Diseño de Proyectos Ambientales

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DISEÑO DE

PROYECTOS DE
EDUCACIÓN AMBIENTAL

CARIDAD RUIZ VALERO

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DISEÑO DE PROYECTOS DE EDUCACIÓN AMBIENTAL

Cuando nos planteamos el diseño de cualquier actividad o programa de EA, lo


primero que debemos hacer es planificar. Una posible definición de planificación es la
siguiente:

Se trata del desarrollo racional y estructurado de lo que se va a hacer,


determinando qué se quiere conseguir, qué se pretende transmitir, cómo se va a hacer,
cómo reaccionar en caso de que surja algún imprevisto, qué recursos se necesitarán, y
cómo se evaluará la actividad. En definitiva, planificando se están ordenando las ideas
que surgen y acercándose a la meta que se haya propuesto. Es un paso
imprescindible ya que ayuda a rentabilizar las ideas, y no desde un punto de vista
económico sino desde el punto de vista de la eficacia. Planificando con anterioridad se
evita olvidar cualquiera de los elementos necesarios para que un proyecto de EA sea
exitoso.

Existen numerosos modelos de programación, por lo que el que aquí se ofrece


no es absoluto, simplemente puede servir como orientación a la hora de enfrentarse al
diseño de un programa de E. A.

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Cuestiones previas

Antes de realizar la acción educativa tenemos que cuestionarnos ciertas


preguntas:

• ¿Sobre qué problemática ambiental específica va a actuar el


programa a diseñar?
• ¿Quiénes van a ser los destinatarios y las destinatarias?
• ¿Porqué creemos que es necesario este proyecto?
• ¿Qué queremos conseguir?
• ¿Qué queremos transmitir?
• ¿Cómo lo vamos a hacer?
• ¿Qué vamos a necesitar?
• ¿Cuándo vamos a llevar a cabo el programa? ¿Cuánto tiempo
necesitaremos para su desarrollo?
• ¿Cómo lo vamos a difundir?
• ¿Cuánto nos va a costar?
• ¿Se han conseguido nuestras metas? ¿Cómo podemos
mejorarlo?

Las respuestas a estas preguntas no son más que cada uno de los elementos de
programación, una reflexión sobre cómo y qué queremos conseguir. A continuación se
irá contestando a cada una de las preguntas y determinando los apartados que tendrá
el proyecto.

¿Sobre qué problemática ambiental específica va a actuar el programa a


diseñar? ¿Quiénes van a ser los destinatarios y las destinatarias?

1. EVALUACIÓN DE LA REALIDAD

Este paso previo a cualquier diseño es totalmente necesario. La evaluación de la


realidad nos permitirá conocer en profundidad el tema sobre el que vamos a basar
nuestro programa y lo más importante las necesidades, intereses, y demás
características del grupo al que va dirigido.

Debe contener:

- Identificación del Problema Ambiental


Hay que fijar las prioridades según las necesidades de la comunidad.
En algún momento, ciertos temas tendrán que escogerse por encima
de otros.

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- Identificación de necesidades, intereses, recursos y posibilidades de
los destinatarios y las destinatarias.
La detección de necesidades implica analizar la realidad donde se va a
actuar, con el fin de elaborar los programas de acción en función de las
características propias del ámbito en el que se aplican. Este punto es esencial
para no plantearse metas inalcanzables.

Debemos investigar sobre aquellos recursos (servicios, instituciones, medios


materiales, personas con capacidades desarrolladas en determinadas áreas)
que nos indican la riqueza de los destinatarios y las destinatarias y por tanto,
nos ayudan a entender su realidad, pero además nos proporcionan datos
importantes sobre qué medios humanos y materiales existen para poner en
marcha el programa.
Por último, hay que analizar las posibilidades, es decir, las potencialidades
que tiene ese grupo o colectivo.

