación han bajado conjuntamente con los de sus vecinos


centroamericanos, de manera que la mayoría está entre el 0% y el 15%, y hay
más reducciones planificadas. Respondiendo al cambiado ambiente político y de
políticas económicas, la comunidad internacional ha movilizado recursos
sustanciales para apoyar los objetivos de desarrollo económico y social. Los
Estados Unidos, conjuntamente con otros países donantes
-especialmente Francia, Italia, España, Alemania, Japón, y las instituciones
financieras internacionales- han incrementado la financiación de proyectos de
desarrollo. La respuesta de los donantes a la necesidad de soporte financiero
internacional para la implementación de los Acuerdos de Paz es, sin embargo,
contingente a las reformas al Gobierno Guatemalteco y el financiamiento de su
parte.
Entre los problemas que obstaculizan el crecimiento económico están la alta tasa
de criminalidad, analfabetismo y los bajos niveles de educación, beches y un
mercado de capitales inadecuado y subdesarrollado. También se encuentran la
falta de infraestructura, particularmente en los sectores de transporte, y
electricidad, aunque las compañías telefónica y eléctrica del estado fueron
privatizadas en 1998. Dando como resultado que la red de telefonía celular se
abriera a toda la población de Guatemala en 2009 había más celulares en el país
que personas, entre las fortalezas esta la moderna red del sector de
telecomunicaciones, la infraestructura vial es la mejor comparada con la centro
América. La distribución de los ingresos y la riqueza permanece altamente
desigual. El 10% más rico de la población recibe casi la mitad del total de
ingresos; el 20% más alto recibe dos tercios del mismo. Como resultado,
aproximadamente el 50% de la población vive en pobreza, y el 18% vive en
extrema pobreza. Los indicadores sociales de Guatemala, como mortalidad infantil
y analfabetismo están entre los peores en el hemisterio de economía.

En 2018, Guatemala produjo 35,5 millones de toneladas de caña de azúcar (es


uno de los 10 mayores productores del mundo) y 4 millones de toneladas
de plátano (es uno de los 15 mayores productores mundiales). Además, en el
mismo año produjo 2,3 millones de toneladas de aceite de palma, 245 mil
toneladas de café, 1,9 millones de toneladas de maíz, 623 mil toneladas de melón,
312 mil toneladas de piña, 564 mil toneladas de patata, 349 mil toneladas
de caucho, 331 mil toneladas de tomate, 253 mil toneladas de frijoles, 124 mil
toneladas de aguacate, 124 mil toneladas de limón, 177 mil toneladas de naranja,
120 mil toneladas de coliflor y brócoli, 93 mil toneladas de papaya, 107 mil
toneladas de sandía, 98 mil toneladas de zanahoria, 75 mil toneladas de repollo,
84 mil toneladas de lechuga y achicoria, 38 mil toneladas de cardamomo además
de producciones menores de otros productos agrícolas.
CARACTERÍSTICAS DE LA SOCIEDAD DERIVADA DEL MODELO
ECONÓMICO IMPERANTE EN EL PAÍS

Después de la firma de la paz, la cual causó muchas expectativas sobre la


democratización de la tierra, el proceso de implementación de los Acuerdos de
Paz permitió hacer el balance de los múltiples elementos que conforman la
estructura agraria: tenencia de la tierra y uso de los recursos naturales, sistemas y
mecanismos de crédito, procesamiento y comercialización, legislación agraria y
seguridad jurídica, relaciones laborales, asistencia técnica y capacitación,
sostenibilidad de los recursos naturales y organización de la población rural. De
manera concluyente, el Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos y Situación
Agraria declaraba que “la transformación de la estructura de la tenencia y el uso
de la tierra debe tener como objetivo la incorporación de la población rural al
desarrollo económico, social y político, a fin de que la tierra constituya para
quienes la trabajan base de su estabilidad económica, fundamento de su
progresivo bienestar social y garantía de su libertad y dignidad”.
 
Pero el objetivo de la burguesía guatemalteca no era hacer lo que planteaban los
Acuerdos de Paz. Al mismo tiempo que negociaban la finalización de la guerra
interna, sus operadores políticos lanzaban una ambiciosa campaña por la
inversión energética, minera y petrolera en el país. Basado en la privatización de
las empresas estatales y servicios públicos, la desregularización de los mercados,
la liberalización del comercio internacional, la eliminación de las barreras a las
inversiones extranjeras directas y la protección a la propiedad privada; el
Consenso de Washington se ajustaba más a sus intereses que los necesarios
Acuerdos de Paz. Estos, según pudo establecerse posteriormente, eran sólo un
requisito para consolidar el modelo económico neoliberal.
 
Consolidación de un modelo económico de carácter colonial
Si es cierto que el Consenso de Washington estableció los preceptos económicos
y políticos del modelo neoliberal, también es verdad que la consolidación de este
modelo en Guatemala se realizó a través del Tratado de Libre Comercio entre
Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (DR-CAFTA, por sus
siglas en inglés) y el Plan Puebla Panamá (PPP) —después llamado Proyecto
Mesoamérica—. El Plan Puebla Panamá, por su parte, al tiempo de plantear la
liberalización de los recursos naturales y tierras agrícolas, la apropiación o gestión
privada de la biodiversidad, la explotación por el sector privado del turismo, la
facilitación del intercambio comercial, la interconexión energética y la integración
de las telecomunicaciones; impulsa un modelo de “integración regional” con fines
comerciales que pone a disposición de la inversión privada el territorio y los
recursos naturales y humanos de la región, y prepara las condiciones físicas
necesarias (carreteras, puertos, aeropuertos, aduanas) para el avance y
consolidación del Área de Libre Comercio de las Américas.
 
Será sobre esas bases que las clases empresarial y política en el poder definen
los ejes del modelo económico que hará de Guatemala un Estado neoliberal de
fuertes rasgos coloniales: Si durante el régimen colonial la riqueza que se extrae
del país beneficia en gran medida a la Corona española y en menor grado a la
clase criolla; con el modelo económico neoliberal (corolario de más de un siglo de
dominio liberal) buena parte de esa riqueza beneficia a las empresas extranjeras y
en menor grado a la burguesía local. Tenemos, pues, un modelo económico que
en condiciones históricas distintas reproduce objetivos similares: extracción y
traslado de la riqueza nacional hacia otras latitudes, a cambio de dejar una parte
de esa riqueza a la clase dominante local y un porcentaje irrisorio al Estado.
  
