Efecto de La Inclusión de Melaza en Ensilado de Planta de Ajonjolí en Tierra Caliente Guerrero

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UNIVERSIDAD

FACULTAD DE MEDICINA VETERINARIA Y

DETERMINACIÓN DEL pH Y LA COMPOSICIÓN QUÍMICA DEL


ENSILADO DE AJONJOLÍ (Sesamum indicum) CON INCLUSIÓN

DE MELAZA EN LA REGIÓN TIERRA CALIENTE, MÉXICO.

T E S I S
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE
MÉDICO VETERINARIO ZOOTECNISTA

1
P R E S E N T A N:
CASANDRA GARCIA SOLORZANO
ESMERALDA SOTO LÓPEZ

ASESORES MC. JOSÉ ALONSO GALEANA


DR. ESTEBAN JULIÁN MIRELES MARTÍNEZ
MC. ISIDRO GUTIÉRREZ SEGURA
M.V.Z. AZAEL PALACIOS VÁZQUEZ

CD. ALTAMIRANO, GRO; FEBRERO, 2020.

ÍNDICE

I. INTRODUCCIÓN 5

II. JUSTIFICACIÓN 7

III. HIPÓTESIS 8

IV. OBJETIVOS 9

V. REVISIÓN DE LITERATURA 10

5.1. Historia y origen. 10

5.2. Producción mundial de ajonjolí. 10

2
5.3. Producción nacional de ajonjolí. 12

5.4. Producción de ajonjolí en la Tierra Caliente de Guerrero. 12

5.5. El ajonjolí (Sesamum indicum). 13

5.5.1. Clasificación taxonómica del ajonjolí. 13

5.5.2. Morfología y fenología de la planta. 13

5.6. Composición química de la semilla de ajonjolí. 15

5.7. Exigencia de nutrientes del cultivo. 16

5.8. Condiciones ecológicas. 17

5.8.1. Clima 17

5.8.2. Altitud y fotoperiodo. 18

5.8.3. Suelo. 18

5.8.4. Siembra. 18

5.9. Uso de la melaza en ensilado de forrajes. 19

5.9.1. Composición química de la melaza. 20

5.9.2. Sus principales características y limitantes. 21

5.9.3. Principales usos de la melaza. 22

5.10. El proceso del ensilaje. 23

5.11. Conservación de forrajes mediante la técnica de ensilado. 24

5.12. Ensilado de oleaginosas. 27

VI. MATERIALES Y MÉTODOS 29

6.1. Localización del área de estudio. 29

6.2 Diseño experimental 29

3
6.3. Diseño de experimentos y tratamientos. 30

6.4. Procedimiento para la elaboración de los microsilos. 30

6.5. Variables en estudio 31

6.6. Contenido de materia seca de las plantas ensiladas. 31

6.7. Diseño experimental. 32

VII. RESULTADOS Y DISCUSIÓN. 33

VIII. CONCLUSIÓN. 35

IX. BIBLIOGRAFÍA 36

4
ÍNDICE DE TABLAS Y CUADROS

Numero de
tabla Titulo Pág.

Representación de los principales estados productores de ajonjolí en


México.

2 Clasificación taxonómica del ajonjolí


3 Composición química de la semilla de ajonjolí.

Niveles adecuados de nutrientes y sus indicadores de deficiencia en


4
hojas de ajonjolí

Composición química de la planta de ajonjolí y la melaza usados en los


5
diferentes tratamientos del trabajo

Numero de Titulo
Pág.
cuadro
Valores de pH y materia seca del ensilado de ajonjolí con diferentes
1
niveles de inclusión (0, 4, 8, 12%) de melaza.
Valores para materia seca parcial, proteína cruda, extracto etéreo, fibra
2 cruda, cenizas y extracto libre de nitrógeno del ensilado de ajonjolí con
diferentes niveles de inclusión (0, 4, 8, 12 %) de melaza.
3 Valores para nutrientes digestibles totales, energía digestible y energía

5
metabolizable del ensilado de ajonjolí con diferentes niveles de
inclusión (0, 4, 8, 12 %) de melaza.
Valores del contenido celular, fibra detergente neutra, fibra detergente
4 acida, hemicelulosa, celulosa y lignina de ensilado de ajonjolí con
diferentes niveles de inclusión (0, 4, 8, 12 %) de melaza.

RESUMEN

El objetivo del presente trabajo fue evaluar el pH y la composición química del ensilado de
ajonjolí (Sesamum indicum) con inclusión de melaza. El cultivo de ajonjolí se realizó en el
periodo de lluvias y en forma tradicional en una parcela de 50 x 50 m en la FMVZ-UAGro. El
corte de la planta se realizó a los 73 días de edad y en forma manual, en estado de madurez
cuando la planta tuvo un color amarillo, se cortó a una altura del suelo de aproximadamente de
10 cm, inmediatamente molió con un molino de martillos a un tamaño de partícula de 3 a 5
cm. Posteriormente, se mezcló manualmente el forraje con la melaza homogéneamente y de
acuerdo a los siguientes tratamientos T0: Maíz 100%, T1: Ajonjolí 100 %, T2: Ajonjolí 96 %
+ Melaza 4 %, T3: Ajonjolí 92 % + Melaza 8 %, T4: Ajonjolí 88 % + Melaza 12 %. Cada
tratamiento tuvo cinco repeticiones, una vez hechas las mezclas se elaboraron los microcilos
en bolsas negras de polientileno (600 x 600 mm) y se mantuvieron herméticamente selladas
por 45 días. A la apertura de los silos se procedió a medir el pH de y se determinó la materia
seca, inmediatamente se tomó una muestra para su posterior determinación del análisis
químico proximal y determinación de los componentes fibrosos. Los datos recabados se les
realizó análisis de varianza y a las medias se les aplicó la prueba de Tukey con un α P<0.05,
de acuerdo al paquete estadístico ifoStat. El pH fue de 3.83 para T0, 3.94 en T4, 4.0 en el
tratamiento T3, 4.04 para T2 y el de mayor valor 5.22 para T1 con diferencias estadísticas
(p<0.0001). La materia seca fue de: 28.55 %, 27.63, 21.75 en T0, T4 y T1 respectivamente y

6
con (p<0.0001), en relación a la PC los valores fueron: 9.94 %, 9.46%, 7.46 y 7.89 % en T2,
T3, T1 y T0 respectivamente y con (<0.0001), en relación al EE las cifras fueron: 16.46%,
15.81% y 2.34% en T1, T2 y T0 respectivamente y con (p>0.0001). . La fibra cruda fue
mayor en T1 con 32.61% y diferente a todos los demás tratamientos (p<0.0001) y estos fueron
similares entre sí. En el T2 el contenido de EM fue mayor con 3 157.21 kcal. En relación a las
fibras el T1 fue mayor con 58.55 %, 49.49 %, 32.71%, 16.93% y 8.08 para FND, FDA,
celulosa, hemicelulosa y lignina; estos valores fueron similares en los demás tratamientos, se
concluye que el ensilado con melaza presenta un pH reducido que indica una mayor
conservación de nutrientes, el contenido de MS fue menor en el ensilado de ajonjolí, sin
embargo presenta un mayor contenido de EM kcal.

I. INTRODUCCIÓN

Los rumiantes tienen un papel muy importante en la alimentación humana porque producen
prácticamente toda la leche y un tercio de la carne que se consume en el mundo (FAO, 2006).
Los pastos y forrajes constituyen el alimento natural de los rumiantes y representa la fuente
alimentaria de mayor abundancia y de menor costo (Guevara et al., 2009). Sin embargo, gran
parte de los forrajes que se utilizan son pastos de gramíneas de moderada productividad y
calidad, y que requieren de determinados niveles de suplementación para mejorar la
productividad de los animales.

Por otra parte, los concentrados son cada vez más escasos y costosos, por lo que es
prácticamente prohibitiva su utilización bajo las condiciones del trópico (Guevara et al.,
2009). Por esta razón, los estudios de nutrición de rumiantes tienden a buscar dietas
conformadas sobre la base del uso de recursos locales, que mejoren el aporte de proteínas,
maximicen el uso de la fibra y la producción de proteína microbiana en el rumen, porque
reducen la necesidad de suplementar a los animales con fuentes convencionales y desde el
punto de vista ecológico incrementa la fijación del carbono en la biomasa microbiana.

7
En el estado de Guerrero, México, existe tradición de cultivar la planta de ajonjolí. Sin
embargo, dicho cultivo solo tiene como objetivo la producción y comercialización de la
semilla (Torres, 2003).

En la región Tierra Caliente de Guerrero, la siembra tradicional de ajonjolí, tiene una gran
importancia en el cultivo de esta planta, sin embargo, solo se utiliza para comercializar la
semilla y el resto de la planta no es aprovechada por los productores. El empleo de la planta
completa o los residuos de cosecha con relación a la alimentación animal aún no han sido
aprovechados en su totalidad, por lo cual, no existe información respecto a su uso en la
alimentación de los animales.

El ajonjolí ha sido y sigue siendo una excelente alternativa de producción campesina en suelos
marginados con problemas de escases de agua (sequía), por la estabilidad social en estas áreas
rurales. El empleo de este cultivo como forraje conservado mediante ensilado para el ganado
rumiante, en primer lugar, debe ser caracterizado por su potencial productivo de biomasa, así
como su edad óptima de conservación, el uso de aditivos ara mejorar la estabilidad de sus
nutrientes en base a su composición química y por último su uso en la dieta de los animales.

Por lo anterior, resulta de gran interés evaluar la calidad del ensilado de ajonjolí con la
inclusión de diferentes porcentajes de melaza y conocer el nivel de inclusión mas apropiado
como una alternativa para su uso en la alimentación del ganado en la región de Tierra
Caliente, México.

Respecto a la alimentación animal, existen pocas referencias bibliográficas del empleo de la


planta completa o los residuos de cosecha con este fin, y el problema es más grave aún porque
muchas veces estos residuos no son aprovechados, por lo que se desperdician y por lo tanto
son quemados contribuyendo al calentamiento global.

