Texto Batalla de Nanawa
Texto Batalla de Nanawa
Texto Batalla de Nanawa
I.- DESCRIPCIÓN.
II.- ANTECEDENTES.
Cuando el ejército boliviano capturó, a fines del mes de julio de 1932, los fortines
Corrales, Toledo y Boquerón, antes de que la guerra comenzara, el general
Carlos Quintanilla solicitó al general Filiberto Osorio que lo autorizara a ocupar
también los fortines Nanawa y Rojas Silva. Salamanca prohibió la ocupación de
Nanawa, en cambio Rojas Silva fue ocupado el 6 de septiembre de 1932 por la
compañía CI-3, al mando del capitán Arce y la compañía CI-4, al mando del
capitán Manchego. Ambas unidades pertenecían al batallón I/RI-14,
transitoriamente al mando del mayor Santalla, que partieron desde el fortín Arce.
El fortín Nanawa fue reforzado por el ejército paraguayo durante el mes de
agosto y se mantuvo en actitud defensiva desde el comienzo de la guerra. A
partir del 23 de diciembre de 1932, cuando el coronel José Félix Estigarribia
determinó que todo el ejército paraguayo debía pasar momentáneamente a una
"defensa activa" hasta que la relación de fuerzas permitiera volver a la ofensiva,
las defensas de Nanawa fueron mejoradas aún más.
El mando boliviano confió en los rasgos característicos de sus hombres:
soldados tímidos pero valientes, disciplinados, gracias a las cualidades del
mando subalterno.
Una vez al mando del ejército boliviano a fines de diciembre de 1932 y
equilibrado el sector Saavedra-Kilómetro 7, el general Hans Kundt puso en
marcha su plan ofensivo para capturar, con la acción de dos Cuerpos de Ejército,
los fortines paraguayos Fernández (Herrera), Corrales y Toledo, hacia el norte, y
Nanawa, hacia el sur. El objetivo final era abrirse paso hacia Isla Poí y acabar
con la presencia paraguaya en el Chaco. La estrategia de Kundt se basaba en la
utilización masiva de hombres y recursos que bastaría para hacer retroceder al
ejército enemigo.
Recursos a emplear:
Frente al sector de Nanawa, Kundt y el Teniente Coronel David Toro, Jefe del
Estado Mayor del Primer Cuerpo de Ejército, elaboraron y organizaron secreta y
personalmente la preparación de las operaciones. El presidente Salamanca,
enterado por terceras personas, consideró que era prematuro atacar antes de
haber completado la movilización total de las fuerzas bolivianas, tanto en
hombres como en armamento. Kundt tampoco aprobó la sugerencia de Toro de
reforzar la División que se iba a encargar del ataque con regimientos de la 9.ª
División que todavía no iban a ser empleados.
La 7.ª División boliviana, al mando del coronel Gerardo Rodríguez y con el
teniente coronel Secundino Olmos como Jefe de Estado Mayor fue designada
para atacar Nanawa. Esa División era, conjuntamente con la 4.ª División, la mejor
del ejército boliviano por la preparación de sus hombres y equipamiento. Para la
acción sobre Nanawa fue dividida en tres columnas:
el Destacamento Frías, formado por los regimientos RI-42, RI-16 ‘’Castillo‘’ (2
batallones), RC-5 ‘’Lanza‘’ (2 escuadrones), RC-7 ‘’Chichas‘’ y la sección de
artillería Seleme, todo al mando del teniente coronel Enrique Frías;
el Destacamento Quiroga formado por los regimientos RI-8 ‘’Ayacucho‘’, RC-1
‘’Abaroa‘’ (una sección) y una sección de artillería mixta, todo al mando del
teniente coronel Julio Quiroga;
el Destacamento Reque Terán formado por los regimientos RI-7 ‘’Azurduy‘’, RI-
26, RI-39, un escuadrón del RC-1 ‘’Abaroa‘’, la sección Ruck del regimiento RC-5
‘’Lanza‘’ y una sección antiaérea SEMAG, todo al mando del teniente coronel
Jacinto Reque Terán.
El Grupo de Artillería Divisionario, al mando del mayor Alfredo Peñaranda
Esprella, con 16 cañones y 360 artilleros, apoyarían a las fuerzas atacantes. A
estas fuerzas se agregaron una sección de zapadores, 2 secciones de
comunicaciones y 1 Compañía sanitaria con 29 camiones. Estas fuerzas
totalizaban un total de 4140 hombres y a partir del día 21 se reforzarían con 4
regimientos o sea 1200 hombres más.