Consecuencias del modelo
Aparte del hecho de que la realización de los preceptos del Consenso de
Washington deja un Estado desmantelado con casi todas sus empresas y
servicios públicos privatizados, estudios recientes muestran que la explotación
minera, petrolera, los agronegocios y la construcción de megaproyectos de
infraestructura se han traducido en saqueo y destrucción. En efecto, además de
abrir la puerta a la privatización de las empresas generadoras y distribuidoras de
electricidad, la Ley General de Electricidad aprobada en 1996 facilitará también la
concesión de los recursos hídricos de la nación a las empresas privadas. Fue
sobre esa base, ciertamente, que el gobierno de Óscar Berger (2004-2008) inició
la definición de políticas energéticas que heredará a la administración de Álvaro
Colom (2008-2012). Con esas directrices, ésta se propuso fortalecer la plataforma
institucional existente y promover la construcción de proyectos hidroeléctricos y
plantas carboneras para avanzar hacia el objetivo final fijado en el Plan de
Expansión Indicativo del Sistema de Generación 2008-2022: reducir la
dependencia de los hidrocarburos y producir casi dos tercios de la electricidad por
medio de hidroeléctricas en el 2022.
 
Se avanza entonces en la interconexión con México, El Salvador y Honduras, se
pone énfasis en los proyectos binacionales con el Salvador y México —todo ello
según lo previsto en el Plan Puebla Panamá— y se concesionan nuevos proyectos
hidroeléctricos. Estos, al instante, provocan el rechazo de las comunidades
afectadas que se oponen al otorgamiento de sus territorios y recursos naturales a
capitales locales y transnacionales. El caso más conocido, aunque no el único, es
el del proyecto Xalalá en los municipios de Ixcán, Uxpantán y Cobán, en los
departamentos del Quiché y Alta Verapaz, cuya licitación fracasó en noviembre de
2008 debido a la falta de ofertas de las empresas transnacionales y locales en un
contexto de fuerte oposición comunitaria. Esto no impidió que la administración
Colom adicionara a la lista de proyectos hidroeléctricos aprobados y en
operaciones desde 1998, otra de plantas térmicas e hidroeléctricas a construirse
en los próximos años. Entre éstas sobresalen los proyectos hidroeléctricos
Renace II sobre el río Cahabón, en San Pedro Carchá, Alta Verapaz (propiedad
del Grupo Multi Inversiones de la familia Gutiérrez-Bosch), el cual se estima
generará 163 megavatios de energía con una inversión de 320 millones de
dólares; e HidroXacbal sobre el río Xacbal, en San Gaspar Chajul, El Quiché
(propiedad del Grupo Terra de Honduras), que generará según estimaciones 94
megavatios de energía a un costo de 190 millones de dólares.
 
DESARROLLO QUE PUEDE BRINDAR A LA SOCIEDAD SEGÚN EL MODELO
DE DESARROLLO ADOPTADO

Guatemala ha tenido una tumultuosa historia de guerras civiles, golpes de estado,


y pesadillas burocráticas. Para un país que una vez contuvo una de las ciudades-
estado Mayas más fuertes del mundo, durante el siglo XX Guatemala luchó
incansablemente para establecer un gobierno legítimo y extender la paz y la
prosperidad al resto del pueblo. Hoy en día el país no experimenta violencia como
lo hizo durante la guerra civil, pero todavía queda trabajo por hacer.

Guatemala posee la economía más grande en Centroamérica y también es el país


más poblado de la región. Desde los acuerdos de paz del año 1996, la economía
ha tenido un crecimiento constante, con un desarrollo moderado acompañando
este crecimiento. Sin embargo, grandes secciones de la población guatemalteca
permanecen con una participación mínima en la economía. Este es el caso
particularmente en las áreas rurales donde el desarrollo ha sido lento y escaso.
En los últimos años, el turismo ha jugado un papel protagonista en la economía de
Guatemala; el sector de servicios, gran parte del cual está constituido por el
turismo, emplea a alrededor del 35 por ciento de la población. Una significante
cantidad del dinero hecho por el turismo se queda en las comunidades locales, y
esto ha logrado que las comunidades rurales alcancen el desarrollo, que de lo
contrario serían mayormente ignoradas por el gobierno guatemalteco.

Al igual que otros países en Centroamérica, Guatemala está intentando balancear


el desarrollo y una población creciente con la protección de su recursos naturales
y el medio ambiente. Actualmente, el desarrollo definitivamente lleva la ventaja.
Hoy en día, todavía es común la tala extensiva de grandes tractos de bosque para
la agricultura tradicional de roza-y-quema, y el gobierno de Guatemala todavía
debe incorporar formas efectivas para regular la contaminación del agua y del aire.
Un movimiento ecologista ha estado luchando con la agricultura a gran escala, con
los agricultores locales, y con los funcionarios del gobierno para presionar por una
agenda más sostenible. Guatemala ha establecido un sistema de reservas y
parques nacionales bastante bueno, pero se tendrá que hacer más trabajo para
que las calles y los arroyos estén libres de desechos.

Los guatemaltecos son una mezcla masiva de diferentes etnias, incluyendo Mayas
indígenas, descendientes de españoles, afrocaribeños garífunas, y varias
combinaciones de los mencionados anteriormente. Algunos guatemaltecos son
ciudadanos cosmopolitas, mientras que otros son campesinos rurales pobres. En
Guatemala, hay una desigualdad económica y estratificación social enorme, la
cual se puede evidenciar en lugares como Ciudad Guatemala; donde es posible
que pueda divisar tugurios durante su viaje a un lujoso restaurante en una parte
más elegante de la ciudad. Gran parte de la élite económica del país, son
descendientes directos de las familias de la era colonial española.

En Guatemala, la raza y la posición social están fuertemente relacionadas, y la


mayoría de las personas inmersas en la pobreza son de descendencia Maya.
Tristemente, alrededor del 80 por ciento de la población de Guatemala vive en la
pobreza. Eso se puede ver reflejado en indicadores sociales como la
alfabetización y la mortalidad infantil. Este país posee una tasa de mortalidad
infantil de 23,5 muertes por cada 1.000 nacimientos (posición número 77 en el
mundo), y una tasa de alfabetización de 75,9 porciento. Los guatemaltecos
poseen un acceso moderado a un estilo de vida saludable. Alrededor del 50 por
ciento del país tiene acceso a agua potable. Hay hospitales, clínicas, y farmacias
dispersas a través del país, aunque la calidad de la atención médica tiende a ser
peor en las áreas rurales.

