Jorge Riechmann Poesia y Poetica de La Conciencia-F. J. Martin Lopez-Tesis Doctoral

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 470

JORGE RIECHMANN: POESÍA Y POÉTICA DE LA CONCIENCIA

TESIS DOCTORAL

Doctorando:

D. Francisco Javier Martín López

Director y tutor académico:

Dr. Manuel Ángel Vázquez Medel

Programa de Doctorado Interuniversitario en Comunicación

Línea: Comunicación, Literatura, Ética y Estética

Sevilla, 2019
2
Agradecimientos:

Agradezco profundamente la generosidad,

paciencia y apoyo recibidos por parte de mi maestro,

el profesor Manuel Ángel Vázquez Medel, a lo largo

de todo el proceso. No sólo por sus aportaciones; sin

él, esta tesis no existiría, yo no me habría dedicado a

la investigación y, sobre todo, no sería la persona que

soy. Ha sido para mí más que un maestro.

Agradezco también el apoyo recibido por parte de

los compañeros y compañeras del Grupo de

Investigación en Teoría y Tecnología de la

Comunicación (GITTCUS), con quienes he

compartido reflexiones y he madurado estos años. En

especial a Manuel Broullón, quien me animó a dar

este paso.

Extiendo mi agradecimiento al programa de

Doctorado en Comunicación y las personas que lo

han hecho posible, por haberme dado la oportunidad

de formarme estos años.

Agradezco también la comprensión y apoyo de los

seres queridos que me han acompañado en parte del

largo camino transitado con este trabajo, como

Leticia G. Fornet.

Finalmente, doy las gracias profundamente a mi

familia.

3
4
A mi padre, por enseñarme a pensar y a soñar, por

despertar en mí el deseo constante de comprender el

mundo y transformarlo.

A mi madre, por dármelo todo.

5
6
Índice

I. INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………..15

II. MARCO TEÓRICO Y METODOLÓGICO………………………………………..21

1. ENFOQUE METODOLÓGICO: PENSAMIENTO COMPLEJO………………...27

2. NEOHERMENÉUTICA…………………………………………………………....31

3. LA POESÍA COMO LENGUAJE SENSIBLE Y VINCULATIVO FRENTE A LA

ABSTRACCIÓN RACIONALIZANTE E INTERPRETATIVA…………………-...35

4. SEMIÓTICA DE YURI M. LOTMAN Y NEUROCIENCIAS……………………37

5. SOCIOCRÍTICA…………………………………………...………………………45

6. ONTOLOGÍA: LA CONCEPCIÓN HEIDEGGERIANA DEL DASEIN FRENTE

A LA IDEA DE CONTEMPLACIÓN ORIENTAL………………………………….49

7. MARXISMO……………………………………………………………………….55

8. RAZÓN POÉTICA DE MARÍA ZAMBRANO…………………………………...57

9. ECOLOGISMO…………………………………………………………………….61

10. POÉTICA EXPLÍCITA Y POÉTICA IMPLÍCITA………………………………63

11. TEORÍA DEL EMPLAZAMIENTO / DESPLAZAMIENTO…………………...65

III. INVESTIGACIÓN…………………………………………………………………..71

1. CONTEXTO………………………………………………………………………...75

7
1.1. CONTEXTO HISTÓRICO…………………………………………………......75

1.2. CONTEXTO POÉTICO………………………………………………………...83

1.2.1. La poesía de Jorge Riechmann en la tradición de la poesía

social española………………………………………………………………….83

1.2.2. Poesía de la conciencia…………………………………………………...91

1.2.3. Poesía y compromiso para Jorge Riechman………………………………93

2. CONSIDERACIONES SOBRE LA CONCIENCIA EN LA OBRA POÉTICA DE

JORGE RIECHMANN…………………………………………………………………99

3. ÉTICA, ESTÉTICA Y POÉTICA DE JORGE RIECHMANN……………………103

3.1 POESÍA DEL DESCONSUELO ACTIVO……………………………………105

3.1.1. Poética del desconsuelo y desconsuelo activo…………………………..105

3.1.2. Existencialismo y poética del desconsuelo……………………………...107

3.1.3. Pesimismo activo………………………………………………………..109

3.2. POESÍA EN RESISTENCIA………………………………………………….113

3.2.1. El ciudadano poeta………………………………………………………118

3.2.2. El intelectual…………………………………………………………….120

3.2.3. Poesía, lenguaje y poder………………………………………………...122

3.3. POÉTICA DE LA VINCULACIÓN………………………………………….127

3.3.1. Otredad…………………………………………………………………..130

3.3.2. In media res……………………………………………………………..135

3.4. EROS/ THANATOS…………………………………………………………..141

3.4.1. Palabra poética como eros………………………………………………149

3.4.2. Tánatos, política y eros poético-político………………………………...153

3.5. REALISMO DE INDAGACIÓN……………………………………………..161

3.5.1. Estirpe simbolista………………………………………………………166

8
3.5.2. Emplazamientos/ Desplazamientos en la poética de Jorge Riechmann:

Poesía horizontal/ poesía vertical……………………………………………..167

3.5.3. Poesía como conocimiento……………………………………………..173

3.6. ESTILO………………………………………………………………………..175

3.6.1. Mezcla de estilos y rechazo de la pureza……………………………….175

3.6.2. Elementos de las vanguardias históricas………………………………..176

3.6.3. Hermetismo coloquial…………………………………………………..177

3.6.4. Orfismo social…………………………………………………………..178

3.7. EL POETA TRADUCTOR………………………………………………..….184

3.8. MATERIALISMO ABIERTO: TRANSPARENCIA………………………...189

3.9. LO ABIERTO DEL MUNDO QUE ESTÁ AHÍ……………………………...197

3.10. PENSAMIENTO E INFLUENCIA FILOSÓFICA………………………….207

3.10.1. Existencialismo………………………………………………………..207

3.10.2. Heráclito……………………………………………………………….209

3.10.3. Marxismo……………………………………………………………...209

3.10.4. Ecosocialismo y ecosofía, estética ecológica y limitación frente al

desequilibrio de la tardomodernidad prometeica……………………...………210

3.10.5. Crítica a la tecnociencia y a la sociedad del espectáculo…………...…225

3.10.6. Existencia-experiencia-vida auténtica vs

tecnosfera y mind Factory………………………………………………….….230

3.10.7. Crítica al nihilismo de la “sociedad posmoderna”.……………………232

3.10.8. Ilustración de la Ilustración vs. posmodernismo……………………….233

3.10.9. Creación de la experiencia como argumento del poema………………235

3.11. INTERTEXTUALIDAD Y POLÍFONÍA EN LA

OBRA DE J. RIECHMANN………………………………………………………236

9
4. ETAPAS EN LA POESÍA DE JORGE RIECHMANN…………………………….239

4.1. POESÍA DEL THANATOS: DESCONSUELO ACTIVO……………………..243

4.1.1. Poesía del desconsuelo activo: hermetismo coloquial,

expresionismo, surrealismo, orfismo social…………………………………...244

4.1.2. Poesía del desconsuelo activo: hacia el realismo narrativo…………….246

4.2. POESÍA DEL EROS: POÉTICA DE LA VINCULACIÓN……………………248

5. RECORRIDO POR ALGUNOS DE SUS LIBROS DE POESÍA.

NOTAS DE POÉTICA IMPLÍCITA…………………………………………………...253

5.1. CÁNTICO DE LA EROSIÓN (1985-1986)……………………………………..255

5.2. DONDE ES POSIBLE LA VIDA (1987-1988)

Y LA LENGUA DE LA MUERTE (1987-1988)………………………………………...261

5.3. LA ESPERANZA VIOLENTA (AÑOS OCHENTA)……………………………267

5.4. 27 MANERAS DE RESPONDER A UN GOLPE (1989)……………………….271

5.5. BAILA CON UN EXTRANJERO (1990-1991) ………………………………...277

5.6. EL DÍA QUE DEJÉ DE LEER EL PAÍS (1993-1996) ………………………...281

5.7. DESANDAR LO ANDADO (1993-1996) ………………………………………285

5.8. MURO CON INSCRIPCIONES/

TODAS LAS COSAS PRONUNCIAN NOMBRES…………………………………..291

6. NOTAS SOBRE POÉTICA EXPLÍCITA EN LA OBRA DE JORGE RIECHMANN:

LOS LIBROS DE REFLEXIÓN POÉTICA…………………………………………...293

6.1. POESÍA PRACTICABLE…………………………………………………...…..301

6.2. CANCIONES ALLENDE LO HUMANO…………………………………….…321

6.3. RESISTENCIA DE MATERIALES……………………………………………...335

6.4. EL SIGLO DE LA GRAN PRUEBA……………………………………….……375

6.5. AHÍ ES NADA

10
(O NO PERDER LA ESPERANZA EN LO ABIERTO).…………………..………405

IV. CONCLUSIONES……………………………………………………………...…..423

1. CONCLUSIONES………………………………………………………………...425

1.1. ENCUADRE Y SINGULARIDAD DE LA POESÍA DE JORGE

RIECHMAN EN EL MARCO DE LA POÉTICA DE LA CONCIENCIA,

CON RESPECTO A LA POESÍA ESPAÑOLA ACTUAL……………………….425

1.2. CONCLUSIONES…………………………………………………………….427

2. PERSPECTIVAS PARA EL FUTURO………………………………………...…449

V. BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………….451

11
12
En nuestras tinieblas no hay un sitio para la Belleza.

Todo el sitio es para la Belleza.

René Char

Si no esperas lo inesperado, no lo encontrarás,

pues es penoso y difícil de encontrar.

Heráclito

No se encuentra el hombre entero en la filosofía; no se

encuentra la totalidad de lo humano en la poesía. En la

poesía encontramos directamente al hombre concreto,

individual. En la filosofía al hombre en su historia

universal, en su querer ser. La poesía es encuentro, don,

hallazgo por gracia. La filosofía busca, requerimiento

guiado por un método.

María Zambrano

Una red de mirada

mantiene unido al mundo,

no lo deja caerse.

Roberto Juarroz

Hoy festejamos lo nuevo del mundo nuevo

que contra todas las probabilidades probables

no cesa un solo instante de nacer.

Jorge Riechmann

13
14
I. INTRODUCCIÓN

15
16
Dos razones de peso, entre otras, me llevaron a cursar la licenciatura de Periodismo: por un

lado, el contacto con el mundo, mi vocación por conocer en profundidad la realidad social que

nos rodea y por tomar partido en ella activamente. Precisamente esto último, el propósito de no

mantenerme al margen, o dicho de otro modo, el compromiso social, constituye la segunda de

las razones por las que me formé en Periodismo. A estos dos impulsos hemos de añadir otro:

por aquel entonces, como ahora, me movía no sólo la voluntad de conocer en profundidad la

realidad que nos rodea para tratar de comprenderla, sino también el de contarla, comunicarla.

Se trata de algo relacionado con mi vocación de escritor o poeta. Dos caminos, por lo tanto, se

estaban abriendo paso: por un lado, el de la comunicación en su sentido más amplio y en

especial en su conexión con la realidad histórico-social; por otro, el de la comunicación verbal

estética.

Como consecuencia de todo ello, tras formarme en Periodismo continué especializándome

con el Máster de Escritura Creativa (US). Ese mismo camino me estaba conduciendo poco a

poco al mundo de la investigación, pues sentía el deseo de dominar el oficio, de conocer la

literatura lo mejor posible, de modo que me propuse investigar la literatura al mismo tiempo

que escribía. Como Trabajo de Fin de Máster presenté un libro de poemas que se publicó

posteriormente (Sobre la maravilla, Ediciones En Huida, 2014), el cual había comenzado a

escribir en los años de formación en Periodismo.

Por lo tanto, tenía claro que quería continuar profundizando en el conocimiento de la

literatura por medio de la investigación, en concreto de la investigación poética. El contacto

con el máster me abrió la posibilidad de comenzar a dedicarme a ello, al conocer al profesor

del Taller de Poesía, el catedrático de Literatura y Comunicación Manuel Ángel Vázquez

Medel, con quien un año después tuve la fortuna de contar como tutor y director de la Tesis

Doctoral. Como resultado, escogí investigar la poesía, más concretamente una corriente de la

poesía española actual que entronca con la tradición de la denominada poesía social o de

17
compromiso. Un poeta llamó mi atención, por su propuesta poética, por combinar un marcado

sentido tanto ético como estético en su obra, y porque intuía ya por entonces que podía

aportarnos claves para comprender la compleja realidad que nos rodea en el momento de

grandes transformaciones que experimentamos desde las últimas décadas del Siglo XX. Como

referente de la corriente conocida como poesía de la conciencia, en sus libros encontramos

reflejadas la crisis social, política, económica, espiritual y ecológica de nuestro tiempo, así

como las transformaciones tecnocientíficas que están cambiando nuestro mundo y que nos

plantean retos sobre cómo será nuestra forma de vida en el planeta en los próximos años.

Analizar la evolución de la poesía de un autor a lo largo de varias décadas, con más de una

treintena de obras publicadas, deteniéndonos en cada una de ellas con la minuciosidad, los

matices y el detalle que merece una investigación de este tipo, nos llevaría necesariamente a un

trabajo de investigación mayor del que comprende una Tesis Doctoral. Por ello, lo que me

propongo a lo largo de estas páginas es trazar con rigor los rasgos que cruzan y definen la

poética de Jorge Riechmann como referente de la poesía de la conciencia crítica en España y

situarlo dentro de la tradición poética, atendiendo a la relación fundamental de su poesía con

las grandes transformaciones humanas, sociales, políticas y económicas de finales del Siglo XX

y comienzos del XXI. Y con ello, ofrecer con detalle la singularidad que aporta la poética de

Jorge Riechmann para la poesía española actual, así como sus implicaciones para la búsqueda

de posibles caminos con salida para lo humano compatibles con la vida del resto de seres vivos

en el actual momento de crisis planetaria. Para esta tarea ha sido preciso la lectura, la

interpretación, el análisis y la valoración de sus obras de reflexión poética y estética,

poniéndolas en relación con los poemarios.

La obra de Jorge Riechmann comienza en los años ochenta y continúa desarrollándose en la

actualidad. Su poética nace y se despliega en un tiempo de grandes transformaciones y crisis

18
planetaria en distintos ámbitos: económico, político, social, ecológico, tecnológico y espiritual.

En el centro de todo ello se encuentra el comportamiento humano en relación con los distintos

tipos de entornos (físico, social y el tercer entorno, denominado por Javier Echeverría como

telépolis), así como los consecuentes efectos provocados.

El poeta ofrece, con sus planteamientos poéticos y su poesía, un modo propio de

aproximarse a la realidad en la búsqueda de posibles salidas compatibles con la vida, empleando

para ello la indagación poética, en estos momentos de crisis planetaria.

Al mismo tiempo su obra nos proporciona, por medio de la poesía y la reflexión poética, un

valioso testimonio y denuncia de los grandes desequilibrios (hibris) provocados por el ser

humano en el tardocapitalismo, así como de sus futuras consecuencias.

Por esta razón, formulamos la siguiente hipótesis:

La poesía y poética de la conciencia de Jorge Riechmann constituye, en el ámbito de la

poesía española actual, una propuesta de primer orden cuyo alcance se encuentra

profundamente conectado con nuestro tiempo, y ofrece con ello una aportación a la búsqueda

de posibles salidas de lo humano compatibles con la vida del resto de seres vivos que poblamos

el planeta, en el contexto de crisis planetaria.

Con la presente investigación nos planteamos los siguientes objetivos:

- Adentrarnos en la obra poética de Jorge Riechmann con el propósito de analizar las

características y rasgos fundamentales de su propuesta, por medio de sus libros de reflexión

poética y de sus poemarios.

- Interpretar y valorar el alcance y posibles implicaciones de su propuesta poética, dentro de

la tradición de la poesía social española, así como para la poesía española actual.

19
- Analizar, interpretar y valorar los posibles hallazgos realizados a lo largo de su obra, por

medio de la indagación y la reflexión poéticas, en relación al momento de transformación y

crisis planetaria actual en la búsqueda de salidas para lo humano compatibles con el equilibrio

planetario.

- Contribuir al mejor conocimiento y comprensión de sus planteamientos poéticos, así como

de la corriente poética conocida como poesía de la conciencia, de la cual es considerado uno de

los referentes.

20
II. MARCO TEÓRICO Y METODOLÓGICO

21
22
Introducción global a toda la metodología

Dada la conexión de su poesía con la realidad social, los aspectos estilísticos y literarios

abordados, en su caso, se relacionarán con la dimensión política, económica, social y cultural

que compone su obra poética. Así pues, la idea de complejidad del filósofo francés Edgar

Morin, evidenciada en el empleo de marcos de pensamiento y herramientas de análisis propios

para cada aspecto del objeto de estudio, estará presente en esta investigación como parte del

marco teórico y metodológico, muy en conexión con los planteamientos fundamentales de la

“Teoría de los Polisistemas” de Itamar Even-Zohar.

Teniendo en cuenta los distintos aspectos que forman parte del objeto de estudio (ético,

estético, filosófico, social, etc.), tanto el pensamiento complejo (Morin) como la consilience o

unidad del conocimiento (Edward Wilson) constituyen enfoques que nos permiten abordarlo

recurriendo a campos distintos, no sólo el comunicacional o el literario, cada uno de los cuales

nos proporcionan herramientas para la mejor comprensión de la obra en su conjunto. Como se

aprecia en el marco teórico y metodológico, la filosofía de María Zambrano, la

Neohermenéutica de Hans George Gadamer o la Teoría del Emplazamiento/ Desplazamiento

de Manuel Ángel Vázquez Medel, entre otra herramientas teórico-metodológicas, han formado

parte del proceso investigador y están presentes de modo explícito o implícito en la Tesis

Doctoral. Por ejemplo, a la hora de tener en cuenta la relación entre lenguaje y poder, han

resultado útiles las aportaciones de la sociocrítica; aunque no hayamos aplicado de modo

explícito las herramientas que nos proporciona, han servido como marco de pensamiento en el

proceso. De igual modo, las aportaciones del semiólogo Yuri Lotman también han resultado

útiles para comprender la estrecha relación entre la conciencia y el lenguaje, otro aspecto

destacado del objeto de estudio. Son parte del marco teórico y metodológico aunque la tesis no

los refleje de modo explícito, esto es, aunque no conduzcan a un análisis pormenorizado de

23
carácter sociocrítico ni semiótico en concreto, dado que no es ese el propósito. No se trata de

una tesis sobre sociocrítica o sobre semiótica, como tampoco lo es sobre filosofía o filología,

pero algunos aspectos de estos campos han proporcionado herramientas teórico-metodológicas

que han estado presentes de modo implícito o explícito en el proceso para la elaboración.

De todo ello se deduce, como podemos comprobar por el enfoque teórico y metodológico

adoptado, que ésta no es la tesis de un filósofo. Tampoco lo es de un filólogo, aunque haya

contado con la guía y supervisión de un tutor y director que procede de este ámbito. En todo

caso, es el trabajo de un investigador formado en el ámbito de la Comunicación, que comparte

con el filósofo el amor por la sabiduría y, con el filólogo, el amor por el lenguaje, y que es

consciente, por otro lado, de dos aspectos que guardan relación y nos conduce a adoptar un

enfoque comunicacional: que la literatura es comunicación verbal estética y que la poesía

contiene pensamiento. En el caso concreto de la poética de Jorge Riechmann, por ejemplo, no

sería posible comprender su obra sin acercarnos a su pensamiento. El enfoque adoptado es por

lo tanto comunicacional (Rodrigo Alsina).

La literatura, en tanto comunicación verbal estética, implica una serie de elementos, teniendo

en cuenta los modelos de la comunicación, entre los cuales se encuentran: emisor, receptor,

mensaje y cantal. Con el modelo sociosemiótico de la comunicación descrito por Rodrigo

Alsina, nos aproximamos al objeto de estudio atendiendo a su naturaleza discursiva, en su

relación con el contexto (social, político, económico, ecológico, etc.). En este sentido, la obra

poética de Jorge Riechmann constituye un discurso, con sus rasgos propios que procederemos

a abordar, producido y puesto en circulación dentro de un contexto comunicativo.

La poética de Jorge Riechmann, además de poseer rasgos estéticos propios, propone un

discurso que pone en cuestión los discursos del poder, esto es, de lo que desde la Economía

Política de la Información y la Comunicación (Reig) conocemos como estructura económica de

24
poder, la cual posee un control sobre los discursos dominantes transmitidos por medio de los

conglomerados de medios de comunicación y las industrias culturales. Y este aspecto de la

poética de Jorge Riechmann, que pasa por la relación entre lenguaje, discurso y poder, lejos de

resultar anecdótico constituye uno de los puntos a tener en consideración a la hora de

aproximarnos a su obra. A lo largo de ella, hallamos un constante cuestionamiento de los

discursos del poder, por medio del lenguaje poético y la reflexión, como es propio de la poética

de la conciencia.

Por lo tanto, esta tesis supone un estudio de la poesía y la poética de Jorge Riechmann de

carácter transdisciplinar, tomando como marco los conceptos de complejidad y de conscilience,

que nos permiten aproximarnos al objeto de estudio guiados por un amplio enfoque teórico y

metodológico que recurre a varios campos de conocimiento, partiendo de un enfoque

comunicacional pero atendiendo al mismo tiempo a los distintos aspectos que forman parte de

la obra poética del autor.

25
26
1. ENFOQUE METODOLÓGICO: PENSAMIENTO COMPLEJO

Con el propósito de contribuir a una mejor comprensión de la poesía de la conciencia de

Jorge Riechmann y los objetivos que la motivan, nos aproximaremos primero a una definición

de los conceptos de poesía y de conciencia, para tratar de conocer sus conexiones como punto

de partida para el estudio. Es necesario tener en cuenta que el objeto de estudio implica distintos

aspectos, como son el literario y el social. Este hecho conlleva que debamos atender a diferentes

campos de estudio. Además, la propia naturaleza de la obra del autor contiene en sí misma,

como se observará, un enfoque complejo de la realidad y de la vida. Para investigarla, por tanto,

es preciso hacerlo desde el pensamiento complejo.

Por ello, seguimos el enfoque del pensamiento complejo propuesto por Edgar Morin.

Entendemos que el actual horizonte científico exige la amplitud de miras para hacer avanzar el

conocimiento de una realidad de por sí compleja, motivo por el cual consideramos enriquecedor

aproximarnos al objeto de estudio desde una aspiración a la consiliencia o unidad del

conocimiento (Edward Wilson). Del mismo modo, este trabajo está guiado por un enfoque

abierto como el descrito por Vázquez Medel en el número 240 de Anthropos:

Frente al dogmatismo objetivista y frente al relativismo subjetivista cabe postular, humilde

pero sólidamente, la relatividad intersubjetiva del conocimiento, que respeta, sin imposiciones,

la relación compleja entre objetos y sujetos. Desde este enfoque, nuestro pensamiento es débil

porque se sabe pensamiento, construcción mental, porque no confunde el mapa con el espacio

físico al que se refiere, que describe e inevitablemente simplifica, y porque pone en juego

(tematiza) la presencia del sujeto en el proceso. (Vázquez Medel, 2014: 25).

A lo largo de las próximas páginas iremos desarrollando el marco teórico y metodológico,

conduciendo la investigación por medio de diferentes enfoques teóricos con el objetivo de

valernos de las aportaciones que nos ofrecen cada uno de ellos para el estudio de los distintos

aspectos de la obra poética de Jorge Riechmann.

27
Somos conscientes de que esta perspectiva transdisciplinar, que consideramos enriquecedora

en la medida en que nos permitirá abordar los distintos rasgos fundamentales del objeto de

estudio, también conlleva el riesgo de caer en una falta de profundidad en cada una de las

disciplinas implicadas al tratar de abarcar demasiado. Por otro lado, precisamente esta

complejidad comporta el peligro de que no se logre una armonía entre ellas, de que se produzcan

contradicciones o de que no se consigan generar las sinergias que conduzcan al mejor

conocimiento de la obra poética de Jorge Riechmann. Consideramos, no obstante, que es

preciso correr este riesgo, que tratar de conectar ideas procedentes de diferentes ámbitos de las

Ciencias Sociales y las Humanidades nos permitirá alcanzar una mayor comprensión, y por

tanto más rica en matices, del objeto de estudio, el cual —como hemos precisado— así lo exige.

El doctor Ángel Acosta, en el libro La bisagra. Ensayo sobre complejidad, crisis y

comunicación, pone en perspectiva las futuras implicaciones del pensamiento complejo

propuesto por Morin para los estudios científicos. En las conclusiones, afirma lo siguiente:

“Ante la problemática epistemológica abierta, el pensamiento complejo puede ofrecer, no

tanto una solución o una serie de recetas perfectamente definidas, sino una nueva manera de

afrontar los problemas, que, contrariamente a lo que hacía la ciencia clásica, asuma, desde el

principio, las contradicciones, la paradoja, las determinaciones subjetivas y sociales (…)”

(Acosta Romero, 2009: 226)

De este modo, teniendo en cuenta por un lado el concepto de complejidad propuesto por el

filósofo Edgar Morin, y por otro la idea de consilience o consiliencia formulada por Edward

Wilson, el resultado del enfoque que nos guiará en este estudio será la transdisciplinariedad:

complejidad del conocimiento en el horizonte científico del Siglo XXI, tratando de superar el

excesivo parcelamiento de la ciencia, intentando conectar los avances producidos en los

distintos ámbitos a lo largo del tiempo, en relación al objeto de estudio; y consiliencia o unidad

28
dinámica del conocimiento, es decir, consciencia de que el conocimiento se encuentra

interconectado aunque no podamos abarcarlo todo debido a nuestros límites humanos.

29
30
2. NEOHERMENÉUTICA

En primer lugar, entendemos el estudio de la obra poética de Jorge Riechmann, como el de

cualquier texto, como un acto de interpretación y comprensión. Por ello no podemos olvidar la

tradición humanística de la hermenéutica, enfocada al estudio de la comprensión de los textos.

Todo análisis de una obra constituye un fenómeno de comprensión. La investigación en las

ciencias humanas se realiza fundamentalmente por medio del lenguaje, el cual es el instrumento

que permite el proceso de interpretación y de comprensión. En el caso de la comunicación

verbal estética y, más concretamente de la investigación poética, que es la que nos ocupa, hemos

de tener en cuenta de antemano que nuestro trabajo se remite a una forma de texto que contiene

numerosas posibilidades de interpretación. El fenómeno de la interpretación y la comprensión

de textos, analizado por Hans George Gadamer en su obra Verdad y Método, ofrece un marco

teórico que nos permite comprender el proceso hermenéutico que aplicamos a la investigación

en el momento en que, como investigadores, proponemos una interpretación de las obras que

constituyen nuestro objeto de estudio. Podemos afirmar, por tanto, que en la investigación de

la poética de Jorge Riechmann, en tanto que nuestro trabajo es esencialmente un proceso de

interpretación y comprensión, estamos empleando el enfoque hermenéutico.

Siguiendo las aportaciones de Gadamer, todo texto contiene preguntas para las que el propio

texto constituye la respuesta, y la comprensión se realiza en la medida en que somos capaces

de conocer la pregunta que plantea el texto y de este modo ir ampliando nuestro horizonte de

comprensión. Para ello, al mismo tiempo debemos preguntarnos sobre el texto hasta encontrar

las posibles preguntas que contiene y ser capaces de producir una interpretación que nos permita

comprenderlo. Gadamer propone los conceptos de horizonte de sentido y de fusión de

horizontes (que incluye la conexión de los sentidos implicados, entre los que están el que el

autor original dio al texto y el que produce el intérprete desde su contexto o situación histórica

concreta). El horizonte de sentido de un texto es el horizonte del preguntar, es el horizonte que

31
plantea la pregunta que contiene, el horizonte que nos abre. El lenguaje poético, caracterizado

por poseer, por una parte, una gran riqueza de información, y por otra, un mayor grado de

incertidumbre (lo cual no es más que la otra cara de la moneda), hace más compleja la tarea de

la comprensión, ya que por ello ofrece numerosas posibilidades de interpretación. De este

modo, somos conscientes de que nuestra investigación es sólo una de las posibles

interpretaciones a las que, por su naturaleza compleja (Morin), se presta el objeto de estudio.

No obstante, trataremos de acercarnos con rigor a las posibles preguntas y respuestas que ofrece

la obra poética de Jorge Riechmann apoyándonos en los enfoques teóricos que proponemos, los

cuales constituyen herramientas que nos facilitarán el estudio de los distintos aspectos de la

investigación señalados. Consideramos, por tanto, que un trabajo de este tipo implica al mismo

tiempo una tarea de análisis, interpretación y valoración, que realizamos con el apoyo del marco

teórico y metodológico propuesto como punto de partida. Por ello, tenemos en consideración

las diferencias entre interpretación y valoración para el ejercicio crítico, como distingue con

detalle Antonio Chicharro, quien por otro lado señala que es posible “una crítica científica

interpretativa —no se olvide que todo al final es una cuestión de ‘representación’—, crítica esta

que por supuesto no parte de los principios generales de la literatura, sino de una determinada

base teórica (…)” (1987: 73)

En consecuencia, toda aproximación a un texto implica interpretación y comprensión. Lo

que proponemos en este estudio es una interpretación, entre otras posibles, de la obra poética

de Jorge Riechmann, como resultado al mismo tiempo del empleo de una serie de herramientas

teóricas que nos ayudan a analizar los diferentes aspectos de su obra desde perspectivas

concretas y, de este modo, acometer con rigor nuestra tarea.

Pero el enfoque hermenéutico será importante para el estudio de la poética de Jorge

Riechmann, más allá de los motivos expuestos hasta ahora, por la siguiente razón: podemos

afirmar que su concepto de la poesía contiene, en sí mismo, junto con su carácter solidario, un

32
rasgo hermenéutico constitutivo: “Uno escribe para tratar de entender, esto es, para ayudarse a

sí mismo. A veces, obrando así, consigue ayudar a los demás.” (2013: 131). Con esas palabras

lo expresa en su libro de reflexión El Siglo de la Gran Prueba. Por otro lado, resulta sumamente

significativo que el nombre de su blog personal, en el que publica fragmentos reflexivos a

diario, sea precisamente “Tratar de comprender, tratar de ayudar” (www.tratarde.org).

De todo ello deriva además el carácter exploratorio de su poesía, de indagación, de búsqueda

de conocimiento acerca de lo humano y del mundo que habitamos. Su poesía es una poesía que

trata de comprender nuestro tiempo histórico. Comprender su poesía, por ello, implica tener en

consideración la dimensión hermenéutica, adoptar un enfoque hermenéutico a la hora de

aproximarnos a su obra. Y adentrarnos en su obra poética implica acercarnos a preguntas y a

posibles respuestas —por medio de su poesía— sobre grandes transformaciones planetarias,

entre las cuales se encuentran el futuro del planeta como hogar compartido en la actual crisis

ecológica (dimensión ecológica), los modos de convivencia en la presente crisis del capitalismo

(dimensión económica, política y social) o la cuestión de lo humano en la crisis espiritual y de

valores y en las propuestas de transhumanización de la tecnociencia moderna (dimensión moral,

ética y espiritual). La poética de la conciencia de Jorge Riechmann constituye una exploración

continua desde los territorios de la poesía, con la esperanza de encontrar nuevos caminos para

el ser humano, para poder afrontar El Siglo de la Gran Prueba, en un momento histórico de

grandes transformaciones, guiada por la certeza de que otro mundo es posible y necesario.

33
34
3. LA POESÍA COMO LENGUAJE SENSIBLE Y VINCULATIVO FRENTE A LA

ABSTRACCIÓN RACIONALIZANTE

Como contrapunto y complemento al enfoque neohermenéutico, resulta enriquecedor el

planteamiento que propone Susan Sontang en torno a la interpretación en su ensayo titulado

Contra la interpretación.

En él, Sontang pone de relieve la hipertrofia intelectual que caracteriza al pensamiento

occidental moderno en contraposición a la atrofia del cultivo de la sensibilidad. La ensayista

realiza esta crítica a la interpretación al hablar de las relaciones que en Occidente establecemos

con las obras de arte, es decir, al modo en que nos acercamos a ellas, tratando de interpretarlas

de manera excesiva y de otorgarles significación.

Este enfoque conecta, en el pensamiento poético de Jorge Riechmann, con la idea de la

poesía como lenguaje vinculativo que apela a los sentidos, a lo concreto, frente a la abstracción

racionalizante propia del ejercicio interpretativo que por el contrario nos aleja de lo concreto,

del mundo que percibimos por los sentidos. La poesía, para Riechmann, posee el poder de

volver a conectarnos a unos con otros y con el mundo, “ahí”. Este aspecto de su poética lo

estudiaremos en el apartado dedicado a ello en el análisis de su obra.

En este mismo sentido, como veremos más abajo, conectamos estos planteamientos con las

aportaciones de María Zambrano en su reflexión filosófica acerca de la particular naturaleza

tanto de la poesía como de la filosofía, que nos ofrecen dos modos de conocimiento: el lógico

o racional y el poético.

Ya Carlos Bousoño, en su obra teórica fundamental, Teoría de la expresión poética,

planteaba como clave fundamental de la comunicación en el caso de la poesía el asentimiento:

una vinculación pragmática del lector con el autor que establece el necesario emplazamiento

para compartir claves no solo racionales sino también -y fundamentalmente- emocionales.


35
Sabemos que la reacción al hiperracionalismo ilustrado -que puede traer consigo, en

peligroso movimiento pendular, un irracionalismo ciego a la razón- ha puesto en valor la

dimensión emocional. Sobre todo desde la acción divulgativa de Goleman, ahora hablamos de

“inteligencia emocional”.

Por todo ello tendremos muy en consideración las numerosas marcas pragmáticas en la

creación poética de Riechman orientadas hacia esa implicación activa, dinámica y emocional

del lector.

36
4. SEMIÓTICA DE YURI M. LOTMAN Y NEUROCIENCIAS

Para aproximarnos a una definición de la noción de conciencia en su relación con el hecho

poético, nos son de gran utilidad las aportaciones del semiólogo Yuri Lotman en torno a la

conciencia, el lenguaje y los sistemas de comunicación humanos de carácter artístico. El

lenguaje y la conciencia se encuentran profundamente conectados, hay un hilo que los teje,

como se va tejiendo el pensamiento, y resulta que ese hilo, por lo menos en parte —como nos

revelan las neurociencias (Damasio)1—, es el mismo, está formado por los signos con los que

construimos las palabras. Los lenguajes humanos son sistemas de comunicación, códigos que

nos sirven para comunicarnos. Estos sistemas de signos, desarrollados con el propósito de

comunicarnos, implican al mismo tiempo el desarrollo de la conciencia: nos comunicamos a

conciencia, somos conscientes y nos hacemos más conscientes a medida que desarrollamos los

diferentes lenguajes, especialmente la lengua natural, a través de la cual opera el pensamiento.

Por ello, el desarrollo de la conciencia está vinculado al desarrollo del lenguaje. No debería ser

necesario recordar que el Homo Sapiens Sapiens, nuestra especie, es como es precisamente por

esta conciencia que lo diferencia del resto de especies animales hasta ahora conocidas: no

solamente somos seres que conocemos, sino que somos seres que sabemos que sabemos.

Estamos dotados de la capacidad de reflexionar, de volver sobre lo pensado, de la

metacognición.

Conciencia y lenguaje se encuentran profundamente conectados. El semiólogo Yuri M.

Lotman, en su obra Estructura del texto artístico, se propuso analizar los sistemas de

comunicación artísticos como estructuras partiendo, como hemos dicho, de que la conciencia

del ser humano es una conciencia lingüística:

1
Antonio Damasio, en su obra El extraño orden de las cosas, realiza una reflexión sobre cómo se forma la
subjetividad (el “yo”) y la conciencia humana, los procesos cerebrales que operan para ello, partiendo de los
últimos avances neurocientíficos. Según explica, el hilo mental del lenguaje, la traducción de los perceptos a
palabras, forma parte de la conciencia.

37
Puesto que la conciencia del hombre es una conciencia lingüística, todos los tipos de modelos

superpuestos sobre la conciencia, incluido el arte, pueden definirse como sistemas modelizadores

secundarios.

Así, el arte puede describirse como un lenguaje secundario, y la obra de arte como un texto en lenguaje

secundario. (2011: 20)

Cuando Lotman habla de los lenguajes secundarios de comunicación, a los que llama

sistemas de modelización secundarios, se refiere a las “estructuras de comunicación que se

superponen sobre el nivel lingüístico natural” (2011:20) o lenguas naturales, entre los que

considera el mito, la religión y el arte. Lo explica del siguiente modo: “No se debe entender

«secundario con respecto a la lengua» únicamente, sino «que se sirve de la lengua natural como

material»”. (2011: 20) Es decir, que las lenguas naturales, como estructuras constitutivas de la

conciencia y del pensamiento, determinan los distintos lenguajes artísticos que no dependen

totalmente de ella, como pueden ser la música, la pintura o el cine. Estas se valen de las lenguas

naturales, pues se superponen sobre la conciencia, que para Y. Lotman es lingüística. La

comprensión de la conciencia, de cómo funciona y cuál es su naturaleza, es algo complejo sobre

lo cual se está avanzando en estos momentos en el campo de las neurociencias. No obstante,

todavía no se ha alcanzado un grado de comprensión completo y de hecho continúa siendo un

objeto de estudio de gran interés científico en la actualidad, en un momento en que las ciencias

desarrollan grandes avances también en otros campos como la Inteligencia Artificial o la

Ingeniería genética. Proyectos científicos como el europeo Proyecto Cerebro Humano o el

estadounidense BRAIN Initiative (Brain Research through Advancing Innovative

Neurotechnologies) dan cuenta de ello. Por ello, guiados desde la concepción del pensamiento

complejo (Morin), resulta interesante establecer conexiones entre aportaciones procedentes de

campos distintos acerca de un mismo fenómeno. Para el objeto de estudio que nos ocupa, la

poesía y la poética de la conciencia de Jorge Riechmann, es preciso realizar una aproximación

38
a las posibles conexiones entre lenguaje y conciencia, dos elementos al que añadimos un tercero

relacionado: subjetividad o emergencia del sujeto, al cual nos aproximaremos por medio de la

Sociocrítica.

¿Qué nos dicen las neurociencias sobre el funcionamiento de la conciencia y su posible

relación con el lenguaje, hacia la que apuntaba Y. Lotman? El pensamiento está compuesto por

palabras y ahora la neurociencia nos revela que las palabras, en efecto, están hechas de

imágenes mentales (tanto auditivas como visuales). En su obra El extraño orden de las cosas,

el neurocientífico Antonio Damasio lo define en los siguientes términos: “Nuestro pensamiento

está compuesto de imágenes, desde las representaciones de objetos hasta sus conceptos

correspondientes y sus traducciones verbales. Las imágenes son el símbolo universal de la

mente y el pensamiento.” (2018: 130). Nos aproximamos, de este modo, a uno de los elementos

constitutivos de la conciencia: el concepto de imagen. Toda palabra, desde el punto de vista de

la neurociencia, es imagen mental. Y el proceso de la conciencia se basa en imágenes mentales.

Por lo tanto, podemos comprobar que a la luz de los descubrimientos neurocientíficos, los

planteamientos semióticos de Y. Lotman acerca de la naturaleza lingüística de la conciencia no

se encuentran del todo desencaminados. La palabra es imagen mental y la conciencia es un

proceso complejo que implica la experiencia subjetiva de las imágenes y su integración: “En

conclusión, la subjetividad y la experiencia integrada son los dos componentes esenciales de la

conciencia” (Damasio, 2018: 202) Ahora bien, las palabras no son las únicas imágenes que

forman parte de la conciencia en lo que podríamos considerar un hilo o “pista verbal”: “La

presencia de esta pista verbal es una de las justificaciones —por ahora irrefutable— que quedan

para conceder un carácter excepcional al ser humano. Los animales no humanos, aunque sean

respetables, no traducen sus imágenes en palabras (…) (2018: 205)

También son constitutivas de la conciencia todas las imágenes sensoriales (visuales,

auditivas, etc.) generadas por el contacto con el mundo exterior por medio de los sentidos, que

39
no necesariamente se traducen a imagen verbal, a palabra. Y también lo son las imágenes

procedentes de la percepción interior de nuestro cuerpo (las vísceras), importantes para la

formación de las emociones y los sentimientos, y las imágenes procedentes de la percepción de

toda la estructura musculoesquelética, que nos permite obtener una imagen corporal. Todo ello

forma parte de la conciencia, según Antonio Damasio: “La conciencia, en el sentido completo

del término, es un estado particular de la mente en el que las imágenes mentales están

empapadas de subjetividad y se experimentan en un marco global integrado suficientemente

amplio.” (2018: 2015)

La poesía, como forma de expresión artística por medio de palabras y siguiendo la

terminología de Lotman, constituye un lenguaje secundario de comunicación que, mediante el

empleo de la lengua natural, comunica ordenando los signos lingüísticos de tal modo que

concentran y multiplican la información, produciendo algo bello. La poesía es comunicación

verbal estética.

En El extraño orden de las cosas, además, el neurocientífico Antonio Damasio desarrolla

una reflexión sobre la formación de los sentimientos, la mente, la subjetividad, la conciencia y

el surgimiento de las culturas, como producto de un impulso autorregulador que gobierna la

vida: la homeostasis. La homeostasis, nos dice Damasio, se encuentra tanto en los organismos

más simples como en los más avanzados. Los sentimientos, la conciencia, la subjetividad, todo

cuanto se ha creado en el proceso de complejización de los organismos vivos, responde a la

homeostasis y se encuentra al servicio de ella. La homeostasis es un imperativo de la vida que

aspira no sólo a mantenerse sino también a prosperar, en proyección hacia el futuro. Podríamos

conectar todo esto con los planteamientos de Sigmund Freud acerca de la pulsión de vida (eros)

y la pulsión de muerte (thanatos 2 ). Este aspecto, que no desarrollaremos para continuar

2
En lo sucesivo, optamos por el uso de las palabras “tánatos”, “tanatizado”, “tanático” o “tanatización”, sin la “h”
y sin el empleo de la cursiva, para referirnos a estos términos que no hallamos recogidos en el Diccionario de la

40
centrándonos en las conexiones entre lenguaje, conciencia, subjetividad y cultura, será

fundamental en el análisis, interpretación y valoración de la poesía y la poética de la conciencia

de Jorge Riechmann, como podrá comprobarse en los apartados correspondientes.

Sobre la conciencia y su conexión con el lenguaje poético continuaremos profundizando por

medio de la Sociocrítica, para aproximarnos, desde las aportaciones que nos ofrece este otro

enfoque teórico, al modo como el lenguaje poético puede contribuir a la construcción del sujeto,

como sujeto no sólo individual sino, sobre todo, social y cultural, o sea, colectivo. Ello nos

permitirá aproximarnos al aspecto social que constituye el motor de la poesía de la conciencia

no solamente como motivación temática (los temas sobre los que escriben los poetas de la

conciencia guardan relación con los conflictos sociales, políticos, económicos y ecológicos de

nuestro tiempo), sino atendiendo a su voluntad de transformación de la realidad por medio del

lenguaje poético.

En síntesis, para el neurocientífico Antonio Damasio el contenido de la conciencia está

compuesto por varios tipos de imágenes mentales. Por un lado, las procedentes del mundo

exterior, captadas por los sentidos (imágenes sensoriales). Por otro, las procedentes del mundo

interior antiguo (de nuestras vísceras), las cuales son importantes para la formación de los

sentimientos y con ello para la emergencia de la subjetividad, del sujeto. También están las

imágenes procedentes del mundo interior nuevo o estructura musculoesquelética, que nos

permiten una percepción corporal consciente. Los recuerdos, por otro lado, son imágenes

reconstruidas. Y luego están cierto tipo de imágenes mentales, las palabras, que forman una

pista verbal como traducción de las otras imágenes. Conectando con Lotman, este tipo de

Lengua Española, cuyos conceptos son precisos para la mejor comprensión de la poética de Jorge Riechmann. La
única excepción la haremos en los epígrafes.

41
imágenes son las que se corresponden con lo que el semiólogo define como conciencia, al

afirmar que la conciencia humana es esencialmente lingüística.

La subjetividad como parte esencial de la conciencia no sería posible de no existir los

sentimientos, en los que están implicadas las imágenes mentales procedentes de las vísceras.

La emergencia del sujeto, por lo tanto, guarda relación con ello en primer lugar, antes que con

el lenguaje. El sujeto es consciente de sus emociones y con ello las convierte en sentimientos,

que como Francisco Mora define en su obra Neuroeducación, son la conciencia de la emoción:

“Las emociones son mecanismos inconscientes. Los sentimientos son, por el contrario, la

experiencia consciente de una determinada emoción” (Mora, 2017: 73). Podemos deducir de

todo ello que la emergencia del sujeto, de la subjetividad humana en tanto configuración del ser

consciente de sus emociones, es probablemente algo previo a la formación del lenguaje verbal.

No es preciso que exista la pista del lenguaje verbal en nuestro cerebro para que exista

subjetividad, sujeto que siente. Ahora bien, el lenguaje permite el pensamiento abstracto y la

reflexión, la capacidad de volver sobre lo pensado. El lenguaje, en tanto imagen mental de otras

imágenes mentales (visuales, sonoras, etc.), se convierte en una meta-imagen, y con ello

podemos deducir también que añade un mayor grado de complejidad al sujeto. Hemos dicho

que la conciencia, como explica el neurocientífico Antonio Damasio, está compuesta por

imágenes mentales. Y estas imágenes concretas, la vista verbal del cerebro, constituye uno de

los rasgos que nos hacen excepcionales con respecto al resto de animales, como señala

Damasio.

Una poética de la conciencia, como lo es la de Jorge Riechmann, implica una conciencia

poética, una conciencia de las complejas implicaciones del lenguaje poético en relación con el

poder, con la cultura, con la conformación de los sujetos en una sociedad.

42
A continuación, por medio de la sociocrítica, nos aproximaremos al concepto de sujeto en

su relación con el lenguaje, así como a sus implicaciones sociales y culturales.

43
44
5. SOCIOCRÍTICA

Hasta ahora hemos hablado de las conexiones entre lenguaje y conciencia como forma de

aproximarnos al estudio de la poética de la conciencia de Jorge Riechmann. Hemos abordado

estos dos conceptos tratando de definirlos.

Es momento de añadir un nuevo elemento: el concepto de sujeto, ese ente en el que nos

constituimos como individuos que forman parte de una colectividad, con un imaginario, una

cultura, una serie de normas y valores compartidos.

Continuamos con las aportaciones de la neurociencia. En El extraño orden de las cosas,

Antonio Damasio afirma que la subjetividad, junto con la integración de las experiencias, son

los dos componentes indispensables de la conciencia, la cual contiene imágenes mentales.

¿Cómo define la subjetividad?:

“La subjetividad es un proceso, desde luego, no una cosa, y este proceso se basa en dos

ingredientes esenciales: la construcción en la mente de una perspectiva para las imágenes y la

guarnición que acompaña a esas imágenes, los sentimientos.” (2018: 209)

Ahora bien, como sujetos formamos parte de una sociedad, estamos sujetos a normas y

valores compartidos dentro de una comunidad con una cultura. ¿Qué relaciones existen entre

sujeto y sociedad, entre sujeto y cultura? O dicho de otro modo: ¿cuál es el componente social

del sujeto? Esto nos lleva a plantearnos las siguientes preguntas: ¿qué conexiones podemos

observar entre el lenguaje y la constitución del sujeto? ¿Qué relaciones existen entre emergencia

del sujeto, lenguaje y formación de la conciencia? (Tratar de contestar a estas pregunta sería

objeto, cuando menos, de otro trabajo completo de tesis doctoral; no obstante nos estamos

aproximando en la medida de lo posible, en relación con nuestro objeto de estudio). Y

concretando en el tipo de lenguaje que estudiamos: ¿de qué modo podría influir el lenguaje

45
poético, como instrumento de transformación, en la configuración de lo que Edmond Cros

define como sujeto cultural?

Uno de los principales teóricos de la sociocrítica, Edmond Cros, pone precisamente el foco

en las conexiones entre el lenguaje y el sujeto, y siguiendo el pensamiento de Emile Benveniste

afirma: “por medio del lenguaje es como el hombre se constituye en tanto que sujeto” (1997:11)

Para Edmond Cros el sujeto cultural es el agente de la alienación, esto es, la alienación opera

sobre el sujeto culturalmente constituido. Esta dilucidación puede resultarnos útil a la hora de

analizar el pensamiento poético de Jorge Riechmann, que como explico en un artículo publicado

en 2014, combate la alienación3 y la hipnosis colectiva. De hecho, ya desde el primer libro de

reflexión poética denuncia la alienación que domina el comportamiento en el capitalismo: “Este

mundo leproso de las personas dominadas por los objetos. Vale decir: convertidas en no-

personas, despersonadas por los objetos.” (Riechmann, 1990: 45).

Por eso resulta interesante la idea de sujeto cultural que propone Edmond Cros. Veamos su

definición:

Cuando hablo de sujeto cultural, designo pues al mismo tiempo:

1 – una instancia de discurso ocupada por Yo;

2 – la emergencia y el funcionamiento de una subjetividad;

3 – un sujeto colectivo;

4 – un proceso de sumisión ideológica. (1997: 9)

Para Cros el sujeto cultural opera en y por el discurso, además de en y por el lenguaje. Por

tanto, podemos observar que no se encuentran desencaminados los poetas de la tradición de la

poesía social, y en particular los poetas de la actual corriente conocida como poesía de la

3
Martín López, F.J. (2014). Poesía y poética de la conciencia de Jorge Riechmann: aproximación a sus primeras
obras. Revista Vozes dos Vales, n. 6, 1-22. Recuperado de:
http://site.ufvjm.edu.br/revistamultidisciplinar/volume-vi/

46
conciencia, cuando proponen la poesía como instrumento para la transformación social, como

medio para actuar sobre el plano de la cultura, ese plano donde se produce la dominación según

lo define el marxismo. La poesía produce un discurso y en tanto discurso es algo que opera con

el mismo texto (tejido) que construye a los sujetos. Por las características propias del lenguaje

poético, contiene el potencial de proponer un orden distinto en la medida en que el lenguaje

poético constituye una alteración del empleo normal, cotidiano o informativo del lenguaje.

Toda poesía, por tanto, contiene un potencial transformador.

La poesía de la conciencia, en tanto que discurso compuesto con el propósito de producir

transformación, incidiendo en el plano de la cultura desde el mismo tejido con el que se

construyen tanto el pensamiento como los elementos que conforman la cultura, esto eso, el

lenguaje, constituye un posible medio para ello. Ahora bien, es mucho más que eso. Para Jorge

Riechmann, la poesía es palabra en libertad, y se rebela contra la instrumentalización del

lenguaje, como explica en el ensayo titulado “Comprometerse y no aceptar compromisos”.

47
48
6. ONTOLOGÍA: LA CONCEPCIÓN HEIDEGGERIANA DEL DASEIN FRENTE A

LA IDEA DE CONTEMPLACIÓN ORIENTAL

Jorge Riechmann considera la irrupción del concepto de ahí (Da-) en su poesía como un

hecho decisivo que marca un antes y un después en su obra. La aparición de la idea de ahí,

como se mostrará en el análisis de su poética y encontramos reflejado en su poesía, guarda

cierta conexión con el pensamiento de Heidegger. Por ello, resulta apropiado hacer mención al

concepto ontológico de Dasein, traducido como estar-en-el-mundo, que significa algo parecido

a “existir” en nuestro idioma.

La noción de “ahí” supondrá un acontecimiento en la evolución de la obra de Jorge

Riechmann, tal y como el propio poeta expresa en la nota a su libro Una morada en el aire

(2003), hasta el punto de provocar un reordenamiento de sus planteamientos que comienza con

Desandar lo andado (2001) y continúa con los libros que le suceden, entre ellos los de reflexión

poética. Tanto es así que esta palabra formará parte no sólo de numerosos versos o de títulos de

poemas, también dará título a libros completos como Ahí te quiero ver (2005) en poesía o Ahí

es nada (2013) en ensayo poético. Es preciso señalar que Desandar lo andado no se publica

hasta el año 2001, pero Jorge Riechmann lo escribe entre 1993 y 1996, en paralelo a otro libro

completamente distinto, El día que dejé de leer El País (1997), el cual se corresponde con

planteamientos poéticos anteriores a la irrupción de la noción de ahí.

Con su propuesta del estar-en-el-mundo, que el filósofo alemán denomina Dasein, su

influencia en el pensamiento poético de Jorge Riechmann constituye un marco teórico de

reflexión para poder comprender su pensamiento y su poesía. También la idea de ser-entre, de

otredad, forma parte de sus planteamientos poéticos. Entreser (Monte Ávila, Caracas, 2013)

será el título del segundo volumen de poesía reunida por el propio autor, publicado tras el

primero, Futuralgia (Calamburm Madrid, 2011).

49
Tres de las partículas por medio de las cuales podríamos comenzar a desplegar toda la

poética de Jorge Riechmann son, precisamente: Ahí, no, entre. Desarrollaremos todo ello a lo

largo de la investigación.

Hablamos de la cuestión del tiempo, de la temporalidad, de la existencia. Existimos en el

tiempo, existimos en el espacio (ahí) y existimos entre otros seres humanos. Como nos recuerda

la Teoría del Emplazamiento/ Desplazamiento (Vázquez Medel), nos encontramos emplazados

en un tiempo y un espacio, con una conciencia del tiempo y del espacio (tiempo, espacio y

conciencia son tres elementos básicos constitutivos de la TE/TD). Todo ello se expondrá con

mayor detalle al final de este apartado. Existimos entre, en constante relación con lo que nos

rodea, en una red compleja (Morin) de conexiones. Los otros hacen que seamos como somos y

lo que somos.

La cuestión del tiempo contiene profundas implicaciones para la poética de Jorge

Riechmann, porque el poeta propone una poesía con los pies pisando nuestro tiempo

(coordenada poética horizontal) y la mirada en el futuro, como siguiendo las enseñanzas del

joven vidente Rimbaud (coordenada poética vertical). Antonio Machado, en su famosa poética

para la Antología de Gerardo Diego, nos planteó esta cuestión en 1931: “la poesía es la palabra

esencial en el tiempo”. Para Machado, esencialidad y temporalidad son las cuestiones

fundamentales de la poesía moderna. Y una poesía como la de Jorge Riechmman es una poesía

con profunda conciencia de la temporalidad, así como de los conflictos sociales, económicos,

políticos y ecológicos que se producen en nuestro tiempo. Conciencia, espacio y tiempo trazan

su poética, que como se verá más adelante se encuentra radicalmente (o sea, por sus raíces)

orientada a la acción, a la práctica, del mismo modo que el pensamiento marxista orientó la

filosofía a la transformación social como plantearon Marx y Engels con la famosa publicación

de las Tesis sobre Feuerbach.

50
Heidegger reflexiona sobre todo ello, sobre la existencia, el ser arrojado en el tiempo. Como

se observará, las conexiones que establecemos en relación al objeto de estudio entre autores y

tradiciones de pensamiento en ocasiones tan distintos, como forma de proceder, son fruto de un

modo de operar concreto, que responde a los planteamientos del pensamiento complejo

(Morin), con voluntad de comprensión de la complejidad que entraña la obra poética de Jorge

Riechmann.

LA CONCEPCIÓN HEIDEGGERIANA DEL DASEIN FRENTE A LA IDEA DE

CONTEMPLACIÓN ORIENTAL

En el pequeño tratado El concepto de tiempo, obra embrionaria de Ser y tiempo, el filósofo

alemán M. Heidegger habla de la contemplación como permanecer contemplativo en-medio-

de-algo. Lo describe en los siguientes términos:

El permanecer en la contemplación del mundo es ante todo sólo una modificación de la

circunspección. El mundo abierto en la circunspección ya siempre está ahí para la

contemplación. En este punto, el estar-en ocupado deja de seguir las referencias de la ejecución

propias del "para-algo", sino que se limita a contemplar el mundo que comparece en estas

referencias (significatividad) simplemente desde el punto de vista de su "como-algo. (1999: 51-

2)

En este sentido, teniendo en cuenta el concepto que tiene Heidegger de la contemplación,

Riechmannn imbrica la concepción del Dasein heideggeriano con la influencia oriental de la

contemplación como acto de atención en el aquí y ahora, principalmente a través del budismo

zen. Por tanto, el poeta se encuentra influenciado por ambos planteamientos. A ello hay que

añadir un tercero relacionado: para Riechmann el lenguaje poético es un lenguaje que nos remite

al ahí, que nos devuelve a lo inmediato del mundo, a lo concreto, a la vida que percibimos por

los sentidos. Al contrario que la abstracción, que nos aleja de la vida inmediata, la poesía supone

51
una vuelta a lo concreto, y con ello retoma y nos devuelve a los vínculos que nos unen con las

cosas. María Zambrano definió la frontera entre la filosofía y la poesía, la actitud del filósofo y

la del poeta, en los mismos términos (lo abstracto de la razón/ lo concreto de la poesía).

Desde la concepción hideggeriana del Dasein, el lenguaje poético podría ser una modalidad

concreta del estar-en (estar-en-el-mundo, estar en casa), como también lo es el habla cotidiana.

Profundizando en ello, la contemplación podría suponer, en términos heideggerianos, una

modalidad del Dasein, aquella en la que el sí-mismo se despliega en el mundo abierto, en el ahí,

de manera abierta a recibir lo extraño y sin pretensión de apropiarse de ello, sin pretensión de

otorgarle un para-qué. La contemplación es una modalidad de estar-en-el-mundo que renuncia

a la interpretación, la cual según Heidegger es la forma preliminar de apropiación que emplea

el Dasein ante lo extraño cuando todavía no le ha otorgado el para-qué.

La apropiación y la custodia del mundo abierto se consuma en el Dasein, que está

determinado por el poder hablar en la forma de un nombrar y un discurrir sobre el mundo que

comparece. El modo de discurrir es el nombrar algo como algo. (...) "El abrir que lleva a cabo

el Dasein mediante el ocuparse, es decir, el conocimiento primario, es interpretación. Incluso lo

que no está todavía abierto en su "para-algo" y, por lo tanto, no está todavía apropiado en su "en

cuanto esto o aquello" es nombrado en el modo de la interpretación. Lo extraño no es algo

simplemente presente y, como tal, objeto de una constatación, sino aquello con lo que por lo

pronto no se sabe qué hacer. (1999: 45)

Riechmann insiste en la importancia de cultivar la atención, lo cual lleva al acto de

contemplación. Ello conecta además con la idea heraclítea de "esperar lo inesperado", para

aprovechar las probabilidades improbables cuando se produzcan. Esperar lo inesperado implica

estar atento a ese momento, al instante en el que irrumpe lo inesperado, y estar atento a su vez

constituye un ejercicio de contemplación. Lo inesperado es el hallazgo. Y la poesía, como nos

revela María Zambrano, es don, encuentro, hallazgo por gracia. Como podemos observar, en la

52
poética de Jorge Riechmann palpitan con fuerza el pensamiento y la poesía. Abordaremos estos

y otros conceptos de Zambrano en relación con la poética de Jorge Riechmann en el punto ocho.

53
54
7. MARXISMO

El pensamiento del poeta Jorge Riechmann sin duda se encuentra influido por la filosofía

marxista, algo que por consiguiente también observamos en su poética. No sólo en sus ensayos,

sino además de ello en su poesía, encontramos un posicionamiento marxista.

Por tanto, el pensamiento crítico marxista está presente en su poética y para comprenderla

es preciso tenerlo en cuenta. Como a menudo menciona en sus textos de ensayo, uno de sus

referentes del marxismo es el filósofo español Manuel Sacristán, introductor del pensamiento

de Marx y Gramsci en nuestro país. Para analizar y comprender su poética, la cual ofrece una

mirada profundamente crítica sobre el capitalismo y del momento actual, es preciso tener en

cuenta conceptos marxistas como el de alienación, lucha de clases, explotación o el concepto

gramsciano de hegemonía.

Por otro lado, lo veremos al detenernos en los textos de reflexión poética, como por ejemplo

el primero de ellos, Poesía practicable, comprobamos la influencia de las Tesis sobre

Feuerbach, de Carlos Marx, tanto en su pensamiento como en su concepción de la poesía.

Publicadas por Federico Engels a finales del siglo XIX como apéndice al volumen Ludwig

Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana, en ellas los padres del marxismo proponen

que la filosofía no sólo está para explicar el mundo, como hasta entonces había hecho, sino

también para transformarlo. Proponen, pues, una filosofía dirigida a la transformación social,

una filosofía práctico-crítica.

No en vano, en su libro Poesía practicable ya observamos desde el propio título una voluntad

poética dirigida a la acción, una conexión entre poesía y mundo práctico. Es preciso señalar que

estas raíces marxistas que encontramos en los territorios del pensamiento, se trasladan a la

poesía por medio de autores como René Char y Arthur Rimbaud, de quien el anterior bebe al

construir sus planteamientos poéticos. De este modo, se produce un doble salto cuyos

55
paralelismos no podemos obviar: de la filosofía a la acción y de la poesía a la acción. Para

Rimbaud, el poeta ha de convertirse en vidente, y va por delante de la acción. Para Char, deudor

de Rimbaud como Riechmann lo es de ambos: “La poesía sería pensamiento cantado. Sería la

obra por delante de la acción, sería su final consecuencia liberada.” (Char, 1999: 163). Son

palabras del texto “Respuestas interrogantes a una pregunta de Martin Heidegger”, contenido

en Indagación de la base y de la cima, libro traducido por Jorge Riechmann.

Deteniéndonos en los títulos de sus libros de reflexión poética (apartado “Notas sobre poética

explícita”), los cuales forman parte del corpus de esta investigación, gracias a estas claves

podremos comprender algunos matices relacionados con lo anteriormente expuesto, que de otro

modo pasarían inadvertidos: Poesía practicable (1990), Canciones allende lo humano. Dicho

y hecho (1998), Resistencia de materiales (2006), El siglo de la gran prueba (2013), Ahí es

nada (2013).

56
8. RAZÓN POÉTICA DE MARÍA ZAMBRANO

Pero la razón no puede descender directamente a

los abismos del ser. En esos abismos es preciso

sumergirse con un instrumento que, además de

soportar las presiones subterráneas, sea capaz de

abrir las vías por las que los contenidos más

profundos puedan aflorar.

Chantal Maillard

María Zambrano nos permite desarrollar la reflexión sobre la frontera entre dos modos de

aproximarnos al mundo: por un lado, por medio del lenguaje propio de la razón, y por otro, por

el lenguaje poético, lo cual nos resulta muy útil a la hora de analizar algunos de los

planteamientos de Jorge Riechmann. En la obra Filosofía y poesía, Zambrano reflexiona sobre

dos caminos o vías de conocimiento de la realidad, de aproximación a la “verdad”, empleados

por el ser humano: la abstracción y el lenguaje racionalizante propios de la filosofía, y la

sensibilidad del lenguaje poético, que a menudo apela a lo concreto del mundo al contrario que

el lenguaje abstracto. Nos dice la filósofa malagueña:

No se encuentra el hombre entero en la filosofía; no se encuentra la totalidad de lo humano

en la poesía. En la poesía encontramos directamente al hombre concreto, individual. En la

filosofía al hombre en su historia universal, en su querer ser. La poesía es encuentro, don,

hallazgo por gracia. La filosofía busca, requerimiento guiado por un método (Zambrano: 1987:

13)

Ambos impulsos, el filosófico y el poético, los encontramos en la obra de Jorge Riechmann.

En un sentido paralelo al de Zambrano, en su obra poética el autor nos plantea la dicotomía

entre la abstracción de la razón —que nos aleja de la percepción, del contacto concreto y directo

57
con el mundo sensible— y el lenguaje poético. La poesía, nos dice Riechmann, nos devuelve

al mundo de lo concreto, y también nos permite recuperar los vínculos. Zambrano, mucho antes

que Jorge Riechmann, reflexionó sobre la frontera entre la razón y la poesía, entre el

pensamiento lógico y la intuición sensible por la que percibimos abiertos al mundo, abiertos a

la poesía que, como regalo o don, por una suerte de gracia, aparece como los claros del bosque.

En ese momento, nos dice María Zambrano, se produce el hallazgo si estamos atentos.

Riechmann toma esa idea y lo expresa en numerosos textos de ensayo y poemas, como por

ejemplo en uno de los poema de El común de los mortales: “Sólo lo que dejamos/ de buscar

con avidez/ se nos entrega” (2011: 88)

Las reflexiones de María Zambrano sobre razón y poesía nos ayudarán a comprender los

planteamientos poéticos de Jorge Riechmann, especialmente en su segunda etapa, que hemos

dado en llamar, atendiendo a sus propios ensayos, “poética de la vinculación”. A todo ello,

además, en estos momentos podemos añadir las aportaciones de la Neurociencia actual sobre

cómo funciona el pensamiento crítico y creativo: cómo funciona la atención analítica ejecutiva

(que se pone en marcha cuando seguimos el pensamiento racional, cuando estudiamos alguna

materia o cuando aplicamos el método científico) y la atención holística, que es un tipo de

atención inconsciente (funciona de un modo irracional) y que guardar relación con el

pensamiento creativo, aquel que se pone en marcha cuando hacemos arte o cuando nuestro

cerebro trata de encontrar una solución a problemas que anteriormente no ha solucionado por

la vía del pensamiento analítico (Mora, 2017a: 260-2)

Ahora, con el desarrollo de la Neurociencia, comenzamos a conocer cómo funciona el

cerebro, con revelaciones sorprendentes: en todo pensamiento racional, en toda idea, existe un

componente emocional implicado. Todo cuanto pensamos ha pasado por el filtro de la emoción,

está imbricado con ella, pues el cerebro emocional y las zonas del procesamiento de funciones

complejas como el pensamiento consciente se encuentran interconectados en un binomio

58
emoción-cognición. Neurocientíficos como Francisco Mora o Antonio Damasio dan cuenta del

funcionamiento del cerebro en Cómo funciona el cerebro (Mora), Neuroeducación (Mora) o,

más recientemente, El extraño orden de las cosas (Damasio). Introducirnos en los procesos

cerebrales que se activan en el momento de la creación poética nos llevaría a realizar otro

estudio sobre algo complejo. Las neurociencias, pese a los grandes avances producidos en los

últimos años, todavía están tratando de conocer cómo funciona el cerebro. Sabemos que existe

un pensamiento crítico (reflexión) y también un pensamiento creativo, el cual activa zonas de

la mente con procesos inconscientes, distintos. La razón poética de Zambrano, a la luz de los

avances neurocientíficos, constituye un adentrarse en esas zonas inconscientes imbricando

razón-emoción, implicando los procesos racionales y creativos. En lo referido a la poética de

Jorge Riechmann, todo ello nos permite comprender mejor conceptos como “realismo de

indagación” o “lo abierto del mundo que está ahí”, conectándolo con la filosofía de Heidegger

y con los planteamientos poéticos de René Char en su obra Indagación de la base y de la cima.

El ser heideggeriano, arrojado “ahí”, es el ser en el tiempo, que no podemos conceptualizar

porque su realización y transformación constantes se dan a cada momento. Es el ser siendo en

lo abierto del mundo que transcurre con el tiempo. La indagación en lo abierto (Riechmann) es

la indagación poética, y esa indagación, esa búsqueda de conocimiento, si atendemos a los

descubrimientos neurocientíficos, es una indagación que se produce con la activación de los

procesos de pensamiento y sentimiento creativos del cerebro. La razón poética, si tratamos de

localizarla en el cerebro, probablemente debamos buscarla precisamente en esos procesos.

59
60
9. ECOLOGISMO

Uno de los rasgos más destacados de la poesía y la poética de Jorge Riechmann lo constituye

la dimensión ecológica. No sólo por su trabajo y compromiso como ecologista o como

investigador en el campo de la Ecología política, en cuyo ámbito desarrolla un importante papel,

con la publicación de decenas de estudios. Podemos comprobar que la cosmovisión ecosófica,

como el marxismo, se refleja en su poesía dando forma a su concepción poética.

Por lo tanto, es importante aproximarnos a este aspecto para conocer con profundidad su

poesía. El problema ecológico, la destrucción progresiva del mundo como lo conocemos, es

uno de los grandes problemas provocados por el ser humano en las últimas décadas. Se trata de

un tema fundamental de nuestro momento histórico. Jorge Riechmann, como profesional en el

campo de estudio y como poeta, lo conoce y es consciente de ello.

Para aproximarnos a la dimensión ecológica nos resultarán útiles los conceptos desarrollados

por el filósofo francés Félix Guattari, quien nos habló sobre tres ámbitos ecológicos en su

ensayo Las tres ecologías. Considerando los distintos medios en los que los seres humanos nos

desarrollamos, nos comunicamos y habitamos, podemos hablar de un espacio mental —mundo

psíquico— de cada uno de nosotros, de un entorno social —que constituye la dimensión

social— y otro medioambiental —físico—, que es el sentido que ampliamente conocemos

cuando nos referimos a la ecología en relación al planeta. Félix Guattari nos habla de la

importancia de cultivar la ecología en cada uno de esos ámbitos. Estos tres ámbitos formarían

parte, para Félix Guattari, de la ecosofía: “una recomposición de las prácticas sociales e

individuales que yo ordeno según tres rúbricas complementarias: la ecología social, la ecología

mental y la ecología medioambiental, y bajo la égida ético-estética de una ecosofía.” (Guattari,

1996: 30)

61
Ante la lógica económica, nos propone una lógica ecológica como lógica ecosófica. Nos

habla, por tanto, de una triple ecología: mental, social y medioambiental.

A ello tendríamos que sumar otro, el ámbito producido por las nuevas tecnologías de la

información y la comunicación, el territorio de lo digital, lo que algunos autores han

denominado tecnosfera. Veremos, a la hora de adentrarnos en los ensayos de Jorge Riechmann,

que uno de los aspectos que abordaremos de su obra será la crítica a la sociedad del espectáculo

(Debord), otro concepto que también tendremos en cuenta. En sus libros de ensayo, Riechmann

reflexiona sobre la anestesia que producen los medios de comunicación y la cultura de masas.

Para referirse a ello utiliza un término concreto que observamos en sus textos poéticos y

ensayísticos: “mind factory” o fábrica de la mente, que completa con el de “body factory”.

Abordaremos todo ello en el apartado “Notas sobre poética explícita…”.

En definitiva, la poética de Jorge Riechmann es una poética ecosófica, que no podría

comprenderse fuera de los planteamientos ecologistas.

62
10. POÉTICA EXPLÍCITA Y POÉTICA IMPLÍCITA

Para aproximarnos a la poética de Jorge Riechmann, tendremos en cuenta por un lado los

textos reflexivos recogidos en sus libros de ensayo, en los que vuelca su pensamiento sobre

poesía y otros temas; y por otro, sus poemas. Analizando sus planteamientos acerca de la poesía

expresados en forma de ensayo, centraremos el estudio en estos libros, a fin de compararlos con

sus poemas, recurriendo a los que consideremos destacados para el estudio de su poética, con

el objetivo de tratar de comprender y de exponer lo mejor posible su concepto de poesía. Por

ello, nos aproximaremos tanto a su poética explícita como a la poética que se desprende de los

propios poemas publicados, partiendo en primer lugar de sus obras de ensayo, para intentar

trazar de forma clara los rasgos y planteamientos que definen su poética de la conciencia.

La aproximación a su concepción poética será sobre todo desde el plano del contenido. No

obstante, desarrollaremos un apartado dedicado al estilo, en el que atenderemos a cuestiones

relacionadas con el plano de la expresión. Igualmente, de modo ilustrativo, recurriremos al

análisis de estilo, atendiendo al plano de la expresión a la hora de detenernos en algunos

fragmentos poéticos para poner en relación la poética explícita con la implícita.

La Poética actual nos indica con claridad -desde la glosemática de Hjelmslev- que el signo

poético es una interdependencia o presuposición recíproca entre una forma de la expresión (que

se apoya en una sustancia de la expresión) y una forma del contenido (que se apoya en una

sustancia del contenido). Por ello sabemos que no hay contenidos sin expresión, y que uno y

otro nivel, el temático y el rhemático se influyen y codeterminan.

Veremos ambas dimensiones tanto en la poética explícita como en la implícita en el propio

ejercicio de la escritura poética.

63
64
11. TEORÍA DEL EMPLAZAMIENTO/ DESPLAZAMIENTO

Los conceptos de emplazamiento/ desplazamiento, desarrollados como parte de una teoría

amplia en los postulados propuestos por el catedrático de Literatura y Comunicación Manuel

Ángel Vázquez Medel con el título “Bases para una teoría del Emplazamiento”, ofrecen un

marco de pensamiento que nos permitirá aproximarnos a aspectos profundos de la poética de

Jorge Riechmann, desde el enfoque del pensamiento complejo. Se trata de una teoría

relativamente reciente, fruto de años de trabajo y de un conjunto de aportaciones de otras teorías

procedentes de autores destacados, y por ello mismo su aplicación al estudio y comprensión en

los ámbitos de las Ciencias Sociales y las Humanidades (pero en profunda conexión con otras

Ciencias, desde el principio de consiliencia) se encuentra en pleno proceso. Manuel Ángel

Vázquez Medel, en las Bases, señala lo siguiente:

La Teoría del Emplazamiento articula una nueva pléctica, un conocimiento de y desde los

plexos, lugares dinámicos cruzados por líneas de agenciamiento y relaciones múltiples. Cada

uno de nosotros tiene su propio plexo: desde él nos desplegaos o nos replegamos. Hay por lo

tanto una ética y una estética del despliegue (…)

Desplazarse es moverse desde nuestro yo-aquí-ahora- a otro plexo personal y espacio-

temporal. (Vazquez Medel, 2003: 30)

Conceptos que en principio pudieran parecernos abstractos —y que de hecho lo son— o no

aplicables al ámbito de la poesía, nos resultarán útiles para comprender la concepción poética

de Jorge Riechmann.

Como si de un eje de coordenadas se tratara, el poeta utiliza un marco de comprensión para

reflexionar sobre la poesía, empleando los conceptos de “poesía horizontal” y de “poesía

vertical”. Por mediación de ese eje imaginario, podremos situar, emplazar de este modo, la

concepción poética de Jorge Riechmann. Todo ello lo iremos desarrollando a lo largo de la

investigación, para la cual las nociones de plazo (tiempo) y plaza (espacio) referidas, junto con
65
el mundo de conciencia (yo), ofrecen un marco de coordenadas que, aplicadas en concreto a la

obra de Jorge Riechmann, guardan relación con dos tendencias poéticas que observamos en sus

libros: una profundamente marcada por el tiempo histórico, que podemos identificar como

testimonial o de denuncia, y otra que, sin dejar de estar marcada por el tiempo histórico —pues

el poeta es claro hijo de su tiempo— posee una voluntad consciente de indagación y búsqueda

de conocimiento, con rasgos más herméticos.

Por ello, nos resultarán especialmente útiles en este punto concreto las aportaciones de la

Teoría del Emplazamiento/ Desplazamiento sobre los conceptos propuestos. Vázquez Medel

resumía así el principio básico de la TE/D en la ponencia presentada en el III Congreso

ASETEL (2019): “El principio básico de la TE/D es, precisamente, nuestro estar en el mundo,

formar parte de un proceso cósmico de materia y energía en expansión, del que somos

consecuencia y fruto, pero también parte activa.” (Actas en prensa).

De ello se deducen tres componentes fundamentales, como explica a continuación:

Estamos emplazados (y en constante desplazamiento) desde nuestras coordenadas espacio-

temporales, pero también desde el mundo de conciencia. Son, pues, tres las dimensiones básicas

de las que parte la TE/D, que coinciden con tres universales lingüísticos: espacio, tiempo,

persona, que se despliegan desde sus más concretas instancias, aquí, ahora, yo (nosotros). (…)

La TE/D, por encima de concretos detalles, nos ofrece las bases para apreciar en la creación

literaria estas instancias emplazantes, a modo de marcadores (shifters), que apuntan hacia el

sujeto de la enunciación en los ricos términos planteados por Jespersen, Jacobson o Barthes. Y

que también se vuelven hacia el lector empírico en la relación pragmática de la comunicación.

(Vázquez Medel, actas en prensa)

Podremos comprobar que en la obra de Jorge Riechmann las partículas clave de

emplazamiento/ desplazamiento las encontramos en palabras como “ahí” o “entre”, que junto

66
con otras, nos permitirán desplegar su concepción poética. Cada una de ellas contienen parte de

sus planteamientos poéticos.

La TE/D, desde su vocación transdisciplinar, tiene como soporte la noción de Semiótica

Transdiscursiva (ST), que no solo asume e integra las sucesivas nociones de signo, texto y

discurso en el ámbito de la indagación sobre el significado, el sentido y sus efectos, sino que

permite apreciar la dinámica discursiva, a través de las cuales las palabras fluyen e influyen,

desde el planteamiento heraclitiano de pánta réi. Y, con ello, pone también de relieve la

dimensión política de todo discurso y sus dispositivos en las dinámicas del poder. (Vázquez

Medel, actas en prensa)

La TE/D no obvia la dimensión política de lo humano, presente también en las palabras y

sus efectos. Las relaciones entre lenguaje y poder, como señalamos, forman parte de la

conciencia poética de Jorge Riechmann, y de la poética de la conciencia.

Otro de los conceptos de la TE/D, como desarrolló recientemente George Pellegrini en su

aplicación de las bases de la TE/D a las relaciones entre literatura y paisaje con su Tesis

Doctoral “Literatura y paisaje: el bosque, el río y el mar en las literaturas amazónica, grapiúna

y andaluza”, es el de “metaemplazamiento”.

En efecto, en su esencia particular dentro del arte la literatura produce otro despliegue a la

mirada emplazante. Como un intento de poner un ladrillo más en la apertura que ofrece esta

teoría de Manuel Ángel Vázquez Medel, se podrían imaginar dentro de dicho marco literario los

“metaemplazamientos”. (Pellegrini, 2019: 61)

La Literatura, en tanto que habla de un espacio y un tiempo, nos metaemplaza. En el fondo,

todo lenguaje constituye de por sí y despliega un metaemplazamiento en nuestra mente, pues el

mundo de conciencia producido por las interacciones cerebro-resto del cuerpo no es el mismo

que el mundo físico exterior. Podríamos mencionar las categorías de noumeno (mundo en sí) y

fenomeno (mundo para mí) del filósofo Kant; no obstante, para profundizar más es preciso

67
remitirnos a las aportaciones de la neurociencia en relación con la conciencia. De hecho, la

imagen mental, como hemos explicado con anterioridad cuando abordamos las relaciones entre

subjetividad, conciencia y lenguaje, es para el neurocientífico Antonio Damasio la unidad

básica de la conciencia. El cerebro produce imágenes mentales (del espacio exterior y del

interior del cuerpo), que son representaciones, y además de ello un tipo especial de imágenes

son las producidas por el lenguaje verbal. Las imágenes mentales sensoriales son ya un

metaemplazamiento de esos otros espacios (exterior e interior), generado por el sistema

cerebro-resto del cuerpo, en el mundo de conciencia. Por lo tanto, la pista verbal de la mente

como la denomina Antonio Damasio en El extraño orden de las cosas (nosotros podemos

denominarla discurso), traducción a lenguaje de las imágenes anteriormente producidas, es otro

tipo de imagen mental, constituye un doble metaemplazamiento: primero, traducción del mundo

físico a imagen mental no verbal; segundo, traducción de las imágenes mentales no verbales a

imágenes verbales. Podemos deducir de todo ello que las imágenes verbales, como discurso,

producen un ordenamiento del resto de imágenes en la mente. Ese ordenamiento tiene que ver

con cómo interpretamos y comprendemos (Gadamer) el mundo, cómo lo leemos, cómo lo

dotamos de sentido.

Como observamos, poniendo en relación las aportaciones de las neurociencias en relación

con la conciencia y la TE/D desde los ámbitos de las Humanidades y las Ciencias Sociales, nos

aproximamos a una mejor comprensión de cómo funciona la conciencia y de las profundas

implicaciones del lenguaje y de la literatura en la conformación y transformación del sujeto

(Cros).

Espacio, tiempo y mundo de conciencia (aquí, ahora, conciencia) son los tres elementos

básicos de la TE/D. Comprobamos que el mundo de conciencia constituye un

metaemplazamiento, y en tanto a tal produce a su vez un espacio y un tiempo que son mentales.

68
La literatura, concretamente la poesía, opera sobre el nivel del mundo de conciencia como

doble metaemplazamiento. Con ello, produce transformación en la conciencia, nos emplaza y

nos desplaza continuamente de modo dinámico. Produce un enfoque del mundo exterior,

transforma el modo como vemos, oímos y comprendemos el mundo que nos rodea, del que

formamos parte. Dicho de otro modo: los emplazamientos y desplazamientos de la conciencia

nos emplazan y desplazan en nuestra forma de sentir, pensar y actuar en el mundo exterior. De

ahí el poder trasformador de toda poesía, de toda obra de arte en tanto lenguaje artístico, y en

especial de la poética de la conciencia.

Por todo ello, la TE/D nos dota de un marco teórico englobador de los anteriores para

aproximarnos a la poética de la conciencia de Jorge Riechmann.

69
70
III. INVESTIGACIÓN

71
72
El poeta es la porción de ser humano refractaria

a los proyectos calculados.

René Char

73
74
1. CONTEXTO

1.1. CONTEXTO HISTÓRICO

La obra poética de Jorge Riechmann, como señalamos, se ubica dentro de la corriente

española actual conocida como poesía de la conciencia. Su primera obra publicada, Cántico de

la erosión, se editó en 1987. Sus tres primeros poemarios, en cambio, fueron editados con

posterioridad: El miedo horizontal lo escribió entre 1979 y 1980 y estuvo inédito como libro

hasta 2011, cuando vio la luz en el volumen de poesía reunida Futuralgia, según señala el citado

volumen (p. 28) e indica Pedro Provencio en su prefacio (p. 11); La verdad es un fuego donde

ardemos fue redactado de 1981 a 1984 y publicado años después en el volumen Amarte sin

regreso (1995); y Borradores hacia una fidelidad fue escrito entre 1984 y 1985 y publicado

dentro del volumen Trabajo temporal el año 2000. El quinto poemario que escribe, Cuaderno

de Berlín, se publicó en 1989. Para observar la evolución de su poesía, atenderemos a las fechas

de escritura de sus obras y no a las de publicación. Estas cinco primeras obras de poesía de que

tenemos constancia las redacta entre 1979 y 1987. El contexto geopolítico es de Guerra Fría,

con un mundo dividido en dos grandes bloques que representan dos sistemas de organización

económica y social distintos, la Unión Soviética y los Estados Unidos. Aún no ha caído el muro

de Berlín, que supondría la hegemonía del sistema capitalista, para lo cual faltaban pocos años.

España forma parte del bloque capitalista, donde el neoliberalismo comenzó a implantarse

progresivamente, desencadenando procesos de privatización de empresas estatales y de

mercantilización de los servicios públicos, en lo que constituye un sistemático

desmantelamiento del Estado del Bienestar que se viene acelerando en las primeras décadas del

siglo XXI. Este proceso ha llegado a afectar a las telecomunicaciones, el sector energético, la

sanidad, la educación y la justicia, entre otros, y actualmente continúa avanzando. A finales de

la primera década del nuevo milenio estalla una crisis económico-financiera global del

75
capitalismo que sacude a importantes bancos estadounidenses y por consiguiente se extiende a

bancos de todo el mundo, generando una fuerte inflación y grandes caídas en las bolsas más

importantes del mundo durante años. En España y otros países capitalistas el Estado ha asumido

gran parte de los costes privados de la crisis otorgando rescates mil millonarios a la banca, lo

cual ha producido un sobreendeudamiento que ha empujado al país a acelerar la venta de

porcentajes considerables de empresas estatales que generan beneficios, como la de

Aeropuertos (AENA), y a vaciar progresivamente el fondo de pensiones de la Seguridad Social;

poniendo en crisis el modelo de pensiones y su sostenimiento, y provocando por ello grandes

movilizaciones de jubilados y pensionistas por todo el país, que continúan a día de hoy

exigiendo el cumplimiento del derecho constitucional a una pensión digna. A ello se une una

dura crisis interna en el sector de la construcción, la conocida como “crisis del ladrillo”, tras la

explosión de una burbuja inmobiliaria que había ido creciendo desmesuradamente como

consecuencia de la especulación, por la falta control estatal de los precios de las viviendas, de

modo que el precio real de la vivienda era muy inferior al precio de mercado. Como

consecuencia, esta situación ha provocado que miles de personas pierdan su casa al quedarse

sin empleo y no poder seguir pagando su alto coste, generando un extenso parque de viviendas

vacías propiedad de los bancos al tiempo que miles de familias carecen de casa. La tasa de paro

en España llegó a superar el 25 por ciento entre los años 2012 y 2014.

En el sector de la Sanidad Pública se avanza en la introducción de la gestión privada, como

se produce en varios hospitales de la Comunidad de Madrid, y se crea el “copago farmacéutico”.

La Educación Pública Superior experimenta un proceso de elitización por medio de una fuerte

subida de las tasas universitarias, aparejada de una reducción de la inversión en becas, y con la

implementación del sistema de grado-máster, cuyos precios son privativos para la mayoría de

los estudiantes de clase trabajadora.

