Licitaciones Publicas 1-1

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INDICE

INTRODUCCIÓN............................................................................................................................3
I. LAS LICITACIONES PUBLICAS................................................................................................4
II. PRINCIPIOS GENERALES QUE RIGEN LAS LICITACIONES PÚBLICAS.......................................5
III. PROCEDIMIENTO LICITATORIO.............................................................................................6
IV. CONDICIONES DEL CONTRATO DE LA REGULACIÓN...........................................................12
V. LICITACIONES ESPECIALES..................................................................................................12
CONCLUSIONES..........................................................................................................................13
RECOMENDACIONES..................................................................................................................14
INTRODUCCIÓN

Para los gobiernos, la contratación pública es un pilar fundamental de la gobernanza


estratégica y de la prestación de servicios. Simplemente por el enorme volumen de gasto
que representa, una contratación pública bien gestionada puede y debe desempeñar un
papel de primer orden en el fomento de la eficiencia del sector público y como elemento
que inspira confianza en los ciudadanos. Unos sistemas de contratación pública bien
diseñados contribuyen igualmente al logro de apremiantes objetivos de política, como la
protección ambiental, la innovación, la creación de empleo y el desarrollo de la pequeña
y mediana empresa.
La contratación pública está considerada un área proclive a la existencia de prácticas
anticompetitivas. Con la finalidad de prevenir las distorsiones competitivas en este
sector, la nueva ley de contratos del sector público introduce una serie de medidas que
tienen por objeto la defensa del principio de la competencia.  A esta tarea de desarrollo
de la gestión pública deben contribuir los órganos de control externo, entre otras,
mediante la incorporación de propuestas de mejora en sus informes de fiscalización.
Este trabajo pretende, por un lado, recoger las principales novedades en materia de
defensa de la competencia que ha introducido el legislador y por otro sugerir aspectos a
tener en cuenta a la hora de recomendar en este ámbito en el marco de las labores de
fiscalización incluyendo una visión general de las normas para la elaboración de
recomendaciones desde un punto de vista formal y material.
I. LAS LICITACIONES PUBLICAS

Todo procedimiento administrativo para la adquisición de suministros, contratación de


servicios o la ejecución de obras (construcciones) que organicen entes, organismos y
entidades que formen parte del Sector Público, es considerada una licitación pública.
Llamados también concursos públicos, su objetivo es ofrecer y asegurar condiciones de
compra u adquisición de bienes y servicios por parte del Estado a un proveedor. El
proceso inicia cuando un ente público interesado en contratar servicios o adquirir
suministros, pública de forma electrónica los pliegos de condiciones con los requisitos
de la licitación. Con todas las propuestas recolectadas, la parte contratante selecciona y
adjudica el contrato al ofertante que considere más relevante.
LAS LICITACIONES PÚBLICAS EN LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
MODERNAS
Cada vez más en los Estados modernos la provisión de bienes y servicios públicos se
realiza acudiendo al sector privado, sin que estén las administraciones obligadas en
proveerlos directamente. Es más, en algunos casos, las constituciones más modernas
reconocen en el Estado solamente un rol subsidiario en la provisión de bienes y
servicios públicos para los ciudadanos.
desde administraciones tradicionales que eran dueñas de grandes empresas públicas que
proveían bienes o servicios de electricidad, transporte, telefonía, etc. y con ministerios
encargados directamente de proporcionar servicios de salud, educación o construir obras
públicas, hoy se está pasando, de forma acelerada a contratar esos bienes y servicios con
empresas privadas encargadas de proveer directamente dichos servicios, siendo unas
veces financiados directamente por la administración y en otras por los usuarios que
utilizan dichos bienes y servicios.
No significa ello que los bienes o servicios hayan perdido el carácter de públicos. Por el
contrario, en la actualidad existe una mayor preocupación por parte de las distintas
administraciones por reconocer ciertos derechos de uso y utilización de bienes y
servicios a todos los ciudadanos. Es decir, la universalidad de la provisión es hoy un
principio perseguido por los Estados más que en el pasado. Lo que ha cambiado
simplemente es la forma en que las administraciones públicas encaran esta función,
preocupándose precisamente por el acceso universal, por la calidad de los bienes y
servicios provistos.
En la actualidad el Estado sigue siendo hoy en día proveedor directo de muchos bienes
y servicios. En materia de bienes, la infraestructura sigue siendo construida todavía en
gran parte por los Estados.
En cuanto a los servicios, aunque algunos sean todavía estatales, las administraciones no
producen directamente los bienes que son necesarios para ello, sino que los contratan
con terceros. La provisión de todo tipo de insumos para las administraciones públicas es
hoy en día un gran negocio del sector privado, incluso en materia de funcionarios se está
experimentando la intervención del sector privado.
Aunque existen varias formas y procedimientos de selección, no cabe duda que la
licitación pública es la que permite, gracias a la competencia, que se obtengan las
mejores condiciones para el Estado y en definitiva para la comunidad. Aunque la
licitación pública es el procedimiento por el que va a ser seleccionado el privado que va
a contratar con la administración, la documentación licitatoria tiene que dar cuenta de
las condiciones de contratación; es decir de las normas por las que luego se regirá el
contrato por todo el tiempo que dure, de las condiciones técnicas del contrato y de las
condiciones económicas.
Por consiguiente las obligaciones de los Estados consisten en regular dichos bienes y
servicios, subsidiar al sector privado en determinados casos en que la provisión privada
no es posible o no tiene rentabilidad suficiente y fiscalizar que efectivamente se
cumplan las finalidades públicas.

