La Imagen de La Venezuela de Marcos Pérez Jiménez en La España de Francisco Franco

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La imagen de la Venezuela de Marcos Pérez Jiménez en la España de

Francisco Franco

Alejandro Cardozo Uzcátegui

Universidad del País Vasco [email protected]

Resumen

Este trabajo procurará reflejar cómo era la imagen mediática de la Venezuela de


Marcos Pérez Jiménez en la España de Francisco Franco a través de dos rotativos
españoles -en la época dos de los más importantes-el ABC y La Vanguardia. El
período que analizaremos es muy sugerente en ambas orillas atlánticas (1954-
1962), pues estriba entre el auge y la caída del dictador venezolano en un momento
histórico preciso que España intentaba abrirse al mundo, dar otra imagen y ser
aceptada; sin embargo, una alianza política, ideológica, económica, mediática y
simbólica con el perezjimenato era un objetivo esencial para la diplomacia
española.

Palabras clave: Venezuela, España, perezjimenismo, franquismo, prensa.

This image of Venezuela's Marcos Perez Jimenez in Spain in Francisco


Franco

Summary

This work attempts to reflect how was the media image of Venezuela's Marcos
Perez Jimenez in the Spain of Francisco Franco through two Spanish-rotating at
the time two of the most important, the ABC and La Vanguardia. The period is very
evocative analyze both sides of the Atlantic (1954-1962), it lies between the rise and
fall of Venezuelan dictator in a precise historical moment that Spain was trying to
break into the world, take another picture and be accepted, but an alliance of
political, ideological, economic, and symbolic media with perezjimenato was an
essential objective for Spanish diplomacy.

Keywords: Venezuela, Spain, perezjimenismo, Franco press.

Recibido 11/02/2011 Aprobado 01/06/2011

Preámbulo
En la prensa española puede verse con claridad el tránsito de la afinidad ideológica
al descrédito mediático, es decir, el deterioro de la imagen del dictador venezolano
Marcos Pérez Jiménez en España, nación que tanto alababa su administración en
un principio, que luego deja en las garras de la prensa el deshuese de su imagen
ahora denostada y acaso vergonzosa para dos rotativos que eran nichos de buena
publicidad hacia el gobierno de Pérez Jiménez; hay que tener en cuenta que la
dictadura franquista aún tenía todo el aparato de censura para evitar la caída tan
estrepitosa de la imagen de Pérez Jiménez ante la opinión pública española, y aún
así, no intervino. Recuérdese que no será hasta 1966 cuando se apruebe la ley del
18 de marzo de prensa e imprenta, conocida como la Ley Fraga, que entre sus
puntos se anulan las consignas y la censura previa como procedimiento normal,
reservadas a partir de ahora solamente a casos de emergencia nacional o guerra 1.

El triunfo del levantamiento de los militares fascistas que derrocaron la II


República española tras la guerra civil, en buena medida fue posible por la
colaboración de la Italia fascista y la Alemania nazi. La ayuda que se tradujo en
aviones de combate, dinero, armamento y mercenarios. Del lado republicano el
apoyo internacional fue más tímido: la Francia del Frente Popular de León Blum,
en principio se comprometió con apoyo logístico, para luego recular tal y como
desde un principio lo hizo Inglaterra, en virtud de una política de no intervención
en el conflicto español. Ni qué decir de las Brigadas Internacionales, un apoyo cuasi
romántico, que aunque no fueron decisivas en el conflicto general, tuvieron un
profundo impacto simbólico en la opinión pública mundial.

Una vez que triunfó el fascismo español en 1939, se le imprimió a España una
suerte de estigma político en la arena diplomática internacional, que se tradujo en
una era de aislacionismo internacional a partir de su exclusión en la Organización
de Naciones Unidas tras la resolución en 1946, por su colaboracionismo con las
potencias del eje nazi-fascista. No es atrevido aseverar que más colaboraron los
fascistas italianos y los nazis alemanes2 con Franco en la guerra civil española.
Aunque sí hubo una contribución tímida de España con Hitler, la llamada Brigada
Azul (aproximadamente 46.000 voluntarios para el frente oriental, pertenecientes
al Ejército de Tierra o de las milicias de la Falange Española Tradicionalista y de las
Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista, conducidos el primer año por el general
Agustín Muñoz Grandes) que a la caída de Stalingrado los aliados presionaron a
Franco para que hiciera una retirada escalonada de estos españoles en 1943. Fue,
digamos, un primer gesto claro de hacia dónde iba la diplomacia y la acción
exterior del franquismo.

De cara a una situación internacional de aislamiento y ostracismo en el tablero


occidental, el franquismo decidió abrir un frente diplomático histórico: América
Latina y el Caribe en la concepción hispanoamericana. América Latina y el Caribe
estaban gobernados en gran parte por dictaduras conservadoras de derechas, de
prisma anticomunista, que encontraron una comunión ideológica y política con el
nacionalcatolicismo español. Basta conocer la Argentina de Perón, la República
Dominicana de Trujillo, y el exilio que les esperó en la España de Franco, una vez
derrocadas las dictaduras. Una suerte muy similar al exilio dorado de Pérez
Jiménez en España. Fuertes aliados del franquismo en la región.

