Citas para El Trabajo Final
Citas para El Trabajo Final
Citas para El Trabajo Final
ISSN: 0185-013X
[email protected]
El Colegio de México, A.C.
México
INTRODUCCIÓN
1 Las organizaciones internacionales pueden dividirse en dos grandes grupos: las inter-
2 El concepto y las teorías del desarrollo no han permanecido estables en el tiempo. Tras
5 Si bien en los convenios firmados en 1947 entre las IFI y la ONU se reconoce que ambas
otorgada en buena medida con base en la lógica de la contención, esto es, como recursos
transferidos discrecionalmente a aquellos gobiernos afines a los intereses políticos o geoestra-
tégicos de varios donantes.
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receptores a adoptar determinadas acciones o actitudes a favor del donante. Así, el receptor,
como efecto colateral o costo político de la ayuda recibida, se compromete (lo que no signifi-
ca que siempre lo haga) a devolver al donante la colaboración recibida mediante «por ejem-
plo» apoyos políticos en foros internacionales, concesiones económicas y comerciales
ventajosas, o mediante cierto grado de docilidad en las relaciones bilaterales a su favor, lo cual
precisamente ha pretendido evitar esta resolución.
8 En la actualidad nos encontramos en el Quinto Decenio de las Naciones Unidas para el
Desarrollo.
9 La AOD, comúnmente llamada “ayuda al desarrollo”, puede ser entendida como las
aportaciones económicas que, con carácter de concesión y algo de donativo, son otorgadas
por los países desarrollados a determinados países del Sur, con el propósito de que comple-
menten sus procesos de desarrollo. La definición del Comité de Asistencia al Desarrollo (CAD)
de la AOD establece que estos recursos consisten en “flujos para países en desarrollo e institu-
ciones multilaterales provenientes de agencias oficiales, incluidos gobiernos estatales y locales,
siempre que se cumpla con las siguientes particularidades: sean administrados teniendo la
promoción del desarrollo económico y el bienestar de los países como objetivo principal, y
que a la concesión corresponda al menos 25% de donativo.” (Fürer, 1996: 27).
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burgo (0.77%). Asimismo, varios países se han comprometido a otorgar en años venideros
0.7% de ayuda, siendo los principales Irlanda (2007), Bélgica (2010), Finlandia (2010) y Fran-
cia (2012).
11 El ejemplo más representativo de ello es el modelo de sustitución de importaciones,
nales, entre las que se encuentran las siguientes: Medio Ambiente (Estocolmo, 1972), Asenta-
mientos Humanos (Vancouver, 1976), Población (Bucarest, 1974), Desarrollo Industrial
(Lima, 1975) y Mujeres (México, 1975). Los actos de esta misma naturaleza celebrados en los
noventa fueron: Cumbre Mundial sobre la Infancia (Nueva York, 1990), Cumbre Mundial
sobre la Educación ( Jomtién, 1990), Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente
y Desarrollo (Río de Janeiro, 1992), Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos (Viena,
1993), Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (El Cairo, 1994), Conferencia
Mundial sobre Desarrollo Social (Copenhague, 1995), Conferencia Mundial sobre la Mujer
(Beijing, 1995) y Cumbre Mundial sobre la Alimentación (Roma, 1996). Las más recientes
cumbres para revisar el estado de avance de los compromisos asumidos durante los noventa
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CUADRO 1
Objetivos de Desarrollo del Milenio
Objetivo 1: Erradicar la pobreza extrema y el hambre
Meta 1: Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas cuyos ingre-
sos sean inferiores a 1 dólar por día.
Meta 2: Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas que padez-
can hambre.
son: Alimentación (Roma, 2002), Desarrollo Sostenible ( Johannesburgo, 2002), Mujer (Nueva
York, 2005), entre otras.
13 Véase, ONU, BM, OCDE, FMI, Un mundo mejor para todos. Consecución de los objetivos de desa-
CUADRO 1 (continuación)
Objetivo 3: Promover la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer
Meta 4: Eliminar las desigualdades entre los géneros en la enseñanza primaria y
secundaria, preferiblemente para el año 2005, y en todos los niveles de la ense-
ñanza antes del fin del año 2015.
CUADRO 1 (conclusión)
Meta 16: En cooperación con los países en desarrollo, elaborar y aplicar estrategias
que proporcionen a los jóvenes un trabajo digno y productivo.
Meta 17: En cooperación con las empresas farmacéuticas, proporcionar acceso a los
medicamentos esenciales en los países en desarrollo.
