Casarotti Henri Ey
Casarotti Henri Ey
Casarotti Henri Ey
en la Psiquiatría Contemporánea
J.C. STAGNARO1: Vamos a dar comienzo a la conferencia del Dr. Humberto Casarotti, quien va a
disertar sobre la”Importancia actual de la obra psiquiátrica de Henri Ey”. Esta conferencia sirve, al
mismo tiempo, como presentación del primer tomo, de los Estudios psiquiátricos de Henri Ey, que por
primera vez vamos a tener a nuestra disposición en español; una obra señera, fundamental, en la his-
toria de la psicopatología del siglo XX, que estamos convencidos con Humberto, es de una actualidad
muy grande en la clínica contemporánea. Esta obra fue posible de entregar gracias a una confluencia
de voluntades y de recursos: estuvimos comprometidos en ella la Asociación Franco-Argentina de
Psiquiatría y Salud Mental, la Editorial Polemos, de la cual soy su director médico, y fundamental-
mente, contamos con el apoyo material de Laboratorios Gador, como de costumbre, para agregar un
eslabón más a la histórica colección de Clásicos de la Psiquiatría. Impulsando esta idea, en Gador,
nuestro gran amigo Amílcar Obregon, nos acompañó desde el principio, se entusiasmó y quiso que los
psiquiatras argentinos pudiéramos disponer de esta herramienta de trabajo.
El Dr. Casarotti es psiquiatra, médico neurólogo y médico legista, fue el fundador y el animador
permanente del Centro de Estudios e Investigación en Psiquiatría Henri Ey de Montevideo, Uruguay.
Tuvo a su cargo la traducción de esta obra de Ey, de la cual va a aparecer su segundo tomo en los
próximos meses. Humberto, la utilizó para formar a muchas camadas de colegas uruguayos, quienes
lo consideran su maestro. No hace falta mucho tiempo de contacto con Humberto para llegar a la
misma conclusión, creo que es un hombre de una erudición, de un conocimiento de la psicopatología
contemporánea, y de la historia de la psicopatología en general, fuera de lo habitual, y he experimen-
tado un profundo placer durante los momentos que nos hemos tomado para intercambiar ideas acerca
de esos temas. Como ustedes saben el autor de la obra que presentamos, que nació en los albores
del siglo XX, en 1900, y falleció en 1977, fue el creador de la teoría órgano-dinamista, como él la
designó. La traducción al castellano de su famoso Tratado de Psiquiatría nos sirvió como base de
estudio a muchísimos de nosotros. En ésta obra que va a comentar Humberto Casarotti, Ey entrega a
lo largo de una serie de Estudios, como los intituló, una investigación detallada de diversos aspectos
de la psicopatología y del conjunto de la clínica psiquiátrica que, por supuesto, les recomiendo una
exhaustiva lectura porque son de una extraordinaria riqueza.
1. El presentador de esta Conferencia es Profesor regular titular y Director del Departamento de Salud Mental de la Facultad de medi-
cina de la Universidad de Buenos Aires.
Henri Hey
Humberto Cassarotti3
2. Esta conferencia es presentada con las diapositivas utilizadas y con referencias bibliográficas destinadas a orientar al lector.
3. Médico psiquiatra, neurólogo y legista. Presidente Berro 2531, 11600, Montevideo, Uruguay. [email protected]
4. Ey H. Estudios Psiquiátricos. Vol..I, p. 9. Buenos Aires: Polemos, 2008.
7. Ey H. Rouart J. Essai d’application des principes de Jackson à une conception dynamique de la neuropsychiatrie (préface de
H.Claude). (Monographie de l’Encéphale, Paris, Doin, 1938). Encéphale, 31,1:313-356, 31:2:30-60, 31:2:96-123
8. Ey H. Une conception organo-dynamiste de la psychiatrie. Ann. méd. psychol., 1943, 2: 259-278
9. Ey H. Esquisse du plan de l’histoire naturelle de la folie (notes recueillies par Jacques Delmont). I Journées de Bonneval, 1942,
Imprimerie la Roche-sur-Yon, 1943, 24 p. Cf. Reedición facsimilar: J. Chazaud y L. Bonnafé y P. Noël en Information Psychiatrique
1999; vol 75, 5:443-558.