Los ensilados son una manera tradicional de conservar alimentos para el ganado. El ensilaje de
forrajes producido en regiones tropicales y subtropicales tiene bajos valores de materia seca y
carbohidratos solubles, lo que puede resultar en una mala fermentación del material verde

8
recién cortado. Por tal motivo, el objetivo del presente trabajo fue adicionar melaza al ensilado
con planta de ajonjolí para generar una mejor palatabilidad y sabor al forraje, así como
también ayudar a la fermentación láctica y mejorar la conservación de los compuestos
nutricionales originales de la planta, viéndose como una alternativa viable para la alimentación
de los rumiantes sobre todo en la época de estiaje en la región de Tierra Caliente, México.

9
II. JUSTIFICACIÓN

El costo elevado de los diferentes insumos utilizados en las diferentes dietas de los rumiantes,
así como el conservar los forrajes para su aprovechamiento a lo largo del año (especialmente
en las épocas donde los pastos se escasean) ha hecho necesario buscar otras técnicas
alternativas para la conservación de los mismos. En la región Tierra Caliente de Guerrero, la
siembra tradicional de ajonjolí, tiene una gran importancia en el cultivo de esta planta, sin
embargo, solo se utiliza para comercializar la semilla y el resto de la planta no es aprovechada
por los productores. El empleo de la planta completa o los residuos de cosecha con relación a
la alimentación animal aún no ha sido aprovechado en su totalidad por lo cual, no existe
información respecto a su uso en la alimentación de los animales.

Por lo anterior, sabemos que el forraje que sobra de la siembra de ajonjolí puede funcionar
como alimento de mantenimiento de los animales (rumiantes), al ser este no muy agradable en
cuanto a su sabor, la inclusión de aditivos tales como la melaza favorecen al alimento en una
mejor palatabilidad para el ganado y así mismo, ayuda a que exista una fermentación optima
controlada, para esto es necesario una adecuada proporción entre las bacterias lácticas y los
carbohidratos solubles. Sin embargo, debido a la falta de tales carbohidratos o un bajo
contenido de materia seca en algunos forrajes a ensilar y evitar que se produzca un ensilaje de
mala calidad se pueden emplear diferentes aditivos para inducir y optimizar el proceso
fermentativo, como la melaza, que proveen una fuente de azúcares solubles que las bacterias
utilizan para producir ácido láctico y estabilizar así el medio.

Por lo tanto, el objetivo del presente trabajo es evaluar el comportamiento del pH y la


composición química del ensilado ajonjolí con la inclusión de melaza en la región de Tierra
Caliente, México.

10
III. HIPÓTESIS

Por ser la planta de ajonjolí una oleaginosa, cuyas semillas cuentan con un alto contenido de
aceites y considerable cantidad de proteína al conservar la planta completa ensilada con la
inclusión de melaza, afectara positivamente el proceso de conservación, mejorando la
estabilidad de la materia seca, la proteína, la energía y minerales en las dietas para rumiantes,
lo que representara una alternativa favorable en la alimentación de los rumiantes, sobre todo
en la época de estiaje en la región de Tierra Caliente, México.

11
IV. OBJETIVOS

4.1. Objetivo general

Evaluar el comportamiento del pH y la composición química del ensilado de ajonjolí con la


inclusión de melaza en la región de Tierra Caliente, México.

4.2. Objetivo especifico

Conocer la viabilidad de ensilar la planta de ajonjolí mediante la adición de melaza.

Conocer la composición química del ensilado de ajonjolí con la inclusión de diferentes niveles
inclusión de melaza para una mejor conservación y estabilidad de sus nutrientes.

Proponer una alternativa para la alimentación de los rumiantes en la Región de Tierra Caliente
México.

12
V. REVISIÓN DE LITERATURA

5.1. Historia y origen.


El Ajonjolí (Sesamum indicum) se considera que tuvo su origen en Etiopía (África) y como
regiones o países de diversificación secundaria fueron: India, Japón y China. Después del
descubrimiento de América, fue llevado a México, luego a países de Centro América con
climas cálidos de zonas tropicales. El sésamo es una oleaginosa muy poco difundida, que
merece un poco más de consideración por parte de los organismos que tienen a su cargo la
experimentación de especies vegetales que, como en el caso del sésamo, pueden resultar una
alternativa válida para determinadas regiones.

El sésamo pertenece a la familia de las pedaliáceas y actualmente se cultiva en muchos países


entre los cuales podemos citar a los mayores productores, como son, China, India, Birmania,
Sudán, Uganda, Nigeria, México, Venezuela, Colombia, etc.

13
Aunque el ajonjolí es resistente a la sequía y puede crecer en regiones casi desérticas, sólo
rinde económicamente cuando en el suelo existen suficientes reservas de agua y que se
requieren de 400 a 800 mm de lluvia bien distribuidos por cosecha (Belotto, 2008).

5.2. Producción mundial de ajonjolí.


Dentro de las principales semillas oleaginosas que se producen a nivel mundial, el ajonjolí no
tiene un peso importante en relación a la soya, girasol, copra, algodón, entre otras, incluso a
nivel de producción de aceite éste no tiene gran relevancia, e incluso es curioso ver que
algunos tipos de aceites como el de coco, cacahuate y copra, son más representativos en
cuanto a estadísticas que maneja el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA)
o incluso la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(FAO). Sin embargo, lo anterior no significa que no se produzca la semilla de ajonjolí y el
aceite derivado de éste (Geremew et al., 2012).

Sin embargo, de acuerdo a los estudios realizados por diversos centros de investigación, se ha
demostrado que el aceite obtenido de la semilla de ajonjolí (de la cual 60% es aceite), es de
una mejor calidad en relación a otras oleaginosas, por lo que es empleado en procesos donde
se exige una amplia duración del producto preparado con aceite, de allí que el aceite de
ajonjolí resulte un producto no de fácil acceso en muchos hogares, dado que su alto nivel de
calidad se refleja en un mayor costo (Geremew et al., 2012).

En lo que se refiere a la de semilla de ajonjolí, la producción mundial en los últimos seis años
se ha mantenido estable en un rango de 2,200 y 2,550 mil toneladas. La producción mundial
de ajonjolí en 2004 fue de 3,092 millones de toneladas, la cual mostró un crecimiento de 35 y
9.5 por ciento con relación a 1990 y 2000 respectivamente. El 70 por ciento de la producción
mundial se destina a la elaboración de aceites y harinas, la industria alimenticia es el principal
segmento de mercado. En los últimos quince años la producción se ha mantenido en un rango
entre 2,156–3,092 millones de toneladas. A partir del 2000, esta ha experimentado un
crecimiento promedio de 9 por ciento anual, a excepción del 2002 que bajó 14 por ciento en

14
comparación al 2001, esto como consecuencia de una menor área de siembra (12%). Los
principales productores mundiales de ajonjolí son India, China, Myanmar y Sudan, que
acumulan el 70 por ciento de la producción mundial. En el caso de México y Centroamérica,
la participación en la producción es de 0.7 y 1.5 por ciento respectivamente. La mayor
proporción del área cultivada a nivel mundial se ubica en India con 31 por ciento en 2004,
seguida por Myanmar (19%), Sudan (13%) y China (10%). En los casos de México y
Centroamérica, 0.69 y 1.14 por ciento respectivamente (Belotto, 2008).

En 1993, se negociaron en el comercio mundial 486,000 toneladas de ajonjolí., Japón era el


principal importador con aproximadamente el 24% del total de las importaciones. Le seguía
los Estados Unidos de América con el 8%. Se ha pronosticado que las importaciones de
ajonjolí crecerán entre un 6 y un 8% por año hasta el 2012. Algunos datos que se encontraron
sobre Australia se detallan a continuación. Australia importó 6, 400 Toneladas de ajonjolí en
1996 ($12.7 millones de dólares) desde: China, México y La India que son sus principales
proveedores. También se importaron 769 toneladas de aceite de ajonjolí y otros productos
relacionados, en 1996 hacia Australia (3.7millones de dólares). Actualmente no hay ningún
procesador de aceite de ajonjolí en Australia que absorba las pequeñas cantidades que se
producen localmente (Vaca et al., 2002).

5.3. Producción nacional de ajonjolí.


La presencia del ajonjolí en nuestro país se remonta a la época de la colonia, cuando los
emigrantes españoles lo trajeron a la Nueva España para tratar de adaptarlo a las condiciones
de nuestro país. Sin embargo, la historia moderna de esta oleaginosa inicia con el decreto del
General Lázaro Cárdenas, entonces gobernador de Michoacán, para impulsar su cultivo en
tierras de temporal (Hernández, 2003).

La producción de ajonjolí en nuestro país se obtiene preferentemente en aquellas entidades


donde las condiciones climáticas son generalmente secas, y por lo tanto su cultivo se orienta
en zonas temporaleas. No obstante que es un producto que por sus características de calidad es

15
ampliamente reconocido en el mundo y se canaliza en un buen porcentaje a la exportación, no
tiene los suficientes apoyos a la investigación y continúan los viejos vicios en la
comercialización de esta oleaginosa, donde los productores que se dedican a su cultivo no han
sido lo suficientemente capaces de organizarse para responder a las necesidades de los
mercados externos que exigen cada vez más volúmenes, periodos de entrega y calidad. Ante
este panorama los productores de ajonjolí deberían imitar los modelos productivos que tienen
los productores de trigo, sorgo, algodón por citar solo algunos y aprovechar sus experiencias
desde la producción hasta la comercialización o sucumbir ante los pasos de la modernización
(Torres, 2003).

Tabla 1.- Representación de los principales estados productores de ajonjolí en México.

PRINCIPALES ESTADOS PRODUCTORES DE AJONJOLÍ


Chiapas
Guerrero
Michoacán
Oaxaca
Sinaloa
Sonora

5.4. Producción de ajonjolí en la Tierra Caliente de Guerrero.

En la región Tierra Caliente de Guerrero, el cultivo de ajonjolí adquirió mayor importancia en


los años setentas y ochentas con superficies máximas de siembra de 48, 800 hectáreas anuales
y rendimientos promedios de 720 kg/ha. En los últimos años (1998-2002), la superficie de
siembra en la misma Tierra Caliente de Guerrero no ha variado mucho, manteniéndose en un

16
rango de 800 a 1,500 ha. La mayor producción de ajonjolí se obtiene en la región de Tierra
Caliente bajo condiciones de temporal en suelo preferentemente de lomerío., bajo estas
condiciones de manejo, el ajonjolí sigue siendo una excelente alternativa de producción
campesina en suelos marginados con problemas de sequía, por la estabilidad social en estas
áreas rurales (Romero y Ribera, 1993; Torres, 2003).

