Resolucion - Dieciocho - 2021-07 - Sentencia Apela Fundada en Parte
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4.2. Ello se corrobora con la versión del testigo Marlon Esteven Vila Poma, de la
unidad de Escuadrón de Emergencia, que ha indicado que el día y hora
indicado se hallaba en compañía del S03 PNP Becker Baldeón Matías en el
servicio de patrullaje, circunstancia en que recepcionó una llamada telefónica
y se le comunicó sobre un presunto robo, cuando se apersonó al lugar, se
hallaba una persona retenida de sexo masculino, reconociendo en el plenario
al acusado Alfredo Matamoros García, procedió a realizar el registro personal,
pero no se le encontró un objeto contundente, refiere que la agraviada
mencionó: que se encontraba transitando por la Av. Santos Villa a la altura de
la salida a palca, cuando fue interceptada por una persona de sexo masculino
quién comenzó a seguirla y luego al tener contacto físico le pidió el celular de
manera amenazadora y le hizo saber que le causaría daño y forcejearon,
agrega que elaboró el acta de intervención policial, el acta de registro
personal.
4.4. Otra prueba que guarda relevancia con los hechos es el Acta de
Inspección Técnico Policial que obra a folios dos del cuaderno de medios
probatorios, en el que, se señala: “que, constituidos al Jr. Alberto Mendoza, el
mismo que se encuentra a espaldas del reservorio, no se observa alumbrado
público ni cámaras de video vigilancia”; ante ello y teniendo en consideración
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Casación 496-2017 sobre: condición suficiente para la configuración de la amenaza inminente
en el delito de robo agravado.
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delito de Robo (de tres a ocho años), previsto en el artículo 188 del Código
Penal, sustenta su pretensión en los siguientes agravios:
5.1. El a quo no ha tenido en cuenta que el medio comisivo empleado para el
intento de la sustracción del celular, la cual habría consistido en el empleo de
la amenaza verbal: “SACO MI NAVAJA” (véase parte in fine del fundamento
32 de la sentencia), no constituye ni idónea ni eficaz para perpetrar o
consolidar el apoderamiento, resultando atípica el hecho imputado, dado
que, por un lado, no ha logrado vencer la resistencia de la agraviada y, por
otro lado, la víctima nunca ha creído la posibilidad firme de que se haga
efectivo el mal con el que se amenaza. Esto puede corroborarse con la propia
declaración de la agraviada a nivel fiscal cuando dice: “(…) A VER SACA,
PUES, VEN”. No debemos olvidar que la amenaza, conforme lo establece el
artículo 188 del Código Penal, debe ser DE PELIGRO INMINENTE PARA SU VIDA
O INTEGRIDAD FÍSICA; no basta la simple amenaza, sino aquella revestida de
idoneidad para neutralizar cualquier reacción o evitar que ponga resistencia.
Además, ha quedado probado que al sentenciado no se le encontró objeto
contundente alguno. Entonces, mal hace el Colegiado al concluir (véase
fundamento 42 de la sentencia) que la referencia a “CASO MI NAVAJA”
constituya una amenaza inminente que recae sobre la integridad corporal de
la víctima.
5.3. Que, por otro lado, el a quo ha realizado una aplicación mecánica de la
agravante “durante la noche”, ya que indica en el fundamento de la
sentencia que la oscuridad de la noche deber ser entendido en su acepción
físico y gramatical de oscuridad, siendo en el caso que la víctima fue
interceptada en el lugar donde carecía de luminosidad al no observarse
alumbrado público. Empero, la agravante “durante la noche”, a criterio de
esta parte procesal, no se configura puesto que no se advierte que el
imputado haya utilizado la oscuridad como medio facilitador para la comisión
del delito. En efecto, la calle donde sucedió los hechos es, en principio, una
calle transitable, la víctima logro observarle en todo momento, la agraviada
ha resistido porque logró observarle, lo que nos indica que la noche o la
oscuridad no ha coadyuvado a la comisión del delito. En el peor de los casos,
se revoque parcialmente y se imponga una pena acorde una pena privativa
de libertad, con carácter suspendida, en base al tipo base del delito de Robo,
previsto en el artículo 188 del Código Penal, pues, a criterio de esta parte, no
concurre la agravante.