- La identificación de las soluciones técnicas


Lo más interesante es que el grupo de participantes se involucre en
la elaboración de las soluciones, pero evidentemente el educador debe
conocerlas, al menos en su mayoría. Todas las soluciones deben ser
viables.

¿Por qué creemos que es necesario el proyecto?

2. JUSTIFICACIÓN

Se trata de establecer por qué se ha de desarrollar este programa, en qué


datos nos basamos para pensar que debemos iniciar una acción y qué ventajas
supondría sobre la situación actual (Herrera Menchén Mª del Mar,
1998).

La justificación deberá contener datos sintéticos acerca de:

• Descripción de la situación de partida.


• La finalidad última del proyecto.
• Las bases del proyecto: recursos y posibilidades del mismo.
• Las limitaciones con las que puede encontrarse.
• El punto de vista del personal técnico, de la comunidad y del grupo
político.
• Y si la situación lo requiere:
o Marco legislativo en el que se apoya.
o Marco teórico (participación, solidaridad, intercambio, etc).

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¿Qué queremos conseguir?

3. OBJETIVOS

Los objetivos deben entenderse como guías que orientan el proceso de


enseñanza y aprendizaje y hacia las cuales hay que orientar la marcha de este proceso
(García et al. , 1997).

Con los objetivos concretamos qué queremos hacer, qué cambios queremos
lograr respecto a la situación de partida, a dónde queremos llegar, y cuál queremos que
sea la situación (sobre el colectivo con el que se va a trabajar) cuando el proyecto haya
llegado a su fin.

Debemos describir:

• Objetivos generales: Indican qué se quiere conseguir con este


programa o proyecto. Necesitarán de varias acciones para
conseguirlos.
• Objetivos específicos: Nos indican qué vamos a conseguir a pequeña
escala con las actividades propuestas, o con el grupo en cuestión. Deben
ser medibles, y conviene que no sean muy ambiciosos para que se
puedan alcanzar. Son concretos y vendrán determinados por la actividad
propuesta.

A la hora de definirlos debemos tener en cuenta:

Qué es lo que queremos conseguir (quizás lo más importante).


A quiénes va dirigido.
Su nivel de conocimientos.
Si conocen o no el lugar (sobre todo en el caso de que el programa se
desarrolle en un área natural).
Qué tipo de programa y en cuánto tiempo.
Las posibilidades que ofrece el medio.
Los deseos e intereses de los y las participantes.
A qué grupo social pertenecen (entendiendo como grupo social a la actividad
común que realizan o una característica que les une a la hora de participar en
una actividad de EA, como por ejemplo escolares, cazadores, tercera
edad, disminuidos/as físicos/as o psíquicos, etc... ).

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¿Qué queremos transmitir?

4. CONTENIDOS

Los contenidos constituyen el eje sobre el que se centrará nuestra programación,


entendiendo como contenidos no sólo lo referente a conceptos, sino también a
procedimientos y actitudes. El sistema educativo se ha centrado tradicionalmente
en la transmisión de conceptos. En escasas ocasiones se transmitían contenidos
procedimentales, es decir, cómo se hace, y casi nunca valores (contenidos
actitudinales).

Vamos a definirlos brevemente:

Conceptuales: referentes a conceptos, qué son las cosas.


Procedimentales: referente a procedimientos, cómo se hace.
Actitudinales: referentes a actitudes, valores.

En los programas de EA deberemos tener en cuenta los tres tipos de contenidos


(conceptuales, procedimentales y actitudinales) primando los actitudinales y
procedimentales sobre los conceptuales.