El VIH/SIDA es una gran preocupación en Guatemala. La malaria y el denge son


transmitidos por mosquitos en las tierras bajas, y los barrios pobres que carecen
de un saneamiento adecuado podrían tener un problema con el cólera. En
Guatemala, la esperanza de vida media es de 71,74 años. En el pasado,
Guatemala ha pasado por momentos bastante difíciles y ha persistido. Se tiene
esperanza de que el espíritu del crecimiento y el desarrollo va a continuar
difundiéndose a los lugares donde la gente más lo necesite. La equilibrada acción
de reducir la brecha económica, incrementar la calidad de vida, y proteger los
recursos naturales definitivamente no es una tarea fácil. Se espera que poco a
poco, Guatemala continuará haciendo uso de los recursos para impulsar un
emprendimiento honesto y trabajar para convertirse en una nación próspera y
saludable.
CAMBIOS QUE PUEDAN MEJORAR LAS CONDICIONES DE VIDA Y
MEJORAR EL MODELO ECONÓMICO PARA QUE EL MISMO SEA MÁS
INCLUYENTE

Guatemala ha experimentado estabilidad económica debido a una combinación de


gestión fiscal prudente, políticas para el control de la inflación y un tipo de cambio
flotante administrado. La economía guatemalteca -la mayor de Centroamérica- ha
tenido además un desempeño sólido, aunque con tasas moderadas de
crecimiento del 3.5 % en promedio en los últimos cinco años.
Esta estabilidad económica, no obstante, no se ha traducido en una reducción
importante de la pobreza y la desigualdad. Medida por su PIB per cápita
(US$4.549 en 2018), Guatemala es la quinta economía más pobre de
Latinoamérica y el Caribe (LAC), con tasas de pobreza y
desigualdad persistentemente altas.

Guatemala tiene además la sexta tasa más alta de desnutrición crónica en el


mundo y la más alta en LAC. La desnutrición crónica infantil (y retraso en el
crecimiento) afecta al 47 % de todos los niños menores de cinco años, al 58 % de
los niños indígenas y al 66 % de los niños en el quintil de ingresos más bajos. En
2019, Guatemala ocupó el puesto 68 en seguridad alimentaria de 113 países, con
solo el 40 % de las familias guatemaltecas disfrutando de seguridad alimentaria.
Los bajos ingresos del gobierno central (11 % del PIB en promedio en años
recientes y 9.7 % estimado en 2019) limitan las capacidades de inversión pública y
restringen tanto la calidad como la cobertura de los servicios públicos, desde
educación y salud hasta acceso a agua. Esto a su vez perpetúa la falta de
incentivos en la economía para el pago de impuestos y pasar a la formalidad.

La pandemia de la COVID-19, que ha perturbado en el mundo a miles de millones


de vidas y medios de subsistencia, amenaza los avances en materia de desarrollo
alcanzados. En un escenario base, la economía mundial podría contraerse un 5,2
por ciento en 2020 antes de recuperarse en 2021; mientras que, en el escenario
más negativo con cierres prolongados, la producción mundial podría contraerse
casi un 8 por ciento en 2020.

Se espera que la economía guatemalteca, considerablemente afectada por la


pandemia, se contraiga un 3.5 % en 2020, que los efectos sociales adversos sean
sustanciales y que aumenten las vulnerabilidades existentes.

 Las empresas, en particular las MIPYMES, que proporcionan más del 90 %


de los empleos en el sector privado, se han visto afectadas
significativamente debido a las medidas de cierre, la caída de la demanda,
cuellos de botella en las cadenas de suministro y la disminución de liquidez
a medida que los ingresos colapsan.

 Se espera que la pérdida de empleos sea mayor en los sectores de


construcción, servicios, transporte y comercio, donde se concentra la mayor
parte de la fuerza laboral vulnerable y donde el empleo femenino también
es más prominente.
 Los ingresos de los trabajadores por cuenta propia (alrededor del 40 por
ciento de la fuerza laboral), los trabajadores temporales y los trabajadores
en los sectores afectados (por ejemplo, el turismo y el entretenimiento)
caerán.

 La recesión en los Estados Unidos afectará las exportaciones y las


remesas, las dos principales fuentes de ingresos en divisas, y agravará la
desaceleración del consumo privado.

Se prevé que aproximadamente un millón de personas caigan en la pobreza,


aumentando la tasa de pobreza del país hasta en 6 puntos porcentuales,
dependiendo de la profundidad y duración de la crisis, así como de la velocidad de
la recuperación económica.

Adicionalmente, Guatemala se ve extremadamente afectada por fenómenos


meteorológicos adversos y sus poblaciones más pobres son particularmente
vulnerables. Es el noveno país en mayor riesgo del mundo por el cambio climático.
PROCESO DE GLOBALIZACIÓN Y SUS CONSECUENCIAS

Existen muchas concepciones diferentes acerca de la definición de globalización.


Sin embargo, se puede resumir en que se trata de un proceso dinámico que está
compuesto por una creciente interdependencia entre los países del mundo. Algo
que ocurre usando como medio, una serie de transformaciones de carácter global.
Las fronteras que antes tantas limitaciones representaban, con más frecuencia
tienen menos relevancia. Este proceso, obviamente ha afectado también a la política.
La noción de que las naciones no están solas en el mundo, ha provocado que
determinadas decisiones de carácter global deban ser tomadas en consenso entre todos
los países, a través de los organismos designados. Aunque bien es cierto que muchas
veces los países con mayor poder llevan la voz cantante dentro de dichas organizaciones.
Esta es la razón de la existencia de un buen número de organismos
internacionales en este mundo globalizado, como:
 la ONU (Organización de las Naciones Unidas)
 el FMI (Fondo Monetario Internacional)
 la OCDE (Organización para el Crecimiento y el Desarrollo Económico)

Si bien este concepto no es uno nuevo, y de hecho comenzó a hablarse de él


desde la segunda mitad del siglo XX, hay expertos en el tema, como Aldo Ferrer
quien señala que este proceso realmente es parte de uno mayor que nació en
1492. Justo fue con el descubrimiento de América y la colonización europea por el
mundo. Sin importar cuando haya comenzado la globalización, hay algo que es
innegable y es que es un fenómeno complejo que genera todavía opiniones
distintas entre las personas. Para algunos amenaza la identidad nacional y es una
forma de neocolonismo por parte de las potencias del mundo. Mientras que para
quienes la defienden, explican que es una enorme oportunidad para el desarrollo
económico y la conectividad entre naciones.

Características de la globalización
Principalmente la globalización puede ser vista como un fenómeno
económico que en las últimas décadas ha experimentado una serie de cambios
relevantes. Entre sus características principales, podrás encontrar a las siguientes:
 Ha crecido el comercio mundial de bienes y servicios en una manera
asombrosa.
 Nuevos países se han abierto a la industrialización en Asia y América (China y
Brasil son los mejores ejemplos).
 La imposición de políticas favorables al libre comercio en la mayoría de los
países.
 El sistema financiero ha sido internacionalizado ocupando un espacio marcado
en un mercado de capitales mundial.
 Se ha contado con el apoyo de grandes instituciones internacionales. Tales
son los casos del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. Las
grandes multinacionales también han apoyado su desarrollo, favoreciendo así
su proceso de expansión.
 La globalización ha dado como resultado la interdependencia económica
global.