10. Ey H. La notion de “psychopathologique” dans ses rapports avec les problèmes mystiques. La vie spirituelle, 1935: 144-175
11. Dalbiez R. El método psicoanalítico y la doctrina freudiana (2 tomos). Buenos Aires: Desclée de Brouwer; 1948.
12. Ey H. La notion d’automatisme en psychiatrie. L´Évolut.Psychiat, 1932, 4: 11-35
13. Ey H. Estudios Psiquiátricos, Estudio nº 11: Impulsiones. Vol. I, p.200, n2.
14. Bleuler E. Demencia Precoz. El grupo de las esquizofrenias. Buenos Aires: Hormé, 1960; p.219.
15. Esta parte de la obra de H. Ey junto a otros textos sobre esquizofrenia fue reeditada por J. Garrabé: Ey H. Schizophrénie. Études
cliniques et psychopathologiques. Le Plessis Robinson: Les empêcheurs de penser en rond, 1996.
16. Ey H. (ed). El Inconsciente (VI Coloquio de Bonneval, 1960). México: Siglo XXI, 1970.
17. Ey H. La conscience. París, Presses Univ de France, 1963. En 1975 Ey hace un comentario diciendo que mantuvo el sustantivo de
“conciencia” a pesar de haber comprendido que este libro debió ser titulado “ser consciente”. Este comentario muestra al lector, por
un lado lo que fue señalado al inicio sobre el modo de escribir de Ey, pero sobre todo la dificultad que implica para poder comprender
la realidad de la enfermedad mental el modo cartesiano del pensar humano. Manteniendo Ey lo que considera un título incorrecto
(“la conciencia”) nos quiere mostrar la dificultad del problema, ya que incluso él mismo, que había luchado toda su vida contra esa
sustantivización, sin embargo se reconoce como naturalmente atrapado por ella.
18. Ey H. La dissolution de la conscience dans le sommeil et le rêve et ses rapports avec la psychopathologie (Esquisse d’une théorie
de la relativité généralisée de la désorganisation de l’être conscient et des diverses maladies mentales). L´Évolut. Psychiat., 35, 1,
1970:1-37
19. Ey H. La conscience, 2è. éd. revue et augmentée. París: Presses Universitaires des France, 1968.
20. Ey H. Esquisse d’une conception organo-dynamique de la structure, de la nosographie et de l’étiopathogénie des maladies menta-
les. Psychiatrie der Gegenwart. Berlin: Springer-Verlag, 1963: 720-762; Outline of an organo-dynamic Conception of the Structure,
Nosography, and Pathogenesis of mental Diseases. In: Natanson M. (ed) Psychiatry and Philosophy. Berlin: Springer-Verlag, 1969:
111-161. El lector interesado puede ampliar este texto con: Le modèle organo-dynamique. En: Traité des hallucinations (VII partie),
2è.tome. París, Masson, 1973; pp.1069-1342, y Des idées de Jackson à un modèle organo-dynamique en psychiatrie. Toulouse: Privat,
1975.
21. Ey H. Traité des hallucinations. 2 tomes. París: Masson, 1973.
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26. Los sistemas de diagnóstico y de codificación de mayor uso en la psiquiatría actual, a pesar de su empobrecimiento psicopatológico,
esbozan esta aproximación. Cuando se percibe que las sumatorias que presentan, por el hecho de ser sumatorias no “conjuntivas” (a + b +
c) sino “disyuntivas” (a, ó b, ó c), se percibe que lo que se diagnostica es “otra cosa” que la sumatoria de síntomas, ya que con esa meto-
dología “algorítmica probablística” (cf. McHugh PR, Slavney PR. The perspectives of psychiatry (2nd ed). Baltimore: Johns Hopkins
University Press, 1998) se afirma que pacientes con sumatorias diferentes, padecen sin embargo el mismo proceso de enfermedad.
