Resumen VAN DIJK, T. El Análisis Crítico Del Discurso

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El análisis crítico del discurso

Teun A. van Dijk


¿Qué es el análisis crítico del discurso?
Es un tipo de investigación analítica sobre el discurso que estudia el modo en que el
abuso del poder social, el dominio y la desigualdad son practicados, reproducidos y,
ocasionalmente, combatidos, por los textos y el habla en el contexto social y político.
Los analistas del discurso y la sociedad
Es importante el papel de los analistas críticos del discurso en la sociedad. Como
todos los investigadores, los analistas críticos del discurso deberían ser críticos de sí
mismos y de los demás en su propia disciplina y profesión.
Los analistas aspiran a producir conocimiento y opiniones. Los investigadores
críticos, con frecuencia, estarán al lado de los distintos grupos y gentes socialmente
dominados en el mundo. El abuso de poder de los grupos e instituciones dominantes
puede ser críticamente analizado desde una perspectiva que es coherente con la de
los grupos dominados. El análisis crítico del discurso es, así, una investigación que
intenta contribuir a dotar de poder a quienes carecen de él, con el fin de ampliar el
marco de la justicia y de la igualdad social.
Análisis del discurso críticos vs. Análisis del discurso acríticos
En las investigaciones más avanzadas, frecuentemente se descalifica y margina a la
investigación crítica tachándola de “política” y, por lo tanto, de “acientífica”. Sin
embargo, el análisis crítico del discurso rechaza tal evaluación: subraya que toda
investigación es política, incluso si no toma partido en asuntos y problemas sociales.
Ante todo, el análisis crítico del discurso se ocupa de problemas sociales y asuntos
políticos.
Para abordar dichos problemas, la investigación se apoya en su carácter
interdisciplinar, porque el uso del lenguaje posee dimensiones cognitivas,
emocionales, sociales, políticas, culturales e históricas intrínsecamente conectadas.
El análisis crítico del discurso proporciona detallados y sistemáticos análisis de las
estructuras y estrategias de texto y habla, y de sus relaciones con los contextos
sociales y políticos.
Algunos principios básicos del ACD:
- Trata problemas sociales.
- Las relaciones de poder son discursivas.
- El discurso constituye la sociedad y la cultura.
- El discurso hace un trabajo ideológico.
- El discurso es histórico.
- El enlace entre el texto y la sociedad es mediato.
- El análisis del discurso es interpretativo y explicativo.
- El discurso es una forma de acción social.
Marcos conceptuales y teóricos
La mayor parte de los tipos de análisis críticos de discurso plantearán cuestiones
sobre el modo en el que se despliegan estructuras específicas de discurso en la
reproducción del dominio social. Así, el vocabulario típico de muchas investigaciones
presentará nociones como “poder”, “dominio”, “hegemonía”, “ideología”, “clase”,
“género”, “discriminación”, “intereses”, “estructura social”, “orden social”, etc.
 Macro vs. Micro.
El discurso, y otras interacciones cumplidas por actores sociales, pertenecen a lo
que se suele llamar “macro nivel” del orden social. En cambio, las instituciones, los
grupos y las relaciones de grupos y, por tanto, el poder social, componen el “micro
nivel” del orden social. Es necesario salvar la distancia entre el nivel macro y micro,
puesto que el análisis crítico pretende estudiar cómo el discurso está involucrado en la
reproducción del poder social.
A fin de vincular el discurso con la sociedad, en general, y con la desigualdad social,
en particular, necesitamos un marco teórico que nos haga capaces de enlazar los
niveles de descripción.
Algunas maneras en las que niveles diferentes del análisis social pueden
relacionarse:
a) Miembro de un grupo: los actores sociales y los usuarios del lenguaje se
involucran en el texto y en el habla como individuos y, al mismo tiempo, como
miembros de variados grupos sociales, instituciones, etc.