Meta 18: En colaboración con el sector privado, velar por que se puedan aprovechar
los beneficios de las nuevas tecnologías, en particular de las tecnologías de la
información y de las comunicaciones.
Fuente: ONU, http:/www.developmentgoals.org
Plan to Achieve the Millennium Development Goals, Nueva York, UNDP, 2005.
15 Por ejemplo, en el aspecto bilateral, aun después de la Guerra Fría (y especialmente
tras los atentados del 11 de septiembre de 2001), las políticas de ayuda de algunos países con-
tinúan constituyendo un importante instrumento de política exterior, las cuales son utilizadas
discrecionalmente en beneficio de sus intereses, y no para satisfacer las necesidades de desa-
rrollo de los receptores.
16 En la actualidad, el ECOSOC se conforma por 54 países elegidos por un periodo de tres
CUADRO 2
Principales logros en cuestiones de desarrollo conseguidos
con el apoyo de los organismos de Naciones Unidas
Rubro Logro
Desarrollo El Sistema de Naciones Unidas desembolsa más de 10 000 millones
de dólares anuales (incluyendo préstamos otorgados por el Banco
Mundial) para impulsar el desarrollo en diversos receptores. El
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la prin-
cipal agencia de cooperación técnica a escala mundial, en estrecha
colaboración con 170 países y otras agencias de cooperación, diseña
y lleva a cabo más de 5 000 proyectos en el ámbito de la agricultura,
industria, educación, medio ambiente, etc., con un presupuesto de
1 300 millones de dólares. Asimismo, el Fondo de las Naciones
17 El presupuesto total de la ONU para el bienio 2004-2005 asciende a 3 160 millones de dó-
lares (United Nations-General Assembly, 2003). Esta cifra no es cuantiosa si se considera que, en
diciembre de 2004, los recursos invertidos por los estadounidenses en ocasión de la Navidad
(decoración de inmuebles, obsequios, etc.) superaron los 2 000 millones de dólares, dos terce-
ras partes de lo que requiere la ONU para sufragar su funcionamiento durante dos años.
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CUADRO 2 (continuación)
Unidas para la Infancia (UNICEF) invierte más de 800 millones de
dólares anuales en servicios de inmunización, salud, nutrición y edu-
cación básica para 138 países.
CUADRO 2 (continuación)
de acuerdos sobre derechos políticos, civiles, económicos y cultura-
les. Mediante la investigación de violaciones a los derechos huma-
nos, la Comisión de Naciones Unidas sobre Derechos Humanos ha
centrado su atención en casos de tortura y desapariciones arbitra-
rias, y ejercido presión internacional para llevar a los gobiernos a
mejorar sus respectivos récords en esta materia.
CUADRO 2 (conclusión)
Limpieza de El UNEP lidera las acciones de limpieza del mar Mediterráneo. Ha
contaminación trabajado conjuntamente con países como Siria, Israel, Turquía y
Grecia con miras a limpiar sus playas. Como resultado, más de
50% de las playas de estos países son hoy en día reutilizables.
18 En los últimos años, el sector privado también ha otorgado fondos a la ONU, siendo el
más destacado el proporcionado por la empresa Time Warner Inc., que a finales de los noven-
ta donó al organismo mil millones de dólares (PNUD, 1997: 1).
19 Este informe anual clasifica todos los países en función del ingreso per cápita, la alfa-
betización, la esperanza de vida y el respeto a los derechos de la mujer. El sitio web del infor-
me sobre desarrollo humano es: http://www.undp.org/hdr2001/spanish.
278 JUAN PABLO PRADO LALLANDE FI XLVI-2
20 Y, por ende, haciendo caso omiso del espíritu de la resolución 200 (III) de la AGONU
analizada anteriormente.
21 John Williamson, economista del Institute for International Economics, en su clásica
obra “What Washington Means by Policy Reform?” (1990) instituyó el concepto de Consenso de
ABR-JUN 2006 LA ONU Y EL DESARROLLO 279
nalidad exigida por las IFI no han generado crecimiento económico, o al menos no el espera-
do (Killick, 1997: 483), mientras que autores como Jane Harrigan, Paul Mosley, John Toye y
Richard Jolly apuntan hacia su incidencia negativa en los ámbitos del desarrollo social y del
combate a la pobreza (Mosley et al., 1991) y (Jolly, 1991).
