Política de Defensa Nacional de Chile 2020

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POLÍTICA DE DEFENSA

NACIONAL DE CHILE 2020


“Política de Defensa de Chile, Edición 2020”,
aprobada mediante Decreto Supremo Nº004, del
4 de diciembre de 2020, tomado de razón por la
Contraloría General de la República con fecha
26/04/2021.

“Autorizada su circulación por Resolución N° 109 del


16 de diciembre 2020 de la Dirección Nacional de
Fronteras y Límites del Estado.

La edición y la circulación de mapas, cartas


geográficas u otros impresos y documentos que se
refieran o relacionen con los límites y fronteras de
Chile, no comprometen, en modo alguno, al Estado
de Chile, de acuerdo con el Art. 2°, letra g) del DFL
N°83 de 1979 del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Derechos reservados.
Los contenidos de este libro pueden ser
reproducidos en cualquier medio, citando la fuente.
Se prohíbe la reproducción del material contenido
en este libro para venta u otros fines comerciales
sin previa autorización del Ministerio de Defensa
Nacional.
POLÍTICA DE DEFENSA
NACIONAL DE CHILE 2020
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

TEMARIO

I. INTRODUCCIÓN 7

A. Presentación 7
B. Desarrollo, Seguridad y Defensa 11
C. Principios de la Defensa de Chile 14

II. ENTORNO PARA LA DEFENSA DE CHILE 17

A. Territorio de Chile 17
1. Chile en el Continente Americano 18
2. Chile en el Pacífico 24
3. Chile en la Antártica 27
4. Chile en el espacio aéreo y ultraterrestre 30

B. Entorno de Seguridad y Defensa 33


1. América 33
2. Región Indo-Pacífico 40
3. Europa y otras regiones de interés para la Defensa 41
4. Conflictos y amenazas a nivel global 42
a. Naturaleza híbrida de las potenciales amenazas 43
b. Crimen Organizado Transnacional 43
c. Seguridad en el Ciberespacio 44
d. Seguridad en el espacio ultraterrestre 46
e. Medioambiente y Cambio Climático 47
f. Amenazas de origen Biológico, Químico y Radiológico 47
g. Tecnologías disruptivas 49

III. ESTRATEGIA DE LA DEFENSA 51

A. Introducción

B. Objetivos y Áreas de Misión de la Defensa 53


1. Objetivos 53
a. En seguridad externa 53
b. En seguridad interna y desarrollo 53
2. Áreas de Misión 54
a. Defensa de la Soberanía e Integridad Territorial 55
b. Cooperación Internacional y Apoyo a la Política Exterior 55
c. Seguridad e Intereses Territoriales 55
d. Emergencia Nacional y Protección Civil 56
e. Contribución al Desarrollo Nacional y a la Acción del Estado 56

4
Temario

C. Concepto estratégico de empleo de la Defensa (C.E.) 58


1. C.E en Defensa de la Soberanía e Integridad Territorial 59
2. C.E en Cooperación Internacional y Apoyo a la Política Exterior 63
3. C.E en Seguridad e Intereses Territoriales 65
a. Soberanía efectiva sobre el territorio 65
b. Seguridad e intereses marítimos 67
c. Seguridad en el ámbito aeroespacial nacional 69
d. Estados de Excepción Constitucional y Votaciones Populares 71
e. Intereses territoriales en la Antártica 72
4. C.E en Emergencia Nacional y Protección Civil 74
5. C.E en Contribución al Desarrollo Nacional y a la Acción del Estado 76

D. Capacidades Estratégicas 79
1. Introducción 79
2. Áreas Generales de Capacidades Estratégicas 80
a. Superioridad Operacional 81
b. Protección 82
c. Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento (ISR) 83
d. Mando y Control Integrado 84
e. Movilidad y Proyección 85
f. Sostenibilidad 85
g. Despliegue Territorial 86
3. Orientaciones para el Desarrollo de Capacidades Estratégicas 87
a. Consideraciones generales 87
b. Personal y Entrenamiento 88
c. Desarrollo de la Fuerza 89
d. Efectividad 91
e. Polivalencia, polifuncionalidad y adaptabilidad 92
f. Visión conjunta e integral superior 92
g. Tecnología e Industria de Defensa 93
h. Capacidades espaciales de la Defensa 94
i. Capacidad para generar Inteligencia 95
j. Capacidades de Ciberdefensa 95
k. Capacidad para enfrentar amenazas híbridas 96

IV. CONDUCCIÓN DE LA DEFENSA NACIONAL, AVANCES Y DESAFÍOS 99

A. Introducción 99
B. Conducción política de la Defensa como Instrumento Militar 101
C. Conducción política Institucional 105
D. Conocimiento y valoración de la Defensa Nacional 108

5
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

I. INTRODUCCIÓN

A. Presentación
B. Desarrollo, Seguridad y Defensa
C. Principios de la Defensa de Chile

6
I. Introducción

I. INTRODUCCIÓN

A. Presentación

Chile es un país que aspira a vivir y desarrollarse en paz, en un entorno


seguro y estable, con independencia política, respetando y cooperando
con todos los países, cuidando y ejerciendo soberanía sobre su territorio.

Para contribuir a este objetivo superior, la Política de Defensa Nacional,


en forma coordinada y coherente con la Política Exterior, la Política de
Seguridad y las restantes políticas sectoriales, constituye una herramienta
de conducción política por parte del Jefe de Estado. Asimismo, una Política
explícita contribuye a generar un mejor entendimiento y a lograr las
confianzas necesarias a nivel internacional y a nivel interno.

Así lo han comprendido sucesivos gobiernos en las últimas décadas, los


cuales han publicado o fundamentado esta Política, desde el año 1997,
considerándola como una parte de Libros de la Defensa o Estrategias
de Seguridad y Defensa, siendo la última versión el Libro de la Defensa
Nacional del año 2017. Siguiendo esta evolución, el Gobierno ha decidido
continuar avanzando, esta vez, a través de un documento dedicado de
Política de Defensa.

Este documento recoge y desarrolla los aportes y consensos transversales


logrados en las últimas décadas en nuestro país respecto a los principios,
objetivos y Áreas de Misión de la Defensa, define la postura frente a
nuevos escenarios de seguridad, desarrolla una estrategia de la Defensa,
con Conceptos de empleo de Capacidades estratégicas que permiten
cumplir con los objetivos y Áreas de Misión definidas. Los desafíos que se
derivan de esta estrategia permiten, a su vez, orientar el desarrollo de las
capacidades estratégicas que requiere el país.

En ese sentido, la Política de Defensa 2020 reafirma y actualiza los


fundamentos expresados en anteriores Libros de la Defensa, como también
avanza en conceptos y orientaciones necesarias para la conducción
política de la Defensa. Ello se hace más necesario hoy, en un entorno que
exige transparencia y apoyo ciudadano a la función Defensa, en particular

7
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

en tiempos en que el mundo y nuestro país se encuentran enfrentando


los efectos de una grave pandemia y crisis social y económica.

La Defensa Nacional es una función de Estado y las Fuerzas Armadas (FF.AA.)


constituyen su eje fundamental, por lo que se debe velar permanentemente
por su fortalecimiento institucional y modernización de sus capacidades
para cumplir con las exigencias que demandan las diferentes Áreas de
Misión que el país les ha encomendado. Ello incluye de manera primordial
la captación, formación y entrenamiento de personas profesionalmente
competentes y comprometidas con el servicio a Chile y a sus compatriotas.

Además de su rol de defensa de la soberanía, integridad territorial e


independencia política del Estado, nuestras FF.AA. cumplen importantes
misiones en tiempos de paz, en labores de seguridad, presencia y
protección de intereses en nuestro territorio y en contribución a la
respuesta ante emergencias y catástrofes naturales. Ellas despliegan una
capacidad operativa y logística que ha permitido colaborar en forma eficaz
y oportuna a las autoridades civiles en aquellos momentos en los cuales
nuestros conciudadanos más lo han necesitado. Prueba de ello ha sido
el reciente despliegue de miles de hombres y mujeres cumpliendo sin
descanso ni pausa distintas funciones en apoyo a nuestros conciudadanos
durante la emergencia sanitaria global por COVID-19.

Por otra parte, en un mundo cada vez más interdependiente, globalizado y


complejo, la Defensa Nacional cumple un rol relevante de apoyo a la Política
Exterior por medio de su participación en operaciones de cooperación
internacional, ayuda humanitaria y ejercicios multinacionales, entre otros.
Asimismo, la naturaleza transnacional de las actuales amenazas requiere
respuestas sinérgicas y mayor grado de coordinación entre los organismos
involucrados, dentro de los cuales la Defensa colabora con sus capacidades
polivalentes.

Es destacable, además, el rol que las FF.AA. han cumplido y siguen


desarrollando en el mejoramiento de las condiciones de vida e integración
de zonas aisladas o en las que la presencia de otros organismos del Estado
es mínima debido a sus particulares condiciones geográficas. A esto se

8
I. Introducción

suma el reconocido aporte de las instituciones de la Defensa al desarrollo


del conocimiento científico, tecnológico y cultural de nuestro país.

Para cumplir con las misiones de la Defensa ante diferentes escenarios


posibles, se hace necesario invertir en mantener y desarrollar capacidades
estratégicas, las cuales representan un activo relevante y vital para
la seguridad y defensa de los chilenos. La postura del país respecto al
desarrollo de estas capacidades es la búsqueda de la polivalencia para
desarrollar tareas en otras Áreas de Misión, en el sentido de otorgar un
valor más amplio a la inversión principal en aquellos medios que son
destinados a la seguridad exterior del país y a la disuasión.

De esta manera, dichos medios pueden ser empleados eficaz y


eficientemente en tareas de apoyo a la comunidad, emergencias,
seguridad e intereses territoriales, y tantas otras que requiera la autoridad
política, entendiendo que la Defensa es parte integral de los órganos de
administración del Estado que deben actuar coordinadamente en función
de las necesidades de Chile. Esa polivalencia de los medios materiales
debe también ir acompañada de la polifuncionalidad de las personas que
los operan y de la adaptabilidad de los sistemas y estructuras de Mando
y Control que los dirigen, lo que representa un desafío integral para la
Defensa en general y las FF.AA. en particular.

La presente Política de Defensa 2020 cumple con tres objetivos principales:


un carácter directivo hacia el sector Defensa, respecto a la Estrategia de
la Defensa y su efecto en el desarrollo de capacidades estratégicas y en
la conducción política del sector, incluyendo orientaciones para la Política
Militar; una función declarativa hacia la comunidad internacional respecto
a la actitud y postura de nuestro país en relación a la seguridad global y
regional, incluyendo la contribución de la Defensa Nacional; y, un objetivo
informativo hacia la comunidad nacional respecto al rol de la Defensa en
contribución a la seguridad externa como también a la seguridad interna
y desarrollo del país. Esto último representa una condición necesaria para
la adopción de adecuadas decisiones de política pública destinadas al
bien común de nuestra sociedad.

9
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

La actualización y presentación de esta Política de Defensa como un


documento dedicado, con visión de futuro, constituye un avance destinado
a mejorar la gobernanza y la capacidad de conducción superior de la Defensa
Nacional, en virtud de las responsabilidades que la Ley 20.424 le confiere
al Ministerio de Defensa Nacional y que, sin duda, constituirá además una
herramienta de difusión importante a nivel nacional e internacional.

10
I. Introducción

B. Desarrollo, Seguridad y Defensa

Chile es un país libre y soberano, con una historia republicana de más de


doscientos años, que aspira a lograr un desarrollo integral de todos sus
habitantes, en un marco de libertad, progreso, justicia y solidaridad.

Una condición fundamental para lograr este desarrollo integral es mantener


una paz estable, en un entorno de seguridad que permita a los chilenos
desarrollar libremente sus proyectos de vida, con certeza respecto a las
normas de convivencia democrática, el orden y el respeto al Estado de
Derecho. Asimismo, este entorno de seguridad promueve e incentiva la
inversión y la confianza en nuestro país por parte de la comunidad global,
facilitando nuestra integración al mundo e impulsando nuestro desarrollo
y bienestar como sociedad.

La seguridad nacional constituye una condición alcanzable, que requiere


minimizar riesgos y disuadir o neutralizar amenazas. Desde la perspectiva
de la función pública, su responsabilidad reside en el Jefe de Estado, y
comprende tanto ámbitos de seguridad externa como de seguridad
interna, cuyos límites contemporáneos resultan cada vez más difusos1.

La condición de seguridad externa se expresa en la independencia política


del país para tomar sus propias decisiones, libres de coerción o influencia
indebida basada en el uso o amenaza de empleo de la fuerza u otros
medios, por parte de otros actores internacionales. También se expresa en
la protección de nuestra integridad territorial, de nuestra población y de
nuestros intereses y recursos, donde sea que estos se encuentren.

Si bien Chile se encuentra situado geográficamente en la periferia de los


conflictos globales, no estamos exentos que sus consecuencias puedan
afectar al país. Nuestra Política Exterior al respecto señala que “la paz y
seguridad internacional no se alcanzan mediante la pura ausencia del
conflicto armado, sino con una acción colectiva basada en un enfoque
preventivo”. Asimismo, esta política establece que “mientras Chile persista

1 Algunos fenómenos tales como el crimen organizado trasnacional, las ciberamenazas, el terrorismo, el narcotráfico,
la pesca ilegal no regulada y la degradación del medio ambiente en zonas marítimas o en la Antártica afectan la
seguridad nacional en el ámbito de seguridad interna.

11
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

en un modelo de desarrollo abierto y basado en el comercio exterior, su


éxito continuará requiriendo de condiciones de seguridad global propicias
al libre flujo de personas, bienes y servicios”2.

Es por ello que nuestro país adhiere al compromiso con la paz y seguridad
global, propiciando la estabilidad en diversas regiones del mundo, para
contribuir a la protección de las personas3, la libertad y seguridad de
interconexión global en las dimensiones aérea, marítima y ciberespacial,
además de la protección de los recursos naturales y preservación del
medio ambiente para un desarrollo sustentable, entre otros intereses
comunes.

Nuestra contribución primaria a este interés compartido por la comunidad


internacional es el mantenimiento de un entorno de seguridad en nuestros
territorios soberanos y en las áreas marítimas y espacios aéreos en que
Chile tiene jurisdicción y responsabilidades. Adicionalmente, nuestro
país se integra al esfuerzo cooperativo y multilateral para garantizar la
estabilidad, paz y gobernanza, en especial en las regiones de América,
la Cuenca del Pacífico y en aquellas regiones del mundo donde, directa
o indirectamente, se reflejan nuestros intereses, participando en forma
proporcional a nuestras capacidades.

Para generar y mantener un entorno de seguridad, el Jefe de Estado articula


diferentes instrumentos de poder e influencia estatales, tales como la
diplomacia, la información, el poder militar, la economía y el instrumento
de poder interno4. El instrumento de poder militar es provisto por el sector
Defensa mediante sus FF.AA.

2 Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Política Exterior de Chile 2030, Santiago de Chile, enero de 2018. Capítulo
02 “La política Exterior Multilateral”, pág. 60.
3 La seguridad humana es el primer enfoque que reúne a los tres pilares del sistema de Naciones Unidas: la paz y la
seguridad, el desarrollo y los Derechos Humanos. Su principal objetivo es proteger a las personas de las amenazas
multidimensionales, basando sus procesos en la fortaleza y aspiración del ser humano a una vida más digna (Libro
de la Defensa Nacional de Chile (LDN) 2017, Capitulo VI, pág. 101).
4 Internacionalmente se reconocen al menos cuatro instrumentos básicos de poder para seguridad externa bajo la
sigla DIME (Diplomático, Informacional, Militar y Económico) al cual se debe agregar el poder del Estado para proteger
a su población y el Estado de Derecho al interior del país, mediante las estructuras judiciales, policiales, fiscalías, etc.
Ellos pueden ser utilizados en forma coercitiva (“hard power”), en forma persuasiva (“soft power”) y normalmente en
una combinación de ellos (“smart power”). La Inteligencia, esto es, la generación de información útil para la toma de
decisiones, no es un instrumento de poder en sí misma, pero es un insumo relevante para el empleo de todos los
poderes del Estado.

12
I. Introducción

Las FF.AA. de Chile existen para la defensa de la Patria y son esenciales


para la seguridad nacional5. Ellas son insustituibles como instrumento de
poder militar del Estado para la seguridad externa y, en cumplimiento
de la Constitución y las leyes, deben contribuir en casos calificados a
la seguridad interna. Asimismo, como parte del Estado, deben aportar
en forma coordinada al desarrollo del país, junto a otros órganos de la
administración del Estado.

En efecto, la legislación nacional y la condición de órganos de


administración del Estado les han otorgado a nuestras FF.AA. roles en
aspectos esenciales de seguridad y protección de intereses en nuestro
territorio, tales como el apoyo a nuestros conciudadanos en situaciones
de emergencias y catástrofes, el orden público en Estados de Excepción
Constitucional y en procesos eleccionarios, el apoyo social e integración
de las comunidades en zonas aisladas continentales e insulares, la
contribución a la preservación de nuestra identidad común, al desarrollo
científico tecnológico nacional, y la conectividad e integración de todos
los espacios continentales e insulares.

Estos roles exigen una acción coordinada entre las Instituciones de la


Defensa con otras organizaciones del Estado a fin de propender al bien
común de la sociedad, en forma integrada y cooperativa. En algunos
casos, la Defensa actúa en posición de responsable, mientras en otras
situaciones su labor es en posición de apoyo o colaboración, siendo
esencial e insustituible cuando se trata de la defensa de la soberanía e
integridad territorial.

La Defensa es un bien público, en un entorno cambiante de riesgos,


oportunidades y amenazas. Ello exige una participación y compromiso de
autoridades y ciudadanos con una mirada transversal y de largo plazo
que permita dar sustentabilidad y certezas, integrando coherentemente la
inversión en seguridad y defensa junto al resto de los esfuerzos destinados
al desarrollo y bienestar de sus habitantes.

5 Constitución Política de la República de Chile. Capitulo XI “Fuerzas Armadas de Orden y Seguridad Pública”, art. 101°; y
Capitulo IV “Gobierno”, art. 39° al 43°; Ley 18.415, Ley Orgánica Constitucional de los Estados de Excepción, art. 2° al 7°.

13
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

C. Principios de la Defensa de Chile

1 Es deber y voluntad del Estado de Chile proteger a su población y sus


derechos fundamentales, defender su soberanía nacional, su integridad
territorial, su independencia política y sus intereses nacionales.

2 Chile no posee propósitos agresivos contra ninguna nación ni tiene


reivindicaciones territoriales en el ámbito vecinal, sino que aspira
a lograr un desarrollo armónico y en paz junto a toda la comunidad
internacional.

3 El Estado de Chile reconoce y respeta los tratados y acuerdos


internacionales suscritos por nuestro país. Como miembro de la
Organización de las Naciones Unidas, adhiere al compromiso de arreglo
de sus controversias internacionales por medios pacíficos, de tal manera
que no se ponga en peligro ni la paz y la seguridad internacional, ni la
justicia; y se abstendrá de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza
contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier
Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los propósitos de
las Naciones Unidas6.

4 La Política de Defensa es complementaria y se materializa en forma


coordinada con la Política Exterior y las restantes políticas públicas
relacionadas con la seguridad interna y el desarrollo del país.

5 El Estado de Chile tiene el derecho inmanente y la responsabilidad


de emplear todas sus capacidades, incluyendo su capacidad militar si
fuese necesario, para la defensa del país y el resguardo de los intereses
nacionales frente a amenazas externas. En tales circunstancias, Chile
ejercerá el derecho a la legítima defensa en conformidad con lo
dispuesto por la Carta de las Naciones Unidas (art. 51) y con arreglo a
las normas del Derecho Internacional.

6 Carta de las Naciones Unidas, Capítulo I, art. 2, Principios 3 y 4.

14
I. Introducción


6 El Estado de Chile tiene la responsabilidad de mantener una capacidad
militar suficiente para contribuir al logro y defensa de los intereses y
objetivos del país, asignando los recursos adecuados para el sector
Defensa, considerando las restricciones derivadas de otras prioridades
y necesidades del conjunto del Estado.

7 El Estado de Chile debe fomentar el compromiso ciudadano con la


Defensa Nacional, contemplando, entre otros objetivos, las previsiones
necesarias para la prestación del Servicio Militar, la satisfacción de
las necesidades de la movilización nacional y aquellas derivadas del
mantenimiento de las capacidades y aptitudes de la Reserva.

8 Para el Estado de Chile, su situación y características geográficas


particulares son una referencia importante en la formulación de la
Política de Defensa.

9 El sector de la Defensa incluye a las FF.AA. como instituciones que


existen para la defensa de la Patria, esenciales para la seguridad
nacional, las que, además de su rol insustituible y principal en el ámbito
de la seguridad externa, poseen roles y funciones propias y también de
apoyo, que se relacionan con aspectos de la seguridad interna y la
contribución al desarrollo del país7.

7 Los roles y funciones de las FF.AA. están contemplados en diversos cuerpos normativos, en donde se destaca:
Constitución Política de la República de Chile. Capitulo XI; Ley 18.415 Orgánica Constitucional de los Estados
de Excepción, art. 2 al 7; DFL N°2, de 2017 que “Fija el texto refundido, coordinado y sistematizado de la Ley
Nº18.700, Orgánica Constitucional sobre Votaciones Populares y Escrutinios; Ley Nº18.575 Orgánica Constitucional
de Bases Generales de la Administración del Estado; La Ley 16.752, que Fija Organización y Funciones y Establece
Disposiciones Generales A La Dirección General de Aeronáutica Civil”; D.F.L. N° 292 (25 de Julio de 1953), Ley
orgánica de la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante; D.L. Nº 2.222 (21 de mayo de 1978),
D.S. (M) N°6 (10 de enero de 2001), Ley de Navegación. Asimismo, ello se reconoce en el Libro de la Defensa
Nacional 2017, pág. 31, 101, 102, 114 y 115.

15
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

II. ENTORNO PARA LA DEFENSA DE CHILE

A. Territorio de Chile
1. Chile en el Continente Americano
2. Chile en el Pacífico
3. Chile en la Antártica
4. Chile en el espacio aéreo y ultraterrestre

B. Entorno de Seguridad y Defensa


1. América
2. Región Indo-Pacífico
3. Europa y otras regiones de interés para la Defensa
4. Conflictos y amenazas a nivel global
a. Naturaleza híbrida de las potenciales amenazas
b. Crimen Organizado Transnacional
c. Seguridad en el Ciberespacio
d. Seguridad en el espacio ultraterrestre
e. Medioambiente y Cambio Climático
f. Amenazas de origen Biológico, Químico y Radiológico
g. Tecnologías disruptivas

16
II. Entorno para la Defensa de Chile

II. ENTORNO PARA LA DEFENSA DE CHILE

A. Territorio de Chile

Mapa N°1:
Chile Tricontinental. (Incluye representación gráfica aproximada de áreas marítimas de
Zona Económica Exclusiva de Chile. No grafica derechos sobre Plataforma Continental y
Plataforma Continental extendida).

Fuente: Base Instituto Geográfico Militar, adaptada por Dirección de Fronteras y Límites (DIFROL).

17
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

El carácter de Chile tricontinental está conformado por su inserción


geográfica dentro del continente americano, sus derechos soberanos
sobre el Territorio Chileno Antártico y su proyección hacia Oceanía, dada
por su posición en el Pacífico Sudoriental y sus territorios insulares en el
Océano Pacífico8.