76
Evolución de la Tasa de Paro en España, período 2007-2019.

(Instituto Nacional de Estadística).

La aplicación del Proceso de Bolonia, al mismo tiempo, ha generado un proceso de

mercantilización de la universidad, cuya función social pasa a estar subordinada en gran medida

por las demandas e intereses del mercado. A ellos se une el problema de la corrupción, con más

de 2.000 casos detectados entre el año 2000 y el año 20174.

El grave problema de la corrupción sale a la luz con el desmantelamiento de las más grandes

redes de corrupción de la historia española actual (casos Gürtel, Púnica, Bárcenas, Palau, Pujol,

Noos, Fabra, ERE, Pretoria, y otros), que afecta profundamente a las más altas instituciones del

Estado, implicando a partidos políticos, empresarios, banqueros e incluso a la Casa Real.

Las reformas que el Estado impulsa para salir de la crisis se traducen en recortes sociales,

popularmente conocidos como “austericidas” en alusión a las políticas sistemáticas de

austeridad que empobrecen a las clases populares: congelación de pensiones, subida de

impuestos, introducción de tasas en la justicia, una reforma laboral que constituye la mayor

pérdida de derechos laborales del Régimen del 78 y la implementación de la “Ley de Seguridad

4
Como aproximación, véase el siguiente reportaje del diario El País: “Cuáles son los casos de corrupción más
graves de España” (25/05/2018). https://elpais.com/politica/2017/06/09/actualidad/1497023728_835377.html
(Consultado el 9/10/2018)

77
Ciudadana”, conocida como “Ley mordaza” por los recortes a los derechos y libertades que

produce.

Captura de pantalla de reportaje sobre casos de corrupción en España.

Diario El País (25/05/2018).

Todo ello en el país provoca un gran malestar social, un aumento de la pobreza infantil, el

crecimiento de la brecha económica entre ricos y pobres, la denominada pobreza energética y

un debilitamiento de las instituciones. En este contexto de crisis global sumada a la crisis de la

burbuja inmobiliaria española, el problema de la corrupción y las políticas de rescate a la banca

78
con el dinero de los ciudadanos y de políticas austericidas contra las clases trabajadoras, se

produce el estallido del Movimiento 15 M, un movimiento social que sacude las principales

plazas de ciudades y pueblos de todo el país con el lema “Democracia real ya”, comenzando

con una histórica jornada de movilización el 15 de mayo de 2011. Cientos de miles de

ciudadanos y ciudadanas se manifestaron en España y en capitales de países alrededor del

mundo, y la indignación llevó a la formación de acampadas autoorganizadas en las principales

ciudades españolas, con epicentro en la Puerta del Sol. Movimientos similares se repiten en

Nueva York, con el Movimiento Occupy Wall Street, cuestionando al capitalismo como sistema

socioeconómico desde su corazón financiero, la Bolsa de Nueva York. Con el Movimiento 15

M la ciudadanía comienza a denunciar colectivamente los grandes desequilibrios del sistema,

la corrupción de políticos y banqueros, el agotamiento del bipartidismo político como fórmula

dominante del Régimen del 78, la falta de garantías en derechos constitucionales como la

educación, la sanidad, las pensiones, la vivienda digna, etc. El Movimiento 15 M supone el

primer gran cuestionamiento del Régimen del 78 español.

A todo ello hay que añadir uno de los grandes problemas que afronta el ser humano en el

momento presente: la crisis ecológica planetaria, el cambio climático y el ecocidio provocado

por la contaminación, la destrucción de los ecosistemas, la sobreexplotación de los recursos, la

falta de limitación en la producción y el consumo del capitalismo, etc. Esta grave situación

también ha provocado en los últimos años una ola de protestas por todo el mundo, encabezadas

por los jóvenes, que continúa en estos momentos.

Por otro lado, es preciso señalar la enorme relevancia social de los movimientos feministas

a nivel global, la lucha por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, contra la violencia

patriarcal, en lo que ha venido a considerarse por su importancia planetaria como una cuarta

ola del feminismo. El feminismo cuestiona de raíz el patriarcado y el capitalismo como sistemas

79
de dominación de unos seres humanos sobre otros, en concreto de los hombres sobre las

mujeres. Este movimiento también continúa en la actualidad.

En el plano científico, se producen grandes transformaciones: el desarrollo de Internet y la

sociedad digital, las nuevas tecnologías, así como los avances en neurociencia, inteligencia

artificial, ingeniería genética, etc. La tecnociencia moderna experimenta un importante

desarrollo. Su aplicación supone que nos formulemos nuevos cuestionamientos éticos. La

sociedad avanza hacia la dependencia tecnológica, que alcanza tanto al mundo del trabajo

(producción industrial e informatizada) como a la vida cotidiana de las personas (industrias del

entretenimiento, telefonía móvil, productos informáticos, domótica, etc.).

En este contexto complejo de grandes transformaciones sociales, políticas, económicas,

tecnológicas, científicas y ecológicas, Jorge Riechmann comienza a articular una poesía de

hondo calado humanista capaz de expresar la crisis moral y humana, así como el conflicto

social, económico, histórico y político que se está produciendo en Occidente. Con estas palabras

lo expresa en Poesía practicable:

Escribo desde la crisis de civilización contemporánea: en esa encrucijada de la humanidad

donde nos jugamos (y con tan escaso margen de maniobra) formas de convivencia y organización

política, valores como los de dignidad humana, libertad, justicia, y el mismo ser o no ser de la

especie (1990: 19).

García-Teresa define como característica principal de la poesía de la conciencia crítica el

hecho de que sus autores ubican “el conflicto político y socioeconómico en el centro de su obra

como eje, desde el cual articulan su percepción y su pensamiento con una perspectiva crítica,

de los que da cuenta su expresión poética” (García-Teresa, 2013: 37). Al analizar la poética

concreta de Jorge Riechmann, puede apreciarse un centro raíz de carácter ético o humanista,

que tiene su expresión en la crítica social, en el desvelamiento del conflicto político,

socioeconómico y ecológico. Es importante señalar este matiz, ya que se trata de una

80
característica que define su poesía y la diferencia. Podríamos decir que la poética de la

conciencia de Jorge Riechmann se mueve desde dos ejes, cada uno situado en diferentes planos:

uno de ellos, el plano de la realidad política, histórica y socioeconómica; el otro, el de los

valores que sustentan esa realidad.

Ambos planos, ambos ejes, están íntimamente conectados; el modelo de convivencia es el

resultado y la expresión de unos determinados valores que lo sustentan. Algo característico de

Jorge Riechmann es que aborda el conflicto en ambos planos, hace poesía desde los dos ejes,

pone el foco en ambas dimensiones de una misma realidad. Ese carácter humanista hace que su

poesía adquiera una mirada más profunda, una visión compleja. Jorge Riechmann se plantea

cuestiones morales y éticas en relación al modelo social. Cuestiona el sistema capitalista y la

forma de vida de las personas fomentada por el neoliberalismo, denuncia su inhumanidad

inherente a través de la expresión poética, e indaga por medio de la poesía en la búsqueda (o el

hallazgo) de otros caminos posibles.

Una de las características culturales más importantes del contexto histórico es el surgimiento

de la sociedad digital y el auge de la sociedad del espectáculo. Entre otras diferencias respecto

a la época inmediatamente anterior en que se cultiva intensamente la poesía social en España,

la dictadura de Franco, se encuentran las siguientes: frente a la censura impuesta por el régimen

fascista, el capitalismo neoliberal avanza a partir de la implantación del Régimen del 78 en

España hacia otra forma de control mucho más velada, basado en el poder de los medios de

comunicación de masas, ampliado al surgimiento de las nuevas tecnologías, como herramientas

de difusión de los valores de la sociedad de consumo. Se consolida la hegemonía del capitalismo

neoliberal con el desarrollo de la sociedad del espectáculo, a través de una programación

televisiva cada vez más banalizada y, luego, con la aparición de Internet y la implantación de

las nuevas tecnologías como productos de entretenimiento. La censura impedía hablar de la

realidad abiertamente; la sociedad del espectáculo produce un efecto somnífero que genera la

81
evasión de la realidad en la población y que directamente impide que desarrollen una actitud

crítica, esto es, neutraliza el pensamiento crítico de la sociedad civil desviando la atención de

los ciudadanos hacia el entretenimiento. Evasión y entretenimiento son dos conceptos

fundamentales que caracterizan el consumo de contenidos comunicacionales por parte de la

población. Al mismo tiempo, los medios de comunicación de masas construyen una realidad

social banalizada que poco tiene que ver con la realidad que viven las personas en su día a día,

con los problemas que sufren y las dificultades cada vez mayores que padece la población para

el desarrollo de una vida digna. Los anuncios, que prometen la felicidad y el paraíso con la

compra de productos y servicios, proyectan un mundo que no es el que vive la mayoría de la

población, las clases medias y trabajadoras. Los programas de entretenimiento copan la parrilla

televisiva, en detrimento de los programas formativos e informativos. Tres son las funciones

fundamentales de los medios de comunicación: formar, informar y entretener. De las tres

funciones, la última ha acaparado la mayor parte de los espacios y contenidos en los medios de

comunicación públicos generalistas.

El individuo, inexorablemente unido al resto, comparte una realidad plagada de conflictos

que le implican, le amenazan y le entrañan. La poesía de la conciencia aborda esos conflictos

sociales desde la conciencia íntima y social del ser humano que se sabe parte de una gran

comunidad que traspasa las fronteras: la humanidad. También lo hace desde la conciencia del

lenguaje, sabiendo que la realidad es un relato construido y que ese relato se construye mediante

discursos, con palabras: “Intentar no seguir hablando el lenguaje del poder ―aun a costa de que

se nos desgarre la boca en el empeño”, dice Riechman en Poesía practicable (1990: 53). Para

construir otra sociedad es también necesario emplear un lenguaje distinto al que utiliza el poder.

82
1.2. CONTEXTO POÉTICO

1.2.1. La poesía de Jorge Riechmann en la tradición de la poesía social española

Si nos retrotrajésemos en el tiempo hasta la poesía de temática social del siglo XIX en

España, observaríamos que se encuentra ligada al Romanticismo con Espronceda y al realismo

finisecular de Núñez de Arce, y que coincide con el nacimiento de las nuevas teorías

económicas que darían lugar al surgimiento de las revoluciones socialistas y la moderna lucha

de clases, como indica Lepoldo de Luis en el prólogo a la antología Poesía social española

contemporánea.5 Así pues, Romanticismo y Liberalismo han estado ligados en el tiempo, como

luego lo estaría el realismo social con el denominado socialismo real. Y puede observarse una

clara relación histórica, como señala Aronold Hauser, entre el surgimiento de las modernas

teorías económicas y el nacimiento de la literatura social, si bien es cierto que las ideas

ilustradas y la Revolución Francesa marcan un precedente histórico en la poesía social. En

palabras de Jorge Urrutia y Joaquín Arce:

La poesía ilustrada ofrece los primeros ejemplos de una poesía que, según Joaquín Arce, no

«trata tanto de reflejar conflictos entre las distintas clases como de hacer notar la evidente

desigualdad entre la riqueza de los poderosos y la miseria de los humildes» (Urrutia, 1986: 33)

Si volvemos a finales del siglo XIX y avanzamos hasta la generación del 98, encontramos

en Antonio Machado a un poeta cuyos planteamientos serán importantes para la poesía social

española posterior. Aunque será con Rafael Alberti y la Generación del 27 cuando se inicie el

período contemporáneo de la poesía social española, que tendrá como poeta social por

antonomasia a Miguel Hernández por su encarnación del poeta comprometido hasta las últimas

consecuencias, y que seguirá luego con los poetas de posguerra como señala Leopoldo de Luis,

quien sitúa el poema “Elegía cívica” del gaditano como “el kilómetro cero de ese camino” (De

5
Leopoldo de Luis: Poesía social española contemporánea, Biblioteca Nueva, 2010, p. 192.

83
Luis, 2010: 197). Miguel Hernández, dado su compromiso total con los postulados de denuncia

ante las injusticias y de reivindicación de una sociedad más humana a través de su poesía, puede

considerarse el poeta más representativo de la poesía social de esta época tan decisiva en la

historia de España, en la que se inicia la poesía social contemporánea en este país.

El poeta y crítico Leopoldo de Luis hizo una clasificación generalizada de la poesía social

de posguerra y del medio siglo. Distinguió tres promociones de poetas: los nacidos antes de

1920, los que nacieron después de esa fecha —ambas caracterizan la poesía de posguerra

desarrollada en la década de 1940—, y los que constituyen la denominada generación del

cincuenta. A la poesía de posguerra, por su tono desgarrado, la califica más bien de romántica,

y a la que vino luego, del medio siglo, de clásica por su “contención, brevedad y cierto realismo

un poco frío” (De Luis, 2010: 210) Quienes no compartían los presupuestos poéticos de la

poesía social del momento llegaron a calificarla de antipoética por sus rasgos prosaicos.

Antonio Chicharro, al hablar del prosaísmo que tanto le criticaban, lo considera un recurso

formal que perseguía la eficacia expresiva y comunicativa con “la inmensa mayoría”. Se trataba

de una forma de reaccionar al embellecimiento retórico de la poesía practicada por las corrientes

consideradas oficiales y poetas afines al régimen. El prosaísmo cumple una función para los

poetas que optan por ello, como señala Antonio Chicharro:

(...) el empleo de un lenguaje prosaísta es consecuencia de una nueva concepción del

fenómeno poético, que lo da como un acto fundamentalmente comunicativo y destinado a lograr

más la eficacia expresiva que la perfección estética frente a un público que se pretende sea

mayoritario (...) (1997: 66-7)

La poesía de Jorge Riechmann también reacciona contra el embellecimiento de la realidad,

lo considera un empleo perverso de la belleza que enmascara el horror que hay en ella y que

genera hipnosis colectiva: “No ser infiel ni a la belleza, ni al compromiso con los humillados.”

(2006b: 73) En este sentido coinciden. La belleza a que se refiere el poeta nada tiene que ver

84
con el embellecimiento vano. La idea de belleza en poesía conecta con uno de sus grandes

maestros, el poeta surrealista René Char, quien en el fragmento 237 de Hojas de Hipnos dejó

escrito mientras combatía en la resistencia contra el nazismo: “En nuestras tinieblas no hay un

sitio para la belleza. Todo el sitio es para la Belleza”.

No obstante, la poesía de Riechmann, si bien guarda relación con sus precedentes históricos

en éste y otros aspectos fundamentales, como el carácter testimonial y la voluntad de denuncia,

características propias de la poesía de tema social de cualquier época, se diferencia de ellos en

otros aspectos que la hacen muy distinta. El tiempo histórico, separado por casi medio siglo y

por sus respectivos contextos, entre otros aspectos, constituyen distancias importantes que

determinan diferencias sustanciales en el modo de concebir el compromiso en poesía. La poesía

de Riechmann no puede calificarse ni de romántica ni de clásica en el sentido que lo hace

Leopoldo de Luis en la antología Poesía social española contemporánea para referirse a los

poetas de posguerra y del medio siglo, si bien comparte en una de sus líneas rasgos propios de

la poesía social de la generación del cincuenta, como el prosaísmo de muchos de sus poemas

(no todos). No obstante, la mezcla de rasgos estilísticos procedentes de distintas corrientes será

una constante en la obra del poeta. “Rompo lanzas por una poética antisimbolista ―del gran

realismo irrestricto― du grand realisme” diría Riechmann en su primer libro de reflexión

estética, Poesía practicable (1990: 159), con cierto juego de palabras (“realismo irrestricto”) y

claros ecos franceses que apuntan al surrealismo. El texto del que se extrae la cita se titula

“Sobre el simbolismo en lírica”. Entre esta posición y la que marcará su poesía posterior a El

día que dejé de leer El País mediará casi una década de distancia. Si nos vamos a su segundo

libro de reflexión poética, Canciones allende lo humano (1998), encontramos que comienza a

hablar de “realismo de indagación” con el ensayo “Por un realismo de indagación (homenaje a

Joan Brossa), que lo acerca a las poéticas del silencio.

85
A grandes rasgos, el realismo de Jorge Riechmann se desplaza del realismo social-narrativo

característico de los poetas de la generación del cincuenta, un realismo declaradamente

antisimbolista, hacia lo que el propio poeta denomina “realismo de indagación”, concepción

poética en sintonía con la idea de “estirpe simbolista” de José Hierro expresada en el texto “El

soplo mágico y ajeno (homenaje a José Hierro)” de Resistencia de materiales. La influencia de

Joan Brossa y de José Hierro quedan patentes en ambos ensayos; y la de René Char, que bebe

directamente del surrealismo y que muestra una honda conexión con la vida y la realidad, le

llega por medio de sus traducciones. Recuérdese la importante faceta traductora de Riechmann,

quien se propuso traducir toda la obra del poeta francés y cuya labor con Indagación de la base

y de la cima le valió el Premio Stendhal de Traducción en el año 2000. En todo caso, es preciso

destacar que el concepto de realismo para Jorge Riechmann es mucho más amplio del que

practican los poetas de la generación del 50. Por eso habla de realismo de indagación, no de

realismo social.

La concepción de la poesía como conocimiento, indagación y búsqueda de la realidad, en su

sentido más amplio, sin excluir ninguna de sus dimensiones, entre ellas la social y la política

como partes esenciales de lo humano, caracterizan esta poética realista en el sentido más

amplio, el que tiene que ver con la realidad en sus diversos aspectos, de fuerte compromiso

humano, ético, ecológico, político y social. A grandes rasgos, siendo conscientes de los riesgos

que implican las generalizaciones ―para lo cual es preciso tener en cuenta los matices y

excepciones que correspondan en este caso―, la poesía de Riechmann, leída en el movimiento

diacrónico de la tradición de la poesía social española, constituye un desplazamiento del

realismo social de marcado carácter coloquial-narrativo y función comunicacional practicado

por los poetas del medio siglo, así como por numerosos poetas actuales de los diversos grupos

enmarcados en la denominada poesía de la conciencia crítica, hacia un realismo con rasgos

simbolistas de indagación y búsqueda de conocimiento. Es preciso apuntar que una parte de la

86
obra poética de Riechmann coincide con estos rasgos, como podemos comprobar en obras como

El corte bajo la piel, Baila con un extranjero o El día que dejé de leer El País, entre otras.

También observamos que a menudo se mezclan rasgos propios de diversas corrientes

(surrealismo, hermetismo, lenguaje coloquial y narrativo, etc.) en una misma obra, que

podemos encontrar poemas herméticos y poemas que tienden a lo coloquial dentro del mismo

poemario. No obstante, a lo largo de su reflexión poética desarrolla claramente un concepto de

realismo en sentido amplio y diverso, que nada tiene que ver con el empleo de una serie de

procedimientos poéticos concretos, sino que constituye una actitud frente a lo real, según el

cual no renuncia a ninguno de los aspectos que guardan relación con la realidad, y que además

entiende la poesía como una forma de exploración y conocimiento. Lo denomina realismo de

indagación. En uno de los ensayos contenidos en Canciones allende lo humano, con el título

Por un realismo de indagación (homenaje a Joan Brossa)”, lo explica así: “Propugno un

realismo de indagación, un realismo experimental, capaz de abrir senderos en el vasto continente

de la realidad y capaz también de poner en cuestión sus propios procedimientos. El poeta no

escribe sabiendo de antemano lo que va a encontrar. (1998: 133)

Recordemos las palabras de Fanny Rubio y Jorge Urrutia al hablar del realismo de los poetas

de la generación del cincuenta en la introducción a la nueva edición de la ya clásica antología

de Leopoldo de Luis, Poesía social española contemporánea:

La actitud realista, en caracterización de J. M. Castellet (Poesía, realismo, historia), lleva a

estos escritores a sentirse uno más entre otros hombres, frente a la “voz en sí mismo” que encarna

todo poeta simbolista. Su método de abstracción de la experiencia real es histórico-narrativo,

reivindicando una función comunicativa de significado inmediato para el lenguaje. (Rubio y

Urrutia, 2010: 114)

Riechmann también se siente un hombre entre los hombres y mujeres, sin duda, pero no

pretende hablar por otros, no pretende usurpar la voz que a otros corresponde, en ningún caso

87
renuncia a hablar desde sí mismo. Ello no implica que la experiencia de lo colectivo no lo haya

atravesado en su existencia, ni que, en consecuencia, su poesía deje de estar alimentada por ese

contenido social que lo construye como ser humano que forma parte de una comunidad, del

componente histórico del que también ofrece testimonio con su obra, que forma parte de él al

igual que el resto de dimensiones íntimas o personales que lo conforman. En Resistencia de

materiales, Jorge Riechmann discrepa con Gabriel Celaya en cuanto al modo de entender el

compromiso: “Creo que hablar en nombre de los otros, suplantar su palabra es el pecado original

de la poesía llamada social: la raíz común de sus flaquezas estéticas y éticas (cuando las tiene,

que no es siempre).” (2006: 67) Lo afirma como respuesta a la concepción de Gabriel Celaya,

para quien el poeta ha de dar voz a los que no la tienen: “los vencidos, los mudos, a los que

según mi entender el poeta estaba obligado a dar voz”6. Para Riechmann se trata más bien de

“crear las condiciones para que los de abajo puedan decir su propia palabra. (Lo cual,

evidentemente, no es una tarea de la poesía sino de la práctica revolucionaria).” (2006: 66-7)

La perspectiva de Riechmann, tal vez, pasado el tiempo, muestra una madurez resultado de

la armonización, o más bien mezcla, de ambas poéticas. Ambos son estilos poéticos, en todo

caso, comprometidos con la realidad.

Evidentemente hay que comprender que ambos contextos de escritura están separados por

medio siglo de historia de guerras y esperanzas. La poesía de Celaya, como la de Riechmann,

se desarrolla en un tiempo concreto, con características socio-políticas muy distintas.

Por otro lado, Riechmann defiende la poesía hermética, comparte la idea de Georges Mounin

según la cual el poeta debe procurar prestar la máxima atención en los medios para expresarse,

“más que en los medios para traducirse” (2006: 128) Esto quiere decir que desde esta posición

6
Itinerario poético, 1975. Edición electrónica. Acceso:
http://www.gabrielcelaya.com/edicioneselectronicas_historiademislibros_norte.php Consultado: 20/10/2018.

88
de poesía de indagación, la comunicación fácil con el lector no es algo que se busque. He aquí

otra de las características distintivas de la poesía de Jorge Riechmann con respecto a la poesía

social del medio siglo y con la estética de la resistencia coetánea de otros poetas de la poesía

de la conciencia como Antonio Orihuela y el grupo Voces del Extremo, ambas más cercanas a

la intención comunicativa de la poesía, con el consiguiente empleo de un lenguaje coloquial

realista-narrativo. Son formas de resistencia poética distintas.

Esta evolución se produce de manera lenta y progresiva a medida que avanza su producción

poética, se verá con más detalle en el epígrafe dedicado a su poética. Su obra evoluciona desde

el eclecticismo formal hacia una línea de tendencia realista-narrativa de manera acentuada.

Puede apreciarse en algunos poemas de Cuaderno de Berlín o 27 maneras de responder a un

golpe. Hay que recordar que El día que dejé de leer EL PAÍS, precisamente, extrema en su

poesía la práctica realista antisimbolista. Con esta obra, el poeta llega a un extremo en una de

las líneas expresivas que venía cultivando.

En todo caso, desde sus primeras obras su poesía se ha caracterizado más por la mezcla de

recursos estilísticos provenientes de diferentes corrientes estéticas y movimientos ―con rasgos

surrealistas, herméticos, coloquiales, órficos, etc.― que por el realismo social antisimbolista.

Aunque tampoco hay que olvidar que el autor se mostraba completamente contrario al

simbolismo en la primera obra de reflexión poética, Poesía practicable. Apuntes sobre poesía,

1984-88: “Rompo lanzas por una poética antisimbolista ―del realismo irrestricto, du grand

réalisme.” Ese grand réalisme con acento francés al que se refiere nos lleva al surrealismo. En

el siguiente poema, publicado precisamente con el título “Poesía social” en la obra Poesía

desabrigada, podemos apreciar su concepto de poesía social:

Poesía social

Para Óscar y Tere,

que saben de estas cosas

89
Lo nunca dicho y la ternura

conjuran el momento en que aparecen

lo nunca sido y la justicia

Ahí la poesía: el susurro

de todo lo que se abre

(2006: 33)

En esta definición, observamos la voluntad indagadora, la apertura a lo abierto del mundo

que está “ahí”, la presencia, en suma, de una serie de elementos que van configurando su poética

de la conciencia a lo largo de su obra. Observamos cierto grado de hermetismo en el plano de

la expresión, pero sobre todo una concepción de resistencia poética concreta asociada a lo que,

tomando la noción de “vínculo” del propio autor, denominamos “poética de la vinculación”.

Como desarrollaremos en el apartado correspondiente, esta poética es una forma particular de

resistencia que adopta en la evolución de su obra y es fruto de la toma de conciencia de una

serie de elementos que configuran su concepción poética.

Así pues, podemos afirmar que, tras El día que dejé de leer EL PAÍS y con Desandar lo

andado como punto de partida, comienza a desarrollar una poética de estirpe simbolista basada

en la noción de realismo de indagación, cuya definición aparecerá claramente expresada en

Canciones Allende lo humano con el ensayo "Por un realismo de indagación (homenaje a Joan

Brossa)”. En ella defiende la idea de realismo como aproximación a lo real, como continuará

desarrollando en Resistencia de materiales con el texto “Las tenazas de la enunciación (sobre

poesía clara y poesía oscura)”. A partir de entonces, frente al realismo social practicado en

poesía, característico de otras etapas históricas o de otras corrientes actuales de la denominada

poesía de la conciencia crítica, Riechmann defenderá una poesía con voluntad de exploración,

entendida tal como una forma de aproximarse “a las muchas realidades de lo real” (2006: 130),
90
incluidas por consiguiente las realidades social y política. Ello no implica, no obstante, que no

continúe cultivando por otro lado y al mismo tiempo poesía con rasgos de fácil comunicación,

más coloquial. Al contrario, ambas líneas conviven en su obra, y en ocasiones aparecen

mezcladas en un mismo libro.

1.2.2. Poesía de la conciencia

La poesía de Jorge Riechmann forma parte de la corriente conocida como poesía de la

conciencia o poesía de la conciencia crítica, como prefiere precisar Alberto García Teresa,

quien fecha su inicio precisamente con la publicación del primero de los poemarios de

Riechmann, Cántico de la erosión, en 1987. Nos encontramos, por lo tanto, con uno de los

referentes de una corriente de la poesía española que logra mayor presencia en los años noventa

y continúa en la actualidad. (García-Teresa, 2013: 11) Forman parte de ella numerosos autores

y autoras, incluyendo distintos colectivos como Alicia Bajo Cero (Valencia) y Voces del

Extremo (Huelva).

Esta corriente hunde sus raíces en la tradición de la poesía social española y a su vez tiene

sus propias características que la definen y diferencian de otras que también entroncan con la

tradición, como puede ser la poesía de la experiencia, cuyo mayor exponente es el poeta García

Montero, o los postulados poéticos del grupo granadino del cual fue fundador en los años

ochenta junto con otros poetas como Álvaro Salvador o Javer Egea, La otra sentimentalidad.

Araceli Iravedra en su obra El compromiso después del compromiso. Poesía, democracia y

globalización (poéticas 1980-2005) realiza una reflexión sobre el compromiso en la poesía

española actual incluyendo una serie de poéticas entre las que se encuentra la de Jorge

Riechmann, a la cual denomina como poesía del desconsuelo. Por su parte, Luis Bagué Quílez

realiza un recorrido por distintas formas de compromiso en la poesía española de las últimas

91
décadas, con la obra Poesía en pie de paz. Modos del compromiso hacia el tercer milenio. En

ella también incluye a autores de la poesía de la conciencia, y emplea la denominación de poesía

del desconsuelo para referirse a Jorge Riechmann.

Juan Carlos Mestre, en el número dedicado a la Poesía de la conciencia (2003) por la revista

Zurgai, donde también participa Jorge Riechmann, afirma en su artículo titulado “Poesía y

conciencia”: “Una práctica poética menos susceptible de ser absorbida por las estructuras de

dominación y en cuyo acto de pensar se actualice el debate sobre la emancipación ética de su

tarea, de haberla, como lenguaje de la otredad (…)” (Mestre, 2003: 9) En este artículo, el poeta

apunta hacia la conciencia histórica y política (memoria) de la poesía y su responsabilidad para

con la sociedad, en una época de dominación capitalista que amenaza con el desmantelamiento

democrático, como forma de nuevo fascismo de libre mercado. También señala el potencial

transformador del lenguaje poético:

Hablo de los desplazamientos que propone el lenguaje poético hacia otras zonas de la

experiencia, de las visiones intransferibles de la individualidad mágica, de las experiencias

espirituales del arte y el pensamiento de creación y cultura como motor dialéctico de las

transformaciones sociales. (2003: 8)

El poeta Antonio Orihuela, en el texto con el que encabezaba el tercer encuentro Voces del

Extremo celebrado en Moguer, “Voces del mundo posible”, recogido posteriormente en el libro

Once poéticas críticas editado por Enrique Falcón, reflexionaba sobre el poder de la poesía para

revelar el conflicto socioeconómico:

Es absolutamente necesario que la poesía vuelva a desordenar este ordenado mundo,

reintegrar al individuo desde la anestesiante situación actual al conflicto individual y colectivo;

y desde allí a la armonía de quien desde la ética es capaz de construir y sostener su estar en el

mundo. (2007: 24)

92
En su texto podemos apreciar cómo pone el foco en el potencial de la poesía para actuar

como ente transformador de la realidad, partiendo de la conciencia de los conflictos individuales

y colectivos de nuestro momento histórico. Por otro lado, Alberto García-Teresa publica un

amplio estudio de la poesía de la conciencia con su libro Poesía de la conciencia crítica (1997-

2011), donde define los rasgos comunes y ofrece una aproximación a los 31 poetas que ubica

dentro de esta corriente, junto con otros 34 que presentan la temática social en sus obras.

La principal característica de la poesía de la conciencia crítica consiste en que estos poetas

sitúan el conflicto socioeconómico y político que atraviesa la actual coyuntura histórica en el

centro y en el eje (implícita y explícitamente) de su creación poética, manifestándolo de una

manera crítica. A partir de él y con él, vertebran toda su percepción y su expresión, abordando

multitud de temas, pero siempre desde la interiorización lírica del conflicto. (García-Teresa,

2013: 10-11)

Como podemos comprobar, el rasgo que los agrupa, como señala García-Teresa, será sobre

todo el conflicto socioeconómico como centro de la creación poética. Lo que une a estos poetas

es el plano del contenido, no tanto los rasgos estilísticos y estéticos, que varían de unos a otros,

como el compromiso social reflejado en sus poemas. García-Teresa señala que adoptan un

posicionamiento de clase a la hora de escribir, visibilizando los conflictos y denunciándolos

con sus obras.

1.2.3. Poesía y compromiso para Jorge Riechman

El concepto de compromiso en poesía, para quien considera la poesía como lenguaje en

libertad, pasa antes por el lenguaje. Por ello afirma “comprometerse y no aceptar

compromisos”, palabras que encabezan el título de uno de sus conocidos textos de reflexión

sobre poesía y compromiso social o político.

93
Ahora bien, la poesía para Jorge Riechmann, deudor entre otros de René Char y de Arthur

Rimbaud, se encuentra conectada con la acción. Poesía practicable es el título del primero de

sus libros de ensayo poético. Si Marx y Engels orientaron la filosofía a la transformación social

con la Tesis sobre Feuerbach, poetas como Rimbaud, Char y el propio Riechmann han

orientado su obra hacia la acción. Las raíces de algunos de los planteamientos poéticos de Jorge

Riechmann en este sentido las hallamos tanto en el marxismo como en estos poetas. Podemos

considerar poesía política aquellos poemas cuyo tema son claramente temas políticos, y más

concretamente lo observamos en aquellos en los que hallamos de modo explícito el testimonio

o la denuncia. La denuncia del horror y el testimonio de nuestro tiempo forman parte esencial

de la obra de Jorge Riechmann, están presentes en numerosos poemas. Ahora bien, es

importante precisar que, dado su impulso indagatorio, que ocupa una importante parte de su

obra, la inquietud política también se manifiesta por medio de poemas tensionados desde la

dimensión vertical (véase el apartado “Poesía horizontal/ poesía vertical”). La indagación que

proporciona la palabra poética, orientada a la acción, se traduce en otro modo de hacer poesía

que podemos considerar social y política, porque su trasfondo es socio-político.

De modo que, al igual que podemos observar dos grandes etapas en la evolución de la obra

poética de Jorge Riechmann, podemos encontrar dos modos de hacer poesía no sólo social sino

también política. Claro que para el poeta, el modo de hacer poesía política va más allá de la

política.

Nos hacemos una pregunta, llegados a este punto: el poeta que escribe poesía política,

¿puede ser “chamán”? La poesía de exploración de Jorge Riechmann, que indaga en lo abierto

del mundo y no renuncia a las múltiples dimensiones que forman parte de la realidad, es también

una poesía órfica (véase el apartado “Orfismo social”). El poeta no renuncia a contemplar el

horror de nuestro tiempo ni los horrores que se engendran. Y busca salidas posibles para el

restablecimiento de los equilibrios (políticos, sociales, económicos, ecológicos…) ante la hibris

94
producida por el capitalismo, ante el proceso de tanatización creciente que experimenta el

planeta, del que somos parte porque lo que estamos provocando. La poesía, en este sentido, se

convierte en algo con lo que explorar otros caminos posibles.

“La poesía ya no marcará el ritmo de la acción. Irá por delante”, dice Rimbaud. A este

respecto, René Char afirma en el texto “Respuestas interrogantes a una pregunta de Martin

Heidegger”, contenido en el libro Indagación de la base y de la cima: “La poesía será entonces

dueña de sí misma, siendo dueña de su revolución: una vez dada la señal de partida, la acción

por-mor-de se transforma sin cesar en acción vidente” (1999: 163) La traducción de esta obra,

como se sabe, es del propio Jorge Riechmann y por ella recibió el Premio Stendhal en 2000.

En Resistencia de materiales Riechmann introduce una cita de Edgar Morin7 que explica la

posición del poeta: “el poeta tiene una competencia total, multidimensional, que atañe pues a

la humanidad y a la política, pero no debe dejarse someter por la organización política. El

mensaje político del poeta es ir más allá de la política.” (Riechmann, 2006: 145)

En el libro de poemas El común de los mortales, con textos escritos entre 2007 y 2011, envía

un mensaje a los jóvenes que quieran hacer poesía política con estas palabras:

LA AMBICIÓN PROFUNDA

DE CUALQUIER POETA POLÍTICO

Ser inutilizable

CONSEJOS A UN JOVEN POETA I

Trata de decir la verdad

7
Edgar Morin, Amor, poesía, sabiduría, Barcelona, Seix Barral, 2001, p. 42.

95
*

CONSEJOS A UN JOVEN POETA II

Trata de decir la verdad

CONSEJOS A UN JOVEN POETA II

Trata de decir la verdad

(Riechmann, 2011: 52-53)

Decir la verdad y no someterse a ningún dogma, no poner la poesía “al servicio de”, porque

para Jorge Riechmann la poesía ha de ser, ante todo, palabra en libertad. La poesía, para el

autor, es eso que tiene que ver con lo abierto. En otro de los poemas del libro señalado, titulado

“Ecocidio”, nos advierte de la importancia de tener en cuenta los afueras: de la psique, del

lenguaje, de la cultura, de la ciudad, de la economía, de la clase social, de la razón, del mito...

“La locura de vivir/ como si no hubiese afuera: (…)// Pero en todos estos casos hay afueras/ y

desatenderlos se convierte/ en una trampa mortal” (2011: 134-5) Todo cuanto ponga barrotes a

la poesía, cuanto la limite, le impide ser cuanto es y conduce al servilismo y a la anorexia

poética. Para el poeta, la poesía ha de ser ante todo fiel a sí misma, fiel a lo que es.

¿Cuál sería entonces el punto de partida de un poema político para Jorge Riechmann? Nos

contesta en el primero de los textos de Canciones allende lo humano, con el título “El derrotado

duerme en el campo de batalla”. Aquel que se corresponde con la experiencia personal cuando

lo personal ha sido atravesado por lo colectivo, aquel que no trata de suplantar el dolor de los

otros: “sólo en la medida en que la historia colectiva haya sido vivida como experiencia

personal podrá proporcionar el punto de partida para un buen poema político.” (1998: 22)

96
El poeta no ha de suplantar la voz de los otros, no ha de convertirse en la voz de los sin voz.

El poema político será posible, entonces, cuando la voz del poeta brote de la propia experiencia

de lo colectivo.

97
98
2. CONSIDERACIONES SOBRE LA CONCIENCIA EN LA OBRA POÉTICA DE

JORGE RIECHMANN

Teniendo en cuenta el concepto de conciencia, trataremos de comprenderlo en un sentido lo

más completo posible dentro de nuestras limitaciones (no podemos conocerlo todo sobre todo),

con el propósito de precisar las implicaciones concretas de este concepto para la poética de

Jorge Riechmann. Para ello, como hemos desarrollado en el marco teórico y metodológico,

recurrimos también a los últimos avances realizados por la neurociencia en este campo y lo que

proponen neurocientíficos como Francisco Mora o Antonio Damasio acerca del funcionamiento

del cerebro y, más en concreto, de los mecanismos de la subjetividad y los procesos mentales

que permiten el funcionamiento de la conciencia. Antes de continuar, conviene no olvidar el

rasgo que comparten los poetas de la denominada poesía de la conciencia, de la que Riechmann

es uno de los referentes, explicado en el apartado “1.2.2. Poesía de la conciencia”: el hecho de

situar el conflicto socioeconómico y político en el centro de la producción poética, como señala

García-Teresa. (2013: 10-11)

Ahora bien, consideramos necesario acotar correctamente y con sus diversos matices a qué

nos referimos con conciencia, cuando hablamos de la poética de Jorge Riechmann.

Primeramente, vamos a recurrir a la definición que nos ofrece el Diccionario de la Lengua

Española. Al consultarlo, comprobamos una clara distinción entre los términos “conciencia” y

“consciencia”. Dentro de la palabra “conciencia”, hallamos un total de seis acepciones de las

cuales la quinta se corresponde con la palabra “consciencia”:

1. f. Conocimiento del bien y del mal que permite a la persona enjuiciar moralmente la realidad

y los actos, especialmente los propios.

2. f. Sentido moral o ético propios de una persona. Son gentes sin conciencia.

99
3. f. Conocimiento espontáneo y más o menos vago de una realidad. No tenía conciencia de ha

ber ofendido a nadie.

4. f. Conocimiento claro y reflexivo de la realidad. Aquí hay poca conciencia ecológica.

5. f. consciencia (‖ capacidad de reconocer la realidad circundante). Por fin recobró la

conciencia.

6. f. Fil. Actividad mental del propio sujeto que permite sentirse presente en el mundo y en la

realidad.

Observamos que la palabra conciencia hace referencia, por un lado, a la dimensión moral,

ética o social del ser humano como parte de una comunidad (primera, segunda y tercera

acepción). Por otro lado, observamos que el resto de acepciones guarda relación con los

procesos de la mente: reflexión, consciencia, actividad mental del propio sujeto (cuarta, quinta

y sexta acepción).

Antes de saltar al concepto de “consciencia”, es preciso señalar que el diccionario nos ofrece

otra lista de conceptos compuestos que se forman con la palabra conciencia. El primero que

aparece es “conciencia de clase”. Todos ellos, no obstante, podemos incluirlos dentro de los

dos ámbitos (social o mental, por acotar) que nos ofrece la definición. Para una mayor precisión,

la definición probablemente debería haber incluido el calificativo “política” en alguna de sus

tres primeras acepciones, dado que no basta con hacer referencia a la moral, la ética o lo social

para abarcar el sentido amplio de la palabra conciencia, que también adquiere una dimensión

política cuyo claro ejemplo es el concepto “conciencia de clase” señalado por el propio

diccionario.

Con respecto a la palabra “consciencia”, el diccionario se refiere concretamente a los

procesos psíquicos de la mente:

1. f. Capacidad del ser humano de reconocer la realidad circundante y de relacionarse con ella.

Elcoma consiste en la pérdida total de la consciencia.

100
2. f. Conocimiento inmediato o espontáneo que el sujeto tiene de sí mismo, de sus actos y

reflexiones. Perdió la consciencia de lo que le estaba pasando.

3. f. Conocimiento reflexivo de las cosas. Actuó con plena consciencia de lo que hacía.

4. f. Psicol. Acto psíquico por el que un sujeto se percibe a sí mismo en el mundo.

Partiendo, entonces, de la definición que nos ofrece el diccionario, comprobamos que la

palabra conciencia delimita dos campos concretos, el social y el mental, y que dentro de cada

uno de ellos hace referencia a categorías filosóficas (ética, moral, y nos faltaría la referencia a

la política) y a procesos mentales (conocimiento y reconocimiento de la realidad, reflexión, acto

psíquico del sujeto…).

Sobre esta base de los conceptos de “conciencia” y “consciencia”, ¿cómo podemos definir

la conciencia en la poesía del autor? ¿Qué sentido o sentidos porta la palabra cuando nos

referimos a su poética de la conciencia?

Nos detenemos en este punto. De entrada, podemos afirmar que engloba todos los

anteriormente expuestos. En su obra, encontramos referencias a la dimensión moral, ética,

social y política; y también a la conciencia en tanto proceso lingüístico, por tanto, proceso

mental de conocimiento, reconocimiento y construcción de la realidad social y política. Es lo

que observamos cuando por ejemplo analizamos las relaciones entre lenguaje, poesía y poder.

El concepto de conciencia en Jorge Riechmann parte de la radicalidad (de la raíz) de

comprender que el lenguaje es un artefacto (un dispositivo, podríamos decir, siguiendo a

Agamben) con el que definimos el mundo; y el acto de definir el mundo es el primer acto de

poder. Por ello, para Jorge Riechmann es preciso que el poeta, en tanto trabajador del lenguaje,

sea completamente consciente de las relaciones entre el lenguaje y el poder: “La primera calidad

del verdadero poder de dominación estriba en hacerse innombrable” (2001: 53)

101
Por otro lado, en lo que respecta al segundo de los campos (los procesos mentales), también

lo observamos en la poética de Jorge Riechmann en lo relativo a los conceptos de

contemplación, atención, observación o meditación, los cuales forman parte de los procesos

poéticos de Jorge Riehmann. Para el autor, un poeta (y no sólo los poetas) ha de ser sobre todo

alguien atento, pues si no estamos atentos no podemos apreciar lo que nos rodea; porque —nos

dice el autor recurriendo al filósofo Heráclito— hemos de esperar lo inesperado para que el

hallazgo sea posible. La idea de contemplación, propia de la tradición oriental del budismo zen,

también está presente en la poética del autor. La autoconciencia, por otro lado, es fundamental

para el poeta, para quien existir es resistir, y existir es ser conscientes, o sea, estar en el mundo

despiertos y no adormecidos por los diversos procesos hipnóticos que nos ofrece la sociedad

del espectáculo (Debord). Conciencia, entonces, para Jorge Riechmann abarca ambos territorios

(los de la mente y los referidos a la dimensión social y colectiva), los cuales sin duda se

encuentran conectados. García Teresa consideran más preciso poner todo el acento en la

dimensión colectiva, añadiendo un calificativo más: “poesía de la conciencia crítica”. Por todo

lo anteriormente expuesto, nosotros consideramos más correcto hablar de poesía de la

conciencia, comprendiendo que este concepto nos ofrece un sentido (o sentidos conectados

entre sí) más amplio, que por lo tanto abarca mejor los rasgos de la poética del autor.

Lo social y lo mental se conectan en la conciencia poética del autor, de lo que se desprende

que la poética de la conciencia de Jorge Riechmann los abarca a ambos, no por separado, sino

en estrecha relación.

102
3. ÉTICA, ESTÉTICA Y POÉTICA DE JORGE RIECHMANN

Falta lenguaje

para decir

el horror que viene

Jorge Riechmann

Hay una línea, o acaso un hilo muy delgado, que

une a todos los seres de este mundo. (…)

Jorge Riechmann

Trabajar en un taller abierto. A la espera de

tiempos de belleza transitiva, de tiempos en que se

disipe la hipnosis de los pueblos, iniciarnos —

irredimibles aprendices— en las destrezas y los

valores de la artesanía revolucionaria.

Jorge Riechmann

103
104
La poesía de la conciencia de Jorge Riechmann supone al mismo tiempo una poética del

desconsuelo activo, una poética en resistencia, una poética de los vínculos y un realismo de

indagación con el que trata de explorar el mundo abierto que está ahí. De cada uno de estos

apartados se despliega un conjunto de planteamientos, postulados, conceptos y rasgos que

configuran su obra. Y todo ello conforma una ética, una estética y una poética propios del autor,

con sus correspondientes raíces e influencias políticas y poéticas. A continuación, procedemos

a analizarlos con mayor detenimiento.

3.1 POESÍA DEL DESCONSUELO ACTIVO

3.1.1. Poética del desconsuelo y desconsuelo activo

El desconsuelo está presente en los primeros poemarios del autor, es el sentimiento más

fuerte que subyace en ellos. A propósito de la publicación tanto de Poesía practicable como

del libro de poemas Cuaderno de Berlín el mismo año, 1990, Miguel Casado señaló el doble

carácter reflexivo y poético de Jorge Riechmann en su artículo “Jorge Riecmann: Poesía del

desconsuelo”, resaltando esta noción que desarrolla el poeta en ambos títulos:

La ecología, la política revolucionaria, la rebeldía y el inconformismo teóricos y prácticos, la

experiencia subjetiva, el dolor y la muerte, el entusiasmo o la decepción amorosa son órganos

de un solo cuerpo; el movimiento o las disfunciones de cada uno de ellos, lo son de todos los

demás, inseparables. La escritura capaz de dar cuenta de este conjunto es llamada por Riechmann

poesía del desconsuelo —‘Duelo por el actual estado de cosas sin resignación ante el actual

estado de cosas’— y también estética de la pobreza —‘Dos maneras no equivalentes de vivir:

despojándose y emperejilándose’—. (1991: 20)

En efecto, Riechmann reflexiona sobre ello a lo largo de Poesía practicable, y sus poemas

de Cuaderno de Berlín y el anterior poemario, Cántico de la erosión (1997), lo transmiten desde

105
la poesía. Desconsuelo por un mundo exterior en crisis, atravesado por fuerzas destructivas que

producen sufrimiento social y devastación de la naturaleza, un mundo exterior dominado por la

muerte, por fuerzas tanáticas potenciadas por la sociedad capitalista. Crisis moral, crisis

espiritual y crisis política, con el fracaso de las primeras experiencias del denominado

“socialismo real” puestas en práctica por el ser humano, que desemboca en la caída del muro

de Berlín y el hundimiento de la Unión Soviética. Nos situamos en los años ochenta del Siglo

XX. En España, la Transición ha llevado a un Régimen monárquico completamente integrado

en el modelo económico capitalista, el cual avanza con fuerza hacia el neoliberalismo. Todo

ello provoca un sentimiento de desconsuelo en el autor. Encontrar consuelo en un presente así

es muy difícil para una persona consciente del momento histórico, que ve el horror en la realidad

que ocultan la publicidad y los programas de entretenimiento, y que teme la llegada de tiempos

oscuros en el futuro, más allá del mundo proyectado por las pantallas de televisión de la

sociedad del espectáculo.

Su desconsuelo, no obstante, no se resigna y no deja de buscar salidas. Por eso, al igual que

su pesimismo, es preciso que lo maticemos con el adjetivo “activo”. Así lo expresa el propio

poeta en Poesía practicable: “¿Entonces? Acatar lúcidamente la evidencia de que no hay

ninguna salvación, y negarse con entereza a aceptar que no la haya. Una actitud que se resuelve

en desconsuelo activo.” (1998: 106) Por otro lado, la potencia del amor, a pesar de todo, será

una fuerza de fondo que irá tomando protagonismo. Desconsuelo y amor son dos sentimientos

que confluyen en paralelo. Si en un primer momento el acento lo pone sobre el desconsuelo, o

dicho de otro modo, su poesía habla desde la herida producida por este sentimiento, más

adelante, en una segunda etapa que analizamos abajo, las fuerzas de eros tomarán un mayor

protagonismo. Con el poema “Por saber que tú existe”, publicado en El corte bajo la piel,

podemos observar cómo bajo el desconsuelo de su poesía asoma un fondo que irá cobrando

mayor presencia en libros posteriores:

106
Si te queda la mitad del desconsuelo

la décima parte

la milésima parte del desconsuelo

eres inviolable.

(Vulnerable, inviolable).

Si la algarroba te confía

un ángulo de dulzura en la boca

y conservas todavía en las palmas de las manos

el seco calor tan leve de tus muertos

seguramente eres tan vulnerable

como inviolable

y yo casi lo mismo por saber que tú existes. (2011: 526)

3.1.2. Existencialismo y poética del desconsuelo

Hay un poema fundamental que describe la poesía del desconsuelo: “Poema del desconsuelo”. Forma

parte del poemario Cuaderno de Berlín y en él nos dice: “Inmenso grito de angustia, semejante a un

viento helado, que se cuela por todos los resquicios de la creación.” (2011: 187) En consecuencia, su

poesía se llena de angustia. La angustia existencial se manifiesta con intensidad como la raíz, la angustia

es el sentimiento hondo que subyace. Se trata de una angustia ante la muerte, ante la realidad tanatizada

que le rodea, la muerte que genera el sistema capitalista (tánatos exterior), unida a una soledad interior

(tánatos interior) que siente en ese momento, que expresa con una mezcla de surrealismo y

expresionismo dominada por un tono existencialista: “La soledad de esas comidas sentado a solas ante

107
una mesa blanca, chirriantes ritos de comunión estrangulada, esas comidas agrias que no pueden

compartirse”.

En efecto, la falta de comunión, la falta de compañía, la falta de vínculos, de eros, o dicho de

otro modo, la presencia de tánatos..., constituyen un nexo entre el plano exterior (social) y el interior

(personal), y lo apreciamos reflejado en sus poemas. Tánatos, como la fuerza propia de la destrucción,

provoca los sentimientos de angustia y desconsuelo.

Hablamos de la angustia existencial ante una realidad tanatizada, que le lleva al sentimiento del

desconsuelo y al mismo tiempo produce en el poeta una actitud de pesimismo activo. Esta actitud es una

reacción de lucha ante el desconsuelo, de resistencia ante el poder de la muerte, con la que trata de

transformar esa realidad tanática en erótica. El pesimismo activo es producto del impulso, en expresión

resistente, de la fuerza de eros, traducida a voluntad de transformación, como aliento profundo ante el

desconsuelo. El poeta está buscando la salida, está buscando la manera de vencer la angustia, de

transformar la situación: “¿Pues qué clave enrevesada enlaza las geometrías interiores y exteriores del

hombre?” Probablemente sin saberlo, en su pregunta está acaso una parte de la solución, que hallamos

en el transcurso de la evolución de su obra.

(Acaso, en el fondo, su poesía responda o sea la expresión de un movimiento profundo de exploración

y búsqueda vital: en el ámbito íntimo-personal y en el ámbito social-colectivo. Tal vez su evolución sea

resultado de ese movimiento de indagación que desemboca en la poética de la vinculación).

Parte de la clave, precisamente, pasa por volver a “enlazar”. Los enlaces, la formación de vínculos

ante la destrucción, el eros de su poética de la vinculación. Y para situarlos concretamente, aquellos

vínculos que conectan como dice en la pregunta “las geometrías interiores y exteriores del hombre”:

ahí. El punto que conecta la vertical del cosmos con la horizontal de la vida será en el futuro, para el

poeta, el espacio de la poesía (en la línea de Juan Ramón Jiménez y Roberto Juarroz). En ese punto se

une la indagación con la vida, lo horizontal y lo vertical, el tiempo histórico y la apertura hacia lo abierto.

No obstante, aún no ha encontrado la respuesta, escribe la poesía del desconsuelo, por eso tras la

pregunta anterior escribe ésta otra: “(¿O no hay clave ninguna, sino sólo caos y ruina y torpe desolación

108
sin espinazo?)”, que contiene el más angustiante existencialismo. No encuentra consuelo: “Consuelo.

Dos dulces manos cortadas no pueden traer consuelo”.

Pero el desconsuelo, además de un sentimiento —y esto es importante precisarlo—, es una actitud

moral ante el sufrimiento del otro, ante el mal social. Por ello, aunque deje de ser el sentimiento

dominante que mueva su poesía en el futuro, no dejará de estar presente en ningún momento. Una

realidad horrible como la de los tiempos oscuros actuales produce desconsuelo, porque es difícil

consolarse ante tanta barbarie. De modo que las líneas que dicen lo siguiente parecen proféticas: “Donde

acaba el extravío comienza la desolación. Y quién narrará la desolación de las cimas”. Aunque bien es

cierto que donde acaba el extravío del poeta, comienza el eros, porque lo encuentra. No obstante, el

hecho de que lo encuentre no implica que la realidad no esté enormemente tanatizada, que la muerte

siga dominando la sociedad con un capitalismo que avanza hacia la destrucción de lo colectivo (lo

público, los vínculos sociales) e incluso de la naturaleza (crisis ecológica) y de la propia especie humana

(amenaza de la autodestrucción). De ahí el potencial profético de esas líneas: “Y quién narrará la

desolación de las cimas”.

La palabra “cima” recuerda al título de una importante obra de René Char, Indagación de la base y

de la cima, que traduciría y se publicaría en 1999, la cual es más que probable que hubiese leído dado

que comenzó a interesarse por la obra de Char mucho antes (su primera traducción del poeta francés, La

palabra en archipiélago, data de 1986; y ya entonces se propuso traducir su obra completa).

3.1.3. Pesimismo activo

La postura moral que adopta ante el tánatos producido por el capitalismo, como hemos

adelantado, es la de “pesimismo activo”, y en ella apreciamos la influencia del pensador

Antonio Gramsci, pero no sólo; nos resulta curiosa la referencia que hace al rondeño Francisco

Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza, en relación al intelectual

comunista italiano en la obra Resistencia de materiales: “La versión hispana del “pesimismo

109
de la inteligencia, optimismo de la voluntad” de Gramsci se la debemos a Giner (que escribió

antes que Gramsci): “esperar bien poco y trabajar como si esperásemos mucho” (carta a José

Castillejo en 1906).” (2006: 132)

El pesimismo activo ya está presente mucho antes de la publicación de Resistencia de

materiales, de modo explícito o implícito en Poesía practicable (1990) y en sus primeros

poemarios de tema social:

No soy un optimista: soy si acaso un pesimista activo. Se diría que quienes nos beneficiamos

de una situación en la que los desposeídos son explotados y los miserables oprimidos estamos

obligados a mirar un poco más allá de nuestras narices (...) (Riechmann, 1990: 42-43)

Como tuve ocasión de mencionar en un artículo8, Pesimismo activo, poesía del desconsuelo

y desconsuelo activo son tres expresiones con las que se refiere a un mismo fondo y que se

reflejan en su poesía. El autor es consciente del horror que le rodea, de la falta de humanidad

que mueve el mundo capitalista y de la muerte que genera por todas partes. Es consciente de la

falta de belleza de la sociedad capitalista. De ese horror y de esa muerte que subyacen, nace la

angustia existencial que desprende su poesía.

Este pesimismo activo, no obstante, será matizado con actitudes que denotan cierto grado de

optimismo en su poesía posterior. De este modo, en Canciones allende lo humano, introduce la

idea de “esperar lo incalculable”. En ella se percibe una apertura hacia posiciones optimistas,

sin abandonar la conciencia social del pesimismo activo, tal vez como una expresión más

afinada de él: “De las personas hay que esperar lo incalculable. (...) Sólo así favoreceremos que

lo incalculable se haga realidad” (1998: 63). Esta misma línea se desarrollará en Resistencia de

materiales, donde defiende “apostar por las probabilidades improbables” (2006: 115) y “esperar

lo inesperado” (2006: 113) en estado de “alerta” (2006: 56), y continuará en obras posteriores:

8
Francisco_Javier Martín López, “Poesía y poética de la conciencia de Jorge Riechmann: aproximación a sus
primeras obras”, en Revista Vozes dos Vales, UFVJM, 2014.

110
“esperar lo inesperado, decía el viejo Heráclito, porque en otro caso no lo hallaremos”, repite

en El siglo de la gran prueba (2013: 12-3). La esperanza de Heráclito forma parte de los rasgos

de lo que podemos considerar la dimensión espiritual de la obra de Jorge Riechmann. En los

creyentes encontramos la fe; en los filósofos no creyentes podemos encontrar la esperanza como

expresión de espiritualidad. Esta actitud (la esperanza) constituye al mismo tiempo la expresión

de cierto grado de optimismo, lo cual pone matices, como se indica, al pesimismo activo de

años anteriores. Hablamos de la evolución paralela a la aparición de la idea de “ahí”, “lo abierto

que está ahí”, la cual forma parte de su poética de la vinculación y abordaremos más adelante.

En este mismo sentido resulta pertinente señalar las palabras de Vázquez Medel en relación

al concepto de autopoiesis: “hay un espacio para la autopoiesis (Maturana, Varela), para la

autoorganización, algo que escapa al mecanismo de un universo ciego, que introduce la magia

del azar, del caos, de lo imprevisto, en nuestras existencias” (2003: 27) De la misma manera

esa magia del azar, del caos, opera también sobre lo colectivo, y Jorge Riechmann opina que el

capitalismo no está a salvo de ella, que el mundo está abierto también en lo que respecta a los

poderes dominantes, que hay que esperar lo inesperado como aconseja Heráclito y estar atentos

para estar preparados y aprovechar el momento: “Sólo podemos confiar en el fallo del sistema.

Pero esa esperanza es sólida como una roca: porque el sistema fallará” (2006: 116)

En el ensayo “Contra la ley de los grandes números”, también de Resistencia de materiales,

el autor afirma: “La desesperanza es un lujo de los ricos. Los pobres no pueden permitírselo,

porque no les está dado dejar de luchar.” (2006: 156) Y aboga por tres formas de esperanza que

quieren eludir el autoengaño:

“(1) Esperar lo inesperado, según la sentencia heraclítea, porque si no no se hallará”; “(2)

Esperanza en la tenacidad de la vida, en “esa extraña continuidad de la vida que fluye por todos

los acontecimientos históricos y por cuyo medio hasta los mismos males de ciertos períodos

tienden a abolirse a sí mismos”, como nos dejó dicho el maestro William Morris”; “(3) Y por

111
último, esperanza en la fuerza y el esplendor de Eros, cuya virtud acabará prevaleciendo sobre

el principio de muerte.” (2006: 156-7)

Tras lo cual, completa: “A nadie se le escapa que son tres formas, en realidad, de decir lo

mismo.”

La primera remite a lo inesperado, la segunda a la vida y la tercera a la fuerza de Eros. Esas

tres esperanzas hablan de una misma fuerza, la que se erige contra la muerte que se extiende en

una crisis ecológica y humana de magnitudes planetarias. Esas tres esperanzas aluden a la

poética de la vinculación.

En efecto, en El siglo de la gran prueba continúa con esta idea y defiende una actitud ante

la crisis de civilización “con esperanza pero sin autoengaño” (2013: 17)

“La esperanza de la que hablamos es una apuesta contrafáctica que nada tiene que ver con el

imbécil keep smiling que ahora nos llega de nuevo, más o menos reciclado como `pensamiento

positivo´. Nada de optimismo metódico: si algo tiene sentido como principio de método es la sobria

lucidez.” (2013: 18)

Aquí podemos apreciar la impronta de la poesía de la vinculación, donde su pesimismo

activo, como su poesía en resistencia, adquiere una mayor maduración. El propio autor en la

misma obra afirma que el pesimismo supone una cuesta abajo por la que es sencillo dejarse

caer, y que precisamente el ser humano ha de acometer el trabajo de Sísifo, porque eso es

precisamente lo que nos hace humanos. Por eso, prefiere hablar de Sísifo como héroe cultural

para la construcción de lo humano, más que de Prometeo. Sobre todo ello reflexiona en el

capítulo “No ceder ante los desastres” del citado libro.

112
3.2. POESÍA EN RESISTENCIA

La poesía de Jorge Riechmann es una poesía resistente, una poesía en resistencia, pues el

autor es completamente consciente de que escribe desde un contexto de crisis de civilización y

cuando escribe lo hace en consecuencia, afectado por ello: como denuncia, como testimonio,

como crítica, pero al mismo tiempo como exploración, acaso una forma de búsqueda de otros

caminos por medio del lenguaje poético, una poesía practicable, como trabajando “en un taller

abierto” a la espera (con esperanza, como hemos comprobado) de “tiempos de belleza

transitiva” (1990: 17). La poética de la resistencia de Jorge Riechmann está presente ya en sus

primeros poemarios de tema social, así como en el libro de ensayos Poesía practicable. Su

poesía del desconsuelo no se resigna a clamar como testimonio de la desolación, clamar el

horror y la muerte que domina la realidad social. Así, dice en Borradores hacia una fidelidad,

cuyos poemas fueron escritos entre 1984-1985: “Permanecer erguidos; resistir, aunque acabe/

la vida misma. Aunque/ agonice todo lo verdadero y cuanto amamos.” (2011:125) Su poesía de

la resistencia, que no deja de ser un rechazo al orden establecido, un impulso humanizador ante

una realidad deshumanizada, ante un mundo inmundo, desde la firme convicción de la

imperiosa necesidad de cambiar las formas de relación del ser humano con sus iguales, con la

naturaleza y con el resto de seres vivos, algo que también irá evolucionando y enriqueciéndose

a lo largo de su obra. Ante unas fuerzas tan superiores, las estructuras de poder que controlan

la sociedad capitalista, sólo cabe resistir, como lo hizo el gran poeta de la resistencia francesa

René Char en otro tiempo y contexto, durante la Segunda Guerra Mundial, ante la ocupación

nazi. El tiempo de Jorge Riechmann es otro, los contextos son muy distintos, y no obstante,

pese a las grandes diferencias algo se repite, algo comparten ambos momentos: el tántatos que

se extiende por el planeta (la destrucción de la naturaleza es uno, no el único, de sus efectos).

Su resistencia es el pulso de la vida ante la muerte. Los sueños y esperanzas que cultivaron en

el pasado quienes aspiraban a construir un mundo más libre, solidario, justo, igualitario, un

113
mundo compartido y no competido, esos sueños han sido ocupados por el capitalismo y sus

efectos sobre las relaciones de los seres humanos y sobre el planeta. Sobre Char, uno de sus

padres poéticos, nos dice: “Char: la plenitud posible de la experiencia humana. La estética de

la resistencia probablemente más clara entre todas las que yo conozco.” (1998: 99-100)

Nos preguntamos qué significa resistir. Resistir para René Char en el contexto de ocupación

nazi de Francia significaba combatir el horror en la Segunda Guerra Mundial, significaba

defender otro mundo posible y mejor para todas y todos. En el contexto histórico y cultural de

este tiempo, para Jorge Riechmann resistir es no aceptar los horrores de nuestro tiempo y

significa también no ceder a la hipnosis colectiva9 que producen la publicidad, los medios de

comunicación de masas y la sociedad del espectáculo: “Necesitamos poesía consciente de la

existencia de todos los mundos; poesía que se resiste a ceder a la hipnosis” (2006: 131) La

poesía es vehículo de alteridad para poeta, condición sine qua non para una sociedad

humanizada: como medio para la otredad, como vehículo para la compasión, como medio para

despertar la sensibilidad dormida, anestesiada (an-aesthesis). La poética de Jorge Riechmann

contiene al mismo tiempo un sentido estético radical, en su raíz etimológica, si nos atenemos al

significado de la palabra “estética”: frente a la ausencia de sensación (an-aesthesis), propone

recuperar la sensibilidad, la empatía, la compasión que nos permite conectar a los unos con los

otros y salir del ensimismamiento individualista que está potenciando el capitalismo. Por ello

la poesía constituye un espacio de resistencia a la hipnosis que generan los medios de

comunicación de masas en las sociedades capitalistas: una hipnosis que adormece los sentidos,

que produce no solo falta de conciencia, sino también falta de compasión, anestesia.

9
Jorge Riechmann. “Poesía que no cede a la hipnosis (sobre los tres mundos, los cuatro riesgos y la fractura interior
de las palabras)”, en Resistencia de materiales, España, Editorial Montesinos, 2006, pp.131-136. La primera
versión de este texto se publicó en la revista digital Amnesia, nº 3, invierno 2000-2001, según nota del autor.

114
La resistencia se sitúa del lado de la existencia, existencia y resistencia guardan una estrecha

relación: en una sociedad donde todo forma parte del mercado, el mero hecho de existir se

convierte en una forma de resistir a esas fuerzas que mercantilizan lo que forma parte de la vida,

que tratan de fagocitarlo todo. Existir es resistir (2006: 80). Existir frente al comercio. La

existencia supone un espacio, una posibilidad del ser, con la existencia no se puede comerciar.

Lo dice también en el epílogo a la sección “AHÍ (ARTE BREVE) (2000)” del poemario Ahí te

quiero ver, donde desarrolla la idea de ahí. Frente al “vive el momento” de la publicidad y del

mercado; la existencia10 (2005: 38). Por su parte, Manuel Ángel Vázquez Medel nos recuerda

la relación entre ambos conceptos en este sentido, recurriendo al filósofo presocrático que

también es referente del autor: “Ya dijo Heráclito que la existencia es agon y polemon, que es

lucha, que es resistencia.” (Vázquez Medel, 2003: 29)

En Resistencia de materiales (significativo título) también habla de ello, defiende la poesía

como espacio de resistencia, como lugar para desarrollar el ser frente a la mentalidad

mercantilista, que induce al consumismo, al cultivo superficial del cuerpo y a una dieta vacía

para la mente con el banal espectáculo de la sociedad del entretenimiento: “Un lugar para ser:

si nos tomamos el trabajo de ser. La poesía, ahí”. Frente al “Body Factory” y al “Mind Factory”,

el “conócete a ti mismo de la filosofía” y el ser de la poesía (2006: 84-5)

En efecto, la resistencia, en un mundo donde crece el horror y la injusticia, comienza con la

palabra “no”. El no, nos recuerda Jorge Riechmann, nos abre a la posibilidad de la ética. Decir

no, no aceptar este orden de cosas, no aceptar lo inaceptable, es ser ético y significa resistir en

estos momentos. Por ello, la sílaba del no, junto con las nociones de “ahí” y “entre” (que nos

llevan a las ideas de in media res, de vínculo, de indagación…), constituyen, en sí mismas, gran

10
Jorge Riechmann: Ahí te quiero ver, Barcelona, Icaria Poesía, 2005.

115
parte de los planteamientos poéticos del autor, como afirma el propio poeta. En El común de

los mortales, podemos leer el siguiente poema:

LA SÍLABA ESENCIAL

NO

(esta sílaba básica)

no acepto

no trago

no confirmo

no pacto

no transijo

no apuntalo

no me adhiero a este horror (2011: 249)

La resistencia comienza por la palabra no, cuya otra cara de la moneda es la palabra sí: pues

decir no al horror constituye otra forma de afirmación de la vida, protegiéndola. Otro rasgo

significativo sobre lo que el autor entiende como resistencia en poesía lo encontramos en uno

de los capítulos del libro Resistencia de materiales, “Comprometerse y no aceptar

compromisos”, donde establece una clara relación entre dos conceptos fundamentales para

comprender su obra: resistencia y vinculación. Cada uno de ellos conlleva que hablemos de una

poética de la resistencia y de una poética de la vinculación (abordaremos ésta última más abajo),

ambas conectadas, que forman parte de los rasgos de la poética de la conciencia de Jorge

Riechmann:

116
En una época en que el descompromiso, la evasión de responsabilidades, la

extraterritorialidad y el “arte de la fuga” se han convertido en un arma principal para ejercer el

dominio [hace referencia a Bauman en Modernidad líquida], una poética de la resistencia es,

antes que nada, una poética de la vinculación. (2006: 76-7)

Podemos apreciar cómo la resistencia en poesía para el autor, poco a poco y como

consecuencia del tiempo histórico en que escribe, se ha ido encaminando hacia la idea de los

vínculos, ya presente en su libro de ensayo anterior, Canciones allende lo humano, así como en

otros libros de poesía: su poética de la resistencia ha adoptando los rasgos de una poética de la

vinculación. Con respecto al concepto de vínculo en relación con la sociedad actual, otro poeta,

Antonio Orihuela, referente de la poesía en resistencia del grupo Voces del Extremo, habla de

la pérdida de vínculos que produce el capitalismo en su estrategia de construcción de la realidad,

en la banalización e individualización de lo que conocemos como sociedad del espectáculo

(Debord):

El tiempo del compromiso ha dejado paso a la lógica de la evasión de responsabilidades. El

tiempo de los vínculos políticos, afectivos, de clase, ha dejado paso al del contrato temporal por

obras y servicios, el mercenariado (todo por la pasta) o, peor aún, la auto/explotación idealizada

(todo por amor al arte) a favor de los poderes dominantes. El tiempo de los proyectos colectivos

y alternativos ha dejado paso al tiempo del narcisismo individualista y el nihilismo conformista.

(Orihuela, 2007: 30)

¿Cómo incorporará Jorge Riechmann la idea de vínculo a su poesía como forma fundamental

de resistencia, en un tiempo histórico cuyo rasgo característico es la destrucción de los

vínculos? La poética de la vinculación, concibiendo el concepto de vinculación como lo hace

el poeta, en un sentido profundo y en relación a diferentes dimensiones (social, política,

ecológica, vital, incluso espiritual…), será una de las grandes aportaciones de la poesía de la

conciencia que pone en práctica Jorge Riechmann. La idea de vinculación tomará el centro de

su poesía. Con ella comprenderemos, entre otras cosas, que para el autor lo sagrado

117
precisamente son los vínculos que conforman este mundo, como expresa en la obra de prosa

poética Desandar lo andado.

Observamos, por lo tanto, una clara evolución de su poética de la resistencia, que pasa por

diferentes etapas en su poesía, en las cuales no deja de enriquecerse sin perder su objetivo, sin

perder su valor de vida. Ante el fracaso de los primeros intentos de puesta en práctica del

socialismo real llevados a cabo por el ser humano, el desconsuelo por el horror del capitalismo

que lo ha fagocitado, la poesía de Riechmann se convierte en un clamor de resistencia; ante el

poder omnívoro de la sociedad capitalista y la banal construcción de la “irrealidad” de la

sociedad del espectáculo, la poesía reacciona y se hace resistente en su valor más abiertamente

testimonial; y ante las fuerzas tanático-destructivas del capitalismo, la resistencia cobra forma

de vinculación.

3.2.1. El ciudadano poeta

Para el autor, el poeta es un ciudadano más que trabaja con el lenguaje. En efecto, Riechmann

distingue entre las categorías de ciudadano y de poeta, ambas imbricadas en quienes hacen

poesía: “El único compromiso directo del poeta en cuanto tal es con el lenguaje; y de ahí se

deriva su única responsabilidad importante en cuanto poeta. (...) Ahora bien: sucede que el

poeta es más cosas además de poeta. Es un ser humano... (...)” (1998: 127)

En Canciones allende lo humano introduce la idea de que el poeta por tanto, además de

poeta, es ciudadano, y en cuanto a tal tiene responsabilidades: “El poeta, además de poeta, es

también un ciudadano que a mi entender debe implicarse en las luchas y los desgarramientos,

las experiencias y las transformaciones de la sociedad en la que vive. Esto es una exigencia

democrática elemental.” (1998: 74)

118
La experiencia de Riechmann en movimientos ecologistas, pacifistas y de la izquierda, según

indica el propio autor, ha influido en su vida y en su poesía. En el ensayo titulado “Sobre el

lugar del poeta en la ciudad democrática”, dirá lo siguiente: “(La poesía sirve para dar sentido,

ciertamente, o intentarlo. Pero no a la manera en que da sentido un Legislador Supremo, sino

al modo en que lo hace un ciudadano reunido en asamblea con sus iguales.)” (1998: 125)

Esta cita refleja el carácter profundamente democrático que atraviesa el pensamiento de

Jorge Riechmann, llevado a la concepción de la poesía. Dar sentido en la comunidad, con la

comunidad, es decir “al modo en que lo hace un ciudadano reunido en asamblea con sus

iguales”. El ciudadano poeta está tejido por hondos vínculos con su comunidad. Nos acercamos

poco a poco a su poética de la vinculación, que se irá desplegando en los diferentes ámbitos de

relaciones: del ser humano con la naturaleza (ecológico), con el resto de seres humanos (social),

con el lenguaje (lingüístico), con la poesía (poético), etc.

Esta vinculación de la noción de poeta con la de ciudadano está presente desde sus primeras

obras. Aparece reflejada, por ejemplo, en el poema “Besaré las heridas” de Cuaderno de Berlín,

donde el paralelismo poema-ciudad va tejiendo la composición:

¿Con estas palabras

mancilladas

sangrientas

a lo largo de siglos

envilecidas

tuertas

escribir un poema?

¿Con tales hombres

cercenados

humilladores

119
carniceros

inaccesibles a sí mismos

fundar una ciudad?

Así será mi poema

así mi ciudad

y besaré las heridas

y no maquillaré las cicatrices.

(2011: 230)

Sin duda, la importancia del lenguaje en relación con el poder se encuentra latente en este

poema desde el primero de los versos. Pero este punto se analizará más abajo, en el epígrafe

“Poesía, lenguaje e ideología”.

3.2.2. El intelectual

Del mismo modo que hace con la noción de poeta, su posición de intelectual la concibe dentro de la

categoría de ciudadano, en el espectro de sus responsabilidades en una sociedad democrática. Y sobre

todo, más que intelectual, se reivindica poeta, que como se ha dicho es un ciudadano como los demás

que trabaja con el lenguaje. En Resistencia de materiales, reflexiona:

A mí me han llamado intelectual —con buenas y con malas intenciones. Pero si soy algo, si

yo soy algo, soy poeta. Lo cual sólo quiere decir: no renuncio a cobijarme bajo el frondoso árbol

del lenguaje, dentro de la gran casa roja de la poesía. Sigo aspirando a ser ciudadano de la

lengua, según la hermosa expresión de Rubén Darío. (2006: 65)

Al igual que se manifestó contra la instrumentalización del lenguaje, contra la servidumbre del

lenguaje poético, también lo hace con respecto a la idea de “intelectual comprometido”. Por ello nos

120
señala la ambigüedad de la expresión. En todo caso, la responsabilidad del intelectual, como la del poeta,

guarda relación con la de ciudadano, ser humano y otras tantas categorías que definen a una persona en

una sociedad democrática. El concepto de “compromiso” en poesía para Jorge Riechmann ya lo

analizamos en el apartado dedicado al contexto poético:

La expresión “intelectual comprometido” es equívoca. Compromiso, en un primer sentido,

puede denotar sumisión a una instancia ideológica exterior (que solía ser un partido político, que

solía ser El Partido); en un segundo sentido, denota el esfuerzo por que la palabra tenga

consecuencias fuera del orden del discurso (esfuerzo que en principio es compatible con la más

rigurosa independencia respecto a instancias ideológicas externas)

En todo caso, para el poeta la posición del intelectual y del artista respecto al poder no es

inocente, guarda relación directa con el orden establecido en una sociedad determinada en un

momento determinado. Y cada artista ha de elegir, por acción u omisión, a cada momento si su

labor favorece la hegemonía (Gramsci) de un determinado poder establecido o contribuye a la

transformación. Años antes del surgimiento del 15M y el estallido de la crisis económica, en su

obra Una morada en el aire (2003) el poeta se expresaba así sobre la idea de normalidad en

relación con la poesía de la experiencia y la “poética de los seres normales” propuesta por Luis

García Montero: “En nuestro mundo de hoy, en un mundo donde campea por sus respetos el

principio de muerte —travestido a menudo en su contrario—, hablar de “normalidad” equivale

casi siempre a dar el sí y el amén a una realidad monstruosa.” (2003b: 70)

De modo que la cultura, y quienes la construyen y hablan desde ella, puede o no cumplir una

función reveladora o transformadora en relación con las cuestiones fundamentales de su tiempo;

ante lo cual, Jorge Riechmann, desde la conciencia de ciudadano anteriormente expuesta, nos

señala un importante punto de decisión en la cultura y en el arte: “La cultura como cortina de

humo. El arte como maniobra de distracción. Intelectual, escritor, artista, poeta: tienes que

decidir con quién estás” (2003b: 81-2)

121
3.2.3. Poesía, lenguaje y poder

La estrecha relación entre ideología y lenguaje llega a manifestarse en la poesía con una

intensidad reveladora. Recordemos las palabras de Terry Eagleton: “Hay política de la forma

como hay política del contenido”. (...) Una crisis en la forma artística (...) está casi siempre

conectada con una convulsión histórica” (2010: 17).

Aun teniendo en cuenta que el concepto de forma lo podemos aplicar tanto a la expresión

como al contenido, entendemos por las palabras de Eagleton que con la palabra forma se está

refiriendo al plano de la expresión, con su forma y sustancia. Lo interesante, en todo caso, es la

relación contextual a la que alude, la relación de la poesía con la política, con la polis, el lugar

del ciudadano. Y en este sentido, Jorge Riechmann afirma que además de poeta es ciudadano,

y que en tanto ciudadano tiene responsabilidades con la polis (véase el apartado “El ciudadano

poeta”). En efecto, el poeta, como ser humano, forma parte del entorno physis (naturaleza), el

entorno polis (sociedad) y ahora también hemos comenzado a habitar ese tercer entorno

originado por la trasformación de la Sociedad de la Información, al que Javier Echeverría ha

denominado Telépolis, con el que nos relacionamos. Y el lenguaje, el sistema de signos con el

que se expresa el poeta, no se encuentra al margen de todo ello; al contrario, nace, se desarrolla,

se transforma y habita donde habitamos, pues es el gran medio de comunicación humana. El

lenguaje es una forma de expresión del poder.

Y en esta misma línea Rubio y Urrutia, en el prólogo a la antología de Poesía social española

de Leopoldo de Luis, señalan: “El poeta, como cualquier ser humano, no percibe nunca la

naturaleza (en sentido de realidad natural) sino una realidad conformada ideológicamente por

la sociedad (que lo creó y crio) y por la cultura.” (Rubio y Urrutia, 2010: 14)

122
En el caso de Jorge Riechmann, su reacción ideológica se produce en oposición, o más bien

resistencia, hacia el sistema capitalista, que genera una sociedad adormecida por los medios de

comunicación de masas, las sociedad del espectáculo, con horribles desequilibrios en las

condiciones de vida y convivencia de las personas a nivel estatal y mundial. En un período

histórico caracterizado por la desigualdad progresiva, por tanto, se produce el surgimiento de

corrientes poéticas que cuestionan los desequilibrios y sufrimientos sociales provocados por el

orden establecido, a los que los poetas de la tradición de la poesía social, en su sensibilidad

especial para la percepción de la realidad, reaccionan convulsionados.

Del mismo modo que durante la dictadura franquista se desarrolló una poesía social que

clamaba por las libertades, desde finales de los 80 y principios de los 90 en España, de manera

creciente hasta la actualidad, se ha venido desarrollando una poesía que denuncia los terribles

efectos sociales y humanos provocados por la hegemonía y radicalización del sistema

capitalista. Entre estos grandes problemas a los que se enfrenta la especie humana y el planeta,

se encuentran: la crisis ecológica (de la que depende el futuro del planeta), el incremento de la

desigualdad en el mundo (a nivel global en el eje geográfico norte-sur, y en el interior de los

países capitalistas aumenta la brecha económica entre ricos y pobres), la pérdida de derechos

democráticos y sociales y la crisis de valores de Occidente. A ello se suma la crisis económica

capitalista global, que además de acelerar los desequilibrios del planeta está sirviendo de

pretexto para implementar con mayor fuerza la implantación del modelo capitalista ultraliberal

y el desmantelamiento de los derechos sociales que han caracterizado el Estado del Bienestar,

desarrollado por la socialdemocracia desde el fin de la II Guerra Mundial como modelo

europeo.

Como consecuencia, pues, en el ámbito literario y concretamente en el campo de la poesía,

han surgido con fuerza sólidas voces sensibles a la realidad social de finales del siglo XX y las

primeras décadas del XXI, en una etapa histórica de grandes transformaciones, cuyas

123
consecuencias en el terreno económico, tecnológico, ecológico, político, social y cultural

determinarán el futuro de la humanidad.

Su posición sobre la poesía con respecto a las ideologías la expresa con nitidez en el primero

de sus libros de reflexión poética, Poesía practicable: “La fuerza explosiva del lenguaje —

palabra en libertad— contra la miseria de la ideología.” (1998: 47) Esta idea la mantendrá en

lo sucesivo, situándose fuera de posiciones dogmáticas como observamos en Canciones allende

lo humano, donde expresa: “Me reservo mi derecho a sugerir éticas marxistas para los

intelectuales; pero estoy muy lejos de considerar deseable que todos los intelectuales sean

marxistas.” (1998: 80)

En todo caso, como hemos comprobado, el poeta rechaza de plano toda instrumentalización

del lenguaje: “Poesía: palabra que se rebela contra la instrumentalización del lenguaje. Palabra

no administrada.” (1998: 127)

124
Portada del poemario Poemas lisiados, uno de los numerosos libros donde

se aprecia la resistencia y el compromiso del poeta en su escritura.

125
126
3.3. POÉTICA DE LA VINCULACIÓN

Como hemos adelantado, el concepto de vinculación ocupará una parte central de la poética

de la conciencia de Jorge Riechmann. Aplicado a distintos campos, como pueden ser la política,

lo social, la ecología, la biología o el campo poético que nos ocupa, nos permite establecer

conexiones en un sentido amplio. Los vínculos, cuando en lo referido al lenguaje poético,

producen o revelan relaciones entre cosas o aspectos de la realidad que aparentemente no se

nos presentaban en conexión, algo que ocurre gracias a procedimientos literarios tan poderosos

como la metáfora, dando lugar de este modo a la configuración de nuevas percepciones del

mundo que nos rodea. Si pensamos en la biología, o más concretamente en lo que entendemos

como vida, los vínculos moleculares son precisamente los que permiten los procesos orgánicos

que constituyen la vida. Aplicándolo a la ecología, observamos que los equilibrios y

desequilibrios de la biosfera se producen como consecuencia de un complejo sistema de

sistemas dentro del cual todos los seres vivos estamos conectados, vinculados como parte de

los ecosistemas y de los procesos de la biosfera. Aplicado a la política y la sociedad, los

ciudadanos convivimos los unos con los otros estableciendo relaciones comunitarias, vínculos

sociales, que configuran el orden de cosas en una sociedad determinada. Jorge Riechmann habla

de una poética de la vinculación: los vínculos que implica esta poética no sólo se refieren a los

propios del lenguaje poético, sino a los que conectan al poeta y ciudadano con la comunidad,

con el mundo y con el planeta Tierra. Se trata de un sentido profundo de la poesía social que

conlleva una dimensión espiritual, ambas dimensiones forman parte de esta poética: “la poesía

también es social en un sentido más hondo: posibilita una vinculación profunda (profunda en

un sentido que no sería fácil de precisar) con los seres y las cosas que nos rodean.” (1998: 89).

Por ello, poesía y política guardan relación con la noción de vinculación, como expresa el poeta

en El siglo de la gran prueba: “Poesía de los vínculos y política de los vínculos.” (2013: 97).

Los vínculos del mundo, para Jorge Riechmann, serían también el emplazamiento o proceso

127
donde se localizaría lo sagrado, y “el poema es una forma de oración” (2001:42), algo que nos

permite ponernos en conexión con lo sagrado. Sobre todo ello nos detendremos en el apartado

“3.8. Materialismo abierto: transparencia” (porque los vínculos para el poeta son internos a este

mundo, no forman parte de ningún trasmundo al que trascender, y pese a todo, hablamos de

materialismo abierto, transparente, trascendente en cierto grado).

A propósito de Un zumbido cercano y el reordenamiento de sus prosas poéticas escritas

hasta el momento que supone la irrupción de la noción de ahí, Araceli Iravedra señala lo

siguiente en un artículo que lleva el significativo título “Jorge Riechmann: una tarea de

indagación desde los vínculos (al margen de Un zumbido cercano): “el poeta se instala en el

ahí, en el centro de los vínculos sociales, asumiendo su cuota de responsabilidad ante un tiempo

vergonzoso donde el amor anda en harapos, pero que es, lo quiera o no, el suyo.” (2004: 17) En

efecto, ahí11 es también el espacio de los vínculos; al mismo tiempo, no lo olvidemos, territorio

de indagación que se produce, en su dimensión social, con voluntad transformadora.

La vinculación es clave para otro de los rasgos que el autor atribuye a la poesía: la autonomía

frente a la autarquía. Esta idea procede de Bertolt Brecht: “Brecht me parece más lúcido que

MacLeisch: el arte delimita un reino ciertamente autónomo, pero de ninguna manera

autárquico”. (1998: 20). Y más adelante añade “autonomía —que no autarquía— del poema

como material móvil”, expresión que da título a uno de sus poemarios. Como vemos, la palabra

material, que comparte raíz con materia, aparece aquí y está presente en distintos títulos de sus

obras, como Resistencia de materiales o Material móvil. No es casualidad, responde a su

personal concepción del materialismo abierto, un materialismo que implica lo sagrado (se

explicará con detalle en las siguientes páginas).

