Clasificación de Lefort

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Clasificación de lefort

El trauma facial es uno de los tipos más comunes de lesiones. Las lesiones
maxilofaciales pueden ser complejas y clínicamente transcendentales debido a su
importancia funcional y cosmética. Las fracturas mal tratadas y no diagnosticadas
pueden causar deformidad en la cara.
El tercio medio facial es importante funcional y cosméticamente. Tiene un papel
importante en la resonancia vocal, así como en la función ocular, olfativa,
respiratoria y digestiva. Aquellas fracturas que afectan al tercio medio facial,
englobando en esta región el maxilar superior, los malares, los unguis, los huesos
propios nasales, los cornetes inferiores, el vómer, los huesos palatinos, el etmoides
y el esfenoides.
Los factores etiológicos fundamentales de las fracturas de maxilar superior son:
accidentes de tráfico (causa más frecuente), agresiones, traumatismos casuales,
accidentes deportivos y laborales.
Los estudios de cadáver de René Le Fort en principios del siglo XX definen los tres
niveles más débiles del tercio medio facial cuando es golpeado desde una dirección
frontal: Le Fort I, Le Fort II y Le Fort III. Estos patrones de fractura son característicos
de una lesión de bajo consumo de energía unidireccional en lugar de la
multivectorial, mecanismo de alta energía observado comúnmente en la actualidad.

 Fractura Le Fort I o de Guerin o transversal de maxilar


superior:
Es aquella en la que el trazo de fractura discurre desde la
escotadura piriforme, sigue por encima de los ápices dentarios, a
través de la pared anterior del seno maxilar, llega a la tuberosidad
y con bastante frecuencia al tercio inferior de las apófisis
pterigoides.
Su mecanismo de producción suele ser un trauma completamente
horizontal sobre el labio superior. En este tipo de fractura hallamos
alteraciones contusivas en las partes blandas del labio superior.
Existirá una maloclusión dentaria. Se puede apreciar una
equímosis en herradura en el fondo del vestíbulo superior y en el
velo del paladar. A la exploración manual se puede constatar la
movilidad del maxilar superior así como un dolor muy selectivo
presionando con el pulpejo del dedo en la apófisis pterigoides.
 Fractura de Le Fort II o fractura piramidal:
Es producida por un trauma oblicuo de arriba a abajo y de
delante a atrás. El trayecto de fractura comprende los
huesos nasales en su parte media, la apófisis ascendente
del maxilar, ocasionalmente el reborde infraorbitario, la
apófisis piramidal en su articulación con el malar, la
tuberosidad y el tercio medio de las apófisis pterigoides.
Hacia dentro afecta a la pared lateral de las fosas nasales,
aproximadamente entre el cornete medio y el inferior, el
vómer y la lámina perpendicular del etmoides

 Fractura de Le Fort III o disyunción craneofacial


completa:
Es producida por un trauma frontal de alta energía y
generalmente de una superficie grande. Las líneas de
fractura discurren por la sutura frontonasal y frontomaxilar
sobre el unguis y la pared medial de la órbita rodeando el
agujero óptico hasta la porción posterior de la fisura
orbitaria superior. En este punto la línea de fractura se
divide en dos. Una línea sigue por la fosa pterigopalatina
hasta la base de la apófisis pterigoides; la otra parte del
extremo anterior de la hendidura esfenomaxilar hasta
dividir el reborde lateral de la órbita al nivel de la sutura
cigomáticofrontal. La disyunción craneofacial se completa
con la fractura del arco cigomático y la pared lateral de
las fosas nasales, el vómer, la lámina vertical del
etmoides y con cierta frecuencia la lámina cribosa de este
mismo hueso.

La clínica de estos tipos de fractura (Le Fort II y III) cursa con un gran edema facial,
gran edema del espacio interorbitario, nariz aplanada con un pliegue cutáneo en la
raíz, gran edema periorbitario con quemosis conjuntival bilateral (edema con
herniación de los sacos conjuntivales) que con frecuencia impide la apertura de los
ojos, para lo cual en la exploración es preciso ayudarse de un blefaróstato.
Existen grandes equímosis palpebrales y conjuntivales. Invariablemente se
producirá una hemorragia nasal y hematomas cutáneos, y con frecuencia se podrá
apreciar la crepitación cutánea reflejo del enfisema subcutáneo. Ocasionalmente
puede haber una rinolicuorrea (Le Fort III). Hay maloclusión dentaria, mordida
abierta anterior, con retrodesplazamiento del tercio medio facial que genera un falso
prognatismo.
En la palpación intraoral en Le Fort II se palpa un escalón a nivel de la apófisis
piramidal del maxilar superior, no así en Le Fort III en el cual el trazo de fractura
discurre más alto. Este tipo de trazos casi nunca se ven de forma exacta en la
práctica clínica. La mayoría de las veces los trazos son asimétricos (impactos
laterales) y conminutos.

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