24 El germen de la nueva modalidad del post Consenso de Washington se encuentra en
280 JUAN PABLO PRADO LALLANDE FI XLVI-2
las propuestas que sobre este asunto se han presentado en los últimos años. La primera, de ca-
rácter moderada, es la de Shahid Javed Burki y Guillermo Perry (1998), ambos funcionarios del
BM. Esta iniciativa señala que las reformas económicas en América Latina, si bien han permitido
recuperar el crecimiento y abatir la hiperinflación, no han conseguido logros similares con res-
pecto a la reducción de la pobreza y la desigualdad. Por tal razón, para estos economistas es ne-
cesario completar el Consenso de Washington con cuatro aspectos adicionales a los diez puntos
de Williamson, a saber: 1) mejorar la calidad de las inversiones en capital humano, 2) promover
el desarrollo de sistemas financieros sólidos y eficientes, 3) fortalecer el entorno legal y regula-
torio (desregulación del mercado de trabajo y mejoramiento de las regulaciones respecto de la
inversión privada en infraestructura y servicios sociales) y 4) mejorar la calidad del sector públi-
co. Como es evidente, con estas propuestas (conocidas en el argot de la economía política como
10+4) se pretende impulsar el papel del Estado en la economía, a fin de que contribuya a gene-
rar las condiciones necesarias para que los capitales fluyan de manera más expedita. La segun-
da propuesta de modificación del Consenso de Washington, de perfil radical, es la expuesta por
Joseph Stiglitz, quien en una conferencia que pronunció en 1998 en el World Institute for
Development Economic Research, en Helsinki, señaló que el BM promovía políticas incompletas
y en ocasiones contraproducentes para el crecimiento económico de sus socios. El eje central
de la propuesta del Premio Nobel de Economía es que a los lineamientos del Consenso de
Washington les faltarían los relativos a la regulación y supervisión del sector financiero, para pre-
venir las crisis, así como a la defensa de la competencia, para evitar prácticas restrictivas a la mis-
ma (monopolios). Además, para este ex funcionario del BM, la liberalización debe realizarse en
forma pausada y gradual, y no indiscriminadamente en reducidos lapsos de tiempo. Estos plan-
teamientos fueron ampliados en su obra El malestar en la globalización (2002), los cuales han sido
apoyados por la CEPAL. El BM ha apostado por la versión moderada de Burki y Perri, también co-
nocida como “post Consenso de Washington”.
25 Al respecto, es interesante mencionar que durante la reunión anual del FMI y el BM, de
octubre de 2004, sus respectivos dirigentes (Rodrigo Rato y James Wolfenson) hicieron un lla-
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equipara con la ayuda per cápita proporcionada por algunos donantes bila-
terales a determinados países, no siempre en condiciones de pobreza.26
Lo anterior coloca a Naciones Unidas en una difícil situación al des-
proveerle de la capacidad financiera para cumplir con las responsabilidades
que sus propios estados miembros le han asignado en su Carta constitutiva,
en sus resoluciones y en distintas conferencias internacionales.27
Un tercer rasgo negativo de la ONU es el excesivo número de reuniones
celebradas bajo el auspicio de sus instituciones, así como de los documentos
que emanan de las mismas. Según el secretario general, durante el bienio
2000-2001, se llevaron a cabo el abrumador número de 15 484 reuniones,
mientras que fueron publicados 5 879 informes, lo que impide a los países
miembros prestarle una atención activa a los temas tratados en ellas
(Naciones Unidas-Asamblea General, 2002: 9).
Otro aspecto nocivo que hay que destacar es la actual incapacidad de la
ONU para asumir un liderazgo frente a crisis humanitarias de gran enverga-
dura y duración. El caso de Darfur, Sudán, localidad en que recientemente
murieron más de 100 000 civiles, y el de la República Democrática del
Congo, donde en los últimos años han fallecido por causas asociadas a la
violencia cerca de cuatro millones de personas, representan los ejemplos
más claros de esta lamentable realidad. Lo anterior no hace sino cuestionar
la capacidad de la ONU para llevar a buen puerto iniciativas de dimensión
mado a los países ricos a fin de disponer de recursos suficientes para el combate a la pobreza en
el mundo (en esas sesiones se anunció que 50% de la población mundial vive con dos dólares
diarios) y renovar el sistema de toma de decisiones en sendos organismos. Ambos dirigentes
señalaron también la necesidad de que los países en desarrollo profundicen las reformas eco-
nómicas, ya que éstas son indispensables para atraer inversiones extranjeras y promover el
comercio internacional. Tales señalamientos movieron al periódico mexicano La Jornada a co-
mentar: “Qué bueno que el Banco Mundial reconozca que erradicar la pobreza es vital para la
paz. Lástima que sus recetas vayan en sentido contrario” (La Jornada, 4 de octubre de 2004).