Profundizaremos en la noción de ahí para la poética de Jorge Riechmann en el apartado “3.9 Lo abierto del
11

mundo que está ahí”.

128
Para Riechmann, pues, precisamente la vinculación del poeta con la comunidad es lo que

diferencia la autonomía del arte de su autarquía. El poeta insiste en esta idea a lo largo de

Canciones allende lo humano, la repite y completa en una de las entrevistas contenidas en la

obra:

“De esta poética de la vinculación, la imagen de la torre de marfil siempre me ha sido un

tanto antipática porque sitúa al poeta fuera de sus responsabilidades con la comunidad, como

poeta y sobre todo como ciudadano.” (1998: 90)

No obstante, por otro lado deja claro que para él la poesía no ha de someterse a

planteamientos externos a ella:

“Me parece bastante claro que una de las conquistas irrenunciables de la poesía moderna es

la de la autonomía del arte, y creo que la poesía no debe ponerse al servicio de nada: no debe ser

instrumental. Pero insisto siembre en que no hay que confundir autonomía con autarquía o

libertad de espíritu con narcisismo (...)” (1998: 89)

Idea que radicaliza aún más, al afirmar que la poesía no puede ser instrumento del

compromiso entendido como servidumbre:

“La idea de poesía comprometida es algo que me resulta problemático, por lo mismo que he

señalado antes: una de las mayores virtudes de la poesía es su incapacidad para el compromiso (si

se entiende compromiso como instrumentalidad o servidumbre... aunque fuera al servicio de una

buena causa ecológica). La poesía no debe ser sierva nunca.” (1998: 91)

La poética de la vinculación va más allá del plano social, abarca otras dimensiones como la

que implica las relaciones del ser humano con el mundo, y con el resto de seres vivos. La

vinculación, como se explica en el epígrafe “Materialismo abierto: transparencia”, guarda

relación con lo sagrado entendido como los vínculos que conforman la vida. La noción de

vínculo, como hemos observado, es esencial en la poética de Jorge Riechmann, aunque no es

la única que la conforma. En el siguiente fragmento, con el que el autor describe una de las

129
formas como la poesía puede ayudarnos, observamos las profundas conexiones entre diferentes

ideas que constituyen esta poética, entre las cuales se encuentran los conceptos de vínculo, ahí,

respiración y vida, donde la respiración es una forma de entrar en contacto, una forma de

vínculo como lo es la vida; y donde el silencio y el ahí son emplazamientos del ser en su

contacto con el mundo donde somos y estamos:

“(G) Arte de vivir. ¿Qué nos recuerda la poesía? Que lo esencial de la vida, lo que realmente

importa, es algo que está más allá de la estadística y la máquina, de la prisa y las ocupaciones, del

ruido y del progreso: algo que tiene que ver con la respiración, el vínculo y el silencio. Y que ese

algo difícil de cerner está siempre ahí.” (2013: 32)

Recapitulando: otredad, In media res (estar entre, vivir entre) y eros son tres elementos,

íntimamente conectados, esenciales de su poética de la vinculación. Junto con otros, como la

noción de “ahí” (emplazamiento poético, existencial y vital en suma), la concepción de la poesía

como espacio para la exploración (que cobra forma con la noción de “realismo de indagación”),

su concepto del compromiso en poesía o su idea de transparencia, van a ir trazando la poética

de la conciencia de Jorge Riechmann, que es al mismo tiempo una poética en resistencia y una

poética de los vínculos como hemos tenido ocasión de comprobar.

3.3.1. Otredad

Somos lo que hay entre tú y yo

entre yo y nosotros

Jorge Riechmann

La alteridad como principio está presente en la obra poética de Jorge Riechmann desde sus

primeros libros. En Poesía practicable hay un ensayo con el título “El ser humano ha de decir

130
lo que ama”, en el ya apunta de algún modo a la fuerza que subyace y que, en obras posteriores,

cristalizará como poética de la vinculación: el amor. En ese mismo texto, aborda la alteridad

como principio integrador de lo humano: “nos salvamos en los demás, nunca en nosotros

mismos...” (1990: 73)

La alteridad para Riechmann es constitutiva de lo humano, y lo humano es un proyecto

continuo en el que no dejamos de trabajar: “Mucho más que seres humanos somos haceres

humanos. Y nos hacemos humanos recíprocamente: imposible en solitario. Reconozco mi

rostro en otro rostro, mi voz en otra voz, mi amor en otro amor.” (1990: 172) Reveladoras

palabras que contienen la esencial naturaleza compartida de la vida, la ineludible vinculación

que la constituye. La alteridad, precisamente, es uno de los principios de lo humano: “Lo más

arduo, lo más necesario, lo más irrenunciablemente humano: salir al encuentro del otro.

Transformarse a sí mismo.” (1990: 72)

La idea de vinculación y alteridad la lleva hasta sus límites en Canciones allende lo humano:

“La única patria posible para un ser humano: todos los demás seres humanos, sin exclusiones,

sin excepción.” (1998: 60) Esta idea sin duda remite al poeta y revolucionario cubano José

Martí, que decía en uno de sus artículos: “Patria es humanidad, es aquella porción de la

humanidad que vemos más cerca, y en que nos tocó nacer.” 12 Por tanto, Jorge Riechmann

comparte los principios del humanismo con los valores revolucionarios de transformación

social en una sociedad que genera enormes desequilibrios, algo que se refleja tanto en su

pensamiento como en su poesía. Y en Resistencia de materiales dice: “El principio del

humanismo reza: ningún ser humano, en su vida compartida, es reemplazable.”13 (2006: 141)

José Martí, en “La Revista literaria dominicense”, Patria (26/01/1895).


12

Hace referencia a un apólogo jasídico donde un rabí dice: “En cada uno hay algo precioso que no existe en nadie
13

más.” Extraído del libro de Gustavo Martín Garzo El hilo azul, Aguilar, Madrid, 2001, p. 14.

131
Los vínculos de las unas con los otros son precisamente los que nos hacen humanos. Del

mismo modo que el lenguaje poético nos revela la vinculación de las cosas del mundo. La

otredad se teje por el vínculo, y somos humanos o nos hacemos humanos en la medida en que

nos entretejemos, en la medida en que nos cuidamos y protegemos esos vínculos que nos

constituyen. El emplazamiento del ser humano que se hace, podemos afirmar con la Teoría del

Emplazamiento/Desplazamiento (Vázquez Medel), se la otredad.

La poética de la conciencia de Jorge Riechmann propone una poesía practicable, una poesía

que haga, una poesía consciente de la otredad, una poesía consciente de los vínculos en los que

somos y nos hacemos humanos.

También recurre al gran poeta y revolucionario cubano José Martí, paradigma de canto a la

humanidad y al otro, para expresar una de las recomendaciones que hace al ciudadano poeta:

“Principalmente es preciso vivir entre los que sufren”, aconseja J. Martí a los poetas. Y Jorge

Riechmann lo considera “una de las exigencias morales más profundas que pueden dirigirse al

poeta-ciudadano.” (2006: 143)

Como nos dice al hablar de la idea de ciudadano poeta, el poeta además de poeta es

ciudadano.

En Resistencia de materiales afirma:

Es el castizo Cristóbal de Castillejo (1494-1550), censor de las italianizantes modas de Garcilaso y

Boscán, quien ―malgré lui― acierta a captar en tres endecasílabos más que brillantes el temblor de

alteridad y de deseo sin el cual enmudece la poesía: “...y oyéndoles hablar nuevo lenguaje/ mezclado

de extranjera poesía,/ con ojos los miraban de extranjeros” (2006: 111)

Como Cristóbal de Castillejo, Jorge Rriechmann concibe la poesía como lenguaje de esencial

alteridad; y al poeta, como un extranjero que se acerca al mundo y a las personas tratando de

hablar ese nuevo lenguaje.

132
Jorge Riechmann relaciona la alteridad con la mediación, y a su vez la mediación con el

concepto de traducción, recurriendo a una interesante cita de Antonio Gómez Ramos 14 (2006:

42) La alteridad, la mediación y la traducción en su sentido más amplio forman parte de la

poética de la vinculación. El concepto de mediación, como nexo, resulta fundamental en cuanto

estamos analizando. Por ello lo abordaremos en las páginas siguientes.

La idea de alteridad, contenida en las tesis de José Martí y mencionada por Antonio Machado

como otredad (“Mas busca en tu espejo al otro, / al otro que va contigo”15), también es abordada

por Juan Ramón Jiménez y será objeto de reflexión para el filósofo Levinas en El Tiempo y el

Otro y otros ensayos, a quien Jorge Riechmann menciona en su obra16.

Resulta sumamente significativa la manera como Riechmann conecta la expresión de

alteridad de los dos grandes poetas andaluces del siglo XX:

“El Juan Ramón que escribía: `Ya no sirve esta voz ni esta mirada./ No nos basta esta forma.

Hay que salir/ y ser en otro ser el otro ser...´17 Tres versos de alteridad, heterogeneizadores, que

quiero dejar cerca de estos de Antonio Machado: `Mas busca en tu espejo al otro,/ al otro que va

contigo.´

(Machado sube bastantes peldaños; Juan Ramón la escalera entera)”

(2003: 14-15)

La alteridad, principio humanista, está conectado con un pensamiento revolucionario.

Proclamar y practicar la alteridad es un acto subversivo en una sociedad dominada por el

14
“Incluso la conversación cotidiana sólo es posible como una continuada traducción del idealiecto del otro al
mío. En un mundo extraño, o si se quiere, en un mundo consistente en mediaciones, el paso a través de ellas sólo
es posible merced a una operación rigurosamente idéntica a la de trasladar un texto de una lengua a otra. La
extrañeza, vale decir, el estado normal de la existencia, exige traducción.” López Ramos, Antonio. Entre las
líneas. Gadamer y la pertinencia de traducir. Visor, Madrid 2000, p. 28
15
Antonio Machado, Proverbios y cantares.
16
Jorge Riechmann, El siglo de la gran prueba, Tenerife, Baile del sol, 2013, p. 21: “El yo —nos decía el filósofo
Levinas— se construye como respuesta al otro, y como responsabilidad hacia ese otro.”
17
Juan Ramón Jiménez, “La otra forma”, en La estación total

133
individualismo y la destrucción de vínculos sociales, la eliminación de los espacios

compartidos, la desintegración de lo público (privatización), una sociedad dominada por un

impulso tanático-destructivo18. De ahí el título de uno de los ensayos de Poesía practicable,

“La comunidad ausente”, donde dice: “Constitución de lo humano: creación de una

comunidad.” (1990: 44) Para Riechmann lo humano se construye en la alteridad, lo humano se

construye en la comunidad, base de su pensamiento comunista. “Soy comunista de la célula de

Manuel Sacristán”, dice en el citado ensayo en alusión al filósofo español, uno de los grandes

introductores del marxismo en España y de las figuras que más le han influido. El poeta es

sensible a la ausencia, en este caso la ausencia de comunidad, y la alteridad es el fundamento

del pensamiento comunista. Riechmann aspira a crear comunidad, su poesía sigue el

movimiento de la alteridad. Por ello afirma en este lúcido apotegma: “Las palabras del poema

se adensan en torno a la comunidad ausente.” (1990: 44)

En Una morada en el aire dirá:

“Cabe pensar que, en muy alta medida, la moralidad es una cuestión de ahí. Cabe decir que

―como ha sugerido por ejemplo el filósofo franco-lituano Emmanuel Lévinas (1906-1995)― el

fenómeno humano básico es la respuesta ―inmediata, incondicional, asimétrica― de

responsabilidad ante la presencia del otro, ante el rostro del otro-” (2003b: 49)

Para Riechmann, siguiendo a Lévinas, la alteridad implica responsabilidad ante el rostro del

otro. Y por tanto, también proximidad (lo próximo, el prójimo). En consecuencia, la separación

social dificulta que haya alteridad. En este sentido, Riechmann sigue también las reflexiones

que Zygmunt Bauman desarrolla en Modernidad y Holocausto, donde culpa a la sociedad

18
“Soy una criatura humana llena de limitaciones. Consisto en mis limitaciones. Sé que individualmente nunca
alcanzaré cumplimiento: un hombre cabal no sería sino una comunidad de seres humanos libres, donde cada uno
completase a los demás y fuese completado por ellos. Semejante comunidad no existe ni ―que sepamos― ha
existido nunca. Quienes impidiesen que llegue a formarse nunca son cabales asesinos de la humanidad. (Si se me
piden motivos para la rebelión, aduciría éste.” (1990: 172)

134
racional y moderna, con el logro tecnológico y la burocracia, de la separación social que llevó

al Holocausto19:

“Si Lévinas y Bauman tienen razón, entonces el desarrollo de la sociedad industrial moderna

conduce a una erosión constante de la moralidad básica del ser humano. Y la tarea moral —vista

con perspectiva social— consiste por tanto en facilitar los movimientos de inclusión (dentro de la

comunidad moral) y crear proximidad.” (2003: 51)

Proximidad, otredad, vinculación. He aquí cómo el principio de alteridad constituye uno de

los principios de su poética de la vinculación. También se desprende de ello la actitud crítica

de Riechmann respecto a la tecnociencia moderna, que además de haber conducido a la

humanidad a una hybris de magnitudes planetarias sumamente destructora para la biosfera, está

produciendo una separación social, está deshumanizando la comunicación (la comunión)

humana, nos está alejando a los unos de los otros.

3.3.2. In media res

In media res es donde estamos, desde donde nos desplazamos y emplazamos (Vázquez

Medel)20. In media res es también el ahí del poeta, cuando dice: “Estamos ahí, en medio, in

media res.” (2006: 151) La vida transcurre en la alteridad. Y la poesía de Riechmann es una

defensa de la vida desde las fuerzas que construyen los vínculos, las fuerzas del eros, en una

realidad dominada por el horror y la destrucción, tanatizada, podríamos precisar. Tal vez podría

sintetizarse este pensamiento con esta frase: erotizar la realidad tanatizada.

19
Bauman, Z. (1997). Modernidad y Holocausto. Eds. Sequitur.
20
Vázquez Medel, M. A. (2003). “Bases para una Teoría del Emplazamiento”, en Teoría del emplazamiento:
aplicaciones e implicaciones. Sevilla: Alfar.

135
La realidad es compleja y la existencia discurre en una red de relaciones, tal y como analiza

Vázquez Medel en Teoría del emplazamiento: aplicaciones e implicaciones:

“La Teoría del Emplazamiento articula una nueva pléctica, un conocimiento de y desde los

plexos, lugares dinámicos cruzados por líneas de agenciamiento y relaciones múltiples. Cada

uno de nosotros tiene su propio plexo: desde él nos desplegamos o nos replegamos” (Vázquez

Medel, 2003: 30)

Entre esas relaciones que conforman la red, podemos considerar las relaciones de los unos

con los otros, la alteridad, como una de las fundamentales, pues con ellas nos construimos como

humanos. Habitamos y existimos en ese continuo emplazamiento y desplazamiento, in media

res, con los vínculos.

El poema con que comienza uno de los poemarios de Jorge Riechmann, La estación vacía,

lleva el significativo título “IN MEDIA RES”: “Lo nuestro es lo otro/ ahí donde lo hayamos”

(2011: 609) La palabra “ahí” aparece relacionada con la alteridad. Por tanto guarda conexión

con la idea de la vida como mediación, como experiencia mediada, también expresado en el

mismo ensayo del que hablamos en Resistencia de materiales.

In media res significa “en medio de la red”. Dice Riechmann en referencia y diálogo con un

texto del Grupo Surrealista de Madrid: “Nuestro reino es el de lo mediado siempre. Por el

lenguaje, el inconsciente, la cultura: fuera de estas tres instancias no hay nada propiamente

humano. Siempre estamos ya en medio, in media res (...)” (2006: 41). Y luego lo conecta con

otro texto sobre la otredad, publicado en Poesía practicable, donde dice:

Engañoso deseo el de ser otro para sí mismo. (Como lo son las ansias de totalidad y de

absoluto, todas las renuencias a aceptar la fatalidad, precariedad, contingencia de lo humano.

“No aspires, alma mía, a la vida inmortal y esfuérzate en la acción a ti posible”). (...) El otro,

espejo opaco, es inocencia concreta; nos salvamos en los demás, nunca en nosotros mismos...

(...) (1990: 73)

136
No en vano, el texto donde se inscriben estas líneas se titula “El ser humano ha de decir lo

que ama”. La vida discurre en la alteridad, en “El espacio del entre” —título de uno de los

poemas del libro El común de los mortales—, in media res. Somos y nos hacemos en la otredad,

in media res, por medio de los vínculos que nos ponen en conexión, esos vínculos que

conforman la vida (potencia de eros) y que, al romperse, dejan paso a las fuerzas de tánatos.

137
138
Portada del libro de poemas El común de los mortales.

Las nociones de ahí, vínculo (otredad, “entre”), lo horizontal/ vertical y la tensión de la vida (eros)

ante la muerte (tántatos), son elementos presentes en este poemario. Con ellos, el poeta articula una

crítica al capitalismo, proponiendo otros modos posibles de existencia.

139
140
3.4. EROS/ THANATOS

LA CONCIENCIA II

¿Va ganando la muerte

la partida?

Maldigo la conciencia que se agota

en vacua lucidez

mientras la muerte va

ganando la partida.

Jorge Riechmann

No

ceder

ante Tánatos

ni un grano de maíz

ni una gota de sangre

ni una sílaba:

no

ceder

Jorge Riechmann

Jorge Riechmann contrapone las energías del eros, el amor, el ideal de alianza, de

vinculación, de vida, a las energías tanáticas de un mundo que produce muerte, destrucción, la

destrucción de la Naturaleza y del ser humano (antropocidio):

141
En el mundo tanático que habitamos, hay grandes reservas de Eros. La reducción de lo

humano a relaciones mercantiles es un fenómeno criminal que casi tendríamos que llamar

antropocido: por eso hay razones específicamente existenciales y morales para acabar con el

capitalismo. (2006: 73)

Todo ello sin duda guarda relación con la abundante presencia de la muerte en numerosos

poemarios, como Cántico de la erosión (“Vivo la hora en que toda afirmación no parece ser

sino desesperada; toda solidaridad, sino elegíaca” (2011: 131)), Cuaderno de Berlín (poema

“La muerte que amasamos”) Material móvil (“pero quiénes son en realidad los monstruos/ y

cuántos hemos nacido/ muertos”, 2011: 263), Donde es posible la vida o La lengua de la

muerte.

Margarita García Candeira ya apuntó hacia la presencia del componente ero-tanático en la

obra de Jorge Riechmann:

Riechmann parte ya de un principio biológico para ilustrar la idea misma de resistencia en

términos freudianos: la vida (Eros) como resistencia o freno a la muerte (Tánatos). Y no vacila

en absoluto a la hora de precisar o identificar sus agentes actuales. Con Fromm, la vida es el Eros

del vínculo, la naturaleza y la poesía; con Marx y Benjamin, la muerte es el capital y la

mercancía. (2011: 190)

En el mismo texto, García Candeira reflexiona sobre el concepto de biomímesis y la relación

entre poesía y pensamiento ecológico en la obra del poeta, partiendo precisamente de este

componente ero-tanático en sentido freudiano.

Thanatos y Eros son conceptos esenciales sin los cuales no sería posible comprender la

poética de Jorge Riechmann, pues su obra es un canto de vida ante el horror, un canto de vida

que resiste, combate (agon), a la muerte, en un mundo en que eros agoniza (Han). Precisamente

en un ensayo dedicado a la actitud del poeta elegíaco, la opone a la del poeta indagador, y se

142
sitúa del lado de éste último. “El elegíaco y el indagador (una lección de Carlos Edmundo de

Ory)” está publicado en Resistencia de materiales (2006), por tanto, se trata de una reflexión

realizada en la etapa de su poética de la vinculación. El autor, pese a su tono elegíaco propio de

la poesía del desconsuelo, de la poesía que denuncia y testimonia el tánatos producido por la

sociedad capitalista, no se considera un poeta elegíaco, sino todo contrario: se sitúa del lado de

la vida. El tono en cierto sentido elegíaco del poemario Cántico de la erosión, por ejemplo, es

indiscutible; pero es igualmente cierto el hecho de que en ella proclama un canto (vida) ante los

procesos de erosión (destrucción, muerte) de la sociedad capitalista. Porque en el fondo no

encontramos a un poeta elegíaco, sino a un poeta que canta, que testimonia y denuncia el tánatos

producido por el capitalismo, comprometido con la vida. El poeta habla desde el impulso erótico

que agoniza (agon: combate, lucha), que no se rinde, que busca caminos de salida en los

territorios de tánatos: “Erosión. Parentesco de los fenómenos que destruyen la fertilidad de las

tierras, la vitalidad social y mi propia identidad de persona libre” (2011: 132) Con ese impulso

erótico, el poeta canta la realidad tanatizada, la testimonia por medio de la poesía, y opone con

ese canto el potencial erótico y vital de la poesía. Su poesía, por tanto, la mueve un impulso que

podríamos decir erótico, como reacción a tánatos: “La poesía, rejuveneciendo mientras a

contracorriente avanza por el río atroz del tiempo, toca ya el manantial de su desnacimiento”

(2011: 131). Jorge Riechmann en modo alguno es un poeta elegíaco.

Porque el poeta, con su poesía del desconsuelo activo —la protagonista de la etapa que

hemos dado en llamar Poesía del Thanatos—, está recorriendo los territorios del tánatos (véase

el apartado “Orfismo social”), como Orfeo recorrió los infiernos movido por el amor, buscando

una salida para su amada. En Desandar lo andado lo dirá más claramente aún si cabe: “Los

poemas: canciones para los muertos y conjuros para los no nacidos”, en alusión a los versos de

Barry Callaghan: “and love is like a silent player/ sung by the living/ for the dead” (2001: 71)

Lo hace en un texto de prosa poética titulado “La hipótesis del poeta”. Como se analizará más

143
abajo, Desandar lo andado inicia una nueva línea de expresión poética que conduce a la poesía

de la vinculación, pero aquí podemos apreciar la estrecha conexión que guarda con su poesía

anterior, especialmente la que corresponde a la poesía del desconsuelo activo de Cántico de la

erosión. Si el poeta se define como indagador y no como elegíaco, su travesía por los territorios

del tánatos desembocará en la exploración de los poderosos vínculos propios de las fuerzas de

eros. Desandar lo andado es un libro donde podemos observar cómo explora estos otros

dominios, donde la fuerza de Eros se observa con mayor vigor. Este libro, escrito entre 1993 y

1996 al mismo tiempo que El día que dejé de leer El País, traza parte del camino de la segunda

etapa, marcará el comienzo de otros planteamientos poéticos, los cuales corresponden con la

Poética de la Vinculación.

¿Cómo es el poeta elegíaco para el autor? ¿Cómo el indagador? En el ensayo antes aludido,

define la posición del poeta elegíaco: “El elegíaco, típicamente, añorará la infancia paradisíaca

o el primer amor incomparable; para el indagador, en cambio, cada día puede ser el día, el

encuentro decisivo puede producirse siempre, y actuar es hacer milagros.” (2006: 22)

La postura del elegíaco está relacionada, pues, con “La ilusión del origen”, idea que

desarrolla ampliamente en un ensayo con el mismo título, también contenido en Resistencia de

materiales: “Los orígenes son tan mestizos e “impuros” como nuestro corrupto presente: y no

querer reconocer esto es lo que suelo llamar la ilusión del origen.” (2006: 43) La concepción

del origen paradisíaco, el tiempo pasado como paraíso junto con la idea de pureza, para el autor

forman parte de la posición del poeta elegíaco.

La postura del indagador, en cambio, tiene que ver con la actitud del pesimismo activo, de

esperar lo inesperado, de buscar las probabilidades improbables. La virtud del elegíaco para

Riechman: “La innegable fuerza del elegíaco estriba en su mirar a la muerte cara a cara, sin

bajar los ojos (mirar de frente hacia lo tanático, la entropía, la caducidad, el deterioro).” (2006:

22)

144
El indagador puede hacerlo también, pero además oponerle la energía del eros y la vida. Para

el poeta, el indagador elige por tanto:

persistir con una vitalidad deseante, a partir de su experiencia que constata cómo, con todo

el peso del horror que cerca la condición humana y la fragilidad que la constituye, en cualquier

situación hay vías practicables hacia lo abierto, si uno sabe convocarlas, perseguirlas ,

descubrirlas. (2006: 22)

Para Riechmann, envejecer y morir “son ciertamente la base inexorable de la trama” pero no

“el único argumento de la obra” (actitud elegíaca). Frente a la posición que identifica como

elegíaca, proclama la indagadora: “lo que da valor a la misma [la obra] es Eros, y cabe que de

alguna forma prevalezca ―al menos en algunas formas soberanas, aquellas en las que de verdad

estamos vivos― sobre Tánatos.” (2006: 22) O también cuando dice: “la rendija en la pared

está siembre ahí, para quien sabe buscarla con la mirada del deseo. El indagador lo sabe, y ahí

estriba su fuerza en relación con el elegíaco.” (2006: 23)

Por las referencias y citas que aparecen en su obra, y como ya se habrá podido deducir, es

evidente la influencia de Sigmund Freud en lo que se refiere a la teoría psicoanalítica. El poeta

defiende una forma de estar del ser humano “donde éste es consciente de sus verdaderos deseos

y sus verdaderas necesidades” (2006: 120). Para lograr lo primero, propone el psicoanálisis,

psicoanalizarnos; para lo segundo, sugiere la lectura de la obra de Len Doyal e Ian Gough

Teoría de las necesidades humanas. Y lo que resulta más interesante, afirma que ha analizado

esta cuestión en su libro Necesitar, desear, vivir. Sobre necesidades, desarrollo humano,

crecimiento económico y sustentabilidad.

En Resistencia de materiales cita a Freud en su explicación del instinto de muerte. Merece

la pena que recuperemos el momento en que cita uno de los fragmentos relativos a la Teoría de

los instintos:

145
(…) el deseo del retorno al origen se identificaría con aquella poderosa pulsión que Sigmund

Freud bautizó como instinto de destrucción o instinto de muerte. Así, en el fundador del psicoanálisis

leemos: “El instinto de destrucción busca la disolución entre las conexiones, destruyendo así las

cosas. (...) Podemos aceptar que su fin último es el de reducir lo viviente al estado inorgánico, de

modo que también lo denominamos instinto de muerte. Si admitimos que la sustancia viva apareció

después de la inanimada, originándose de ésta, el instinto de muerte se ajusta a la fórmula

mencionada, según la cual todo instinto perseguiría el retorno a un estado anterior”. (2006: 52)

El poeta concluye: “Eros es la fuerza de la paciente construcción de nexos: no mira al origen,

sino que se baña en el esplendor del presente eterno, y anticipa el futuro.” (2006: 52)

He aquí el trasfondo ero-tanático definitorio de su poética, o mejor dicho, de sus poéticas,

dado que se produce una evolución a lo largo de su obra, en la que pasa de una poesía

protagonizada por el testimonio del tánatos social, a una poesía que, desvelada ya la realidad

tanática, transitados los territorios del horror, reclama la construcción de los vínculos con la

fuerza de la vida, la energía del eros. La fuerza de eros nos mueve hacia los vínculos, la esencia

de su poética de la vinculación, y es la que nos lleva a la vida, frente al instinto de muerte que

persigue el retorno al estado inorgánico, siguiendo a Freud en su idea de que “todo instinto

perseguirá el retorno a un estado anterior”.

Este pensamiento, que se desarrolla en paralelo a la poética de la vinculación, ya estaba

presente de manera germinal y probablemente inconsciente en sus primeras obras: “El amor

prevalece sobre el vértigo de la desaparición: plenitud del tiempo grávido de sí mismo”, dice

en el texto titulado “Telegrama” de Poesía practicable. (1990: 46)

Con el eros, la angustia existencial que impregna su poesía del desconsuelo activo se teñirá

de tonos más claros. Porque la fuerza del eros, de alguna manera, representa si no un consuelo

una potencia capaz de construir los vínculos que permitan formas de vida en las que se disipe

el desconsuelo.

146
El amor se abre como uno de los grandes caminos de la esperanza. En lo personal puede

verse en el poema “Por saber que tú existes” de El corte bajo la piel, donde el amor triunfa

sobre el desconsuelo. Y las fuerzas del eros impulsan el triunfo de la vida sobre la muerte.

Lo seguirá expresando en su obra ensayística, como hace en El siglo de la gran prueba, en

un fragmento que reflexiona a partir de la poesía de Juan Gelman:

Tendríamos, en sexto lugar y en cierto modo en el primero, la esperanza puesta en el otro: en la

novedad e impredecibilidad del otro, y en los vínculos que nos enlazan bajo el signo de Eros. El yo

—nos decía el filósofo Levinas— se constituye como respuesta y como responsabilidad hacia ese

otro. (2013: 21)

No es la primera vez que menciona a Lévinas. Resulta significativa la relación que

establece entre el pensamiento del filósofo franco-lituano y el dasein heideggeriano en Una

morada en el aire, remitiendo a la introducción de El tiempo y el Otro que realiza Félix Duque

para la edición de Paidós 21 : “Félix Duque: el autrui de Levinas es el “otro-ahí” como

contundente respuesta de Lévinas al dasein heideggeriano.” (2003b: 49)

Se trata de una importante apreciación, dada la relevancia de la noción de “ahí” en la obra

poética de Riechmann, quien llega a establecer un diálogo con el dasein heideggeriano

reformulando en su poesía su propia idea del ser-ahí, el estar- ahí. Esta idea se abordará en los

epígrafes dedicados al existencialismo y al “ahí” de Riechmann. Pero cabe señalar aquí el

diálogo que el propio poeta aprecia, siguiendo a Félix Duque, entre la otredad de Lévinas y el

existencialismo heideggeriano. Aquí se observa que en el existencialismo de Riechmann estará

presente, matizando el dasein de Heidegger, la idea de alteridad y vinculación, dando como

resultado una concepción del estar-ahí relacionada con la poética de la vinculación. En el fondo

21
Félix Duque: “Introducción” a Emmanuel Lévinas, El tiempo y el Otro, Barcelona, Paidós, 1993.

147
de su estar-ahí está la idea de estar en el mundo, en vinculación con la vida, con el otro, con

todo lo viviente.

El eros y la alteridad se encuentran íntimamente conectados. Y en esa otredad, en ese vivir

conectados unos con otros, está el in media res, el “vivir entre”. El amor es la clave, la

esperanza: “El amor tullido se apoya en la esperanza. La esperanza tullida se apoya en el amor.”

(2013: 22), dirá con esa huella expresionista que caracteriza su poesía, que remite a su idea de

humanidad como proyecto mutilado y al ser humano entendido como ser débil (“todos somos

minusválidos (2005: 35) nos dice en Ahí te quiero ver, frente al superhombre nietszcheano

prometeico a que aspira la tardomodernidad). En el poemario Poemas lisiados (2012) podemos

leer estos versos:

“Si finalmente

en la configuración de sedimentos las catástrofes de ayer

han dejado huesecillos esquirlas y raíces que quepa disponer

formando algo parecido a un rostro humano

lo llamaremos en primera instancia

poema

y de antemano

lo sabremos lisiado” 22

El amor es la fuerza que rige el poema y la fuerza que fluye en la alteridad. El amor es

constitutivo de una humanidad mutilada, de una especie de por sí frágil, débil, que requiere

22
Jorge Riechmann, Poemas lisiados, Torrejón de Ardóz (Madrid), La oveja roja, 2012. Fragmento del poema “0.
Poética desorbitada”, con el que abre la obra, el cual da título al poemario. Con esta nota aclaramos que no se
indica el número de página debido a la particular edición de este libro, cuyas páginas no están numeradas y tratan
de imitar, según su autor, a un cuaderno de poemas que compró durante su estancia Berlín oriental. En el paratexto
del libro, bajo el año de edición, se encuentra la siguiente nota: “La maqueta de esta obra sigue la base de un
cuadernillo de notas adquirido por el autor en la extinta RDA a cambio de 0,95 marcos orientales.”

148
compasión, empatía, cooperación, en lugar de desprecio y competencia destructiva. En lugar de

la idea de ser humano prometeico 23 , todopoderoso, el superhombre nietzscheano que el

fascismo tomó para sí representado en la “raza aria” y que el neoliberalismo erige como modelo

de individuo que se construye a sí mismo y triunfa sobre el resto (pisando al resto y utilizándolo

en su propio beneficio si es preciso), Riechmann reivindica que todos somos minusválidos, que

todos somos frágiles e incompletos sin el otro, que nos construimos en el otro, que necesitamos

del otro para vivir.

El instinto tanático se relaciona con el capitalismo que destruye los vínculos sociales (la

privatización de todo lo público y el individualismo creciente forman parte del capitalismo

neoliberal) y del planeta (destrucción de la biosfera, cambio climático); el instinto de

construcción de vínculos, con la poesía y con una sociedad humanizada. He ahí la gran pugna

de la vida ante la muerte, para la cual reivindica tres formas de esperanza: Esperar lo

inesperado, esperanza en la tenacidad de la vida y, finalmente, esperanza en la fuerza y el

esplendor de Eros, “cuya virtud acabará prevaleciendo sobre el principio de muerte” (2006:

155-157).

3.4.1. Palabra poética como eros

Quiéreme mucho porque soy mortal

decías

mortal mía

hermosa mía

23
Sobre el ideal prometeico y la desmesura se hablará más adelante, al abordar el pensamiento ecosocialista y la
estética ecológica que reivindica Riechmann frente a los devastadores desequilibrios de la tecnociencia
tardomoderna, uno de los temas fundamentales de su poesía.

149
mujer mía

amada mía

Hablar

actuar

orar

como si el otro del amor

estuviese ahí

A veces el vacío.

A veces el misterio

de la presencia del otro (…)

“Amantes”, El común de los mortales, J.R.

No se equivocaba Octavio Paz al afirmar, en su conocida obra La llama doble, que la poesía

es lenguaje erotizado, del mismo modo que lo erótico es la metáfora de la sexualidad:

“La imagen poética es abrazo de realidades opuestas y la rima es cópula de sonidos; la poesía

erotiza al lenguaje y al mundo porque ella misma, en su modo de operación, es ya erotismo. Y

del mismo modo: el erotismo es una metáfora de la sexualidad animal.” (Paz, 1993: 10)

Ahora bien, ese abrazo de realidades distintas o incluso opuestas, del que nos habla Octavio

Paz, es un abrazo tensional. En la tensión de lo distinto es donde se produce la cópula, la

procreación de algo nuevo, de otra forma de observar, expresar y comprender la realidad. Para

poder ver las zonas de la realidad que no somos capaces de ver, para proyectar nuevas realidades

150
posibles, el lenguaje poético y especialmente el procedimiento de la metáfora por su

concentración poética, ofrecen un modo extraordinario de operar. En su obra La creación por

la metáfora, la poeta Chantal Maillard explica la tensión copuladora de la metáfora al

aproximarse a la razón-poética que propone María Zambrano, describiendo el movimiento

tensional metafórico con estas palabras: “La confrontación de una afirmación (la de la identidad

metafórica: «A [en cierto sentido] es B») con la negación que genera («pero A [literalmente]

no es B») tiene, como resultado, la aparición de la cópula metafórica: «A es como [se parece a]

B»).” (1992: 62)

De ello podemos deducir que el poder creador de la palabra poética —y su poder erótico—

reside, en parte, precisamente en aceptar la carga de lo negativo, ese “sí pero no”, en contener

de un modo equilibrado dos realidades distintas u opuestas, en soportar lo otro ante la muerte

que significaría asimilarse en lo distinto, o sea, que una de las dos realidades asimilara a la otra

hasta convertirla en la igual. Dos realidades distintas generan esa carga negativa sin que ninguna

fagocite a la otra, sin que ninguna anule a la otra, en equilibrio dinámico. En esa relación que

establecen, no se produce una desmesura de una ni de otra. Y con ese movimiento se produce

la procreación. En la metáfora podemos observar el movimiento de vida-muerte que también

es propio de la vida física de todos los seres vivos. La vida contiene el poder de acoger, de

soportar, lo distinto, la carga de lo negativo, siempre y cuando se produzca dentro de un

equilibrio (homeostasis). Cuando rompemos el equilibrio, la fuerza de tánatos toma posición,

acaba prevaleciendo.

Como podemos comprobar, el lenguaje poético es erótico, copula, abraza realidades

opuestas, procrea. El poder transformador del componente erótico del lenguaje poético no

pasará desapercibido en la obra de Jorge Riechmann; lejos de ello, ocupará un lugar destacado

a medida que su poética va avanzando hacia una serie de conceptos o ideas como el de

“vínculo”, “ahí” o “lo abierto del mundo”.

151
Y esto que expresa Octavio Paz es lo que de modo natural observamos en la evolución de su

poética. A lo largo de su obra y de acuerdo a las dos grandes etapas que hemos señalado (Poesía

del Tánatos o desconsuelo activo/ Poesía del Eros o poética de la vinculación), el poder erótico

de la palabra poética se abre paso ante el horror del tánatos social en que habitamos,

recorriéndolo (poesía del desconsuelo activo), y en su recorrido el potencial erótico va

adquiriendo mayor vigor hasta convertirse en propuesta, con su indagación, de reconstrucción

de los vínculos que hacen posible la vida (poética de la vinculación). La poesía, lenguaje

erotizado, contiene el potencial de erotizar el mundo. Porque dentro de ella misma podemos

hallar la propuesta, la fuerza, la energía contraria y complementaria a la del tánatos que ahora

se extiende desmesurado. Lo que nos enseña la poesía y observamos en la poética de la

vinculación de Jorge Riechmann es que, ante la destrucción tanática que estamos

experimentando (ecológica, económica, social...) es preciso volver a cultivar los vínculos que

nos unen a los unos con los otros, los vínculos que nos unen con los seres y con todo el universo.

El poeta Octavio Paz realizó una clara distinción entre sexualidad, erotismo y amor en su

conocido ensayo La llama doble. Con estas palabras definió la misteriosa relación entre las tres:

“El fuego original y primordial, la sexualidad, levanta la llama roja del erotismo y ésta, a su

vez, sostiene y alza otra llama, azul y trémula: la del amor. Erotismo y amor: la llama doble de

la vida.” (1993: 7) Poesía como erotización del lenguaje y erotismo como metáfora de la

sexualidad, señalamos al comienzo. Manuel Ángel Vázquez Medel reflexiona a propósito de la

obra de Octavio Paz añadiendo un tercer elemento, la mística, y pone en relación a los tres como

formas de trascendencia: “Estamos ante tres formas de trascendencia: el erotismo trasciende el

sexo; la poesía trasciende el lenguaje; la mística trasciende las religiones. Todas requieren de

la Gracia y de momentos iniciáticos.” (Vázquez Medel, 2014: 22)

En el fondo, por tanto, hallamos la vida. El poder de la vida en su expresión se manifiesta

por medio de la sexualidad, del erotismo y del amor. Recordemos que para Freud el impulso

152
erótico es el que conduce a la formación de los vínculos que conforman la vida; al contrario, la

pulsión tanática consiste en la tendencia a un estado anterior de la materia, a la destrucción los

vínculos.

El potencial erótico de la poesía palpita con fuerza en la poética de la vinculación de Jorge

Riechmann, donde precisamente el concepto de vínculo será el protagonista. Ahora bien, es

preciso señalar que vida y muerte son fuerzas complementarias, que la vida no existe sin la

muerte, y que en última instancia la obra poética de Jorge Riechmann se desarrolla en un

momento de tánatos desmesurado. Lo que nos está mostrando, por lo tanto, es el horror

provocado por el capitalismo como modo de vida destructor de los equilibrios sociales,

políticos, económicos, ecológicos, etc. Hija de su tiempo, la poesía de Riechmann por un lado

denuncia la desmesura y la hibris humana que está produciendo tánatos en numerosos órdenes

(social, ecológico, etc.); por otro, propone la búsqueda y el hallazgo de otras salidas posibles

que permitan el equilibrio de la vida con una forma particular de entender la poesía (como

“realismo de indagación”), contestando con la poética de la vinculación, que acaso podamos

considera el hallazgo global que nos propone con su obra.

3.4.2. Tánatos, política y eros poético-político

Y en el centro

que está en todas partes

cinismo a secas:

la sonrisa tanática

de la mercancía

“La lógica cultural del capitalismo tardío II”,

El común de los mortales, Jorge Riechmann


153
Por su parte, el filósofo Byung-Chul Han ha reflexionado acerca de la sociedad de nuestro

tiempo y el capitalismo neoliberal a lo largo de obras como La sociedad del cansancio,

Psicopolítica, La sociedad de la transparencia, Sobre el poder y La agonía de eros. En esta

última, plantea que nos encontramos en un momento en el que las fuerzas eróticas de nuestra

sociedad agonizan. La agonía de eros, para Byung-Chul Han, se encuentra precisamente en la

tendencia a no aceptar lo distinto, a refugiarnos en lo igual, a impedir el movimiento hacia lo

otro, que es para Han el movimiento de Eros. El neoliberalismo está provocando una falta de

otredad: “La crisis actual del arte, y también de la literatura, puede atribuirse a la crisis de la

fantasía, a la desaparición del otro, es decir, a la agonía del Eros.” (2014: 64)

Si observamos la obra poética de Jorge Riechmann podemos apreciar no sólo que existe una

agonía de Eros, sino que además, desde hace varias décadas, se está produciendo una profunda

tanatización en la sociedad de nuestro tiempo a todos los niveles: económico, político,

ecológico, social, moral... La poesía del desconsuelo activo, que nos muestra el horror y la

muerte que nos rodea, constituye un testimonio de ello. Podemos alcanzar la siguiente reflexión:

desde hace varias décadas el planeta está experimentando un exceso de tánatos provocado por

la acción humana, por los excesos del sistema de producción capitalista, por la falta de

aceptación de los límites del planeta, por el desarrollo de planteamientos políticos como el

neoliberalismo (que conduce a la destrucción de lo público y de los lazos comunitarios, con la

progresiva tendencia a las privatizaciones de los espacios públicos y al individualismo). Este

tánatos desmesurado es al mismo tiempo motor y resultado de una hibris creciente, de los

grandes desequilibrios económicos, sociales y ecológicos que está provocando el capitalismo.

El resurgimiento de los fascismos, fundamentado en el desprecio al otro, no es más que otra

consecuencia natural de esta progresiva destrucción de los lazos comunitarios y de los

sentimientos y actitudes asociados, como la solidaridad y la cooperación. A este respecto,

154
Alberto García-Teresa afirma que el poeta “contrapone la vida y una ideología vitalista a una

política tanática, asesina.” (2014: 129)

Por consiguiente, formamos parte de un tiempo de grandes desequilibrios (hibris)

económicos, ecológicos, sociales, políticos, espirituales… El tánatos social que estamos

experimentando es consecuencia de un tánatos político, económico, moral, ecológico y en el

fondo espiritual.

Jorge Riechmann, con la poesía del desconsuelo activo, ya nos estuvo mostrando no sólo a

un eros agonizante en la sociedad de nuestro tiempo hace varias décadas, sino algo todavía más

profundo: un proceso de tanatización planetaria creciente a todos los niveles, hacia el que

continuamos avanzando. Con la poética de la vinculación, en su segunda etapa, va más allá:

propone otros planteamientos con los que Eros cobra mayor protagonismo, mayor fuerza, en

esa lucha. El Eros poético de Jorge Riechmann es la construcción del encuentro con lo otro, con

lo distinto, con lo abierto que acontece contra todas las probabilidades (esperar lo incalculable,

la posibilidad improbable), el acontecimiento capaz de transformar la realidad y de abrir otros

caminos. Aquí podríamos considerar que la poesía de Jorge Riechmann roza en parte, desde sus

propios planteamientos poéticos y filosóficos (encuentro con “lo abierto”), la actitud del místico

o del maestro zen, pues la actitud de contemplación activa24 asociada al acto de “esperar lo

inesperado” podría ser una forma laica de definir el milagro. Ese acontecimiento podemos

hallarlo con la poesía, dado que la poesía es hallazgo (Zambrano), encuentro con lo abierto. Y

de este modo, con el potencial erótico de la poesía hallamos un potencial político que va más

allá de la denuncia o el testimonio, que es propuesta de erotización de la realidad, de

reconstrucción de los vínculos que nos unen con todo y que conforman la vida, de re-

vinculación. La poética de Jorge Riechmann nos revela que el rasgo esencial del lenguaje

poético, lo erótico, contiene un potencial revolucionario en una sociedad profundamente

24
Para comprender estos conceptos en la obra de Jorge Riechmann, véanse los apartados “Materialismo abierto:
transparencia” y “Lo abierto del mundo que está ahí”.

155
tanatizada. Su poesía practicable conduce a la acción, que se convierte en acción erótica, en

atención a lo abierto donde puede acontecer el hallazgo, que espera lo inesperado, abierta al

encuentro con lo distinto en la búsqueda de otros caminos posibles compatibles con la vida.

Si nos detenemos a reflexionar, desde este marco de pensamiento, sobre dónde podemos

hallar la fuerza erótica en estos momentos, a nivel político y social, que está contestando al

tánatos del capitalismo, encontramos dos grandes movimientos: el ecologismo y el feminismo.

La conciencia del hogar compartido (oikos-, casa) y el potencial de lo femenino. La primera,

nos recuerda que somos vida en conexión con todo lo vivo y con el hogar, el planeta, que nos

acoge y compartimos, y por lo tanto debemos cuidar los frágiles vínculos que estamos

rompiendo. La segunda está tratando de equilibrar los desequilibrios de una sociedad

profundamente patriarcal. La dimensión de lo femenino, en contraposición a los excesos del

androcentrismo, propugna un espíritu de cooperación, solidaridad, encuentro con el otro; en

lugar de la confrontación y la violencia propios de los excesos de lo masculino. En este sentido,

Manuel Ángel Vázquez Medel reflexiona sobre la importancia de lo femenino en estos

momentos históricos, para la búsqueda de otros caminos posibles, en textos como “Mujer y

trascendencia” o “El hilo de Ariadna. La mujer y lo femenino en la salida del laberinto”, donde

afirma:

(…) el proyecto de progreso de la modernidad tenía todas las características habitualmente

atribuidas a lo masculino (lo impositivo, agresivo, competitivo…). Quizá por ello fracasó y

estuvo a punto de destruir todo lo humano. La nueva humanidad necesita incorporar

características y rasgos de lo que se ha llamado un imaginario femenino de alianza: lo

consensuado, benevolente, solidario. No es posible vivir en el seno de una sociedad plural,

compleja, heterogénea, sin aceptar estas claves que hacen posible la tolerancia y el

enriquecimiento mutuo de la comunicación multicultural. Precisamente todo lo contrario de lo

que estamos viviendo en estos días de confrontación y muerte. (Vázquez Medel, 2009: 1422)

156
La superación de la crisis planetaria a todos los niveles (ecológico, económico, social, político, etc.)

pasa por estos dos movimientos cargados de eros, cuyo potencial erótico nos ofrece un modo de

equilibrar los excesos producidos por el tánatos del capitalismo y el patriarcado, pues el capitalismo es

hijo del androcentrismo. En el centro de ambos, feminismo y ecologismo, observamos el motor de eros,

la protección de la alianza, la cooperación, los vínculos solidarios que permiten los equilibrios

compatibles con la vida.

157
158
Portada de Un zumbido cercano, obra de prosa poética que ofrece un

reordenamiento de su poesía anterior, con la irrupción de la noción de “ahí”.

159
160
3.5. REALISMO DE INDAGACIÓN

Si el poeta se autodefine como indagador, nos preguntamos de qué forma lleva a cabo su

indagación, o más bien cómo influye el propósito indagador en sus poemas. La evolución en su

concepción poética del realismo, ya se ha señalado, guarda relación con dos líneas de escritura:

la que se extrema en El día que dejé de leer EL PAÍS y la que comienza con Desandar lo

andado, ambos libros escritos paralelamente en el tiempo, entre los años 1993 y 1996. El

realismo de indagación en el plano de la expresión se corresponde mayor medida con la poética

de la vinculación ―una segunda etapa de su poesía de resistencia― en el plano del contenido,

con un estilo más hermético y mayor densidad metafórica; del mismo modo que el realismo

antisimbolista que se extrema en El día que dejé de leer EL PAÍS en el plano de la expresión,

se corresponde con esa otra línea formal que encontramos en su obra, con rasgos coloquiales y

narrativos. Ahora bien, en n sentido amplio, para Jorge Riechmann la noción de realismo abarca

todas las dimensiones de la realidad, incluyendo tanto poemas sobre temas políticos y sociales

como textos con un profundo sentido espiritual. A mendo, lo espiritual y lo social pueden

aparecer conectados en un mismo poema, como ocurre por ejemplo con numerosos textos de la

etapa que hemos denominado poesía de la vinculación. “Hay una línea, o acaso un hilo muy

delgado que une a todos los seres de este mundo” (2001: 70), nos dice en el texto “La hipótesis

del poeta”, de Desandar lo andado.

Estas dos dimensiones, de denuncia y de indagación, forman parte de su obra y se dan de

modo mezclado, porque la realidad es compleja. Como señala García-Teresa, el poeta no quiere

renunciar a la complejidad de la realidad: “Se adentra en la maraña de la realidad, constata su

complejidad y la asume como tal desde un enfoque positivo.” (García-Teresa, 2014: 158). Jorge

Riechmann conecta así con la noción de complejidad de Edgar Morin, el pensamiento complejo.

Aproximarnos a la realidad implica no simplificarla, ser capaces de apreciar los matices. Su

161
enfoque, que parte del pesimismo activo como hemos señalado, es esperanzador pues no

renuncia a la voluntad de transformación y está guiado por la famosa sentencia del filósofo

Heráclito que nos impulsa en todo momento a esperar lo inesperado para poder hallarlo.

En este sentido García-Teresa afirma:

“La práctica poética de Jorge Riechmann constituye, en la poesía española reciente, una

novedosa manera de acercarse a lo real, capaz de conjugar la denuncia, la crítica, lo figurativo,

lo meditativo y la reflexión en un mismo proceso de investigación sobre el mundo y sobre su

composición (física, moral e ideológica). (2014: 67)

El realismo de indagación, su particular noción de realismo, es resultado de este modo de

enfocar la realidad. Por esta razón, ambas formas de hacer poesía podemos hallarlas a lo largo

de su producción poética en años posteriores, en ocasiones mezclada en un mismo libro como

es el caso de Poemas lisiados (2012). Por otro lado, es preciso señalar que la primera etapa, que

hemos calificado como “Poesía del desconsuelo activo”, más que realista podría considerarse

ecléctica en el plano de la expresión, por la mezcla de rasgos estilísticos que presenta. A pesar

de que articula un discurso de temática social tras sus primeras obras de experiencia interior, su

forma de hacerlo no será encauzándolo por medio del realismo social, dado que presenta una

mezcla de rasgos expresionistas, surrealistas, órficos, incluso místicos, lenguaje coloquial y

ciertas gradaciones de hermetismo.

Vemos, pues, que su poética de la vinculación se expresa por medio de un realismo de

exploración (con rasgos propios de las Vanguardias Históricas, del orfismo, etc.) y mayor

hermetismo, aunque a menudo mezclado con rasgos coloquiales y narrativos. Observamos

también que por otro lado traza una línea realista con rasgos compartidos con el realismo social

(estilo coloquial y narrativo). Y por otro lado, como algo característico de su producción

poética, podemos apreciar una mezcla de procedimientos estilísticos propios de corrientes

162
distintas en numerosos libros. Y ello es debido a su concepción de la poesía como territorio

para la exploración con el lenguaje, como explica en los primeros textos de Poesía practicable.

No obstante lo dicho, la concepción de la poesía como conocimiento ya se adivina en su

primera poesía, mucho antes del punto de inflexión que hemos localizado en la escritura de

Desandar lo andado. Prueba de ello son los siguientes versos contenidos en Borradores hacia

una fidelidad, escritos entre 1984 y 1985:

Escribir para conocer

y nada más que para conocer

Conocer para amar

y solamente para amar

Testigo devastado

cuyas sienes azota el relámpago

Atravesado por vientos atroces y rientes

Testigo vivo de la tierra en agonía

Irrepetible voz del sufrimiento compartido

dónde hallarás el espacio

densificado en el germen de una lágrima

las palabras

que no humillen el llanto de la común derrota

(2011: 124-25)

Nos permitimos reproducir aquí el fragmento entero porque anticipa el realismo de

indagación, un realismo, si bien para conocer, que no renuncia al testimonio o la denuncia. Al

contrario, el realismo de indagación asume la realidad social con voluntad transformadora. La

indagación es un procedimiento con el que, en lo referido a la dimensión social, trata de hallar

salidas para lo humano compatibles con la vida de todos los seres vivos que poblamos el

163
planeta, en el actual contexto de horror y destrucción producidos por el capitalismo. Porque en

la indagación, con Riechmann, coinciden dos dimensiones poéticas, la horizontal y la vertical,

dado que ambas forman parte de lo humano y su realismo no excluye ninguno de los aspectos

de la realidad. Indagación y testimonio se unen en este fragmento, síntesis de dos impulsos que

anuncia su poesía: el impuso social y el impulso del silencio. Y al mismo tiempo impulsos que

abrirán dos líneas de escritura: de un lado la que dará lugar a poemas del realismo social-

narrativo (que se extrema, se ha dicho, en El día que dejé de leer EL PAÍS) y de otro, la línea

hermética, órfica y de estirpe simbolista, presente como se aprecia en su primera poesía. Esta

línea, a partir de Desandar lo andado, se abrirá camino a su vez en otra dirección: “hacia una

dimensión más cósmica y al mismo tiempo más íntima” (2006: 109), con mayor solidez y

madurez. Se trata del realismo de indagación de la poética de la vinculación, su segunda gran

etapa. Por tanto, hay que diferenciar un realismo testimonial, cuya formulación expresiva se

orienta al conocimiento de la realidad histórica (que de ese modo da testimonio de la

experiencia colectiva), y un realismo de indagación que, sin excluir la intención denunciadora,

se abre paso hacia una dimensión más íntima y cósmica, que dará lugar a una poesía cercana a

la del silencio, que no obstante no busca la trascendencia, sino que mantiene una conexión

constante con el mundo (y con la dimensión social del mundo) desde un materialismo abierto

relacionado con el concepto de transparencia 25 . Con ella persigue explorar las múltiples

dimensiones de la realidad. El poeta concibe la poesía como conocimiento, y esto lo hace desde

el principio, observamos la voluntad indagadora de modo explícito en Poesía practicable:

“Frente al poema como creación de un personaje (Jaime Gil de Biedma: “en la poesía el

personaje es siempre inventado completamente”), el poema como vía de indagación —entre

otras cosas— moral.” (1988: 32) Con estas palabras marca distancias con respecto a lo que

conoceremos sobre todo con el nombre de poesía de la experiencia. Ahora bien, el propio poeta

25
Véase el apartado 3.8. Materialismo abierto: transparencia.

164
destaca un matiz respecto a su definición poética en el diario de trabajo Una morada en el aire:

“La palabra clave no me parece comunicación, ni tampoco conocimiento, sino más bien

búsqueda, indagación” (2003b: 224) En efecto, el poeta pone el acento en la actitud indagadora,

en la búsqueda —si bien la indagación conduce como resultado a una forma de conocimiento—

, de ahí que hablemos concretamente de realismo de indagación.

Esta forma de entender el realismo, tanto en su concepción como en su expresión estilística,

es por todo ello distinta a la del realismo social practicado por la generación del 50 y por poetas

coetáneos también incluidos dentro de la poesía de la conciencia crítica. Pese a que observamos

rasgos propios del realismo social en una de sus líneas poéticas, su concepto del realismo es

amplio, no está definido por un conjunto de procedimientos estilísticos. Su concepto de

realismo incluye el propósito de exploración poética por medio del lenguaje, concibiendo la

poesía como forma de conocimiento, lo cual produce una línea de poesía indagatoria, con

procedimientos poéticos que generan hermetismo. De alguna manera, responde a circunstancias

históricas y culturales muy distintas a las que vivieron los poetas del medio siglo durante la

dictadura franquista, como se detalla en el capítulo dedicado al contexto.

Sobre el concepto de realismo, en Poesía practicable ya advierte que no se ciñe a una

definición estilística. En la línea de Bertolt Brecht, dice: “El realismo es una actitud, no un

estilo. Brecht: “mientras siga entendiéndose por realismo un estilo y no una actitud, se es

formalista y no otra cosa.” (1990: 34) Como contrapunto, habría que mencionar que el poeta

con ello no denosta el carácter formal constitutivo del lenguaje, incluido el poético, cuyo estudio

con intención metódica inició el Formalismo Ruso. Empleando con ironía un doble sentido que

apunta tanto hacia una dirección ética y moral como estética y formal, son ilustrativas sus

palabras en el ensayo “La belleza transitiva” de la misma obra, uno de los más intensos y

significativos:

165
Los versos no se hacen con ideas, ni se hacen con sentimientos: se hacen con palabras. (Lo

sabemos por lo menos desde Mallarmé). La poesía no es una cuestión de contenidos sino una

cuestión de formas: de buenas formas. De saber guardar las formas.

La poesía ―sobre todo en tiempos malos para la lírica― es cosa de estar en buena forma.

(1990: 39)

Hace evidente la conexión ético-estética de la poesía, con un juego de palabras sobre el

concepto de “forma”. Más abajo, se ahondará en la influencia de la dialéctica filosófica

estructuralista sobre la estética de la resistencia del poeta, la cual guarda relación además con

la Estética del Material (B. Brecht) y el pensamiento de W. Benjamin.

3.5.1. Estirpe simbolista

Su idea de realismo sigue una evolución acentuada con el señalado punto de inflexión (el

mismo autor lo reconoce en Resistencia de materiales26), que se extrema en El día que dejé de

leer EL PAÍS (realismo antisimbolista) y cambia en los siguientes poemarios hacia un realismo

de indagación. Este cambio se produce de manera cada vez más consciente, como manifiesta el

autor en sus reflexiones, y se produce a niveles más amplios y profundos con la idea del ahí,

que dan lugar a un reordenamiento de su poesía. Resultado de ello será Un zumbido cercano,

una propuesta consciente de ese reordenamiento de toda su poesía anterior elaborado por el

autor.

En un texto fechado en 1985 pero publicado en Canciones allende lo humano el autor

recuerda el lema de María Zambrano “nada real debe ser humillado” y defiende lo mismo

aplicado a la poesía “ningún poema que humille” (1998: 117). Esta conexión con la realidad

26
“Si acaso, en la redacción simultánea de El día que dejé de leer EL PAÍS y Desandar lo andado (estoy hablando
de 1993-96) puede verse una inflexión: el primero de estos libros me da la impresión que agota una línea de
escritura, extremándola, y el segundo quizá se abre hacia una dimensión más cósmica y al mismo tiempo más
íntima (...)”. (Riechman, 2006b: 109)

166
desde un sentido profundo a través de la poesía está cerca de la idea de realismo de indagación.

El poema, que se acerca a la realidad y trata de alcanzar lo real, debe respetarla.

De algún modo, el realismo de indagación supone la recuperación de un intimismo, de una

vuelta hacia el interior, que ya estaba presente en Cántico de la erosión y en sus primeras obras.

Así, en Poesía practicable encontramos un texto titulado “Sobre el simbolismo en lírica” en

que se muestra contrario a esta poesía: “Rompo lanzas por una poética antisimbolista ―del

realismo irrestricto, du grand réalisme.” (1990: 159) Su expresión en francés tiene ecos del

surrealismo. Años después, en Resistencia de materiales (2006), establecerá otra distinción

siguiendo a José Hierro, la que dista entre poetas parnasianos y de estirpe simbolista. Jorge

Riechmann, como Hierro, se sitúa abiertamente entre los de estirpe simbolista, refiriéndose a

aquellos que escriben para conocer.

3.5.2. Emplazamientos/ Desplazamientos en la poética de Jorge Riechmann: poesía

horizontal/ poesía vertical

Todo puede ser salvado, como promesa y también

como algo que se muestra en acto en cada poema

verdadero; y, al mismo tiempo, la poesía alberga la

conciencia continua de esa pérdida enorme que

constituye la vida de los hombres y la historia

humana. Las dos cosas a la vez, salvación y pérdida.

Ahí se constituye la tensión de la poesía necesaria.

Jorge Riechmann

167
Canciones allende lo humano (1998) comienza a hablar de un realismo como aproximación

a lo real desde las diferentes dimensiones a las que podemos acceder con la percepción de los

sentidos: “El realismo es una actitud frente a lo real y no un catálogo de procedimientos (...)”

(1998: 131) El texto se titula “Por un realismo de indagación” y supone un homenaje a Joan

Brossa, cuya influencia queda patente en las citas a través de las cuales Riechmann dialoga y

va tejiendo el ensayo. En este ensayo el poeta defiende un realismo muy distinto al que refleja

El día que dejé de leer EL PAÍS:

En poesía el realismo no tiene que ver con la representación. Es creación de presencia y no

evocación de la misma. Un buen poema no es una fotografía sino una fuente de luz. (...) El poeta,

artesano de las metamorfosis, pasea su linterna descentrada por el envés de las cosas. (1998: 133)

La búsqueda de conocimiento se erige sobre la comunicación testimonial del realismo-

narrativo: “Supone un verdadero escarnio que a veces se denomine realismo a un catálogo de

procedimientos diseñado para amputar todas las dimensiones de la realidad excepto una o dos

a las que se quiere dar preponderancia.” (1998: 132)

Entre las diferentes dimensiones de la realidad están las dimensiones social y política, las

que tienen que ver con el poeta y con el resto de personas en tanto que ciudadanos, y Riechmann

no las elude, todo lo contrario, ya se señaló en su noción de poeta ciudadano. Por eso afirma:

“Cuando la poesía no mira de frente a las luchas de clases ―y al resto de luchas sociales donde

se decide la suerte de nuestro mundo―, acaba perdiendo la cara.” (1998: 134) Este realismo de

indagación y exploración, por tanto, no es incompatible con la poesía de tema social ni con el

compromiso humano. El compromiso del poeta es un compromiso que pasa por la no

instrumentalización del lenguaje, por la fidelidad a la poesía y a su capacidad de aproximarse a

lo real. El realismo de indagación permite explorar la realidad social en conexión profunda con

168
las diferentes dimensiones de la realidad27. Un poema de 27 maneras de responder a un golpe

contiene versos que apuntan hacia esta dirección: “La poesía y la realidad/ intersecan

continuamente/ en puntos líneas planos espacios de muchas dimensiones./ Son las geometrías

de la risa incoercible/ y las del sufrimiento.” (2011: 412)

La poesía de indagación se sitúa sobre todo en el movimiento vertical de la poesía, mientras

que la poesía testimonial y de denuncia, conectada con nuestro momento histórico, se situaría

en el movimiento horizontal: “La poesía no puede renunciar ni a su movimiento horizontal (el

compromiso con lo que pasa en el mundo), ni a su dimensión de verticalidad, de

perpendicularidad con respecto a esos mismos acaecimientos.” (2006: 144) El eje horizontal

tensa la escritura poética desde los conflictos socioeconómicos del presente. El eje vertical,

conectado con lo abierto del mundo, abre posibilidades en relación al futuro, es tensión de la

poesía desde lo no acontecido. El yo poético, mundo de conciencia de Jorge Riechmann, lo

encontramos en el punto de intersección de ambos, situado en el tiempo histórico pero con una

posición y disposición de apertura al hallazgo, esperando lo inesperado como propone el

filósofo Heráclito. En la confluencia de ambos ejes podremos localizar la poesía de Jorge

Riechmann, observar sus emplazamientos y desplazamientos por ese eje de coordenadas, que

como resultados produce en ocasiones una poesía marcadamente testimonial o de denuncia, con

fuertes rasgos coloquiales y narrativos en un extremo (El día que dejé de leer El País), y que

en otros casos tiende más al hermetismo como resultado del proceso de exploración o

indagación poéticas (Conversaciones entre alquimistas). A menudo, encontramos una

oscilación entre ambos dentro del mismo poemario, como por ejemplo podemos observar

Poemas lisiados, con una mezcla de poemas que se desplazan de uno a otro eje de coordenadas.

27
Jorge Riechmann recurre a una significativa cita del poeta argentino Roberto Juarroz: “La poesía es el mayor
realismo posible, porque es abrir la escala de la realidad, la escala de lo que es, hasta sus últimos confines ―si es
que tiene confines.” Canciones allende lo humano, Madrid, Hiperión, 1998, p. 130.

169
Porque el poeta no renuncia a ninguna de las dos. Ambas conforman el ahí de lo humano, y en

su confluencia, para el autor, se halla la más alta poesía.

En este sentido comprobamos una coincidencia en cuanto al concepto de lo vertical con

Roberto Juarroz, y sobre todo con Juan Ramón Jiménez en cuanto a ambos, como el propio

Riechmann afirma en el artículo “Empeños” (2003) publicado en el número dedicado a la

Poesía de la conciencia por la revista Zurgai. En este texto, dedica un apartado completo a

hablar de poesía horizontal y poesía vertical:

Hablaba Juan Ramón Jiménez ―en el prologuillo a Tiempo― de dos profundidades: una

“vertical al cenit y al nadir” que correspondería a la escritura que intentó en el poema en prosa

Espacio, y otra “horizontal, a los cuatro sinfines” que asociaba con el “memorial largo” que es

Tiempo. (Riechmann, 2003: 18)

Jorge Riechmann cuenta que el texto de Juan Ramón le conmovió profundamente al leerlo,

al encontrar una caracterización muy parecida de la poesía a la que había llegado por sí mismo

años atrás.

Y más abajo, comenta respecto a la dimensión vertical y Roberto Juarroz:

Poesía vertical, decía el gran Roberto Juarroz: esa dimensión que traza la línea directa entre

el corazón y la estrella, la palabra que indaga en el revés del mundo; pero también la otra

dimensión, esa poesía horizontal que se sabe compañera de todo lo existente, esa palabra que da

testimonio de lo que pasa en el mundo (2003: 18)

Otro ensayo destacado nos ofrece una reflexión sobre ambas dimensiones: “En el envés del

mundo crece el cosmos”, publicado en el libro Resistencia de materiales. El título está extraído

de una obra del poeta Juan Gelman, Tantear la noche:

Podríamos llamar a estas dos dimensiones, respectivamente, poesía de testimonio y poesía

de indagación (la validez de la distinción sólo se mantendrá si no olvidamos ni por un instante

170
la unidad esencial de las dos dimensiones). En la intersección de ambas, el ahí de lo humano.

(Riechmann: 2006: 144)

He aquí el emplazamiento del poeta, que nos lo nombra por medio de la noción de ahí,

configuradora de su poética. La dimensión vertical, como indagación, ofrece la apertura

necesaria para los hallazgos, para ser capaces de observar las posibilidades improbables, que

tal vez nos muestren, desde la poesía, caminos transitables por lo humano compatibles con la

vida digna de todos los seres vivos que poblamos el planeta. Por ello, la dimensión vertical en

conexión con la horizontal contiene el potencial de transformación. La poética de la conciencia

de Jorge Riechmann es, por consiguiente, conciencia en dos sentidos: conciencia histórica, del

horror y de la pérdida de la vida en el planeta; y conciencia de que otro mundo es posible, de

que el mundo puede ser salvado, de que eso es algo que nos muestra precisamente la poesía.

Más adelante, en El siglo de la gran prueba, lo dirá de otra forma: “En poesía la dimensión

—horizontal― de crítica se cruza con la dimensión ―vertical— de epifanía: tampoco esto

queda lejos del pensamiento” (2013: 95). En esta cita se observa también el carácter filosófico

que tiene para el poeta la poesía. No en vano, las líneas corresponden a un ensayo titulado “Los

tullidos de la interrogación (sobre filosofía y poesía: merodeos)”.

Recordemos las palabras de Vázquez Medel sobre el emplazamiento de la poesía que nos

conduce a espacios fronterizos, territorios no transitados: “En el límite, la palabra poética no se

explica, sino que nos implica: nos hace entrar en su espacio, en su plexo. Y de él salimos

transformados y renovados.” (Vázquez Medel, 2014: 11) El eje vertical de la poesía de Jorge

Riechmann, que identificamos como “realismo de indagación”, explora por esos territorios.

Entre el eje vertical (exploración, indagación) y el eje horizontal (testimonio, denuncia), hemos

171
localizado el “ahí”28 poético de Jorge Riechmann, lo que podemos denominar el emplazamiento

de su concepción poética. Retomando los elementos que nos ofrece la Teoría del

Emplazamiento/ Desplazamiento, que son espacio, tiempo y mundo de conciencia, podemos

realizar un paralelismo: “La condición misma del pensar y del sentir y, por lo tanto, de la

conciencia de nuestro existir, es la triple emergencia del yo, del aquí y del ahora.” (Vázquez

Medel, 2003: 23-24). Hablamos del “yo” poético, que en el caso de Jorge Riechmann coincide

con el “yo” personal del autor. En ese emplazamiento poético, punto de intersección de los dos

ejes de coordenadas (vertical y horizontal), es donde situamos el tercer elemento que nos

proporciona la TE/D: el mundo de conciencia, o sea, el propio poeta. Desde ahí opera el poeta

como ser humano, transitando ambos territorios por medio de la poesía, y por lo tanto ahí

localizamos también la poética de la conciencia de Jorge Riechmann.

Ya se ha definido el concepto de realismo que sostiene el poeta, por un lado testimonial y

por otro de indagación. Para ser aún más precisos, cabe señalar que Riechmann no comparte

los postulados de la poesía conocida como realismo sucio. En Resistencia de materiales dice lo

siguiente en relación a la antipoética de Nicanor Parra (a quien no obstante aprecia), el

coloquialismo extremo y el realismo sucio:

un riesgo que se ha vuelto manifiesto en la poesía española de los noventa es el confundir la

dimensión crítica que puede y ―en muchos casos― debe tener la poesía con un coloquialismo

extremo que por sistema rechaza todo lo que sobresalga del vuelo rasante sobre una vida

cotidiana más bien degradada... La antipoesía como programa, que en concreto en España se ha

encarnado en autores de la corriente que suele situarse bajo la etiqueta de realismo sucio” (2006:

219)

28
Conectando con los emplazamientos/ desplazamientos de la poética de Jorge Riechmann, continuaremos
analizando todo ello en el apartado “3.9. Lo abierto del mundo que está ahí”, dedicado concretamente a esta noción
esencial de su poética.

172
Finalmente, en Resistencia de materiales menciona el término superrealismo también en

sintonía con el realismo de indagación de que hablamos, para referirse a un realismo entendido

en su sentido más amplio: “probablemente para hablar de esas muchas realidades de lo real se

forjó el término superrealismo.” (2006: 130) De nuevo, la voluntad de exploración, de búsqueda

de conocimiento por medio del lenguaje, queda patente en su concepción de la poesía.

3.5.3. Poesía como conocimiento

De todo lo anterior se deriva un concepto de poesía entendido como indagación y búsqueda,

como conocimiento, antes que comunicación, o mejor dicho además de comunicación. En

Canciones allende lo humano, Riechmann afirma: “Escribimos poemas para conocer”

(1998:70) Para el poeta los poemas logrados revelan “cosas que desconocíamos”.

Este concepto de poesía conectará con la poética de la vinculación y con lo abierto del mundo

que está “ahí”: “Me interesa mucho más la poesía como exploración y —si hay suerte—

descubrimiento, la audacia que expande el ámbito de lo pensable, sensible, vivible.” 1998: 82)

En Desandar lo andado el poeta se define como alguien que busca e indaga (René Char)

siguiendo la etimología de su apellido, Riechmann, del alemán “riechen: oler, olfatear,

husmear” (2001: 15). Poesía para él es indagar en eso que no se sabe y que está ahí. En esta

línea, se aproxima como poeta a la idea de investigador de Edgar Morin, según expresa en el

epílogo al poema “Ahí” de Ahí te quiero ver: “Cómo me gusta la definición de Edgar Morin:

un investigador, un chercheur, en definitiva uno que busca. Ése es el nivel al que querría

acceder. Uno que busca y es capaz de poner palabra a lo que encuentra.” (2005: 38)

Claro que no podemos perder de vista la distinción de María Zambrano entre poesía y

filosofía, cuando en su obra Filosofía y poesía afirma que la filosofía es búsqueda, conocimiento

173
perseguido por medio de un método, mientras que la poesía es hallazgo por gracia, don, un

encuentro que no está guiado por método alguno. Los dos impulsos, el filosófico y el poético,

están presentes en la poética de Jorge Riechmann. Ahora bien, su realismo de indagación,

aunque el poeta se identifique con “alguien que busca”, conduce al hallazgo; su exploración en

lo abierto del mundo que está “ahí” nos lleva precisamente a un encuentro con el espacio del

hallazgo, con los territorios de la poesía.

La concepción de la poesía como conocimiento, no obstante, es algo que se encuentra

presente en la obra de Riechmann ya en sus primeras obras, si bien también cultiva una línea

realista-narrativa cuyo exponente más representativo es El día que dejé de leer EL PAÍS.

Borradores hacia una fidelidad, escrito entre 1984-85, ya menciona expresamente esta poética:

“Escribir para conocer/ y nada más que para conocer/ conocer para amar/ y solamente para amar

(...)” (2011: 124)

En El siglo de la gran prueba (2013) habla de siete formas en que la poesía nos sirve de

ayuda. La primera que considera es, precisamente:

“(A) Poesía para indagar; candela que alumbra en la noche oscura; a veces, bastón de ciego que

nos permite tantear en el camino; brújula para orientarse en el `mundo grande y terrible´(Antonio

Gramsci).

Esta función de la poesía como herramienta de exploración y descubrimiento es quizá aún más

importante de lo que lo fue en el pasado. Explorar en los mundos de la imaginación... para no tener

que equivocarnos tanto en el mundo real. (2013: 26-7)

Como se observa, la concepción de la poesía como herramienta de indagación y

búsqueda de conocimiento la continúa desarrollando otorgándole un lugar importante en sus

obras más recientes.

174
3.6. ESTILO

Aunque el análisis estilístico de la obra poética de Riechmann no sea el objetivo central de

esta investigación ―ello nos llevaría a realizar otro amplio estudio―, sino más bien el de su

concepción estética y poética, sí que nos parecce necesaria una aproximación a los rasgos

estilísticos más destacados en su poesía, dada la estrecha relación entre la forma y el contenido

o, más bien, entre la expresión y el contenido (cada una de ellas, como se sabe, con su forma y

sustancia). Este punto permitirá arrojar un poco más de luz sobre su poesía, a fin de comprender

mejor su poética.

3.6.1. Mezcla de estilos y rechazo de la pureza

En su poesía se aprecia, como veremos, una mezcla de rasgos y elementos estilísticos

diversos, que al mismo tiempo es reflejo de una actitud moral, el rechazo de la pureza: “Como

somos seres esencialmente impuros, mestizos, seres de la mixtitud, el exceso de pureza nos

enferma y nos pierde” (2006: 50-1)

Y cita a Juan de Mairena: “Pureza, bien: pero no demasiada, porque somos esencialmente

impuros.” (2006: 50) Para ilustrarlo el poeta remite a uno de los poemas de Material móvil,

libro escrito entre 1987-88, lo cual indica que este rasgo poético ya estaba presente en sus

primeros poemarios, paralelos en el tiempo a la escritura de su primer libro de reflexión estético-

poética Poesía practicable: “La mirada de la pureza es ciega./ Las manos de la inocencia son

hoces” (2006: 50)

La vida es mezcla, y en lo político y social las actitudes intransigentes de tendencia a la

pureza han derivado hacia pensamientos totalitarios, como el fascismo. Con su escritura, desde

el estilo, nos muestra también su pensamiento.

175
3.6.2. Elementos de las vanguardias históricas

Como reflejan sus ensayos de reflexión estética, Riechmann presenta una influencia del

pensamiento de Walter Benjamin y de Bertolt Brecht. Apela a la “estética del material” y aspira

al desarrollo de una práctica estética comunista. Así, en el texto que da inicio a su obra Poesía

practicable, con el mismo título, cita el artículo “La obra de arte en la era de su reproductibilidad

técnica”, de W. Benjamin (1990: 23-4).

Para Riechmann, curiosamente, “el “eslabón perdido” entre ambos grupos de artistas es

precisamente Walter Benjamin.”. Por ello remite al artículo “La obra de arte en su

reproductibilidad técnica”, el cual considera vigente para el análisis de la posición del arte en

el capitalismo industrial avanzado:

Acaso el objetivo más importante de la estética del material que esbozaron a comienzos de

los años treinta sea la abolición tendencial del antagonismo productor/consumidor en todas las

disciplinas artísticas, la formación de una nueva cultura estética en la que la participación activa

desplace a la recepción pasiva. (1990: 23)

También habla de ello en el texto titulado “Surrealismo y estética del material”, donde

reflexiona sobre los rasgos artísticos comunes que presentan la estética del movimiento

parisino, el surrealismo, y la de Bertolt Brecht, la estética del material. Riechmann las considera

“las dos aventuras artísticas más importantes del siglo” (1990: 86).

Uno de sus grandes maestros es el poeta René Char, componente del grupo surrealista, y los

procedimientos poéticos llevados a cabo por los surrealistas serán parte de los recursos que

emplee en su tarea de indagación, pues Jorge Riechmann entiende la poesía como territorio para

la exploración, le interesan especialmente los experimentos con el lenguaje.

Los rasgos surrelistas, materialistas y expresionistas cruzan la poesía de Riechmann a lo

largo de su obra, como muestra su poética implícita.

176
3.6.3. Hermetismo coloquial

En el ensayo “Las tenazas de la enunciación (sobre poesía clara y poesía oscura)”, Jorge

Riechmann se muestra a favor de la poesía hermética: “Suele llamarse poesía hermética a

aquella que, por su poder de extrañamiento, obliga al lector a enfrentarse críticamente consigo

mismo (...)” (2006: 127)

Defiende el hermetismo, comparte la idea de Georges Mounin según la cual el poeta debe

procurar poner la máxima atención en los medios para expresarse, “más que en los medios para

traducirse.” (2006: 128) Esto quiere decir que, desde esta posición de poesía de indagación, la

comunicación fácil con el lector no es algo que el poeta persiga.

Muchas veces en sus poemas el hermetismo se produce con un lenguaje completamente

coloquial. Esta mezcla entre formulación hermética y lenguaje coloquial es lo que denomino

hermetismo coloquial.

En este sentido, el hermetismo es una característica que distingue a una parte de la poesía de

Jorge Riechmann de la poesía social de los 50, o de la estética de la resistencia coetánea de

otros grupos poéticos, como por ejemplo Voces del Extremo (Huelva). Éstas últimas optan por

la formulación realista-narrativa más propicia para la comunicación con el lector, de denuncia,

con clara voluntad testimonial y reivindicativa. Son formas de resistencia poética diferentes en

su concepción. Jorge Riechmann cultiva tanto el hermetismo (Cántico de la erosión) como la

poesía de corte realista-narrativa (El día que dejé de leer EL PAÍS), de fácil comunicación, a lo

largo de su extensa obra.

En las notas a su poética implícita podrán apreciarse ejemplos de estos rasgos.

177
3.6.4. Orfismo social

La mitad de un bisonte, la mitad de un hombre, la

mitad de una mujer. Los tres pedazos buscándose,

palpándose, abrazándose. Minotauro y cautiva.

Maga hechizando a un cazador. Orfeo andrógino

liberando al gran bóvido. (…)

La conexión con todo lo viviente y la fuerza de

Eros son los recursos más valiosos, el hilo más

seguro hacia el exterior del laberinto opaco por

donde hoy erramos extraviados.

“El hechicero de la cueva de Chauvet”,

Jorge Riechann.

Resulta importante analizar el orfismo en la poesía de Riechmann, el carácter particular con

que se presenta. Como indicamos, hay una continua reflexión existencial, más allá de la social,

que desemboca en poemas cargados de angustia y una constante apelación a la muerte en gran

parte de sus poemarios. Este carácter existencialista lo apreciamos desde las primeras obras. De

ahí que muchos de sus poemas articulen un hermetismo y un orfismo (2011: 68-69) no tan

propios de la poesía social de la generación del medio siglo, como tampoco se da en otras

prácticas actuales de la poesía de la conciencia crítica.

Para aproximarnos a este rasgo fundamental de su obra, nos será de gran ayuda detenernos

a observar la tensión que se produce entre dos polos que coexisten en su poética: por un lado,

lo órfico (que conecta con su línea de exploración con el lenguaje, con la indagación y la poesía

como conocimiento); por otro, el movimiento interior-exterior (personal-social)/ exterior-


178
interior (social-personal), o sea, su impulso social, el contacto con los conflictos de nuestro

tiempo histórico, lo cual se traduce en los temas o subtemas sociales (ecológico, político, moral,

ético, etc.) que conforman la mayor parte de su obra. La relación entre ambos polos ha

conducido a lo que podemos llamar un orfismo social.

Autores como Francisco Ruiz Soriano o Carlos Peinado Elliot, entre otros, se han adentrado

en los poetas órficos, analizando esta línea poética y los rasgos que los caracterizan. Así lo hace

el primero en Poetas órficos y el segundo en Tras las huellas de María Zambrano. Jorge

Riechann comparte con ellos ese descenso a los infiernos, que conduce a una exploración, una

búsqueda de conocimiento que constituye al mismo tiempo una búsqueda de salidas del tántatos

capitalista que permitan la vida de todos los seres vivos que poblamos el planeta. Comienza con

el sentimiento del desconsuelo, con pesimismo activo de corte gramsciano (optimismo de la

voluntad), y sobre todo es guiado por una fuerza erótica subyacente en su poesía del tánatos

(como denominaos a la primera etapa29), porque en el fondo lo que persigue son salidas para la

vida (el restablecimiento de los equilibrios ecológicos, económicos, políticos, sociales… tras la

hibris del capitalismo). Para ello, la palabra poética será un valioso recurso exploratorio, un

agente, como señalamos en el epígrafe Eros/ Thanatos, en sí mismo erótico, con poder

erotizador. Siguiendo a René Char, la poesía constituye un territorio de indagación. No

olvidemos que Indagación de la base y de la cima contiene esa conexión entre indagación, arte,

pensamiento y práctica revolucionaria del poeta francés, por cuya traducción Jorge Riechmann

obtuvo el Premio Stendhal (2000). En Jorge Riechmann, el restablecimiento de los equilibrios

parte sin duda de un pensamiento ecologista y marxista al mismo tiempo. También, feminista.

El restablecimiento de los equilibrios ecológico (entorno physis) y social (entorno polis) se

encuentran conectados, y el poeta los persigue con ese impulso órfico y la pulsión erótica que

29
Véase el apartado 4. Etapas en la poesía de Jorge Riechmann, donde señalamos la Poesía del Thanatos:
desconsuelo activo, y, posteriormente, la Poesía del Eros: poética de la vinculación.

179
lo mueve en medio del tánatos social capitalista, lo cual conduce a lo que podemos llamar

“orfismo social”.

Otro de los rasgos que comparte con los poetas órficos es el paralelismo con la visión del

poeta como chamán, como visionario. En este sentido, y siempre tensionado por la dimensión

social, Jorge Riechmann no renuncia a vislumbrar la realidad, no aparta los ojos, lejos de ello

afirma con decisión en los Poemas lisiados: “Falta lenguaje/ para decir/ el horror que viene”

(2012: 14).

¿Cómo es este Orfismo? ¿Cómo se va decantando a lo largo de sus poemarios? En sus dos

primeros libros escritos (que no publicados) aborda una poesía de carácter íntimo,

esencialmente personal, y no es hasta el tercero cuando comienza a abrirse lentamente a las

preocupaciones de un mundo en crisis, cuestiones de carácter social que poco a poco permearán

con fuerza hasta llegar a convertirse en la preocupación central de la mayor parte de su obra.

En su cuarto poemario, Cántico de la erosión, puede apreciarse un salto de un abismo personal

al abismo social. Como se verá, las preocupaciones humanas y sociales en la obra de Riechmann

siempre aparecen ligadas a un sustrato humanista, a un fondo donde el problema en sí no se

presenta solamente revelando el conflicto social, sino en las implicaciones humanas que entraña

el conflicto. La obra de Riechmann revela los sentimientos, los valores, el comportamiento y la

forma de convivencia que se ocultan y se derivan de los conflictos sociales provocados por el

capitalismo. Los conflictos sociales se encuentran ligados a profundos conflictos humanos. Hay

un plano ético y personal paralelo al plano político e histórico en que se produce el conflicto.

Una de las virtudes de la poesía de Riechmann es su capacidad para revelarnos ambos aspectos,

su capacidad para moverse en ambos planos, que por otro lado son partes de una misma

realidad, dado que todo conflicto social es un conflicto humano, e incluso es preciso extenderlo

al resto de seres vivos con que compartimos el planeta, teniendo en cuenta que uno de los

grandes conflictos de nuestro tiempo es la crisis ecológica, la destrucción del hogar compartido.

