Artemia
Artemia
Artemia
La Artemia salina es un pequeño organismo que vive en las aguas salobres e hipersalinas de todo
el mundo. Es la presa viva más adecuada para la alimentación de los estadios post-larvarios de
muchas especies de peces y crustáceos marinos. Y en su fase adulta resulta un aporte interesante
para multitud de invertebrados y peces que pueblan nuestro acuario. Este pequeño ser es un
crustáceo de la subclase de los anostráceos y conforma el plancton de las aguas continentales
salobres.
Huevos:
Lo primero que debemos hacer es elegir y comprar los huevecillos. Normalmente los venden
descapsulados, en varias marcas. Si no se encuentran descapsulados, que suele ser raro, se deben
tratar con una solución de lejía diluida, con lo que se disuelve la cáscara. Es mejor descapsulados
porque esto nos asegura un mayor porcentaje de eclosiones, menos cáscaras vacías y menor tiempo
de incubación.
Incubación:
Para incubarlos se pueden seguir varios métodos muy fáciles. Por ejemplo, se comercializa un
aparato que se coloca dentro del acuario con un macarrón que insufla aire, y totalmente estanco.
También se puede seguir la forma más clásica, dentro de una botella fuertemente aireada con un
difusor. O por último dentro de un acuarito destinado para este fin donde se les puede también
dejar para su desarrollo hasta la etapa adulta.
Se realice de una u otra forma las características para la incubación son las siguientes:
o T = 26 a 28 ºC.
o Salinidad = 32'5 gr/l. o 1.022
o Tiempo de 24 a 48 horas.
o Oxigenación casi a saturación.
Desarrollo:
Si se desea mantenerlos para que se transformen en adultos es necesario trasladar a los nauplios a
un acuario a tal efecto. Se puede utilizar un acuario de 5 o 10 litros, en el que se mantendrá una
aireación constante, pero no exagerada (puede albergar hasta 5000 nauplios por litro). La
iluminación no es importante pero si necesaria si las vamos a alimentar con algas (entonces es
conveniente poner un tubo durante 12 horas diarias). Las artemias soportan temperaturas de 20 a
30 ºC, una de 26 será conveniente, la salinidad la antes indicada.
Durante los primeros días el crecimiento de los nauplios es lento. El alimento distribuido debe
repartirse en pequeñas cantidades pero a menudo. Los primeros cruces tienen lugar de 15 días a 3
semanas después de la eclosión. Las parejas se pueden identificar fácilmente; el macho
está constantemente pegado a la parte anterior del cuerpo de la hembra. Las Artemias adultas bien
alimentadas son muy fecundas y con sólo algunos miligramos de huevos es suficiente para
comenzar una cría que podremos mantener, si la cuidamos, durante varios meses.
La estructura externa de los huevos varia según las estaciones de puesta. En óptimas condiciones
de salinidad, las cáscaras vacías muy finas desaparecen rápidamente disgregadas por las colonias
de bacterias. Si la salinidad es fuerte (1.028 y más) las cáscaras más gruesas permanecen en la
superficie, creando una proliferación de bacterias patógenas, nada buenas para el conjunto de cría.
Alimentación:
Para alimentar a las artemias se puede hacer de varias formas. La más sencilla es comprar el
alimento comercial que se vende a este efecto, suele ser un extracto en suspensión de fitoplancton
y levadura. Si se utiliza éste, es conveniente remover el agua de vez en cuando para que no se
quede en el fondo y lo coman las artemias.
Una forma barata de alimentar a las artemias es preparar nuestro propio extracto casero. Esta
suspensión alimenticia es una disolución de levadura natural en agua salina.
También se puede cultivar fitoplancton compuesto por algas flageladas microscópicas. Se cultiva
dentro de botellas de plástico tapadas simplemente con algodón, sin aireación. Se llenan de agua de
mar (unos 250-300 ml.) en las que se mezclan una o dos gotas de abono líquido que puede ser el
destinado a las plantas de casa (que no contenga insecticidas). Las botellas deben iluminarse de 12
a 15 horas diarias, evitando los rayos de sol. Al día siguiente el medio está disponible para meter el
alga (Dunaliella, recomendada), sobre 5 ml. por botella. Estas algas no son visibles más que por el
microscopio, pero después de algunos días la abundancia es tal que colorea el agua. Se distribuyen
a las artemias varias veces al día y se intenta rotar las botellas de donde se sacan para no acabar
con el cultivo.