5.5. El ajonjolí (Sesamum indicum).

5.5.1. Clasificación taxonómica del ajonjolí.

El ajonjolí, cuyo nombre botánico es Sesamum indicum, es una planta de semillas aceitosas de
la familia de las Pedaliáceas, su clasificación taxonómica se muestra en la tabla 1.

Tabla 2. Clasificación taxonómica del ajonjolí.

División Magnoliophyta
Clase Magnoliopsida
Subclase Asteridae
Orden Lamiales
Familia Pedaliácea
Genero Sesamum
Especie Indicum
Nombre Científico Sesamum Indicum
Nombre Común Sesamum – ajonjolí
(Robles, 1980).

17
5.5.2. Morfología y fenología de la planta.

El ajonjolí es una planta anual (perteneciente a la familia pedaliaceae), cuyo ciclo de vida
puede variar entre 80 y 130 días. En las de ciclo mediano, de 110 días, y en las tardías, de 130
días. Su nombre científico es Sesamum Indicum y existen diferentes variedades que se
distinguen por su precocidad, ramificación del tallo, tipo de cápsula y pubescencia (Langham,
2008).

El ajonjolí es una planta anual, erecta, herbácea, con ciclo vegetativo variable, entre 60 hasta
150 días, dependiendo de las variedades y de las condiciones ecológicas y edáficas. La altura
de las plantas también tiene variabilidad según la fuente del germoplasma, existiendo
variedades con 60 cm, y siguiendo algunas hasta 3 metros de altura. Las variedades que se
siembran en mayor superficie a nivel nacional y mundial tienen una altura promedio de 1.20 a
1.70 m, y las que tienen mayor aceptación de más o menos 1.30 metros de alto., las variedades
de menos de un metro de altura tienen menor rendimiento. Las variedades de más de 2 metros
de altura en sus tallos, tienen problemas de acame., o bien, dificultad en el manejo de las
prácticas de cultivo y de cosecha por su gran altura y casi siempre son ramificadas, lo que es
indeseable y agrava el problema al momento de cosechar la semilla (Díaz, 2010).

La planta de ajonjolí es resistente a la sequía y se puede sembrar en tierras áridas y semiáridas


(Loarca, 2005). Produce capsulas con numerosas semillas oleaginosas lisas. Soporta
temperaturas de 20 – 35°C, precipitación pluvial de 400 y 900 mm, altitud entre 0 – 600
msnm, su rendimiento se encuentra entre 400 y 600 kilogramos por hectárea (Langham, 2008).

García et al. (2017) y Alonso et al. (2017), reportan que la producción de biomasa de la planta
completa de ajonjolí (Sesamum indicum) cultivado en condiciones tradicionales, encontrando
los siguientes valores de producción total de biomasa promedio en planta completa en base
húmeda, 13,748.33 kg/ha y producción de biomasa de planta completa a base seca de 3,410.38
kg/ha, la producción de semilla sucia de 843.87 kg/ha y la producción de semilla limpia de
767.78 kg/ha.

18
El ajonjolí es una planta de alta adaptabilidad., sin embargo, su cultivo da los mejores
resultados en las regiones donde altas temperaturas, abundante luminosidad y una
precipitación suficiente le aseguran las mejores condiciones. La precipitación debe estar bien
distribuida a lo largo de su fase vegetativa y durante la floración. Los suelos deben ser
preferiblemente profundos, fértiles, francos arenosos, con buen drenaje., de esta manera, se
favorece el desarrollo de un sistema radical abundante, que asegure una buena absorción de
agua y sales minerales (Cano et al., 1991; Hiremath y Patil, 2010).

5.6. Composición química de la semilla de ajonjolí.


La composición de la semilla de ajonjolí varía de acuerdo a la variedad, su contenido de aceite
va de entre menos del 40% hasta más del 50%. La semilla mexicana, generalmente contiene
más del 50% de grasa (Díaz, 2010). En términos generales la composición química de la
semilla de ajonjolí se muestra en la tabla 3.

Tabla 3.- Composición química de la semilla de ajonjolí

Componente Porcentaje
Aceite 50%
Proteínas 25%
Carbohidratos 11%
Cenizas 5%
Fibras 4%
Humedad 5%
(García et al., 2017).

La semilla de ajonjolí, es una buena fuente proteica y energética ya que contiene de 17 a 23%
de proteína cruda con un alto contenido de metionina de 42 a 50% de aceite con alto contenido
de ácido oleico y linoleico de 4 a 7% de cenizas y altas cantidades de calcio 0.98% (Escobar,

19
2008). García et al. (2017), reporta en su trabajo realizado en cuanto a la composición química
de la paja y la semilla de ajonjolí, obtuvieron los siguientes valores 93.7 y 91.6% de materia
seca, 96.0 y 91.9% de materia orgánica. 27.2 y 5.8% de proteína cruda respectivamente.
También en ese mismo estudio, en cuanto a la composición química del ensilado y la planta
deshidratada de ajonjolí los valores obtenidos en el rendimiento de materia seca fueron de
22.93 y 94.56%, el rendimiento de materia orgánica fue del 92 y 86.37%, el contenido de
proteína cruda 15.04 y 16.49% respectivamente.

Según Avilés et al. (2009), en un estudio realizado en la región del bajío mexicano, con la
intención de identificar los subproductos agroindustriales que por su nivel de producción y
disponibilidad pudieran ser utilizados en la alimentación de cerdos, sitúan a la pasta de
ajonjolí tostada como una de las mejores opciones para este fin, basándose en la disponibilidad
de la misma. Sin embrago, para Escobar (2008), la pasta de ajonjolí tostada tiene una mejor
digestibilidad que la pasta de ajonjolí normal.

V.7. Exigencia de nutrientes del cultivo.


Nitrógeno del suelo: Es el elemento más crítico en el crecimiento de las plantas. Es un
constituyente de las proteínas de la planta, la clorofila, los ácidos nucleicos y otras sustancias
de la planta. Un suministro adecuado de nitrógeno produce paredes celulares más delgadas,
origina plantas más delicadas y suculentas, significa plantas grandes y por ende más
producción. La baja producción es frecuente debido a la deficiencia de nitrógeno (Vázquez et
al., 2014).

Fósforo del suelo: El fósforo es el segundo nutriente vegetal más crítico. El núcleo de cada
célula de la planta contiene fósforo, por lo que la división y crecimiento celular son
dependientes de las adecuadas cantidades de él. El fósforo es concentrado en las células que se
dividen rápidamente, las que activan el crecimiento de las partes de raíces y tallos. Como
nutrimento es doblemente crítico porque el total suministro de fósforo en la mayoría de los
suelos es bajo y no está realmente disponible para las plantas. Deficiencias en fosfatos son

20
comúnmente corregidas mediante la aplicación de fertilizantes, la mayoría fabricados de rocas
fosfatadas (Pineda, 2009).

Potasio: La cantidad total de potasio en la mayoría de los suelos es suficiente para varias
generaciones, inclusive con el uso de fertilizantes incrementa. La explicación para esta
aparente contradicción es que la mayoría del potasio en el suelo es un constituyente de
minerales muy poco solubles. El potasio en las plantas está en forma móvil más que como una
parte integral de cualquier compuesto fijo. Ayuda a mantener la permeabilidad de la célula, en
la translocación de carbohidratos, mantiene el Hierro más móvil en la planta y aumenta la
resistencia de las plantas a ciertas enfermedades (Pineda, 2009).

Tabla 4. Niveles adecuados de nutrientes y sus indicadores de deficiencia en hojas de ajonjolí,


(Pineda, 2009).

Elemento Niveles en la hoja (%)


Nitrógeno (N) 2.00 (3.90)
Fosforo (P) 0.20 (0.34)
Potasio (K) 0.88 (2.20)
Calcio (Ca) 0.60 (2.30)
Magnesio (Mg) 0.15 (0.40)

21
5.8. Condiciones ecológicas.

5.8.1. Clima

El ajonjolí (Sesamum indicum), es una planta de gran adaptabilidad lo que permite su cultivo
en países tropicales, sub-tropicales y de zona templada. Es una especie considerada resistente
a la sequía. Existen datos de buenos rendimientos con precipitaciones que oscilan entre los
400 mm hasta 900 mm. Por lo tanto, la importancia en las distribuciones de las lluvias es de
vital importancia. Estos períodos críticos llegan hasta la maduración. El ajonjolí se adapta de 0
a 600 metros sobre el nivel del mar. Tiene cierta resistencia a la sequía y la alta humedad
relativa es desfavorable a la planta, prefiere una atmósfera seca para lograr mejor desarrollo y
especialmente durante la época de maduración de las cápsulas. La temperatura mínima para
cultivar ajonjolí es de 26 °C, y la máxima es de 30 °C (Hernández, 2003).

5.8.2. Altitud y fotoperiodo.

El ajonjolí es una planta de clima cálido, prospera en regiones tropicales y subtropicales,


puede cultivarse entre los 25º de latitud norte y sur, pero también a 40º de latitud norte, en el
sur de América. La latitud de una localidad, es muy importante para precisar si el ajonjolí
podrá establecerse o adaptarse, las regiones con mayor producción a nivel mundial y también
en México se encuentran con altitudes de 0 a 500 metros sobre el nivel del mar., también se
obtienen buenos rendimientos hasta 800 msnm, pero a medida que la altitud sea mayor, el
desarrollo vegetativo del ajonjolí también será en menor cantidad. Cuando se hacen estudios
sobre temperaturas mínimas, óptimas, máximas y, en general sobre el termo periodo, en el
caso de ajonjolí y en general de todas las especies cultivadas o silvestres debemos recordar
que existe una gran interacción con el fotoperiodo, con la humedad relativa, con la altitud y la
latitud, por lo tanto, depende de en qué condiciones se realice un estudio sobre adaptación y
rendimiento de las especies vegetales en general (Geremew et al., 2012).

