Amparo Cauce Areneras YPF

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///C U E R D O:

En la ciudad de Paraná, Capital de la Provincia de Entre Ríos, a los


veintidos días del mes de octubre de dos mil veintiuno reunidos los miembros
del Excmo. Superior Tribunal de Justicia, a saber: los señores Vocales Dr. GERMAN
REYNALDO F. CARLOMAGNO, DANIEL OMAR CARUBIA, la señora Vocal Dra.
SUSANA MEDINA y los señores Vocales Dres. JUAN RAMON SMALDONE y
MIGUEL ANGEL GIORGIO, asistidos de la Secretaria autorizante fueron traídas
para resolver, las actuaciones caratuladas: "FUNDACIÓN CAUCE: CULTURA
AMBIENTAL - CAUSA ECOLOGISTA - Y OTRO C/ GOBIERNO DE LA
PROVINCIA DE ENTRE RIOS Y OTROS S/ ACCION DE AMPARO
(AMBIENTAL)", Expte. Nº 25405.-
Practicado el sorteo de ley resultó que el tribunal para entender
quedó integrado en el siguiente orden: señora y señores Vocales Dres. Carubia,
Carlomagno, Smaldone, Medina y Giorgio .-
Examinadas las actuaciones, el Tribunal planteó la siguiente
cuestión:
¿Qué cabe resolver?
A LA CUESTIÓN PLANTEADA EL SEÑOR VOCAL DR. CARUBIA,
DIJO:
I.- La sentencia dictada por la señora Vocal de la Cámara II, Sala
Tercera, de esta ciudad, Dra. María V. G. Ramírez Amable, admitió la demanda de
amparo ambiental deducida por las actoras Fundación Cauce: Cultura Ambiental,
Causa Ecologista, y la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER),
contra YPF S.A., Estado de Entre Ríos y Municipalidad de Ibicuy, respecto de la
explotación de extracción de arenas silíceas y planta de lavado ubicadas en El
Mangrullo, Dto. Ibicuy -Entre Ríos- y, en consecuencia, ordenó que, en el plazo de
120 días corridos desde su sentencia, YPF S.A. sustituya el uso del floculante
“SANUROIL 8040” por un producto “que posea características” (sic) para lo cual
deberá proponer a la autoridad de aplicación, uno de las características compatibles
con las pautas que refirió la SAER en su presentación del 17/8/2021, dispuso que
durante el plazo concedido para el cambio, se realicen muestreos de calidad de
agua en la modalidad sugerida por el perito interviniente -pozo de agua, dique de
lodos, barrio aledaño y escuela- en la frecuencia que indiquen los órganos técnicos
de la SAER y que, en el supuesto de que los muestreos dieran como resultado
presencia de acrilamida (AMD) en lodos o aguas analizadas, se suspenda de
inmediato la actividad, debiendo la autoridad de aplicación diseñar al efecto el plan
de contingencia que corresponda; estableció que la SAER, en concurrencia con el
Municipio de Ibicuy, realice una campaña de divulgación periódica de los resultados
de los monitoreos de calidad de aire y agua obtenidos, publicando los resultados y
conclusiones en lenguaje llano y accesible y fácilmente disponible para la población
en general del Municipio de Ibicuy y, en especial, del barrio aledaño a la planta y
escuela (art. 6, Acuerdo de Escazú); exhortó al Estado Provincial y al Municipio de
Ibicuy a que arbitren los medios y canales conducentes a fin de ejecutar -
prontamente- un estudio de impacto acumulativo en la zona afectada por los
procesos extractivos de arenas silíceas, conforme a los presupuestos mínimos en la
materia y en el que se dé amplia participación a las comunidades que habitan en la
zona afectada; impuso las costas a las demandadas y reguló los honorarios
profesionales.-
I.1.- Al adoptar tal temperamento, desestimó fundadamente la
alegada extemporaneidad de la promoción de la demanda y de la existencia de
otras vías de discusión más aptas, no debiendo agotarse previamente la vía
administrativa para acceder al proceso de acción de amparo, máxime cuando el
Estado -municipal y provincial- es demandado. En relación al planteo de
inexistencia de “caso judiciable” o inexistencia de “daño”, adujo que el caso es
judiciable y que en la materia que nos convoca, la ley indica la amplitud y el acceso
irrestricto en pos de la revisión judicial de asuntos que comprometan al ambiente,
no recepcionando tampoco la falta de legitimación activa de AGMER.-
Luego de reseñar algunas -justificadas- vicisitudes que llevaron a la
demora en la tramitación de la causa, mencionó la realización de la audiencia
preparatoria de la prueba ordenada, la pericial solicitada por el Ministerio Público
Fiscal, la prueba de informes y la solicitud de explicaciones en audiencia celebrada
por videoconferencia con el perito actuante que permitió una adecuada
contradicción de la prueba. Indicó que el Municipio de Ibicuy acompañó la
ordenanza municipal N° 294/2021, que crea una secretaría ambiental en el ámbito
de su competencia, y el Estado provincial, hizo lo propio con el informe de la SAER,
adjuntando los proyectos de resoluciones surgidas de tales encuentros que se
continúan realizando periódicamente. Destacó que las actoras han planteado la
nulidad del trámite de la EIA al que fue sometido el proyecto de explotación minera
de la coaccionada YPF S.A., encontrándose la cantera y planta de lavado en el
paraje “El Mangrullo”, sito en la ruta provincial 45, km 2.3, del departamento Islas
del Ibicuy, más precisamente en el Área Natural Protegida Ley N° 9718 "Reserva de
los Pájaros y sus Pueblos Libres", acotando que la mencionada ley incorporó
"Humedales e Islas del Departamento Uruguay, Gualeguaychú e Islas del Ibicuy" al
sistema de áreas naturales protegidas provinciales que -en la actualidad- se rige
por la Ley N° 10.479, reserva categorizada como de “Uso Múltiple”.-
Subrayó que la explotación se encuentra emplazada en una zona
que integra el sistema de humedales entrerrianos constitucionalmente protegido,
pero aclaró que, sin embargo, que estemos en una zona que integra ese valioso
sistema no torna de plano prohibida la actividad, y que ni la ley especial de
afectación específica de la zona -9718- ni la general del sistema de áreas naturales
provinciales -10479- resuelven de modo expreso lo referido a la actividad de la
coaccionada. En efecto, agregó que el art. 22 de la Ley N° 10479 indica que las
reservas de usos múltiples son áreas aptas para el desarrollo de diversas
actividades, pero de esa enumeración no se observa una prohibición, siendo la
misma ejemplificativa y que, en contrapartida, toda actividad antrópica que se
pretenda instalar deberá sujetarse a pautas y metodologías de manejo que
garanticen un desarrollo económico sostenible y sustentable, prohibiendo de modo
expreso, en cambio, la actividad minera en los parques naturales cuando éstos son
categorizados como “zona protegida”. Entendió que la conclusión anterior tampoco
se modifica con la opinión vertida por el perito actuante al respecto, cuando opina
que por la morfología del lugar, el lugar no se compadece literalmente con la
definición que proporciona la Convención Ramsar, no poseyendo tal conclusión, en
su criterio, entidad confirmatoria de la postura de las accionadas, al no apoyarse
esa respuesta en elaboración o documento científico alguno, sino en la mera
observación y su comparación con una definición general de humedal, además de
existir en autos informes de expertos agregados al expediente administrativo, como
es plan de reforestación del equipo de la UNER que han dictaminado sosteniendo lo
contrario a tal opinión, apreciándose de dicho informe la zona en donde lleva
adelante la actividad YPF SA, está dentro de la categoría denominada “paisaje de
humedales”, destacando que también allí se hace referencia a la actividad
extractiva de arena silíceas y la preocupación de los efectos negativos que esa
actividad puede presentar en términos ambientales.-
Afirmó que sostener que en virtud de que el predio donde se asienta
la explotación del dominio privado, no estaría alcanzado por las normas de gestión
y manejo del área protegida, no se condice con la normativa vigente, dado que los
convenios a que alude la Ley N° 10.479 poseen otra naturaleza y finalidad, pero no
dejan afuera a los predios privados de las obligaciones y restricciones al dominio
que, en protección de los valores ambientales, impone la ley de áreas naturales
protegidas, dado que lo contrario implicaría desconocer principios hoy indiscutidos
como el principio “pro natura” y hasta desconocer las normas del derecho privado
positivo argentino, que impone claros límites al ejercicio del derecho de propiedad
individual frente a los derechos de incidencia colectiva, el desarrollo sustentable y la
protección de los ecosistemas de flora, fauna y biodiversidad, el agua, los valores
culturales y el paisaje entre otros.-
Transcribió el art. 85 de la Carta local y, sobre la base del mismo,
razonó que tampoco se ha probado en autos que la actividad cuestionada posea
aptitud para provocar ese tipo de impactos ambientales negativos que la tornaría
constitucionalmente prohibida o vedada. Acotó que los cuestionamientos de las
actoras a la instancia de participación ciudadana impuesta en el caso, tampoco
pueden ser considerados obstativos para anular los CAA expedidos o bien
suspender la actividad de la explotación a las resultas de un nuevo proceso.-
Señaló que el Principio 10 de la Declaración de Río sobre Medio
Ambiente y el Desarrollo ha sido ampliamente recibido en nuestro derecho interno,
incluyendo mecanismos de participación en diversas normas vinculadas a políticas
públicas ambientales. Adujo que la queja respecto al formato de comunicación de
las preguntas y respuestas de la ciudadanía, tampoco es relevante como para
deslegitimar el proceso y causar la nulidad de la EIA como se alega. Advirtió
que si se ve, la transmisión por facebook live, método eficiente y accesible para la
comunicación a más personas que las de una localidad en particular, funcionó
adecuadamente, también se abrieron canales de consulta vía mail e inclusive
telefónicas del día de las devoluciones realizadas por radio, que se efectuaron en el
marco de una transmisión que duró casi 2 horas y fue precedida por el acceso a los
estudios de impacto ambiental en el punto digital, esto, sin contar con que también
se difundió la existencia de la socialización del estudio por redes sociales del
municipio, poseyendo 474 reproducciones a la fecha, con lo cual estimó que la
finalidad de dar a conocer el proyecto a la comunidad aparece cumplido
razonablemente.-
Por otra parte, sostuvo que los cuestionamientos a la falta de
control u omisión de etapas o pasos en el expediente de la EIA tampoco
merecen favorable acogida, con la excepción respecto de uno de los aspectos
relacionados con el floculante utilizado. Destacó que la tramitación de los dos
estudios de impacto ambiental han merecido observaciones y rectificaciones,
profundizaciones, cumplimiento de recaudos de diversa índole por parte del
proponente lo que, a contrario de lo sostenido por las actoras, no se advierte
configurativo de una causal de nulidad sustancial del proceso, en los
términos de los arts. 12 y 13 de la LGA. Señaló que no se desconoce que existen
complejidades de la materia que exige que la autoridad de aplicación mejore su
sistema de compilación de la información a fin de que las actuaciones de EIA
posean mejor orden y sencillez de búsqueda de sus datos para quien las examina,
pero las actuaciones del caso no han impedido tal análisis, no aparecen
incompletas, son legibles y por tanto no merecen ser declaradas nulas y no
se ha probado tampoco que la explotación en concreto hubiese comenzado
a funcionar con anterioridad a la expedición de los CAA y al cumplimiento
de los recaudos exigidos en los últimos informes técnicos emitidos por la
SAER.-
En cuanto a la afectación a la salud de la población aledaña (barrio y
escuela) que se genera por el particulado producto de la explotación en sí misma
como en ocasión de su transporte en los camiones que trasladan el material -arena-
, aclaró que quedó ratificado en la causa con los informes remitidos por el INTI y lo
explicado por el perito actuante en audiencia, en el sentido de que los valores de
granulometría de la arena en explotación no implican necesariamente
generación de polvos o arenas finas de magnitud. Continúa diciendo que, en
relación al producto SANUR OIL, floculante utilizado por la autoridad de control para
el espesamiento de aguas, el perito brindó detalles sobre el estado de la ciencia en
orden a la peligrosidad o inocuidad del producto, señalando en primer término que
la hoja de seguridad que brindaba la marca comercial del producto -que es la que
se adjuntó a las actuaciones administrativas- no era completa, pero sí surge de la
misma que estamos en presencia de una poliacrilamida que contiene la sustancia
acrilamida (AMD), que este tipo de productos es ampliamente usado en los
tratamientos de aguas como floculante -en efluentes-, incluyendo los
tratamientos de potabilización de aguas, que la mayor preocupación es la
posibilidad de la aparición de acrilamida libre en las soluciones o mezclas donde se
halla presente la poliacrilamida (polímeros de acrilamida) dado que el IARC