Las artemias son unos pequeños crustáceos muy utilizados en la alimentación de peces, son muy
apropiados tanto por su valor nutritivo como por su facilidad de producción. Es un animal cosmopolita
que se encuentra tanto en zonas costeras como en aguas continentales siempre que estas sean saladas;
efectivamente, en la naturaleza se desarrolla mejor en aguas hipersalinas (más salinidad que la del agua de
mar, unos 35 gr. por litro) en las que encuentra pocos competidores por el alimento y casi ningún
depredador, en estas condiciones pueden desarrollarse sus poblaciones hasta alcanzar una densidad tal que
literalmente tiñen el agua con su color (a veces rojo, rosado o incluso verdoso).
En la acuariofilia son muy utilizadas sus larvas (nauplios de 0'45 mm) vivas como alimento para los
alevines pues tienen bastantes ventajas, la primera y fundamental, como hemos dicho antes, es su alto
contenido proteínico, en torno al 65%; otra ventaja es que su movimiento errático y nada temeroso la
hacen una presa fácil para los inexpertos alevines; además y esta es muy importante, al provenir de un
medio salino no es un vector adecuado para la transmisión de enfermedades en peces de agua dulce.
Pero sobre todo la facilidad con la que se puede "fabricar" en casa es donde encuentra su principal ventaja.
Para ello, primero hemos de conseguir los "huevos" (que no son tales sino quistes recubiertos de un
grueso corion), estos suelen venderse en las tiendas del ramo en dos formatos, secos o descapsulados en
una suspensión líquida. La primera presentación es más barata pero también ofrece una menor tasa de
eclosión y sobre todo que además de los nauplios de artemia , algunos alevines también comerán los restos
de las cápsulas protectoras que no hayamos separado y que pueden provocar problemas gástricos en
algunas especies de peces.
Una vez conseguidos estos, y según nuestras necesidades en cuanto a cantidad, podríamos cultivar de
manera doméstica estos animales de tres maneras diferentes.
La primera y más sencilla es llenar un plato o una fuente baja con agua con aproximadamente 1 cm de
altura, añadir un poco de sal y dispersar unos pocos huevos sin que se amontonen y esperar un 24-36 horas
(a unos 25ºC), cuando veamos unos animalillos moviéndose, podríamos succionarlos con una pequeña
jeringuilla, filtrarlos con un trozo de pañuelo y añadir el contenido de éste al agua del acuario de cría
donde estén los alevines.
Sin embargo este método es de muy poca productividad, sobre todo habida cuenta que los alevines son a
menudo muy voraces y que necesitan mucha más comida en comparación que sus progenitores adultos, si
necesitamos una mayor cantidad o simplemente asegurar el suministro de artemias, bastaría preparar un
bote con agua del mismo acuario (agua sin cloro) a la que se le añade un poco de sal (una cucharada
sopera de sal de cocina no yodada por litro de agua bastará) y poner una pequeña cantidad de quistes,
agitar un poco y poner un pequeño difusor de aire que agite el agua pues los quistes que vayan al fondo
apenas se desarrollarán. Algunos aficionados introducen este bote flotando dentro del acuario para que
mantenga una temperatura adecuada, pues es necesaria para la eclosión temperaturas superiores a 22ºC
(según cepas de origen). A las 24 horas más o menos, veremos al trasluz unas pequeñas formas
anaranjadas que son los nauplios vivos de las artemias. Es necesario dar cuanto antes a nuestros pequeños
peces estos nauplios para que sean verdaderamente alimenticios. Para ello sacaremos el bote del acuario,
pararemos la aireación, lo cubriremos con una cartulina a la que habremos practicado un agujero por el
que pasará la luz y esperaremos unos minutos, las larvas se desplazarán hacia la luz (fototropismo
positivo) y es entonces cuando introduciremos en medio de esta nube de nauplios un pequeño tubo con el
que sifonaremos los nauplios cuidando de no arrastrar también los quistes no eclosionados que se habrán
depositado en el fondo y las conchas vacías que flotarán en la superficie. El líquido extraído lo pasaremos
por un fino tamiz (un simple pañuelo) que se teñirá ligeramente de rojo. Cuando hayamos terminado
mojaremos esta cara del pañuelo en el acuario de los alevines, estos se verán inmediatamente atraídos por
estos minúsculos animalillos a los que identificarán prontamente con sus presas preferidas. Los nauplios
de artemia viven algunas horas en agua dulce por lo que aquellos que no sean inmediatamente ingeridos
pueden dejarse hasta que sean consumidos, esto nos ayudará a fijar la "dosis" de huevos que
necesitaremos diariamente para mantener nuestro cultivo.