22
5.8.3. Suelo.

Por ser un cultivo poco demandante, los ambientes en los que se desarrolla generalmente
abarcan una gran variedad de suelos, principalmente en áreas de temporal, en suelos con
pendiente como lomeríos, laderas y en partes onduladas, con texturas gruesas o medias. Se
adapta bien a suelos con pH entre 5.5 a 7.5, suelos de textura franca o franco arenosa, con
buen drenaje interno y externo ya que se favorece el desarrollo de un sistema radical
abundante, que asegure una buena absorción de agua y sales minerales (SENASICA, 2010).

5.8.4. Siembra.

Para la determinación de la época de siembra se recomienda tomar en cuenta el ciclo


vegetativo de la variedad y el régimen de lluvias en la zona, planificando que la maduración
(cosecha) coincida con el inicio de la estación seca. El cultivo de ajonjolí puede sembrarse
utilizando dos sistemas de siembra: monocultivo y al relevo después del maíz. Debido al
tamaño de la semilla de ajonjolí, la siembra se hace bastante superficial, no más de dos
centímetros de profundidad. Para minimizar el arrastre de la semilla por lluvias fuertes, se
realiza la siembra en camas o camellones, y se deja 8 a 12 plantas por metro lineal. La hechura
de camas se realiza acoplando a la barra porta herramientas, puntas que abren surcos, estos
sirven para facilitar el drenaje y levantar las camas o camellones (FAO, 2006).

La mejor época de siembra es del 15 de julio al 15 de agosto. La siembra se realiza


dependiendo de las condiciones del terrero ya que se puede realizar con maquinaria o de
manera manual, con una densidad de población de 260 mil plantas por hectárea, en surcos de
70 cm de ancho y de 18 a 20 plantas por metro lineal. Se utilizan en promedio 3.0 kg/ha de
semilla para cubrir esta densidad de población. El manejo agronómico al raleo: 12 - 15 días
después de la siembra. Se tiene presente su característica agronómica, si es ramificada o no
ramificada (Vásquez et al., 2014).

23
La Siembra se puede realizar a mano, con bueyes o maquinaria, siempre y cuando se garantice
la profundidad de siembra de la semilla oscilando de 0.25 a 0.5 pulgada. En algunos lugares se
siembra en condiciones de humedad, solo que aquí la semilla se debe depositar al fondo del
surco para obtener una buena germinación. La cantidad de semillas por manzana es de 4 y 7
libras en invierno y de 7–10 libras en condiciones de humedad (Díaz, 2010).

Según experimentos hechos en Venezuela, se prefiere sembrar el ajonjolí en suelos francos,


desde franco-arenosos hasta franco-arcillosos, descartando las texturas extremas. En el suelo
arado la humedad es menor pero la planta explora mayores volúmenes de suelo y el
aprovechamiento del agua almacenada es mayor por lo tanto se pueden obtener mejores
rendimientos en cuanto a producción de semilla (Bustamante, 2007).

5.9. Uso de la melaza en ensilado de forrajes.

La melaza de caña de azúcar o miel de caña es el residuo que no cristaliza en el proceso de


obtención del azúcar refinado. Se utiliza principalmente en la industria alcoholera y como
alimento de ganado. La melaza forma parte del grupo de alimentos clasificados como
energéticos junto con los cereales y sus subproductos, los tubérculos, las semillas de
oleaginosas completas, las grasas y aceites, ya que su principal característica es contener un
alto nivel de energía aprovechable por el ganado y en la alimentación de los animales
rumiantes como el ovino, complementan a los forrajes y a los alimentos proteicos (Silveira et
al., 1973).

La melaza de caña (75 % MS) es un subproducto ampliamente usado, agregándose hasta a


razón de 10 por ciento de peso w/w para suplir carbohidrato fácilmente fermentable a ensilajes
de forrajes tropicales. Su aplicación directa es difícil debido a su alta viscosidad, por lo que se
recomienda diluirla, preferiblemente con un pequeño volumen de agua tibia para minimizar
las pérdidas por escurrimiento. Su aplicación en el ensilado de pastos tropicales, precisa una
dosis alta de melaza (4 a 5%). En forrajes de cultivos con muy bajo contenido de MS, una

24
parte considerable del aditivo puede perderse en el efluente del silo en los primeros días del
ensilaje (Silveira et al., 1973).

Al suplir melaza de caña agregada a razón de 3 por ciento (peso w/w, base fresca) al forraje de
pasto elefante (12.9% MS, 6.6% carbohidratos hidrosolubles (CHS)) se obtuvo un ensilaje con
una calidad de fermentación relativamente buena, pero reduciendo la recuperación de
nutrientes del ensilaje, comparado con los valores de ensilaje proveniente de forraje tratado
con ácido fórmico. La misma dosis de melaza también produjo un aumento en la digestibilidad
de MS in vitro para forraje de pasto elefante ensilado a 51, 96 y 121 días de crecimiento
vegetativo (Silveira et al., 1973).

5.9.1. Composición química de la melaza.


La melaza contiene 75 a 83% de materia seca, 30 a 40% de sacarosa, 2.5 a 4.5% de
compuestos nitrogenados (predominado aspartato y glutamato) y aproximadamente 0.4 a 1.5%
de nitrógeno. En las tablas de requerimientos para ovinos (NRC, 1985), también se enlista la
composición química de la melaza. La melaza es fundamentalmente una fuente de energía y
sus componentes principales son azucares.

La melaza contiene de 12 a 25% de azucares reductores, con un contenido total de azúcar de


más de 50 a 60%. El contenido de proteína cruda normalmente es bastante bajo (cerca del 3%)
y variable, el contenido de ceniza varia de 8-10%, constituido principalmente por K, Mg, Ca,
Cl y sales de azufre. Uno de los problemas en la alimentación a base de la melaza es que
dichos productos (excepto la melaza de maíz) tiene una composición bastante variable. La
composición de la melaza depende de la madurez, tipo y calidad de la caña, de la fertilidad del
suelo y del sistema de cosecha y preparación.

25
5.9.2. Sus principales características y limitantes.

1. Contiene 2.7 Mcal de Energía Metabolizable (EM) base seca que representa,
aproximadamente el 83% de la del sorgo grano, cereal de referencia de uso pecuario. La
melaza es rica en azúcares solubles, de fácil fermentación.

2. Su contenido de proteína cruda es bajo: alrededor de 4%.

3. Es rica en minerales, por lo que altos consumos o niveles en la dieta suaviza la


consistencia del estiércol y hasta puede producir diarrea mecánica, es decir, no infecciosa.

4. Como la melaza tiene 25% de humedad y el sorgo grano de 10 a 12%, kilo por kilo su
valor, nutricional y económico, es del 70% del segundo.

5. Es un líquido denso. Requiere infraestructura particular para su transporte,


almacenamiento e incorporación a los alimentos secos.

Atrae a las moscas y forma costras en el equipo e implementos que se usan para su manejo y
mezclado. La lana de los borregos puede mancharse y pegársele otros materiales como polvo o
estiércol (Michel, 2009).

La melaza de caña es un recurso alimenticio disponible en las zonas cañeras y más


precisamente en los ingenios azucareros, que tiene una amplia gama de usos en la
alimentación del ganado pero que requiere un manejo diferente a los alimentos secos
(Silveira et al., 1973).

5.9.3. Principales usos de la melaza.

Como saborizante y aglutinante. Se usan niveles del 2 al 5% de los suplementos


concentrados., inclusive en estos niveles se puede mezclar en mezcladoras verticales, siempre
y cuando se hayan mezclado primero los ingredientes secos, es decir, la melaza se incorpora al

26
último y poco a poco. Los mismos niveles se usan cuando los alimentos se hacen pastillas o
pellets (Martínez, 2012).

Como aditivo favorecedor de la fermentación (ensilaje) de forrajes. Se usan niveles del


2.5% del forraje, diluida en agua junto con 0.5% de urea, rociando la mezcla en capas del
forraje al ensilar. El nivel de melaza puede duplicarse cuando el forraje a ensilar sea pobre en
azúcares solubles (que son los que fermentan al ensilar), como cuando se pasa la edad óptima
para ensilar de los forrajes. En el caso del ensilaje de la caña del maíz sin elote, y que se le ha
retirado energía por ese hecho, se le puede restituir con una fuente rica en energía barata
(cuando menos más barata que la del elote-verdura) como puede ser la melaza (Martínez,
2012).

Como suplementos energético-proteicos simples. Complementada con urea y diluida en


agua en la proporción 80 partes de melaza, 3 de urea y 17 de agua, mezclando primero la urea
y el agua e incorporando ésta a la melaza. El suplemento se ofrece para su consumo a voluntad
a animales en pastoreo en lamederos. Un lamedero puede ser un medio tambo colocado a la
altura de los animales dotado de un “flotador” de madera o bien tapado, pero con una rueda
(colocada en un eje) que el mismo animal hace girar al lamerla y se va embebiendo en la
mezcla (Martínez, 2012).

5.10. El proceso del ensilaje.

El ensilaje es una técnica de preservación de forraje que se logra por medio de una
fermentación láctica espontánea bajo condiciones anaeróbicas. Las bacterias epifíticas de
ácido láctico (BAC) fermentan los carbohidratos hidrosolubles (CHS) del forraje produciendo
ácido láctico y en menor cantidad, ácido acético. Al generarse estos ácidos, el pH del material
ensilado baja a un nivel que inhibe la presencia de microorganismos que inducen la
putrefacción. Una vez que el material fresco ha sido almacenado, compactado y cubierto para

27
excluir el aire, el proceso del ensilaje se puede dividir en cuatro etapas (Weinberg y Muck,
1996; Merry et al., 1997).

Fase 1 - Fase aeróbica. En esta fase (que dura sólo pocas horas) el oxígeno atmosférico
presente en la masa vegetal disminuye rápidamente debido a la respiración de los materiales
vegetales y a los microorganismos aeróbicos y aeróbicos facultativos como las levaduras y las
enterobacterias. Además, hay una actividad importante de varias enzimas vegetales, como las
proteasas y las carbohidrasas, siempre que el pH se mantenga en el rango normal para el jugo
del forraje fresco (pH 6,5-6,0) (Honig y Woolford, 1980; Acosta, 2011).