A la hora de seleccionarlos debemos tener en cuenta algunos factores:

El contexto en el que se van a desarrollar los contenidos, es decir, dónde,


de qué tiempo disponemos, los recursos, el tema, etc... .
Los objetivos que nos hallamos propuesto (por aquello de la coherencia).
Se debe tender a la promoción de los valores mediante la educación
ambiental con tendencia a la formación de un espíritu crítico, responsable,
tolerante, coherente, participativo y solidario, con respeto por todas las
formas de vida.
Aspectos de los destinatarios y las destinatarias: su edad, su motivación,
nivel cultural, sus emociones y sus experiencias, su localidad y sus
posibilidades de participación y responsabilidad en los problemas o valores
ambientales analizados.
Las Ideas Previas que los y las participantes tengan del tema, y éste es un
apartado en el que profundizaremos más adelante.
La profundidad en que los vayamos a tratar, y por supuesto el orden que
vamos a llevar.
“El nivel de relevancia de los conocimientos”, es decir cómo son esos
conocimientos de importante en la vida de las destinatarias y los
destinatarios.

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¿Cómo lo vamos a hacer?

5. METODOLOGÍA

En este apartado tendremos que determinar por un lado el tipo de actividades


que realizaremos, y por otro las técnicas de dinámica que utilizaremos a lo largo del
proceso formativo.

La metodología no es más que el motus operandum, por tanto lo primero que


debemos hacer será definir la metodología. Hoy por hoy, existen nuevas tendencias que
apuntan hacia una autoconstrucción del conocimiento, partiendo siempre de las ideas
previas que se tienen, bien reforzándolas si están en lo cierto, bien desmontándolas si
son erróneas.

También hay que romper el tópico de la “Educación Aburrida”, con numerosos


recursos y técnicas didácticas en las que los participantes se divierten a la vez que
están recibiendo y asimilando información. Hay que tener en cuenta que estamos
transmitiendo mensajes pero de forma ACTIVA Y PARTICIPATIVA.

A la hora de determinar la metodología debemos recordar:

La Educación Ambiental es una educación para la acción. La metodología


deberá ir enfocada a la participación.
Mediante una metodología adecuada completaremos todos los pasos
necesarios para lograr un proceso formativo completo:
Información
Sensibilización / concienciación
Capacitar para la acción
Potenciar la capacidad de observación y percepción para obtener la mayor
información posible del entorno, estimulando el desarrollo de los sentidos y la
sensibilidad del individuo.
Ejercitar la motivación y la curiosidad, aprovechando las experiencias
cotidianas del público para aumentar su receptividad y atención.
Suscitar y plantear preguntas favoreciendo la reflexión.
Plantear estudios y análisis de las interacciones de los elementos
aprovechando el Método Científico para interpretar y conocer las dinámicas y
el funcionamiento global del entorno.
Realizar enfoques interdisciplinares para integrar los distintos aspectos
del medio.
Utilizar como recurso didáctico fundamental el entorno inmediato del
destinatario para ilustrar conceptos, procesos y problemáticas reales y no
abstractas. El aprendizaje debe partir del conocimiento y el

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análisis de la propia realidad de las destinatarias y los destinatarios,
vinculando los contenidos con la propia experiencia.
Fomentar los procesos de aprendizaje grupales ya que, además de ampliar
el horizonte conceptual, permiten el desarrollo y ejercitación de valores,
hábitos, actitudes de comunicación, cooperación y trabajo en equipo.
Exigir coherencia entre los principios de la acción y la actitud de el/la
monitor/a o el/la guía intérprete. Hay que evitar
contradicciones entre la actuación y los objetivos, ya que los rasgos que
caracterizan a este/a profesional y su intervención, son
elementos de referencia para el/la destinatario/a.
Usar la imaginación, la creatividad, como materia prima para lograr involucrar
a las destinatarias y los destinatarios en el desarrollo de proyectos, en la
obtención de soluciones a los problemas expuestos.
Tener en cuenta que la acción formativa no es un momento aislado; forma
parte de un proceso que avanza en la adquisición de
conocimientos, destrezas y valores para el desarrollo personal y colectivo con
la finalidad de alcanzar unos niveles óptimos de calidad de vida.