27. Lantéri-Laura G. Essai sur les paradigmes de la psychiatrie moderne. Paris: Du Temps, 1998.
28. Berrios GE. The history of mental symptoms. Cambridge: Cambridge Univ.Press, 1996.
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de los genes con las estructuras nerviosas mental: el campo de conciencia inactual
que determinan y las estructuras mentales (patología mental aguda o transitoria) y
patológicas, existe un hiato “órgano-clí- trayectoria axiológica de la personalidad
nico” que el sujeto llena con su causali- (patología mental crónica o persistente
dad propia. Hoy se reconoce claramente o de una temporalidad “inactual”). Dos
que los genes orientan el desarrollo, pero géneros de patología mental, diferentes
que el desarrollo depende esencialmente a los tipos agudo/crónico del resto de la
del sujeto en relación con su medio. Por patología ya que lo que se altera en cada
supuesto que si no me desarrollo en un género es una estructuración diferente de
medio humano no aprendí a hablar, es la vida mental. Naturalmente que ambas
claro que si no fui a la escuela no pude estructuras mentales mantienen entre sí
actualizar al máximo mi potencialidad diferente tipo de relaciones (la personali-
intelectual, pero más evidente es aún que dad depende genéticamente de los campos
quien habla o no, que el que se adapta o de conciencia, y estos dependen de aque-
no al entorno de modo más inteligente, en lla, operacionalmente), lo mismo que
último término siempre soy yo. ambas patologías tienen la posibilidad de
Ey sostiene que en la enfermedad el sufrir “anastomosis” (una patología aguda
que sufre, es ese Yo que inicia su desarro- infiltrarse provocando alteraciones de la
llo embrionario desde que nacemos y que organización axiológica personal y un tras-
ese desarrollo de mi psiquismo se in-cor- torno persistente, ser la condición de vul-
pora como una nueva y personal forma nerabilidad de episodios agudos). Base, o
de causalidad. Y que esa incorporación se piedra angular de la semiología, y solución
lleva a cabo en la forma de dos estructuras de la mayor parte de los problemas que
que articuladas constituyen el psiquismo, aún presenta hoy la praxis psiquiátrica.
cuya realidad es develada por la patología La idea que Ey tenía era que los trastor-
nos de la organización de la personalidad,
debían incluir además de las psicosis cró-
Es que entre la acción de los genes con las
nicas y neurosis, a todos los trastornos del
estructuras nerviosas que determinan y las carácter (únicos a los que hoy se aplica la
estructuras mentales patológicas, existe un denominación de “trastornos de persona-
hiato “órgano-clínico” que el sujeto llena lidad”) y también a las formas de retraso
del desarrollo así como a los síndromes de
con su causalidad propia. Hoy se reconoce
demencia. En un futuro próximo es pro-
claramente que los genes orientan el
bable que estas ideas de Ey lleven a una
desarrollo, pero que el desarrollo depende remodelación de los actuales eje I y II del
esencialmente del sujeto en relación con su sistema de codificación de los diagnósticos
medio.
psiquiátricos.
29. Meyer-Lindenberg A, Weinberger D. Intermediate phenotypes and genetic mechanisms of psychiatric disorders. Nature, 2006;
7:818-826.
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30. Ey H. Estudios sobre los delirios. Madrid, Editorial Paz Montalvo, 1950, 115p. Reeditado, Madrid: Triacastela; 1998 (con prefa-
cios de J. Garrabé: Evocación de H.Ey, y de H.Casarotti: La aportación de Ey al diagnóstico de la psicosis delirante).
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SEMIOLOGÍA PSIQUIÁTRICA
• Organicidad (somatosis)
de la naturaleza”. Por un lado, la psiquia-
• El sujeto “agente” de su patología
tría tiene como objeto las desorganizacio-
nes somáticas que alterando la humanidad
PSIQUIATRÍA: rama de la medicina
del hombre, se manifiestan mentalmente.
cuya especificidad es ser
un saber y una praxis “psíquica” Por otro, la ciencia psicológica apunta a
un objeto de saber que en los estados de
• La psiquiatría es ciencia
normalidad mental es un objeto abstracto,
de la naturaleza ya que el hombre no existe psíquicamente.
• La psicología es ciencia antropológica Max Scheler dice que “el lugar del hombre
en el cosmos” es que existe espiritual-
mente. La actividad mental es la posibili-
dad, la condición necesaria para el hombre
Pasemos ahora al segundo punto plan- de poder existir espiritualmente… porque
teado: la necesidad antropológica actual así como teniendo estómago no existe gás-
de un cuerpo de doctrina psiquiátrica como tricamente, o teniendo corazón, no existe
la hipótesis de trabajo “órgano-dinámica” cardíacamente, tampoco por tener psi-
de H.Ey. quismo, existe psíquicamente.