180
Por ello podemos observar una especie de Orfismo, de descenso a los infiernos, descenso a

un inframundo que es nuestro mundo, mundo inmundo. Este descenso se produce a los infiernos

humanos interiores y a los infiernos de la realidad social. Resultan sumamente ilustrativos los

siguientes versos del poema “Este sordo acezar” del poemario Material móvil, escrito entre

1987-1988:

Quiero abrazarte

Mis manos de acero

te romperían la cintura

Quiero besarte

mis labios de cobre

te abrasarían el rostro

De la muerte vengo

A la muerte voy

Sobre el yunque de orfebre

sigo batiendo

mi muerte diminuta. (2011: 260-1)

Ambos descensos en Jorge Riechmann están ligados, dado que los primeros poemarios

presentan un abismo interior y los que le suceden un abismo exterior. Y es en relación a ese

abismo exterior donde se yergue una especie de orfismo social que testimonia y explora en los

territorios de la muerte cotidiana de los seres humanos y el resto de seres vivos en la sociedad

capitalista (tánatos).

Hay una suerte de orfismo social en Jorge Riechann, un descenso a los infiernos humanos

interiores ligado de este modo a un descenso a los infiernos de la realidad social.

181
Con poemarios como Donde es posible la vida y La lengua de la muerte, ambos escritos

también entre 1987-1988, expresa el tánatos que nos rodea, el tánatos que habitamos y del que

formamos parte. Nos sitúa en los dominios humanos de un mundo que agoniza, un mundo

herido de muerte, como podemos observar con los primeros versos de Donde es posible la vida,

en el poema “Nacimiento telúrico”. ¿Cómo será ese nacimiento?: “Nace dentro de la muerte de

su madre,/ en un vientre de escombros,/ sin rescate posible.” (2011: 315) La imagen es horrible:

el niño del poema viene al mundo del vientre de una madre moribunda. En parte es nuestro

planeta, es la matria que destruimos con los excesos, el niño que viene al mundo se alimenta

de la muerte y produce y reproduce muerte. Observamos los rasgos expresionistas con los que

transmite la angustia y el horror en el poema. Rasgos que se repiten en La lengua de la muerte,

como podemos apreciar en el poema “En el libro de huéspedes del hotel del Abismo”:

Todo tu equipaje

es una herida abierta.

Los deleites del Báltico son fosfato y mercurio.

Niños deformes nacen y pescados monstruosos,

pero vas aprendiendo felizmente

a convivir con el veneno.

(Nada sorprende al monstruo

en un mundo de monstruos.)

Esa herida enconada

es lo único que hoy puedes

llamar humano. (2011: 338)

El poema manifiesta el desconsuelo, la muerte, la angustia por un mundo moribundo. Y esa

angustia expresa una crisis personal del poeta, conectada con una crisis social. Ambas son

reflejo y producto de un ser humano en crisis, como es el ser humano de nuestro tiempo, un

tiempo atravesado por la muerte. Cuando algo muere otra cosa comienza. En este tiempo de

182
grandes transformaciones, este tiempo en crisis en que lo que muere es el planeta, en que los

valores también se están transformando y el tánatos recorre las relaciones sociales con un

individualismo neoliberal que no deja de destruir los vínculos colectivos, todavía no conocemos

qué sociedad vendrá mañana, porque nos encontramos en el momento de crisis. Lo que sí

conocemos y el poeta nos lo denuncia, es que estamos atravesados por la muerte, en un mundo

donde es posible la vida.

Este orfismo social nacido del tánatos, lo conduce poco a poco a la poética de la vinculación,

donde la fuerza de eros cobra cada vez mayor protagonismo. Podemos considerar la poética de

los vínculos, el concepto central de vínculo en su obra y todo cuanto implica, como uno de los

hallazgos del poeta en su camino por territorios del horror y la muerte. El vínculo es el elemento

relacional que constituye la fuerza erótica según lo define Sigmund Freud. Es precisamente

aquí donde situamos la conexión del poeta con lo sagrado, según su propia concepción de lo

sagrado, como define en el libro de prosa poética Desandar lo andado:

4. Existe lo sagrado, pero no hay trascendencia.// 5. Necesitamos orar (ponernos en conexión

con ese sagrado): pero no hay ningún Dios. (…) 7. Si lo sagrado está en algún sitio, yo lo localizo

en la vinculación. Los vínculos son internos a este mundo.// 8. El lenguaje es, para nosotros —

carne que habla—, la primera y más fundamental forma de vinculación. (2001: 42-3)

Por el contrario, la destrucción de los vínculos precisamente es lo que caracteriza la pulsión

tanática. La poética de los vínculos es otra forma de resistencia, con mayor potencia por eso

mismo, ante el tánatos de nuestro tiempo. Su fuerza propositiva, su acción vinculadora, va más

allá del testimonio y desde la dimensión indagatoria constituye en sí misma no sólo una forma

de exploración en la búsqueda de equilibrios sociales y humanos para el futuro sino una forma

de comenzar a tejerlos, de modo siempre precario, por medio de la poesía, debido precisamente

al poder vinculador propio de la palabra poética. La poesía, como sabemos, establece vínculos

entre realidades aparentemente separadas mediante recursos como la metáfora o el símbolo.

183
Contiene por lo tanto también el poder de proyectar e imaginar otra realidad, o de ofrecernos

una visión que antes no existía. Ese poder erótico, vinculador, propio de la palabra poética, con

la conciencia indagatoria (tensión de la dimensión vertical de la poesía en la que situamos el

orfismo social) que desarrolla el poeta, lo conduce a la poética de los vínculos. Podemos

considerar, siguiendo el símil órfico, que esta poética es un abrazo con eros: un hallazgo. Es al

mismo tiempo una forma de resistencia a los territorios de tánatos, en la búsqueda de salidas

para el siglo XXI, que Jorge Riechmann denomina El siglo de la gran prueba. Por ello, nos

dice en su obra de prosa poética Conversaciones entre alquimistas: “La conexión con todo lo

viviente y la fuerza de Eros son los recursos más valiosos, el hilo más seguro hacia el exterior

del laberinto opaco por donde hoy erramos extraviados.” (2007: 29) El texto lleva el

significativo título “El hechicero en la cueva de Chauvet”.

3.7. EL POETA TRADUCTOR

La traducción también es vínculo, vínculo entre culturas, vínculo entre personas, vínculo en

la medida en que la vida cotidiana y la relación con el mundo es una continua labor de

traducción.

En Canciones allende lo humano dedica un texto a la traducción de la obra de René Char,

“René Char la aventura prodigada”, en el que cuenta que hizo una reveladora anotación en su

primera lectura del poeta francés: “Por fin he encontrado a mi poeta, al poeta mío por necesidad

íntima y universal.” Y continúa: “A más de seis años de distancia —y mediando traducciones

mías de su poesía, una visita que le hice en su Provenza natal y un duradero entrañamiento en

su palabra— no puedo sino ratificar aquel juicio dictado por mi felicidad inicial.” (1998: 97)

184
No sería exagerado afirmar que René Char, probablemente, es el poeta que más ha influido

en la conformación de la poesía de Jorge Riechmann, sin bien no es el único autor, ni mucho

menos, que ha ejercido una importante influencia en su obra.

En otro texto de Canciones allende lo humano, “El amor del trujamán. Notas sobre la

traducción de poesía”, aborda ampliamente la labor del traductor de poesía. Para el autor, “la

traducción de poesía es una operación poética”. En la línea de autores como Octavio Paz y

Patrice Pavis, a los cuales se refiere en ese ensayo, Riechmann considera que la traducción

literaria es una creación o recreación. En este sentido, destaca además la concepción de la

traducción como diálogo entre culturas, citando un fragmento de El signo y el garabato, donde

Octavio Paz señala: “Nuestro siglo es el siglo de las traducciones. No sólo de textos sino de

costumbres, danzas, artes eróticas y culinarias, modos y, en fin, toda suerte de usos y prácticas,

del baño finlandés a los ejercicios yógicos”. (1998: 105) Siguiendo esta idea, dice Riechmann:

Cabe imaginar otra forma de encuentro entre los pueblos: el de un diálogo entre iguales, un

intercambio libre, una comunicación menos deformada por la explotación y el dominio. La

traducción literaria es uno de los modos en que ―incipientemente, y con las importantes

restricciones que antes señalé— se realiza ese diálogo entre culturas. (1998: 113)

Entre las restricciones a las que se refiere se encuentra la influencia de las instituciones

culturales, que pueden favorecer con subvenciones la traducción a otras lenguas de obras con

determinado acervo cultural y excluir a otras.

Llegados a este punto es preciso resaltar que la perspectiva crítica está presente, pues,

además de en su poesía en su labor como traductor. Y ahonda:

El traductor es esencialmente un vaso comunicante entre dos culturas. En el caso de una

comunicación lograda, lo que transmite es más que un segmento de materia lingüística: puede

llegar a ser una entera configuración de las experiencia social y estética. (1998: 113)

185
Riechmann destaca también la traducción como fenómeno de lectura: “Traducir un poema

es leerlo de manera especialmente intensa y rigurosa” (1998: 111). Sin eludir que traducción es

traición, finalmente considera que “traducir poesía es casi siempre una derrota. // Pero hay

derrotas honrosas y derrotas indignas.” (1998: 114)

Como resultado de lo anterior, Riechmann considera la traducción un género literario con

sus respectivos subgéneros (según se traduzca poesía, teatro o ensayo). Fruto de su labor como

traductor, el autor ha recibió el Premio Stendhal de Traducción en el 2000 por su versión de

Indagación de la base y la cima, de René Char. También ha traducido al poeta y pintor belga

Henri Michaux, y a los autores alemanes Heinrich Von Kleist y Heiner Müller. En su obra La

estación vacía aparece un poema titulado con el nombre de Von Kleist.

186
Portada de Indagación de la base y de la cima, por cuya traducción

fue galardonado con el Premio Stendhal (2000).

187
188
3.8. MATERIALISMO ABIERTO: TRANSPARENCIA

Encontrarnos como dos amantes en su claridad

tibia, pero superar incluso la ferocidad del desnudo:

envueltos cada uno en el afecto transparente de las

palabras del otro encontrarnos, compartir el beso, el

calor añejo del aguardiente, una morada en el tiempo

como el corazón matinal de un árbol.

Jorge Riechmann

Jorge Riechmann admite la existencia de lo sagrado pero no de la trascendencia: “4. Existe

lo sagrado, no la trascendencia// 6. Ojos cerrados, ojos abiertos: el poema es una forma de

oración (...) Sin embargo, no hay textos sagrados ni poemas sagrados.” (2001: 42) Ahora bien,

lo sagrado lo sitúa en un plano material, concretamente en los vínculos que unen a los seres

vivos. Hablamos de un materialismo profundo, que implica el amor por los vínculos que forman

la vida y constituyen lo humano, vínculos que además nos conectan con el resto de seres vivos,

con todo.

El sentido espiritual de la poesía de Jorge Riechmann, además de estar influida por otros

autores entre los que se cuentan René Char, lo está en cierto grado por el poeta y sacerdote José

Mascaraque, con quien establece amistad. El fragmento citado está extraído de la composición

“Del inacabamiento, la libertad”, que, no por casualidad, además de ser homenaje a Cornelios

Castoriadis dialoga con José Mascaraque (según indica en nota al final del libro). La

publicación del poemario Poemas prójimos, de J. Mascaraque, en la colección Hoja de la

editorial Germania, dirigida por Riechmann, con el epílogo del propio Riechmann (“En la

lectura de los poemas prójimos de José Mascaraque”), es una muestra de la relación que

mantienen ambos.

189
Mucho antes, en su primer libro de reflexión poética, Poesía practicable, se posicionó en la

equidistancia entre inmanencia y trascendencia, un espacio en el que se moverá en cierto modo

una parte fundamental de su pensamiento poético, como podemos comprobar con la noción de

“lo abierto del mundo que está ahí” que va desarrollando a lo largo de su obra. He aquí el

fragmento referido de Poesía practicable, del texto titulado “Veredas en el año 1984”:

“Ética de la inmanencia: pues que el ser humano vive traspasado de muerte, de finitud. (Y

sin embargo tendríamos que matizar; inmanencia abierta, surcada de presencias, trascendente en

cierto modo). Éxtasis: ec-tasis, salida a lo abierto.

La finitud y el éxtasis, interrogándose recíprocamente en una conversación inacabable”

(1990: 70)

Llegamos a un punto sumamente interesante, pues en la cita con la que comenzamos el

epígrafe el poeta negaba la trascendencia. No obstante, vemos que matiza las palabras en este

otro, donde llegó a afirmar la idea de inmanencia abierta. La noción de lo abierto resultará

fundamental para el desarrollo de sus planteamientos poéticos, y como podemos observar ya se

encontraba en Poesía practicable. Y en esta zona equidistante entre inmanencia y trascendencia

de que nos habla el poeta es donde aparece otro concepto, el de transparencia. El propio autor

lo utiliza en el mismo texto: “Maneras de morar en lo abierto. En el límite, una praxis de la

transparencia.” (1990: 68)

Probablemente, la noción de transparencia sea la que mejor nos sirva para comprender estos

planteamientos de la poética de Jorge Riechmann. El autor habla de “inmanencia abierta”, una

inmanencia con posible salida a lo abierto (éxtasis), lo cual constituye una contradicción, que

como observamos podemos resolver con el concepto de transparencia. El planteamiento de

Jorge Riechmann no se encuentra del todo alejado del concepto de transparencia de Leonardo

Boff, como comprobamos por este artículo publicado por el teólogo en la Revista Electrónica

Latinoamericana de Teología, RELaT (14/12/2007), donde lo define con estas palabras:

190
“Ésta afirma que la trascendencia se da dentro de la inmanencia sin perderse en ella; de lo

contrario no sería realmente trascendencia. La inmanencia carga dentro de sí la trascendencia

porque se presenta siempre como una realidad abierta a interminables referencias. Cuando eso

ocurre, la realidad deja de ser trascendente o inmanente. Se hace transparente. Encierra dentro

de sí la inmanencia y la trascendencia.” (Boff, 2007)

No obstante, es preciso señalar lo que diferencia al planteamiento de Boff del de Riechmann.

Para Boff, la trascendencia es el modo como podemos hablar sobre Dios y a partir de Dios.

Jorge Riechmann no cree en la existencia de Dios, lo expresa claramente por citar un ejemplo

en el texto que citamos al comienzo, procedente de Desandar lo andado: “Necesitaos orar

(ponernos en conexión con ese sagrado): pero no a ningún Dios. No hay tal Dios” (2001: 42)

Por otro lado, recordemos que el poeta tiene su propio concepto de lo sagrado, el cual sitúa en

los vínculos que constituyen la vida, o más ampliamente en la noción de vinculación. Cuando

hablamos de poética de la vinculación, en este sentido, podemos decir que es una poética de lo

sagrado.

Con esta idea de salida a lo abierto, éxtasis, transparencia, comprobamos claramente rasgos

místicos en la poesía de Jorge Riechmann. La transparencia para Boff es ese espacio surcado

por Dios; para Riechmann será el espacio donde es posible la poesía, el espacio donde la

recibimos como don, como diría Zambrano: lo abierto. Dios o poesía: creador o creación, al fin

y al cabo. La transparencia sería comunicación con lo abierto. Y el poema, para Riechmann, es

una forma de oración.

Otro punto de conexión entre ambos lo hallamos en la noción de símbolo que alcanza Boff

con la noción de trascendencia: “En esta paradoja la transparencia adquiere relevancia. Ella

hace que lo inalcanzable (trascendencia) se vuelva alcanzable a través y dentro de algo concreto

(inmanencia), pero transfigurándolo en símbolo (transparencia).” (Boff, 2007) Para Boff, el

símbolo es transparente. Del mismo modo, podemos considerar que en poesía, siguiendo el

191
enfoque de Riechmann, los símbolos son recursos literarios que nos permiten contener lo

abierto en algo cerrado como es una palabra, surcando de presencias lo inmanente. Y en sentido

más amplio, el lenguaje humano, en tanto lenguaje simbólico, resulta necesariamente

transparente.

Inmanencia y trascendencia: difícil equilibrio entre ambos planteamientos que se resuelve

en lo abierto, espacio señalado por esta partícula tan importante que adopta el poeta, en la

tradición de Heidegger, para designar el punto concreto de la existencia: “ahí”. No cabe duda

de que resulta complejo y paradójico armonizar en un mismo pensamiento diferentes enfoques

filosóficos como son el marxismo y el existencialismo, combinando el materialismo con

nociones de ontología heideggeriana, donde además de ello cabe cierta forma de mística con

planteamiento materialista, con la que nos propone el éxtasis como “salida a lo abierto”. En

efecto, resulta complejo y tal vez contradictorio, pero observamos todos esos rasgos y matices

en la poética de Jorge Riechmann, porque se trata de una poética compleja.

En Desandar lo andado expresa la idea de un materialismo sagrado conectado con los

vínculos del mundo: “Si lo sagrado está en algún sitio, yo lo localizo en la vinculación. Los

vínculos son internos a este mundo.” (2001: 43)

Aunque este materialismo espiritual también dialoga con Marx y con Manuel Sacristán: “Ahí

sería entonces un materialismo radical, en la medida en que concibamos el materialismo ―a la

manera de Marx y de Manuel Sacristán― como inmanentismo integral, y pensemos la verdad

en términos de cismundanidad.” (2005: 43)

Idea que establece diálogo y se complementa con esta otra, según la cual el materialismo no

excluye lo sagrado:

192
El cielo del materialismo no está huero: es también un espacio para la epifanía de lo sagrado,

para el despliegue del poder de creación de los seres humanos. (La crítica marxiana de la religión

se aplica a la idea de Dios, no a la experiencia de lo sagrado.) (2001: 43)

Para Riechmann “no hay un afuera mítico donde pudiéramos reencontrar el sentido de la

pureza perdida.” (2006: 43) Por ello el autor habla de abolir la nostalgia del origen: “Los

orígenes son tan mestizos e “impuros” como nuestro corrupto presente: y no querer reconocer

esto es lo que llamo la ilusión del origen” (2006: 43) El poeta se opone al sentimiento de

nostalgia por un paraíso pasado o futuro, por un supuesto mundo paradisíaco localizado en el

pasado o el futuro. En este sentido, en Cántico de la erosión propone “Abolir la nostalgia”,

como titula uno de los poema, que comienza con estos versos: “Es la hermana tullida del deseo./

De nada verdadero se predica./ Le place avasallar: busca vasallos.” (2011: 135) Y en

Resistencia de materiales, relaciona la nostalgia con la muerte:

Así, no yerra Jean Roudaut30 cuando escribe que René Char “a una poesía de la nostalgia,

enunciadora de la muerte, opone una poesía de la presencia que toma postura contra su

obsesión sin por ello desconocerla. La revolución que opera la poesía de la aceptación estriba

en sustituir la fascinación estéril de la ausencia por el asentimiento, por muy difícil que resulte,

a lo que es. La poesía constituye el motor de esa transformación.” (2006: 43)

La nostalgia nos conduce al sentimiento y al pensamiento sobre lo ausente, y el poeta es

poeta de presencias, de la vida que sucede en el momento presente. El poema puede convertirse

en un camino hacia la experiencia intensa de lo vivo, de lo que acontece a nuestro alrededor. El

poema, la poesía, se convierte en un poderoso vínculo con lo vivo, siendo en sí misma territorio

del vínculo pues son los vínculos entre palabras, significados, imágenes y cosas del mundo las

que conforman el poema. El vínculo es el rasgo fundamental de la poesía, como lo es también

30
El texto que cita el autor es Prefacio a las Oeuvres complètes de René Char, París, La Pléiade, Gallimard, 1983,
p. 24.

193
el de la vida. Y la poesía contiene el potencial de conducirnos hacia espacios de la realidad a

los que no tendríamos acceso de otro modo más que con el lenguaje poético. La poesía posee

el poder de presentarnos el vínculo con todo lo vivo. Por ello, nos dice en Canciones allende lo

humano:

“Se podría partir del dictamen de Rimbaud: si la verdadera vida está ausente, la poesía sabe

que más bien está presente-ausente, y conserva la memoria de la vereda que lleva hasta ella. Aquí

podríamos hablar de algo sagrado, en un sentido nada confesional: algo que para mí no es

trascendente sino inmanente a nuestro mundo, y que se manifiesta en la vinculación o en ese

punto de incandescencia que la poesía sabe preservar de la extinción.” (1998: 91)

En consecuencia, “ningún poema deja el mundo intacto” (1998: 91), idea ésta que se

encuentra también presente en otros de sus textos. La transformación que produce la poesía,

para Riechmann, no es directa en la mejora de las relaciones sociales, sino que se produce más

lentamente, “porque los cambios que produce la poesía se mueven a otro nivel menos visible.”

(1998: 91)

A continuación nos preguntaremos sobre lo abierto, ese espacio donde se produce la poesía

y que Jorge Riechmann localiza con la partícula “ahí”.

194
Portada del libro Conversaciones entre alquimistas, una de las obras en las que podemos

observar la atención hacia “lo abierto del mundo que está ahí”.

195
196
3.9. LO ABIERTO DEL MUNDO QUE ESTÁ AHÍ

Sólo estar ahí

Sólo eso: ahí

Jorge Riechmann

La apertura al mundo (ser-ahí), que apunta al Dasein heideggeriano, ya estaba presente en

su primera obra de ensayo estético y poético, Poesía practicable. El existencialismo del filósofo

alemán atraviesa hondamente la poesía del desconsuelo que practica Riechmann desde sus

primeras obras hasta que cristaliza la poética de la vinculación. No obstante, esta concepción

del “ahí” es más limitada que la que desarrollará a partir de Desandar lo andado31, la que

caracterizará su poesía de la vinculación. El poeta toma amplia conciencia del “ahí” en libros

posteriores, donde va conformando su particular noción de esta palabra, no en un primer

momento. El punto de inflexión lo localizamos en el libro señalado: Desandar lo andado. En

poesía practicable, hallamos esta reflexión:

El doloroso e irrenunciable movimiento de apertura al mundo, de acogida de las otras

realidades en nuestra limitada realidad personal. Causa vértigo, causa angustia, causa un pánico

cerval. Aventuramos la vista más allá del minúsculo círculo de la costumbre y los ojos ―nos

parece― se dilatan hasta el estallido. (1990: 146)

Es decir, la apertura al mundo de Poesía practicable y de su poesía del desconsuelo está

asociada a la angustia ante el horror y la muerte existente en la realidad, a un despertar a la

realidad de la existencia, que para Heidegger es la consciencia de la finitud, y que Riechmann

formula apelando a una “acogida de otras realidades en nuestra limitada realidad personal”.

31
Aunque el propio autor sitúa la “aparición del ahí” en el poema “Cuando estás ahí” de La estación vacía (2011:
695), será Desandar lo andado la obra que abra el nuevo camino que tomará su poesía posterior, determinado por
la irrupción del ahí y por el protagonismo de las fuerzas del eros, como él mismo explica (2006b: 109).

197
Esas otras realidades (ahí la dimensión de alteridad), son las realidades del horror y el

sufrimiento que padecen tantas personas y que el individuo, en la sociedad capitalista, no

percibe a causa de la alienación y de la hipnosis colectiva, como reflexiona el autor. En la

apertura al mundo de la poesía del desconsuelo, está el despertar a otras realidades (alteridad),

que son las realidades del horror social, del tánatos capitalista, de la destrucción.

En Ahí te quiero ver, “heideggereando un poco” dirá: “Los otros animales sí que son dasein.

En cambio/ para nosotros volver a estar ahí/ es el final de un largo viaje que no acaba.” (2005:

25) Admite una posición cercana al existencialismo. Si bien es cierto que en su poesía

encontramos la angustia ante el horror de la realidad tanatizada, su poesía de la vinculación no

propone la angustia existencial como algo necesario para la vida; propone la construcción de

vínculos, el Eros, como fuerza de vida, para la transformación de una realidad tanatizada. Se

trata de un impulso erótico y revolucionario, pues está orientado al plano social, colectivo, en

sus distintos ámbitos (económico, ecológico, político, etc.) en el contexto socioeconómico del

tardocapitalismo.

Alberto García-Teresa señala que “’ahí’ es un deíctico que implica inminencia (porque no

es ‘aquí’), proximidad (pues no es ‘allí’), constatación de presencia, de existencia, del ahora, y

que permite conectar, no en vano, como dice el propio escritor parafraseando a Bertolt Brecht,

‘con el mal tiempo presente’” (2014: 154) En efecto, el ahí de Jorge Riechmann implica también

el ahora, conecta en este sentido con la filosofía oriental, y nos proyecta hacia lo inmanente.

Ahora bien, esta inmanencia, como hemos precisado, es una inmanencia abierta, no cerrada, en

cierto sentido trascendente, surcada de presencias, que se corresponde con la noción de

transparencia.

198
Y más adelante en el mismo libro, el poeta afirma: “Tierra firme que aguantas mis trayectos

y errancias,/ cuerpo acariciado por el cual existo como cuerpo,/ infinito donde lo visible. Ahí.”

(2005: 51)

De alguna forma, se produce una reformulación del Dasein del filósofo alemán. El ahí al que

invita Jorge Riechmann es un espacio que alberga la dimensión de la poesía, el espacio de lo

poético, y el anhelo; no solamente la realidad del horror o de la muerte (tánatos). El ahí de Jorge

Riechmann es el espacio para los vínculos de alteridad con el mundo, con las personas y con la

Naturaleza, que construyen la vida (eros).

La irrupción del “ahí” de manera consciente produce un profundo reordenamiento de la

poesía de Jorge Riechmann, que en sus textos poéticos en prosa cobra forma en la publicación

del volumen Un zumbido cercano. En él, el autor reúne una selección de poemas en prosa y

prosas poéticas publicados a lo largo de toda su obra hasta el momento, en combinación con

otras correspondientes a dos libros por entonces inéditos: El miedo horizontal y Conversaciones

entre alquimistas. El primer texto de esta obra, “El hechicero de la cueva de Chauvet”, inédito

hasta entonces y que formaría parte del libro Conversaciones entre alquimistas, introduce

algunas de las claves esenciales de la noción de ahí. El texto contiene una extraordinaria

intensidad simbólica:

La conexión con todo lo viviente y la fuerza de Eros son los recursos más valiosos, el hilo

más seguro hacia el exterior del laberinto opaco por donde hoy erramos extraviados. Iluminado

de repente por la lumbre de la antorcha, abrazados a esa enigmática mitad de mujer, el Minotauro

de Chauvet nos recuerda lo que siempre supimos. (2003: 12)

El ahí abre el espacio de lo abierto, de la indagación, ese espacio de la realidad que incluye

la dimensión social pero también las profundidades del interior humano. La realidad en

cualquiera de sus aspectos conectados con la existencia, con la vida y con la muerte. Es por ello

también un espacio abierto al simbolismo, donde sin duda caben la angustia existencial, la

199
exploración a través de rasgos surrealistas, el acercamiento al horror de la realidad mediante

elementos expresionistas y la aproximación al otro con un lenguaje coloquial (a veces narrativo)

que no renuncia a la densidad semántica ―por ello a menudo con diferentes gradaciones de

hermetismo― ni a la densidad poética. Esa mezcla formal en el plano de la expresión y en el

plano del contenido, cargados de sustancia poética, persiguen el propósito de explorar, en la

estela del poeta René Char, caminos para lo humano y para la vida, que permitan “habitar esta

tierra sin ocluir sus enigmas ni cercenar sus posibilidades” 32. Se trata de una búsqueda que en

parte nos propone Desandando lo andado para poder caminar al mismo tiempo hacia una

sociedad más humana.

El espacio de ahí es el espacio de la poesía, pero también del mundo, de lo concreto del

mundo. El propio autor lo define en el epílogo a Ahí te quiero ver, “Ciencia, poesía y la noción

de ahí (cerca de Yves Bonnefoy)”, que dialoga con las ideas expresadas por Bonnefoy acerca

de poesía y ciencia en una entrevista de 1994:

El lenguaje ―en su función lógica y raciocinante― nos aleja del mundo, el mismo lenguaje

―en su función poética― puede aproximarnos de nuevo a él. Vuelta a las cosas, los seres y los

vínculos concretos: al mundo de las cualidades y las singularidades. Recomposición de lo que el

proceder científico disoció, analizó, redujo. Nueva vinculación ―religación― de lo que fue

separado. Todo esto es lo que, en los últimos años, he intentado trasmitir con la noción de ahí.

(RIECHMANN, 2005: 114)

Observamos, por lo tanto, entre otros dos rasgos asociados a su formulación del espacio

señalado por “ahí”: lo erótico (la vinculación, la religación) y la vuelta a lo concreto del mundo,

como territorio de la poesía, frente a la abstracción racionalizante propia de la razón. Con esta

32
En el prólogo “La poesía activa de René Char” a Poesía esencial, René Char. Traducción, prólogo y notas de
Jorge Riechmann. Barcelona, Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, 2005, p. 8

200
última idea observamos ecos de las reflexiones de María Zambrano sobre razón y poesía, que

desarrolló su obra Filosofía y poesía.

Y continúa: “Estar ahí significa, en esta dimensión epistemológica, permitir el desvelamiento

de lo singular, su aparición a través de la malla o costra de representaciones abstractas.” (2005:

114)

El ahí nos abre un espacio: el espacio de la poesía, conectado en todo momento con un

materialismo inmanentista, un materialismo paradójicamente abierto, que por lo tanto hemos

precisado como transparente. De este modo, la poesía es un “Acto de presencia”, título de uno

de los poemas en prosa de Cuaderno de Berlín. Mediante el ahí, o mejor dicho en el ahí,

accedemos a la poesía, para traerla de inmediato al mismo mundo al que pertenece logrando

traducirla o convertirla en comunicación: “Pero tu piel constante me recuerda siempre a tiempo

cómo la poesía es una disciplina de la presencia. La remisión inacabable del allende al aquende”

(2011: 226) Cuaderno de Berlín se publicó en 1989. La irrupción del deíctico ahí en la obra de

Riechmann es muy posterior, y sin embargo, en estas líneas podemos comprobar que este

concepto, que a su vez al irrumpir de modo explícito y consciente provocaría un reordenamiento

de toda su poesía anterior e incidiría en el nuevo camino de su poética posterior, ya subyace

como observamos en sus primeras obras. Por ello, Un zumbido cercano (2003), obra que resulta

del reordenamiento provocado por la irrupción del ahí, está compuesta por una selección, por

parte del autor, de prosas poéticas publicadas hasta la fecha, que incluye también el citado texto.

En Muro con inscripciones, poemario publicado en el 2000, expresa en los versos que abren

la obra: “Está ahí, está ahí, nosotros sólo// escribimos lo que estaba ahí, los nombres// como

huellas// sin fatiga pronunciadas por las cosas33.” (2000: 8)

33
Jorge Riechmann: Muro con inscripciones, Barcelona, DVD poesía, 2000. p. 8.

201
Sin duda recuerda a los conocidos versos juanramonianos “¡Intelijencia,/ dame el nombre

exacto de las cosas!”, de quien reconoce haber pasado de leer con incomodidad en los ochenta

de Poesía practicable, a hacerlo con admiración entusiasta en los años de su nueva etapa

marcada por la irrupción de la palabra ahí (2003: 14-15). Con Juan Ramón coincide en la idea

poética de dos profundidades 34 , que el Nobel andaluz expresa en el “PROLOGUILLO” a

Tiempo: “Dos profundidades, otra vertical al cenit y al na-// dir, y una, ésta, horizontal, a los

cuatro sinfines.” Y sobre ellas, Riechmann afirma:

Podríamos llamar a esas dos dimensiones, respectivamente, poesía de testimonio y poesía de

indagación (la validez de la distinción sólo se mantendrá si no olvidamos ni por un instante la

unidad esencial de las dos dimensiones). En la intersección de ambas, el ahí de lo humano.

(2006:144)

En efecto, esta distinción que ya realizó en el artículo “Empeños” escrito en la primavera de

2003 y publicado en la revista Zurgai en diciembre de ese mismo año, contiene claves de su

pensamiento poético. De un lado, la poesía testimonial, denunciadora, de crítica social y

política, reveladora del horror de una realidad tanatizada; que en el caso de Riechmann se

expresa desde el sentimiento del desconsuelo activo, el existencialismo y una actitud resistente

(inspirada en Char), de pesimismo activo (de raíz gramsciana) ante la realidad social, con

voluntad transformadora (Brecht). Esta poesía se formula desde un eclecticismo estilístico que

combina elementos surrealistas, expresionistas, herméticos, coloquiales, narrativos, etc.; y a

grandes rasgos avanza desde la oscuridad a la claridad y simplicidad expresiva de El día que

dejé de leer EL PAÍS. Del otro lado, la poesía de indagación, una poesía de estirpe simbolista,

también influida por René Char, que conecta con Juan Ramón Jiménez, José Lezama Lima y

Roberto Juarroz, entre otros, y también con la poética del silencio de autores españoles más

recientes como Valente. Esta poesía cobra una forma madura en su poética de la vinculación,

34
Jorge Riechmann. (2003). Empeños. En Zurgai [Poesía de la conciencia], 18-23.

202
una poesía del Eros que apela a los vínculos que constituyen la vida, y que indaga en lo abierto

que está “ahí”, una poesía realista de las múltiples realidades que conforman la realidad.

Recordando a Antonio Machado en sus Proverbios y cantares (“Tras el vivir y el soñar está

lo que más importa: despertar”), en el artículo “Empeños” Riechmann apela a despertar en

ambas profundidades:

Es posible despertar, es menester despertar en cada una de esas dos dimensiones poéticas. En el

caso de la poesía horizontal, ese despertar quiere decir conciencia crítica, memoria histórica,

desconsuelo ante las derrotas sin complacencia en ellas, herramientas para la des-alienación,

interrogación al lenguaje muerto. En el caso de la poesía vertical, despertar es extrañamiento,

procedimientos de des-aumatización, indagación en la cara oculta, silencio, compromiso con la

verdad. En cada una de esas dos dimensiones, lo que más importa, como decía Machado, es

despertar. (2003: 18)

En la horizontal, la desalienación; en la vertical, el extrañamiento, la desautomatización;

siguiendo la terminología de los Formalistas Rusos. Aquí traza, pues, su poesía de la conciencia

crítica: “Una poética de la conciencia crítica anudada a una poética de la extrañeza: una poesía

para despertar.” (2003: 18)

En este emplazamiento complejo, que se desplaza entre ambas dimensiones, entretejido y

cruzado por ambas profundidades, se sitúa el “ahí” de Riechmann. Merece la pena reproducir

el poema en prosa donde el propio autor localiza la poesía:

SITUACIÓN

Dos vías: dentro de la interminable espesura de las significaciones, o bien ―cenitalmente―

en el ahí. Se diría que la primera condena a un casto peregrinar sin fin, y ha de averiguarse si

discurre naturalmente por los territorios de la muerte. La segunda es un cauce prieto de paz que

203
se alimenta de sí misma. Yo me inclino para poder plantar toda la palma abierta de la mano sobre

la tierra roja.35 (2003: 17)

He aquí la mano abierta tocando la tierra roja, la palma que transporta el fruto del ahí, de la

dimensión vertical, al mundo social, he aquí el materialismo transparente de su realismo de

indagación, la poesía de la vinculación donde ambas dimensiones se completan y están

presentes como parte de una realidad compleja.

Y llegados a este punto es pertinente recordar que, como señala Vázquez Medel en las “Bases

para una Teoría del Emplazamiento”, estar emplazados hace referencia a las dos dimensiones,

espacial y temporal, en su raíz etimológica: “Estar emplazados (de plaza, lugar y de plazo,

tiempo) es estar citados en determinado tiempo y lugar para que demos razón de algo.”

(Vazquez Medel, 2003: 26) Precisamente Riechmann, al hablar de Juan Ramón, resalta sobre

las dos profundidades de la poesía que aquella vertical se corresponde con “la que intentó en el

poema Espacio”, mientas la horizontal la “asociaba con el “memorial largo en prosa” que es

Tiempo.” (2003: 18)

En “Arte breve” hay tres composiciones de Riechmann relacionadas con el pensamiento de

Heidegger. Vicente Luis Mora resalta la idea del estar ahí “como una continuación ética del

“dasein” del pensador alemán.” (Mora, 2006: 236).

35
Esta composición se publicó por primera vez en el volumen Un zumbido cercano (2003), donde se indicaba que
formaba parte del libro por entonces inédito Conversaciones entre alquimistas, que vería la luz en 2007.

204
Portada del libro Ahí te quiero ver, donde desarrolla poéticamente la noción de “ahí”,

abordada también desde el ensayo en otras obras, entre las que destaca Ahí es nada.

205
206
3.10. PENSAMIENTO E INFLUENCIA FILOSÓFICA

3.10.1. Existencialismo

Un ente

Que es un entre

Jorge Riechmann

La postura existencialista se describe muy bien en uno de los textos recogidos en su primer

poemario publicado, Cántico de la erosión, con el sugerente título “Albert Camus inmune a la

llaga”. En efecto, la propuesta del poeta, en conexión con el pensamiento existencialista, es

aceptar la angustia y la desolación como fuerza de vida, vivir permanentemente en la dolorosa

llaga, desde la dolorosa llaga, gracias a la dolorosa llaga. Y vivir del deseo de comunión (no de

la comunión: este matiz es importante pues en él está una de las diferencias de la poesía del

desconsuelo con respecto a la poesía de la vinculación) experimentado desde la angustiosa

llaga. Desde esta perspectiva, la angustia y la llaga son lo que dan fuerza a la vida. Riechmann

lo expresa así:

“Vivir de la fuerza de esos cartuchos en pensiones desconocidas. De la fuerza de la soledad,

el desamparo, la incertidumbre, la angustia. Vivir del deseo de comunión y de la ausencia de

armonía. Y hablo a sabiendas de vivir, y no de morir en vida. No me seduce la lógica de la

amargura.” (2011: 149)

Si aplicamos la Teoría del Psicoanálisis de Freud al existencialismo, podríamos considerar

la angustia un grito del eros ante la destrucción de los vínculos, ante la soledad y la ausencia,

es el grito de la energía erótica que resiste a la muerte, que clama vida. Por eso de algún modo

constituye un impulso, una reacción, del eros ante el tánatos. Pero la angustia no es el eros, es

la voz de alerta del eros, su llamada, una llamada de auxilio que clama con fuerza para

207
movilizarnos a la vida, para que busquemos lo que nos falta, para que reconstruyamos los

vínculos. La angustia, por tanto, es el sentimiento producido ante la ausencia del vínculo, donde

el vínculo debiera estar presente y no está, y de ello nace un grito de desconsuelo, un grito ante

el horror. El poeta escribe con el aliento que produce tánatos, el aliento de la angustia, tratando

de respirar la vida.

En el fragmento citado se aprecia esto mismo. Hay un impulso de eros, el “deseo de

comunión” generado por la ausencia de vínculos (que pueden ser sociales o personales según

la dimensión a la que aludamos; en todo caso, de alteridad, humanos). Pero es un impulso débil,

el grito del eros roto: que afirma el deseo de comunión pero no la comunión. En la poesía de la

vinculación, en cambio, se afirma la vinculación directamente como fuerza erótica de vida y,

con ello, en lugar de expresar la angustia y a través de ella la vida, proclama la vida

directamente, los vínculos que constituyen y forma la vida.

En su poesía del desconsuelo activo, la asusencia de vínculos (tánatos) le lleva a un

sentimiento de angustia, y entiende ese sentimiento como reacción y fuerza de vida. No es un

canto de nostalgia, si acaso es un canto que no sucumbe a la muerte, que clama el horror. Su

poesía del desconsuelo se hace desde la ausencia (realidad tanatizada) con el deseo y la

aspiración de eros. Su poesía de la vinculación es una afirmación de los vínculos (eros), opera

desde el eros, aun siendo consciente de que habita en un tiempo dominado por la destrucción,

por el capitalismo de la era tecnológica.

El pensamiento existencial también está presente, como se ha adelantado, en la idea del

Dasein. El Dasein heideggeriano, lo hemos comentado, atraviesa la poesía del desconsuelo del

poeta.

208
3.10.2. Heráclito

En la obra de Riechmann hay una fuerte presencia del pensamiento presocrático, y en

especial de la filosofóa heraclítea. Sin ir más lejos, ya se ha señalado, una de las ideas que

definen la esperanza de Riechmann proviene del pensamiento de Heráclito: “hay que esperar lo

inesperado, como nos enseñó el padre Heráclito, de lo contrario no se hallará. Hay que vivir

optando por el milagro, por el surgimiento de lo nuevo, por las probabilidades improbables.”

(2006: 113)

En la obra de Jorge Riechmann, la poética de la esperanza, de la atención a las posibilidades

improbables, del milagro en sentido laico, hunde sus raíces en el pensamiento de Heráclito. Por

otro lado, su pensamiento es representativo de la transformación constante de la realidad, del

mundo (“todo cambia”), y la poética de Jorge Riechmann es radicalmente transformadora.

3.10.3. Marxismo

Desde una perspectiva filosófica, la influencia del marxismo le llega con fuerza por medio

del filósofo español Manuel Sacristán, uno de los grandes introductores de la obra de Marx en

España. También hay que mencionar a Gramsci, el concepto de hegemonía es importante en su

obra. De todo ello deviene la alienación y la hipnosis colectiva que el poeta denuncia, las cuales

permiten la hegemonía del sistema capitalista. La idea gramsciana de “pesimismo de la

inteligencia, optimismo de la voluntad” también está presente en la obra de Riechmann. En la

poética del autor esto se manifiesta a través de su pesimismo activo, que le lleva a un

desconsuelo activo.

Desde una dimensión estética, el marxismo influye por medio de la Estética del Material de

Bertolt Brecht y del Surrealismo de André Bretón. Brecht es uno de los grandes autores que,

209
junto a René Char, integrante del grupo parisino, influyen en su obra. En el ensayo titulado

“Surrealismo y Estética del Material” de Poesía practicable, el poeta expresa que esas dos

corrientes estéticas, la primera liderada por Bretón, y la segunda por Brecht, constituyen las dos

aventuras estéticas más importantes del siglo XX. La influencia del surrealismo en su poesía le

llega directamente a través de René Char, cuya obra comienza a traducir de manera temprana.

Para Riechmann, “el eslabón perdido entre ambos grupos de artistas es Walter Benjamin”

(1990: 87). En el texto mencionado, el poeta explica los rasgos comunes que identifica entre

ambas corrientes a pesar de sus diferencias, entre ellos: la “función social del arte”, la

reintegración de “la poesía en el seno la vida”, la “socialización de la poesía”, la “abolición del

individualismo artístico” y la intención de “liberar al arte de su condición de paraíso de la

realidad (Yvan Goll), de superar la estética de la representación” (1990: 86-7)

3.10.4. Ecosocialismo y ecosofía, estética ecológica y limitación frente al desequilibrio

de la tardomodernidad prometeica

La principal característica de esta civilización es

de una torpeza literalmente ontológica. Consiste en

pretender vivir sin la vida, y cuando se empieza a

vivir sin la vida se acaba viviendo contra la vida.

Joaquín Araújo

Es la locura de la civilización de la hybris

Aunque lo llamemos

sociedad industrial

“Ecocidio”, Jorge Riechmann

210
Es fundamental señalar el trabajo de Jorge Riechmann en el campo de las ciencias sociales,

la moral, la ética y, especialmente, la ecología. Todo ello constituye una importancia capital

para su pensamiento y para su concepción poética, ya que ocupa una posición central en su

actividad investigadora, en sus planteamientos vitales y, en consecuencia, también en su poesía.

De su obra ensayística sobre ecología política es importante resaltar varias ideas

directamente ligadas con su dimensión tanto ética como poética. Entre ellas, la idea de la

contención y de los límites. En este sentido resulta fundamental señalar una serie de obras que

el propio autor ha denominado “pentalogía de la autocontención”, compuesta por los siguientes

libros de ensayos que siguen este orden: 1. Un mundo vulnerable, 2. Biomímesis, 3. Gente que

no quiere viajar a Marte, 4. La habitación de Pascal y 5. Todos los animales somos hermanos.

Sirve de introducción a este tema la descripción que aparece en la propia solapa de La

habitación de Pascal:

En esta Habitación de Pascal se reflexiona acerca de cómo encauzar el ímpetu de

autotrascendencia del ser humano (o quizá moderarlo, o ralentizarlo), hoy peligrosamente

magnificado por una tecnociencia prometeica; cómo concebir éticas de la suficiencia y políticas

de la autocontención en la era de la crisis socioecológica global; en definitiva, cómo pensar la

condición humana y el encuentro con el otro en circunstancias de “mundo lleno”. (2009)

Pero estas cuestiones no solo las plante en la pentalogía, también las aborda en otros libros

de ensayo como Entre la cantera y el jardín (2010), en donde expresa que “podría servir como

pórtico de su «pentalogía de la contención»”. Como señalamos al principio de este punto, la

reflexión ecológica se encuentra íntimamente ligada a su poética. Así pues, podemos encontrar

referencias directas a sus ensayos en Resistencia de materiales, por ejemplo en el texto “LA

ILUSIÓN DEL ORIGEN (diálogo con el Grupo Surrealista de Madrid y apoyándome en René

211
Char)”, donde reflexiona desde el enfoque literario sobre la Ilustración, la importancia de los

límites y la cuestión del origen, y donde al hilo de ello señala en nota a pie de página:

(…) agotado el primer impulso emancipatorio de la Ilustración, chocado como hemos con

los límites ecológico-sociales del mundo, se impone un movimiento complejo que, frente a la

linealidad y el carácter acumulativo que singularizan a la razón burguesa y al productivismo

industrial, acentúe el carácter de reflexividad. La Ilustración, topando con sus límites, vuelve

sobre sí misma, detecta sus carencias, ilumina sus propias zonas oscuras, y se reinventa como

Ilustración de la Ilustración; el progreso, analizando sus propios aspectos paradójicos

―”retroprogreso”—, se formula a fondo, etc. He desarrollado parcialmente esta idea en el

capítulo XII (“Regresos del progreso, sinrazones de la razón”) de mi libro Un mundo vulnerable.

Ensayos sobre ecología, ética y tecnociencia (...); y también en el opúsculo de Todo tiene un

límite (...) (2006: 40)

Ello nos lleva a la primera de las cinco obras que componen la “pentalogía de la

autocontención”, Un mundo vulnerable. Ensayos sobre ecología, ética y tecnociencia (2000).

La necesidad de construir un nuevo humanismo ecológico está estrechamente relacionada con

la importancia de los límites. En Resistencia de materiales dice: “Pueden escribirse tratados

enteros36 sobre la importancia de la noción de límite como piedra angular de lo que podríamos

llamar un nuevo humanismo ecológico, como cultura de sociedades encaminadas a hacer las

paces con la biosfera.” (2006: 129)

La idea de la tecnociencia como brazo ejecutor del espíritu prometeico, de la desmesura de

la Modernidad, como se ha señalado, ocupa una posición destacada en su pensamiento y sus

obras poética y ensayística. En la misma dirección, el pensador francés François Flahault

36
En este punto el autor señala dos de sus obras dedicadas al tema: Un mundo vulnerable y Todo tiene un límite
(ecología y transformación social).

212
reflexionaba precisamente sobre esta cuestión en su obra El crepúsculo de Prometeo37. Las

consecuencias de la actitud prometeica que ha adoptado el ser humano en la Modernidad, su

carácter profundamente autodestructivo para la especie humana y terriblemente devastador para

el planeta, son cuestiones fundamentales que centran el debate humanista sobre el presente y el

futuro del ser humano y de nuestro mundo. Flahaut habla de la desmesura, como ya los griegos

de la Antigüedad lo hacían con el concepto de hybris, la desmesura como trasgresión de los

límites que lleva a la destrucción, al desequilibrio y a la guerra. Riechmann critica las alabanzas

de la hybris Moderna que entona Nietzsche en La genealogía de la moral y en alusión a ello se

pregunta en Una morada en el aire: “¿Seremos capaces de extraer de aquellas experiencias

―que podríamos resumir en los nombres de los tres lugares: Auschwitz, Hiroshima,

Chernóbil― alguna sabiduría sobre el cascar y el plantar nueces para el siglo XXI?” (2003b:

24) Desde la reflexión moral en la búsqueda de salidas éticas a esta crisis civilizatoria, la

contención y la aceptación de los límites (humanos, sociales y del planeta) constituyen actitudes

protectoras de la vida. Jorge Riechmann propone la contención, en sintonía con planteamientos

ecosocialistas de pensadores precedentes como el filósofo español Manuel Sacristán ―cuya

influencia en el poeta es esencial y marcará hondamente su pensamiento―, como vía de

supervivencia.

La idea del límite, no obstante, no tiene por qué entenderse como privación o carencia. En

este sentido Riechmann nos invita a que lo veamos desde otra conciencia: “el límite es también

un recurso, una oportunidad. Partir no del miedo ante las catástrofes, sino de la aspiración a la

plenitud vital.” (2003: 45)

Frente a la hybris simbolizada por el héroe Prometeo, Riechmann reivindica que el trabajo

de lo humano lo representa mucho mejor otro personaje mitológico, Sísifo: “No me cansaré de

37
François Flahault: El crepúsculo de Prometeo, Barcelona, Galaxia Gutemberg-Círculo de Lectores, 2013.

213
repetirlo: nuestros héroes culturales deberían ser Sísifo ―el que no deja de empujar un peñasco

montaña arriba, pese a que rueda cuesta abajo una y otra vez― y el barón de Münchhausen

―el que trata de sacarse de sí mismo del pantano tirando de su propia coleta—.” (2013: 83)

Todo ello implica una profunda transformación del individuo y de la sociedad, de carácter

moral y cultural. En el último capítulo del libro Un mundo vulnerable, propone “Redefinir el

progreso: la idea de desarrollo sostenible”, caminar “Hacia una economía ecológica”, y “Una

revolución moral y cultural”, entre otras ideas. Por tanto, de lo que hablamos es de otra forma

de vivir, de habitar nuestro planeta, en equilibrio, que no por asumir los límites deja de aspirar

a la plenitud. En este sentido, Margarita García Canderia destaca, en su reflexión “La naturaleza

como modelo de resistencia: azar, emergencia y voluntarismo en la poesía de Jorge

Riechmann”, la relevancia de la noción de biomímesis, junto con la autocontención, para la

obra poética del poeta, la relación entre pensamiento ecológico y poesía:

Frente a la primacía de los medios emancipados de los fines, pero también frente a las alternativas

que propugnan una vuelta (imposible) a una naturaleza inmaculada e intocable, Riechmann trata,

mediante la poesía y el pensamiento ecológico, de devolver a la actividad humana esas raíces

con las que vincularla de nuevo con la naturaleza y el ser. (García Candeira, 2011: 191)

Nosotros, como el resto de seres vivos que pueblan el planeta, somos seres traspasados por

la muerte, el primero de los límites. En un mundo gobernado por una idea de progreso que no

acepta los límites reales, físicos y sociales, del planeta y que lo explota destrozando sus recursos

y provocando enormes desequilibrios (cambio climático, destrucción de la biosfera,

superpoblación, desigualdad creciente), aceptar la finitud y educarnos en la autocontención

suponen una propuesta de freno ante esta deriva de excesos a la que nos ha conducido el impulso

prometeico. Y por ello, la ecología ocupa el centro de una revolución cultural que aspira a salvar

nuestro planeta modificando la forma como nos relacionamos.

214
De la imprescindible revolución cultural ecologista formaría parte una ética ecológica del

trabajo, capaz de revalorizar el trabajo manual que produce y reproduce el mundo. En una

sociedad ecologizada no deberíamos aspirar a la supresión del esfuerzo físico, sino a su adecuado

reparto, lo cual exige superar la división clasista del trabajo (unos a la azada en el pegujal, otros

a la máquina de musculación en el gimnasio). El ocio ajeno a cualquier esfuerzo físico no

constituiría un valor: pero sí el trabajo con sentido y el ejercicio armónico de nuestras

capacidades esenciales. Por aquí se vislumbra una imagen de la vida buena que es a la vez

marxista y ecologista (2000: 332)

Llegamos a la idea del ecosocialismo, esencial en el pensamiento y la poesía de Riechmann.

Y del ecosocialismo a la “ecopoesía”, donde se trasluce este enfoque, como podemos

comprobar en los ecopoemas compilados con el título Con los ojos abiertos. Podrían mostrarse

numerosos ejemplos. El siguiente poema pertenece a la obra El corte bajo la piel:

SEGUNDA PROPUESTA PARA UN NUEVO ORDEN MUNDIAL

Esa no es mía sino de mi amigo Michel

pero vaya por dios y por la buena causa:

es primavera

y empieza una huelga general indefinida de árboles y plantas.

Paro absoluto de toda producción vegetal.

Ni una hoja, ni una flor, ni un fruto

―salvo media docena de ortigas esquiroles

y un puñado de líquenes que siempre están en Babia―

mientras no se solucionen los problemas

derivados de ciertas relaciones básicas

de cada cual consigo mismo

con sus sueños

con sus infiernos

con sus seres queridos

con sus enemigos de clase

con el futuro

215
con la lluvia ácida y el efecto invernadero.

Huelga general vegetal

con la siguiente consigna:

«convierte la mala leche en buena savia». (2011: 521-22)

En El día que dejé de leer el país, aparece un poema dedicado a Juan Carlos Mestre que

expresa una relación de profundo respeto por la naturaleza, la actitud necesaria para una

sociedad ecosocialista capaz de convivir en armonía con el planeta y, con ello, de superar la

devastación prometeica a que nos abocan los niveles de producción y consumo.

BOSQUE DE JUAN CARLOS MESTRE

Mestre come los pezones silvestres del manzano

y se convierte en tejón

y se envenena,

come los dulcísimos arándanos secretos

y se convierte en nutria

y se envenena,

come el veneno cerebrado de los hombres

y se convierte en pastor

y salva el bosque,

el bosque iluminado de su hija. (2011: 596)

Según el poema, Mestre come de la naturaleza respetándola y al final, como los árboles, deja

su fruto, y “salva el bosque”, lo que cultiva: “el bosque iluminado de su hija”. Mestre es parte

del bosque. Veamos otro poema del mismo libro:

216
ARS GASTRONOMICA, 1996

Al comer animales, recuerda:

los animales tenían su propia vida por vivir

hay seres humanos que no comen.

No lo digo para que te amargues la mala conciencia.

Lo digo para que disfrutes de la buena comida

y luego hagas algo más

que disfrutar de la buena comida. (2011: 588)

Son tan sólo tres ejemplos de su poesía para mostrar las raíces ecosocialistas de las que bebe

su poética. Podríamos citar muchos más ejemplos. La publicación del volumen centrado en la

relación de los seres humanos con el planeta nos revela hasta qué punto es importante el

pensamiento ecosocialista para su obra. En este libro, Con los ojos abiertos. Ecopoemas 1985-

2006, el autor reúne poemas procedentes de distintos poemarios publicados hasta la fecha.

Resulta más que significativo el concepto empleado en el propio título para describir, catalogar,

estas composiciones: “ecopoemas”. Podemos apreciar cómo resuenan ecos del poeta René

Char, con su planteamiento poético indagador y comprometido, para quien el poeta “asume

peligros perpetuos y renacientes en la medida en que rechaza, con los ojos abiertos, lo que otros

aceptan con los ojos cerrados: el beneficio de ser poeta” (Char, 1999: 43)

Jorge Riechmann tituló también así uno de los poemas del libro Baila con un extranjero, que

concluye con estos versos:

Ya no hay tiempo

Por primera vez en la historia

SE HA TERMINADO EL TIEMPO

(de educar a los hijos

217
mejorar las ciudades

regalar un dedalico de amor a quienes sufren)

Pero yo necesito ver lo que vendrá

después del tiempo. (2011: 469)

Afrontar el momento presente, la destrucción del planeta con la crisis ecológica, implica

mirar el mundo con compromiso, como decía el maestro René Char: con los ojos abiertos. Y

abrir los ojos, en estos momentos, significa mirar con ojos ecológicos, con la mirada que nos

ofrece la ecología. Jorge Riechmann asume esos planteamientos poéticos y ecológicos y los

traslada a la poesía. El poeta los expresa no sólo en sus libros de ensayo de tema ecológico,

también en los libros de reflexión poética (poética explícita) al tiempo que todo ello como

podemos observar toma también la forma de los poemas. Indagación y compromiso, no lo

olvidemos, son los dos ejes de coordenadas con los que propone un mundo con conciencia. De

ahí el título del último de los poemas que recoge Con los ojos abiertos, “Soñar lo suficiente

para penetrar la realidad”, donde encontramos ambos planos, indagación y compromiso.

A continuación, citamos un fragmento del diario de trabajo Una morada en el aire.

En la segunda mitad del siglo XX, hemos ido avanzando —a trancas y barrancas— hacia una

ética ecológica. Están sembradas también las semillas de una estética ecológica, cuyos valores

serían: sentido de la medida, sencillez, diversidad, funcionalidad, singularidad, durabilidad,

elegancia, aprecio por lo local, la vitalidad de la naturaleza y la fuerza del Sol. “De nada exceso”,

como comentaba la antigua sabiduría délfica. (2003b:46)

En efecto, sus “ecopoemas” hacen referencia a lo que podría tal vez denominarse una poética

ecológica, aunque me considero más preciso hablar de una dimensión ecologista, y por ser más

completos, ecosófica y ecosocialista –un término que abarca mayor amplitud de pensamiento

en su obra- de su poesía. Pese a que en Una morada en el aire describe la necesidad no sólo de

218
una ética, sino también de una estética ecológica, si tratamos de observar plasmados en su obra

poética esos valores que propone sobre cómo sería esta estética ecológica (sentido de la medida,

sencillez, diversidad, funcionalidad, singularidad, durabilidad, elegancia, aprecio por lo local,

la vitalidad de la naturaleza y la fuerza del Sol), observamos que no coincide completamente

del todo, al menos en el plano de la expresión, por lo menos en lo que respecta al sentido de la

medida. Claro que Jorge Riechmann, en este caso, se está refiriendo a una estética ecológica en

relación al comportamiento humano, no concretamente para la forma de escribir los poemas.

Por supuesto, los valores expresados aparecen plasmados en el plano del contenido de los

poemas. Niall Binns habla de la conexión entre poesía y ecología en los ecopoemas de Jorge

Riechmann observando en ellos un mecanismo de supervivencia:

El mecanismo de supervivencia que supone la poesía no surge de su

mitificación de un entorno armónico hipotéticamente vivido en el pasado, ni de

la amenaza de un apocalipsis ecológico, sino de la capacidad de representar la

naturaleza como “lugar del vínculo” y de respetar sus leyes como si fuese un

poema (…) (Binns: 2007: 325)

En efecto, hay una conexión profunda entre poesía y naturaleza, entre poesía y ecología, en

la poética de Jorge Riechmann, que guarda relación con el concepto de “vínculo”, que

desarrollo en los apartados dedicados a la “poética de la vinculación”, rótulo con que podemos

denominar su segunda etapa. La conexión con la naturaleza es uno de los rasgos de la poética

de la vinculación, pues es precisamente en la naturaleza donde encontramos los vínculos que

conforman lo vivo.

La extensión y la solidez de los fragmentos en prosa poética, o la longitud de muchos de sus

poemas, a menudo constituyen la forma de expresión de su poesía en resistencia, si bien es

cierto que a partir de la irrupción de la noción de “ahí” comienza a escribir poemarios que

219
aprecian la concisión y la brevedad del fragmento como fundamento en la composición. Son

ejemplos de ello Muro con inscripciones/ Todas las cosas pronuncian nombres (2000), Poema

de uno que pasa (2002) y Ahí te quiero ver (2005). Brevedad y fragmento, no obstante, que en

el caso de los dos últimos citados habría que matizar, ya que paradójicamente constituyen

ejemplos de poemas largos, de poemas libro. Las dos primeras secciones de Ahí te quiero ver

(Ahí (arte breve), escrito en 2000, y De ahí que, en 2001) son dos largos poemas tejidos en

breves fragmentos (la mayoría de tres versos), unidos a una tercera sección que en sí mismo

podría constituir un poemario por sí solo, con sus respectivas secciones. Poema de uno que

pasa es un poema libro como ya indica el título. Así lo analizaba el autor en Una morada en el

aire (2003), cuando aún no se había publicado Ahí te quiero ver (2005), que integraría los

poemas citados, ni Poema de uno que pasa:

Ahí (arte breve), con su secuela De ahí que, escrito en 2000-2001; y Poema de uno que pasa,

escrito en 2001-2002 ―cuyas pruebas de imprenta acabo de corregir―, nacen de una intensa

experiencia de libertad interior. Tan intensa que exige un replanteamiento: ¿dónde estoy? ¿Qué

busco? ¿En qué creo? Esa experiencia y ese cuestionamiento se plasma en ambos libros, en la

forma de poema largo, el poema-libro. (2003b: 89)

En el plano del contenido, esa “vitalidad de la naturaleza y la fuerza del Sol” que reivindica

para la estética ecológica contrasta fuertemente con la oscura angustia existencial de su poesía

del desconsuelo. La vitalidad hace más referencia a la fuerza del eros que a la angustia del

tánatos. Se aproximarían más a esta estética los poemas conectados con su poética de la

vinculación, como muchos de Desandar lo andado, Muro con inscripciones/ Todas las cosas

pronuncian nombres o Ahí te quiero ver. Claro está que, cuando profundizamos, nos damos

cuenta de que lo que mueve el sentimiento de angustia es precisamente la fuerza de eros, que

220
se revela contra el tánatos (social o personal) que lo rodea. Este aspecto lo analizamos mejor en

el apartado correspondiente a Eros/ Thanatos.

Este tipo de estética, por tanto, estaría relacionada con la poesía oriental (como es ejemplo

el haiku, conectado con la naturaleza) y con la influencia en Riechmann del estilo aforístico tan

propio de Antonio Porchia, con versos que funcionan como apotegmas y golpean como

sentencias, a pesar de que no se muestra del todo partidario del aforismo por su tono de

sentencia. También Juan Ramón Jiménez cultivó el aforismo y aparece mencionado por

Riechmann en Una morada en el aire, junto con Porchia. No en vano, para el título de su

poemario Muro con inscripciones/ Todas las cosas pronuncian nombres emplea un verso del

poeta argentino, que al mismo tiempo parece remitirnos —tenga o no que ver con ello— a esos

dos versos de Juan Ramón “¡Intelijencia!, ¡dame,/ el nombre exacto de las cosas!”. Riechmann

también menciona la cultura indígena norteamericana, habla de los indios Cahuilla, quienes

invitaban a ser pacientes y prestar atención para “oír la vocecita de las plantas”; también se

refiere al indio stoney Tatanga Mani (Búfalo Caminante), quien dialogaba con los árboles y

aprendía de ellos sobre diversas cosas y el Gran Espíritu38. En relación a ellos, Riechmann dice:

“Con esto conecta el poeta moderno directamente: todas las cosas pronuncian nombres, nos

dijo el gran Antonio Porchia. Me detuve como un árbol/ y oí hablar a los árboles, remacha el

gran Juan Ramón Jiménez” (2003b: 35)

En el libro de reflexión poética Canciones allende lo humno aparece una entrevista con el

sugerente título “Una poética de la vinculación”, realizada por Yaiza Martínez. En ella el poeta

define el ecosocialismo del siguiente modo:

La idea de una sociedad ecosocialista es la idea de una sociedad emancipada —más

emancipada que la actual—, con menos explotación y opresión, y con una relación menos

38
Para hablar de Tatanga Mani, Riechmann cita un fragmento de la obra Tocar la tierra, de T. C. MacLuhan,
Barcelona, Octaedro, 2002.

221
conflictiva con la Naturaleza. (...) la vida de los seres humanos sería menos dependiente del

consumo creciente de nuevos bienes materiales y servicios mercantilizados. Esto último tendría

como consecuencia tal vez que las actividades de relación con otros seres humanos (y de nuevo

volvemos a la idea de vinculación) tomarían una nueva y mayor relevancia (...) (1998: 92)

Frente a la mercantilización de la vida, propone la creación, la educación y el arte como

vehículos hacia una vida más feliz y satisfactoria. La tecnosfera vuelve a mostrarse como un

espacio destructivo que mata las posibles formas de vida más conectadas con la naturaleza, que

son vías de acceso para una vida más consciente y plena.

“Los centenares de personas que hoy buscan este “sentido de la vida” en la capacidad de

provisión de cada vez más mercancías deberían quizá considerar que una existencia plena tiene

mucho más que ver con actividades satisfactorias en el terreno de la creación y de la relación con

los demás. Ahí es donde tanto el arte como la educación y la ciencia podrían desempeñar un

papel fundamental.” (1998: 92-3)

Podemos encontrar un gran número de poemas que reflejan este pensamiento a lo largo y

ancho de su obra, y además un volumen expresamente elaborado con el título Con los ojos

abiertos. Ecopoemas 1985-2006, como hemos comentado. Con esta compilación, recoge una

selección de composiciones sobre todo ello escritas a lo largo de más de dos décadas.

222
Portada del libro Con los ojos abiertos, donde el autor reúne los “ecopoemas”.

223
224
3.10.5. Crítica a la tecnociencia y a la sociedad del espectáculo

En su obra Himnos craquelados, podemos ver la crítica que realiza a la sociedad

tecnomaquínica (Echeverría) y a la sociedad del espectáculo (Debord). Puede decirse, en base

a la Teoría del Tercer Entorno de Javier Echeverría, que Riechmann critica la idea de progreso

entendida como sociedad tecnomaquínica y Telépolis banalizada.

En la Telépolis, y en conexión con la sociedad del espectáculo y el entretenimiento que

analizaba Debord, la metáfora que para Jorge Riechmann expresa la vida actual es el videojuego

en banal sentido, no en el potencial sentido creativo, ético o estético que podrían llegar a

alcanzar los videojuegos. La vida es un videojuego, cada vez más se realiza de forma virtual y

está orientada al entretenimiento superficial propio de la sociedad del espectáculo. Vemos,

pues, el segundo y tercer entorno que analiza Echeverría como entornos alienantes y

destructivos, que imposibilitan el desarrollo del pensamiento (telépolis) y que amenazan el

equilibrio de la Naturaleza (desmesura de la tecnociencia moderna).

“a las máquinas no les resulta difícil formular respuestas

Donde fallan

estrepitosamente

es a la hora de comprender las preguntas” (2015: 44)

Por un lado, el desarrollo tecnológico ha posibilitado la creación de maquinarias que

mantienen altos niveles de producción en poco tiempo, y los excesos de producción de la

sociedad tardocapitalista y de consumo frenético están generando la destrucción de la biosfera

y una gran cantidad de residuos que contaminan el planeta. Por otro lado, el mundo de la vida

cada vez más se está desarrollando en las pantallas: televisión, ordenadores, tablets, móviles...

Y la Telépolis está orientada al espectáculo y al entretenimiento, lo cual genera una hipnosis y

225
un efecto placebo que permite a las personas evadirse de sus problemas reales. De este modo,

los ciudadanos eluden afrontar los problemas sociales y se refugian en la pantalla que les

procura un paraíso ficticio. La Telépolis, con la banalización que genera la sociedad del

espectáculo, donde las nuevas tecnologías de la información y la comunicación se emplean

masivamente para el entretenimiento (pan y circense), aleja a las personas de su mundo real, de

sus conflictos diarios (sociales y personales), dificulta la reflexión existencial y el desarrollo de

la conciencia. La Telépolis, como entorno erigido por nuevas tecnologías que abren nuevas

posibilidades de comunicación humana, podría ser utilizada de otra forma, y en cambio sirve

principalmente a las industrias del entretenimiento y todo tipo de fines comerciales.

El poeta plantea la Telépolis como una segunda caverna de Platón. Citamos a continuación

el poema completo “Necesitamos manos que no traicionen la clorofila”, donde aparecen

reflejadas todas estas cuestiones:

Habíamos conseguido

asomarnos a medias

fuera de la caverna de Platón

y hete aquí que nos precipitamos

encadenados a nuestro propio miedo

en la segunda caverna

posmoderna esta vez

Los nuevos sacerdotes elogian extasiados

los ritmos de Telépolis

La idolatría

226
de la velocidad: en los trenes

ya no es posible leer libros

solamente diarios

Y aún les sabe a poco: desearían

que únicamente diese tiempo a leer

una breve noticia en la pantalla

quizá sólo el titular

de la sección de deportes

A eso lo llaman: progreso

La paradoja de Platón:

¿pero cómo puede ser que con tan pocos datos

sepamos tanto?

La paradoja de Orwell:

¿pero cómo es posible que con tantos datos

sepamos tan poco?

(Los dos movilizaron el pensamiento de Chomsky

nos recuerda Matías Escalera)

Pero ¡alguien tiene que hacer frente

al asalto de los zombis de Romero

que salen hambrientos de la caverna de Platón!

¿De este videojuego ha huido el guionista? (2015: 131)

227
El fragmento 3 del poema habla de “la paradoja de Platón” y la de Orwell. Aquí cabe

introducir una reflexión acerca de la sobreinformación o saturación informativa, fenómeno que

en periodismo se conoce como “infoxicación” y que conduce a una intoxicación informativa,

lo cual es un efecto que produce todo lo contrario: que el sujeto no acceda a la información que

verdaderamente importa. En un océano de datos e informaciones de todo tipo, lo complicado

es encontrar la información que importa. Telépolis, con las Nuevas Tecnologías de la

Información y la Comunicación, se ha convertido en ese océano de datos por cuya superficie la

ciudadanía navega. Cuando el exceso de datos provoca como efecto el ocultamiento que la

información que realmente importa, nos encontramos paradójicamente ante una forma

sofisticada de censura, censura por exceso. Sofreinformación y desinformación van de la mano,

como nos alertan el catedrático de Teoría de la Comunicación Ignacio Ramonet y el filósofo

del lenguaje Noam Chomsky39, a quien Riechmann cita en el poema. Esos versos contienen

más, hacen referencia a concepciones de la sociedad actual. La distopía orwelliana vino a

representar la sociedad de la vigilancia y del control, el Gran Hermano (Big Brother) que a su

vez tuvo su representación en el panóptico de Jeremy Benthan (edificio construido para la

vigilancia y el control, como cárceles, hospitales, etc.). Pero también encontramos un grado

más de control. El Big Brother, en palabras del filósofo Byung-Chul Han, ha sido superado por

el Big Data. Efectivamente, ¿cómo es posible que con tantos datos sepamos tan poco?, se

pregunta Riechmann. La respuesta la encontramos en Chomsky, como hemos comentado, pero

podemos ir más allá: ahora los datos del Big Data contienen información sobre nosotros, porque

nosotros mismos damos información privada en Internet a través de todo tipo de páginas o

aplicaciones móviles: redes sociales, servicios de correo electrónico, cuando hacemos compras

39
Chomsky, N. y Ramonet, I. (1995), Cómo nos venden la moto. Información, poder y concentración de medios.
(Vigésimo quinta reimpresión: noviembre de 2008). Barcelona: Editorial Icaria.

228
virtuales, etc. Cada paso que damos en Internet, es rastreado y almacenado en el Big Data.

Pasamos de la web 2.0 a la web 3.0 (web semántica) y de ésta a la 4.0. Como analiza Han en su

obra Psicopolítica, cotidianamente revelamos información de nuestra vida, no sólo de lo que

pensamos, sino también emocional y afectiva, que amplían infinitamente las aspiraciones de

vigilancia y control de la sociedad distópica imaginada por Orwell con su novela. El control no

se ejerce de forma forzosa, sino con nuestro consentimiento, con una sensación de falsa libertad

que experimentamos mientras cedemos información privada que queda almacenada en el Big

Data y a la que tienen acceso las empresas y gobiernos que la gestionan.

El verso final del poema introduce la metáfora del “videojuego” que sintetiza la concepción

de Telépolis que vivimos. Lo hace mediante una fórmula interrogativa cuyo recurso contribuye

a generar cuando menos una sensación de inquietud en el lector y deja abierto el poema a la

interpretación y la reflexión: “¿De este videojuego ha huido el guionista?”. El poema plantea al

lector la reflexión acerca de Telépolis, de la sociedad actual.

Este poema dialoga con, entre otros, uno anterior de la misma obra, “La vida en juego”,

donde dice:

Necesitamos

silencio para ver

vacío para contemplar

quietud para fortalecernos

No nos conceden

nada de todo eso:

no debe cesar ni un instante

la algarabía en las pantallas

los trallazos del Gran Espectáculo con su Sopa de Eventos

229
(...) (2015: 115)

Ante la aceleración y el somnífero que produce la sociedad del espectáculo, el poeta propone:

“silencio para ver/ vacío para contemplar/ quietud para fortalecernos”. Es la respuesta de Jorge

Riechmann al ruido, la infoxicación y la aceleración en que nos sumerge la sociedad

tardocapitalista.

Cabe citar aquí la triple ecología de Félix Guattari: Ecología medioambiental, social y

mental, que se corresponden con los tres entornos de lo humano. En los poemas de Riechmann

observamos una búsqueda, reflexión y aspiración a un mundo en equilibrio, ecológico, alejado

de los excesos, de la hybris prometeica que hemos comentado.

3.10.6. Existencia-experiencia-vida auténtica vs tecnosfera y mind factory

En la obra Resistencia de materiales Jorge Riechmann nos habla de la tensión de los

conceptos resistencia-existencia, los cuales se oponen a la violencia del mercado (2006: 80),

idea que por otro lado observamos en el epílogo al poema “Ahí” de Ahí te quiero ver. El

mercado lo fagocita todo, para la sociedad de mercado todo es susceptible de convertirse en

mercancía, de comprarse o de venderse. Todo salvo excepciones. Una de esas excepciones es

precisamente la existencia: con la existencia no se puede comerciar. Frente al ““vive el

momento” del mercado; la existencia.” (2005: 38), nos dice el poeta. Esta idea forma parte de

su poética de la resistencia. Y existir, por ello, conlleva resistir a esta violencia de la sociedad

de mercado.

La fábrica de la mente y la fábrica del cuerpo constituyen dos ideas relacionadas, según las

cuales la sociedad de mercado cultiva cuerpo y mente de manera superficial para mantener su

hegemonía. Como ya se ha dicho, la banalización y lo superficial es la dieta de la sociedad del

230
entretenimiento, alimentos para la producción de ciudadanos acríticos. Ante ello, Riechmann

propone la poesía como espacio para el ser. “Un lugar para ser: si nos tomamos el trabajo de

ser. La poesía, ahí”. Frente al “Body Factory” y al “Mind Factory”, el “conócete a ti mismo de

la filosofía” y el ser de la poesía” (2006: 84-5)

También remite a la idea de evasión y huida que plantea Zygmunt Bauman como principal

material que alimenta los cebos del mercado. “Contra la gran evasión que nos propone la

publicidad y los mercados, la consigna debe ser: resistir ahí” (Riechmann, 2005: 43)

“Ahí te quiero ver” es un largo poema compuesto por fragmentos. Uno de ellos sintetiza la

tensión resistencia-existencia ante el mercado:

98

(resistencia / existencia)

Y así escribo en el muro: ABAJO LAS MURALLAS. ABAJO LA PUREZA.

NADIE ES AMO DE NADIE.

TODOS SOMOS MINUSVÁLIDOS.

(2005: 35)

El poeta quiere derribar las murallas que separan al ser humano de sus congéneres y del resto

de seres vivos. La pureza, en una naturaleza que se caracteriza por las mezclas, es un impulso

de negación de la alteridad y de la propia condición humana. En el fragmento, Riechmann hace

una denuncia del fascismo y una reivindicación de la alteridad. También está implícito el

rechazo a la sociedad de mercado, productora de relaciones de explotación entre los seres

humanos, y lo que en numerosos textos identifica con el tecnofascismo. En Resistencia de

materiales, Riechmann recordaba a Albert Camus (“el fascismo es el desprecio”) para afirmar:

“Vivimos en sociedades fascistas: sociedades del desprecio por el débil.” (2006: 152) El

fragmento es además una denuncia del fascismo, que defiende la división clasista por jerarquías

231
de razas con el ideal de pureza. El poeta reivindica la libertad, la emancipación y la aceptación

de la debilidad como característica intrínseca del ser humano, conditio sine cuanon para la

convivencia en una sociedad humanizada.

En Resistencia de materiales, Jorge Riechmann remite al poema “Hojas de Hipnos”, de

Char, como el más impresionante documento poético de la resistencia al nazismo, señalando

sus versos finales: “En nuestras tinieblas no hay un sitio para la Belleza. Todo el sitio es para

la Belleza.”40 (2006b: 72) Y en Una morada en el aire alienta a: “No permitir que en nuestras

vidas mengüe ni un ápice el espacio para la belleza, el deseo ni lo sagrado” (2003b: 26) De

modo que la belleza, cuando no se emplea para disfrazar el horror de la realidad (situación que

Jorge Riechmann denuncia en ensayos de Poesía practicable y posteriores cuando critica la

hipnosis colectiva y la “irrealidad” que generan la publicidad y los mass media), es algo esencial

constitutivo de la vida.

3.10.7. Crítica al nihilismo de la “sociedad posmoderna”

Riechmann critica con dureza el pensamiento nihilista que considera que subyace a la

ideología de buena parte de los planteamientos filosóficos catalogados bajo la etiqueta de

“posmodernos”. En el libro de ensayo titulado El siglo de la gran prueba comenta: “Frente al

mundo clásico (y moderno) donde se busca la belleza y la verdad, la posmodernidad se

identifica con el perspectivismo y la voluntad de poder. (...) Yo prefiero vivir como si Lao Zi y

Montaigne fuesen mis contemporáneos.” (2013: 79)

Y también dice:

40
René Char (2002): Furor y misterio (edición de Jorge Riechmann). Madrid: Visor. Fragmento 237 de “Hojas de
Hipnos”.

232
“Pero a la hora de buscar pensamiento nutritivo... no seamos nietzscheanos. Nietzsche

―mientras no apliquemos exhaustivamente nuestro detector de segundos y terceros sentidos—

pertenece a Wall Street; nosotros deberíamos estar más bien con Occupy Wall Street.” (2013: 87)

En su crítica al nihilismo hay un rechazo a la pulsión de dominación más primitiva del ser

humano, que Nietszche desarrolló en su idea de voluntad de poder y representó en el ideal de

superhombre, pero que es tan vieja como la especie humana. En lugar de dominar al otro,

Riechmann apela a cuidar de los otros como camino hacia un futuro sostenible. Y en lugar de

dominar y explotar la naturaleza, a cuidarla y preservarla.

En Fracasar mejor, Riechmann recuerda a María Zambrano: “nada real debe ser humillado”

(2013a: 45), idea que conecta con el planteamiento de los pueblos indígenas basado en el

respeto a todo lo viviente:

Y si paramos mientes también en la propuesta de Avishai Margalit, la sociedad decente como

aquella donde no hay humillación, cabría sostener que tanto la filósofa Zambrano como los

indígenas andinos del Buen Vivir nos están proponiendo algo así como decencia ontológica.

(2013: 45)

3.10.8. Ilustración de la ilustración vs. posmodernismo

A estas alturas francamente

yo no confiaría

en ninguno de los dos gañanes

ni en combinación transgénica ninguna

—Narciteo, Prometiso—

y sugiero más bien

volver la vista hacia la paciente Penélope:

233
las artes del bordado desbordando

a los regüeldos de testosterona

Retejer lo destejido

reparar lo que se deshilachó (…)

“Héroes”, Jorge Riechmann

Para el poeta, la razón continúa siendo parte fundamental del camino del ser humano, a pesar

de los errores y horrores a que nos ha llevado su desmesura en la Modernidad. Por ello, antes

que adherirse a posiciones posmodernas propone una Ilustración de la Ilustración: corregir los

errores cometidos y no renunciar a esa función que nos hace distintos al resto de animales, con

la que precisamente podemos alcanzar un mayor grado de comportamiento moral, ético y

humano. Para el poeta la solución no pasa por renunciar a la razón, sino por controlarla y evitar

los excesos prometeicos a los que nos ha llevado. El riesgo de rechazar la luz de la razón y las

aspiraciones ilustradas consiste en abandonar nuestro comportamiento a un irracionalismo

peligroso que, a estas alturas del desarrollo tecnocientífico, podría producir graves

consecuencias. Poner límites, por lo tanto, forma parte de este Siglo de la gran prueba, como

lo califica en el título de uno de sus libros, y esos límites también hay que aplicarlos a la razón.

Por eso, dice en el citado libro, El siglo de la gran prueba:

Podemos seguir siendo humanistas, ilustrados y marxistas, pero en minúsculas. Sin volver nunca

a escribir “Razón”, “Humanidad” o “Proletariado”: sin regresar jamás al delirio megalómano de las

mayúsculas.

El mundo moderno, con la Ilustración, se soñó Era de la Razón; la ilustración de la ilustración,

con la autorreflexión de las luces sobre los límites de la razón, debería transformarse en Era de la

Finitud (nos recuerda un filósofo de la finitud como Odo Marquard).” (2013: 56)

234
Y añade: “La Ilustración está delante de nosotros; no podemos figurarnos que es el pasado

que no ha de volver. Hipando sangre, vomitando mierda, apoyándose en muletas, con los ojos

nublados de miedo y de vergüenza: pero delante de nosotros.” (2013: 83)

Estas palabras de Jorge Riechmann, pinceladas con rasgos expresionistas, contienen la idea

del ser humano como ser lisiado, débil, asumiendo todos los errores y flaquezas desde la

responsabilidad que construye la aspiración humanista y no desde el nihilismo, que la evade y

se regodea en el sinsentido para en el fondo continuar con la barbarie. Podemos observar en sus

Poemas lisiados un claro ejemplo de estos planteamientos llevados a cabo con su poética

implícita.

3.10.9. Creación de la experiencia como argumento del poema

La reflexividad es un rasgo que caracteriza a una parte de su poesía. En muchos de sus

poemas que presentan rasgos narrativos podemos comprobar la exposición de experiencias, que

van tejiendo una textura reflexiva. Esto hace notar cierto sustrato argumental característico de

algunas de sus poesías. Ahora bien, la experiencia del poema no es necesariamente la

experiencia vivida; la experiencia que proporciona el poema puede ser experiencia creada y

creadora. Por medio del poema, el poeta genera experiencia con los caminos de exploración,

porque Jorge Riechmann entiende la poesía como territorio de búsqueda. Y entendido como

exploración y búsqueda, si lo logra, el poema está creando nuevas experiencias por medio del

hallazgo. No se trata, por tanto, de entender el poema tan sólo como artificio ni mucho menos

de emplear la ficción como elemento constitutivo de la composición —nada más alejado de la

concepción de Jorge Riechmann—, como es propio de otras corrientes de la poesía española,

especialmente de la denominada poesía de la experiencia. En Canciones allende lo humano, lo

expresa con estas palabras:

235
El poema no es tanto vehículo de experiencias como principio creador de ellas. Sembradas

en la calcinación, espigadas entre gritos de agonía, las palabras del poema se vuelven aún más

audibles. Y tienen que ser rápidas, refutables y contundentes como buenos argumentos. (1998:

23)

Las experiencias a las que se refiere en este caso son las creadas a partir de una realidad

cargada de tánatos, experiencias sembradas en los territorios de tánatos, donde todavía es

posible sembrar la vida: con poesía, claro, también. Trasladado a su poesía, encontramos dos

títulos ilustrativos en los primeros años de su producción poética: uno de ellos lleva por título

La lengua de la muerte, y va precedido por otro conjunto de poemas titulado Donde es posible

la vida. La poesía, signo erotizado, erotizador de realidades, se convierte en medio para sembrar

vida, signo erotizador y de indagación, de exploración de otros posibles caminos. De ahí la

calcinación, de ahí los gritos de agonía de los territorios de la realidad actual. Sembrar un poema

en nuestro tiempo significa sembrar una semilla para la vida, una semilla generadora de otra

experiencia posible de realidad, una realidad no tanatizada, en el convencimiento de que otro

mundo es posible. Esa comparación de las palabras como principio creador de experiencias con

el comportamiento de “buenos argumentos”, permite entrever el empleo la palabra creadora y

creada como experiencia del poema. Y, reduciéndolo todo como en una ecuación, podemos

decir que esa experiencia surgida de la exploración, esa experiencia creada y creadora que trata

de sembrar otro mundo posible, como semilla de vida en el tánatos, en el fondo constituye un

poderoso argumento del poema.

3.11. INTERTEXTUALIDAD Y POLÍFONÍA EN LA OBRA DE J. RIECHMANN

Podría escribirse un trabajo completo sobre la intertextualidad en la obra poética de Jorge

Riechmann, dada la abundante cantidad de citas que plagan sus libros y las numerosas

referencias a autores que nutren sus textos. Por sus textos pasan autores de diferentes áreas y

236
épocas, que reflexionan o han reflexionado acerca de cuestiones sociales, éticas, económicas,

ecológicas, artísticas y culturales. Entre ellos, dramaturgos, ensayistas, literatos, economistas,

políticos, académicos y por supuesto otros poetas.

Nos limitaremos, no obstante, a señalar este fenómeno como uno de los rasgos expresivos

del poeta, especialmente visible —aunque no sólo— en su prosa. Tanto sus libros de reflexión

estética como sus poemarios presentan numerosas y variadas citas y referencias al inicio, a lo

largo de la obra e incluso, en algunos casos, al final (Material móvil, La lengua de la muerte y

Figuraciones tuyas, por poner tan sólo tres ejemplos). Todas las obras de Jorge Riechman están

plagadas de una extensa red de referencias y citas bibliográficas, en una expresión constante de polífonía

y diálogo con el otro. Este rasgo es distintivo tanto en su obra poética como en sus trabajos de ensayo.