De manera análoga, sus espacios aéreos soberanos y bajo control nacional,


sumado a su pleno acceso al espacio ultraterrestre, definen la condición
de carácter tridimensional del Estado de Chile.

Las características de cada uno de estos aspectos, así como su significado


para la Defensa, serán señaladas en los puntos siguientes.

1. Chile en el Continente Americano

La mayor concentración poblacional y las principales actividades humanas


y económicas del país se realizan en nuestro territorio soberano dentro
del continente americano. Este territorio continental incluye sus áreas
marítimas y espacios aéreos soberanos, así como sus derechos de Zona
Contigua, Zona Económica Exclusiva, Plataforma Continental y Plataforma
Continental Extendida9.

Una característica distintiva de nuestro territorio en Sudamérica es que


posee una de las mayores longitudes del mundo, extendiéndose por más de
39 grados de latitud en dirección norte-sur y con un promedio de 177 km de
ancho entre la Cordillera de Los Andes y el Océano Pacífico. Esta característica
nos brinda una de las costas más largas del mundo (aproximadamente 4.200
km), además de una variedad de climas con realidades diferentes en cuanto
a su poblamiento y desarrollo.

8 La isla de Pascua – Rapa Nui es reconocida internacionalmente como parte de la Polinesia, perteneciente al
continente de Oceanía.
9 El área terrestre continental americana de Chile tiene una superficie aproximada de 755.776 mil Km2. El Mar Territorial
(M.T.) asociado a este territorio tiene una superficie de 128.090,68 Km2, y la Zona Económica Exclusiva (Z.E.E.), en donde
se ejercen derechos de soberanía sobre los recursos del agua, suelo y subsuelo hasta las 200 mn de costa tiene una
superficie de 2.009.299 Km2 (esto no incluye la Z.E.E generada por territorios insulares en el Océano Pacífico). Además,
basado en estudios de batimetría, sísmicos y de sedimentos, nuestro país tiene el derecho a reclamar una zona de
Plataforma Continental Extendida hasta 350 mn desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura
del Mar Territorial o hasta la isóbata de los 2500 metros más 100 mn de conformidad al artículo 76 de la CONVEMAR.

18
II. Entorno para la Defensa de Chile

En efecto, dentro de nuestro territorio sudamericano, se presentan diversas


regiones con diferentes características geográficas y climáticas, tales
como montaña10, llanura, desierto, altiplano, estepa austral, bosque, selva
húmeda fría, glaciares y hielos permanentes, todas ellas a corta distancia
de una línea de costa en donde se generan archipiélagos, islas, fiordos,
canales y bahías, con una extensión lineal de nuestro borde costero que
suma aproximadamente 83.850 km.

Sobre nuestro territorio, se extiende el espacio aéreo nacional, que es un


espacio donde Chile ejerce derechos de plena soberanía, y que resulta de
la proyección de líneas imaginarias hacia la atmósfera desde los territorios
terrestres y marítimos (Mar Territorial).

10 El 63,8% del territorio continental de Chile es montañoso, según datos del “Diagnóstico Nacional de Montaña.
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes”. Informe Chile Food and
Agriculture Organization of the UN (FAO) Oficina Santiago de Chile, 2012.

19
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

Mapa N°2:
Representación topográfica de Chile en Sudamérica

Fuente: Servicio Aerofotogramétrico (S.A.F)

20
II. Entorno para la Defensa de Chile

Nuestro país presenta extensas zonas con una baja densidad demográfica
y escasa presencia del Estado, a lo que se agrega que las características
geológicas y climatológicas lo exponen a permanentes riesgos de
fenómenos naturales que originan situaciones de emergencia y catástrofes.

En la zona norte, existen grandes reservas de minerales, estratégicos para


el desarrollo de nuestra economía, así como también un vasto potencial de
generación de energías renovables, fundamentalmente solar y eólica. La
zona central de Chile concentra más del 85% de la población, y representa
el centro político y administrativo, con una alta actividad económica,
financiera, minera de montaña, industrial, agrícola y portuaria.

En la zona sur y austral, Chile posee importantes reservas de agua dulce


en sus montañas y glaciares, además de un territorio archipelágico con
una geografía abrupta y gran cantidad de islas y fiordos, que generan una
de las áreas de aguas interiores más extensas del mundo, aptas para un
desarrollo económico asociado a la acuicultura y al turismo.

La región austral, en donde se asienta la Patagonia chilena, posee una


de las condiciones más complejas de integrar por la inexistencia de
una vía de comunicación que otorgue continuidad terrestre al territorio
nacional, interrumpiéndose producto de la geografía. Este aspecto se
ha ido mitigando por una parte gracias a la proyección de la Carretera
Longitudinal Austral, a la combinación de medios terrestres, aérea y
marítima en forma multimodal, y al aprovechamiento de aguas interiores
protegidas de las inclemencias climáticas.

Adicionalmente, nuestro territorio en el extremo sur del continente


constituye una posición estratégica privilegiada para establecer centros
de soporte en el continente para las actividades antárticas nacionales e
internacionales, para otorgar conectividad marítima y aérea a la Antártica
y para dar seguridad a los dos pasos marítimos naturales (el Estrecho
de Magallanes y el Paso de Drake) que conectan los Océanos Atlántico y
Pacífico.

21
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

La frontera terrestre con Perú se extiende por 168 km, con Bolivia, por
850 km y con Argentina 4.400 km, todos aproximadamente. En la zona
norte, sus características de “porosidad” (presencia de múltiples pasos
fronterizos no oficiales y difíciles de controlar) generan desafíos desde
el punto de vista de la seguridad, exigiendo un esfuerzo importante en
aspectos de vigilancia y control.

En el resto del territorio, la frontera con Argentina está marcada por la


Cordillera de Los Andes, con grandes alturas en la zona norte y central,
generando pasos de difícil acceso, disminuyendo en la zona sur y austral,
fragmentada y erosionada por los hielos. Cabe mencionar que en la zona
cordillerana existen volcanes de actividad variable que pueden afectar
severamente a la población.

En la zona de Magallanes, la frontera se caracteriza por planicies


patagónicas al este de Los Andes, en forma de mesetas planas y extensas.

La conformación geográfica implica que gran parte del territorio se


constituye como zona fronteriza, verificándose que las comunas fronterizas
y parcialmente fronterizas, constituyen aproximadamente dos tercios de la
superficie continental del país11.

En términos de superficie, las comunas fronterizas de Chile continental


ascienden a 267.431,60 km2, mientras que las comunas parcialmente
fronterizas alcanzan 255.159,59 km2.

El territorio chileno en el continente americano contiene numerosas zonas


de aguas interiores, incluyendo lagos internacionales, y una de las costas
más largas del mundo generando, en el mar adyacente, derechos de
soberanía sobre Mar Territorial, Zona contigua, Zona Económica Exclusiva,
Plataforma Continental y Plataforma Continental Extendida, como se
grafica en la infografía N°1.

11 Ministerio de Relaciones Exteriores, Dirección de Fronteras y Límites. Zonas Fronterizas, D.F.L. 4 de 1967 (RR.EE.), D.F.L.
83 de 1979 (RR.EE.), D.L. 1939 de 1977 (Bienes Nacionales), D.F.L. 1 1982 (Minería) y DL 701 1974 (Agricultura). https.//difrol.
gob.cl/

22
II. Entorno para la Defensa de Chile

Infografía N°1:
Espacios y Zonas de soberanía y jurisdicción territorial de acuerdo a la Convención de
Derecho del Mar.

Fuente: Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile, (S.H.O.A).

Las características geográficas y demográficas descritas del territorio


sudamericano de Chile representan desafíos de seguridad asociados a un
espacio terrestre con zonas inexploradas o inexplotadas, con gran extensión
de áreas de montaña, zonas fragmentadas y espacios inhabitados o poca
población.

A ello se agrega la extensa línea de costa y zona costera expuesta a un


mar de acceso universal por las normas internacionales de libertad
de navegación, vitales para nuestra interacción con el mundo, pero
que también generan riesgos de seguridad en caso de su empleo para
actividades ilícitas u hostiles por parte de actores estales y no estatales12.

Se deben agregar los riesgos para la seguridad de la población producto


de numerosos y variados desastres naturales entre los que destacan
terremotos, tsunamis, incendios forestales, erupciones volcánicas,
aluviones, aludes y ante los cuales, el sector defensa contribuye
activamente para mitigar los efectos ante estas eventualidades.

12 Entre otras actividades ilícitas desde el mar a la costa que afectan la seguridad nacional en tiempo de paz se
encuentran narcotráfico, inmigración ilegal, pesca ilegal, contrabando con ingreso de personas, armas o bienes en
forma ilegal. También se agrega posibles sabotajes o actos terroristas a instalaciones costeras que representan
infraestructura vital (puertos, aeropuertos, plantas de energía, de producción de agua potable, etc.). En situaciones
de crisis internacional o conflicto esta exposición además puede ser utilizada para operaciones adversarias desde el
mar, representando exigencias para la Defensa.

23
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

Otro factor por considerar, desde el punto de vista de la Defensa, es la


dificultad de movilizar y sostener capacidades de fuerza terrestre de
gran magnitud entre diferentes zonas, lo que genera demandas para la
Defensa respecto a medios, personal, infraestructura y entrenamiento
especializados e impone exigencias respecto de su despliegue y presencia
territorial, con visión conjunta y que integre a todas las Instituciones de la
Defensa.

Las características descritas requieren mantener unidades habilitadas


para funcionar de manera autónoma y desvinculada del centro del país
durante períodos prolongados, en condiciones de ejercer un control de
áreas en que se dificulta la presencia de otros organismos del Estado,
además de contribuir a la interconexión de zonas y localidades aisladas,
facilitando así su integración y desarrollo.

Asimismo, estas características implican una exigencia respecto a


mantener una capacidad de transporte estratégico que permita reforzar
zonas extremas en caso de necesidad o generar líneas de operaciones y
sostenimiento desde zonas de concentración asociadas a los principales
centros poblados del país en su zona central.

2. Chile en el Pacífico

Chile posee territorios insulares en el Océano Pacífico que se encuentran


hacia el Oeste y Sur del territorio continental americano: destacando las
islas San Félix y San Ambrosio, archipiélago de Juan Fernández, Rapa Nui-
Isla de Pascua, islas Salas y Gómez e islas Diego Ramírez en el Paso de
Drake.

La posición geográfica de Chile en el Pacífico Sudoriental, así como sus


territorios insulares en el Océano Pacífico generan una proyección natural
hacia Oceanía, la región Indo-Pacífico y la Antártica, en su continuidad con
el Mar Austral y Paso de Drake.

24
II. Entorno para la Defensa de Chile

Adicionalmente, los territorios chilenos en el Océano Pacífico facilitan


la presencia y capacidad de control sobre ecosistemas con importantes
recursos y gran cantidad de rutas marítimas de las cuales depende nuestro
comercio exterior13; la seguridad de la conectividad aérea internacional;
el abastecimiento energético externo y la capacidad de navegación y
comunicación en el ciberespacio14.

A nivel internacional, debido a esta particular posición geográfica, a Chile


le ha sido asignada un área de responsabilidad de Búsqueda y Salvamento
Marítimo15 y Aéreo (S.A.R.)16, cuyos límites son las zonas S.A.R. de Perú
-por el norte- y Francia y Nueva Zelanda -por el oeste-, con los cuales se
genera una interacción en los ámbitos de la seguridad marítima y aérea
internacional.

13 El 96,8% del tonelaje exportado se realiza por vía marítima, según datos del Análisis Estadísticas Portuarias 2019 de
la Dirección General del Territorio Marítimo y Marina Mercante Nacional.
14 Cabe destacar que a través de los cables submarinos se transfiere la mayor cantidad de información digital hacia y
desde nuestro país.
15 El S.A.R. marítimo está establecido en el Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar
(S.O.L.A.S.) de 1974 y en el Convenio internacional sobre búsqueda y salvamento marítimos de 1979. En 1979, la O.M.I.
entregó a Chile su área jurisdiccional la que está regulada en el Decreto Nº1.190, D.E. 29 de diciembre de 1976 y
actualizada por el Decreto N°381 de fecha 26 de junio de 2012.
16 En cumplimiento al compromiso contraído por Chile con la Organización de Aviación Civil Internacional (O.A.C.I.)
sobre Búsqueda y Salvamento, el año 1955 puso en vigencia las normas y métodos contenidos en el Anexo 12. Ese
mismo año, se formalizó la organización del Servicio de Búsqueda y Salvamento de Aeronaves (S.A.R.), dependiente
de la Fuerza Aérea, que funcionaba desde 1950.

25
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

Mapa N°3:
Zonas S.A.R. Marítimas en el Pacífico Sur

Fuente: Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile, (S.H.O.A).

El Océano Pacífico es una gran fuente y reserva mundial de recursos


naturales, además de representar el principal mitigador del aumento de
temperatura atmosférica, que modera el cambio climático generado por la
actividad humana.

La creciente sobreexplotación de los recursos pesqueros en los océanos,


ha generado una serie de acuerdos internacionales para su explotación
sustentable. En ese aspecto, además de los derechos soberanos sobre
los recursos naturales del mar, suelo y subsuelo en la Zona Económica
Exclusiva (Z.E.E.), nuestro país ejerce facultades de monitoreo y vigilancia
sobre la explotación pesquera en alta mar, más allá de la Z.E.E.17.

17 Acuerdo para la Conservación y Ordenación de las Poblaciones de Pesca Transzonales y las Poblaciones de Peces
Altamente Migratorios, conocido también como Acuerdo de Nueva York, ratificado por Chile el 11 de febrero de 2016
y mediante D.S. N°31 de 2016; Organización Regional de Ordenamiento Pesquero del Pacifico Sur (O.R.P.P.S.) y el área
correspondiente a la Convención sobre la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (C.C.A.M.L.R.) de
1980; Comisión Ballenera Internacional de la que Chile es parte desde 1979; entre los más relevantes.

26
II. Entorno para la Defensa de Chile

Adicionalmente, como parte de los esfuerzos globales para el desarrollo


sustentable y la conservación del medioambiente marino, nuestro país se
ha comprometido con la creación de áreas marinas protegidas que nos
posicionan como el quinto país con más kilómetros cuadrados marinos
salvaguardados (aproximadamente 1,8 millones de km2 que equivalen al
42,4 % de nuestra Z.E.E.).

Todo lo anterior genera obligaciones y responsabilidades al Estado de Chile,


y en especial a la Defensa, en lo que se refiere a sus espacios marítimos,
su control, fiscalización, seguridad de las personas, naves y terminales
marítimos, protección del medio ambiente marino y de sus recursos, así
como de la conectividad marítima y aérea hacia los territorios insulares.

Asimismo, en el área de influencia nacional en el Océano Pacífico


se encuentra el espacio aéreo bajo su control sobre una vasta zona
oceánica18. Si bien la mayoría de los vuelos nacionales se realiza sobre
espacio aéreo soberano en las cercanías del territorio continental, existe
un amplio abanico de rutas oceánicas, transpolares y hacia la antártica,
que demandan una permanente supervisión y fiscalización.

3. Chile en la Antártica

Chile es el país del mundo más cercano al Continente Antártico, en


particular a la península antártica, denominada “Tierra de O´Higgins” y a
las islas Shetland del Sur19.

Las características climáticas y geográficas de dichas áreas les permiten ser


la puerta de entrada natural y país puente a la Antártica, con posibilidades
de operación aérea y marítima durante todo el año.

Los derechos soberanos de Chile sobre la Antártica, se sustentan en


argumentos históricos, jurídicos, políticos y geográficos. Basado en esos
argumentos, nuestro país declaró su soberanía sobre territorio antártico,
mediante el Decreto Supremo N°1747 de 1940, estableciendo que la

18 En el Pacífico, el Espacio Aéreo bajo control nacional se extiende hasta el meridiano 131°00¨O y por su parte norte
llega hasta los 15° 00’ S, siguiendo hasta el Polo Sur, y alberga a importantes rutas aéreas internacionales hacia el
resto del continente americano y a Oceanía.
19 La distancia entre el Cabo de Hornos y la Antártica es de aproximadamente 1000 km.

27
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

Antártica Chilena o Territorio Chileno Antártico está constituido por todas


las tierras, islas, islotes, arrecifes glaciares (pack-ice), y demás, conocidos
y por conocerse, y el mar territorial respectivo, existentes dentro de los
límites del casquete constituido por los meridianos 53º y 90º longitud
Oeste de Greenwich.

Asimismo, en el Estatuto Chileno Antártico20, dispone que forman la


Antártica Chilena o Territorio Chileno Antártico las barreras de hielo,
el Mar Territorial, la Zona Contigua, la Zona Económica Exclusiva, la
Plataforma Continental, la Plataforma Continental Extendida y todos los
espacios marítimos que le correspondan de conformidad con el Derecho
Internacional.

Chile es país signatario (originario) y parte del Tratado Antártico de 1959, el


que señala que ninguna disposición de su contenido se interpretará como
una renuncia a los derechos de soberanía territorial o reclamaciones
hechas precedentemente. Adicionalmente, el Tratado indica que ninguna
de las Partes firmantes, hará nuevas reclamaciones de soberanía territorial,
como tampoco ampliaciones de las hechas valer con anterioridad.21

En su Política Antártica Nacional22, Chile materializa su presencia antártica


por medio de diversas bases dentro del Territorio Chileno Antártico y a
través de actividades logísticas, científicas y de búsqueda y salvamento en
el sector bajo responsabilidad nacional. Estas actividades son sostenidas
gracias a las operaciones aéreas y marítimas que realizan aeronaves y
buques que permiten la conectividad con el territorio continental.

Nuestro país desarrolla investigación científica en la Antártica, así como


labores de protección de la vida humana, fiscalización y protección del
medio ambiente y recursos naturales, mediante el accionar de las tres
ramas de las FF.AA. y el Instituto Antártico Chileno, que son los operadores
antárticos estatales nacionales, complementados con múltiples operadores
no estatales.

20 Ley 21.255 que establece el Estatuto Chileno Antártico, promulgada el 21 de agosto de 2020 y publicada el 17 de
septiembre de 2020.
21 Tratado Antártico, firmado 1 de diciembre de 1959 y ratificado por Chile el 23 de junio de 1961. art. IV (puntos 1 y 2).
22 La Política Antártica Nacional considera proteger los derechos soberanos de Chile sobre el Territorio Antártico
Nacional, consolidar su posición dentro del Sistema del Tratado Antártico, apoyar la actividad científica nacional,
consolidar a Chile como país puente y puerta de entrada y desarrollar a la Región de Magallanes y de la Antártica
Chilena, reforzando su conectividad con la Antártica.

28
II. Entorno para la Defensa de Chile

Asimismo, en los espacios marítimos y aéreos circundantes a la Antártica,


Chile asume diversas responsabilidades y obligaciones de acuerdo con el
Sistema del Tratado Antártico y sus normas.

Mapa N°4:
Territorio Chileno Antártico (Principales instalaciones)

Fuente: Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile, (S.H.O.A).

29
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

4. Chile en el espacio aéreo y ultraterrestre

El Estado de Chile ejerce soberanía o jurisdicción en los espacios


suprayacentes a su territorio continental sudamericano, insular oceánico,
antártico y mar territorial. Este espacio aéreo se extiende, en altura, desde
el nivel del suelo hasta un límite superior que se sitúa en el rango de
los 80 a 100 km de altura, en lo que constituye la frontera con el espacio
ultraterrestre23.

Lo anterior implica que Chile asume la responsabilidad de otorgar


seguridad y protección a la navegación aérea, además de la reconocer sus
derechos de vigilancia y control sobre el tráfico aéreo, en su espacio aéreo
nacional.

Nuestro país tiene asignado un espacio aéreo bajo su control, que


comprende no sólo aquel bajo soberanía nacional, sino que abarca
desde el límite político internacional por el este hasta el meridiano 131º
00´por el oeste, y desde el límite norte hasta el Polo Sur, donde asume
la responsabilidad nacional de búsqueda y salvamento (S.A.R.) y provee
seguridad e información para las actividades de vuelo. Con ello, el total
del espacio aéreo bajo responsabilidad nacional cubre una superficie
aproximada de 31,9 millones de km² (mapa N°5).

Respecto al espacio ultraterrestre, se entiende como tal a aquel situado


sobre la atmósfera. En este espacio se concibe la operación de los
diferentes ingenios espaciales, tales como satélites y estaciones espaciales
internacionales, dedicadas a la investigación científica, observación de la
tierra, comunicaciones, posicionamiento y navegación (GPS), etc.

En el espacio ultraterrestre se aplica un régimen jurisdiccional especial,


dado por un conjunto de regulaciones internacionales, bajo el amparo de
la Oficina de Asuntos del Espacio Ultraterrestre (UNOOSA), organismo ad
hoc de las Naciones Unidas.

De acuerdo con ese régimen jurisdiccional, se considera al espacio


ultraterrestre como “patrimonio común de la humanidad”, garantizando
la libertad de acceso, su exploración y utilización, en interés de todos los

23 La Conferencia Internacional de Aviación Civil, conocida como la “Convención de Chicago”, en 1944, reconoce el
principio de la soberanía de los Estados en el espacio aéreo situado sobre su territorio.

30
II. Entorno para la Defensa de Chile

países. Asimismo, consigna la exclusión de la soberanía de los Estados y


la desmilitarización de éste. Por ende, si al espacio aéreo se le aplica el
régimen de soberanía, al espacio ultraterrestre se le aplica el régimen de
libertad, sin perder los Estados sus derechos de acceso y explotación, lo
que resulta relevante para definir la condición de carácter tridimensional
del Estado de Chile, con pleno acceso al espacio ultraterrestre.

Por otra parte, la actividad espacial y sus tecnologías asociadas han


redituado importantes beneficios a los países que la promueven. Los
beneficios provistos por la actividad espacial son considerados como un
elemento relevante para el crecimiento económico y desarrollo de las
naciones.

Chile no ha estado ausente de la actividad espacial. Los programas


satelitales de la serie FASat, han permitido mantener una presencia en
el espacio ultraterrestre, con instrumentos dedicados principalmente a la
observación de la tierra, tanto para fines propios de la Defensa como para
su empleo civil, en beneficio de programas científicos o de carácter social
y económico, siguiendo las directrices generales de la Política Nacional
Espacial vigente24.

24 La Política Nacional Espacial 2014-2020 fue desarrollada por el Consejo de Ministros para el Desarrollo Espacial,
presidido por el Ministro de Transportes y Telecomunicaciones, creado por Decreto Supremo N° 181 de octubre de
2015. Asimismo, con la creación del Ministerio de Ciencias, Tecnología, Conocimiento e Innovación, se le encarga a
dicho ministerio el “velar por el desarrollo y promoción de la actividad espacial en el país. En este ámbito, deberá
coordinarse especialmente con el Ministerio de Defensa Nacional y el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones”
(art 4°, letra m, de la Ley N° 21.105).

31
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

Mapa N° 5:
Espacio Aéreo. El área en celeste representa la suma del espacio aéreo soberano y del
espacio aéreo bajo control nacional. En la Antártica, se agrega el área de Búsqueda y
Salvamento (S.A.R.), compartida con Argentina.

Fuente: Servicio Aerofotogramétrico (SAF).

