Protocolo Unidad 2
Protocolo Unidad 2
Protocolo Unidad 2
Por afecto
Por interés
Por agradecimiento
¿A qué invitamos?
Generalmente a comer
Bien sea que comamos sentados o de pie, siempre lo hacemos en compañía de otras
personas.
¿Dónde comemos?
Comemos en la mesa. Tipos de mesas: existe multitud de formas a elegir para las mesas, así
como decenas de combinaciones de las mismas, en función de su forma, tamaño, situación, etc.
Vamos a exponer de forma detallada, cada una de las formas, el pro y el contra para su utilización,
en determinados actos o eventos.
Combinaciones: En comidas particulares o de negocios, probablemente utilizaremos alguno de
los tipos de mesas que anteriormente hemos expuesto. Pero, si se trata de banquetes, o cualquier
otro tipo de comida multitudinaria, es probable que veamos una combinación de distintos tipos de
mesas, conformando el esquema general de la sala. Las opciones son múltiples en función de la
forma de la sala, el tamaño de la misma, etc. Así como la distribución de los invitados, que
deseamos tener. Para amplios banquetes, comidas de gala y grandes acontecimientos, podemos
recurrir a combinar los tipos de mesa anteriormente descritos. Las más comunes son una mesa
rectangular como presidencia y varias mesas redondas para el resto de los invitados. Es una de las
formas más utilizadas para comidas de gala y oficiales. También en comidas de gala es muy
utilizado un conjunto de mesas rectangulares. Vamos a ver dos de las combinaciones más
utilizadas, dentro de la gran variedad de posibilidades que podemos desarrollar combinando
mesas:
Una distribución muy utilizada en la actualidad, es colocar una mesa rectangular donde va
la presidencia o cabecera de la reunión, y varias mesas satélites redondas como mesas de
invitados.
Otra de las más utilizadas es una mesa presidencial redonda en el centro de la sala, y
varias mesas redondas satélites a la misma colocadas por la sala
Una de las funciones más complicadas, sobre todo en determinadas ocasiones, con las que se
encuentra un anfitrión, es la de colocar (distribuir) a sus invitados. La disposición de los sitios en la
mesa está regida por unas normas (estas son más sencillas que en el Protocolo ceremonial,
donde las precedencias en el orden correcto, nos complica un poco esta labor). Toda “colocación”
viene regida por el rango o categoría de los invitados. Aunque, como en todo, hay excepciones, la
edad puede ser una de ellas en determinadas ocasiones.
Previo a comenzar con el desglose de este punto, cabe fijarnos en la definición que encontramos
en el diccionario de la Real Academia Española, de la palabra Anfitrión: “anfitrión, anfitriona.
(De Anfitrión, rey de Tebas, espléndido en sus banquetes). 1. m. y f. Persona o entidad que recibe
en su país o en su sede habitual a invitados o visitantes. Ganó el equipo anfitrión. 2. m. y f.
coloquial. Persona que tiene invitados a su mesa o a su casa.”
Nos parece adecuado hacer esta precisión, ya que en la actualidad, el recibir en casa está cayendo
en desuso. Hemos dejado ese espacio para nuestra intimidad y la de los nuestros y sólo tienen
acceso a ella los amigos tan cercanos con quienes pensamos que no hay lugar para los
formalismos protocolarios.
Cada vez es más frecuente recibir a nuestros invitados en una sala de celebraciones, restaurantes,
cafeterías, etc.… En definitiva, aquellos lugares que por sus dimensiones o características hacen
posible poder recibir a un mayor número de invitados. En este caso, se reducen sustancialmente
las acciones del anfitrión. Hoy en día, invitar a casa es querer indicar a nuestro invitado que le
damos un trato muy especial y cercano. Por tanto, ese trato especial tiene que verse reflejado en
cada detalle. Debemos hacer sentir cómodos a nuestros invitados, tanto como en su propia casa.
Existen dos métodos principales para distribuir los anfitriones o dueños de casa en una mesa. Para
mayor detalles observen el siguiente vídeo aquí:
Los anfitriones se sientan en cada cabecera de la mesa, uno enfrente del otro.
El anfitrión (dueño de casa) se coloca viendo hacia la puerta de entrada de los invitados.
La anfitriona (dueña de casa) se sienta viendo hacia la puerta de la cocina, para cumplir a
cabalidad su función de regente de la casa, pues ella es quien ordena cuando se sirve la
comida, cuando inicia y cuando termina.
Los invitados de menor categoría no ven destacada su condición, ya que están al centro de
la mesa, rodeados derecha a izquierda de invitados de mayor categoría.
La conversación importante se parte en dos (en cada uno de los extremos de la mesa), al
estar ubicados los anfitriones y los invitados más importantes en los extremos de la misma.
La ventaja de este sistema, es que se logra una conversación más uniforme y general, al
generarse dos focos de conversación en cada uno de los extremos de la mesa. Los invitados de
inferior rango, al estar sentados en el centro, disponen de cierta facilidad para incorporarse a
cualquiera de las conversaciones. Las categorías se disimulan bastante, ya que al ocupar la zona
central los comensales de segundo orden, su posición secundaria pasa desapercibida.
Como inconveniente, se constata que resulta inevitable partir la conversación en dos. Incluso el
anfitrión puede perder la oportunidad de hablar con su invitado de honor, si ambos ocupan las
cabeceras de la mesa.
2. Método francés:
Los anfitriones presiden la mesa colocados en la parte central de la misma, uno enfrente
del otro.
Así sucesivamente se van disponiendo las parejas, en forma de diagonal, aunque el resto
de los invitados se van sentando con más libertad.
Este método es el más utilizado para negociar, incluso en Inglaterra, ya que los invitados
más relevantes están sentados en el centro de la mesa, donde se da la conversación más
importante.
Los invitados, situados al final de la mesa, ven destacada su condición menos importante y
son una mera comparsa, pues no pueden participar activamente en la conversación que se
produce en el centro de la mesa.