II. PRINCIPIOS GENERALES QUE RIGEN LAS LICITACIONES


PÚBLICAS
III. PROCEDIMIENTO LICITATORIO

La licitación es un procedimiento formal y competitivo de adquisiciones, mediante el


cual se solicitan, reciben y evalúan ofertas para la adquisición de bienes, obras o
servicios y se adjudica el contrato correspondiente al licitador que ofrezca la propuesta
más ventajosa.
Manual de licitaciones públicas
La licitación pública es el procedimiento administrativo de preparación de la voluntad
contractual por el que un ente público, en ejercicio de la función administrativa, invita a
los interesados para que, sujetándose a las bases fijadas, formulen propuestas de entre
las cuales seleccionará y aceptará la más conveniente.
Característica básica de la licitación
Las licitaciones se caracterizan por su rigor y sentido formalista. En mayor o menor
medida, todo ordenamiento jurídico establece una serie de trámites, formalidades,
etapas y procedimientos que deben cumplirse antes de emitirse la voluntad
administrativa contractual.
Objetivos o valores de la licitación
a) Competencia: Tiene por objeto asegurar la participación del mayor número de
oferentes calificados, para que el administrador pueda obtener las mejores
condiciones que el mercado pueda ofrecer.
b) Igualdad: Este principio implica evitar todo tipo de preferencia o
discriminación que favorezca o perjudique a cualquier persona.
c) Publicidad y Transparencia: Constituyen un elemento esencial del mismo, el
cual debe estar presente durante todo el procedimiento de selección e incluso
durante la ejecución del contrato. La publicidad es un presupuesto de la
licitación pública, pero a la vez es una garantía tanto para los interesados como
para el administrador.
d) Debido proceso: Es importante que la regulación del procedimiento de
selección sea clara y comprensible. Los oferentes y la comunidad en general
deben tener acceso a cuáles son los pasos, etapas y formalidades del proceso.
Políticas y Normativas en materia de licitaciones
1. Normas generales en materia de licitaciones públicas: En cada país debiera
existir un solo conjunto de normas que contenga las reglas comunes para todo
tipo de licitaciones, de forma que se establezcan condiciones uniformes
cualquiera que sea el tipo de contrato que se licita, cualquiera sea la autoridad
que hace el llamado y cualquiera sea la procedencia de los fondos.
2. Institucionalidad reguladora del sistema: Resulta conveniente que los sistemas
de licitación sean diseñados incorporando la intervención de instituciones
distintas a la que hace el llamado. Lo anterior tiene por objeto asegurar el
cumplimiento de la legalidad y de los principios que rigen el proceso.
3. Necesidad de definir políticas formales en materia de licitaciones: Es
conveniente que se formulen en cada país y que se implementen lineamientos,
objetivos, y planes explícitos en materia de contratación pública, lo que obliga a
directivos y funcionarios a realizar una buena gestión en la contratación.
4. Capacidades de la administración: Es la necesidad de desarrollar un conjunto
de capacidades en la administración para apoyar los procesos de licitación. Ese
tipo de capacidades tiene que ver al menos con lo siguiente:

 Personal de calidad y bien remunerado.


 Sistemas de gestión e informáticos adecuados al proceso.
 Metodologías que permitan normar sobre precios y calidades.
 Mantención de información y puesta a disposición de la misma.