(International Agency for Research of Cancer), dependiente de la Organización
Mundial de la Salud, tiene tipificado a la acrilamida como posible precursor
cancerígeno basándose en experiencias sobre animales, aunque no existen
conclusiones taxativas sobre el ser humano. Aseveró que no hay criterio
científico uniforme, en razón que el perito concluye que en esta etapa inicial de la
explotación no se puede aseverar que la posibilidad de acrilamida libre en
los lodos y/o aguas de las piletas de lodos sea contaminante de las aguas
subterráneas o superficiales de la explotación, pero, no obstante, señala que
deberían incrementarse la periodicidad de los muestreos y extensión de los
parámetros a analizar, incluyendo no sólo muestras del pozo de agua de la
explotación, sino de aquellos que proveen a los habitantes cercanos.-
Razonó que por la incertidumbre y falta de información expuestas
en este punto y las consideraciones que la SAER hizo al informe pericial respecto de
este tópico, encuentra que asiste razón a las actoras en su denuncia por lo que,
por aplicación de los principios preventivo y precautorio, se dispondrá su
sustitución en la modalidad que detalla, otorgando un plazo -que fijó en 120 días
corridos a computar desde la sentencia-. Dispuso que, en el supuesto de que los
muestreos dieran como resultado presencia de acrilamida (AMD) en lodos o aguas
analizadas, se suspenda de inmediato la actividad, debiendo la autoridad de
aplicación diseñar al efecto el plan de contingencia que corresponda. A su vez,
estableció que los resultados de los estudios de calidad de aire y de aguas deberán
ser publicados y puestos a disposición de los habitantes del barrio y de la escuela,
lo que se encomienda a la autoridad de aplicación municipal. Por último, exhortó a
las autoridades del Gobierno Provincial -en su Secretaría de Ambiente- y al
Municipio de Ibicuy -en su intendente- a fin de que concreten prontamente la
ejecución de un estudio de impacto acumulativo en la zona, de modo de adaptar las
pautas de un desarrollo sustentable que respeten al máximo posible las
características de área protegida que ésta posee y sea posible avanzar en la
regulación y control del desarrollo social y económico ordenado y sustentable de la
zona.-
Explicó que uno de los problemas que enfrenta el bien colectivo en
cuestión, no es el impacto ambiental negativo que pudiese generar una explotación
individual del recurso, sino la magnitud e impacto ambiental acumulativo que
provoca por una actividad que, hasta hace unos años, no era habitual en su
cantidad y escala, referida a la explotación minera de las arenas silíceas
entrerrianas. Afirmó que las propias manifestaciones de los estados demandados
surge que existe una preocupación cierta de un peligro de daño irreversible y
ausencia de información relativa a dicho perjuicio. Recordó que el principio
precautorio produce una obligación de previsión extendida y anticipatoria a cargo
del funcionario público. Señaló que la aplicación del principio precautorio, en este
caso, en tanto la temática ya se encuentra en la agenda pública de los
estados demandados, lleva a exhortar mediante este pronunciamiento al Estado
de Entre Ríos y al Municipal de Ibicuy a que arbitren los medios y canales
conducentes a fin de ejecutar en la zona afectada, un estudio del impacto
acumulativo de dichos procesos extractivos denunciados, resguardando el respeto
de los presupuestos mínimos en la materia y en el que se dé amplia participación a
las comunidades que habitan en la zona afectada.-
En lo atinente a las costas, las fijó a cargo de las demandadas,
sustentando el hecho de que el derecho al ambiente reviste un deber de protección
de todos los ciudadanos como indica el art. 41 CN, tornando al litigio ambiental en
uno de interés público y, por todo lo expuesto, arribó a la decisión sentencial de
acogimiento parcial de la acción.-
I.2.- Contra ese pronunciamiento se alzaron las accionadas e
interpusieron todas ellas sendos recursos de apelación, cuyos argumentos
fundantes desarrollaron ante esta Alzada en procura de su revocación, cada uno de
ellos, según sus tesituras, las cuales, en definitiva confluyen en un mismo objetivo.-
I.2.1.- El Municipio de Ibicuy sostuvo que la sentencia apelada debe
revocarse por varias razones, entre las que destacó que no existe caso judicial que
amerite el trámite por vía de amparo. En tal sentido, señaló que en el escrito de
demanda se alegan dos posibles afectaciones ambientales, una por material
particulado (arena silícea) y la otra por el uso del floculante SANUR OIL, y es la
propia magistrada quien descarta la posibilidad de daño en el medio aire por arena
silícea, entendiendo acreditado “incertidumbre” y “falta de información” respecto el
uso del floculante (SANUR OIL) y, sobre la base de ello, hace lugar a la demanda,
razonamiento que consideró incorrecto, toda vez que a criterio del perito no hay
incertidumbre y, mucho menos, falta de información, al dictaminar que en esta
etapa de la explotación no puede aseverarse que la posibilidad de acrilamida libre
en los lodos y o aguas de las piletas de lodos sea contaminante de las aguas
subterráneas o superficiales, afirmó que la probabilidad no se relaciona con la
“inminencia del riesgo”, si con la lógica de resultados del muestreo que, en caso de
que existiese acrilamida en los lodos, la posibilidad de su traslación a las napas es
aún menor que la posibilidad de su existencia en función de la profundidad de los
pozos de agua de la empresa, del barrio y la estancia. Agregó la recurrente que la
Jueza construye la incertidumbre en base al análisis de la bibliografía usada por el
especialista, debiendo priorizarse el razonamiento del especialista.-
Entendió que la sentencia que se recurre, en lo concreto, termina
siendo una intromisión en facultades propias de los Poderes Ejecutivos provincial y
municipal, sobre todo en las del Poder Ejecutivo provincial, ejercida por la
Secretaría de Ambiente.-
Eventualmente, y en subsidio, para el caso de que el Tribunal no
atienda los argumentos anteriores expuestos y los que las restantes co-
demandadas pudieran exponer, dejó planteado el rechazo de la demanda respecto
suyo, por no existir acto u omisión ilícita imputable, por cuanto surge de autos que
el incumplimiento imputado a la Administración local (Nulidad del Certificado de
Aptitud Ambiental suscripto por el Presidente Municipal Gustavo Roldan) no ha
prosperado, deviniendo lógico el rechazo de la demanda respecto de ella, que no
existe acción u omisión arbitraria que permita atribuir responsabilidad y que
tampoco hay facultad administrativa comprometida en la resolución del caso, en la
forma dispuesta en la sentencia. Señaló que la actividad desarrollada por la
Municipalidad -en especial el proceso de participación ciudadana- ha sido analizado
por la Jueza sin formular objeciones al respecto.-
Sobre lo resuelto respecto de las exhortaciones, remarcó que son
claras actividades de las naturaleza ejecutiva, pero además de ello no existe ilicitud
que permita justificar tal condena, con relación al acceso a la información pública,
expuso que recientemente en autos "COOPERATIVA DE AGUA POTABLE y OTROS
SERVICIOS PÚBLICOS DE IBICUY LTDA. c/GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE ENTRE
RIOS -Secretaría de Ambiente- s/ACCION DE AMPARO" -Causa N° 25108-, se
rechazó la acción de amparo en relación a la explotación minera realizada por Y.P.F.
S.A en el establecimiento de su propiedad denominado “El Mangrullo”, por lo que
mal podría ahora justificar la prosecución de otra acción de amparo con el
argumento de dar acceso a la información pública, cuando, como es sabido, la co-
demandada Gobierno de Entre Ríos ha dado sobradas muestras de su diligencia al
respecto. Similar descalificación merece la restante condena, por cuanto con el
Estado Provincial están desarrollando una agenda política propia que convierte en
abstracta la manda de la Jueza, y como se acreditó en el expediente existe una
mesa de trabajo intersectorial, encabezada por la Dirección Nacional de Producción
Minera Sustentable (DNPMS) - Subsecretaría de Política Minera (SSPM) - Secretaría
de Minería de Nación (SEMIN), denominada “Fortalecimiento de la gobernanza de
sector extractivo arenero en la localidad de Ibicuy - Departamento Islas de Ibicuy -
Provincia de Entre Ríos”, lo cual fortalece aún más la postura defensiva.-
Indicó que, en lo concreto, existe en desarrollo proyecto de estudio
geológico, que sería encabezado por el Servicio Geológico Minero Argentino
(SEGEMAR) que es el Organismo Nacional científico-tecnológico responsable de la
producción de conocimiento e información geológica, tecnológica, minera y
geológica ambiental del territorio de la República Argentina y plataforma
continental, todo lo cual demuestra un activo compromiso con la agenda ambiental
que evidencia la inoficiosidad de la presente acción. Respecto de la sustitución del
floculante, resaltó que la bibliografía extranjera que analiza la Jueza para sostener
su postura no es elemento probatorio, sino que es el respaldo científico de las
conclusiones del perito, interpretando que el producto usado podría ser peligroso,
pero esa conclusión teórica tal vez podría ser fundamento para propiciar la nulidad
o inconstitucionalidad de la normativa administrativa que habilita el uso del
producto, lo que no ocurrió, no resultando razonable pretender que la
Administración impida el uso sin que se descalifique las normas que autorizan el
mismo, sin que exista evidencia de daños a derechos esenciales.-
Alegó que la sentencia recurrida también adolece de vicio
argumental respecto a la ponderación de los requisitos formales de admisibilidad, al
desestimar la caducidad de la acción en abstracto sin una merituar que la
ponderación del caso resulta contrario a lo dicho por este Tribunal en la causa
“KOHAN”. Calificó de incongruente al pronunciamiento atacado, por adolecer de
vicios, por transgredir severamente los principios procesales de congruencia y,
consecuentemente, el de defensa en juicio, dado que la sustitución del producto
SANUR OIL, el control y el monitoreo no estaban ni sospechosamente incluidos en
la postulación por la que se trabó la litis y se expusieron los argumentos
defensivos.-
Por último, sostuvo que, para el eventual e hipotético caso de que
se mantenga la sentencia apelada, la imposición de las costas no resulta ajustada a
derecho conforme el desarrollo de la causa, al no reprochárseles conducta alguna a
ninguna de las codemandadas, de lo que deviene irracional la condena en costas,
existiendo razones suficientes para apartarse del principio general en la materia.-
I.2.2.- Por su parte, la firma YPF S.A. aseveró que el acto sentencial
contiene un grave error, cuando la condena a que en el plazo de 120 días corridos
sustituya el producto SANUR OIL 8040, dado que ni el perito ni la SAER indican que
debe ser reemplazado el producto. Puso de relieve un extracto del Estudio de
Impacto Ambiental (EsIA) de la Planta de Lavado en el cual se explica que se
reduce significativamente el consumo de agua por tonelada procesada y la
posibilidad de reciclarla, además de ser un floculante ampliamente utilizado en todo
el país. Resaltó que a través del uso del SANUROIL como espesador, recupera el
95% del agua utilizada, lo cual tiene un impacto positivo, puesto que reduce
drásticamente el consumo de agua, aspecto que fue ratificado por el perito en la
audiencia celebrada en autos. Aclaró que la gestión ambiental es exitosa y que no
se produce la dispersión de la acrilamida libre, lo cual fue soslayado en la sentencia,
omitiendo tener en cuenta que en este caso ni siquiera se encuentra la acrilamida,
ya que tanto en el efluente líquido como en el residuo sólido resultante del lavado
de arena la concentración de acrilamida se encuentra por debajo del límite de
detección.-
Expuso que, aunque exista la posibilidad abstracta de dispersión de
la acrilamida libre, sí se ha demostrado en autos, ratificado por la pericia, que no
hay acrilamidas libres en la actividad desarrollada en Ibicuy y que por el contrario,
los resultados de los monitoreos dejan en evidencia que el uso que hace YPF del
floculante cuestionado no contamina y por ello no es razonable la orden de
reemplazo por otro producto, imponiéndole un trámite administrativo de aprobación
que no tiene ningún sentido y que el perito limitó a la sugerencia de que se lleven a
cabo mayores controles respecto del acrilamida, pero nunca indicó el reemplazo del
SANUROIL o de cualquier otro poliacrilamida, achacándole también error al fallo, al
remitirse a “las consideraciones que la SAER hizo al informe pericial respecto de
este tópico”, interpretando ese informe de manera equivocada ya que el consultor
no recomienda el reemplazo del SANUROIL y tampoco lo hace la SAER. Sostuvo que
la jueza tampoco tuvo en consideración el hecho de que el material no pueda ser