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CONSIDERANDO:
PRIMERO.- ARGUMENTOS NORMATIVOS.-
1.1 El inciso seis del artículo 139° de la Constitución Política del Estado consagra
el derecho a la pluralidad de instancia.
El artículo 425 numeral 2 del Código Procesal Penal –en adelante CPP- señala
“La Sala Penal Superior sólo valorará independientemente la prueba actuada en
la audiencia de apelación, y las pruebas pericial, documental, preconstituida y
anticipada. La Sala Penal Superior no puede otorgar diferente valor probatorio a
la prueba personal que fue objeto de inmediación por el Juez de primera
instancia, salvo que su valor probatorio sea cuestionado por una prueba actuada
en segunda instancia.”
El artículo 409° del CPP, precisa que: “La impugnación confiere al Tribunal
competencia solamente para resolver la materia impugnada, así como para
declarar la nulidad en caso de nulidades absolutas o sustanciales no advertidas
por el impugnante”.
El artículo 419° del CPP, establece que: “1. La apelación atribuye a la Sala Penal
Superior, dentro de los límites de la pretensión impugnatoria, examinar la resolución
recurrida tanto en la declaración de hechos cuanto en la aplicación del derecho.
2. El examen de la Sala Penal Superior tiene como propósito que la resolución
impugnada sea anulada o revocada, total o parcialmente. En este último caso,
tratándose de sentencias absolutorias podrá dictar sentencia condenatoria (…)”
1.4. Resulta además claro que conforme lo establece el artículo 393.2 del CPP,
“El Juez Penal para la apreciación de las pruebas procederá primero a
examinarlas individualmente y luego conjuntamente con las demás. La
valoración probatoria respetará las reglas de la sana crítica, especialmente
conforme a los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los
conocimientos científicos”. --------------------------------------------------------------------------
Circunstancias Concomitantes:
Estando a ello, en circunstancias que Nohely Catherine Ramos Alanya se
encontraba a la altura del Jr. Alberto Mendoza con intersección de la Av.
Santos Villa (salida de Palca) distrito de Ascensión de la ciudad de
Huancavelica, el acusado Alfredo Matamoros García la interceptó por la
espalda sujetándola del cuello y amenazándola de muerte diciendo:“ya
perdiste”, dame el celular”, “voy a sacar punta, cuchillo, navaja sino me das tu
celular” por lo que la agraviada Nohely Catherine Ramos Alanya puso
resistencia a fin de que no le sustraiga su celular, comenzando a forcejear
ambos, no logrando anular la defensa de la agraviada.
Circunstancias Posteriores:
Es así que, en dichos momentos la agraviada Nohely Catherine Ramos Alanya
fue auxiliada por los transeúntes quienes le propinaron golpes de puño al
acusado a la altura del rostro de Alfredo Matamoros García, logrando con
ello, que el acusado no llegue a sustraer su teléfono celular a la agraviada, el
mismo que fue retenido hasta que llegasen los efectivos de la central de
emergencia “105” entre ellos Marlon Esteven Villa Poma y Becker Jesús
Baldeón Matías, quienes condujeron al acusado Alfredo Matamoros García a
la comisaría PNP – Huancavelica.
2.2.6. Conforme al Art. VIII del título preliminar del Código penal respecto a la
proporcionalidad de la pena, precisa que la pena no puede sobrepasar la
responsabilidad por el hecho”, asimismo el inciso 22) del artículo 139 de la
Constitución Política del Estado ampara el principio constitucional de
reincorporación del penado a la sociedad, bajo ese marco se debe tener en
cuenta lo siguiente respecto a las condiciones personales del agente: 1) el
acusado Alfredo Matamoros García cuenta con educación secundaria (1er
año), 2) contaba con 22 años de edad a la fecha de comisión de los hechos,
con un proyecto de vida que se verían truncados durante diez años por su
accionar ilícito; 3) asimismo no cuenta con antecedentes penales, que
evidencien que lo hagan proclive a este tipo de delitos; señala contar con un
padre discapacitado aunque objetivamente no lo ha acreditado; ahora bien
con respecto a las circunstancias que rodean al hecho tenemos: 1) el
acusado cometió el delito de robo agravado el cual quedó en grado de
tentativa, es decir no logró un aprovechamiento del bien; 2) Para la ejecución
de la acción utilizó la amenaza contra la víctima y el forcejeo, la víctima
señala que no observó algún arma cortante (navaja), asimismo del acta de
intervención policial y del registro personal no se le halló arma que pudo haber
utilizado para la comisión del delito, 3) asimismo se verifica que la víctima no
presenta ninguna lesión o daño corporal acreditado con certificado médico
producto de la acción desplegada por el agente; y 4) el hecho lo cometido
solo sin la participación de otras personas que hayan incrementado el riesgo a
la víctima.