5. Participación ciudadana en los procesos de licitación: Consiste en que las


licitaciones de envergadura, por el tipo de proyecto o por el monto de recursos
involucrados debiera ser ampliamente debatida. Lo ideal es que este tipo de
procesos preocupen a la sociedad civil, y que de alguna manera se establezcan
mecanismos para que la comunidad participe.
Actuaciones previas de la administración: las etapas precontractuales
1. Preparación de la documentación licitatoria: Se trata de la preparación de los
distintos documentos que especificarán y regularán el procedimiento de selección y
el futuro contrato.
2. Aprobación formal de la licitación o de las condiciones de la misma: En principio
corresponde al ente administrativo interesado en adquirir ciertos bienes o contratar
determinados servicios, la iniciativa y la aprobación de la licitación o condiciones de
la misma.
3. Precalificación de oferentes y registros
a) Precalificación de oferentes: Es un proceso previo a la licitación que evalúa y
analiza las condiciones y características particulares de los posibles participantes
en el futuro procedimiento licitatorio, tiene también otras finalidades como:

 Permite identificar interesados en participar del proceso y asegurar que


dichos licitantes sean idóneos para ser adjudicatarios.
 Permite difundir el contrato que se pretende celebrar, a nivel nacional e
internacional.
 Durante este proceso se puede abrir una etapa de diálogo entre los
interesados en participar del procedimiento de selección y el ente
público.
 Los plazos de la licitación se acortan pues el proyecto es conocido con
anterioridad.
 Permite conocer de antemano la futura licitación, realizar consultas y
sugerencias.
 Tiende a atraer empresas serias ya que la precalificación es una garantía
de que en el procedimiento licitatorio no participarán empresas que no
reúnan las condiciones técnicas y económicas requeridas.
b) Facultad del administrador para llamar a precalificación: Dependiendo de la
normativa particular, la precalificación será un proceso potestativo para el
administrador u obligatorio.
c) Bases de precalificación: Las bases o pliego de requisitos deben establecer las
condiciones de naturaleza jurídica, de capacidad económica financiera o técnica,
de experiencia u otros que han de cumplir los licitantes para ser precalificados.
En términos prácticos, los criterios para evaluar la capacidad suelen ser:

 Experiencia y resultados obtenidos en trabajos similares


 Personal y equipo disponible
 Situación económica financiera
 Existencia de otras obligaciones que pueden competir con la ejecución de
las obras o servicio que se prestará
d) Registros: Se trata de una actuación previa a la licitación donde la
administración debe actuar calificando quienes pueden inscribirse, en función de
haber acreditado los requisitos de idoneidad jurídica, técnica, económica y otros
que considera necesarios para la correcta provisión de un bien o servicio.
Documentación licitatoria
1. Pliego de condiciones o bases de licitación
a) Concepto: Conjunto de cláusulas formuladas unilateralmente por la autoridad
administrativa que especifican el suministro, obra o servicio que se licitará, las
condiciones a seguir en la preparación y ejecución del contrato y los derechos y
obligaciones de los oferentes, del adjudicatario y de la administración.
b) Elaboración: Corresponde a la autoridad administrativa, que convocará a la
licitación, la elaboración del pliego de condiciones en forma unilateral.
c) Contenido: En todo pliego de condiciones se distinguen cláusulas generales,
que son las que se aplican a los contratos de una misma naturaleza, y cláusulas
especiales, que se refieren a las características concretas de la prestación que se
demanda. En términos generales el pliego de condiciones o bases de licitación,
debe contener a lo menos lo siguiente:
 Clara identificación del objeto licitado.
 Habilitación jurídica, técnica y financiera.
 Fijación de los actos y términos del procedimiento.
 Fijación de las cláusulas del contrato.
 Cláusulas obligatorias.
 Cláusulas prohibitivas
 Cláusulas que establezcan un modelo licitatorio condicional.

