ECONOMÍA

DE LOS
CUIDADOS

Realizado por:
Johanna Gabriela Quinga Simbaña
Jodi Reynolds
María Nora Romero Khayati
Cristina Selva Sánchez
Víctor Tejero Lozano
 ÍNDICE

1. EVOLUCIÓN HISTÓRICA
1.1. CONCEPTO

2. RELACIÓN DE LA ECONOMÍA DE CUIDADOS CON LAS

MUJERES
2.1. ESTADÍSTICAS Y EJEMPLOS

3. CLASIFICACIÓN DE LOS TRABAJOS DE CUIDADO

4. COMPARACIÓN CON OTROS PAÍSES

5. POSIBLES SOLUCIONES

6. CONCLUSIÓN

7. BIBLIOGRAFÍA

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 1. EVOLUCIÓN HISTÓRICA

Desde una visión histórica, los seres humanos siempre han necesitado de cuidados sobre todo
en circunstancias extremas dentro del período vital, viéndose aumentada esta necesidad por la
evolución y dependencia social que el ser humano ha desarrollado. Durante la historia, se han
planteado distintas soluciones para hacer frente a estas necesidades tanto de forma individual,
como colectiva, reconocida o de forma invisibilizada. Hace unas décadas, en los años sesenta
y setenta del siglo pasado, comenzó la profundización del debate sobre el trabajo doméstico y
sobre los cuidados en las ciencias sociales, incluida la economía. Este conjunto de cuidados,
desde tiempos remotos, como símbolo de la ideología patriarcal, se define como función natural
e indiscutible de la mujer. Este debate surge como discusión en la corriente marxista para
poner en relevancia el papel del trabajo doméstico no remunerado dentro del propio
capitalismo, sobre la doble explotación que sufrían las mujeres por parte del capitalismo y los
hombres.

Este hecho, ha ido evolucionando a lo largo de los tiempos, y básicamente se centra en la

participación de la mujer tanto en el ámbito económico y político, y el movimiento feminista.
Por otro lado, se destaca el acontecimiento de la incorporación masiva de la mujer al mercado
de trabajo y la iniciación del pensamiento feminista y revolucionario. Esto da lugar a una
especie de ‘’Crisis de los Cuidados’’, pese a ello, incluso con la incorporación de mujeres al
trabajo, no ha reducido considerablemente el número de mujeres al cuidado, pero si el tiempo
dedicado a ello. En diversos estudios, se hace relevancia que en la mayoría de experiencias de
trabajo de las mujeres no han sido remuneradas.

Actualmente, son casi 7 de cada 10 mujeres quienes salen todos los días a sus diversos empleos
y es algo totalmente natural desde nuestro punto de vista actual, pero todo surge de un largo
proceso de luchas políticas, por un lado, el derecho a trabajar y por otro de forma igualitaria,
aunque el segundo consta de una serie de problemas que seguimos en continua lucha para
resolver. Aún teniendo trabajos, siguen realizando la mayoría de las tareas domésticas, e
incluso se insertan en trabajos de roles de género, es decir, pocas mujeres son presidentas,
ingenieras, programadoras. Podemos destacar la brecha salarial, y en qué forma se puede
contribuir para reducir esta e incorporar un trabajo invisible en la mirada económica.

Trabajo remunerado, ejemplos :