Causas y efectos de la globalización


La globalización como todo proceso de transformación debe su aparición a ciertas
causas, que han ido evolucionando en el tiempo y adaptándose a las nuevas
demandas de la mundialización. Entre las
causas más importantes de este fenómeno, podemos encontrar:
 La nueva reestructuración geopolítica del mundo al concluir la Guerra
Fría. Los años transcurridos después de la Guerra Fría fueron tiempos de
cambio y se dio el clima necesario para el surgimiento de nuevas tendencias
en la economía mundial.
 Aceleración de los ritmos de apertura económica, así como de los
intercambios de bienes, mercancías y servicios. Liberación de los mercados de
capitales y las Bolsas de Valores a nivel mundial.
 La revolución de la información y la comunicación que gracias al uso de
las tecnologías avanzadas ha permitido la conexión en tiempo real.
En el mismo sentido, entre las consecuencias de la globalización, podemos
encontrar a algunas como lo son:
 Colaboración a nivel mundial: La globalización ha logrado que todos los
países del mundo deban trabajar en conjunto para metas de interés común.
Esto ha abierto puertas al diálogo y la compresión de problemas ajenos al país
perteneciente.
 Pérdida del poder por parte de los estados emergentes: Con la
globalización un gran número de países que tenían una cantidad elevada de
poder, la han ido perdiendo por la distribución realizada a través de los años.
Dichos estados no solo han perdido una parte de su poder anterior, sino que
pierden consecuentemente su autonomía, capacidad para decidir por sí solos
en la solución a sus problemas y soberanía. Uno de estos ejemplos es la
pérdida de la sobreranía monetaria de los países europeos en favor de la
Unión Europea.
 Avances tecnológicos y nacimiento de otros recursos: Con el auge de
internet y el aumento de la velocidad a la hora de compartir la información de
una manera mucho más sencilla y fluida, se ha logrado que los avances
tecnológicos estén a la vanguardia. Los países con éxito centran el desarrollo
de su economía en la tecnología y la innovación, para diferenciarse y
generar mayores rentas que los países seguidores que basan su desarrollo en
la aplicación de tecnologías ya creadas por otros.
 Superconcentración de ingresos: Una de las consecuencias negativas
más destacadas de la globalización es que genera una concentración
desproporcionada de ingresos en algunos puntos. Dicho de otra forma, que la
riqueza se encuentre en pocas manos. Por lo que se entiende con ella que los
ricos se hacen cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. Por
igual, aquellos países que son lentos a nivel tecnológico van perdiendo poco a
poco la capacidad de compra.
 Segmentación presente: Con este proceso se crean definidos límites
sobre las personas, grupos sociales y actividades entre las regiones o países.
La segmentación, diferenciación y marginación de los individuos es una
posibilidad que siempre se encuentra allí.
TRATADOS DE LIBRE COMERCIO

El triángulo norte de América Central crea una unión aduanera unificada para
facilitar viajes, comercio y la inversión en la región. Los estados miembros de esta
área son Guatemala, Honduras y El Salvador. Este bloque económico integrado
promueve la libre circulación de personas y bienes entre los tres países y tiene
como objetivo aumentar las oportunidades comerciales, mejorar la seguridad
regional y facilitar condiciones favorables para el turismo. Los tres países forman
un área de más de 77,000 millas cuadradas y representan aproximadamente el
60% de la población centroamericana.

El primer acuerdo entre Honduras y Guatemala se estableció en junio de 2017.


Desde la implementación del programa, los países han registrado un crecimiento
en su producto interno bruto (PIB) de 1.4% y 1.2% respectivamente. Con la
inclusión de El Salvador en agosto de 2018, los tres países ahora esperan generar
US $ 117 millones en beneficios económicos en toda la región en términos de
beneficios comerciales. Los funcionarios del gobierno confirmaron que este nuevo
centro reducirá significativamente el tiempo en aduana, creando una región más
competitiva para productores y compradores que invierten en América Central.
Con la finalización de la carretera de Omoa, que se extiende al norte de Honduras
a Guatemala, las opciones de transporte de bienes y personas en América Central
continuarán mejorando.

El acuerdo de libre comercio entre México y Guatemala está regulado por


el Tratado de Libre Comercio del Triángulo del Norte. El acuerdo que entró en
vigencia en 2001 cubre México, Costa Rica, Nicaragua y el Triángulo del Norte
(Guatemala, El Salvador, Honduras).
El objetivo principal de este acuerdo es establecer una zona de libre comercio
para todos los estados miembros.

México es uno de los principales destinos de importación y exportación de


Guatemala.
Los objetivos del acuerdo entre México y el Triángulo del Norte son:
 Establecimiento de reglas y regulaciones compartidas para mejorar el flujo
del comercio
 Impulsar la inversión extranjera directa
 Mejorar el comercio internacional de servicios
 Simplificar los procedimientos de derechos de propiedad intelectual (marcas
registradas, derechos de autor, etc.)
 La resolución de conflictos
México es uno de los principales destinos de importación y exportación de
Guatemala. Guatemala exporta un promedio de US $ 509 millones en bienes a
México. Las importaciones de Guatemala desde México tienen un valor de US $
1,63 mil millones, que es casi el 12% de las importaciones totales de Guatemala.
Los productos importados son principalmente medicamentos, energía eléctrica,
productos electrónicos y de hierro. A cambio, Guatemala exporta bananas, azúcar
y textiles.
Libre comercio Colombia-Guatemala
En 2006, Colombia inició negociaciones hacia un acuerdo de libre comercio con
los países del Triángulo del Norte. En 2009, Guatemala fue el primer país en
acordar el libre comercio con Colombia. Como vecinos cercanos, Colombia
representa un mercado atractivo para los exportadores guatemaltecos. El país en
desarrollo es la tercera economía más grande de América Latina y alberga una
clase media creciente que parece estar buscando variedad en los productos
disponibles para ellos.

Guatemala y la Asociación Europea de Libre Comercio


Guatemala firmó el acuerdo con la Asociación Europea de Libre Comercio en
2015. Este acuerdo tiene como objetivo mejorar los lazos económicos y promover
el comercio e inversión entre los estados de la AELC (Islandia, Lichtenstein,
Noruega y Suiza) y Guatemala.
Esto le da a Guatemala un importante alcance internacional e incentivos para
comerciar en el extranjero ofreciendo nuevas opciones y alternativas a estos
mercados. Los exportadores deben considerar las ventajas disponibles para ellos
como comerciantes con sede en Guatemala.