d) Clases: En algunas legislaciones se distingue entre bases administrativas,


técnicas y económicas, cada una de las cuales tiene un determinado contenido.
Así en las primeras se deben establecer las condiciones generales de la licitación,
en las segundas las estipulaciones que digan relación con las características de la
prestación y con las condiciones durante la ejecución del contrato.
e) Efectos jurídicos: Implica una serie de consecuencias jurídicas de
importancia. No sólo establece derechos y obligaciones para los oferentes, sino
también para el ente público que llama a licitación.
2. Publicidad.
La publicidad y transparencia constituyen elementos esenciales del proceso, que deben
estar presente en cada una de las fases o etapas del procedimiento de selección.
a) Anuncio de la licitación: Contiene un período de ofertas que debe ser anunciado
públicamente, en la forma que el derecho positivo de cada país lo determine.
b) Naturaleza jurídica: La publicación del llamado importa la divulgación de la
decisión administrativa de pedir ofertas.
c) Contenido: El contenido o menciones de esta invitación o pedido de ofertas,
varía en las distintas legislaciones y en cada una de ellas el aviso deberá
contener distintos elementos en función del tipo de contrato que se pretenda
celebrar.
d) Ámbito de aplicación: En principio todos los contratos que celebre la
administración, deben estar sujetos al principio de publicidad. Por tanto, todo
llamado debiera publicarse y difundirse de la mejor manera posible.
e) Tiempo de publicación: Cada derecho positivo establece diversos plazos, en
función del tipo de contrato, de antelación respecto de la fecha de presentación
de las ofertas y apertura de las propuestas.
f) Efectos Jurídicos: En primer lugar, el hecho administrativo de publicar o
anunciar la licitación le da eficacia al llamado y nace el derecho de los
interesados de ser parte del procedimiento de selección y de presentar ofertas.
Sobre los licitantes u oferentes
1. Tipos de licitantes
a) Concepto: Los sujetos o personas de la relación jurídica que surge del
procedimiento licitatorio son el licitador, ente público en ejercicio de la función
administrativa, y los licitadores, personas que formulan las ofertas y que
participan en el procedimiento de selección. Pueden ser licitantes las personas
naturales o jurídicas, nacionales o extranjeras, públicas o privadas, admitiéndose
en general los grupos de colaboración empresaria, como las uniones transitorias
de empresas y los consorcios.
b) Entes públicos: En general pueden participar en la selección personas
jurídicas públicas, sean o no estatales. En definitiva, será en función del pliego
de condiciones, y de la naturaleza y características de la prestación a contratar el
que puedan o no participar.
c) Empresas extranjeras: Las personas naturales o jurídicas extranjeras en
principio pueden participar del procedimiento de selección, previo cumplimiento
de los requisitos o condiciones que contemple cada ordenamiento jurídico.
d) Sociedades en formación: Bajo la condición de que se constituyan antes de la
suscripción del contrato.
2. Capacidades y habilidades para ser oferente o licitante
a) Capacidad general: Para participar en una licitación es necesario que la
persona natural o jurídica cuente con la capacidad general para obligarse
contractualmente, ya que el procedimiento de selección termina con la
suscripción de un contrato.
b) Capacidad específica. Requisitos: Las normas que regulan la contratación
pública, establecen una serie de requisitos éticos, jurídicos, de idoneidad técnica
o de solvencia económica financiera que deben cumplir los participantes en un
procedimiento licitatorio.
3. Garantía pre-contractual o garantía de seriedad
a) Concepto y objeto: Se puede definir como aquella que está obligado a
constituir todo oferente, a favor del licitante, para ser admitido en el
procedimiento de selección y que tiene por finalidad asegurar la seriedad del
ofrecimiento.
b) Monto y forma: El monto de la garantía es variable y depende del tipo y valor
del contrato a celebrar.
Sobre las ofertas
La oferta es el conjunto de documentos que presentan los participantes en el proceso de
selección en los que, establecen ciertas condiciones técnicas y económicas con las que
estarían dispuestos a adjudicarse el contrato
1. Preparación de las ofertas: Los interesados en participar en un procedimiento
licitatorio preparan su oferta o propuesta en función de las exigencias establecidas en el
pliego de condiciones o bases de licitación.
a) Requisitos subjetivos: Los presupuestos subjetivos de la oferta se refieren a la
persona del proponente, y determinan quién puede ofertar.
b) Requisitos objetivos: Los requisitos objetivos se refieren al contenido mismo de
la oferta.
c) Requisitos formales: Los requisitos formales dicen relación con las formalidades
a que debe sujetarse la presentación de las ofertas. En primer lugar, estas deben
ser escritas en el idioma del país en que se efectúa el llamado. El número de
originales y copias que deben presentarse es variable, en función del país y del
contrato a celebrar.
2. Apertura de las ofertas: Es una acto formal, solemne y público, en el cual se dan a
conocer las propuestas recibidas.
3. Admisibilidad: Pronunciamiento por el cual previa verificación, se legitima a
determinados oferentes como participantes del proceso de selección.
4. Condiciones de la oferta: inalterabilidad, mantenimiento, desistimiento, caducidad.
5. Evaluación de las ofertas: La evaluación suele hacerse de forma colegiada, por una
comisión, aunque cada uno de los miembros evalúa independientemente. No obstante es
conveniente preparar formularios o guías que permitan a los evaluadores explicitar y
fundamentar por escrito las decisiones que tomen acerca de las ofertas presentadas.
6. Oferta condicionada, incompleta, temeraria o inadmisible: Las ofertas deben ser
claras, concretas, hechas en firme e incondicionadas. La propuesta que presente
cualquier participante en el proceso de selección debe necesariamente ser pura y simple,
no puede estar subordinada al cumplimiento de una condición. Se entiende que la oferta
es condicionada cuando establece condiciones a cargo del licitador, del mismo
proponente o de terceros, y la administración debe necesariamente rechazarla.
Adjudicación y Perfeccionamiento del Contrato
El proceso de evaluación termina con la selección del oferente que presenta las mejores
condiciones para la celebración del contrato y por consiguiente el que debiera ser
adjudicatario.
1. Desestimación de las ofertas: Tiene la facultad para desestimar las ofertas pues la
licitación supone una invitación de esta, a que se presenten propuestas, y por tanto el
que invita puede aceptarlas o rechazarlas.
2. Adjudicación: Es la etapa que concluye el procedimiento preparatorio de la voluntad
administrativa que tiene lugar una vez finalizada la etapa de valoración de las
propuestas.
4. Factores de adjudicación: La elección de la propuesta más ventajosa, depende de
pautas de valorización que pueden ser objetivas o subjetivas. Dentro de las primeras
podemos mencionar: precio o canon ofertado, forma de financiamiento, quitas o
esperas, descuentos otorgados, cantidad de equipamiento, número de personas y equipos
aplicados al servicio, seguridad y confianza en la garantía, ausencia de subvenciones,
etc.

