Psicología Sistémica Paz Canales
Psicología Sistémica Paz Canales
Psicología Sistémica Paz Canales
En Estados Unidos, alrededor del año 1950, surge lo que actualmente llamamos
Terapia Familiar Sistémica. (Bertrando y Toffanetti 2004; Elkaïm 1988; Hoffman 1998;
Minuchin 1991). Sus orígenes más remotos se podrían encontrar en la consultoría
conyugal realizada principalmente por asistentes sociales a finales del siglo XIX, como
también por psiquiatras y psicoterapeutas interesados en la comprensión de las
patologías mentales en su contexto más inmediato, la familia. (Bertrando y Toffanetti
2004).
Desde esa época hasta nuestros tiempos, tanto en Estados Unidos como también
en Europa han surgido una gran cantidad de enfoques que se consideran parte de la
corriente sistémica. En relación a esto Elkaïm menciona que las escuelas llamadas
sistémicas parecen tener poco en común, “algunas exigen que toda la familia sea
entrevistada en la sesión, otras preconizan el trabajo con una perspectiva sistémica,
aunque aborden a un miembro de la familia solamente. Unos rechazan aporte del
psicoanálisis, y otras lo reivindican.” (Elkaïm 1988, Pág. 13). Entre las distintas
escuelas también se podrían encontrar diferencias que no se relacionan directamente con
la labor terapéutica, como lo son, por ejemplo, diferencias en los modos de
conceptualizar y abordar la formación de los futuros terapeutas o los modos de
supervisión de los psicoterapeutas que atienden a las familias.
Sin desconocer las diferencias entre las distintas escuelas dentro del enfoque
sistémico, es posible considerar fundamentos comunes que se constituyen en las
principales fuentes de la Terapia Familiar Sistémica. Estos fundamentos no se
encuentran en la psicología, ni en la psiquiatría, ni en el psicoanálisis, disciplinas que
sin duda van a influir y nutrir al enfoque sistémico desde sus orígenes, pero que a pesar
de esto no se pueden considerar como los fundamentos del enfoque sistémico. Dentro
de las principales disciplinas o teorías que se constituyeron en los fundamentos del
pensamiento sistémico se encuentran la Teoría General de Sistemas, la Cibernética y la
Teoría de la Comunicación.
Entre estas leyes generales que postula von Bertalanffy se destaca la concepción
de sistema, considerando a este como un todo que es más que la suma de sus partes
(Albernhe y Albernhe, 2004). De esta manera toma relevancia la relación entre las
partes como algo cualitativamente distinto a las partes mismas o la suma de estas. Es
decir, las relaciones son un componente más a considerar a la hora de evaluar, observar
o describir un sistema. La familia como un sistema pasa a tener una connotación
diferente, se empieza a pensar en la relevancia de las relaciones por sobre una
concepción individualista del ser humano.
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Hay varios libros que hacen un recorrido y analizan las premisas de cada enfoque dentro de la terapia familiar. Entre
ellos: Fundamentos de la terapia familiar, L. Hoffman, 1998; Historia de la Terapia Familiar, Los personajes y las
ideas P. Bertrando, D. Toffanetti 2004; Les therapies familiales systémiques, K. Albernhe, T. Albernhe 2004.
Según von Bertalanffy los sistemas abiertos no debían entenderse desde una
lógica causal y lineal, postulando así la equifinalidad como una característica central de
estos. “Según este principio, a partir de diferentes condiciones iniciales y por diferentes
caminos se puede alcanzar el mismo estado” (Jutorán 1994, Pág. 12). Es decir, las
características o condiciones iniciales de un sistema no determinan el desarrollo o
estado final de este.
A partir de las ideas surgidas con la segunda cibernética existe un vuelco en las
teorías y prácticas sistémicas. Se considera que la realidad no es una, sino que cada
sujeto construye su propia realidad. La percepción que se tienen de los hechos, tanto
pacientes como terapeutas, está determinada por la propia puntuación de los hechos que
hace cada uno, comprendiendo que existe un contexto más amplio en la explicación de
cada persona. Todo esto lleva al terapeuta a situarse en un lugar distinto al de experto,
dejando de ser un calibrador de sistemas externos a él y pasando a ser un miembro más
del sistema.
Por último y antes de finalizar esta breve reseña sobre las bases y fundamentos
del enfoque sistémico, interesa hacer referencia a los últimos desarrollos en el ámbito de
la psicología sistémica. Aquí encontramos a aquellas corrientes que derivaron del
construccionismo social. Para Gergen el construccionismo social “comienza con una
duda radical en el mundo dado-por-sentado – ya sea en la ciencia o en la vida diaria – y
de una manera especializada actúa como una forma de crítica social” (Gergen 1993,
Pág. 11). Plantean que la realidad y las teorías explicativas son construcciones sociales,
desafiando la pretensión de un conocimiento objetivo. El conocimiento y la producción
de éste se situaría en el intercambio social, en un momento dado y en un lugar
determinado. Es así como el lenguaje pasa a ocupar un rol central, siendo el vehículo
principal para el intercambio social. Dentro de este marco destacan las Terapias
Narrativas de Michel White y David Epson, las Terapias Conversacionales de Marlene
Anderson, Harry Goolishian, Tom Andersen, Lynn Hoffman.
Bibliografía
Albernhe K., Albernhe T., (2004) Les therapies familiales systémiques, Masson, Paris,
Francia.
Bertrando P., Toffanetti D., (2004) Historia de la Terapia Familiar, Los personajes y
las ideas, Paidos, Barcelona, España.
Jutorán S., (1994) El proceso de las Ideas Sistémico – Cibernético, en Revista Sistemas
Familiares, año 10, No. 1, Abril, Pág.9 – 27, Bueno Aires, Argentina.
Maturana H., Varela F., (1984) El árbol del conocimiento, Editorial Universitaria,
santiago, Chile.
Sluzki C., (1987) Cibernética y terapia familiar. Un mapa mínimo, en Revista Sistemas
Familiares, año 3, No. 2, Agosto, Pág. 65 – 69, Buenos Aires, Argentina.
Watzlawick P., Beavin J., y Jackson D., (1993) Teoría de la Comunicación Humana,
Editorial Herder.