Este sistema por una parte favorece la conversación importante en la zona central de la mesa, al
concentrarse en ella los invitados de rango más elevado, mientras que aquéllos que les
corresponde ocupar los asientos de los extremos ven perjudicados sus intervenciones y en muchos
casos han de conformarse con cumplir una función pasiva, plagada de gestos fugaces y largos
silencios. Por otra parte, esta disposición de las presidencias resalta las categorías de los
comensales, al poner de manifiesto con demasiada claridad quiénes son los de menor jerarquía.
Existe otro tipo de distribución de invitados, pero es derivado de los anteriores y es conocido
como Sistema Híbrido. Este sistema consiste en lo siguiente:
La colocación del anfitrión deber ser siempre mirando a la puerta de entrada o principal. Y
enfrente, siempre, la anfitriona.
Quien preside la mesa nunca debe estar de espaldas a la entrada principal. Si no hay
puerta principal, o su situación no es buena, el anfitrión debe situarse frente a la ventana
principal.
Las parejas (matrimonios) nunca se sientan juntas, sino en diagonal. (Descanso
matrimonial)
Los anfitriones pueden ceder sus sitios a los invitados de honor, ocupando ellos el puesto
de la izquierda de la presidencia, para conservar su condición de anfitriones, al tener a los
invitados más importantes a su derecha. Generalmente cedemos la presidencia al Jefe de
Estado o a alguien muy importante para nosotros. (nuestro jefe)
Es común ver (por cercano que sea el trato con los anfitriones) como los comensales preguntan,
antes de ocupar un asiento, cuando el lugar no está indicado. Cuando invitamos a casa, pensamos
dar libertad a nuestros invitados para que ocupen el sitio que quieran, el cual les hará estar más a
gusto. Eso no tiene por qué ser así; imaginen que un señor queda rodeado de señoras que
mantienen conversaciones sobre moda durante toda la velada, o que la anfitriona ha permitido que
se sienten antes los invitados y le ha quedado un asiento muy alejado a la puerta, por lo que se
dificultan las labores de servicio de la mesa. Todo esto se puede evitar conociendo unas sencillas
fórmulas para definir la colocación en la mesa.
Por otra parte, si además, nuestro evento es multitudinario y exige el uso de varias mesas, dejar
que cada uno tome asiento donde quiera, supondría desorden y tiempo hasta que estuviesen cada
uno en una silla. Además, si establecemos los lugares previamente, podremos dar a cada uno de
nuestros invitados el lugar que le corresponde en nuestra celebración, sin que ninguno de ellos se
sienta desplazado.
Evento protocolizado: es aquel en que ya está establecido el lugar que va a ocupar cada
uno de nuestros comensales. Se indicará el protocolo mediante mesero, tarjetas
nominativas, etc.
Evento semi - protocolizado: es aquel en que les indicamos a nuestros invitados la mesa
que deben ocupar, pero no el asiento, eso lo dejamos a su elección.
o Una vez colocados los anfitriones, por cualquiera de los métodos elegidos, y sus
respectivas derechas, se irán colocando el resto de invitados a derecha e izquierda
de los anfitriones, respectivamente, intercalando mujeres y hombres, hasta
terminar con la lista de invitados. Sería interesante que disfruten el video “El
anfitrión en casa
También nos ocurre lo mismo con invitados mayores, que se cede la presidencia al de
mayor edad, entre los de igual rango. La mejor manera de colocar a los invitados, sobre
todo si la cena es con muchos invitados, es la colocación de tarjetas con el nombre.
A la hora de pasar al comedor, entra primero la señora de más categoría del brazo del
anfitrión (se le ofrece el brazo izquierdo, salvo personas con uniforme, que ofrecen su
brazo derecho). Le siguen los invitados por orden de importancia y entra, en último lugar, la
anfitriona seguida del invitado de mayor importancia. Aunque este método es el oficial en
comidas menos formales, es habitual que los invitados pasen al comedor sin seguir estas
normas, que son muy protocolarias.
En caso de ser caballeros, una vez que están todos los invitados en el comedor, debemos
esperar a que las señoras de nuestro lado derecho se sienten, para sentarnos nosotros. Y
si no hay camareros que lo hagan, ayudaremos a mover la silla a las señoras de nuestro
lado.
El servicio de mesas, se hace por orden de importancia, aunque es habitual empezar por
las señoras y terminar por los caballeros, la anfitriona es la última de las señoras en recibir
el servicio. Se empieza a comer cuando todo el mundo está servido (en grandes
banquetes, cuando al menos todos los comensales de nuestra mesa están servidos).
El mesero o fichero
Es un plano de mesa en piel, donde se ponen unas tarjetas rectangulares de cartulina con los
nombres y/o cargos de los comensales, en el mismo orden y posición que tendrán en la mesa
propiamente dicha. De este modo, los comensales pueden ver previamente cual es su sitio en la
mesa
2. Mesero de ventanas. Este tipo de mesero puede ser también extensible por ambos
extremos, para mayor número de comensales.
En las tarjetas del mesero es esencial poner el nombre del comensal y, si hay suficiente
espacio, su cargo. Hemos de tener en cuenta que la inscripción del cargo, en el idioma del
anfitrión, puede no ser comprendido por el comensal, si habla otro idioma. El nombre, en
cambio, siempre lo será. Y el objeto del mesero es que el comensal identifique su sitio.
Además, en la tarjeta del puesto de mesa, de la que luego hablaremos, sí estará su cargo
y tratamiento completos, además de su nombre.
Doblada por su eje central, esta tarjeta tiene, en su primera cara, el escudo nacional o de
la institución anfitriona, o una inscripción con el objeto de la comida y, a continuación,
diversos renglones punteados para escribir el tratamiento, cargo y nombre del comensal.
Abierta y en su cara interior está el diseño impreso de la mesa con la posición de los
anfitriones o presidencias, en el que se marca con una “X” (en rojo si es señora y en negro
si es un caballero) el sitio aproximado del comensal.