fácilmente reemplazado y mucho menos en el escueto plazo de 120 días corridos,
insistió en la improcedencia de la orden de sustitución compulsiva ahora, cuando no
existe ningún riesgo ambiental y la posible inexistencia de un reemplazo efectivo.
Razonó que si el mismo perito especializado reconoce que la poliacrilamida se
utiliza ampliamente para la potabilización de aguas, no tiene explicación razonable
que en la sentencia se ordene la sustitución del producto para uso industrial cuando
ha sido aprobado para permitir que el agua tenga las características necesarias
para consumo humano.-
También se agravió de que el decisorio en crisis haya ordenado la
suspensión de inmediato de la actividad para el supuesto de que los muestreos
dieran como resultado presencia de acrilamida, es decir sin ni siquiera verificar
primero la existencia de contaminación alguna, lo consideró arbitrario, por exceder
el principio de razonabilidad y proporcionalidad, pero, al margen de ello, sostuvo
que incluso en el hipotético caso de que se detectare la contaminación de
acrilamida y su ingesta por parte de las personas, conforme indicó el perito, existe
un límite en Estados Unidos para el consumo de la acrilamida, que no se encuentra
legislado en nuestro país, si el consumo no supera esos límites, tampoco habría
daño alguno.-
Acotó que el principio precautorio no se aplica en abstracto, no tiene
esa naturaleza, requiere un caso, una situación previa verificable, que permitirá
determinar, si ese peligro o esa amenaza, tienen entidad suficiente para que se
decida tomar una acción destinada a evitarla. Indicó que los presupuestos de
aplicación del precautorio son la amenaza de daño grave o irreversible y la
incertidumbre científica, no reuniendo asidero legal sostener la existencia de una
amenaza de daño grave o irreversible, dando las razones para ello. Enfatizó que las
constancias del expediente administrativo y ahora del expediente judicial, sumado a
los informes técnicos agregados y las conclusiones del perito designado en autos,
permiten sostener la inexistencia de riesgo de las actividades y por ello la
imposibilidad de ocurrencia de “daño grave e irreversible” por la utilización del
producto SANUROIL o de cualquier otro poliacrilamida y, por tal motivo, se debe
dejar sin efecto la orden de reemplazo.-
Apreció que la condena no tiene sustento ni congruencia lógica, ya
que está claro que el procedimiento de aprobación de la actividad se desarrolló
conforme al marco regulatorio vigente y con la debida intervención de las
autoridades administrativas y así lo sostiene el fallo, no explicándose entonces que
se haga lugar al amparo cuando se acredita ese cumplimiento y cuando, el producto
utilizado en el espesado, en este caso el SANUROIL no está prohibido. Expresó que
no existe legislación nacional que prohíba su uso o el de poliacrilamidas, ni siquiera
que regule su concentración máxima permisible ponderada en el tiempo (CMP), sin
perder de vista, además que el Sanuroil, como se dijo, es utilizado por ABSA para la
potabilización de agua para consumo humano.-
Aseveró que, conforme surge de los dictámenes técnicos que
integran el expediente administrativo, su actividad no produce un daño al
ambiente, ya que las medidas de mitigación y control que lleva a cabo, como las
propuestas y las sugeridas por la autoridad de aplicación, permitirán disminuir
cualquier impacto y potenciar por el contrario los positivos, que tanto la cantera
como las plantas de lavado no producen ninguna pérdida, disminución o detrimento
significativo al ambiente o a uno o más de sus componentes, por ende, no son
causal de daño ambiental alguno.-
Adujo que la presente acción involucra cuestiones de competencia
exclusiva de la autoridad administrativa, supone además la inexistencia de un caso
judicial, no pudiendo admitirse soluciones que fuercen y se entrometan en las vías
administrativas correspondientes. Manifestó que las cuestiones planteadas en
autos, fueron tratadas y definidas en sede administrativa.-
Aclaró que el marco regulatorio actualmente en vigencia en la
provincia, prevé el acceso irrestricto a los expedientes administrativos en trámite,
como también de cualquier persona con un interés legítimo, a solicitar información
sobre la actividad de la empresa, como también sobre cualquier tipo de proyecto en
la provincia, agraviándose que se la incluya en la condena, cuando el proyecto fue
sometido a audiencia pública y el expediente es de acceso público, no aplicándose
tampoco al caso el Acuerdo de Escazú, porque los hechos fueron anteriores a su
entrada en vigencia y porque sus disposiciones no son operativas, además de
remitir permanentemente a las disposiciones internas de cada Estado que lo
ratificó.-
Finalmente, consideró que las costas deben ser impuestas en su
totalidad a las actoras, solicitó se revoque el fallo en lo que ha sido materia de
agravios y deje sin efecto lo dispuesto en los puntos 1.a) y 1.b) de la parte
resolutiva, con costas.-
I.2.3.- A su vez, la Fiscalía de Estado expresó que en la tramitación
del presente se han introducido claras modificaciones procesales para intentar
suplir las carencias y falencias del promocional, circunstancia que ha quedado
evidenciada en el pedido de prueba pericial por parte del Ministerio Publico Fiscal y
luego, en diferentes fragmentos del resolutorio, al afirmar que las conclusiones del
perito no se apoyan en documento científicos alguno o puntualizando
contrariamente a lo dicho por el auxiliar judicial y a lo expresado por SAER.
Esgrimió que el acto sentencial no solo ha resultado contradictorio en sí mismo,
sino que además invade funciones administrativas, extralimitándose, ignora los
presupuestos procesales para la procedencia del amparo y en definitiva perjudica a
las accionadas sin contar con sustento probatorio que le haya permitido declarar
procedente la acción de amparo.-
Mencionó que la sentencia “admite” la acción sin hacer lugar a la
ninguna de las prestaciones actorales, que es evidente que el fallo atacado no hace
lugar a lo peticionado, al no admitir ninguna de las tres pretensiones. Añadió que la
decisión judicial no modifica ni reformula la pretensión sino que directamente “crea
o elabora” una nueva causa petendi para el proceso de amparo y esto ni siquiera
puede configurar como la habilitación que se le otorga al juez en el art. 76 LPC a
extender a otra cuestiones ambientales relacionadas aunque no solicitadas
expresamente. Acotó que la magistrada, en el mejor de los casos, elaboró una
sentencia exhortativa para instar a la actividad administrativa y de la empresa
demandada, pero en modo alguno pudo admitir la acción sin haber declarado la
nulidad del Certificado de Aptitud Ambiental, sin haber podido verificar omisión
alguna del Estado Provincial en su actividad de control, ni tampoco ha tenido
sustento probatorio para determinar que la empresa accionara ilegal o
inconstitucionalmente en la extracción y lavado de arenas silíceas en el predio de su
propiedad.-
Relató que la sentencia efectúa un recuento de las constancias
producidas durante la tramitación de este proceso ambiental, pero de ninguna
manera vincula aspectos fácticos y jurídicos, tanto que no pudo tener por
comprobados ninguno de los extremos que la amparista alegó como fundamento de
su pretensión y es por ello que no pudo encontrar razón para admitir el objeto de la
demanda, a pesar de que así lo afirma el resolutorio, antes de decidir una condena
absolutamente extraña a la peticionada por la accionante. Sostuvo que la
exhortación que efectúa la sentencia para que se lleve a cabo un estudio de
impacto acumulativo, surge de la sugerencia que efectuó la propia Administración a
quien va dirigida la orden, desconociendo, por ejemplo, el hecho de que en la
región noreste del país, donde se ubica la provincia de Entre Ríos, los humedales
constituyen parches en una matriz de paisajes terrestres y que para la
determinación de qué metro cuadrado es humedal y cuál no (lo que se denomina
técnicamente “delimitación”), debe hacerse una verificación de factores en el
terreno.-
Afirmó que resulta evidente que el Poder Judicial se inmiscuye en el
trabajo específico de expertos a quienes el Estado les delega facultad para el
control dinámico y progresivo en materia ambiental, y hace referencia a mapas de
grandes escalas (como la referencia genérica al documento de UNER),
desconociendo que en la temática ambiental se analizan escalas y se establecen
pautas en virtud de las particularidades de la zona en la que se realiza una
actividad antrópica, considerando además cuál es la capacidad de recomposición del
ecosistema en ese delimitado lugar.-
Estimó que la sentencia excede y va mas allá, no solo de lo
pretendido por la contraria, sino de lo permitido por la Constitución Nacional y
Provincial, al ordenar medidas que deben ser dispuestas en el marco de los
procedimientos administrativos en los que se desarrollan y ejecutan las normas
constitucionales, leyes, reglamentos y demás normativas técnicas en pos del
cuidado del medioambiente.-
Luego de resaltar la improcedencia de la acción, subrayó que la
sentencia intenta erigir su nueva y creativa exhortación al introducir el principio
precautorio, lo cual a primera vista deja en evidencia dos cuestiones: que no podía
admitir lo reclamado por la actora porque afirmó “ya se encuentra en la agenda
pública de los estados demandados” y que la sentencia solo reitera lo que el Poder
Administrador viene desarrollando, es decir que resulta inaplicable el principio
precautorio. Indicó que el pronunciamiento no pudo dar cuenta de esta hipótesis y
tampoco pudo comprender que el proceso de Certificación Ambiental no termina en
el acto administrativo de la emisión de la resolución y el certificado.-
Explicó que, como todo principio, el precautorio es un mandato de
optimización, pero en autos no se advierte ni se comprueba que deba utilizarse ese
mandato y menos aún que no sean aplicables otros principios como el de
progresividad en las medidas. Adujo que no es posible imponer una condena a
realizar el reemplazo de un producto por aplicación del principio precautorio,
cuando no surge su prohibición de la normativa que autoriza su uso, ni se haya
recabado evidencia que importe una suposición de riesgo o daño al ambiente, al no
haberse detectado Monómeros de acrilamida en las piletas de lodo, siendo por ello
que se rechaza la aplicación del principio precautorio en esta causa porque ha sido
utilizado como excusa para admitir la demanda y con mayor razón porque no existe
ausencia de información o certeza científica sobre los aspectos que se han ventilado
en el procedimiento administrativo, habida cuenta que las medidas tomadas por las
demandadas resultan eficaces e idóneas para impedir la degradación del ambiente.-
Tildó de errónea e irrazonable la imposición de costas, resultando
esta altura evidente y notorio que el presente amparo ha resultado un dispendio de
recursos de tiempo, personal, fondos públicos, etc., para llegar a la conclusión que
ninguno de los extremos que la actora denuncia fueron ciertos y que la sentencia
no hace algo diferente de lo que las codemandadas ya se encuentran realizando, en
el ámbito de sus específicas competencias.-
Para concluir acentuó que la sentencia resulta contradictoria y
confusa por oposición a la litis trabada, las constancias de la causa y a la
construcción del razonamiento de los considerandos, porque no admite lo pedido
por la parte y aun así hace lugar al amparo, tampoco puede ser catalogada como
sentencia exhortativa porque emite una orden como condena sin poder fundarla en
hechos ni derecho, excede los límites de la división de poderes e incluso no resulta
acorde con la habilitación otorgada por el art. 76 de la Ley N° 8369, no aporta ni
contribuye sustancialmente a lo que ya vienen haciendo las codemandadas
estatales y la empresa que subsume su actividad productiva a las directivas de los
organismos de ambientes, en sus distintas jurisdicciones, no efectúa una correcta
aplicación del principio precautorio e ignora el principio de progresividad, no hace
mérito de la improcedencia del amparo como vía para procesal para supuestos
legales concretos, se erige como un pronunciamiento dogmático y extraño a las
constancias producidas en la causa, desconoce que las actuaciones administrativas
que se relevaron constituyen actividad legítima dentro del marco del respeto a
normas constitucionales y por ende ningún reproche se les puede imponer, ha
tenido una lectura voluntarista y parcial sobre los textos científicos y ha
desconocido las explicaciones de los expertos, con el objetivo de inclinar la decisión
hacia la amparista y cargar en costas a las accionadas.-
1.3.- La parte actoral, si bien acompañó su memorial en esta
instancia, por Presidencia se resolvió no agregar el mismo en razón de haber sido
articulado en forma extemporánea.-
1.4.- Elevadas las actuaciones, a sus respectivos turnos,