Tanto es así que en su obra de reflexión ecosocialista Entre la cantera y el jardín (2010) el propio autor

ironiza con esta idea en su última página: “Pero cómo, ¿un texto de Jorge Riechmann sin una sola cita?

Eso es que, en realidad, dice poco de Jorge Riechmann.” (2010: 154)

De algún modo, su obra está en constante diálogo con esos otros autores a los que cita, cuyas

reflexiones entran a formar parte de ella. Sin duda, la intertextualidad en la obra de Riechmann

constituye una expresión de mediación y alteridad, lo cual es uno de los rasgos de su poética

como hemos podido comprobar.

237
238
4. ETAPAS EN LA POESÍA DE JORGE RIECHMANN

“La imagen poética es abrazo de realidades

opuestas y la rima es cópula de sonidos; la poesía

erotiza al lenguaje y al mundo porque ella misma, en

su modo de operación, es erotismo. Y del mimo modo:

el erotismo es una metáfora de la sexualidad

animal.”

La llama doble, Octavio Paz

239
240
A grandes rasgos podemos observar dos grandes etapas diferenciadas por el predominio de

uno de dos planteamientos poéticos distintos. El protagonismo de uno de ellos no implica en

absoluto la ausencia del otro. La primera de ellas produce lo que podemos calificar con el

nombre que muchos han empleado para referirse a la poética de Riechmann: poesía del

desconsuelo. El propio poeta ha empleado esta expresión en alguno de sus poemas. No obstante,

consideramos más preciso completarlo con el apellido que le falta: poesía del desconsuelo

activo. El desconsuelo que subyace y mueve la poesía de esta etapa no se resigna a aceptar el

orden de cosas, ni lleva al poeta al nihilismo, sino que se expresa en él como contestación. El

mismo autor llega a emplear esta fórmula para denominar su poesía, como hemos tenido

ocasión de analizar. Su poesía se erige como palabra en acción, como Poesía practicable, como

respuesta y como búsqueda revolucionaria ante el horror que impregna la realidad social en el

capitalismo tardío, tras el reciente fracaso del primer intento de socialismo real llevado a cabo

por el ser humano. También como denuncia y como testimonio. El propio Riechmann vive

desde dentro ese momento histórico, tras pasar varios meses de estudio en Berlín, fruto de los

cuales escribe Cuaderno de Berlín entre los años 1986-87.

Esta primera etapa de desconsuelo activo a su vez podría dividirse en dos subetapas

diferenciadas: una primera en la que cultiva una poesía ecléctica desde el punto de vista formal,

caracterizada por la mezcla de recursos expresivos propios de diferentes movimientos o estilos

(surrealismo, expresionismo, estética del material, rasgos herméticos, lenguaje coloquial, etc.).

En esta subetapa su poesía es más hermética. A ella le seguirá progresivamente una segunda

línea de escritura, de carácter realista-narrativa, con intención denunciadora y voluntad

testimonial. El día que dejé de leer EL PAÍS marca el agotamiento de esta línea de escritura.

Escrito en paralelo, Desandar lo andado abre una nueva línea más cercana a sus primeras obras

que desembocará en su segunda etapa: la poética de la vinculación. Todas ellas son formas de

resistencia poética, su poesía de la conciencia crítica es, ante todo, una poesía de resistencia.

241
La primera etapa podemos considerarla una poesía tanática, que no elegíaca o nostálgica. La

denominamos tanática porque el poeta la escribe desde una realidad tanatizada, la destructiva

sociedad capitalista, cargada de horror y devastación. Y el poeta lo siente así, escribe los poemas

sintiendo el horror. Por ello, consideramos más preciso englobar esta primera etapa con el

epígrafe “Poesía del tánatos”, donde hallamos una poesía del desconsuelo y una línea realista-

narrativa que convive con poemarios de estilo ecléctico, mezclando rasgos procedentes de las

Vanguardias Históricas, hermetismo, orfismo, etc. La poesía que le sigue podemos considerarla

“Poesía del eros”, apunta hacia los vínculos, está movida (como en el fondo también la otra)

por las fuerzas que construyen la vida y, sobre todo, su tono lo pone especialmente en la

afirmación de los vínculos, afirmación de la vida, en lugar de la negación del tánatos (que

también, por supuesto). Y es en este aspecto donde ponemos el acento en esta propuesta de

división en posibles etapas de su poesía. Como podremos comprobar, al adentrarnos a fondo en

sus libros de reflexión en contraste con sus poemas, se produce un notable cambio con la

irrupción de la noción de “ahí”. Junto con nuevos planteamientos, marcará un claro punto de

inflexión en su obra, un antes y un después que no podemos pasar por desapercibido. En ese

punto de inflexión localizamos la bisagra de una poética (implícita y explícita) que se abre con

completa consciencia hacia el espacio de lo abierto del mundo que está ahí y que propone volver

a cuidar los vínculos que conforman la vida. La primera aparición de la noción “ahí” en la obra

de Jorge Riechmann se produce, según indica el propio autor en nota final del volumen

Futuralgia (2011:695), con el poema “Cuando estás ahí”41 de La estación vacía, obra escrita

entre los años 1998-2000 y publicada en el 2000. Un año después, en 2001, publicó Desandar

lo andado, libro de prosas poéticas escrito en paralelo a El día que dejé de leer El País unos

años antes, entre 1993-1996. Con la poética de la vinculación contenida en el libro de prosa

41
Fragmento del poema: “(…) 2. El mundo: cuatro calles./ Cuatro calles, el mundo./ Una sábana blanca/ es todo
el universo. // 3. En cada instante/ la puerta abierta./ Salvo si sólo sabes ver/ puertas cerradas! (…)”
(Riechmann, 2011: 655)

242
poética Desandar lo andado, la formulación del realismo de indagación incluida en el libro de

ensayo Canciones allende lo humano42 y la irrupción de la noción de “ahí” en el poemario La

estación vacía, se produce una progresiva toma de autoconciencia poética, y comenzará a

configurarse la segunda etapa de la obra de Jorge Riechman, que hemos denominado “Poesía

del Eros: poética de la vinculación”.

4.1. POESÍA DEL THANATOS: DESCONSUELO ACTIVO

A medida que evoluciona su obra, el autor experimenta una transformación en su concepción

poética, cuyo punto de inflexión, como señalamos, se sitúa en la irrupción de la noción de ahí.

Autores como Miguel Casado 43 , Luis Bagué Quílez 44 o Araceli Iravedra 45 coinciden en

denominar la poesía de Riechmann como Poesía del desconsuelo. A mi entender, aunque el

término recoja el sentimiento profundo que subyace en gran parte de su poesía, especialmente

desde sus primeras obras hasta mediados de los noventa, por sí solo resulta incompleto, ya que

su poética en esa etapa presenta otras características y matices que también la definen.

Pesimismo activo, desconsuelo activo, poesía en resistencia, “poesía que no cede a la hipnosis”,

son cuatro conceptos estrechamente relacionados que definen su poesía. Escoger uno de ellos

sería simplificar. Es preciso matizar, por tanto, la evolución de su poesía a lo largo de esta etapa.

42
Texto titulado “Por un realismo de indagación (homenaje a Joan Brossa), pp. 129-135.
43
Casado, M. (1991). Jorge Riechmann: poesía del desconsuelo. Ínsula. Revista de letras y ciencias humanas,
534, 20-21.
44
Bagué Quílez, L. (2006). “La poesía del desconsuelo”, en Poesía en pie de paz. Modos de compromiso hacia el
tercer milenio, Valencia: Pre-Textos, pp. 124-136.
45
Iravedra, A. (2010). “Poesía del desconsuelo”, en El compromiso después del compromiso. Poesía, democracia
y globalización (poéticas 1980-2005). Madrid: UNED, pp. 165-172

243
4.1.1. Poesía del desconsuelo activo: hermetismo coloquial, expresionismo, surrealismo,

orfismo social

Esta subetapa, dominada por el sentimiento de desconsuelo, comienza con sus primeros

poemarios y en la expresión de la experiencia interior, y progresivamente va evolucionando

hacia el tema de lo social y abriéndose a la experiencia exterior y colectiva; hasta llegar a 27

maneras de responder a un golpe, donde el tono estará marcado claramente por un sentimiento

y una voluntad de resistencia abierta ante un mundo deshumanizado. Esta primera subetapa está

caracterizada por una poesía de tono existencial, que expresa la angustia ante una realidad

dominada por el horror y la muerte.

En el plano de la expresión, presenta rasgos herméticos propios del simbolismo y también

rasgos de las Vanguardias Históricas, más abundante en sus primeros poemarios, y

procedimientos coloquiales que recuerdan al realismo, estos últimos más acentuados a medida

que avanza su obra hasta extremarse en el segundo período del desconsuelo activo con El día

que dejé de leer EL PAÍS. Esta mezcla de rasgos que combina un tono hermético con el lenguaje

coloquial es lo que he venido en denominar hermetismo coloquial. Pero no es la única mezcla

en el plano de la expresión: es importante señalar los recursos al surrealismo y la impronta

expresionista, especialmente vinculada a la expresión del horror de la sociedad y la angustia

existencial producida por la muerte que amenaza a la vida; así como un tono órfico asociado a

la experiencia social, en lo que podría considerarse un descenso a los infiernos de la realidad

histórica en busca de la vida, un descenso en este mundo (el inframundo está aquí) que se topa

con la muerte por todas partes en la búsqueda del eros. El ascenso también está en este mundo,

y en él lo guiarán el amor y la vida. Por ello he denominado este componente de su poesía como

orfismo social.

244
La desolación de su palabra queda descrita en Muro con inscripciones, muy posterior a esta

etapa, pero que define muy bien la clara intención de búsqueda de su poesía, que comienza ya

en su poesía del desconsuelo intensamente y continuará a lo largo de su obra. Este poema

implica además que la poesía posterior de alguna manera conecta con su primera poesía. La

poética de la vinculación, no obstante, vendrá impulsada por fuerzas eróticas:

Palabra

desollada

desventrada

horadada

degollada

desangrada

huyendo de cualquier cobijo

sufriendo con cualquier roce

buscando enloquecida

a los seres humanos a quienes aterró

girando enloquecida

en la plaza desierta

bajo el sol del alguacil de la mudez. (2000: 97)

El desconsuelo no desaparece en la etapa posterior —como hemos comentado—, forma parte

de una actitud moral ante una realidad que continúa tanatizada. Ahora bien, en la segunda etapa

su poética se ha alimentado y expandido con la potencia del eros y pasan a cobrar protagonismo

una serie de rasgos que la diferencian, de tal modo que encontramos obras en las que el centro

motor no es tanto la angustia como la exploración indagatoria en torno a los vínculos y lo abierto

del mundo que nos rodea, atravesado por la noción de “ahí”.

La poesía del desconsuelo comienza a abordar el tema social con Borradores hacia una

fidelidad. Cuaderno de Berlín lo situamos dentro de la poesía del desconsuelo y a medio camino

245
hacia la poesía de resistencia más testimonial de esta primera etapa, ya que muchos de sus

poemas presentan características propias de la siguiente subetapa. En el fragmento final del

poema “Berlín, 1986” dice: Hermano, no me ofrezcas consuelo./ No me sirve la bandera de tu

sangre./ No me sirve la niebla dulce de tus vísceras./ Mejor andamos juntos un trecho de

camino.” (2011: 177) Títulos tan significativos como “Contra el consuelo”, “Poema del

desconsuelo” o “La muerte que amasamos” también constituyen parte de esta obra.

Por otro lado, resulta sumamente revelador el texto con que finaliza Donde es posible la

vida, que muestra abiertamente que el poeta escribe desde el tánatos. Con el título “Taller de

mi vida entre los muertos”, también aparece incluido en Poesía practicable: “Todos los poemas

se han transformado en elegías; todas las obras de arte documentan la barbarie de una

civilización al mismo tiempo senil y pueril que agoniza. La muerte ha tomado posesión de mis

sentidos.” (2011: 327)

El tono existencial y la consciencia de vivir en una realidad tanática domina claramente esta

poesía del desconsuelo activo.

4.1.2. Poesía del desconsuelo activo: hacia el realismo narrativo

Aunque el sentimiento de desconsuelo siga estando en el fondo, la voluntad de resistencia

plasmada por medio de una poesía de tono coloquial, realista-narrativa, poco a poco va

apareciendo y cobrando protagonismo. Estos rasgos formales se aprecian en obras como

Cuaderno de Berlín o en algunos poemas de 27 maneras de responder a un golpe, entre otras,

y se extreman en el El día que dejé de leer EL PAÍS. Podemos diferenciar, así, dos subetapas

dentro de su poesía del desconsuelo en función de sus rasgos expresivos.

A lo largo de sus poemarios va trazando el desconsuelo por un mundo que se hunde, por un

mundo rodeado de muerte donde es posible la vida. Expresa la angustia existencial que le

246
provoca esa muerte, una muerte en el plano social cuando fracasa el socialismo y en el plano

personal cuando fracasa el amor. Esta muerte le lleva a adoptar una reivindicación de la vida,

una posición de resistencia desde la que espera (con esperanza en el futuro) la llegada de

tiempos de belleza transitiva (Poesía practicable). La poesía se convierte en respiración, en hilo

de vida entre los muertos (Donde es posible la vida). Y desde ella es posible combatir a La

lengua de la muerte.

De tal modo que los poemas anteriores a 27 maneras de responder a un golpe van trazando

ese estar y sentir en el mundo, una cosmovisión que desemboca en la resistencia poética como

forma de reaccionar ante la barbarie de su tiempo. Esa es su posición poética, una posición

íntimamente política. El amor encarnado en la vida es la esperanza para un mundo que agoniza,

el amor es el camino a la vida, ante el tánatos que entraña la sociedad capitalista. En 27 maneras

de responder a un golpe traza claramente esta posición política y poética.

A diferencia de la poesía del desconsuelo anterior, en la que ya viene cultivando la temática

social, en esta empleará una forma de expresión que se irá alejando del hermetismo de obras

anteriores para acercarse a procedimientos próximos al realismo social, cuya actitud de

denuncia y testimonio cobrará protagonismo en un estilo de más fácil comunicación con el

lector. El día que dejé de leer EL PAÍS constituye la obra más representativa de esta formulación

poética, la que marcará el agotamiento de esta línea de escritura, si bien en el futuro podremos

continuar leyendo poemas con estos rasgos a pesar de no ser los que dominen la próxima etapa

(véase, por ejemplo, Muro con inscripciones, Pablo Neruda y una familia de lobos o Poemas

lisiados). Habrá una combinación de procedimientos. Esta línea de escritura no desaparecerá,

como tampoco desaparecerá el desconsuelo, aunque otros rasgos poéticos tomarán mayor

protagonismo en la próxima etapa, “Poesía del eros: poética de la vinculación”.

247
Paralelamente a esta evolución, sin duda, Riechmann experimentará la fuerte influencia del

gran poeta de la resistencia francesa, René Char, a medida que va traduciendo su obra (se

propuso traducirla al completo). También está en Char la indagación poética, idea que será tan

importante en la poética de la vinculación y que encontramos en el título de uno de los

poemarios que traduce: Indagación de la base y de la cima.

4.2. POESÍA DEL EROS: POÉTICA DE LA VINCULACIÓN

La conexión con todo lo viviente y la fuerza de

Eros son los recursos más valiosos, el hilo más

seguro hacia el exterior del oscuro laberinto por

donde hoy erramos extraviados.

Jorge Riechmann

Realismo de indagación. Ahí. Noción de vínculo. Simbolismo. Dimensión espiritual (“lo

sagrado materialista”, “transparencia”, “esperar lo incalculable”). Dimensión social

(“ciudadano poeta”)

Si en su poesía desconsolada se produce un descenso al inframundo de este mundo, la

segunda gran etapa de su poesía podríamos decir que está marcada por un ascenso, el cual viene

movido por las fuerzas del eros y de la vida. De ahí que en vez de hablar de poesía del

desconsuelo activo, hablemos de poesía de la vinculación, que no deja de ser al mismo tiempo

intrínsecamente una poesía con otro modo de resistencia. En este período no dejan de estar

presentes procedimientos propios del realismo narrativo, pero avanza decididamente hacia un

realismo de indagación, más cercano al simbolismo.

248
Se trata de la etapa que inicia a partir del poemario Desandar lo andado y Muro con

inscripciones, que continuará desarrollándose en las sucesivas obras, sobre la cual reflexionará

en sus textos de estética y poética de los libros Canciones allende lo humano, Resistencia de

materiales y Una morada en el aire. Se produce un cambio profundo en su obra, que el mismo

autor explica en algunos de sus textos y que removerá toda su poesía anterior. Fruto de este

movimiento de reordenación, producido por la toma de conciencia poética, es la publicación de

Un zumbido cercano, que recoge una selección de la prosa poética publicada en diversos libros

hasta la fecha, reorganizada. La poesía que comienza a escribir responde a una poética basada

en la noción de vínculo y relacionada con la concepción poética del realismo de indagación

(“de estirpe simbolista”), así como con la ya mencionada irrupción de la noción de “ahí”. De

tal modo que su etapa anterior se extrema con la línea realista de El día que dejé de leer EL

PAÍS, y la nueva camina hacia una idea de realismo mucho más amplia, de exploración de la

realidad en todas las dimensiones de lo humano y de la vida, incluida por su puesto, y

especialmente, la dimensión social.

De este modo, su poesía de la conciencia va evolucionando al ahondar en una serie de valores

que poco a poco van tejiendo una poética bajo la que subyace la idea de vinculación (expresión

del eros). Esta idea de vinculación, expresión de la fuerza erótica que nos une, la fuerza que

forma los vínculos de la naturaleza, de los seres vivos y, en última instancia, de la materia del

cosmos, para Riechmann adquiere una importante expresión en el lenguaje poético. La poesía

es, para el poeta, una poderosa herramienta generadora de vínculos. De ahí su profundo, íntimo,

esencial, carácter transformador. El poder creativo y vinculativo del lenguaje poético activa una

dimensión crítica y una dimensión utópica en la poesía, en toda poesía, no sólo en la que aborda

la temática social, como veremos más abajo. De este modo lo explica el poeta en El siglo de la

gran prueba: “Con sus recursos propios, metonímicos y sobre todo metafóricos, lo que la poesía

hace incesantemente es aproximar lo lejano, conectar lo desconectado, establecer vínculos que

249
antes no existían.” (2013: 28) Esto quiere decir que pone en movimiento las categorías

establecidas, que dinamiza el orden estable del mundo mediante la potencia generadora del

lenguaje simbólico, cuestionando así lo considerado como fijo e inamovible. Y continúa unas

líneas más abajo:

La función poética del lenguaje pone siempre en acción esa dimensión crítica. Pero se puede ir

un paso más allá y señalar que igualmente pone en acción una dimensión utópica, en la medida en

que remite, de alguna forma, a un profundo anhelo de comunidad. Señala un horizonte utópico de

vinculación entre lo vivo y lo inanimado, entre lo visible y lo invisible, entre lo próximo y lo lejano.

Cuánto deseamos estar en la casa, en la Casa Grande de la comunidad cósmica... Como dice el texto

siux, “todo lo viviente está unido por un cordón umbilical. Las altas montañas y los arroyos, el maíz

y el búfalo que pace, el héroe más valiente y el tramposo coyote...” (de la compilación de la poesía

aborigen Colibríes encendidos) (2013: 28)

Como podemos observar, la noción de vínculo se localiza en el centro de esta concepción

poética, y junto con la de “ahí” marcará la producción poética de esta segunda gran etapa, que

no en vano hemos considerado oportuno denominar como “Poesía del eros: poética de la

vinculación”.

En el plano espiritual, la noción del “ahí” junto con el concepto de indagación

(dimensión poética vertical) acentúan la conciencia de la apertura poética, que ya existía en el

poeta con anterioridad (de hecho, como hemos comprobado, Riechmann reflexiona sobre el

concepto de transparencia en Poesía practicable). Hablamos de una poesía que indaga en lo

abierto del mundo que está “ahí”, donde la dimensión histórica, social, material (horizontal) se

cruza con la dimensión del hallazgo, la exploración, lo no acontecido (vertical). Como resultado

de ese cruce, se produce la transparencia, inmanencia paradójicamente abierta, transitada por

lo abierto, inmanencia que en cierto sentido contiene trascendencia. La indagación poética de

250
Jorge Riechmann, en ese cruce con la coordenada horizontal, está impulsada por una voluntad

de transformación social.

Por otro lado, desarrolla la noción del “ciudadano poeta” (Canciones allende lo humano),

entendido como una persona que además de ser poeta es ciudadana y como tal mantiene unos

vínculos con la comunidad dentro de la ciudad democrática. Por consiguiente, para Jorge

Riechmann, esta dimensión social del poeta en tanto ciudadano forma parte de la poesía, ha de

estar también presente, pese a que en todo caso el principal compromiso del poeta en tanto poeta

es con el lenguaje. Y del mismo modo, considera que en tanto ciudadano, el poeta tiene la

responsabilidad de implicarse en la solución de los conflictos de su tiempo.

251
252
5. RECORRIDO POR ALGUNOS DE SUS LIRBOS DE POESÍA. NOTAS DE

POÉTICA IMPLÍCITA

Portada del poemario Cántico de la erosión.

253
254
5.1. CÁNTICO DE LA EROSIÓN (1985-1986)46

Cántico de la erosión es su primer poemario publicado; no obstante, antes había escrito El

miedo horizontal y La verdad es un fuego donde ardemos. En esta obra da el salto del abismo

que había en lo personal, expresado en los poemarios anteriores ―de experiencia interior―,

hacia el abismo que hay en lo social. En él se refleja la erosión que produce el tánatos del

mundo: “A menudo apaciento un rebaño de amapolas/ rojas como la cal. Ascético, recelo/ muy

también de mi angustia. Voy así consumiendo/ mi cántico cruel de ser vivo y humano” (2011:

158)

El desamor y el desencuentro amoroso se unen a la vivencia de una sociedad injusta, y de

todo ello resulta la angustia existencial. En el poema titulado “Albert Camus inmune a la llaga”

dice: “Vivir de la fuerza de esos cuartuchos de pensiones desconocidas. De la fuerza de la

soledad, el desamparo, la incertidumbre, la angustia. Vivir del deseo de comunión y de la

ausencia de armonía.” (2011: 149)

El libro aborda la erosión del mundo colectivo, del sufrimiento que existe en la realidad

social, causado por el capitalismo. Llega hasta él recorriendo su propio abismo, sus ausencias,

su erosión. En el plano formal predomina el hermetismo y se aprecia un tono órfico, relacionado

con las ausencias de la erosión. En este libro comienza a fundirse el acento órfico con la

temática social, abismo al que llega desde la dimensión íntima de sus dos primeros poemarios.

El poeta como Orfeo social de nuestro tiempo, recorre los espacios del tánatos producido por

el capitalismo, denunciándolo, testimoniándolo, tratando de hallar caminos a otro mundo

posible. Casi dos décadas más tarde, en el texto titulado “El hechicero de la cueva de Chauvet”,

correspondiente a Conversaciones entre alquimistas (2007) y publicado antes como pórtico de

46
Las fechas entre paréntesis que acompañan a los títulos de las obras se refieren al período de escritura, no de
publicación.

255
Un zumbido cercano (2003), dirá: “La conexión con todo lo viviente y la fuerza de Eros son los

recursos más valiosos, el hilo más seguro hacia el exterior del laberinto opaco por donde hoy

erramos extraviados” (2003: 12). Tantos pasos recorridos desembocan en hallazgo. Para

entonces, el poeta nos estará hablando no sólo como clamor de desconsuelo producido ante

tánatos (que continúa en paralelo, pues el tánatos de nuestro mundo se prolonga), sino con la

esperanza producida por los hallazgos de Eros, la poética de los vínculos.

El fragmento primero del texto que cierra la obra, “Hipótesis de trabajo de cántico de la

erosión”, lo expresa de este modo:

Erosión y ausencia serían categorías fundamentales para una aprehensión poético-histórica

de la realidad humana en este ápice de muerte desde el que hoy atalayamos.

Por fin nuestra especie realiza colectivamente la experiencia de la más angustiosa de las

impotencias concebibles: la impotencia frente a la muerte, la impotencia en la agonía.

No resulta del todo irracional la esperanza en que esta vez deje de echar cuentas o calcular

porcentajes y se decida afrontar las consecuencias.

Pero no puede nunca lo humano ser predicción, sino solamente promesa. (2011: 167)

Aquí se ve como el poeta habla desde el tánatos de una realidad social que produce muerte.

La muerte no sólo se encuentra en el horror causado por el capitalismo, que sufren muchas

personas en el planeta, sino en el mismo horizonte de extinción de la especie, que ahora se

percibe como posible ante la destrucción acelerada de la naturaleza, la contaminación, la

pérdida de biodiversidad y la explotación desmedida de los recursos, todo ello provocado por

los excesos de la pulsión prometeica del ser humano en la forma actual del capitalismo.

Por otro lado, la influencia de René Char también parece estar presente en los poemas de

esta obra y la idea poética que alberga: el desconsuelo sin desesperanza y el dolor contra la

perfección. En Resistencia de materiales citará a Char a propósito de la erosión:

256
Quién cree que el enigma es renovable, se transforma en él. Escalando libremente la erosión

abierta, tan pronto luminoso como oscuro, saber sin fundar será su ley. Ley que cumplirá pero

que acabará venciéndole; fundamento que no querrá pero que acabará estableciendo.

Incesantemente debemos volver a la erosión. El dolor contra la perfección. (2006b: 52)

Con este fragmento, podemos apreciar la influencia ejercida por R. Char en la poética del

desconsuelo activo que desprende Cántico de la erosión.

257
258
Portada del volumen Futuralgia, donde aparecen compilados Donde es posible

la vida y La lengua de la muerte, publicados anteriormente en otros libros.

259
260
5.2. DONDE ES POSIBLE LA VIDA (1987-1988) Y LA LENGUA DE LA MUERTE

(1987-1988)

Donde es posible la vida y La lengua de la muerte hablan del ser humano muerto que

produce, alimenta y entraña la sociedad capitalista. Aquí podemos comprobar en acción al poeta

como moderno Orfeo social, recorriendo, mostrando y denunciando, el inframundo de nuestro

mundo, caminando al mismo tiempo en busca de salidas, porque está guiado por la pulsión de

eros. Hay una aspiración de vida más allá de esa muerte y ese inframundo terrenal del

capitalismo, aunque la muerte y el tono existencial se vienen prolongando desde Cántico de la

erosión y ahora se extreman en estos poemarios.

En el fragmento número 20 de “Mi vida entre los muertos” dice: “La muerte continúa

desovando en mis ojos.// Honor leproso/ este estar medio vivo entre los muertos” (2011: 323)

Riechmann se sabe vivo, despierto, en una comunidad ausente. Por eso: “Las palabras del

poema se adensan en torno a la comunidad ausente” (1990: 44), como nos dice en Poesía

practicable.

En esa crisis humana, ese abismo, esa desolación frete al tánatos que entraña, el poeta lucha

por la vida, aspira a la vida: “solamente la vida me obsesiona” (2011: 342). Bajo la angustia, la

desolación y la experiencia de la muerte hay una obsesión por la vida. Porque la vida es lo que

busca en los infiernos. Y en esa lucha subyace el pulso entre las fuerzas de eros y de tánatos,

fuerzas de construcción de nexos frente a la destrucción, las fuerzas de una poética de la

vinculación que se está gestando, que nacen en el horror y el desconsuelo y se extenderán en

busca de la vida.

En Canciones allende lo humano comenta:

Una de mis experiencias básicas es la muerte en vida, o la vida en muerte si se quiere: vivir

agonizando dentro de algo más grande que yo, infinitamente precioso (porque de algún modo es la

261
sede de todo valor) que vive y agoniza. Desde luego, nuestros tiempos son tiempos sombríos. Yo

quisiera que la memoria del sufrimiento humano se sintiese holgada entre las líneas de mi escritura.

(1998: 85)

He aquí la voluntad de testimonio, testimonio de la muerte de los tiempos sombríos.

Riechmann aspira a superarla, a un “más allá” de la muerte, a la vida. Aspira a una especie de

“salvación” o más bien “conquista” de la vida, como dirá en Resistencia de materiales:

Todo puede ser salvado, como promesa y también como algo que se muestra en acto en cada

poema verdadero; y, al mismo tiempo, la poesía alberga la conciencia de esa pérdida enorme que

constituye la vida de los hombres y la historia humana. Las dos cosas a la vez, salvación y pérdida.

Ahí se constituye la tensión de la poesía necesaria. (2006b: 145)

La muerte se encuentra en la realidad social, estamos rodeados de ella, el sistema capitalista

y los valores que entraña son productores de tánatos. Podríamos decir que en la poesía de

Riechmann hallamos una especie de orfismo secular, de búsqueda de la vida más allá de los

abismos de la Tierra, de los infiernos sociales y humanos que produce la sociedad: el

inframundo terrenal del capitalismo. El descenso que comenzó en Cántico de la erosión y que

persigue la vida de una sociedad humanizada, se hace más profundo en estos poemarios.

Pero hay una vida más allá de ese tánatos: el ser humano que rechaza los valores de esta

sociedad y cultiva su humanidad, el ser humano que no reproduce ni el lenguaje ni la cultura

del capitalismo, sino que aspira a ir más allá, a superar el infierno que supone esta sociedad,

donde el autor se siente en parte muerto (“En el libro de huéspedes del hotel del Abismo” y

“Pregunta de un muerto que lee”) y rodeado de muertos (“Taller de mi vida entre los muertos”).

La lengua de la muerte finaliza con una serie de citas, entre las que se encuentra una de Artur

Lundkvist que es posible que haya dado título al poemario anterior, Donde es posible la vida:

262
“Que haya muerte donde es posible la vida es nuestro único pecado” (2011: 348). El poemario

finaliza con versos de esperanza: “La poesía no tiene historia: sólo tiene futuro/ No somos

inocentes, pero tampoco cómplices./ La lucha sigue.” (2011: 348). Y la esperanza es la potencia

de eros, son esas fuerzas mueven la vida.

263
264
Portada del libro Amarte sin regreso, donde aparece recogida La esperanza violenta.

265
266
5.3. LA ESPERANZA VIOLENTA (AÑOS OCHENTA)

Del mismo modo que en algunas de sus obras hemos podido apreciar una coincidencia de

rasgos propios del orfismo, pero articulados desde un plano terrenal, observamos una mezcla

de recursos y estilos propios de poéticas distintas. Así, encontramos elementos estilísticos de la

denominada poesía coloquial o comunicacional, mezclados de tal forma que paradójicamente

no conducen a la fácil comunicación con el lector, sino que producen hermetismo en el plano

del significado. Podríamos denominar a este procedimiento como “hermetismo coloquial”.

Podemos hallar poemas de este tipo en La esperanza violenta, además de en obras anteriores

que hemos mencionado. La esperanza es el amor. Y el amor contiene fuerza, una fuerza capaz

de violentar al ser humano:

Tocar en la carne enamorada y en el agua

la explosión interminable de la rosa

la insurrección material de la poesía

y el puro tormento de los dioses vivos (2011: 395)

Podemos comprobar cómo en sus primeros poemarios palpita con fuerza esa pulsión erp-

tanática, en la que eros resiste ante tánatos, ya sea en el plano personal o en el social. Porque el

poeta, ante todo, se rebela contra la muerte, la combate. No es un poemario elegíaco, es un

poemario donde el poeta testimonia los espacios del tánatos, los muestra, al tiempo que se opone

a ellos guiado por la esperanza. Ahora se alza contra la muerte, en lugar de expresarla, como se

aprecia por ejemplo en el poema “Contra la muerte”, entre otros:

Un único conjuro

amor, contra la muerte:

comunidad. (palabra sin veneno

pero a menudo endulza

los venenos mortales.)

267
La repito no obstante, la sostengo

como un planeta tibio

recién nacido:

comunidad.

El frescor de tus brazos y el himno

de la conversación entre seres libres. (2011: 404-5)

Donde es posible la vida y La lengua de la muerte, dos poemarios profundamente tanáticos,

vienen seguidos de Figuraciones tuyas y La esperanza violenta, composiciones que hablan del

amor y de la vida, aunque en la segunda, no obstante, la muerte aún sigue teniendo

protagonismo. Como se irá apreciando, la poética de la vinculación va gestándose

paulatinamente durante esta etapa de poesía del desconsuelo activo, y comenzará a eclosionar

tras El día que dejé de leer EL PAÍS, a partir de Desandar lo andado.

Eros y Tánatos se mueven por estos poemas, como se mueve el poeta recorriendo los

territorios del horror provocado por el capitalismo, produciendo eso que hemos denominado

como orfismo social. En su camino, testimonia, denuncia y no deja de buscar salidas con la

esperanza (delgado hilo de eros) que lo conduce como a Orfeo por los infiernos sociales de

nuestro tiempo. Ese hilo de Eros lo irá llevando en su recorrido, haciéndose más fuerte, hacia

posibles hallazgos, con la poética de los vínculos.

268
Portada libro Material móvil, con 27 maneras de responder a un golpe.

269
270
5.4. 27 MANERAS DE RESPONDER A UN GOLPE (1989)

Contenido en Material móvil, con esta obra marca el inicio de una poética de la resistencia

de actitud más directa y contestataria, que se acerca poco a poco a una formulación de realismo

social de carácter narrativo, y voluntad denunciadora, que se extremará con El día que dejé de

leer El País. Por ello probablemente estemos ante un punto de inflexión en su obra poética, al

trazar esta poética claramente como respuesta, que no puede entenderse de otra forma sino

como resultado y tal vez cristalización de todo lo anterior, de la concepción poética que ha ido

desarrollando a lo largo de sus libros. En consecuencia, esta poética presenta un marcado

carácter político pero bajo ella subyace, latente, la reflexión filosófica, ética y humanista de los

libros que le preceden.

El golpe al que se refiere es la caída del socialismo representado por la URSS, el primer

intento de poner en práctica el llamado socialismo real desarrollado por el ser humano. Para el

poeta, según concluye con el texto de reflexión de la página final del libro, constituye el fin del

“siglo de las guerras civiles y la tragedia proletaria del estalinismo” (2011: 424), así como el

inicio de una época más oscura marcada por la hegemonía del capitalismo. De este modo lo

expresa con el estremecedor poema número 19, con fecha 10 de noviembre de 1989:

A parís, una ciudad que no existe,

me llega la noticia:

Berlín

ha desaparecido.

¿Quién da un paso hacia el centro del invierno?

La angustia dúctil se me enrosca en el vientre.

Hoy tengo ancianos los ojos cuando todo

todo está aún por hacer. (2011: 419)

271
El sistema socialista representaba la esperanza de otro modelo social, una forma de vida

distinta al capitalismo, la aspiración a una forma convivencia más humana. El poeta siente que

ha caído ese modelo, siente la angustia existencial de la muerte del socialismo y de la muerte

que se cierne sobre el mundo con la hegemonía capitalista. 27 maneras de responder a un golpe

concluye con un texto de reflexión final en el que dice: “Se abre una nueva época con los

augurios más siniestros para los oprimidos y los desposeídos, con las exactas premoniciones de

muerte del planeta a la distancia de nuestra respiración”. (2011: 424)

La respiración es el hilo de esperanza, el hilo de la vida que continúa a pesar de todo, como

un hilo de resistencia. Y ese hilo de la vida, de respiración en un mundo rodeado de muerte,

constituye la poesía. “Escribir –también escribir poemas- puede ser una forma de obrar. Quizá

a la manera del judío rumano Paul Antschel: «Estábamos muertos y podíamos respira».” (2011:

424), sentencia.

El golpe, pues, es el derrumbe de ese mundo como vía a otro mundo posible. La manera de

responder es respirando a través de la poesía. El poema 27, el último, con tan sólo cuatro versos,

habla de la respiración como esperanza:

DUM SPIRO SPERO:

me defiende defiendo

mi cabrona esperanza

mientras me quede aliento. (2011: 423)

Por otro lado, posteriormente en la obra de reflexión poética Resistencia de materiales

(2006) abrirá y cerrará con versos introductorios y finales que hablan de la respiración. Al

inicio: “Pero la poesía. ¿Cómo acercarse a la poesía?// Respirando” (2006b: 11) Y al final:

“¿Qué para qué sirve la poesía?// Puede enseñarnos a ganar nuestra respiración.” En

272
Canciones allende lo humano afirma que cada poema es una “intimación a pararse” y respirar:

“Nos dice: asómate a esta ventana profunda, come este bocado de verdadera realidad.” (1998:

12) De modo que no es baladí este aspecto, al contrario podemos considerarlo uno de los rasgos

definitorios de su poética. Sin duda, conecta con su poesía de la vinculación, como hemos tenido

ocasión de comprobar.

Recordemos que la respiración es esperanza, como señalamos al referirnos a 27 maneras de

responder a un golpe. Respiramos mientras estamos vivos. La respiración es también un

vínculo con el mundo, con todo cuanto nos rodea, que nos permite la vida.

En Muro con inscripciones dirá: “Yo no soy ex de nada./ No es derrota caer/ sino no

levantarse.” (2000: 85) La vida resiste a la muerte, continúa prolongándose por medio de un

hilo que nos conecta con el mundo, como la respiración, a pesar de todo. Y la poesía, como

forma de respiración, constituye una forma de resistencia.

Queda trazada, pues, en sus textos de ensayo y en su poesía, o sea explícita e implícitamente,

su poética de la resistencia y su profunda conexión con la vida.

273
274
Portada del poemario Baila con un extranjero.

275
276
5.5. BAILA CON UN EXTRANJERO (1990-1991)

La obra contiene poemas que de nuevo remiten al submundo: “Camina bajo tierra: cercano

a los muertos” o “Vida en los subterráneos”, con otros que hablan de amor y en los que el poeta

ya no es tan oscuro como el de La lengua de la muerte. En el plano formal se combina el tono

hermético de algunos poemas con otros que siguen la línea realista-narrativa, como por ejemplo

“Seguridad vial”: La democracia camina/ El capitalismo cabalga// La democracia camina// el

capitalismo viaja en palanquín// La democracia camina/ El capitalismo acelera un automóvil

(...)” (2011: 457) Y continuamos observando los rasgos expresionistas, con los que muestra el

horror del mundo del que es testigo y parte, como por ejemplo podemos apreciar en la

composición “El conciliábulo d ellos muñones”, que comienza: “Camino describiendo círculos.

El sol revienta como un huevo podrido, el eje del mundo es un árbol calcinado. Sin querer piso

y quiebro mis propios dedos” (2011: 439) El poeta nos advierte, al comienzo del libro, sobre

los “experimentos de subjetividad humana” (2011: 27) que nos propone, en línea con la

voluntad de exploración poética sobre la cual reflexiona en Poesía practicable.

Contiene numerosos poemas titulados “Curriculum vitae” que responden una concepción

revitalizada y desmercantilizada del concepto. Habla de su vida. Una idea hacia la que, de algún

modo, ya apuntaba en su poética explícita con Poesía practicable, como comprobamos en la

siguiente reflexión: Sobre la Academia: una de las cosas más terribles que pueden sucederle a

uno es encontrarse un buen día con que tiene un currículum en lugar de una vida. (1990: 57)

En contraposición al currículo académico, que critica en esta reflexión, con el poemario nos

ofrece otro tipo de currículo, el currículo que habla de la vida, de lo vivido y de cómo está

experimentando el mundo en ese momento, como podemos observar por ejemplo en

“Curriculum vitae 5”. El poema “Con los ojos abiertos”, que dará título a su libro de ecopoemas,

nos ofrece toda una declaración de intenciones: “Quiero ver todo lo que va a venir” (1990:4 68)

277
278
Portada del poemario El día que dejé de leer El País.

279
280
5.6. EL DÍA QUE DEJÉ DE LEER EL PAÍS (1993-1996)

Como forma de expresar la realidad, la destacada obra El día que dejé de leer EL PAÍS

constituye un acercamiento a la realidad social a través del periodismo. Es interesante en este

punto analizar las relaciones entre poesía, veracidad y periodismo. El discurso periodístico es

el medio más extendido de contar la realidad, de expresar lo que ocurre en el mundo. De ahí

que resulte tan interesante analizar el empleo de los rasgos periodísticos en los poemas de esta

obra como medio de acercamiento a la realidad a través de la poesía. Este poemario supone

además un acercamiento irónico y crítico evidente hacia los medios de comunicación como

instrumentos de construcción de la realidad. Periodismo y poesía discurren en un mismo nivel,

donde un pasatiempo, un juego de palabras o una noticia pueden contener un poema (2011:

563-4 y 569-70) e incluso un artículo sobre economía (2011: 542), empleando este

procedimiento como recurso de provocación. El lenguaje es completamente coloquial y de

intención comunicativa, como puede apreciarse en el siguiente poema, titulado “Je ne suis spas

marxiste” (Karl Marx):

Hasta 1939 era marxista.

Entonces me volví

marxista.

Fui marxista hasta 1956.

Pero los acontecimientos de aquel año

sacudieron muchas de mis certezas

y me volví marxista.

Así las cosas, fui marxista

hasta 1968. La historia universal

me abofeteó de nuevo a conciencia

281
y en aquel mismo año

me transformé en marxista.

Con todo ello fui marxista

hasta 1989. Para algunos ideólogos,

el final de la historia; para mí el año

en que definitivamente

llegué a ser marxista. (2011: 594)

Este es el modo como se extrema una de las dos líneas de escritura que el poeta viene

cultivando y que se agota en este libro: la del realismo-narrativo de actitud denunciadora y

carácter testimonial, un realismo que tiende a la expresión coloquial y de fácil comunicación,

alejado de todo hermetismo en contraposición con el estilo que ofrecen otras de sus obras. Con

este poema podemos apreciar además la nítida conciencia política del autor, cuyo

posicionamiento marxista se refleja claramente en el poema.

Escrito simultáneamente a Desandar lo andado, el poemario dará paso a la poética que se

ha ido gestando años atrás, una poética movida por las fuerzas del eros y de estirpe simbolista:

la poética de la vinculación.

282
Portada del poemario Desandar lo andado.

283
284
5.7. DESANDAR LO ANDADO (1993-1996)

Escrito de manera simultánea a El día que dejé de leer EL PAÍS aunque publicado con

posterioridad (2001), marca un punto de inflexión importante en la poética de Jorge Riechmann,

y abre un nuevo camino en su poesía y los libros que seguirán a éste. Esta obra de poemas en

prosa y de prosas poéticas, además de ser un salto hacia delante, conecta con aspectos de

algunos de sus primeros libros, de carácter más intimista. Pero esta vez lo hace interconectando

de algún modo toda su experiencia poética, tanto en su dimensión personal-subjetiva como

social-colectiva, con lo cual cobra una riqueza verdaderamente esencial. Por todo ello, la obra

adquiere una densidad que resulta de la presencia de ideas fundamentales que han ido

apareciendo poco a poco en la evolución de su poesía hasta cristalizar en algunos conceptos y

rasgos definitorios: desde el plano filosófico-espiritual: la poética de la vinculación, lo sagrado

inmanente o material sagrado; desde el plano expresivo y estilístico: el orfismo social, el

hermetismo coloquial, combinado con rasgos simbolistas, recursos surrealistas, elementos

expresionistas en algunos poemas y una formulación a en ocasiones narrativa. El tono

existencialista cobra peso en la obra.

Esta espiritualidad ligada a lo colectivo y, más extensamente, a la otredad que constituye lo

vivo, es una espiritualidad materialista, no trascendental, que reivindica lo sagrado que hay en

el mundo: “7. Si lo sagrado está en algún sitio, yo lo localizo en la vinculación. Los vínculos

son internos a este mundo.// 8. El lenguaje es, para nosotros ―carne que habla―, la primera y

más fundamental forma de vinculación.” (2011: 43)

El desandar lo andado es un desandar por la historia del siglo XX, cuyo horror y desolación

se prolongan y continúan en la actualidad. La historia del siglo XX está plagada de guerras y,

llegados al final del siglo y del milenio, las luchas por la emancipación han sido derrotadas. De

ahí la importancia de desandar lo andado, recuperar la memoria de la vida atravesando la muerte

285
(podríamos tal vez hablar de un poemario de carácter órfico en este sentido, de un orfismo

social). En la actualidad, nos muestra la obra, la realidad sigue siendo un campo de batalla.

Como expresa en el ensayo “Quiebralomo, Auschwitz y el precio del café con leche” de

Resistencia de materiales, seguimos en Auschwitz, no estamos después:

el horror que viene desde tan lejos, pasando por Quiebralomo y Auschwit. Dos categorías de

seres humanos: nosotros arriba y ellos abajo. Nosotros a este lado del muro, ellos al otro. (...) No

estamos después, ¿alguien sería tan ingenio o cínico como para suponer que podríamos estarlo?

(2006b:151)

Esta idea, que sigue al pensamiento de Juan Gelman, la retomará en el capítulo “Juan Gelman

y el destino de nuestra esperanza” de su libro El siglo de la gran prueba (2013: 15-16). En él,

Jorge Riechmann cita el discurso de Juan Gelman en su recepción del premio Juan Rulfo en

Guadalajara (México) el año 2000.47

Vuelven las imágenes expresionistas y surrealistas, el tono existencialista y un estilo

predominantemente hermético aunque combinado con textos abiertamente comunicativos

como “Realismo socialista”. Articula un lenguaje coloquial y narrativo, que en este caso

conduce tanto a composiciones poéticas de fácil comunicación (lo observamos por ejemplo en

el citado poema) como al ya mencionado orfismo social (por ejemplo, en “La gracia del

páramo”). El texto narrativo se carga de densidad semántica por el volumen de metáforas y

símbolos que contiene, tejiendo un discurso poético más próximo al simbolismo que al realismo

social de la poesía del medio siglo y de otros poetas actuales de la resistencia, como es el caso

de Antonio Orihuela, por mencionar a un autor característico y destacado, entre los diferentes

47
Fragmento del discurso: “Theodor Adorno pronunció alguna vez una frase infeliz: afirmó que no era posible
escribir poesía después de Auschwitz. Se equivocaba y ahí está la obra de Paul Celan que lo desmiente. O la de
Kenzaburo Oé, después de Hiroshima y Nagasaki. Durante años pensé que el error de Adorno consistía en una
omisión, que le faltó un ‘como antes’, que no se podía escribir poesía como antes de Auschwitz, de Hiroshima y
Nagasaki, ni del genocidio argentino, que estamos en un durante, que las amenazas se repiten una y otra vez en
algún rincón del planeta (...)” (2013: 15)

286
grupos, estilos y formulaciones de la poesía de la conciencia crítica. El siguiente poema expresa

el aplazamiento de la muerte:

APLAZAMIENTO

Disolver la ferocidad del mito, lanzas que penetran, cuchillos que destazan. Enterrar aquellos

escudos leprosos que son altares sacrificiales que son máscaras de combate que son el retrato del

totémico can sanguinario del que cuentan engendró nuestra estirpe. encontrarnos como dos

amantes en su claridad tibia, pero superar incluso la ferocidad del desnudo: envueltos cada uno

en el afecto transparente de las palabras del otro encontrarnos, compartir el beso, el calor añejo,

una morada en el tiempo como el corazón del manantial. (2001: 30)

Además de ello, el poemario está relacionado con la emergencia de la idea de ahí, tan

importante para el poeta que provoca un reordenamiento de toda su poesía escrita hasta el

momento. Un intento de este reordenamiento es la publicación, en 2003, del volumen Un

zumbido cercano, que recoge y reagrupa textos poéticos de toda su producción publicada hasta

la fecha junto con algunos otros inéditos hasta el momento.

En Conversaciones entre Alquimistas (2007) hallamos un texto que, en palabras del autor,

podemos leer como comentario posterior a Desandar lo andado. En él, comenta, habla del

camino de ida y el camino de vuelta y el resultado de haberlos transitado: “(…) hace falta

haberlos recorrido ambos para llegar donde uno ya estaba, consciente de toda la riqueza de ese

ahí.” (2007: 117) El texto lleva como título estas palabras: “También por donde nadie anduvo

es posible hallar huellas”. Y en nota a pie de página, el autor señala algo: “Al desandar lo

andado, uno se encuentra siempre en un lugar diferente donde ya estuvo” (2007: 117) Los

acontecimientos vivido no pueden borrarse, el tiempo experimentado tampoco. En todo caso,

observamos la importancia de la noción de ahí, la influencia que tendrá a lo largo de su obra.

287
Con Desandar lo andado, la indagación poética o la poética de la indagación que hemos

analizado cobra mayor consciencia en su obra, como apreciamos en el primero de los textos,

titulado “Buscarruidos”, que nos remite directamente a la obra del poeta francés René Char de

la que es traductor, Indagación de la base y de la cima, configurando los rasgos de una nueva

etapa, como hemos mencionado (realismo de indagación, noción de ahí, noción de vínculo, lo

sagrado materialista…): “Poesía: decir lo que no se sabe, y sin saberlo queriéndolo, y por eso

indagando en ello, aproximándonos a algo que está ahí, que siempre ha estado ahí, ya inmediato

y de repente inaccesible. El buscarruidos, chasqueado, guarda algo en el zurrón —no está

seguro de lo que será— y sigue husmeando.” (2001: 15)

Otro texto en el que hemos de detenernos es el titulado “Del inacabamiento, la libertad”,

porque es aquí donde hallamos una clara expresión de dos de las nociones que configuran su

poética de la vinculación: lo sagrado materialista y una profunda idea de vínculo: “Si lo sagrado

está en algún sitio, yo lo localizo en la vinculación. Los vínculos son internos a este mundo.”

(2001: 43)

Por todo lo anterior, este libro constituye un punto de inflexión, implica una toma de

conciencia del poeta sobre una serie de nociones que caracterizarán poética. Como una bisagra,

comienza a abrir los caminos hacia la poética de la vinculación en su obra de un modo

completamente consciente, algo que hasta entonces no se había producido.

288
Portada del poemario Muro con inscripciones.

289
290
5.8. MURO CON INSCRIPCIONES/ TODAS LAS COSAS PRONUNCIAN NOMBRES

En Muro con inscripciones el modo de acercarse a lo social ya no es desde el extremado

realismo narrativo de El día que dejé de leer EL PAÍS, aunque se produzca un tono narrativo

en muchos poemas y en ningún caso se abandone el lenguaje coloquial. También observamos

poemas con cierto grado de hermetismo y simbolismo, como por ejemplo aquellos que hacen

referencia al símbolo del nido como refugio para conservar la vida: “Nidos: lo más habitable/

está tejido de andrajos.” O el siguiente: “Otros dirán elipsis:/ los no-lugares donde está la vida.”

(2000: 56-7)

Aunque predominan los poemas de tema social y ecológico, el libro conjuga diferentes

temáticas, con composiciones que hablan de la poesía y del lenguaje, y otras de experiencia

interior. “Quien afirma que no hay alternativa/ es el mismo/ que tiene poder para destruirlas.”

(2000: 90) Todos ellos podrían considerarse subtemas de uno sólo: la vida. “Estás vivo ahora”

(2000: 120). Ya se ha señalado, el eros, la vida, caracterizará la poesía de esta etapa, cuyos

rasgos hemos definido como poética de la vinculación. Están presentes los elementos que

hemos descrito como configuradores de esta poética. Entre ellos la noción de “ahí”, que

encontramos al comienzo con el primero de los poemas: “Está ahí, está ahí, nosotros sólo/

escribimos lo que estaba ahí, los nombres” (2000: 8) Y de nuevo nos recuerda a Juan Ramón,

al nombre exacto de las cosas, como analizamos al adentrarnos en los rasgos de su poética.

Porque la indagación poética es una forma de abrirse al mundo, a ese mundo que está ahí. Por

tanto, el realismo es comprendido como indagación de la realidad, como observamos en: “El

aullido del loco/ horada la realidad” (2000: 65); o en: “Astros/ esperma derramado/ en infinito

regreso hacia la voz” (2000: 115) Las fuerzas de “eros” cobran un mayor protagonismo que las

de tánatos, son ahora las que ponen en movimiento el poemario, no tanto la angustia existencial

provocada por un abismo tanático como podemos apreciar en obras anteriores: “Amar es luchar

hacia una presencia inasible/ y ser buscados por una lucha semejante:/ se encuentran antes las

291
luchas que los cuerpos// sin herida nada queda entero/ dice el poeta// somos de lo incompleto/

y está bien, está bien, está bien.” (2000: 30-1) El tono existencialista, tan fuerte en la poesía del

desconsuelo activo de sus primeras obras, se modera hasta apenas apreciarse: “No construyáis

estatuas:/ sembrad jardines.” (2000: 102) Frente a la estatua muerta, los jardines cargados de

vida.

Y por supuesto, hallamos la idea fundamental de vínculo: “(…) El ser humano equilibra

también algo/ pero no lo sabe” (2000: 14). Abre el libro con una cita, entre otras, de Robert

Bresson: “Los vínculos que esperan los seres y las cosas para vivir…” (2000: 7)

De modo que los poemas, como inscripciones en un muro o tal vez como los nombres que

pronuncian las cosas, nos hablan de distintos temas relacionados con una realidad compleja, de

múltiples dimensiones (social, económica, política, ecológica, amorosa, etc.), de acuerdo a su

concepción poética del realismo, una realidad compleja que se mueve en torno a un centro

motor característico de su poética de la vinculación. Ese centro es todo lo vivo. La energía es

“eros”.

292
6. NOTAS SOBRE POÉTICA EXPLÍCITA EN LA OBRA DE JORGE

RIECHMANN: LOS LIBROS DE REFLEXIÓN POÉTICA

En los libros de reflexión poética del autor, los límites entre poesía y pensamiento a menudo

se diluyen, se entrecruzan, se confunden, se entremezclan. Por lo tanto, adentrarnos en la

poética de Jorge Riechmann supone no sólo tratar de comprender su concepto de la poesía sino

también su pensamiento, al que se encuentra indisolublemente asociado.

Esto es lo que haremos en las páginas que siguen más abajo, un recorrido por sus libros de

ensayo en los que vuelca sus planteamientos poéticos en impura mezcla con su pensamiento.

Sería prácticamente imposible aproximarse a la poética de Jorge Riechmann sin tener en cuenta

sus planteamientos filosóficos de todo tipo: políticos, ecológicos, morales, etc. En el poeta late

el pensador, como en los poemas podemos hallar su poética. Este pensador y poeta se halla en

contacto con nuestro tiempo. Si para Machado, como dijera en su “Poética” para la emblemática

antología Poesía española de Gerardo Diego, la poesía es “palabra esencial en el tiempo”, la

poesía de Jorge Riechmann no olvida la dimensión temporal. Muy al contrario, está en contacto

con el contexto, con el tiempo histórico en que la escribe, nada menos que el momento en que

nos encontramos. Hemos podido comprobar que en su poética ha influido el existencialismo

del autor de Ser y tiempo, tanto por el enfoque existencialista de buena parte de su obra, como

en lo que respecta a la noción de ahí, palabra que hemos analizado y constituye, junto con otros

planteamientos y rasgos, un importante cambio o evolución en su obra.

La dimensión temporal de toda obra, no sólo la de Jorge Riechmann, ofrece la posibilidad

del diálogo con un tiempo. En este sentido, la poesía de Jorge Riechmann constituye un diálogo

completamente vivo, en construcción constante, con el momento presente en relación a las

grandes transformaciones que estamos experimentando. La revolución tecnológica, el

desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, la era digital, la

293
inteligencia artificial, las neurociencias, la ingeniería genética, el denominado

“transhumanismo”, la crisis ecológica planetaria junto con la crisis económica del capitalismo,

la crisis moral, en suma, el momento de transformación provocado por el ser humano en

diferentes órdenes (plano físico o ecológico, plano social y económico, e incluso plano moral

con la crisis de valores y el cuestionamiento del concepto mismo de lo humano), ha trascendido

el impacto sobre nuestra especie y ha pasado a afectar a todos los seres vivos que poblamos el

planeta. Sobre todo ello, nos habla la poética del autor, algo que resulta fascinante, para quien

la poesía nos ofrece un campo para la exploración de posibles salidas, un espacio para el ensayo

y el error donde aprender a Fracasar mejor en El siglo de la gran prueba. La imaginación, la

indagación y la exploración poéticas, en conexión con la conciencia y con el pensamiento, como

propone el autor, resultan instrumentos útiles que ofrece la poesía, que observamos en sus

libros.

Por todo ello, encontraremos una doble dimensión en su poética: la que conecta con la

tradición de la poesía social, y la que la vincula a la poesía entendida como conocimiento o

búsqueda en lo extraño, heredera de la mística de Juan de Yepes, del simbolismo de Juan Ramón

Jiménez y del surrealismo de René Char, por sólo nombrar a tres de los poetas que influyen en

su poética, procedentes de tradiciones tan diversas. Eso no quiere decir que su poesía sea como

la de los citados poetas al completo —o como la de tantos otros omitidos presentes en su

pensamiento poético—, quiere decir que su poesía se encuentra influida por ellos y que

podemos encontrar rasgos relacionados con tradiciones tan diversas en sus poemas.

Entre sus libros de reflexión podemos encontrar distintos tipos: cinco libros de ensayo, dos

diarios de trabajo, dos libros de textos breves y otro libro de fragmentos distinto a los anteriores.

Aunque los hemos tenido en cuenta todos de un modo global como reflejan los aparatados

anteriores, en este punto nos centraremos en los cinco libros de ensayos, en los que va

desarrollando ampliamente sus postulados poéticos, estéticos y éticos. De este modo podremos

294
hacer un recorrido por su obra analizando los principales aspectos de su poesía, los puntos de

inflexión observados que marcan distintas etapas y determinan la evolución de su escritura, así

como los rasgos que permanecen a lo largo de su producción. Además de ello, contrastaremos

el análisis de su poética explícita con su poética implícita, mostrando poemas que resultan

ilustivos y, del mismo modo, nos servirán para conocer la correspondencia entre los postulados

descritos en sus ensayos de reflexión sobre poesía y sus propios poemas.

A lo largo de su prolífica producción literaria observamos numerosos libros de reflexión

sobre todo tipo de cuestiones poéticas, estéticas, políticas, sociales y ecológicas. Estos libros,

ordenados por fecha de publicación, son: Poesía practicable (1990), Canciones allende lo

humano (1998), Una morada en el aire (2003), Resistencia de materiales (2006), Bailar sobre

una baldosa (2008), Fracasar mejor (2013), El siglo de la Gran Prueba (2013), Ahí es nada

(2014), Peces fuera del agua (2016) y Tuits para el Siglo de la Gran Prueba (2017).

De todos ellos, a Una morada en el aire y Bailar sobre una baldosa podemos definirlos

como diarios de trabajo, pese a que los fragmentos que lo componen no están fechados; sí se

encuentran acotados por un período temporal concreto, de un año cada uno. El propio poeta

emplea la terminología de “diario de trabajo” como subtítulo para denominar al primero de

ellos: Una morada en el aire. Diario de trabajo (18 de agosto de 2002 a 18 de agosto de 2003).

Lo mismo hace con el título del segundo, precisando en este caso la temática sobre la que versa:

Bailar sobre una baldosa. Apuntes sobre la belleza, la atención y la injusticia. (Diario de

trabajo). Éste fue escrito entre el 29 de junio de 2004 y el 29 de junio de 2005. A ambos

podríamos añadir un tercero, todavía inédito (aunque parcialmente publicado), con el título La

pluma del arrendajo. Fue escrito entre el 1 de septiembre de 2009 y el 1 de septiembre de 2010,

según indica el autor en Ahí es nada, donde publica algunas anotaciones de este diario. Otro

pequeño fragmento de este diario lo hace público con el título “A la lucidez la llaman

295
misantropía”48, en la página web del diario El País, sección “Blogs Cultura”. Al pie de ese texto

señala que tenía proyectado publicarlo en la primavera de ese mismo año en la editorial

Eclipsados (Zaragoza), pero aún no lo ha hecho. Los diarios lo constituyen un conjunto de

fragmentos separados por asteriscos y poco espaciado, hilados de manera sucesiva, cada uno

de los cuales no presentan título ni fecha.

Por otro lado, distinguimos los libros de textos breves: Fracasar mejor (fragmentos,

interrogantes, notas, protopoemas y reflexiones) (2013) y, el más reciente, Peces fuera del agua

(2016). Están compuestos por un conjunto de textos breves separados con poco espaciado, con

título. Por otro lado, podemos distinguir foralmente el libro de fragmentos Tuits para el Siglo

de la Gran Prueba (2017). No se trata de un diario de trabajo ni tampoco contiene textos breves

titulados. Reúne simplemente fragmentos procedentes de su escritura en la red social Twitter a

partir de 2015, posteriormente reformulados y compilados. Ni los diarios, ni los libros de textos

breves, el libro de fragentos contienen índice, no están estructurados ni en partes ni en capítulos.

Al margen de la consideración formal de diferenciarlos como diarios de trabajo, libros de textos

breves o simplemente libros de fragmentos, todos ellos mezclan pensamientos, reflexiones y

comentarios sobre la actualidad y lo hacen mediante un estilo fragmentario.

Por último, tenemos los cinco libros de ensayo: Poesía practicable (1990), Canciones

allende lo humano (1998), Resistencia de materiales (2006), El siglo de la Gran Prueba (2013)

y Ahí es nada (2014). Todos ellos, a diferencia de los anteriores, están formados por una serie

de textos de distinta procedencia ordenados por un índice. Entre ellos, se observan ensayos,

artículos, prólogos y epílogos publicados en revistas literarias y otros libros con anterioridad,

conferencias pronunciadas en diversos espacios; completados en ciertos casos con la inclusión

48
Riechmann, J. (2012). A la lucidez la llaman misantropía. [online] EL PAIS. Blog Tormenta de Ideas.
Disponible en: http://blogs.elpais.com/tormenta-de-ideas/2012/03/a-la-lucidez-la-llaman-misantropia.html
[Consultado 15 Sep. 2018].

296
de alguna entrevista (como por ejemplo en Canciones allende lo humano y Resistencia de

materiales) y de poemas propios o de otros poetas traducidos por el autor (como en Poesía

practicable y Canciones allende lo humano, respectivamente).

No obstante sus diferencias, es preciso señalar que los diez libros presentan una tendencia al

fragmento, aunque en el caso de los últimos a los que nos hemos referidos la fragmentariedad

se produzca dentro de cada ensayo o capítulo que componen los títulos, exceptuando los casos

en los que los ensayos son de pequeña extensión y no se dividen en fragmentos. Como hemos

observado, muchos de sus libros —no sólo los de ensayo, también los de poesía— están escritos

con fragmentos.

297
298
299
300
6.1. POESÍA PRACTICABLE

A modo de introducción

Poesía practicable, su primer libro de reflexión poética, ya presenta las líneas de

pensamiento fundamentales que guiarán su poesía. El título nos señala la concepción de la

poesía en su vínculo con el mundo, nos muestra su conexión con la realidad o, más íntimamente,

con la vida; y nos muestra, sobre todo, una voluntad de acción. Podemos relacionarlo con las

“Tesis sobre Feuerbach” de Carlos Marx, concretamente con la octava, en la que señala que “la

vida social es esencialmente práctica” e indica que el misticismo tiene su “solución racional”

en la comprensión de la “práctica humana”. Con el título, por tanto, nos sitúa en el materialismo

al proponernos una poesía practicable. Por otro lado, también guarda relación con la famosa

última tesis, la número once, donde Marx plantea la función del pensamiento en la

transformación social: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el

mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo.” (Marx) No obstante, lo observamos más

adelante tanto en sus libros de ensayo como en poemas, el poeta también nos propone una

mirada atenta a lo abierto —algo a lo que ya apunta sin desarrollarlo en el primer texto, “Poesía

practicable”—, al mundo que nos rodea, a la irrupción de lo inesperado, al milagro entendido

en este sentido, como expresará en otros libros. Todo ello lo veremos con mayor desarrollo a

lo largo de su obra.

Poesía practicable. Apuntes sobre poesía, 1984-88 recoge una serie de textos de carácter

ensayístico y estilo poético, en los que expone su pensamiento sobre todo tipo de cuestiones

éticas, estéticas, políticas y poéticas. El autor completa la obra con tres poemas incluidos en la

parte final.

301
Dando nombre al libro, “Poesía practicable”, con el primero de los ensayos comienza a

mostrarnos su enfoque poético, en lo que podemos considerar además una declaración de

intenciones:

“Voluntad de una poesía practicable.

Equidistancia entre aquella `militancia de la vida´ de que hablaba Mario Benedetti y la

organización de la resistencia en un tiempo de iniquidad. (…)

En el trasfondo, como un horizonte en tensión sorda e irreductible, la aspiración a otra vida,

a la vida cabal, en la que ya no cabría divorcio entre poesía y existencia humana. (…)

Trabajar en un taller abierto. A la espera de tiempos de belleza transitiva, de tiempos en que

se disipe la hipnosis de los pueblos, iniciarnos —irredimibles aprendices— en las destrezas y en

los valores de la artesanía revolucionaria. (1990: 17)

Son las primeras líneas del libro. Por medio de ellas, podemos comenzar trazando algunos

rasgos de su pensamiento poético. Nos habla de “organización de la resistencia” (dimensión

política); nos habla de poesía y existencia humana (dimensión filosófica); nos habla de la espera

de “tiempos de belleza transitiva” (dimensión poética); nos habla de “trabajar en un taller

abierto” (dimensión espiritual); nos habla de “la hipnosis de los pueblos” (dimensión social); y

nos habla de “valores de la artesanía revolucionaria” (dimensión moral y política). La poesía,

para Jorge Riechmann, es un trabajo de artesano. El espacio de trabajo es lo abierto. Lo esperado

(“esperar lo inesperado”, nos aconseja en otros de sus libros) es, en cierto modo, un tiempo de

belleza transitiva. También nos habla de la poesía como iniciación en la moral revolucionaria.

El poeta es consciente de algo que lo mueve a hacer poesía sobre el momento histórico

actual:

“Escribo desde la crisis de civilización contemporánea: en esa encrucijada de la humanidad

donde nos jugamos (y con tan escaso margen de maniobra) formas de convivencia y

302
organización política, valores como los de dignidad humana, libertad y justicia, y el mismo ser

o no ser de la especie.” (1990:19-20)

No son pocos los ensayos que dedicará el autor a desarrollar pensamientos relacionados con

estas líneas. En el mismo libro, otro de los ensayos lleva por título “La belleza transitiva”. Sobre

lo esperado hablará en “Esperar lo incalculable”, publicado en Canciones allende lo humano,

pero no sólo: de esperar lo inesperado nos hablará en el texto “Sobre la amabilidad y la

desesperanza (autointerrogatorio)” de Resistencia de materiales (2006b: 113), en Fracasar

mejor (2013a: 149), pero también en el libro de poemas en prosa Desandar lo andado (2001:

50 y 96), por citar solo una muestra.

En el siguiente fragmento del ensayo entra de lleno en el asunto de la muerte impulsado por

el aliento de vida del anterior:

“Vivimos empotrados en la muerte. Bebemos muerte, comemos muerte, respiramos muerte.

Dormimos en la muerte, despertamos en ella, producimos muerte. Constituye, hoy, la materia misma de

nuestra vida social. (…)

A toda costa es menester preservar la memoria de lo Otro. La memoria de la vida y la memoria del

futuro” (1990: 17)

Por medio de estos párrafos, con tono profético y lapidario, introduce otros dos rasgos que

forman parte de su pensamiento poético: el movimiento ero-tanático y la dimensión de lo otro,

la alteridad; ambos, como veremos, relacionados. Lo abordaremos en las páginas siguientes.

De nuevo la vida, la muerte y la moral se nos ofrecen en conexión y dentro de un mismo plano,

el plano de lo social. En sus primeros poemarios son abundantes las referencias a la muerte, al

horror, a la angustia ante un mundo tanático, como he tenido ocasión de mostrar en un artículo

de aproximación a sus primeras obras publicado con anterioridad.

303
Poesía del desconsuelo

Podemos observar que en los dos primeros fragmentos del primer ensayo de Poesía

practicable el autor comienza a desplegar algunos de los rasgos constitutivos de su concepción

poética. Este hecho resulta sumamente significativo.

Continuemos analizando el fragmento consecutivo, donde hace referencia a la imaginación

creadora, la cual considera en contacto con la práctica: “Creo que las derrotas (la experiencia

de las derrotas, su rememoración, su análisis) le proporciona el cauce más fértil. // Las derrotas

disciplinan la imaginación.” (1990:18)

Jorge Riechmann nos habla de la derrota como algo conectado a la imaginación creadora. El

sentimiento de derrota ante un mundo tanatizado, desde un punto de vista histórico, es propio

de la tradición de la izquierda española, que ha sido vencida por el fascismo en 1939, que volvió

a ser traicionada con la transición e instauración de la monarquía y el Régimen del 78, y que ve

cómo el capitalismo va ganando terreno en todos los ámbitos. La experiencia del fracaso, de la

derrota del ser humano como especie en su forma de habitar el mundo, será el objeto central de

uno de sus libros futuros: con el título Fracasar mejor, más de veinte años después publica un

conjunto de textos breves donde vierte su pensamiento poético y filosófico. Por tanto,

observamos una continuidad en esta preocupación, algo que no es extraño teniendo en cuenta

que el capitalismo no deja de acentuarse desintegrando el Estado social, provocando una crisis

económica, social y ecológica que sitúa al ser humano ante un horizonte incierto que nunca

antes ha enfrentado. Además de ello, lo significativo en este punto lo constituye, como escribe

el propio poeta, su concepción de la derrota como un modo de encauzar la imaginación

creadora, esto es, sus implicaciones estéticas además de éticas.

Y la derrota da paso a la resistencia como modo de existir y enfrentarse al mundo tanatizado:

304
Tras la derrota resulta imposible proseguir la lucha en frentes dilatados. La resistencia se concentra

en focos, en vértices, en nudos de red. Por eso el poema, con su exigencia de precisión estructural y de

intensidad emotiva, constituye —a mi modo de ver— una forma literaria no inadecuada a los combates

que libramos tras la gran derrota proletaria en la primera mitad de nuestro siglo. (1990:18)

No en vano, Resistencia de materiales. Ensayos sobre el mundo y la poesía y el mundo

(1998-2004) será el título de su tercer libro de reflexión poética si consideramos la fecha de los

textos que contiene49, tras Canciones allende lo humano (1998), a pesar de que se publica tres

años después del diario de trabajo Una morada en el aire (2003). Poesía del desconsuelo, poesía

en resistencia o poesía de la conciencia son calificativos con los que se ha señalado la poética

de Jorge Riechmann. Desconsuelo provocado por el mundo; resistencia como acción ante el

mundo, como forma de luchar contra el capitalismo, cuyas consecuencias provocan el

desconsuelo: “Rehúso el término feísmo (lo ha empleado algún crítico) como marbete para

caracterizar mi práctica poética. Si hace falta un marbete prefiero hablar de una poesía del

desconsuelo.” (1990: 19) El propio Riechmann lo nombra así. En Resistencia de materiales

dirá:

“’He pasado de la conciencia de la poesía/ a la poesía de la conciencia’, escribió hace ya tantos años

el gran poeta cubano Cintio Vitier, en una circunstancia histórica bien diferente a la nuestra. Pero esta

expresión, ‘poesía de la conciencia’, viene siendo reivindicada en años recientes por jóvenes poetas

españoles disconformes con la glorificación de la abulia y la imposición del sonambulismo. Los que ya

no somos tan jóvenes hemos de saludar tal determinación.” (2006b: 107)

La poética de la conciencia que practica Jorge Riechmann nace como reacción al

desconsuelo provocado por un mundo tanático, un mundo destructor de los vínculos sociales

(plano social), personales (plano personal) y medioambientales (plano ecológico).

49
Así lo señala Jorge Riechmann al comienzo del libro Resistencia de materiales, en la “Nota (prescindible) del
autor”.

305
Materialismo abierto, vanguardismo

Jorge Riechmann reflexiona en Poesía practicable sobre una práctica estética comunista,

que identifica con la “estética del material”, y que para él tiene como máximos exponentes a

Walter Benjamin y a Bertolt Brecht:

“La línea de pensamiento más aprovechable para el desarrollo de una práctica estética comunista

continúa siendo, a mi juicio, la de Walter Benjamin y Bertolt Brecht. Acaso el objetivo más importante

de la estética del material que esbozaron a comienzos de los años treinta sea la abolición tendencial del

antagonismo productor/consumidor en todas las disciplinas artísticas, la formación de una nueva cultura

estética en la que la participación activa desplace a la recepción pasiva.” (1990: 23)

Su concepción estética está fuertemente influida por el marxismo, teniendo como referente

al filósofo Manuel Sacristán, traductor de Marx y de Gramsci entre otros destacados autores,

uno de los mayores introductores del marxismo en España. Citando a Sacristán, Jorge

Riechmann considera la dialéctica como un procedimiento de pensamiento poético, no como

una ciencia. Por ello, nos dice:

“La exigencia de una nueva cultura de pensamiento dialéctico para la sociedad de los iguales habría

de entenderse, pues, como una exigencia de que tanto la razón como la poesía (realidades, por supuesto,

en absoluto antitéticas) den forma a una convivencia humana cualitativamente nueva. Que retorne la

poesía al mismo centro de la vida del ser humano, también en cuanto ser social” (1990: 25)

Es por ello que también concibe el poema como “libre investigación de posibilidades

expresivas” en busca de una conexión “renovada con los movimientos sociales de contenido

emancipador” (1990: 30) El poema es un territorio de experimentación por medio del lenguaje,

“un experimento de la subjetividad” (1990: 31) Pero el poema también es un objeto de

conocimiento y “una vía de indagación —entre otras cosas— moral” (1990:32) Esta concepción

del poema como experimentación explica su abrazo al empleo de rasgos propios de las

306
vanguardias artísticas, como el estilo surrealista o, en ocasiones, el uso de un lenguaje

expresionista. “Surrealismo y estética del material” será el título de otro de los ensayos del

libro, donde declara:

“Las dos aventuras artísticas más importante del siglo (dos focos ígneos cuyo estimulante, cálido

fulgor llega hasta hoy) son las emprendidas por el grupo surrealista parisino en la segunda mitad de los

años veinte (1924-29) y por el grupo de la Materialästhetik (estética del material) nucleado por Bertolt

Brecht a comienzos de los años treinta (1929-33). (…) El ‘eslabón perdido’ entre ambos grupos de artistas

es Walter Benjamin” (1990: 86-87)

Este ensayo es sumamente significativo, ya que en él nos describe los rasgos de estos

movimientos que abraza en su poética. No en vano Luis Bagué Quílez, en Poesía en pie de paz,

considera que la poesía del desconsuelo de Jorge Riechmann se edifica sobre estos dos

movimientos (2006: 131)

La poesía como vía de indagación, como observamos, es uno de los caminos por los que

transitará su obra, aunque no el único:

“Es conocida y goza de gran predicamento la noción de conocimiento emocional de la realidad. La

nota de conocimiento me parece indisociable del concepto de poesía. (…) En un caso óptimo (de los

varios sin duda posibles) el poema no sólo es emocionalmente justo, sino conceptualmente verdadero.”

(1990: 20)

En esta línea de pensamiento poético, entroncará con una tradición por la que conecta con

Rainer María Rilke, Rimbaud, Juan Ramón Jiménez, Roberto Juarroz, pero también con Carlos

Edmundo de Ory, José Hierro y Joan Brossa (a quienes dedica sendos ensayos en los libros

Resistencia de materiales y Canciones allende lo humano, como veremos más adelante), entre

otros, todos ellos mencionados en sus libros; y por supuesto con René Char, a quien considera

un maestro y de cuya obra Jorge Riechmann es traductor. Precisamente por la traducción de

Indagación de la base y de la cima recibió el Premio Stendhal de traducción en el año 2000.

307
Esta línea que podemos considerar simbolista y con rasgos herméticos se desarrollará a lo largo

de su obra de modo paralelo a la otra línea de estilo realista y lenguaje coloquial. Es curioso

que en Poesía practicable se muestra desconfiado con la poesía de los simbolistas,

probablemente por la cercanía a los movimientos vanguardistas (es notable de hecho la fuerte

influencia que ejerce René Char, como traductor de su obra) y se define como antisimbolista;

mientras que en Resistencia de materiales, siguiendo una posición poética propuesta por José

Hierro, se mostrará defensor de una poesía que Hierro denomina “de estirpe simbolista”. Lo

abordamos en las próximas páginas.

Poesía como conocimiento

Pese a lo que hemos señalado en el punto anterior, en un sentido amplio los impulsos

poéticos de Jorge Riechmann están abriendo caminos hacia una concepción de la poesía como

conocimiento que no podemos comprender sin el simbolismo. Veremos más adelante que

dentro del poeta conviven varios impulsos que le llevan a diferentes formas de expresión a lo

largo de su producción, así como a una mezcla de rasgos estilísticos propios del expresionismo,

el surrealismo, el simbolismo y el realismo social. No obstante, este es su primer libro de

reflexión poética y todavía su poesía está por desarrollar un largo y fecundo camino. El poeta

tiene todavía por delante mucho tiempo para conocerse y para compartir con los lectores la

evolución de su obra. En libros posteriores manifestará con claridad su cercanía a lo que

denomina, siguiendo a José Hierro, “estirpe simbolista”. En el ensayo titulado “Sobre el

simbolismo en lírica” de Poesía practicable, no obstante, afirma: “Diríase que la mayor parte

de los símbolos líricos son universalizadores deshonestos, pasajero humor personal que se

desahoga en teorema antropológico. (…) Rompo lanzas por una poética antisimbolista —del

realismo irrestricto, du grand realisme.” (1990: 158-159) En otro de los ensayos da notas de

otra dirección, con claros ecos a Baudelaire, precursor del simbolismo, concretamente a su

308
conocido poema “Las correspondencias”, publicado en Las flores del mal: “Las palabras eran

guijarros arrojados en un remanso donde despertaban ondas, ecos, correspondencias, en

cercanía esencial a la quietud del agua.” (1990: 83)

Los conceptos de realismo e indagación cobrarán en la poética de Jorge Riechmann un

significado particular, dando lugar a un enfoque más amplio, con el que trata de aproximarse a

todas las dimensiones de la realidad, no excluyendo la social. En Poesía practicable, Jorge

Riechmann nos dice que escribe sobre todo para la vida: “Escribir: hambre de luz. (…) La

escritura como conversación con la vida, para entenderla entendiéndome, para transformarla

transformándome. (…) En hora de tiniebla, ser fiel al instante que nos dio revelación” (1990:62)

Precisamente desde esa amplitud poética, su poesía realiza un movimiento que transita desde

lo concreto y mundano de la vida, con todo el peso de su tragedia, hasta la aspiración de

transparencia, la voluntad de ser y la aspiración de lo abierto que lo aproxima a la mística, un

concepto de lo abierto, no obstante, conectado con el mundo, con el aquí y ahora: “El poeta

experimenta con inusitada inmediatez la transparencia del mundo. (…) En poesía se nos da un

atisbo de esa cabal coincidencia con el ser en que ha de consistir la iluminación. Escribir al

dictado la palabra perfecta; actuar sin actuar, habitado por una fuerza inocente que no puede

equivocarse; íntegro diamante de tiempo vivo. Eckehart diría: vaciarse de sí mismo para

llenarse de Dios.” (1990: 63)

De este modo, por las palabras de Riechmann no sólo discurre el pensamiento de Karl Marx

y Antonio Gramsci, André Breton y René Char, Bertolt Brecht y Walter Benjamin; por sus

palabras también concurren Heidegger y Zambrano, Heráclito y Hölderlein, Rainer María Rilke

y Rimbaud; así como otros autores comunistas como José Bergamín, Heiner Müller (de cuya

obra es traductor) o John Berger.

309
Como Heidegger, entiende la palabra como morada del ser (1990: 68); como Hölderlein, se

siente interrogado por la pregunta “¿para qué poetas en tiempos de miseria”, a la que no duda

en contestar con el compromiso ético (1990:69); junto a Heráclito, nos invita a seguir esperando

lo inesperado porque de otro modo no se hallará (1990: 63); “Según Zambrano, el místico no

quiere conocer, sino que quiere ser. Parece lícito parafrasear: el poeta no quiere conocer, sino

que quiere ser.” (1990: 68)

Y desde lo concreto del mundo, el mundo de la vida y de la muerte, su pensamiento poético

comprende la observación de lo abierto; inmanencia y trascendencia se conjugan en su poética:

“Ética de la inmanencia: pues que el ser humano vive traspasado de muerte, de finitud. (Y sin

embargo tendríamos que matizar; inmanencia abierta, surcada de presencias, trascendente en

cierto modo). Éxtasis: ec-tasis, salida a lo abierto.” (1990: 70) Estos dos impulsos que como

vemos bombean en su poesía, provocarán una bifurcación en su producción poética, dos líneas

de creación con dos estilos, diferentes lenguajes. El “ec-tasis, la salida a lo abierto” de la que

nos habla, se convertirá en una cuestión importante de poesía, como hemos explicado50.

Su poética es la construcción de una ética poética, con trazos de estética dialéctica,

experimentación y vanguardia, indagación y realismo, donde el impulso místico también tiene

su espacio.

“¿Puede la poesía fundar una ética?” (1990:69), se pregunta. Apunta a la otredad como

fundamento para esta ética: “nos salvamos en los demás, nunca en nosotros mismos…”

(1990:73)

50
Véanse los epígrafes “3.8. Materialismo abierto: transparencia” y “3.9. Lo abierto del mundo que está ahí”.

310
Otredad

Para Jorge Riechmann, la otredad es un sentimiento revolucionario y expresión máxima del

proyecto de lo humano: “Mucho más que seres humanos somos haceres humanos. Y nos

hacemos humanos recíprocamente: imposible en solitario. Reconozco mi rostro en otro rostro,

mi voz en otra voz, mi amor en otro amor.” (1990:172)

La otredad es uno de los centros de los que nace la obra del autor. Su conciencia de ser social,

de individuo vinculado con una comunidad de seres humanos, lo lleva a defender esta posición

socialista y comunista que expresa por medio de sus poemas:

“Soy una criatura humana llena de limitaciones. Consisto en mis limitaciones. Sé que individualmente

nunca alcanzaré cumplimiento: un hombre cabal no sería sino una comunidad de seres humanos libres,

donde cada uno completase a los demás y fuese completado por ellos. Semejante comunidad no existe ni

—que sepamos— ha existido nunca. Quienes impiden que llegue a existir son cabales asesinos de la

humanidad. Si se me pidiesen motivos para la rebelión, aduciría éste.” (1990:172)

Poesía como resistencia

Poesía practicable es una poesía en resistencia ante un mundo profundamente destructivo,

o mejor dicho ante una forma de convivencia que está destruyendo el mundo: el capitalismo.

El poeta reclama construcción frente a destrucción, solidaridad frente a egoísmo, otredad

frente al desprecio al otro, y compromiso con un mundo más justo donde todas las personas

tengan su espacio: “Damos luz o desgarramos luz. / El arte, ha escrito Walter Benjamin, / es el

testigo de la utopía.” (1990:98)

En un texto que empleó como presentación de un poemario del poeta y sacerdote José

Mascaraque en 1985, con el título “Del lado de los vencidos”, Jorge Riechmann define la

posición de la que parte esta poesía en resistencia, que no es otra que la búsqueda de un

311
comienzo partiendo del lenguaje. La poesía es el espacio donde se produce la búsqueda de ese

comienzo: “Pedimos a las palabras nos conduzcan hasta el lugar desde donde sea posible una

respuesta. (…) pedimos a las palabras nos señalen el lugar desde donde sea factible el comienzo

de una resistencia.” (1990: 89) El lenguaje se considera el terreno donde lograr el comienzo de

la transformación. La propuesta, un posible punto de partida, la irá desarrollando el poeta a lo

largo de su obra, acercándose poco a poco hacia una poética de los vínculos en contraposición

a mundo en descomposición. “Escribo para los vencidos. Escribo en los márgenes” (1990: 81),

nos dice en otro de los textos que componen Poesía practicable, con el título “Ese lugar precario

o susurrado”, que no es otro que la poesía.

