Resumen Squella
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2. Son heterónomas, pero con ciertas salvedades que conducen a decir que son preferentemente
heterónomas.
- Son heterónomas pues lo común es que ellas sean estatuidas por autoridades normativas situadas
fuera de los sujetos que deben obedecerlas.
- De hecho, un rasgo de todo ordenamiento jurídico desarrollado es que éste institucionalice la
producción de normas jurídicas y que determine las autoridades facultadas para hacerlo.
- La heteronomía de las normas jurídicas admite ciertas salvedades, lo que las hace
predominantemente heterónomas.
- La primera salvedad es de carácter político y resulta de la democracia representativa, pues es una
forma de gobierno en que los propios sujetos que van a quedar luego vinculados por las decisiones
colectivas tomadas por los legítimos representantes elegidos por ellos. Si bien el poder no es ejercido
directamente por el pueblo, sino que proviene del pueblo.
Por esto, el pueblo no está sujeto a un querer propio ni al querer de otro; sino a un querer delegado.
En una democracia directa, en que el pueblo adopta las decisiones colectivas, el derecho no es
heterónomo, puesto que los sujetos se someten a su propio querer.
- Una norma jurídica es válida cuando existe, obliga y debe ser obedecida y aplicada por los sujetos
imperados y por los órganos jurisdiccionales. Una norma jurídica es eficaz cuando es generalmente
obedecida y aplicada. Así, la diferencia es que, en cuanto válida, debe ser obedecida y aplicada; en
tanto eficaz, es de hecho, obedecida y aplicada.
Así, una norma jurídica válida puede ser eficaz o ineficaz, de lo cual puede surgir una salvedad a la
heteronomía, según sea la actitud respecto de si la eficacia no afecta la validez de ella.
Si se afirma que no hay relación entre validez y eficacia de las normas jurídicas, y por ello la ineficacia
no afecta la validez, dichas normas siguen siendo heterónomas.
Si se considera que la eficacia es el fundamento de validez de las normas jurídicas, se produce una
segunda salvedad al carácter heterónomo del derecho, puesto que dependería de la voluntad de los
sujetos imperados.
- Kelsen considera, que la eficacia de la norma jurídica es condición de validez. A diferencia del primer
criterio, la eficacia no tiene relación con la validez de la norma, y a diferencia del segundo criterio, la
eficacia no es lo mismo que la validez ni fundamento de ella.
Así, una norma jurídica válida no necesita ser eficaz para empezar a serlo, aunque requiere de eficacia
para continuar siendo válida.
En consecuencia, para Kelsen, una norma jurídica no necesita ser eficaz para empezar a ser válida,
aunque sí requiere ser eficaz para continuar siendo válida; de perder eficacia, la norma jurídica pierde
validez.
- Una tercera salvedad, de carácter moral, a la heteronomía del derecho y de sus normas se encuentra
en la llamada “objeción de conciencia”.
Por ella, un sujeto de derecho (individual), obligado a una determinada conducta, puede excusarse
legítimamente de cumplir con la norma por contradecir su conciencia moral. Ejemplo: se puede
rechazar el servicio militar y optar por un servicio comunitario.
En este caso la heteronomía de la norma jurídica cede en favor de la autonomía moral del sujeto.
La objeción de conciencia, no es contra todo el ordenamiento jurídico, sino que contra una
determinada de sus normas o instituciones, que no persigue privar de obligatoriedad general a la
norma o institución objetada.
Tampoco afecta la igualdad ante la ley, porque el deber es sustituido por otro.
- También está la llamada “desobediencia civil”, en que el acto de resistencia no es protagonizado por
un solo sujeto (colectiva) sino por un grupo, para demostrar públicamente la injusticia del ordenamiento
jurídico vigente o parte de él, para conseguir el cambio o modificación de que se trate.
- Hay una salvedad jurídica que tiene que ver con fuentes formales del derecho de carácter autónomo,
en las que se aprecia una dimensión de autonomía.
- Fuentes formales del derecho son constituidos por los métodos de producción de normas jurídicas.
Dentro de ellas están, la costumbre jurídica y los actos jurídicos, que tienen carácter autónomo o que,
al menos muestran una dimensión de autonomía en el derecho.
Las normas jurídicas de la costumbre (derecho consuetudinario) se producen por la reiteración
constante y uniforme de una determinada conducta, que se trata de una conducta jurídicamente
obligatoria.
Los actos jurídicos, fuente formal del derecho, de carácter autónomo, puesto que las normas que
producen resultan ser expresión de la voluntad de los mismos sujetos imperados por ellas. Se trata de
normas jurídicas particulares, porque restringen su ámbito de validez a los sujetos que las producen.
- Kelsen distingue entre métodos de creación jurídica autocráticos (ley, sentencia judicial) y métodos
democráticos (costumbre jurídica y actos jurídicos). Los primeros muestran el carácter heterónomo del
derecho, y los segundos la autonomía del derecho.
- Por lo tanto en las normas jurídicas domina una dimensión de heteronomía.
3. Son bilaterales, porque junto con imponer deberes a uno o más sujetos de derecho, conceden o
reconocen a uno o más sujetos, distintos de los anteriores la facultad de exigir el cumplimiento de
tales deberes.
