CASOS DX

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Caso 1

Se trata de un joven soltero de 25 años.

Motivo de consulta: El paciente fue persuadido por su hermano para que busque ayuda en un hospital
psiquiátrico porque tenía reacciones violentas y pensamientos suicidas. Cinco semanas antes había
atacado a su madre sin advertencia y pegándole salvajemente, hasta que su hermano fue en su ayuda.
Durante las semanas siguientes tuvo una cantidad de explosiones agresivas y varias veces amenazó con
quitarse la vida. Explicó el ataque a su madre diciendo que ella había tratado de perjudicarlo y que había
recibido instrucciones de una fuerza extraterrestre para pegarle. Después del ataque se encerró en sí
mismo, absorbido por sus propios pensamientos, y a menudo hablaba solo aún cuando otras personas
estuvieran alrededor. A veces su familia tenía la impresión que escuchaba voces que otras personas no
podían oir. Le dijo a su hermano mayor que tenía miedo de atacar a alguien, o de matarse; temía perder
control de sus propios actos.

Antecedentes: El paciente creció en la zona rural del país. Era el segundo de 10 hijos. Su padre tenía
tierras pero era adicto al opio y trabajaba muy poco. La madre trabajaba la granja, sembrando cereales y
criando algunos animales con la ayuda de sus hijos más chicos. El paciente dejó la escuela en el noveno
grado para seguir estudiando música. Se fue de su casa y pasó los últimos años de su adolescencia en la
casa de un músico, un viejo amigo de su padre quien le enseñó a tocar la guitarra. Aprendió a tocar
bastante bien y se convirtió en un apasionado por la música. Tocó la guitarra en varios conciertos pero
nunca pudo conseguir un trabajo fijo o ganar suficiente dinero como para mantenerse. Su hermano
mayor, un maestro, lo ayudaba financieramente. Eventualmente a los 23 años el paciente se mudó con
él. Se llevaban razonablemente bien siempre y cuando su hermano no interfiriera con su voluntad de
estar solo. Antes de enfermarse había sido bastante ambicioso con respecto a su actividad, quería
convertirse en un gran músico. Solía sentarse durante horas solo en su habitación, para tocar la guitarra.
Sin embargo, no le gustaba tocar en presencia de otros y se mostraba indiferente a las alabanzas o
críticas. Su interés por la música era abrumador y tenía poco contacto social. No se lo veía interesado en
tener novia ni tenía amigos íntimos de su mismo sexo.

Datos actuales: El paciente era un joven bien parecido y estaba vestido apropiadamente. Al ser
examinado estaba tenso, hablaba rápido y en forma excitada. Tenía tendencia a agitar la mano sin razón
aparente. Su conversación estaba interrumpida por interpolaciones, y de vez en cuando se volvía
incoherente e incomprensible. Se sonreía superficial e inapropiadamente. En la expresión de sus afectos
era cerrado y se enojaba al hablar de su madre. Decía que ella lo hubiera querido muerto. Expresaba
temor porque un poder extraterrestre llevaría su mente a otro planeta. Explicaba que este poder
controlaba sus pensamientos y le daba órdenes para lastimar a otras personas. Aparentemente el poder
extraterrestre hablaba sobre la situación de Ibrahim. Le decía que su madre lo quería ver muerto y le
había dado instrucciones para matarla. Los últimos días antes de la internación, Ibrahim consideró la
idea de matarse para impedir que el poder extraño tomara total control de él.

Curso: Diagnóstico Diferencial


Docente: S. Adrianzen
2021
El paciente es un hombre de 24 años que vive solo, con un subsidio social. Hasta hace un año trabajó
como empleado en un banco importante.

Motivo de consulta: fue reinternado en un hospital psiquiátrico porque en los últimos dos meses se
había deprimido. Se encerraba en su departamento y cuando su padre fue a visitarlo encontró una soga
sobre la mesa, y el paciente admitió que planeaba ahorcarse. Su padre lo llevó inmediatamente al
hospital psiquiátrico y lo ingresó nuevamente.