Cómo beneficiarse de los acuerdos de libre comercio de Guatemala


La firma de acuerdos de libre comercio con uno o más países trae muchos
beneficios económicos para los estados miembros y las empresas que operan
dentro de ellos. Principalmente, el objetivo de los acuerdos de libre comercio es
eliminar barreras comerciales y, por lo tanto, ofrecer nuevos incentivos para los
intercambios con el fin de impulsar las actividades comerciales internacionales
como la importación y exportación. Esto generalmente viene con ventajas fiscales,
regulaciones aduaneras simplificadas, entre otros, para empresas y clientes.
Una cartera comercial diversificada en Guatemala significa que las empresas
exportadoras e importadoras tienen acceso a diversos mercados que ofrecen una
variedad de bienes para todos los consumidores. Encuentre su nicho en uno de
los socios de libre comercio de Guatemala y apoye su expansión en América
Latina.
CRISIS ECONÓMICA DE EUROPA Y ESTADOS UNIDOS EN LAS ÚLTIMAS
DÉCADAS Y SU IMPACTO A GUATEMALA
La crisis que estalló en Estados Unidos en 2008 afecta de manera directa a
Centroamérica. La economía de la región, muy dependiente de la estadounidense,
se ve afectada por diferentes vías: un menor crecimiento de las exportaciones,
una disminución de los flujos de inversión extranjera directa y de remesas y una
baja del turismo. En este marco, se estima que Centroamérica crecerá apenas
2,6% en 2009. El artículo sostiene que, para enfrentar el vendaval, los gobiernos
de la región podrían desarrollar políticas monetarias más expansivas que inyecten
liquidez, además de encarar acciones estructurales, como la eliminación de los
obstáculos al comercio intrarregional para ofrecer alternativas cercanas a los
productores.

Ninguna otra crisis anterior registrada en el mundo moderno ha repercutido tan


fuertemente en América Central como la actual crisis mundial originada en
Estados Unidos. El contagio ha sido inmediato y ha afectado las metas de
crecimiento de las economías emergentes. En economías pequeñas como las de
Centroamérica, el efecto es aún más directo y rápido. La economía mundial se
encuentra en un franco proceso de desaceleración y se estima que el PIB de los
países desarrollados se contraerá 0,3% en 2009, lo que generará un efecto de
arrastre a la baja de las economías emergentes.

Desde que la crisis mundial estalló a mediados de 2008, los efectos de la


desaceleración se han sentido en cada país de la región centroamericana de
manera diferente. Se prevé que en 2009 el efecto se sentirá de manera más
determinante al reducirse las fuentes de liquidez inmediata, como las remesas
familiares, y al contraerse los flujos de inversión y turismo, así como los ingresos
por exportaciones y las fuentes de financiamiento bancario.

La situación es inédita. Los países centroamericanos no habían padecido una


crisis como la actual y nunca estuvieron tan expuestos como hoy a las
propagaciones destructivas de los mercados externos. Anteriormente, por
supuesto, hubo varias crisis con efectos mundiales, como la crisis del Sudeste
asiático de 1997, que produjo una abrupta caída de la bolsa en Hong Kong que se
extendió por otros mercados. También se registraron otras crisis en países
emergentes, como México, Argentina y Rusia. Sin embargo, ninguna de ellas
había repercutido en la región centroamericana de manera tan clara.

La economía de Centroamérica, aunque históricamente se ha estructurado bajo la


influencia de EEUU, no había sido afectada por las recesiones sufridas por este
país, excepto durante la Gran Depresión de 1929. Aquella crisis sí impactó
severamente en la región, aunque el efecto llegó tres años más tarde, abriendo un
largo paréntesis de estancamiento económico y social junto a un reforzamiento del
autoritarismo gubernamental. La primera víctima de la crisis de 1929 fue el café, el
principal rubro en que se basaba la economía centroamericana. Las exportaciones
se redujeron 55% promedio en los cuatro años siguientes al estallido de la crisis, y
rápidamente se desencadenaron otros efectos. Se registraron numerosas quiebras
comerciales, las plantaciones de café fueron abandonadas transitoriamente, se
agudizó la desocupación y la concentración de la propiedad se acentuó. No fue
sino hasta en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial cuando se
recuperaron los niveles de producción de la región.

Otra crisis, pero de carácter endógeno, que también afectó severamente a


Centroamérica fue el conflicto bélico de la década de 1980, que empujó a la región
a una pendiente recesiva de una profundidad sin precedentes. La crisis económica
golpeó a todos los países, aunque el panorama se tornó mucho más dramático en
aquellos donde el presupuesto militar absorbía hasta la mitad de los recursos
públicos y en los que produjo la destrucción masiva de activos fijos y pérdida de
vidas. La recuperación llegó en los 90 bajo la óptica del Consenso de Washington.
Las economías de agroexportación fueron expuestas a una mayor apertura bajo
una ampliación de los mecanismos de mercado y una disminución del papel del
sector público. Las políticas de ajuste y cambios estructurales promovieron un
alineamiento positivo de los indicadores macroeconómicos a parámetros
internacionales. En este marco, el crecimiento económico resultó positivo,
producto del ingreso de capitales, la expulsión de mano de obra (migración) que
se traduciría luego en entrada de divisas (remesas), el aumento de las
exportaciones de maquila y el desarrollo de algunos sectores competitivos. Pero
todos estos resultados positivos se sustentaron en los bajos niveles de ingreso de
la población y en un aumento progresivo de la pobreza. Sin embargo, en los
últimos años la región había logrado cierto grado de fortaleza como resultado de
un crecimiento modesto pero necesario para enfrentar con una mayor fuerza
macroeconómica la actual crisis. En efecto, hoy Centroamérica registra estabilidad
en indicadores macroeconómicos claves: la deuda externa ha descendido, el nivel
de reservas es consistente (equivalente a tres meses de importaciones), las
exportaciones han crecido y generado un aumento del empleo y el déficit fiscal es
estable y manejable. Pese a ello, hay muchos puntos débiles, como el déficit de
cuenta corriente, la alta dependencia de recursos energéticos y la necesidad de
importar alimentos. En las siguientes secciones se analiza el impacto de la crisis
económica mundial en Centroamérica y las diferentes vías de contagio, para luego
evaluar las alternativas a partir de las cuales la región podría enfrentar este
escenario negativo.

La desaceleración de la economía
Las perspectivas de crecimiento para 2009 se verán afectadas en sectores vitales,
lo cual impactará en la producción de bienes y servicios. En efecto, la actividad
económica, medida a través del índice mensual de actividad económica (IMAE),
ya ha descendido a lo largo de 2008, como muestra el gráfico 1. Se prevé que la
tendencia continúe en 2009. Desde mediados de 2008, la crisis produjo una
desaceleración del crecimiento de la región. Como muestra el gráfico 2, la
economía creció 3,7% en 2008, un porcentaje bastante menor al logrado en 2007
(5,6%). Los pronósticos indican que la economía centroamericana podría crecer
2,7% en 2009, una cifra relativamente baja considerando que la población actual,
de 38,1 millones, registra una tasa de crecimiento anual promedio de 2%.
El menor crecimiento producirá serias consecuencias. Las finanzas públicas se
verán doblemente presionadas. En efecto, la desaceleración repercutirá sobre los
ingresos estatales, dado el peso dentro de estos del impuesto al valor agregado
(IVA) y otros impuestos indirectos muy sensibles al comportamiento del consumo.
Pero además los gobiernos tendrán que enfrentar, desde el punto de vista del
gasto público, una política social y de inversiones con limitaciones financieras
sustanciales, en un contexto en el que la necesidad de desplegar medidas
contracíclicas exige justamente una ampliación del gasto. En este marco, las
presiones se harán sentir en el gasto corriente (especialmente en salarios,
subsidios y transferencias a los gobiernos municipales) y en la necesidad de
compensar con inversión pública la caída de la inversión privada. En algunos
casos, este doble efecto tensará las reservas existentes e impulsará a los
gobiernos a buscar nuevos préstamos, es decir a un mayor endeudamiento.