b) Relaciones entre acción y proceso : las acciones de los niveles más bajos
pueden conformar directa o indirectamente procesos sociales o relaciones
socialmente globales entre grupos. Escribir un reportaje es un acto constitutivo
de la producción de un periódico o de un noticiario de televisión por parte del
colectivo de periodistas de un periódico o de una cadena de televisión.
c) Contexto y estructura social : los participantes actúan en situaciones sociales, y
lo usuarios del lenguaje se implican en el discurso dentro de una estructura que
ellos consideran o que hacen relevante en la situación social (parte de un
“entorno” social más amplio como las instituciones, los periódicos cronológicos,
los lugares, las circunstancias sociales y los sistemas).

d) Representaciones socio-mentales: los actores, las acciones y los contextos son


contractos mentales y constructores sociales. Las identidades de las personas,
en tanto, miembros de grupos sociales, las forjan, se las atribuyen y las
aprehenden los otros, y son, por tanto, no solo sociales, sino también mentales.
Los contextos son constructores mentales (modelos) porque representan lo
que los usuarios del lenguaje construyen como relevante en la situación social.
En definitiva, los niveles micro y macro del análisis pueden ser articulados a partir de
dimensiones superiores de los acontecimientos de comunicación: los actores, sus
acciones, las mentalidades y sus contextos.
El poder como control
Definiremos el poder social en términos de control. Así, los grupos tiene más o
menos poder si son capaces de controlar más o menos los actos y las mentes de los
miembros de otros grupos. Esta “habilidad” presupone el acceso privilegiado a
recursos sociales escasos, tales como la fuerza, el dinero, el estatus, la fama, el
conocimiento, la información, la “cultura” o, incluso, varias formas de discurso público
y de la comunicación.
Nuestras mentes controlan nuestra acción. En este sentido, si somos capaces de
influenciar la mentalidad de la gente, como sus conocimientos o sus opiniones,
podemos controlar indirectamente algunas de sus acciones. Puesto que las mentes de
la gente son influidas por los textos y por el habla, descubrimos que el discurso puede
controlar, al menos indirectamente, las acciones de la gente.
Aquellos grupos que controlan los discursos más influyentes, también tiene más
posibilidades de controlar las mentes y las acciones de los otros.
a) ¿Cómo los grupos más poderosos controlan el discurso?
b) ¿Cómo tal discurso controla la mente y la acción de los grupos menos
poderosos? ¿Cuáles son las consecuencias sociales de este control?
A fin de comprender la disidencia y la oposición necesitamos saber cómo los grupos
dominados son capaces de resistir frente al control del discurso, de la mente y de la
acción, o de adquirirlo.
El acceso al discurso y su control
Los miembros de grupos o instituciones socialmente más poderosos disponen de un
acceso más o menos exclusivo a uno o más tipos de discurso público, y del control
sobre ellos. Así, los profesores controlan el discurso académico, los maestros el
discurso educativo institucional, los abogados el discurso legal, etc. Aquellos que
disponen mayor control sobre más y más influyentes discursos son, según esta
definición, más poderosos.
Dijimos que el contexto es la estructura mentalmente representada de aquellas
propiedades de la situación social que son relevantes para la producción y la
comprensión del discurso. Controlar el discurso implica determinar el estatuto de la
situación comunicativa, decidir sobre el tiempo y el lugar del acontecimiento
comunicativo, o sobre qué participantes pueden o deben estar presentes en él, y en
qué papales, o sobre qué conocimientos. En este sentido, el análisis crítico del
discurso se ocupa, específicamente, de aquellas formas de control del contexto que
trabajan en favor de los intereses del grupo dominante.
Además, los miembros de grupos poderosos pueden decidir sobre los posibles
géneros del discurso o actos de habla de una ocasión concreta. Así, por ejemplo, un
profesor y un juez puede requerir una respuesta directa de un estudiante o un
sospechoso, y no una historia personal o un debate. Es vital para todo discurso y
comunicación quién controla los temas y los cambios de tema, como cuando los
editores deciden qué asuntos noticiables serán cubiertos.
En definitiva, todos los niveles de la estructura del texto y del habla pueden ser más
o menos controlados por hablantes poderosos, y puede abusarse de dicho poder.
El control de la mente
Controlar las mentes de la gente es, junto con el control del texto y el contexto, el
medio fundamental para reproducir el dominio y la hegemonía.
La mayor parte de nuestras creencias sobre el mundo las adquirimos a través del
discurso. El control discursivo de la mente es una forma de poder y de dominio si tal
control se realiza en interés de los poderosos y si los receptores no tienen
“alternativas” (otras fuentes habladas o escritas, otros discursos, ni otras opciones que
escuchar o leer). Tal falta de alternativas es una limitación de la libertad de los
receptores, y limitar la libertad de otros, especialmente, en el propio interés, resulta
ser una de las definiciones del poder y del dominio.
Analizar la mente
Una distinción útil es la que suele establecerse entre memoria personal y memoria
social:
- Memoria personal: consiste en la totalidad de nuestras creencias personales,
conocimientos y opiniones. Es ampliamente autobiográfica: ha sido acumulada
durante nuestra vida a través de nuestras experiencias, incluyendo
acontecimientos comunicativos en los que hemos participado. Además de
conocimiento personal sobre nosotros mismos, sobre otras gentes, objetos o
lugares, presenta creencias sobre hechos específicos en los que hemos
participado o sobre los que hemos leído, incluyendo las opiniones que tenemos
sobre ellos. Estas representaciones memorísticas subjetivas de
acontecimientos específicos se denominan modelos mentales; entender e
interpretar un texto es reconstruir tales modelos. Este modelo mental es lo que
definimos como contexto: la construcción subjetiva de las propiedades de la
situación social que son relevantes para el discurso.