Cinco meses antes había estado internado en el mismo hospital por un episodio psicótico. Durante el
año anterior se había vuelto progresivamente introvertido y se recluía. Dijo que tenía la sensación de
que sus compañeros de trabajo lo vigilaban y hablaban de él a sus espaldas. Tenía dificultad para
concentrarse y a menudo se retiraba por mucho tiempo al baño. En la calle la gente lo miraba de
manera poco usual y tenía la impresión de que lo creían homosexual. Sentía que su teléfono estaba
intervenido. Cuando estaba en su departamento escuchaba a sus vecinos de ambos lados hablar acerca
de lo que él hacía y pensaban “ahora está yendo nuevamente al baño -seguro que es
homosexual-
trataremos de deshacernos de él”. Eventualmente dejó de ir al trabajo y fue despedido. Después de
ello se recluyó en su departamento y sólo salía de noche. Tenía la sensación de que sus vecinos trataban
de molestarlo, enviando corrientes eléctricas que afectaban sus genitales, por lo que finalmente se
mudó a un hotel. Aún allí oía las voces de los vecinos y sentía la influencia de la electricidad que
mandaban; finalmente fue a la policía. Llamaron a su padre quien manifestó haber estado preocupado
por su hijo desde hacía tiempo. Dijo que éste se había vuelto tan poco comunicativo que se negaba a
contestar el teléfono. Su padre lo llevó al hospital y fue internado de urgencia. En el hospital se lo trató
con haloperidol (6 mg./día) y después de un mes mejoró como para ser dado alta. Continuó en
tratamiento ambulatorio con haloperidol (3 mg/día) y pudo continuar viviendo solo en su departamento
con un subsidio social. Aún oía voces que hablaban de él casi a diario pero ahora se daba cuenta de que
eran parte de su enfermedad y no le daba demasiada importancia. Nada lo entusiasmaba y pasaba gran
parte del tiempo sin hacer nada, mirando por la ventana, o fumando. Concurría regularmente a sus citas
de seguimiento y tomaba sus medicamentos según prescripción médica. Según su ficha de evaluación
aparecía apático e hipoafectivo, pero aparte de eso, se lo veía en estado de remisión.

Antecedentes: El paciente nació y creció en una ciudad donde su padre era contador en una compañía
importante. Era el tercero de tres hermanos. Después de terminar la escuela secundaria optó por la
carrera comercial y comenzó a trabajar en un banco. No era ambicioso y se contentaba con ser
empleado. Había sido buen alumno en la escuela y tenía muchos amigos con los que se mantuvo en
contacto los primeros años después de finalizarla. Mas adelante se apartó de sus amigos y cada vez se
encerró más en sí mismo. Al terminar la escuela salió con una chica, pero luego perdió interés, y ella lo
dejó por otro. Después de ello no tuvo más interés en conocer otras mujeres. En el banco era un
empleado responsable aunque tenía una peculiar falta de ambición e interés. Trabajaba mecánicamente
y a veces los clientes se quejaban de que no entendía lo que le pedían. Su padre había notado el cambio
y su familia había tratado de sacarlo de su aislamiento. Debido a que respondió agresivamente lo
dejaron solo aunque se mantuvieron en contacto por teléfono. Los últimos años el paciente había vivido
solo en un departamento alquilado, ya que parecía capaz de manejarse bien de esta manera. No había
información alguna de enfermedad mental en su familia. Su salud siempre había sido buena y nunca
había sido internado.

Datos Actuales: Al ser internado por segunda vez, se lo notó moderadamente deprimido. Contestaba en
forma dubitativa y con frases cortadas, y admitió que hacía tiempo que pensaba en suicidarse pues creía
que su situación no tenía esperanza. Admitió que desde hace tiempo no se interesaba por nada, no
sentía placer por ninguna actividad y no se tenía confianza. Recientemente su sueño se había visto
alterado, y se despertaba muy temprano. No tenía mucho apetito y había perdido algo de peso. Aún oía
las voces que lo aludían pero no tan frecuentemente, y aseguró que ya no les prestaba tanta atención.
Se dio cuenta de que tenía una enfermedad mental pero no pensaba en ella y no la usaba como excusa
para sentirse desamparado.