A una escala superior en cuanto a fiabilidad y constancia en la producción sería este criadero en miniatura
cuya idea general vimos en una antigua revista francesa. Hay que tener en cuenta que según la cantidad de
peces que tengamos y la voracidad de los mismos necesitaremos una mayor fuente de suministro. Este
método trata de tres botellas (o más según nuestra necesidad) invertidas puestas al lado una de la otra y
sujetas mediante una "estantería" hecha a medida, tal vez sea más fácil la explicación si echamos un
simple vistazo a la siguiente figura:
Como vemos en el siguiente croquis, necesitaremos cuatro tablas de aglomerado, melaminado en blanco
(creemos es lo más práctico) cuyas medidas en centímetros también se adjuntan. La lista de materiales se
complementan con algunos tornillos "roscachapa" unas gomas elásticas, unos metros de tubo conductor de
aire, unas llaves de paso y al menos cuatro pequeñas escuadras para ensamblar y sujetar en su sitio las
diferentes tablas.
Paralelamente, (ver figura siguiente) prepararemos tres botellas de refresco de dos litros de capacidad, De
cada una, separaremos el tapón y taladraremos éste con dos agujeros hechos con una broca o barrena de 5
mm, pasaremos y pegaremos cualquier tubo rígido para acoplar luego un tubo flexible "standard" de los
usados en acuariofilia; podemos utilizar para este fín el acople de un difusor viejo que ya no utilicemos.
Cuando esté bien seco volvemos a roscar y ya montamos el conjunto "botella-tapón".
Finalmente fijamos a la pared nuestra estantería e introducimos las botellas "boca abajo" en los agujeros
de la base a tal fin, las fijamos con las gomas elásticas y acoplamos los tubos flexibles y llaves, teniendo
en cuenta que cada botella dispone de una entrada regulada de aire y una salida para cuando queramos
"cosechar" el interior. Solo resta llenar de agua, añadir la sal, regular el burbujeo y tendremos una pequeña
"estación de cultivo" cuyas botellas pueden ir alternándose para obtener un constante suministro de
artemias que harán de nuestros alevines unos peces fuertes y vigorosos. Tal vez la máxima ventaja de este
sistema reside en que una vez montado la manipulación es mínima y su comodidad máxima. Además este
montaje puede ser utilizado para producir otros alimentos como daphnia (pulga de agua dulce) e incluso
como incubador artificial de huevos de los cíclidos africanos llamados "incubadores bucales" como los del
Tanganika o Malawi.
La tasa de eclosión aumenta si tras la inmersión en agua de los quistes se exponen a una fuerte luz
(atención al calentamiento) durante al menos tres horas.
Algunas cepas aumentan su viabilidad y también su contenido nutritivo si son incubadas a una salinidad
inferior a la del mar (hasta 6 gr/litro), debería de hacer diferentes pruebas jugando con la salinidad y la
temperatura hasta obtener los resultados más satisfactorios para usted.
La temperatura óptima de mantenimiento está entre 18ºC y 30ºC, la de eclosión entorno a 25ºC pero esto
puede variar en función del origen de los quistes.
Si usted necesita nauplios de artemia menores (para alevines muy pequeños), escoja la calidad de huevos
denominada "A", si los necesita mayores los "C".
Los quistes descapsulados necesitan una agitación del medio mayor, pues tienden a sedimentarse con más
facilidad.
Introducción
En este artículo pretendemos contar el método que hemos empleado cada uno de nosotros para mantener y
reproducir artemia salina a partir de la eclosión de quistes. El fin que hemos perseguido no es producir
artemia adulta en grandes cantidades, sino poder disponer de una pequeña parte de alimento vivo de
diversos tamaños. De esta manera poder alimentar a alevines recién nacidos con nauplios, complementar
la alimentación de los alevines con artemias diminutas y alimentar peces débiles con alimento vivo.