Menor crecimiento de las exportaciones

Alrededor de 48% de las exportaciones centroamericanas tiene como destino el


mercado de EEUU (ver gráfico 3); 30% corresponde a bienes generados en zonas
francas (maquila). Otros mercados importantes son la Unión Europea (11% de las
exportaciones), América Latina (30%), cuyo mayor peso le corresponde a la
misma Centroamérica, y el mercado de Asia Pacífico (7%). En el caso de Costa
Rica, es el país que cuenta con mercados más diversificados y el mercado chino
se ha convertido en un importante destino. La reducción del consumo en esos
mercados, principalmente en el estadounidense, ya ha repercutido en el sector
exportador. Como se puede apreciar en el gráfico 4, la tendencia de las
exportaciones indica un declive para 2009, con perspectiva de crecer un modesto
8% con respecto a 2008 (durante ese año, las exportaciones experimentaron un
crecimiento de 12,5% con respecto a 2007).

La reducción de las importaciones de maquila (textiles) por parte de EEUU fue, en


octubre de 2008, de alrededor de 3,2%, según información de la Oficina de
Textiles y Confección de ese país (Otexa, por sus siglas en inglés). En general, la
contracción del consumo de EEUU y la UE ejercerá un efecto de desaceleración
sobre el sector externo centroamericano. Las principales consecuencias se
sentirán en los precios del café, la carne vacuna, la pesca, el azúcar, los textiles y
los bienes alimenticios e insumos. Estos rubros constituyen una fuente crucial de
divisas y empleo en cada uno de los países de la región. En cuanto a las
importaciones, la crisis podría generar un beneficio por la fuerte caída en el precio
del petróleo, de algunas materias primas de origen metálico y químico y de otros
commodities, como los cereales (trigo, avena y centeno). En los años anteriores,
las importaciones habían crecido a tasas muy elevadas. Sin embargo, parece
difícil que la baja en los precios de las importaciones compense la desaceleración
de las exportaciones. Esto implicaría una ampliación de la brecha comercial, que
antes de la recesión en EEUU ya era bastante elevada. Y esto, a su vez,
impactará en el tipo de cambio y en las reservas internacionales de los países de
la región.
Disminución de los ingresos por remesas
Los ingresos por remesas tienen una importancia fundamental para
Centroamérica, ya que equivalen a alrededor de 12% del PIB; el porcentaje es
más alto en Honduras (21% del PIB) y El Salvador (18% del PIB), seguidos por
Guatemala y Nicaragua (ver gráfico 5). El impacto de las remesas es
impresionante: 65% de las familias centroamericanas, exceptuando Costa Rica,
reciben dinero enviado por sus familiares, en montos que oscilan entre un mínimo
de 50 y un máximo de 250 dólares mensuales. Casi 74% de la población
emigrante centroamericana reside en EEUU, en general trabajando en la
construcción, la recolección de frutas y el sector servicios. España es otra
importante plaza de trabajo, al igual que Costa Rica.

El principal problema, que se acentuará aún más con la crisis mundial, es el


retorno forzado de emigrantes a sus países de origen, provocado por la
desaceleración de la rama de la construcción y del sector servicios en EEUU y
España. Los países centroamericanos han hecho esfuerzos por mantener los
requisitos de los permisos de trabajo temporario de acuerdo con el Estatus
Temporario Protegido (Temporary Protected Status) firmado con EEUU. Sin
embargo, es poco lo que los gobiernos centroamericanos pueden hacer para
incidir en esta situación y mantenerla de manera permanente. En el caso de
España, los países centroamericanos tienen todavía menos capacidad de incidir
sobre las normas migratorias.
PROCESOS DE PRIVATIZACIONES EFECTUADAS POR LOS GOBIERNOS EN
LAS ULTIMAS DÉCADAS DEL SIGLO XX

La privatización es entendida formalmente como la transferencia de empresas o


actividades públicas que pertenecían al Estado al SECTOR PRIVADO. Es uno de
los pilares de la doctrina neoliberal, que se fundamenta en el principio de entregar
la economía a la lógica del mercado y llevar al Estado a su mínima expresión. Así,
la progresiva mercantilización de todos los aspectos de la vida de las personas
avanza para maximizar el beneficio para la empresa privada.

El proceso de privatización se acentuó en Guatemala en los años 90 del siglo XX.


Principalmente con el gobierno del Alvaro Arzú, que permitió que las oligarquías y
los nuevos ricos hicieran jugosos negocios comprando, a precio de cáscaras de
banano, las empresas estatales. Los amigos y parientes del presidente se
enriquecieron de la noche a la mañana.

Este fenómeno debe entenderse como consecuencia de las políticas neoliberales


vigentes, en las que para poder construir una élite económica supuestamente
vigorosa, es necesario que se apropien de los bienes del Estado, a precios
módicos y en condiciones favorables. Por ello, el discurso de un «Estado mínimo»
es indispensable.

Por ello se vendieron empresas públicas como Guatel, INDE, Corfina, Flomerca,
Fegua e Indeca. Se «regaló» Guatel, para que empresarios desconocidos, casi sin
recursos, aparecieran con empresas con ganancias incalculables como Claro y
Tigo. Los bancos públicos de fomento, como el de Los Trabajadores y Bandesa –
hoy Banrural– a cada momento reducen los activos del Estado e incrementan los
privados.

El neoliberalismo considera al Estado como un simple instrumento que debe


proteger y estimular los mecanismo de acumulación privados de capital. Por ello
se le obliga a proteger y salvar las grandes fortunas, en particular los bancos,
como sucedió a finales de la década de los años noventa e inicios del presente
siglo, dejando sin ninguna protección a los pequeños y medianos propietarios.
En Guatemala no hay, hasta ahora, una política efectiva de estímulo y protección
a la pequeña empresa. El Cacif exige reducción de impuestos y facilidades para
las grandes empresas, pero no estimula al pequeño inversor y, cuando estos
consiguen avanzar por sus propios medios, los acosan, como ha venido
sucediendo con la Gremial de Editores, a quienes la Cámara de Industria pretende
ahogar impidiéndoles la realización de la Feria Internacional del Libro, Filgua.

A través de sus medios de propaganda, los los grupos de poder denigran y atacan
los servicios públicos, acusándoles de deficientes, inoperantes, con empleados
perezosos e incapaces, sin asumir la responsabilidad que les corresponde para
que estos funcionen a cabalidad. Para ellos los servicios públicos son mercancías,
y por ello la salud, la educación, el transporte, el agua, etcétera, deben ser
atendidos por privados. Sin embargo, son cientos de colegios, clínicas y empresas
de transporte urbano faltos de toda calidad y responsabilidad, afectando con ello a
cientos de miles de guatemaltecos.