Fase 2 - Fase de fermentación. Esta fase comienza al producirse un ambiente anaeróbico.


Dura de varios días hasta varias semanas, dependiendo de las características del material
ensilado y de las condiciones en el momento del ensilaje. Si la fermentación se desarrolla con
éxito, la actividad bacteriana proliferará y se convertirá en la población predominante. A causa
de la producción de ácido láctico y otros ácidos, el pH bajará a valores entre 3,8 a 5,0 (Honig y
Woolford, 1980; Acosta, 2011).

Fase 3 - Fase estable. Mientras se mantenga el ambiente sin aire, ocurren pocos cambios. La
mayoría de los microorganismos de la Fase 2 lentamente reducen su presencia. Algunos
microorganismos acidófilos sobreviven este período en estado inactivo, otros, como clostridios
y bacilos, sobreviven como esporas. Sólo algunas proteasas y carbohidrasas, y
microorganismos especializados, como Lactobacillus buchneri que toleran ambientes ácidos,
continúan activos, pero a menor ritmo (Honig y Woolford, 1980; Acosta, 2011).

Fase 4 - Fase de deterioro aeróbico. Esta fase comienza con la apertura del silo y la
exposición del ensilaje al aire. Esto es inevitable cuando se requiere extraer y distribuir el
ensilaje, pero puede ocurrir antes de iniciar la explotación por daño de la cobertura del silo (p.

28
ej. roedores o pájaros). El período de deterioro puede dividirse en dos etapas. La primera se
debe al inicio de la degradación de los ácidos orgánicos que conservan el ensilaje, por acción
de levaduras y ocasionalmente por bacterias que producen ácido acético. Esto induce un
aumento en el valor del pH, lo que permite el inicio de la segunda etapa de deterioro, en ella se
constata un aumento de la temperatura y la actividad de microorganismos que deterioran el
ensilaje, como algunos bacilos. La última etapa también incluye la actividad de otros
microorganismos aeróbicos (también facultativos) como mohos y enterobacterias. El deterioro
aeróbico ocurre en casi todos los ensilajes al ser abiertos y expuestos al aire. Sin embargo, la
tasa de deterioro depende de la concentración y de la actividad de los organismos que causan
este deterioro en el ensilaje. Las pérdidas por deterioro que oscilan entre 1,5 y 4,5 por ciento
de materia seca diarias pueden ser observadas en áreas afectadas. Estas pérdidas son similares
a las que pueden ocurrir en silos herméticamente cerrados y durante períodos de almacenaje de
varios meses (Honig y Woolford, 1980; Acosta, 2011).

5.11. Conservación de forrajes mediante la técnica de ensilado.

La utilización de forrajes conservados, es una opción económica y ecológica para mejorar la


disponibilidad de alimento en épocas criticas de producción, su principio de conservación es
una rápida disminución del pH, gracias a la producción de bacterias acido lácticas que impiden
el crecimiento microbiano y la actividad de las enzimas endógenas catabólicas de la planta
preservando el alimento. El ensilaje es un proceso de la conservación de forrajes en estado
húmedo mediante fermentación que conduce a la acidificación, en unos reservorios especiales
denominados silos, al abrigo del aire, la luz y la humedad exterior. Los forrajes se conservan
con un mínimo de pérdidas de materia seca y de nutrientes, manteniendo una buena
palatabilidad por el ganado. En la conservación por ensilajes se trata de inhibir el crecimiento
de microorganismos degradadores de la materia seca, el objetivo es conseguir un valor

29
nutricional similar al forraje en el momento de la recolección. La calidad final del ensilado
depende tanto de las materias primas como de la técnica (Delgado, 2005). Entre los factores de
la materia prima para el ensilado destacan la altura de corte, el nivel de humedad, el tamaño de
las partículas, la porosidad de la masa forrajera, la resistencia a la compactación y la calidad
fermentativa, determinada por la concentración de ácidos orgánicos, nitrógeno amoniacal y pH
(Villa et al., 2010).

El ensilaje es un método de conservación de forrajes u otros alimentos basado en la


fermentación de los carbohidratos solubles mediante bacterias, para producir ácido láctico en
condiciones anaeróbicas. Este método, generalmente de bajo costo, tiene como objetivo
conservar forrajes con un mínimo de pérdidas de materia seca y nutrientes durante el
almacenamiento, para posteriormente utilizarlos en épocas criticas cuando la calidad y
disponibilidad de los pastos disminuyen (Delgado, 2005).

En los últimos años el método de ensilado también ha sido utilizado para la conservación de
forrajes de leguminosas, con alto contenido en proteína y minerales. En general, las
leguminosas son difíciles de ensilar., y al contrario de las gramíneas presentan bajo contenido
de materia seca. Por la importancia nutricional que muestra el forraje de leguminosas, con 14
– 23 % de proteína cruda, varios estudios han demostrado que la inclusión de aditivos al
material por ensilar, tales como melaza, acido fórmico y bacterias acido lácticas, entre otros,
es una opción interesante para facilitar el proceso de ensilaje y aumentar el valor nutritivo de
los ensilados (Garcés et al., 2013).

La conservación de alimentos en forma de ensilaje es una herramienta de manejo que permite


a los productores obtener recursos alimenticios (forrajes, residuos de cosecha, productos agro-
industriales) con demanda alimenticia para el consumo de distintas especies de animales. La
función básica de la manufactura del ensilaje es almacenar y reservar alimento para su uso
posterior con pérdidas mínimas de calidad nutricional (Velazco et al., 2010).

El ensilaje es menos dependiente que la manufactura de heno en las condiciones ambientales y


puede ser extendido a una gran variedad de cultivos forrajeros (maíz, sorgo, cereales de grano

30
inmaduro, etc.). Actualmente la práctica de ensilaje ha evolucionado en paralelo con el éxito
del maíz en alto rendimiento de cosecha que se conserva fácilmente en el silo. Las dificultades
se incrementan cuando el ensilaje se extiende a otros cultivos forrajeros que no son fácilmente
conservados como ensilaje, en particular leguminosas (SAGARPA, 2007; Velazco et al.,
2010).

La conservación del ensilaje es un componente de sistemas de altas entradas (cero-pastoreo).


Se ha permitido a los productores intensificar la productividad de la tierra y la productividad
de las vacas independientemente una de la otra. Como el ensilaje permite almacenar y
conservar los recursos alimenticios por meses o por años. Por otra parte, a medida que un
forraje es cortado, cosechado y almacenado, tiene perdidas en materia seca, cantidad y calidad
nutricional, ocurren inevitablemente. Estas pérdidas son debidas a enzimas que degradan la
planta luego del corte. Las enzimas pueden originarse desde la misma planta que está
muriendo o por bacteria y otros microorganismos. Por lo tanto, el objetivo de ensilaje es
detener estas reacciones enzimáticas para minimizar perdidas de energía, proteína y otros
nutrientes, por lo cual, el ensilaje puede ser definido simplemente como un método de
conservación de forraje en el cual la mayoría de la energía, proteínas y otros nutrient.es que se
hallaban originalmente en la planta permanecen en una forma que puede ser utilizado
eficientemente por los animales (SAGARPA, 2007).

La ausencia de oxigeno permite a las bacterias acido lácticas crecer gracias a la conversión de
azucares (azucares simples y almidón) en ácido láctico, un ácido orgánico fuerte. A medida
que las bacterias acido-lácticas crecen, el ácido láctico se acumula en la masa ensilada, la
acidez se incrementa, esto quiere decir, el pH disminuye. A medida que el pH declina, las
acciones degradantes de las enzimas vegetales y de las bacterias indeseables (Clostridium,
enterobacterias), levaduras y hongos son frenadas (Wattiaux, 2005; Velazco et al., 2010).

Cuando el pH es suficientemente bajo (pH de 4.2 - 4.2) la mayoría de las enzimas de


degradación son inhibidas y el crecimiento de la propia bacteria acido-láctica es inhibida. Por
lo tanto, el objetivo del ensilaje es excluir el oxígeno de la masa de forraje para promover la

31
fermentación de azucares por las bacterias acido lácticas y disminuir el pH tan rápidamente
como fuera posible para frenar toda forma activada de degradación (Wattiaux, 2005).

Desde otra perspectiva, el ensilado es un proceso de conservación de forrajes u otros alimentos


con elevado contenido en humedad, al abrigo del aire, la luz y la humedad exterior, mediante
acidificación, que impide la continuidad de la vida vegetal y la actividad microbiana
indeseable, basado en la fermentación de los carbohidratos solubles mediante bacterias, para
producir ácido láctico en condiciones anaeróbicas (Delgado, 2005).

Las gramíneas tales como el maíz y el sorgo son las especies más utilizadas en esta práctica de
conservación de forraje, ya que el alto contenido (>10%) de carbohidratos solubles, materia
seca de 30%, bajo contenido de proteína bruta y reducida capacidad amortiguadora favorecen
su ensilaje (Herrera et al., 2010).

5.12. Ensilado de oleaginosas.

Generalmente, el ensilaje de girasol contiene un alto contenido proteico y debido a su elevado


contenido de aceite, también posee alto valor energético. Con todo, la fracción fibrosa
generalmente presenta una mayor proporción de lignina y menor digestibilidad. Sin embargo,
Tirterton y Bareeba (2006) considera que el girasol puede ser ensilado al final de la floración.
Woolford (1984) encontró buenos resultados cuando realizaron cortes con los capítulos
presentando coloración verde-amarilla en la faz dorsal y con simientes diferenciadas y bien
formadas.

Goncalves et al. (2000), recomienda la cosecha con la planta presentando 100% de los granos
maduros, brácteas amarillas a castañas y hojas marchitas o secas. Las recomendaciones de
época de ensilaje del cultivo de girasol son controversiales y son pocos los estudios que
evaluaron el ensilaje en estadios más avanzados de maduración. Estudios que avalan
diferentes épocas de ensilaje (incluyendo estadios más avanzados de maduración) serán
importantes, porque son capaces de establecer el momento en que el cultivo presentará una
óptima relación entre producción de materia seca y valor nutritivo.