Enseñanza, cuidado a mayores, sanidad.-

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1.1. CONCEPTO

La economía de los cuidados es la ciencia que estudia el trabajo de los cuidados. Este trabajo
es una subcategoría que integra todos los servicios que implican directamente el cuidado
procesado hacia otras personas. Pueden clasificarse en remunerados o no remunerados. Por un
lado, el trabajo de cuidados remunerado es aquel realizado por el personal del cuidado a cambio
de una remuneración o beneficio. Por otro lado, los trabajos de cuidado no remunerados se
diferencian con ciertos trabajos por el mero hecho de que las personas que lo realizan están
motivadas a hacerlo por motivos diferentes a recibir una compensación financiera. Este
concepto es relativamente nuevo, el objetivo del trabajo doméstico no remunerado está en que
tiene por objeto cubrir necesidades de otros, y, por otro lado, el mercado tiene por objetivo el
obtener beneficios económicos, es decir, considera un trabajo a aquel que obtenga valor
monetario a cambio. Realizar tareas como planchar la ropa, cuidar a los niños, lavar platos,
todo aquello que refiere al hogar no tiene valor económico, sin embargo, es el pilar de la
economía, la columna que recoge el mundo, a pesar de ello, debemos reflexionar cómo adentrar
este trabajo que utiliza el esfuerzo, las horas extras, el cansancio y tan necesario para el ser
humano, al mercado, a la economía.

Entre ejemplos de cuidados son el cuidado infantil, enseñanza, cuidado de ancianos y asistencia
sanitaria. La mayoría de esta economía de los cuidados se centra en trabajadores y trabajadoras
no remunerados, específicamente, recae en mujeres. Esto provoca un gran impacto en el acceso
de estos trabajadores al mercado laboral, aumentando en consideración la desigualdad de
género, debido a que afecta a la calidad del trabajo tanto en el interior del hogar y el exterior,
dificultando la capacidad de estos.

Trabajo no remunerado, ejemplos…-

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 2. RELACIÓN DE LA ECONOMÍA DE CUIDADOS CON LAS MUJERES.

El papel que la sociedad ha asignado a los hombres ha sido el del trabajo productivo, el que se
realiza en el ámbito público con valoración social y económica y a las mujeres el trabajo
reproductivo, los cuidados, el trabajo invisible que no genera derechos ni contraprestación
económica.

Los cuidados se prestan desde un entorno formal, público o privado, desde la economía
sumergida y desde el ámbito informal pero lo común a todos ellos es que son las mujeres las
que principalmente se encargan de los cuidados.

Según datos de la EPA (Encuesta de Población Activa) en la categoría denominada “labores

del hogar” (se incluyen personas de uno y otro sexo que sin ejercer ninguna actividad
económica se dedican a cuidar sus propios hogares sin remuneración) son 3.298.800 mujeres
las que se dedican a estas labores frente a los 359.400 hombres, es decir casi tres millones de
mujeres más que hombres.

Por comunidades autónomas Andalucía se sitúa en la primera posición con 679.402, le sigue
Madrid con 422.100 mujeres, Cataluña con 407.710, después la Comunidad Valenciana con
348.511 y Galicia con 170.613. Estos datos se reflejan en la siguiente gráfica:

Hemos de decir que en el año 2007 había 4.402.300 de mujeres inactivas por dedicarse a las
tareas del hogar y en el año 2002 la cifra era de 5.006.900, por lo que observamos que el número
de mujeres inactivas por dedicarse a tareas del hogar ha descendido un 34% en 17 años, sin
embargo, la mayor incorporación de la mujer al mundo laboral no ha ido acompañada de una
mayor igualdad en la distribución del trabajo en el hogar entre hombres y mujeres.

A esto hay que añadir que las mujeres destinan al día cuatro horas y media a estas tareas del
hogar y cuidados, casi dos horas más que los hombres. Estos datos distan con respecto a los
datos de otros países cercanos a España como por ejemplo Suecia donde la diferencia entre la
dedicación de las mujeres a estas tareas en comparación a los hombres es sólo 35 minutos.

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Además, las mujeres optan por coger permisos por nacimiento de hijos o excedencias para
cuidados familiares debido a los problemas de conciliación de la vida laboral y personal, así
como reducir la jornada profesional En la siguiente gráfica podemos observar las diferencias
por sexos respecto a estas medidas de conciliación.

De estos datos se ha de destacar que mientras las mujeres han optado por una reducción de la
jornada para el cuidado de hijos en un 35,61%, los hombres sólo un 1,22%, al igual que la
excedencia para el cuidado de hijos donde la diferencia también es notable: un 18,69% frente
a un 1,22% y por supuesto el permiso por lactancia en el que la diferencia es abismal: un
40,65% de mujeres frente al 1,22% de hombres.