Riechmann aboga por una poesía comprometida con su momento, que no eluda la realidad

social ni en sus aspectos más dolorosos y horribles. Desde una actitud de pesimismo activo,

como repite en el libro en varias ocasiones siguiendo el consejo de Gramsci, la poesía para el

autor ha de tener voluntad de realidad y voluntad de transformación. El poeta aboga por no

excluir la realidad, sino afrontarla: “Nos gustaría poder decir sencillamente: poesía fiel al ser

humano” (1990:91) Por ello muestra su rechazo absoluto al empleo de la poesía como cortina

de humo, al esteticismo vacío, al arte por el arte: “Aceptar para la poesía el papel de ornamento

en un mundo inhumano es indigno.” (1990:95)

El autor manifiesta su rechazo a la estetización del horror y la destrucción. Citando el ensayo

de Walter Benjamin “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica”, considera

este fenómeno, propio del fascismo, punto culminante del arte por el arte. El gozo de la

destrucción, en el capitalismo, se produce por la alienación, por la ceguera social, que lleva a

los individuos a la contemplación de la destrucción por medio del gozo estético. En palabras de

Walter Benjamin: “Su autoalienación ha alcanzado un grado que le permite vivir su propia

destrucción como un goce estético de primer orden. Este es el esteticismo de la política que el

fascismo propugna. El comunismo le contesta con la politización del arte.” (1990:24) Por todo

312
ello, parafraseando a Godard, Jorge Riechmann nos dice: “no se trata de escribir poesía política,

sino la de escribir políticamente poesía” (1990:26)

Por ello, el autor llama a los poetas a no permanecer pasivos ante el horror de nuestro tiempo,

a comprometerse:

El fenómeno humano contemporáneo más impresionante y aterrador es, sin duda alguna, el de

la desintegración global (explosiva e implosiva) del universo humano: desintegración del universo

natural, del universo social, del universo del sentido. ¿Cómo podría el poeta asistir como mero

espectador pasivo a tamaña catástrofe? (1990:157)

En efecto, el poeta hace una radiografía del horror de nuestro tiempo situándolo en la

descomposición de lo humano en los diferentes niveles. De este modo, podríamos establecer

una analogía con los tres entornos a los que se refiere Félix Guattari al hablarnos de la triple

ecología: ecología mental, ecología social y ecología medioambiental, como parte de una

ecosofía. El poeta, con su trabajo, se rebela ante esta destrucción.

En otro texto de Poesía practicable, afirma: “Me sobrecoge la intuición del frágil vínculo

que impide que nuestro mundo se desmorone de un instante a otro” (1990: 33) El autor es

consciente de la fragilidad de los vínculos humanos en nuestro tiempo, algo que apunta a una

futura poética de un modo intuitivo, que irá tomando forma y a la que llegará con la evolución

de su obra como a un descubrimiento que lo cambia todo. Observamos que tanto la otredad

como la idea de conexión desde el principio son preocupaciones del poeta, forman parte de una

poesía resistente al capitalismo. Jorge Riechmann en Poesía practicable apela al lenguaje, apela

a la palabra, para que le conduzca al mejor lugar desde donde comenzar la resistencia. Por ello,

en sus reflexiones sobre poética de Poesía practicable nos encontramos con las raíces a la

respuesta que su propia poesía irá ofreciendo, que irá tomando forma en sus poemarios.

313
Existencialismo y pulsión ero-tanática

La presencia de la muerte y la angustia ante el horror y la ausencia es una constante en la

poesía del desconsuelo, lo observamos tanto en sus libros de poemas como en su reflexión

poética. Por ejemplo, podemos citar entro otros dos textos significativos en este sentido que

aparecen publicados en libros de poemas, pero también están recogidos en Poesía practicable:

“Hipótesis de trabajo” formó parte del poemario Cántico de la erosión (1987), como “Taller de

mi vida entre los muertos” en el futuro sería incluido en el volumen Trabajo temporal (2000)

(además de ello se encuentra también dentro de la sección breve Donde es posible la vida

incorporada a Futuralgia). En éste último texto nos dice: “El hombre no es sólo el ser que sabe

que va a morir; es el ser que tiene que encararse con su muerte, aceptarla (…)” (1990:51) Sus

palabras son una muestra del enfoque existencialista que presentan muchos de sus poemas.

En “Hipótesis de trabajo”, publicado en el poemario Cántico de la erosión con el título

“Hipótesis de trabajo de Cántico de la erosión”, comienza afirmando: “Erosión y ausencia

serían categorías fundamentales para una aprehensión poético-histórica de la realidad humana

en este ápice de la muerte desde el que hoy atalayamos” (1990: 133); y finaliza haciendo

referencia a la obra O lo uno o lo otro de Kierkegaard, precursor del existencialismo. Pero

también cita, en otro texto de Poesía practicable, titulado “Veredas en el año 1994”, a Teresa

de Ávila haciendo referencia a la muerte:

“’Si no os determináis a tragar de una vez la muerte y la falta de salud, nunca haréis nada’.

A fe de Teresa de Ávila.

Arriesgado y arriscado este paso memorable.

¿Sería el poema meditación sobre la muerte?” (1990: 68)

314
Son numerosos los poemas en los que medita sobre la muerte, y con especial abundancia en

los primeros poemarios, pero no solo. Con la muerte como fondo, desde esa conciencia, para

Jorge Riechmann la poesía es sobre todo pulsión de eros. Por ello, nos dice: “La poesía es para

mí conversación con la vida (…)” (1990: 69)

En la dimensión social, la descomposición de los vínculos comunitarios provocada por los

valores del capitalismo, así como la destrucción de la naturaleza en el plano medioambiental,

constituyen también la expresión de este tánatos. Con estas palabras lo expresa en el texto “La

comunidad ausente”: “Constitución de lo humano: creación de una comunidad. (…) Las

palabras del poema se adensan en torno a la comunidad ausente. // ¿La palabra poética —

conciencia de los pueblos? // Por lo menos, su mala conciencia” (1990: 44) El propio autor

explica uno de los procedimientos que emplea a la hora de escribir sobre el horror y la muerte,

con el que consigue conectar los dos planos: los hechos sociales con la intimidad de lo personal.

Tres, si tenemos en cuenta el plano medioambiental. El procedimiento consiste en la asociación

de sentimientos personales despertados por la muerte de personas cercanas, con los fenómenos

de descomposición social y destrucción de la naturaleza. Lo cuenta en “Taller de mi vida entre

los muertos”. El consumismo, la cultura de la mercancía y la alienación provocan relaciones

sociales en las que no sólo se pierde la memoria comunitaria, la memoria como pueblo; sino

además de ello, la propia identidad y la conciencia personales.

Fragmentación

Otro de los rasgos estéticos que comienza a manifestar en Poesía practicable es la

concepción fragmentaria tanto de la escritura como de lo constitutivo de lo humano. Con ello

sus textos adoptan una forma de expresión fragmentaria en el plano estético y, de este modo, lo

fragmentario se convierte en la adaptación formal de su concepción de lo humano:

315
“Las experiencias humanas más universales de nuestra época son experiencias negativas:

enajenación, mutilación, privación, dolor, fragmentación, heteronomía, carencia. ¿Cómo construir

una síntesis cultural no fraudulenta con tales materiales? No es posible. Mucho mejor no sobrepasar

la modestia de nuestras ruinas.” (1990: 18)

La imagen de las ruinas como metáfora de lo fragmentario apela tanto a la dimensión social

como a la personal: por un lado, nos encontramos con el capitalismo como degradación y con

una época de fracaso y derrumbe de los proyectos del socialismo emprendidos en el siglo XXI;

por otro lado, y en relación con lo anterior, las “ruinas” y “carencias”, las “mutilaciones” que

nos construyen en el plano personal. “Es el abismo quien adiestra el talón del nadador. //

Agradece a la tiniebla su exasperado poder ascensorial, o sucumbe. (Así las manufacturas del

crimen, la soledad irredimible de los lisiados).” (1990: 136) El lenguaje se vuelve más oscuro

para expresar el abismo de esta época, expresión de desconsuelo. Lo fragmentario, lo mutilado,

lo lisiado, son rasgos que para el poeta nos constituyen. No en vano, Poemas lisiados, publicado

en 2012, será el título de uno de los poemarios escritos en los últimos años. Esta obra que simula

ser un cuaderno perdido mezclando letra impresa con letra manuscrita, cuyas páginas no están

numeradas, se compone de una sucesión de poesías sin título encadenadas como fragmentos

apenas separados por pocas líneas, cuya única estructura es la división en cinco bloques que

comienzan por el “0.”. Esta composición constituye uno de los mejores ejemplos de todos en

relación a lo fragmentario en sus libros de poemas, pero no es el único. Lo fragmentario,

expresión de su concepción de lo humano en el momento histórico actual, adopta forma de

expresión poética. Podemos comprobarlo en los versos con que finaliza la primera composición

de Poemas lisiados, “0. Poética desorbitada”:

Si finalmente

en la configuración de sedimentos las catástrofes de ayer

han dejado huesecillos esquirlas y raíces que quepa disponer

formando algo parecido a un rostro humano

316
lo llamaremos en primera instancia

poema

y de antemano

lo sabremos lisiado

Si en Poesía practicable nos propone una poesía fiel al ser humano, no resulta extraño el

empleo de lo fragmentario, lo cual constituye un reflejo en el plano formal de su pensamiento

y de su poética. El poeta concibe el poema como fragmento, como reflejo de la fragmentación

de lo humano en la sociedad contemporánea. Más adelante, en el último apartado del poemario,

otro fragmento afirma: “Poemas lisiados/ como nuestras normales/ vidas lisiadas” (Riechmann,

2012). En él apela a la forma de vida propia del capitalismo.

En paralelo a lo fragmentario, a la descomposición, a la degradación, a lo mutilado, a lo

lisiado… a lo largo de su creación poética, lo veremos más adelante, se irá dibujando poco a

poco con mayor nitidez otra propuesta que dará forma a otra poética con la idea de vinculación.

Uno de los símbolos que lo expresan será la imagen del hilo: “Ciertamente algo pugna / por

hacerse sentido / pero trenza hilos demasiado delgados”, nos dice en la tercera estrofa del citado

poema “0. Poética desorbitada”.

La fragmentación es un rasgo que se repite a lo largo de su obra. En Poesía practicable

muestra conciencia de ello. La escritura fragmentaria constituye, pues, una elección consciente

que realiza con una serie de motivos, algunos de ellos descritos en el texto “Dialéctica de la

fragmentariedad”. El ensayo comienza con una cita de Heiner Müller que nos señala su

influencia: “La fragmentariedad impide la desaparición del acto de producción en el producto,

su conversión en mercancía” (1990: 162). Con ello expresa una conexión de carácter político

317
con la forma estilística de la escritura fragmentaria. El texto empieza con la siguiente frase: “El

fragmento, en todos los casos, remite a un todo.”, y termina con estas otras: “Prefiramos la

honradez del fragmento. // El fragmento que no disimula la fractura que recorre cada cuerpo de

parte a parte.” He aquí la exposición de sus motivos. Por otro lado, en un mundo en destrucción,

desde un punto de vista estilístico el fragmento es capaz de expresar mejor sus pedazos.

318
Portada Canciones allende lo humano.

319
320
6.2. CANCIONES ALLENDE LO HUMANO

Canciones allende lo humano está compuesto por un total de 26 textos ordenados en cuatro

partes, a los que se añade la traducción por parte del propio autor de dos poemas, uno de Alfred

Andersch y otro de Max Frisch, bajo el epígrafe “Un final prestado”. Cierra el libro una nota

sobre la procedencia de algunos de los textos, publicados en revistas o libros con anterioridad,

donde podemos comprobar que están fechados desde 1986 en adelante. Por tanto, el libro

agrupa una mezcla de ensayos publicados anteriormente junto con otros inéditos.

Por otro lado, es preciso señalar que Jorge Riechmann, según indica en la “Nota

(prescindible) del autor” que abre el diario de trabajo Una morada en el aire, tiene proyectado

unirlo con Poesía practicable en algún momento, aunando de este modo un primer ciclo de

reflexiones sobre poesía y vida que comienza en 1984 y se extiende hasta 1998. Con ello, afirma

que eliminará “algunas jactancias e inexactitudes” (2003: 9) y que al conjunto le dará el nombre

de Poesía practicable. Esto nos dice que hay una relación entre los dos libros, de algún modo

podríamos considerarlos parte de un primer momento de reflexión.

En el primero de los textos de Canciones allende lo humano, con el título “El derrotado

duerme en el campo de batalla”, afirma: “A una poesía consoladora y melancólica yo opongo

otra desconsolada y rabiosa.” (1998:12) Sigue situándonos en una poesía que pone el acento en

el desconsuelo, como una herida abierta ante el horror del mundo. Si bien esta herida no se

cerrará, el desconsuelo será constante, se encamina poco a poco una poesía que canta con otro

acento, que procede de otra fuente, una poesía movida por la fuerza del eros, con la cual contesta

al horror y al thánatos del mundo que nos rodea. Así pues, en esta otra poesía, el protagonismo

no lo tendrá thánatos, se irá desplazando a la vida que resiste a los poderes que provocan el

horror en el tardocapitalismo. Como veremos, comienzan a perfilarse los trazos para una poética

de los vínculos. Por otro lado, continúa mostrando su rechazo al simbolismo, lo cual expresa

321
cierta voluntad de emplear un estilo cercano, capaz de conectar más fácilmente con el lector:

“Símbolos, símbolos: la indignidad de engendrar distancia.” (1998:23) No obstante, ello no es

óbice para que postule otro modo de comprender la poesía ya señalado en Poesía practicable:

la poesía como conocimiento.

Otredad

El respeto al otro como fundamento moral es uno de los aspectos destacados que centran la

reflexión del texto “No hay poema que deje el mundo intacto”, donde nos alerta sobre el rechazo

a lo diferente, haciendo una crítica al continente europeo: “El continente donde se exterminan

judíos y mujeres; el continente caníbal que se nutre de la aniquilación de quienes difieren, de

los otros y las otras.” (1998:27) De nuevo observamos la otredad como una de las

preocupaciones que centran su poética. Jorge Riechmann lo relaciona con la crisis de

civilización contemporánea y va más allá al sugerir, en el texto “Sobre la alteridad, los límites

y la magia”, que junto a la incapacidad para aceptar tanto los límites como la muerte, la falta

de otredad constituye una de las causas de esta crisis por la que pasa el ser humano: “Acaso,

desde un punto de vista moral, sea nuestra incapacidad para aceptar la alteridad, los límites y la

muerte lo que se halla en el corazón de la crisis de civilización contemporánea.” (1998:166)

Todas estas preocupaciones, trasfondo de cuestiones fundamentales de nuestro tiempo,

alimentan su poesía. En otro texto del mismo libro, titulado “Esperar lo incalculable”, más

adelante también nos dirá: “La única patria para un ser humano: los demás seres humanos”

(1998:60), algo que nos recuerda a la frase “Patria es humanidad”, del gran poeta y

revolucionario cubano José Martí. Con ello observamos que el principio de otredad está en la

formación de un pensamiento de los vínculos humanos y, de este modo, podemos considerarlo

precursor de la poética de los vínculos.

322
Poética de los vínculos

Si bien Poesía practicable no contiene ningún texto que aborde de modo amplio y explícito

una concepción poética de los vínculos como tal, en este libro aparece un texto fundamental

con el título “Una poética de la vinculación”. Se trata de una entrevista realizada por Yaiza

Martínez, con fecha 1997. Es preciso señalar que un año antes Jorge Riechmann está

escribiendo el libro Desandar lo andado, que constituye un punto de inflexión como hemos

explicado y no será publicado hasta 2001, libro de prosa poética en el que podemos situar el

comienzo de este enfoque poético.

En esta entrevista define la relación con lo social que contiene esta poesía: “La poesía

también es social en un sentido más hondo: posibilita una vinculación más profunda (…) con

los seres y las cosas que nos rodean.” (1998:89) Pero además de ello nos muestra un nexo de

unión de esta idea de vinculación con otra que ya articula en Poesía practicable, el rechazo a

la consideración del arte como autarquía, al arte por el arte:

“La vinculación es precisamente lo que diferencia la autonomía del arte de su autarquía (idea

esta última que combato). Desde esta poética de la vinculación, la imagen de la torre de marfil

siempre me ha sido un tanto antipática porque sitúa al poeta fuera de sus responsabilidades con

la comunidad” (1998:90)

Además de ello, lo conecta con la idea de lo sagrado, que para el autor es algo inmanente,

no trascendente, relacionado con el mundo. Para el poeta, lo sagrado son los vínculos.

En efecto, en Desandar lo andado desarrolla con mayor detalle este enfoque que transforma

su poética, contando qué son estos vínculos y de qué nos habla cuando se refiere a la

vinculación.

323
Poesía como conocimiento

Jorge Riechmann propugna un realismo de indagación abierto al conocimiento por medio de

la poesía. No se trata de una reducción de la realidad; por contra, defiende una apertura a las

posibilidades de lo real. Precisamente por ello, considera que la poesía ha de abarcar todas las

dimensiones de la realidad, sin excluir la dimensión social. En el ensayo “Por un realismo de

indagación (homenaje a Joan Brossa)” reflexiona en torno a los conceptos de realismo y de

indagación poética como búsqueda de conocimiento. Con este texto el autor elogia al poeta

Joan Brossa a propósito de la traducción al castellano de su obra Añafil 2 y se muestra a favor

de la experimentación poética. Por otro lado, tiene palabras de admiración para otro poeta,

Roberto Juarroz, señalando este mismo enfoque del realismo concebido como espacio no

acotado. En este sentido, Jorge Riechmann comparte con Juarroz la idea de que la poesía “es el

mayor realismo posible” (1998:130) Por ello muestra su rechazo a una concepción del realismo

que tan solo tenga en cuenta los rasgos estilísticos formales: “El realismo es una actitud frete a

lo real y no un catálogo de procedimientos” (1998:131) En otro texto, “El metal firme y frío de

esta noche” lo explica así: “Me interesa más la poesía como exploración y —si hay suerte—

descubrimiento” (1990:82) Se trata de un fragmento de carta dirigida a Alfredo Francesch

fechado en 1990, en el que expresa su postura en relación a la poesía y el compromiso haciendo

referencia a Poesía practicable. El compromiso no está reñido con la calidad de un poema. Y

el compromiso del poeta en tanto poeta, nos dirá en “Sobre el lugar del poeta en la ciudad

democrática”, es con el poema, con el lenguaje. Realismo para Jorge Riechmann, como poesía,

es “fidelidad a lo real y a las posibilidades de lo real.” (1998:126)

Poeta como ciudadano

324
En el texto “Ciudadano poeta”, con el que abre la segunda parte del libro, reflexiona en torno

a qué es para él la poesía contestando preguntas para una entrevista publicada por Mundo obrero

el año 1995. En ella además explica su concepto de poeta como ciudadano, de ciudadano poeta,

idea esta que desarrollará con mayor amplitud en el ensayo titulado “Sobre el lugar del poeta

en la ciudad democrática”, incluido en la cuarta y última parte del libro. Jorge Riechmann

considera que el poeta, además de poeta es otro ciudadano y, en tanto ciudadano, sobre él

también recae la responsabilidad de “implicarse en las luchas y los desgarramientos, las

experiencias y las transformaciones de la sociedad en la que vive.” (1998:74) Su

responsabilidad como poeta, no obstante, para Jorge Riechmann, guarda relación con el

lenguaje: “la calidad del poema la determinan sus palabras y no su tema.” (1998:128) Como

ciudadano, en cambio, tiene otras responsabilidades, las mismas que espera de él como de todos.

El traductor

En la tercera parte del libro, el autor incluye dos textos sobre el trabajo del traductor. El

primero de ellos, titulado “René Char, la aventura prodigada”, está dedicado al poeta francés,

cuya obra traduce Jorge Riechmann; el segundo constituye una reflexión acerca del arte de

traducir poesía y lleva por título “El amor del trujamán. Notas sobre la traducción de poesía”.

El autor considera la traducción un diálogo intercultural y defiende la tesis de que toda

traducción es una recreación, citando en este caso al teórico Patrice Pavis en Diccionario del

teatro y a Octavio Paz en su obra El signo y el garabato. Por tanto, la traducción de poesía es

un acto de creación poética. Comparte con Octavio Paz la concepción de la traducción como

diálogo e intercambio con otras civilizaciones, en un sentido amplio: de costumbres, creencias

y elementos culturales. Nos dice: “El traductor es esencialmente vaso comunicante entre dos

culturas. (…) El vocablo castellano ‘trujamán’ (del árabe ‘turyumán’, y éste de táryam’,

325
traducir) significa tanto ‘intérprete’ como ‘mediador en los tratos de compras y ventas’”

(1998:113)

Asimismo, el poeta muestra su conocimiento de la obra Estructura del lenguaje poético, de

Jean Cohen, y de la teorización sobre los planos del lenguaje (expresión y contenido, con sus

respectivas forma y substancia), los cuales tiene en cuenta en el trabajo de traductor.

Todo lo anteriormente expuesto le conduce a considerar la traducción como un género

literario con sus respectivos subgéneros, entre los que menciona la “traducción de poesía, de

teatro, de ensayo y filosofía, etc.” (1998:109) Finalmente, resalta el trabajo del traductor como

un fenómeno de lectura, considerando que su labor constituye un ejercicio lector profundo y

riguroso.

Contra la Postmodernidad y la sociedad del espectáculo

En “Postmoderneces y modernopatías” y en “La cultura del simulacro” lleva a cabo una

crítica a un capitalismo que mercantiliza la identidad por medio del artificio, de la producción

en serie, generando la cultura del simulacro, una cultura de lo falso que es también la cultura

del espectáculo: “Aceptamos este simulacro de cultura y con él llenamos nuestras horas hueras,

con tal de no tener que pensar en el simulacro de vida que nos han asignado.” (1998:38) En

efecto, este es otro de los puntos que aborda su poética, un pensamiento que nos alerta sobre la

sociedad del entretenimiento, ese espacio de circo donde los ciudadanos encuentran refugio,

donde se produce la evasión como escapismo ante los problemas personales y colectivos

ocasionados por el orden de cosas y las relaciones socioeconómicas que produce el capitalismo.

En el texto, apreciamos un tono irónico hacia lo postmoderno.

326
Crítica a la tecnociencia moderna. Autocontención y pensamiento ecologista

Los textos “Amistad con los errores” y “Esperar lo incalculable” introducen una reflexión

sobre lo prometeico, la falta de autolimitación del comportamiento humano: el peligro de la

desmesura, la falta de autocontención del ser humano, la confianza ciega en la tecnología y en

la ciencia moderna, cuyo poder de autodestrucción hemos venido desarrollando como especie

en paralelo a un espíritu prometeico que no asume los límites, y que para el poeta (en este caso,

también para el investigador en ecología política que es Jorge Riechmann) constituye una seria

amenaza para la continuidad del ser humano como especie en nuestro planeta. Nos encontramos

ante uno de los asuntos destacados a lo largo de su producción poética, uno de los temas

abordados en los libros de reflexión y en numerosos poemas. La antología Con los ojos abiertos.

Ecopoemas 1985-2006, donde reúne poemas de diferentes libros, ofrece una muestra de ello.

No obstante, el pensamiento sobre los límites y la necesidad del autocontrol humano no lo

desarrolla únicamente desde sus libros de reflexión poética y sus poemarios, además de ello lo

hace desde el ensayo político, sociológico y filosófico.

Centrándonos en los ensayos de Canciones allende lo humano, encontramos que en el texto

titulado “Amistad con los errores” el autor reivindica los fallos, el error, como parte de lo

humano, advirtiéndonos de este modo: “La tecnología nuclear o la manipulación genética

presuponen un mundo sin fallos, sin contingencia, sin azar, sin degradación entrópica, donde

los seres humanos han de ser perfectamente racionales, exactos y calculables.” (1998:42-43)

Ante ello, Riechmann sostiene una idea de lo perfecto que no sólo tenga en cuenta los errores

sino también los límites: “La perfección como autocontención, como una virtud de los límites.”

(1998: 43) Y de este modo nos conduce a “Esperar lo incalculable”, como reza el título del

siguiente ensayo, a tener en cuenta esa posibilidad de lo que no conocemos.

327
No en vano, el autor propone el desarrollo de una consciencia de los límites en un sentido

amplio, para distintos ámbitos de lo humano, no sólo el tecnológico sino también el intelectual.

Así, nos dice:

“Cuando me pregunto desde dónde pensar, tiendo a responder: desde cualquier tradición

intelectual, siempre que uno sea consciente de los límites de esa tradición. El marxismo puede

ser un buen punto de partida, siempre que uno sea consciente de las limitaciones del marxismo

(de los marxismos).” (1998:45)

En “Esperar lo incalculable”, el poeta expone este pensamiento en varios sentidos. Por un

lado, el que ya hemos explicado. Por otro, el que nos lleva al principio de esperanza en el ser

humano: esperar no sólo lo peor sino también lo mejor de nosotros como conditio sine qua non

para hacerlo posible: “Esperar lo peor de una persona es la mejor garantía de que efectivamente

dará de sí lo peor. (Los científicos sociales le llaman a esto una profecía que se autocumple.)”

(1998: 59) Y en línea con la crítica a la tecnociencia moderna, el autor se pregunta sobre el

futuro de lo humano y el futuro del arte en un fragmento que contiene el del libro:

“El avanzado proceso de mutación antropológica en que nos hallamos —del ser humano al

hombre-máquina y de éste a la máquina—, de consumarse, ¿supondrá el fin del arte? Si los

ordenadores no conocen la pregunta por el sentido ni necesitan poemas, ¿quedan canciones

allende lo humano?” (1998:51)

En este texto, cuya primera versión se publicó en 1991 según lo indicado en nota al final del

libro, Jorge Riechmann planteó la cuestión de lo que en estos momentos se conoce como

transhumanización o transhumanismo, esto es, la transición del ser humano hacia un estadio

diferente con el empleo de la tecnología para el mejoramiento de las capacidades. Sin duda,

Jorge Riechmann nos está advirtiendo sobre las extraordinarias transformaciones que estamos

produciendo, sobre el poder y la amenaza que conllevan tanto para el medio ambiente como

para el horizonte de la especie la tecnociencia que estamos desarrollado. El conocimiento y la

328
producción tecnocientífica alcanzada por el ser humano nos otorga el poder de la

autodestrucción. Por ello, Riechmann nos viene a decir que con un cerebro dominado por lo

irracional, un poder así implica un enorme peligro para el futuro de la especie y para el planeta.

En “lo incalculable”, en lo inesperado, también se encuentra lo que los tecnocientíficos

denominan la singularidad.

Canciones allende lo humano constituye una reflexión poética sobre el futuro del ser humano

dominado por la hybris, por la falta de autocontención, por el exceso y la desmesura. Es por

ello que Jorge Riechmann está escribiendo sobre cuestiones fundamentales de nuestro tiempo,

y su poética supone una búsqueda de salidas para lo humano en este horizonte de trasformación

que amenaza nuestro futuro próximo. Este hecho otorga mayor valor a su poesía: por medio de

ella nos está hablando sobre los problemas fundamentales de nuestro momento histórico.

El mundo de pantallas que constituye la tecnosfera, para Riechmann, nos está llevando a un

alejamiento de la naturaleza y a un “proceso de desrealización que culmina, a mi entender, con

la inmersión cotidiana, prolongada y masiva en el hipnótico mundo de las imágenes electrónicas

creado por la televisión y el vídeo.” (1998:54) La crítica a la hipnosis y a la anestesia social

producida por el capitalismo es algo abordado desde Poesía practicable, como analizo en el

artículo “Poesía y poética de la conciencia de Jorge Riechmann: aproximación a sus primeras

obras”. En otra obra posterior, Resistencia de materiales, uno de sus ensayos ahondará en esta

cuestión precisamente con el título “Poesía que no cede a la hipnosis (sobre los tres mundos,

los cuatro riesgos y la fractura interior de las palabras)”.

El poeta propone “desandar lo andado”, expresión que da título a uno de sus poemarios más

significativos como hemos mencionado, por cuanto marca un punto de inflexión en su obra:

“La imposibilidad de que nuestros pies de hoy no coincidan exactamente con las huellas que

imprimieron ayer no puede ser siempre una excusa para no desandar lo andado.” (1998:54)

329
La primera parte del libro cierra con la esperanza en el ser humano, con la apuesta por lo

imprevisto: “De las personas hay que esperar lo incalculable” (1998:63)

Jorge Riechmann plantea el pensamiento ecologista como camino y salida a la crisis

civilizatoria ocasionada por, entre otros motivos, el espíritu prometeico, por la falta de

autocontención:

“La ecología como pensamiento de los límites analiza las constricciones estructurales que

para las acciones y los proyectos humanos se derivan de la finitud y vulnerabilidad de la biosfera,

del carácter entrópico del universo y de las características orgánicas, psíquicas y sociales del ser

humano” (1998:168)

Por otro lado, el último texto del libro —sin contar los poemas traducidos incluidos al final—

es el que da título a la obra: “Canciones allende lo humano”. La preocupación por la crisis

civilizatoria es una preocupación por el tránsito al hombre-máquina, por la construcción de lo

virtual como mundo refugio que provoca un distanciamiento con el mundo natural y un

deterioro de los vínculos sociales: “Un siglo después del Zaratustra, todavía estamos ahí: en la

inexistencia de lo humano, en los atisbos de lo humano, en la fragmentación y explosión de lo

humano. (…) // El nuevo nihilismo es un nihilismo transhumano, o metahumano.” (1998:177)

Esto es lo que el autor considera el nihilismo postmoderno, dentro del cual se encuentra la

banalización ocasionada por la sociedad del espectáculo, el vacío moral, el aumento de la

manipulación y la ignorancia de la población en la era de lo digital y las pantallas, la

autodestrucción del ser humano como especie y de La Tierra provocada por los excesos de

producción, el espíritu prometeico de una tecnociencia que ha creado el poder devastador de la

bomba atómica y la capacidad de transformación biológica mediante la modificación genética

y el avance hacia el hombre-máquina. Por todo ello, nos advierte:

330
“es más que probable que las creaciones culturales de las que hoy podemos sentirnos

legítimamente más orgullosos —la democracia, los derechos humanos, la idea del ser humano

como un fin en sí mismo, etc.— se pierdan.

Atisbamos una nueva barbarie, vivimos dentro de una devastación para la que no conocemos

precedentes históricos” (1998: 181-2)

La poesía, observa Jorge Riechmann, no desaparecerá como nosotros con el hombre-

máquina. El lenguaje connotativo, nos dice el autor, convivirá con el lenguaje cifrado de unos

y ceros al menos durante un tiempo.

331
332
Portada del libro Resistencia de materiales.

333
334
6.3. RESISTENCIA DE MATERIALES

Dos palabras nos sitúan en el marco estético y poético de este libro desde su título:

“resistencia” y “materiales”. Ambos conceptos nos evocan, como hemos abordado, por un lado,

la idea de la poesía como resistencia ante un mundo destructivo: el capitalismo tardomoderno.

Por otro, tenemos la palabra material, que a su vez nos evoca la estética del material, sobre la

cual Jorge Riechmann ha reflexionado en ensayos anteriores (como hemos comprobado al

analizar Poesía practicable), noción que guarda conexión con el materialismo. La palabra

material etimológicamente deriva de “materia”, que a su vez procede del latín, “mater”, que

significa madre. En el fondo del título, también subyace un llamamiento a la resistencia de todo

aquello que proviene de la madre Tierra, a la resistencia de la vida material en el mundo. Por

eso mismo, se pregunta: “¿El mundo está enfermo de materialismo? ¡Por favor! Si algo nos

falta es amor por la materia, por la pobre materia real que es la nuestra, la de este concreto

mundo amenazado que habitamos.” (2006b: 224)

Resistencia de materiales. Ensayos sobre el mundo y la poesía y el mundo (1998-2004),

publicado en 2006, constituye una continuación de las reflexiones sobre estética, poética y

política que comenzó con Poesía practicable y continuó con Canciones allende lo humano. Al

igual que éste último, reúne textos procedentes de diversos ámbitos, en ocasiones publicados

con anterioridad y reelaborados para esta compilación, con otros editados por primera vez. Los

ensayos están fechados entre 1998 y 2004. Es preciso indicar que otro libro aparece en medio

de ese período, Una morada en el aire; como hemos señalado, se trata de una especie de diario

de trabajo que no está formado por ensayos, sino por un conjunto de fragmentos de texto

compuestos por Jorge a lo largo de un año, entre agosto de 2002 y agosto de 2003.

Resistencia de materiales está formado por 42 textos, a los que hay que sumar uno más

añadido al final como anexo: una entrevista realizada por Luis Fernández Zaurín inicialmente

publicada el año 2000 en El ciervo, como indica una nota a pie de página.

335
Al abrir el libro observamos un conjunto de ensayos que hacen referencia a otros poetas. De

este modo, una serie de textos dedicados a autores diversos nos van mostrando algunos de los

poetas que influyen en él: basta con comprobar los nombre que aparecen en los títulos de los

primeros ensayos que componen en libro para reparar en ello. Por orden: “Lumbre libertad (para

Juan Gelman)”, “Miel del vértigo (tributo a Antonio Gamoneda)”, “Tres variaciones (para

honrar a José Ángel Valente)”, “El elegíaco y el indagador (una lección de Carlos Edmundo de

Ory)”, “El soplo mágico y ajeno (en homenaje a José Hierro)”, “Poesía y acción (con Eduardo

Milán)”, “La ilusión del origen (en diálogo con el Grupo Surrealista de Madrid y apoyándome

en René Char)”, “Una gota de ámbar perpendicular al mundo” (cerca de José Viñals)”, “¿La

poesía ha de mejorar la vida? (releyendo a Gottfried Benn)”; a los que tendríamos que añadir

dos más que aparecen mucho más adelante, “La política de las luciérnagas (amparado por Pier

Paolo Passolini)” y “Por qué dañamos (ética mínima, de la mano de Wilde, Jiménez Lozano,

Rimbaud, Mandelstam…)”. Ahora bien, si lo que quisiésemos hacer fuese un análisis profundo

de sus influencias poéticas tendríamos que detenernos a mencionar todas y cada una de las

numerosas citas que componen sus textos. Nos limitamos, por tanto, a destacar algunas de ellas

que consideramos relevantes para la formación de su poética, por la conexión que guardan con

sus postulados y por su repetición a lo largo de sus libros. Con ello señalamos además la

transtextualidad como una de las características de la escritura del autor. En sus textos, que

además están plagados de citas, podemos encontrar las voces de otros autores.

Respirando

Este libro nos habla de la poesía como impulso de vida frente a la muerte, de la respiración

como acto de iniciación poética, como conexión con el mundo. Comienza con una cita y acaba

336
con otra; ambas nos invitan a acercarnos a la poesía desde el simbólico —y al mismo tiempo

real— ejercicio de la respiración: respirando.

“Pero la poesía. ¿Cómo acercarse a la poesía? // Respirando.” (2006b: 11) “¿Que para qué

sirve la poesía? // Puede enseñarnos a ganar nuestra respiración.” (2006b: 281)

Esas dos citas contienen todo el libro. Poesía y vida, vida y poesía. Poesía para la vida, vida

como vínculo, poesía como vinculación.

Precisamente el primer ensayo, dedicado a Juan Gelman, nos pone sobre la pista. El texto,

“Lumbre libertad”, se había publicado con anterioridad como prólogo a la obra Cólera buey del

poeta argentino, en su edición española de la colección “Hoja por ojo” de Germanía, dirigida

por el propio Jorge Riechmann, el año 1999. Uno de los poemas de Cólera buey, “Césare”,

aludiendo al conocido poema del autor italiano, finaliza con los siguientes versos: “vendrá la

muerte y no tendrá tus ojos / me has enseñado a respirar”. Con ello, Gelman da la vuelta a los

versos del poema de Césare Pavese “Vendrá la muerte y tendrá tus ojos”. Gelman pone el acento

en la vida, en el impulso vital, mientras en los versos de Pavese la muerte, el tánatos, cobra todo

el protagonismo: “Para todos tiene la muerte una mirada. / Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.”

Dándole la vuelta a la muerte descrita por Pavese, el poeta argentino nos habla de la vida,

recupera el soplo vital modificando el verso y añadiendo la respiración (signo de vida y

conexión con el mundo). El tú poético, el eros (pulsión de vida), se nos presenta como salvación.

Teniendo en cuenta estas referencias a los poemas de Juan Gelman y a Césare Pavese, es posible

comprender mejor los versos con los que Jorge Riechmann abre y cierra el libro, los cuales, por

ellos mismos, apuntan a toda una poética.

Ahí

“Todo está ahí” (2006b: 14) nos dice el poeta, lo perdido y lo deseado, impulsando nuestro

movimiento. En este sentido, se posiciona junto a Juan Ramón Jiménez valorando la poesía

337
como eso que nos permite acceder a lo abierto, donde encontrar lo mejor de lo humano. En

relación con ello, observamos en Riechmann un concepto de poesía que apuesta por un lenguaje

abierto a lo contingente, un lenguaje ni cerrado ni que ofrezca certezas ante las incertidumbres

del ser humano, un lenguaje antes metafórico que dogmático u oclusivo; con el objetivo de

regresar a la casa del mundo dentro del lenguaje, o mejor dicho, de construirla. Jorge

Riechmann reflexiona sobre ello partiendo de que el Homo sapiens sapiens salió del mundo al

dar el salto a la capacidad de reflexión, con la toma de consciencia, con el pensamiento,

precisamente al adquirir eso que nos distingue del resto de animales. En ese momento, el Homo

sapiens sapiens dejó de estar en el mundo para habitar dentro del lenguaje. La poesía será un

modo de construir esta casa dentro del lenguaje. Esto podemos conectarlo con el título de su

diario de trabajo Una morada en el aire, donde cristaliza el reordenamiento de sus

planteamientos poéticos en torno al concepto de ahí, plasmado en su poesía desde los poemarios

Desandar lo andado y Muro con inscripciones.

En Muro con inscripciones juega con lo íntimo y con lo público; dejando espacio al lector,

trata de construir una obra abierta, con fragmentos que emulan los grafitis como forma de

expresión dentro del libro. Algunos fragmentos apenas ocupan dos líneas y parecen aforismos:

“Otros dirán elipsis: / los no-lugares donde está la vida” (2000: 57) En Desandar lo andado,

nos dice: “Todo está ahí, de manera constante” (2001: 90)

Así, la poesía es un modo de mantener abierto el mundo y de oponer resistencia a que lo

cierren, como afirma en el ensayo “¿La poesía ha de mejorar la vida?” Y es también un espacio

para la construcción de lo humano, un espacio para ser. Más adelante, en el texto “Premisas”,

nos dice: “¿Qué nos recuerda la poesía?” (…) algo que tiene que ver con la respiración, el

vínculo y el silencio.” (2006b: 106)

338
Como podemos observar, el libro de fragmentos poéticos Ahí te quiero ver (2005) contiene

la partícula “ahí” en el propio título. No será el único, también lo veremos con su quinto libro

de reflexión poética: Ahí es nada (2013).

Esta forma de entender la poesía como espacio abierto al mundo que está ahí conduce a la

indagación, a la poesía como conocimiento, rasgo que podemos encontrar reflejado en

numerosos poemarios.

Poesía como conocimiento

La concepción de la poesía como conocimiento, búsqueda o revelación, está presente desde

el primero de sus libros de reflexión poética, Poesía practicable. A éste le suceden ensayos

sobre el carácter indagatorio del lenguaje poético, desarrollando esta concepción en el segundo,

Canciones allende lo humano. Resistencia de materiales continúa completando la reflexión en

el mismo sentido, como podemos observar en el primero de los textos recogidos, dedicado al

poeta Juan Gelman. Próximo a Gelman, reflexiona acerca de la poesía como camino hacia el

conocimiento, espacio de búsqueda: “la poesía —como la de Juan Gelman— que no sabe y

busca.” (2006b: 15)

Estos planteamientos tienen su reflejo en su poesía, como podemos observar por ejemplo en

el fragmento 5 del poema titulado “La poesía no sirve para nada”, de La estación vacía:

La poesía no sirve

para nada.

Absolutamente para nada.

Nada tan importante

como nada:

preguntad a Juan de Yepes,

a Eckehart, a Miguel de Molinos, a Lao Zi… (2011: 659)

339
Estos versos contienen referencias que apuntan a la dimensión espiritual del ser humano,

tanto en la mística de Juan de Yepes, Eckehart o Miguel de Molinos como en el taoísmo de Lao

Zi.

Como observamos en Canciones allende lo humano, se trata de una poesía de indagación,

conectada con un concepto de realismo abierto a conocer las múltiples dimensiones de la

realidad, así como con René Char, por cuya traducción de la obra Indagación de la base y de

la cima fue galardonado con el Premio Stendhal el año 2000. Sobre todo ello continúa su

reflexión en el texto “El soplo mágico y ajeno (en homenaje a José Hierro)”, convencido de lo

siguiente: “Las palabras saben lo que el poeta no sabe” (2006b: 27) La poesía es instrumento

para contar lo que ha de contarse y no puede ser contado. La poesía como conocimiento, por

tanto, no es una poesía servil a una verdad configurada, sino un “movimiento de búsqueda que

me lleva a una verdad que no conozco de antemano” (2006b: 131) Y esa búsqueda se produce

en el espacio de lo abierto, “ahí”. Sobre poesía y compromiso profundizaremos más abajo.

Eros/ Thánatos.

La pulsión de Eros y de Thánatos constituye otro de los temas centrales que se repiten desde

el comienzo a lo largo de la obra de Jorge Riechmann y que definen su concepción tanto de la

poesía y como de la vida. Por eso hace una distinción entre los poetas elegíacos y los poetas

indagadores, donde los primeros miran al pasado y enfocan el presente desde el paraíso perdido.

Se trata de un enfoque tanático del momento. Los segundos ponen la mirada en el momento

presente, en lo abierto donde se produce la vida, atentos a la posibilidad de que acontezca lo

inesperado: “La fórmula del elegíaco es ‘el paraíso queda siempre atrás’. La del indagador, ‘el

milagro puede producirse en cualquier momento’.” (2006b: 21) En el ensayo “El elegíaco y el

indagador (una lección de Carlos Edmundo de Ory)”, el poeta se sitúa, como podemos deducir

de lo anterior, en el espacio de la indagación, en el impulso de Eros. Podemos encontrar la raíz

340
freudiana de este enfoque de manera explícita en otro texto: “La ilusión del origen (en diálogo

con el Grupo Surrealista de Madrid, y apoyándome en René Char)”, donde el autor recuerda la

explicación de la pulsión ero-tanática que definió el padre del psicoanálisis y hace un

llamamiento a desconfiar del deseo de volver a los orígenes. El poeta lo identifica con la pulsión

de destrucción, el instinto de muerte, al situar el origen en el estadio anterior a la materia

orgánica, esto es, la inorgánica. Eros, por el contrario, es la pulsión de construcción de los

nexos, generando los vínculos que conforman la vida.

De este modo, en un sentido social, la poesía constituye una fuerza erótica en un mundo

tanático (para ser más precisos, tanatizado): “La reducción de lo humano a relaciones

mercantiles es un fenómeno criminal que casi tendríamos que llamar antropocidio: por eso, hay

razones específicamente existenciales y morales para acabar con el capitalismo.”

El pensamiento socialista de Jorge Riechmann y su poesía de la conciencia tienen su

fundamento moral en el impulso de Eros, en la defensa de la vida frente a la muerte que

constituye el capitalismo. Ahí hay un lazo que funciona como nexo entre su poética, su

pensamiento y su posición ante la vida, su estar en el mundo: la pulsión de Eros, algo que

subyace a todo ello, conectándolo. En el plano filosófico y de acción política, abraza el

socialismo, el ecologismo, el pacifismo y el feminismo: “Desconectada del deseo, la lucha

política sólo conduce a la muerte” (2006b: 104) En el plano poético, propone una poesía de los

vínculos, donde considera que se encuentra lo sagrado (como se mostrará más abajo). Para

Jorge Riechmann, poesía y política están conectadas, y a ambas las cruza el Eros y el Thánatos:

“No puedo hablar de la poesía sin hablar del mundo. No puedo hablar del mundo sin hablar de

la poesía.” (2006b: 104)

En el plano político-económico, el capitalismo es un sistema tanático, destructor de vínculos

sociales, generador de grandes desequilibrios, de pobreza, de guerras, cuyo funcionamiento está

contaminando amplias zonas del planeta, provocando la extinción de numerosas especies de

341
seres vivos, eliminando hábitats naturales y ocasionando un cambio climático que amenaza la

existencia de la vida como la conocemos en el futuro.

El socialismo, el ecologismo, el feminismo y el pacifismo, en cambio, están movidos por

impulsos eróticos, al promover el equilibrio, el respeto al medioambiente, la justicia social, la

no violencia. Promueven movimientos de alianza, cooperación, solidaridad.

En otro texto, “Contra la ley de los grandes números”, el poeta propone tres formas de

esperanza para continuar luchando por la construcción del futuro. La primera de ellas, 1.

“Esperar lo inesperado” (la definición de milagro con la fórmula de Heráclito). Las otras dos

guardan relación con el impulso erótico:

“(2) Esperanza en la tenacidad de la vida. (…)

(3) Y por último, esperanza en la fuerza y el esplendor de Eros, cuya virtud acabará

prevaleciendo sobre el principio de muerte.

A nadie se le escapa que son tres formas, en realidad, de decir lo mismo” (2006b: 156-7)

Para Riechmann, todo movimiento que conduce a la diversificación —tanto en el ámbito de

la naturaleza, como en el plano social y el mundo psicológico— constituye un movimiento

erótico, guarda relación con la vida. Por el contrario, la simplificación y la homogeneización

son para el poeta movimientos tanáticos.

La otredad, el espacio del límite entre el yo y el otro, el respeto a la diferencia, forma parte

de este enfoque donde eros y ethos se encuentran, guardan relación con una ética de los límites,

con la formación de los equilibrios en un mundo dominado por la falta de ellos. En este sentido,

el poeta cita a Pietro Barcellona, reflexionando en torno a sus planteamientos en

Posmodernidad y comunidad. El regreso de la vinculación social. Recordemos el

planteamiento del filósofo Byung-Chul Han sobre otredad y Eros, con el que precisamente sitúa

a Eros en el movimiento hacia lo otro, hacia lo distinto, en la experiencia de la otredad, en el

encuentro con el otro que es distinto y que provoca que también nosotros nos transformemos.

342
El amor, Eros, lo que construye los vínculos y conecta todo lo vivo, constituye la clave para

salir de un tiempo oscuro: “La conexión con todo lo viviente y la fuerza de Eros son los recursos

más valiosos, el hilo más seguro hacia el exterior del oscuro laberinto por donde hoy erramos

extraviados.” (2006b: 186) De este modo lo afirma por primera vez en Un zumbido cercano, y

lo repite en Resistencia de materiales.

Contra el espíritu prometeico

Al igual que en Canciones allende lo humano, la reflexión en torno a la desmesura, el

desequilibrio provocado por la tecnociencia moderna, está presente en Resistencia de

materiales. El poeta plantea la urgente necesidad de conservar la medida de lo humano, la

aceptando los límites. El primero de ellos, el que nos atraviesa cada momento a cada uno de

nosotros, la muerte. Sobre ello, escribe:

“¿Lo aceptamos y exploramos la libertad que se despliega en el instante mismo de esa

aceptación, o emprendemos la insurrección de Fausto y Prometeo acompañados hoy por el

cortejo de sus musculosos sacerdotes: el Físico Atómico, el Biólogo Molecular, el Técnico de la

Computación, el Ingeniero de Proteínas (…)? (2006b: 256)

Junto con los límites biológicos del ser humano, defiende los límites del planeta (amenazado

por la explotación de recursos, la contaminación, devastación de los hábitats naturales, etc.) y

los límites sociales que posibilitan las relaciones democráticas. Con ello, propone una ética de

los límites, como explicamos más abajo. Por eso se opone al “impulso ‘antropófugo’ de dejar

atrás la condición humana, recreando biológicamente nuestro organismo y escapando del

planeta devastado para colonizar el cosmos” (2006b: 223)

En este sentido también apunta a una destrucción de los fines con los medios, esto es, la falta

de contención de la tecnociencia moderna está generando medios que amenazan a los propios

343
fines. El ejemplo por antonomasia es la fabricación de la bomba atómica, un arma capaz de

provocar la extinción del ser humano.

Otredad

Jorge Riechmann sobre la otredad en el texto “El soplo mágico y ajeno (en homenaje a José

Hierro)”. Nos dice, con Hierro, que somos también los otros seres que dan sentido a nuestra

vida, y que nuestra voz está hecha con la palabra del otro.

La otredad no sólo guarda relación con la ética; también, con lo poético. Acercarse a lo otro,

a lo ajeno, a lo extraño, supone un ejercicio de extrañamiento. Poesía y alteridad, por tanto,

guardan un estrecho vínculo: “Capacidad de extrañamiento de la poesía, en un doble sentido:

extrañarnos es asombrarnos, y también es distanciarnos, sumergirnos en la alteridad.” (2006b:

74) La poesía es, pues, en este sentido un instrumento que nos permite aproximarnos al otro. El

poeta conecta con la otredad dos ideas: por un lado, el concepto de extrañamiento de los

Formalistas Rusos; por otro, el distanciamiento brechtiano. Cierra el párrafo una tercera frase

que conecta lo anterior con el pensamiento revolucionario: “Cuando la poesía es anhelo de lo

otro, resulta natural la alianza con la revolución.” (2006b: 74)

Riechmann considera el sentimiento de xenofobia como el más destructivo de lo humano,

porque en el fondo todos somos extranjeros. En el otro, encontramos los fragmentos que forman

parte de una “totalidad más vasta” (2006b: 187), nos completamos en los otros. Eso nos está

expresando con el texto “El hechicero de la cueva de Chauvet”, publicado por vez primera en

el libro de prosas poéticas Un zumbido cercano.

Por otro lado, para el autor la vinculación entre amor erótico y revolución —una intuición,

nos dice, que debemos al surrealismo— es algo conectado por la otredad: “El nexo no pasa por

la idea de fiesta ni por la de libertad, sino por la cuestión de la alteridad, el deseo de lo otro. El

comunismo como alteridad es una de las grandes cuestiones del último Pasolini (…)” (2006b:

344
188) El comunismo, por tanto, guarda relación tanto con la fuera de eros (como observamos en

el epígrafe anterior al hablar de socialismo como movimiento erótico) como con la idea de

otredad. El encuentro como encuentro es siempre una experiencia de alteridad, al ser encuentro

con lo otro, nos dice siguiendo al filósofo Levinas —incluido y particularmente el encuentro

amoroso—. La compasión, la apertura al sufrimiento del otro, es para Riechmann la única forma

de “aproximarse a una situación en la que sea posible realizar algo cercano a la justicia (…)”

(2006b: 192) Por tanto, la justicia y otredad van de la mano para el poeta.

En la obra …, lo expresa con este hermoso verso: “tan solo el amor puede juzgar”.

Poesía y otredad, en Jorge Riechmann, están estrechamente conectadas, como podemos

comprobar en el fundamento mismo de su concepto de poesía como vínculo con el mundo

(poética de la vinculación), con la idea de poesía como conocimiento y con su planteamiento

del realismo de indagación. De este modo, nos dice: “Nos alumbra el deseo de la palabra otra”

(…) Porque los vínculos más intensos a veces son los menos visibles” (2006b: 206)

Así, con el filósofo presocrático Anaxágoras de Clazómenas comparte que en todas las cosas

hay una porción de todas las demás. Si pensamos en lo que nos dice la ciencia moderna, que

todo el Universo está formado por materia (átomos y partículas subatómicas) y energía, la

reflexión no se encuentra desencaminada. Por otro lado, nos advierte de la dimensión dialógica

del ser humano: “todos nos construimos hablando, en una conversación inacabable con otros y

en el interminable diálogo íntimo con nosotros mismos (…)” (2006b: 215) La formación de lo

humano, por todo ello, es una construcción con la otredad.

Poesía y transformación

El poeta es consciente de que la transformación de la realidad pasa por la capacidad de

transformar primero nuestro enfoque, nuestra mirada. Y si de algo son capaces los poetas es de

proporcionar, por medio del lenguaje poético, una forma distinta de percibir lo que nos rodea,

345
una forma distinta de aproximarnos a la realidad. No en vano recurre a Aristóteles para recordar

que decidimos nuestras acciones en función de nuestra percepción. El extrañamiento, eso que

el Formalismo Ruso identificó como uno de los rasgos característicos de la función poética del

lenguaje, constituye precisamente un medio para transformar el modo como vemos la realidad.

Por ello, el poeta afirma: “Cualquier transformación social profunda tiene sus gérmenes en otra

manera de sentir y de mirar; nuevas metáforas. Percepción de nuevas posibilidades en lo real,

imaginación de estados diferentes del mundo…” (2006b: 63)

El autor es consciente de que la dominación de unos seres humanos sobre otros comienza

por la palabra: por cómo ordenamos, pensamos, sentimos e imaginamos el mundo. Y atribuye

a la función poética del lenguaje una doble dimensión. Por un lado, la dimensión crítica, al

cuestionar el orden establecido en el propio lenguaje (que es precisamente el instrumento con

el que ordenamos el mundo). Por otro, considera que el lenguaje, en su función poética, pone

en movimiento una dimensión utópica que guarda relación con el deseo de vinculación cósmica,

de unidad total. Y no se refiere sólo al uso poético del lenguaje, sino a la función poética en

cualquiera de sus usos. “Señala un horizonte utópico de vinculación entre lo vivo y lo

inanimado, entre lo visible y lo invisible, entre lo próximo y lo lejano” (2006b: 69)

Como podemos comprobar, para el autor la idea de vinculación es consustancial al propio

lenguaje poético.

La poesía, como el conocimiento, en tanto puede modificar la conciencia, puede provocar

cambios en el mundo. Por otro lado, nos dice: “Las palabras poseen una magia débil. (Como

las fuerzas débiles que mantienen en su lugar, sin desvencijamientos, la materia y la antimateria

del universo.)” (2006b: 111) Una vez más, nos está hablando de los vínculos.

El poeta nos llama a reflexionar sobre lo que considera un plexo propio del Homo sapiens

sapiens, algo entrelazado y característico de la condición humana: violencia, arte y lenguaje

346
articulado. Nos dice que necesario hacerlo para encontrar una posible pacificación de la

existencia en un momento en violencia desmesurada en el mundo.

Poesía del desconsuelo activo: duelo

Jorge Riechmann plantea el desconsuelo en poesía como una forma de duelo ante un mundo

tanático —o más bien tanatizado— y por tanto doloroso. El desconsuelo, no obstante, no debe

desembocar en desesperanza. La posición ante ese mundo tanático, para poder enfrentarlo, ha

de partir de la esperanza: “Lo digo, lo repito formalmente: no tenemos derecho a la

desesperanza.” (2006b: 37) Por ello, como el propio autor apuntó en Poesía practicable, se trata

de un desconsuelo activo, que no renuncia a combatir todo aquello que provoca ese sentimiento,

sino que aspira a la transformación social. El poeta no deja de esperar lo inesperado, invocando

la sentencia de Heráclito, mientras trabaja para hacerlo posible.

“Comprometerse y no aceptar compromisos”

Para Riechmann, uno de los fallos que comete la poesía social y política es la idea de alzar

la voz por los que no pueden alzarla, de pretender hablar en nombre de otros. En lugar de ello,

propone lograr que todos tengan voz para expresarse, lo cual no entra en el terreno de la poesía

sino de la política: para lograr cambiar las condiciones que provocan que las personas no tengan

voz hace falta un trabajo social y político, por lo que la solución pasa por un compromiso socio-

político, no poético. No obstante, comparte con la poesía social de los 50 el mismo trabajo de

insurrección, que continúa siendo necesario en este momento. Al mismo tiempo, considera que

la poesía, al margen de que aborde o no temas sociales o políticos, contiene un componente

cuestionador en sí misma, al implicar la función poética del lenguaje, al emplear el lenguaje de

una forma diferente al uso común establecido, como explicamos en “Poesía y transformación”.

347
El primer compromiso, el más básico Jorge Riechman, es estar despierto, atento. Y la poesía

para el autor es algo que guarda una estrecha relación con la atención. En ello, para el poeta,

están Buda, Cristo, Marx, Rimbaud y Michaux al mismo tiempo.

Como decía en Poesía practicable, la poesía se compromete, no acepta compromisos. Se

trata de una buena definición del compromiso poético. Ahondando en esta misma idea, uno de

los textos recogidos en Resistencia de materiales lleva como título “Comprometerse y no

aceptar compromisos (notas sobre poesía y compromiso ético-político)”, publicado con

anterioridad en el número 49 de Poesía en el Campus, en 2001. Por tanto, no debe estar al

servicio de nada.

En otro importante texto, “Poesía que no cede a la hipnosis (sobre los tres mundos, los cuatro

riesgos y la fractura interior de las palabras)”, advierte sobre tres riesgos de la poesía

comprometida. El primero, precisamente, es la instrumentalización de la poesía. El segundo,

que también constituye un riesgo para cualquier poesía y no solo la comprometida, sería la

justificación por el contenido. En este sentido, afirma: “la poesía es —sobre todo— cuestión de

buenas formas.” (2006b: 133) El tercero, tratar de sustituir la experiencia de otros: “sólo en la

medida en que la historia colectiva haya sido vivida como experiencia personal podrá

proporcionar el punto de partida para un buen poema político.” (2006b: 133), esto último ya lo

afirmó en el primero de los ensayos de Canciones allende lo humano. Un cuarto riesgo, es el

que se produce al identificar discurso poético y acción política: la ilusión de transparencia, “la

suposición de que podemos alcanzar un vínculo social radicalmente libre de enajenación y

separación.” (2006b: 133)

Poesía política, poeta ciudadano y arte revolucionario

En la misma línea que traza en los otros dos libros anteriores, el poeta se opone a partir de

un compromiso político apriorístico a la hora de escribir poesía. No obstante, en tanto ciudadano

348
políticamente comprometido con los conflictos de su tiempo sus planteamientos tendrán su

reflejo en lo que escribe.

En ello encontramos la idea de poeta ciudadano, que abordamos en Canciones allende lo

humano. Riechmann, reflexionando sobre la obra de José Viñals, también comenta la cualidad

esencial del artista revolucionario, estar alerta, lo cual permite la percepción. Esto podemos

relacionarlo con el primer compromiso del que hablamos más arriba, el de estar atento. Y con

Viñals, comparte que el arte revolucionario es algo más que un arte de denuncia, es sobre todo

un arte de transformación, teniendo en cuenta que la sociedad se encuentra en transformación

constante.

De este modo, indagación poética y compromiso político (en tanto poeta y ciudadano),

confluyen en el concepto de poesía de Jorge Riechmann. El escritor, nos dice, desde que es

ciudadano, esto es, por lo menos desde la Revolución Francesa, es escritor-ciudadano.

“Sabemos que es posible conciliar el activo compromiso político emancipatorio con la

indagación personal más arriscada; y sobre todo sabemos que allí donde la segunda no existe, magros

o —peor aún— siniestramente contraproducentes serán los frutos carbónicos del primero” (2006b:

57)

Pero todavía más, nos está diciendo: existe una estrecha conexión entre indagación poética

y compromiso político, en caso de ser un compromiso revolucionario o emancipador. Sin

indagación personal, no es posible lo otro.

Y en todo caso, Jorge Riechmann localiza el punto de partida para un poema político en la

experiencia personal de la persona que lo escribe. Solo el poeta que haya experimentado como

algo propio la experiencia colectiva se encontrará situado en ese preciso emplazamiento desde

donde es posible, según Jorge Riechmann, comenzar un buen poema político.

Poesía como resistencia: vinculación

349
Como hemos comprobado tanto en Poesía practicable como en Canciones allende lo

humano, la poética de Jorge Riechmann es una poética de resistencia ante el progresivo avance

del capitalismo y sus fuerzas tanáticas: destrucción de la biosfera, destrucción de los vínculos

sociales y humanos traducida en privatizaciones de los servicios públicos y fomento del

individualismo, alienación creciente con los medios de comunicación, aumento de los

desequilibrios (hybris, desmesura, espíritu prometeico), etc.

En Canciones allende lo humano tuvimos ocasión de comprobar que cobra mayor

protagonismo un nuevo concepto en relación a su poesía, que había permanecido latente hasta

la escritura de Desandar lo andado, el cual es resultado de otros (otredad, eros, vida,

ecosocialismo…): el concepto de vinculación. Por otro lado, lo hemos analizado, irrumpe la

idea de ahí. Todo ello contribuye a un enfoque distinto, más amplio, en lo que hemos dado en

llamar “Poética de la vinculación”, que se ha ido fraguando desde sus principios como resultado

de la evolución de su obra y de la propia indagación a lo largo de los años. En este enfoque

detectamos un desplazamiento, en amplio sentido, en su producción poética: aquél que se

produce de lo tanático a lo erótico. Esto no quiere decir que su poesía deje de ser una poesía de

resistencia ante un mundo tanatizado, al contrario, desde estos planteamientos se convierte en

más resistente todavía, al cobrar protagonismo un discurso poético con rasgo erótico (en sentido

freudiano), que propone de manera implícita un movimiento de erotización de la realidad

tanatizada, una recuperación de los vínculos sociales, humanos y medioamientales que han sido

destruidos. Por eso, nos dice: “El problema que se planteaba a comienzos del siglo XX era el

hombre sin atributos. El que se nos plantea a comienzos del XXI es el ser humano sin

vinculaciones. (…) una poética resistente es, antes que nada, una poética de la vinculación.”

(2006b: 76-77)

Poesía resistente es aquella que soporta y se rebela ante la alienación que producen los

medios de comunicación de masas, que cuestiona la banalización de la sociedad del

350
espectáculo; que propone, en suma, por medio del lenguaje, otros enfoques, que persigue

mediante la indagación poética nuevas formas de pensar, nuevas formas de sentir y nuevas

formas de actuar en la actual crisis de civilización planetaria. La anestesia, la insensibilización

social y la falta de solidaridad forman parte de la hipnosis colectiva. Por eso esta poesía es

“poesía que no cede a la hipnosis” (2006b: 131), como refleja el propio título uno de los textos

de Resistencia de materiales. Sobre todo ello, viene reflexionando el autor desde Poesía

practicable. En Resistencia de materiales, cuyo título hace referencia al compromiso como

analizamos más arriba, continúa desarrollando estos planteamientos.

El texto “Poesía que no cede a la hipnosis” se encuentra encabezado por dos citas que nos

sitúan en el enfoque crítico del marxismo. La primera de ellas es la famosa frase de Carlos Marx

y Friederich Engels del Manifiesto comunista: “Un fantasma se cierne sobre Europa, el

fantasma del comunismo…” La segunda, de Jaroslav Seifert: “¡Sí, por supuesto! Los viejos

fantasmas han muerto, pero siempre nacen nuevos.” (2006b: 131)

Resistir significa también no perder la esperanza, apostar por las probabilidades improbables

convencido de que “a pesar de todo el mundo está abierto” (2006b: 115) y de que ingiriendo

más de “dos mil trescientas kilocalorías diarias, no tenemos derecho a la desesperanza, sino

obligación de luchar” (2006b: 108).

Por todo ello, una poesía resistente es una poesía que explora y construye los vínculos del

mundo, conectando con un hermoso verso de Francisco de Quevedo con el que nuestro poeta

encuentra, en sus propias palabras, la mejor formulación de la poesía de los vínculos: “poesía

que busca ‘el pasadizo que hay de un cuerpo a otro’” (2006b: 107), nos dice. Una poesía del

eros, con la plena consciencia de que: “Todos los animales somos hermanos. Un cordón

umbilical nos unía directamente con las estrellas (…)” (2006b: 185)

351
Como podemos observar, estos vínculos que nos conectan son de todo tipo: material o físico

(cosmos), medioambiental (biosfera), moral, político, social, emocional, espiritual… Muchos

permanecen ocultos. La poesía nos permite (re)conocerlos.

Ética y poética del no

El propósito de encontrar una ética a partir de la poesía lo observamos en la obra de

Riechmann desde el principio. En Poesía practicable se planteaba la pregunta de si es posible

fundar una ética poética y apuntó a la dirección de la otredad como camino para ello. Ahora

continúa su reflexión en torno a este propósito y la completa con la palabra “no”, tan importante

para trazar límites en no pocas decisiones morales: “no” como centro o principio ético ante un

mundo perverso que no es moralmente aceptable. Este no a la muerte constituye al mismo

tiempo un compromiso con lo vivo, una afirmación de la vida. No al mundo tanático destructor

de ecosistemas y de vínculos sociales, sí a la construcción de comunidad y el respeto a todos

los seres vivos, sí a las fuerzas del eros, sí a la vida.

Por ello, la posición poética del autor no elude la dimensión ética del ser humano; por el

contrario, ética y estética se combinan dando lugar a una formulación en la que no es posible

comprender la una sin la otra: “ética de la dicción y estética de la resistencia” (2006b: 14) Sobre

la segunda hemos hablado al principio, desde el análisis de los dos conceptos contenidos en el

propio título, Resistencia de materiales. La estética de la resistencia se traduce en el autor en

una poética de la resistencia que tiene en cuenta los postulados de la estética del material

(Bertolt Brecht) y de las Vanguardias históricas, pero también el concepto de vinculación. En

esa formulación poética, por tanto, encontramos una formulación profundamente ética con base

en el marxismo, en el concepto de otredad y en la partícula “no”. Por ello nos dice: “André

Malraux sentenció: se es humano cuando se sabe decir no (…)” (2006b: 72) Por otro lado, la

poesía, como lenguaje potencialmente transformador, tiene el poder de crear nuevos enfoques,

352
nuevas posibilidades de acción en la realidad: “La poesía (en su doble dimensión celebratoria

y crítica), puede mantener abierto el mundo, en positivo, o al menos —en negativo— oponer

resistencia a su oclusión.” (2006b: 74)

La palabra “no” es tan importante, en sentido ético, porque nos abre a la posibilidad de

elección de otras alternativas cuando tomamos una decisión. Un “no” a algo supone un sí a algo

distinto.

Todos los excesos a menudo conducen al desequilibrio, y el sistema de valores del

neoliberalismo que se está extendiendo en Occidente está cargado en exceso de positividad,

como nos muestra el filósofo alemán de origen surcoreano Byung-Chul Han a lo largo de su

obra. El “si trabajo duro, no puedo fracasar” que conduce al “si fracaso es por mi culpa”,

traducido en el concepto de emprendedor, en el concepto de persona-proyecto obviando el de

persona sujeto, está conduciendo precisamente por el exceso de positividad a que en el siglo

XXI la depresión se convierta en una de las enfermedades más extendidas. Por otro lado, la no

aceptación de los límites —espíritu prometeico sobre el que reflexiona el filósofo francés

Flançoise Flahault— está llevando al ser humano a un futuro autodestructor.

Ante todo ello, el autor propone: “La fuerza del no, de la crítica, de la negatividad. Incluso

si realizar el bien parece imposible, no podemos dejar de resistir al mal. Resistencia —después

de nuestro atroz siglo XX— es también una palabra para el siglo XXI.”

“Introcencia”/ trascendencia

El pensamiento de Jorge Riechmann es materialista e inmanentista, no comparte la idea de

trascendencia a otros mundos más allá de la vida en el planeta; defiende un sentido de lo humano

en conexión con todo lo viviente. Ahora bien, lo hemos precisado como transparente, pues nos

353
habla de un inmanentismo paradójicamente abierto, surcado de presencias, trascendente en

cierto grado (en este sentido)51.

En Resistencia de materiales juega con la idea de “introcencia” como forma de inmanencia,

con la que quiere expresar la idea de introducción en el mundo que vivimos, en lo que podemos

considerar un sentido mundano de la espiritualidad. En lugar de buscar salir hacia un afuera,

propone vivir en el ahí en el que ya estamos: “O sea, una introducción (in-trudere). Frente a la

trascendencia, una buena introducción” (2006b: 223), nos dice. Ese ahí al que propone que nos

introduzcamos es el ahí de la vida que vivimos aquí y ahora, la vida en este mundo y no en

ninguno otro, como abordamos en el epígrafe “Lo abierto del mundo que está ahí”.

Realismo

Jorge Riechmann comparte la idea de la poesía como poliedro, de Paul Celan, con numerosas

superficies. Poesía como poliedro, realidad como poliedro, nos dice. Poesía capaz de mostrar

múltiples ángulos y aspectos de una realidad que, lejos de ser plana, es sumamente compleja.

Nos ofrece la siguiente definición: “Poesía realista: aquella en la cual la palabra es realidad.”

(2006b: 206)

El texto final de Resistencia de materiales es una entrevista realizada por Luis Fernández

Zaurín, publicada anteriormente en El ciervo en noviembre de 2000, donde le pregunta sobre

el tejido del poema para el poeta. Riechmann contesta con unos versos de 27 maneras de

responder a un golpe, a los que la pregunta hace referencia:

La poesía / prolonga la realidad / cuando ésta cesa justo antes de lo mejorcito / por pura

cabezonería. // La poesía / despliega haces de realidad paralela / cuando la realidad se niega a

ver más allá de sus narices / de modo injustificable. // La poesía y la realidad / intersectan

continuamente / en puntos líneas planos espacios de muchas dimensiones. / Son las geometrías

de la risa incoercible / y las del sufrimiento. (2006b: 285)

51
Apartado 3.8. Materialismo abierto: transparencia.

354
Las geometrías de la poesía y las geometrías de la realidad, para el poeta, están conectadas.

Recordemos que la poesía para Riechmann, como hemos comprobado, es exploración y

conocimiento. Todo ello guarda relación con un particular concepto de realismo, sobre el que

reflexionó en Canciones allende lo humano y continúa: realismo de indagación.

Realismo de indagación

La indagación poética, la poesía como conocimiento, para Riechmann no debe reducirse a

uno sólo de los planos de la realidad, como puede ser la denominada “poesía civil”. La poesía

debe abordar temas diversos, entre ellos los ámbitos político y social. Eso no quiere decir que

la poesía se convierta en sierva ideológica, como abordamos más arriba. Por ello, nos dice:

“Rechazo de manera radical la idea de escribir-al-servicio-de, la poesía instrumentalizada por

un fin distinto al despliegue de su propio poder de revelación.” (2006b: 132)

En este sentido, poesía y ciencia encuentran un punto en común, porque ambas persiguen el

conocimiento explorando, investigando, indagando, aunque por métodos distintos. “Poetizar,

como hacían los trovadores medievales, es investigar: la voz occitana antigua trovar (…)

significa hallar (…).” (2006b: 165) El poeta defiende un concepto de arte como investigación

en el espacio de la imaginación, que nos permita ensayar “posibles cursos de las cosas” sin

riesgo de cometer errores en la realidad. La imaginación para Jorge Riechmann, siguiendo a

Gustavo Martín Garzo, funciona como puente entre nosotros y el mundo. No en vano, la

considera junto a la fotosíntesis la segunda fuerza antientrópica de nuestro mundo (2006b: 205)

Contra la pureza y la nostalgia del origen

Tanto para la poesía como para el mundo, el poeta rechaza el concepto de pureza. No cree

en la existencia de un origen perfecto o puro, el mito del paraíso perdido, al que debamos

regresar. Los átomos y moléculas que forman la materia, en su propia composición, son mezcla,

355
no son puros. La materia y la vida son impuras. La complejidad de la vida, la riqueza de la

biosfera, se debe precisamente a su impureza. La imposición de la pureza, por el contrario,

constituye una fuerza tanática, una fuerza destructiva. El deseo de volver a un estado anterior,

como explicamos el epígrafe “Eros/ Thánatos”, es lo que define el impulso tanático freudiano.

Por todo ello, el poeta se muestra en contra tanto de la pureza como de la nostalgia del origen.

La nostalgia, como sentimiento, es un sentimiento tanático.

Todo ello también guarda relación con el concepto de mediación, estar-entre (in-media-res,

lo veremos más abajo). Observemos estos versos de La estación vacía, donde decía lo siguiente:

“pero tú no te engañes son verdad ambas cosas: // nada comienza nunca siempre estamos en

medio // empieza todo de nuevo a cada instante.” (2011: 660)

También, en Resistencia de materiales, nos dice el poeta: “Los orígenes son tan mestizos e

`impuros’ como nuestro `corrupto’ presente: y no querer reconocer esto es lo que suelo llamar

la ilusión del origen.” (2006b: 43)

Al sentimiento de ausencia se opone el de presencia, el de la vida en el mundo presente. Y

con una intuición particularmente sensible Jorge Riechmann relaciona la nostalgia por el origen

perdido con el rechazo a la alteridad, haciendo referencia a otra reflexión de Antonio Gómez

Ramos: “El anhelo de una ‘experiencia directa y sin mediaciones de la vida inmediata y

sensible’, de un edénico y adánico mundo donde todo nos fuese inmediatamente íntimo y nada

extraño, tiene que ver —me temo— con un problemático rechazo de la alteridad.” (2006b: 42)

Este enfoque de la nostalgia como sentimiento enunciador de la muerte, frente a la poesía de

la presencia —recuérdese asimismo la reflexión sobre el elegíaco y el indagador vista en el

epígrafe “Poesía como conocimiento”— es heredero de los planteamientos de René Char, el

gran poeta maestro para nuestro autor. Por todo ello, Jorge Riechmann rechaza la nostalgia

tanto de un paraíso perdido como de un paraíso futuro, y defiende en cambio la vida en el

momento presente. Tampoco comparte por ello el mito del buen salvaje, el cual equipara al

356
espíritu prometeico de la tecnociencia moderna que nos impulsa a ser algo distinto a lo humano,

a no aceptar la muerte, con los avances en ingeniería genética, en inteligencia artificial y con la

propuesta de paso al hombre-máquina (lo que se conoce como transhumanización): “La

nostalgia de ser animales pre-humanos es simétrica al deseo de ser dioses. (…) Qué difícil

mantenernos en ese lugar de frontera que es el nuestro: el de los seres humanos.” (2006b: 47)

En vez de querer volver a un pasado mejor, con Rimbaud defiende ser “absolutamente

moderno: conservar el terreno ganado”. (2006b: 49) Eso sí, sin renunciar a ser lo que somos,

humanos.

Ni en el lenguaje, ni en el orden biológico ni en el ámbito social es partidario de la pureza.

Recuerda a Machado citando a Juan de Mairena: “Pureza, bien; pero no demasiada, porque

somos esencialmente impuros.” (2006b: 50) Jorge Riechmann lo dice con otros versos de

Material móvil: “La mirada de la pureza es ciega. / Las manos de la inocencia son hoces.”

(1993: 85)

Nuevo humanismo ecológico

Como hemos observado, hay un fuerte componente moral, ético, social y político en la obra

del poeta. También, un claro posicionamiento ecolosocialista. Además de su faceta de poeta, el

autor es investigador en el ámbito de la ecología política, campo al que ha dedicado gran parte

de su trabajo profesional, con numerosas publicaciones. Por lo tanto, la dimensión ecológica ha

contribuido a conformar tanto su pensamiento como su concepción poética. Desde la idea de

los límites, anteriormente abordada, propone un humanismo ecológico capaz de compensar los

enormes desequilibrios humanos y naturales ocasionados por el espíritu prometeico y el

capitalismo. Por ello, considera “la noción de límite como piedra angular de lo que podríamos

llamar un nuevo humanismo ecológico, como cultura de sociedades encaminadas a hacer las

paces con la biosfera.” (2006b: 129)

357
El poeta es plenamente consciente de que estamos ocasionando la sexta extinción masiva de

seres vivos animales y vegetales en lo que supone no solo una catástrofe ecológica de

envergadura planetaria sin precedentes en la historia de nuestro planeta, sino una especie de

genocidio biológico ocasionado por el ser humano que está destrozando la biosfera y poniendo

en peligro nuestro futuro. Constituye por tanto parte de una profunda crisis de civilización, pero

no solo, también es una crisis de toda la biosfera: “Los ecosistemas más simplificados son los

más vulnerables, de manera que podemos considerar a la biodiversidad el ‘seguro de vida’ de

la vida. (…) Vivimos dentro de un orden socioeconómico que exhibe un grado de injusticia y

destructividad inaudita (en términos no ya históricos, sino hasta cósmicos (…) (2006b: 140)

Podemos encontrar una estrecha relación entre el pensamiento ecosocialista, los conceptos

psicoanalíticos de eros y tánatos y la concepción poética de los vínculos. En otro texto, “La

política de las luciérnagas (amparado en Pier Paolo Pasolini)”, el autor define la diversidad en

sentido amplio (psíquico, social y medioambiental) como un movimiento erótico, y dice: “El

movimiento hacia la diversificación es erótico, queda del lado de la vida; por el contrario, el

impulso de simplificación y homogeneización es tanático.” (2006b: 158) Como hemos

explicado, la poesía de los vínculos es una poesía profundamente erótica en este sentido.

Por todo ello, al igual que reivindica la noción de poeta ciudadano, es partidario de la noción

de ciudad-bosque como modelo urbano para el siglo XXI, en sustitución del modelo de ciudad-

jardín heredado del siglo XIX.

El objetivo de este humanismo que nos plantea no es la transición a un futuro hombre-

máquina superando todos los límites físicos de nuestra naturaleza, ni tampoco a un superhombre

nietzscheano, sino todo lo contrario: la aceptación nuestros límites —y los del planeta—, la

asunción de nuestra condición, la aspiración a ser humanos.

No en vano, el título de su libro de prosa poética Desandar lo andado permite intuir, desde

su poesía, estos planteamientos ecosocialistas. Desandar lo andado constituye volver a

358
recuperar el entorno natural, armonizar la acción del ser humano con el medioambiente,

establecer una relación de respeto y equilibrio con los ecosistemas.

Ese nuevo humanismo que propone el autor pasa por ser ecosófico, ha de considerar a los

seres humanos como fines en sí mismos y no como medios para un fin, y ha de ser cuidadoso

tanto con los medios como con los fines, bajo la consciencia de que el medio conlleva fines en

sí mismo, teniendo en cuenta los principios teleológicos: “Hoy, por primera vez en la historia

humana, existen medios que aniquilan todos los fines; es el caso de la bomba atómica y otras

formas de destrucción masiva (…)” (2006b: 239)

Poesía y humanismo guardan una conexión, que nos la plantea el autor realizando un

paralelismo entre el ser humano y el lenguaje en relación con el mundo actual:

“El principio del humanismo dice: ningún ser humano, en su vida compartida, es

reemplazable.

El principio de la poesía reza: ninguna palabra, en su contexto de sentido, es sustituible.

El principio del abominable mundo político-económico donde vivimos dice: todo es

mercancía (y toda mercancía es por definición reemplazable). Por eso la poesía, hoy, no puede

esquivar la insurrección, ni —en la preparación de ésta— la alianza con el humanismo.” (2006b:

141)

Por lo tanto, la alianza entre poesía y humanismo constituye otro modo de resistencia frente

al capitalismo que queda del lado de la vida, impulsado por las fuerzas de eros.

In media res

Hemos observado que la poética de la conciencia en Jorge Riechmann es una poética de la

resistencia que a lo largo de su obra adopta los planteamientos de una poética de los vínculos,

relacionada profundamente con el concepto de otredad, con la idea de indagación en lo abierto

del mundo que está ahí y con la ética del “no”. Completando todo ello, el autor comparte otra

idea importante, la de mediación. Como vemos, son piezas de un mismo puzle, conceptos que
359
conforman tanto su pensamiento como su poesía. Para el poeta no sólo estamos ahí sino que,

como señalan tanto la Teoría de la Comunicación como la Teoría de Sistemas, y junto con ellas

la Teoría del Emplazamiento/Desplazamiento, somos seres intermediados, lo cual toma su

forma en la locución latina In media res. Como seres sociales, vivimos entre otros, en una

comunidad, conectados con una compleja red de relaciones de todo tipo: emocionales, sociales,

políticas, económicas, etc. Pero también, somos parte de una comunidad más grande que es

aquella que conformamos el conjunto de seres vivos, la biosfera. En un sentido más amplio, no

sólo estamos conectados con la naturaleza como parte del conjunto de lo vivo (somos

naturaleza, necesitamos aire, agua, etc.), sino que estamos hechos de las mismas partículas que

el resto del cosmos, compuestos de átomos y moléculas, de materia y energía. Con la

preposición “entre” sintetizamos esta forma de estar en el mundo en conexión con el resto. En

este sentido, afirma: “Nuestro reino es el de lo mediado siempre. Por el lenguaje, el

inconsciente, la cultura: fuera de estas tres instancias no hay nada propiamente humano.”

(2006b: 41)

Todo ello conecta con el concepto de complejidad del filósofo Edgar Morin: habitamos en

un mundo complejo, nos encontramos en medio de una inmensa red que nos hace y de la que

al mismo tiempo formamos parte, somos ahí, In media res. Nos dice el poeta: “No hay

inmediatez de la experiencia, sino experiencia infinitamente compleja y mediada.” (2006b: 42)

Cuando habla de que no hay inmediatez, se está refiriendo a que no hay experiencia no mediada,

a que todo nuestro conocimiento y experiencia del mundo se producen por mediación.

Existimos por mediación, en relación con los otros, como experiencia de otredad. Empleando

el concepto de Heidegger, el poeta lo explica así de este modo: “existir es estar entre los otros,

es hallarse siempre en pleno Mitsein heideggeriano, y ese con-vivir reclama compromiso.”

El concepto de compromiso para el poeta lo hemos explicado en el epígrafe correspondiente

y en el fondo guarda relación con la idea de vinculación con todo lo demás.

360
Por todo ello, Entreser será el título de su segundo libro de poesía reunida.

Concepto de magia

Recordemos el significado etimológico de la palabra “magia”. Su raíz, mag-, proviene del

indoeuropeo y significa poder. En sentido etimológico, tener magia es tener poder. Para el

poeta, la palabra, poesía, contiene poder. En el autointerrogatorio titulado “Sobre la amabilidad

y la desesperanza” habla sobre ello en los siguientes términos: “La metáfora es la primera y la

última forma de magia. Uno intuye que el poder chamánico, en la humanidad primitiva, no se

basó —digamos— en el dominio del fuego, sino en el dominio de la palabra. ¿Cómo podría un

poeta decir ‘odio la magia’?” (2006b: 111) Esta última pregunta hace alusión a otro texto de

Poesía practicable, en el que tenía otro concepto sobre ello (1990: 162) Por lo tanto, vemos una

evolución en este planteamiento, que guarda una estrecha relación con los planteamientos de la

poética de los vínculos. Las palabras son capaces de poner en conexión realidades que un

principio aparecen separadas. En este sentido, el poeta afirma: “Las metáforas son conjuros

para volver visibles los vínculos ocultos.” (2006b: 186)

Sobre el mal

La resistencia al mal para Riechmann es como un imperativo ético. Resulta fácil

adormecerse, no ser consciente de que nos rodea en nuestra vida cotidiana, no ser conscientes

por ejemplo de que “la fortuna conjunta de los 225 multimillonarios más ricos del mundo

obscenamente publicitados por la Forbes Magazine equivale al ingreso anual del 47% más

pobre de los habitantes del planeta (2.500 millones)” (2006b: 28) Por desgracia, es preciso

señalar que a día de hoy las cifras son mucho peores 52 que cuando el autor publicó esta frase

52
Ocho personas en el mundo acumulan más dinero que el 50% de la población (3.600 millones). Noticia del
último informe sobre Desigualdad en el mundo, presentado por Oxfam Intermon en el marco del Foro de Davos
(16/01/2017): http://www.bbc.com/mundo/noticias-38632955

361
del texto “Moral y experiencia”, en 2006. Algo está funcionando mal en el mundo cuando

niveles de pobreza no dejan de aumentar al mismo tiempo que lo hace la concentración de

riqueza en un número reducido de personas.

En el referido texto hace un llamamiento a no cerrar los ojos a la realidad, a no mirar para

otro lado: “Frente a la tentación del confortable ensimismamiento, conviene no dejar de tener

presente que vivimos dentro de relaciones criminales.” (2006b: 228)

Por ello, en el ensayo “Por qué dañamos” considera que el combate contra el mal es algo

que se produce de manera continua. En este sentido reflexiona en torno a las culturas de la

redención y las culturas de la tragedia: “No hay sabiduría en lo que podríamos llamar las

culturas de la redención, que se entregan a la ilusión de que un día el Bien perfecto venza al

Mal absoluto.” (2006b: 231) Por el contrario, entiende que los combates del bien contra el mal,

como muestran las culturas de la tragedia, conducen constantemente a resultados

provisionales.

Body Factory/ mind Factory, anticapitalismo y comunismo

La crítica al consumismo y la sociedad del espectáculo forma parte del pensamiento del

autor, como hemos tenido ocasión de explicar. En ese sentido hace referencia, metafóricamente,

a la existencia de dos fábricas, una del cuerpo y otra de la mente. Ambas responden a un mismo

modelo económico y a un mismo sistema de valores, que operan en torno al eje de la

mercantilización de todo aquello de cuanto pueda obtenerse lucro económico, incluida la

naturaleza, derechos fundamentales como la educación o la salud pública y cada vez más

dimensiones de la vida. En el marco de este sistema de valores, los cuerpos también se

convierten en objetos de consumo, lo cual ha producido un culto al cuerpo que va en aumento.

No obstante, continuando con la metáfora, para el autor los combates más importantes son

los que se producen en la fábrica de la mente. El mind factory al que se refiere el poeta

362
corresponde al espacio donde se produce la alienación y la dominación cultural, a la

superestructura, si lo analizamos desde el marxismo. El comportamiento de los ciudadanos es

modelado por la publicidad y el marketing, las series y los programas de espectáculo; la mente

es colonizada por las pantallas que conducen a la evasión, a la hipnosis, a la anestesia ante lo

que ocurre en nuestras sociedades. A propósito de cómo coloniza el poder en la actualidad más

allá de lo geográfico reflexiona Antonio Méndez Rubio en el libro Abierto por obras. Ensayo

sobre poética y crisis. En uno de los ensayos, “La voz sin interior”, señala que el poder ahora

está colonizando y utilizando como materia prima los territorios de lo simbólico, del imaginario

y de lo sensorial, en lo que considera una forma de biopolítica. Para el filósofo Byung-Chul

Han, hemos pasado de la biopolítica (Faucoult) propia de sociedades en las que el control se

produce sobre todo por medio de la represión y la acción física, a la psicopolítica, una forma

más amable e invisible de control que opera gracias al Big Data, el enorme cúmulo de

información que facilitamos de forma voluntaria en nuestro uso de todo tipo de dispositivos

tecnológicos informáticos. Todo ello evidencia que existe una pugna por el control de la mente,

a través de las emociones, de los deseos, de los miedos, colonizando por medio de pantallas,

por medio de imágenes. Todo ello, como consecuencia, dificulta la formación de ciudadanos

reflexivos que pongan en funcionamiento un sistema democrático. Jorge Riechmann lo plantea

del siguiente modo: “La democracia necesita ciudadanos; el sistema sólo quiere consumidores.”