32
La conservación por ensilaje se basa en el proceso de conservación en ácido, donde el
descenso del pH por la fermentación limita la ocurrencia de procesos que promueven el
deterioro del forraje. En general, se considera un pH entre 3,8 a 4,2 como adecuado para
ensilajes bien conservados. En relación a la calidad de la fermentación, la mayor parte de los
estudios han observado un contenido de nitrógeno amoniacal debajo de 10% en ensilajes de
girasol, indicando la aptitud de la planta para el ensilaje en cuanto a la conservación de la
calidad de la fracción proteica (Ribeiro, 2007; Goncalves et al., 2000).

33
VI. MATERIALES Y MÉTODOS

6.1. Localización del área de estudio.


El trabajo se realizó en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia No.1. de la
Universidad Autónoma de Guerrero. Esta se encuentra ubicada en Ciudad Altamirano
municipio de Pungarabato, en la Región Tierra Caliente del Estado de Guerrero - México. El
clima que predomina es cálido sub húmedo (AW0) con lluvias en verano. Está ubicado entre
los paralelos 17° 20’ y 18° 59´ de latitud norte y 100° 39´ de longitud oeste, con temperatura
que oscila de 26 a 40 °C en verano. Con una precipitación pluvial de 1200 mm anuales. Se
encuentra a 250 msnm (INAFED, 2015).

Figura 2. Mapa de Ciudad Altamirano.

6.2 Diseño experimental

Para el siguiente trabajo se sembró una parcela de 25 x 50 m de ajonjolí, el 15 de julio del


2016 en los terrenos de la FMVZ No.1 de Cd. Altamirano, establecidas sobre suelo arcilloso.
Durante el crecimiento del cultivo, solo se le dio una escarda cuando tenía aproximadamente

34
20-30 cm de altura, no se fertilizo, ni se aplicaron plaguicidas. Se trabajó con la planta
completas de ajonjolí (Sesamum indicum L.) de 80 de edad. La recolección de la planta
completa se realizó en estado maduro o cercano a la madurez. La planta se cortó con machete,
a una altura entre 5 y 10 cm del suelo, en horas de la mañana.

Inmediatamente después del corte se picó la materia prima para ensilar y se procedió a la
elaboración de los ensilados.

6.3. Diseño de experimentos y tratamientos.


El experimento constó de cinco tratamientos. Cada tratamiento tuvo cinco repeticiones como a
continuación se enlistan.

Tratamientos:

T0: Maíz 100%

T1: Ajonjolí 100 %

T2: Ajonjolí 96 % + Melaza 4 %

T3: Ajonjolí 92 % + Melaza 8 %

T4: Ajonjolí 88 % + Melaza 12 %

6.4. Procedimiento para la elaboración de los microsilos.


La planta de ajonjolí fue picada con un molino forrajero portátil a un tamaño de partícula de 3-
5 cm. Posteriormente el forraje y la melaza fueron pesados por separados y en las
proporciones correspondientes a cada tratamiento. Una vez pesados ambos materiales, se
procedió a mezclarlos manualmente, hasta lograr una mezcla uniforme para elaborar los
microsilos. La elaboración de los microsilos se realizó introduciendo 5 kg de la mezcla
(material fibroso y melaza) en bolsas negras de polietileno (600 x 600 mm), asegurando que el
material estuviera bien compactado y libre de aire. Posteriormente se sellaron herméticamente

35
cada microsilo con plástico para emplayar y cinta canela. Los microsilos así obtenidos se
protegieron de la acción de roedores en tambos plásticos cerrados, colocados bajo techo.

Se confeccionaron seis microsilos por tratamiento. El pesaje de todo el material vegetal y de


las bolsas de polietileno se realizó con una balanza digital con un error de ± 5 g (Marca
Torrey, modelo LPCR 40, México). Además, se tomaron muestras del forraje molido para
determinar su composición química antes de ensilar. La composición química se determinó en
el laboratorio de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM.

Los microsilos se mantuvieron herméticamente sellados durante 64 días. Luego se retiró todo
el plástico de emplayar, la cinta canela y las cuerdas. Posteriormente, se extrajo el contenido
de las bolsas y se tomaron tres muestras del microsilo:

● Una primera muestra de 25 g de material vegetal se mezclará con 100 ml de agua


destilada, se dejó hidratar durante 5 minutos y luego se agito y filtro. Al filtrado se le
medio el pH con un potenciómetro (Modelo: pH 212, marca: Hanna Instruments).

● La segunda muestra, unos 100 g aproximadamente, se pesó en charolas taradas para


determinar materia seca total según la metodología de la AOAC (1990) y Van Soest
(1991).

● La tercera muestra se preparó para determinar la composición química de acuerdo a la


metodología de la AOAC (1990) y Van Soest (1991) en la Facultad de Medicina
Veterinaria y Zootecnia de la UNAM.

6.5. Variables en estudio


En este estudio las variables de interés fueron el pH y la composición química de los ensilados
con planta de ajonjolí y los diferentes niveles de inclusión de melaza. La variable fermentativa
del material ensilado, pH fueron determinadas por medio de un potenciómetro
respectivamente y la composición química por las metodologías tradicionales.

36
6.6. Composición química del forraje ensilado.
Inmediatamente después de que las planta a ensilar fue picada, se tomó una muestra por
triplicado para la determinación de MS, la cual se realizó según la técnica descritas por la
AOAC (1990). En la tabla 5 se describen los valores la composición química del forraje de
ajonjolí fresco que se usó para ensilar.

Tabla 5. Composición química de la planta de ajonjolí y melaza usados en los diferentes


tratamientos del trabajo.

MATERIA MS PC EE FC TND ED EM FDN FDA CZ


PRIMA % % % % Mcal/kg Mcal/kg % % %
Forraje de 26.13 8.5 14.3 22.91 - - - 55.26 40.43 6.21
ajonjolí
Melaza 75.0 3.0 - 57.0 3.17 2.76 - 1.03 8.5
MS: Materia Seca, TND: Nutrientes digestibles totales, ED: energía digestible, EM: energía Metabolizable, FDN: Fibra
Detergente Neutro, FDA: Fibra Detergente Acida, EE: Extracto Etéreo, PC: Proteína Cruda, CZ: cenizas.

6.7. Análisis de los datos.


Los datos del pH y la composición química de los diferentes tratamientos se sometieron a un
análisis de varianza de acuerdo a un diseño completamente aleatorizado, con los diferentes
tratamientos del experimento, considerando cada microsilo como una réplica usando el
paquete estadístico del programa InfoStat (Balzarini et al., 2012).

37
VII. RESULTADOS Y DISCUSIÓN.
En el cuadro 1, se muestran los valores de pH y Materia Seca (MS) de los diferentes
tratamientos comparados en este trabajo. Como se puede observar los valores de pH muestran
diferencias estadísticas (p <0.0001) en los diferentes tratamientos. Cuando el forraje de
ajonjolí se ensilo sin la adición de melaza el valor del pH fue mayor (5.22), comparado con el
ensilado de ajonjolí donde se le añadió el 12% de melaza (3.94). El valor del pH para el
ensilado de maíz (T0, testigo) se registró un pH de 3.8. Con respecto a la MS también mostró
diferencias significativas (p <0.0001) en los diferentes tratamientos. Cuando se ensiló el
forraje de ajonjolí sin inclusión de melaza el valor de MS fue menor (21.75%) comparado con
el ensilado de ajonjolí donde se le añadió melaza. Incluso cuando la inclusión de melaza fue
del 12% el valor de MS fue el más alto (27.63%), sin diferencia con el tratamiento testigo. El
ensilado de maíz (T0) registro un valor para MS de 28.55%.

Cuadro 1. Valores de pH y materia seca del ensilado de ajonjolí con diferentes niveles
de inclusión (0, 4, 8, 12%) de melaza.
TRATAMIENTO pH %MS
T0 3.83d 28.55a
T1 5.22a 21.75d
T2 4.04b 23.93c
T3 4.00bc 25.78b
T4 3.94c 27.63a
P <0.0001 <0.0001
MS: Materia seca. ** Valores con diferente literal son estadísticamente diferente (P<0001)
T0: Maíz 100%, T1: Ajonjolí 100%, T2: Ajonjolí 96%+Melaza 4%, T3: Ajonjolí 92%+Melaza 8%, T4:
Ajonjolí 88%+Melaza 12%.

38
El valor de pH del ensilado de ajonjolí sin la adición de melaza del presente estudio fue
diferente con respecto al ensilado de maíz, ya que el pH promedio reportado es de 4.0 según
De la Roza (2005) y Shimada (1986). McDonald (1995), reporta en su literatura que un buen
ensilado de maíz, bien conservado tiene un pH de 3.9. En el presente estudio el pH del
ensilado de maíz fue de 3.83, sin diferencias estadísticas con el ensilado de ajonjolí donde se
incluyó el 12% de melaza, pero con diferencias estadísticas cuando la inclusión de melaza fue
inferior o sin su inclusión.

Para ensilados de sorgo, según Titterton y Maasdorp (1997), el pH promedio es de 4.5. Por
otra parte, Ribeiro et al. (2004) reportan un pH de 5.0 en ensilados de girasol, siendo estos
valores similares a los resultados obtenidos para el ensilado de ajonjolí donde no se añadió
melaza. El comportamiento del pH en el ensilado de ajonjolí sin la adición de melaza fue
mayor con respecto al ensilado de maíz y a los ensilados de ajonjolí donde se incluyó melaza
se atribuye a que la planta de ajonjolí corresponde a una oleaginosa, las cuales tienen bajo
contenido de carbohidratos en comparación con las gramíneas (Cárdenas et al., 2003). Para el
caso de las leguminosas, existen datos como los reportados por Klein (2010), para ensilado de
alfalfa con pH de 5.7. Romero (2004), reporta valores de pH de 4.1 a 5.1 en ensilado de soya.
El pH obtenido en el presente trabajo donde se incluye del 4 al 12% de melaza se considera en
el rango de un buen ensilado, esto de acuerdo a Cañete y Sancha (1998), quienes mencionan
que un buen ensilaje debe tener un pH entre 3.7 y 4.2. La importancia de un valor de acidez
bajo en el ensilaje radica, en que se reduce la proteólisis y mejora la estabilidad de los
aminoácidos, por lo que se considera que ensilados con pH superiores a 5 tienen una
fermentación inapropiada (McDonald et al., 1991).