Curso: Diagnóstico Diferencial


Docente: S. Adrianzen
2021
Caso 3

La paciente es una mujer casada de 25 años.

Motivo de consulta: Fue traída en ambulancia a la sala de emergencias del hospital del lugar donde
vivía. Su esposo informó que había sido perfectamente normal hasta la tarde anterior cuando volvió del
trabajo diciendo que “estaban sucediendo cosas raras en su oficina”. Había notado que sus
compañeros hablaban de ella, que habían cambiado de pronto, y que se comportaban como si
estuvieran actuando. Estaba convencida de que estaba bajo vigilancia y de que alguien escuchaba sus
conversaciones telefónicas. Todo el día se había sentido como en un sueño. Al mirarse al espejo no se
había reconocido a sí misma. Se había puesto más y más ansiosa, incoherente y agitada durante el día y
no había podido dormir nada durante la noche. Había pasado casi toda la noche mirando por la
ventana. Varias veces había señalado los cuervos en un árbol cercano y le dijo a su marido: “los pájaros
vienen”.

A la mañana su esposo la encontró de rodillas como si estuviera rezando. Se golpeaba la cabeza


repetidamente contra el piso y hablaba en forma incoherente diciendo que le habían encomendado una
misión especial, que su jefe era un criminal, que había espías en todos lados y que algo terrible pasaría
pronto. De pronto se calmó, le sonrió y le dijo que había resuelto convertirse del Catolicismo al
Islamismo. En ese momento se puso exaltada, comenzó a reírse y a gritar, y declaró que ella y su esposo
podrían rezar al mismo dios desde allí en adelante. Poco tiempo después estaba aterrorizada de nuevo y
acusó a su marido de querer envenenarla.

Antecedentes: La paciente fue criada en un pueblo en donde sus padres tenían un pequeño
restaurante. Fue buena alumna en la escuela, fue a la secundaria y a la universidad, y estudió para
intérprete. Durante la carrera conoció a su marido, que había venido de otro país para estudiar también
idiomas. Como ambos eran agnósticos, el hecho de provenir de diferentes religiones nunca había sido
un problema. Se empleó en una compañía relacionada con la Comunidad Europea y su esposo encontró
trabajo en una compañía internacional dedicada a las traducciones. Les iba bien, habían comprado una
linda casa en las afueras de su pueblo natal y planeaban tener un hijo en el futuro. Los padres de la
paciente tenían buena salud. Ella tenía un hermano y dos hermanas. A los 18 años, su hermana menor
tuvo un ataque nervioso y los años siguientes estuvo internada repetidamente en un hospital
psiquiátrico, con diagnóstico de esquizofrenia. Tanto la paciente como su esposo eran abstemios y
estaban en contra de toda clase de drogas, incluyendo medicación prescripta por profesionales. Su
esposo la describió como extrovertida, sociable y perfectamente normal. Estaba, sin embargo, bastante
preocupado por lo que estaba pasando, más aún porque tenía síntomas parecidos a los observados en
su cuñada.

Datos actuales: Al internarse, la paciente estaba asustada, perpleja pero orientada con respecto a
tiempo, lugar y personas. Se la veía inquieta y cambiaba de posición constantemente, se paraba y se
sentaba, se movía por la habitación gritando, llorando y riendo. Hablaba en forma desordenada,
cambiando de un tema a otro sin ninguna hilación. Algo ilegal estaba sucediendo en su oficina, dijo
haber descubierto un complot secreto. Había micrófonos escondidos en todos lados y agregó: “los
pájaros vienen”. Se preguntaba si el médico era un médico real o un “espía disfrazado”.
Continuó hablando de “mi misión”, declaró que Jesús era un falso profeta, que Mahoma era el
verdadero y que ella convencería al mundo de qué era lo bueno, y qué lo malo. Luego explicó que la
verdad había que encontrarla los números. El dígito 3 representa el bien y el 8 el mal. De pronto
comenzó a llorar, explicando que sus padres habían muerto y que deseaba encontrarlos en el cielo.