Los gobiernos de los últimos treinta años han dejado en manos de representantes
del gran capital los ministerios de Educación, Salud, Economía y Trabajo, con el
explicito interés de estimular la privatización, el escaso desarrollo de las pymes y
mantener en el piso los salarios, y, cuando algún ministro de estos piensa
diferente, simplemente el gran capital encuentra la forma de expulsarlos del
gabinete.

En el sector salud, los mismos gobernantes son los que no le ponen la debida
atención para su buen funcionamiento. En la salud pública el propósito es que la
población sienta en carne propia lo deficiente de esta y que se genere la idea que
es mejor privatizarla, en este caso no vendiendo directamente los inmuebles, sino
haciendo cobros a la población para la utilización de servicios como exámenes
clínicos y otros donde se utiliza equipo tecnológico, lo cual fortalece los centros de
salud privados, sean de cualquier tipo. Pero la salud es un derecho del pueblo y
no se puede privatizar.

Todo lo que es útil e indispensable, el incapaz empresariado trata de apropiárselo,


sin asumir los costos iniciales de inversión, u obligando al Estado a asumirlos,
como sucede con la privatización de las carreteras, obligando al ciudadano común
a pagar por su uso, pero permitiendo que la industria azucarera apenas asuma
una mínima parte de los costos de su deterioro, cuando es la principal responsable
de su destrucción.

El país no saldrá de su infeliz subdesarrollo si no modificamos cuanto antes el


proceso de acumulación de capital, permitiendo no solo que los pequeños
empresarios gocen de seguridad y estímulo para su desarrollo, sino haciendo que
los servicios públicos sean efectiva e absolutamente para todos.
CONSENSO DE WASHINGTON Y SU IMPACTO EN EL MODELO ECONÓMICO
GUATEMALTECO
En primer lugar, es conveniente revisar algunos de los preceptos propios del
Consenso de Washington, que contempla la aplicación de principios neoliberales
en aspectos puntuales. Después de este análisis, se logrará dilucidar qué sectores
o intereses resultaron beneficiados tras su adopción en América Latina y,
complementariamente, se podrá determinar cuál fue su costo social. El objetivo
central de este aparte es mostrar cómo las políticas del Consenso adolecen de
falta de coherencia interna y en realidad se constituyen en una estrategia que
favorece el cumplimiento del servicio de la deuda por parte de un Estado, de
manera que los costos de la reforma terminan siendo soportados por los
ciudadanos del común.
Según Williamson (2004), el término acuñado en 1989 y que aparecía
explícitamente en un documento para la conferencia del Institute for International
Economics, obedecía a una petición del director en aquel entonces del Instituto,
Fred Bergsten. En particular, Bergsten consideraba pertinente convocar a una
conferencia donde se pusieran a prueba y extendieran los argumentos dados por
Williamson ante algunos congresistas de Estados Unidos sobre ciertos cambios
significativos en la política económica y el respectivo proceso seguido por América
Latina tras la crisis de la deuda externa (Williamson, 2004).
Básicamente, los diez instrumentos de política que se presentaban como
adecuados para velar por la sostenibilidad y el crecimiento de los países deudores
y específicamente de los países latinoamericanos (Tabla 1), se desarrollaban
como medidas apropiadas ante el fracaso de las políticas empleadas por estos
últimos desde 1950. El término Consenso de Washington surgió precisamente del
favoritismo que las políticas expresadas en el documento What Washington
means by policy reform recibían de buena parte de los altos mandos de la
tecnocracia con sede en Washington, como las instituciones financieras
internacionales, las agencias económicas de Estados Unidos y la Reserva
Federal. Sin embargo, dichas políticas en general no implicaron un mayor
bienestar en los países latinoamericanos que las adoptaron, lo que para
Williamson respondía a una mala interpretación de las medidas consignadas en la
lista de 1989 o a su aplicación incompleta, citando como ejemplo la experiencia
argentina con una tasa de cambio fija que desencadenó la crisis de 2001. Así,
hacia 2003 se consideró que era necesario incorporar algunas medidas a la
versión original del Consenso de Washington, como la liberalización del mercado
laboral desmontando algunas prestaciones sociales, para favorecer la
formalización de la economía; la mejora institucional en aspectos como la
capacidad judicial y la disminución de la corrupción; y la reformulación del gasto
concentrándolo en aquellas áreas con mayor utilidad social1 (Williamson, 2004).
En particular, Williamson (2004) reformuló su lista de políticas presentada en
1989, ampliando sus alcances y haciendo hincapié en la necesidad de optar por la
aplicación del modelo como un todo. Sin embargo, es interesante notar que la
aplicación de las políticas económicas sustentadas en el Consenso de Washington
no favorecieron el crecimiento económico y, en su lugar, parecen haber sido más
funcionales para propiciar el pago de la deuda externa y en general permitir la
recuperación de los capitales invertidos por las instituciones financieras en países
en vía de desarrollo como los latinoamericanos. Con respecto a la consistencia
interna del Consenso, se debe considerar que este tiene una formulación en que
confluyen diversos enfoques. Basta señalar que aspectos como la flexibilidad se
denotan de manera distinta según el mercado al que se haga referencia. Si se
habla del mercado de bienes y capitales, por ejemplo, el discurso se fundamenta
en la eliminación de las barreras comerciales y del control a los capitales, pues se
presume que ellas restringen la explotación de las ventajas comparativas de los
países y la ubicación de los recursos en aquellos lugares en que su productividad
marginal es más alta. Por otro lado, si se considera el mercado laboral, la
flexibilidad ya no se relaciona con la posibilidad del ciudadano común de
trasladarse a aquellas regiones o países en que encuentra una demanda efectiva
para sus cualidades y habilidades, sino que el elemento central resulta ser el
precio del trabajo o salario (Giraldo, 2009). Según el modelo, los factores
salariales deben responder a la asignación que hace el mercado de acuerdo con
la participación del trabajo en la producción, lo cual lleva a la eliminación de
prestaciones sociales "extraordinarias" y a la fijación de salarios mínimos. El
Consenso de Washington fundamenta sus recomendaciones bajo el supuesto de
que el mercado es el asignador por excelencia de los recursos escasos, pero
paradójicamente no incorpora la movilidad de factores en todos los casos.
Además, las recomendaciones del Consenso y sus revisiones van más allá de los
preceptos de la teoría clásica, que explica el intervencionismo estatal por la
existencia de externalidades en el mercado, pues se precisa que las fallas de la
intervención estatal podrían ser incluso más graves que las fallas del mercado que
se pretenden corregir (Giraldo, 2009). Es así que la función del Estado, de
acuerdo con el Consenso, debe estar restringida a unas pocas actividades como
la provisión de la seguridad nacional y la administración de la justicia, en que
deben prevalecer herramientas legales que permitan velar por el cumplimiento de
los contratos. Por otra parte, políticas de universalización en áreas como la
educación y la salud se ven como inadecuadas, dado que no permiten maximizar
la utilidad de los recursos limitados que se destinan a tal fin, pues se asume que
gran parte de estos es capturada por individuos que no requieren de la asistencia
del Estado.