En otros trabajos recientes (Tomich et al., 2004), donde se ensiló forraje de maíz con girasol
se reportan valores de pH de 4.1 a 4.5, lo que coincide con los resultados del presente estudio.
Muy similar en el trabajo de Aragadvay et al. (2014), donde ensilaron forraje de maíz
combinado con forraje de girasol reportan valores de 3.8 a 4.7, coincidiendo con los resultados
del presente estudio. En un trabajo reciente donde se ensilo forraje de ajonjolí mezclado con

39
forraje de maíz Arteaga et al. (2019), reportaron valores de pH de 3.86 cuando la mezcla fue
75% maíz y 25% ajonjolí, un pH de 3.96 cuando la mezcla ensilada fue 50% maíz y 50%
ajonjolí, y finalmente un pH de 4.29 cuando la mezcla ensilada fue de 25% maíz y 75%
ajonjolí. Estos mismos autores en ensilado con planta de ajonjolí presecada y con la adición
del 8% de melaza reportaron valores de pH de 4.34. Mireles et al. (2019), en un trabajo donde
ensilaron forraje de ajonjolí en silo pastel para alimentar corderas reportaron valores de pH de
4.89, indicando que era un ensilado de buena calidad. Similarmente Alonso et al. (2019), al
evaluar el pH de ensilado con planta de ajonjolí en microsilos reportaron valores de 4.86. Los
valores de pH mayores a 5 en ensilados de ajonjolí sin la adición de melaza podrían deberse a
la alta capacidad buffer del forraje y limitada cantidad de carbohidratos hidrosolubles
disponibles para una adecuada fermentación y la conversión de estos en concentraciones
apropiadas de ácido láctico.

Como ya se mencionó anteriormente el contenido de materia seca (MS) presento diferencias


significativas en los diferentes tratamientos. Sin embargo, el ensilado de maíz (T0) comparado
con el ensilado de ajonjolí con el 12% de melaza (T4) del presente estudio no presentó
diferencias estadísticas. Estos resultados son muy similares con los reportados por McDonald,
et al. (1991), para MS en ensilados de maíz no pre marchito de manera bien conservada con
valores de 285 g/kg. En ese sentido Shimada (1986) y Queiroz et al. (2013), reportan
porcentajes de MS de 28 a 34% en ensilados de maíz. En otros trabajos de Aragadvay et al.
(2014), donde ensilaron forraje de maíz combinado con forraje de girasol reportan valores de
MS de 296 a 335 g/kg MS. En algunos trabajos recientes Amorin et al. (2017), al comparar
ensilados de maíz con ensilados de ajonjolí, millet y girasol reportaron valores de MS de 429,
326 281 y 280 g/kg respectivamente. Arteaga et al. (2019), reportaron valores para MS de
26.96% cuando el ensilado fue de 75% maíz y 25% ajonjolí, de 25.53% cuando la mezcla
ensilada fue 50% maíz y 50% ajonjolí y finalmente de 23.05% cuando la mezcla ensilada fue
de 25% maíz y 75% ajonjolí. Por otra parte, estos mismos autores en ensilado con planta de
ajonjolí presecada sin melaza y con la adición del 8% de melaza reportaron valores de MS de
36.43 y 34.10% respectivamente. Finalmente, en otros trabajos Mireles et al. (2019), al ensilar

40
forraje de ajonjolí en silo pastel para alimentar corderas reportaron valores de MS de 26%.
Alonso et al. (2019), reporta valores de MS de 22.9% en microsilos con forraje de ajonjolí. El
valor ligeramente bajo en el contenido de MS puede atribuirse al alto contenido de humedad
en la planta de ajonjolí, al momento de ser ensilada. Esto concuerda con Cárdenas et al.
(2003), quienes argumentan que las variaciones en el contenido de MS de los ensilados
dependen principalmente del contenido de humedad en las especies que se utilizan en la
elaboración de los ensilados. Por lo que, es importante señalar que los forrajes ensilados con
alto contenido de humedad favorecen la proliferación de clostridios, productores de ácido
butírico. Sin embargo, algunos estudios con forraje de girasol ensilado en estadios precoces,
con bajo contenido de materia seca (19.7 y 23.6%) han mostrado una aceptable fermentación
láctica, confiriendo una preservación satisfactoria del material ensilado (Edwards et al., 1978;
Freire, 2001; Porto, 2002; Pereira, 2003; Ribeiro et al., 2007).

En los cuadros 2, 3 y 4 se muestra la composición química MSP, PC, EE, FC, CZ, ELN, TND,
ED, EM, CC, FDN, FDA, HEMIC, CEL y LIG para cada uno de los tratamientos. Como se
puede observar en el cuadro 2, el contenido de materia seca parcial fue diferente
estadísticamente (p<0.0001) en cada tratamiento. El ensilado de maíz registro el contenido de
materia seca parcial más bajo (95.19%), por el contrario, el ensilado de ajonjolí con el 8% de
inclusión de melaza registro el porcentaje más alto (97.01%) de materia seca parcial. En el
resto de los tratamientos los valores para materia seca parcial se mantuvieron con valores
intermedios. Es importante indicar que todos los valores de los diferentes componentes
químicos de los tratamientos están reportados en base seca parcial.

El contenido de proteína cruda (PC) también mostro diferencias estadísticas en los diferentes
tratamientos (p<0.0001). Cuando se ensilo el forraje de ajonjolí sin la adición de melaza el
contenido de PC fue menor (7.46%) comparado con el T2 donde se le añadió el 4% de melaza,
el cual registro el contenido mayor (9.94%) de PC. Cabe mencionar que con la inclusión de
melaza en diferentes porcentajes (4% al 12%) se ve favorecida la concentración de proteína
cruda en comparación con el tratamiento donde no se incluyó melaza.

41
El contenido de extracto etéreo (EE) fue mayor (16.46%) en el ensilado de ajonjolí sin
inclusión de melaza y menor (12.06%) en el ensilado donde se añadió mayor cantidad (12%)
de melaza. Para la fibra cruda (FC) la concentración mayor fue para el ensilado de ajonjolí sin
melaza (32.61%) y la menor concentración fue para el tratamiento donde se añadió el 12% de
melaza (17.87%). La concentración de ceniza (CZ) fue de 7.95 a 9.08% en los diferentes
tratamientos mostrando diferencias significativas. El extracto libre de nitrógeno (ELN)
también mostro diferencias estadísticas (p<0.0001), el ensilado de ajonjolí sin la inclusión de
melaza tuvo un valor de 31.17% y el ensilado de ajonjolí donde se incluyó el 12% de melaza
tuvo un valor de 48.17%.

Cuadro 2. Valores para materia seca parcial, proteína cruda, extracto etéreo, fibra cruda,
cenizas y extracto libre de nitrógeno del ensilado de ajonjolí con diferentes niveles de
inclusión (0, 4, 8, 12%) de melaza.
TRATAMIENTO MSP% %PC %EE %FC %CZ %ELN
T0 95.19c 7.89c 2.34d 20.80b 5.51d 58.65a
T1 95.99b 7.46c 16.46a 32.61a 8.30bc 31.17d
ab
T2 96.35 9.94a 15.81ab 21.31b 7.95c 41.34c
T3 97.01a 9.46a 13.77bc 18.62b 8.95ab 46.20bc
ab
T4 96.32 8.88b 12.06c 17.87b 9.08a 48.17b
P <0.0001 <0.0001 <0.0001 <0.0001 <0.0001 <0.0001
MS: Materia Seca Parcial, PC: Proteína Cruda, EE: Extracto Etéreo, FC: Fibra Cruda, CZ: Cenizas, ELN:
Extracto Libre de Nitrógeno. ** Valores con diferente literal son estadísticamente diferente (P<0001).
T0: Maíz 100%, T1: Ajonjolí 100%, T2: Ajonjolí 96%+Melaza 4%, T3: Ajonjolí 92%+Melaza 8%, T4: Ajonjolí
88%+Melaza 12%.

Como se puede observar en los valores del cuadro dos prácticamente todos los componentes
muestran diferencias significativas (p <0.0001) en cada uno de los tratamientos. Estos
resultados tienen comportamientos similares con otros trabajos sobre ensilados. En este
sentido Mier (2009), al evaluar ensilado de maíz sin inoculo y con inóculos bacterianos más
urea reporto que el contenido de PC fue de 6.47 y 10.23%, EE de 1.0 y 0.96%, FC de 19.13 y
18.63% y finalmente cenizas de 6.47 y 6.57% respectivamente., concluyendo que el inoculo

42
bacteriano más la urea únicamente tuvo influencia significativa en la concentración de
proteína bruta. Núñez (2014), en su trabajo donde ensilo forraje de maíz con y sin inóculos
microbianos reporta valores para PC de 6.6 a 8.2%, por lo que concluye que no hubo
diferencias en la concentración de proteína en los tratamientos debido al inoculo. Sin embargo,
Cárdenas et al. (2003), observaron que al adicionar leguminosas a pastos tropicales
presentaron mayores concentraciones de ácido láctico, consecuentemente se reduce la
proteólisis y la producción de amoniaco, dando como resultado una mayor eficiencia en la
conservación de la proteína original del forraje a ensilar. Aragadvay et al. (2015), en un
trabajo de ensilado de girasol solo y combinado con forraje de maíz reportaron valores de PC
de 59 a 81 g/kg y ceniza de 61 a 105 g/kg., concluyendo que la mezcla de forraje influyo en la
concentración de los nutrientes del ensilado. En otros trabajos Amorim et al. (2017), al
comparar ensilados de ajonjolí con ensilados de maíz, millet y girasol reportaron valores de
PC y EE de 153 y 160 g/kg para ensilado de girasol, 101 y 130 g/kg para ensilado de ajonjolí,
concluyendo que el ensilado de ajonjolí aporta un alto contenido de PC y EE. Al evaluar la
composición química del forraje de ajonjolí Alonso et al. (2019), reportaron valores de 16.49,
21.48 y 13.83% de PC, EE y ceniza respectivamente, por lo que se observa que este forraje
contiene elevados niveles de PC y EE. En un trabajo reciente donde se evaluó la composición
química del ensilado de ajonjolí Alonso et al. (2019) reportan valores para PC, EE y cenizas
de 13.73, 15.9 y 7.3% respectivamente. Según Cubero (2008), el efecto de los inóculos sobre
los componentes nutritivos de los ensilados depende de la variedad del forraje, tipo de inoculo,
edad de cosecha del forraje y condiciones que prevalecen durante la elaboración del ensilado.