Cuando se trata de una comida tipo banquete con mesa presidencial y mesas múltiples,
rectangulares o redondas, el citado diseño puede tener dibujadas:
Los paneles
Este sistema, muy eficaz y usado con frecuencia en banquetes fundacionales de entidades,
banquetes políticos, de convenciones, etc., es más sencillo que el anterior, pues evita la confección
y distribución de las tarjetas-plano individuales.
Este panel puede complementarse con un segundo, situado a su derecha, con el plano general,
numeración de todas las mesas, flechas indicadoras el ingreso al comedor y el nombre y
colocación de los comensales.
Sin embargo, este segundo panel, si bien facilita aún más la fácil identificación del sitio del invitado,
en el caso de tener asimismo el nombre y colocación de los comensales, tiene el inconveniente de
permitir al comensal curioso conocer la situación de los demás y la suya propia, en relación a la
mesa presidencial, lo que por obvias razones, quizá, no sea del todo conveniente en determinados
banquetes, pues como es bien sabido, no es posible dar satisfacción a todo el mundo.
La tarjeta personal de plato o del puesto de mesa, como también es denominada, es el final del
proceso de conducción del comensal a su sitio en la mesa.
Esta tarjeta, con o sin escudo o anagrama, según sea el caso, ha de mostrar con claridad el
tratamiento, cargo y nombre del invitado. Situada delante y ligeramente a la derecha del plato, le
indicará finalmente su sitio en la mesa. Por obvias razones, no es costumbre poner esta tarjeta en
el lugar de los anfitriones o de las personalidades que presiden la comida.
Tema 3: La precedencia
La precedencia
Según el diccionario de la Lengua Española, Precedencia (del verbo preceder, derivado a su vez
del latín “preaccederé” = ir delante o por delante) es: “Preeminencia o preferencia en el lugar y
asiento. Primacía, superioridad...”
Como la acción objeto del protocolo ha de ser realizada por, o con, la participación de dos o más
personas, ello exige el establecimiento de un orden en las mismas, previo a la actividad que vayan
a desarrollar, para que ésta sea eficaz, es decir, implica la previa determinación de su precedencia.
En consecuencia, y desde la óptica del protocolo, podemos definir la Precedencia como: “El previo
establecimiento de un orden entre las personas que realizan o participan en una actividad que
afecta el protocolo, en función de su preeminencia, primacía, rango, nivel, o relevancia, en el seno
de la estructura y de la sociedad misma, que integran el estado, para obtener la máxima eficacia
de la mencionada actividad”.
En esta definición aparecen ya las dos interpretaciones que pueden darse a la Precedencia:
A diferencia del primer tipo de precedencia, claro y preciso, el segundo no lo es. Sin embargo,
siempre, y más aún en el tema de las mesas, por las razones que a continuación se exponen, es
esencial tenerlas en cuenta. Hemos dicho que el objeto del protocolo y de la previa precedencia es
la eficacia de las actividades, actos o ceremonias. Pero, para obtener esta eficacia, es necesaria la
razonable y precisa ordenación de las personas. Es decir, que los objetos estén en su sitio. Si
estas personas tienen su sitio predeterminado en una relación oficial, no hay problema.
Sí lo hay, cuando la persona, por su importancia, aún teniendo un sitio relevante en la sociedad,
este sitio no está incluido en una lista de precedencias. Dicho de otra manera, existen dos
colectivos al que va dirigido la precedencia:
Las personas que tienen su sitio establecido en una relación oficial u oficiosa.
Cuando las personas de estos dos colectivos coinciden en la ejecución de una actividad, ¿qué se
hace? Sencillo, aplicar el denominado “peinado” o “interpolación” de las personas, con su
integración en una precedencia única, aunque procedan de diferentes colectivos.
Si en una actividad (sea o no una comida), participan personas pertenecientes a dos o más grupos,
como los mencionados al término del punto anterior (civiles y militares; civiles, militares y
eclesiásticos, etc.), todos con sus precedencias propias:
Movimiento de colocación :
Para entender mejor ambos sistemas, te invito a ver el video “Presidencias”. Para ver el video
haz clic en el nombre del mismo.
La ley de la derecha
Hay una larga tradición que establece “la derecha” como lugar de privilegio. “Y está sentado a la
diestra de Dios Padre...”, dicen las Sagradas Escrituras, por ejemplo. El Protocolo también ha
adoptado este criterio de preferencia y la “Ley de la Derecha”, que jerarquiza esta posición,
determina como regla básica que el sitio de honor está a la derecha de la persona que preside un
acto, una ceremonia o una recepción.
De esta forma, se ubica al invitado de honor o a la persona de mayor jerarquía a la derecha del
anfitrión o de quien preside el evento, ya sea en un salón, una tribuna, un palco o una mesa.
Pasemos a analizar las diferentes maneras de colocar a las personas en diversos actos
protocolarios:
1. En el Orden Lateral, cuando las personas están paradas o caminan en una misma línea,
si son dos (u otro número par), deben considerar como sitio de preferencia la derecha,
teniendo en cuenta el sentido de la marcha; de modo que las personas de menor categoría
se ubicarán por precedencia a la izquierda del más importante. Con este mismo criterio el
anfitrión cede la derecha a su invitado ya sea que se desplacen, estén de pie o sentados.
La excepción -en el orden oficial- puede observarse cuando el Presidente de la Nación pasa revista
a las tropas y la formación se ha ubicado sobre la izquierda del Presidente; durante el trayecto el
Primer Mandatario quedará a la izquierda de la autoridad militar que lo acompaña en esta
ceremonia. Del mismo modo ocurre cuando se rinden honores militares a un presidente que visita
el país.