IV. CONDICIONES DEL CONTRATO DE LA REGULACIÓN

A. Plazo del contrato


Los contratos que celebra la administración están siempre sometidos a un plazo.
La especificación del plazo en el que tienen que cumplirse las obligaciones del
que contrata con la administración tienen que estar claramente establecidas en el
contrato. De hecho, la principal obligación del contratista es la prestación del
servicio del contrato dentro del plazo total fijado para el mismo. Si se han
establecido en las cláusulas contractuales plazos parciales para la ejecución
sucesiva del contrato, también deberá cumplirlos. Para asegurar el cumplimiento
de plazos, los contratos deberán establecer la constitución en mora del
contratista de manera automática, sin necesidad de que lo declare la
administración. En cuanto a los efectos de la misma, siempre que sea imputable
al mismo (no se puede considerar por ejemplo mora en la terminación de una
obra pública cuando la administración no ha entregado los terrenos o cuando la
ejecución depende del cumplimiento de otro contrato por ejemplo), se deben
establecer en el contrato multas que desalienten el incumplimiento y en casos de
retrasos graves incluso la resolución del contrato. En todo caso, si se establecen
multas, debe llegar un momento en el que un retraso acumulado de lugar a la
resolución del contrato. En estos casos debe procederse además a la incautación
de la garantía e incluso imponer sanciones para futuros contratos (por ejemplo
dejar a la empresa fuera del registro de contratistas por un determinado plazo).
La mora debe ser siempre desalentada.
B. Precio del contrato o remuneración del privado que contrata con la
administración
El pago del precio, por el contrario, es la principal obligación que debe asumir el
Estado frente al contratista en los contratos que celebre. El pago debe hacerse
conforme se haya pactado, y podrá hacerse de manera total o parcialmente
mediante abonos a cuenta, siendo este último más conveniente puesto que no
obliga al contratista a financiarse lo que finalmente redundará en un precio
mayor al hacer frente a las necesidades de financiamiento. En este tema
estudiaremos dos problemas fundamentales: el de la fijación de tarifas cuando el
precio ha de ser pagado por los usuarios, y el de la demora por parte del Estado
en los pagos que tenga que realizar.
1. Fijación de tarifas que pagan los usuarios Determinados servicios públicos
prestados por operadores privados, seleccionados mediante licitación
pública, son remunerados en su operación y a veces también su inversión a
través de tarifas pagadas directamente por los usuarios. La fijación de dichas
tarifas obedece a varias modalidades
1.1. Tarifas fijadas en la misma licitación, bien por estar contenidas en
las bases o por constituir parte de la oferta presentada por el
adjudicatario. En estos casos se incluye en el contrato algún mecanismo
de indexación tarifaria, para tener en cuenta los efectos de la inflación.
No obstante, puesto que suele tratarse de contratos de largo plazo o
incluso de servicios privatizados que no van a revertirse al Estado, es
necesario establecer cuales son las eventuales condiciones en las que
podría revisarse la tarifa en función de nuevas circunstancias.
1.2. Tarifas fijadas en procesos reguladores distintos de la licitación.
En estos casos lo que se fija en el contrato es el mecanismo que se
utilizará, mientras esté vigente el contrato o la regulación de la empresa
para establecer las tarifas que tendrán que pagar los usuarios.
2. Demora de pagos por parte del Estado. Los intereses Otro problema
importante que se plantea es el de la demora en los pagos por parte de la
Administración y la posible existencia de la obligación de pagar intereses. La
asunción por la administración del pago de intereses cuando los pagos no se
realicen en el tiempo estipulado no es solamente una obligación legal sino
ética. En algunos países no se recoge el tema de pago de intereses y provoca
fuertes distorsiones en los contratos puesto que obliga a los licitantes a hacer
especulaciones sobre las eventuales demoras que podría tener la
administración en los pagos e incorporarlos a los precios a los que se ofrece
contratar. Este es un ejemplo de mala práctica que debe ser desechada. No
obstante dentro de la administración, cuando ésta está obligada a pagar