Por otra parte, según datos del INE más del 22% de las mujeres en edad de trabajar optan por
salirse del mercado de trabajo para dedicarse a estas tareas del hogar y cuidados, frente al 2,5%
de los hombres. Por cada hombre en situación de inactividad hay 9 mujeres. Y según el estudio
“Coste de oportunidad de la brecha de género” si estos trabajos de cuidados y hogar fueran
remunerados las Administraciones Públicas podrían ingresar alrededor de 39.659 millones de
euros en cuanto a tributos y cotizaciones.
A estos datos hemos de añadir los de la OIT que ha presentado su primer informe mundial
sobre la economía de los cuidados. En él se constata que en los últimos años los hombres
dedican más tiempo a los cuidados, pero al ritmo actual la brecha de género tardará 36 años en
cerrarse. El reparto equitativo podría conseguirse en 2054. Según cálculos de la OIT el 25% de
las mujeres inactivas alega que no puede trabajar fuera de casa por sus cargas familiares. Este
porcentaje es mucho mayor que el de otros países próximos como Portugal (13%), Francia

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(10%) y que la media europea. También es mucho mayor que el de los hombres españoles que
no trabajan por este motivo (3%).

En España el trabajo no remunerado en el hogar supone 130 millones de horas diarias y es uno
de los países europeos con más horas de cuidados no remunerados diarias.” Si se abonara ese
trabajo en consonancia con el salario mínimo interprofesional supondría el 14,9% del PIB”.
Entre las recomendaciones de la OIT están “el reconocer, reducir y redistribuir el trabajo no
remunerado” ya que es el principal obstáculo para la participación de las mujeres en los
mercados de trabajo y causa de desigualdad dentro de los hogares.

La EPA nos muestra también quien se ocupa de los cuidados en el ámbito el trabajo
remunerado, así en servicios de salud y de cuidado de personas están ocupadas 1.201.200, de
los cuales el 79% son mujeres; en el empleo doméstico hay ocupadas 454.600 personas de las
cuales son mujeres el 98%; en la ocupación denominada” otro personal de limpieza” están
ocupadas 692.100 personas de las cuales el 86% son mujeres.

Como podemos ver todas las ocupaciones laborales que tienen que ver con los cuidados están
muy feminizadas con la excepción de la recogida de residuos urbanos en los que la mayoría
son hombres con un 75%. El colectivo de trabajadoras y trabajadores del hogar luchan para que
España ratifique el Convenio 189 de la OIT de 2011 sobre el trabajo doméstico y que supondría
una mejora en sus condiciones laborales y el acceso a prestaciones como la prestación por
desempleo.

Por lo que respecta a los salarios según la Encuesta de estructura salarial el salario medio en
España es 19.263.78 euros, pero en el caso de las ocupaciones de cuidados el salario es menor.
Así por ejemplo en los servicios de salud y cuidado de personas el salario medio de las mujeres
es de 13.555,58 euros por año, en el personal de limpieza es de 9.645,66 euros por año; sin
embargo, en la recogida de residuos urbanos, actividad desempeñada principalmente por
hombres como hemos dicho anteriormente, el salario medio de los hombres es de 18.264,36
euros por año.

Si comparamos lo que cobra un hombre que limpia la calle con lo que cobra una mujer que
limpia una oficina la brecha salarial llega al 89%, es decir esa mujer trabaja 23 meses para
cobrar lo mismo que ese hombre en 12 meses realizando tareas muy similares.
Algunos estudiosos de la economía de cuidados consideran que nuestra sociedad debe cumplir
tres condiciones para eliminar los roles de género:

- Que los hombres cuiden igual que las mujeres

- Un sistema de servicios públicos suficientes y de calidad para la educación infantil y la
atención a la dependencia
- Un empleo estable y con plenos derechos para hombres y mujeres sin distinción.