Durante unas conversaciones con Alberto, me comentó que tenía intención de probar a desarrollar
nauplios de artemia hasta su fase adulta e intentar reproducirlos. Yo le dije que hacía mucho tiempo lo
había probado pero sin éxito y como mucho las pude mantener durante una semana y el aspecto que tenían
era blanco, muy diferente del naranja que tienen las que yo he visto vivas. Así que nos decidimos a probar
cada uno por nuestra cuenta y luego contar los resultados. No pretendemos sentar "cátedra" de cómo hay
que hacerlo, pero si contar como lo hemos conseguido por diversos caminos.
La información de que disponíamos sobre alimentación y sobre otras experiencias de otros aficionados la
recogimos de internet y de las que teníamos guardadas. Los alimentos que otros aficionados usaron fueron
principalmente harina de arroz integral, levaduras, espirulina y germen de trigo, tanto individualmente
como mezclados.
En la
imagen de
al lado,
aunque no
se aprecie
muy bien,
podemos
ver una
hembra
(punto
rojo), un
macho
(punto
verde) y
varias
pareja
dispuestas
para la
cópula
(puntos
azules).
Recipiente: En cada recipiente introducimos la misma cantidad de nauplios (alrededor de unos 70-80) que
previamente hemos eclosionado en otro recipiente. No ponemos ningún tipo de filtración, aireador o
calentador (este experimento lo realizamos en verano). Ambos tenemos los recipientes en un lugar
luminoso, cerca de una ventana pero sin que le de la luz solar directamente. Alberto por ejemplo lo tienen
situado sobre un acuario y así de paso mantiene la temperatura estable en unos 25ºC.
El agua: El agua que empleamos es del grifo a la que añadimos sal marina gruesa sin antiaglomerantes.
Esta sal se puede comprar en cualquier supermercado y suele ser la que se emplea para cocinar en el horno
"a la sal".
Alberto: El agua durante todo el proceso la preparo cogiéndola directamente del grifo y le añado
sal hasta obtener una densidad de 1024. Como el recipiente está destapado y se va a producir una
evaporación voy rellenando con agua dulce para no modificar la densidad, ya que si lo hiciera con
agua salada modificaría la densidad. Los cambios de agua los hago cada 5-6 días cambiando unos
2 litros de agua salada y después les echo el alimento.
Miguel: La salinidad del agua es siempre de 35gr por litro de agua dulce. Los cambios de agua son
del 50% semanal con agua de una garrafa de agua salada que mantengo en el mismo cuarto y que
por tanto está a la misma temperatura que el recipiente, aproximadamente ronda los 24-28º C. No
vigilo la densidad, simplemente añado el agua dulce en la que va disuelto el alimento.
Alimentación: Aquí es donde cada uno de nosotros ha empleado un alimento diferente obteniendo el
mismo resultado, unas artemias adultas, sanas y que se reproducen. La manera de saber si comen lo
suficiente y no les falta comida es observar la transparencia del agua. Un pequeño truco es poner detrás de
los recipiente una folleto de colores y con letras. Si observamos como se ve este folleto antes y después de
echar el alimento, podremos comprobar posteriormente como el agua recupera su transparencia original
según van consumiendo el alimento. De esta manera podremos controlar la cantidad de alimento necesario
según la transparencia del agua. Como he dicho en un principio cada recipiente solo recibe un tipo de
alimentación durante toda la experiencia.
Alberto: El alimento que les doy es una solución a base de harina de arroz integral. La harina la
compro en una tienda de dietética, viene en bolsas de 1/2 kg. y cuesta unas 125 pts., la preparación
es muy sencilla. En 1/2 vaso de agua y utilizando una cuchara de postre, echo media cucharada de
harina y la dejo un rato reposando (15 min.) para que se ablande y sea más fácil y efectiva su
disolución. Pasado este tiempo la revuelvo bien y con ello se observa que el agua se ha vuelto
lechosa, ya tenemos la solución preparada, con lo que el paso siguiente es proceder a alimentar
nuestras artemias. El método que utilizo es el de colar la solución con un tamiz de los usados para
la recolección de artemia, el líquido resultante lo recojo en otro vaso y es el que les doy a las
artemias, con ello evito el introducir partículas, que por su tamaño, la artemia sería incapaz de
comer con lo que contribuirían a aumentar la contaminación del recipiente. La cantidad de
alimento que las doy es de 25 cc. de cada vez.