intereses debe determinarse también la eventual responsabilidad de los
funcionarios en la demora puesto que lo normal es que exista consignación
presupuestaria para hacer los pagos a tiempo.
C. Revisión de precios o tarifas
Las relaciones entre un operador privado y la administración, formen parte o no
de una relación contractual, tienen que establecer cuales son las circunstancias
en las que pueden revisarse los precios o las tarifas del contrato o del servicio
regulado y el mecanismo que se utilizará para ello. Estas condiciones han de ser
conocidas ex ante por los licitantes para evitar cualquier tipo de arbitrariedad. El
principio general en materia de precios o tarifas consiste en que el precio o tarifa
han de ser siempre precios ciertos, fijados en una moneda determinada
(normalmente la del país de que se trate aunque algunos contratos o servicios
pueden establecer precios en monedas distintas, y han de pagarse conforme a las
fórmulas convenidas. Sin embargo, el principio del equilibrio económico
financiero exige que se puedan revisar los precios o tarifas para atender a
acontecimientos imprevistos que han hecho más gravosa para el operador
privado la prestación prevista. Esta excepcionalidad es admitida por la doctrina y
jurisprudencia administrativa que supone una excepción a los principios de
riesgo y ventura, precio cierto e inmutabilidad de la licitación. Esta
excepcionalidad por consiguiente ha de ser rigurosamente regulada para que no
de lugar a arbitrariedades.
1. Circunstancias que pueden dar lugar a la revisión de precios o tarifas Estas
circunstancias pueden ser distintas dependiendo del tipo de contrato o del
plazo de ejecución, fundamentalmente si es de largo o corto plazo. No
obstante, la jurisprudencia internacional y la mayoría de las legislaciones
consagran al menos lo siguiente:
a) La modificación del objeto del contrato o de la prestación unilateral por la
Administración. Una de las situaciones más conflictivas que puede
producirse en la vida de un contrato o de la prestación de un servicio es la
necesidad de modificación del mismo. Sin embargo en la práctica puede ser
frecuente y necesario ya que las previsiones reflejadas en el momento de la
licitación están sujetas a las limitaciones y deficiencias que implica pensar
acciones para el futuro.
b) b) Actuaciones de la administración que inciden directa o indirectamente en
la economía del contrato En el derecho administrativo se habla de factum
principis o “hecho del príncipe” para aludir a medidas administrativas
generales que, aunque no modifiquen directamente el objeto del contrato,
inciden o repercuten sobre él haciéndolo más oneroso para el que contrata
con la Administración o para el que opera un servicio público concedido, sin
culpa de éste.
c) La teoría de la imprevisión Nacida
también en la teoría francesa de los contratos administrativos a partir de las
decisiones del Consejo de Estado francés, dicha teoría se enuncia de la
manera siguiente: el contratista u operador podrá renegociar los términos
financieros de su prestación en caso de circunstancia imprevisible que
pudieses perturbar el equilibrio financiero inicialmente previsto.
D. Extinción del contrato.
Caducidad del derecho de prestar un servicio público Dentro del régimen
general de las licitaciones tenemos que referirnos a la extinción de la relación
entre el Estado y el contratista o prestador del servicio público. Lo normal es que
dicha extinción se extinga una vez cumplida la prestación contratada o vencido
el plazo otorgado para ella. Las condiciones de la extinción, el plazo del contrato
y las relaciones especiales que surgen al momento de la extinción también tienen
que estar reguladas en el momento de la licitación, bien en las bases de licitación
o pliegos bien en la reglamentación general que va a regir el contrato o la
regulación de la prestación. Extinguida la relación, y una vez verificadas las
condiciones del cumplimiento, se devolverán las garantías al contratista,
concesionario o tenedor de la licencia o derecho. Sin embargo, la relación entre
el Estado y el privado también puede extinguirse por otras razones. En general
se consideran causas de extinción el incumplimiento grave de la prestación por
parte del privado o el interés público.