LOS GANADORES DEL CONSENSO DE WASHINGTON


Ahora se hará una breve revisión en que se relacionan las políticas propias del
Consenso con los intereses del capital financiero. Así, se muestra cómo algunos
puntos considerados son funcionales para el inversionista, más allá de las
pretensiones de los defensores del modelo de presentarlo como benéfico para la
sociedad en su conjunto. Cabe indicar que cuando se piensa en un inversionista
se deben considerar dos momentos: en el primero se toma la decisión de invertir
en determinado mercado, lo que supone tener en cuenta el marco legal del país
en que se desea invertir, el estado de la economía y el orden público; el segundo
momento se relaciona con la posibilidad de hacer efectivo su beneficio, donde
influyen aspectos como la tasa de cambio y los mecanismos que existen para
hacer las transferencias al exterior3. A continuación se indica cómo diferentes
políticas tratadas por el Consenso abordan estos momentos y brindan seguridad al
inversionista.
FENÓMENO DEL CONSUMISMO EN LA SOCIEDAD

La sociedad de consumo corresponde a la época más avanzada del desarrollo


industrial y del capitalismo, y tiene como característica fundamental el hecho de
que las personas consumen en forma masiva bienes y servicios producidos
también en forma masiva.

Hay quienes defienden la sociedad de consumo argumentando que es la


consecuencia del elevado desarrollo de la economía, lo cual se manifiesta en un
incremento de la renta nacional. Este mecanismo hace posible que un número
cada vez mayor de personas adquiera bienes muy diferentes. Se piensa que si se
hace más fácil el acceso a mayor cantidad y calidad de bienes, entonces se
lograría una mayor igualdad social.

No obstante la sociedad de consumo plantea un problema ético muy particular. La


crítica más general es que mediante las técnicas de marketing se crean falsas
necesidades entre los consumidores, haciéndoles perder su sentido crítico y
reflexivo, su individualidad de criterios, para venir a ser parte de una gran masa de
consumidores.

La ética ambientalista plantea que esta mentalidad de consumo masivo conlleva el


peligro de llegar al punto de no poder extraer más recursos naturales y también la
contaminación por la basura. Claro ejemplo de esto lo tenemos en el uso
desmedido de los envases y bolsas plásticos. Este método es más cómodo para
los consumidores actuales y más conveniente para los comerciantes, pero
desperdicia recursos que antes eran más aprovechados y, peor aún, contamina
ríos y ensucia en gran manera las regiones urbanas.

Por otra parte en este tipo de sociedades se manipula de tal forma la información
que convierte a los consumidores reales en consumidores ideales moldeando sus
conductas de consumo y previendo los efectos de la producción de un bien o un
servicio. El sistema de consumo propicia que las personas convertidas en simples
consumidores encuentren placer en el consumo en sí mismo y no para otro fin.
Además, el paradigma de posesión de los objetos ha cambiado: antes era un
privilegio social poseer un objeto que durara toda la vida, pero ahora los objetos
son desechables, lo cual pone en crisis la idea de reparación.

¿Qué se puede hacer para no caer en el consumismo? Tal vez no dejarse llevar
tanto por la publicidad que manipula y no hacer gastos innecesarios, cambiar la
mentalidad de usar y tirar a mansalva por la de guardar. En suma: contentarse con
lo que se tiene y ser paciente, usando el sentido crítico y frenando los impulsos.

Uno de los rasgos del sistema económico y del consumo actual es que crea
necesidades artificiales. Mediante la constante publicidad y otras técnicas,
convencen y atrapan a las personas en el círculo vicioso del consumo, del que es
muy complicado salir una vez se ha entrado.
Una vez dentro del ‘circo del consumo’, un sinfín de productos, anuncios, ofertas y
posibilidades se aparecen ante los ojos del individuo, que, abrumado por todas
esas luces, sonidos e imágenes, se siente incapaz de evitar comprar alguno de los
productos que tiene ante él. Muchas veces incluso, la falsa necesidad se crea
segundos después de ver por primera vez un producto. Verlo en el escaparate de
la tienda y darse cuenta de que es indispensable para poder seguir caminando por
la calle. ¡¿Cómo he podido vivir sin esto?! Pocas semanas después, el objeto en
cuestión estará olvidado en algún baúl, o quizás estropeado y tirado a la basura.

En definitiva, el fenómeno del consumismo depende cada vez más del deseo que
de la necesidad.

Pero el consumo actual no sólo tiene como objetivo cubrir necesidades o


satisfacer deseos, además sirve para distinguir a las personas entre sí,
evidenciando aun más el sistema de clases sociales que forma nuestra sociedad
hoy en día. Como hemos comentado, para consumir sólo es preciso una cosa:
tener dinero. A partir de ahí, todo depende de la cantidad de dinero de que se
disponga. A más dinero, más productos. O, también, a más dinero, productos más
caros.

Cuanto más caro es un producto menos gente lo puede poseer. Esta regla básica
explica el sistema de clases. No es lo mismo una falda de la tienda del barrio que
un vestido de Chanel, por lo tanto, no es igual la mujer que lleva esa falda a la que
viste el vestido. Son dos mujeres diferentes. Diferentes socialmente. Pero aunque
es la vestimenta el rasgo que las diferencia exteriormente, en realidad el factor
diferencial es el dinero. La cantidad de dinero. Aunque eso no se puede ver ni
saber con certeza, se puede deducir, entre otras cosas, por la manera en que
visten.

Precisamente por eso la mujer que tiene más cantidad de dinero decidió no
comprar la falda de la tienda de barrio (aunque podía hacerlo). Si hubiera
comprado esa sencilla falda y la hubiera llevado puesta por la calle, nadie podría
haber sabido cuánto dinero tiene en realidad. Para mostrar en qué estrato social
se encuentra, gracias a su dinero, la mujer con posibilidades compró el vestido de
Chanel. Y así, cuando pasea por la calle, no hay dudas sobre su posición. Todos
pueden ver que ella es diferente a los demás. Es más que los demás.

Con la expansión del consumo por distintos escalones sociales, esta realidad
ejemplificada con la falda y el vestido se observa también a niveles de mucha
menos opulencia y riqueza. En la misma clase media de la sociedad (incluso en
algunos sectores de la clase baja) ya observamos los mismos comportamientos
entre personas que, aunque son social y económicamente parecidos, pretenden
diferenciarse a través de los productos que consumen.
LAS GRANDES EMPRESAS TRASNACIONALES Y SU IMPACTO EN LA
ECONOMÍA Y SOCIEDAD

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