Por último, añadir que una distribución más equitativa en las tareas del hogar permitiría que la
mujer pudiera acceder en condiciones de igualdad al trabajo remunerado. Y aunque

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disponemos de la ley 39/99 de 5 de noviembre para promover la conciliación de la vida familiar
y laboral de las personas trabajadoras desde el punto de vista social siguen existiendo muchas
diferencias entre hombres y mujeres.

3. CLASIFICACIÓN DE LOS TRABAJOS DE CUIDADO.

Como hemos visto todo trabajo de cuidado, bien sea remunerado o no, es aquel que tiene una
gran relevancia tanto en nuestra economía global como en nuestra sociedad. Económicamente
hablando, podemos destacar que el valor y peso económico del trabajo de cuidados no
remunerado equivale a un valor monetario de más de 10,8 billones de dólares al año, según la
OXFAM.

Así que, cuando hablamos de trabajos de cuidados, estos se pueden clasificar en dos grandes
grupos, dependiendo de si perciben o no remuneración alguna. Por lo tanto, podemos encontrar
trabajos de cuidado no remunerados y los remunerados que, además, se subdividen a su vez,
dependiendo de las actividades que realice, así pues, podemos encontrar actividades de cuidado
de carácter directo, como es asear a un anciano o cuidar de a un bebé, y las actividades de
cuidado indirecto relacionadas con la limpieza en general, cocinar, etc.

TRABAJO DE CUIDADOS NO REMUNERADOS

El trabajo de cuidados no remunerados se caracteriza principalmente en prestar servicios sin
obtener una contraprestación por ello. En la gran mayoría de casos nos encontramos que están
íntimamente relacionados con las tareas domésticas, pero también están relacionados con otras
actividades que no tiene nada que ver con actividades familiares como la asistencia a amigos,
trabajos de voluntariado, entre otros.

Como hemos citado la diferencia de carga de trabajo doméstico entre hombres y mujeres se ha
reducido considerablemente pero aún sigue siendo patentes que las mujeres llevan la mayor
carga de las tareas domésticas y familiares.

La continua transformación de la estructura clásica de las familias, el aumento de la esperanza

de vida junto con el aumento del número de personas dependientes y la demanda de entrada de
las mujeres en el mundo laboral ha generado que se incremente exponencialmente la demanda
de trabajos de cuidado remunerados, creando de esta manera una crisis de los cuidados.

Actualmente todavía no se encuentra bien definido y no se ha desarrollado con la suficiente

claridad que los trabajos de cuidado no remunerado son claramente un trabajo más.

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TRABAJO DE CUIDADOS REMUNERADOS
El trabajo de cuidado remunerado se basa en proporcionar servicios de cuidado a niños, a
personas dependientes con padecimientos psíquicos o físicas, a personas de la tercera edad, con
la obtención de una retribución a cambio de ello.

Así que podemos dividirlos entre trabajos domésticos y trabajos relacionados con el cuidado
como son la educación, la salud y trabajo social.

TRABAJO DOMÉSTICO
El trabajo doméstico externalizado se encarga de gran parte del cuidado indirecto y directo de
las casas, desempeñando una gran variedad de actividades, por ejemplo, se pueden encargar de
cuidar de los miembros de una familia o de personas con discapacidades y a la vez se encargan
de cocinar y limpiar las casas. Tienen distintas jornadas laborales, trabajan por horas, a tiempo
parcial, a jornada completa e incluso trabajan de interna en la casa.

Al igual que el no remunerado, lo realizan gran parte del colectivo femenino, según un informe
del OIT, 49 millones de trabajadores domésticos del mundo son mujeres y 21 millones son
hombres. Pero, además, son efectuados mayoritariamente por migrantes quienes se encuentran
indefensos ante las situaciones de abuso.