Cuando Ey se pregunta si “la psiquiatría El orden de realidad en que el hombre
¿es una ciencia del hombre o una ciencia existe es el de la coexistencia, y es en
de la naturaleza?” (cf ref.21, p.5) res- ese nivel existencial que expresa su auto-
ponde claramente que “la psiquiatría es nomía, sus autodeterminaciones, y tam-
una ciencia de la naturaleza” (cf ref.19, bién es en ese nivel que se manifiesta el
p.1437) “que debe moverse en la órbita de desorden somático que es la enfermedad
la biología y de la medicina y no de la psi- mental. El paciente psiquiátrico, dice Ey,
cosociología”. Por otra parte afirma explí- alterado en su coexistencia, debe poder
citamente que la psicología “no es ciencia reencontrar en el vínculo terapéutico su
31. Esto se ve confirmado cuando se analiza la “sumatoria” de síntomas que exige el DSM-IV para el diagnóstico del sindrome de
demencia. Después de comprobar la presencia de diversos déficits (de memoria, de lenguaje, de funciones gnósicas y práxicas, etc.)
el diagnóstico de demencia requiere que esa sumatoria de déficits no esté determinada, a juicio del psiquiatra, por otro trastorno
mental.
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Solamente el pensamiento del hombre Para la cultura, para el medio humano, los
puede introducir lo negativo, y lo negativo psiquiatras debemos trabajar:
aquí es que el escepticismo, que por un
lado parcializa la realidad, por otro vuelve a) con una psiquiatría que afirme que la
dogmático al que lo practica. enfermedad mental existe, que su realidad
es ser una desorganización somática que
altera al hombre en su coexistencia, y
humano, los psiquiatras debemos trabajar:
a) con una psiquiatría que afirme que la que esa alteración disminuyéndolo en su
enfermedad mental existe, que su realidad autonomía hace que su conducta, en grados
es ser una desorganización somática que diversos, escape a su control, a su “fiat”.
altera al hombre en su coexistencia, y que
esa alteración disminuyéndolo en su auto-
nomía hace que su conducta, en grados b) con una psiquiatría que por diferenciar
diversos, escape a su control, a su “fiat”, y claramente la salud mental de la
b) con una psiquiatría que por diferenciar enfermedad mental, indirectamente
claramente la salud mental de la enfer-
afirma que el hombre psíquicamente no
medad mental, indirectamente afirma que
el hombre psíquicamente no enfermo es enfermo es libre, o sea que es creador
libre, o sea que es creador de valores para de valores para bien o para mal y que en
bien o para mal y que en consecuencia es consecuencia es responsable (sabiendo que
responsable (sabiendo que la responsabili-
la responsabilidad es una tarea a asumir en
dad es una tarea a asumir en la fragilidad
de la naturaleza humana). la fragilidad de la naturaleza humana).
Ey entiende que, por la complejidad
de la realidad de la enfermedad mental,
como Galileo, cuando al ser presionado
la distinción señalada debe ser planteada
por las ideologías debió afirmar que “la
explícitamente y sin ambigüedades, porque
enfermedad mental existe” porque en rea-
de lo contrario, como la historia de parte
lidad existe como desorganización real del
del siglo pasado lo mostró, se oscila con-
cuerpo, más allá de que se lo afirme o no.
tradictoriamente, tendiendo, por un lado,
Y frente al desarrollo neurocientífico
a “psiquiatrizar” a toda la humanidad (es
que Ey en parte vivió y que profética-
decir, a explicar conductas humanas nor-
mente vislumbró, decía que el psiquiatra
males como no responsables), y por otro, a
del siglo XXI deberá ser como Newton, es
negar la existencia de la enfermedad con-
decir hacer que su hipótesis de trabajo sea
fundiendo la pobre locura que es la patolo-
un verdadero sistema, un organon que le
gía mental con la “rica locura” de Erasmo.
posibilite resolver los problemas psiquiá-
En esa situación Ey afirmaba que el
tricos, propios y externos, que a diario le
psiquiatra del siglo XX tuvo que proceder
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J.C. STAGNARO: Para poder traducir una obra compleja y medulosa, como la de Henri Ey, es
necesario conocerla íntimamente, en profundidad, y esto Humberto Casarotti lo ha garantizado, pero
creo que para hacer su trabajo le agrega algo que también tenía Henri Ey: una pasión por la clínica,
una pasión por el saber, una pasión por comprender y ayudar a sus pacientes. Ahora nos queda leer
la obra.