Un síntoma de este compás abierto entre España y América Latina fue la creación
de los Institutos de Cultura Hispánica que desde 1947 actuarían en una red de
asociaciones radicadas en América, para «…crear una poderosa corriente de ideas
trabajadas sistemáticamente. Su motivación fue la "filiación hispánica", como
vehículo de unión de personas de distinta nacionalidad…»3 Este campo de
filiaciones políticoculturales pretendía llegar una brazada más lejos en el terreno de
la diplomacia y los convenios de cooperación, pues «Gracias a una serie de logros
en el campo cultural, se mantenía en la creencia de que el hispanismo iría ganando
en "amplitud y volumen", en cuanto que las relaciones culturales fueran reforzadas
por una intensa relación económica, quedando de ese modo trazado el camino de la
vinculación hispanoiberoamericana.» 4

Buena parte de América Latina y el Caribe era una región que políticamente, en las
fechas que nos incumbe este estudio, podía hablar bajo los mismos códigos que la
España de Franco, en cuanto al catecismo anticomunista, en alguna medida
católico, conservador, e incluso, a lo que a sistemas corporativistas se refiere se
identificaron con la «democracia orgánica» del caudillo español. Era América
Latina y el Caribe una plaza de sables, de partidos únicos, sistemas sociales
conservadores y caudillos nacionales que se hallaban cómodos en la acepción
«hispanoamericana» como un lugar de encuentro ideológico y cultural, construido
-a la medida-entre las capitales de la región (Caracas, Buenos Aires, La Habana,
Ciudad Trujillo, Managua, San Salvador, Bogotá, Lima…) y Madrid, la antigua
metrópoli: «El 12 de octubre de 1953 -Día de la Hispanidad-el ministro Martín
Artajo lanzó el plan de una Comunidad Hispánica de Naciones, destinado a
coordinar la acción diplomática de los países de lengua española en torno a un ideal
igualitario de pertenencia a un mismo ámbito cultural…»5

Es necesario comentar que las relaciones de España franquista con Latinoamérica


no fueron idénticas y homogéneas, México nunca reconoció la España de Franco,
sólo admitió como legítimo el gobierno español republicano en el exilio. Esta
situación se mantuvo hasta prácticamente el final de la era de Franco.
Las relaciones de la España franquista con la Venezuela de Marcos Pérez Jiménez
ha sido una asignatura pendiente desde el estudio de la historia de las Relaciones
Internaciones cisatlánticas. Esta es una propuesta de acercamiento en virtud de la
investigación de las dos épocas político-ideológicas de ambas naciones, en donde
para España representa sólo una década de su política exterior, y para Venezuela
un proceso específico de su última dictadura. En este estudio haremos un apartado
muy concreto que versa sobre Marcos Pérez Jiménez y la Venezuela del Nuevo
Ideal Nacional6 en la prensa española durante el franquismo.

Hemos centrado nuestro análisis en los periódicos peninsulares La Vanguardia y


el ABC, entendiendo que aunque la etapa que nos concierne es una parte de la
década de los cincuenta (1952-1957), obviamente, la prensa española era entonces
un eco del ideario del régimen; así se ubicara éste en una fase de mayor apertura
internacional, seguía manteniendo los mismos visos de una dictadura
profundamente represiva. Debemos insistir en que los periódicos con que hemos
trabajado, son en la época los dos rotativos más importantes de España: el ABC de
Madrid y Sevilla y La Vanguardia de Cataluña, que para la fecha tenía un ámbito
nacional, español.

Un antecedente: Marcos Pérez Jiménez y el colaboracionismo


franquista a través de Radio Nacional de España

El sistema de propaganda fue un medio dinámico en la búsqueda de puntos de


encuentro que antes de la década de los cincuenta (el franquismo perdonado)
significaba un pilar fundamental en la exigua relación de la España franquista con
el concierto mundial, de ahí que América Latina y el Caribe fuera un escenario
natural para desarrollar desde lo ideológico y cultural un frente diplomático:

Según los grandes objetivos marcados para medio plazo, además de las colonias de
residentes, el campo por excelencia sobre el que trabajar en aras del prestigio de
España en la región era la opinión pública americana. Para captar a los distintos
sectores sociales americanos no cabía otro remedio que ensayar la propaganda
política o cultural.7