- Memoria social: tradicionalmente llamada “memoria semántica”. Consiste en


las creencias que poseemos en común con otros miembros del mismo grupo o
cultura, que, en ocasiones, se denominan “representaciones sociales”. Estas
creencias pueden ser más específicas o generales y abstractas. Así, la gente
puede compartir conocimientos específicos o generales sobre hechos
históricos concretos. Porque se comparten socialmente, las creencias sociales
son igualmente patrimonio de la mayoría de los miembros individuales de
grupos y culturas, y, por tanto, influencian sus creencias personales sobre
acontecimientos del mundo, es decir, sus modelos mentales. De hecho, somos
incapaces de construir un modelo, de entender un acontecimiento específico, y,
por ello, de comprender un discurso, si no disponemos de un conocimiento
social abstracto y general. Una vez que somos capaces de influenciar las
creencias sociales de un grupo, podemos controlar indirectamente las acciones
de sus miembros; es, por esto, el tipo de control de la mente más influyente.
Por otra parte, cabe distinguir entre el conocimiento social y las opiniones sociales:
- Conocimiento social: lo componen aquellas creencias que los miembros de un
grupo o cultura consideran verdaderas, de acuerdo con los criterios de verdad
históricamente cambiantes.

- Opiniones sociales: son creencias evaluativas, que están basadas en normas y


valores. Grupos diferentes pueden estar en desacuerdo sobre opiniones, las
cuales no se presuponen, sino que se afirman y defienden. Las opiniones
sociales pueden diferir de un grupo social a otro, dependiendo de sus
respectivas ideologías. No obstante, tales diferencias de opinión suelen
presuponer un conocimiento compartido: podemos estar en desacuerdo sobre
si el aborto es bueno o malo, pero todos nosotros sabemos más o menos en
qué consiste.
Las estrategias discursivas del control de la mente
La influencia discursiva puede deberse tanto al contexto como a las propias
estructuras del texto y del habla.
 Influencia del contexto.
El análisis critico del discurso se centra en aquellas propiedades de las situaciones
sociales y, en efecto, sobre los modelos preferenciales de contexto, que contribuyen al
control ilegítimo de la mente.
Un caso típico de control de la mente basado en el contexto es el abuso de poder y
de sus recursos sociales (fuerza, ingresos, estatus, conocimiento, competencia, etc.)
destinado a realzar las propias credibilidad y legitimidad.
En términos generales, el control de la situación social por los grupos dominantes
puede conducir a modelos de contexto que hacen aparecer su discurso como más
creíble, mediante la eliminación o el desprestigio de fuentes alternativas de
información y opinión.
 Cómo el discurso controla la mente.
Modos en que algunas propiedades del discurso son capaces de controlar la mente:
I. Temas: organizan globalmente el significado del discurso. Las proposiciones
relevantes serán colocadas en una posición más alta, en la jerarquía del
modelo, que las proposiciones menos importantes.
II. Esquemas discursivos: organizan las categorías convencionales que definen la
forma; pueden enfatizar o subrayar información específica. El simple hecho de
que una información sea transmitida en un titular o en una conclusión consigue