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LA “LOCURA”
Y LOS VALORES HUMANOS1
La psiquiatría francesa, como ciencia y como Las causas de esta decadencia, donde la ener-
obra de asistencia, la primera en lograrlo y en gía de los psiquiatras se desanima y se ago-ta en
prestigio, sufrió en el último siglo un crepúsculo circuito cerrado, deben ser aprehendidas en sus
del cual nuestros grandes maestros no lograron raíces, en errores del pensamiento.
salvarla: MAGNAN, SÉGLAS, RÉGIS, G. DE CLÉRAM- En primer lugar, es el desinterés casi total de
BAULT (para mencionar solamente a los desapare- los poderes públicos y de la opinión pública en
cidos). Y sin embargo fue entre nosotros, después relación a los problemas sociales de la psiquiatría.
de la Revolución Francesa, que la psiquiatría Esto puede y debe llamar la atención, ya que la
inició su vuelo moderno. Esto no debería sorpren- alienación mental tiene para la sociedad y en la
der a quien ve claramente que los conceptos que sociedad una resonancia tal que se impone como
constituyen el fundamento de nuestra ciencia se fenómeno médico-social de primera magnitud, y
agrupan y se determinan en el plano filosófico y constituye el aspecto de la patología que requiere
social en relación al problema crucial de la liber- la atención más inmediata de los gobiernos. Por
tad, del mismo modo que sus reglas prácticas gra- eso es que no sorprende que la ley de 1838 haya
vitan, en el plano de la asistencia, alrededor del sido la primera ley de asistencia. Pero, una vez
respeto de la libertad individual. No obstante, la definido por esta ley (o por lo menos por el uso de
psiquiatría francesa declinó después de un desa- sus disposiciones que rápidamente se hizo tradi-
rrollo brillante. Lo habitual es que fuera de nues- cional), una vez definido el alienado como un ser
tras fronteras se culpe de esta crisis al estilo de peligroso y que hay que internar, una vez creado
pensamiento francés que sería más racionalista, el asilo destinado a recogerlo y a tratarlo, una vez
geométrico y superficial que intuitivo, agudo y admitido lo perdido, una vez “matado el títere”,
profundo. Nada es más falso. Por el contrario, la pudo parecer que el problema estaba definitiva-
tensión que entre nosotros sufren muchos espí- mente resuelto. Habiendo la sociedad en el mismo
ritus bien intencionados demuestra tanto una movimiento apagado su conciencia colectiva y
profunda aspiración que ha quedado insatisfecha afianzado su seguridad, puso fuera de su campo de
como capacidades desaprovechadas. Este es el acción a estos seres perturbadores e inquietantes
secreto de tantas vocaciones psiquiátricas que he que con su ronroneo inoportuno y estéril amena-
visto quebrarse o extinguirse en la indiferencia y zan su tranquilidad. Y por los “locos” no se tuvo
en la apatía. ningún otro interés sino el deber de atender, más
1. A modo de ilustración, transcribimos aquí el Estudio Nº 1 en el que se reprodujo la alocución pronunciada, por Henri Ey, en la
Facultad de Medicina de París durante las “Jornadas Psiquiátricas” de marzo de 1945 (Ey H. Estudios Psiquiátricos Vol. I, t. I, Estudio
Nº 1, pp. 13-19. Buenos Aires: Editorial Polemos, 2008).