Respecto de los espacios aéreo y ultraterrestre, nuestro país los integra


plenamente a su conformación territorial, en los regímenes de soberanía,
control o acceso y explotación, según sea el caso, asumiendo los resguardos
de su integridad y seguridad, en beneficio de su población, su desarrollo
y bienestar, en donde el sector Defensa juega un rol fundamental, con
capital humano de alta especialización, medios e infraestructura.

32
II. Entorno para la Defensa de Chile

B. Entorno de Seguridad y Defensa

1. América

Chile es un país sudamericano y sus relaciones con los países de esta sub-
región de América representan una prioridad en su Política Exterior y, por
lo tanto, para la Política de Defensa Nacional.

Nuestros límites internacionales con Argentina, Bolivia y Perú han


sido establecidos por tratados y laudos arbitrales25 que se encuentran
plenamente vigentes.

Respecto a Perú, posterior al Tratado de Ancón de 1883 (Paz y Amistad


entre la República de Chile y del Perú), el Tratado de Lima de 1929 puso fin
a la controversia de la soberanía de las provincias de Tacna y Arica.

En cuanto al límite marítimo, este fue definido mediante sentencia de la


Corte Internacional de Justicia el 27 de enero del año 2014, y se encuentra
pendiente la adecuación de la legislación interna de Perú para que sea
consistente con el derecho internacional, como se encuentra reflejado en
la Convención del Mar de 198226. Sin perjuicio de lo anterior, ambos países
se han comprometido a ejercer sus derechos y obligaciones en toda su
zona marítima de acuerdo con lo expresado en la convención ya citada27.

En el caso de Bolivia, el Tratado de Paz y Amistad de 1904 fijó los límites


terrestres de común acuerdo además del derecho de libre tránsito que
facilita el acceso al Océano Pacífico28. Al respecto, la sentencia de la Corte
Internacional de Justicia del 1 de octubre de 2018 ratificó que Chile no tiene
la obligación de negociar acceso soberano de Bolivia al Océano Pacífico.
Actualmente, se encuentra en litigio ante esa Corte la declaración respecto
a la condición del río Silala como curso de agua internacional29.

25 Adicionalmente, las sentencias de tribunales arbitrales internacionales de años recientes los han establecido con
claridad las materias de soberanía llevadas a disputa.
26 Está pendiente formalmente dar publicidad y depositar las cartas o listas de coordenadas que den cuenta del nuevo
límite del mar territorial entre ambos Estados, al Secretario General de las Naciones Unidas, conforme lo establecido
en el art. 16 de la CONVEMAR.
27 Declaración Conjunta de los Ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa de Perú y Chile, con ocasión de la V
Reunión Extraordinaria del Comité Permanente de Consulta y Coordinación Política (2+2) del 6 de febrero de 2014.
28 Mediante el Pacto de Tregua de 1884 Bolivia acepta la administración chilena del territorio entre el paralelo 23° y el
río Loa.
29 Con fecha 16 de septiembre de 2019, se entregaron los antecedentes adicionales a la Corte Internacional de Justicia
sobre el caso del Rio Silala, en el litigio iniciado por Chile, en el cual se solicita se declare que el Silala es un curso
de agua internacional (Ministerio de Relaciones Exteriores. Cuenta Pública 2019-2020).

33
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

Respecto a Argentina, mediante el Tratado de Límites de 1881 ambos países


delimitaron sus respectivas soberanías sobre el territorio de norte a sur
a través de la Cordillera de Los Andes y hasta el paralelo 52°S, siguiendo
tanto un criterio hidrográfico como orográfico.

La interpretación y aplicación del tratado ha motivado una serie de


diferencias que se han resuelto por acuerdo entre las partes o laudos
arbitrales. Por su parte, el Tratado de Paz y Amistad (TPA) firmado entre
Chile y Argentina en 1984, determinó “…la solución completa y definitiva de
las cuestiones a que él se refiere…”, esto es, la fijación del límite entre los
dos Estados desde el término del límite existente en el Canal Beagle hasta
el sur del Cabo de Hornos en el punto “F” del TPA, tal como se refleja en la
Carta N° I anexa al Tratado.

34
II. Entorno para la Defensa de Chile

Mapa N°6:
Límites de Chile con países vecinos en Sudamérica.

Fuente: Servicio Aerofotogramétrico (SAF).

35
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

El TPA establece que los límites señalados en este Tratado constituyen


“un confín definitivo e inconmovible entre las soberanías de la República
Argentina y de la República de Chile”, comprometiéndose ambas partes a no
presentar reivindicaciones ni interpretaciones que sean incompatibles con
lo establecido en este Tratado30.

Al respecto, la presentación de Argentina ante la Comisión de Límites de la


Plataforma Continental de las Naciones Unidas comprende un sector al sur
de Tierra del Fuego que se localiza al sur-este del punto F del Tratado de
Paz y Amistad. Dicha reclamación resulta inoponible a Chile toda vez que
el trazado limítrofe indicado en el Resumen Ejecutivo de la presentación
argentina no corresponde al límite existente entre ambos países en virtud de
los tratados vigentes. Por tanto, el límite exterior de la pretendida plataforma
continental extendida argentina en esa área no afecta los derechos de Chile
conforme al derecho internacional, incluido el derecho del mar.

Asimismo, cabe señalar que la mencionada Comisión no se pronunció
sobre la presentación de Argentina relativa a la plataforma continental en
la Antártica, ya que, conforme a su Reglamento, ella carece de competencia
en relación con este territorio.

En relación a la soberanía en la Antártica, el TPA establece que “las


disposiciones que contiene no afectarán de modo alguno ni podrán ser
interpretadas en el sentido de que puedan afectar, directa o indirectamente,
la soberanía, los derechos, las posiciones jurídicas de las Partes, o las
delimitaciones en la Antártida o en sus espacios marítimos adyacentes
comprendiendo el suelo y el subsuelo”.

El TPA también precisa la delimitación marítima en la boca oriental del


Estrecho de Magallanes, confirmando la soberanía chilena sobre estas
aguas, al occidente de dicho límite.

Respecto a la zona de Campo de Hielo Sur, existe un acuerdo entre la


República de Chile y la República Argentina, del 16 de diciembre de 199831,
para precisar el recorrido del límite del Monte Fitz-Roy hasta el cerro
Daudet, con el objetivo de completar la demarcación en la zona.

30 Tratado de Paz y Amistad entre el Gobierno de Chile y el Gobierno de la República Argentina, suscrito en 1984.
Publicado en el Diario Oficial de Chile el 14 mayo 1985.
31 Acuerdo entre la República de Chile y la República Argentina para Precisar el Recorrido del Límite desde el Monte Fitz
Roy hasta el Cerro Daudet, y sus Anexos I y II del Firmado en Buenos Aires el 16 de diciembre de 1998 y ratificado por
ambos países en 1999 (Decreto 1155 del 15 de julio de 1999).

36
II. Entorno para la Defensa de Chile

En cuanto a los derechos de navegación desde y hacia el Estrecho de


Magallanes y, en general, desde y hacia la costa, aguas interiores o mar
territorial chileno, nuestro país no reconoce otras limitaciones a la libertad
de navegación que las establecidas en la CONVEMAR y los tratados o
acuerdos suscritos por Chile.

Nuestro país promueve la estabilidad regional, en un entorno de seguridad


que facilite el proceso de integración y cooperación política y económica,
permitiendo un desarrollo sostenible y en paz.

En este sentido, en las últimas décadas, se ha logrado el efecto de


disuasión respecto al empleo o la amenaza del uso de la fuerza como
método para resolver conflictos interestatales, permitiendo optar por
mecanismos de solución pacífica de controversias con los países vecinos,
lo que viene a confirmar el valor de la inversión en Defensa que realiza
Chile y su contribución a la paz y el desarrollo.

Asimismo, se han potenciado una serie de mecanismos de diálogo y


trabajo a nivel Defensa con los países vecinos, que complementan los
esfuerzos de integración dirigidos a través del Ministerio de Relaciones
Exteriores.

En algunos países de la región americana persisten conflictos internos y


amenazas emergentes con la posibilidad de ampliar sus consecuencias
al resto de la región, tales como los fenómenos de crimen organizado
transnacional, narcotráfico, terrorismo, flujos migratorios no regulados,
cibercrimen, explotación ilegal de recursos mineros y pesqueros. La
combinación de esos factores, sumado a la desinformación, puede generar
las condiciones para el surgimiento de amenazas del tipo híbrido.

Los fenómenos antes descritos afectan al entorno regional de seguridad,


lo cual demanda una mayor coordinación entre los países para contener
estas amenazas comunes, teniendo como objetivo el fortalecer la
estabilidad, la seguridad y la gobernanza. En este sentido, Chile busca
cooperar con el fin de contribuir a tener un entorno regional más estable y
seguro, facilitando los esfuerzos multilaterales destinados a fomentar una
integración efectiva.

37
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

En ese contexto, la Defensa contribuye a la Política Exterior de Chile


mediante acciones tales como las operaciones de cooperación
internacional, medidas de confianza mutua, el intercambio de información,
el control de fronteras, la acción coordinada contra amenazas comunes y
en situaciones de emergencias y desastres naturales, los foros y ejercicios
multinacionales32 así como los mecanismos de diálogo coordinado entre
los Ministerios de Defensa y Relaciones Exteriores, entre otros.

Ejemplos de esta contribución son nuestra participación en la Misión


de Verificación de la ONU en Colombia, el activo involucramiento en
instancias de cooperación como la Conferencia de Ministros de Defensa
de las Américas (CMDA) y la participación en instancias bilaterales como
los Mecanismos de Consulta 2+2 y grupos de trabajo de Defensa con países
como Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, entre otras iniciativas.
Además, Chile integra con Argentina la Fuerza de Paz Combinada Conjunta
“Cruz del Sur”.

Con Centroamérica, México y El Caribe, Chile posee cultura e intereses


comunes, a lo que se suma su posición geográfica interdependiente
con Sudamérica. Las instituciones de la Defensa de Chile mantienen
una relación histórica de colaboración con los países de esta región,
destacando el Programa de Cooperación de Defensa para Centroamérica y
el Caribe (PCDCAC)33 .

Asimismo, debido a la importancia de asegurar el libre flujo del comercio


exterior de Chile a través del canal de Panamá, nuestro país inició y
participa desde el año 2003 en el ejercicio multinacional PANAMAX, el
cual tiene por objeto cooperar con la seguridad en esa zona de Centro
América34.

Por su parte, con Canadá, Estados Unidos de América y México, Chile


tiene una relación fructífera y amistosa, basada en intereses y valores
compartidos, la cual ha sido fortalecida a través de Tratados de Libre

32 Se destaca la participación en los ejercicios multinacionales con participación regional y bilaterales, tales como
Solidaridad, Estrella Austral, Cooperación, UNITAS, Teamwork South, Ceibo, Cruzex, Salitre y ejercicios en el contexto
de FPC “Cruz del Sur”, entre otros.
33 Programa iniciado el año 2013 y que cubre diversos aspectos tales como: operaciones de paz y de gestión de crisis;
gestión ante desastres; doctrina, educación y entrenamiento militar; control del territorio marítimo; preparación de
tropas de montaña y aviación militar, entre otros.
34 En este Ejercicio también participan más de 20 países, con intereses en ese importante paso interoceánico.

38
II. Entorno para la Defensa de Chile

Comercio y otros mecanismos de cooperación. Asimismo, nos vinculamos


en áreas estratégicas como la economía, ciencia, tecnología, innovación,
energía, educación, minería, medio ambiente y recursos naturales35.

En particular, las relaciones de Defensa con los Estados Unidos de América


y Canadá son estrechas e interdependientes, en aspectos que consideran
tanto la formación de especialistas, perfeccionamiento, entrenamiento,
intercambios profesionales entre unidades de las FF.AA., apoyo logístico, así
como el soporte técnico y de suministros, acceso a sistemas y tecnologías
que permiten mantener nuestras capacidades operacionales relevantes.

Esta relación estrecha genera altos niveles de interoperabilidad, usando


estándares OTAN, con doctrinas y procedimientos operacionales comunes,
lo que nos permite integrar eficazmente medios nacionales a fuerzas
multinacionales para cooperar en la seguridad y estabilidad en áreas
de interés para Chile, proveer ayuda humanitaria y mitigación de efectos
causados por desastres naturales en diferentes partes del mundo.

Mapa N°7.
Regiones de interés para la Defensa Nacional.

Fuente: Instituto Geográfico Militar, I.G.M.

35 Ministerio de Relaciones Exteriores, Política Exterior de Chile 2030, Primera Edición, enero 2018, Santiago, Chile,
Capítulo 1.

39
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

2. Región Indo-Pacífico

Debido a su posición geográfica en el Pacífico Sudoriental, Chile es un


actor importante en la Cuenca del Pacífico y el Indico, una macro-región
en que confluyen cuatro continentes que genera más de la mitad del PIB
mundial.

Por su relevancia estratégica, política, económica, comercial y tecnológica,


la región Indo-Pacífico representa una zona vital para el desarrollo y
prosperidad de Chile en el siglo XXI.

En esta región se presentan una serie de conflictos o riesgos potenciales


que pueden afectar directamente al desarrollo y a la seguridad de Chile,
incluyendo disputas territoriales, terrorismo, proliferación de armas de
destrucción masiva, piratería, empleo hostil del ciberespacio, competencia
por el acceso a recursos naturales, amenazas a la libre navegación en
rutas aéreas y marítimas vitales para el comercio, entre otros.

En ese sentido, para nuestro país es importante la libertad de los mares,


la seguridad de las líneas de comunicaciones marítimas, el desarrollo
sustentable de las actividades económicas en los Océanos, la seguridad de
las operaciones aéreas en el espacio aéreo sobre sus áreas jurisdiccionales
oceánicas y -en general- el respeto y aplicación de las normas y tratados
internacionales.

La Defensa Nacional contribuye a la defensa de los intereses de Chile en


esta región, a través de su participación en mecanismos de cooperación
e instancias de diálogo en Seguridad y Defensa, además de ejercicios y
operaciones multinacionales36 en forma integrada y coordinada con los
países con quienes compartimos intereses en esta región37.

Para este efecto, es de interés para la Defensa elevar el nivel de participación


en diferentes instancias de diálogo bilateral y multilateral en temas de
Seguridad.

36 Entre las más importantes se encuentran: South Pacific Defense Ministers Meeting (SPDMM), IISS Shangri-La Dialogue,
Western Pacific Naval Symposium, Pacific Armies Chiefs Conference, Pacific Air Chiefs Symposium e Indo-Pacific Chiefs
of Defense Conference.
37 En particular, cabe destacar la creciente relación con Australia y Nueva Zelanda, con quienes compartimos modelos
de desarrollo e intereses de seguridad en el Pacífico Sur, además de doctrinas y sistemas operacionales comunes en
nuestras Fuerzas Armadas.

40
II. Entorno para la Defensa de Chile

3. Europa y otras regiones de interés para la Defensa



Chile reconoce a Europa no sólo por su importancia estratégica como
actor global en el escenario internacional y contribuyente efectivo a la
paz y estabilidad internacional, sino como un referente para el desarrollo
de Fuerzas Armadas modernas e integradas con las sociedades a las que
sirven.

Con esta región existen instancias consolidadas de cooperación y diálogos


en materias de Defensa. En particular, con la Unión Europea, la relación
se ha visto fortalecida con la firma del Acuerdo para la participación de
Chile en las operaciones de gestión de crisis38. Asimismo, reafirma el
compromiso que tiene Chile en promover y defender la paz y seguridad
internacional.

Una expresión de esta colaboración, es nuestra participación con Fuerzas


de la Unión Europea, en las misiones de paz en Bosnia y Herzegovina,
Fuerza de Estabilización (SFOR) y EUFOR ALTHEA BiH; y en la Misión de Paz
en Chipre (UNFICYP).

Para la Defensa es de interés continuar con la histórica y fecunda relación


de cooperación en Defensa con los países de Europa, especialmente con
el Reino Unido y la Unión Europea en materias de doctrina, instrucción,
entrenamiento, tecnología y equipamiento para las FF.AA.

Adicionalmente, debido a nuestra interdependencia económica, y al rol
contributivo de la Defensa en la cooperación internacional y apoyo a la
Política Exterior, el Medio Oriente, Asia y África son regiones del mundo
que presentan diferentes grados de interés para el país.

Además de importantes relaciones en el ámbito técnico y logístico


con diversos países de esas regiones, Chile participa en instancias de
cooperación internacional, integrando misiones de paz bajo el amparo
de las Naciones Unidas, como lo es la “United Nations Truce Supervision
Organization” (UNTSO), en la vigilancia de los acuerdos de paz en el Medio
Oriente.

38 Acuerdo Marco para las Operaciones de Gestión de Crisis de la Unión Europea, firmado en Bruselas el 30 de enero de
2014.

41
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

4. Conflictos y amenazas a nivel global

Los principales conflictos a nivel global se originan en el reposicionamiento


entre las grandes potencias del hemisferio Norte y en los conflictos con
diversos orígenes, tanto religiosos como históricos y otros. A lo anterior,
se suman situaciones de inestabilidad y conflictos internos en diferentes
países que generan problemas de inseguridad, crisis humanitarias, flujos
migratorios no regulados, estados fallidos, los cuales impactan a diferentes
regiones del mundo39.

La posición periférica de Chile respecto a las principales zonas de


conflicto global no implica estar exentos de sus efectos, debido a nuestra
dependencia de la economía mundial y del libre comercio con grandes
centros productores y consumidores en las diferentes regiones del mundo.

Debido al tamaño relativo de nuestro país en cuanto a población,
territorio y economía, que representa una importante condicionante
geopolítica, nuestra aproximación a la seguridad mundial se basa en el
multilateralismo y en la promoción de un orden basado en acuerdos y
convenciones internacionales ampliamente aceptadas.

Para la Defensa, ello exige una contribución a la Política Exterior por
medio de la integración efectiva en instancias de mantenimiento de la
paz y estabilidad multilaterales, en particular con países con quienes se
comparte principios e intereses respecto a la seguridad mundial.

Además de las amenazas tradicionales y los conflictos inter e intraestatales,


la seguridad de los Estados se ve afectada por nuevas amenazas,
preocupaciones y otros desafíos de naturaleza diversa40, para las cuales se
requiere una aproximación multisectorial, en donde las capacidades de la
Defensa Nacional continúan siendo un pilar fundamental. Entre ellas, se
destacan las siguientes:

39 Ministerio de Relaciones exteriores de Chile. Política Exterior de Chile 2030, Primera Edición, enero 2018. Santiago, Chile.
40 La declaración OEA sobre Seguridad en las Américas (México, 28 octubre 2003) señala que la seguridad de los
Estados se ve afectada por amenazas tradicionales, nuevas amenazas, preocupaciones y otros desafíos tales como
el terrorismo, crimen organizado transnacional, drogas, ciberataques, corrupción, lavado de activos, el tráfico ilícito
de armas, pandemias, desastres naturales o accidentes, armas de destrucción masiva, pobreza extrema y exclusión
social y cambio climático entre otros.

42
II. Entorno para la Defensa de Chile

a. Naturaleza híbrida de las potenciales amenazas


En los últimos años, a nivel mundial, han aumentado las amenazas
denominadas de naturaleza híbrida, esto es, actividades hostiles de origen
interno o externo que combinan métodos y capacidades convencionales y no
convencionales (campañas de desinformación, ciberataques, terrorismo41,
sabotaje, insurgencia, etc.), coordinadas o ejecutadas tanto por agentes
estatales como otros grupos u organizaciones no estatales, manteniéndose,
en general, bajo el umbral de agresión que conlleve una respuesta militar
convencional por parte de los Estados afectados.

Estas actividades hostiles tienen el potencial de dañar la población e


infraestructura crítica, desestabilizar los procesos políticos democráticos
o debilitar la capacidad de respuesta de un Estado frente a amenazas a su
soberanía, integridad territorial o independencia política.

El acelerado cambio tecnológico y cultural que ha devenido en la


llamada sociedad de la información, el mayor acceso a tecnologías
disruptivas y armas convencionales, combinado con vulnerabilidades de
las infraestructuras críticas y la falta de adaptación de las estructuras
organizacionales y legales frente a este tipo de amenazas, representa
un problema de seguridad nacional, en donde el sector Defensa debe
participar, tanto en la preparación, como en la prevención, anticipación y
respuesta.

Esto representa un desafío de adaptación de la Defensa, incluyendo


una eficaz coordinación interagencial con el resto de las instituciones
responsables del orden y seguridad interna, además de mejorar la eficacia
del sistema de inteligencia del Estado, con el propósito de contribuir a la
seguridad de la población y la defensa de la independencia política y la
soberanía del país.

b. Crimen Organizado Transnacional


El crimen organizado trasnacional representa una potencial amenaza
a la seguridad nacional. Incluye delitos tales como tráfico de drogas,
cibercrimen, tráfico de armas, contrabando, trata de personas, minería ilegal,

41 Resolución Consejo Seguridad de Naciones Unidas N°2.341 del 13 febrero 2017. Esta Resolución reafirma que el
terrorismo, en todas sus formas y manifestaciones, constituye una de las amenazas más graves para la paz y la
seguridad internacionales, exhortando a los Estados a establecer alianzas destinadas a intercambiar información y
experiencias, con el objeto de prevenir, proteger, mitigar e investigar los daños causados por atentados terroristas
contra instalaciones de infraestructura vital.

43
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

pesca ilegal y piratería marítima. En los últimos años, este fenómeno se


ha incrementado por la globalización económica y de las comunicaciones;
su naturaleza es cambiante, dependiendo de las condiciones de los
mercados y del entorno de seguridad, gobernabilidad y Estado de Derecho
en diferentes regiones.

El crimen organizado trasnacional puede alcanzar niveles que impulsen la


corrupción e infiltren las estructuras políticas, judiciales y económicas, incluso
con el potencial de coludirse con otras organizaciones ilegales que operen al
interior de cada país, representando una amenaza a la seguridad nacional.

Siendo un problema global42, se requiere una respuesta cooperativa


entre los diferentes países, con intercambio de información, estrategias
de colaboración y acuerdos sobre protocolos operacionales. En el caso
de Chile, la principal responsabilidad respecto al crimen organizado
transnacional es de las autoridades civiles competentes y de las policías
(incluida la Policía Marítima dependiente de la Armada)43.

Adicionalmente, el sector Defensa tiene una responsabilidad de


colaboración, particularmente en los ámbitos de control de zonas
fronterizas, apoyo técnico-logístico, de transporte y traspaso de
inteligencia residual, además de las actividades de vigilancia y control del
espacio aéreo nacional, que ejecuta coordinadamente la Fuerza Aérea y la
Dirección General de Aeronáutica Civil (D.G.A.C.)44. En este ámbito, la D.G.A.C.
colabora mediante las actividades de seguridad aeroportuaria.

c. Seguridad en el Ciberespacio
El ciberespacio es un dominio sin fronteras, que comprende las infraestructuras
lógicas y físicas para el intercambio y procesamiento de información.

La revolución tecnológica y el advenimiento de la sociedad de la


información han elevado este dominio a una categoría de vital para el
desarrollo y seguridad de los países y Chile ha declarado su voluntad de
trabajar para mantener un ciberespacio libre, seguro y resiliente45.