Las normas jurídicas no imponen a los sujetos deberes que éstos tengan frente a sí mismos, sino
obligaciones que asumen frente a otros sujetos. Al sujeto sobre el cual pesa el deber se le llama sujeto
pasivo, mientras que aquel que está dotado de exigir su cumplimiento, se llama sujeto activo.
La norma jurídica es de relación, a diferencia de la norma moral, que es de introspección. Por ello, se
usa para aludir la bilateralidad del derecho con la palabra “alteridad”.
4. Son coercibles, característica que mejor contribuye a identificarlas y diferenciarlas de otros tipos de
normas.
- La fuerza es la característica esencial del derecho positivo. El derecho no es meramente una
propuesta de determinados comportamientos deseables sino exigencia de esos mismos, bajo
amenaza de sanciones por el uso de la fuerza autorizada.
5. Coercibilidad, coacción y sanción. Explicaciones de Luis Legaz.
La coercibilidad designa la legítima posibilidad de aplicar la fuerza socialmente organizada para
obtener el cumplimiento del derecho.
La coacción designa el hecho cumplido de la fuerza, o sea, la expresión material de ésta.
La sanción consiste en la consecuencia jurídica desfavorable que debe recaer sobre el sujeto
inobservante del deber impuesto por una norma jurídica.
Recasens-Siches dice, “no se habla del hecho de la fuerza (coacción), sino de la esencial posibilidad
de usarla cuando no se produzca el cumplimiento voluntario”.
Lo peculiar del derecho reside en que sus sanciones pueden ser aplicadas mediante el uso de la
fuerza. Por eso dice Kelsen que la única diferencia entre los diversos ordenamientos sociales está en
que prescriben distintos tipos de sanciones.
Aspectos resultantes de la coercibilidad
1. Se trata solo de la posibilidad del uso de la fuerza y no de la fuerza en acto, lo cual permite establecer
la diferencia entre coercibilidad y coacción.
2. Que se trata de la legítima posibilidad de emplear la fuerza, lo que implica que la fuerza que emplea el
derecho es la que autoriza el propio ordenamiento jurídico a través de los órganos públicos
establecidos por él.
Fuerza legítima no significa fuerza justa, sino fuerza conforme al derecho, o sea, fuerza ejercida a
través de los órganos coercitivos establecidos y regulados por el derecho.
3. La fuerza que aplica el derecho es una fuerza socialmente organizada, porque debe hacerse efectiva
través de órganos coercitivos establecidos y regulados por el propio derecho.
4. El derecho se vale generalmente de sanciones negativas para obtener el cumplimiento de sus
normas, como la privación de ciertos bienes, la libertad del deudor o la muerte de él.
A veces el derecho premia para estimular determinadas conductas que consideradas deseables, las
sanciones premiales, como cuando el C. Civil premia a quien denuncie la existencia de un tesoro
tendrá la mitad de éste.
5. El derecho impone el uso de la fuerza no a los comportamientos que las normas exigen como debidos,
sino en los actos de tipo coactivo que deben seguir si se apartan de las normas. Todo individuo es libre
de ajustar o no su conducta a lo exigido por el derecho.
Todo individuo es libre de ajustar o no su conducta a lo exigido por el derecho, por lo que Kelsen dice
que el derecho sea un ordenamiento coactivo no significa que imponga por la fuerza una conducta,
sino que el ordenamiento jurídico prescribe para el evento de que no se cumpla la norma un acto
coactivo como sanción.
Al ser el derecho un ordenamiento coactivo, los sujetos imperados sienten una fuerza psíquica que los
impulsa al obedecimiento frente a la representación del acto coactivo; ello, no obstante del imperativo
moral, que también es motivación.
6. La coercibilidad es un atributo de las normas jurídicas; más que una característica de todas y cada
una de las normas jurídicas, es una característica del ordenamiento jurídico como un todo.
7. La coercibilidad es una característica inseparable del derecho, o incluso esencial.
El derecho se atribuye el monopolio de la fuerza, lo que quiere decir que prohíbe todo acto de fuerza
de un sujeto sobre otro que no consista en lo que el propio derecho autoriza. El derecho fija en qué
casos, bajo qué condiciones y por cuáles órganos públicos es legítimo aplicar la fuerza.
Derecho y fuerza no son lo mismo, porque el derecho es solo una organización de la fuerza para
hacerse cumplir.
8. Kelsen: el derecho y la fuerza no han de ser entendidos como discordantes entre sí, pues el derecho
es una organización de la fuerza.
La diferencia entre el derecho y la fuerza se grafica en la balanza y la espada, en que la balanza sin
espada es impotente, y la espada sin la balanza es la fuerza bruta.
9. La diferencia entre cómo actúa el derecho y cómo se comporta una banda delictual.
Subjetivamente –según Kelsen- ambas son similares. Sin embargo, objetivamente, no son situaciones
equiparables, pues solo un servicio del Estado, tiene una conducta que puede ser conectada con una
norma del ordenamiento jurídico, que autoriza dicha conducta.