dictaminaron los Ministerios Públicos de la Defensa y Fiscal. El citado en primer
término sostuvo que el pronunciamiento apelado, valoró desde una perspectiva
ambiental, el interés superior de los niños y niñas, en aras de garantizar su más
alto nivel posible de salud, tal como lo preceptúa el art. 24, inc. 1º, de la
Convención sobre los Derechos del Niño, respeta el colectivo de las infancias
involucradas, asegurando que sus derechos sean preservados con efectividad, lo
que resulta acorde con su interés superior y con la Opinión Consultiva 17/2002 de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en cuanto dispone que las acciones
de los Estados y de la sociedad, así deben obrar, para lograr el más amplio de sus
potencialidades.-
Por su parte, el señor Procurador General señaló que la mera
invocación del riesgo del daño ambiental no torna operativa la vía del amparo, sino
solo cuando estemos ante una ilegitimidad manifiesta que provoque un daño
ambiental inminente o actual, con el cese o reparación. Se refirió a la pericia del
Ingeniero Hess, peticionada a instancia del mismo Ministerio Fiscal, quien no
observa en el expediente fundamentación técnico profesional elaborada
por los organismos provinciales que indiquen que la mencionada área es
un humedal en forma específica y concluye considerando que no hay, al
momento, una fundamentación técnica que permita incluir taxativamente
al área en explotación minera como humedal.-
Afirmó que no es posible concluir, ni tampoco lo hace el perito, que
exista peligrosidad, que es el objeto de este punto de pericia, deviniendo así
infundado el Punto 1.a) y b), del resolutorio del fallo (sustitución del floculante;
realizar muestreos de calidad de agua y, si hay acrilamida en lodos o aguas
analizadas, suspender la actividad y diseñar el plan de contingencia; que la SAER y
el Municipio de Ibicuy divulguen los resultados de los monitoreos de calidad de aire
y agua obtenido). Entendió que no caben dudas que la pretensión actoral excede
ampliamente la excepcional vía del amparo, existiendo otras, con posibilidad de
dictarse medidas cautelares, con mayor posibilidad de debate y prueba para lo que
aquí se pretende, advirtiendo para ello advertir lo extenso de la tramitación de la
causa iniciada el 10/4/21 fallándose el 3/9/21, justamente porque todo ese lapso se
emplea en producir prueba.-
Dijo no desconocer que el pronunciamiento impugnado pretende ser
una sentencia “precautoria”, mas ello no resulta posible con las probanzas del caso
y en tanto no se constata ninguna omisión estatal ni mucho menos daño inminente,
circunstancias que debieran surgir palmariamente de las constancias de autos
porque así lo exige la vía excepcional elegida, pero ello no sucede. Además, el fallo
parece reformular la pretensión actoral supliendo falencias de la demanda, ya que
sostiene que la zona en cuestión está dentro de la categoría “paisaje de
humedales”, lo que está descartado en el dictamen pericial, incluso atribuye
omisión de protección del ambiente al Estado Provincial y Municipal pero sin
sustento probatorio alguno, disponiendo con base en ello el estudio de impacto
ambiental acumulativo, lo que no era objeto de la acción.-
Aseveró que el propio fallo se remite a la pericia afirmando que los
valores de granulometría de la arena en explotación no implican necesariamente
generación de polvos o arenas finas de magnitud y con ello la actividad carece de la
aptitud dañina relevante que denuncian las actoras. Resaltó que tampoco existe
prueba de la contaminación en el aire porque como sostiene el perito según las
muestras realizadas sobre la escuela y una familia de Estación Libertador General
San Martín por parte del INTI, los valores se encuentran dentro de los valores
permitidos por la Resolución MTESS 295/03 (0,05 mg/m³), concluyendo que no es
posible graduar daños y, con relación a la peligrosidad por el uso del floculante
"Sanuroil", concluye el perito que no se puede aseverar la existencia de
daño por presencia de acrilamida, no existiendo así la incertidumbre o falta de
información invocadas en el fallo para disponer el estudio de impacto ambiental
acumulativo. Además, esa imposición aparece como contradictoria dado que
justamente en el fallo se hace expresa referencia a la existencia de preocupación de
parte del Estado Provincial y del Municipio, habiéndoles instado el Tribunal a
ampliar el tema lo que se responde por medio de las presentaciones de fecha
19/8/2021 y 20/8/2021. Consideró evidente que si dichas partes expresan su
preocupación y acreditan que por ello continúan las reuniones programáticas para
abordar la temática de autos, deviene innecesario y excesivo el estudio de impacto
ambiental acumulativo impuesto en la sentencia so pretexto del principio
precautorio.-
Sostuvo que las Administraciones Provincial y Municipal continúan
controlando y vigilando, a través del procedimiento administrativo pertinente, el
desarrollo de la explotación en cuestión, a pesar de que no ha sido demostrado en
autos el daño ni presente ni probable. Estimó que resulta errónea la interpretación
y aplicación realizada en el fallo del principio precautorio porque no se toma en
cuenta que la Certificación Ambiental es un proceso que no termina con el acto
administrativo de la emisión de la Resolución y el Certificado sino que existen
Planes de Gestión Ambiental (PGA), en los que el proponente expone monitoreos,
informes, análisis periódicos como forma de control e información complementaria
de las condiciones del modo productivo que se está llevando a cabo, teniendo que
ser dicho PGA aprobado por el área técnica competente, deviniendo infundada la
obligación fijada en el fallo para el reemplazo en un plazo de la poliacrilamida,
mucho más porque el perito no señala que fuera necesario modificarla y menos aún
de forma urgente, excediéndose así la Magistrada porque exhorta a reemplazar un
producto fundando ello en el principio precautorio, sin que el uso de aquél esté
prohibido ni se hubiera detectado pericialmente riesgo o daño al ambiente por el
uso del mismo.-
En definitiva, razonó que de lo probado por la pericia surge la falta
de efectos contaminantes y de daño en las actividades de extracción, lavado y
clasificación de arenas silíceas, que no hay fracking, que el área no es un humedal,
que la acrilamida usada no contamina las aguas subterráneas ni superficiales,
formulando el fallo una aplicación irrazonable y excesiva del principio precautorio,
motivos por los cuales concluyó que la acción es inadmisible, por lo que propició su
rechazo y revocación del decisorio en crisis.-
II.- Sabido es que el art. 16 de la Ley Nº 8369 dispone que los
recursos articulados importan también el de nulidad, por tanto, el Tribunal ad quem
debe avocarse, aún de oficio, al examen de lo actuado y expurgar del proceso los
vicios con tal entidad que eventualmente se constaten.-
Las demandadas/recurrentes no hicieron -más allá de alguna
apostilla tangencial- mérito de la existencia de concretos defectos susceptibles de
acarrear esta sanción extrema con intención de lograr la nulificación de lo actuado y
efectuado, no obstante, del examen ex officio de las actuaciones, no es dable
constatar la presencia de vicios con entidad y trascendencia suficiente para
justificar una sanción nulificante en este estadio del proceso y, por consiguiente,
corresponde declarar que no existe nulidad.-
III.- Puesto a resolver, los planteos apelatorios deducidos, cabe
liminarmente y en cumplimiento de ese cometido, recordar -en prieta síntesis- que
la presente acción de amparo ambiental es promovida por Fundación Cauce Cultura
Ambiental - Causa Ecologista y la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos
(AGMER) contra el Gobierno de Entre Ríos, el Municipio de Ibicuy y la empresa YPF
S.A., solicitando: a) La declaración de nulidad del proceso de Evaluación de
Impacto Ambiental, tramitada ante la Secretaría de Ambiente de la Provincia de
Entre Ríos, y de la Certificación de Aptitud Ambiental expedida por el Intendente
municipal de Ibicuy, en virtud de la cual se autorizó la explotación de cantera,
minería a cielo abierto y de planta de lavado de arenas silíceas, que lleva adelante
YPF S.A. en el predio “El Mangrullo”, sito en el departamento Ibicuy de esta
Provincia; y b) se condene a YPF S.A., por haber comenzado la instalación y puesta
en funcionamiento de una planta de lavado de arenas silíceas, de manera previa a
la finalización del proceso de evaluación de impacto ambiental en un área natural
protegida por ley provincial ordenándose retirar todo lo construido en el predio El
Mangrullo y la recomposición del ambiente y ecosistema afectados al estado
anterior a su intervención. Se explayaron sobre los recaudos de admisibilidad, la
legitimación y la competencia, manifestaron que la población de Ibicuy no cuenta
con la información completa y certera sobre los procedimientos de extracción,
lavado y clasificación de las arenas que se llevan a cabo en su territorio. Criticaron
el Plan de Gestión Ambiental, detallaron las actuaciones administrativas iniciadas,
denunciaron que el producto “SANUROIL 8040” que utiliza la empresa para el
tratamiento del agua, es nocivo y contaminante, cuestionaron el proceso de
participación ciudadana implementado por el Municipio y aceptado por la SAER,
revelaron que no se garantizó la accesibilidad al expediente por parte de la empresa
y del municipio, imputaron a la Secretaría de Ambiente Provincial omisión en el
control de las irregularidades que se perpetraron en el expediente administrativo y
efectuaron otra serie de aseveraciones, a las que brevitatis causae me remito.-
Corrido traslado de la acción instaurada, compareció por el Estado
Provincial, el señor Fiscal Adjunto, Dr. Sebastián M. Trinadori, mientras que por la
Comuna de Ibicuy y por la empresa YPF S.A., en sus calidades de apoderados de la
mismas, hicieron lo propio los Dres. Pablo Delmonte y Mariano Victorio de Torres,
respectivamente.-
El citado en primer término planteó la falta de legitimación activa
manifiesta de AGMER, la inadmisibilidad de la vía procesal escogida, que el
cuestionado certificado de aptitud ambiental es una potestad del Municipio, por lo
que mal puede atribuirse su dictado a una omisión del Gobierno de Entre Ríos,
mientras que, en cuanto al embate contra la empresa Y.P.F. S.A., sostuvo que se
denuncian presuntos perjuicios que ya estarían consumados y por lo tanto no
califican como objeto de un amparo, resaltó la orfandad probatoria de la amparista,
la extemporaneidad de la acción, la carencia de existencia de litisconsorcio pasivo
necesaria en el caso, evacuando, en subsidio, el informe de rigor, en el cual
aseguró que no existió omisión alguna de parte del Estado provincial en el ejercicio
de su deber de control y preservación de los recursos naturales entrerrianos.-
El mandatario del municipio accionado, sostuvo también la
extemporaneidad del amparo, la inexistencia de un caso ambiental, falta de
legitimación activa de AGMER y la inexistencia de un litisconsorcio pasivo necesario.
Señaló que las actoras no logran demostrar la afectación directa a los intereses
alegados, ni la existencia de riesgo alguno y, si bien denuncian el riesgo creado por
el uso de floculante y por el material particulado que se esparce en la zona, estas
cuestiones fueron merituadas adecuadamente en ambos trámites administrativos
de las dos jurisdicciones realizándose las apreciaciones, observaciones y
correcciones que la cuestión ameritaba, por lo que su planteo deviene
improcedente. Aclaró que ambas actoras oportunamente consintieron los trámites
administrativos, luego de tomar intervención y ejercer sus derechos de
impugnación, habiendo participado de la audiencia pública, destacando que,
conforme a criterios geológicos, la zona no se condice con las de un humedal.-
Por último, el apoderado de YPF S.A., análogamente a las otras
codemandadas, se opuso a la admisibilidad de la acción y remarcó la improcedencia
de la vía escogida. Aseveró que su mandante comenzó a desarrollar la actividad
una vez obtenidas las correspondientes conformidades de los diferentes niveles de
gobierno, por lo que su actuar es legal desde sus inicios, no mereciendo reproche
alguno por irregularidades administrativas, ni por ser generadora de daño a la salud
ni al ambiente por los que deba responder, destacó que el proyecto fue puesto en
conocimiento de la comunidad mediante un procedimiento participativo de
socialización especial y ajustado a dichas circunstancias, y que en la misma
participó la co-actora Agmer realizando un amplio interrogatorio que fue
respondido, por lo que el planteo de nulidad de la audiencia pública no tiene
sustento por no haber sido impugnada en tiempo y forma. Afirmó que tanto la
“Cantera El Mangrullo” como la Planta de Lavado y Clasificación de Arena no están
