La Filosofia: Definicion y Aplicaciones
La Filosofia: Definicion y Aplicaciones
La Filosofia: Definicion y Aplicaciones
Logro 1
Como hemos visto a lo largo del Logro 1, la filosofía se termina convirtiendo en una forma
de vida, una manera de ver el mundo por parte del individuo. Tal como lo explica su
etimología, la filosofía es una búsqueda constante por la sabiduría, por la inteligencia, una
respuesta a la inmensa curiosidad humana sobre lo que lo rodea. Así lo explica Bertrand
Russell, describiendo a la filosofía como un instrumento de conocimiento, destinado a
cuestionar lo grande e incluso lo más pequeño e insignificante. La Filosofía se vuelve,
entonces, una forma que rompe las barreras del “sentido común” y de lo ya establecido como
cierto. Esta es una área de las humanidades, destinada a explorar la grandeza de un universo
muchas veces incomprendido, “ilógico” y enredadizo. Incluso, se vuelve una forma de
conocerse a sí mismo, en donde mediante el análisis del ambiente y de los múltiples objetos
externos presentes en el universo humano -y por medio de la comparación con la otredad de
lo ajeno- terminamos indirectamente analizandonos a nosotros mismos, conociéndonos,
observando nuestra realidad y nuestras características. La filosofía termina entonces siendo
una manera de conocer a fondo tanto lo nuestro como lo ajeno. Y es eso lo bello de la
Filosofía, que sirve como un vehículo para analizar lo que influye y se manifiesta ya sea
directa o indirectamente en nuestra vida. Esta no da respuestas concretas, sino explicaciones
alternativas y distintas las unas de las otras, que terminan consolidando la gran variedad de
formas de ver la vida y lo que la rodea. De la filosofía, a diferencia de las otras, se termina
entonces aprendiendo no de las conclusiones que plantea (porque casi nunca las da), sino de
los interrogantes que esta se pone, las preguntas filosóficas que no son más que un impulso
para navegar y conocer lo que está fuera de las fronteras del “sentido común” y de lo ya
establecido como cierto. La filosofía, en resumidas cuentas, se vuelve una promotora de la
necesidad de que un individuo piense. Para que, al romper las cadenas de la ignorancia y el
conformismo, pueda expandir su sabiduría y su forma de ver el universo como nunca lo había
podido hacer antes, para que salga completamente renovado.
Como lo pudimos haber tocado en el anterior punto, a diferencia de otras áreas del
conocimiento, la filosofía no establece hallazgos como totalmente verdaderos, nunca propone
una forma de ver la vida como la verdad absoluta, ni mucho menos tiene como propósito
responder completamente una pregunta. La filosofía, hace muchos años atrás, una vez fue
parte de las Matemáticas, la Biología y la Física. En cuanto al pasar de los años -al plantear
estas ciencias verdades concretas, explicaciones irrefutables, y conocimientos ya
establecidos- fueron alejándose de lo que en sí era la filosofía. Porque esta, a diferencia de las
Matematicas o las Fisicas, no tiene principios establecidos ya como verdaderos. En vez, gira
alrededor de un mundo de interrogantes casi nunca resueltos, explicaciones igualmente de
verdaderas entre sí, y una variedad de cosmogonías nunca deslegitimadas por el simple hecho
de ir contra el “sentido común”.
Para Bertrand Russell, la filosofía tiene una aplicación práctica para el hombre en cuanto a
que le da las herramientas y posibilidades al individuo para que se guíe a sí mismo. La
filosofía, como mencionamos anteriormente, cumple un rol fundamental de romper las guías
y los límites tradicionales (sobre las buenas acciones) (lo ya establecido como lo correcto a
seguir) para proporcionar nuevas alternativas que habiliten a la gente a actuar con vigor y
confianza, incluso en medio de la incertidumbre de que tal acción sea correcta. Después de
todo, uno no puede y no debe estar completamente seguro sobre la verdad de las cosas. Eso
es otro aporte de la filosofía, alentar a las personas a cuestionar sus creencias incluso si eso
involucra una desestabilización personal momentánea. Pues esa desestabilización
momentánea -que es la respuesta a una falta de certeza total frente a algo- cumple con el
propósito de la filosofía de entrenar mentalmente a la persona. En otras palabras, la filosofía
termina actuando como liberadora del hombre, que le rompe las cadenas del “sentido común
y del sistema tradicional” -opresoras del pensar-, y lo pone a explorar la infinidad del
universo mediante un cuestionamiento momentáneo y una falta de certeza -que impulsa a
abrir la mente y los límites del conocimiento- . Para así hacer que esté, en últimas, sea
verdaderamente libre (en el que pueda guiarse a sí mismo con confianza, sin necesidad de un
sistema de valores que influencie sus decisiones diarias).
Sintetizadamente, la filosofía termina simplemente siendo una forma de vida, una perspectiva
desde la cual se observa, analiza, conoce y explora el universo anteriormente desconocido. El
propósito fundamental de la filosofía termina siendo entonces buscar y encontrar las formas
en las que se puede adquirir la sabiduría. Esta nace como una respuesta a la incesable sed por
conocimiento, y por el incontrolable impulso de cuestionarse todo lo que nos rodea. La
filosofía es un instrumento que nos impulsa a pensar, a expandir nuestro conocimiento, a
conocernos a nosotros mismos -mediante el análisis de lo externo y lo diferente-, y a plantear
maneras de buscarle sentido lógico a los interrogantes de la vida. Esta en últimas, rompe las
cadenas de la ignorancia para dejar al ser humano pensante y filosofante en un estado de
libertad plena
5. Preguntas a Realizar