Vargas Karmy Mardones y Ardito 2012 Una
Vargas Karmy Mardones y Ardito 2012 Una
Vargas Karmy Mardones y Ardito 2012 Una
¿Ser o no ser? ¿Es o se hace? la musicología latinoamericana y los paradigmas disciplinares: actas
de la XX Conferencia de la Asociación Argentina de Musicología y XVI Jornadas Argentinas de
Musicología del Instituto Nacional de Musicología Carlos Vega. - 1a ed. - Córdoba: Asociación
Argentina de Musicología, 2013.
E-Book.
ISBN 978-950-99271-1-7
1. Musicología. 2. Música Argentina. I. Título
CDD 780.9
Fecha de catalogación: 01/10/2013
aamusicologia.com.ar
Introducción
Fernanda Escalante, Clarisa Pedrotti y Federico Sammartino ..................... 7
embargo, había una invitada (o colada2, como dirían algunos) a estas celebraciones
que complejizaba el debate. Ya fuera por su origen, su llegada, su asimilación y la
apropiación que tuvo, resultaba difícil de dilucidar, por un lado, porque aparentemente
no era considerada un objeto de estudio válido, y por otro, porque su simpleza rítmica,
su vinculación al mercado y su pasaporte extranjero cuestionaban su inclusión en el
debate.
Nuestra investigación comienza desde esta contradicción. La cumbia estaba aquí,
pero ¿qué sabíamos sobre ella?, ¿por qué formaba parte de la memoria musical
colectiva de nuestra generación, de la de nuestros padres, de nuestros abuelos?, ¿había
una cumbia chilena?
La escena musical local de los 2000 vio florecer bandas provenientes del rock
que revivían repertorios cumbiancheros tanto extranjeros, llegados a Chile en la
década de los ’60, como de cultores nacionales que comenzaron a cultivar la cumbia
por esos mismos años. Lo singular de este revival es que mantenía un repertorio con
más de 50 años de vigencia, aunque con nuevos arreglos e influencias (desde el rock,
el ska, el punk, entre otros) que sugerían nuevas texturas sonoras para seguir
entonando y bailando las canciones que desde nuestros abuelos hacen gozar a chilenos
y chilenas. El resultado de este fenómeno ha sido ver en un mismo escenario a bandas
emergentes con otras, ya consolidadas, agrupaciones cumbiancheras.
Nos planteamos entonces una investigación que se hiciera cargo de escarbar en el
proceso en que la cumbia llega a Chile, se apropia y chileniza, a través de una
reconstrucción sociohistórica. Para desarrollarla, ha sido necesario un trabajo
transdisciplinario, que articula miradas académicas distintas, trascendiendo las
construcciones interpretativas meramente disciplinares. Las herramientas
metodológicas de las distintas áreas han resultado, entonces, aisladamente insuficientes
pero al mismo tiempo en conjunto indispensables, más aún cuando la cumbia es el
testigo presente de las generaciones que nos anteceden y que nosotras significamos
como una síntesis de época.
Nuestro punto de partida fue una extensa revisión bibliográfica, que permitió
conformar un corpus relevante de conceptos y categorías de análisis, al tiempo que
comprobar la escasez de estudios que abordaran en Chile la importancia de la cumbia
y sus particularidades históricas, estéticas y sociales. La cumbia nos interroga,
planteándonos dilemas identitarios, etnicitarios, clasistas, políticos y de procesos
socio-musicales de inclusión, conflicto e inclusión.
Por otro lado, por las particularidades de estos procesos consideramos que no es
posible llevar a cabo una reconstrucción lineal de éstos, por lo que nuestra propuesta
apunta a entender las rupturas y continuidades tanto como su relevancia social, con
todas las contradicciones identitarias que confluyen, especialmente, si la consideramos
en su espacio festivo.
La bibliografía, tanto histórica como musicológica, ha dejado invisibilizada esta
temática, por lo que para lograr una reconstrucción del proceso de consolidación de la
Reconstrucción sociohistórica de la cumbia chilena 69
Así, aunque estas categorías todavía tienen vigencia en la academia local, son
cada vez más los esfuerzos de investigadores de las humanidades y las ciencias
sociales por entender la significación de las músicas populares, poniendo énfasis en la
pluralidad y, en este caso particular, comprender la relevancia social de la cumbia en la
idiosincrasia chilena que ha traspasado las barreras sociales por su arraigo en los
espacios festivos, convirtiéndose de este modo, en un ámbito de reflexión sobre
nuestra identidad. El musicólogo alemán Nils Grosch se ha preocupado de plantear
hipótesis que explican el recorrido y arraigo de las músicas populares en América
Latina y, al mismo tiempo, da cuenta de la dicotomía existente entre una historia larga
y otra corta. De paso, Grosch establece la relación entre esa dicotomía y la
jerarquización de las músicas doctas en perjuicio- o prejucio- de las músicas
populares:
sino que utilizan otros formatos de difusión de los resultados y avances de sus
investigaciones, como por ejemplo sitios webs (blogs y otros), videos documentales y
charlas. La particularidad de este tipo de investigaciones es que se desarrollan muchas
veces desde la interdisciplina y en diálogo con otros investigadores. No obstante,
pocas de ellas han logrado consolidarse como reconstrucción sociohistórica, en tanto
aluden a territorios específicos, como son las tesis de pregrado que hemos encontrado
sobre cumbia y específicamente, cumbia coquimbana15, o a partir de géneros o
subgéneros dentro de la propia sonoridad cumbianchera, donde destaca el trabajo aun
en desarrollo del bloggero Cristian Peñaloza.