26 A principios de los noventa, según el PNUD, sólo 25% de la AOD se dirigió al 75% de la
población más pobre del mundo. En el año 2000, este enorme sector poblacional (que aumen-
ta a razón de 25 millones de personas al año) recibió 42% de la AOD. En 1999 los países menos
adelantados fueron el destino de 29% de la AOD (Intermón Oxfam, 2002: 161). Mientras
tanto, la ayuda per cápita de los organismos especializados de la ONU (excluyendo el BM) a los
países en desarrollo se calcula, en promedio, en menos de un dólar al año, cifra ínfima si se
equipara a la otorgada por Estados Unidos a Israel, en 1996, que fue de 2 200 dólares (OECD-
DAC, 2000: 50).
27 Por ejemplo, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y
Desarrollo de 1992 se acordó aportar 125 000 millones de dólares vía AOD para apoyar la eje-
cución del Programa 21. Sin embargo, para finales de 1998, el Fondo para el Medio Ambiente
Mundial (principal fuente de financiamiento multilateral de proyectos en esta materia gestio-
nado por el BM, PNUD y PNUMA) contaba apenas con 1 900 millones para sufragar sus activida-
des, monto que representa únicamente 1.5% de la cifra acordada en 1992.
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CUADRO 3
Avances y retos en el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio
Los progresos en cuanto a los ODM no han sido uniformes en todo el mundo. Los
principales se han obtenido en Asia oriental y meridional, donde más de 200 millo-
nes de personas han salido de la pobreza tan sólo desde 1990. Sin embargo, todavía
hay en Asia casi 700 millones de personas que viven con menos de 1 dólar al día
«casi dos tercios de las más pobres del mundo«, mientras que incluso en algunos de
los países donde el crecimiento es más rápido no se están cumpliendo los objetivos
no relacionados con los ingresos, como la protección del medio ambiente y la
reducción de la mortalidad materna.
Rosas y Juan Pablo Prado Lallande, “Las estrategias internacionales de cooperación para el
desarrollo de África: ¿alguna novedad?”, Revista Española de Desarrollo y Cooperación, núm. 16,
2005, Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación, Universidad Complutense de
Madrid.
ABR-JUN 2006 LA ONU Y EL DESARROLLO 283
CUADRO 3 (conclusión)
Los progresos también han sido distintos en cuanto al logro de los diversos objeti-
vos. Aunque el África subsahariana y Oceanía quedan atrás en prácticamente todos
los ámbitos, en otros lugares se están haciendo progresos importantes en cuanto a
la reducción del hambre, el mejoramiento del acceso al agua potable y la amplia-
ción del número de niños que acuden a la escuela primaria. En general, también
han disminuido las tasas de mortalidad infantil, pero los progresos se han frenado
en muchas regiones e incluso se han invertido en partes de Asia central.
tica de la prevención de conflictos: “La Organización por sí misma no puede prevenir conflic-
tos, pero sí es capaz de promover la cooperación internacional para prevenirlos” (Ramcharan,
2003).
30 La utilización de mecanismos y organismos de cooperación internacional para el desa-
rrollo a favor de los lineamientos de política exterior de algunas potencias, con alusión a los
derechos humanos, continúa siendo una constante en el siglo XXI. El (siempre controvertido)
caso cubano-estadounidense en la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra es represen-
tativo de esta situación. La Casa Blanca ha recurrido a esta Comisión para denunciar y presio-
nar al gobierno de Fidel Castro a fin de que mejore la situación de las libertades civiles y
políticas en la nación caribeña, hecho que La Habana ha denunciado como una estrategia
para que algunos gobiernos afines al presidente George W. Bush utilicen el referido foro de la
ONU como una instancia favorecedora de los intereses estadounidenses. El embajador cubano,
en el discurso que pronunció durante la sexagésima sesión de esta Comisión, señaló que “el
Secretario de Estado introdujo una tentadora promesa: se consideraría la posibilidad de
286 JUAN PABLO PRADO LALLANDE FI XLVI-2
CONSIDERACIONES FINALES
incluir a Honduras en la llamada iniciativa ‘Desafío del Milenio’, a través de la cual Estados
Unidos distribuye 3 500 millones de dólares entre un grupo de más de 60 países […] De eso es de
lo que estamos hablando: dinero contra principios, soborno contra dignidad […] No hay razón
alguna que pueda esgrimir el gobierno de Honduras para justificar una supuesta preocupación
por los derechos humanos en Cuba. Actúan por encargo del Gobierno de Estados Unidos y eso
bien lo saben todas las Delegaciones aquí presentes” (Minrex, 15 de abril de 2004).
