Cómo Dar Fruto

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Tema: “Cómo dar fruto”.

Cita base: Juan 15:1-8. 1. Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 2. Todo pámpano que en mí
no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. 3. Ya vosotros
estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano
no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en
mí. 5. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto;
porque separados de mí nada podéis hacer. 6. El que en mí no permanece, será echado fuera como
pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. 7. Si permanecéis en mí, y mis palabras
permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. 8. En esto es glorificado mi Padre, en
que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.

Propósito General: Adoración


Propósito Específico: Que los presentes comprendamos que dar fruto es llevar una vida dirigida por el Espíritu
Santo y que glorifica a Dios.

Introducción: El Padre espera crecimiento de parte de sus hijos, Él sentó las bases para que todos lo pudiéramos
hacer. Nos ha dado a su Espíritu, nos ha dado a conocer su Palabra y Por medio de Cristo venció al pecado para
que éste ya no tuviera más poder sobre los que han creído.

Veamos: Cómo dar fruto:


I. Significa actuar con la guía del Espíritu Santo.
a) Al reflejar sus virtudes o características. Gálatas 5:22-23. “22Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo,
paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”

El mejor carácter es el que forma el Espíritu de Dios en nuestras vidas. El carácter más excelente tiene cuando
menos nueve virtudes o cualidades: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y
templanza. Todas estas virtudes constituyen el fruto del Espíritu. Este fruto es el resultado de la ayuda sobrenatural
del Espíritu Santo; cuando abandonamos nuestra mala manera de vivir o la vida antigua sin Dios y decidimos
vivir la nueva vida en Cristo Jesús apegados totalmente bajo la guianza del Espíritu y su Palabra; lo que hace
posible que desarrollemos un carácter que refleje el carácter de Cristo. Es fruto del Espíritu porque es el Santo
Espíritu quien lo forma en nosotros. Sobre todo se desarrolla el carácter al someternos a la autoridad de Dios.
Todas las autoridades habrán de dar cuentas a Dios de acuerdo a su encomienda o cómo hayan ejercido o
practicado la autoridad que Dios les confirió. Y los que vivimos bajo autoridad daremos cuenta de acuerdo a cómo
nos sometimos a nuestras autoridades.

Romanos 13:1-2 y 5 “1Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino
de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.2De modo que quien se opone a la autoridad,
a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. 5Por lo cual es
necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia.”

b) Al ser llenos del Espíritu Santo. Efesios 5:18 “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución;
antes bien sed llenos del Espíritu,”

Este fruto del Espíritu se desarrolla en la medida en que nuestra comunión con Cristo Jesús crece. Para esto es
necesario permanecer en Cristo, en su Palabra, en sujeción, firmes y unidos a Él, mantenernos en su Presencia
llenándonos continuamente de su Espíritu, es decir, que todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, esté en armonía
con su voluntad y adorando en espíritu y verdad. Una característica de las bebidas alcohólicas es que pueden
hacer perder el control a la persona que las consume, tanto que no logran recordar lo que hicieron. Así sucede con
todo lo que no proviene de Dios, porque el enemigo en su astucia desea controlar a los cristianos. Dios nuestro
Padre no es así, su deseo no es controlar para que la persona no sea consciente de sus actos, el Espíritu Santo guía,
te conduce a la verdad, así que es responsabilidad de cada uno, que su Presencia no la menospreciemos, no la
contristemos, no la ignoremos y no la resistamos.
b) Al guardar su Palabra. Juan 15:10. “Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así
como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.”

Guardar la Palabra no es ponerla debajo de algo o dentro de un cajón. Guardar es atesorar, amar. La Palabra de
Dios debe estar siempre presente porque será indispensable en el tiempo o la hora en que tendremos que tomar
decisiones. Es cuando la aplicaremos de manera completa y no solo tomaremos parte de ella porque estaríamos
alterándola. La Palabra es para obedecerla, vivirla en amor y así, ir creciendo, madurando según Dios quiere que
lo hagamos; La Palabra refleja el amor del Padre, por lo que todo lo que está escrito es para bien de sus hijos,
porque todos los pensamientos de Dios son de bien para con sus hijos. No hay ninguna intención de perjudicar
sino de bendecir.

Cómo dar fruto:


II. Significa que tu vida es bendecida
a) Por Dios a través de Cristo. Juan 15:1 “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador”

Estar en Cristo significa depender de Él, que se están tomando sus principios y mandamientos, así como su
ejemplo, para llevar una vida justificada. Es lo que hacen las ramas de la vid que dan fruto, que es la uva, necesitan
del tronco principal porque es donde están todos los nutrientes necesarios para que puedan crecer y ser fuertes.
Así Jesucristo es la fuente, el sustento, para todo cristiano que busca desarrollar una vida justificada por el mismo
Señor. El Señor Jesús provee su sacrificio, su Espíritu Santo, ha presentado al Padre, ha dado su Palabra, instituido
a la familia y a la Iglesia, da su paz, su amor, su misericordia, su gracia, milagros, dones y ministerios, etc. Todo
lo que ha provisto Cristo es para bien, para que la vida de sus hijos, cada día, se asemeje al varón perfecto, es
decir a Él.

b) Por su misericordia fuimos habilitados. Efesios2:12 “En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la
ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.”