Pero, ¿qué debates propone esta literatura cumbianchera al encontrarse con las
versiones orales del proceso?
músicas afrocubanas (que eran las que constituían la escena musical de los años
dorados de la bohemia) hacia el resto del mundo. Este espacio que dejan las músicas
afrocubanas en Chile es ocupado por la cumbia, que enmarcada en un proceso de
internacionalización de la cumbia colombiana de salón, llega a Chile para quedarse.
¿Pero qué más se ha historizado de estos años dorados de la bohemia chilena?,
¿solamente se desarrolló el baile negro de salón estilizado y blanqueado al interior de
los locales de esta época de oro?, ¿hubo en los salones otro tipo de musicalidades no
señalada en la historiografía?
Los acercamientos musicológicos e historiográficos tradicionales han omitido
ciertas apreciaciones fundamentales del contexto sociocultural chileno, especialmente
aquellas relativas al cuerpo y al baile. Para comprender a cabalidad el proceso de
llegada, arraigo y conformación de la cumbia como “chilena” es necesario considerar
que durante esta época de bohemia, el repertorio llamado tropical bailable, compuesto
fundamentalmente por ritmos afrocubanos, no era bailado por el grueso del público
chileno, sino que más bien éste era concebido como un espectáculo que se miraba y no
se practicaba. El peso histórico de la moralidad eclesiástica de la mano al constructo
nacional que determina la dicotomía de lo correcto / incorrecto, de lo visible /
invisible, de lo prohibido /permitido, han provocado una especie de atrofia en la zona
pélvica de los chilenos, que concentran los movimientos en las extremidades
superiores (mover el pañuelo, alzar las manos, “picar cebolla”, etc.) y que niegan el
erotismo que el baile representa. Esto no quiere decir que en Chile no se bailara, si no
que al hacerlo, los cuerpos estaban mucho más constreñidos.
También es importante considerar que junto a la fiesta, espacio de baile y
conquista por excelencia, se ha coartado la espontaneidad y soltura corporal, lo que se
traduce en nuestro baile tieso pero cumbianchero, bastante alejado de sus raíces
afrocolombianas como si en Chile la africanía no fuera un constituyente relevante.
En los años dorados de la bohemia chilena, bajo el deslumbre por la fastuosidad
de las orquestas tropicales, se ha planteado que el espectáculo, las plumas y los brillos
llenaban todos los escenarios nocturnos. Pero esta bohemia de los años dorados tuvo
matices afros que no han sido considerados en los estudios musicológicos ni
historiográficos anteriores. Si no fuera por la voz y el registro de sus propios cultores,
estos quedarían invisibilizados dentro de la historia. Iván Díaz16 nos cuenta a través de
sus propios recuerdos y fotografías personales que hubo tambores batá, atabaques,
bailes afroyorubas y montajes percusivos de tintes afros en medio de esta bohemia de
los años dorados que pretendía mostrar en sus salones solamente ritmos estilizados y
blanqueados.
Tal como la cumbia llega a Chile para quedarse, sus cultores más importantes
también lo hacen. Es sabido - y difundido por la bibliografía musicológica e
historiográfica - que Luisín Landáez decidió hacer su carrera de cantante en nuestro
país. De hecho, se convirtió en uno de los artistas más carismáticos y queridos durante
los años de la Unidad Popular, estableciendo un compromiso claro con este
76 Alejandra Vargas, Eileen Karmy, Antonia Mardones y Lorena Ardito
Notas
1 Celebrado cada año el 18 de Septiembre rememorando la formación de la Primera Junta de
Gobierno de 1810 la que, paradójicamente, se constituyó para guardar fidelidad al rey
Fernando VII de España.
2 Término comúnmente utilizado en Chile para denominar a quienes llegan a un lugar sin haber
sido invitados formalmente.
3 O “historia impresionista” como la llama Peter Burke en La historia cultural (Madrid:
Paidos, 2006).
4 Como Amparito Jiménez desde Colombia o Luisín Landáez desde Venezuela.
5 El caso que nos entrega el puntapié inicial es la conformación de la Sonora Palacios.
6 Maximiliano Salinas. “Toquen flautas y tambores: una historia social de la música desde las
culturas populares en Chile, siglos XVI- XX.” Revista Musical Chilena. (193), 2000. P. 2
7 Nils Grosch. “¿Música popular en la galaxia Gutemberg?: un intento de una reinterpretación
desde la perspectiva de la historia de los medios.” Música popular, exclusión / inclusión
Reconstrucción sociohistórica de la cumbia chilena 79