Primer Viaje de Pablo

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El Primer Viaje Misionero de Pablo – 13:1-14:28

El Llamado al Ministerio

1En la iglesia que estaba en Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simón
llamado Niger, Lucio de Cirene, Manaén, que se había criado con Herodes el
tetrarca, y Saulo. 2Mientras ministraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo
dijo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado.
3Entonces, después de ayunar, orar y haber impuesto las manos sobre ellos, los
enviaron.
- Hechos 13:1-3

Lo que leemos aquí realmente es el tercer paso en el llamado de Pablo al


ministerio. Su llamado al ministerio da un patrón para quienes sienten el llamado
al ministerio a tiempo completo pero no están seguros si su llamado viene
legítimamente de Dios.

Al estudiar la vida de Pablo vemos tres etapas en su llamado al ministerio:

El Llamado: Esto describe la manera en que Dios ha llamado/dirigido/guiado a una


persona al ministerio tiempo completo. Pablo fue llamado milagrosamente (cegado,
escuchó la voz del Señor, sanado de esta ceguera - Hechos 9:3-9; 17) pero esta
manera de su llamado es la excepción, no la regla. Para la mayoría de las personas
el llamado empieza con un deseo o una oportunidad de servir de alguna manera que
crece con el tiempo. En muchas instancias toma la forma de retroalimentación
positiva de miembros o líderes de la iglesia que ven en esta persona un talento y
lo animan a desarrollarlo en servicio al Señor. Muchos ministros entran al
ministerio tiempo completo porque ven una gran necesidad en la iglesia (o entre
personas perdidas) y sienten la obligación de suplir esa necesidad (aún si no se
sienten preparados o calificados). Sin importar la manera del llamado, una
característica es la misma para todos: el sentimiento de la persistencia del
llamado hasta que lo contestan. Algunos luchan con ese sentimiento por años y aún
cuando eligen hacer otra cosa con sus vidas, continúan sintiendo el llamado de vez
en cuando.

La Consagración: La consagración (el apartarse para) es el tiempo que la persona


usa en preparación para su ministerio. En el caso de Pablo había un período de
aproximadamente 10-12 años entre su llamamiento y el principio de su ministerio a
los gentiles en su primer viaje misionero. Durante ese tiempo estuvo tres años en
el desierto de Arabia recibiendo enseñanzas del Espíritu de Cristo (Gálatas 1:11-
17), viajó a Jerusalén, y volvió a su pueblo natal de Tarso para cuatro años más
(Hechos 9:30), entonces fue reclutado por Bernabé a ir y enseñar a la iglesia en
Antioquía por un año entero. Finalmente, él y Bernabé llevan comida y ayuda a
Jerusalén después de una hambruna de dos años que habían experimentado en la región
(Hechos 12:25). El periodo de consagración de Pablo consistía en recibir enseñanza
del Señor, enseñar en la iglesia en Antioquía, viajar y reunirse con varios
Apóstoles y líderes de la iglesia y liderar un programa de benevolencia para ayudar
a la iglesia en Jerusalén. Fue un periodo de diez años de capacitación y
preparación para el ministerio que le fue dado originalmente cuando se convirtió.
Hoy, tenemos escuelas de predicadores auspiciadas por varias congregaciones en
nuestra hermandad, también hay universidades donde una persona (hay muchos
ministerios a tiempo completo abiertos a mujeres) quien ha recibido un llamado
puede prepararse para el ministerio. Algunos se confunden pensando que tienen que
empezar el momento en que reciben el llamado. El tiempo de consagración es
importante porque generalmente sirve para confirmar si el ministerio realmente es
la vocación de uno.

La Encomendación: La encomendación al ministerio es lo que ocurre en Hechos 13:1-3.


El Espíritu Santo, por medio de la iglesia (sus líderes y maestros) encomiendan,
mandan o autorizan a Pablo y Bernabé a llevar el evangelio al mundo. Esta escena
nos enseña que Dios trabaja por medio de Su iglesia. El Señor llamó a Pablo en
camino a Damasco pero al momento de empezar su ministerio Dios usa la iglesia para
encomendarlo ya que no podía encomendarse a sí mismo. El punto aquí es que nadie
puede designarse posiciones en la iglesia. Por ejemplo, no hay ancianos auto
nombrados en la iglesia (ellos son designados y capacitados por los evangelistas
- Hechos 14:23; Tito 1:5). No hay evangelistas auto nombrados en la iglesia (ellos
son designados por los ancianos – 1 Timoteo 4:14). No hay diáconos auto nombrados
en la iglesia (ellos son seleccionados por la iglesia y confirmados por los
ancianos - Hechos 6:3-6). No hay misioneros auto nombrados en la iglesia (ellos son
capacitados por la iglesia y mandados por los líderes - Hechos 13:1-3). Vemos que
esto ocurre con Pablo y Bernabé como los primeros misioneros confirmados y mandados
por la iglesia, y se continua con este método hasta el día de hoy en la iglesia del
Señor. No es un certificado de estudios o un título universitario que autoriza a
una persona para ser evangelista, maestro o misionero. Es la encomendación por la
iglesia que manda o confirma tanto el llamado como la consagración al servicio del
Señor en y para Su iglesia

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