42 Resolución N°55/25 de la Asamblea General del 15 de noviembre del 2000, “Convención de las Naciones Unidas
contra la Delincuencia Organizada Trasnacional”.
43 Ley de Navegación D.L. N°2.222 del 31 de mayo de 1978. Párrafo 3,” De la Policía Marítima” art. 95, 96 y 97.
44 Ley N°16.752 del 17 de febrero del 1968, “Fija organización y funciones y establece disposiciones generales a la
D.G.A.C.”.
45 Política Nacional de Ciberseguridad, Chile 2017.

44
II. Entorno para la Defensa de Chile

En ese aspecto se reconoce la existencia y aumento importante del


cibercrimen, como también del empleo hostil del ciberespacio por parte
de personas, organizaciones o Estados, orientado a provocar daño o
disrupción, por diferentes motivos ilícitos. Chile está expuesto a esos
riesgos, dado el alto grado de penetración de las tecnologías de información
y telecomunicaciones, lo que exige fortalecer la institucionalidad y
herramientas en ciberseguridad.

A nivel mundial, las dificultades existentes en materia de “atribución”46,


han limitado -hasta ahora- la reacción de los países ante agresiones
cibernéticas sólo a una respuesta informática, a veces complementada
con acciones de inteligencia y sanciones económicas.

En el caso de Chile, cobra relevancia para la seguridad nacional la protección


de las infraestructuras críticas de información asociadas a servicios
esenciales para el país, cuya paralización o uso con fines maliciosos
puede afectar gravemente a nuestra población. Una agresión de este nivel
puede ser calificada como un acto hostil que podría configurar el derecho
a legítima defensa47.

Lo anterior presenta una exigencia a la Defensa para mantenerse a


la vanguardia en las tecnologías, procedimientos, equipamiento y
capacitación del capital humano responsable de la ciberdefensa, para
contribuir de manera decisiva al esfuerzo de ciberseguridad del país.

Complementariamente, se hace imprescindible mejorar la capacidad


de atribución, siendo un requisito básico para lograr la respuesta
y neutralización de las amenazas en el ciberespacio, pasando de la
aproximación reactiva o de protección hacia el modo proactivo. Lo anterior,
junto a una capacidad de respuesta no limitada al ciberespacio, sino que,
complementada con otros medios o instrumentos de poder, contribuye a
disuadir a potenciales agresores en el ciberespacio.

46 Se entiende por “atribución” a la identificación con certeza del originador de un ciberataque, lo que implica resolver
el problema del anonimato y ocultamiento del origen normalmente asociados a ciberataques.
47 Política de Ciberdefensa de Chile, 2018, art. 4.1. Sobre el empleo de los medios de ciberdefensa, establece: “El Estado
de Chile considera que un ciberataque puede llegar a ser tan dañino como un ataque armado. Chile podrá considerar
los ciberataques masivos sobre su soberanía, sus habitantes, su infraestructura, o aquellos que afecten gravemente
sus intereses, como un ataque armado, y de acuerdo con el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, podrá
hacer uso de los medios que estime apropiados, tanto físicos como digitales, en el ejercicio de su derecho a la
legítima defensa”.

45
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

Adicionalmente, el ciberespacio se ha constituido como un dominio


más en que pueden efectuarse operaciones militares, que contribuyen
a aquellas realizadas en los dominios físicos convencionales (aire, tierra,
mar, espacio ultraterrestre y espectro electromagnético).

d. Seguridad en el espacio ultraterrestre


El espacio ultraterrestre representa un interés estratégico para nuestro país.
La utilización cotidiana de los sistemas espaciales para telecomunicaciones,
navegación y posicionamiento (ej. Sistema de Posicionamiento Global,
G.P.S.), meteorología y sistemas de observación de la tierra, entre otros,
genera una dependencia tanto en los aspectos de desarrollo y bienestar,
como de seguridad y defensa.

En el plano internacional, Chile ha tenido una activa participación en


actividades espaciales, manteniendo una presencia permanente en el
Comité para el Uso Pacífico del Espacio Ultraterrestre (COPUOS), permitiendo
la inclusión de la perspectiva nacional en el debate internacional sobre el
devenir de la dimensión ultraterrestre. En este sentido, el país ha suscrito y
ratificado los cinco Tratados de Naciones Unidas48, que constituyen la base
jurídica del Derecho Internacional del Espacio y establecen los principios
fundamentales para la utilización y exploración del espacio ultraterrestre,
los que forman parte del ordenamiento jurídico nacional. Lo anterior, sin
perjuicio de los acuerdos bilaterales relativos a materias de cooperación
espacial, igualmente suscritos y ratificados por el país49.

Asimismo, la mayor competencia por el control y explotación del espacio


ultraterrestre por parte de actores estatales y no-estatales que compiten
por el acceso al espacio y su utilización para diversos fines pondrá a
prueba la eficacia del marco jurídico espacial internacional.

Chile reconoce la importancia de ejercer sus derechos sobre el espacio


ultraterrestre dentro del marco de los acuerdos internacionales, y

48 Los cinco tratados son: el “Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en la exploración
y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes”, ratificado por Chile en 1967; “Acuerdo
sobre el salvamento y la devolución de astronautas y la restitución de objetos lanzados al espacio ultraterrestre”,
ratificado en 1968; “Convenio sobre la responsabilidad internacional por daños causados por objetos espaciales”,
ratificado en 1972; “Convenio sobre el registro de objetos lanzados al espacio ultraterrestre”, ratificado en 1975; y
“Acuerdo que debe regir las actividades de los Estados en la Luna y otros cuerpos terrestres”, ratificado en 1979.
49 Dentro de los principales acuerdos bilaterales se encuentran el de Cooperación entre el Gobierno de la República de
Chile y el Gobierno de los Estados Unidos de América, y el “Acuerdo sobre Cooperación en la Exploración y Utilización
del Espacio Ultraterrestre para Fines Pacíficos”, suscrito entre la Federación Rusa y Chile, el año 2004.

46
II. Entorno para la Defensa de Chile

participar cooperativamente en el desarrollo de una gobernanza que


asegure el acceso equitativo de todas las naciones, así como a incrementar
la capacidad tecnológica y la presencia espacial autónoma en el espacio,
como un aporte a las capacidades estratégicas y al desarrollo nacional.

e. Medioambiente y Cambio Climático


El desarrollo acelerado y aumento de la población ha generado una
serie de amenazas al medioambiente, dando origen a la necesidad de
concordar acciones preventivas, proactivas y colaborativas a nivel mundial
para mitigar sus efectos, permitir un desarrollo sustentable y conservar un
planeta sano para las futuras generaciones.

Asimismo, el cambio climático, reflejado en el aumento promedio de la


temperatura atmosférica, puede manifestarse en una mayor frecuencia
e intensidad de situaciones climáticas extremas, aumento del nivel del
mar, escasez de recursos hídricos y conflictos por su empleo (consumo
humano, minería, agricultura, energía, etc.), desertificación e incendios
forestales, por mencionar algunos de ellos, convirtiéndose en factores de
riesgo que podrían incidir en la inseguridad en determinadas regiones.

Para la Defensa esto genera demandas de adaptación de infraestructura


y doctrina, mayor apoyo para la mitigación de efectos producidos por
desastres naturales y cambio climático, mayor exigencia de fiscalización
y control de cumplimiento de normas medioambientales y monitoreo de
zonas protegidas.

f. Amenazas de origen Biológico, Químico y Radiológico.


En un mundo globalizado, con un alto nivel de movilidad y desplazamientos
de personas y bienes, aumentan la velocidad y las posibilidades de
propagación de amenazas de origen biológico, tales como el contagio
de enfermedades que pueden producir brotes epidémicos o pandemias,
tal como es el caso la gripe por el virus A/H5N1, A/H1N1 o del síndrome
respiratorio agudo grave (S.A.R.S.-CoV-2) o COVID-19.

A ello, se suma la posibilidad de afectación de las fuentes de alimentación


y de suministro de agua potable, derivado de eventos de origen natural o
antrópico.

47
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

Para enfrentar este tipo de amenazas, la Defensa contribuye al Estado


con capacidades para apoyo humanitario y mitigación de efectos de las
emergencias, tal como ha quedado demostrado en la actuación de las
FF.AA. durante la pandemia COVID-19.

Por otra parte, la proliferación de armas de destrucción masiva (nucleares,


químicas, biológicas y radiológicas), así como de vectores de lanzamiento
y tecnologías afines, por parte tanto de actores estales como no estatales,
sumado a la dificultad de control y mayor acceso a precursores químicos y,
en menor grado, material biológico o radiológicos, no permiten descartar
acciones hostiles, accidentes o incidentes asociados a su uso malicioso o
indebido. Esto representa un peligro de baja probabilidad, pero de altísimo
impacto para la población y la seguridad internacional.

Chile es parte de diferentes acuerdos que buscan prohibir el uso de


armamento de este tipo y aumentar el control sobre las sustancias
utilizadas en la fabricación de estas armas50. Al respecto, en el año 2017
nuestro país firmó el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares,
restando su ratificación, y recientemente se publicó la ley N° 21.250,
que implementa la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la
Producción, el Almacenamiento y el Empleo de Armas Químicas y sobre
su Destrucción y la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la
Producción y el Almacenamiento de Armas Bacteriológicas (Biológicas) y
Toxínicas y sobre su Destrucción.

La Defensa contribuye a la respuesta estatal ante estas amenazas, en


particular mediante el control de rutas en áreas jurisdiccionales, sumado a
la preparación y capacidad de primera respuesta, que incluya equipamiento
personal y material especializado, elementos de descontaminación,
procedimientos y protocolos a nivel interagencial.

50 Entre los principales instrumentos multilaterales que Chile ha ratificado están el Tratado sobre la no proliferación de
armas nucleares (Decreto N°797 de 1995); la Convención sobre la prohibición del empleo, almacenamiento, producción
y transferencia de minas antipersonal y sobre su destrucción (Decreto N°4 de 2002); la Convención sobre prohibición
o restricciones del empleo de ciertas armas convencionales que puedan considerarse excesivamente nocivas o de
efectos indiscriminados y protocolos indicados (Decreto N°137, de 2004 y modificado el 2007 en Decreto N°182); la
Convención de Municiones de Racimo (Decreto N°59 de 2011); y la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la
Producción y el Almacenamiento de Armas Bacteriológicas (Biológicas) y Toxínicas y sobre su Destrucción, entre otros
mecanismos multilaterales .

48
II. Entorno para la Defensa de Chile

g. Tecnologías disruptivas
La aceleración exponencial del desarrollo tecnológico, junto con la
masificación de muchos de sus productos, hacen de ese desarrollo una
fuente cada vez más dinámica de oportunidades para todas las actividades
humanas. Por tanto, el uso de tecnologías disruptivas con fines de afectar
la seguridad nacional representa una amenaza relevante, ya que es
factible la emergencia de tecnologías disruptivas causantes de brechas
comparativas de capacidades difíciles de salvar al corto plazo.

La aparición de amenazas que utilicen proactivamente el potencial de la


inteligencia artificial, el aprendizaje automático, la internet de las cosas, la
realidad aumentada, la robótica avanzada, la computación quántica, entre
otras, podrá enfrentar a la Defensa de Chile a ciclos de obsolescencia
tecnológica, de no mediar un proceso de detección temprana, análisis,
incorporación y, de ser necesario, respuesta a los desafíos que implican
las mencionadas tecnologías.

49
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

III. ESTRATEGIA DE LA DEFENSA

A. Introducción

B. Objetivos y Áreas de Misión de la Defensa


1. Objetivos
a. En seguridad externa
b. En seguridad interna y desarrollo
2. Áreas de Misión
a. Defensa de la Soberanía e Integridad Territorial
b. Cooperación Internacional y Apoyo a la Política Exterior
c. Seguridad e Intereses Territoriales
d. Emergencia Nacional y Protección Civil
e. Contribución al Desarrollo Nacional y a la Acción del Estado

C. Concepto estratégico de empleo de la Defensa (C.E.)


1. C.E en Defensa de la Soberanía e Integridad Territorial
2. C.E en Cooperación Internacional y Apoyo a la Política Exterior
3. C.E en Seguridad e Intereses Territoriales
a. Soberanía efectiva sobre el territorio
b. Seguridad e intereses marítimos
c. Seguridad en el ámbito aeroespacial nacional
d. Estados de Excepción Constitucional y Votaciones Populares
e. Intereses territoriales en la Antártica
4. C.E en Emergencia Nacional y Protección Civil
5. C.E en Contribución al Desarrollo Nacional y a la Acción del Estado

D. Capacidades Estratégicas
1. Introducción
2. Áreas Generales de Capacidades Estratégicas
a. Superioridad Operacional
b. Protección
c. Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento (ISR)
d. Mando y Control Integrado
e. Movilidad y Proyección
f. Sostenibilidad
g. Despliegue Territorial
3. Orientaciones para el Desarrollo de Capacidades Estratégicas
a. Consideraciones generales
b. Personal y entrenamiento
c. Desarrollo de la Fuerza
d. Efectividad
e. Polivalencia, polifuncionalidad y adaptabilidad
f. Visión conjunta e integral superior
g. Tecnología e Industria de Defensa
h. Capacidades espaciales de la Defensa
i. Capacidades para generar Inteligencia
j. Capacidades de Ciberdefensa
k. Capacidad para enfrentar amenazas híbridas

50
III. Estrategia de la Defensa

III. ESTRATEGIA DE LA DEFENSA

A. Introducción

La autoridad del Presidente de la República se extiende a todo cuanto tiene


por objeto la conservación del orden público en el interior y la seguridad
externa de la República, de acuerdo con la Constitución y las Leyes51. Esto
incluye el empleo del sector Defensa con sus FF.AA., para lo cual se define
a nivel político la Estrategia de la Defensa, teniendo presente que, en la
defensa de la patria e integridad territorial son esenciales e insustituibles.

La Estrategia contiene los fines a lograr (representados por los Objetivos


de la Defensa y las Áreas de Misión), los medios para lograr tales fines
(capacidades estratégicas) y articula ambos mediante la forma de empleo
prevista de esos medios para lograr los fines (Concepto Estratégico de
Empleo de la Defensa), tal como se grafica en la infografía N°2.

Infografía N°2:
Estrategia de la Defensa.

Fuente: Subsecretaría de Defensa.

51 Constitución Política de la República de Chile. art. 24, Capítulo IV, “Gobierno”.

51
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

Dentro de la Estrategia, es importante establecer que los objetivos asociados


a la seguridad externa de Chile, específicamente aquel relacionado con la
conservación de la soberanía, la integridad territorial, la independencia
política del país y la protección de la población de las amenazas externas,
es donde se enfocan las capacidades que son singulares y exclusivas de
la Defensa y, por tanto, son su prioridad.

Los fines, medios y formas de empleo aquí definidos a nivel político,


orientan, mediante una aproximación estratégica militar, la definición de
objetivos estratégicos y conceptos operacionales de empleo en escenarios
previstos para el cumplimiento de tareas en diferentes Áreas de Misión,
así como la planificación del desarrollo de la Fuerza.

52
III. Estrategia de la Defensa

B. Objetivos y Áreas de Misión

1. Objetivos

En el proceso de elaboración de los distintos Libros de la Defensa de Chile,


desde el año 1997, se ha ido logrando un consenso político transversal
respecto a los objetivos de la Defensa Nacional. Además del rol principal
de la Defensa en la seguridad exterior, también se han incorporado otros
objetivos correspondientes a roles legales y constitucionales que se
asignan a las FF.AA. en tiempo de paz y que se relacionan con la seguridad
interior y la contribución al desarrollo del país, lo que se refleja en la
presente Política de Defensa.

Estos objetivos se presentan separados en dos áreas: seguridad externa, y


seguridad interna y desarrollo.

a. Objetivos en seguridad externa:


1. Conservar la soberanía, la integridad territorial, la independencia política
del país y proteger a la población de amenazas externas.

2. Contribuir a la creación de condiciones de estabilidad, al mantenimiento


de la paz, seguridad y gobernanza internacional que minimicen el riesgo a
la seguridad externa del país y que faciliten el desarrollo del país integrado
a la comunidad internacional.

b. Objetivos en seguridad interna y desarrollo:


1. Contribuir a la soberanía nacional en todo su territorio, otorgar seguridad
a las personas en las áreas territoriales asignadas bajo jurisdicción de
las Fuerzas Armadas, cumpliendo roles policiales, de protección, de
fiscalización, de búsqueda y salvamento, y de apoyo al orden y seguridad
pública conforme a la Constitución y las leyes.

2. Contribuir al Sistema Nacional de Protección Civil mediante la respuesta


oportuna ante situaciones de emergencia y catástrofe, en particular
mediante acciones de protección a la población en condición de riesgo.

3. Contribuir al desarrollo nacional y cooperar al logro de otras capacidades


del Estado mediante la presencia y el apoyo de las Fuerzas Armadas en
el territorio nacional; a la integración física de zonas fronterizas, aisladas

53
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

y especiales; al desarrollo social y económico de comunidades locales


en dichas zonas; y a la identificación de la población con los valores y
tradiciones republicanas, así como al compromiso ciudadano con la
Defensa, para fortalecer la cohesión y unidad nacional de sus habitantes.

2. Áreas de Misión de la Defensa

De cada uno de los cinco objetivos de la Defensa enunciados, se desprenden


diferentes tareas para la Defensa, que son contribuyentes al logro de estos
objetivos.

Cada tarea, asociada a un objetivo al cual contribuye, se constituye en una


“misión” para la Defensa52. Las misiones que tienen en común el mismo
objetivo, se agrupan en Áreas de Misión.

Infografía N°3:
Áreas de Misión de la Defensa.

Fuente: Subsecretaría de Defensa.

52 En este diseño, una “misión” queda constituida por dos elementos: una “tarea” (qué hacer) unida a un propósito u
“objetivo” al cual contribuye (para qué hacerlo).

54
III. Estrategia de la Defensa

a. Área de Misión “Defensa de la soberanía e integridad territorial”


Agrupa las misiones destinadas a prevenir y disuadir del uso de la fuerza
militar en contra de nuestro país o a rechazar agresiones y actos hostiles
contra la población, la soberanía, la integridad territorial, su independencia
política, los recursos y bienes nacionales, y los intereses nacionales,
incluyendo ciberataques como forma de agresión53. Esta Área de Misión es
esencial para la Defensa Nacional.

b. Área de Misión “Cooperación IInternacional y Apoyo a la Política Exterior”


Agrupa las misiones a ejecutar en el ámbito internacional, conforme al
interés nacional o en virtud de compromisos de seguridad asumidos por
Chile, de acuerdo con nuestra Política Exterior.

Incluye misiones de cooperación internacional enfocadas en contribución


a la preservación de la paz y seguridad internacional, protección de
rutas de comercio internacional, ayuda humanitaria ante catástrofes en
otros países, fomento de la confianza mutua, rescate y evacuación de
connacionales que enfrenten situaciones de peligro tales como conflicto
armado en el extranjero54.

Abarca además la participación de medios y personal de la Defensa en


funciones de representación nacional, asesoría y apoyo directo a la acción
diplomática de nuestro país en el mundo y en particular en las áreas de
interés definidas en la presente Política.

c. Área de Misión “Seguridad e intereses territoriales”


Agrupa misiones de las FF.AA. que contribuyen al control y soberanía
nacional en todo su territorio, incluyendo zonas fronterizas y aisladas, la
Antártica, áreas oceánicas, territorios insulares y los espacios aéreos, así
como la contribución a la preservación del medio ambiente y recursos
naturales.

Incorpora también misiones que las instituciones de las FF.AA. ejecutan,


por mandato legal, tratados y convenios internacionales.

53 Op. Cit. “Política de Ciberdefensa” 2018, art. 4.1.


54 Ley N°19.067 que “Establece Normas Permanentes sobre Entrada de Tropas Extranjeras en el Territorio de la República
y Salida de Tropas Nacionales del mismo”, promulgada el 26 junio de 1991 y actualizada el 17 de diciembre de 2018.
art.. 15, Letra a).

55
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

Entre ellas se considera roles de Autoridad Marítima Nacional que incluyen


una función policial sobre actividades ilícitas, además del control,
fiscalización, búsqueda y salvamento de personas en las áreas marítimas
asignadas bajo responsabilidad nacional.

Asimismo, considera los roles de la Dirección General de Aeronáutica Civil,


que cumple funciones de normar y fiscalizar la actividad de seguridad
aeroportuaria, sin perjuicio de las funciones policiales que correspondan
a las fuerzas de orden y seguridad pública. Adicionalmente, incorpora los
roles de la Fuerza Aérea de Chile en apoyo a la búsqueda y salvamento
aéreo en las zonas de responsabilidad nacional.

En esta Área de Misión se considera también las misiones de las FF.AA.


en apoyo al orden y seguridad pública, conforme a lo mandatado
por la Constitución Política y las leyes, tanto en Estados de Excepción
Constitucional como en actos eleccionarios u otras situaciones especiales
de acuerdo a la Ley.

d. Área de Misión “Emergencia nacional y protección civil”


Agrupa misiones que se realizan como contribución a la gestión del riesgo
de desastres que realiza el Estado para enfrentar emergencias derivadas
de catástrofes naturales o antrópicas, incluyendo pandemias y epidemias.

Abarca la prevención, colaboración en la alarma y mitigación de sus efectos


inmediatos cuando se producen y la contribución a la recuperación de
la infraestructura y los servicios eventualmente afectados. Incluye tareas
relacionadas tanto en estado de normalidad como también en estado de
excepción constitucional de catástrofe o emergencia, en donde, además de
una función de apoyo, se agrega la conducción, por orden del Presidente
de la República, de las acciones del Estado para la repuesta, mitigación y
recuperación de la normalidad.

e. Área de Misión “Contribución al desarrollo nacional y a la


acción del Estado”
Agrupa diversas misiones de apoyo a la comunidad y a otros organismos
del Estado, al desarrollo del país en el ámbito científico y tecnológico, de
su industria nacional, preservación del medio ambiente, integración física
mediante conectividad de zonas fronterizas e insulares, elaboración de

56
III. Estrategia de la Defensa

elementos cartográficos y construcción de obras viales e infraestructura,


preservación de tradiciones patrias, y otros requerimientos de las
autoridades competentes.

Las Áreas de Misión aquí definidas no son excluyentes, existiendo tareas


que pueden ser contribuyentes a diferentes Áreas de Misión, como también
complementarias a las funciones de otros instrumentos del Estado. Su
descripción no necesariamente incluye todas las posibles tareas que la
conducción política del país pueda asignar a la Defensa.

57
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

C. Concepto estratégico de empleo de la Defensa (C.E.)

El concepto estratégico de empleo de la Defensa (C.E.), es entendido como


la forma en la que el Estado emplea su Defensa para el cumplimiento de
las tareas asociadas a las diferentes Áreas de Misión.

En el ámbito de la seguridad externa, los C.E. incorporan una articulación


coherente de las Áreas de Misión Defensa de la Soberanía e Integridad
Territorial, además de Cooperación Internacional y apoyo a la Política
Exterior, para lograr la condición de seguridad externa, reflejando una
postura estratégica de disuasión y cooperación.

Por su parte, en las Áreas de Misión relacionadas con seguridad interna


y desarrollo, se busca lograr el cumplimiento eficaz y eficiente de las
tareas asociadas derivadas de la Constitución y las leyes, utilizando
las capacidades desarrolladas por la Defensa para su rol principal, con
características de polivalencia y polifuncionalidad, sumado a otras
capacidades específicas en unidad de acción y trabajo interagencial con
otros organismos del Estado y organizaciones civiles.