que a su vez se sustenta en opciones que el sujeto puede tener para conducir
su vida y alcanzar el destino que se propone". Se trata de opciones que el ser
humano, en cuanto libre, escoge entre una multitud de posibilidades
existenciales. La opción u opciones que el hombre elige son aquéllas que le
han de permitir, como apunta el fallo, a "conducir su vida y alcanzar el destino
que se propone". En otros términos, la Corte estima que en el "proyecto de
vida" está en juego nada menos que el destino del ser humano; es decir, lo
que libremente ha decidido ser y hacer de su vida”. En el presente caso el
acusado, conforme se ha advertido es una persona joven a la fecha de
comisión, contaba con 22 años de edad, es un agente primario, y con una
proyección de vida algo aletargada porque se verifica no haber concluido la
secundaria, sin embargo cuenta aun con la oportunidad de retomarla, y
privándole de su libertad durante diez años no resultaría ajustado a lo
efectivamente ejecutado por éste; si bien el acusado, debe asumir las
consecuencias de su conducta desplegada con conocimiento y voluntad, se
debe tomar en cuenta para imponer una pena, que se encuentre bajo los
alcances de lo justo y proporcional a la conducta desplegada por este, y los
efectos causados.
2.2.8. A efectos de verificar si la pena impuesta por el Colegiado cumple con
los principios de Proporcionalidad y Razonabilidad, en este tipo de casos el
Tribunal Constitucional ha señalado “que ninguna de las finalidades
preventivas de la pena podría justificar que exceda la medida de la
culpabilidad en el agente, la cual es determinada por el juez penal a la luz de
la personalidad del autor y del mayor o menor daño causado con su acción a
los bienes de relevancia constitucional protegidos. Pero a su vez, ninguna
medida legislativa podría, en un afán por favorecer ‘a toda costa’ la libertad
personal, anular el factor preventivo como finalidad de la pena a imponerse.
En tales circunstancias, lejos de ponderar debidamente los distintos bienes
protegidos por el orden constitucional, se estaría quebrando el equilibrio social
que toda comunidad reclama como proyección de la Constitución material”
(STC 0019-2005-PI/TC, fundamento 41). Si, así entendido, el principio de
proporcionalidad de las penas es un valor constitucional, y el artículo 138º de
la Constitución, establece que “[l]a potestad de administrar justicia (…) se
ejerce por el Poder Judicial (…) con arreglo a la Constitución”, existe una
presunción de que el quántum de las penas privativas de libertad impuestas
por el juez penal guarda una relación de proporcionalidad con el grado de
afectación del bien constitucional a que dio lugar la realización de la
conducta típica (STC 0012-2010-PI/TC, fundamento 3).
2.2.9. Estando a ese marco de interpretación de la ley penal, bajo los Principios
que regulan la determinación Judicial de la Pena, y las circunstancias del caso
en concreto, se verifica que en efecto la pena impuesta por el Colegiado A
quo, han resulta excesiva y desproporcional, tomándose en cuenta además
la causal de disminución de punibilidad como es la tentativa que concurre en
este caso, precisando el Art. 16 del Código Penal que el Juez la reprimirá
disminuyendo prudencialmente la pena, siendo así verificándose además que
bajo el principio de lesividad contenido en el Art. IV del Título Preliminar la pena
necesariamente precisa la lesión o puesta en peligro de bienes jurídicos
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TÓMESE RAZÓN Y HÁGASE SABER.- Juez Superior Ponente: señora María Rosa
Espinoza Mejía.- ------------------------------------------------------------------------
S.S
ARRUE CACHAY
MACHUCA TORRES
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Voto singular del Magistrado Supremo Prado Saldarriaga en la Casación N°66-2017-
JUNIN.