El Género en Disputa (Fragmento) - Judith Butler

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EL ORDEN OBUGATORIO DE SEXO/GÉNERO/DESEO Aunque la unidad no problemática de las

«mujeres» suele usarse para construir una solidaridad de identidad la diferenciación entre
sexo y género plantea una fragmentación en el sujeto feminista. Originalmente con el
propósito de dar respuesta a la afirmación de que «biología es destino», esa diferenciación
sirve al argumento de que, con independencia de la inmanejabilidad biológica que tenga
aparentemente elsexo, el género se construye culturalmente: por esa razón, el género no es el
resultado causal del sexo ni tampoco es tan aparentemente rígido como el sexo. Por tanto, la
unidad del sujeto ya está potencialmente refutada por la diferenciación que posibilita que el
género sea una interpretación múltiple del sexo." Si el género es los significados culturales que
acepta el cuerpo sexuado, entonces no puede afirmarse que un género únicamente sea
producto de un sexo. Llevada hasta su límite lógico, la distinción sexo/género muestra una
discontinuidad radical entre cuerpos sexuados y géneros culturalmente construidos. Si por el
momento presuponemos la estabilidad del sexo binario, no está claro que la construcción de
«hombres» dará como resultado únicamente cuerpos masculinos o que las «mujeres»
interpreten sólo cuerpos femeninos. Además, aunque los sexos parezcan ser claramente
binarios en su morfología y constitución 00 que tendrá que ponerse en duda), no hay ningún
motivo para creer que también los géneros seguirán siendo sólo dos." La hipótesis de un
sistema binario de géneros sostiene de manera implí- cita la idea de una relación mimética
entre género y sexo, en la cual el género refleja alsexo o, de lo contrario, está limitado por él.
Cuando la condición construida del género se teoriza como algo completamente
independiente del sexo, el género mismo pasa a ser un artificio ambiguo, con elresultado de
que hombre y masculino pueden significar tanto un cuerpo de mujer como uno de hombre, y
mujer y femenino tanto uno de hombre como uno de mujer. Esta separación radical del sujeto
con género plantea otros problemas. ¿Podemos hacer referencia a un sexo «dado» o a un
género «dado» sin aclarar primero cómo se dan uno y otro y a través de qué medios? ¿Y alfin y
alcabo qué es el «sexo»? ¿Es natural, anatómico, cromosómico ti hormonal, y cómo puede una
crítica feminista apreciar los discursos científicos que intentan establecer tales «heches»?"
¿Tiene elsexo una historia?" ¿Tiene cada sexo una historia distinta, o varias historias? ¿Existe
una historia de cómo se determinó la dualidad del sexo, una genealogía que presente las
opciones binarias como una construcción variable? ¿Acaso los hechos aparentemente
naturales del sexo tienen lugar discursivarnente mediante diferentes discursos científicos
supeditados a otros intereses políticos y sociales? Si se refuta el carácter invariable del sexo,
quizás esta construcción denominada «sexo» esté tan culturalmente construida como el
género; de hecho, quizá siempre fue género, con elresultado de que la distinción entre sexo y
género no existe como tal." En ese caso no tendría sentido definir el género como la
interpretación cultural del sexo, si éste es ya de por sí una categoría dotada de género. No
debe ser visto únicamente como la inscripción cultural del significado en un sexo
predeterminado (concepto jurídico), sino que también debe indicar el aparato mismo de
producción mediante el cual se determinan los sexos en sí. Como consecuencia, el género no
es a la cultura lo que el sexo es a la naturaleza; el género también es el medio
discursivo/cultural a través del cual la «naturaleza sexuada» o «un sexo natural» se forma y
establece como «prediscursivo», anterior a la cultura, una superficie políticamente neutral
sobre la cualactúa la cultura. Trataremos de nuevo esta construcción del «sexo» como lo
radicalmente no construido al recordar en el capítulo 2 10 que afirman Lévi-Strauss y el
estrucruralismo. En esta coyuntura ya queda patente que una de las formas de asegurar de
manera efectiva la estabilidad interna y el marco binario del sexo es situar la dualidad del sexo
en un campo prediscursivo. Esta producción del sexo como lo prediscursivo debe entenderse
como el resultado del aparato de construcción cultural nombrado por el género. Entonces,
¿cómo debe reformularse el género para incluir las relaciones de poder que provocan el efecto
de un sexo prediscursivo yesconden de esta manera ese mismo procedimiento de producción
discursiva?

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