Una vez definida la metodología que vamos a seguir deberemos concretar


qué actividades vamos a desarrollar. Las actividades son las acciones que vamos
a llevar a cabo para conseguir los objetivos. Deberán estar estructuradas y
secuenciadas, es decir llevar un orden lógico coherente con los objetivos que nos
hayamos propuesto y los contenidos que hayamos decidido para el programa.

TIPO DE ACTIVIDADES.

Algunas herramientas útiles para conseguir los objetivos planteados en


proyectos de educación ambiental son:

Interpretación del patrimonio.


Encuentros y congresos.
Charlas, conferencias y exposiciones orales.
Mesas redondas debates y coloquios.
Excursiones y visitas. Itinerarios.
Uso de instrumentos.
Expresiones artísticas.
Exposiciones y exhibiciones.

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Técnicas de dinámica de grupos y juegos.
Son maneras sistematizadas de organizar y desarrollar la actividad de un
grupo y se basan en la “Teoría de la Dinámica de Grupos”. Dentro de éstas
encontramos diferentes tipos de técnicas:
- Presentación.
- Desinhibición.
- Conocimiento del medio.
- Sensibilización.
- Simulación.
- Evaluación.

Todas las herramientas que se han citado no son exclusivas de la educación


ambiental, ya que provienen de otras muchas disciplinas dedicadas al estudio de
procesos de comunicación, enseñanza, aprendizaje ... La EA tan sólo toma las más
apropiadas a cada momento y situación.

¿Cuándo vamos a llevar a cabo el programa? ¿Cuánto tiempo


necesitaremos para su desarrollo?

6. TEMPORIZACIÓN

Se trata de establecer el tiempo que vamos a emplear en el desarrollo de cada


programa o actividad y la fecha o época en la que se llevará a cabo. Es muy importante
estimar la duración y las fechas en las que se realizarán las actividades propuestas.

Si el desarrollo de nuestro proyecto depende al 100 % de la concesión de una


subvención, se indicará que el plazo de realización será posterior (señalando un plazo
de tiempo) a la concesión del proyecto. Ejemplo: dos meses a contar desde la
concesión del proyecto. También se deberá especificar si el periodo de realización
abarca parte del año siguiente a aquel en el que se presenta el proyecto.

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¿Qué vamos a necesitar?

7. RECURSOS

Una vez decidido todo lo anterior hay que concretar qué recursos se necesitarán.
Es un momento importante ya que una mala previsión puede provocar que el proyecto
fracase.

Se deberán tener en cuenta:

Recursos humanos: Se trata del equipo técnico.


Éste variará en función de las necesidades del programa, y hay que tener en
cuenta todos los aspectos. Coordinador-a, monitores-as, personal sanitario,
cocineros-as, conductores-as, etc.

Recursos materiales:
- Infraestructuras: aulas, alojamiento, etc.
- Material inventariable: Hace referencia a todo lo que se necesita para
el desarrollo del proyecto y que no es perecedero, al menos a corto plazo.
Ej sillas, mesas, ordenadores, prismáticos, etc.
- Material Fungible: Se refiere a todo el material que se va a consumir
durante el proyecto. Conviene que esté bien calculado, un proyecto no es
mejor porque use más material, lo que interesa es que el uso del material
sea optimizado. No debemos olvidar que la coherencia es un
aspecto fundamental cuando estemos desarrollando un programa de
EA.

¿Lo habremos hecho bien? ¿Habrá servido para algo?

8. EVALUACIÓN

Entendemos por evaluación toda aquella acción sistemática y continuada


encaminada a recoger información acerca del éxito de un programa, la satisfacción de
los y las visitantes, al hacer una ruta, la adecuación de los recursos a los tiempos, así
como la valoración del papel desempeñado por el/la monitor/a a lo largo de la actividad
(Gutiérrez, 2000).

