Los Presocráticos
Los Presocráticos
Los Presocráticos
Para Pitágoras el arjé de las fisis es el número, por eso todo cuanto
ocurre en el universo es organizado y armónico- la armonía de las
esferas-. El mundo es una gran ecuación matemática. Les atribuyen
cualidades mágicas a ciertos números, como por ejemplo, el 7; el número
10, en cambio, supone la perfección. Decían que de las figuras
geométricas, la más perfecta era la esfera. Además, todo cuanto acontece
en el universo de forma regulada y armónica vuelve a repetirse
infinitamente hasta en sus más mínimos detalles. Es el eterno retorno.
La visión que Pitágoras posee del ser humano tiene una raíz filosófica
porque está influida por lo que todos los griegos pensaban de la
naturaleza. Pero, al mismo tiempo, encontramos también una raíz
religiosa tomada del orfismo.
Para la religión órfica, centrada en el mito de Orfeo,- y Pitágoras asume
esta doctrina-, el alma humana es inmortal porque es de origen divino.
Manchada por el pecado ha sido condenada a unirse a un cuerpo que es
su cárcel, y no regresará a la divinidad hasta que no haya expiado su
culpa. Si en el momento de la muerte el alma todavía no lo ha logrado, se
verá obligada a transmigrar a otro cuerpo, humano o animal, según la vida
que haya llevado. Y así sucesivamente hasta recobrar su primitiva
espiritualidad.
HERÁCLITO (DEVENIR)
Nacido aproximadamente entre el 544 y muerto en el 484 a. C sabemos
muy poco de su vida. La brevedad y la complejidad de los fragmentos que
se conservan de su obra le han valido el sobrenombre del “Oscuro”. Es
frecuente exponer su filosofía contrapuesta a la de Parménides.