(2006b: 90) El ciudadano es un sujeto activo, al contrario que el consumidor. Por ello, porque

el fin último del capitalismo es la acumulación de capital en lugar de considerar al ser humano

como fin en sí mismo, como consecuencia, el punto de partida de la transformación social para

el poeta no puede ser otro que el anticapitalismo; y se formula las siguientes preguntas:

“En un mundo así, ¿qué lugar le cabe a esa tradición de pensamiento que se orientó por el

venerable lema de ‘conócete a ti mismo’ y que solemos llamar filosofía? Si el saber sobre uno

mismo fuera eso que codifican los estudios de marketing y venden los mercachifles, en este

mundo de generalizada hipnosis mercantil, ¿a qué seguir indagando?” (2006b: 85)

363
En otro texto, “La política de las luciérnagas (amparado en Pier Paolo Pasolini)”, el poeta se

refiere al consumismo como una forma de neofascismo, como una forma de totalitarismo

corruptora y degradante, siguiendo los Escritos corsarios de Pasolini. Podemos preguntarnos

qué papel ocupa la poesía en relación con todo lo anterior. Precisamente la poesía, palabra en

libertad, ofrece algo distinto: la posibilidad de volver a conectar con nosotros, con la existencia,

de regresar de la evasión, de salir de la hipnosis colectiva y, por su dimensión tanto crítica como

estética, de salvarnos de la anestesia ante el mundo y ante el otro. Jorge Riechmann contesta

con la poesía como espacio para el ser, lo explica en el ensayo “Sobre la tarea del escritor y la

degradación de la democracia”. Y el ser es ser entre otros seres, es ser-con (Heidegger); somos

con el otro, somos in media res. No en vano, el título de su segundo volumen de poesía reunida

será, precisamente, Entreser.

La aceleración del ritmo de la vida, que altera el modo como percibimos el paso del tiempo,

es otro de los rasgos de la sociedad actual. Frente a ello, el poeta reflexiona sobre el cultivo de

la contemplación que nos ofrece el espacio de la poesía, sobre el arte de vivir como un vivir

con atención al momento: “Occidente lleva varios siglos sobrevalorando la acción; ha llegado

el momento de promocionar sistemáticamente la contemplación (…)” (2006b: 253)

En este sentido, haciendo referencia al filósofo y traductor Manuel Sacristán, afirma el valor

de la contemplación para el marxismo, la contemplación tanto del mundo interior como del

mundo exterior. Junto con Francisco Fernández Buey, Sacristán forma parte de los referentes

marxistas para el autor. Por ello se muestra partidario de la política como ética de lo colectivo

en los siguientes términos: “La única política que tiene sentido es la que pretende avivar en las

personas lo mejor de sí mismos: ésta es la política como ética de lo colectivo a la que se

refirieron muchas veces Manuel Sacristán y Francisco Fernández Buey.” (2006b: 86)

Como conclusión, para el poeta la poesía constituye un espacio de resistencia al actual modo

de vida, un espacio para el conocimiento del ser y, en este sentido, un territorio para la
364
exploración y para la vida auténtica frente a la mercantilización de la existencia que propone el

capitalismo.

Espiritualidad

En la poética del autor no encontramos un sentido religioso de la poesía o de la vida, en el

modo como lo entienden las grandes religiones. Como hemos explicado, Jorge Riechmann tiene

una concepción materialista de la existencia. No obstante, en sentido etimológico, podemos

observar un enfoque religioso. La palabra religión proviene del término “religare”, que significa

volver a unir, y su poética, lo hemos mostrado, es una poética de la vinculación, en estrecha

relación con los impulsos eróticos en sentido freudiano.

En Desandar lo andado, al hablar de la idea de lo sagrado, afirma que si tuviese que localizar

lo sagrado en algún lugar lo situaría precisamente ahí, en los vínculos del mundo que conforman

la vida. Para el poeta, hay que mencionar la formulación existencialista de “lo abierto del mundo

que está ahí”, tan presente en su poética. En este sentido, haciendo una comparación con el

católico que se santigua al subir al avión, nos dice: “Yo no puedo hacer eso, pero sí algo que

quizá tenga un valor existencial similar: como sé que soy mortal, me encomiendo a lo abierto.”

(2006b: 106) Esto quiere decir que la poética de los vínculos se encuentra relacionada con la

dimensión espiritual del ser humano, no así con las instituciones religiosas y los dogmas

basados en ella. La poesía, así, se acerca a la mística.

Otro de los conceptos que considera importante tanto para la poesía como para la vida, es el

de “atención”, así como la idea de conexión con todo lo viviente antes referido, planteamientos

explorados en las filosofías y religiones orientales —como el budismo Zen—, y con presencia

también en el pensamiento de las comunidades Siux de Norteamérica. A ambas culturas las

menciona en sus textos en este sentido. La atención y la contemplación son actitudes y ejercicios

que el autor considera importantes para todo poeta, así como para la vida. La idea de conexión

365
con todo lo viviente se concreta en su poética con el concepto de vinculación, y políticamente

conecta con el ecosocialismo.

Por otro lado, es preciso abordar dos conceptos más, el de milagro y el de esperanza, ambos

relacionados para el poeta. Para el autor, el milagro es aquello que se produce contra todo

pronóstico, se corresponde con la probabilidad improbable, y con ello conecta con la invitación

que nos hace el filósofo presocrático Heráclito de Efeso a esperar lo inesperado. Así pues, en

el texto “Contra la ley de los grandes números”, afirma: “A la sociología le importan las

regularidades, pero a la poesía lo que le importan son los milagros —contra la inepcia de la ley

de los grandes números.” (2006b: 155-6) La poesía, como la transformación social, precisa

tanto de atención como de esa actitud expectante que no descarta lo inesperado. Recordemos lo

que decía al principio de Poesía practicable sobre la artesanía revolucionaria: “Trabajar en un

taller abierto. A la espera de tiempos de belleza transitiva, de tiempos en que se disipe la

hipnosis de los pueblos (…)” (1990: 17) Recordemos también el título texto “Esperar lo

incalculable” de su segundo libro de reflexión, Canciones allende lo humano. Ahora pensemos

en las tres formas de esperanza que nos sugiere el poeta, que mencionamos en el epígrafe Eros/

tánatos: 1. Esperar lo inesperado; 2. Esperanza en la tenacidad de la vida; 3. Esperanza en la

fuerza y el esplendor de Eros. Concluye diciendo que “son tres formas, en realidad, de decir lo

mismo.” (2006b: 157)

En otro texto, “Soportar la tensión de lo necesario imposible”, el poeta nos llama a no dejar

de luchar por lo necesario aunque a priori nos parezca imposible. Junto con Antonio Gramsci

y Walter Benjamin, sostiene que los comunistas marxistas han de mantener una expectación

crítica ante los acontecimientos históricos, dado que pueden producirse eventos inesperados o

impredecibles que podrían desencadenar un enorme cambio en el curso de la historia en un

momento dado. Por ello, afirma que la vida verdadera es la que “se arriesga contra las

probabilidades probables.” (2006b: 214)

366
El enfoque espiritual que nos muestra la poética de Jorge Riechmann no tiene que ver con

otro mundo ni con la vida después de la muerte, nada más alejado; el pensamiento de

Riechmann es materialista e inmanentista, como hemos mostrado, y en su poética lo matizamos

como transparente. Guarda relación con el sentido existencial de la vida en el mundo, aquí y

ahora, en conexión con todos los seres vivos, prestando atención a cuanto nos rodea y sin perder

la esperanza en la fuerza de eros ni en las probabilidades improbables, con el deseo de

construcción de un hogar compartido mejor para todos y el pensamiento de que, a pesar de todo,

el mundo está abierto para practicarlo.

Poesía horizontal/ poesía vertical

Jorge Riechmann hace una distinción entre dos ejes de coordenadas en poesía: horizontal y

vertical. Esta forma de categorización poética la toma de autores como Roberto Juarroz, Joan

Brossa o Juan Ramón Jiménez, conectando también con Juan Gelman. El eje horizontal

corresponde con el plano material del mundo, con la poesía como comunicación, y

estilísticamente se caracteriza por presentar rasgos coloquiales y narrativos. En la obra de

Riechmann, podemos incluir en esta categoría toda la poesía social o política, testimonial o de

denuncia donde se evidencian estos rasgos: El día que dejé de leer el país sería el ejemplo más

extremo en este sentido. La dimensión poética vertical, en cambio, se corresponde con el

realismo de indagación, con la poesía como conocimiento, y estilísticamente presenta una

mayor densidad semántica —con abundancia de figuras retóricas— con una tendencia por ello

mismo en algunos casos al hermetismo. Dentro de esta categoría situamos la concepción poética

de los vínculos, así como la idea del realismo de indagación en lo abierto del mundo que está

ahí. Algunos ejemplos de libros donde encontramos esta dimensión poética serían Muro con

inscripciones, Ahí te quiero ver o Conversaciones entre alquimistas, entre otros, todos ellos

publicados después de El día que dejé de leer El País. Pero también aparece ese hermetismo e

367
intimidad poéticas en sus primeros libros de poemas, aunque el poeta no los escriba siendo

consciente de esta conceptualización poética posterior, desarrollada y formulada a lo largo de

su obra.

Haciendo referencia a un verso del poeta Juan Gelman, el autor afirma: “’En el envés del

mundo crece el cosmos’. Así es: la poesía no debe, no puede omitir dar testimonio de lo que

pasa en el mundo; pero jamás debe olvidar que su tarea más propia es atisbar lo que sucede en

el revés del mundo (…)” (2006b: 144)

Y unas líneas más abajo, en alusión al concepto de poesía vertical de Roberto Juarroz,

prosigue: “Podríamos llamar a estas dos dimensiones, respectivamente, poesía de testimonio y

poesía de indagación (…)” (2006b: 144)

Ambas, por supuesto, se encuentran interconectadas. En su intersección, nos dice, es donde

encontramos “el ahí de lo humano”.

El fragmento: los aforismos

Como hemos tenido ocasión de señalar, la obra de Jorge Riechmann presenta una tendencia

a la escritura fragmentaria. No obstante, muestra una actitud de distanciamiento hacia el

aforismo como género. Considera que quien lo escribe lo hace de modo que parece saber o cree

saber algo y, en cambio, la poesía se caracteriza por no saber: “Los mejores aforismos no son

tales, son poesía: Antonio Porchia o Antonio Núñez.” (2006b: 144) Para el poeta, el aforismo

guarda relación con el ingenio, mientras que la poesía lo guarda con lo verdadero. Por eso, lo

considera un arte menor.

Como ejemplo de escritura fragmentaria con fragmentos próximos al aforismo podemos

mencionar, entre otros libros, Muro con inscripciones. El mismo título señala un paralelismo

entre las inscripciones o grafitis callejeros que pueden encontrarse en los muros urbanos con el

libro de poemas. Igualmente, en Poemas lisiados podemos observar fragmentos que, desde lo

368
poético, por abordar cuestiones políticas o sociales, en ocasiones se aproximan a la consigna.

La poesía, desde el fragmento, puede mostrarse cercana tanto al aforismo como al grafiti o a la

consigna de movimientos sociales.

Poesía clara y poesía oscura: hermetismo

Uno de los poderes que tiene la poesía para nuestro autor es la capacidad de producir

extrañamiento, de situarnos en un espacio que no conocemos. La poesía, de este modo, nos abre

al conocimiento de nuevas realidades, a nuevos enfoques del mundo. Precisamente ese poder

de extrañamiento, que los formalistas rusos estudiaron como uno de los rasgos de la función

poética del lenguaje, a menudo está relacionado con la dificultad de descifrar un texto, en este

caso un poema; por tanto, exige un mayor esfuerzo por parte del lector: esto es lo que

conocemos como hermetismo. Pero al mismo tiempo y por igual motivo, genera una mayor

actividad tanto crítica como creativa en el lector que quiere encontrar sentido a un poema dado.

Por ello, ese proceso interpretación y comprensión, el proceso hermenéutico en un texto

poético, activa al lector y lo obliga a participar en la formación de sentido poniendo en

funcionamiento el espíritu crítico y la capacidad creativa. El hermetismo, al hacer co-partícipe

al lector de un modo mayor en la lectura, como profundo proceso de lecto-escritura, supone en

cierto sentido una mayor democratización del poema. El hermetismo en poesía es para el poeta

un camino para el conocimiento: “Suele llamarse poesía hermética a aquella que, por su poder

de extrañamiento, obliga al lector a enfrentarse críticamente consigo mismo (…)” (2006b:127)

El hermetismo en poesía conlleva la indagación y la búsqueda en un lenguaje que trata de

expresar lo que en ocasiones no es posible expresar de otro modo. Observamos, también aquí,

la influencia del poeta René Char.

Diferencias con la poesía de la “normalidad”

369
Jorge Riechmann, como René Char, entiende que la poesía sobre todo ha de decir la verdad.

Este es uno de los puntos donde discrepa de la tendencia iniciada en los años 80 con el nombre

de poesía de la experiencia, también conocida como poesía de la normalidad o poesía figurativa.

Por ello, se opone a concebir la poesía como una mentira o un artificio al estilo teatral, al hilo

de las palabras del poeta Luis García Montero, uno de los máximos representantes de esta

corriente, en Confesiones poéticas.

Tampoco comparte el concepto de normalidad en poesía, la idea de hacer poemas normales

para ciudadano-lectores normales. La poesía para Riechmann constituye exploración y

búsqueda, y no le preocupa que al lector pueda resultarle difícil comprender un poema, sino

expresar con él una verdad —una verdad que es ante todo personal, pero que puede tratar sobre,

y a menudo lo hace, sobre cuestiones que lo implican no sólo como individuo sino como parte

de un colectivo, en tanto ciudadano en un mundo amenazado. Como hemos explicado, al poeta

no le preocupa que un poema sea hermético. De este modo, afirma: “Normalización es siempre

empobrecimiento.” (2006b: 209) Y desde el punto de vista moral y político, considera que

vivimos una profunda crisis de civilización ocasionada por el actual modelo socioeconómico,

que no es sólo económica ni moral, sino que afecta a todo el planeta porque ha producido una

crisis ecológica que está provocando la destrucción de la biosfera. En este sentido, afirma: “No

son tiempos normales, sino tiempos excepcionales; y lo que necesitamos no es

autocomplacencia ni apología de la normalidad, sino conciencia de lo insoportable. A una

práctica cultural que no olvide esto llamadla, si queréis, compromiso.” (2006b: 79)

Jorge Riechmann es plenamente consciente del momento histórico en el que vivimos, como

ciudadano y como poeta, y no duda en tomar una posición de denuncia del actual orden de cosas

ante las graves consecuencias que está provocando el capitalismo.

Es por eso mismo que muestra su rechazo a la corriente de la poesía de la experiencia.

370
Traducción

En Resistencia de materiales continúa reflexionando sobre la traducción, como ya hizo en

Canciones allende lo humano. Jorge Riechmann comprender la experiencia de la traducción

como una experiencia de otredad, como un encuentro con lo otro, que en este caso se produce

al cruzar la frontera de una lengua a otra o al tratar de establecer la comunicación entre dos

personas que proceden de culturas distintas. La traducción, para el poeta, es uno de los

compromisos necesarios imposibles, haciendo referencia a una idea encontrada en el

psicoanálisis de Freud, la de tareas que son a la vez necesarias e imposibles (como según Freud

ocurre con el psicoanálisis). En el texto “Soportar la tensión de lo necesario imposible”, un

fragmento reelaborado de su discurso en la recepción del Premio Stendhal 2000 de traducción,

el poeta traslada esta idea a la traducción y a otros ámbitos —como la realización de la justicia—

considerando que es otra de esas tareas necesarias y en último término imposibles de realizar

del todo.

Poesía de lo concreto/ abstracción

Para el poeta, la poesía es experiencia de lo concreto, expresión sobre el mundo que vivimos,

no abstracción idealista ni racionalizante. En este sentido conecta con la idea de poesía del

María Zambrano en su obra Poesía y filosofía, en la que reflexiona en torno a la naturaleza de

ambas. También comparte con Zambrano la idea de la poesía como don, como algo que se

recibe gratuitamente, hallazgo por gracia, no como algo que se consigue con el trabajo arduo,

como ocurre con la filosofía en su camino de búsqueda de la verdad. Por ello, afirma: “Frente

a esta fuga idealista hacia lo algo y lo abstracto, la poesía moderna más viva propuso un camino

diferente: el extrañamiento en el mundo, la cercanía a las arritmias del corazón humano, la

ocupación de los espacios exiguos.” (2006b: 225)

371
Esta oposición entre lo abstracto (razón) y lo concreto (propio de la poesía) la desarrolla

mucho más en un uno de los textos de prosa poética recopilados en el libro Un zumbido cercano,

como hemos tenido ocasión de abordar.

Importancia de lo femenino

Para el poeta, siguiendo el pensamiento ecofeminista de autoras como María Míes, la

construcción de la cultura occidental se ha producido por medio de tres grandes formas de

colonización del hombre blanco: las que afectan a la mujer, a los pueblos indígenas y a la

naturaleza. Todo ello implica tres fenómenos característicos de Occidente: “el androcentrismo,

etnocentrismo y la destructividad ecológica.” (2006b: 152)

En ese sentido, en la historia de Occidente hay un denominador común entre el machismo,

el colonialismo y el ecocidio: la voluntad de poder y dominación del hombre blanco. Por ello,

no resulta extraño que el poeta considere importante la dimensión de la mujer, la dimensión de

lo femenino: “Casi todas las cosas valiosas de la vida —por no decir todas— quedan del lado

de las capacidades, intereses, características, preocupaciones de las mujeres. Quedan del lado

del mundo de las mujeres.” (2006b: 230)

372
Portada del libro El siglo de la gran prueba.

373
374
6.4. EL SIGLO DE LA GRAN PRUEBA

El libro nos emplaza, desde el título, en nuestro tiempo: que para el autor, como hemos

comprobado a partir de su reflexión poética anterior, es un tiempo tanático, que amenaza no

sólo con la destrucción de los vínculos colectivos que nos hacen más humanos, sino con la

destrucción de todo lo vivo por medio de un capitalismo que consume y contamina a marchas

forzadas la biosfera. Nos sitúa en un tiempo de transformación tecnológica que es nuestro

tiempo, en el que avanzamos hacia el modelo de hombre-máquina con el desarrollo de la

inteligencia artificial y la ingeniería genética, un tiempo de enormes cambios, de tránsito

acelerado hacia un futuro próximo que estamos configurando en estos momentos, en el que está

en juego nuestro hogar compartido (el planeta con la comunidad de seres vivos que lo

compartimos, oikos, dimensión ecológica), el modelo social de convivencia (dimensión social)

e incluso el concepto mismo de lo humano con el tránsito hacia el ser humano-máquina. El

Siglo de la Gran Prueba es el tiempo donde nos jugamos nuestro mundo, el hogar compartido,

la existencia misma del ser humano como lo conocemos; en suma, nuestro futuro.

El libro está compuesto por un total de trece textos, la mayoría de los cuales han sido

publicados con anterioridad en revistas o libros, en otras versiones, o han servido de base para

conferencias pronunciadas por el autor. Los temas abordados pasan por la poesía, la reflexión

sobre Modernidad y el posmodernismo, la necesidad de una nueva ilustración, la labor del

intelectual en la sociedad, el capitalismo y la crisis de civilización actual (no sólo económica o

social, sino sobre todo energética y ecológica) que nos sitúan en el siglo XXI: “El Siglo de la

Gran Prueba”.

Siete funciones de la poesía

En el ensayo “Por qué la poesía… con la que está cayendo?” enumera una serie de funciones

que para Jorge Riechmann realiza la poesía. El texto es una conferencia impartida dentro del

375
ciclo “Conferencias en Acción” de Ecologistas en Acción en 2012, completado con algunos

fragmentos de “Sobre poesía y ecocidio” publicados en el libro Entre la cantera y el jardín

(2010).

A lo largo del ensayo, el autor nos habla de siete funciones de la poesía, las cuales,

observamos, precisamente guardan relación con el momento histórico: Poesía para la

indagación, poesía para desalienarnos, la doble dimensión crítica y utópica de la función poética

del lenguaje, la función de proponer sentido a la existencia humana, función ecológica, función

de compensación de los deseos por medio de la creación y función de enseñar el arte de vivir.

A ello, añadimos la imaginación apocalíptica para afrontar las realidades de nuestro tiempo y

la alianza con el humanismo. A continuación veremos por qué es importante para Jorge

Riechmann la imaginación en su poética.

Poesía como conocimiento

Desde la poesía como vía de conocimiento, el autor ahonda en este sentido continuando la

reflexión que viene desarrollando en los libros anteriores. La poesía es una forma de

exploración por medio de la imaginación, lo cual permite proponer, practicar o ensayar caminos

distintos sin el riesgo de equivocarnos en la realidad. El poema, desde el territorio de la

imaginación, se convierte en territorio de ensayo, como señala en el texto “¿Por qué la poesía...

con que está cayendo?”. La poesía para Jorge Riechmann, desde su dimensión exploratoria,

propone otra forma de búsqueda de conocimiento diferente al de la ciencia, como explicamos

más abajo. Y este modo de exploración no se produce al margen del rasgo dialógico del ser

humano para el poeta. El carácter dialógico de lo humano, la conversación, se manifiesta tanto

en la filosofía como en la poesía.

La conversación, siguiendo las palabras de Hölderlin —“Desde que somos conversación y

podemos oír unos de otros…” (2013b: 101)—, es un modo de comunicación con el otro. Con

376
esta frase lo sintetiza Jorge Riechmann: “Uno escribe para tratar de entender, esto es, para

ayudarse a sí mismo. A veces, obrando así, consigue ayudar a los demás.” (2013b: 131) Resulta

significativo que su blog personal, www.tratarde.org, lleve por nombre precisamente “Tratar

de comprender, tratar de ayudar”.

Eros/ Thanatos

Para el poeta, el amor y el sentido son necesidades del ser humano en su doble dimensión de

animales sociales y lingüísticos. Buscamos amor y buscamos sentido. Por ello, nos dice el autor:

“Alrededor de esa necesidad de amor y de sentido trabajan tanto el pensamiento como la

poesía.” (2013b: 97) Y nos acompañamos los unos a los otros, precisamente, para hacer frente

a la muerte (2013b: 125).

Un año antes de publicarse El siglo de la Gran Prueba, se editó Poemas lisiados (2012),

donde nos encontramos con estos versos:

No

Ceder

Ante Tánatos

Ni un grano de maíz

Ni una gota de sangre

Ni una sílaba:

No

Ceder (2012: 89)

La insistencia en la sílaba “no”, la sílaba sin la cual no sería posible la moral, algo sobre lo

cual el autor reflexiona en sus ensayos, resulta sumamente significativa. Decir no a tánatos, no

a la muerte, no a todo aquello que opera como fuerza destructora tanto en el plano social como

377
en el plano medioambiental. No a la muerte, sí a la vida. Por el contrario, no decir no, implica

ceder espacio a tánatos.

No se trata de la primera vez que se refiere a ello, esta pulsión ero-tanática está presente a lo

largo de toda su obra desde el primero de los libros, como hemos podido comprobar. Además

de ello, la pugna entre la pulsión de vida frente al mundo tanatizado por el capitalismo

tardomoderno la encontramos en otros poemas (lo venimos mostrando), como en éste contenido

en el poemario Pablo Neruda y una familia de lobos: “No traicionar a la vida / sería el primer

mandamiento / no ceder / a la sobrepotencia de Tánatos” (2010: 96)

Contra el espíritu prometeico

Las reflexiones sobre la necesidad de autocontención y limitación de la actividad humana

no sólo se desarrollan en sus textos académicos, como investigador en el ámbito de la ecología

política, sino que esta preocupación forma parte también de los ensayos que estamos abordando,

como hemos podido comprobar hasta ahora. El siglo de la gran prueba, título del libro, hace

referencia directa precisamente a, entre otras cuestiones, el enorme desafío del ser humano en

el siglo XXI ante la crisis ecológica que amenaza el presente y futuro de la biosfera —incluidos

a nosotros como especie— y del planeta como lo conocemos. Jorge Riechmann nos habla de lo

que podemos considerar una crisis planetaria, que incluye una crisis de civilización y una crisis

ecológica. Precisamente la falta de autocontención, eso que denominamos “espíritu

prometeico” como referencia al mito de Prometeo, en la línea de autores como el pensador

francés François Flahault, produce la desmesura y ocasiona los grandes desequilibrios

planetarios: tanto ecológicos como económicos, los grandes desequilibrios de nuestro hogar

compartido. No en vano ambas palabras, ecología y economía, contienen la misma raíz (del

griego, oikos-: casa). Estamos destruyendo a un ritmo acelerado. Por ello, el autor nos dice: “El

siglo XX fue trágico. El siglo XXI lo será multiplicadamente” (2013b: 13) No obstante, Jorge

378
Riechmann aún vislumbra espacio para la esperanza, siguiendo el heraclíteo consejo de “esperar

lo inesperado” para poder hallarlo el autor no se da por vencido: “Pero si la humanidad supera

el tiempo terrible que tenemos por delante, la Gran Prueba en la que estamos, podemos estar

razonablemente seguros de que habrá alguna clase de socialismo en el siglo XXII.” (2013b: 14)

Todo ello lo dice en el primero de los textos del libro, titulado “¿Socialismo en el siglo XXII?”.

El enorme desafío se está produciendo justo ahora: para el autor se trata del gran problema de

nuestro tiempo.

Por eso, frente a Prometeo, el poeta propone que los héroes culturales de lo humano sean

otros: Sísifo y el barón de Münchhausen:

No me cansaré de repetirlo: nuestros héroes culturales deberían ser Sísifo —el que no deja de

empujar su peñasco montaña arriba, pese a que rueda cuesta abajo una y otra vez— y el barón de

Münchhausen —el que trata de sacarse a sí mismo del pantano tirando de su propia coleta—. (2013b:

83)

Lo dice en el fragmento 35 del texto “No ceder ante los desastres. 35 anotaciones sobre la

posmodernidad”. Podemos comprobar de nuevo el espíritu esperanzador del poeta frente a la

visión negativa que arroja la observación de la realidad, en la línea del pensamiento gramsciano,

que propone el optimismo de la voluntad en oposición al pesimismo de la realidad, uno de los

rasgos que también abordamos en el capítulo dedicado a la Ética, Estética y Poética de Jorge

Riechmann, concretamente en el apartado “Poesía del desconsuelo activo”. Son los modelos

culturales que ayudarían a construir lo humano, a llegar a ser humanos a juicio de Jorge

Riechmann; aunque tal vez no estemos interesados en ello. Por otro lado, nos dice: “Después

de la modernidad dogmática vendría la modernidad reflexiva, autolimitada, más cerca de la

sabiduría socrática que de la pulsión prometeica…” (2013b: 56) La solución a la desmesura del

ser humano en la Modernidad pasa por una autocrítica, por una ilustración de la ilustración,

antes que por una huida hacia adelante desde el nihilismo posmoderno. Esta cuestión, sobre la

que viene reflexionando en libros anteriores, la retomaremos en otro apartado.

379
Esta tendencia a la desmesura del ser humano, que ha alcanzado cotas tan altas con la

industrialización de la época moderna, también es achacable a la tradición revolucionaria en la

búsqueda del mundo socialista, en la construcción del “hombre nuevo” como un Prometeo

moderno, motivo por el cual Jorge Riechmann defiende, influido por los pensadores marxistas

Francisco Fernández Buey y Manuel Sacristán, un marxismo no dogmático, despojado de los

mitos del paraíso final, más cercano a una visión trágica de la vida. Nos habla, haciendo

referencia a Sacristán, de un marxismo próximo a una de las sentencias de Delfos: “De nada en

demasía”: “un marxismo descreído de autoritarismos históricos, libre de teología

revolucionaria, y muy cercano a esa concepción trágica de la vida que el anarquista Rexroth

considera veraz” (2013b: 106)

Por lo tanto, la desmesura, el exceso, los enormes desequilibrios, eso que los griegos en la

Antigüedad denominaron hibris, se encuentra en la raíz de los problemas que afrontamos los

seres humanos en este tiempo, un tiempo que por ello para Jorge Riechmann constituye el Siglo

de la Gran Prueba.

Poesía como resistencia: vinculación

La poesía como resistencia, lo hemos dicho, es ante todo una poética de los vínculos, o sea,

una poesía que lucha contra la destrucción de los vínculos que conforman la vida, que trata de

protegerlos. No sólo eso, el autor desarrolla una ética poética que tiene que ver con una estética

de la vida, o lo que sería lo mismo, una estética de la vida que consiste por ello en una poética

de los vínculos. Por ello, las cuestiones estéticas, para el autor, tienen que ver con las preguntas

vitales. La estética, para el autor, sólo tiene sentido en su conexión con la vida. Ética y estética

están conectadas; en el caso del poeta, con la poética de los vínculos, contenida en las tres

sílabas de que nos habla en Bailar sobre una baldos y en Ahí es nada (ahí, no, entre), a partir

de las cuales podemos desplegar su poética al completo. El reflejo de todo ello lo encontramos

380
en su poesía, como observamos por ejemplo en los siguientes versos de Pablo Neruda y una

familia de lobos:

No traicionar a la vida

sería el primer mandamiento

no ceder

a la sobrepotencia de Tánatos

Y las cuestiones estéticas

sólo tendrían sentido

como preguntas vitales (2010: 96)

Pero no sólo, el autor también nos plantea una estética de la vida. Indagación y resistencia

están conectadas en el pulso poético del autor, de modo que una poesía en resistencia es también

aquella capaz de explorar los vínculos amenazados con la destrucción en el plano social. La

poesía nos ofrece el poder de indagar la realidad, explorar en ella los vínculos de la vida, los

lazos que nos construyen, los hilos no visibles que nos conectan con el mundo y con todos los

seres vivos. Por ello la consigna “Resistir. Existir. Revelar. Resistir” (2007: 33), que

encontramos en Conversaciones entre alquimistas, y en sus libros de reflexión, se repite a lo

largo de su obra. En esa consigna, además, observamos el pulso existencialista. Resistencia y

revelación, conciencia crítica y contemplación, resistencia y vínculo, dos movimientos

relacionados en su poética, emparejados.

La naturaleza, hogar de todos amenazado, es para el autor el espacio de los vínculos, los

vínculos sagrados que constituyen todo lo vivo, como Desandar lo andado. En Pablo Neruda

y una familia de lobos, lo sintetiza de este modo: “Naturaleza / lugar del vínculo // Poesía / arte

del vínculo” (2010: 63) La poesía, pues, nos ofrece el poder de la vinculación. Por eso mismo,

precisamente, en el contexto actual de destrucción social y medioambiental, la poesía contiene

381
un poderoso don: nos regala la posibilidad de la exploración. Con ella podemos explorar los

vínculos complejos, con ella exploramos los sentidos de la vida, podemos explorar el sentido

en una época en que el vacío del sentido lo llenamos con consumo, con objetos, como veremos

en el epígrafe “Body Factory / Mind Factory. Anticapitalismo y consumismo”.

Figuras poéticas como la metáfora o la metonimia, de este modo, constituyen procedimientos

para la conexión de los vínculos, procedimientos de vinculación, como nos dice en Bailar sobre

una baldosa. Continuando con la reflexión, en el Siglo de la Gran Prueba lo desarrolla con

estas reveladoras palabras: “Nuevas metáforas —nuevos vínculos entre las cosas: eso es lo que

aporta el poeta.” (2013b: 97)

Los vínculos sociales, los vínculos personales, los vínculos medioambientales, los vínculos

comunitarios, en suma, constituyen para el autor el verdadero refugio ante la muerte: “(…) lo

único que constituye refugios reales son los vínculos comunitarios y amorosos entre los seres

humanos. ¿Cómo olvidarlo? (…) Acompañar, acompañarnos, acompañarte: para hacer frente

al poder de la muerte.” (2013b: 124-5)

Poética y política de los vínculos: no son compartimentos separados. Lo hemos dicho: en los

vínculos hallamos el poder de Eros.

Realismo de indagación

De nuevo indagación poética y dimensión social se plantean como combinación de una

poesía capaz de aunar por una parte el uso del lenguaje en su función exploratoria y por otra el

compromiso. La conexión de postulados estéticos de autores tan distintos como lo son Bertolt

Brecht y Juan Ramón Jiménez, que el poeta ha hecho en Una morada en el aire, concibiendo

el lenguaje poético en su doble dimensión crítica e indagatoria, se reafirma en este libro de un

modo significativo. Jorge Riechmann es plenamente consciente de los caminos que está

explorando con su poesía y lo afirma con claridad en sus reflexiones. No está dispuesto a

382
renunciar al potencial exploratorio que ofrece el lenguaje poético, el cual conduce llevado a sus

extremos a las tradiciones del simbolismo y la mística, por un lado, y a las Vanguardias

Históricas, por otro; entre las que por tanto nos encontramos con Juan Ramón Jiménez y Bertolt

Brecht entre otros, respectivamente; y no está dispuesto a renunciar a la función crítica del

lenguaje poético. Nos señala como ejemplo la obra de John Berger, donde exploración y

preocupación social se combinan perfectamente. El poeta tiene claro su propósito: “Yo estoy

tratando de poner estas cosas en práctica en libros como Ahí te quiero ver, Poesía desabrigada

y Conversaciones entre alquimistas” (2013b:72).

Para el Jorge Riechmann, por tanto, estos estilos y tradiciones no son incompatibles, por

paradójico que nos pudiese parecer a priori; por el contrario, nos brindan recursos que el autor

no está dispuesto a desdeñar en su propósito de hacer una poesía practicable en contacto con su

tiempo, una poesía que trata de explorar caminos que nos conduzcan a un mundo habitado y

habitable por toda la comunidad de seres vivos que poblamos el planeta.

A continuación, veamos una muestra de ello con este hermoso texto de prosa poética

procedente del libro Conversaciones entre alquimistas:

CONVERSACIÓN

Cuanto más espantoso se vuelve el mundo, más

abstracto se torna el arte.

Paul Klee

Ninguna palabra puede decir la realidad. (La realidad plena, múltiple, inabarcable, extasiada.)

Pero hay palabras que se construyen a partir de la omisión de la realidad, cuando no de su

negación colérica; y otras que florecen junto a sus costados, como una planta protegida por una

tapia.

II

Conozco la voluptuosidad de esconderme y la de decir la verdad.

383
III

Estamos siempre tan cerca de lo esencial, tan próximos… Hacen falta muy pocas palabras

para decirlo, apenas unos trazos para dibujarlo. Cuando se da cuenta de esto, el hombre de la

frontera —que es en resumidas cuentas un ser trágico— se transforma en un ser colmado: lo que

podríamos llamar el hombre de la inminencia.

Un escabel podría ruborizarse y bailar.

IV

No hay posibilidad de redención —mal que les pese a los ingenieros, con su sueño de

hombres con branquias y corazones y escamas de plomo—, pero siempre es posible el canto.

Un asilo para máquinas en desuso —¿por qué no? Un parlamento para los habitantes de la

charca. Un oasis para los significantes sin referencia. Y una suntuosa zapatería-chocolatería para

los espíritus de quienes murieron de hambre. (2007: 26-7)

Si existe algún tipo de trascendencia, para Riechmann es algo que sucede en este momento,

algo vinculado a lo vivo, algo que, por ello, es más inminencia que trascendencia, ya que en

todo caso lo que se trasciende es la percepción superficial de las cosas para entrar en contacto

y tomar conciencia de lo que nos rodea, de los vínculos que forman lo vivo, en una

comunicación que los místicos podrían llamar extática, el budismo relaciona con la meditación

y Jorge Riechmann relaciona con el estar ahí —concepto de existencia— de procedencia

heideggeriana.

Nuevo humanismo ecológico

Al comienzo de este apartado nos referimos a las siete funciones que para Jorge Riechmann

puede cumplir la poesía, recogidas en el texto titulado “¿Por qué la poesía… con la que está

384
cayendo?” Una de ellas es la de ayudarnos a caminar ligeramente sobre la Tierra. El cultivo de

las artes, propone el autor, supone practicar actividades de bajo gasto energético que

contribuyen a la autolimitación. El horizonte, desde una conciencia ecológica, es lograr un

mundo habitable y habitado por todos los seres vivos que lo poblamos.

La salida a la crisis ecológica provocada por el capitalismo, nos dice el autor en el ensayo

“El coche atropelló al gatito, el autobús esquivó a la tortuga”, es acabar con el crecimiento;

precisamente todo lo contrario a la salida económica del capitalismo, que consiste en aumentar

el crecimiento. El modelo económico, por lo tanto, es incompatible con el equilibrio ecológico

del planeta. El capitalismo ha provocado una crisis de dimensión planetaria, en la que nos

encontramos inmersos junto con el resto de seres vivos que pueblan la Tierra, que amenaza con

destruir la biosfera. También nos advierte de las guerras del futuro en el siglo XXI, de las que

habla el sociólogo Harald Welzer en el libro titulado Guerras climáticas.

El nuevo humanismo ecológico aspira a un mundo que no funcione desde la lógica

económica devastadora del capitalismo, del neoliberalismo que está fagocitando el hogar que

compartimos, el planeta Tierra y la biosfera. “«Vive como si los recursos naturales fuesen

infinitos y como si no hubiera un mañana» es la oferta del sistema productivista-consumista:

negación de la realidad más nihilismo” (2013b: 140) Sólo asumiendo la realidad y afrontándola

con conciencia, será posible salir de la crisis planetaria y alcanzar un mayor equilibrio

ecológico.

In media res

La idea de que somos seres que vivimos “entre” otros, in media res, también está presente

en El siglo de la gran prueba. Siguiendo al filósofo Marco Aurelio, en línea con la poética de

los vínculos, Jorge Riechmann nos recuerda que todos los seres estamos conectados, que todo

385
está conectado. Sobre ello reflexiona en el texto “Los tullidos de la interrogación (Sobre

filosofía y poesía: merodeos)”. Nos habla del ser humano como ser que habita el espacio del

entre, lo que nos lleva a la poética y la política de los vínculos.

No en vano, la palabra “entreser” da título al segundo volumen que reúne su poesía.

Body factory / mind factory, anticapitalismo y consumismo

Una de las funciones de la poesía para el autor, según expone en el texto “¿Por qué la

poesía… con la que está cayendo?”, como en todo arte, es la de ofrecer propuestas de sentido a

la existencia. Para Jorge Riechamnn, el consumismo ha pasado a ocupar un vacío de sentido en

el ser humano actual. Por ello, nos dice haciendo referencia a Nietzsche: “El enorme vacío de

sentido que causó la «muerte de Dios» trataron de suplirlo las ideologías políticas totalizantes

de las que hoy desconfiamos con razón (...) El consumismo como sucedáneo del sentido de la

vida.” (2013b: 29)

Por otro lado, tanto la cultura como la poesía y el arte en general son para el autor

instrumentos con el potencial de cuestionar la sociedad del espectáculo, instrumentos que

también juegan en el campo de la imaginación: “quienes dominan el mundo nos tienen

agarrados por los cojones de la imaginación” (2013b: 45) Por ello, propone que el poeta y el

intelectual, en su capacidad para plantear discursos de redefinición de la realidad alternativos a

los del poder, elaboren políticas de emancipación del deseo, de la subjetividad construida por

los discursos del poder en la sociedad del espectáculo, del consumismo; no sólo de liberación

social. En la sociedad de consumo, la imaginación y el deseo se han convertido en el campo

donde se libran las batallas para la venta de objetos, de productos y servicios; la mente, en suma,

también se fabrica. Alimentar los deseos frustrados y ofrecer entretenimiento forman parte de

las dinámicas del capitalismo.

386
El autor encuentra la definición de las sociedades modernas en dos palabras escritas en un

sobrecito de azúcar Nescafé: Happiness/Trendiness. Sobre ello, afirma: “Vivir satisfecho, y

estar a la última, son los valores que dan forma a esta envilecida clase de ser humano.” (2013b:

112)

Frente a la cultura del entretenimiento y el espectáculo, la poética de Jorge Riechmann

propone la indagación existencial y la reflexión, la contemplación, la práctica de la atención al

momento presente (con influencia budista), y el pensamiento crítico con voluntad de

transformación.

Por una parte, la exploración existencial; por otra, la voluntad de transformación social. Son

dos impulsos que ponen en movimiento su poesía.

La esperanza (con Juan Gelman)

De nuevo vuelve a reflexionar en torno a la esperanza, como lo hizo en Resistencia de

materiales (texto “Contra la ley de los grandes números”) y en Canciones allende lo humano

(ensayo “Esperar lo incalculable”) al plantear una serie de notas sobre el principio de esperanza.

La reflexión sobre todo ello constituye un hilo de pensamiento que conecta con Poesía

practicable, y como hemos comprobado, con el filósofo presocrático Heráclito de Éfeso y su

famosa frase “Hay que esperar lo inesperado pues de otro modo no se hallará”. También, con

el pensamiento de Gramsci y su “pesimismo de la inteligencia y optimismo de la voluntad”,

como abordamos en el capítulo dedicado a los rasgos de la Poética de Jorge Riechmann,

concretamente al referirnos al “pesimismo activo”.

En El Siglo de la Gran Prueba continúa reflexionando sobre ello y lo hace tomando como

referencia planteamientos del poeta Juan Gelman. En el texto titulado “Juan Gelman y el destino

de nuestra esperanza” ofrece seis formas de esperanza ante la barbarie de nuestro tiempo.

Continuando también con la idea de que aún no hemos salido de Auschwitz, que continúan

387
existiendo matanzas y genocidios en algún rincón del mundo aunque no sea con hornos

crematorios, que seguimos destruyendo a la población, que seguimos en una noche oscura: “En

efecto: Auschwitz es un mundo donde la gente muere de hambre al tiempo que los graneros

están repletos.” (2013b: 16)

Jorge Riechmann propone acometer esta noche oscura con esperanza pero sin autoengaño,

parafraseando y dándole una vuelta al título del libro Sin esperanza, con convencimiento, del

poeta Ángel González. Tomando como referencia la obra de Juan Gelman, enumera una serie

de razones a partir de poemas y reflexiones del poeta argentino. El autor ofrece seis razones

gelmanianas por las que es posible resistir a la barbarie, que son al mismo tiempo seis formas

de esperanza, a las que añade una séptima. Éstas son: esperanza en un núcleo creador del ser

humano como punto de resistencia, esperanza en los pueblos que conservan su memoria

histórica, esperanza en el proceso de civilización como proceso acumulativo difícil de destruir,

esperanza en “la palabra viva” (2013: 10) frente al poder, esperanza en los ejemplos de bondad,

verdad y nobleza, y esperanza en el otro, en los vínculos eróticos que nos unen a unos con otros.

Finamente, en séptimo lugar, la esperanza que comienza por el “no”, esa partícula de la que en

buena medida nace la ética cuando hemos de tomar una decisión (sobre ello hemos hablado al

referirnos a la ética y poética del no), “esperanza contrafáctica” la llama por ello Jorge

Riechmann.

Acompañado así por el pensamiento del poeta argentino Juan Gelman, Jorge Riechmann va

nutriendo el propio, una vez más mostrando el carácter dialógico y polifónico que conforma su

poética.

Ecofeminismo

En El Siglo de la Gran Prueba Jorge Riechmann nos propone cuidar unos de otros, algo que

pasa por el ecosocialismo y el ecofeminismo. Después de que Nietzsche proclamara la “muerte

388
de Dios”, el sentido de la existencia humana, reflexiona el poeta, ya no pasa por la búsqueda de

un absoluto metafísico. Como huérfanos de sentido, hemos de buscarlo; el consumismo está

ocupando en estos momentos ese espacio, comentábamos al hablar de “Body factory/ mind

Factory”. Para Riechmann, tanto el ecosocialismo como el ecofeminismo suponen salidas

posibles: “podemos concluir también que, dado que somos huérfanos, deberíamos cuidar unos

de otros… Esta última opción es la del ecosocialismo y el ecofeminismo.” (2013b: 29)

Estas reflexiones acerca de las relaciones sociales y las relaciones entre los seres humanos y

la Naturaleza, sobre todo de carácter filosófico y moral, las continúa más sistemáticamente en

otros libros. Uno de los últimos publicados, formula precisamente la cuestión en el propio título:

¿Vivir como buenos huérfanos? Ensayos sobre el sentido de la vida en el Siglo de la Gran

Prueba? Se trata del tercer volumen de un conjunto denominado Trilogía de la

autoconstrucción. En él, nos plantea el problema con las siguientes palabras: “¿Solamente

podemos pensarnos —de forma más bien narcisista y megalómana— como Hijos de Dios que

aspiran al trono del Padre? Tras la “muerte de Dios”, ¿no seríamos capaces de vivir como

buenos huérfanos, huérfanos modestos y compasivos?” (2017: 12) Vivir como buenos

huérfanos significa renunciar a los absolutos religiosos —sin desdeñar las aportaciones de

carácter humanístico o espiritual que las religiones tradicionales han hecho al ser humano—,

incluida como decíamos el consumismo propio de la religión capitalista.

En relación con lo anterior, la crítica al androcentrismo también está presente en la obra, uno

de los elementos que conforman la crítica a la ilustración, la propuesta de una “ilustración de la

ilustración”, que veremos con más detalle en las próximas páginas. Por ello, afirma que un

posible punto de partida sería: “Una ilustración donde se corrigiera la locura del sujeto

autónomo concebido como varón libre de todas las vinculaciones (..)” (2013b: 56)

Poesía y filosofía

389
Ya hemos tenido ocasión de mostrar la influencia filosófica en el pensamiento de Jorge

Riechmann y su consecuente traslación a su poética. Poesía y filosofía son, para el poeta, dos

ámbitos relacionados, dos modos de conocimiento al fin y al cabo. En ambos casos, aspira a

una forma particular de concebir tanto la poesía como la filosofía: la praxis. No es casual que

su primer libro de reflexión poética se titulara Poesía practicable. Y como hemos mencionado,

siguiendo la tesis 11 sobre Feuerbach, también concibe la filosofía como algo que ha de servir

no sólo para explicar el mundo sino para transformarlo: poesía de la praxis y filosofía de la

praxis. Aquí, de hecho, observamos la clara influencia del surrealismo, si recordamos las

palabras de André Breton en su “Discurso al congreso de escritores por la defensa de la cultura”

de 1935: “Transformer le monde, a dit Marx. Changer la vie, a dit Rimbaud. Ces deux mots

d’ordre pour nous n’en font qu’un.”

Rimbaud, con la poesía para cambiar la vida; Marx, con la filosofía para cambiar el mundo;

conectados con los planteamientos políticos del surrealismo de Breton. En el texto “Los tullidos

de la interrogación (sobre filosofía y poesía: merodeos)” reflexiona acerca de las conexiones

entre filosofía y poesía. La filosofía nutre la poética de Jorge Riechmann de un modo profundo

e inexorable. Por eso, dice:

“Filosofía y poesía: distintas, pero no distantes. (…)

La poesía moderna con su aspiración a changer la vie/ la filosofía de la praxis que aspira a

transformar el mundo (Karl Marx)/ la filosofía sapiencial que no renuncia a alterar al sujeto:

distintas, pero no distantes.” (2013b: 94)

La nómina de filósofos y poetas que forman parte del desarrollo del pensamiento poético a

lo largo de sus libros de reflexión, las citas en sus obras, las referencias en sus poemas, es amplia

y diversa. A Dante, Shelley, Whitman, Rilke, Brecht y Juan Ramón, entre otros, los considera

poetas con pensamiento profundo. No en vano, afirma: “nadie puede ser un gran poeta si no es

al mismo tiempo un filósofo profundo.” (2013b: 94)

390
Para el autor, tanto la búsqueda de sentido como la necesidad de amor forman parte de los

anhelos humanos; a esas necesidades tratan de responder, cada una a su manera, tanto la poesía

como la filosofía.

El pensamiento alimenta la poesía, pero ha de estar alejado de todo dogmatismo, de lo

contrario impide la libertad propia de la creación, de todo arte. Por eso mismo, Jorge Riechmann

distingue entre pensamiento crítico (abierto), donde incluye los marxismos, e ideologías

cerradas que constriñen la poesía, como el estalinismo. En este sentido muestra su rechazo a la

búsqueda de absolutos, de certezas absolutas, que conducen al dogmatismo. Y estos

pensamientos se trasladan a los poemas, como podemos observar en uno incluido en el

poemario Himnos craquelados, con el significativo título “Pero la búsqueda del absoluto es

parte del problema, no de la solución”:

Hacernos las preguntas radicales

esquivar las respuestas perentorias

recoger las miguitas

de la vida

Recibes luz,

germina la fractura,

devuelves luz

Vaso vacío

en espejo vacío.

Todo florece (2015: 167)

391
La respuesta al absoluto, a la búsqueda de certezas cerradas, nos la ofrece en forma de haiku

con clara alusión a la espiritualidad y al pensamiento orientales. Percibir el momento, la vida

que nos rodea a cada instante, como modo de estar atentos a lo abierto del mundo que está ahí,

se convierte así en una forma de contestar a la búsqueda de absolutos. El autor es consciente de

que tanto la religión como las ideologías pueden conducir al dogmatismo. Volvamos a los

fragmentos del citado poema. El cinco y el seis, los dos con que concluye, conectan con el

budismo. Para el autor, el budismo ofrece una posible respuesta. En El Siglo de la Gran Prueba,

hace referencia al budismo en este sentido:

La caída en el tiempo, se titulaba uno de los libros de Cioran. El budismo es una respuesta

organizada a esta caída en el tiempo —quizá la más seria que ha ensayado nunca la humanidad.

(La otra que más me importa: la visión trágica de la vida humana entre los griegos antiguos.)

(2013b: 153)

No nos cabe duda de que la poesía es una forma de expresión del pensamiento, si bien distinta

a la razón filosófica. Zambrano desarrolla las diferencias en su obra Filosofía y poesía.

El autor considera que ambas comparten una misma raíz: el asombro. Ante él, la filosofía

busca respuestas; la poesía, en cambio, deja las preguntas abiertas o, siguiendo la poética de

Jorge Riechmann, mantiene constante su orientación hacia lo abierto. Y nos dice: “Ambos son,

en cierto sentido, los tullidos de la interrogación. Con una minusvalía —al menos— del noventa

por ciento.” (2013b: 101)

Sin duda, la imagen conecta con la idea del ser humano como ser conectado con otros, como

ser interdependiente. “Todos somos minusválidos” (2006b: 67) es uno de los planteamientos

que encontramos en Resistencia de materiales. En el poemario Poemas lisiados, Jorge

Riechmann escribe:

“Celebramos

los fértiles muñones del Gran Tullido

(…)

celebramos ese poder radiante

392
le lo minusválido

(2012: 12)

Pese a todo, pese a que estamos rotos y atravesados por catástrofes, y precisamente porque

somos seres sociales necesitados de amor y de sentido, poseemos el potencial fértil de lo

fragmentario, de la interdependencia, somos en suma los tullidos de la interrogación. La poesía,

en el Siglo de la Gran Prueba, produce poemas lisiados, que tratan sobre nosotros, seres lisiados,

traspasados además por el horror que promovemos.

Lenguaje y poder

En este libro el poeta continúa la reflexión sobre el potencial transformador del lenguaje

poético. Nos habla de una doble dimensión —crítica y utópica— de la función poética del

lenguaje. Como ya comentó en Resistencia de materiales, en el ensayo “Comprometerse y no

aceptar compromisos”, la poesía o, más concretamente, la función poética del lenguaje,

contiene un poder cuestionador, subversivo: hace posible aproximar lo lejano, establecer

vínculos entre las cosas o alterar, en suma, el orden establecido. A ello se refiere con la

dimensión crítica de la función poética del lenguaje. La dimensión utópica deriva, para el autor,

de la vinculación que produce el lenguaje poético, mediante procedimientos como la metáfora,

la metonimia y los distintos recursos del lenguaje. Esa vinculación, nos dice, “remite, de alguna

forma, a un profundo anhelo de comunidad.” (2013b: 28)

Psicoanálisis

Para Jorge Riechmann, la poesía y la creación humana constituyen procedimientos por los

cuales sublimamos instintos y deseos frustrados o que no podemos satisfacer. En el punto “7.

Compensaciones” del ensayo “¿Por qué la poesía… con la que está cayendo?” nos remite al

padre del psicoanálisis, Sigmund Freud. El autor desarrolla la reflexión en torno al deseo

también desde un punto de vista político y social. Por medio de la emoción y los deseos, nos

393
mueven a comprar todo tipo de objetos que no necesitamos en lo que conocemos como sociedad

de consumo. Por eso el poeta dice lo siguiente: “nos tienen cogidos por los cojones de la

imaginación.” (2013b: 48) Por lo tanto la subjetividad se ha convertido en un campo de batalla,

el campo en el que se libra la dominación cultural, en el que se encarnan los valores que

conforman el comportamiento humano en nuestras sociedades, especialmente en estos

momentos del desarrollo de los medios de comunicación de masas y de la sociedad de consumo:

“no queda otro remedio que plantar, junto c las tradiciones políticas para la liberación social,

políticas para la emancipación del deseo, propuestas para la liberación de esa subjetividad que

imagina (…)” (2013b: 48)

El trabajo de los intelectuales y los poetas, entre otras cosas, consiste para el autor en

participar en la redefinición de la realidad, más allá de los discursos con los que el poder —

económico, político, etc.— nos construye y nos domina. Ello sucede no sólo en territorio de la

razón, sino ahora especialmente en el campo de la subjetividad, de la imaginación, del deseo…

El intelectual

El autor considera, siguiendo a Chomsky, que una de las funciones del intelectual es antes

que nada decir la verdad. No solo eso es importante, también lo son las palabras con las que

nombramos las cosas, como señalamos en el apartado sobre “lenguaje y poder”. Nos situamos,

entonces, en el territorio del sentido y en este punto el poeta se refiere a Confucio como ejemplo,

quien en la antigua China trataba de garantizar, como consejero del emperador, respetar el

sentido de las palabras, para hacer posible el Gobierno justo.

Por otro lado, critica a los que considera “intelectuales de suplemento cultural”: “Hay que

optar. Saber a qué señores sirve uno: o si lucha contra el poder de los señores.” (2013b: 40) La

dominación se produce desde el plano cultural, el plano de los discursos, de la palabra. Los

trabajadores del arte y la cultura participan en las relaciones de dominación por medio de su

394
trabajo, cuando contribuyen a definir o redefinir con los discursos la realidad en la que se

producen y reproducen las relaciones de dominación.

Ilustración de la Ilustración

“Nada de posmoderno: si acaso, requeteilustrado.” (2013b: 55) El poeta se considera

partidario de la Ilustración, de una un concepto de la Ilustración revisado para tratar de superar

los errores cometidos por los excesos de la razón Moderna, que han conducido a grandes

desastres desde el espíritu prometeico del ser humano. La falta de límites, la falta de

autocontención, la desmesura y el dogmatismo son rasgos que han caracterizado el

comportamiento humano en Occidente en la Modernidad y han alcanzado su máxima expresión

en el momento presente. Por todo ello, propone una Ilustración de la Ilustración, por medio de

la razón reflexiva, no dogmática, una operación que conduciría a aceptar los límites del planeta,

los límites del ser humano, los límites sociales, los límites de la propia razón, en contraposición

con el espíritu prometeico que ha guiado en todo momento el sueño de la Ilustración, el

desarrollo tecno-científico Moderno, la idea de progreso: “Podemos seguir siendo humanistas,

ilustrados y marxistas, pero sólo con minúsculas. Sin volver nunca a escribir «Razón»,

«Humanidad» o «Proletariado»: sin regresar nunca al delirio megalómano de las mayúsculas.”

(2013b: 56)

Lejos de renunciar a la Ilustración como proyecto, es partidario de la razón como instrumento

esencial del desarrollo de lo humano, especialmente en el momento actual, cuando nos

encontramos que los medios de comunicación y las redes sociales apelan constantemente a la

emoción, a lo irracional, alimentando la falta de reflexión reposada en nuestras sociedades, sin

la cual no es posible la toma de decisiones responsable por parte de los ciudadanos. Ahora bien,

los excesos y errores que hemos cometido en Era de la Razón, no pueden pasar por alto. La

Ilustración de la Ilustración conlleva una crítica hacia el androcentrismo que ha dominado

395
Occidente, que el autor expresa de este modo: “Una Ilustración donde se corrigiera la locura

del sujeto autónomo concebido como varón libre de todas las vinculaciones, y la locura biocida

del dominio destructor de la naturaleza no sería más que el punto de partida para empezar.”

(2013b: 56)

La Era de la Razón, nacida del sueño de la Ilustración sobre el cual ya Francisco de Goya

nos advertía en uno de sus conocidos grabados (“El sueño de la razón produce monstruos”),

para el poeta ha de dar paso a la Era de la finitud, siguiendo al filósofo Odo Marquard.

Aceptar la finitud, aceptar nuestros límites, el mayor de ellos nada menos la propia vida, que

acaba en muerte, es parte fundamental de la construcción de lo humano en el horizonte de

nuestro siglo. El poeta lo expresa con estas palabras: “Aceptar que el ser humano está siempre

irreparablemente lisiado, antes que extraviarse en las engañosas promesas de prótesis perfectas

(…)” (2013b: 67) Otro de sus libros contiene en el propio título esa palabra con tanto

significado. El poema, como nosotros, también está lisiado. Para expresar la finitud, el horror,

los desastres que nos atraviesan y que conforman el mundo contemporáneo, el poema acaba

partiendo de lo lisiado, como bien expresa desde con Poemas lisiados.

Crítica a la posmodernidad

Para el autor la posmodernidad se acaba traduciendo en una renuncia a las utopías, en una

asunción de la derrota incluso antes de luchar por un proyecto de transformación encaminado

a la mejora de la sociedad. Por ello, no comparte en absoluto esta visión, la considera como

parte de la ideología del capitalismo, en la que el resultado final posible para las sociedades

humanas conduce siempre a lo mismo: el mercado capitalista.

“Si moderno era el proyecto de transformación racional del mundo, cuya

desmesura —hybris— hoy no podemos dejar de percibir, sigue habiendo un

abismo entre quienes queremos resistir contra la destrucción del mundo y esa

396
pastosa posmodernidad que, bajo la consigna de ‘adiós a las utopías’, abandona

toda voluntad de resistencia, y con ello dimite de lo humano.” (2013b: 64)

La desmesura de la razón, del proyecto moderno, ha conducido al dogmatismo y ha

producido grandes desastres desde el ámbito del desarrollo tecno-científico, como la constante

destrucción del planeta o el desarrollo de armamento de destrucción masiva, lo cual no sólo

pone en peligro el futuro de la vida de la especie humana, sino de una buena parte de los seres

vivos que pueblan La Tierra. No obstante, esta otra perspectiva posmoderna no propone una

alternativa para la vida en el planeta y para la construcción de sociedades mejores, capaces de

superar los males que producen estos grandes desequilibrios de toda índole (social,

medioambiental, económico, político...). Lejos de ello, el posmodernismo propone una

aceptación del desorden presente, de la hybris social, de la crisis permanente que produce el

capitalismo para los modos de vida de las sociedades y para todo el planeta.

Por eso mismo defiende la concepción moderna de la cultura, en oposición a la

mercantilización de la vida en el planeta: “la concepción moderna de la cultura como una de las

principales líneas de defensa contra la mercantilzación de todo lo humano (…)” (2013b: 66)

Ante los anhelos de transhumanización posmoderna —como continuación del espíritu

prometeico— que persigue prolongar los límites de la vida por medio de la tecno-ciencia, el

poeta propone algo mucho más humilde y tal vez más complejo, algo todavía no conseguido,

algo en construcción: llegar a ser humanos. No son válidas las huidas hacia adelante, la opción

no es salvarnos por medio de la máquina al mismo tiempo que destrozamos el planeta, nuestro

hogar compartido, a marchas forzadas; la opción no puede ser formar una colonia de personas

privilegiadas que habiten Marte u otro planeta para cuando no podamos habitar La Tierra. Gente

que no quiere viajar a Marte (ensayos sobre ecología, ética y autolimitación) es el título de

uno de sus libros de ensayo ecológico. La opción es conservar nuestro hogar compartido, el

paraíso vivo que constituye nuestro planeta. La opción es acabar con los enormes

397
desequilibrios, con el enorme desorden producido por el capitalismo en su fase actual avanzada,

que está provocando caos social, pobreza, contaminación, pérdida de biodiversidad,

agotamiento acelerado de los recursos: tánatos. La opción es la transformación del

comportamiento humano, ética y moralmente, espiritualmente, una toma de conciencia, para

llegar a ser más sabios, para llegar a ser humanos. Este es uno de los desafíos que afrontamos

en lo que Jorge Riechmann ha denominado “El Siglo de la Gran Prueba”. Por ello hay que

fortalecer el pensamiento, la reflexión, la razón, ante los peligrosos impulsos irracionalistas que

provocan destrucción y caos; es preciso, a la luz de la autocrítica del proyecto ilustrado

moderno, fortalecer y mejorar esa facultad avanzada y tan débil al mismo tiempo, que es

precisamente la que nos ha convertido en homo sapiens sapiens, o sea, en animales capaces de

volver sobre lo pensado, capaces de re-flexión: en seres que saben que saben. Sin esta facultad,

no es posible la conciencia.

Influencia filosófica

Los filósofos que han influido en el pensamiento y las reflexiones de Jorge Riechmann son

numerosos, sus libros están plagados de citas, referencias y comentarios que dialogan al tiempo

que van tejiendo sus ensayos en un continuo ejercicio de intertextualidad. Sobre las posibles

lecturas poco profundas del pensamiento de Nietchzsche, algo que para Riechmann conduce a

un nihilismo muy propio del capitalismo actual, reflexiona en el texto “Siete notas sobre

Nietzsche”:

Pero a la hora de buscar pensamiento nutritivo… no seamos nietzscheanos. Seamos epicúreos, o

espinosianos, o marxistas —no nietzscheanos. Nietzsche —mientras no apliquemos

exhaustivamente nuestro detector de segundos y terceros sentidos— pertenece a Wall Street;

nosotros deberíamos estar más bien con Occupy Wall Street.” (2013b: 87)

398
En otro de los textos, “Los tullidos de la interrogación (sobre filosofía y poesía: merodeo)”,

donde reflexiona sobre las relaciones entre ambos territorios, menciona a numerosos poetas y

filósofos. El pensamiento forma parte de la poética de Riechmann; difícilmente podríamos

comprender al poeta si no conocemos al pensador oculto —en ocasiones, desnudo— en sus

poemas. Por lo tanto, no es extraño que afirme:

“Filosofía y poesía: distintas, pero no distantes. (…)

Poetas casi filósofos, desde Lucrecio a Valéry. Coleridge: nadie puede ser un gran poeta si

no es al mismo tiempo un filósofo profundo.

Poetas con pensamiento profundo, aunque no sean filósofos: Dante, Shelley, Whitman, Rilke,

Brecht, Juan Ramón Jiménez…” (2013b: 94)

Desde Bertolt Brecht hasta Juan Ramón Jiménez —con la enorme distancia poética que los

separa, pese a lo cual en el autor acaban confluyendo, como hemos analizado con anterioridad

al abordar los conceptos de poesía horizontal y poesía vertical—, pensamiento y poesía son

parte indisoluble de la obra de Jorge Riechmann.

María Zambrano, en su ensayo Filosofía y poesía, traza y analiza los límites que separan

ambos territorios. La abstracción propia del lenguaje lógico-racional se encuentra muy alejada

del acercamiento a lo concreto propio de la naturaleza del lenguaje poético. Por eso mismo,

para Riechmann la poesía nos ofrece una reconciliación con los vínculos del mundo, una

reconexión con lo que nos rodea, el mundo abierto que está ahí.

El pensamiento de Jorge Riechmann conecta tanto con los filósofos occidentales de la

tradición de greco-latina y el posterior desarrollo del pensamiento ilustrado, como con la

tradición de la filosofía oriental, partiendo de los presocráticos —con Heráclito como filósofo

de cabecera— y teniendo en cuenta la visión trágica de la vida de los antiguos griegos, como

hemos tenido ocasión de comentar. De ahí la doble visión ante la vida y la muerte: la que ofrecen

la sabiduría contenida en la cultura de la Antigua Grecia, la visión trágica del ser humano, y la

399
que ofrece el budismo. Es preciso recordar las palabras del poeta en el epílogo del libro que nos

ocupa:

La caída en el tiempo, se titulaba uno de los libros de Cioran. El budismo es una respuesta

organizada a esta caída en el tiempo —quizá la más seria que ha ensayado nunca la humanidad.

(La otra que más me importa: la visión trágica de la vida humana entre los griegos antiguos.)

(2013b: 153)

En sus planteamientos poéticos se funden, por tanto, las culturas clásicas occidentales y

orientales, el pensamiento (desde la tradición del pensamiento ilustrado guiado por la razón,

que hunde sus raíces los filósofos de la Antigua Grecia, hasta la filosofía de Confucio en

oriente) y la espiritualidad de ambas (con la mística de las religiones monoteístas y el budismo

de la tradición oriental). Todo ello se traslada a su poesía. Podemos verlo reflejado en poemas

como el que encontramos en el libro Himnos craquelados (2009-2014) con el título “Principio

arquimédico del ego”, por poner sólo un ejemplo, el cual acaba con los siguientes versos:

“Se desaloja

el punto inextenso del ego

—y se abre un espacio sin límites para el mundo todo

para el cosmos entero y quebrado y disperso y recompuesto

Se desaloja el ego

y hay sitio para el mundo iluminado” (2014: 170)

400
401
402
Portada del libro Ahí es nada.

403
404
6.5. AHÍ ES NADA (O NO PERDER LA ESPERANZA EN LO ABIERTO)

Ahí es nada es uno de los libros más lúcidos y maduros sobre poesía escritos por Jorge

Riechmann, dado que agrupa una selección de textos, la mayor parte de ellos procedentes de

libros anteriores, en torno a la idea de ahí y sus implicaciones poéticas. Su madurez poética y

filosófica ha llegado a un punto en el que las ideas que expresa son parte esencial de sus

planteamientos. Se organizan y comunican con la claridad que ofrece el paso del tiempo. Y a

eso es a lo que asistimos en este libro, porque combina textos procedentes de obras distintas,

como son los denominados diarios de trabajo Una morada en el aire y Bailar sobre una

baldosa, incluso un fragmento de La pluma del arrendajo —un tercer diario de trabajo por

ahora inédito, parcialmente publicado en prensa—, o libros de poemas como Conversaciones

entre alquimistas, Poesía desabrigada, Ahí te quiero ver (caso del primero de los ensayos,

encabezado con el título “Estar ahí”, donde aborda uno de los conceptos fundamentales de su

poética: “ahí”).

Ahí es nada como título… ¿A qué nos remiten estas palabras? Ahí, lo hemos comentado,

constituye el emplazamiento donde el autor sitúa nuestra existencia, el espacio donde somos.

Se trata del espacio de lo abierto del mundo donde además de ello podemos encontrar la poesía.

Por otro lado, en el ensayo titulado “Sobre el milagro”, el autor incluye una serie de citas

introductorias entre las cuales observamos las siguientes: “Para llegar al milagro hay que

pasarse mucho tiempo no entendiendo nada”, de Carmen Martín Gaite, y “Cuando nada pasa,

hay un milagro que no estamos viendo”, de Samuel Vásquez (2013d: 99)

Ahí, en el mundo abierto donde somos, estamos, existimos, es donde se produce el milagro,

es donde irrumpe lo inesperado, lo poco probable, provocando lo que en ocasiones

consideramos imposible. Donde parece que no ocurre nada, irrumpen lo sorprendente, lo

extraño, lo inesperado, la poesía o el milagro, todo aquello que va contra todo pronóstico y

puede provocar la transformación de nuestro mundo. En ocasiones, pequeños cambios pueden

405
ocasionar grandes transformaciones. Por eso el autor nos alienta a estar atentos, a la

contemplación del sorprendente mundo que nos rodea, a no dejar de esperar lo inesperado,

siguiendo la máxima de Heráclito. Un reflejo de este planteamiento poético podemos

encontrarlo en estos versos del poemario Anciano ya y nonato todavía:

“Después de una hora contemplando el mar

salta el delfín:

pero los ojos han de estar abiertos” (Riechmann, 2004: 91)

O este otro del poemario Ahí te quiero ver:

“Y de repente

Tras muchos días de caminar por el bosque

la hembra herida de búho real

el murciélago inerme

el cuervo blanco” (2005: 108)

Con el símbolo del delfín, el autor nos muestra el hallazgo, el momento justo del surgimiento

de lo “inesperado”, el momento milagroso en el sentido a que nos referimos. No se nos escapa

el simbolismo del segundo fragmento, el bosque (Boudelaire), que es bosque real, físico, de la

naturaleza que nos rodea, pero también remite al bosque de símbolos de la poesía, con los

animales nocturnos: “búho real”, “murciélago”, “cuervo blanco”… También nos hace pensar

en los Claros del bosque de María Zambrano, esos espacios donde se produce el don, el

encuentro, el hallazgo. El fragmento forma parte del conjunto titulado “Inminente arboleda”,

son los versos con los que concluye la tercera parte del citado libro.

Para Jorge Riechmann el concepto de milagro conecta con el de esperanza por medio del

fragmento de Heráclito según el cual quien no espera lo inesperado no lo hallará. Por otro lado,

el concepto de esperanza conecta con el de eros, con el amor. Son las fuerzas en las que

podemos confiar para esperar lo inesperado, para que se produzca el milagro y que en ese

406
momento concreto estemos preparados para aprovecharlo. El autor nos habló sobre tres formas

de esperanza en Resistencia de materiales:

“(1) Esperar lo inesperado

(2) Esperanza en la tenacidad de la vida. (…)

(3) Y por último, esperanza en la fuerza y el esplendor de Eros, cuya virtud acabará

prevaleciendo sobre el principio de muerte. (2006b: 156-7)

Y concluye: “A nadie se le escapa que son tres formas, en realidad, de decir lo mismo”

(2006b:157) En efecto, esperar lo inesperado, la vida y eros, son formas de hablar de todo

cuanto conecta el mundo, cuanto conecta a la vida, de las fuerzas que forman los vínculos, de

las fuerzas de eros, en suma, del amor.

Podemos afirmar que el autor es alguien que busca, como los filósofos, y en ocasiones

encuentra, como los poetas (Zambrano). ¿Qué está buscando? En uno de los ensayos agrupados

en Ahí es nada, nos dice lo siguiente: “La salvación personal, ese imposible que yo busco por

las veredas de la poesía; la salvación del mundo, ese inconcebible milagro que no podemos

dejar de seguir esperando.” (2013d: 97) En su propósito no pierde la esperanza del milagro.

¿Dónde busca? En el espacio de lo abierto, el mundo abierto que está ahí.

Nociones de ahí, entre y no

“El pequeño dolor te avisa: eres mortal

y capaz de todo el inagotable esplendor

de lo viviente” (2006a: 177)

Jorge Riechmann, “Ahí donde estás”, Poesía desabrigada

Con el título “Estar ahí”, el autor agrupa un conjunto de fragmentos procedentes de diversas

obras: el libro de poemas Ahí te quiero ver y los diarios de trabajo Una morada en el aire,

Bailar sobre una baldosa y La pluma del arrendajo (fragmento éste de un libro inédito al que

407
añade anotaciones posteriores). Finalmente incluye dos citas bajo el epígrafe “Final: hacia un

budismo kafkiano”.

“Estar ahí” implica además una forma de resistencia contra la sociedad del entretenimiento,

contra la industria de la mente que continuamente produce de forma comercial contenidos de

evasión que nos impiden concentrarnos, que nos distraen de lo importante, que secuestran

nuestra atención, que nos impiden estar donde está la vida, en el mundo abierto que nos rodea,

el mundo donde somos: “El ser humano que está ahí planta cara conscientemente al apetito de

distracciones, e intenta esquivar el abrazo mortal de la industria del entertainment” (2013d: 18)

Estar ahí es estar en el mundo, respirar en el aquí y ahora, de ahí que concluya este capítulo

con el significativo apartado titulado “Final: hacia un budismo kafkiano”, conformado por dos

citas tan sólo. La segunda de ellas, de Kafka, hace referencia a la plenitud de estar vivos, de

todo cuanto nos rodea, todo cuanto está ahí. No es casual que haya escogido la palabra

“budismo” para este apartado, la relación entre la noción de ahí y la filosofía oriental es

evidente: atención, concentración, contemplación, estar ahí —respirando, nos decía en

Resistencia de materiales—, todas estas ideas sobre las que reflexiona el autor no distan

demasiado del aquí y ahora del pensamiento zen. Ahí es el espacio de la oración, de la

celebración y de la contemplación.

“¿Qué nos enseña la poesía? La presencia del mundo —su ahí— la multiplicidad del mundo,

la inagotable riqueza del mundo. Ahí es nada. Ahí te quiero ver.” (2013d: 14)

Esta significativa cita concluye con dos frases que constituyen los títulos de dos de sus libros:

el que nos ocupa, Ahí es nada, y aquel del que procede este fragmento, el poemario Ahí te

quiero ver.

Un poco más adelante y dentro del mismo capítulo, concretamente en el apartado que forma

parte del diario de trabajo Una morada en el aire, encontramos el siguiente fragmento: “Mi

propio koan: ahí”. (2013d: 44) También en ese apartado hallamos las siguientes palabras: “La

408
preposición entre, el adverbio ahí: con sólo estas dos partículas puede articularse una

concepción del mundo.” (2013d: 40)

Jorge Riechmann nos comunica que la vida está ahí, y que somos y nos desarrollamos con

los otros, en el espacio entre, in media res, como también articula la Teoría del

Emplazamiento/Desplazamiento (Vázquez Medel). Nuestro emplazamiento, por lo tanto, según

la poética del autor, es el ahí del mundo donde somos unos con otros, el ahí del mundo donde

hemos sido arrojados (Heidegger). Fuimos expulsados del mundo con el nacimiento del

lenguaje, cuando comenzamos a habitar en el lenguaje, cuando comenzamos a formar nuestra

propia morada simbólica, cuyos rasgos son la re-presentación del mundo y la abstracción. De

todo ello es plenamente consciente el autor: tampoco es casual el título escogido para su diario

de trabajo Una morada en el aire. Por eso, en el apartado “Ciencia, poesía y la noción de ahí

(cerca de Ybes Bonnefoy), que además de estar incluido en el capítulo que nos ocupa constituye

el epílogo a “Cincuenta microgramos de platino e iridio” del poemario Ahí te quiero ver,

expresa lo siguiente:

“La poesía es el camino real para el imprescindible retorno: quizá no el único, pero sí el más

importante. Por eso, escribir un poema es siempre, en cierta forma, ofrecer un sacrificio. El

lenguaje —en su función lógica y raciocinante— nos aleja del mundo, el mismo lenguaje —en

su función poética— puede aproximarnos de nuevo a él. Vuelta a las cosas, los seres y los

vínculos concretos: al mundo de las cualidades y de las singularidades. Recomposición de lo que

el proceder científico disoció, analizó, redujo.” (2013d: 22-23)

Como dijera Zambrano en Filosofía y poesía, la poesía es todo aquello que tiene que ver con

lo concreto del mundo, con cada uno de sus aspectos concretos, con cada cosa concreta, no

renuncia a nada. La filosofía, la razón, en cambio, se basa en abstracciones y generalizaciones.

La abstracción se aleja de lo concreto. Matar a Platón, proponía la poeta Chantal Maillard en

el destacado libro de poemas galardonado con el Premio Nacional de Poesía 2004.

En el poemario Ahí te quiero ver, encontramos los siguientes versos:


409
Las palabras abstractas

hacen daño

Un nombre propio puede

matar, pero sólo

las palabras más abstractas

tienen esa insidiosa

capacidad de hacer daño (2005: 71)

A la poesía le interesa cada uno de los matices del mundo que tocamos, respiramos,

observamos, oímos y saboreamos; la razón propone ideas generales sobre el mundo. La poesía

aspira a comunicar la cosa misma con toda su complejidad y sus matices, la cosa real —o

soñada, nos dice Zambrano—. En este sentido preciso, la poesía es un camino que nos permite

volver al mundo, como indica Jorge Riechmann en el fragmento: y para el poeta, ese mundo

concreto se encuentra emplazado (Vázquez Medel) ahí.

Este emplazamiento es el espacio de lo abierto donde sucede la poesía, donde estamos, donde

somos, el espacio de todo cuanto se encuentra conectado—entre—, el espacio de los vínculos,

el espacio de la vida, el espacio de eros. Por ello, ahí es también el emplazamiento de la

vinculación.

Ahí, entre: estas dos nociones nos ofrecen una concepción del mundo y una concepción

poética. Nos referimos a la poética de los vínculos. En el siguiente apartado del capítulo “Estar

ahí”, fragmentos procedentes de su segundo diario de trabajo, Bailar sobre una baldosa, añade

una tercera palabra con la que podemos completar su poética reduciéndola a la mínima

expresión: “Entre, ahí, no: tres palabritas básicas. Casi todo lo que intento formular está

contenido en cinco sílabas.” (2013d: 45)

410
No, quinta sílaba, la tercera noción, ocupará el penúltimo capítulo del libro: “La sílaba del

no”. Con esa palabra, lo comentábamos con Resistencia de materiales, se abre la posibilidad de

la elección. “No”, es también una palabra fundamental para la ética.

Podemos extraer, por tanto, una poética y política del “Entre”, de los vínculos (con las

metáforas realizamos asociaciones entre elementos que antes se nos presentaba como

aparentemente desconectados; somos unos con otros, somos vinculados), una poética y política

del “ahí” (como espacio del mundo, de existencia, que resiste a la sociedad del espectáculo, y

como emplazamiento donde es posible el milagro, el hallazgo de lo inesperado), y una poética

y política del “no” (con el que se abre la opción de escoger, de decir “no a la muerte” como “sí

a la vida”; en la poesía, también es significativa la expresión de ese “no” como “sí” a otro

mundo es posible): “Poesía contra, poesía del no: pero para despejar terreno. Para abrir espacio

donde pueda desplegarse la luminosa alacridad de la poesía del sí.” (2013d: 96)

La carga de negatividad se encuentra reprimida en nuestra sociedad actual, pues hay una

sobrecarga, un exceso de positividad en los discursos dominantes, con la idea de que es preciso

pensar siempre de manera positiva, como si con ello fuera suficiente para triunfar en los

proyectos profesionales. El filósofo Byung-Chul Han reflexiona sobre todo ello a lo largo de su

obra. Resulta significativo que el poeta reivindique la palabra “no” como parte de su poética.

En el “Entre” encontramos la fuerza de eros, la fuerza que produce vinculación (dimensión

erótica). En la noción de “ahí”, hallamos el espacio de lo abierto donde suceden la vida y lo

inesperado, el hallazgo (dimensión físico-espiritual). En la partícula “no” (dimensión ética), la

posibilidad de la transformación. Estos tres elementos, en el fondo, constituyen parte de una

sola poética, de una poética de la conciencia que en Jorge Riechmann nos conduce a una poética

de la vinculación: “Eros: la gran fuerza constructora y reparadora de vínculos. La fuerza que

nos mueve, nos mantiene en vida, y da sentido a esta.” (2013d:59)

411
Poesía como conocimiento

Hemos comentado la importancia de la atención, de estar atentos, en el apartado anterior al

hablar de la noción de ahí, de contemplación como ejercicio que nos ayuda a estar presentes, a

estar en ese espacio donde es posible el hallazgo. El ahí, por tanto, es un espacio no sólo de

experiencia y de existencia, el emplazamiento donde somos, sino también para el conocimiento,

para el don, para el encuentro con la poesía. En el capítulo titulado “Saber encontrar los caminos

equivocados que nos convienen”, Jorge Riechmann define al poeta con estas palabras: “El poeta

es un ser atento. ¿Atento a qué? A las vibraciones, los zumbidos y los murmullos” (2013d: 82)

Un poco más adelante, en el capítulo siguiente, titulado “Estación término”, continúa: “(…)

poeta es un señor —o una señora— que está atento, espera y trata de ser fiel a la vida.” (2013d:

96) ¿Qué podemos encontrar con la poesía? ¿Qué espera el autor? Los títulos de los dos

capítulos mencionados nos ponen en órbita sobre la posible respuesta del poeta. La poesía nos

ofrece una herramienta, entre otras, con la que tratar de encontrar nuevos caminos que

conduzcan a un futuro mejor. En otro libro de fragmentos reflexivos el autor nos invita a

Fracasar mejor (2013). Por otro lado, en “¿Estación término?”, dice:

“No me interesa la literatura: lo que me importa es la salvación.

La salvación personal, ese imposible que yo busco por las veredas de la poesía; la salvación

del mundo, ese inconcebible milagro que no podemos dejar de seguir esperando.

18

¿Qué pedimos a la poesía? Una estación término para nuestro desamparo.” (2013d: 97)

La salvación, para el autor, es un imposible. No obstante, también es algo que arroja luz. No

en vano, uno de los últimos capítulos del libro lleva por título “No alcanzamos lo imposible

pero nos sirve como linterna” (2013d: 145)

El poeta pide a la poesía una estación término para nuestro desamparo ante el tánatos del

mundo. Podríamos considerar aquí que su voz nos habla con ese acento de su primera etapa, a

la que hemos llamado poesía del desconsuelo. No obstante, sus planteamientos poéticos han

412
avanzado considerablemente desde entonces, con la irrupción de la noción de ahí y con la

poética de la vinculación.

¿Qué nos responde la poesía ante la pregunta que nos hace el autor, ante la petición de esa

estación término? El poeta contesta: “Que no nos la puede dar, en la medida en que seamos

humanos.” (“2013d: 97) Podemos preguntarnos: ¿acaso es posible que seamos otra cosa? En

todo caso, con esta significativa respuesta concluye el capítulo, que da paso al siguiente, donde

trata sobre la noción de milagro.

Eros/ Thanatos

Los poetas, nos decía el autor, son aliados de la vida. Aliados de las fuerzas del eros, por

tanto; aliados de las fuerzas de la vinculación, de las fuerzas que construyen o reconstruyen los

vínculos rotos. Aliados de las fuerzas que se oponen a la muerte en un mundo profundamente

tanatizado como lo es la sociedad capitalista contemporánea, que tiende a la destrucción del

hogar compartido. Esta poética del eros la encontramos en numerosos poemas. El siguiente

fragmento de “Ahí, sobre esta tierra”, que forma parte del poemario Poesía desabrigada, es tan

solo un ejemplo entre muchos otros:

Cuidar el mundo

porque es maravilla sobre maravilla

y no hay otro (2006a: 176)

Eros constituye la fuerza de reconstrucción de los vínculos, la fuerza que nos mantiene con

vida y que le da sentido. El capitalismo actual, en cambio, se mueve con fuerzas destructoras:

“Ese art de vivre neoliberal es tanático.” (2013d: 151), nos dice al comienzo del capítulo

titulado “La sílaba del no”.

“Ay, los poetas: custodios de la metamorfosis en un mundo que se precipita a su

autodestrucción, aliados de Eros en una sociedad que entroniza la muerte.” (2013d: 96)

413
La vida es finita, la vida acaba en muerte, qué duda nos cabe. Y sin embargo, el autor nos

invita a pensar la finitud y la muerte no desde el signo de tánatos, sino desde lado de la vida.

Su compromiso con la poesía es en el fondo un compromiso con la vida. Esto se traduce en lo

que hemos considerado preciso denominar una poesía del eros.

Concepto de realismo

El realismo que interesa al autor, como hemos venido analizando, es aquel que se encuentra

abierto a los múltiples aspectos de la realidad que nos rodean. De ahí que hable de realismo de

indagación, aquel que no excluye nada, aquel que espera lo inesperado, aquel que se sumerge

en lo abierto del mundo que está ahí. Este concepto de realismo poético conduce a una poesía

que busca y que, en ocasiones, logra el hallazgo. Las nociones de realismo y de milagro, por lo

tanto, están conectadas, como no puede ser de otro modo al formar parte de una misma poética.

El milagro se produce en lo abierto, por lo tanto el poeta se convierte en un indagador de los

momentos de apertura: “el realismo que puede interesarnos es aquel al que tensa la expectativa

del milagro…” (2013d: 120) El autor se pregunta: “¿Dónde pueden las jóvenes generaciones

lograr la intuición de los posibles, el momento de apertura?” La respuesta ya la conocemos:

esperando lo inesperado, prestando atención al mundo que nos rodea.