Infografía N°4.
Concepto Estratégico por Áreas de Misión.

Fuente: Subsecretaría de Defensa.

58
III. Estrategia de la Defensa

El concepto estratégico de empleo de la Defensa para cada una de las


Áreas de Misión descritas, así como los desafíos asociados se presentan a
continuación:

1. C.E. en Defensa de la Soberanía e Integridad Territorial

El sector Defensa provee el instrumento militar que contribuye junto a


los otros instrumentos de poder e influencia del Estado tales como la
diplomacia la economía y la información, a generar y mantener un entorno
de seguridad exterior.

La estrategia de Defensa de Chile en este ámbito se orienta a minimizar,


mediante la disuasión y la cooperación internacional, la probabilidad de la
amenaza o del uso efectivo de la fuerza u otros medios contra su población,
su integridad territorial o su independencia política, neutralizando si es
necesario cualquier agresión mediante acciones efectivas en legítima defensa.

Chile empleará su fuerza militar conforme a las normas del derecho


internacional, fundamentalmente lo dispuesto en el Artículo 51 de la Carta
de las Naciones Unidas, el cual reconoce el derecho inmanente de los
Estados a hacer uso de la fuerza, de manera individual o colectiva, en caso
de agresión55 o ataque armado en su contra.

Para contribuir a la disuasión, el sector Defensa actúa en diversos modos


para cumplir el objetivo de influir sobre la voluntad de otros actores e
inhibir su decisión de usar la fuerza o amenazar con ello a nuestro país.

La disuasión considera la presencia y el despliegue territorial de fuerzas


efectivas en zonas de relevancia estratégica para proteger objetivos físicos,
áreas terrestres, zonas marítimas y espacios aéreos, para una capacidad de
respuesta rápida y efectiva de defensa ante una agresión externa. Esto es
complementado con la capacidad de protección a infraestructura crítica56
ante ataques cibernéticos o físicos, así como la capacidad de resiliencia,
contención y recuperación de daños, atribución del origen de la agresión
y tiempo corto de respuesta.

55 Resolución Asamblea General de la ONU N°3.314 (XXIX, del 14 de diciembre de 1974) art. 1: “La agresión es el uso de
la fuerza armada por un Estado contra la soberanía, la integridad territorial o la interdependencia política de otro
Estado, o bien, en cualquier otra forma incompatible con la Carta de Naciones Unidas”. En su artículo 3 describe actos
que caracterizan una agresión.
56 Se entiende por “infraestructura crítica” aquella que comprende instalaciones, sistemas o componentes cuya
perturbación, daño o destrucción tendría un grave impacto sobre la población y el normal funcionamiento del país.

59
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

Al mismo tiempo, una parte sustancial de esta estrategia de disuasión la


constituye la capacidad de emplear o proyectar fuerzas y otros medios
ofensivos en forma rápida, eficaz, en múltiples dimensiones y alcances, para
neutralizar o destruir objetivos estratégicos de un agresor, manteniendo
la iniciativa y la libertad de acción para eliminar o degradar en forma
importante su capacidad ofensiva o de agresión.

El C.E. de Defensa reconoce que, a las modalidades convencionales


de agresión armada, se suman otras formas de ataque de naturaleza
híbrida que pueden, entre otros múltiples efectos, dañar severamente la
infraestructura vital del país, a su población, o a su independencia política
y a su capacidad militar, por tanto, justifican el derecho de responder con
los medios que estime necesario en legítima defensa.

Para lo anterior, se considera el empleo de operaciones coordinadas en


múltiples dimensiones, tanto para beneficio propio como su negación para
empleo hostil, incluyendo en esto no sólo las dimensiones físicas (aire, mar,
tierra, espectro electromagnético, y espacio ultraterrestre) sino también la
dimensión del ciberespacio y la dimensión cognitiva o de información.

Para lograr el éxito en este C.E. se exige una capacidad de Mando y Control57
confiable, segura y resiliente para una eficaz conducción desde el más
alto nivel, una adecuada alerta estratégica, inteligencia para determinar
atribución u origen de la amenaza o agresión, y movilidad para trasladar
en forma rápida y en corto tiempo los núcleos de Fuerza para reforzar la
capacidad de respuesta militar.

Adicionalmente, es necesario contar con fuerzas preparadas para actuar en


entornos de conflicto asimétrico y frente a amenazas de carácter híbrido,
con capacidades adaptadas a ese entorno. Esto incluye, entre otras, a
unidades con alto nivel de entrenamiento y alistamiento operacional,
capaces de operar en todo tiempo y escenarios, con gran apoyo de
movilidad, inteligencia, vigilancia y reconocimiento, sistemas autónomos
y no tripulados, integrados a nivel táctico, bajo una dirección y control en
tiempo real desde niveles superiores.

57 Doctrina para la Acción Conjunta de las Fuerzas Armadas. Estado Mayor Conjunto. 2011. pág. 39: “El Mando y Control
constituye el ejercicio de autoridad de un comandante designado sobre una organización militar destinada al
cumplimiento de una misión. El mando, se concreta en la planificación y la decisión; y el control, en la ejecución”.

60
III. Estrategia de la Defensa

Las diferentes amenazas modernas y la evolución permanente de posibles


formas de agresión requieren diferentes aproximaciones para disuadir y
responder, con métodos y estructuras flexibles, innovadoras y adaptativas.

La capacidad de disuadir y responder en legítima defensa ante una


agresión, puede potenciarse y complementarse mediante la cooperación
internacional con países de la región y del mundo con los cuales Chile
comparte intereses, principios y objetivos de política exterior, y que
contribuyan a minimizar la probabilidad de agresión. Esto es particularmente
aplicable para aquellas amenazas de naturaleza transnacional.

En ese sentido, la participación en ejercicios multinacionales en el


extranjero con fuerzas de alto nivel profesional y con responsabilidades
de conducción, así como la organización en el país de este tipo de
ejercicios en que concurran otros países amigos, es una contribución a
la disuasión al demostrar capacidad y nivel de alistamiento, además de
generar confianzas y comunicar la voluntad de cooperar en la generación
de un entorno de seguridad.

El éxito de la disuasión dependerá de las capacidades reales, de la


credibilidad respecto a la voluntad de empleo de estas capacidades
estratégicas como respuesta a una agresión, de la comunicación de esta
voluntad de empleo a través de instrumentos tales como esta Política de
Defensa, reforzada por el actuar coordinado con autoridades competentes
en apoyo a la contención de amenazas a la seguridad.

Asimismo, la disuasión sigue presente no sólo en la prevención o en tiempo


de paz. Una vez iniciado el empleo de fuerza en una situación de crisis o
conflicto internacional, la disuasión como herramienta puede contribuir
a evitar escalar y limitar el conflicto de acuerdo con los objetivos de la
conducción política.

El C.E. en esta Área de Misión genera los siguientes desafíos para el sector
Defensa:
• Mantener una capacidad militar efectiva, que otorgue una superioridad
operacional para lograr o posibilitar el efecto de disuasión ante
potenciales intentos de amenaza o uso de la fuerza contra nuestra
soberanía, integridad territorial e independencia política.

61
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

• Adaptar las capacidades militares a escenarios de riesgo presentes


y futuros incorporando las amenazas híbridas y, en particular, al
ciberespacio como una nueva dimensión de las operaciones, a las
ciberamenazas como un riesgo creciente y considerando como acciones
hostiles a los ciberataques con efectos graves sobre la población, los
procesos políticos internos o la infraestructura vital del país.
• Continuar la implementación de medidas definidas en la Política de
Ciberdefensa de Chile, en particular respecto a empleo de los medios,
cooperación internacional y promoción de transparencia y confianza
internacional, desarrollo de capacidades, doctrina y organización,
incluyendo la creación de un Comando Conjunto de Ciberdefensa y un
CSIRT de la Defensa dependientes del Jefe de Estado Mayor Conjunto.
• Disponer de la capacidad de operar en el ambiente de la información,
que permita contribuir a obtener la superioridad en la dimensión
cognitiva de un conflicto.
• Incrementar las capacidades de anticipación, con inteligencia
estratégica que incorpore el conocimiento de posibles actores,
motivaciones y medios a emplear que podrían afectar la seguridad
nacional, el procesamiento de gran cantidad de información obtenida
desde múltiples sensores, su procesamiento y obtención con ayuda de
herramientas tecnológicas avanzadas58. Con ello optimizar los tiempos
para planificación ante cambios de escenario, toma de decisiones,
transmisión de órdenes y realimentación.
• Definir las capacidades estratégicas a lograr y mantener, estableciendo
la estructura de fuerzas conjuntas e interoperables, incluyendo
su despliegue y presencia territorial acorde con las características
geográficas de nuestro país, tanto para permitir ejercer efectivamente
la soberanía sobre el territorio, como para contribuir a la disuasión y
apoyar el desarrollo y la seguridad de la población.
• Planificar y optimizar el despliegue territorial en tiempo de paz de las
FF.AA. y su grado de alistamiento (capacidades y tiempos de reacción)
considerando, además de su rol en Defensa de la Soberanía e Integridad
Territorial, su aporte a las tareas derivadas de las Áreas de Misión
Seguridad e Intereses Territoriales y Emergencia Nacional y Protección
Civil.

58 Incluyendo análisis de “big-data” e inteligencia artificial, sensores remotos no tripulados y autónomos, entre otros.

62
III. Estrategia de la Defensa

2. C.E. en Cooperación Internacional y Apoyo a la Política Exterior

Chile entiende la cooperación internacional como una medida permanente


y de largo plazo, que genera beneficios para todos los países, quienes, a
su vez, deben aportar a la seguridad internacional en forma proporcional
a sus capacidades e intereses afectados.

La cooperación internacional se orienta, además, a establecer una


situación de estabilidad y gobernanza regional y global que minimice la
probabilidad del uso de la fuerza, tanto en contra del territorio nacional
como en las áreas en que se vea afectada nuestra población, nuestro
comercio u otros intereses nacionales.

Lo anterior incluye medidas de confianza mutua, la participación de fuerzas


nacionales en operaciones multinacionales de paz o de estabilización, así
como la generación de mecanismos bilaterales y multilaterales de diálogo
y cooperación en seguridad internacional, contribuyendo así al efecto
disuasivo generado por las capacidades nacionales de la Defensa.

Asimismo, en este concepto estratégico de empleo, se considera la opción


de realizar operaciones independientes o con otros Estados para proteger,
rescatar o evacuar a chilenos que se encuentren en el extranjero sufriendo
una situación colectiva de peligro inminente para sus vidas.

En el ámbito del apoyo a la Política Exterior, la Defensa provee medios


humanos y materiales que contribuyen a la acción diplomática en
los diferentes países, foros y organismos internacionales, brindando
presencia, cooperación y asesoría técnica, relaciones especializadas en
Defensa y Seguridad, representando técnicamente al Estado en organismos
internacionales, entre otras.

La contribución de la Defensa Nacional a esta Área de Misión considera


mantener fuerzas preparadas, entrenadas, equipadas y disponibles para
ser desplegadas en otras regiones del mundo a requerimiento de la
Política Exterior del país.

63
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

El C.E. en esta Área de Misión genera los siguientes desafíos para el sector
Defensa:
• Mantener un alto grado de interoperabilidad con otros países de
interés, que permita integrar fuerzas multinacionales para participar en
operaciones de paz, de ayuda humanitaria y de protección de las rutas
de comercio internacional, entre otras. Esto requiere la participación
en ejercicios de alta exigencia profesional, doctrina y equipamiento de
mando y control con estándar OTAN.
• Mantener un grado de alistamiento necesario para la ejecución de
operaciones de protección, rescate o evacuación de connacionales,
derivadas de situaciones de crisis, catástrofes o emergencias
internacionales.
• Fortalecer las estructuras de cooperación en seguridad internacional,
contribuyendo a generar y construir medidas de confianza mutua con
otros países de la región.
• Actuar coherentemente con las prioridades de la Política Exterior
y con las condiciones establecidas en la Política Nacional para la
participación del Estado de Chile en Operaciones de Mantenimiento de
la Paz, para el despliegue en este tipo de operaciones59. En particular,
deben considerarse los aspectos de estrategia de salida, del efecto
político deseado, sus costos y sus riesgos.
• Implementar los acuerdos multilaterales de Defensa suscritos por
el Estado de Chile ante la ONU en cuanto a desminado humanitario,
desarme, no proliferación de armas de destrucción masiva, municiones
de racimo, transparencia, comercio de armas y control internacional de
armamentos convencionales, entre otros.
• Posicionar a la Defensa de Chile como un referente profesional en
Sudamérica, en base a su historia, prestigio y capacidades humanas y
materiales, con el propósito de influir positivamente en la situación de
seguridad y estabilidad regional.

59 Decreto Supremo (S.S.G.) N° 68 de 14 de octubre de 1999 que amplió los alcances del Decreto Supremo (S.S.G.) N°94 de
6 de noviembre de 1996 que estableció la “Política Nacional para la Participación del Estado Chileno en Operaciones
de Mantenimiento de la Paz”. En este decreto se perfeccionó la definición de operaciones de paz extendiéndola a
misiones bajo el Capítulo VII de la Carta e incorporó expresamente a las fuerzas de Orden y Seguridad Pública.

64
III. Estrategia de la Defensa

3. C.E. en Seguridad e Intereses Territoriales

a. Soberanía efectiva sobre el territorio


Es deber del Estado ejercer una soberanía efectiva sobre todo el territorio
nacional. Al respecto, es necesario considerar que, en zonas del Norte
Grande, el litoral, áreas de montaña, la Patagonia, la Antártica, islas
oceánicas60 y zonas archipelágicas, entre otras, existen sectores donde la
presencia del Estado es mínima.

En este contexto, la Defensa tiene un rol relevante para ejercer presencia


efectiva sobre todo el territorio nacional y cooperar con el esfuerzo del
Estado, fortaleciendo la soberanía en las regiones más remotas y aisladas
del país, mediante el despliegue de medios, infraestructura y capacidades
(mapa N°8).61

En este rol, el Ejército de Chile tiene una tarea fundamental, con el


despliegue y presencia permanente de sus unidades en diferentes
zonas del territorio, asociadas tanto a funciones operacionales en zonas
fronterizas, así como en sus funciones permanentes de reclutamiento,
instrucción y entrenamiento en tiempo de paz, otorgando una relación
cercana con la ciudadanía y las autoridades regionales del país.

Asimismo, la Armada y Fuerza Aérea contribuyen a la presencia y ejercicio


de la soberanía efectiva sobre el territorio, mediante el despliegue de
bases operativas y logísticas, sumado a la actividad permanente de la red
de la autoridad marítima y de la autoridad aeronáutica civil ejercida por
la D.G.A.C.

60 La presencia en Rapa Nui-Isla de Pascua tiene una importancia estratégica debido a su condición de puente hacia la
región de Oceanía y el Asia Pacífico
61 El despliegue de las FF.AA. en el territorio nacional incluye las siguientes unidades principales: Ejército de Chile:
6 Divisiones, 2 Brigadas y 37 regimientos; Armada de Chile: 5 Zonas Navales, 5 Bases Navales, 4 Destacamentos de
Infantería de Marina, 16 Gobernaciones Marítimas y 60 Capitanías de Puerto; Fuerza Aérea de Chile: 5 Brigadas Aéreas,
14 Bases Aéreas y 2 Destacamentos.

65
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

Mapa N°8.
Despliegue de las FF.AA. en territorio americano e islas oceánicas.
(Despliegue en Antártica en Mapa N°5).

Isla de Pascua

Archipiélago
Juan Fernández

Islas Diego
Ramírez

Fuente: Instituto Geográfico Militar (IGM).

66
III. Estrategia de la Defensa

Este despliegue y presencia permanente de unidades de las FF.AA. facilita


o posibilita la acción de ayuda del Estado a la ciudadanía en situaciones
de emergencia o catástrofe, así como permite complementar la acción
de apoyo social del Estado a la comunidad en áreas tales como salud,
comunicaciones, transporte, entre otras, generando una vinculación e
identificación de los habitantes con el Estado de Chile, y con las fuerzas
que contribuyen a la defensa del país.

El C.E. genera los siguientes desafíos para la Defensa:


• Mantener núcleos de fuerza con un nivel de autonomía militar y
logística tal que, junto con la contribución a la presencia del Estado en
los extremos del territorio nacional y en zonas fronterizas o aisladas,
les permitan reaccionar en corto plazo ante situaciones de crisis,
emergencia y catástrofes, como también reforzar otros núcleos de
Defensa. Esta presencia territorial debe también contribuir en aspectos
de reclutamiento e identificación de la sociedad con el país y su Defensa.
• Mantener una infraestructura física de despliegue territorial
operacional y sostenible, con capacidad de albergar un incremento
de fuerzas provenientes desde otras zonas geográficas del país y con
altos estándares en sistemas de comunicaciones, vigilancia y de apoyo
a las operaciones previstas, tanto en tiempos de normalidad como de
excepción constitucional.
• Mantener una capacidad de exploración y de patrullajes en áreas
terrestres, zonas marítimas y espacios aéreos de interés de nuestro
territorio, ya sea con fuerzas en presencia o desplegadas que contribuyan
a lograr y mantener conciencia situacional.

b. Seguridad e intereses marítimos


Uno de los roles principales otorgado por nuestra legislación a la
Autoridad Marítima Nacional62, dependiente de la Armada de Chile, es
ejercer funciones de policía en su área de responsabilidad, como también
resguardar la seguridad de las personas, rutas de navegación, naves,
puertos, terminales e industria marítima, que se encuentren dentro del
área jurisdiccional nacional.

62 Ley de Navegación D.L. N°2.222 del 21 de mayo de 1978, Título I, Disposiciones Generales, art. 2º, letra c), indica que la
Autoridad Marítima Nacional es el Director General del Territorio Marítimo y Marina Mercante.

67
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

El C.E. para el cumplimiento de estas tareas se basa en mantener una


adecuada vigilancia y control de lo que ocurre en el mar, la prevención,
la alarma ante riesgos inminentes, así como las capacidades requeridas
para dar una oportuna y eficaz respuesta, en un trabajo de coordinación
interagencial.

La vigilancia y control de actividades en las aguas jurisdiccionales63 es


realizada mediante sistemas de Mando y Control que incluyen sensores
remotos, vigilancia por medios satelitales, aéreos y marítimos, un sistema
de comunicaciones robusto y resiliente, una red de autoridades marítimas
y puestos de vigilancia en accesos a las aguas interiores. El empleo de
medios de la Autoridad Marítima es complementado por otros medios
de la Armada, que aportan mejores capacidades en cobertura oceánica,
operación, equipos y sensores de mayor rendimiento en condiciones
adversas.

La prevención se basa en la fiscalización de actividades en aguas


jurisdiccionales, terminales marítimos y zona costera. También, incorpora
la guía y ordenamiento de operaciones en zonas marítimas, señalización
marítima, pilotaje y practicaje de naves, educación, planificación y sistema
de manejo de riesgos de accidentes o incidentes que pongan en riesgo
la vida de las personas, los bienes, los recursos naturales y el medio
ambiente acuático.

La alarma se basa en el procesamiento oportuno y protocolos de


comunicación y personal entrenado cubriendo un servicio ininterrumpido.
En este ámbito se incluye el Sistema Nacional de Alerta de Maremotos
(S.N.A.M.) integrado al Sistema Nacional de Protección Civil.

La capacidad de respuesta incluye la coordinación de rescate marítimo con


centros a nivel nacional y regional, conectados a una red internacional, el
accionar en funciones de policía marítima con patrulleros y aeronaves de
la Autoridad Marítima y de la Armada.

Asimismo, la respuesta considera el trabajo coordinado con autoridades


competentes en áreas tales como el combate al narcotráfico y contrabando

63 Incluye ríos y lagos navegables y aquellas zonas definidas en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho
del Mar.

68
III. Estrategia de la Defensa

vía marítima, pesca ilegal, el combate a la contaminación y el control del


tráfico marítimo.

La capacidad de otorgar seguridad marítima en todo tiempo, incluyendo


el control de áreas marítimas y el combate a ilícitos en el mar, ríos y lagos
navegables, otorga una base fundamental para potenciar la capacidad de
control del mar en caso de crisis o conflicto internacional en que se agregan
nuevas amenazas, lo que exige una integración operacional efectiva desde
tiempo de paz con el resto de las capacidades de la Defensa.

En el ámbito de la seguridad e intereses territoriales, en particular en


seguridad marítima, el C E. genera los siguientes desafíos para el sector
Defensa:
• Optimizar la capacidad para otorgar seguridad marítima en un
escenario de aumento de actividades públicas y privadas en las áreas
de responsabilidad, asociado a factores de riesgo tales como crimen
organizado (incluyendo narcotráfico vía marítima), depredación de
recursos y contaminación del medioambiente.
• Adoptar mejoras de capacidades de control y respuesta mediante
herramientas tecnológicas en vigilancia remota y de gestión que,
además, integren efectivamente diferentes medios con capacidades
polivalentes tanto de la Armada como de las otras instituciones de la
Defensa.
• Definir e incluir los nuevos roles asociados al resguardo de las áreas
marinas protegidas dentro de nuestra Zona Económica Exclusiva y las
funciones de fiscalización, seguridad marítima y defensa de intereses
nacionales en áreas de alta mar sujetas a normas internacionales de
protección a la vida humana, conservación de recursos naturales y del
medioambiente.
• Mantener la eficacia en un escenario de crecimiento de la demanda por
seguridad marítima y aumento de la probabilidad de ocurrencia de los
riesgos.

c. Seguridad en el ámbito aeroespacial nacional


Desde el punto de vista de la seguridad, los espacios aéreo y ultraterrestre
forman un ámbito único, el aeroespacial, que conecta sin barreras
físicas todos los puntos de la Tierra. Este concepto también da origen al
Sistema Aeroespacial Nacional, que abarca todas las actividades aéreas

69
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

y espaciales, militares, civiles y comerciales en este ámbito, además de


una amplia red de bases aéreas, aeropuertos y aeródromos nacionales,
sistemas de control y comunicaciones, que proporcionan una conectividad
diaria nacional e internacional en continuo crecimiento64, altamente
dependiente de la tecnología y de la seguridad de sus operaciones, lo que
genera desafíos al sector Defensa.

Dentro de las amenazas específicas en este ámbito, se cuentan el uso


del instrumento aeroespacial en conflictos armados, las incursiones de
aeronaves no autorizadas para fines de espionaje o reconocimiento, los
secuestros de aeronaves, incluyendo la posibilidad de usar la propia
aeronave como arma, el sabotaje en contra de aeronaves, instalaciones
o contra los sistemas de vigilancia, comunicaciones, posicionamiento
y navegación, las ciberamenazas, y el uso del transporte aéreo para
actividades del crimen organizado tales como el tráfico de mercancías
ilegales o de personas, a lo que suma en la actualidad, la amenaza del
uso de aeronaves no tripuladas en acciones militares o para cometer
atentados terroristas o tráficos ilícitos.

La principal característica de estas amenazas es la rapidez con que


se presentan, lo que implica tiempos muy cortos de reacción y,
consecuentemente, exige disponer de un concepto operacional de empleo
de sistemas de defensa aérea acorde, sistemas de protección, medidas
preventivas y resiliencia, además de estructuras de decisión en tiempo casi
real, apoyadas en sistemas de mando y control debidamente equipados
y tripulados, y una alta coordinación con múltiples agencias, tanto a nivel
nacional como internacional.