V. LICITACIONES ESPECIALES

A. Licitación de gestión de servicios públicos


Se utiliza el término de gestión de servicio público para referirse a las distintas formas
de prestar el servicio público a través de una delegación del ente administrativo a favor
de una persona privada, por la vía de la concesión, la licencia o el permiso. (También
suelen utilizarse los términos de habilitaciones y autorizaciones para referirse a este tipo
de relaciones entre la administración y el privado prestador de un servicio). En general,
las administraciones podrán gestionar indirectamente, mediante contratos, los servicios
de su competencia, siempre que tengan un contenido económico que los haga
susceptibles de explotación por empresarios particulares y que no impliquen ejercicio de
la autoridad inherente a los poderes públicos. En todo caso la administración conservará
los poderes de policía necesarios para asegurar la buena marcha de los servicios de que
se trate.

B. Licitación de contratos de obras

Probablemente un tipo de licitaciones de gran importancia entre las que realiza la


administración son las de contratos de obra pública. Su importancia deriva del gran
volumen de recursos involucrados en cada país para realizar obras públicas y del
especial mercado que se genera en torno a los contratistas de obras públicas. Por esta
razón las condiciones de estos contratos suelen estar reguladas en normativas de
carácter general aunque las bases de licitación o pliegos establecen condiciones
específicas. En este tipo de contratos tiene gran importancia el sujeto que contrata con la
administración que ha de tratarse una empresa con especial trayectoria en este ámbito de
contratos. Es aconsejable establecer registros de contratistas, clasificados por categorías
tanto relacionadas con tipos de obras como con el volumen de recursos involucrados en
ellas, para evitar riesgos de cumplimiento tanto relacionados con la calidad técnica de la
obra contratada como con el soporte financiero de la empresa. Para evitar que los
recursos presupuestados sean insuficientes para la obra que se contrata, problema
bastante común en todo tipo de administraciones y en la mayoría de los países, es
necesario que la propia administración tenga claridad sobre costos de las partidas así
como sobre las cantidades de obra necesarias para su realización. Para ello es
conveniente separar los contratos de ingeniería de los de construcción propiamente
dichos y solamente licitar un proyecto cuando los volúmenes de obra sean conocidos.
Ello evitará los aumentos no presupuestados y los consiguientes ajustes dentro del
programa de licitaciones como consecuencia de que las obras hayan tenido un precio
superior al presupuestado.
C. Licitación de concesiones de obras públicas

Recientemente han adquirido una gran importancia las concesiones de obras públicas en
las que la administración encarga a un privado la construcción, mantenimiento o
explotación de una obra pública a cambio de tarifas que cobra a los usuarios y/o
subsidios que puede entregar la administración durante un periodo de tiempo. La
importancia de este tipo de contratos deriva de que mediante ellos los Estados pueden
hacerse cargo de importantes déficit de infraestructura sin que tengan que desembolsar
directamente el valor de las obras sino que estas son financiadas directamente por los
usuarios (autopistas de peaje por ejemplo, aeropuertos) o diferido su pago en el tiempo
mediante cuotas establecidas contractualmente. Normalmente el proceso comienza con
un procedimiento pre-calificatorio que, trata fundamentalmente de asegurar la
disponibilidad financiera y la capacidad técnica de los inversionistas ya que
normalmente se trata de altas inversiones. La licitación propiamente dicha está
caracterizada por su rigor y sentido formalista al establecerse una serie de trámites,
formalidades y procedimiento a cumplir por ambas partes para manifestar la voluntad
contractual. La licitación se prepara en torno a un documento denominado “Bases de
Licitación”, que contiene las normas de tipo administrativo, técnico, económico y
financiero por las que se regirá el contrato de concesión. Son elaboradas por la agencia
concedente, y entregadas a los licitantes para que éstos preparen su oferta. Entre los
licitantes rige la regla de la libre competencia; no obstante cuando ha existido
precalificación, el requisito para presentar ofertas será el de estar precalificado.