El elemento propaganda-información, cultura y medios de comunicación era


fundamental en las dos orillas atlánticas. Destaca en esta dirección el sistema de
propaganda e información que se propició cuidadosamente desde los espacios del
gobierno venezolano en aras de su proyección, aceptación interna y externa y de
autopromoción dado el perfil, si se quiere, "internacional" que Pérez Jiménez le fue
dando poco a poco a su dictadura. Téngase en cuenta varios factores que le
imprimieron sugerentes tonos al contexto mundial de la época: la guerra fría, que
determinó las relaciones políticas del momento, la revolución democrática de
Jacobo Arbenz8 en Guatemala (1951) y la conspiración en su contra -auspiciada
desde Caracas durante la X Conferencia Interamericana, volveremos enseguida a
este tema-, la recién nacida Organización de Estados Americanos en Bogotá (1948)
y directamente relacionado con Venezuela, como decíamos, la X Conferencia
Interamericana de Caracas en 1954: la última reunión de jefes de Estado en la
historia del Interamericanismo, el evento fue el más propicio para dar a conocer la
grandeza proyectada por la joven nación petrolera gracias a los principios rectores
del Nuevo Ideal Nacional, el evangelio político del régimen.

De la misma manera, la España franquista fue aceptada, luego de un largo


ostracismo, gracias también a la dinámica de la guerra fría. Entró como una pieza
táctica en el tablero mundial en tanto era un referente en la lucha anticomunista (el
23 de septiembre de 1953 se celebra el Pacto de Madrid, el convenio hispano-
norteamericano con las bases estadounidenses en territorio español y el 14 de
diciembre de 1955 España es miembro de pleno derecho de la Organización de
Naciones Unidas); es en este período donde se puede vislumbrar con claridad
ciertos aspectos que acusan el colaboracionismo mutuo (Venezuela-España, Pérez
Jiménez-Francisco Franco) más allá de las evidentes simpatías ideológicas.

El Dr. Humberto Spinetti Dini, era el director nacional de la oficina de Información


de Marcos Pérez Jiménez, y por ende era quien establecía la estrategia de
propaganda del régimen en Venezuela. Hacía las veces de enlace con otros países
para articular planes conjuntos de información y política con los gobiernos aliados,
verbigracia España. Al despacho de este alto funcionario del perezjimenato llega el
2 de febrero de 1954 de parte del «ciudadano Coronel-Presidente de la República»
un memorándum enviado desde España, el cual « (…) su contenido le interesó y
gustó mucho al señor Presidente (…) para que estudie su mejor aprovechamiento a
la brevedad conveniente.»9

El memorándum confidencial propone una programación sobre temas sobre


Venezuela por los canales de Radio Nacional de España, donde se establece una
estrategia de propaganda indirecta, de difusión táctica según las horas de audiencia
máxima, y consejos sobre la mejor manera de mantener la discreción necesaria y
no evidenciar el propósito político-propagandístico de los programas:

(…) Se trata de efectuar semanalmente, por medio de un programa de media hora


de duración, una emisión de difusión de la música, arte, literatura, geografía
venezolana. Este programa debería ser realizado en Caracas, por medio de un
programa grabado, que semanalmente se remitiría a la Radio Nacional de España.
El programa semanal venezolano lo difundiría Radio Nacional de España, por su
sus canales generales (especialmente en sus horas españolas e hispano-americanas,
al igual que hace con otros países de Hispanoamérica) (…)

Emisión confidencial de noticias políticas venezolanas. Radio Nacional de España,


pone adisposición de Venezuela, sus emisoras, para la difusión de noticias de tipo
político, para las que no interese especialmente dar un sello de procedencia
demasiado oficial y cuyo origen deberá aparecer como "extraídas" de los medios
informativos españoles e internacionales. No se puede desconocer que en general
las informaciones políticas pierden efectividad, cuando son difundidas oficialmente
por el país interesado. Por otra parte por carecer Venezuela de medios de difusión
potentes, hace que y sobre todo en Europa, las informaciones y conceptos que en la
opinión prevalecen, sean confusos y en general no favorables dada la actividad que
los exilados políticos venezolanos desarrollan en algunos de aquellos países y
especialmente en Francia, Bélgica y Suiza. En atención a estos hechos es por lo que
solicité y obtuve en Madrid de los Organismos adecuados, que Radio Nacional de
España, pusiera a disposición del Gobierno de Venezuela, sus medios de difusión,
para la propagación de noticias e informaciones que el Gobierno venezolano le
interese difundir en forma oficiosa, salir al paso de campañas hostiles, etc… Para
ello Radio Nacional de España, por medio de sus boletines diarios deinformación
internacional (…) difundiría por el mundo entero "y como noticia de
fuenteespañola", las informaciones convenientes.»10

El gobierno de Marcos Pérez Jiménez en la prensa española: "La


Vanguardia española" y el "ABC"