asignar a tal proposición una posición más relevante y hacer que sea mejor
memorizable y, en consecuencia, más persuasiva.

III. Significado local: los significados locales del discurso influyen en la información
local de los esquemas mentales. Así, el conocimiento presupuesto o
establecido en el discurso puede requerir que los receptores establezcan
hechos o relaciones similares entre ellos, en sus modelos.

IV. Estilo: las estructuras léxicas y sintácticas de superficie son susceptibles de


variar en función del contexto.

V. Recursos retóricos: como los símiles, las metáforas, los eufemismos, etc., no
influencias el significado, sino que lo resaltan o difuminan y, con ello también,
la importancia de los acontecimientos en un modelo de acontecimiento.

VI. Actos de habla: son definidos en función de los modelos de contexto.

VII. Múltiples dimensiones interaccionales del discurso : como la distribución de los


turnos. Están fundadas en el contexto y en los modelos de acontecimientos e
influencian su puesta al día. El poder y la autoridad de los hablantes, tal y como
los presenta el control de los turnos, pueden, al mismo tiempo, reforzar la
credibilidad de aquellos y, por eso mismo, la construcción de modelos como
“verdaderos”.
La complejidad de las relaciones entre el discurso y el poder
Los grupos poderosos tienen acceso preferente al discurso público y lo controlan y, a
través del discurso, controlan las mentes del público. Esto no solo significa que mucha
gente interpretará el mundo del modo en que los poderosos se lo presentan, sino
también, que actuarán en consonancia con los deseos y los intereses de los
poderosos.
Debido a que el control de la mente y de la acción es lo que define el poder, el
control del discurso confirma y extiende el poder de los grupos dominantes, al igual
que su abuso de este.
No hay un único grupo que controle todo el discurso público por completo; e incluso
si lo hubiera, el discurso puede, frecuentemente, controlar solo marginalmente la
mente de los grupos dominados, y en menor grado, sus acciones. Después de todo,
también los grupos dominados tienen, conocen y siguen sus propios intereses. Y no
solo existen varios grupos poderosos (tal como lo definen el género, la clase, la casta,
la etnia, la raza, la edad, las profesiones, o el control sobre los recursos materiales y
simbólicos), que pueden tener intereses enfrentados; también es posible que algunos
sectores de los grupos de poder sientan y muestren solidaridad con los grupos
dominados y que los apoyen en su lucha contra la desigualdad.
Conclusión
Muchos estudios sociales y políticos sobre el lenguaje, su uso o el discurso, también
tratan cuestiones concernientes al poder y a la desigualdad.
Aunque las nociones cruciales del poder, el dominio y la desigualdad se usan a
menudo, la mayor parte de las perspectivas lingüísticas sobre el discurso rara vez
analizan esas nociones. Muchos estudios se limitaron al análisis del uso de las
palabras, de la sintaxis y de aspectos de la semántica y la pragmática del enunciado.
Debido a que el paradigma crítico se centra en los lazos entre el lenguaje, el discurso
y el poder, las dimensiones sociales y políticas han recibido en él una atención casi
exclusiva.

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