Miguel: En cada recipiente solo empleo un tipo de comida. Pensaba alimentar con infusorios
obtenidos a base de echar granos de arroz y paja, recordando lo que un amigo veterinario de
Murcia me comentó hace tiempo que donde realmente están los infusorios es en la cáscara y en la
paja de los cereales. Pero debido a la dificultad de dosificar la cantidad del alimento me decidí a
usar Liquifry. Para el otro empleo un liquido obtenido de batir durante bastante tiempo una
cucharada de escamas Spirulina Plus de Wardley (ver al final composición) en 33cl de agua y
posteriormente filtrar con un tamiz de artemias para eliminar las partículas más gordas. La
cantidad de agua y escamas es orientativa ya que la idea es que quede el contenido con un aspecto
de color verde y que sea opaco. Tanto el Liquifry como la botella con el batido lo guardo en el
frigorífico. La cantidad que doy diariamente comienza por los 10 cc del batido en uno de los
recipientes y en el otro echo una disolución de 10cc de agua con 2 gotas de Liquifry. Estas
comidas las echo muy poco a poco con un cuentagotas a ras de superficie para que se forme una
pequeña nube de alimento que luego se dispersará por todo el recipiente. Esta cantidad la voy
aumentando progresivamente hasta llegar a los 20cc diarios cuando alcanzan los 6-7mm las
artemias. Desde los primeros días pude observar que el color de las artemias era anaranjado, un
síntoma de buena salud y de que todo iba por buen camino. Posteriormente cuando ya se definían
los sexos de las artemias y habían alcanzado los 10mm de longitud comencé a añadir además de
los líquidos alimenticios un pizca de Sera Micron, un alimento micronizado con un alto contenido
de espirulina. Entonces fue cuando observé que el aparato digestivo de las artemias se volvía casi
negro, una indicación de que ese polvo era consumido. Como digo, mantengo los dos tipo de
alimentación líquida más la espirulina, ya que supongo que los nauplios que van naciendo se
alimentarán mejor de las disoluciones de alimento que de la espirulina.
Hemos optado para la cría por una salinidad baja (35gr de sal marina por litro de agua dulce o 1024 de
densidad). Es la que empleamos cuando eclosionamos quistes, ya que es la más adecuada para que los
nauplios puedan nacer. Durante todo el tiempo nuestras artemias viven en esa salinidad. Alberto la
mantiene añadiendo agua dulce y yo no la repongo aunque quizás se compense un poco con el agua dulce
en la que esta disuelto el alimento de las artemias .
Durante el tiempo que han estado creciendo hasta alcanzar la madurez, que más o menos sucedió a los 20
días, suelen haber bajas que se pueden achacar a la estabilización de la población ideal para el volumen de
agua disponible y a la alimentación. En mi caso (Miguel), en el recipiente cuya alimentación era
únicamente con batido de escamas el número de artemias era mayor, con un aspecto más saludable e
incluso su desarrollo fue más rápido que las alimentadas con Liquifry. Hubo bajas pero en un número
despreciable, 2 o 3 a la semana una vez que se estabilizaron las poblaciones.
Macho de artemia.
En rojo están señaladas
las antenas modificadas.
Hembra de artemia.
En rojo está marcado el
útero
En cuanto a la reproducción realmente no hay que intervenir para nada. Solo contaros que hacia el día 15
ya se pueden diferenciar los sexos y hacia el día 20 se reproducen. Las hembras tienen la cabeza en forma
de "T" lo que se ve claramente y con unos ojillos negros en los extremos de la "T", el útero es claramente
visible y es como un pequeño grano. Los machos son iguales, por supuesto no tienen útero y si nos
fijamos podremos ver como tienen unas pinzas grandes que llevan replegadas bajo la cabeza, aunque para
verlas bien necesitaremos abrírselas y una lupa de gran aumento. Estas pinzas las usan para sujetarse a la
hembra durante la época de reproducción por lo que sería la cintura, nadando ambos sincronizadamente.
Suelen permanecer enganchados durante unos días y de vez en cuando observaremos que se detienen de
golpe y se retuercen, momento en el cual los machos aprovechan para la cópula. Posteriormente vemos
que los ovarios de las hembras se hinchan según van desarrollándose los huevos y hacia el 4º-5º día se
empiezan a ver los primeros nauplios nadando libremente. Al principio son unos pocos debido a la
juventud de los reproductores, pero luego van naciendo continuamente y en mayor cantidad. Como las
hembras adultas producen continuamente huevos, cada 4-6 días tendremos nuevos nauplios. Se ha podido
observar que las hembras en las primeras puestas tienen una reproducción ovovivípara apreciándose el
útero con una coloración blanca. En cambio posteriormente han pasado a una reproducción plenamente
ovípara, el útero toma un color naranja y si lo observamos con un lupa podremos ver los huevos císticos
ya recubiertos por el corion.