El sábado 10 de diciembre de 1955, en La Vanguardia española se publica en la


página 7 un artículo titulado "Venezuela". En el texto se lee con toda claridad
elementos de proselitismo político en la medida que se enaltece la historia
independentista venezolana, con grandes loas a esa proeza bélico-política; luego el
autor conecta con gran armonía ese pasado de glorias, con el presente de progreso
y riqueza de la «pequeña Venecia», recordando la unión histórica de aquélla con
Diego de Ojeda, uno de los conquistadores de Tierra Firme. La calidad del texto se
circunscribe en informar al lector español de los grandes avances del gobierno de
Pérez Jiménez, así como las potencialidades de la nación latinoamericana y
caribeña, en virtud al Nuevo Ideal Nacional, propuesta como ya hemos anotado
antes, político-ideológica del régimen. Se pueden observar elementos como:

La pequeña Venecia, la Venezuela de Diego de Ojeda, es hoy una de las primeras


naciones de América no sólo por su pasado histórico y por las grandes figuras que
forjaron su independencia, sino por su propio esfuerzo, que le ha dado recia
personalidad; por su perseverancia en el trabajo, manantial de su riqueza; por sus
luchas y sacrificios, que le han fortalecido para agigantarse en el presente y esperar
serenamente el porvenir…11

Llama la atención que el autor, de quien comentaremos algo más adelante,plantea


discretamente que la Venezuela de hoy, la de Pérez Jiménez, es la que ha
despertado después de un sopor, de un dormir histórico previo, de una etapa
político económica estancada:

Dormitaba el pueblo venezolano en el dulce sopor de su vieja lejanía, y a su brusco


despertar ha seguido un impulso amplio y fuerte cuyas realizaciones recientes
proclaman la verdad de su pujanza, Y todo casi sin transición, merced a la obra del
Presidente de la República, general Marcos Pérez Jiménez, quien con la palanca de
su "Doctrina del Bien Nacional" ha levantado a sus compatriotas y los ha unido en
el ideal de hacer de Venezuela una nación digna, próspera y fuerte 12 .

En el texto puede leerse una suma de los logros hechos -y por hacer-del gobierno
venezolano, una explícita loa a la administración de Pérez Jiménez que también
cumplía con informar al público español los grandes cambios que vivía Venezuela:

Las obras que, como las modernas autopistas, los grandes hospitales, las
majestuosas edificaciones universitarias, las numerosas concentraciones escolares,
el vasto conjunto de viviendas para las clases media y obrera, los grandes centros
de colonización agrícola, las canalizaciones del Orinoco y de la Barra del lago de
Maracaibo, los hoteles de primera categoría y tantas otras más…13

En lo seguido, el artículo se extiende para mencionar otros alcances en la


infraestructura nacional, desde las ferrovías hasta las bibliotecas municipales a lo
largo y ancho del país, y luego deja en evidencia los lazos que se tejían entre ambos
países a través de las misiones diplomáticas y visitas oficiales de altos funcionarios:

En Caracas, capital de esta admirable nación, ha pasado unos días el ministro de la


Gobernación, don Blas Pérez González, mensajero del amor de España a esa noble
hija que con tanta rapidez prospera (…) España sigue con sumo interés el viaje del
ministro de la Gobernación a Venezuela, como siguió el del director del Instituto de
Cultura Hispánica, señor Sánchez Bella; el del ministro de Educación Nacional,
señor Ruiz Giménez y el de la Misión militar presidida por el teniente general señor
Palacio, y espera como fruto positivo la mayor compenetración espiritual, cultural y
económica entre ambos países, que desde su gestación, España, y desde su
nacimiento, Venezuela, vienen ostentando el lema que llevan grabado en su
corazón: amor.14
Eduardo Pérez Agudo (geógrafo y miembro consejero de la Hispanidad) quien
escribe el artículo, era catedrático de la Universidad de Barcelona, y debemos
apuntar una cuestión, al momento de firmar el texto que laurea de tal forma al
gobierno de Marcos Pérez Jiménez, añade en su firma «de la Orden del
Libertador», es decir, que a su vez, este universitario de Barcelona, había sido
condecorado con la máxima distinción que se otorga en Venezuela, quedando
demostrado este halo de aproximación político-intelectual entre los dos regímenes.

Queda claro a través de este artículo, el interés de España en Venezuela, en buena


medida por la afinidad política de ambos sistemas, aún cuando ya España vivía la
etapa de inserción en el sistema internacional, es indudable la intensidad de una
compenetración que en ocasiones es posible leer como colaboracionismo en ambas
direcciones de un régimen con otro. Es importante acotar que aunque en la escena
internacional existieron entre ambas naciones varios puntos de encuentro en lo
político, los dos regímenes se diferenciarían radicalmente en lo doméstico. Había
una conveniencia política, como se deja ver en el telegrama citado al principio
(sobre la programación de Radio Nacional de España) a la hora de presionar en la
península a los disidentes venezolanos, pero, en la propia Venezuela se permitía a
cierto grupo de los exiliados políticos españoles mantener sus perfiles identitarios a
la vista, como es el caso, por ejemplo, de los nacionalistas vascos. Por razones
políticas obvias, la agenda migratoria del Ministerio del Trabajo e Inmigración de
Venezuela ante los republicanos socialistas, comunistas y anarquistas mantenía
todas las precauciones: «En Venezuela la inmigración tuvo un carácter muy
selectivo, dadas las condiciones establecidas por las instituciones venezolanas a fin
de recibir a trabajadores cualificados, católicos y nacionalistas...» 15