situadas en una área natural protegida. Respecto de la utilización del producto
denominado “Sanur Oil”, sostuvo que el producto usado no genera daño en la salud
ni daño ambiental, siendo inocuo y utilizado generalmente para potabilización del
agua y tratamiento de efluentes líquidos, resaltando la utilización de tecnología
moderna y apropiada para reducir el consumo de agua, permitiendo su reciclado y
minimizando los riesgos de su uso. Advirtió que el yacimiento comenzó a operar el
13/1/2021, una vez obtenido el CAA en fecha 23/5/2019 y lo mismo sucedió con la
planta de lavado y de clasificación de arena que empezó a operar el 19/3/2021, es
decir luego de haberse otorgado el CAA en fecha 16/10/2020, subrayando que no
existió incumplimiento imputable a la autoridad de aplicación ni a la firma en lo que
respecta al acatamiento de los lineamientos estatales.-
Presentada de esta manera la plataforma fáctica, producida la
prueba pertinente, finalmente la a quo, luego de transcurridos más de cuatro meses
de la interposición de la demanda, resolvió admitir parcialmente la demanda
entablada en los términos y con los alcances reseñados en el parágrafo I de este
voto, lo que generó las reacciones impugnativas en examen por parte de las
accionadas, en pos de la modificación de dicho pronunciamiento.-
IV.- Sintetizados así los antecedentes relevantes del caso y
confrontadas escrupulosamente las posturas partivas, las constancias digitalizadas
de la causa, los fundamentos del fallo en crisis, los postulados impugnativos y la
opinión de los representantes de los Ministerios Públicos, lo cierto es que, siguiendo
lo relatado por las actoras, resulta imperioso destacar que, más allá de los
elementos probatorios obrantes en autos y de todas las elucubraciones de la
dialéctica argumental de las amparistas a lo largo del iter procesal, es importante
precisar que éstas han acudido a un medio excepcional y restrictivo, como el de la
acción de amparo (art. 56, Const. de E. Ríos), en su específica modalidad de
amparo ambiental, creado en la peculiar forma escogida en estos autos para
demandar contra todo hecho o acto, lícito o ilícito, que por acción u omisión anticipe
la probabilidad de riesgo, lo haga posible o cause daño ambiental,
considerando como bienes jurídicos protegidos alcanzados por esta especial
modalidad, sin perjuicio de otros no enumerados, los derechos humanos a la vida,
integridad y salud, ecosistemas, corredores biológicos, diversidad biológica, fuentes
de agua, agua potable, cuencas hídricas, agua superficial y subterránea, acuíferos,
humedales, montes nativos, selvas ribereñas, suelo, aire, flora, fauna, ambiente
urbano, paisajístico, histórico, cultural, artístico y arquitectónico (cfme.: arts. 62,
65, sigs. y ccdts., Ley N° 8369).-
A la luz de ciertos y estrictos parámetros normativos, que
configuran piedras angulares de la procedencia sustancial de la especial acción
articulada, es necesario destacar que en este caso concreto, la improcedencia de
esta excepcional -y especialísima- acción de amparo resulta indubitable, surgiendo
ello incontestable de las actuaciones, habida cuenta que, sin perjuicio del cúmulo de
especulaciones desplegadas por las amparistas en pos de demostrar a la
controvertida -según su criterio- actividad económica como causante del perjuicio
ambiental aludido, lo cierto y concreto es que la demanda se dirige puntualmente a
obtener los extremos definidos en el promocional como objetos pretensivos, los
cuales se reducen a dos puntos delimitados, a saber: la nulificación de actos
administrativos y a la inmediata conclusión de las actividades de YPF en el predio
denominado “El Mangrullo”, por -teóricamente- iniciarlas antes de la aprobación
técnico-administrativa de ellas, aspectos ambos que son contundentemente
respondidos en forma negativa por la a quo que, en aras de tal cometido, varía el
objeto de la acción -aunque utilizando la habilitación de la extensión del objeto
(cfme.: art. 76, in fine, Ley N° 8369)- para convertirlo en un amparo con finalidad
preventiva de supuestos efectos nocivos o peligrosos para el ambiente,
provenientes de la actividad de YPF en el mencionado predio; mas, sin ningún
elemento concreto -más allá de la mera voluntad de la a quo- que siquiera permita
sugerir la posibilidad de efecto dañino o pernicioso en la utilización del producto que
ordena eliminar de la explotación emprendida y condena a la práctica de controles
técnico-científicos de niveles de contaminación que se encuentran previstos en los
actos administrativos que autorizan la actividad y cubiertos con la diligencia de
entes estatales específicos de control, sin ninguna constancia de que semejante
tarea no se realice en la realidad, extremo acerca del cual, por otra parte, nada
demandan las accionantes.-
Por otra parte, resulta menester destacar que la pericia efectuada
por un sujeto idóneo en la materia -de por sí intrincada-, no indica la necesidad de
llevar adelante ninguna de las conductas objeto de la condena, no pudiéndose
constatar, a la luz de los elementos probatorios obrantes en autos, la clara
vulneración de los derechos constitucionales que se aducen violados por las
accionantes, poniendo ello de relieve la insuficiencia del discurso pretensivo de
autos, no alcanzando los insistentes razonamientos que realizan aquellas para
demostrar el cumplimiento de los recaudos de procedencia de la presente acción
constitucional, debiéndose adicionar a ello que, tal como lo puso de relieve la
sentenciante, la tramitación de los dos estudios de impacto ambiental han merecido
observaciones y rectificaciones por parte del proponente lo que, inversamente a lo
sostenido por las actoras, no se advierte configurativo de una causal de nulidad
sustancial del proceso, motivo por el cual, el emprendimiento se encontraba
avalado por las autoridades que ejercen el poder de policía ambiental,
desprendiéndose así de lo actuado que no puede colegirse la existencia de una
acción -u omisión- de parte de los codemandados que vulnere ostensiblemente -o,
al menos, ello no ha sido intentado probar con un mínimo de suficiencia- un
concreto derecho de protección constitucional de la parte actora que torne viable
este remedio de excepción y, sin perjuicio del desagrado y la disconformidad de las
accionantes respecto del proceder de los organismos gubernamentales, así como la
aparente desprolijidad de la empresa demandada en aventurarse a iniciar sus
actividades, no es posible vislumbrar -reitero- la presencia de una conducta
visiblemente espuria de la misma en la especie, como así tampoco la real existencia
del mentado daño al ecosistema, al no verificarse éste con el grado de evidencia
requerido por esta especial acción -ni siquiera aún con grado de probabilidad-, sin
perjuicio de señalar que en autos, se han producido una serie de pruebas de rigor
técnico-científico, destacándose precisamente la aludida pericia, en donde, entre
otras cuestiones, se dejó claramente asentado, a contrario sensu de lo
enfáticamente esgrimido por las actoras, que no se observa una fundamentación
técnico profesional elaborada por los organismos provinciales que indiquen que la
mencionada área es un humedal, calidad que es alegada solo desde el plano
retórico por las accionantes, pero queda desvirtuada con el tecnicismo de lo
informado por la pericia, no pudiendo determinarse un perjuicio de cierta entidad
como el denunciado que pueda alterar significativamente el medio ambiente, no
contando con parámetros que permitan dimensionar la significación del conjetural
impacto ambiental del emprendimiento de marras, sin perjuicio de lo cual la Jueza
de grado elucubra una solución con basamento aparente en el principio precautorio
ambiental que la Ley General del Ambiente N° 25675 en su art. 4, precisa sus
alcances expresando: “Cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la
ausencia de información o certeza científica no deberá utilizarse como razón para
postergar la adopción de medidas eficaces, en función de los costos, para impedir la
degradación del medio ambiente”; no obstante, en la especie no se ha verificado
ausencia de información ni incerteza científica ni, mucho menos, determinado la
existencia de peligro de daño grave o irreversible.-
Por lo dicho, emerge de lo actuado que no nos encontramos en la
especie frente a un supuesto fáctico susceptible de configurar los presupuestos
elementales de procedencia sustancial de la especial acción constitucional de
excepción aventurada por las actoras, toda vez que no irrumpe evidente de los
hechos alegados por éstas en su demanda, así como de lo concretamente
demostrado con la prueba producida que actual o inminentemente exista -como
dogmáticamente afirman- una ilegítima lesión jurídica como la que invocan o, al
menos, que ella resulte factible de constatar palmariamente en estos autos, por lo
que, sin soslayar la importancia de directrices inspiradas y derivadas del principio
de precaución, no debemos olvidar que es éste un elemento piramidal del derecho
ambiental direccionado a impedir los daños graves o irreversibles que pueda sufrir
el medio ambiente, imponiendo medidas preventivas en aquellos eventos en donde
el desarrollo de una actividad pueda afectar los recursos naturales, lo cual no
implica que, con el rechazo del planteo actoral, la jerarquización de un derecho
implícitamente preexistente, que por decisión del constituyente del año 1994 al
momento de encarar la reforma pertinente a nuestra Carta Magna se consagró con
la positivización de lo vinculado con un ambiente sano, equilibrado y apto, sin
comprometer las generaciones del porvenir, se convierta en una mera expresión de
buenos y deseables propósitos.-
V.- En consecuencia, como corolario de todo lo expuesto,
corresponde hacer lugar a los recursos de apelación interpuestos por las
demandadas y revocar la sentencia de primera instancia, rechazar la acción de
amparo ambiental incoada por Fundación Cauce: Cultura Ambiental, Causa
Ecologista y la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER), contra YPF
S.A., Estado de Entre Ríos y Municipalidad de Ibicuy, estimando prudente, atento lo
novedoso de la temática traída a resolución que pudo haber inducido a las actoras a
creer que contaban con motivos suficientes para litigar, que los gastos que son
consecuencia directa de la sustanciación del proceso en la instancia a quo sean
soportados por el orden causado (cfme.: art. 20, Ley Nº 8369), esto último sin
perjuicio de la gratuidad del trámite para la parte actora, según la pertinente
cláusula constitucional de inexorable aplicación (cfme.: art. 56, Const. de E. Ríos) y
lo puntualmente previsto en cuanto al beneficio de litigar sin gastos con que cuenta
este trámite cuando lo promueve una Organización No Gubernamental dedicada a
la defensa del ambiente (cfme.: art. 69, Ley N° 8369); sin costas en la Alzada en
razón de no verificarse contención válida en la instancia.-
VI.- Esta solución de fondo a la que arribo implica dejar sin efecto
ministerio legis la regulación de honorarios efectuada en el pronunciamiento que se
propone revocar íntegramente, debiendo practicarse en la presente sentencia
nuevas regulaciones adecuadas al resultado final del litigio (cfme.: art. 6, Dec.-ley
Nº 7046/82, ratif. por Ley Nº 7503) y, sin perjuicio de lo acordado, por mayoría, en
el Acuerdo Plenario del Superior Tribunal de Justicia de fecha 28/10/19, considero
que, coherente con lo expresado en múltiples pronunciamientos precedentes de
este Tribunal y en el propio Acuerdo Plenario aludido, debo reiterar el carácter de
orden público que gozan las escalas legales de aranceles en la Provincia de Entre
Ríos, legítimamente determinadas por sus órganos constitucionales competentes en
materia reservada a ellos y no delegada a la Nación (cfme.: arts. 121, 122, 126 y
ccdts., Const. Nac.) y, al haber jurado observar y cumplir con las disposiciones de
ambas Cartas Magnas -federal y provincial-, debo priorizar los principios federales
de reserva y de autonomía provincial, razón por la cual no resulta aplicable al caso
la normativa del art. 1255 del Cód. Civil y Comercial de la Nación ni las
disposiciones del Acuerdo Plenario señalado, proponiendo regular los honorarios
profesionales de los Dres. Pablo Delmonte, Mariano Victorio de Torres,
Valeria Inés Enderle y Verónica Fischbach, por las actuaciones que les cupo en
la primera instancia de este proceso, en las respectivas sumas de Pesos Noventa
y Nueve Mil Ciento Ochenta y Siete ($ 99.187), Pesos Noventa y Nueve Mil
Ciento Ochenta y Siete ($ 99.187), Pesos Noventa y Tres Mil Treinta y Ocho
($ 93.038) y Pesos Cuarenta y Cinco Mil Ochocientos Veinticinco ($
45.825), mientras que al perito ingeniero Daniel Hess en la suma de Pesos
Ochenta Mil ($ 80.000), todo ello de conformidad a los arts. 3, 8, 91, 14 y
ccdts., Dec.-ley Nº 7046/82, ratif. por Ley Nº 7503, y Ley de Honorarios del
CIEER N° 10.849, respectivamente.-
Así voto.-