El Estado de Chile ejerce la soberanía sobre el espacio aéreo nacional a través


de la Fuerza Aérea, en coordinación con la D.G.A.C., mediante actividades
de vigilancia aérea, clasificación e identificación de tráficos, que incluye el
empleo, en caso de requerirse, de capacidades de interceptación aérea en
forma diurna o nocturna, siguiendo estrictos procedimientos y protocolos
internacionales.

64 Durante el año 2019, en Chile fueron transportados 26.086.612 de pasajeros en vuelos nacionales e internacionales,
con un crecimiento de un 6,3% respecto del año 2018. Fuente: www.jac.gob.cl

70
III. Estrategia de la Defensa

En cuanto al espacio ultraterrestre, Chile reconoce la importancia de


ejercer sus derechos de acceso equitativo, dentro del marco de los
acuerdos internacionales, en un entorno de mayor explotación de las
órbitas satelitales, propiciando una participación cooperativa en materias
de un mejor conocimiento situacional espacial.

El C.E. para la seguridad del espacio aéreo nacional implica los siguientes
desafíos:
• Disponer de un sistema aeroespacial integrado entre el control civil y
militar, que permita vigilar, controlar, fiscalizar y supervisar, en forma
permanente, las actividades aéreas dentro del espacio bajo jurisdicción
nacional, brindando seguridad y protección a la navegación aérea,
además de las alertas oportunas para el empleo de los medios de
defensa aérea en cortos tiempos de reacción.
• Fortalecer las estructuras decisionales y marco jurídico en materias de
control y protección del espacio aéreo nacional, que comprendan todos
los niveles, en tiempo de paz, crisis o conflicto, con sistemas de mando
y control equipados y dotados adecuadamente para enfrentar nuevas
amenazas y desafíos, en forma coordinada y expedita.
• Generar una acción coordinada para el mejor empleo de los recursos
del Estado en seguridad de las operaciones aéreas, mediante las
funciones que ejerce la Fuerza Aérea de Chile por medio de los Centros
de Operaciones Aéreas (C.O.A.) distribuidos a lo largo del país, en
conjunto con los Centros Regionales y el Centro de Control de Área
Unificado de Santiago (A.C.C.U.), dependientes de la Dirección General
de Aeronáutica Civil.
• Contribuir a las actividades relacionadas con el conocimiento situacional
espacial, en los aspectos de vigilancia y traqueo de objetos en órbita,
que podrían afectar a la seguridad de los satélites nacionales.

d. Estados de Excepción Constitucional y Votaciones Populares


Es deber del Estado de Chile adoptar medidas que tiendan a prevenir
situaciones que atenten contra el orden y la seguridad pública, así como
a minimizar sus efectos. Esto, mediante actividades coordinadas entre
los organismos que el ordenamiento vigente ha dotado de competencias
sobre este particular.

71
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

En caso de Estados de Excepción Constitucional65 de Emergencia o


Catástrofe, la Defensa apoya a la autoridad política en la mantención del
orden público, teniendo como foco principal la protección de la población.

En caso de Votaciones populares y escrutinios, el resguardo del orden


público corresponderá a las FF.AA. y Carabineros, bajo el mando de un Jefe
de Fuerza.66

Estas responsabilidades y atribuciones asignadas por la Constitución y las


leyes a las FF.AA. exigen mantener actualizado los procesos de planificación
operacional y logística, en una coordinación estrecha con las autoridades
civiles competentes.

El C.E. genera los siguientes desafíos para la Defensa:


• Mantener un grado de alistamiento que asegure la disponibilidad de
unidades entrenadas en estos escenarios, junto con contar con planes
y disponer de claras orientaciones a los Jefes de Fuerza respecto al
empleo de sus medios.
• Mantener el Sistema de Mando y Control de la Defensa con sistemas
de comunicaciones robustas, seguras e interoperables, que permitan la
coordinación interagencial ante una situación de emergencia nacional.

e. Intereses territoriales en la Antártica


Chile ha definido como primer objetivo de su Política Antártica Nacional
(P.A.N. 2017) proteger los derechos soberanos de Chile sobre el Territorio
Antártico Chileno, los que se encuentran cautelados en virtud de lo
dispuesto en el artículo IV del Tratado Antártico. También busca consolidar
una posición de liderazgo e influencia dentro del Sistema del Tratado
Antártico, asegurando que la Antártica se mantenga libre de conflictos
internacionales, fomentando la cooperación internacional y su uso con
fines pacíficos y científicos, protegiendo y promoviendo el cuidado del
medio ambiente.

La Defensa, mediante las instituciones de las FF.AA. y el Estado Mayor


Conjunto cumplen tareas relevantes en la Antártica67, coadyuvando a

65 Constitución Política de la República de Chile. Capítulo IV Gobierno, art. 41 y 42.


66 Ley N° 18.700, Orgánica Constitucional sobre Votaciones Populares y Escrutinios, Título VI, párrafos 1°y 2°.
67 Ley 21.255 “Establece el Estatuto Chileno Antártico”, Título II, art. 16.

72
III. Estrategia de la Defensa

alcanzar los objetivos definidos en la P.A.N. 2017, entre ellas, la presencia


efectiva y permanente; la conectividad marítima y aérea mediante
capacidades de transporte estratégico; el apoyo a la ciencia antártica;
la protección de la vida humana por medio de acciones de búsqueda y
salvamento (S.A.R.); la publicación de cartografía náutica y terrestre; la
fiscalización de la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos
Marinos Antárticos y la cooperación internacional.

El cumplimiento de la misión de la Defensa en el ámbito de protección


y promoción de los intereses territoriales en la Antártica, genera los
siguientes desafíos:
• Incrementar las actividades que fortalezcan los derechos soberanos
que Chile posee en ese continente.
• Promover y reforzar el Sistema del Tratado Antártico, principalmente
mediante una mayor presencia de Chile en sus foros y regímenes.
• Contribuir al resguardo y protección de nuestros intereses y derechos
en la Antártica.
• Potenciar el control y prevención en las áreas en que el Estado de Chile
tenga diferentes grados de jurisdicción o responsabilidad internacional,
incluyendo las capacidades de fiscalización, búsqueda y salvamento,
protección del medio ambiente y otras responsabilidades que sean
asignadas por la legislación nacional y tratados internacionales
vigentes.
• Mejorar la integración y coordinación superior de las actividades
antárticas efectuadas por las instituciones de la Defensa y otros
organismos nacionales, de manera de mejorar la sinergia y de evitar
duplicidades.
• Mantener y fortalecer las capacidades operativas y logísticas para
las actividades nacionales en ese continente, en concordancia con la
Política Antártica Nacional y los lineamientos especiales que al respecto
surjan del Consejo de Política Antártica.
• Modernizar la infraestructura aérea y portuaria de las bases nacionales
antárticas y de los operadores antárticos de Defensa, en concordancia
con los últimos avances en materia de respeto al medio ambiente,
eficiencia energética y un diseño funcional, incluyendo las capacidades
de apoyo a la seguridad de las personas y naves que operen en el

73
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

sector antártico chileno, mediante la acción y presencia de autoridades


marítimas y de aeronáutica civil.
• Incrementar nuestras actividades de presencia y apoyo a la ciencia hacia
el interior del continente y hasta el Polo Sur, incluyendo la reactivación
de la Base Carvajal, la operación temporal de la Estación de Glaciar
Unión y las expediciones terrestres, marítimas y aéreas hacia el sur del
paralelo 75° S.
• Fortalecer el posicionamiento de Chile como país puente y a la Región
de Magallanes y de la Antártica Chilena como la puerta de entrada a
la Antártica, incluyendo el mejoramiento de la infraestructura para
sostener capacidades de transporte y apoyo a las expediciones y
actividades antárticas desde Punta Arenas y Puerto Williams.

4. C.E. en Emergencia Nacional y Protección Civil

Las FF.AA. son parte integral del Sistema Nacional de Protección Civil, lo
que exige mantener un grado de preparación, planificación y definición
de las posibles estructuras de Mando y Control que optimice la oportuna,
eficaz y eficiente respuesta ante situaciones derivadas de catástrofes tanto
naturales como antrópicas, así como también de emergencias sanitarias
(pandemias y epidemias) y/o de cualquier otra índole.

La participación de las FF.AA. en estas misiones no debe entenderse como


una desnaturalización de su función principal en el ámbito de la seguridad
exterior, ya sea en crisis o conflicto internacional. Su accionar efectivo,
además del cumplimiento de un mandato legal, representa un beneficio
necesario, inmediato y demandado por el país para contribuir a contener
y mitigar los efectos de una emergencia en tiempo de paz.

Las FF.AA. se deben a la sociedad que las origina, conforma y sustenta,


por tanto, su contribución en situaciones de emergencia civil o catástrofe
constituye un deber moral irrenunciable. Adicionalmente, este accionar
ante emergencias permite evaluar el alistamientode las FF.AA., en
particular su organización, estructura y procesos de toma de decisiones en
escenarios de incertidumbre. Ello contribuye a lograr mejores condiciones
para una adecuada transición desde tiempo de paz hacia situaciones de
crisis.

74
III. Estrategia de la Defensa

En el Área de Misión Emergencia Nacional y Protección Civil, se generan


los siguientes desafíos para el Sector Defensa:
• Mantener actualizados planes para diferentes escenarios, determinando
cuáles son las capacidades que pueden aportar las FF.AA. en cada
uno de ellos y cuál es su concepto operacional asociado. Entre las
capacidades relevantes que pueden considerarse, se encuentran las
siguientes:
i. Mando, Control y Comunicaciones, con puestos fijos y móviles.
ii. Transporte a las zonas afectadas, por aire, mar o tierra, en corto
aviso y alcanzando lugares de difícil acceso, con ayuda material y
personal de apoyo.
iii. Apoyo sanitario (hospitales, tiendas de campaña, buques hospital,
traslado de equipamiento médico, evacuación de pacientes críticos,
etc.).
iv. Apoyar el abastecimiento y los servicios básicos para la población,
incluyendo cuando sea necesario la generación y distribución de
agua potable y electricidad.
v. Vigilancia, rebusca y recopilación de informaciones desde diversas
fuentes, para contribuir a una mejor toma de decisiones por parte
de las autoridades civiles y militares.
vi. Personal organizado, entrenado y disponible en corto aviso para
cumplir funciones previamente definidas (Brigadas forestales,
Patrullas de Montaña, Patrullas Anfibias, Unidades de Fuerzas
Especiales y de reacción rápida entre otras).
vii. Búsqueda y salvamento de personas en zonas de difícil acceso.
• Desarrollar los mecanismos de Mando, Control y coordinación
interagencial para el empleo eficaz, eficiente e integrado de las
capacidades de la Defensa ante situaciones de emergencia o catástrofe,
en los niveles nacional, regional y local.
• Mantener el desarrollo del Sistema Nacional de Alerta de Maremotos,
dependiente de la Armada e integrado al Sistema de Alerta Temprana
de la Oficina Nacional de Emergencias (O.N.E.M.I.), el cual está
orientado a entregar información oportuna y detallada respecto a las
probabilidades, magnitudes y efectos de un maremoto en las costas de
Chile tricontinental, de manera de ayudar en la planificación y toma de

75
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

decisiones de las autoridades competentes para la protección civil y


protección en el sector marítimo y en el sector Defensa.
• Mejorar la contribución de la Dirección Meteorológica de Chile
dependiente de la D.G.A.C. y el Servicio Meteorológico de la Armada
a la O.N.E.M.I. en cuanto a las alertas oportunas y toma de decisiones
respecto a fenómenos meteorológicos y oceánicos que puedan producir
daños a la población e infraestructura crítica nacional.

5. C.E. en Contribución al Desarrollo Nacional y a la Acción del Estado

El Ministerio de Defensa y las FF.AA. constituyen parte de la Administración


del Estado y deben contribuir y promover el bien común atendiendo las
necesidades públicas en forma continua y permanente, fomentando el
desarrollo del país. Junto a los otros órganos de la Administración del
Estado deben actuar coordinadamente y propender a la unidad de acción,
evitando la duplicación o interferencia de funciones68.

En ese marco de referencia, en situaciones definidas por el Ministro de


Defensa Nacional y considerando el principio de servicialidad69 del Estado
a las personas, las FF.AA. contribuyen con sus capacidades disponibles
al desarrollo del país y a las autoridades civiles en los ámbitos de apoyo
en zonas aisladas, preservación de tradiciones y valores patrios y servicio
militar. Esto incluye el trabajo de conectividad terrestre en zonas de difícil
acceso realizado por el Cuerpo Militar del Trabajo, que contribuye a la
integración física de todo nuestro territorio.

En el Área de misión Contribución al Desarrollo Nacional y a la Acción del


Estado, se generan los siguientes desafíos para el sector Defensa:
• Continuar con el apoyo médico-social y de conectividad en zonas
extremas o aisladas o donde la presencia del Estado sea insuficiente,
así como en la construcción de caminos y obras civiles en dichas zonas,
de evacuaciones aeromédicas o ante circunstancias que dificulten los
procesos o capacidades normales de las autoridades competentes.

68 Ley N°18.575 Orgánica Constitucional de Bases Generales de la Administración del Estado, Título I, art. 3º y 5º.
69 Este principio está contenido en el Capítulo I “Bases de la Constitucionalidad”, art. 1, Inciso 4° de la Constitución
Política: “El Estado está al servicio de la persona humana y su finalidad es promover el bien común, para lo cual debe
contribuir a crear las condiciones sociales que permitan a todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad
nacional su mayor realización espiritual y material posible, con pleno respeto a los derechos y garantías que esta
Constitución establece”.

76
III. Estrategia de la Defensa

• Seguir incentivando la voluntariedad en el ingreso al Servicio Militar y


continuar preservando las tradiciones que identifican a la ciudadanía
con los valores patrios.
• Fortalecer los centros de estudios de seguridad y defensa, en particular
la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (ANEPE),
dependiente del Ministerio de Defensa, para efectos tanto de docencia,
investigación y vinculación con el medio en lo relacionado con estas
materias.
• Fomentar la investigación, desarrollo tecnológico e innovación nacional
(I+D+i) en los procesos de educación, sostenimiento, logística y desarrollo
de capacidades estratégicas. En particular considerar aspectos como
Inteligencia Artificial (IA), análisis de “big-data”, robótica, vehículos no
tripulados o autónomos entre otros.
• Identificar las capacidades industriales de la Defensa, que puedan
contribuir a fomentar las actividades orientadas a capacitar y/o
desarrollar proyectos científicos y tecnológicos integradamente con los
organismos que conforman el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología,
Conocimiento e Innovación70, según las prioridades que determine la
Defensa, y coherente con la Estrategia Nacional y Política Nacional
de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación para el acceso a
recursos colaborativos.
• Aportar con las capacidades de la Defensa a promover la generación
de conocimiento en áreas como: investigación sobre el territorio,
elaboración de elementos cartográficos, simulación, planificación,
mando y control, entre otras.
• Generar nuevas capacidades en I+D+i que permitan incrementar el
grado de independencia tecnológica, reducir la brecha tecnológica de la
Defensa Nacional y lograr independencia logística en elementos claves.
• Fortalecer la detección temprana, entendimiento de su potencial y
eventual incorporación de tecnologías emergentes y disruptivas para la
creación de nuevas capacidades de defensa y que además contribuyan
al desarrollo económico nacional.

70 Ley N°21.105 mediante la cual se creó el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, publicada en
el Diario Oficial de Chile el 13 de agosto de 2018. Respecto del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología, Conocimiento
e Innovación, ver art. 2.

77
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

• Apoyar la investigación científica en el área oceanográfica, en hielos


continentales, Antártica y zonas terrestres de difícil acceso.
• Contribuir al desarrollo de un plan espacial nacional que, además de las
capacidades propias de la Defensa, incorpore un impulso al desarrollo
científico-tecnológico nacional, en áreas tales como la gestión autónoma
de información geoespacial, el diseño y construcción nacional de
satélites y cargas útiles, el lanzamiento y operación de un sistema
satelital nacional, y un sistema de telecomunicaciones en apoyo a la
distribución de imágenes e información geoespacial.
• Contribuir a las actividades relacionadas con el conocimiento de
la situación espacial, en aspectos claves como el estudio del clima
espacial, vigilancia y traqueo de objetos en órbita y de objetos cercanos
a la tierra.

En el caso de las actividades de apoyo a otros organismos del Estado,


ellas deben tener una relación directa con el cumplimiento de tareas de la
Defensa, así como ser parte de procesos de entrenamiento o de desarrollo
de la Fuerza.

78
III. Estrategia de la Defensa

D. Capacidades Estratégicas

1. Introducción

La Estrategia de la Defensa refleja la interacción entre fines y medios,


mediante un concepto estratégico de empleo, y se produce dentro de un
marco delimitado por el entorno de seguridad, los posibles escenarios
de empleo y los recursos disponibles, lo que implica necesariamente
una decisión política para establecer los niveles de riesgo aceptables,
entendiendo que no existe una solución perfecta ante la incerteza respecto
a escenarios futuros de empleo de los medios.

Los medios a que se refiere la Estrategia de Defensa en esta Política se


representan por la habilidad para generar efectos, lo que constituye las
“Capacidades Estratégicas”. Estas capacidades se fundan en la disponibilidad
e integración funcional de: Material, Entrenamiento, Recursos Humanos,
Organización, Doctrina, Infraestructura, Sostenibilidad e Información,
necesarias para cumplir las misiones asignadas a la Defensa Nacional71.

71 Libro de la Defensa Nacional 2017. Capítulo VIII. pág. 113. Los Factores de Capacidad se agrupan bajo la sigla MERODISI.

79
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

Infografía N°6
Capacidades Estratégicas.

Fuente: Subsecretaría de Defensa.

2. Áreas Generales de Capacidades Estratégicas

Para orientar la concepción y visión superior de las capacidades estratégicas


que nuestro país considera esenciales para su defensa, éstas se agrupan
en “Áreas Generales de Capacidades Estratégicas”, y representan un
ordenamiento de las habilidades de las fuerzas para la ejecución de las
tareas y cumplir el concepto estratégico para cada Área de Misión.

Estas áreas generales contienen capacidades estratégicas afines que


concurren al cumplimiento de los objetivos definidos. Desde la mirada
funcional, se produce una convergencia de ellas hacia el área general de
capacidad “Superioridad Operacional”, dado que representa la habilidad
esencial de la Defensa, siendo el resto aquellas que generan y soportan su
desarrollo y empleo.

80
III. Estrategia de la Defensa

En la presente Política de Defensa se han definido siete áreas generales


de capacidades estratégicas de la Defensa Nacional, las que se describen
a continuación:

Infografía N°7
Áreas Generales de Capacidades Estratégicas.

Fuente: Subsecretaría de Defensa.

a. Superioridad Operacional
Esta área general agrupa capacidades que habilitan o permiten la acción
militar sobre objetivos estratégicos adversarios. Considera obtener y
emplear la libertad de acción e iniciativa, utilizando múltiples dimensiones
y combinaciones de métodos de acción que minimicen o neutralicen la
capacidad de acción adversaria. Esto incluye el empleo sincronizado y
conjunto de fuerzas en las dimensiones terrestre, marítima, aeroespacial,
del espectro electromagnético y del ciberespacio72.

72 En países de la OTAN este concepto se conoce y utiliza como “multi-domain operations”, entendidas como operaciones
conjuntas, ágiles, complejas y con posibilidad de producir efectos en y desde todos o muchos ámbitos de operación.
Para ello se reconoce la necesidad de interoperabilidad, conectividad, sistemas de mando y control y un cambio
de mentalidad de los mandos a todos los niveles, para permitir una verdadera integración “multi-dominio” de las
operaciones, especialmente con los ámbitos ciberespacial y cognitivo, más allá del actual concepto de “operaciones
conjuntas”. (Nota Conceptual “Operaciones multi-dominio”, Centro Conjunto de Desarrollo de Conceptos, Estado
Mayor de la Defensa de España, abril 2020).

81
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

Asimismo, contempla la capacidad para accionar en forma simultánea o


secuencial en varios frentes, incluyendo capacidades para actuar en la
profundidad adversaria, en forma selectiva y evitando daños colaterales
no deseados.

Lo anterior asume contar con atributos de agilidad y rapidez tanto en


los procesos de toma de decisiones como en la acción, para mantener la
iniciativa en contextos ya sea de conflicto convencional o de naturaleza
híbrida.

Adicionalmente, en esta área general se encuentra comprendida la


capacidad de operar en el ambiente de la información, cuyo objetivo es la
voluntad y conocimiento de los líderes y los procesos involucrados en la
toma de decisiones relacionadas con una eventual agresión sobre nuestro
país.

Las capacidades contenidas en esta área general se manifiestan tanto


como método de coerción, de influencia o una combinación de ellos en el
manejo de una crisis o conflicto.

El potencial que representan las capacidades comprendidas en esta área


general, junto a la demostración de voluntad política, son los elementos
fundamentales para lograr el éxito de la disuasión por parte del Estado, así
como para contar con alternativas efectivas ante los escenarios evolutivos
que caracterizan el contexto de seguridad actual.

b. Protección
Esta área general incluye las capacidades para proteger objetivos
estratégicos propios, incluyendo las infraestructuras físicas y de
información, las fuerzas, bases, soporte logístico y la población en general,
respecto de acciones ofensivas adversarias.

Las capacidades en esta área son provistas tanto por las mismas fuerzas
que otorgan la superioridad operacional, empleadas en neutralizar fuerzas
que ataquen, como también por fuerzas y sistemas especializados en
defensa de objetivos propios, en un empleo coordinado.

Esta área general contiene capacidades de alerta y alarma temprana,


neutralización de ataques en todas las dimensiones (tierra, mar, aire,

82
III. Estrategia de la Defensa

espectro electromagnético y ciberespacio), incluyendo capacidades y


resiliencia para neutralizar actos hostiles contra sistemas vitales de la
defensa en el ciberespacio y también para la defensa contra operaciones
de información adversarias.

En casos de emergencia, o ante los efectos derivados de desastres


naturales o antrópicos, parte de las capacidades aquí agrupadas se
emplean en la protección de la población y de la infraestructura vital
para el sostenimiento del país, así como en el cumplimiento de roles de
resguardo del orden público en Estados de Excepción Constitucional o en
actos electorales, de acuerdo a la Constitución y las leyes.

c. Inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR)


Esta área general agrupa a las capacidades estratégicas que permiten
obtener superioridad en la información y decisión, mediante la
conformación de un panorama o conciencia situacional completa y
oportuna, que contribuya a mantener la iniciativa.

En el contexto de la contribución de la Defensa a la seguridad de Chile,


las capacidades asociadas a la inteligencia resultan fundamentales en la
provisión de antecedentes para la toma de decisiones, que no son posibles
de obtener con otras herramientas.

De igual manera, evita las sorpresas estratégicas, aportando con alerta


temprana y una capacidad de análisis que es capaz de interpretar y
dar valor a señales, que, por débiles que puedan parecer, requieren
una proactividad del Estado. Todo ello redunda como habilitador de
la anticipación estratégica, insumo fundamental para conceptualizar
el desarrollo futuro de capacidades y la concepción del empleo de los
medios.