Aun cuando aporta significativamente a la economía sigue siendo un sector marginado, con
condiciones laborales y legales desfavorables y a falta de políticas que lo amparen. Y aunque
actualmente las afiliaciones de este sector se incrementado considerablemente continúan
estando presentes en la economía sumergida de los países pues son un mano de obra barata y
creen que ahorran dinero con ello.

TRABAJO DE CUIDADO
Como hemos visto se desarrolla entre sector de la educación, de salud y de asistencia social y
representan un volumen de empleo global de 6,5 % según el OIT. Además, es necesario que en
todos los sectores encargados del cuidado tengan unas condiciones no óptimas, pero al menos
decentes para desarrollar sus actividades de forma diligente.

El trabajo de cuidados mayoritariamente está compuesto por el sector de la educación formal,

concretamente consta de 123 millones de trabajadores, y además las remuneraciones de los
educadores depende indudablemente del PIB de un país. Por lo que es necesario invertir en este
sector para que desarrolle con la suficiente calidad.

Actualmente la mayoría de países se encuentra invirtiendo en la educación de primera infancia

pues observan la importancia y el carácter decisivo que supone este tipo de enseñanza para el
desarrollo intelectual y socio-emocional de los niños. De modo que en comparación a tiempos
anteriores donde los docentes de este nivel educativo tenían malas condiciones de trabajo y no

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eran lo suficientemente reconocidos, ahora gozan de condiciones decente en sus empleos y
realizan un trabajo de mayor calidad.

El sector de la salud se encarga principalmente en aportar cuidados en temas de sanidad y

engloban profesionales de la salud como doctores, enfermera, etc. Además, es igual de
importante que los anteriores pues para una prestación de servicios de calidad es necesario que
cuente con un entorno y situación laboral decente garantizando de esta manera un correcto
desempeño en sus funciones. No obstante, debido a los continuos recortes en educación y
sanidad, y por consiguiente a la disminución de su sueldo se encuentran en una situación en la
que se aumentan sus turnos o realizan horas extras de aumentar de modo que debido a ello se
ve afectado no solo su trabajo si no, también su entorno familiar.

El sector de asistencia social es un sector del trabajo de cuidados de carácter personal que se
encarga principalmente en el cuidado de personas mayores, discapacitados, o con
enfermedades como el VIH. Este sector lejos de menguar se encuentra en continuo aumento de
demanda debido al aumento de la esperanza de vida.

Los trabajadores continúan sometidos a condiciones laborales desfavorables y con sueldos

precarios que no traslucen la importancia que tienen en la economía y en la comunidad.

4. COMPARACIÓN CON OTROS PAÍSES

- Comparación con otros países.

Abajo se ve una tabla de un ranking de países más desarrollados y países menos
desarrollados. El ranking va del 1-8 (1 siendo el más alto y 8 el más bajo).

PAÍSES MÁS DESARROLLADOS PAÍSES MENOS

DESARROLLADOS

1. Noruega. 5. Afganistán.

2. Australia. 6. Angola.

3. Suiza. 7. Bangladesh.

4. Países Bajos. 8. Bután.

A continuación, se establece una comparación de la economía de los cuidados de estos

países.

1. Noruega: Este país se considera el más desarrollado económicamente ya que

su sector público es fundamental con la importancia de los recursos naturales
como el gas y el petróleo.

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 Este país tiene un sistema muy desarrollado de protección social incluyendo el
cuidado de los niños, en el que se apoya en Noruega las políticas de apoyo a los
jóvenes. Lo que hacen en Noruega con los niños es identificar desde la escuela
primaria los que pueden tener dificultades con integrarse en el futuro. Allí,
utilizan la técnica en las escuelas en la que se basa en realizar más prácticas y
desarrollar menos teoría.
Además, tienen también un sistema desarrollado para el cuidado de los ancianos
fuera del hogar.

2. Australia: En Australia es muy importante el proteger los derechos humanos

de los niños. Por este motivo han tomado medidas razonables para la
supervisión y el cuidado de los niños. En Australia, los médicos y maestros de
las escuelas están obligados a informar a las autoridades de protección de niños
del estado si les preocupa que un niño pueda ser dañado.