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o menos mal, a su costosa existencia. ¿Quién se Una segunda causa de la crisis psiquiátrica es
animaría a interesarse por esas pobres máquinas, el desconocimiento cuando no el desdén, que el
por esos peligrosos explosivos, tan extrañamente cuerpo médico manifiesta en relación al hecho psi-
tercos en su insistencia a persistir en su ser y a copatológico. Un médico siempre afirma con faci-
veces en su reproducción? Por lo general el reme- lidad y a veces incluso con paradójica satisfacción
dio es la muerte, la que sin llegarse al extremo de que no entiende nada de psiquiatría. Esta es una
ejecutarla, se desea para acortar su infortunio. de las banalidades cotidianas a las que estamos
Si algunas experiencias del pasado nos mostra- acostumbrados. De hecho la formación médica
ron el partido que se podía obtener por una explo- francesa excluye la enseñanza de la psiquiatría
tación demagógica de la miseria humana bien (con excepción de algunos breves pasajes que no
orquestada alrededor de algunos “slogans”: lucha son obligatorios para todos), mientras que por el
contra el alcoholismo, lucha contra la tuberculo- contrario en algunos países extranjeros, integra la
sis, lucha contra las enfermedades venéreas, etc., formación médica. No creo equivocarme mucho
temas sin cesar renovados y tal vez eternos, ¡qué diciendo que sólo el 3% o 4% de los estudiantes de
lástima! de la propaganda político-sanitaria, esas medicina han sido puestos en condiciones tales de
experiencias pusieron en evidencia el poco com- enseñanza o sencillamente de información, como
promiso por la asistencia psiquiátrica, valorada para que en determinado momento se hubiesen
claramente como un trampolín muy mediocre. podido plantear la cuestión de su eventual voca-
¿Habría que pensar que es necesario establecer ción psiquiátrica. La mayor parte de ellos ignora
una jerarquía en la miseria, que también tendría todo, tanto de nuestra ciencia como de nuestra
sus privilegiados y sus sacrificados? carrera, dado que somos 300 especialistas para
Si el criterio que debe medir el interés que atender alrededor de trescientos mil pacientes
hay que dar a esos flagelos sociales es el de la con patología mental.
importancia numérica, ¿hace falta recordar que Las razones de tan profundo divorcio ente
por las afecciones mentales alrededor de medio medicina y psiquiatría, entre los hospitales y los
millón de familias son más o menos afectadas por asilos, entre la Salpétrière y Sainte-Anne, llega
la inquietud y la desdicha? Y si el criterio práctico incluso a dividir al cuerpo médico psiquiátrico en
es el de la recuperación social, ¿es tan evidente dos partes que son desiguales. Me parece que las
que las curaciones y las recuperaciones sociales en razones de tal separación son consecuencia de la
nuestros pacientes son menos frecuentes (cuando confusión del concepto de enfermedad mental. A
alcanzan un mínimo de 30 a 35%) que en enferme- veces la psicosis es considerada una enfermedad
dades que, de modo más constante, motivan la “no orgánica” (¡“ya que es psíquica”!) e ingresa
preocupación del estado y de la piedad pública? en el dominio fantasmático del “psiquismo puro”,
Sin embargo apenas una excepción es permi- de la imaginación y para decirlo todo, de la nada.
tida para una parte de la asistencia psiquiátrica: Otras veces reducida totalmente a las afecciones
la que se aplica a la infancia anormal. Es cierto orgánicas cerebrales, viscerales, humorales que la
que esta elección se explica y se justifica, porque determinan y confundida con ellas, se convierte
en base a una mayor plasticidad de la patolo- en “una enfermedad como las otras” y nada más.
gía psiquiátrica infantil es posible fundamentar Es decir que en los dos casos, ¡la psicosis pierde
mayores expectativas, y por la piedad en relación toda existencia, la psiquiatría todo objeto y el
a estas miserias tan tocantes, pero es necesario psiquiatra ¡toda importancia! El psiquiatra aseme-
que no sea exclusiva. jado más o menos inconscientemente al alienado
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es mirado como un malabarista de las palabras a tras sociedades científicas, o bien (este caso, por
quien a veces se le reconoce cierto talento psí- cierto, es excepcional) convierten su impotencia
quico, más adecuado para divertir que para ser en principio metodológico, abandonándose a un
estimado. diletantismo escéptico, muy adecuado para ase-
Entre los médicos y especialmente entre los gurar su tranquilidad.