Las alianzas que se establecían entre las dos dictaduras, además de asirse de la
presunta unión idiosincrática -en lo religioso por ejemplo-llegaba como es de
esperar, hasta guiños en lo militar, los cuales no se dejaron pasar por debajo de la
mesa, sin que la opinión pública española se enterase. Destaca en este sentido el
artículo del 26 de junio de 1956 sobre la condecoración que le hace el gobierno de
Venezuela al ministro del aire español, donde en los discursos del embajador y del
ministro abundan las loas mutuas entre los regímenes. Un detalle que necesario de
subrayar es el discurso del embajador venezolano Simón Becerra, felicitando al
militar español teniente general González Gallarza, por su destacada carrera aérea
antes y durante el franquismo:

Me proporciona este acto la oportunidad de hacer una recordación grata en la vida


del teniente general González Gallarza. Este gran soldado se inició en el año 20 en
las Fuerzas Aéreas. Con una decidida vocación a la causa de su Patria y a la
Aviación, empezó a descollar con méritos sobresalientes. Es aquel arriesgado piloto
que en 1923 realizó el famoso raid Madrid-Filipinas; es el mismo que, después,
propuso, con dos oficiales más, el raid aéreo sobre el Atlántico. Después, como
combatiente de Marruecos, sufre las heridas de que hablan sus cicatrices, y, más
tarde, contribuyó con aquel famoso Regimiento "J-l-51", a formar este Estado que
hoy, tan dignamente representa el Generalísimo Franco. Tiene el teniente general
González Gallarza un brillante historial. Es un magnífico soldado del Aire…16

Se trataba de la condecoración de la Cruz de las Fuerzas Aéreas en primera clase. El


embajador, como se habrá leído, honra la historia militar previa de este aviador, así
como el régimen que ha defendido. El diplomático aprovecha la ocasión para dejar
claro que la colaboración en la formación militar mutua será una realidad entre las
dos naciones. El dato que se recoge en las palabras del embajador venezolano deja
entreabierta la pregunta obvia ¿hasta qué punto se realizó alguna fase de esa
política militar conjunta? Para muestra de los continuos guiños que se venían
haciendo entre el estamento militar de ambas naciones, basta acotar una nota de la
prensa gráfica del ABC17 de un año antes, donde se destaca un gran lienzo hecho
por la hija del general español Barrera Cabanellas -ya fallecido entonces-a Marcos
Pérez Jiménez, invitada doña Pilar Barrera Cabanellas, con carácter oficial, a la
república venezolana para hacer entrega de la obra. La fotografía de la pintura de
gran formato muestra a Pérez Jiménez montado en un caballo azabache de buen
porte, el general venezolano uniformado de gala militar en un primer plano, y la
pujante urbe caraqueña en un segundo plano.

Dentro del mismo ánimo de simpatías y colaboración entre los dos regímenes y en
específico dentro de la esfera de las Fuerzas Armadas de Venezuela y España, el
ministro venezolano de Relaciones Exteriores Loreto Arismendi, le impuso la
Orden del Libertador, al ministro del Ejército español, teniente general Muñoz
Grandes, el sábado 13 de octubre de 1956. Señalábamos al principio que Muñoz
Grandes comandó durante su primer año la incursión de la División Azul en Rusia.
La naturaleza del protocolo del acto oficial demuestra la fortaleza pretendida entre
los dos gobiernos. Asistieron en el hotel Ritz el presidente de las Cortes y Consejo
del Reino, Esteban Bilbao, los ministros de Asuntos Exteriores, Alberto Martín
Artajo, Obras Públicas, conde de Vallellano, Ejército, teniente general Muñoz
Grandes, Aire, teniente general González Gallarza, Gobernación, Blas Pérez
González, Hacienda, Francisco Gómez de Llano, Educación Nacional, Jesús Rubio
y de Industria Joaquín Planell. Las palabras de Loreto Arismendi escurren en una
reivindicación, supuestamente histórica, de las dos naciones, impresas con gran
cantidad de simbolismos, ajustados a la fuerza de un mensaje ciertamente
propagandístico y cómplice con los orígenes de la dictadura franquista:
El gobierno de la República de Venezuela ha hecho reconocimiento de vuestros
esclarecidos títulos al otorgaros la condecoración. Es para mi motivo de singular
satisfacción cumplir el honroso encargo que diera el primer magistrado de mi país,
general Marcos Pérez Jiménez, de colocar en vuestro pecho las insignias
correspondientes. Soy intérprete en este acto de una evidente expresión de la
justicia, porque representáis, con extenso haber de méritos, un vivo ejemplo de
virtudes ciudadanas. Habéis sabido, en efecto, desde los días que formasteis parte
del Ejército español en Marruecos, robustecer, contribuyendo a darle brillo, la
hermosa tradición española que es capítulo imborrable de la historia del mundo.
Está seguro el Gobierno de mi país de que V.E. tendrá con la debida estima la
condecoración que os entrego, ya que ella simboliza, además, una prueba de la
amistad y el afecto que Venezuela siente por España. 18