El valor de la anticipación estratégica que otorga una arquitectura ISR


robusta y permanentemente operativa, radica en el principio de economía
de fuerzas y es una repuesta sólida para que una Defensa moderna sea
tan ágil como requiere un entorno de alta volatilidad, incertidumbre y
ambigüedad, donde las amenazas mutarán acelerada y constantemente,
configurando escenarios cuya visualización es compleja.

83
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

Lo anterior incluye procesos, plataformas y sistemas integrados orientados


a obtener buscar y mantener actualizada información relevante, análisis
y producción de Inteligencia, incluyendo procesos de alerta, así como
procesos de seguimiento de acciones y evaluación de daños.

Las capacidades agrupadas en esta área, a nivel superior, permiten obtener


alerta y alarma estratégica y, en niveles operacionales y tácticos, apoyan la
toma de decisiones en escenarios asociados al cumplimiento de tareas en
diversas Áreas de Misión. Ello incluye alertas sobre amenazas emergentes,
actividades ilícitas en zonas fronterizas terrestres, vigilancia y control áreas
terrestres, marítimas y espacios aéreos en que el Estado debe ejercer sus
competencias. Asimismo, permite otorgar alerta y orientar los esfuerzos
de prevención y respuesta ante tsunamis, terremotos y otras potenciales
catástrofes.

Finalmente, las capacidades contenidas en esta área general otorgan


externalidades positivas en productos e información que contribuyen a
la acción del Estado y a múltiples áreas de actividad pública y privada,
otorgando cierto grado de autonomía en la generación de información
sobre nuestro territorio.

d. Mando y Control Integrado


En esta área general se incluyen las capacidades para apoyar la toma
de decisiones oportunas, apreciar la situación en forma comprehensiva,
crear entendimiento compartido, planificar, preparar, conducir y evaluar
en una situación de crisis, conflicto o emergencia nacional, abarcando
desde el más alto nivel político hasta la conducción operacional y táctica
de fuerzas militares.

Para lograr su propósito, las capacidades aquí consideradas incorporan


personal entrenado, procesos eficaces, sistemas de información,
procesamiento y comunicaciones que permitan ejercer, de forma rápida
y eficaz, las funciones de mando en un ciclo permanente que incluye la
concepción, planificación y emisión de órdenes, control de las operaciones
y retroalimentación.

Esta es un área general de capacidad que es esencial como elemento


habilitador y multiplicador de las potencialidades de las áreas de
capacidades de Superioridad Operacional y de Protección y, considerando

84
III. Estrategia de la Defensa

las diferentes dimensiones de empleo y escenarios en que debe actuar la


Defensa, la capacidad de Mando y Control integrado debe ser ágil y flexible,
para adaptarse a diferentes estructuras de mando conjunto, interagencial
y combinado.73

e. Movilidad y Proyección
Incluye capacidades orientadas al aseguramiento de la disponibilidad
y despliegue de medios, en forma íntegra, rápida y con mínimo aviso,
para actuar en los escenarios y misiones previstas. Considera bases para
sostenimiento, protección, predespliegue o despliegue, así como medios
de transporte aéreo, terrestre o marítimo, ampliando las opciones del
mando para optar por la combinación más adecuada según factores de
seguridad, alcance, accesibilidad y otros.

Estas capacidades habilitan y potencian las áreas de “Superioridad


Operacional” y “Protección”, permitiendo la concentración de los medios en
tiempos de normalidad para optimizar su entrenamiento y sostenimiento
logístico, la libertad de acción para su despliegue o posicionamiento
donde sean requeridos, tanto dentro del territorio nacional como en el
extranjero.

Un factor determinante de esta área general de capacidad es la necesidad


de lograr la máxima operatividad de la fuerza desplegada en el mínimo
tiempo, lo que es determinado por la forma de transporte y los medios
empleados, junto a un equipamiento y entrenamiento adecuado.

Estas capacidades también resultan decisivas para apoyar los esfuerzos de


respuesta en casos de emergencia y catástrofes, incluyendo el transporte
de carga y de personal de apoyo hacia y desde una zona afectada, además
de la evacuación masiva de personas.

f. Sostenibilidad
Con esta área general de capacidades se busca garantizar la disponibilidad
operacional adecuada de las fuerzas, para asegurar su empleo como está
previsto en los diferentes escenarios y Áreas de Misión.

73 Se diferencian tres modalidades de mando: “Conjunto”, para la operación con componentes de más de una institución
de la Defensa; “Combinado”, para el actuar junto a fuerzas de otros países; “Interagencial” implica participar junto a
medios dependientes de otros organismos del Estado (por ejemplo, policías, aduanas, ministerios, servicios, etc.)

85
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

Incluye la capacidad de sostenimiento durante el ciclo de vida de plataformas


o unidades, sistemas e infraestructura, además del apoyo al personal que
opera los medios, incluyendo el entrenamiento, abastecimiento y apoyo
logístico de fuerzas desplegadas, durante tiempos prolongados y en áreas
distantes. Esto último relaciona esta área con Movilidad y Proyección.

La capacidad de las organizaciones logísticas de la Defensa, incluyendo


la industria nacional pública y privada, son de relevancia para asegurar la
disponibilidad operacional requerida de manera oportuna, eficiente y con
independencia respecto de potencias externas en situaciones de crisis.

g. Despliegue Territorial
Esta área general de capacidad tiene una especial significación para Chile.
Con ella se busca lograr la presencia efectiva de medios de la Defensa
en diferentes áreas geográficas del país. Estos cooperan con el Estado
para lograr el control de las zonas fronterizas e integridad territorial
generando soberanía efectiva, disuasión, capacidad de reacción rápida
ante emergencias, cumplimiento de tareas en tiempo de paz, y apoyo a
la acción del Estado, junto con promover el compromiso ciudadano de la
Defensa.

Lo anterior, genera la necesidad de tener presencia e influencia en las


áreas de valor geoestratégico a lo largo del territorio nacional.

Implica contar con fuerzas desplegadas en forma permanente en diferentes


áreas geográficas, considerando personal, infraestructura, apoyo logístico
distribuido, capacidad de información y de Mando y Control, además de
conectividad física que permita integrar las fuerzas desplegadas en todo
el territorio.

Considera, cuando por motivos estratégicos o de emergencia se requiera,


la capacidad de despliegue temporal y potenciamiento de áreas de interés.

86
III. Estrategia de la Defensa

3. Orientaciones para el Desarrollo de Capacidades Estratégicas

a. Consideraciones generales
La Defensa es un bien público puro74, los recursos para invertir en ella son
finitos y deben balancearse con las otras necesidades del Estado.

La generación, desarrollo y mantención de capacidades estratégicas es un


proceso de mediano y largo plazo, que requiere la inversión de recursos
económicos.

La determinación del nivel y tipo de capacidades estratégicas que el país


requiere, así como del grado de alistamiento operacional de los medios75,
se produce dentro de un marco delimitado por el entorno de seguridad,
los posibles escenarios de empleo y los recursos que el Estado disponga
para invertir en Defensa.

Esto implica una decisión política para establecer los niveles de riesgo
aceptables, entendiendo ese “riesgo”, como una medida de la brecha
existente entre la Defensa que idealmente Chile requiere para un escenario
de máxima demanda posible y aquella que efectivamente posee. Se
asume que no existe una solución perfecta ante la incertidumbre respecto
a escenarios futuros de empleo de los medios.

Lo ideal es que la interacción de todas las variables se produzca en


un equilibrio, donde los fines se encuentran claramente definidos, la
estrategia es coherente con esos fines, los medios son suficientes, los
riesgos aceptables, el entorno es estable, los escenarios considerados
válidos y los recursos se encuentran asegurados.

Dicho equilibrio es difícil de mantener. En efecto, si el entorno estratégico


cambia inesperadamente, esto obligará a evaluar los riesgos. Si estos
cambios afectan la seguridad del país, deberán adaptarse los medios,
modificar la estrategia o finalmente, modificar los objetivos o fines que se
han trazado.

74 Se entiende por bien público puro a aquel cuyo consumo es indivisible y que puede ser compartido por todos los
miembros de una comunidad sin exclusión.
75 Entendido como la condición temporal que habilita a una capacidad para desarrollar con eficacia y eficiencia las
operaciones que le sean inherentes. Abarca como todo a los factores de capacidad considerados en el gráfico
N°6, pág. 114, del Libro de la Defensa Nacional de Chile 2017, a saber: material, entrenamiento, recursos humanos,
organización, doctrina, infraestructura, sostenimiento, informaciones (MERODISI).

87
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

Como se señaló anteriormente, las capacidades estratégicas no se


limitan sólo a los medios materiales que componen las fuerzas, sino que
necesariamente integran otros factores tales como el entrenamiento,
los recursos humanos, la organización, la doctrina, la información, el
sostenimiento y la infraestructura, en una lógica sistémica y sinérgica.

Para sostener las capacidades es necesario una planificación que considere


todos estos elementos y su desarrollo durante todo el ciclo de vida de los
sistemas.

Las capacidades estratégicas de la Defensa deber ser evaluadas periódicamente


para verificar su coherencia con los desafíos del entorno estratégico y las
necesidades del país, y en particular, determinar si permiten cumplir con los
objetivos impuestos, del modo establecido por el Concepto Estratégico.

b. Personal y entrenamiento
Si bien las plataformas y sistemas de armas son elementos fundamentales
en el contexto de las capacidades, lo decisivo es contar con personal
profesionalmente competente, entrenado, comprometido con los valores
de la Defensa Nacional, disciplinado y organizado.

En efecto, el factor humano es un elemento fundamental en el contexto de


las capacidades estratégicas, ya que es el que finalmente opera los sistemas,
combate, toma decisiones y en general es el que otorga flexibilidad,
adaptabilidad y resiliencia, frente a un contexto aceleradamente complejo.

Para lograr lo anterior se requiere mantener un robusto sistema de


captación, educación, capacitación, entrenamiento y retención del personal
de las FF.AA. La modernización de los sistemas y las mayores exigencias
operacionales, hacen necesario contar con personal capacitado con mayor
estabilidad y permanencia, como una manera de asegurar eficiencia en la
inversión de recursos en su formación profesional y mayor eficacia en el
empleo de las capacidades estratégicas.

La efectividad y nivel de alistamiento exigido a la Defensa requiere contar


con procesos permanentes de entrenamiento de su personal, con altos
estándares de operación, eficaz y segura, de sistemas y unidades. Esto hace
necesario considerar el entrenamiento como parte integral del desarrollo
y sostenimiento de las capacidades estratégicas.

88
III. Estrategia de la Defensa

En el caso particular del Ejército, es necesario avanzar hacia una reducción


del impacto sobre la disponibilidad permanente de las capacidades que
genera la actual dependencia del Servicio Militar Obligatorio, mejorando
el balance con el sistema de Tropa Profesional y Planta.

Asimismo, resulta fundamental que el personal de las FF.AA. cuente con


un sistema integral de apoyo, acorde con sus condiciones de desempeño
y despliegue. Ello requiere considerar, como parte del desarrollo de las
capacidades estratégicas, inversiones en infraestructura de apoyo y
sostenimiento al personal.

La inversión que Chile realiza en mantener una Defensa eficaz, con fuerzas
armadas modernas, profesionales, entrenadas y equipadas para su función
principal, debe significar no sólo un beneficio de seguridad externa, sino
que además debe significar un aporte a la seguridad y desarrollo del país
en general.

En ese sentido, debe destacarse que el personal del sector Defensa es el


mejor vector de vinculación con la sociedad civil, en su labor permanente
en las diferentes Áreas de Misión y en instancias de relacionamiento
profesional y académico, que permite incrementar el conocimiento y la
conciencia sobre la Defensa en la población a la que sirve.

Adicionalmente, este personal, habiendo sido formado en valores y


aptitudes exigentes para el servicio al país en todo tiempo, continúa
representando un aporte a la sociedad después de su servicio activo
en múltiples ámbitos de actividad en la sociedad civil, lo que debe ser
entendido como una externalidad positiva de la inversión en su formación
integral.

c. Desarrollo de la Fuerza
Se define como “La Fuerza” al conjunto de medios humanos y materiales
aportados por las FF.AA. y el Estado Mayor Conjunto, organizados como
unidades militares y entrenadas para la realización de operaciones en
cumplimiento de tareas consideradas en las diferentes Áreas de Misión,
incluyendo su despliegue territorial.

“La Fuerza” como conjunto está compuesta por diferentes medios militares,
que son los elementos concretos que otorgan las capacidades estratégicas

89
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

de la Defensa. Cada uno de estos medios o fuerzas componentes puede


proveer diferentes capacidades de acuerdo con el escenario y el empleo
previsto.

Los medios o fuerzas componentes, que incluyen personal y material,


son generados, sostenidos y preparados por las diferentes instituciones
de las FF.AA., siendo entrenadas para actuar en forma conjunta por
intermedio de doctrinas y procesos dirigidos por el Jefe del Estado Mayor
Conjunto.

La Planificación de Desarrollo de la Fuerza es la formulación de las


previsiones de desarrollo en el tiempo respecto de los diferentes medios
militares o fuerzas componentes que deben ser aportados por las FF.AA. y
el Estado Mayor Conjunto, de acuerdo a las orientaciones de esta Política
de Defensa.

Ello se materializa mediante programas y proyectos de inversión asociados


principalmente a medios materiales, infraestructura y sostenimiento,
los que deben considerar el desarrollo asociado en personal, doctrina,
entrenamiento y otros que permitan alcanzar efectivamente las
capacidades estratégicas deseadas.

La planificación de desarrollo de la fuerza debe cumplir las orientaciones


para el desarrollo de capacidades estratégicas de esta Política y considerar
los siguientes factores:
i. Fuerzas actuales, capacidades estratégicas y eficacia operacional
alcanzadas, principales sistemas que las componen, nivel de
alistamiento operacional alcanzado, costos de operación, capacidad y
costo de sostenimiento, manejo de obsolescencias, eficiencia logística
y vida útil remanente.
ii. Demandas de evolución en capacidades estratégicas requeridas,
derivadas de cambios en los escenarios, en los objetivos, en las
prioridades o en la estrategia de la Defensa de acuerdo con la
orientación política superior.
iii. Marco financiero esperado en el corto, mediano y largo plazo que
permita generar y sostener la estructura de fuerzas y su evolución en
el tiempo.

90
III. Estrategia de la Defensa

La planificación de desarrollo de la fuerza quedará definida en un Plan


elaborado con un horizonte de tiempo de 12 años, que incorpore los
diferentes programas y proyectos de inversión de corto (4 años) y mediano
plazo (5 a 12 años), priorizados y programados en el tiempo, con una
visión de largo plazo, de acuerdo con las orientaciones de esta Política de
Defensa.

d. Efectividad
Una tarea prioritaria para el Ministerio de Defensa Nacional es desarrollar
y mantener capacidades efectivas de las FF.AA. que contribuyan a la
disuasión y, en caso de su empleo, permitan superioridad operacional,
que asegure las mejores probabilidades de éxito en el cumplimiento de
sus objetivos, en todo el rango de sus tareas y misiones.

Lo anterior considera mantener y mejorar las capacidades estratégicas


que sean necesarias para el efectivo cumplimiento de las distintas tareas
y misiones operacionales.

La reposición, actualización o modernización de los sistemas de armas será


evaluada en función de su contribución a estas capacidades, considerando
alternativas de soluciones materiales y no materiales, la tecnología de
avanzada y las necesidades globales de la Defensa.

Las fuerzas actuales representan un activo a considerar, pero no es


imperativa su mantención en el tiempo si es que existen otras formas
más eficientes de lograr las mismas capacidades; como tampoco si fuera
necesario invertir en otro tipo de fuerzas para generar capacidades que
permitan enfrentar los nuevos desafíos. Lo anterior debe ser ponderado
respecto de la mantención del equilibrio de los elementos de poder
nacional, con una visión de Estado.

Por lo tanto, el criterio orientador es definir capacidades a mantener o


desarrollar, por sobre el paradigma de la mantención de activos capitales o
fuerzas actuales. En función de ello, una actitud proactiva y de anticipación,
obliga a un análisis permanente de los escenarios futuros, de modo de
anticipar las capacidades debidas.

91
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

Para no degradar la efectividad de las capacidades estratégicas, en


algunos casos será necesario mantener o reemplazar ciertas plataformas
y actualizar o modernizar determinados sistemas. En otros casos, será
válido el retiro programado de plataformas o sistemas cuyos costos de
mantenimiento y operación sean ineficientes, por exceso de años de
servicio, por haber cumplido su ciclo de vida o perdido su eficacia76.

e. Polivalencia, polifuncionalidad y adaptabilidad


En el desarrollo de las capacidades estratégicas, se privilegiará la polivalencia
de los medios, la polifuncionalidad del personal y la adaptabilidad de las
estructuras de Mando y Control. Esto permite, disponer de capacidades
efectivas para su empleo en otras Áreas de Misión.

Al respecto, un factor relevante que se debe valorar para aportar en


situaciones de emergencia o necesidades de apoyo a las autoridades civiles
en tiempo de paz es el enorme potencial que representa la disponibilidad
de personal entrenado, bajo una estructura profesional, jerarquizada y
disciplinada, con la capacidad de actuar con mínimo aviso cumpliendo
tareas en apoyo al país y su población en situaciones de alta demanda.

f. Visión conjunta e integral superior


La planificación de desarrollo de la Fuerza debe considerar una visión
conjunta e integral superior, dirigida por el Ministerio de Defensa Nacional
que priorice y ordene cuáles son las fuerzas que cada institución debe
generar, velando por una composición entre los diversos elementos que
originan capacidades estratégicas, con sinergia y eficiencia.

Asimismo, las fuerzas asignadas por las ramas de las FF.AA. deben ser
capaces de operar eficaz y eficientemente en forma conjunta, bajo los
criterios de interoperabilidad y doctrina definidos por el Estado Mayor
Conjunto.

En tal sentido, el desarrollo de las capacidades estratégicas debe prever


que exista flexibilidad para disponer diferentes estructuras de mando

76 Como criterios de retiro, entre otros, podemos mencionar: “Obsolescencia Operativa” (Cuando un sistema no cumple
con los requerimientos operacionales para otorgar capacidades militares); “Obsolescencia Logística” (Cuando el
sostenimiento de un sistema se hace inaceptable por el valor asociado o es inviable por la inexistencia de soporte
logístico); “Obsolescencia Técnica” (Cuando hace referencia a la necesidad de recambio de un aparato tecnológico
simplemente por el hecho de que aparece una nueva versión de este, incluso aunque los cambios no sean
significativos, ni el producto anterior haya llegado al final de su vida útil).

92
III. Estrategia de la Defensa

adecuadas para cada tarea y escenario, de modo que sea posible


integrar fuerzas provenientes de diferentes instituciones bajo un mando
operacional único o en funciones de mando de apoyo.

Cada institución debe aportar a las capacidades conjuntas desde su


especificidad y con sus competencias principales. Algunas de estas
competencias no son exclusivas de una sola institución y, por ende, debe
buscarse un justo equilibrio en el desarrollo de éstas, a fin de evitar
duplicidad de medios y superposiciones.

Esto, además, permite identificar funciones comunes a más de una


institución, en los ámbitos de entrenamiento y logística, que pueden ser
abordadas desde una perspectiva conjunta que la enriquezca y haga más
eficiente.

g. Tecnología e Industria de Defensa


La planificación de desarrollo de capacidades estratégicas debe considerar
el empleo de tecnología de punta que ayude a lograr superioridad
operacional, como elemento potenciador de fuerzas, así como para lograr
mayor eficiencia en aspectos de sostenimiento y desarrollo.

La tecnología de avanzada no sólo debe procurarse para las plataformas y


sistemas de armas, sino también para los sistemas y procesos de toma de
decisiones que exigen un manejo de grandes volúmenes de información
en tiempos acotados, generalmente no factibles de procesar por la mente
humana en los tiempos requeridos.

En ese sentido, deben introducirse tecnologías y algoritmos asociados a la


robótica, inteligencia artificial, análisis de datos, vehículos no tripulados,
nanotecnología, tecnología de materiales, ciencias sociales entre otras.

La inversión en investigación, desarrollo e innovación tecnológica para la


Defensa requiere integrar a científicos, técnicos, Universidades y Centros
de Investigación nacionales, de manera de contribuir al desarrollo del país.
Se trata de generar una masa crítica altamente capacitada por medio del
desarrollo de una industria nacional de Defensa que genere externalidades
positivas sobre la economía, el empleo calificado, el desarrollo científico-
tecnológico, y la independencia de proveedores externos entre otros
beneficios.

93
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

Para asegurar el uso eficiente de la tecnología se requiere el diseño e


implementación de medidas que provean de educación, capacitación y
entrenamiento acorde a los desafíos que representan.

Al mismo tiempo, se debe considerar el evitar generar vulnerabilidades


producto de dependencias tecnológicas y prever las complejidades que
éstas puedan producir en operaciones en escenarios y tareas en donde
no se cuente con el soporte adecuado, generando alternativas que
den continuidad operacional en caso de una degradación del soporte
tecnológico avanzado.

En este sentido, las Empresas Estratégicas de Defensa (FAMAE, ASMAR y


ENAER) representan un elemento clave, en primer lugar, para el sostenimiento
logístico integral de los sistemas de las FF.AA. y, adicionalmente, contribuir
a la investigación, innovación, desarrollo y producción de equipamiento
militar o con uso dual, lo que permitirá alcanzar niveles mínimos de
autonomía nacional.


Lo anterior requiere una definición superior de las líneas de desarrollo, el
direccionamiento de los esfuerzos y de sus prioridades.

h. Capacidades espaciales de Defensa


Las capacidades espaciales de Defensa buscarán avanzar en la autonomía
y soberanía de las operaciones espaciales del país, que favorezca el acceso
y empleo del espacio como un dominio que contribuya a la gestión del
territorio, al desarrollo y a la seguridad nacional.

Dentro de estas capacidades, el énfasis estará en el desarrollo de


programas de diseño, construcción, implementación y explotación de
sistemas espaciales e infraestructura terrestre asociada que permitan, al
final de la década, contar con una constelación propia de satélites con
múltiples sensores.

En estos programas, se buscará mantener o incrementar aquellas
capacidades que confieran a Chile un grado de autonomía en las áreas
de observación de la tierra, teledetección y comunicaciones satelitales.
Además, se buscará incursionar en el desarrollo de otras áreas de
aplicación satelital, tales como posicionamiento y navegación y estudio
del clima espacial, así como en capacidades de lanzamiento, control

94
III. Estrategia de la Defensa

de los elementos que orbitan la tierra y en tecnologías de información


geoespacial, en forma conjunta con la actividad científica nacional y la
cooperación internacional.

Complementariamente, se buscará desarrollar una gestión estatal


autónoma y soberana de datos geoespaciales, aprovechando al máximo
la disponibilidad de información tanto propia como de terceros, no sólo
para las necesidades de la Defensa, sino también para aportar a la gestión
de emergencias y al progreso y desarrollo científico tecnológico del país.

i. Capacidad para generar Inteligencia


Una prioridad de la Defensa es contar con una arquitectura y sistemas
eficaces e integrados de obtención y análisis de información útil, esto
es Inteligencia, tanto para apoyar los procesos de conducción y toma de
decisiones en todos los niveles, así como para contribuir a evitar sorpresas
estratégicas, habilitando una postura proactiva y con visión de mediano y
largo plazo.