También hay situaciones en las que el anfitrión comparte el centro con su invitado. Un ejemplo
habitual se observa cuando un Jefe de Estado recibe a otro; el anfitrión se ubica a la izquierda del
punto central y el invitado a la derecha. En una mesa, en tribunas, palcos o estrados que se usan
en los eventos, las autoridades y los invitados especiales toman posición en la primera línea pero
el centro queda reservado para el que preside la ceremonia, de modo que esa primera línea estará
integrada por un número impar de autoridades, o un número par si se comparte el centro.
2. El Orden Lineal, si las personas se desplazan una detrás de la otra, la de mayor jerarquía
irá adelante seguida de las demás de acuerdo con el orden que les corresponda por
precedencia. Si hay necesidad de que un guía indique el camino, este iniciará la marcha,
ubicado ligeramente sobre la izquierda del invitado más importante; de esta forma no le
dará la espalda, ni podrá interpretarse que se desplaza en el lugar de honor.
En el orden lineal también hay una excepción: si se trata de procesiones religiosas de iglesias
cristianas, el Protocolo eclesiástico indica que el lugar de honor es el último del orden lineal. Por
eso la más alta jerarquía cierra la procesión.
Los aviones presidenciales no suelen tener esta disposición porque generalmente están
especialmente acondicionados con áreas de trabajo y de descanso, de modo que habrá
que analizar cada situación. En cualquier caso, la autoridad de mayor rango sube de
última, cuando el resto de la comitiva ya está ubicada y desciende primero. En los aviones
que usan los ejecutivos, con capacidad para pocas personas, la más alta jerarquía sube y
desciende primero. Pero si viaja con un invitado especial, se le cede el lugar tanto al subir
como al bajar de la nave.
Es conveniente que viajen solo dos personas por auto, pero si se necesita ubicar una
tercera, le corresponde el medio; si hubiera una cuarta persona, irá adelante con el chofer,
pero siempre que su jerarquía sea sensiblemente inferior, de lo contrario es necesario
disponer de otro automóvil.
En algunos eventos -oficiales o privados- se incluyen discursos relacionados con el motivo que dio
lugar a la reunión.
El maestro de ceremonias debe contar con un guión que incluya las palabras de apertura y de
cierre; luego de exponer los motivos del evento y de mencionar a los que presiden el acto, debe
anunciar a cada uno de los oradores, de acuerdo con el orden de precedencias, primero hablan los
de menor jerarquía y cierra los discursos la persona de mayor rango.
En ocasiones, cuando el motivo del evento involucra los intereses de otros Estados, y al acto
concurren altos funcionarios de ese país, es habitual iniciarlo con los himnos nacionales. En estos
casos, en primer término, se oirá el himno local y luego el himno extranjero. Sin embargo, este
criterio puede variar según el país y la ocasión; en España, por ejemplo, en la bienvenida que se le
ofrece a un Primer mandatario uno de los honores consiste en oír primero el himno del invitado, lo
que no ocurre en Honduras. En el siguiente video pueden escuchar el “Himno Nacional de
Honduras”, interpretado por el Cantante nacional, Moisés Canelo; contiene además algunas
imágenes que nos son muy conocidas. Para ver el video haz clic en el nombre del mismo.
La regla de oro es ceñirse a un uso determinado que solo varia de acuerdo a la costumbre de cada
país, es decir, estamos hablando de un uso de aplicación general. Para aclarara mejor el uso de la
precedencia y aplicarla con eficacia señalaremos las reglas para su uso:
Regla primera
Aplicar la precedencia con flexibilidad, nunca con rigidez, porque la precedencia es una guía. No
olvidemos que el establecimiento de la precedencia, necesaria para la ordenación de los
participantes en cualquier actividad (y sobre todo en las comidas), es un medio para obtener la
eficacia de esa actividad. No es un fin en sí misma. Hay quien la interpreta con tal rigidez, que hace
pasar a un Director General de la Administración Central del Estado (con precedencia establecida)
por delante de un gran financiero o industrial, de un excepcional investigador, de un famoso
escritor, o de un periodista o artista (que no la tienen), aunque éstos sean realmente más
importantes que el citado Director General. Pues bien, esto es un error.
Regla segunda
Las personas a quienes les pueda corresponder más de una precedencia, por poseer, al mismo
tiempo, varios rangos o dignidades (cada uno de los cuales con su precedencia propia), han de
ser ordenadas aplicando la precedencia que les corresponda según el objeto de la
actividad, aunque queden situadas por debajo del lugar que ocuparían si se les aplicase otra,
superior, de la precedencia que gozan.
Ejemplo en una comida: el señor X es un embajador de Honduras en situación de disponibilidad; es
asimismo ex Presidente de la República; es un diputado de un partido político.
En una comida parlamentaria ocupará el puesto que le corresponda como diputado, que
puede ser uno de los últimos por pertenecer a un partido minoritario.
En una comida diplomática, el puesto que ocupe será el que le corresponda como
Embajador de Honduras.
Regla tercera
Por un uso universal, resultado del carácter personalísimo de la “domus” o casa, el anfitrión es libre
de aplicar la precedencia que juzgue oportuna. Eso sí, ha de ser coherente y razonable en su
aplicación.
Por ejemplo, si un ciudadano francés ofrece una comida en Honduras, puede, por supuesto, aplicar
la precedencia francesa o la hondureña. Lo que no tendría sentido sería que aplicase la británica, a
menos que hubiera en la comida una razón de peso que justificase su elección.
Tema 4: Las reglas de oro de la comida
Según Don José Antonio de Urbina en su libro El Protocolo en los Negocios, editado por la
Editorial Tiempos de Hoy, desarrolla con gran amplitud este tema; en base al mismo, nosotros
estudiaremos las reglas de oro de la comida.
La comida está gobernada por normas, usos o reglas históricas, pues fueron apareciendo de forma
paulatina en la sociedad humana. Son un efecto de la cultura y el criterio rector ha sido siempre el
mismo: el sentido común y la eficacia. Para conocer algunas de ellas vean el siguiente video
llamado “Comida Hondureña”. Para ver el video haz clic en el nombre del mismo.