neurólogos que están acostumbrados a pensar así, ¿No será que a los psiquiatras lo que nos falta
se suscitarían muchas reacciones y protestas si uno es LA PSIQUIATRÍA? Por esto entiendo un cuerpo
arriesgase a decirles que su actitud nihilista en de doctrina y no por supuesto los conocimientos
relación a la psiquiatría tiene su origen en la anti- prácticos y clínicos suficientes para ejercer de
gua concepción cartesiana de las relaciones de lo modo honorable nuestra profesión. En nuestro
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físico y de lo moral . Sin embargo, creo que es lo país no gustan mucho las teorías y en cierto sen-
que explica que, en nuestro país más que en otras tido se tiene razón, si por teorías se entienden
partes, la separación absoluta del “mundo de la abstracciones sin referencia a la clínica, o dogmas
extensión” y del “mundo del pensamiento” haya que no se toleraría que fuesen discutidos. Pero se
sido trasladada y concretada en ese foso profundo quiera o no, para toda ciencia son indispensables
y nefasto que en el pensamiento de tantos médi- teorías científicas, hipótesis que armonicen y pre-
cos, separa la medicina de la psiquiatría (idea que paren las observaciones y la psiquiatría no puede
fácilmente proporcionan y luego reprochan a los no tomarlas en cuenta sin condenarse a su debili-
psiquiatras). Pido que se tome cuidadosa nota de dad actual. La psiquiatría debe imponerse por la
esto, aquí hay un peligroso malentendido que, en consistencia de sus conocimientos y de su aparato
nuestro país, vicia la enseñanza de la psiquiatría y teórico. Sólo esto es lo que le dará en el marco de
la eficacia de la asistencia a los psicópatas. las ciencias biológicas y médicas, su valor cientí-
Una tercera causa de la decadencia de la fico decisivo y lo que definitivamente le asegurará
psiquiatría francesa proviene de los psiquiatras su prestigio.
mismos. Algunos, por un gusto paradójico por el Los remedios a aportar a tal estado de cosas,
“hara-kiri”, adoptan muy frecuentemente la acti- o bien derivan naturalmente de lo que precede,
tud que acabo de denunciar. A veces consideran o bien dependen, en lo que tiene que ver con la
la psicosis como un desarrollo puramente psico- posición exacta de la psiquiatría en relación a
genético, una producción puramente psíquica y las ciencias médicas en general y a la neurología
se pierden en una “logomaquia” sin objeto. Otras en particular, de la elaboración de una psiquia-
veces reducen la psicosis solo a sus determinan- tría teórica, única capaz de asegurar un vigoroso
tes cerebrales o humorales a los que únicamente sistema de asistencia. Sin embargo su exposi-
consideran, refugiándose en una psiquiatría del ción exigiría tales discusiones técnicas que más
bisturí, del micrótomo o del microscopio, que es me arrepentiría de exponerlo aquí, que de no
incapaz de captar la sustancia de los trastornos, hacerlo. Me basta con decir que desde mi punto
que se les escapa porque se apartan sistemáti- de vista los principios esenciales de un plan de
camente de ella. Muchos, vencidos por la impo- reformas en este campo son: la clarificación y la
sibilidad de dominar los problemas que la dura diversificación de la asistencia psiquiátrica arran-
exigencia de los hechos plantea insidiosamente cada de la adherencia a su único objeto actual:
a sus reflexiones, o bien se refugian (y son los el alienado internado; la creación de una nueva
más numerosos) en trabajos especiales llevados a legislación que se aplique a la amplitud más
cabo minuciosamente como lo testimonian nues- humana y variada del objeto de la asistencia, es
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decir, a todas las formas y grados de psicopatía; sión y en la variedad de su objeto. Es necesa-
la necesidad de un cuerpo único y jerarquizado de rio, y esto es más fácil pensarlo que realizarlo y
los médicos especialistas para todos los estableci- legalizarlo, es necesario que el servicio cerrado,
mientos públicos de curación, de asistencia y de hasta este momento única pieza del tablero, no
profilaxis psiquiátricas. Permitidme ahora algunas sea sino una fase, ni necesaria ni suficiente de un
breves reflexiones sobre el valor humano de una ciclo de asistencia más flexible y más variado que
psiquiatría no solamente médica y biológica sino comprenda servicios de observación, servicios de
de una psiquiatría que, para estar a la altura y a la curas libres, servicios de readaptación social y de
medida de su objeto, se manifieste resueltamente ubicación familiar, colonias agrícolas; de modo tal
“antropológica”. que la internación no constituya ni la única solu-
Para captar bien las exigencias del problema ción asistencial ni tampoco la más frecuente.