La evaluación es una parte fundamental en el proceso, y una herramienta muy


valiosa para el buen funcionamiento del programa, para lo cual lo más adecuado es una
evaluación continuada. Por esto podríamos distinguir tres momentos diferentes en la
aplicación de la evaluación:

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Evaluación Inicial: es previa al comienzo de la actividad o el programa
a realizar. De esta forma nos aseguramos una evaluación de las
necesidades, demandas e intereses, permitiéndonos así adecuar el
programa lo más posible a los intereses de los y las participantes. Para ello
es necesario un contacto previo con el grupo, o bien el análisis de
evaluaciones anteriores.

Evaluación de Proceso: se realiza durante el desarrollo de la actividad.


Para ello conviene tantear un poco las expectativas del grupo en las primeras
tomas de contacto, y también es conveniente realizar actividades de
evaluación intermedias e ir tanteando el grado de satisfacción de las y los
participantes. En esta fase la observación también nos puede servir como una
herramienta muy eficaz de evaluación.

Evaluación posterior a la actividad: llegado este punto es el momento


de verificar si se han cumplido los objetivos, si se han cumplido las actividades
y por supuesto la posibilidad de incorporar mejoras e introducir cambios. El
soporte que se suele utilizar para esto es la realización de encuestas o
entrevistas, pero tenemos que tener en cuenta que los cuestionarios conviene
que sean sencillos y directos, buscando la máxima objetividad en las
respuestas. De esta forma procesando los datos y analizando los resultados
veremos qué elementos del programa o la actividad conviene reforzar o
potenciar y cuáles conviene descartar.

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¿Cómo lo vamos a difundir?

2.. DIFUSIÓN

La difusión es una parte de todo programa educativo que no debe ser olvidada.
Se trata de dar a conocer lo que hacemos más allá de las personas a las que va
enfocado directamente nuestro programa. La difusión nos permite el intercambio de
información y experiencias, la mejora de programas, la captación de nuevas personas
dispuestas a colaborar o, incluso nuevos encargos de trabajo.

Esquema de un programa de comunicación.


Adaptado a partir de Ricardo de Castro, 1999.

Objetivos
¿Qué queremos
conseguir?

Población-objetivo
Evaluación previa
¿A quién nos
dirigimos?

Diseño del mensaje


Plan de creatividad ¿Qué queremos
comunicar?
¿Cómo
decirlo?

Medios y acciones Plan de medios


¿Qué medios vamos a
utilizar?

Evaluación

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A modo de resumen, planteamos las cinco cuestiones fundamentales que
deberíamos responder al plantearnos un proceso de difusión:

Qué decir.
A quién decirlo.
Cómo decirlo.
Quién se lo dice.
Presupuesto.

PROCEDIMIENTOS Y RECURSOS DE COMUNICACIÓN

Los procedimientos se pueden clasificar en una escala desde los más directos
y personales a los más indirectos y masivos.

La comunicación interpersonal.
Procedimiento para el intercambio de información entre dos o más personas,
directamente sin medios técnicos. Muy eficaces con grupos
reducidos. Es bidireccional.
Recursos: Conversación, entrevista, diálogo de grupo, seminario, congreso,
asamblea, etc.

La comunicación de medio.
Es la que se realiza de forma personal y relativamente privada, pero con la
intermediación de algún medio más o menos técnico. Dirigida a un grupo no muy
numeroso. Pueden incluir un cierto grado de bidireccionalidad.
Recursos: teléfono, correo ordinario, correo electrónico, boletines y circulares,
etc.

La comunicación selectiva.
Dirigida a colectivos relativamente numerosos utilizando medios como
el marketing directo y personalizado.
Recursos: demostraciones, visitas guiadas o talleres para entrenar
comportamientos.

La comunicación social.
Es pública, indirecta y unilateral. Es menos eficaz pero nos permite llegar a una
población mucho mayor.
Recursos: campañas publicitarias, exposiciones, recursos
audiovisuales, edición de carteles y chapas, página Web, CD-ROM, publicaciones,
comunicados y ruedas de prensa, artículos de opinión en prensa, entrevista en radio y
TV, etc.