En el siglo XVIII esto se complica. La comida siguió con sus tres etapas, pero aparecieron
el aperitivo, al principio y el café, más los licores, al final; el aperitivo: animador de los jugos
gástricos; el café y los licores: digestión de la comida y animadores de la conversación.
Estas tres sub reglas, han de formar un todo armónico para obtener la eficacia de la
comida. A continuación veamos un video que hace referencia a esta regla
llamado “Recetas de Honduras cocina Hondureña”. Para ver el video haz clic en el
nombre del mismo.
En primer lugar hay que evitar el “naufragio” de los invitados, el desorden de los vehículos y, en
invierno, el caos de los sobretodos y abrigos. Si el lugar de la comida, cóctel o recepción, es difícil
de encontrar (es decir, no está en el casco de la ciudad, donde, con la calle, el numero y el piso en
la invitación, y un callejero, cualquier invitado puede encontrarlo), es indispensable enviar un plano
explicativo junto a la invitación.
Este plano que ha de ser sencillo y práctico, indicará con claridad las vías de acceso, para que
cualquiera pueda hacerlo. Y se reitera, es indispensable facilitar al máximo la ubicación del lugar
de la cita.
Regla 3ª, los vehículos
En relación con los vehículos, hay que tener en cuenta que una comida de treinta invitados genera
por lo menos veinte o veinticinco vehículos. Cuando se trata de un cóctel o de una recepción de
ciento cincuenta personas, entonces los coches pueden llegar a sumar cien. Es conveniente (caso
de una institución, de una embajada, etc.) la adopción de medidas que permitan el estacionamiento
y una ordenada salida de vehículos al término del acto. Si no es posible, deberán indicarse los
aparcamientos próximos, que puedan ser útiles a los, a veces, sufridos invitados.
Debemos ser conductores inteligentes para no sufrir al momento de llegar o salir del
estacionamiento; vean el video llamado “muestra de cómo no estacionarse”, ¿se sentirán
identificados ustedes con el mismo?, ¿Qué clase de conductores(as) son ustedes? Para ver el
video haz clic en el nombre del mismo.
Si hay algo de verdad que molesta a un invitado, señora o caballero por igual, es no encontrar su
abrigo. Especialmente de noche, cuando es tan fácil equivocarse con los abrigos oscuros o de piel,
de caballero o de señora. Y si alguien tiene la mala costumbre de dejar las llaves del coche en el
bolsillo del abrigo, y no lo encuentra porque otro invitado se lo llevó antes por error…. Un ejemplo
de esto es el siguiente video llamado “Guardarropa”. Para ver el video haz clic sobre el título
del mismo.
El aperitivo debe consistir en la cantidad justa para azuzar, pero no satisfacer el apetito. Es decir,
ofrecer tres o cuatro clases de pequeños canapés, por ejemplo, es suficiente, pero ni demasiado
abundantes, ni demasiado ricos en calorías. Tengamos en cuenta que si los comensales
satisfacen, digamos, el 50 por ciento de su apetito, podemos suponer que comerán un 50 por
ciento menos de la comida, por muy buena que ésta sea. Y si es tan buena que, a pesar de todo,
se la comen, se quedarán como serpientes boas con los consiguientes problemas de digestión. Lo
cual es un fracaso de los anfitriones.
En el siguiente video pueden apreciar no solo los diferentes tipos de bocadillos si no que también
como hacer algunos de ellos. Para ver el video haz clic en el siguiente nombre “Bandeja de
aperitivos”.
Las bebidas han de ser variadas, pero sencillas de preparar y fáciles de consumir. Puede
ofrecerse, por supuesto, alguno de los cuatro o cinco cócteles básicos e internacionales (por
ejemplo, Martini seco, Manhattan, Daiquirí, Whisky o Pisco, Sour, etc.), pero con una condición
sine qua non: han de ser buenos, si no, es mejor no presentarlos y los cócteles no son fáciles de
preparar y de servir. No olvidemos, además, que estas deliciosas mezclas, por lo general, son muy
embriagantes. En consecuencia, es aconsejable ofrecer bebidas alcohólicas sencillas, tales como:
Gin Tonic, Whisky con soda o agua, etc. Por último, no hay que olvidar el vino, pues hay mucha
gente que gusta de tomar como aperitivo una copa de un buen “tinto” o “blanco”; ni, por supuesto,
nuestros increíbles finos o jereces secos. Deben servirse, además, bebidas sin alcohol: sodas,
zumos, etc. Para que les quede claro los tipos de bebidas que existen, vean el siguiente video
llamado “Bits de bebidas”. Para ver el video haz clic en el nombre del mismo.
La duración del aperitivo ha de ser aproximadamente de treinta minutos; más tiempo cansa a la
gente que, a partir de los cuarenta o cuarenta y cinco minutos, está deseando sentarse a comer.
En ciertos países existe la mala costumbre del aperitivo largo (hasta una hora), lo cual es
lamentable, pues la mayoría de las veces la gente se sienta a comer con una “copa de más”.
¿Cuándo se puede encender el primer pitillo en la comida? La regla tradicional dice que en el
momento del café y los licores, o al serles ofrecido el tabaco a los comensales; por supuesto,
siempre con el previo permiso de la anfitriona.
Hoy la situación ha cambiado y es necesario distinguir:
En los supuestos anteriores, pero con la presencia de una alta personalidad que,
naturalmente, estará presidiendo. Si esta personalidad es fumadora, es necesario esperar
a que inicie la “salida de humo”. Si no lo es, la fumata no debe comenzar hasta que hayan
finalizado los postres.
En la actualidad, esta norma se ha adaptado a la realidad del fumador, que, ansioso del tabaco, no
escuchará con atención los discursos si no ha satisfecho antes esa necesidad. Por ello, desde
hace algunos años, se acostumbra encender el cigarro o cigarrillo justo antes o después de los
postres, sin esperar a los brindis. En las comidas con la presencia de los Reyes (que,
naturalmente, presiden), es obvio que no se puede fumar antes de que sus Majestades lo hagan.