Durante los primeros días de su internación, la paciente presentaba una sintomatología cambiante. Su
estado de ánimo variaba de la tristeza a la exaltación y el contenido de su ideación delirante cambiaba
Curso: Diagnóstico Diferencial
Docente: S. Adrianzen
2021
Caso 3
de la persecución al misticismo. En varias ocasiones salió de su habitación y se quejó de haber sentido

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Docente: S. Adrianzen
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gente que hablaba de ella, aun cuando no había nadie cerca. Cuando se le pidió que describiera lo que
oía, habló de voces que venían del pasillo. Negó firmemente que las voces podían provenir de ella
misma.

El examen físico no reveló ninguna anormalidad. Las pruebas de sangre, incluyendo las de función
tiroidea, estaban dentro de los límites normales, así como todos los otros estudios, como el EEG y el
mapeo cerebral.

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Docente: S. Adrianzen
2021
Caso 4

El paciente es un vendedor de 36 años. Es casado y tiene dos hijos.

Motivo de consulta: Fue internado en una clínica psiquiátrica después de tener una crisis nerviosa, con
excitación psicomotriz, confusión mental y pensamientos suicidas. Cuatro semanas antes había asistido
a un curso de siete días sobre desarrollo personal, organizado por su empresa. Durante el curso mostró
una excitación creciente y hablaba mucho. Conversaba con gente día y noche y bebía excesivamente.
También tuvo una relación sexual con una mujer participante del curso. Al regresar a su casa tuvo una
crisis, estaba excitado e inquieto con estados de ánimo cambiantes. A veces se sentía extremadamente
feliz sin causa aparente, tenía planes extravagantes, se mostraba hiperactivo y hablaba mucho
interfiriendo en todo. En otros momentos se lo veía decaído, cansado y con sentimientos de culpa y
pensamientos suicidas. Le decía a la gente que podía leer sus pensamientos y predecir el futuro.
También dijo que recibía mensajes simbólicos de personas en la televisión, que tenía habilidades
telepáticas y que había sido elegido para una misión lo que significaba que ciertos enemigos lo trataban
de perseguir. Al mismo tiempo sentía que todo a su alrededor parecía irreal, como si estuviera en un
escenario delante de él. De noche dormía mal. De todas formas lograba hacer su trabajo. Sin embargo,
el día antes de su internación se quebró completamente. En la oficina se lo veía excitado y perturbado.
Anunció a sus colegas que había sido nombrado director de la empresa, y que todos deberían hacer un
viaje alrededor del mundo. Tuvo que ser llevado a su casa y luego fue internado en la clínica.

Antecedentes: El paciente era hijo único. Su padre era jardinero en un pueblo de provincia. Al terminar
la escuela secundaria, hizo un curso de vendedor en la industria textil y desde los 27 años fue empleado
en una empresa textil. Se casó a los 24 años y tuvo dos hijos, quienes en el momento de su internación,
tenían 9 y 11 años. La familia vivía en casa propia y le iba bien económicamente. Siempre había sido
extrovertido, activo y enérgico, pero muy responsable. Era ambicioso y le gustaba su trabajo. Trabajaba
en forma eficiente y su esfuerzo era apreciado por sus empleadores.

Datos actuales: Al ser admitido, el paciente parecía perplejo y ansioso, pero estaba completamente
orientado. Se mostraba verborrágico, con fuga de ideas y por momentos parecía responder a
alucinaciones auditivas. Al día siguiente estaba excitado y confundido. Dijo que había sido sentenciado a
muerte y que su vida estaba en peligro. Una luz que entraba por la ventana le indicaba que estaba bajo
vigilancia especial. Una estrella en el cielo era un objeto volador no identificado que había venido a
llevárselo de la tierra. Entre el ruido de la sala distinguía voces que se burlaban y reían de él. Al mirar
televisión veía las caras y oía la música deformadas. Sentía que otras personas podían “nadar en su
mente”, sacar sus pensamientos y hacerle sentir emociones e impulsos que no eran los de él.
Por momentos se volvía irritable y verbalmente agresivo, y hablaba incesantemente con fuga de ideas.