3. Suiza: En Suiza se establecen cuatro campos de la economía de los cuidados

que son los hogares, la salud y los cuidados, el trabajo de cuidados globales y
las finanzas públicas. En este país implica una carga de trabajo considerable.
Por este motivo el número de horas de trabajo remuneradas y no remuneradas
equivale a la suma de carga de trabajo en el sector primario y secundario. Las
actividades del servicio del cuidado como la asistencia a las personas con
discapacidad y la atención a los niños, establecen un desequilibrio entre las
personas que se benefician de ello y las que prestan servicio de cuidado.

4. Países Bajos: En los Países Bajos han reducido los impuestos para estimular el
empleo. Por lo tanto, el gobierno propone medidas en el IRPF; aumentan los
subsidios a familias para el cuidado de los niños y otras ayudas para el empleo
de trabajadores con hijos. Aumenta el poder adquisitivo en los hogares de los
empleados entre el 1,5% y 3% de remuneración.

5. Afganistán: En Afganistán, el sistema de cuidado es extremadamente baja por

las tres décadas de guerras. Para muchos niños educarse es un sueño para ellos.
Hay una baja matriculación de las niñas por pocas profesoras debido a que
tienen una formación académica muy básica. Este país tiene un sistema de
cuidado muy frágil porque los padres tienen preocupaciones de su seguridad y
quieren prevenir eso.

6. Angola: El sistema de cuidado en Angola aumentó y garantizó la educación.

Hay una tasa muy alta de niños que no acceden a la educación, que lo abandonen
y repetición de cursos. El Ministerio de educación intenta crear más sitios de
cuidado de niños infantes. Su objetivo es aumentar las tasas de matriculación y
reducir el abandono. Se han iniciado labores para brindar el apoyo a los
cuidadores de los niños infantes a escala provincial.

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 7. Bangladesh: En Bangladesh producen un sistema de cuidado para ayudar a los
padres, niños y tutores los elementos de desarrollo. Esto ayuda a los niños de
edades muy bajas ya que se saben que como los padres trabajan no pueden
atender a las necesidades de sus hijos. Hay un alto agresión de violencia en
Bangladesh hacía los niños que tienen desventajas y viven en comunidades
minoritarias.

8. Bután: Lo que empezó a ser un sistema de cuidado pasó a ser uno de educación.
Lo que hace este sistema de cuidado en Bután es preparar a los niños estimular
su creatividad, intelecto y desarrollo social. Lo conectan con la educación
pública para que cuando terminen pueden seguir con su educación.

El color azul son países desarrollados.

5. POSIBLES SOLUCIONES.

Una de las posibles soluciones más inmediatas para evitar esta sobrecarga de las mujeres en
los cuidados del hogar es la contratación de empleados para cubrir las labores de cuidado. La
contratación de un tercero para cubrir las necesidades de cuidado en el hogar no significa que
la doble jornada de las mujeres empleadas termine, sino que tendrán con esta medida un soporte
para abarcar la demanda de atención y cuidados.

En España hemos experimentado un aumento bastante significativo de nuevas figuras

asalariadas que dedican su trabajo al cuidado del hogar y es bastante significativo que las
nuevas figuras que se han incorporado a dicho mercado laboral cuentan con un componente de
género y de etnia ya que en su mayoría son mujeres e inmigrantes.

La adopción de políticas de Estado que favorezcan la superación de la división sexual que

existe en la adjudicación de los cuidados del hogar mediante medidas que ayuden a la sociedad
a superar los estereotipos de género y ayudar así a estas trabajadoras a obtener el
reconocimiento de la importancia del cuidado del hogar y el cuidado de las personas más
vulnerables como niños y mayores. Ayudar a las mujeres trabajadoras a que compartan las

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responsabilidades en el ámbito familiar influyendo así en el bienestar de la sociedad y superar
el estereotipo femenino de cuidadora del hogar.