En el Reino Unido, en cualquier clase de comida, sólo se podrá fumar después del tradicional
brindis de la Soberana, nunca antes.
En realidad, nosotros no respetamos las normas impuestas para el no fumar. En el video “Aquí
no se fuma” podemos apreciar esa situación. Para ver el video haz clic en el nombre del mismo.
En las comidas, siéntese al intérprete en una sillita, detrás, entre los dos comensales cuya
conversación interpreta.
Existen países que con un excesivo sentido igualitario, insisten en sentar al intérprete (que puede
ser un miembro de la propia delegación extranjera) en la misma mesa, entre las dos personas
interpretadas; esto es un error, pues perjudica la eficacia del intérprete; tengamos en cuenta que
éste o come o interpreta, no puede hacer las dos cosas a la vez.
Cuando ya se ha dicho todo, (hasta las anécdotas curiosas o los chistes), se suele continuar, quizá
porque los comensales son objeto de cierta inercia y de un agradable cansancio. Pero entonces, la
curva empieza a descender y este descenso, lento en un principio, se acelera hasta ser
vertiginoso. Este fenómeno es más habitual en la cena que en los almuerzos, por razones que nos
es necesario explicar. Además, la timidez humana retrasa, todavía más, en ocasiones, la
despedida. Hay quien cree que iniciarla es una descortesía, cuando justamente es todo lo
contrario. Por supuesto, si existe un invitado de honor, es él quien debe tomar la iniciativa. Pero si
no lo hace, no pasa nada por ser el primero, pues alguien tiene que serlo. Eso sí, excusándose en
este caso ante el invitado de honor.
La sobremesa es esencial en la comida. Pero por favor, no la alarguen
ustedes demasiado. Márchense a tiempo. No hay espectáculo más triste que el lento fallecer de
una comida, que pudo ser agradable y no lo fue por esta causa. Evítense también las tertulias en la
puerta, en la calle o junto al coche; esas despedidas interminables, a la española, son tremendas.
Por último, si están en Gran Bretaña, no se sorprendan si se produce la súbita desaparición de las
señoras al final de los postres, encabezadas por la anfitriona. Según una vieja costumbre iniciada,
quizá, a mediados del siglo XVII, los caballeros se quedan en el comedor agrupados alrededor del
anfitrión, para tomar el Oporto (cuyo frasco, jamás botella, circula de derecha a izquierda) y hablar
de sus cosas. Las señoras, mientras tanto, han ido a hacerse lo que los franceses llaman une
beauté, y aesperar en el salón, también hablando de sus cosas, la llegada masculina. Esta espera
es rara vez superior a los treinta minutos.
Regla 9ª, del respeto al invitado
La invitación ha de ser enviada con suficiente antelación para no ofender al invitado. Un uso
internacional de la cortesía aconseja el envío de las invitaciones con una antelación máxima de
treinta días y mínima de quince, pero, en lo posible, no inferior a una semana.
El respeto al invitado que dicta la cortesía, pues, por definición, se supone que es persona
importante y por tanto, ocupada. Además, no hay que olvidar los problemas que, puede
causar la vanidad humana.
Es necesario tener especial cuidado con las comidas en honor de …, en las que pueda suceder lo
siguiente:
En ambos casos, la ausencia de uno de estos invitados puede ser mal interpretada por el
homenajeado. En consecuencia, es aconsejable que este específico invitado se excuse,
además de con el anfitrión, con el propio homenajeado.
Pero volvamos a la puntualidad. Todo lo que se diga sobre la absoluta necesidad de la puntualidad,
en las comidas, es poco ante la triste realidad del mundo de hoy, especialmente de nuestro país.
La puntualidad en general y, específicamente en las comidas, es el termómetro de la educación. Y
la educación a su vez, de la cortesía; es decir, de la cultura. Sucede a veces que una alta autoridad
o un personaje importante mantienen en vilo a los invitados y a los anfitriones por su tardanza no
avisada por teléfono. El aperitivo se alarga y la comida se estropea, pues por su rango o
relevancia, no es posible sentarse a la mesa en su ausencia. En el 80 por ciento de los casos, el
retraso se debe a la defectuosa educación o programación del personaje, o a la ineficacia de su
secretaria.
Es evidente que, dentro de eficacia de la comida, es esencial la rápida, ordenada y fácil colocación
de los comensales en sus respectivos sitios. No hay espectáculo más triste que el de los invitados
embarcados en el “tío vivo” de la búsqueda, a veces angustiosa (si la mayoría está ya sentada), de
su sitio. El comensal miope o distraído se sienta en un puesto que no es el suyo. El “auténtico”, de
pie, está detrás, entonces el “equivocado”, azorado, se levanta, sintiéndose perdido, hasta que un
alma caritativa (el anfitrión, un tercero o un criado) le indica su lugar. Esto a veces sucede. Y en
mayor medida, cuando más numerosa y formal es la comida. En un gran banquete de mesas
separadas, puede ser el caso.
De ahí la absoluta necesidad de la colocación ordenada y fácil para los comensales, lo cual es
perfectamente posible. Basta con que el anfitrión conozca una cierta técnica, en absoluto
complicada, pero eficaz para que sus invitados sepan dónde han de sentarse sin problemas.
Toda mesa necesita una presidencia (realmente dos), pues la comida, o es ofrecida por alguien, o
es consecuencia de algo donde alguien ha de presidir.
Pero cuando las presidencias son a la francesa, en el centro de la mesa, conviene que tengamos
en cuenta lo siguiente:
El número de comensales por banda ha de ser impar para que exista un punto central en
cada banda, que posibilite las dos presidencias.
En comidas grandes (mesas grandes), para una rápida identificación en la mesa, del lugar
de esas presidencias y la fácil colocación de las personas que han de ocuparlas, (de no
existir criados o camareros con este específico cometido), es aconsejable situar
previamente sus sillas separadas de la línea de las demás, o dejarlas en la misma, pero
giradas sobre su eje, en el sentido de la entrada al comedor.