31 El concepto de “régimen internacional de la ayuda” fue aportado por Bjarne Bonné,
quien lo utiliza para designar “el sistema de principios, normas, reglas y procedimientos de
decisión que regulan el otorgamiento de la ayuda al desarrollo” (Bonné, 1989: 38-44, citado
por Gibbon, 1994: 36). Evidentemente, el de “régimen de la ayuda” es una adaptación del tra-
dicional concepto de regímenes internacionales, entendidos como “grupos de principios
implícitos o explícitos, normas, reglas y procesos de decisión a través de los cuales las expecta-
tivas de los actores convergen en un área específica de las relaciones internacionales”
(Krasner, 1983: 2).
ABR-JUN 2006 LA ONU Y EL DESARROLLO 287
desarrollo, de los ODM, para los primeros tres lustros del siglo XXI, directriz
que guía, por primera vez en la historia, la totalidad de las actividades de
colaboración.
Lo decepcionante es que, aunque los gobiernos nacionales y organis-
mos internacionales ya se han comprometido con estos propósitos, los esta-
dos miembros con mayor capacidad “y responsabilidad” para realizarlos
continúan sin hacer lo necesario al respecto, siendo su insuficiente apoyo
político y financiero a la ONU el ejemplo más palpable de ello.
La desafortunada decisión del presidente George W. Bush de colocar a
Paul Wolfewitz a la cabeza del BM y a John R. Bolton como embajador ante
Naciones Unidas, ambos funcionarios caracterizados por sus constantes crí-
ticas a la ONU y su preferencia por las medidas unilaterales sobre las multi-
laterales, es una manera como las labores de Naciones Unidas pueden verse
obstaculizadas en dos de sus ámbitos de mayor repercusión (el político y el
económico).
Esta última cuestión (insuficiente respaldo político y financiero), que
resume la visión crítica sobre el sistema de cooperación para el desarrollo
de la ONU, constituye el principal obstáculo para la consecución de los ODM
en lo particular, y para el resto de las actividades políticas, diplomáticas y
económicas de Naciones Unidas en lo general.
Dado lo anterior, resulta obligatorio aprovechar los espacios de discu-
sión que se han abierto con motivo del sexagésimo aniversario de la ONU
para ponderar las distintas alternativas encaminadas a incrementar la capa-
cidad de este Organismo para cumplir satisfactoriamente con sus grandes y
complejas responsabilidades.
En este contexto, el secretario general de Naciones Unidas, Kofi
Annan, emitió el documento “Un concepto más amplio de la libertad.
Desarrollo, seguridad y derechos humanos para todos” (Naciones Unidas-
Asamblea General, 2005: 1), que contiene una serie de propuestas para ser
debatidas durante las sesiones de la Asamblea General en septiembre de
2005. Si bien este informe incluye innovadoras propuestas como la amplia-
ción del Consejo de Seguridad a 24 miembros, la conformación de un
Consejo de Derechos Humanos o el fortalecimiento del Consejo Económi-
co y Social ecosoc, al no añadir la necesidad de promover, con acciones
concretas, la igualdad política, económica y social de sus países miem-
bros,32 ni la indispensable aceptación tanto del Banco Mundial como del
mayor oportunidad de que sus voces fueran tenidas en cuenta en los órganos de toma de deci-
siones de las IFI, y se renovaría el compromiso de hacer valer el derecho al desarrollo de todos
los países y personas del planeta.
33 En materia de cooperación y desarrollo, las reformas que se considera deben promo-
verse con mayor urgencia en el seno del ECOSOC son las siguientes: 1) reformar la Carta de la
ONU, incluyendo en el capítulo X la obligación de los miembros de la ONU de combatir la falta
de equidad política, económica y social existente entre ellos; 2) otorgar al ECOSOC el sustento
político necesario para permitirle dirigir y coordinar las acciones de todos los organismos
especializados, incluyendo las IFI; 3) conseguir que los encuentros anuales entre las IFI y el
ECOSOC sirvan para establecer acciones coordinadas entre ambas instancias; 4) incrementar
el apoyo presupuestario de los países miembros a los organismos de cooperación para el
desarrollo de la ONU, y 5) democratizar la toma de decisiones de las IFI. Para una explicación
detallada de estas y otras propuestas, véase Juan Pablo Prado Lallande, “El Consejo Económico
y Social de Naciones Unidas. Las reformas necesarias”, en María Cristina Rosas (coord.),
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ABR-JUN 2006 LA ONU Y EL DESARROLLO 289
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