Evolución: Al ser tratado con 10 mg de haloperidol por día, el paciente se fue calmando gradualmente y
después de 10 días ya no parecía psicótico. Estuvo algo deprimido durante otra semana, después de lo
cual su familia lo consideró en su normal estado mental.

Curso: Diagnóstico Diferencial


Docente: S. Adrianzen
2021
La paciente es una mujer de 32 años que trabaja como bibliotecaria. Es casada y recién ha dado a luz.
Actualmente está con licencia por maternidad.

Motivo de consulta: Fue internada en un hospital psiquiátrico contra su voluntad, debido a que
presentaba un estado de excitación violento junto con comportamiento extraño e irresponsable que se
desarrolló después del parto, y que llevaba ya diez días. La paciente se había casado hacía cinco años y
finalmente pudo tener un muy deseado hijo. El embarazo y el parto habían sido sin complicaciones. El
hijo, era un bebé hermoso y saludable y durante los primeros días después del alumbramiento todo era
normal. Cuatro días después del parto, la paciente fue dada de alta de la maternidad. Al llegar a su casa,
se la notó excitada e irascible. Acusó a su marido de mantener la casa a temperatura demasiado baja,
aunque la casa estaba, en realidad, bastante templada. Tenía discusiones con su madre sobre cómo usar
los pañales, y por último perdió el control y echó a su madre porque ella pretendió tomar al bebé en
brazos. La paciente comenzó a hablar y a regañar a todos incesantemente y, como resultado se puso
casi afónica. Continuó refiriendo detalles sin importancia sobre el parto, y habló de mal trato. Llamó a
amigos y parientes, así como también a la clínica maternal, quejándose por el trato que había recibido.
Estaba continuamente activa y no dejaba al bebé quieto, cambiándolo o lavándolo frecuentemente. Sin
embargo, en medio de una actividad se distraía fácilmente y lo dejaba sin atención, aparentemente
olvidando qué estaba haciendo, porque otra cosa había llamado su atención. Por momentos trataba
mal al bebé, regañándolo y aún pegándole cuando lloraba. Dormía irregularmente y sólo algunas horas
por vez. Comía muy poco porque estaba muy ocupada para sentarse y terminar su comida.
Eventualmente se mostró muy perturbada, trataba de leer la hora en el termómetro, quemó el cubre-
tetera sin razón alguna, y le gritó a un conductor de televisión. No quería ni oir de enfermedad mental y
se negó a ver al médico general que había sido llamado por su esposo. El médico debió internarla en el
hospital psiquiátrico contra su voluntad.

Antecedentes: La paciente nació y creció en una ciudad pequeña, donde completó sus estudios
secundarios. En la escuela le iba bastante bien y luego consiguió trabajo en una biblioteca donde ha
estado empleada hasta el momento. Su esposo trabajaba como programador de sistemas y describieron
su matrimonio como bueno y estable. Él describió a su esposa como una persona extrovertida, sociable
y muy confiable, pero algo malhumorada y con un temperamento rápidamente cambiante. Su salud
física siempre había sido buena. No fumaba, bebía sólo raramente en compromisos sociales y no había
evidencia de uso de drogas. El padre de la paciente murió de enfermedad cardíaca cuando la paciente
tenía 27 años. Su madre estaba viva y bien, pero había sido tratada por recurrentes episodios de
depresión. El paciente tenía un hermano mellizo que era discapacitado mental.

Datos actuales: Al ser admitida la paciente estaba enojada y se negó a dar datos al empleado del
hospital. Hablaba sin cesar y con voz ronca. Su discurso era circunstancial y saltatorio; perdió el hilo de
su pensamiento varias veces. Por momentos se distraía con ruidos y detalles sin importancia de su
alrededor. No podía permanecer sentada y caminaba incesantemente por la habitación. Trató de salir y
se volvió agresiva y grosera cuando se lo impidió. No había evidencia de percepciones anormales ni de
ideas delirantes, y estaba absolutamente orientada en lo referente al tiempo, lugar y a su persona.
La paciente es una mujer de 27 años, casada y sin hijos. Es enfermera en una unidad de salud materna
infantil.