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¿Cuánto nos va a costar?

10. PRESUPUESTO

Conviene realizar un presupuesto ajustado a los intereses del programa, y


recordar que no es mejor proyecto el que tenga más presupuesto. Muchas veces
realizamos proyectos con muy poco presupuesto que son muy ingeniosos y
efectivos. A continuación se ofrece un modelo de presupuesto que puede servir como
guía.

Modelo de presupuesto

CONCEPTO DESCRIPCIÓN COSTE €


RECURSOS HUMANOS
EQUIPO TÉCNICO

SUBTOTAL
RECURSOS
MATERIALES

INFRAESTRUCTURAS

SUBTOTAL
MATERIAL
INVENTARIABL
E SUBTOTAL
MATERIAL FUNGIBLE

SUBTOTAL
OTROS GASTOS
GASTOS TRANSPORTE
GASTOS DE COMIDA
REGALOS
GASTOS DE DIFUSIÓN
GASTOS DE
EVALUACIÓN
SEGUROS
IMPREVISTOS (10%)
SUBTOTAL
COSTE TOTAL DEL PROYECTO
APORTACIONES DE OTRAS ENTIDADES

CANTIDAD QUE SE SOLICITA

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BIBLIOGRAFÍA.

CASTRO, R. DE (1999). Retos y oportunidades de la comunicación para el cambio


ambiental. Ciclos, 5, 5-8.

CASTRO, R. DE (2000), Voluntariado Ambiental. Illes Balears: Di7 Edició.

GUTIERREZ, J. (2000). El educador ambiental. Dificultades gremiales y retos


profesionales. Revista de la Sociedad Catalana de Educación Ambiental
nº 19.

LECUMBERRI BELOQUI, GUADALUPE Y ARBUNIÉS ERCE, JAVIER (2001), Guía


para la elaboración de programas de Educación Ambiental. Centro Unesco
Navarra y Gobierno de Navarra.

ECOTONO, S.Co.A. (2003). Manual de Educación Ambiental. Sevilla: Junta de


Andalucía.

MATERIALES DE EDUCACIÓN AMBIENTAL DE INTERÉS

Vivir la naturaleza con los niños.


Joseph Bharat Cornell. Ediciones
29. Barcelona. 1982.

Compartir el amor por la naturaleza. Juegos y actividades para todas las


edades.
Joseph Bharat Cornell.
Editorial Ibis. Sant Boi de Lobregat.1994.

Guía de actividades para la educación ambiental. Hábitat.


Teresa Franquesa (directora).
Ministerio de Medio Ambiente. Dirección General de Calidad y Evaluación
Ambiental. Madrid. 1996.

Viviendo el paisaje. Guía didáctica para interpretar y actuar sobre el


paisaje.
Javier Benayas del Álamo (coordinador).
Fundación Natwest y FIDA. Madrid. 1994.

Cuadernos de educación ambiental.


Varios autores.
Gobierno de Navarra. Departamento de Ordenación del Territorio, Medio
Ambiente y Vivienda. Caja de ahorros de Navarra.
Pamplona. 1999.

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REVISTAS DE EDUCACIÓN AMBIENTAL

Ciclos. Cuadernos de comunicación, interpretación y educación


ambiental.
GEAscl. Valladolid.

Tópicos en educación ambiental.


Mundi Prensa México.

Boletín de Interpretación.
AIP Asociació para la Interpretación del Patrimonio – España.

IHITZA
CEIDA.
Se puede consultar en www.euskadi.net/ihitza

Aula Verde.
Consejerías de Medio Ambiente y Educación y Ciencia de la Junta de
Andalucía.
Puede verse en www.cma.junta-andalucia.es/aula_verde/home.html

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