En este tipo de comidas conviene indicar, “En honor de…”, en el ángulo superior izquierdo
de la invitación, para que los comensales tengan previo conocimiento. De este modo, si
existiera algún comensal de rango superior al del invitado de honor, comprendería
perfectamente la razón de este aparente incumplimiento de la precedencia.
Nunca deben ser trece en la mesa, pues siempre habrá un comensal que, aunque por
supuesto no lo reconozca, será supersticioso o, por aquello de “por sí las moscas”, le
pueda de algún modo, afectar.
Pero, ¿por qué? ¿Qué le pasa al 13? ¡Es un número como todos los demás! No señor, no
es un número como todos los demás. Es el número que nadie quiere, excepto en la lotería,
y aún así con reticencias. (Sólo existe una verdadera excepción, la ruleta, pero todos
sabemos que, como los OVNIS, la ruleta es diferente).
El riesgo del número 14 es lo que puede suceder cuando en el último momento falla un comensal.
Entonces, aparece el número maldito: el trece.
¿Qué hacer? En una institución, por ejemplo un Ministerio o una Embajada, el jefe puede avisar a
un colaborador (usualmente de los más jóvenes y modernos) para rogarle que cubra el hueco.
Pero esta solución no es siempre posible. Por otra parte, una invitación tardía para cubrir el hueco
(aparte de ser una descortesía), de ser aceptada tiene el peligro de que el nuevo comensal se dé
perfecta cuenta del porqué de esta rápida invitación, por muchas explicaciones que le hayan dado,
y pensará seguramente: “Este anfitrión no sabe”.
De no ser posible, hay que montar rápidamente dos mesas (aprovechando la ya montada
en el comedor), de ocho y cinco, o de siete y seis comensales, presididas una por el
anfitrión y la segunda por la anfitriona. Todo, menos quedar en trece.
En las comidas con señoras, puede ser aconsejable la igualdad en el número de comensales de
ambos sexos, según sean las presidencias, a la inglesa o a la francesa. Veámoslo:
En las comidas con señoras, es necesario alternar los sexos. Es decir, que los comensales han de
estar situados, en ambas bandas, del siguiente modo: hombre-mujer-hombre-mujer.
Nunca deben sentarse dos señoras juntas. Es decir, nunca una al lado de otra.
Nunca debe sentarse una señora en extremo de mesa. Los extremos han de quedar
siempre cerrados por caballeros.
Regla 20ª, del descanso matrimonial
Nunca debe sentarse la esposa junto a su marido. Cuando la mesa lo permita, es conveniente que
un matrimonio no esté sentado frente a frente a ambos lados de la mesa. Sin embargo, sí no hay
más remedio, no pasa nada.
Como resultado de la regla anterior, si al ordenar la mesa, el marido coincide con su esposa, el
marido cede su sitio descendiendo un puesto y la esposa se queda en el suyo.
Por Ejemplo:
Por ejemplo:
Puede ocurrir, asimismo, que el marido, por el cargo, rango o representación que ostenta,
no pueda descender un puesto.
Por ejemplo:
Este sería el caso del presidente del Congreso, del Senado, decano o vice-decano del cuerpo
diplomático, jefe de una delegación, etc.
Veamos ahora el comienzo y el final de la comida. Cuando, pasado el tiempo previsto del aperitivo,
la anfitriona recibe el aviso del mayordomo o maître de que la comida está dispuesta, acompaña a
las señoras al comedor. Acto seguido, su marido hace lo mismo con los caballeros. Llegados al
comedor, la anfitriona se sienta primero, después lo hacen las demás señoras. Por último, los
caballeros, incluido el anfitrión. En la mesa, cada comensal masculino ayuda a sentarse y al
término de la comida, a levantarse, a la señora de su derecha, retirando su silla.
Montaje de Mesa
Finalmente, llegamos al último tema de este parcial, donde aprenderán a ordenar correctamente
una mesa y a utilizar los instrumentos que en ella encontraremos. Cada vez es más frecuente el
querer conocer cuál es la manera correcta de montar una mesa para nuestras fiestas y eventos e
incluso cuál es el orden y la disposición de los elementos en la mesa, para utilizarlos
correctamente cuando nos invitan a almuerzos o cenas formales.
El montaje de la mesa siempre se realizará antes de recibir a los invitados, para que al llegar,
nuestra única preocupación como anfitrión sea atender a nuestros comensales. Para realizar este
montaje, debemos tomar en cuenta los siguientes factores:
Mantelería
Es fundamental el buen estado y pulcritud de estas piezas porque son el vestido de la mesa. La
mantelería se divide en tres piezas:
Mantel: es una pieza de tela normalmente lino, algodón o cualquier otro tejido suave que
cubre la mesa en la que comemos. Lo más correcto es que sea de color blanco o
tonalidades claras y que llegue casi hasta el suelo. Al contrario de lo que estamos
acostumbrados a ver o pensar, no es la pieza sobre la que comemos, ya que sobre el
mantel, colocaríamos el cubre-mantel.
En el siguiente video podrán apreciar con más detalle el uso del mantel en la mesa, para
verlo haz clic en el nombre del video “Cómo se pone la mesa - normas
imprescindibles”.
Cubre- mantel: Es una pieza de tela de tejido fino, que se coloca sobre el mantel para
protegerlo de las manchas que puedan hacerse durante el servicio de los platos. Es de
tamaño inferior al mantel, para que se vean las faldas de éste. Hay de distintos tipos:
individuales, los llamados paso de mesa o que cubren la totalidad de la mesa. Podemos
jugar con la combinación de colores y contrastarlo con el resto de elementos de la mesa. A
continuación veamos el siguiente video llamado “Mantelería y accesorios”. Para ver el
video haz clic en el nombre del mismo.