D. Licitación de contratos de suministros

El contrato de suministros regula la compra de bienes requeridos por el Estado pero que
no están, a diferencia de la gestión de servicios públicos, afectados a un interés público
(por ejemplo la provisión de materiales de escritorio u oficina para una dependencia
pública). En este caso, el Estado contrata con una determinada persona o entidad la
entrega de ciertos bienes a cambio de un precio según las condiciones establecidas en la
licitación que se realiza para la provisión de dichos bienes. En general se trata de
compras de efectos necesarios. En general se entiende por contrato de suministro el que
tenga por objeto la compra, el arrendamiento financiero, el arrendamiento, con o sin
opción de compra, o la adquisición de productos muebles. En general el suministro
puede ser de cosas muebles fungibles o no y consumibles o no y no es necesario que
estén en poder del contratista. La entrega puede ser sucesiva o entrega única. Puesto que
se trata finalmente de una compraventa por lo que en ausencia de normas públicas rige
el derecho privado. No obstante el derecho público suele regular la entrega y recepción,
señalando que el contratista está obligado a hacer la entrega en el tiempo y lugar fijados
en el contrato y de acuerdo a las prescripciones fijadas en el pliego o bases y que no
tendrá derecho a indemnización por causa de pérdidas, averías o perjuicios ocasionados
en los bienes antes de la entrega a la administración, Por otra parte tendrá derecho al
pago del precio de los suministros formalmente entregados y recibidos por la
administración.

E. Contratos de consultoría y asistencia de los servicios

Los contratos de consultoría son muy variados e incluye por ejemplo contratos que
celebra la administración para estudiar y elaborar informes, estudios, planes,
anteproyectos y proyectos de carácter técnico, organizativo, económico o social así
como la dirección, supervisión y control de la ejecución y mantenimiento de obras,
instalaciones e implantación de sistemas organizativos; se incluyen también aquellos
que persiguen llevar a cabo, en colaboración con la administración investigaciones y
estudios para la realización de cualquier trabajo técnico, asesoramiento para la gestión
de bienes públicos o estudio y asistencia en la redacción de proyectos, anteproyectos,
etc. Por otra parte los contratos de servicios son aquellos que tienen carácter técnico,
económico, industrial, comercial u otros análogos, los complementarios para el
funcionamiento de la administración, los de mantenimiento, conservación, limpieza y
reparación de bienes o instalaciones o gestión de sistemas de información. Normalmente
se trata de contratos de corta duración (no superior a dos años) a no ser que sean
complementarios a otros contratos principales como por ejemplo ocurre con los de obras
y los contratos de inspección de obras que debieran durar lo mismo que el contrato
principal.

CONCLUSIONES

En nuestra opinión sostenemos un criterio integral porque, para establecer una licitación
pública, deben conjugarse los diversos conceptos y criterios que acabamos de
mencionar o por lo menos, algunos de los más importantes e indispensables. Por lo
pronto, el que haya contratación Pública, será necesario un procedimiento formal, es
decir, un mínimo de requisitos o procedimientos que no se hacen en la contratación
privada.
Las licitaciones promueven transparencia, facilitan el financiamiento de nuevos
proyectos, levanta los niveles de competencia y hacen el mercado más contestable para
los inversionistas, siendo un buen mecanismo para asegurar el abastecimiento de
clientes regulando y fomentando la inversión. Se han reformulado los marcos
regulatorios incluyendo instrumentos que permiten asegurar la suficiencia del mercado,
para conseguir el mejor precio para la administración o para el usuario del servicio y
evitar discrecionalidades, arbitrariedades e incluso conductas de corrupción, lo ideal es
que se establezcan mecanismos de licitaciones públicas que garanticen la mejor
actuación del Estado y la transparencia entre las empresas o personas que compiten por
el contrato. De esta manera, se garantiza la competencia técnica del que ofrece el bien o
servicio y un tratamiento igualitario entre todos los competidores. El sistema de
licitación pública tiene de todas formas superiores ventajas a cualquiera otra forma de
selección de contratistas. No obstante, en algunas ocasiones será necesario realizar
excepciones.
RECOMENDACIONES

 Determinar los requisitos mínimos necesarios de los bienes, servicios u


obras, así como reglas de participación que no excluyan indebidamente a
potenciales licitantes. Así como también Fortalecer el rol y uso de las
investigaciones de mercado. Se debe privilegiar y justificar plenamente la
decisión.
 Difundir con tiempo y oportunidad las convocatorias y bases, así como dar a
conocer toda la información necesaria y prever plazos suficientes que
permitan la elaboración de propuestas solventes e todos los espacios de
comunicación entre los licitantes y no publicar información -antes o durante
el procedimiento- que pudiera facilitar la realización de actos colusorios.
 Monitorear de cerca la conducta de los participantes, sobre todo, en
mercados con problemas de competencia.

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