Sin el perdón de pecados no es posible ser ciudadano del Reino de Dios y por lo tanto tampoco acceder a la vida
plena o completa planeada por Dios. Solo creyendo en Cristo serán borrados los pecados de quien así lo haga, y
como consecuencia formará parte del pueblo de Dios. Entonces es necesario creer en Cristo y en su mensaje de
salvación, que Él vino a ésta tierra a dar esperanza derramando su sangre para perdón de pecados y el que cree su
mensaje tiene la bendición de que el Padre hará que dé fruto, que su vida sea moldeada conforme a la de Cristo.

Juan 15:2-3. “2Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará,
para que lleve más fruto. 3Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.”

Quien ha creído realmente en Jesucristo, puede estar seguro que su vida cambiará para ser mejor según el Padre.
Nada, por sí mismo, tiene la capacidad de hacer que no se cumpla la obra de Dios en cada uno. Esto es debido a
su misericordia, aunque nadie la merezca, Cristo murió para darnos nueva vida.

c) Por permanecer en Cristo es fructífera. “Juan 15:5. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que
permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.”

Como se vio anteriormente, el fruto es del Espíritu Santo porque fue Él quien formó en nosotros sus virtudes,
pero se refiere al fruto a uno solo. Así como el que se da en las ramas de la vid, el racimo está conformado por
varias uvas. Así que conforme permanecemos en Cristo podremos dar todo y cada parte del fruto. Esto también
permite que nuestra vida sea provechosa, para que sea un instrumento digno en las manos de Dios, sea en la casa,
en la Iglesia, en el trabajo y en cualquier otro lugar que estemos; porque nuestra vida ya no es controlada por la
carne o algún acto pecaminoso, sino por el Espíritu Santo y esta es la razón por la que podemos llegar a hacer
algo que se da conforme a la voluntad de Dios.
Salmos 1:3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja
no cae; Y todo lo que hace, prosperará.

Cómo dar fruto:


III. Significa glorificar al Padre.

a) Porque se desarrolla la madurez.

Cuando se ve fruto en un árbol significa que sus ramas han aprovechado los nutrientes, han madurado lo
suficiente. El cristiano que ha cambiado o empezado a cambiar, está dando el fruto del Espíritu Santo y sigue o
hace la voluntad de Dios, es porque ha madurado. Ya no es voluble, cambiante, reconoce que es mejor satisfacer
en todo al Señor, no sigue solo lo que le gusta de lo que Dios provee, sino que todo lo que el Señor dice que es
necesario para su vida, no escucha doctrinas falsas o de moda que alimentan su yo; es digno representante del
reino de los cielos. Así que hay un proceso para dar fruto, que consiste en recibir y aplicar el mensaje de Dios. Si
hay un retraso en dar fruto, lo más probable es que no se vive la Palabra de nuestro Dios.
Salmos 1:3. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo,…

b) Porque se testifica de su obra. Juan 15:8. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y
seáis así mis discípulos.

Nuestras vidas deben ser cartas abiertas, posibles de leer y conocidas por todos los demás, sobre todo por los que
rechazan a Dios. Es necesario que vean el poder de Dios, y cada uno de sus hijos debemos dar testimonio de ese
poder, con una vida que da fruto, que está plena en Él. Firmes en lo que hemos creído y que no debe ser motivo
de vergüenza, ser luz es mejor que participar de las tinieblas. Tener un carácter formado por el amor de Dios es
mejor que uno que no tiene reverencia por el Padre. Un discípulo sigue los pasos de su maestro, seamos verdaderos
discípulos, recibamos toda Palabra de Dios, testifiquemos que es poderosa cuando la ponemos en práctica en todo
lo que pensamos, decimos y hacemos.

c) Porque amamos a los hermanos. Juan 15:12. Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he
amado.

Su amor por nosotros, llevó a Jesús a no depender de sus atributos divinos sino completamente del Espíritu de
Dios, vino y sufrió, se entregó en sacrificio, perdonó nuestros pecados. Este amor es ejemplo de la llenura del
Espíritu Santo en Cristo, porque fue fortalecido para llegar a la cruz, porque aunque es Dios, fue humano. Dejó
este mandamiento de amarnos unos a otros, que es la primera parte que se menciona del fruto que debemos dar,
así que el cumplimiento de este mandamiento es crucial para poder dar todo el fruto. Cuando nos amemos como
Cristo nos amó, edificaremos a otros ayudándoles a que crezcan, a que prosigan y den el fruto, también otras
personas serán impactadas y transformadas por este testimonio.
Hechos 2:46-47. “46Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían
juntos con alegría y sencillez de corazón, 47alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor
añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.

Conclusión: Por lo tanto, vimos: “Cómo dar fruto”.

I. Significa actuar con la guía del Espíritu Santo. Al reflejar sus virtudes o características, al ser llenos del
Espíritu Santo y al guardar su Palabra.

II. Significa que tu vida es bendecida. Por Dios a través de Cristo, por su misericordia fuimos habilitados
y por permanecer en Cristo es fructífera.

III. Significa glorificar al Padre. Porque se desarrolla la madurez, porque se testifica de su obra y porque
amamos a los hermanos.

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