Esto incluye inversiones en capital humano, infraestructura, equipamiento


y tecnología, como asimismo la adaptación de los procedimientos y la
evolución hacia centros de análisis y fusión de información con alta
prioridad en el nivel conjunto e interagencial, que sean consecuentes con
el alistamiento operacional previsto para las capacidades estratégicas
definidas.

j. Capacidades de Ciberdefensa
Considerando el aumento de la condición de riesgo por el uso hostil
del ciberespacio, sumado a la mayor dependencia y relevancia de este
dominio debido a la transformación digital y tecnológica, se dará alta
prioridad al desarrollo de la ciberdefensa, en concordancia con la Política
de Ciberdefensa, y con medidas tales como:
1. Aumentar la ciberseguridad de la infraestructura crítica de información
propia, para resguardar la confidencialidad, la integridad y la
disponibilidad de sistemas y redes de comunicaciones, mando y control
y sistemas de armas.
2. Aumentar las capacidades de efectuar ciberoperaciones (empleo de las
capacidades ciber con el propósito de alcanzar objetivos en o mediante
el uso del ciberespacio), ya sea en forma separada o como respaldo de

95
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

las operaciones militares tradicionales, explotando las vulnerabilidades


de potenciales agresores en sus redes y sistemas de información.
3. Contribuir a la ciberseguridad de la infraestructura crítica del Estado.
En este último sentido, las capacidades de ciberdefensa deben actuar
en forma sinérgica y coordinada con el resto de las capacidades de
ciberseguridad del Estado, además de cooperar con otros países amigos
en aspectos de intercambio de información y apoyo mutuo.
4. Generar competencias en el capital humano, tanto especializado como
en los niveles de toma de decisiones.
5. Avanzar en la adecuación de las organizaciones, generar doctrinas
de empleo actualizadas e incorporar entrenamiento avanzado en el
empleo del ciberespacio como nuevo dominio, incluyendo la creación
de un Comando Conjunto de Ciberdefensa y un CSIRT de la Defensa
dependientes del Jefe de Estado Mayor Conjunto.
6. Mantener un grado de alistamiento operacional permanente, pero
escalable a las necesidades que surjan del entorno de la Defensa y de
la seguridad del país.

k. Capacidad para enfrentar amenazas híbridas


Dado el carácter híbrido de potenciales amenazas en el entorno de la
Defensa, queda establecida la necesidad de disponer de capacidades
estratégicas que presenten un obstáculo disuasivo y desarticulador, para
evitar la combinación disruptiva de modos y medios que dichas amenazas
presentan.

No es posible enfrentar amenazas del tipo híbrido desde un enfoque


tradicional del empleo de los elementos del poder nacional y en ese
sentido, la Defensa tiene la obligación de explorar aproximaciones
estratégicas novedosas y la responsabilidad de coordinar y fusionar los
esfuerzos de, a lo menos, ciberdefensa, inteligencia, operaciones especiales
y, fundamentalmente, la capacidad de maniobrar en el ambiente de la
información, dada la disputa por la superioridad de influencia en el
dominio cognitivo del conflicto.

96
III. Estrategia de la Defensa

Lo anterior debe considerar el desarrollo de nuevas capacidades y medidas


para enfrentar este tipo de potenciales amenazas, incluyendo:
1. Incrementar la coordinación interagencial en materias tales como
ciberseguridad, inteligencia y cooperación internacional. Esto debe
incluir la coordinación entre Defensa, policías, extranjería y aduanas.
2. Potenciar y aumentar las capacidades de operaciones en ambientes
multidominio, con especial énfasis en el dominio cognitivo o de la
información, y la integración de fuerzas altamente entrenadas con
capacidad de maniobra en el ambiente de la información y escenarios
de amenaza híbrida.
3. Potenciar las capacidades de anticipación, elaboración de escenarios y
doctrina, alistamiento operacional y respuesta, entrenamiento conjunto
e interagencial para operar en ambiente híbrido.

Estas capacidades deben ser desarrolladas con el entendimiento de que


las amenazas de carácter híbrido tienen el potencial de actuar en todo
tiempo, desde diversos orígenes, con efectos aparentemente inconexos,
intentando quebrar la distinción entre lo interno y lo externo, dificultando
la atribución y explotando todas aquellas brechas que pudieran producirse
en la integración y sincronización de los esfuerzos del Estado. Por tanto,
el enfoque político y estratégico son claves para generar soluciones
integradas.V.

97
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

IV. CONDUCCIÓN DE LA DEFENSA NACIONAL, AVANCES Y DESAFÍOS

A. Introducción
B. Conducción política de la Defensa como Instrumento Militar
C. Conducción política Institucional
D. Conocimiento y valoración de la Defensa Nacional

98
IV. Conducción de la Defensa Nacional

IV. CONDUCCIÓN DE LA DEFENSA NACIONAL, AVANCES Y


DESAFÍOS

A. Introducción

La seguridad y la defensa del país y de sus habitantes es una función


básica e irrenunciable del Estado, el que tiene además el monopolio
legítimo de la fuerza.

Es el Estado, a través de sus autoridades y estructuras organizacionales, el


que debe organizar, dotar de medios adecuados y establecer los objetivos
a las FF.AA. que, como indica la Constitución de la República, existen para
la defensa de la Patria y son esenciales para la seguridad nacional.

La Defensa Nacional, como sistema, incluye el Ministerio de Defensa


Nacional, las Instituciones de las FF.AA., organismos dependientes y
otros organismos relacionados. La conducción superior de la Defensa
corresponde al Jefe de Estado, esto es, el Presidente de la República,
teniendo como colaborador inmediato al Ministro de Defensa Nacional,
además de una estructura de control y supervisión por parte de los otros
poderes del Estado.

La conducción de la Defensa se ejerce luego a través de niveles ministeriales,


conjuntos, institucionales, operacionales y tácticos, los que requieren para
su correcta y eficaz ejecución y administración una orientación clara de
nivel político, objetivo al cual contribuye la presente Política de Defensa.

Esta Política recoge el avance de las últimas décadas en sucesivos


Libros de la Defensa y permite avanzar en definiciones que apunten a
la modernización y adaptación de la Defensa a los nuevos escenarios
mundiales, regionales y nacionales.

En la presente Política se han definido los principios que guían a la


Defensa Nacional y la postura de nuestro país al respecto, se ha analizado
el entorno para la Defensa en aspectos de territorio tricontinental de Chile,
el entorno global de seguridad con nuevas amenazas y oportunidades y
las regiones geográficas de interés para la Defensa, para continuar con
la aproximación estratégica de la Defensa. Esta última ha establecido

99
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

y relacionado los objetivos que derivan en Áreas de Misión, los medios


que a este nivel se denominan capacidades estratégicas y el concepto
estratégico de empleo de la defensa en cada una de las cinco Áreas de
Misión.

El concepto de Áreas de Misión no es nuevo, y da cuenta de la evolución


en los conceptos de seguridad y defensa, en que la seguridad externa e
interna no tienen fronteras estancas, y en que el concepto de defensa
de la soberanía incluye la protección de los habitantes ante nuevas
amenazas emergentes y la defensa de la independencia política, condición
indispensable para la democracia, el Estado de Derecho y el respeto a los
Derechos Humanos, el desarrollo y el crecimiento que benefician a todos
nuestros compatriotas.

En ese sentido, la Política ha definido que las Áreas de Misión incluyen la


Defensa de la soberanía e integridad territorial, la seguridad e intereses
territoriales en nuestro país, la cooperación internacional y apoyo a la
política exterior, la participación en el sistema de emergencia nacional
y protección civil y, finalmente, la contribución al desarrollo nacional y
apoyo a la autoridad civil.

La conducción superior de la Defensa incluye tanto la conducción política


del instrumento militar como la conducción política Institucional del sector
Defensa. En ambas áreas de la conducción se han registrado avances en
los últimos años y también se presentan importantes desafíos como se
indica a continuación.

100
IV. Conducción de la Defensa Nacional

B. Conducción política de la Defensa como Instrumento


Militar

Como se ha definido anteriormente, la Defensa provee el instrumento


militar del Estado para su empleo integrado en una estrategia nacional,
junto a otros instrumentos de poder e influencia, dirigidos por el Presidente
de la República.

En tal sentido, se hace necesario actualizar, institucionalizar y dar


permanencia a los mecanismos de asesoría y apoyo permanente al
Presidente de la República para el proceso de toma de decisiones respecto
a materias que afectan la seguridad nacional, en donde la Defensa es uno
de los componentes que debe actuar muy integrado y coordinado con el
resto de las capacidades o instrumentos de poder del Estado.

La conducción política del instrumento militar, como parte de la conducción


estratégica nacional, está destinada a lograr tanto la disuasión y la
obtención de los objetivos políticos en una crisis o conflicto internacional,
además de la preparación y empleo eficaz y eficiente de las FF.AA. en todas
las demás Áreas de Misión que, en el caso de Chile, son indispensables
para su seguridad y desarrollo.

Lo anterior ha puesto en relevancia el rol del Ministro de Defensa como


el colaborador directo del Presidente de la República en el empleo del
instrumento militar, como parte de una estrategia nacional. El Ministro
de Defensa Nacional ha asumido también, por delegación del Presidente,
la función de orientar, organizar y disponer en tiempos de normalidad
el empleo operacional de las FF.AA. para las diferentes tareas, lo que
representa un desafío organizacional e institucional en evolución.

La conducción superior ministerial en este ámbito se ha materializado


mediante planes, directivas e instrucciones ministeriales en áreas de
empleo de la fuerza en situaciones de crisis, emergencias, cooperación
internacional, operaciones de paz, operación antártica, ciberdefensa y
apoyo a otras autoridades civiles o policiales, los que orientan el proceso
continuo de planificación en dichas áreas.

101
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

En los últimos años se ha fortalecido la capacidad de conducción estratégica


conjunta en las fases de planificación, ejecución y control para escenarios
de empleo en diferentes Áreas de Misión. Esto, a su vez, ha permitido
orientar la definición de capacidades estratégicas, la planificación del
desarrollo de la Fuerza y la programación de inversiones en Defensa.

Sin perjuicio de lo avanzado en los últimos años, se ha asumido el desafío


de continuar profundizando la visión y conducción conjunta de las FF.AA.,
en particular respecto a las capacidades y atribuciones del Jefe de Estado
Mayor Conjunto y su Estado Mayor, destacando los siguientes aspectos:
a. Planificación operacional para diferentes escenarios de empleo.
b. Ejecución del mando y control operacional de las fuerzas asignadas
a las operaciones77 en tiempo de normalidad o de crisis o conflicto
internacional.
c. Control del grado de alistamiento operacional de las FF.AA. para
diferentes escenarios de empleo en las Áreas de Misión de la Defensa.

El Jefe del Estado Mayor Conjunto tiene un rol de principal asesor militar
del Ministro de Defensa Nacional en los procesos de planificación de
desarrollo y empleo de las Fuerzas78, labor que debe seguir potenciándose
con el reforzamiento del Estado Mayor Conjunto en tareas de asesoría
al más alto nivel, junto a la participación institucional de la Junta de
Comandantes en Jefe para asesorar al Ministro en los aspectos que
establece la Ley N° 20.424.

77 La ley 20.424 Estatuto Orgánico del Ministerio de Defensa Nacional describe que el Presidente de la República
asignará la conducción estratégica de los medios asignados al Jefe del Estado Mayor Conjunto en caso de guerra
exterior o crisis internacional que afecte la seguridad exterior. En su art. 26, a su vez, establece que el Jefe del
Estado Mayor Conjunto ejercerá el mando militar de las fuerzas terrestres, navales y aéreas y conjuntas asignadas
a las operaciones, en conformidad a la planificación secundaria de la Defensa Nacional. En su art. 27 establece
además que el JEMCO ejercerá el “mando de las tropas y medios nacionales que participen en misiones de paz” en
el rol de Autoridad Militar Nacional. Para ello, de acuerdo a la Constitución Política de la República, el Presidente
de la República puede disponer de las fuerzas de aire, mar y tierra, organizarlas y distribuirlas de acuerdo con las
necesidades de la seguridad nacional. Esto implica que la asignación de fuerzas al JEMCO u otra autoridad militar
(por ejemplo, un Jefe de la Defensa Nacional en Estado de Excepción constitucional) es prerrogativa del Presidente
de la República, quien puede disponer la definición, forma, tiempo y grado de delegación de autoridad para estos
efectos.
78 Ley 20.424, en art. 26 señala “El Jefe del Estado Mayor Conjunto dependerá del Ministro de Defensa Nacional, de quien
será asesor directo e inmediato en todo lo que diga relación con el desarrollo y empleo conjunto de la fuerza”.

102
IV. Conducción de la Defensa Nacional

Lo anterior, debe ser complementado con el avance en la transformación


del actual Centro de Operaciones de la Defensa (C.O.D.) hacia un estándar
de Puesto de Mando y Control Conjunto Permanente que permita tanto la
conducción operacional, como el apoyo a la dirección o asesoría de nivel
ministerial en todo tiempo.

Estas capacidades no deben limitarse sólo al Estado Mayor Conjunto


sino, en general, deben seguir aumentando a nivel de todos los mandos
operacionales de las instituciones de las FF.AA., quienes deben estar en
condiciones de conducir operaciones en todas las Áreas de Misión, teniendo
bajo su control fuerzas aportadas por las diferentes instituciones de las
FF.AA. Este es el caso, por ejemplo, de los Jefes de la Defensa Nacional en
situaciones de excepción Constitucional, o de los Comandantes Conjuntos
para operaciones específicas en tiempo de paz o en crisis.

En ese sentido, se deberá continuar avanzando en aspectos doctrinales y


procedimentales para la asignación y traspaso del control operacional de
unidades de las FF.AA. a diferentes Comandantes operacionales, a los que
se asigne una misión específica, de manera de lograr sinergia y efectividad
en el empleo de las capacidades de las FF.AA. bajo una conducción
operacional conjunta79.

La conducción de la Defensa debe ser capaz de anticiparse, adaptarse y


responder de manera eficiente y oportuna a los desafíos de seguridad
presentes y futuros. En particular, esto es aplicable a las nuevas amenazas
a la seguridad nacional, que van más allá de las convencionales, tales
como las de carácter híbrido y asimétrico, con actores estatales y no
estatales.

En este aspecto, el cumplimiento del rol constitucional y legal, en diferentes


Áreas de Misión, exige de las FF.AA. el empleo de la fuerza no sólo en
forma eficaz sino también legítima, siendo una responsabilidad política el
otorgar las directrices adecuadas ante escenarios complejos80.

79 Se entiende por Control Operacional la facultad delegada a un Comandante para planificar y conducir las actividades
de las fuerzas asignadas, de manera que pueda desempeñar misiones o actividades específicas limitadas por
función, tiempo y lugar.
80 Un ejemplo de ello es la promulgación por D.S. 8 de 2020 que establece las Reglas de Uso de la Fuerza para las FF.AA.
en Estados de Excepción Constitucional que indica, así como también el D.S. 285 de 2020 que imparte Normas de
Comportamiento para las FF.AA. en procesos eleccionarios que indica.

103
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

Todo lo anterior se materializa en una adaptación y transformación de


la estructura de la Fuerza, tanto en medios materiales como despliegue
territorial, doctrina, entrenamiento y capital humano, que nos permitan
otorgar las capacidades necesarias para enfrentar escenarios cambiantes.
La modernización es un proceso continuo que debe ser dirigido desde el
más alto nivel de la conducción política de la Defensa.

104
IV. Conducción de la Defensa Nacional

C. Conducción política institucional

La conducción política institucional de la Defensa es la conducción superior


de las instituciones de las FF.AA. y organismos dependientes del Ministerio
por parte del Ministro de Defensa Nacional, siguiendo las instrucciones del
Presidente de la República, orientada a obtener los objetivos de desarrollo
en personal, material, infraestructura, alistamiento operacional, control de
gestión y fiscalización superior, entre otros, para lograr un Defensa eficaz,
capaz de cumplir con su función constitucional y legal.

Esta conducción se materializa mediante esta Política de Defensa, la


Política Militar y Directivas Ministeriales, así como también mediante
diversas iniciativas legales y administrativas.

En el ámbito legislativo destaca la promulgación de la ley que establece un


nuevo mecanismo de financiamiento de las capacidades estratégicas de la
Defensa Nacional81, el que será complementado por un nuevo sistema de
compras e inversiones para estas capacidades82.

En el ámbito de control de gestión y transparencia, el Ministerio de Defensa


ha asumido un rol activo en la fiscalización y el control de la gestión
integral a nivel central, existiendo planes con medidas concretas que se
están aplicando en los ámbitos de probidad, transparencia y auditoría
destacando la promulgación de una Ley sobre información y rendición de
cuentas de gastos reservados83, y la Agenda de Probidad y Transparencia
del Ministerio de Defensa Nacional84 .

El entorno mundial y nacional, con fuertes restricciones producto de la


situación económica derivada de la pandemia por COVID-19, ha puesto
relevancia al proceso iniciado para mejorar el modelo de financiamiento
para la operación, sostenimiento e inversión en Defensa, con planificación de
mediano y largo plazo que oriente los presupuestos anuales y cuatrienales.

81 La Ley N°21.174, de 2019 que “Establece nuevo mecanismo de financiamiento de las Capacidades Estratégicas de la
Defensa Nacional”, promulgada el 10 de septiembre de 2019 y publicada el 26 del mismo mes.
82 Boletín 13563-02 del 04 de junio de 2020, que se encuentra en Primer Trámite Constitucional / Senado.
83 Ley N° 21.211 sobre “Información y Rendición de Cuentas de Gastos Reservados”, publicada el 4 de febrero de 2020
en el Diario Oficial de Chile.
84 Convenio con la Contraloría General de la República concentrado en las áreas más críticas de las FF.AA.; un nuevo
Reglamento de Pasajes y Fletes; el Registro Único de Proveedores de la Defensa; el funcionamiento del Comité de
Auditoría Externa, que asegure una correcta definición de matrices de riesgos, revise los procesos de auditoría
internos y controle la ejecución de los planes de acción de mejora y mitigación de riesgos, entre otros.

105
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

Al respecto es destacable el trabajo realizado a nivel ministerial para


orientar en forma superior y centralizada los esfuerzos en Investigación,
Desarrollo e innovación, la industria de Defensa, el programa satelital
nacional y el programa antártico nacional, entre otros.

En materia de proyectos de adquisición, junto con la mayor exigencia


en los procesos de evaluación ministerial respecto a iniciativas de
inversión, se ha puesto en marcha un nuevo proceso de seguimiento
desde el punto de vista de los resultados obtenidos, para asegurar que
las decisiones de inversión se reflejen en forma efectiva en objetivos
logrados. Este seguimiento incorpora controles de avance de acuerdo al
programa establecido en la autorización de gasto y se realiza en forma
complementaria al control administrativo asociado a la inversión de los
recursos fiscales.

En el mismo orden de ideas, fortalecer la integración de proyectos de


inversión, orientando hacia la interoperabilidad, la logística común en todo
lo posible, la reducción de costos por economía de escalas, la integración
de la industria militar a las soluciones de manera eficiente, entre otras
acciones.

En el ámbito del control de gestión, se deberá continuar perfeccionando los


procesos de información y control interno de nivel ministerial para asegurar
el buen empleo de los recursos fiscales por parte de las FF.AA. y el del
sector Defensa, cautelando la eficacia, eficiencia, legalidad, transparencia
y probidad en concordancia con los objetivos de la modernización del
Estado.

El personal de las FF.AA. es el activo más importante de la Defensa y
representa la base de las capacidades estratégicas que el país requiere,
por lo que esta Política de Defensa debe orientar a la Política Militar a
considerar los incentivos necesarios para captar, formar y retener hombres
y mujeres con sólidos valores morales, competentes profesionalmente y
comprometidos con el país y su Defensa.

En estos años se ha avanzado en aspectos relacionados con la administración


del personal, destacando el proyecto de ley que moderniza la carrera

106
militar85 y la profundización en temas de inclusión y no discriminación
arbitraria. En particular se reconoce el rol de la mujer y el pleno respeto
a sus derechos y oportunidades para su desarrollo personal y profesional
en la Defensa Nacional86, incorporando también las recomendaciones
asociadas a la resolución 1325 de la ONU “Mujeres, Paz y Seguridad”, que
instan a ampliar su papel en las operaciones de mantenimiento de la paz.

Adicionalmente es necesario continuar profundizando la capacitación y


preparación del personal que planifica y toma decisiones en la conducción
política y militar de la Defensa, mediante procesos de captación, formación,
inducción y retención de profesionales de buen nivel y con experiencia en
diversos ámbitos de la administración pública y de la Defensa.

85 Boletín N° 12391-02, proyecto que, el 18 de enero de 2019, se encuentra en primer trámite constitucional / C. Diputados
y Diputadas.
86 Convenio con el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género del 24 de mayo de 2018, para “Promover y velar por
el pleno y total respeto de los derechos de la mujer e implementar todas las medidas necesarias para combatir
y prevenir el acoso y la discriminación arbitraria en las instituciones de la Defensa Nacional”; la elaboración del
protocolo conjunto de las Fuerzas Armadas para la denuncia del acoso sexual y laboral y la aprobación de la ley que
amplía el fuero maternal a las funcionarias de las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad.

107
Política de Defensa Nacional de Chile 2020

D. Conocimiento y valoración de la Defensa Nacional

La Defensa Nacional de Chile es vital para brindar seguridad y contribuir


al desarrollo humano integral al cual aspiramos todos los chilenos,
quienes queremos vivir y desarrollar nuestro proyecto de vida y familiar
en un entorno nacional e internacional que nos dé seguridades, aun
ante amenazas emergentes, para las cuales siempre se contará con la
protección y apoyo de nuestras FF.AA.

Para lograr valorar y reconocer la importancia de contar con una Defensa


moderna, es necesario incrementar el conocimiento de estos temas por
parte de la sociedad civil, fomentando la participación ciudadana en
las cuestiones relacionadas con la Defensa. Asimismo, es necesario dar
seguridades respecto a la aplicación de principios de buen gobierno y
administración en su gestión, en particular cuando se trata de la inversión
de importantes recursos del Estado.

Es por ello que esta Política de Defensa no solo orienta las políticas
destinadas a la conducción superior, empleo, alistamiento operacional y
desarrollo de capacidades estratégicas, sino también permite contribuir
al conocimiento y entendimiento por parte de la ciudadanía acerca de las
FF.AA., su misión, sus roles, sus fortalezas y los desafíos que nos impone el
escenario cambiante a nivel nacional y mundial.

Esta Política, además, permite en forma transparente mostrar a la


comunidad internacional el compromiso de Chile con la paz y la
estabilidad en todas las regiones del planeta, y la voluntad de participar
activamente con nuestras capacidades, para contribuir a mantener un
entorno internacional seguro que ayude a las relaciones armoniosas y al
desarrollo de nuestros pueblos.

108
IV. Conducción de la Defensa Nacional

POLÍTICA DE DEFENSA NACIONAL DE CHILE 2020


Ministerio de Defensa Nacional
Zenteno 45
Santiago, Chile
www.defensa.cl

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POLÍTICA DE DEFENSA NACIONAL DE CHILE 2020
Ministerio de Defensa Nacional
Zenteno 45
Santiago, Chile
www.defensa.cl

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