Juan 7
Juan 7
Juan 7
Después de estas cosas, andaba Jesús en Galilea; pues no quería andar en Judea, porque los judíos procuraban
matarle. Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos;
a. No quería andar en Judea, porque los judíos procuraban matarle: No fue la falta de valor lo que hizo que Jesús se
quedara en Galilea, sino la conciencia de los tiempos perfectos de su Padre – y aún no era tiempo de que fuera
arrestado y entregado a los gentiles.
b. La fiesta de los judíos, la de los tabernáculos: Esta era una gozosa celebración de toda una semana en septiembre
u octubre en donde las familias acampaban en refugios temporales para recordar la fidelidad de Dios hacia Israel en el
desierto cuando iban de Egipto a Canaán bajo el liderazgo de Moisés.
i. “Los hebreos lo llamaban el festival de las cabañas (sukkoth), porque durante toda la semana que duraba las personas
vivían en cabañas improvisadas de ramas y hojas (cf.Levítico); los habitantes del lugar los erigían en sus patios o en sus
azoteas planas.”
(19-24) Las personas murmuran que Jesús está loco, y tiene un demonio.
¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley? ¿Por qué procuráis matarme? Respondió la
multitud y dijo: Demonio tienes; ¿quién procura matarte? Jesús respondió y les dijo: Una obra hice, y todos os
maravilláis. Por cierto, Moisés os dio la circuncisión (no porque sea de Moisés, sino de los padres); y en el día de
reposo circuncidáis al hombre. Si recibe el hombre la circuncisión en el día de reposo, para que la ley de Moisés
no sea quebrantada, ¿os enojáis conmigo porque en el día de reposo sané completamente a un hombre? No
juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.
a. Ninguno de vosotros cumple la ley: Jesús acaba de declarar que él era completamente verdadero y sin pecado,
siempre buscando la gloria de Dios en el cielo (Juan 7:18). En contraste con Jesús, los líderes religiosos no obedecían la
ley. Ellos tenían la ley (No os dio Moisés la ley), pero no la obedecían.
b. ¿Por qué procuráis matarme? Siguiendo la idea de Jesús, él dijo algo como esto: “Yo no tengo pecado y ninguno de
ustedes obedece la ley. ¿Entonces, por qué procuráis matarme? Ustedes son los que son culpables ante la ley, no yo.”
c. Demonio tienes; ¿quién procura matarte? Las personas no sabían que los gobernantes querían matar a Jesús
porque sanó a un hombre en el día de reposo (Juan 5:16). Pensaron que Jesús estaba loco y quizás paranoico.
d. Si recibe el hombre la circuncisión en el día de reposo, para que la ley de Moisés no sea quebrantada : Era
permitido – incluso ordenado – hacer un trabajo negativo en el día de reposo, como cortar el prepucio en la circuncisión
(Levítico 12:3). Era incluso mejor sanar completamente a un hombre en el día de reposo. Jesús lo hizo (Juan 5:8-9).
i. “Si ustedes pueden herir a un hombre en el día de reposo ¿No puedo yo sanar a uno?”
e. No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio: Ellos decidieron que Jesús tenía la apariencia de
un pecador, y que ellos tenían la apariencia de ser justos. Ellos estuvieron equivocados cada vez, y necesitaban juzgar
con justo juicio en vez de sólo por las apariencias.
i. “No puede haber ningún juicio justo si las apariencias deciden.” La icónica imagen de la Justicia tiene una venda sobre
los ojos por este motivo.
ii. “Siempre debemos tener en cuenta que esta ‘apariencia’ puede ser engañosa, y que por lo tanto con el amor que
espera todas las cosas, debemos estar listos para dar al hombre el beneficio de cualquier duda o incertidumbre que esté
en nuestras mentes.”
(25-29) Las personas de Jerusalén alegan que Jesús no puede ser el Mesías porque saben de dónde viene.
Decían entonces unos de Jerusalén: ¿No es éste a quien buscan para matarle? Pues mirad, habla públicamente,
y no le dicen nada. ¿Habrán reconocido en verdad los gobernantes que éste es el Cristo? Pero éste, sabemos de
dónde es; más cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde sea. Jesús entonces, enseñando en el templo, alzó
la voz y dijo: A mí me conocéis, y sabéis de dónde soy; y no he venido de mí mismo, pero el que me envió es
verdadero, a quien vosotros no conocéis. Pero yo le conozco, porque de él procedo, y él me envió.
a. ¿No es éste a quien buscan para matarle? Las personas de Jerusalén sabían que los líderes religiosos querían
matar a Jesús. La multitud que vino para la fiesta no lo sabía (Juan 7:20), los de Jerusalén sí. Estaban sorprendidos de
que los gobernantes no fueran y detuvieran a Jesús de enseñar.
b. Habla públicamente, y no le dicen nada: Jesús nunca tuvo miedo ni se dejó intimidar por las amenazas en su contra.
Él siguió hablando públicamente, y con tal osadía que nadie podía detenerlo.
c. Sabemos de dónde es; más cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde sea: Muchos (pero no todos) de los
judíos de ese tiempo creían que el Mesías aparecería repentinamente, como de la nada.
i. Malaquías 3:1dice que el mensajero de Dios iría repentinamente al templo. Este era el tipo de dicho que los hacía
pensar que el Mesías aparecería de la nada para mostrarse a Israel.
ii. La creencia popular “sostenía que el Mesías aparecería. La idea era que estaba esperando oculto y un día aparecería
de repente sobre el mundo y nadie sabría de donde habría venido.”
iii. Sabemos de dónde es: No sabemos si las personas pensaban, este hombre viene de Belén, o este hombre viene de
Nazaret. Probablemente asociaban a Jesús con Nazaret (Jesús de Nazaret).
d. A mí me conocéis, y sabéis de dónde soy: Esta primera oración de la respuesta de Jesús bien podría haber sido
sarcástica. Ellos pensaban que sabían de donde era, pero no conocían su origen celestial.
i. “Él concuerda con que lo conocen y que saben de dónde viene, pero casi podemos afirmar con certeza que esta es una
respuesta irónica: ‘¡Así que me conocen a mí y a mis orígenes!’”
e. De él procedo, y él me envió: Las multitudes tal vez estaban confundidas acerca de dónde vendría el Mesías, pero
Jesús sabía exactamente de dónde venía. Jesús no era un hombre confundido que se preguntaba si realmente era el
Hijo de Dios.
i. “El lenguaje es sencillo y sin ambigüedades; la afirmación es prestigiosa. Jesús afirma de nuevo su relación única con
el Padre, y sus oyentes no se pueden perder la implicación de sus palabras.”