Carta de Liberación Del Clan Familiar
Carta de Liberación Del Clan Familiar
Carta de Liberación Del Clan Familiar
Cada familia forma un sistema donde cada uno de sus integrantes está conectado
con todos los demás no importando el transcurso del tiempo y las generaciones
que pasen. Todo lo que nuestros antepasados vivieron afectan nuestra
personalidad y nuestra vida; estemos o no conscientes de ello. Y la “memoria” de
nuestros antepasados sobrevive a través de nosotros.
Así mismo las decisiones que tomes y las experiencias que vivas trascenderán a
través del tiempo, afectando positivamente o no a tus descendientes (hijos,
sobrinos, nietos, etc.)
Esta carta la redactarás de puño y letra. Con esta carta liberas y te liberarás, de
todas aquellas memorias familiares heredadas.
Modelo de la carta
Me libero en este acto y libero a mi clan de todos los secretos no revelados hasta
el momento sean de memorias de dolor, tristeza y llanto, y de todo aquello que
sea una vergüenza o una limitación y que por ello haya sido guardado en silencio
por mí o los miembros de mi familia a través de las generaciones.
Hoy declaro que estoy libre de los secretos, malas acciones, conflictos no
resueltos y del destino de mis ancestros sabiendo que aun así seguiré
perteneciendo a mi clan con el mismo derecho que cuando cargaba con esto. Hoy
sé que aunque me libere de esto, seguirán amándome del mismo modo que antes
y yo los seguiré amando desde lo más profundo de mi corazón aun cuando
busque un destino mejor para mí.
***(lo que sigue aquí se puede llenar con secretos o vivencias específicas de nuestra vida
y que sepamos de nuestra familia que estemos repitiendo y queramos liberar)-
Ejemplo: Hoy Libero y me libero de mi padre… (Nombre), de sus maltratos y su
alcoholismo. Hoy libero y me libero de mi madre… (Nombre), su carácter sumiso y su
diabetes. Hoy me libero de la necesidad de guardar los secretos familiares relacionados
con … Hoy me libero de la influencia que las vivencias vergonzantes o dolorosas de mis
ancestros están ejerciendo sobre mí y mi descendencia).***
Hoy corto todo lazo con esas memorias y me libero de todas las cargas que no me
corresponden. Para mi bien y el de todos los involucrados. Hoy agradezco a la
Divinidad que habita en mí y en todos los Seres y al Universo. Hoy sé que soy
libre y quedo libre para vivir mi propio destino.
Hecho está. Gracias, Gracias, Gracias!
***
Cuando hayas finalizado tu carta, la lees en voz alta, la quemas y te deshaces de
las cenizas.
Así de sencillo y con conciencia, te liberas de todo aquello que tu inconsciente
viene cargando y peor aún, heredando. Una vez realizada la ceremonia de lectura
y quema de la carta, deberás esperar 40 días (Cuarentena), para que tu mente
vaya asentando lo vivido, lo sentido, lo soltado. Serán 40 días de cambios de
ánimo intensos.
Algunos días, podrás tener mucho sueño, o no tener nada de sueño, estar alegre,
triste, eufórico, emocionado, deprimido, etc. Todo esto es normal. Para el día 40,
te sentirás increíblemente ligero, con los pensamientos más claros, con más paz
interior, con la certeza de todo lo que has soltado y con la seguridad para tomar
nuevos rumbos y decisiones en tu vida. Para comenzar por fin, tu nueva vida.
Importante
El período de cuarentena varía de persona a persona, por lo que puede ser que
los cambios se noten a los 15 días para algunas personas, y para otras, 40. O
bien, en algunas otras, demore hasta 60 o 90 días. Esta carta se puede hacer
todas las veces que sea necesario, por las mismas personas, pero NO POR LOS
MISMOS MOTIVOS. Es decir, si ya hice una carta de duelo por mi padre
alcohólico, ya la quemé, ya hice mi cuarentena y dentro de 6 meses, recuerdo que
una noche atropelló a una señora, hago nuevamente una carta, pero sólo por este
atropellamiento, ya no menciono el alcoholismo, porque de eso ya se hizo duelo.
Y esta carta sirve para eventos futuros también, porque nos faltan muchas cosas
por vivir. Por lo tanto, si en 10 años, tenemos nuevos problemas cargando, con
familiares, amigos, compañeros de trabajo, jefes, etc. Podemos volver a hacerla
para no heredar a nuestros hijos nuestros futuros errores o fallas.