Nauplio de artemia.
Conclusión
Pensamos que lo ideal es que si partimos de quistes secos de artemia, lo mejor sería mantenerlos hasta que
sean adultos en un recipiente pequeño de 1 litro para asegurarnos que el alimento no queda muy disperso.
Posteriormente una vez que vemos que alcanzan los 5mm, pasarlas a otro recipiente mayor donde se
reproduzcan. Para la alimentación se pueden optar por los 3 métodos empleados, sugiero el batido de
escamas siempre y cuando su composición sea similar a la de la Spirulina Plus de Wardley ya que
contiene todos los elementos que otros aficionados han empleado con éxito y como complemento
añadiremos espirulina en polvo para una mejor alimentación de los adultos. El tema de la filtración lo
descartamos pues con los cambios de agua y una pequeña limpieza de restos del fondo que nos puede
llevar unos pocos minutos al día es más que suficiente.
En el agua se pueden ver partículas en suspensión que supongo serán un poco de todo, alimento y detritus,
pero con cambios del 50% semanal, no parece que les afecte mucho pues la mortandad es mínima dentro
de una población de unos 100 individuos y cientos de nauplios y diminutas artemias que van creciendo sin
cesar.
Nada más esperamos que con estos experimentos os hayamos podido ayudar a aclarar algunas dudas sobre
la artemia y os anime a intentar criarlas en casa. Vuestros peces os lo agradecerán.
Composición de la Spirulina Plus de Wardley: Espirulina, harina, gluten y germen de trigo, gluten de
maiz, proteína concentrada de soja, alfalfa deshidratada, harina de arroz, trigo entero, levadura de cerveza,
almidón de patata, calabacines, espinacas, aceite de semilla de soja, concentrado de pétalos de Caléndula,
anís, suplemento vitamínico, lecitina, aglutinante vegetal y un preservante.
La artemia salina es un pequeño crustáceo que se emplea fundamentalmente en acuarofilia como alimento
vivo para alevines. La principal ventaja que este pequeño animal tiene es su fácil cría, no necesitando unas
instalaciones e infraestructuras caras que nos roben una gran cantidad de espacio. Además la artemia cría
con facilidad y rapidez.
Las artemias son un pequeño crustáceo de 10 a 20 mm. que habita en marismas saladas y zonas salobres.
Estos animales se desplazan velozmente sobre su dorso por las aguas, y constituyen una parte fundamental
dentro de la cadena alimentaria en los ecosistemas donde vive. El macho presenta unos apéndices
prensiles en la parte inferior de la cabeza, que son usados durante la cópula. La hembra carece de estos
apéndices.
Placa de Petri.
una gran cantidad de individuos, por lo que es conveniente tener disponibles dos botellas para eclosiones
alternativas y otras dos para cría y reproducción. Las cubetas de vidrio de 20 l. son una excelente opción
para obtener unos elevados niveles de reproducción entre adultos.
El primer paso que daremos para iniciar la cría es hacernos con un recipiente de plástico traslúcido de
unos 20 l. que usaremos como reserva de agua. Este agua tendrá que carecer de cloro si queremos que la
cría sea exitosa. Será filtrada y oxigenada, y la utilizaremos para preparar el agua salobre de los distintos
medios de cría.
Los huevos los adquiriremos en una tienda especializada de mascotas y serán a partir de los cuales
empecemos a criar. Estos huevos son de envoltura dura y se caracterizan por ser resistentes a la sequedad
y al frío, y pueden permanecer fértiles durante un periodo de 4 ó 5 años esperando que las condiciones
sean favorables para su eclosión. Los embriones se encuentran en un estado anterior a los nauplios
( estado previo a la fase larvaria), y eclosionan después de 30 a 50 horas de estar en el agua a 28º C. Para
que la salobridad del recipiente de eclosión sea adecuada es suficiente con añadir 20 gr. de sal marina por
litro de agua. También podemos utilizar una sal especial que encontraremos en tiendas de animales para la
preparación de agua salina para artemias, siguiendo las instrucciones de cada fabricante.