Una vez más, si se ha notado a lo largo de la documentación hemerográfica, la


respuesta de la parte homenajeada española alude inmediatamente a una serie de
elogios que tienen que ver con las riquezas del país, y una especie de comunión de
la raza castellana en virtud del credo político-religioso compartido:

Mas junto a esta gratitud honda y sincera yo quiero, señor ministro, hacer llegar a
vuestro ánimo la admiración que nuestro Ejército y toda España sienten por esa
noble nación de Venezuela que, dotada por la Providencia de inmensos tesoros
materiales, tanto en la fertilidad de sus tierras como en las entrañas del subsuelo,
ha sabido no deslumbrarse ni envanecerse dedicando inteligentemente sus
mayores afanes desde el primer momento a cultivar los valores espirituales de
nuestra raza, mejorando la condición humana de sus hijos con el
perfeccionamiento y creación constante de esas universidades y centros de cultura
que tanto o más que la explotación de aquellos tesoros han de contribuir a la
grandeza de vuestra patria y al bienestar de la humanidad. Que Dios os acompañe
en tan formidable empeño y yo os ruego hagáis llegar a vuestro presidente, general
Marcos Pérez Jiménez, y a todo el Gobierno, mi reconocimiento más profundo por
el honor recibido, y para mis compañeros del Ejército venezolano, al que deseo las
mayores felicidades, os pido les llevéis este abrazo que yo os doy y en el que pongo
todo mi corazón.19

El lugar de encuentro entre los dos regímenes no se resumía nada más a lo militar,
al parecer, un importante nicho estratégico para ambos gobiernos. También
atravesaba umbrales con mayor carga simbólica e histórica, con la cual se entrevé
una relación política que pretendía hurgar las raíces de lo hispanoamericano como
un proceso continuo desde el siglo XV, que llegaba a su clímax con las dos
dictaduras en pleno tránsito del siglo XX. El 14 de febrero de 1957, en la prensa
gráfica del ABC destacan en una fotografía el acto de entrega de una reproducción
de la carta de Cristóbal Colón a los Reyes Católicos, donde el Almirante informaba
la noticia universal del arribo a un nuevo mundo. El acto de la entrega del facsímil
de la carta a marcos Pérez Jiménez se realizó en el Palacio de Miraflores, donde
Martín Artajo, presidente del Patronato del Instituto de Cultura Hispánica y Valdés
Larrañaga, embajador de España en Caracas, oficiaron el protocolo. 20

La mutua simpatía entre los regímenes supuso una gran cantidad de guiños y
salutaciones, como se ha notado a lo largo de esta mirada a la prensa española. Vale
continuar destacando situaciones como la del jueves 1 de abril de 1954, cuando es
envestido Pérez Jiménez con la Gran Cruz del Mérito Militar por su homólogo
español en virtud de la conmemoración del Día de la Victoria, fecha clave del
calendario franquista que celebraba la amarga derrota de la República española 21.
Al otro lado del océano se homenajeaba también, con gran pompa, al ministro
español de la Gobernación, Blas Pérez en Caracas: «… a su llegada a la capital
venezolana, ha revestido caracteres de acontecimiento verdaderamente
extraordinario, señalándose en los medios periodísticos que no se recuerda una
acogida tan entusiástica a ninguna otra personalidad extranjera de las que han
visitado Caracas.»22

La retórica a lo largo de más de cuarenta y cinco artículos, reseñas, semblanzas,


notas y fotorreportajes en los periódicos La Vanguardia Española y el ABC,
guarda en su totalidad un ritmo escritural similar. Abundan las loas sobrecargadas
de sentimentalismos, simbología y referentes de lo panhispánico. El discurso
periodístico entre 1954 y 1957 es un recuento de eventos diplomáticos y
protocolares de los gestos de amistad y admiración, adornados por los redactores
de prensa y articulistas, de una forma, si se quiere, florida: «General Marcos Pérez
Jiménez… la riqueza y el auge de esta gran nación alcanzan ritmo creciente bajo su
Gobierno»23 , «Dormitaba el pueblo venezolano en el dulce sopor de su vieja
lejanía, y a su brusco despertar ha seguido un impulso amplio y fuerte cuyas
realizaciones recientes proclaman la verdad de su pujanza, Y todo casi sin
transición, merced a la obra del Presidente de la República, general Marcos Pérez
Jiménez…»24 Llama la atención que este estilo una vez derrocado el presiente
venezolano, cambia radicalmente. Este fragmento de La Vanguardia Española no
tiene desperdicio:

La suerte del general Marcos Pérez Jiménez es bien poco envidiable. El proceso de
su extradición, largamente madurado, no ha hecho sino exacerbar el odio que en su
país se le profesa generalmente y el que ahora le espera en Caracas con seguridad
no estará teñido de benevolencia. Aparte de sus errores políticos, mucho más
importantes que sus aciertos, según la opinión casi unánime, en el orden
puramente personal el ex presidente no gozaba de simpatías, ni siquiera en el
circulo estrecho de quienes fueron sus colaboradores o compinches, dicho sea en el
lenguaje vulgar que el venezolano de la calle prefiere. Su gestión presidencial, al
margen de la propaganda que para acabar de hundirlo en el desdén de sus
compatriotas han montado los equipos de Betancourt, su gran adversario liberal, se
caracterizó por rasgos de crueldad y frivolidad pecaminosa poco comunes y, sobre
todo, por una venalidad de difícil parangón. El botín dinerario que se llevo al exilio
lo acredita así cumplidamente y es en justa consecuencia de semejante escandalosa
depredación…25

El presidente de Venezuela en menos de un lustro bajó notablemente de categoría


en la visión de la prensa franquista. De gestor del desarrollo y el progreso de una
gran nación, a depredador cruel, frívolo y pecaminoso. No sólo el presidente
venezolano es descendido de categoría en la nueva perspectiva mediática de los
periódicos franquistas; también el pueblo de Venezuela pasó a ser de un pujante
y prometedor colectivo nacional a venezolanos que prefieren el lenguaje vulgar a la
hora de expresarse políticamente.

Poco menos de ocho años antes, el vicepresidente del senado venezolano Jesús
Antonio Cova expresaría en Madrid sus gratas impresiones sobre la prensa de la
España de Franco: «Se refirió luego el señor Cova a la Prensa española, para la que
tuvo encendidas frases de elogio. "Puedo decirles -continuó-que la considero entre
las mejores del mundo. Su sensatez, su criterio justo y atinado de información,
hace que sea considerada en muchos aspectos como, modelo."»26

Palabras finales

Aunque este estudio trata de un muestreo de la prensa española franquista,


enfocado en los dos rotativos más importantes de la península, logramos
comprender la dinámica que sufre la verdad y la información en el prisma de los
órganos masivos de información, gestores de la opinión pública. En menos de un
lustro se nota el auge y la caída de la imagen del dictador venezolano en la
perspectiva mediática española. Pérez Jiménez pasa de un puesto privilegiado
entre las naciones aliadas de la España de Franco, a un depredador.

Por otro lado el contexto internacional en la década de los cincuenta fue más
favorable para España que en los años anteriores. Se trataba pues de la época en
que el franquismo empezaba a ser absuelto por la comunidad internacional que
años antes intentaba aislar la dictadura, así que Franco no tenía graves
compromisos con la Venezuela perezjimenista que la obligara a asumir una
posición definidamente crítica con la incipiente democracia liberal que comenzaba
para los venezolanos en la década de los sesenta. Ese aspecto queda demostrado en
este muestreo hemerográfico una vez que el aparato de censura del régimen -aún
robusto y vigoroso-no actúa, no interviene para rescatar la imagen en
descomposición de Marcos Pérez Jiménez.

A pesar de la activa diplomacia entre las dos dictaduras, que alcanzaron altos
niveles de encuentro ideológico, no había necesidad de mantener una posición
determinada, producto de las evidentes simpatías, posiblemente gracias a la
naturaleza del nuevo contexto de las relaciones internacionales, y sobre todo, la
administración de Kennedy y su significado -mediático-para el proceso de
democratización de las Américas. La España de Franco debía ser coherente con las
exigencias políticas de Estados Unidos en la región latinocaribeña, y la caída
sucesiva de los regímenes dictatoriales afines al franquismo en décadas anteriores,
pudo ser una suerte de freno a una política de hispanoamericanismo para ver el
nacimiento del panamericanismo. Esto siempre perturbó a los intelectuales
latinoamericanos quienes abogaron por fortalecer la comunión hispanoamericana
ante la imposición panamericana anglosajona, al punto de intentar una literatura
histórica regeneradora de los valores hispanos ancestrales -todo lo contrario a la
intelectualidad decimonónica-, tal como Mario Briceño-Iragorry, y más temprano
Rufino Blanco-Fombona y Rubén Darío, entre tantos otros.

Sin embargo, en una perspectiva general y tal vez más amplia, el contexto de guerra
fría terminaba delimitando en grandes trazos un mundo partido por un solo
interés: la lucha contra el comunismo; y si bien las dictaduras en España,
Latinoamérica y el Caribe contravenían los principios de la democracia liberal,
dieron resultados favorables en la guerra política contra el comunismo.