Motivo de consulta: Fue llevada al hospital por su marido porque estaba muy excitada y verborragia.
Después de discutir con su esposo cuatro días antes, se fue de su casa enojada a la mezquita donde
permaneció rezando toda la noche. Cuando regresó a la mañana siguiente su esposo estaba enojado
con ella y le dijo que si quería pasar toda la noche en la mezquita podía irse a vivir allí. Se fue a la casa de
su mamá donde se perturbó más y más. Estaba muy excitaba, no podía dormir, hablaba casi
incesantemente y se negaba a comer. Rezaba fervientemente pero mezclaba palabras, aparentemente
sin darse cuenta. Su interminable conversación era especialmente sobre religión y la interrumpía sólo
para cantar plegarias en las que acusaba a numerosas personas de pecar y les ordenaba rezar. Su madre
llamó al marido y le dijo que él era responsable de ella. Como la paciente se negó a ser tratada, su
esposo la trajo al hospital por la fuerza.

Antecedentes: El segundo matrimonio de la paciente tuvo lugar dos años antes de ocurrir el actual
episodio. Su esposo tenía 34 años y era un musulmán devoto que trabajaba en una fábrica de autos. No
tenían hijos lo que causaba tensión en el matrimonio. Su primer matrimonio fue a los 21 años; duró sólo
unos pocos meses porque su esposo se fue a trabajar a un país fronterizo y no lo había vuelto a ver ni a
oir desde entonces. Al momento de la internación su padre tenía 54 años y su madre 56. La paciente era
la quinta de una familia de dos hermanos y seis hermanas. Se había interesado en la religión desde
chica. A los siete años mostraba ya un gran entusiasmo en leer el Corán y memorizó casi todas las
secciones del libro. Tenía una hermosa voz y a menudo la invitaban a eventos sociales porque cantaba
muy bien. Se integraba adecuadamente con la gente y le era fácil hacer amigos, disfrutando el hecho de
que su canto -y también el baile- a menudo la convertían en el centro de atención. Era una mujer
enérgica y por lo general optimista aunque admitió estar a veces deprimida. No había antecedentes de
enfermedad mental en su familia. A la edad de 22 tuvo un largo episodio de depresión al disolverse su
primer matrimonio. Estaba triste e insegura, se retrajo y no quería cantar ni ir a fiestas. Tenía dificultad
para dormir, se despertaba temprano y se sentía cansada; además no tenía ganas de comer y perdió
peso. De todas maneras logró continuar con su trabajo con sólo unos pocos días de licencia por
enfermedad. No consultó a un médico y después de unos pocos meses gradualmente mejoró y recobró
su estado de ánimo habitual y su nivel de actividad. Tuvo un accidente de tránsito a los siete años y se
rompió un brazo. Tenía bocio, con un nódulo palpable en el lóbulo izquierdo de la tiroides.

Datos actuales: La paciente estaba prolijamente vestida y aún más, era elegante. Se la notaba excitada
e irritable y gritaba agresivamente. Hablaba demasiado y su conversación era difícil de seguir porque iba
demasiado rápido, cambiando de un tema a otro. Se creía superior a los demás, los que estaban celosos
de ella por su voz y belleza. Su inteligencia era superior a la normal y se sentía más fuerte y saludable
que nunca. Se distraía con facilidad, pero estaba totalmente orientada con respecto al tiempo, al
espacio y a su persona. No mostraba falla en la memoria u otras funciones cognitivas.
Nombre:

EJE I:

EJE II: Característica de personalidad base de tipo

Diagnostico EJE III:


Multiaxial
EJE IV:

Problemas relativos al grupo primario:

Problemas relativos al ambiente social:

Problemas laborales / Problemas relacionados con la


enseñanza:

Otros problemas psicosociales y ambientales.

EJE V: (70-61).

Diagnóstico
Funcional

Diagnóstico
Diferencial

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