Como se muestra en el cuadro 3, los nutrientes digestibles totales (TND) es mayor (87.34%)
en el ensilado donde se incluyó el 4% de melaza y menor (73.84%) en el ensilado de maíz. La
energía digestible (E.D) y energía metabolizable (E.M) fueron mayores en el ensilado de
ajonjolí donde se añadió el 4% de melaza (T2) y menores en el ensilado de maíz (T0). Es
importante señalar que todos los tratamientos donde se incluyó melaza no mostraron
diferencias estadísticas en el contenido de TND, E.D y E.M, pero si mostraron diferencias
(p<0.0001) con el ensilado de ajonjolí donde no se incluyó melaza y con el ensilado de maíz.

43
Cuadro 3. Valores para nutrientes digestibles totales, energía digestible y energía
metabolizable del ensilado de ajonjolí con diferentes niveles de inclusión (0, 4, 8, 12%) de
melaza.
TRATAMIENTO %TND E.D. Kcal/kg E.M Kcal/kg
T0 73.84c 3255.63c 2642.36c
T1 83.26b 3671.15b 3009.86b
T2 87.34a 3867.32a 3157.21a
T3 85.87ab 3786.17ab 3104.34ab
T4 83.93ab 3700.45ab 3034.05ab
P <0.0001 <0.0001 <0.0001
TND: Nutrientes Digestibles Totales, E.D: Energía Digestible, E.M: Energía Metabolizable. ** Valores con
diferente literal son estadísticamente diferente (P<0001)
T0: Maíz 100%, T1: Ajonjolí 100%, T2: Ajonjolí 96%+Melaza 4%, T3: Ajonjolí 92%+Melaza 8%, T4: Ajonjolí
88%+Melaza 12%.

Aragadvay et al. (2014), al ensilar forraje de maíz solo y combinado con forraje de girasol
reportan valores para EM de 10.0 y 8.3 MJ/kg de MS, siendo el valor mayor para ensilado de
maíz y el más bajo para el ensilado de girasol. La disminución de la energía en el ensilado de
girasol la atribuyen a la concentración de grasas y aceites en el forraje, ya que estos elementos
disminuyen la concentración de microorganismos ruminales y consecuentemente la
degradación de carbohidratos estructurales. Por otra parte, en otro estudio realizado por
Castillo et al. (2009), sobre ensilado de maíz en asociación con vigna reportan un valor de
63.87% para TND, de 2.82 Mcal.kg de MS para E.D y de 2.31 Mcal.kg de MS para E.M en el
mejor ensilado. Villalobos (2006), reporto valores de TND de 61.9% en pastos de Ryegrass
perenne tetraploide. Sánchez y Soto (1996), reportan valores de TND de 56.2, 53.7, 53.8 47.8
y 56.7% para pastos de Setaria anceps, Bracbiaria ruzi, Cynodon nlemfuensis, Pennisetum
purpureum y Pennisetum clandestinum respectivamente. Nieto (2004), al evaluar ensilados de
maiz-Arachis pintoi reportó valores para TND de 64.4%, E.D de 2.8 Mcal.kg MS y E.M 2.2
Mcal.kg MS. En otro trabajo Amorim et al. (2017), al comparar ensilado de ajonjolí con
ensilados comunes (maíz, girasol y millet) reportaron que el ensilado de ajonjolí registro 514
g/kg MS de TDN, concluyendo que este ensilado tuvo aportes más altos de PC, TND y más
bajo contenido de lignina, De acuerdo a lo anterior, el contenido de TND y contenido

44
energético del ensilado de ajonjolí con inclusión de melaza mostró ser ligeramente superior al
de otros forrajes ensilados, incluso superior al ensilado de maíz. Esto puede estar influenciado
por el aporte energético del forraje de ajonjolí, el cual pertenece a una oleaginosa y al
momento de la cosecha contienen alto contenido de extracto etéreo en las semillas.

En el cuadro 4 se muestran los diferentes elementos del contenido celular determinados por el
sistema detergente. Como se observa en los diferentes componentes del contenido celular
existen diferencias estadísticas (p<0.0001). El ensilado únicamente con planta de ajonjolí tuvo
un menor contenido celular (41.45%), en cambio el ensilado donde se incluyó el 12% de
melaza tuvo un mayor contenido celular (64.77%). Contrariamente, el contenido de fibra
detergente neutro (FDN) y fibra detergente acida (FDA) fueron menores en el tratamiento
donde se incluyó el 12% de melaza (35.4 y 31.83%) y mayores donde únicamente se ensilo
planta de ajonjolí (58.55 y 49.49%) respectivamente. El contenido de hemicelulosa (HEMIC)
fue mayor en el tratamiento donde únicamente se ensilo planta de ajonjolí (32.71%) y menor
en el tratamiento donde se incluyó el 12% de melaza (20.04%). Para el contenido de celulosa
(CEL) fue mayor en el tratamiento donde se ensilo planta de ajonjolí sin melaza (16.93%) y el
menor contenido fue para el tratamiento donde se ensilo forraje de ajonjolí con el 12% de
melaza. Finalmente, el contenido de lignina (LIG) fue mayor en el tratamiento donde se
incluyó el 4% de melaza (9.81%) y el menor para el tratamiento donde se incluyó el 12% de
melaza, mostrando diferencias estadísticas (p<0.0001).

Cuadro 4.- Valores del contenido celular, fibra detergente neutra, fibra detergente acida,
hemicelulosa, celulosa y lignina de ensilado de ajonjolí con diferentes niveles de inclusión (0,
4, 8, 12%) de melaza.

TRATAMIENTO %C.C %FDN %FDA %HEMIC %CEL %LIG


T0 53.60b 46.40b 33.23cd 23.61c 13.17b 7.24ab
T1 41.45c 58.55a 49.49ª 32.71a 16.93a 8.08a
T2 51.18b 48.82b 40.34b 26.82b 12.86b 9.81a
T3 58.19ab 41.81bc 35.52c 22.91cd 12.41b 6.29b

45
T4 64.77a 35.40c 31.83d 20.04d 12.28b 6.10b
P <0.0001 <0.0001 <0.0001 <0.0001 <0.0001 <0.0001
C.C: Contenido Celular, FDN: Fibra Detergente Neutra, FDA: Fibra Detergente Acida, HEMIC: Hemicelulosa,
CEL: Celulosa, LIG: Lignina. ** Valores con diferente literal son estadísticamente diferente (P<0001).
T0: Maíz 100%, T1: Ajonjolí 100%, T2: Ajonjolí 96%+Melaza 4%, T3: Ajonjolí 92%+Melaza 8%, T4: Ajonjolí
88%+Melaza 12%

Mier (2009), al evaluar ensilado de maíz sin y con inóculos bacterianos más urea reporto los
siguientes valores para la FDN de 41.87 y 41.0%, FDA de 26.67 y 27.63 y lignina de 7.05 y
4.18 respectivamente. Concluyendo que los inóculos no influyeron en el contenido de estos
componentes de manera significativa. De igual manera, Ruiz et al. (2009), concluyeron en sus
trabajos donde añadieron aditivos microbianos en ensilados de maíz que no se afectó en el
contenido de FDN y FDA. Similarmente Núñez (2014), al evaluar ensilado de maíz con y sin
inoculo microbiano reporto que el contenido promedio para FDN fue de 57.26% y para FDA
de 30.44 %, respectivamente, sin mostrar efecto por la adición del inoculo sobre los
compuestos. En otros estudios Aragadvay et al. (2014), al ensilar forraje de maíz solo y
combinado con forraje de girasol reportan valores para FND y FDA de 456 a 498 g/kg y de
235 a 283 g/kg respectivamente, concluyendo que a medida que aumenta el forraje de girasol
aumenta el contenido celular, atribuyendo este comportamiento al contenido fibroso de los
forrajes. Amorim et al. (2017), al comparar ensilados de maíz con ensilados de ajonjolí, millet
y girasol reportaron valores de FND y FDA para ensilado de ajonjolí de 627 y 374 g/k
respectivamente y para ensilado de girasol de 498 y 301 g/kg. Contenidos de hemicelulosa de
383, 306, 253 y 197 k/kg para ensilado de maíz, millet, girasol y ajonjolí respectivamente.
Contenidos de lignina de 26.8 y 25 g/kg para ensilados de maíz y ajonjolí. Por lo que,
concluyeron que el ensilado de ajonjolí presento moderado contenido de MS, mayor contenido
de PC y TDN y un bajo contenido de lignina comparado con ensilados de maíz, girasol y
millet. Alonso et al. (2019), reportan valores para FDN y FDA de 69.18 y 18.75% en
microsilos con planta de ajonjolí. Sin embargo, Alonso et al. (2017), en un estudio donde
evaluaron la composición química del forraje de ajonjolí reportan valores para FDN de
55.72% y para FDA de 19.82. Por lo que, se puede concluir que el proceso de ensilado no

46
afecta significativamente los componentes fibrosos, sin embargo, estos si pueden presentar
concentraciones variadas dependiendo de las condiciones o estadio del forraje a la hora de ser
cosechado.

VIII. CONCLUSIÓNES.

1. La inclusión de melaza en el ensilado de ajonjolí favoreció la disminución del pH a niveles


deseables en el proceso de ensilaje, lo que favorece la mejor conservacón dee los nutrientes.

2. El porcentaje mayor de MS fue menor en el ensilado de ajonjolí, sin embargo presentó el


mayor contenido de EM kcal, posiblemente al mayor contenido de etracto etereo

47
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