Esta es la razón por la que no es recomendable hacerles muchos dobleces, ya que esto se
relaciona con estar muy toqueteadas.
Nunca debemos abrirla del todo y no debemos ondearla delante de los compañeros de
mesa.
En el mundo hostelero de cierta calidad, las servilletas no se tocan apenas, el personal las dobla
con cubiertos e incluso podemos ver cómo nos las sirven con ellos desde una bandeja.
45 X 45 cms.: son las que como mínimo se usan para una comida o cena
La Vajilla
Existen vajillas de distintos diseños y calidades. Utilizaremos aquella que más se ajuste a nuestros
gustos y posibilidades, cuanto más formal sea nuestro evento, es recomendable utilizar estilos
clásicos y de colores claros.
Si los platos tienen anagramas en el borde, colocaremos el plato de manera que el anagrama
coincida en la parte superior del plato, centrado y de manera legible para el comensal. De igual
modo si el anagrama esta dibujado en el centro del plato.
La Cristalería
Otra de las “familias” que colocaremos en la mesa, es la de la cristalería, que está formada por
todos los vasos y copas que podamos necesitar.
Su disposición en la mesa, es en la parte superior, justo delante del plato. Pueden colocarse en
forma horizontal, media curva o de forma inclinada de arriba hacia abajo.
La copa para el licor o la de cava/espumoso, irá colocada un poco retrasada, si se desea. Cabe
recordar, que la copa de cava es la misma de champagne, sin embargo, no podemos utilizar ese
término, pues se trata de una denominación de origen, ahora de uso exclusivo en la región de
Champagne, Francia.
Copa vino tinto: es colocada junto a la copa para el agua y de tamaño igual o ligeramente
más pequeña. Es preferible colocar una de cristal fino. Sería de mal gusto rellenarla más
de ½ del total, lo más recomendable es 1/3.
Copa vino blanco: se utiliza si vamos a servir en el menú pescados o mariscos. Si no se
va a utilizar vino blanco no es necesario colocarla. Es más pequeña que la copa de vino
tinto.
Copa para licor: si se pone desde el principio, se colocará a continuación de la de vino
blanco, y ligeramente retrasada del resto. Es la que está colocada más a la derecha.
Saber elegir la bebida que conviene, tomar con cada plato pedido/servido, es siempre señal de que
se sabe combinar comida con bebida. Algunas sugerencias con relación a las bebidas:
2. Por una causa similar a la anterior, el vino dulce disminuye el apetito cuando se toma antes
de la comida.
4. Una muestra de cortesía del anfitrión es preguntar al invitado (si lo hay) cuál es su
preferencia y pedir la clase y marca indicadas por éste (invitado).
9. La temperatura que cada vino alcanza su aroma, cuerpo y sabor varía según los tipos.
El vino tinto necesita airearse antes de ser bebido, cuanto más años tiene, más tiempo
aireándose. Tomen en cuenta los niveles de temperatura en nuestro país, para helar el
vino tinto, sin excedernos.
Para licores y aguardientes no hay normas pre establecidas con respecto a la temperatura.
10. Para saber qué vino estamos bebiendo, miremos el año que aparece en la etiqueta de la
botella y seguir este criterio de cálculo:
11. Y finalmente, si los invitan a una cata de vinos, tengan siempre presente, que el vino en
tales ocasiones, no se bebe se escupe directamente en el suelo (generalmente cubierto se
aserrín). Es la única ocasión que se puede escupir en
La Cubertería
Ahora pasemos a todo lo relacionado con la cubertería. El manejo de ésta es sencillo, en cada
servicio individual se rige por dos reglas básicas:
b. Se comienza tomando el cubierto o los cubiertos situados al exterior, utilizándolos plato por
plato, hacia los situados más al centro.
Tipos de cubiertos
Los cuchillos: se colocan en el lado derecho del plato y de afuera hacia adentro
encontraremos:
Pala para pescado: es un cuchillo específico para comer pescado, con forma de
pala y sin filo. Se coloca con la parte cóncava hacia abajo.
Tenedor para los entrantes: es de cuatro puntas de tamaño inferior al que se
usa para la carne. Se coloca con las púas hacia arriba al igual que el resto de
tenedores. Agregar imagen
Tenedor para pescado: es un tenedor en forma de horca con tres o más púas.
Agregar imagen
Cuchara de café: es la más pequeña y se coloca igual que la del té, en el plato
junto con la taza. Insertar imagen
Asimismo, es importante conocer que una vez colocados los cubiertos, debemos saber su uso
correcto como parte del protocolo. A modo de ejemplo observe el siguiente vídeo:
Otros elementos a instalar en la mesa:
Centros de mesa: con motivos florales, frutales u originales, siempre acorde con el resto de
decoración y elementos de la mesa y salón. Debemos elegir centros no aparatosos, que no
interrumpa la visión entre comensales y que no desprendan olores, esto hace variar
aromas y sabores de los platos que vamos a servir. En caso de utilizar velas, sólo es
correcto hacerlo en las cenas.
Centros de mesa.
Señalador de lugar: son pequeños rótulos que encontramos delante de los cubiertos de
postre con el nombre del comensal que debe ocupar ese asiento.
Minuta: pequeño folleto que describe todos los platos que se van a servir durante la
comida, así como su orden. Si optamos por ponerlo sobre el plato, desplazaremos la
servilleta al lado derecho de la mesa y viceversa si ya optamos por ponerlo a la derecha de
los cuchillos.
Jarras y botellas: las botellas nunca se pondrán sobre la mesa, ni siquiera la de vino que
es tan frecuente ver.
Para colocarlas, utilizaremos una frapé o cubitera de pie, en caso de ser bebidas que se
sirven frías, o en una mesa auxiliar para el vino tinto por ejemplo. La única manera de tener
el vino tinto sobre la mesa, es si primero lo hemos puesto en un decantador de vinos ya
que las jarras sí pueden estar sobre la mesa principal, aunque es más adecuado tenerlas
en la mesa auxiliar.