Finalmente, toda aquella comunión ideológica y política, de casi una década de


buenas relaciones entre las dictaduras española y venezolana, rindió frutos para el
exilio de Marcos Pérez Jiménez en la vieja aliada. Vivió rodeado de lujos en la
Moraleja de Madrid. El exdictador y su familia se vincularon tempranamente con la
élite peninsular y fue España su refugio y a la vez base de operaciones en sus
intentos de reaparición en la política venezolana, que al término de su vida no
rindieron mayores resultados.

Notas

1
 CARRILLO LÓPEZ Marc, “El marco jurídico-político de la libertad de prensa en la
transición a la democracia en España (1975-1978)”, en Historia Constitucional,
núm. 2 (2001) pp. 4-11.

2
 Como fue la Legión Cóndor, el apoyo aéreo nazi alemán al ejército terrestre de
Franco durante la guerra civil. Asimismo hubo un apoyo logístico, como el
transporte de tropas, suministros, artillería y carros de combate (sobre todo Panzer
I). El caso paradigmático en cuanto a su repercusión internacional e histórica fue la
Operación Rügen, nombre clave del bombardeo de Guernica, la villa vasca de 7000
habitantes, el 26 de abril de 1937. Fue la primera acción de la fuerza aérea nazi con
el objetivo primordial de asesinar población civil, para lograr así un efecto de
desmoralización en la resistencia vasca.

3
 ENRICH Silvia, Historia diplomática entre España e Iberoamérica en el contexto
de las relaciones internacionales (1955-1985), Madrid: Ediciones de Cultura
Hispánica, 1989, pp. 68-69.

4
 Ibíd.

5
 GIL Julio, La política exterior del franquismo. Entre Hendaya y El Aaiún,
Barcelona: Ediciones Flor del viento, 2008, p. 307.

6
 La concepción ideológica del Nuevo Ideal Nacional la propuso el ideólogo y
ministro del régimen venezolano Vallenilla-Lanz al plantear que «La fórmula poco
importa porque ella ni da ni quita capacidades. El problema es de fondo, cultura
contra barbarie, llámese ésta demagogia o tiranía, y para alcanzar la victoria es
necesario movilizar todos los recursos, todas las reservas, todas las energías de la
nación». El Nuevo Ideal Nacional era la fórmula del gobierno desarrollista del
perezjimenato, donde el Estado por primera vez haría del fondo de capital -fruto de
varias décadas de exploración y explotación petrolífera- una agenda de inversión
nacional en toda la infraestructura del país.

7
 PARDO SANZ Rosa, Con Franco hacia el imperio, Madrid: UNED, 1994, p. 123.

8
 En una semblanza de los presidentes de América Latina y el Caribe, el ABC se
refiere al coronel Carlos Castillo Armas, militar golpista que derroca al gobierno de
Arbenz de esta forma: «Su triunfo contra el Gobierno comunistoide de Arbenz fue
clamoroso, y sus afanes tienden a la reconstrucción de su patria.» ABC, 12 de
octubre de 1955.

9
 Archivo Histórico de Miraflores, 28 serie A, caja 27. Inventario. Epístola con
memorándum anexo. Vistor Cediilo. Miraflores, 2 de febrero de 1954.

10
 Ibíd.

11
 “Venezuela”, La Vanguardia Española, sábado, 10 de diciembre de 1955, p. 7.

12
 Ibíd.
13
 Ibíd.

14
 Ibíd.

15
 UGALDE Alexander, La acción exterior del nacionalismo vasco: Historia,
pensamiento y relaciones internacionales, Bilbao: Instituto Vasco de
Administración Pública, 1196, p. 672.

16
 “El gobierno de Venezuela condecora al Ministro del Aire español”, La
Vanguardia Española, martes 26 de junio de 1956, p. 4.

17
 “Otras notas gráficas de actualidad”, ABC, Madrid 12 de junio de 1955, p. 43.

18
 “Imposición al teniente general Muñoz Grandes del Gran Cordón de la Orden del
Libertador”, ABC, Madrid 14 de octubre de 1956, p. 71.

19
 Ibíd.

20
 “Obsequio español al presidente venezolano”, ABC, Madrid 14 de febrero de
1957, p. 5.

21
 “Condecoraciones concedidas por el Jefe del Estado con motivo del Día de la
Victoria”, La Vanguardia Española, 1 de de abril de 1954, p. 18.

22
 “Don Blas Pérez ha sido objeto de un entusiasta recibimiento en Caracas”, La
Vanguardia Española, 1 de diciembre de 1955, p. 19.

23
 ABC, Madrid 12 de octubre de 1955, p. 9.

24
 La Vanguardia española, 10 de diciembre de 1955, p. 7.

25
 “Una extradición y una prisión”, La Vanguardia Española, 14 de agosto de 1962,
p. 11.

26
 “Declaraciones del vicepresidente del Senado de Venezuela”, la Vanguardia
Española, 27 de octubre de 1954, p. 4.

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