A la misma cuestión propuesta y a su turno, el señor Vocal


Dr. CARLOMAGNO, dijo:

I.- Que adhiero al voto del Sr. Vocal que comanda este acuerdo en
cuanto a que del análisis de la causa no se advierten vicios invalidantes que
ameriten la declaración de nulidad.
II.- Que, por razones de economía procesal me remito a los
antecedentes que fueran expuestos detalladamente en el sufragio del colega
ponente y anticipo que, coincido parcialmente con la solución que auspicia,
conforme a los argumentos que expondré a continuación.
Se promueve una acción de amparo ambiental por parte de la
Fundación Cauce: Cultura Ambiental - Causa Ecologista y la Asociación Gremial del
Magisterio de Entre Ríos (en adelante AGMER), con el objeto de obtener la
declaración de nulidad del proceso de Evaluación de Impacto Ambiental (el EIA de
aquí en más), tramitado por la Secretaría de Ambiente de la Provincia de Entre
Ríos, y de la Certificación de Aptitud Ambiental (el CAA, para su simplificación en
más), expedida por el Municipio de Ibicuy para la planta de extracción, lavado y
clasificación de arenas silíceas en el predio "El Mangrullo", en la explotación de una
cantera desarrollada por la codemandada Y.P.F. S.A., respecto de la cual denuncian
la actividad ilegítima sin que haya finalizado el proceso de evaluación de impacto
ambiental, solicitando se la condene al retiro de todo lo construído y la
recomposición del ambiente y ecosistema afectados al estado anterior a su
instancia.
Así planteado el reclamo, comparecieron las demandadas a fin de
presentar los informes circunstanciados (art. 8 L.P.C.) y formular oposición a la
acción incoada, luego de lo cual con la intervención de los Ministerios Públicos se
dispusieron una cantidad de medidas de pruebas: informes, pericial, citación a
audiencia, pedidos de explicaciones, entre otras diligencias conducentes a recabar
el material convictivo necesario para la compleja tarea de dar respuesta a la
problemática propuesta.
La Sra. Magistrada interviniente desestimó la alegada
extemporaneidad de la acción y la supuesta existencia de otras vías idóneas de
discusión, como también la denunciada falta de legitimación activa de AGMER.
Declaró la existencia de un caso judiciable de un litisconsorcio pasivo necesario, y
formuló diversas aclaraciones sobre la tramitación de la causa que, por sus
particularidades, ha estado dificultado su desarrollo en los plazos legales. Luego, a
fin de dar respuesta a los planteos de los amparistas, dio cuenta que el paraje "El
Mangrullo" se ubica en un área natural protegida y que integra el sistema de
humedales entrerrianos, constitucionalmente protegido, pero que ello no significa
de plano prohibida la actividad, pronunciándose a continuación por el rechazo de los
cuestionamientos formulados por las accionantes en relación a la participación
ciudadana en el proceso de evaluación de impacto ambiental y la supuesta falta de
control u omisión de etapas, por estimar que la finalidad de dar a conocer el
proyecto a la comunidad ha sido razonablemente cumplido, con las observaciones y
rectificaciones acordes a la complejidad propia de la materia, por lo cual descarta el
planteo nulificante formulado en el promocional.
Finalmente, sostuvo que no pudo verificarse que la codemandada
Y.P.F. S.A. haya efectivamente comenzado la explotación previo a la expedición del
CAA, sin que ello impida el contralor judicial acerca de la existencia cierta o la
amenaza potencialmente relevante de daños a la salud o al ambiente, y que
habiéndose denunciado dos cuestiones problemáticas, la primera de ellas se
encuentra superada por haberse demostrado la ausencia en la generación de polvos
y arenas finas, de allí que la actividad carece de la aptitud dañina relevante.
Tales conclusiones, así como los argumentos que le dan sustento,
arriban a esta alzada sin objeciones por las partes, ya que el objeto de la apelación
de las demandadas se dirige a la segunda cuestión problemática denunciada, en
relación al uso del floculante "SANUROIL 8040", respecto del cual la sentenciante
ordena su sustitución en el plazo de 120 días corridos con la obligación de realizar
muestreos de calidad de agua en la modalidad sugerida por el perito y el cese de
actividades en el supuesto de detectarse la presencia de acrilamida, como así
también lo dispuesto sobre la divulgación periódica de los resultados de los
monitoreos de calidad aire y agua obtenidos, y la exhortación a ejecutar un estudio
de impacto ambiental acumulativo, admitiendo la acción de amparo articulada con
imposición de costas a cargo de las demandadas.
Ahora bien, para ingresar al abordaje de las quejas esgrimidas,
primeramente es dable destacar que la accion de amparo especial promovida (art.
56 de la CP) porta las particularidades previstas por los arts. 65 y ccstes. de la LPC,
de allí que tratándose de un caso ambiental los jueces tenemos amplias facultades
para la protección del ambiente y es posible ordenar el curso del proceso, e incluso
darle trámite ordinario a un amparo o bien dividir las pretensiones a fin de lograr
una efectiva y rápida satisfacción en materia de prevención. El límite de estas
facultades está dado por el respeto al debido proceso... (tal como surge de: Fallos:
333: 748; "Mendoza, Beatriz Silvia", Fallos: 329:3445).
Es con ese escenario que ha actuado la sentenciante con el objeto
de dirimir la controversia en virtud de las facultades otorgadas por el art. 76 de la
LPC, y así se observa que -ante la falta de impugnación- las partes comparten en lo
sustancial el análisis efectuado, mas aún, cuando pueda no compartirse la decisión
adoptada, no es posible soslayar que las demandadas han podido ejercer
ampliamente su derecho de defensa tocante al objeto de condena, y que el fallo
recurrido ha efectuado un exhaustivo análisis de todos los argumentos expuestos
por los litigantes y de los elementos de convicción aportados al proceso, con
suficiente respaldo científico y en una materia compleja en su contenido técnico, su
terminología y en el delicado impacto que lo resuelto puede significar en relación a
los intereses en juego.
Se impone por tanto examinar los diversos agravios expuestos
contra lo resuelto en relación a la sustitución del uso del floculante "SANUROIL
8040" en el plazo de 120 días corridos, por otro producto que posea característica
compatibles a lo referido por la Secretaria de Ambiente de Entre Ríos. Para así
decidir, la sentenciante destacó que los detalles brindados por el perito interviniente
sobre el estado de la ciencia en orden a la peligrosidad o inocuidad del producto
dan cuenta de la inexistencia de un criterio científico uniforme, lo cual genera la
preocupación de aparición de acrilamida libre en lodos y/o aguas de las piletas de
lodos y que ello sea contaminante, por lo cual dispone la sustitución de dicho
producto, con soporte legal en la aplicación de los principios preventivo y
precautorio.
Efectivamente, resulta oportuno puntualizar que el particular ámbito
de las demandas encuadradas en las prescripciones de la Ley General del Ambiente
(Ley 25.675) no solo habilita sino que obliga a hacer todo lo posible para adoptar
las medidas necesarias para la protección del medio ambiente en atención a lo
dispuesto en su art. 4°, el que introduce en la materia los principios de prevención
del daño ambiental y de precaución ante la creación de un riesgo con efectos
desconocidos y por tanto imprevisibles.
Tales principios, conceptualmente, resultan indeterminados y no
describen un supuesto de hecho específico, sino que aparecen como un instrumento
apropiado para situaciones de incertidumbre, ya que al no ser rígido, autoriza al
magistrado a efectuar su juicio de ponderación en el caso concreto que debe
resolver (Lorenzetti, Ricardo Luis, "Derecho Ambiental", RUBINZAL-CULZONI, págs.
153/154). Para activar el principio precautorio, el requirente de la tutela ambiental
debe probar científicamente que existen sospechas fundadas acerca de la nocividad
denunciada, mientras que el requerido (y destinatario de la tutela ambiental
postulada) tendrá que justificar, también con base científica, que las sospechas en
cuestión son infundadas, no han sido demostradas o carecen de intensidad
suficiente (cfr. Peyrano, Jorge W., "Vías procesales para el principio precautorio",
LA LEY 2014)
En el sentido indicado, ha señalado la C.S.J.N. que a la luz
del principio precautorio, cuando haya peligro de daño grave e irreversible, la
ausencia de información o certeza científica no deberá utilizarse como razón para
postergar la adopción de medidas eficaces, en función de los costos, para impedir la
degradación del ambiente -art. 4° de la ley 25.675- (Fallos: 339:142). Es decir, su
aplicación requiere la configuración de dos presupuestos: la amenaza de un daño
grave e irreversible, e incertidumbre científica, extremo éste último que considero
no ha sido verificado en el caso del floculante Sanuroil, por las razones que
explicitaré a continuación.
La empresa codemandada Y.P.F. S.A., emplea el floculante
SANUROIL en el proceso de lavado y clasificación de las arenas silíceas extraídas en
la explotación, y ello permite la clarificación y reutilización del agua tratada, con un
fuerte impacto en el ahorro de consumo de agua. Tales afirmaciones surgen tanto
de la versión dada por la empresa como del dictamen pericial efectuado por el Ing.
Hess (cfr. mov. 12/8/21), explicando luego el experto que el SANUROIL es una
poliacrilamida, que en su hoja de seguridad -confeccionada por el fabricante-
contiene información confusa, y que su preocupación es que la biodegradación de
dicha sustancia posibilita la aparición de acrilamina libre, posible precursor
cancerígeno (informe de la International Agency for Research of Cancer,
dependiente de la OMS), acompañando artículos investigativos de disímiles
experiencias realizadas en el exterior sobre la biodegradación de la sustancia
poliacrilamida cuando es utilizada en canteras. Finalmente, concluye que en esta
etapa no puede aseverarse la posibilidad de acrilamida libre sea contaminante de
las aguas subterráneas o superficiales. En efecto: surge de las constancias
agregadas que tanto en relación al monitoreo ambiental del mes de marzo/2021,
como en los estudios de ecotoxicidad realizados por el Centro de Investigaciones
Toxicológicas SA en junio/2021 (cfr. mov. 12/8/21, fs. 24) la inexistencia de
valores de acrilamina por encima del límite, extremo que es ratificado por el
perito en la audiencia de pedido de explicaciones celebrada el 19/8/21,
oportunidad en la cual manifestó que "al momento con la documental no se verifica
la presencia de acrilamida" (minuto 21), de lo cual resulta evidente que no puede
concluirse que en el caso exista incertidumbre o falta de información
científica al respecto, sino que por el contrario, ha sido efectivamente
demostrado a lo largo del proceso la inexistencia de monómeros de
acrilamida en las mediciones efectuadas, de allí que la condena a la
sustitución del floculante SANUROIL no puede ser mantenida.
Sin perjuicio de lo expresado, del mismo dictamen pericial surge la
importancia de que el plan de monitoreo de la empresa YPF SA tenga una
implementación con mayor frecuencia de muestreo y extensión de parámetros a
analizar, (cfr. minuto 31) como así también la conveniencia de efectivizar estudios
de toxicidad del floculante utilizado sobre una mayor diversidad de organismos
vivos. En igual sentido manifestó el Lic. Fontana Lai del Area de Gestión Ambiental
de la Secretaría de Ambiente que aquello le otorgaría a la autoridad "mayores
herramientas para dimensionar el impacto por el floculante" y que ello "no descarta
que la Firma, en pos de una responsabilidad ambiental, pueda recurrir a floculantes
naturales y/o sintéticos de diferente naturaleza química que presenten menor
riesgo y/o inocuidad sobre el ambiente comprobado" (cfr. consideraciones al
dictamen pericial acompañadas por el Fiscal Adjunto de la Fiscalía de Estado, mov.
17/8/21), mientras que en la audiencia, el consultor técnico Ing. Ambiental
Giacobone, aclaró que el floculante utilizado es el empleado por las plantas
potabilizadoras de agua como ABSA, y que a hoy aparece como la mejor práctica
disponible en el mercado, no obstante la empresa continúa investigando opciones
de floculantes biodegradables de origen vegetal que están actualmente en etapa de
desarrollo (cfr. minuto 39).
De tales elementos emerge razonable la decisión de la Sra. jueza, al
ordenar incrementar los muestreos de forma tal que posibilite una oportuna
verificación de riesgos de toxicidad a los organismos de control ambiental, aunque
cuadra fijar la periodicidad para el cumplimiento de tales medidas. A tales fines, se
observa del informe técnico N°41/20 del Area de Gestión Ambiental que el análisis
fisicoquímico y biológico de los efluentes líquidos previo a su vuelco debe
presentarse con periodicidad trimestral por los primeros seis meses a partir de la
puesta en funcionamiento de la planta (cfr. fs. 383 vta. del expte. administrativo N°
2230890), igual plazo que el manifestado por el Ing. Ambiental Giacobone, quien
expresó en la audiencia que se acordó con las autoridades realizar los monitoreos
cada 3 meses, pero que YPF lo está haciendo cada 2 meses (cfr. minuto 35),
deduciéndose en consecuencia que tal plazo es insuficiente y que la mayor
frecuencia sugerida por el perito Ing. Hess debe ser inferior a los 2 meses; por lo
cual voy a auspiciar fijar en 45 días la periodicidad de los monitoreos -conforme los
parámetros a analizar establecidos por el especialista- y por el término de doce
meses a contar desde el dictado de la sentencia definitiva, mientras los estudios de
toxicidad de los floculantes utilizados deben continuar realizándose cada 3 meses,
pero sobre una mayor diversidad de organismos vivos.
Por lo expuesto, encuentro acertado el temperamento adoptado por
el fallo de mérito, en el marco de las facultades instructorias que el proceso
ambiental otorga al juez, en relación a las medidas especificadas precedentemente,
las que cuentan con el acompañamiento del Defensor General de la Provincia en su
dictamen que es favorable, destacando su conformidad para el debido respeto del
colectivo de las infancias involucradas, asegurando que sus derechos sean
preservados con efectividad, acorde de con su interés superior.
En igual sentido, coincido con lo resuelto sobre la conveniencia de
dar publicidad a la comunidad de los resultados de los monitoreos de aire y
agua en lenguaje llano y accesible, sin que ello implique la intromisión de
potestades privativas del poder ejecutivo, ya que las cuestiones ambientales
producen una obligación de previsión extendida y anticipatoria a cargo de todo el
funcionariado público (Fallos: 344:251), debiendo destacarse asimismo que, tal
como ha sido dispuesto por la sentenciante, dicha tarea ha sido encomendada a los
órganos técnicos de la SAER y a la autoridad de aplicación municipal.
Lo cierto es que estamos ante una actividad relativamente nueva en
la zona, cuya sustentabilidad ecológica debe ser asegurada, y atento la naturaleza
del bien jurídico protegido, se justifica un estricto seguimiento de la explotación
desarrollada por la empresa codemandada y su contralor para la preservación y
protección del ambiente. La CSJN ha establecido que el principio precautorio
produce una obligación de previsión extendida y anticipatoria a cargo del
funcionario público, y que armonizar la tutela del ambiente y el desarrollo,
implica efectuar un juicio de ponderación razonable para la complementariedad de
la tutela del ambiente con el avance el progreso, de manera que puedan disfrutarlo
las generaciones futuras (Fallos 332:663), de allí lo acertado del monitoreo
frecuente para despejar dudas, y contar con la información estadística e indicadores
actualizados y confiables, con su consecuente puesta a disposición del público,
permitiendo el conocimiento, entendimiento y comprensión de la información a toda
la comunidad.
A ello debe sumarse, a mi criterio, la necesidad de la ejecución de
un estudio de impacto ambiental acumulativo de la zona que garantice los
presupuestos mínimos para el logro de una gestión sustentable y adecuada del
ambiente, la preservación y protección de la diversidad biológica y la
implementación del desarrollo sustentable en los términos establecidos por el art.
1º de la Ley 25675, tratándose de un área -vale resaltar- legalmente protegida y
que es objeto de preocupación de las autoridades provinciales y del municipio
codemandado, tal como emerge de lo manifestado en la audiencia en relación a la
"minuta de reuniones" obrante a fs. 414/415 del expte. administrativo N° 2230890,
que derivó en las presentaciones complementarias agregadas el 19/8/21 y el
20/8/21. Tales constancias dan cuenta de información relevante, la primera de ellas
acompañando la Ordenanza N°294/2021 del Municipio de Ibicuy que indica la
existencia de una pluralidad de canteras en la zona, aunque sin especificar el
número. Mientras que la documental adjuntada por la codemandada Estado
Provincial informa que en la minuta dejó asentado una serie de reuniones
efectuadas entre los diferentes actores de los tres niveles del Estado con
incumbencia en la materia para encarar la temática relacionada con la gobernanza
de arenas silíceas en el territorio provincial, y que desde la Secretaría de Ambiente
se encargó a las áreas técnicas competentes la elaboración de dos normas
generales a los efectos de regular los criterios mínimos para la evaluación
ambiental de canteras y de dragados, las que están en etapa de proyecto y análisis
a los efectos de concretar su sanción (Expedientes N° 2531396 y N° 2542247).
Ahora bien, de la lectura de tales actuaciones administrativas se observa la
existencia de un proyecto de resolución denominado "Criterio Mínimo de Evaluación
(ambiental) de Canteras" con el objeto de contar con una herramienta para el
análisis de este tipo de actividad "con la previsión de evitar riesgos o daños
ambientales de una actividad en notable crecimiento en los últimos tiempos" (cfr. a
fs. 16 del MOV. "Descripción: Informe y expedientes", nota de fecha 8/7/21
suscripta por Valeria González Wetzel, Subsecretaria de la Secretaría de Ambiente)
y que los considerandos de dicho proyecto explicitan que "la actividad extractiva de
arenas en suelo y agua de jurisdicción provincial ha mostrado un crecimiento
exponencial en los últimos años", estableciendo en su art. 6° la exigencia a los
proponentes y consultores de poner a disposición toda información para contribuir a
evaluaciones de impacto acumulativo y/o estratégico (cfr. fs 17/20).
Las circunstancias apuntadas evidencian que a la fecha hay un
número de canteras de extracción de arenas silíceas -no especificado en el pleito-
que se encuentran explotando los recursos naturales en el territorio provincial, sin
que exista estudio alguno relativo al efecto acumulativo de todas las habilitaciones
otorgadas, a pesar de ser objeto de preocupación de las autoridades la incidencia
que el aumento de la explotación pueda generar, configurándose un posible peligro
de daño irreversible y una ausencia de información relativa a dicho perjuicio, que
por aplicación del principio precautorio genera la obligación de previsión extendida
y anticipatoria supra referenciada; por lo cual en virtud de la plena jurisdicción
sobre el caso que la L.P.C. otorga a esta instancia de alzada, colocándola frente a la
demanda en la misma situación que el judicante de grado anterior, propicio que el
Estado Provincial, con la colaboración del Municipio de Ibicuy, concrete en
un plazo de 180 días de quedar firme este fallo la ejecución de un estudio
de impacto ambiental acumulativo en la zona afectada por los procesos de
extracción de arenas silíceas.
Finalmente, en relación a las quejas esgrimidas sobre la imposición
de costas a cargo de las demandadas, estimo que asiste razón a las recurrentes, ya
que lo aquí resuelto no puede considerarse estrictamente una condena en relación a
las pretensiones articuladas por las amparistas, mas en virtud de los intereses en
juego, como así también lo novedoso y complejo de la cuestión debatida bien pudo
considerarse con derecho a accionar, de allí que voy a coincidir con la solución
propuesta sobre el punto por el Sr. Vocal ponente e imponer las costas de la
instancia de mérito por el orden causado (art. 20 de la LPC), sin perjuicio del
beneficio otorgado a la coaccionante Fundación Cauce, conforme art. 69 de la LPC.
III.- Por las razones precedentemente expuestas, propongo hacer
lugar parcialmente a los recursos de apelación articulados por las demandadas,
revocando la sentencia dictada por la Sra. Vocal de Cámara en relación a la
sustitución del uso del floculante SANUROIL. Y, HACER LUGAR PARCIALMENTE a
la acción de amparo incoada y ORDENAR: 1°) REALIZAR POR YPF muestreos de
calidad de agua en la modalidad sugerida por el perito interviniente -pozo de agua,
dique de lodos, barrio aledaño y escuela- cada cuarenta y cinco (45) días, por el
término de doce meses desde que quede firme la sentencia definitiva, y PROVEER
a las autoridades de control los estudios de toxicidad de los floculantes utilizados
sobre una mayor diversidad de organismos vivos, con una periodicidad de tres (3)
meses; 2°) REALIZAR por parte de la SAER, en concurrencia con Municipio de
Ibicuy, una campaña de divulgación periódica de los resultados de los monitoreos
de calidad de aire y agua obtenidos, publicando los resultados y conclusiones en
lenguaje llano y accesible y fácilmente disponible para la población en general del
municipio y en especial del barrio aledaño a la planta y escuela; y 3°) EJECUTAR
por parte de la SAER, con la colaboración del Municipio de Ibicuy, en un plazo
máximo de ciento ochenta días (180) días de quedar firme este veredicto, un
estudio de impacto acumulativo en la zona afectada por los procesos extractivos de
arenas silíceas, de conformidad con los presupuestos mínimos en la materia y con
amplia participación a las comunidades que habitan en la zona afectada.
Por otro lado, corresponde revocar la sentencia respecto de la