Milagro es el hallazgo que ocurre cuando esperamos lo inesperado, la irrupción de lo que a

priori no parecía probable, la irrupción de lo contingente en el mundo abierto que nos rodea. La

poesía, en este sentido, es una forma de milagro. La vida, sin duda, también lo es. La poesía,

como hallazgo, constituye por tanto un instrumento de indagación en la aspiración de nuevos

caminos distintos que nos conduzca a un futuro mejor del que nos está conduciendo el

capitalismo: “No la cultura como entertainment, sino la poesía como indagación” (2013d: 77)

Concepto de milagro

414
Uno de los textos más extensos que componen el libro es el capítulo dedicado a la noción de

milagro: “Sobre el milagro (reflexiones filosófico-históricas y poético-prepolíticas). El texto

finaliza con una serie de poemas procedentes de los libros Conversaciones entre alquimistas y

Poesía desabrigada, además de una recapitulación final. Cuando leemos por primera vez el

título del ensayo nos surge una primera pregunta: ¿qué relación guardan los campos enunciados

(filosófico-histórico y poético-prepolítico) con la noción de milagro?

En efecto, la poesía, en tanto que se ocupa de lo extraordinario, de lo que altera el orden

normal del lenguaje o propone un orden distinto, con ello, se ocupa de fenómenos de

transformación. Si la norma constituye el orden de cosas actual, un poeta que aspira a

transformarlo pone atención al milagro, o sea, a lo extraordinario: “Podemos edificar a partir

de la norma, o edificar a partir del milagro” (2013d: 118). La poesía ofrece uno de los modos

de indagación en todo aquello que escapa a lo ordinario.

La confianza en lo inesperado es precisamente lo que proporciona esperanza sobre la

posibilidad de transformación del orden de cosas, del tánatos del sistema capitalista: “El anti-

desencanto no es ningún encantamiento, sino la confianza en esos pliegues, azares e

interferencias que muchas veces acaban desbaratando el reglamento de la muerte.” (2013d: 124)

Ahí está la potencia de eros, las fuerzas que recuperan o construyen los vínculos a pesar del

tánatos del capitalismo.

El concepto de milagro para el poeta se encuentra conectado con el de libertad. Siguiendo el

pensamiento expuesto al respecto por Hannah Arendt en el capítulo “¿Qué es la libertad?” del

libro Entre el pasado y el futuro. Ocho ejercicios sobre la reflexión política, afirma lo siguiente:

“(…) para Arendt —como para Heráclito de Efeso— la libertad humana es la capacidad de

hacer milagros.” (2013d: 102) En la página siguiente define los elementos que componen su

concepto de milagro: “Se dan dos elementos en la noción laica de milagro: lo improbable que

sucede, y lo nuevo que irrumpe.” (2013d: 103) Los acontecimientos improbables que

415
interrumpen o crean los procesos históricos, nos viene a decir Arendt, a menudo son causados

por la acción humana. Por lo tanto, lo que consideramos improbable, se da con más frecuencia

de lo que parece. Hacer milagros consiste en provocar un cambio improbable, comenzando algo

nuevo y distinto: “(…) no podemos dejar de esperar las posibilidades improbables (en la

irrupción de lo nuevo, contra todo pronóstico; en los grandes efectos de las pequeñas causas;

en que sea contradicha la ley de los grandes números).” (2013d: 108), nos dice Jorge Riechmann

convencido de que a la poesía le importan los milagros: “Esta sociedad tecnólatra sólo cree en

los milagros de la máquina. Y los poetas siguen esperando en los milagros del corazón humano.

(…) La esperanza es un movimiento de resistencia, originado por el asombro ante el milagro

de lo humano.” (2013d: 125)

Esperanza

Así pues, el concepto de esperanza está conectado con el de milagro, no es preciso recordar

el fragmento de Heráclito sobre el ambos se edifican, la clave, esperar lo inesperado, estar

abiertos, atentos a las probabilidades improbables. Sobre este fragmento, afirma lo siguiente:

“Hoy sé que es el talismán que abre las puertas de la vida verdadera: la vida que se arriesga

contra las probabilidades improbables.” (2013d: 101) Por otro lado, al comienzo de esta

aproximación a Ahí es nada, hablamos de las tres formas de esperanza que el autor propone en

Resistencia de materiales y recoge de nuevo en el presente libro, especialmente centrado en la

noción de ahí, el espacio de lo abierto donde se produce el milagro. Aparece en el capítulo

“Sobre el milagro (reflexiones filosófico-históricas y poético-prepolíoticas)”; y en el fondo de

todas ellas, el amor. Esperanza, eros y milagro son tres conceptos sin los cuales no podríamos

comprender su poética. Lo que en una primera etapa de su obra se nos presentaba como una

poética desconsolada ante tánatos, ha ido basculando el peso hacia la esperanza en la vida, en

las fuerzas de eros, en el milagro que constituye la vida verdadera, en los acontecimientos

416
improbables que pueden irrumpir en cualquier momento transformado o produciendo los

procesos históricos. La poética de Jorge Riechmann, por lo tanto, pese a todo es una poética

esperanzada, y esto puede observarse en los planteamientos que realiza a lo largo de sus libros

de reflexión poética, reflejados en su poesía.

Body Factory/ Mind Factory

En una sociedad que propone continuamente planes de evasión de la realidad mediante las

industrias culturales del entretenimiento, con las pantallas, la contemplación se convierte en un

poderoso acto de vuelta a la realidad no virtual, de regreso al ahí en el que estamos, el mundo

donde es posible el desarrollo de la existencia. El poeta habla de una “la nueva “jaula de hierro”

de la sociedad del espectáculo, donde son dominados los exciudadanos y neosúbditos mediante

la producción masiva de contenidos de conciencia y realidad virtual.” (2013d: 27)

Fábrica de la mente, como existe una fábrica del cuerpo con el exceso de preocupación por

la modificación del cuerpo en los gimnasios y en los centros de medicina estética. La poesía,

palabra en libertad que tiene que ver con la vida auténtica, es lenguaje que resiste al mercadeo,

pese a los intentos de apropiación por parte de la publicidad y la mercadotecnia. Se está

produciendo una batalla en los territorios de la imaginación, a la que están colonizando con

contenidos de evasión mediante productos de entretenimiento como series de consumo masivo,

programas televisivos de espectáculo o videojuegos. La tecnología se ha convertido en una

nueva religión que promete el paraíso, como el marketing ha sustituido a la propaganda política.

Sobre esta cuestión viene reflexionando en libros anteriores, como Resistencia de materiales

(recordemos el capítulo “Poesía que no cede a la hipnosis”) o El siglo de la gran prueba. Ante

todo ello, la poesía constituye un espacio de resistencia.

Poesía política. Poesía social. Poeta ciudadano

417
Sobre la poesía política dice lo siguiente en el capítulo titulado “Saber encontrar los caminos

equivocados que nos convienen”: “La poesía política se salva si es veraz, y se pudre

irremisiblemente si no lo es. Creo que ahí está la piedra de toque. La poesía política veraz

aguanta, la poesía sólo ideológica se descompone pronto, se convierte en un descoyuntado

cadáver que apesta.” (2013d: 83)

Para el poeta, la poesía como testimonio y denuncia de los conflictos de nuestro tiempo,

resiste con esa condición. No obstante, la poesía no acepta compromisos, el poeta tampoco

puede aceptarlos, y no puede encerrarse en los márgenes de la polis.

En el capítulo señalado, habla de la poesía más allá de los muros de la ciudad, que son

incapaces de contenerla:

“No se puede pedir a la poesía que se encierre dentro de las murallas de la ciudad. Ha de

entrar en ella, necesita fatigar sus calles y bailar en el mercado y gritar en el ágora, pero no puede

quedarse a vivir dentro de la polis. La poesía duerme en el bosque, y tiene algo de salvaje e

indomesticable, reacio en última instancia al compromiso cívico. Tiene que compartir con éste

almuerzo y lenta conversación, pero a la postre se levantará de la mesa y volverá al desierto, o a

la espesura:

(espesura: espesor de lo real.) (2013d: 81-82)

En efecto, es palabra en libertad. El bosque, con claros ecos procedentes del simbolismo

(Boudelaire) y el mundo de la naturaleza que nos rodea (phisis), es su ancho espacio. Bajo estas

metáforas con que nos ilustra la idea de poesía política encontramos la tensión de las

coordenadas: la horizontal (poesía de compromiso) y la vertical (poesía como indagación y

conocimiento).

418
Por otro lado, como anexo al texto “Sobre el milagro”, incluye un conjunto de poemas

procedentes de los poemarios Conversaciones entre alquimistas y Poesía desabrigada, entre

los que aparece el siguiente, extraído del segundo, con el significativo título “Poesía social”:

POESÍA SOCIAL

Lo nunca dicho y la ternura

conjuran el momento en que aparecen

lo nunca sido y la justicia

Ahí la poesía: susurro

de todo lo que se abre (2013d: 132)

En este poema, que antes que nada podríamos localizar más cerca de la coordenada vertical,

observamos también el equilibrio de ambas coordenadas, pues sabemos que en el punto de

intersección de ambas está el ahí de lo humano. En esta poesía social la poesía es

transformación, creación, indagación, conocimiento y conjuración de lo por venir, de los

caminos distintos a los que estamos transitando, los caminos que nos conduzcan a una sociedad

mejor. Desde lo nunca dicho, ahí, en el espacio donde todo es posible, en lo abierto del mundo

que nos rodea. Poesía social es, al fin y al cabo, lisa y llanamente, poesía sin apellidos, toda

poesía, pues la poesía tiene que ver con lo humano y el ser humano es un ser social. En estos

versos, la ternura y la justicia se tensan desde la indagación poética, como camino o método

para el hallazgo de lo posible, improbable y necesario.

Poesía vertical/ horizontal: emplazamiento de la poética de la conciencia de Jorge

Riechmann

Traemos de nuevo el siguiente párrafo procedente del texto “En el envés del mundo crece el

cosmos”, Resistencia de materiales, pues lo encontramos recogido también en Ahí es nada:

419
Hay en efecto poemas que son preguntas sin fin hacia lo abierto; pero también poemas (o

textos literarios cercanos a poemas, si nos ponemos juanramonianos ortodoxos) que son

testimonio de lo que nos pasa. Creo que ambas laderas son necesarias. (En otros momentos he

empleado la distinción poesía vertical / poesía horizontal para referirme a esto mismo). (2013d:

30)

La poesía como testimonio y la poesía como indagación, para el autor, pueden combinarse

y ser sencillamente poesía, en el punto de intersección de ambas coordenadas, donde está el ahí

de lo humano. La poesía, como acceso al hallazgo, al espacio de lo posible, contiene el potencial

de ofrecer caminos todavía no encontrados. El potencial erótico, creador, inherente a este acto,

es potencial transformador. Cuando nos referimos a lo abierto como el espacio de lo posible del

mundo que está ahí, pasamos del testimonio de lo acontecido a lo que podría acontecer. Así lo

expresa el poeta en “Saber encontrar los caminos que nos convienen”. En su formulación se

remonta a la Poética de Aristóteles:

La revelación profunda de la poesía con el plexo de los mundos posibles —lo que a veces me

gusta llamar sencillamente lo abierto— está dibujada nítidamente en la conciencia d encuentra

cultura al menos desde la Poética de Aristóteles:

«No es obra de un poeta el decir lo que ha sucedido, sino qué podría suceder, y lo que resulta

posible según lo que es verosímil o necesario. (…)»” (2013d: 76)

El plexo de la poesía, por lo tanto, lo localizamos en lo abierto, donde también están los

mundos posibles. Utilizando la noción de Jorge Riechmann, su emplazamiento es ahí. Y en la

medida en que la poesía nos ofrece el hallazgo, alumbrándonos, lo inesperado puede irrumpir

ofreciendo trazos de otros mundos que son posibles… si sentidos, si pensados, si imaginados,

si re-presentados como movimiento previo a su materialización, a su presentación o realización.

El recorrido en este caso sería el inverso al habitual (realidad, lo presente; palabra, re-

420
presentación): 1. hallazgo, 2. re-presentación, presentación de otro mundo posible —

materialización de otra realidad.

Esta poesía, por lo tanto, acontece allá donde se localiza el límite de lo acontecido

(testimonio), ofreciendo lo posible, lo que podría acontecer, conectándose con los procesos

históricos de este modo. Esta es la intersección de la que nos habla el poeta, entre las

coordenadas de lo horizontal (testimonio) y lo vertical (indagación), donde encontramos el ahí

de lo humano y la más alta poesía. El emplazamiento poético —a la luz de la Teoría del

Emplazamiento / Desplazamiento—, en la obra de Jorge Riechmann, lo localizamos en este

punto concreto.

421
422
IV. CONCLUSIONES

423
424
1. CONCLUSIONES

A continuación, procedemos a exponer y sintetizar las principales conclusiones alcanzadas

como resultado del estudio de la poética de la conciencia de Jorge Riechmann, junto con

posibles implicaciones y perspectivas para el futuro.

1.1. ENCUADRE Y SINGULARIDAD DE LA POESÍA DE JORGE RIECHMAN EN

EL MARCO DE LA POÉTICA DE LA CONCIENCIA, CON RESPECTO A LA

POESÍA ESPAÑOLA ACTUAL

Como señala García Teresa, la poesía de la conciencia engloba un conjunto de poetas

heterogéneo unidos por un aspecto común a todos ellos: la voluntad de visibilizar en sus poemas

los conflictos sociales de nuestro momento histórico. La aportación de Jorge Riechmann a esta

corriente pasa y a la poesía española actual, por un lado, por su extensa obra poética escrita

desde los años ochenta, y por otro, por su obra ensayística de reflexión poética, cuya primera

publicación, Poesía practicable, podemos considerar un momento destacado para esta corriente

que dará comienzo en esos años. Con los ensayos ofrece una sólida perspectiva acerca de las

implicaciones de la poesía en relación con los acontecimientos sociales, el contexto

socioeconómico y la transformación social en un tiempo de crisis planetaria (económica,

ecológica, social, etc.). También, reflexiona sobre el papel del poeta y del intelectual en la

sociedad democrática, y sobre las fronteras entre poesía y compromiso. Para el autor, el poeta

debe comprometerse y no aceptar compromisos; la poesía es al mismo tiempo palabra en

libertad y comunicación con lo abierto, territorio de exploración y conocimiento. Su poética es

impulso erótico abriéndose paso ante el tánatos que constituye el capitalismo, buscando otros

caminos, como Orfeo se abre paso conducido por el amor. En este sentido, propone la noción

de vínculo, la poesía como espacio del vínculo, con una poética de la vinculación en un tiempo

caracterizado por la destrucción de los vínculos a todos los niveles: social (moral

425
individualista), político (destrucción de lo público y compartido, proceso de privatizaciones),

económico (crisis del capitalismo) y ecológico (destrucción del planeta y cambio climático).

La singularidad de la poesía de la conciencia de Jorge Riechmann la encontramos en el

despliegue de una concepción poética propia, que hallamos tanto en los libros de poemas como

en los ensayos, donde podemos observar el desarrollo de una serie de nociones. Su poética no

renuncia al compromiso, tampoco a la indagación, es al mismo tiempo exploración de las

múltiples realidades que nos rodean y denuncia o testimonio (con ello define la noción de

realismo de indagación). El poeta asume la complejidad de la realidad y de lo humano. Por ello

tampoco renuncia al empleo de todo tipo de recursos estilísticos, con rasgos propios de distintas

corrientes o tradiciones como las Vanguardias Históricas, el realismo social, el orfismo… Con

su poética desarrolla un modo particular de indagación con voluntad transformadora, que nace

y se articula por medio de una serie de planteamientos a lo largo de su obra: desconsuelo activo,

realismo de indagación, comunicación con lo abierto del mundo que está “ahí”, coordenadas

vertical y horizontal, poética de la vinculación. Todo ello hace que su obra poética suponga no

sólo una exploración en la búsqueda de caminos con salida para lo humano compatibles con la

vida de todos los seres vivos en el planeta, sino un hallazgo: la poética de la vinculación.

No estamos en condiciones de afirmar que la poética de la vinculación sea “el camino”,

somos conscientes de la complejidad del mundo. No obstante, a la luz de la poética de la

conciencia de Jorge Riechmann, podemos considerar que su poética de la vinculación forma

parte de los posibles caminos con salida a la crisis de lo humano. Con ella pone el acento en los

vínculos que unen a todos los seres vivos y no vivos, los vínculos que constituyen la vida en un

universo complejo. Con ella nos propone cuidar los vínculos, situando lo sagrado precisamente

en ellos, en los vínculos que hacen posible la vida. Su poética de la vinculación nos señala, con

un enfoque profundo, complejo, espiritual y material al mismo tiempo, hacia un horizonte

colectivo, ético, ecológico, económico y espiritual que aspira a superar los grandes

426
desequilibrios (hibris) ecológicos, económicos, sociales o políticos de nuestro momento

histórico, provocados por el capitalismo. Por tanto, uno de los grandes hallazgos que nos ofrece

la obra de Jorge Riechmann lo observamos en su poética de la vinculación, en la que cristalizan

los planteamientos que va desarrollando a lo largo de sus libros de reflexión y sus poemarios.

Desde esta visión profunda, la poética riechmaniana constituye una fuerza de erotización

ante un mundo tanatizado. La poética de la vinculación constituye en sí misma la afirmación

de un eros social (que es también personal, político, económico, ecológico) que resiste ante el

proceso de tanatización creciente producido por el modelo socioeconómico capitalista y sus

modos de vida. Un eros que propone el cuidado de la vida ante un mundo en proceso de

destrucción de la naturaleza y de los vínculos sociales (individualismo), políticos

(neoliberalismo) y económicos (privatizaciones).

Todo ello lo mostramos a continuación en las conclusiones alcanzadas.

1.2. CONCLUSIONES

1. Poesía y filosofía en Jorge Riechman. La obra poética de Jorge Riechmann contiene un

doble impulso creador: uno que conecta con el pensamiento y la filosofía, y otro con la poesía.

Por esa doble dimensión, que conduce a la búsqueda por un lado y al hallazgo por otro, el

equilibrio entre ambas desemboca en una poesía de indagación y conocimiento, que no olvida

el ámbito social de lo humano tan propio de la denominada poesía de compromiso. María

Zambrano, precisamente, en su libro Filosofía y poesía realiza una clara distinción entre ambas,

afirmando que la filosofía es búsqueda de conocimiento por medio de un método, mientras que

la poesía es hallazgo, don, regalo. Las etiquetas, por lo tanto, son reduccionistas, incapaces de

contener la amplitud de la poética de la conciencia del autor, en la que encontramos rasgos y

estilos tan distintos como los que caracterizan a la poesía de denuncia o testimonio, el

surrealismo o la poesía simbolista.

427
2. Lo horizontal/ vertical como eje poético de coordenadas: testimonio y denuncia/

indagación. En la obra poética del autor, encontramos dos dimensiones que funcionan como

ejes de coordenadas y nos permiten localizar y situar sus planteamientos poéticos: lo horizontal

y lo vertical. El eje horizontal está relacionado con la poesía de testimonio o de denuncia,

con lo ya acontecido, con los procesos históricos. Se trata de un eje que tensa desde la dimensión

histórica, desde el pasado y el presente en su relación con lo ya acontecido. El eje vertical está

relacionado con la indagación, con lo que aún no ha acontecido y podría acontecer modificando

el presente, con lo improbable que puede irrumpir en cualquier momento y podemos observar

si prestamos atención: con el hallazgo, con el milagro en el sentido de esperar lo inesperado. El

eje vertical tensa la poesía hacia lo posible, hacia el presente en relación con el futuro, con lo

no acontecido.

La poesía de Jorge Riechmann bascula entre ambos ejes, es poesía horizontal y poesía

vertical. Para el autor, la poesía sin etiquetas, la más alta poesía, es la que conecta con ambos

ejes, en cuyo punto de intersección localiza el ahí de lo humano. Ambas, en cierto sentido, son

formas de resistencia ante el capitalismo, ante un mundo tanatizado, dominado por la muerte.

La indagación, con su potencial transformador por medio del posible hallazgo de otros caminos,

de otros mundos posibles, capaz modificar con la irrupción de lo inesperado como

acontecimiento.

El hallazgo, de este modo, puede conectar con los procesos históricos produciendo

transformación. La denuncia y el testimonio son formas de resistencia en su rechazo del orden

de cosas, en su rechazo a la muerte, en su decir “no” al tánatos del capitalismo como forma de

decir “sí” a la vida, sí a otros mundo posibles.

El poeta, desde los primeros textos de su primer libro de reflexión poética, ha manifestado

su voluntad de una Poesía practicable, se ha mostrado esperanzado y abierto a otros mundos

428
posibles, por usar sus propias palabras: “a la espera de tiempos de belleza transitiva.” (1990:

17)

En efecto, esta voluntad de una poesía practicable sin duda guarda relación con las Tesis

sobre Feuerbach número ocho y once de Marx y Engels, donde defienden, por un lado el

carácter práctico de la vida social humana (tesis ocho), y por otro el cometido de la filosofía,

afirmando que el cometido de la filosofía no sólo está para explicar el mundo, sino

transformarlo (tesis once). Realizando el paralelismo, la poesía para Riechmann también es una

forma de transformar la vida. Es preciso señalar aquí además las famosas palabras del padre del

surrealismo, André Breton, para el Congreso Internacional de Escritores por la Defensa de la

Cultura de 1935, con las que conecta a Marx con Rimbaud: “Transformar el mundo, dijo Marx;

cambiar la vida, dijo Rimbaud: estas dos consignas para nosotros son una sola.” La filosofía

contiene el poder de cambiar el mundo; la poesía nos ofrece todo su potencial para cambiar la

vida. Estos planteamientos forman parte fundamental de la poética de la conciencia del Jorge

Riechmann y de ahí el título de su primer libro sobre poética, donde expresa con claridad su

voluntad de una Poesía practicable. La influencia del marxismo, por lo tanto, está presente

desde el comienzo en la obra poética del autor.

3. Concepto de realismo amplio: realismo de indagación. En la poética de Jorge

Riechmann, el concepto de realismo no se corresponde del todo con lo que tradicionalmente

hemos entendido como realismo en poesía. La idea de realismo para el poeta consiste en no

renunciar a las múltiples dimensiones de la realidad. Para ello, se vale de todo tipo de recursos

estilísticos o poéticos procedentes de distintas corrientes. La poética de Jorge Riechmann está

caracterizada por la voluntad consciente de un realismo de indagación, influido por la obra de

René Char, en el que confluyen indagación y transformación social. Por ello podemos

encontrarnos en sus libros con una combinación de rasgos como el carácter coloquial y narrativo

429
en algunos casos o el hermetismo en otros, la imagen surrealista y expresionista propias de las

Vanguardias Históricas, la densidad simbólica y el carácter fragmentario. En su obra podemos

apreciar la indagación poética propia de las tendencias simbolistas o del silencio, por un lado,

y la poesía testimonial y de denuncia propias de la poesía política o social, por otro. Todo ello

con la particularidad de que la indagación poética, en tanto realismo de indagación, no se cierra

a una poesía íntima, sino que se aplica en su escritura a una poesía comprometida con la

transformación social, con el propósito de hallar salidas compatibles con la vida en el actual

momento de tanatización planetaria provocada por el tardocapitalismo.

De todo lo anterior resulta una forma específica de entender el realismo en poesía.

Atendiendo a ambas coordenadas, antes mencionadas, realismo para el poeta es todo cuanto

guarda relación con la realidad, la poesía que no renuncia a ninguna de sus múltiples

dimensiones. De ello resulta, en ocasiones, una poesía de denuncia o testimonio, que podemos

localizar más cercana al eje horizontal antes descrito y que coincide con el concepto de realismo

social que normalmente ha entendido la tradición; o una poesía de indagación, más cercana a

lo vertical, poesía que pone atención al hallazgo (Zambrano) y espera lo inesperado, y poesía

también que indaga en la búsqueda de nuevos caminos transitables por lo humano, alternativos

al tánatos del capitalismo, que nos permitan avanzar en el Siglo de la Gran Prueba. Se trata de

un modo de indagación poética con voluntad transformadora. De ello resulta lo que llamamos,

siguiendo las propias palabras y reflexiones del poeta, un realismo de indagación: aquel que

indaga en la realidad, en el mundo abierto que está ahí, que comprende la poesía como una

forma de celebración, de crítica y de conocimiento. La más alta poesía, nos dice el autor, no

obstante, es aquella capaz de cruzar ambas coordenadas. En la intersección de ambas, afirma,

se localiza el ahí de lo humano. Por ello prefiere hablar, más que de realismo sólo, de realismo

de indagación.

430
4. Una poética emplazadora de “marcadores”. En la poética de la conciencia de Jorge

Riechmann observemos tres palabras que concentran gran parte de los planteamientos

fundamentales: ahí (Da-), no, entre (in-between). Son marcadores básicos porque nos ayudan a

entender la inscripción del enunciador en los enunciados pero, sobre todo, a interpelar a los

enunciatarios y a los lectores.

- Ética y poética del no. La palabra no, como partícula sin la cual la ética no sería posible,

pues en todo tipo de decisiones tenemos la posibilidad de escoger entre sí o no. Decir “no” en

un mundo tanatizado como es la sociedad capitalista actual supone abrir espacios para otros

caminos, para otros mundos posibles. En este sentido, decir “no” a la desmesura de tánatos,

“no” a la destrucción de la naturaleza, “no” a los grandes desequilibrios económicos, políticos

y ecológicos que los excesos del espíritu prometeico humano en forma de capitalismo están

produciendo en nuestro tiempo, decir “no” a todo eso, significa decir “sí” a la vida, “sí” a la

conservación de los ecosistemas, “sí” a una sociedad que no esté enferma de tánatos, “sí” a una

sociedad en equilibrio, “sí” a otros mundos que son necesarios y posibles. Por lo tanto, la

palabra “no” nos abre la dimensión tanto ética como política, la cual trasladada a la obra del

autor, provoca implicaciones poéticas. La poética de la conciencia de Jorge Riechmann tiene

muy presente esta dimensión ética y política que comienza con la sílaba del no, con la sílaba

que abre la posibilidad de libertad humana en toda decisión. No deja de resultar significativo

que el poeta reivindique esta palabra, que en nuestro idioma concentra la carga de negatividad,

para una sociedad donde se potencia en exceso lo positivo con un valor en sí mismo. El

pensamiento positivo se ha convertido en un mantra hasta el punto de que hay una tendencia a

atribuir los fracasos en proyectos personales o laborales a la falta de positividad, sin tener en

cuenta factores externos objetivos como la crisis económica, la explotación, la desigualdad de

oportunidades, etc. El pensamiento positivo se ha convertido en la panacea que promete el

triunfo, el paraíso, dentro del capitalismo; y que en ocasiones conduce, en cambio, a todo lo

431
contrario, a la autoinculpación cuando no se producen los resultados esperados, al estrés y la

depresión, debido precisamente al desequilibrio. El filósofo Byung-Chul Han habla de ello en

su obra. Paradójicamente, en el fondo una poética del no en tiempos de destrucción constituye

una poética del eros, una poética del sí a la vida, del sí a la re-construcción de los vínculos con

la naturaleza y los seres vivos humanos y no humanos que poblamos este planeta.

- Ética y poética del “entre” (otredad). Lo anteriormente expuesto nos lleva a la palabra

“entre”, otra de las tres por medio de las cuales podemos desplegar gran parte de sus

planteamientos poéticos. “Entre” o in media res. Todo lo vivo existe por medio de los vínculos.

Somos y estamos en una especie de red que nos conecta a unos con otros. De esta idea se

desprende a su vez el principio de otredad. El otro no es alguien externo a nosotros, el otro es

alguien con quien somos, con quien estamos. De nuevo encontramos una dimensión ética y

política en el rasgo que descubrimos con este concepto: la vinculación. Somos y estamos por

medio de vínculos, que nos construyen y que pasan por lo físico, lo biológico, lo ecológico, lo

personal, lo social, lo político… Los vínculos son los que hacen el mundo. El capitalismo viene

produciendo un movimiento destructivo para los vínculos sociales (con la destrucción de lo

público y compartido), ecológicos (con la destrucción de los ecosistemas y la naturaleza), e

incluso personales (con el individualismo), los cuales conforman el hogar donde moramos. El

concepto de otredad y la conciencia de que existimos “entre” personas, “entre” otros seres

vivos, “entre” culturas, esto es, de que somos seres entretejidos, de que ocupamos el espacio

del “entre”, in media res, son fundamentales para la poética del autor.

- Poética del ahí. Y si hablamos de espacio, es necesario hablar de otra partícula: “ahí”. Con

esta palabra Jorge Riechmann localiza el espacio de la existencia. El mundo abierto. “Ahí”. En

ese mundo que está ahí constantemente se abre el espacio de posibilidades. El espacio del “ahí”,

432
por ello, es el espacio para la poesía, el espacio para el hallazgo, el espacio de la realidad que

experimentamos. “Ahí” es el emplazamiento donde existimos. El poeta nos llama a esperar lo

inesperado, mediante la atención y la contemplación, para poder hallarlo. Siguiendo el

fragmento de Heráclito, nos recuerda que quien no espera lo inesperado no lo hallará. Por lo

tanto, podemos localizar claramente el emplazamiento poético de Jorge Riechmann: ahí, con

todo lo que implica. Ahí como espacio donde estamos, como espacio de existencia, ahí como

espacio de múltiples posibilidades donde son posibles las probabilidades improbables que

cuestionan la norma o el orden establecido, como espacio donde se produce el acontecimiento

que puede provocar una gran transformación, ahí como espacio para el milagro (en este preciso

sentido); el mundo abierto que está ahí, por decirlo con las propias palabras del poeta.

5. Una poética de la atención, de la contemplación y la audición del mundo. Jorge

Riechmann nos llama a estar atentos como forma de estar en el mundo, a contemplar el

momento y cuanto nos rodea, a esperar lo inesperado. Apreciamos aquí la influencia no sólo

del pensador presocrático, o del filósofo alemán Heidegger (en la idea de estar ahí, Dasein),

sino del pensamiento oriental, de la filosofía zen. El aquí y ahora zen son parte del ahí del que

nos habla Jorge Riechmann, porque el ahí es el espacio abierto donde es posible el hallazgo.

Pero, como Gramsci, procura sobreponer al pesimismo de la inteligencia que observa el estado

lacerado del mundo, el optimismo de la voluntad y el principio de esperanza (Ernst Bloch).

6. Una poética de la esperanza. La esperanza para el poeta, por otro lado, guarda relación

con ello, con la confianza en las posibilidades improbables que podrían irrumpir como

acontecimientos, ya sea en lo personal o en lo social: en el espacio de lo abierto del mundo que

está ahí pueden producirse acontecimientos que provoquen grandes cambios en los procesos

históricos. Y por eso es preciso estar atentos. Si estamos atentos a las posibilidades improbables,

433
podremos observarlas y aprovecharlas en el momento en que se produzcan. Estos

planteamientos no están exentos de base científica, pues la evolución del ser humano, sin ir más

lejos, se ha producido en base precisamente a las excepciones y no a la norma (por las

mutaciones en los genes). Otro tanto ha ocurrido con los procesos históricos: los

acontecimientos que los mueven son los que transforman el orden establecido, las excepciones

a la norma. No obstante, pese a ello tal vez podríamos considerar estos planteamientos en cierto

modo como una forma de misticismo. No estamos del todo alejados. El propio autor comentaba

lo siguiente en su blog, a propósito del libro Ética e infinito de Enmanuel Levinas:

¿Una ética ecológica biocéntrica basada en Levinas y en Simone Weil? Se reirán de nosotros,

pero intuyo que por ahí es por donde hemos de avanzar… Se nos reprochará misticismo ético,

pedir imposibles, ser incapaces de aceptar la realidad del toma y daca universal, pero habrá que

contestar: no. No, pues sería la sola opción para evitar el ecocidio y el genocidio que estamos

gestando.53

Ahí, no, entre. La poética de la conciencia de Jorge Riechmann resulta inexorable de sus

dimensiones ética y política.

7. Una poética de emplazamientos y desplazamientos comprometida con lo humano.

Aplicando la TE/D encontramos que la poesía de Jorge Riechmann se desplaza, con estas

coordenadas, de un extremo a otro. Un ejemplo de poesía localizada en el extremo horizontal

sería la que podemos leer en El día que dejé de leer El País, donde se reflejan los rasgos de una

poesía coloquial, con carácter narrativo, alejada de todo hermetismo, fácilmente comprensible.

Libros como Conversaciones entre alquimistas o Ahí te quiero ver nos ofrecen una poesía

mucho más próxima a lo vertical, con rasgos que conducen a un mayor hermetismo, con mayor

densidad simbólica, una poesía que tiende a la indagación y al conocimiento. En otros casos,

53
Riechmann, J. (2018). Ética e infinito. [Blog] Tratar de comprender, tratar de ayudar. Disponible en:
http://tratarde.org/etica-e-infinito/ [Consultado 15 Sep. 2018].

434
podemos encontrar una mezcla entre hermetismo y coloquialismo, indagación y testimonio,

silencio y denuncia, contemplación y grito; porque la poética de Jorge Riechmann no rechaza

ni una sola de las múltiples realidades que nos rodean.

Aplicando también la TE/D a la poética del autor observamos que el emplazamiento de lo

humano, para Jorge Richmann, se halla en la intersección de ambas coordenadas y se define

con la noción de “ahí”. Este concepto de “ahí” nos indica al mismo tiempo el mundo donde

estamos, como espacio de existencia (Heidegger), y el mundo abierto donde es posible el

milagro en sentido laico (Arendt), esto es, la irrupción de las posibilidades improbables cuando

esperamos lo inesperados (Heráclito). Estos son, a grandes rasgos, los emplazamientos y

desplazamientos de la poética de Jorge Riechmann.

8. Dos etapas: Thanatos y Eros. En la poética de Jorge Riechmann encontramos dos etapas

claramente diferenciadas en su evolución, que hemos denominado “Poesía del thanatos” y

“Poesía del eros”. La primera de ellas es aquella en la que el poeta se expresa desde el tánatos

que le rodea, el tánatos de la sociedad capitalista, y en ella observamos con mayor fuerza el

desconsuelo y la angustia ante un mundo enfermo de muerte. El testimonio, la denuncia y el

rechazo de todo ello se verán reflejados en su poesía, que tampoco estará exenta de hermetismo,

como puede comprobarse al leer obras como Cántico de la erosión o Donde es posible la vida.

El poeta expresa los abismos, que pueden ser del interior (a nivel personal, como se aprecia

sobre todo en sus primeros poemarios), o del exterior (a nivel social, el tánatos del capitalismo

destructor de los vínculos sociales y de la naturaleza). A nivel de estilo, se aprecian dos caminos

distintos en esta primera etapa, que convivirán igualmente, en mayor o menor medida, en el

resto de su obra. El primero de ellos es el hermetismo, resultado del empleo de procedimientos

propios del surrealismo, sus poemas presentan una mayor carga simbólica, una mayor densidad

significativa. En ocasiones, el hermetismo viene combinado con el uso de un lenguaje coloquial

435
y narrativo, que en este caso no conduce al realismo social, sino a una poesía cerrada y que

presenta mayor dificultad de comprensión, algo que hemos dado en llamar hermetismo

coloquial. A esta primera “Poesía del tánatos” le sigue una segunda etapa, cuyo comienzo

coincide con la irrupción del concepto “ahí” en su obra, lo cual marca un punto de inflexión.

Dos libros, los poemarios El día que dejé de leer El País y Desandar lo andado constituyen,

respectivamente, el final de la primera etapa y el comienzo de la segunda. Ambos fueron

escritos al mismo tiempo y ambos son el reflejo de caminos distintos en su poesía. A la segunda

etapa la hemos denominado “Poesía del eros”. Ante el poder destructor del tánatos, el poeta

avanza hacia una poética de la vinculación, una poética del eros con la que no deja de aspirar a

la reconstrucción de los vínculos que unen el mundo. La poesía se convierte así, no sólo en

vehículo de denuncia y desconsuelo ante una realidad tanatizada como forma de resistencia,

sino en algo capaz de producir vinculación con la fuerza de eros. La poesía, como forma de

indagación y conocimiento, no dejará de esperar lo inesperado, de esperar el milagro en sentido

laico, no perderá la esperanza en la fuerza de eros ni en las probabilidades improbables que

pueden provocar grandes cambios. El poeta toma conciencia de que la poesía, con el poder de

la metáfora, se convierte en lenguaje capaz de conectar realidades o elementos de la realidad

que en un principio se nos presentan como aparentemente desconectados. La poesía posee un

poder vinculador en este sentido. La indagación poética, atenta y a la espera de los hallazgos

que nos sirvan para trazar caminos con salida en el Siglo de la Gran Prueba, constituye una

herramienta

Es preciso señalar que el poeta, desde el comienzo, siempre entendió la poesía como un

campo de exploración, alineado con el ejemplo de las Vanguardias Históricas. No obstante, en

esta etapa que hemos denominado “Poesía del eros” y que cristaliza en una poética de la

vinculación, esta exploración propia de la poesía toma forma concreta y se define con toda

claridad en su búsqueda de esos otros caminos. La exploración poética es indagación en la

436
realidad, por lo tanto, alcanza la denominación realismo de indagación. Esta indagación se

produce en un espacio concreto, localizado por la noción de ahí. Los conceptos “ahí”, “entre”

y “no” como claros elementos fundamentales de su poética se definen claramente en esta etapa.

La potencia de eros está en su poder para construir o conservar los vínculos entre los seres vivos

y todo cuando forma parte de la naturaleza, el hogar compartido. Si tánatos es destrucción de

los vínculos, lo cual produce en última instancia la muerte; eros es todo lo contrario, protección

y construcción de los vínculos que conforman la vida. Ahora el poeta hace una poesía movida

por la fuerza de la vinculación, donde toman mayor protagonismo estos conceptos señalados;

en la etapa anterior su poesía expresaba un movimiento de rechazo ante el tánatos del mundo,

en forma de denuncia, testimonio, angustia y desconsuelo. Esto no significa que ya no esté

presente el desconsuelo, significa que la fuerza de eros ha tomado mayor protagonismo al

expresarse como poética de los vínculos. He ahí la diferencia entre ambas etapas y la razón por

la cual las hemos distinguido como “Poesía del tánatos” y “Poesía del eros”, poética del

desconsuelo y poética de la vinculación. Ambas, nos obstante, son al mismo tiempo poéticas

de resistencia, de resistencia ante el tánatos del capitalismo que nos está conduciendo a la

destrucción del hogar compartido, nuestro planeta. La actitud de quien aspira a transformar el

mundo, nos decía en el primero de sus libros de reflexión poética, Poesía practicable, es el

pesimismo de la inteligencia y el optimismo de la voluntad (cerca de Gramsci), lo cual se

traduce, para el poeta, en lo que denomina pesimismo activo. Este pesimismo activo encontrará

su firme apoyo en el fragmento del Heráclito que nos anima a esperar lo inesperado para poderlo

hallar; con este fragmento la idea del pesimismo activo no sólo encuentra un apoyo, sino que

se expande hacia la idea de la posibilidad del milagro en sentido laico. Esperar lo inesperado,

las probabilidades improbables, esperar lo incalculable, aquello que se sale de la norma y pese

a todo puede acontecer contra todo pronóstico, provocando grandes cambios. ¿Qué otra cosa es

la poesía, sino eso, hallazgo y creación, irrupción de lo nuevo, palabra en libertad? Lo sabemos,

437
al menos desde Zambrano. También desde Aristóteles con su Poética, quien —nos recuerda

Jorge Riechmann— lo expresa de este modo: “«No es obra de un poeta el decir lo que ha

sucedido, sino qué podría suceder, y lo que resulta posible según lo que es verosímil o necesario.

(…)»” (2013: 76) La indagación y el hallazgo, esperando lo inesperado, aquello que puede

acontecer en cualquier momento, se convierten en motores de una poética en cuyo fondo

observamos la esperanza en la fuerza de eros. En su obra Resistencia de materiales, el propio

poeta afirma que hay dos formas de poesía política —que en cierto modo pueden encajar con

la definición que hemos hecho de ambas etapas, respectivamente. La primera de ellas es la que

rechaza lo que no es aceptable en el mundo, la que dice “no” y desde ahí abre otros posibles

caminos, la que denuncia. La segunda, aquella que muestra que otros mundos son posibles.

Ambas poéticas son formas de resistencia ante el orden del mundo tanatizado por el capitalismo.

Entre una y otra, para Jorge Riechmann, la segunda es superior. Para el poeta, en un mundo que

tiende a la destrucción de los vínculos de todo tipo (sociales, ecológicos, personales…), “una

poética resistente es, antes que nada, una poética de la vinculación.” (2016b:77)

No obstante, es preciso recordar que cuando hemos hablado de la segunda etapa en su obra,

de la “Poesía del eros”, donde desarrolla la poética de la vinculación, no lo acotamos solamente

al contenido temático de carácter social o político. La poesía, nos dice el poeta, es palabra en

libertad y duerme en el bosque, no entre los muros de la polis. Por lo tanto, encontramos poemas

que tienden a la mística, por ejemplo, en Conversaciones entre alquimistas. Por la misma razón,

tampoco nos referimos solamente a poesía social o política cuando hablamos de la primera

etapa. Podemos encontrar poemas de amor, como los compilados en el libro Amarte sin regreso,

que recoge composiciones de tema amoroso escritos entre 1981 y 1994 procedentes de

numerosos poemarios de ese período.

9. Orfismo social: eros poético ante el thanatos político. La poesía del desconsuelo activo

de Jorge Riechmann supone el recorrido del poeta, como un Orfeo social de nuestro tiempo,

438
por los caminos del horror y de la muerte del capitalismo. El poeta, consciente de la realidad

que le rodea, observa la destrucción y el desequilibrio producidos por el sistema socioeconóico

capitalista y sus modos de vida. Por ello lo testimonia, lo denuncia, lo critica (poesía del

desconsuelo), mientras recorre los infiernos impulsado por eros, por la voluntad de vida, la

aspiración a otros mundos posibles compatibles con la vida de todos los seres vivos en el

planeta. En su recorrido, el eros como fuerza complementaria a tánatos va cobrando mayor

vigor, se hace más fuerte para contrarrestar la desmesura del tánatos que nos rodea. Como

resultado, lo hemos señalado, aparece la poética de la vinculación, una poética profundamente

erótica en este sentido, pues se basa en la noción de vínculo, atendiendo especialmente a los

vínculos que hacen posible la vida. De este modo, el poeta es un Orfeo en los infiernos

colectivos ocasionados por el capitalismo. Está buscando caminos que le conduzcan a la salida

de ese Thanatos. No solo denuncia y testimonia; indaga, explora. Escribe una poesía también

con rasgos órficos, en ocasiones hermética, fruto de esa voluntad de exploración. Y uno de sus

hallazgos lo constituye la poética de la vinculación. Hemos llamado a esta particular forma de

orfismo “orfismo social”.

10. Una poética de la insistencia, la resistencia y la repetición. Otro de los rasgos propios

de la poética de Jorge Riechmann es la repetición. Muchos de los textos aparecen recogidos en

diferentes libros de forma reiterativa, ya sea como compilación temática o por la proximidad a

la reflexión desarrollada en cada caso. Como resultado, podemos encontrar una misma idea

repetida en diferentes libros, en ocasiones con las mismas palabras. El autor considera al

respecto que hay cosas que es preciso repetir. En todo caso, lo señalamos como un rasgo propio

de su obra poética. Pero hemos de aclarar: la repetición en Riechman no es mera redundancia,

sino insistencia, subrayamiento de ideas, valores, principios que tienen que ver con el trasfondo

439
de la re-sistencia. Incluso hemos de indicar que, en ocasiones, unas mismas palabras (o

párrafos) en contextos diferentes matizan y amplían su significación.

11. Una poética de la palabra en libertad. Poesía social, poesía cívica, poesía política…

son apellidos con los que nombramos a la poesía para referirnos a ciertos poemas según el tema

que abordan. La poesía, para Jorge Riehmann, es sobre todo palabra en libertad. El poeta, en

cambio, habita entre los muros de la urbe, con lo cual el poeta además de poeta es ciudadano.

La poesía no puede ser encerrada entre los muros de la ciudad, nos dice el autor, duerme en el

bosque. Por eso, y siguiendo los planteamientos poéticos de Jorge Riechmann, los apellidos

“poesía cívica”, “poesía social” o “poesía política” se quedan cortos, tratan de poner coto a lo

que es libre y habita en lo abierto, ahí, más allá de los muros de la ciudad. El poeta, nos dice el

autor con un juego de palabras, ha de comprometerse y no aceptar compromisos (como expresa

en el título de uno de los ensayos contenidos en Resistencia de materiales donde aborda la

cuestión del compromiso en poesía). El compromiso del poeta es con la poesía. Como

ciudadano, el autor se considera comprometido con su tiempo. ¿Cómo se relacionan ambos

compromisos? Para Jorge Riechmann no se puede partir del compromiso político a priori a la

hora de escribir poesía, pues el compromiso del poeta en tanto poeta primero es con la poesía,

y la poesía es palabra en libertad.

Por lo tanto, el poeta en tanto poeta tiene un compromiso con la poesía, con el lenguaje; y

en tanto ciudadano, una responsabilidad social como el resto de ciudadanos. Y esto hace que,

en consecuencia, las inquietudes sociales naturalmente también se expresen por medio de la

poesía, pues al fin y al cabo el poeta, además de poeta, es un ciudadano. Otro de los aspectos

destacados de la idea de compromiso para el poeta es la no usurpación de la voz del otro. En

esto difiere de la idea de dar voz a los sin voz, extendida en la poesía social del medio siglo. El

autor considera que, antes que eso, es preciso trabajar para crear las condiciones que permitan

440
que ningún ser humano carezca de voz, lo cual considera que no es trabajo del poeta, sino

trabajo del revolucionario.

12. Poética de la celebración y la crítica. La poesía, para Jorge Riechmann, tiene una doble

función: como celebración y como crítica. Con la primera nos muestra que el mundo está

abierto, nos conecta con lo abierto del mundo que nos rodea. Con la segunda, opone su

resistencia a cuanto trata de cerrarlo. La poesía como celebración de la vida, como afirmación

de la vida, en su obra aparece con fuerza precisamente después de la poesía como negación del

tánatos producido por el orden social existente. Ambas en el fondo son movidas por la fuerza

del amor, por la fuerza de eros.

Por otro lado, la poesía en tanto lenguaje guarda una relación con el poder (nos referimos

aquí a los poderes económicos, políticos, mediáticos; que en realidad responden a una misma

estructura económica de poder), cuyo poder pasa en gran parte por su capacidad para poner

nombre al mundo, para nombrar la realidad e imponer un relato del orden de cosas por medio

de discursos. Una conciencia poética, y por tanto —¿cómo no?— una poética de la conciencia,

pasa por la conciencia de que las palabras provocan cambios en la mente de las personas, en la

forma de pensar, la forma de sentir y la forma de actuar. Esos cambios en la conciencia

constituyen cambios en el mundo. La conciencia del ser humano es fundamentalmente

lingüística (Lotman). La palabra es fundamental en la construcción de los consensos sociales,

en la construcción del sentido común, en la creación de lo que el filósofo italiano Antonio

Gramsci denominó hegemonía cultural. El arte, además de producir sentido, también cumple la

función de cuestionar los sentidos establecidos. La poesía, como sistema de modelización

secundario (Lotman), como lenguaje artístico, contiene el potencial tanto de producir sentido

como de cuestionar los existentes, y siempre, por su carácter lingüístico, actúa sobre la

conciencia. He aquí algunas conexiones entre poesía, conciencia y poder.

441
Partiendo de lo anterior, podemos deducir que hay una fabricación constante del sentido

común, de las normas y valores socialmente aceptados y compartidos, y que en las sociedades

actuales las industrias culturales poseen un gran poder de producción masiva de sentido,

especialmente significativo con la fabricación de contenidos de entretenimiento. Nociones

como sociedad del entretenimiento o sociedad del espectáculo se han utilizado para definir a

nuestras sociedades, como consecuencia de la actuación de las industrias culturales. El

entretenimiento se ha convertido en una forma de evasión en un mundo en crisis. La fabricación

continua de contenidos televisivos como programas de espectáculo o de series de televisión son

tan sólo un ejemplo de ello, al que podemos sumar los productos de la industria de los

videojuegos. El poeta es consciente de todo ello cuando afirma que habitamos sociedades en

las que existe una fábrica de la mente (mind factory) al mismo tiempo que una fábrica del cuerpo

(body factory), y que la poesía, en tanto palabra en libertad, es una forma de resistencia a ambas.

La fábrica de la mente produce evasión y anestesia, nos aleja de la verdadera existencia. Para

el poeta existe una batalla que se está librando en los territorios de la imaginación. La sociedad

del entretenimiento está llenando de contenidos la imaginación, la está colonizando. Por ello, y

ante la evasión y la anestesia generalizadas, la poesía es una forma de resistencia y un camino

hacia la existencia, hacia la verdadera vida, hacia el mundo abierto que está ahí. En esta

dicotomía resistencia/ existencia, la poesía juega un papel fundamental por su capacidad

esencial para generar imágenes y metáforas, ofrece una forma de resistir a la anestesia

provocada por los contenidos de entretenimiento, una forma de conectar con la existencia en

lugar de huir a los paraísos de evasión que ofrecen las industrias culturales como movimiento

de fuga ante un mundo tanatizado, como alternativa al mundo real. La poesía de Jorge

Riechmann, como poética de la conciencia, es poesía ante la evasión y la anestesia, poesía ante

la fábrica de la mente en la batalla que se libra en los territorios de la imaginación, poesía para

la existencia, poesía para afrontar el mundo tanatizado, poesía que dice “no” a la evasión y “sí”

442
a la vida, poesía para conectar con el mundo abierto que está ahí, poesía como resistencia,

poesía para hallar caminos con salida en el Siglo de la Gran Prueba, poesía que contribuya a

evitar la destrucción del planeta, el ecocidio que estamos produciendo; poesía que no deja de

esperar lo inesperado y que no deja de confiar en las probabilidades improbables, con la

esperanza que proviene de la fuerza de eros.

13. Una poética intertextual, con la presencia de poetas y pensadores. El pensamiento es

fundamental en la poética de Jorge Riechmann, que se nutre no sólo de los postulados poéticos

expuestos, sino de la filosofía tanto de la tradición occidental como de la oriental, incluyendo

el pensamiento zen. Autores como Confucio o Heráclito conviven en los ensayos contenidos

en su libros de reflexión poética, junto con otros como Marx, Heidegger, Levinas o el español

Manuel Sacristán, por citar tan solo algunos de los destacados entre los numerosos autores con

los que establece un fructífero diálogo a lo largo de su obra conformando sus planteamientos.

Por ello, filosofía y poesía forman parte fundamental de su poética, estableciendo una relación

fundamental. Para Jorge Riechmann, en todo gran poeta ha de haber también un filósofo.

Hemos señalado rasgos fundamentales de la poética del autor, como por ejemplo la importancia

conceptos como el atención y contemplación, los cuales evidentemente proceden de la

influencia del budismo zen. O la ética y la otredad, tan importante para la idea de in media res,

la noción “entre”, con Levinas y con Heidegger (mitsein). O la idea de existencia, con el Dasein

heiddegeriano (estar en el mundo), que nos lleva por otro lado a la noción de ahí, la cual en el

poeta incluye otros matices procedentes de la filosofía oriental, con el aquí y ahora del

pensamiento zen, pero que sin duda se nutre de la filosofía del existencialismo de Heidegger.

Por otro lado, no hay que olvidar la importancia del marxismo en los planteamientos poéticos

de Jorge Riechmann, en la dimensión crítica de su poesía. Autores como Marx o como el

español Manuel Sacristán, introductor de la obra de Antonio Gramsci en España, son sin duda

443
determinantes para su obra. En esa tradición de pensamiento crítico, conecta con momentos

literarios como el protagonizado por las Vanguardias Históricas, abrazando el surrealismo, que

entiende la poesía como exploración con el lenguaje (algo fundamental para la poética de

Riechman) y como elemento revolucionario. El poeta René Char será uno de sus máximos

referentes. También observamos claros rasgos del expresionismo en numerosos poemas, con

los que expresa el horror y la angustia en un mundo tanatizado. Por otro lado, Bertolt Brecht es

otro de los referentes en la dimensión crítica de su poesía, uniendo materialismo y poesía.

Todos estos autores, y otros con los que conversa en sus libros, son determinantes en la

conformación de sus postulados poéticos. Con la noción de ahí, que irrumpe en un momento

de su obra provocando un punto de inflexión, se produce un antes y un después que hemos

descrito con todo detalle. La poética de la vinculación, con todo lo que ella implica, va

apareciendo como resultado de esa mezcla, en el encuentro entre postulados en principio tan

distintos como los fragmentos de Heráclito, el pensamiento de Anna Arendt, el budismo zen, la

filosofía de autores como Heidegger, Levinas o Marx, Gramsci y Manuel Sacristán. Tradiciones

de pensamiento tan distintas como las que representan estos autores confluyen en la poética de

Jorge Riechmann dando forma a sus postulados.

El propio poeta, partiendo de la traducción de su apellido (Riechmann, del alemán,

“husmear”), con un juego de palabras se autodefine como alguien que busca, un buscador.

Además de ello, nos dice en uno de los textos de Ahí es nada, con el que finaliza el libro, que

se considera de los que buscan, no de los que logran. Para María Zambrano, la filosofía es

precisamente el camino de la búsqueda por medio de un método, mientras que la poesía guarda

relación con el hallazgo, con el don, con aquello que se recibe por gracia, como regalo. Por

tanto, encontramos un fuerte impulso filosófico en los planteamientos poéticos de Jorge

Riechmann, no exentos del impulso poético. De todo ello es consciente el autor, que se

encomienda a lo abierto del mundo que está ahí, que no deja de esperar lo inesperado porque

444
junto con Heráclito aprendió que de otra forma no se hallará, que no deja de confiar en el

milagro del hallazgo, que para ello nos aconseja estar atentos y practicar la contemplación; que

sabe que la poesía es palabra en libertad y que, como la vida, está movida por las fuerzas de

eros.

14. Una poética ecosófica, ecosocialista y ecofeminista.. El modo como analiza la sociedad

actual, desde el pensamiento ecosocialista, determina en gran medida la dimensión crítica de su

poética. Si nos detenemos nuevamente en el concepto de vinculación, entendida como la

tendencia a reparar o construir los vínculos que nos unen con el mundo, en esta noción

encontramos conexiones tanto con la ecología (a nivel físico, biológico), en la protección de los

vínculos que conforman la vida y el hogar compartido, el planeta Tierra; y con el socialismo en

el plano político, cuyo fundamento es la solidaridad y la construcción de vínculos sociales, de

espacios públicos compartidos. La noción de vinculación, que da lugar a si poética de la

vinculación, conecta con el pensamiento ecosocialista.

Por otro lado, también forma parte del pensamiento del poeta, la crítica a la tecnociencia

moderna en su espíritu prometeico (Flahault), en la desmesura, en la hibris que ha producido,

en la destrucción que comporta, en el peligro de ecocidio y genocidio que conlleva. Ejemplos

de ello son la fabricación de la bomba atómica, capaz de exterminarnos como especie; o la

destrucción de la naturaleza por producción industrial ilimitada. La crítica a la tecnociencia

moderna, al monstruo producido por la Ilustración, no es una crítica al proyecto de la

ilustración, sino a los errores, desmesuras y desequilibrios provocados por el proyecto ilustrado.

Por ello, critica el nihilismo posmoderno, el irracionalismo y la fe ciega en la máquina, y lejos

de dar la espalda al proyecto de la razón, defiende la necesidad de repensar el proyecto ilustrado

desde la distancia, para corregir los errores cometidos: es partidario de una Ilustración de la

Ilustración. Por otro lado, conoce los límites de la razón, cuya desmesura y proyecto moderno

445
nos han llevado a la situación actual. Al mismo tiempo que defiende la razón como una facultad

humana fundamental, necesaria y débil respecto al conjunto de facultades humanas —dado que

el Homo sapiens sapiens utiliza el modo sapiens sapiens del cerebro, la función metacognitiva

de la razón, de forma reducida—, es consciente de las limitaciones de la razón. En lo poético,

señala que la abstracción propia del lenguaje racional y científico nos aleja de lo concreto del

mundo que tocamos, algo sobre lo cual ya reflexionó María Zambrano en su obra Filosofía y

poesía. El lenguaje poético, en este sentido, supone una vuelta al mundo percibido, una

revinculación con lo concreto del mundo; y las metáforas producen vínculos con la realidad que

la abstracción es incapaz de producir. Jorge Riechmann es consciente de este poder vinculador

del lenguaje poético.

15. Una poética de la transparencia. La indagación poética riechmanniana desemboca en

un materialismo abierto a la exploración del mundo que está “ahí”. Ello implica la aceptación

de un inmanentismo paradójicamente no cerrado, surcado de presencias, con salida a lo abierto

(éxtasis, ec-tasis), en cierto grado trascendente. La palabra precisa no es inmanencia ni

trascendencia, sino transparencia. Con la transparencia, lo trascendente puede darse en este

preciso sentido dentro de lo inmanente. No obstante, es necesario matizar: esto no quiere decir

que el poeta crea en la existencia de Dios ni en otro mundo después de la muerte. Este enfoque

se refleja por ejemplo en su idea heraclítea del milagro (“esperar lo inesperado”), esperar lo

incalculable, en la poética de la atención al “ahora” (estar atentos) que comparte con el budismo

zen y en su noción del “ahí”. La metáfora, para Jorge Riechmann, es un procedimiento capaz

de conectar realidades distintas, y con ello establece vínculos capaces de hacernos ver, de

revelarnos, zonas de la realidad que no veíamos.

446
16. Una poética de fragmentos. Uno de los rasgos propios de la producción poética de

Jorge Riechmann es su tendencia al empleo del fragmento como forma de escritura. Esto

aparece reflejado tanto en sus libros de poemas como en los ensayos, como podemos comprobar

por ejemplo con los diarios de trabajo o con el título Poemas lisiados, por citar sólo dos

ejemplos, siguiendo a otros autores como Char o Brecht.

447
448
2. PERSPECTIVAS PARA EL FUTURO

A lo largo de este estudio nos hemos centrado sobre todo en sus cinco libros de ensayo y

reflexión poética y estética: Poesía practicable, Canciones allende lo humano, Resistencia de

materiales, El siglo de la gran prueba y Ahí es nada. Por otro lado y pese a no haberles dedicado

un espacio por separado, también hemos tenido en cuenta lo que el poeta expresa en otros libros

de reflexión poética como son los denominados diarios de trabajo, Una morada en el aire y

Bailar sobre una baldosa, y los libros de textos breves Fracasar mejor (fragmentos,

interrogantes, notas, protopoemas y reflexiones) y, el más reciente, Peces fuera del agua. A

ellos añadimos el libro Tuits para el Siglo de la Gran Prueba, próximo al estilo de los diarios

por su rasgo fragmentario.

Además de ello hemos tenido en cuenta por supuesto sus libros de poemas, pues hemos ido

contrastando su poética explícita con la implícita como parte de la metodología. No obstante,

somos conscientes de las limitaciones propias de un estudio sobre una obra tan extensa y

prolífica como la del autor, que requerirá un trabajo futuro compartido de quienes deseen

continuar profundizando en aspectos concretos de la obra. Otros libros donde reflexiona sobre

poesía son, como comentamos, sus denominados diarios de trabajo y varios libros de

fragmentos. Si bien hemos tenido en cuenta todos ellos (de hecho, algunas partes y fragmentos

de estos otros libros también son recogidas en los ensayos), la selección del corpus se ha

centrado en los cinco libros de ensayo. Un corpus mayor hubiera requerido un estudio en

consecuencia más extenso y, por otro lado, consideramos que los libros de reflexión poética

seleccionados contienen lo fundamental de su pensamiento poético hasta el momento. Por todo

ello, es preciso señalar que queda pendiente continuar investigando su obra desde diferentes

posibles caminos abiertos. Uno de ellos podría ser la realización de un estudio específico sobre

sus diarios de trabajo: Una morada en el aire, Bailar sobre una baldosa y La pluma del

arrendajo (éste último parcialmente publicado en prensa y en el libro de ensayo Ahí es nada,

449
pero inédito en su conjunto). Otra vía de investigación específica sería la que se desprende de

sus libros de fragmentos. La escritura fragmentaria en la poética de Riechmann es uno de los

rasgos propios del poeta. Así pues, sería sumamente enriquecedor realizar un estudio centrado

en este aspecto esencial de su escritura, partiendo no sólo de su poesía sino de sus libros de

fragmentos, donde como hemos señalado también reflexiona sobre poesía, además de otros

temas de carácter político, filosófico, social, etc.: Fracasar mejor, Peces fuera del agua, Tuits

para el Siglo de la Gran Prueba.

Por todo ello, consideramos que el estudio contiene carencias, pero también aportaciones

sobre los fundamentos de la poética de la conciencia de Jorge Riechmann, y su conexión con el

contexto de enormes transformaciones presentes y futuras que estamos experimentando en el

momento actual. Confiamos en que su obra pueda arrojar algo de luz, desde los caminos

abiertos por la poesía, en estos momentos de grandes desequilibrios (ecológicos, económicos,

políticos, sociales, etc.), en los que están en juego no sólo las formas de organización de las

sociedades, sino el futuro de la especie humana y el propio planeta.

450
V. BIBLIOGRAFÍA

451
452
Nota: hemos optado por indicar entre paréntesis la fecha de la edición utilizada, aunque

sabemos que en muchos casos la referencia de la primera edición es muy anterior. Todos los

trabajos referenciados han sido considerados y consultados, aunque no todos aparezcan

explícitamente citados dentro del texto.

Acosta Romero, A. (2009). La bisagra. Ensayo sobre complejidad, crisis y comunicación.

Sevilla: Alfar.

Aguaded, J. I. & Pérez Rodríguez, M. A. (2001). Nuevas corrientes comunicativas, nuevos

escenarios didácticos. Comunicar, 16, 120-130.

Alicia Bajo Cero (1996). Poesía y poder. Valencia: Bajo Cero.

Alonso, A. (1986). Materia y forma en poesía. Madrid: Gredos.

Alonso, D. (1971). Poesía española. Madrid: Gredos.

Bagué Quílez, L. (2006). Poesía en pie de paz: modos del compromiso hacia el tercer

milenio. Valencia: Pre-textos.

_______. Semblanza crítica. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Recuperado de:

http://www.cervantesvirtual.com/portales/jorge_riechmann/semblanza/

Bauman, Z. (1997). Modernidad y Holocausto. Madrid: Sequitur.

Bauman, Z. (1997). Modernidad y Holocausto. Madrid: Sequitur.

_________. (2004): Modernidad líquida. México: Fondo de Cultura Económica.

Bellido Navarro, P.; Peinado Elliot, C. (2014). Hacia una arquitectura estética y moral de la

subjetividad: aproximación hermenéutica a Diario cómplice de Luis García Montero. En

453
Tendencias estéticas y literarias en la cultura contemporánea. Valencina de la Concepción

(Sevilla): Renacimiento.

Binns, N. (2007). Epílogo. En J. Riechmann, Con los ojos abiertos (antología de

“ecopoemas” 1985-2006). Tegueste (Tenerife): Baile del Sol.

Boff, L. (2007, 14 diciembre). Trascendencia-Inmanencia-Transparencia. Revista

Electrónica Latinoamericana de Teología, RELaT. Recuperado el 15 de agosto de 2019 de

http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=254

Bousoño, C. (1999). Teoría de la expresión poética. 2 vols. Madrid: Gredos.

Brecht, B. (1984). El compromiso en literatura y arte. Barcelona: Península.

Broullón Lozano, M. A. (2017). Poética y lógica del esbozo. Análisis semiótico del entorno

digital desde la obra de José Luis Guerin (Tesis doctoral). Universidad de Sevilla, Sevilla.

Casado, M. (1991). Jorge Riechmann: poesía del desconsuelo. Ínsula. Revista de letras y

ciencias humanas, 534, 20-21.

_______. (1995). Para recuperar los nombres. Sobre la poesía de Jorge Riechmann.

Cuadernos Hispanoamericanos, 544, 113-124.

_______. (2003). Hablar contra las palabras -Notas sobre poesía y política-. Zurgai [Poesía

de la conciencia], 13.

Castro Hernández, O. (2017). Entre-lugares de Modernidad. Filosofía, Literatura y

Terceros espacios. Madrid: Siglo XXI.

Chicharro Chamorro, A. (1987): Literatura y saber. Sevilla: Alfar.

454
_______. (1997). De una poética fieramente humana, Granada: Diputación Provincial de

Granada.

_______. (2005). Los estudios sociocríticos y las teorías de estirpe psicológico-analítica.

Revista Jizo de Humanidades, n. 4-5, 12-15.

Char, R. (1986). La palabra en archipiélago. Madrid: Hiperión.

_______. (1999). Indagación de la base y de la cima. Madrid: Árdora.

_______. (2005). Poesía esencial. Barcelona: Galaxia Gutemberg/ Círculo de Lectores.

Chomsky, N. y Ramonet, I. (1995), Cómo nos venden la moto. Información, poder y

concentración de medios. (Vigésimo quinta reimpresión: noviembre de 2008). Barcelona:

Editorial Icaria.

Cros, E. (1997). El sujeto cultural. Sociocrítica y psicoanálisis. Buenos Aires: Corregidor.

___________. (2009). La sociocrítica. Madrid: Arco Libros.

Damasio, A. (2016): Y el cerebro creó al hombre: ¿Cómo pudo el cerebro generar

emociones, sentimientos, ideas y el yo? Barcelona: Destino.

___________. (2018). El extraño orden de las cosas: La vida, los sentimientos y la creación

de las culturas. Barcelona: Destino.

De la Vega Castilla, C. (2003). Habitando el desarraigo: una propuesta desde la filosofía del

límite y la Teoría del Emplazamiento. En Vázquez Medel, M. A. (dir.), Acosta Romero, A.,

Rodrigo Browne, S., y Silva Echeto, V. M. (eds.), Teoría del Emplazamiento: aplicaciones e

implicaciones (pp. 21-40). Sevilla: Alfar.

455
De Luis, L., Urrutia, J., y Rubio, F. (2010). Poesía social española contemporánea.

Antología (1939-1968). Madrid: Biblioteca Nueva.

Dennet, D. (1996). Contenido y conciencia. Barcelona: Gedisa.

Duque, F. (1993). Introducción. En Lévinas, E, El tiempo y el Otro, Barcelona: Paidós.

Eagleton, T. (2010). Cómo leer un poema. Madrid: Akal.

Eco, U. (1999): Los límites de la interpretación. Barcelona: Lumen.

Echeverría, J. (1994). Telépolis. Barcelona: Destino.

Falcón, E. (2002, noviembre). Una poética para 150.000.000. Ínsula. Revista de letras y

ciencias humanas, 671-672, 45.

_______. (ed.) (2007). Once poéticas críticas. Madrid: Centro de Documentación Crítica.

Flahault, F. (2013). El crepúsculo de Prometeo. Barcelona: Galaxia Gutenberg.

Gadamer, H.G. (1994). Verdad y método I. Salamanca: Sígueme.

_______. (1994) Verdad y método II. Salamanca: Sígueme.

García Candeira, M. (2011). “La naturaleza como modelo de resistencia. Azar, emergencia

y voluntarismo en la poesía de Jorge Riechmann”. En: Arturo Casas y Ben Bollig (eds.),

Resistance and Emancipation: Cultural and Poetic Practices. Oxford: Peter Lang.

_______. (2014). Poesía en crisis en el panorama español: despojamiento y lucha en la

trayectoria última de Jorge Riechmann. Hispanófila: Literatura – Ensayos, 170, 129-148.

García de la Concha, V. (11 de febrero de 1994). Material móvil. Jorge Riechmann. ABC

literario, p. 8.

456
García Montero, L. (8 de enero de 1983). La otra sentimentalidad. El País, pp. 7-8.

_______. (2002). Poética, política, ideología. Ínsula. Revista de letras y ciencias humanas,

671-672.

_______. (2002). Los dueños del vacío. La conciencia poética, entre la identidad y los

vínculos. Barcelona: Tusquets.

García-Teresa, A. (2013). Poesía de la conciencia crítica (1987-2011). Madrid:

Tierradenadie.

_______. (2014). Para no ceder a la hipnosis. Crítica y revelación en la poesía de Jorge

Riechmann. Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia.

Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional. Barcelona: Kairós.

Guattari, F. (1996). Las tres ecologías. Valencia: Pre-Textos.

Han, B. (2012). La sociedad del cansancio. Barcelona: Herder.

_______. (2012). La agonía del Eros. Barcelona: Herder.

_______. (2013). La sociedad de la transparencia. Barcelona: Herder.

_______. (2014). Psicopolítica. Barcelona: Herder.

_______. (2016). Sobre el poder. Barcelona: Herder.

Heidegger, M. (1999). El concepto de tiempo. Madrid: Trotta.

_________ (2018). Ser y Tiempo. Madrid: Trotta.

Heráclito. (2009). Heráclito: fragmentos e interpretaciones. Madrid: Ardora.

Hernández, M. (2017). Obra poética completa. Madrid: Alianza.

457
Instituto Nacional de Estadística. Tasa de por distintos grupos de edad, sexo y comunidad

autónoma. [Base de datos]. Recuperado de http://www.ine.es/jaxiT3/Datos.htm?t=4247

Iravedra, A. (2002). ¿Hacia una poesía útil? Versiones del compromiso para el nuevo

milenio. Ínsula. Revista de letras y ciencias humanas, 671-672, 2-8.

_______. (2004). Jorge Riechmann: una tarea de indagación desde los vínculos (al margen

de Un zumbido cercano). Ínsula. Revista de letras y ciencias humanas, 695, 16-19.

_______. (2007). Poesía de la experiencia. Madrid: Visor.

_______. (2010). El compromiso después del compromiso: poesía, democracia y

globalización (poéticas 1980-2005). Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia.

_______. (2016). Hacia la democracia. La nueva poesía (1968-2000). Madrid: Visor.

Jiménez, J. R. (2005). Obra Poética. 2 vols. Ed. de Javier Blasco y Teresa G. Trueba.

Madrid: Espasa Calpe.

Juarroz, R. (2016). Poesía vertical. Madrid: Cátedra.

________. (2006). La estación total con las Canciones de la nueva luz. Madrid: Visor.

_______. (2012). Recuerdos. Tiempo. Madrid: Visor.

Lanz Rivera, J. J. (2007). La poesía durante la transición y la generación de la democracia.

Madrid: Devenir.

_______. (2011). Nuevos y novísimos poetas. En la estela del 68. Sevilla: Renacimiento.

Lledó, E. (2010). El concepto “poiesis” en la filosofía griega: Heráclito-Sofistas-Platón.

Madrid: Dykinson.

458
_______. (2018). Sobre la educación. La necesidad de la Literatura y la vigencia de la

Filosofía. Madrid: Taurus.

López Ramos, A. (2000) Entre las líneas. Gadamer y la pertinencia de traducir. Madrid:

Visor.

Lotman, Y. M. (1996). La semiosfera. La semiótica de la cultura. 3 vols. Madrid: Cátedra.

__________. (2011). Estructura del texto artístico. Madrid: Akal.

Maillard, C. (2016). Matar a Platón. Barcelona: Tusquets.

_________. (2015). La herida en la lengua. Barcelona: Tusquets.

Machado, A. (2010). Poesías completas. Barcelona: Austral.

Marichal, J. (1998). Presencia de Giner (1898-1998). Revista Residencia, (5). Recuperado

el 29 de abril de 2019, de http://www.residencia.csic.es/bol/num5/giner.htm

Martí, J. (26 de enero de1895). La Revista literaria dominicense. Patria.

Martín Garzo, G. (2001). El hilo azul. Madrid: Aguilar.

Martín López, F.J. (2014). Poesía y poética de la conciencia de Jorge Riechmann:

aproximación a sus primeras obras. Revista Vozes dos Vales, n. 6, 1-22. Recuperado de:

http://site.ufvjm.edu.br/revistamultidisciplinar/volume-vi/

Marx, K. y Engels, F. (2012). Sobre el arte y la literatura. Marxist Internet Archive.

Recuperado de: www.marxists.org.

Mascaraque, J. (2002). Poemas prójimos. Alzira, Valencia: Editorial Germania.

Mayhew, J. (2002). Jorge Riechmann: cuestiones de estética política. Ínsula. Revista de

letras y ciencias humanas, 671-672, 39-41.

459
Méndez Rubio, A. (1999): Poesía y Utopía. Valencia: Eutopías.

_________. (2003). Otra poesía es posible. Zurgai [Poesía de la conciencia], 11-17.

Recuperado de: http://www.zurgai.com/archivos/201304/122003011.pdf

_________. (2004). Memoria de la desaparición: notas sobre poesía y poder. Anales de

Literatura Española, 17, 121-143.

_________. (2016). Abierto por obras: Ensayos sobre poética y crisis. Madrid: Libros de la

resistencia.

Mestre, J.C. (2003). Poesía y conciencia. Zurgai [Poesía de la conciencia], 8-10.

Recuperado de: http://www.zurgai.com/archivos/201312/75-008.pdf?1

Michaux, H. (1988). Adversidades, exorcismos. Madrid: Cátedra.

Molina Flores, A. (Ed.) & Peinado Elliot, C. (Ed.). (2014). Tendencias estéticas y literarias

en la cultura contemporánea. Valencina de la Concepción (Sevilla): Renacimiento.

Mora, V. L. (2006). Singularidades: ética y poética de la literatura española actual. Madrid:

Bartleby.

Mora, F. (2017a). Cómo funciona el cerebro. Madrid: Alianza

_______. (2017b). Neuroducación. Madrid: Alianza.

_______. (2018). Mitos y verdades del cerebro. Barcelona: Paidós.

Morin, E. (2001). Amor, poesía, sabiduría. Barcelona: Seix Barral.

Orihuela, A. (2002). Una poética para 150.000.000. Ínsula. Revista de letras y ciencias

humanas, 671-672, 41.

460
_______. (2007). Voces del mundo posible. En Once poéticas críticas. Madrid: Centro de

Documentación Crítica.

Paz, O. (2003). La llama doble. Barcelona: Seix Barral.

Peinado Elliot, C. (2018). Tras la huella de María Zambrano. Lo sagrado en la generación

poética de los 70 (Sánchez Robayna, Colinas, Maillard, Janés y C.A. Molina). Granada:

Comares.

Pellegrini, G. (2019). Literatura y paisaje: el bosque, el río y el mar en las literaturas

amazónica, grapiúna y andaluza (Tesis doctoral). Universidad de Sevilla, Sevilla.

Pérez Colomé, J. & Llaneras, K. (2018, 25 mayo). Cuáles son los casos de corrupción más

graves de España. En El País. Recuperado de:

https://elpais.com/politica/2017/06/09/actualidad/1497023728_835377.html

Pérez Rodríguez, M. A. (2002). Un nuevo lenguaje para una comunicación global. Ágora

digital, 3, 1-7.

Prado Aragonés, J., Pérez Rodríguez, M. A., & Galloso Camacho, M. (2003). La galaxia

digital: lenguaje y cultura sin fronteras en la era de la información. Granada: Grupo Editorial

Universitario.

Provencio, P. (2011). Prefacio. En Riechmann, J., Futuralgia (Poesía reunida 1979-2000).

Madrid: Calambur.

Reig, R. (2011). Los dueños del periodismo. Claves de la estructura mediática internacional

y de España. Barcelona: Gedisa.

Riechmann, J. (1990). Poesía practicable Madrid: Ediciones Hiperión.

_______. (1995). Amarte sin regreso (poesía amorosa 1981-1994). Madrid: Hiperión.

461
_______. (1998). Canciones Allende lo humano. Madrid: Hiperión.

_______. (2000). Muro con inscripciones; Todas las cosas pronuncian nombres. Barcelona:

DVD.

_______. (2001). Desandar lo andado. Madrid: Hiperión.

_______. (2002). Poema de uno que pasa. Valladolid: Fundación Jorge Guillén.

_______. (2003a). Un zumbido cercano. Madrid: Calambur.

_______. (2003b). Una morada en el aire. El Viejo Topo.

_______. Empeños (2003c). Zurgai [Poesía de la conciencia], 18-23. Recuperado de:

http://www.zurgai.com/archivos/201304/122003018.pdf

_______. (2004a). Anciano ya y nonato todavía. Tegueste (Tenerife): Baile del Sol.

_______. (2004b). Gente que no quiere viajar a Marte. Ensayos sobre ecología, ética y

autolimitación. Madrid: Los libros de la Catarata.

_______. (2005a). Ahí te quiero ver. Barcelona: Icaria Poesía.

_______. (2005b). Todos los animales somos hermanos. Ensayos sobre el lugar de los

animales en las sociedades industrializadas. Madrid: Los Libros de la Catarata.

_______. (2005c). Un mundo vulnerable. Ensayos sobre ecología, ética y tecnociencia.

Madrid: Los Libros de la Catarata.

_______. (2006a). Poesía desabrigada. Tenerife: Idea.

_______. (2006b). Resistencia de materiales. Ensayos sobre el mundo y la poesía y el mundo

(1998-2004). Montesinos.

462
_______. (2006c). Biomímesis: ensayos sobre imitación de la naturaleza, ecosocialismo y

autocontención. Madrid: Los Libros de la Catarata

_______. (2007a). Conversaciones entre alquimistas. Barcelona: Tusquets.

_______. (2007b). Con los ojos abiertos (antología de “ecopoemas” 1985-2006). Tegueste

(Tenerife): Baile del Sol.

_______. (2008a). Bailar sobre una baldosa. Zaragoza: Eclipsados.

_______. (2008b). Rengo Wrongo. Barcelona: DVD.

_______. (2009a). El pasadizo que hay de un cuerpo a otro (para acompañar un libro de

Enrique Falcón). En Falcón, E., La marcha de los 150.000 (pp. 4-7). Zaragoza: Eclipsados.

_______. (2009b). La habitación de Pascal. Ensayos para fundamentar éticas de suficiencia

y políticas de autocontención. Madrid: Los Libros de la Catarata.

_______. (2010a). Las artes de lo imposible. Valencia: Azotes Caligráficos.

_______. (2010b). Pablo Neruda y una familia de lobos. Santander: La Grúa de Piedra,

Creática.

_______. (2010c). Entre la cantera y el jardín. Madrid: La oveja roja.

_______. (2011a). Futuralgia (Poesía reunida 1979-2000). Madrid: Calambur.

_______. (2011b). El común de los mortales. Barcelona: Tusquets.

_______. (2012a). A la lucidez la llaman misantropía. [online] EL PAIS. Blog Tormenta de

Ideas. Disponible en: http://blogs.elpais.com/tormenta-de-ideas/2012/03/a-la-lucidez-la-

llaman-misantropia.html [Consultado 15 Sep. 2018].

_______. (2012b). Poemas lisiados. Torrejón de Ardoz, Madrid: La oveja roja.

463
_______. (2013a). Fracasar mejor. Zaragoza: Olifante.

_______. (2013b). El siglo de la gran prueba. Tenerife: Baile del sol.

_______. (2013c). Entreser: poesía reunida (1993-2007). Caracas: Monte Ávila Editores

Latinoamericana.

_______. (2013d). Ahí es nada. Bilbao: El Gallo de Oro.

_______. (2015). Himnos craquelados. Barcelona: Calambur.

_______. (2017). ¿Vivir como buenos huérfanos? Ensayos sobre el sentido de la vida en el

Siglo de la Gran Prueba. Madrid: Los Libros de la Catarata.

_______. (2018). Un lugar que pueda habitar la abeja. Entrevistas con Jorge Riechmann.

Ed. de Alberto García-Teresa. Madrid: La oveja roja.

_______. (2018). [Blog] Tratar de comprender, tratar de ayudar. Disponible en:

http://tratarde.org/ [Consultado 15 Sep. 2018].

Rodrigo Alsina, M. (1995). Los modelos de la comunicación. Madrid: Tecnos.

Rodríguez, E. (2019, 29 junio). Joaquín Araújo: "La rebeldía de los jóvenes ecologistas es

la última esperanza". Letras Sumergidas, (51). Recuperado de

https://lecturassumergidas.com/2019/06/29/joaquin-araujo-entrevista/ [Consultado 2 Jul. 2018]

Rodríguez Cunill, I. (2006). Cuerpo y comunicación: hacia una teoría del Iconismo (Tesis

doctoral). Universidad de Sevilla, Sevilla.

Rodríguez, J. C. (2002). El yo poético y las complejidades del compromiso. Ínsula. Revista

de letras y ciencias humanas, 671-672, 53-56.

464
Rodríguez Ramajo, D.E. & Gómez Valero, J.M. (2005). Una Aproximación a la Poesía en

Resistencia. En XVIII Jornadas de Pedagogía Social. ¿Construimos alternativas educativas

desde los movimientos sociales? (203-208), Sevilla, España: Universidad de Sevilla. Grupo de

Investigación de Educación de Personas Adultas y Desarrollo.

Ruiz Soriano, F. (2004). Poetas órficos. Madrid: Huerga y Fierro.

Sacks, O. (2019). El río de la conciencia. Barcelona: Anagrama.

Sánchez Trigueros, A. (dir.) (1996). Sociología de la literatura. Madrid: Síntesis.

_______. (2013). El concepto de sujeto literario y otros ensayos críticos. Madrid: Biblioteca

Nueva.

Sontag, S. (1984). Contra la interpretación. En Sontag, S., Contra la interpretación y otros

ensayos (pp. 15-27). Barcelona: Seix Barral.

Suzuki, S. (2002). Para hacer brillar un rincón del mundo. Historias de un maestro Zen

contadas por sus discípulos. Buenos Aires: Troquel.

Torre, E., y Vázquez Medel, M. A. (1986). Fundamentos de poética española. Sevilla: Alfar.

Trías, E. (2003). Ética y condición humana. Barcelona: Península.

Urrutia, J. (1986). Poesía proletaria y poesía burguesa: definición y prácticas. En Literatura

popular y proletaria (pp. 27-52). Sevilla: Servicio de Publicaciones de la Universidad de

Sevilla.

VV.AA. (2002). Ínsula. Revista de letras y ciencias humanas. Los compromisos de la poesía,

671-672. Madrid: Espasa.

_______. (2003). Zurgai. Poesía de la conciencia. Bilbao: Zurgai.

465
_______. (2007a). Once poetas críticos en la poesía española reciente. Tenerife: Baile del

sol.

_______. (2007b). La r(e)conquista de la realidad. La novela, la poesía y el teatro del siglo

presente. Ciempozuelos (Madrid): Tierradenadie.

_______. (2007c). Cambio de siglo: antología de poesía española 1990-2007. Madrid:

Hiperión.

_______. (2007d). Poesía española. [Antologías]. Madrid: Cátedra.

_______. (2008). Los usos del poema: poéticas españolas últimas. Granada: Diputación de

Granada.

_______. Diccionario de la Academia Española de la Lengua. Recuperado de:

http://www.rae.es.

Vázquez Medel, M. A. (1987). Historia y crítica de la reflexión estilística. Sevilla: Alfar.

_______. (1991). Mujer, ecología y comunicación en el nuevo horizonte planetario. Sevilla:

Mergablum.

_______. (2001). Mujer y trascendencia. En Alfar (Ed.), Mujer, cultura y comunicación:

realidades e imaginarios. IX Simposio Internacional de la Asociación Andaluza de Semiótica

(pp. 106–117).

_______. (2003). Bases para una teoría del emplazamiento. En Vázquez Medel, M. A. (dir.),

Acosta Romero, A., Rodrigo Browne, S., y Silva Echeto, V. M. (eds.), Teoría del

Emplazamiento: aplicaciones e implicaciones (pp. 21-40). Sevilla: Alfar.

_______. (2009). El hilo de Ariadna: la mujer y lo femenino en la salida del laberinto. En

Universidad de Sevilla (Ed.), Investigación y género, avance en las distintas áreas de

466
conocimiento: I Congreso Universitario Andaluz Investigación y Género (pp. 1413–1422).

Recuperado de https://idus.us.es/xmlui/handle/11441/39119

_______. (2014). La historia literaria y las ciencias de la literatura ante el cambio de

paradigmas. Anthropos, n. 240, 23-36.

_______. (2014). La oralidad en el tercer entorno. Oralidad, comunicación audiovisual y

comunicación digital. En Oralidades. Saberes y experiencias de investigación en red. Bogotá:

UD.

_______. (2014). Octavio Paz: poesía, mística y erotismo. En Tendencias estéticas y

literarias en la cultura contemporánea. Valencina de la Concepción (Sevilla): Renacimiento.

_______. (2019). Teoría, Literatura y Ciencia desde la Teoría Del Emplazamiento/

Desplazamiento (TE/D). En III Congreso Internacional de la Asociación Española de Teoría

de la Literatura Transversales: teoría y literatura en relación con otros ámbitos del saber y de

la experiencia. [En prensa]

De Villena, L. A. (2010). La inteligencia y el hacha. Madrid: Visor.

Zambrano, M. (1986). El sueño creador. Madrid: Turner.

_______. (1987). Filosofía y poesía. México: Fondo de Cultura Económica.

_______. (2005). El hombre y lo divino. Madrid: Fondo de Cultura Económica.

_______. (2011). Claros del bosque. Madrid: Cátedra.

467
468
469
470

También podría gustarte