En España existe la posibilidad de que este colectivo de personas que se han dedicado al
cuidado del hogar se pueda jubilar a los 65 años solicitando una pensión no contributiva. Este
tipo de pensiones se desarrollan mediante el Real Decreto 357/1991, de 15 de marzo y están
destinadas a aquellas personas que demuestren tener unos recursos mínimos y que no hayan
podido cotizar lo suficiente para optar por una pensión contributiva. Actualmente esta
retribución no contributiva es mínima y en muy pocas ocasiones o en casi ninguna resulta de
una cantidad suficiente para cubrir los gastos esenciales.

Es notoria que España requiere la implantación de un sistema universal, público y suficiente

de cuidados de larga duración a las personas dependientes de forma que sea el Estado el que
garantice a las familias la aplicación del derecho consolidado por Ley General de Sanidad de
1986 a la asistencia sanitaria y la garantía de igualdad en la prestación de servicios sanitarios.
Mediante este sistema se solidifica la capacidad de una autonomía funcional a aquellas
personas dependientes y de esa forma se evita la necesidad de recurrir a personas de la familia.
Es necesario que se trate este asunto como una cuestión de justicia social que ponga a
disposición de aquellas personas con una obligación familiar de hacerse cargo de los cuidados
del hogar una serie de servicios de atención pública que le proporcione la capacidad de decidir
voluntariamente si dedicarse a los cuidados del hogar y que no sea una obligación impuesta
por el sistema que no proporciona los recursos suficientes a estas personas dependientes.

Esta obligación del Estado de proporcionar los servicios necesarios a aquellas personas
dependientes procede de un pilar fundamental del Estado de Bienestar que propugna la
Constitución es su artículo primero al consagrar que España es un "Estado social y democrático
de Derecho" ya que por definición el "Estado social" es aquél que se obliga a sí mismo, por
medio de la ley, a proteger y a promover la justicia social y el bienestar de todos sus ciudadanos.

Por último, pero no menos importante, otra medida que podría ayudar a que la economía de los
cuidados se desarrolle en igualdad es la formación en cuidados de los estudiantes desde los
ciclos más primarios. Debemos de transmitir a los más pequeños que las labores del cuidado
del hogar son tareas que se deben realizar sin que influyan en ellas cuestiones de género y
transmitir unos valores de ayuda en el hogar desde edades tempranas, siempre fomentando la
realización de actividades que requieran una madurez proporcional a la edad del menor. Tal y
como dijo Paulo Freire, pedagogo y filósofo, “La educación no cambia el mundo: cambia a
las personas que van a cambiar al mundo”.

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 6. CONCLUSIÓN.

En conclusión, históricamente la economía de los cuidados ha sido una labor que ha

desempeñado de forma predominante la mujer pero estamos siendo testigos de cómo
actualmente el avance de la economía de los cuidados se ha convertido en una prioridad urgente
para los Estados ya que es una cuestión de igualdad en el trabajo del hogar que se refleja en el
objetivo del desarrollo sostenible número cinco sobre la igualdad de género en el que se recoge
el objetivo de reconocer y valorar el trabajo de los cuidados no remunerados “mediante la
prestación de servicios públicos, la provisión de infraestructuras y la formulación de políticas
de protección social”.

Así pues, los Estados han quedado obligados a velar por el cumplimiento de dicho objetivo
establecido por las Naciones Unidas y establecer al fin un sistema de medidas transformadoras
y eficaces mediante las cuales se proteja y se proporcione seguridad tanto a los cuidadores y
cuidadoras como a aquellas personas que necesitan de esa atención especial. La distribución de
los trabajos de cuidado en el hogar es una cuestión de justicia social ya que se debe a dichos
cuidadores la posibilidad de realizarse tanto en el ámbito laboral como en el familiar sin la
necesidad de escoger entre uno u otro reivindicando así de forma libre y en igualdad de
oportunidades su compromiso con la economía de los cuidados.

13
 7. BIBLIOGRAFÍA

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