práctico de la psiquiatría es necesario que su El remedio administrativo que parece tentar a
objeto, la “locura”, forma genérica de todas ciertas mentalidades, que consiste en establecer
las psicosis y neurosis, sea apreciado de manera dos categorías artificiales de pacientes, una que
exacta. Hagamos referencia a las intuiciones con- responde a la mezcla oscura de conceptos como
cretas esenciales del problema, a sus “imágenes “curabilidad, agudeza y benignidad”, y otra que
de Épinal”. agrupa a los “restos” llamados a la vez “cróni-
Percibimos a nuestro paciente como un haz cos”, “incurables” y “peligrosos” (aparte de que
de fuerzas tendidas hasta la amenaza en la feroz en la práctica esa organización haría explotar
concentración de su ser hostil e irritado, investido rápidamente lo absurdo e incoherente de dicha
del enigmático asesinato que de modo extraño combinación) agravaría aún más los inconvenien-
sube hasta su mano. O vemos al embargado por tes del sistema actual que precisamente no supo
el vértigo, dubitativo, trastabillante contra la red o no pudo dar satisfacción en un mismo organismo
implacable de las obligaciones lógicas y sociales, jurídico-administrativo, a la diversidad de exigen-
como cautivo de la transparencia perdida de su cias naturales del hecho psiquiátrico.
lenguaje y ebrio del soñar que ha explotado en él, Pero volvamos nuevamente al objeto de nues-
lleno de vacío, diezmado y caído. tras reflexiones, al paciente considerado bajo su
Ambas imágenes, la del miedo y la de la piedad aspecto genérico. Hubo un tiempo (quizá no supe-
se interfieren y se mezclan en la aprehensión rado por todos) en el que todo psicópata era con-
del problema humano que plantea la alienación siderado con el alienado, como una máquina. La
mental. El psicópata provoca a la vez lástima y enfermedad mental, especie de monstruo, pare-
terror. cía apoderarse de su ser, poseerlo y destruir total-
Pero, entre estas dos imágenes extremas de la mente en él la humanidad. Sin embargo, para los
intuición primitiva debemos ubicar cien imágenes técnicos modernos, más atentos a los movimien-
que las entremezclan. No ver en la serie más que tos de la vida psíquica de nuestros pacientes, la
uno de estos extremos es, o bien condenarse a “locura”, bajo la forma psicótica o neurótica con
querer o a dejar a todos los alienados en liber- que se presenta, no debería constituir una aliena-
tad, o bien a aplastar a todos los psicópatas bajo ción sustancial, una formación mecánica hetero-
el peso de la ley de 1.838. Pero como nuestros génea a la naturaleza humana. El problema de la
pacientes no son todos seres peligrosos, ni todos “locura”, según se ofrece a nuestra sagacidad en
seres dementes, es necesario que la psiquiatría su generalidad y en su multiplicidad, sería ininte-
procure su contacto bienhechor en toda la exten- ligible, si todos los hombres no poseyesen instin-
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tos y pasiones que continuamente se oponen a su Tales reformas, aunque no constituyen nada
unidad, si no tuviesen memoria ni imaginación por más que lo que desde hace mucho tiempo desean
la que son atraídos a evadirse del presente y de lo la mayor parte de los psiquiatras, exigen sin
real, si no contuviesen, en los dos sentidos de la embargo el entusiasmo y la insistencia que deben
palabra, los sortilegios y los encantamientos de su caracterizar a la renovación psiquiátrica que
infancia y de sus sueños. La “locura” solo rompe todos esperamos. También exigen mucha reflexión
el recipiente de estos vapores inconscientes. Es y preparación para que no sean una improvisación
decir que es inmanente a la naturaleza humana, demasiado precipitada. Finalmente esas refor-
que está en potencia en todos los hombres. No se mas exigirán medios materiales poderosos. Será
confundan, que esto no significa retomar desde necesario instalar establecimientos, construirlos,
nuestro punto de vista esa absurdidez que tan a equiparlos a la medida de los grandes progresos
menu-do se asigna al psiquiatra y que sería la nega- terapéuticos logrados desde hace 30 años. Espe-
ción misma de la psiquiatría, a saber: que todos los cialmente será necesario reforzar el cuerpo de
hombres serían “locos”, sino que más bien orienta los médicos especialistas encargados de todos los
a considerar con la profunda identidad de materia, servicios de esta asistencia, ridículamente res-
la diversidad esencial de la estructura del hombre tringido en Francia. En último término sin ninguna
normal y del paciente. También este paciente es duda, las finanzas privadas y públicas se benefi-
para nosotros, a pesar de su enfermedad, una ciarían de un movimiento de readaptación social
superficie de contacto humano, una profundidad y del incremento del esfuerzo terapéutico que se
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