imposición de costas a las demandadas, debiendo imponerse las mismas por el

orden causado.

IV.- Que, en relación a las costas por lo actuado en esta Alzada,

propongo imponer las mismas por su orden, por los motivos expuestos en el punto

II.- in fine, y aún cuando no exista contención, lo mismo corresponde su


imposición, ya que el trabajo profesional no se presume gratuito, por lo cual

corresponde que los letrados actuantes tengan derecho a percibir sus honorarios

por la labor desarrollada.


V.- Que, es necesario dejar sin efecto la regulación de honorarios

realizada en la sentencia en crisis, debiendo practicarse una nueva regulación


adecuada al resultado del litigio conforme al art. 6 de la Ley 7046.

A tal fin, corresponde fijar los honorarios por la intervención en la

instancia de mérito de los Dres. Verónica FISCHBACH, Valeria ENDERLE, Pablo


DELMONTE y Mariano DE TORRES, en las respectivas sumas de PESOS

CUARENTA y OCHO MIL TRESCIENTOS ($48.300,00), PESOS OCHENTA y


NUEVE MIL SETECIENTOS ($89.700,00), PESOS SESENTA y SEIS MIL

CIENTO VEINTICINCO ($66.125,00), y PESOS SESENTA y SEIS MIL CIENTO


VEINTICINCO ($66.125,00) -cfr. arts. 5, 6, 8, 14, 63, y 91 de la Ley 7046-, y

regular los honorarios profesionales del perito ingeniero Daniel Hess en la suma

de PESOS OCHENTA MIL ($80.000,00) -art. 3, 8, y 91 de la Ley 7046 y Ley de

Honorarios del CIEER N° 10849-. Por otra parte corresponde fijar los emolumentos

por lo actuado ante esta alzada, para los Dres. Pablo DELMONTE y Mariano DE

TORRES en las sumas de PESOS VEINTISEIS MIL CUATROCIENTOS

CINCUENTA ($26.450,00) y PESOS VEINTISEIS MIL CUATROCIENTOS

CINCUENTA ($26.450,00) -cfr. arts. 5, 6, 8, 14, 63, 64 y 91 de la Ley 7046-; sin

que corresponda regular honorarios a los profesionales que intervienen por la

Fiscalía de Estado de la Provincia de acuerdo a lo dispuesto en el art. 15 de la Ley


7046.
Así voto.-

A la misma cuestión propuesta y a su turno, el señor Vocal


Dr. SMALDONE, dijo:

I.- Resumidos los antecedentes relevantes del caso en el voto


que presenta este Acuerdo y, ante la ausencia -en la especie- de vicios que
conlleven la nulidad del pronunciamiento en crisis (art. 16 LPC), me remito a ellos
para mayor brevedad e ingreso directamente al tratamiento de la cuestión
planteada.
II.- Habilitada la jurisdicción de esta Alzada por los recursos de
apelación interpuestos por las demandadas -destacando la extensa actividad de
reclutamiento y producción de prueba desarrollada por la Sra. Jueza durante la
secuela procesal de la anterior instancia- adelanto que comparto, en lo sustancial,
la solución propuesta por el Sr. Vocal Dr. Carubia, cuya fundada postura cuenta -
además- con el auspicio del Ministerio Público Fiscal interviniente.
Fundamentalmente, porque la reseñada complejidad del caso
demuestra que la cuestión planteada no puede ser resulta sin atender el criterio
técnico del perito oficial ingeniero ambiental designado en autos.
Al respecto, sus explicaciones -basadas en documentación
obrante en la causa, los estudios de impacto ambiental y de monitoreo de aire
llevado a cabo por el Grupo Induser SRL, junto con una visita a la Planta- en cuanto
a si las actividades de extracción, lavado y clasificación de arenas silíceas que
desarrolla la empresa "YPF S.A." producen efectos contaminantes sobre el ambiente
y la salud de la población, han resultado concluyentes en relación a que: (a) los
valores de granulometría adjuntados no implican necesariamente la generación de
polvos o arenas finas en magnitud; (b) no pudo declarar en forma asertiva que
existan daños a la salud humana y al ambiente por ausencia de elementos que
prueben tales hechos. Dicho aserto resultó -además- corroborado por estudios de
contaminación mediante muestreos realizados por el INTI; (c) la técnica utilizada
por la empresa para la extracción de arenas en superficie de una cantera mal puede
considerarse como “fracking”; (d) tampoco existe fundamentación técnica que
permita incluir taxativamente al área en explotación minera como humedal -Área
Protegida de Reserva Natural-; (e) no puede aseverarse que la utilización del
producto floculante de marca "Sanuroil", por la posibilidad de acrilamida libre en los
lodos y/o aguas de las piletas de lodos, en esta etapa de explotación sea
contaminante de las aguas subterráneas o superficiales.
Entonces, según se desprende de la evaluación científica
realizada por el profesional especializado, no se ha demostrado que la situación
generada anticipe la probabilidad de riesgo, lo haga posible o cause daño
ambiental, tal como lo exige art. 65 ley 8369.
La protección del medio ambiente a través del dictado de
medidas preventivas deviene incuestionable cuando se trata de contrarrestar los
efectos lesivos que ya se han comenzado a generar con una determinada actividad;
situación -ésta- que no se da en el caso porque no existen pruebas concretas y
específicas sobre la existencia de un daño ambiental actual o la probabilidad de que
ocurra la afectación denunciada. He ahí el motivo que imposibilita la configuración
del acto lesivo exigido por la norma protectora de los derechos constitucionales.
Tampoco advierto que se esté en presencia de actos, hechos u
omisiones del poder administrador que evidencien arbitrariedad o ilegalidad
manifiesta en el marco de un proceso de autorización permisiva para la actividad
que desarrolla la “Planta de Lavado El Mangrullo”, que se ha sustentado no
solamente en informes de la propia empresa sino también en una adecuada gestión
de los organismos integrantes del Estado Provincial y Municipal que asumen
competencia institucional específica en asuntos ambientales, ejercen el control y
vigilancia del desarrollo de la explotación y el monitoreo respecto de datos que la
firma debe continuar declarando a los fines de dimensionar el posible impacto que
esta actividad provoque sobre las áreas de influencia.
Las razones señaladas me llevan inexorablemente a considerar
que la cuestión planteada no reúne las singularidades requeridas por el art. 65 y los
arts. 1/2 por remisión del art. 77 LPC., y de la estructura ampliada del art. 56, de la
CP., reformada del año 2008.
III.- Respecto a la distribución de las costas, considero que las
particularidades del caso pudieron llevar a la parte vencida a proceder con base en
una convicción razonable acerca del derecho defendido; por eso propongo que
cursen en el orden causado en ambas instancias.
IV.- Por último, conforme la solución proyectada, y, por
indicación del art. 6º LA, corresponde adecuar los honorarios fijados en sede de
origen regulándose a los Dres. Pablo Delmonte, Mariano Victorio de Torres, Valeria
Inés Enderle y Verónica Fischbach en las respectivas sumas de pesos sesenta y seis
mil ciento veinticinco ($ 66.125), pesos sesenta y seis mil ciento veinticinco ($
66.125), pesos noventa y tres mil treinta y ocho ($ 93.038) y pesos cuarenta y
cinco mil ochocientos veinticinco ($ 45.825) –cfr. arts. 1, 2, 3, 5, 8, 14, 15, 91 de
la Ley 7046; en armonía con la Ley 10.377 y las pautas previstas en el art. 1255
Código Civil y Comercial-.
Confirmar los honorarios del perito ingeniero Daniel Hess en la
suma de pesos ochenta mil ($ 80.000).
Por la intervención en esta Alzada, en virtud de la singularidad y
complejidad del caso, la labor desarrollada y el éxito obtenido -conf. arts. 3 y 64
LA- regular los honorarios a los Dres. Pablo Delmonte y Mariano Victorio de Torres
en la suma de pesos treinta y seis mil trescientos sesenta y nueve ($ 36.369) a
cada uno por su intervención en esta Alzada, en virtud de la singularidad y
complejidad del caso, la labor desarrollada y el éxito obtenido –conf. art. 3, 64 LA-.
Así voto.-
A la misma cuestión propuesta y a su turno, la señora Vocal
Dra. MEDINA, dijo:

I.- Reseñados los antecedentes relevantes del caso por el Sr. Vocal
ponente, ingreso directamente al tratamiento de la cuestión traída a debate, y en
tal sentido advierto que se ha alcanzado la “mayoría absoluta” ,-cfr. art. 33 inc. b),
de la Ley N°6902 , modificada por Ley N°10704- en cuanto al análisis y tratamiento
de la cuestión referida a nulidades, así como a la decisión revocatoria de la
sentencia de grado, en cuanto ésta ordenó la sustitución del uso del floculante
sanuroil, y a la imposición de las costas en la instancia de grado en el orden
causado, por lo que al encontrarse definitivamente resueltos los aspectos
apuntados, no resulta necesario me expida.
En lo atinente a la propuesta formulada por el Dr. Carlomagno,
expreso mi adhesión al voto del mencionado colega, por compartir en lo sustancial
el desarrollo argumentativo que lo conduce a hacer lugar parcialmente a la acción
de amparo incoada y ordenar: 1°) realizar por YPF muestreos de calidad de agua en
la modalidad sugerida por el perito interviniente -pozo de agua, dique de lodos,
barrio aledaño y escuela- cada cuarenta y cinco (45) días, por el término de doce
meses desde que quede firme la sentencia definitiva, y proveer a las autoridades de
control los estudios de toxicidad de los floculantes utilizados sobre una mayor
diversidad de organismos vivos, con una periodicidad de tres (3) meses; 2°)
realizar por parte de la SAER, en concurrencia con el Municipio de Ibicuy, una
campaña de divulgación periódica de los resultados de los monitoreos de calidad de
aire y agua obtenidos, publicando los resultados y conclusiones en lenguaje llano y
accesible y fácilmente disponible para la población en general del municipio y en
especial del barrio aledaño a la planta y escuela; y 3°) ejecutar por parte de la
SAER, con la colaboración del Municipio de Ibicuy, en un plazo máximo de ciento
ochenta días (180) días de quedar firme este veredicto, un estudio de impacto
acumulativo en la zona afectada por los procesos extractivos de arenas silíceas, de
conformidad con los presupuestos mínimos en la materia y con amplia participación
a las comunidades que habitan en la zona afectada.
En este sentido he de agregar que las referidas medidas guardan
adecuada relación de correspondencia con las constancias obrantes en autos,
destacándose que el perito interviniente si bien considera que en ésta etapa de la
explotación no puede aseverarse que la posibilidad de acrilamida libre en los lodos
y o aguas de las piletas de lodos sea contaminante de las aguas subterráneas o
superficiales, tampoco lo descarta, expresando con toda claridad a renglón seguido
que el plan de monitoreo de la empresa Y.P.F. debe tener una implementación de
periodicidad con mayor frecuencia de muestreo y extensión de los parámetros a
analizar incluyendo no solo muestreos de su pozo de extracción de aguas sino de
aquellos que proveen a los habitantes cercanos tales como la estancia y el barrio de
Estación Libertador General San Martín como a el curso del Arroyo El Cuartillo y, de
similar manera, a las piletas de lodos. Asimismo indica el experto que los estudios
de ecotoxicidad de los floculantes utilizados deben ser provistos por los fabricantes
o realizados por la empresa, sobre una mayor diversidad de organismos vivos; con
lo cual se permitirá la verificación de la posible presencia de acrilamida,
incorporando al informe aportes científicos extranjeros que dan cuenta de opiniones
diversas y contradictorias sobre el comportamiento del floculante basado en
poliacrilamida utilizado en escenarios que guardan similitud con el analizado en
autos, señalando asimismo que la hoja de seguridad del producto empleado por la
empresa accionada es confusa; y que “La mayor preocupación es la posibilidad de
la aparición de acrilamida libre en las soluciones o mezclas donde se halla presente
la poliacrilamida ( polímeros de acrilamida ), dado que el IARC ( International
Agency for Research of Cancer ) dependiente de la Organización Mundial de la
Salud, tiene tipificado a la acrilamida como posible precursor cancerígeno
basándose en experiencias sobre animales, aunque no existen conclusiones
taxativas sobre el ser humano.”
En este contexto, teniendo en cuenta que continuará llevándose a
cabo la actividad desplegada por la empresa accionada, y en consonancia con lo
oportunamente decidido en la instancia de grado por la señora Juez a quo, aparece
como razonable concretar las medidas contenidas en los puntos 1º y 2º de la
solución final postulada por el señor Vocal Dr. Carlomagno, las que se verifican
proporcionadas al marco fáctico del caso y al análisis de las constancias obrantes en
el expediente, coincidiendo igualmente con la propuesta a que alude el referido
colega en el punto 3º de su voto, en cuanto a la necesidad de instrumentar la
realización de un estudio de impacto ambiental acumulativo en la zona de
extracción de arenas silíceas, dado que conforme surge a fs. 414/415 del
expediente administrativo N°2230890, y actuaciones relacionadas, se ha puesto de
manifiesto en autos la apertura y explotación de una cantidad significativa de
canteras, con lo cual, y sin que implique desconocer que la cuestión ha sido
abordada en reuniones de trabajo por representantes de entes y jurisdicciones de
distintos niveles de gobierno, lo cierto es que el crecimiento del proceso extractivo
se viene verificando con sostenida intensidad desde hace unos años a esta parte,
sin que hasta el momento sea dable constatar – al menos no surge en estos
obrados – la concreción de un estudio que posea la naturaleza del propuesto, el
que luce pertinente a los fines de proporcionar una aproximación al efecto en el
ambiente que el conjunto de los emprendimientos vinculados a la actividad
extractiva en cuestión, con su dinámica de lógica interacción y combinación de
proyectos y obras asociadas a los mismos, están produciendo en la zona,
viabilizando de este modo la adopción de decisiones gubernamentales que
enmarquen la actividad en un escenario de desarrollo ordenado y sustentable,
teniendo en miras que nuestra Constitución Nacional establece en su artículo 41
que todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto
para el desarrollo humano; y que “... La mejora o degradación del ambiente
beneficia o perjudica a toda la población, porque es un bien que pertenece a la
esfera social y transindividual, y de allí deriva la particular energía con que los
jueces deben actuar para hacer efectivos estos mandatos constitucionales.” (CSJN:
329:2316).
II.- En lo atinente a las costas en esta alzada, adhiero al voto del
Dr. Carlomagno.
III.- En cuanto a los honorarios profesionales, adhiero a la
propuesta regulatoria efectuada por el Dr. Carlomagno.
Así voto.-
A la misma cuestión propuesta y a su turno, el señor Vocal
Dr. GIORGIO, dijo:
Adhiero in totum al voto del Dr. Carlomagno.
Así voto.-
Con lo que no siendo para más, se dio por terminado el acto
quedando acordada -y por mayoría- la siguiente SENTENCIA, que RESUELVE:
1º) ESTABLECER que no existe nulidad.-
2º) HACER LUGAR parcialmente a los recursos de apelación
interpuestos por las demandadas, contra la sentencia de fecha 03 de septiembre de
2021, la que se revoca en relación a la sustitución del uso del floculante
SANUROIL.-
3º) ADMITIR parcialmente la acción de amparo ambiental
incoada por parte de la Fundación Cauce: Cultura Ambiental - Causa Ecologista y la
Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos y, en consecuencia ORDENAR a:
3.1) REALIZAR POR YPF muestreos de calidad de agua en la modalidad sugerida
por el perito interviniente -pozo de agua, dique de lodos, barrio aledaño y escuela-
cada cuarenta y cinco (45) días, por el término de doce meses desde que quede
firme la sentencia definitiva, y PROVEER a las autoridades de control los estudios
de toxicidad de los floculantes utilizados sobre una mayor diversidad de organismos
vivos, con una periodicidad de tres (3) meses; 3.2) REALIZAR por parte de la
SAER, en concurrencia con Municipio de Ibicuy, una campaña de divulgación
periódica de los resultados de los monitoreos de calidad de aire y agua obtenidos,
publicando los resultados y conclusiones en lenguaje llano y accesible y fácilmente
disponible para la población en general del municipio y en especial del barrio
aledaño a la planta y escuela; y 3.3 ) EJECUTAR por parte de la SAER, con la
colaboración del Municipio de Ibicuy, en un plazo máximo de ciento ochenta días
(180) días de quedar firme este veredicto, un estudio de impacto acumulativo en la
zona afectada por los procesos extractivos de arenas silíceas, de conformidad con
los presupuestos mínimos en la materia y con amplia participación a las
comunidades que habitan en la zona afectada.
4º) REVOCAR las costas de primera instancia y, en consecuencia
imponer las costas de ambas instancias en el orden causado.-
5º) DEJAR sin efecto la regulación practicada por el a quo y
REGULAR los honorarios profesionales por la intervención en primera instancia
(...).-
Protocolícese, notifíquese -cfme. arts. 1, 4 y 5 Ac. Gral. Nº 15/18
SNE- y, en estado bajen.-
Dejo constancia que la sentencia que antecede, ha sido dictada el
día veintidos de octubre de 2021 en los autos "FUNDACIÓN CAUCE: CULTURA
AMBIENTAL - CAUSA ECOLOGISTA - Y OTRO C/ GOBIERNO DE LA
PROVINCIA DE ENTRE RIOS Y OTROS S/ ACCION DE AMPARO
(AMBIENTAL)", Expte. Nº 25405, por el Superior Tribunal de Justicia de Entre
Ríos, integrado al efecto por la señora y los señores Vocales Germán R. F.
Carlomagno, Daniel O. Carubia (En disidencia), Susana Medina, Juan R. Smaldone
(En disidencia) y Miguel A. Giorgio, quienes suscribieron la misma mediante firma
electrónica, conforme -Resolución Nº 28/20 del 12/04/2020, Anexo IV-
prescindiéndose de su impresión en formato papel y se protocolizó. Conste.-
Fdo.: ELENA SALOMÓN -SECRETARIA STJER-.-
HG

Existiendo regulación de honorarios a abogados y/o procuradores, cumpliendo con lo


dispuesto por la Ley 7046, se transcriben los siguientes artículos:
Ley 7046-
Art. 28º: NOTIFICACION DE TODA REGULACION. Toda regulación de honorarios deberá notificarse
personalmente o por cédula. Para el ejercicio del derecho al cobro del honorario al mandante o
patrocinado, la notificación deberá hacerse en su domicilio real. En todos los casos la cédula deberá ser
suscripta por el Secretario del Juzgado o Tribunal con transcripción de este Artículo y del art. 114 bajo
pena de nulidad.- No será necesaria la notificación personal o por cédula de los autos que resuelvan
reajustes posteriores que se practiquen por aplicación del art. 114.- Art. 114º. PAGO DE HONORARIOS.
Los honorarios regulados judicialmente deberán abonarse dentro de los diez días de quedar firme el
auto regulatorio. Los honorarios por trabajos extrajudiciales y los convenidos por escrito cuando sean
exigibles, se abonarán dentro de los diez días de requerido su pago en forma fehaciente. Operada la
mora, el profesional podrá reclamar el honorario actualizado con aplicación del índice, previsto en el
art. 29 desde la regulación y hasta el pago, con más su interés del 8% anual. En caso de tratarse de
honorarios que han sido materia de apelación, sobre el monto que queda fijado definitivamente en
instancia superior, se aplicará la corrección monetaria a partir de la regulación de la instancia inferior.
No será menester justificar en juicios los índices que se aplicarán de oficio por los Sres. Jueces y
Tribunales.-
Fdo.: ELENA SALOMÓN -SECRETARIA STJER-

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