La aviación boliviana colaboraría con el ametrallamiento y bombardeo a baja
altura utilizando 3 escuadrillas con un total de 9 modernos caza-bombarderos de
origen estadounidense.
La guarnición paraguaya que defendía Nanawa era la 5.ª División más refuerzos,
al mando del teniente coronel Luis Irrazábal que había llegado recientemente de
su curso de perfeccionamiento en Bélgica. Esta fuerza de 3000 hombres estaba
integrada por los regimientos RI-13 ‘’Tuyutí‘’, RI-7 ‘’24 de mayo‘’, RC-4 ‘’Acá-
Carayá‘’, RC-5 ‘’Acá-Verá‘’, un escuadrón divisionario y una batería de cañones
Krupp. El regimiento ‘’Boquerón‘’ se ubicó de reserva en Rancho Ocho y el grupo
de artillería ‘’General Brugués‘’ en Bullo. Irrazabal estimaba como más probable
que el ataque boliviano viniera desde sector sur pero no descartaba un ataque
por el norte aunque esto complicaría a las fuerzas enemigas ya que deberían
cuidarse de no ser atacadas por la retaguardia desde Bullo y Gondra. El coronel
Estigarribia reforzó, por las dudas, el fortín Orihuela ubicado al este de Nanawa,
en el camino hacia el río Paraguay y Concepción.
La preparación de una red de posiciones defensivas y de vías de comunicación
internas frente al "Abra de Nanawa" y en las "islas" al norte y al sur del fortín,
transformaron a Nanawa en un poderoso reducto fortificado con trincheras,
alambrados de púas, nidos de ametralladoras y morteros protegidos por
quebracho, ubicados en los bordes del bosque frente a un despejado campo de
tiro.
"Kundt no tendrá probablemente la menor idea del esfuerzo realizado por los
hombres de Irrazábal, pues no dudará en declarar, en el momento de
desencadenar su ofensiva: "Mañana a mediodía, Nanawa estará en nuestras
manos"
Bajo una lluvia torrencial, el 20 de enero de 1933, a las 05:00 horas, la artillería
boliviana comenzó su tarea de ablandamiento sobre el fortín. Las fuerzas del RI-
8 ‘’Ayacucho‘’ salieron de sus posiciones de apronte acercándose al “Abra de
Nanawa”, detrás del cual se encontraba el fortín "antiguo" y que servía de punto
adelantado de la defensa. Por su parte, el RC-7 ‘’Chichas‘’ y el RI-42 avanzaron
dos kilómetros desde el sur sin encontrar resistencia. El combate se generalizó
en los frentes central y sur. Bajo la presión de la artillería, la aviación y los
infantes, los defensores paraguayos cedieron puestos adelantados en el centro.
El grupo Quiroga capturó la posición fortificada en la isla "Loma de Plata". Al sur,
el destacamento Frías cruzó el pajonal que tenía delante y llegó al borde del
bosque donde estaba ubicado el fortín, amenazando su flanco izquierdo. Al
atardecer, los atacantes formaban un semi-círculo que apretaba a Nanawa por
dos frentes. Todo dependía ahora de que el destacamento Reque Terán pudiera
salir por el norte, a las espaldas del fortín, para cerrar el círculo.
Durante el día 22, los tres destacamentos combatieron desde los puntos
que habían alcanzado en su avance inicial sin poder penetrar en la
defensa enemiga. Toro insistió en la necesidad de utilizar los regimientos
de la 9. División en el ala norte. El día 23, el destacamento Quiroga, trató
una vez más de desalojar a los paraguayos del fortín "antiguo", perdiendo
en esa ocasión al mayor Alberto Valdez y a muchos soldados.
El cambio que propuso Kundt de atacar por el sur lo hizo sin consultar
previamente con el comando de la 7.ª División lo que produjo inquietud y
confusión en los mandos. Ordenó que el recién llegado RI-41, al mando
del teniente coronel Pantoja, saliera al camino que une Nanawa con
Suhín, para luego atacar las espaldas del fortín. A las 06:00 horas del 24
de enero, el RI-41 cortó ese camino tomando posiciones defensivas a
ambos lados de la senda. Desde allí atacó enérgicamente hacia Nanawa
desalojando puntos defensivos ubicados en las ‘’islas‘’ y girando hacia el
oeste llegó al sector donde estaban las cocinas y la sanidad del fortín.
Pero el apoyo de la artillería que recibió Pantoja sólo sirvió para alertar a
los defensores paraguayos ya que el mayor boliviano López, encargado
de la misma, no sabía a donde apuntar los cañones.
• Insuficiencia de coordinación.
• Falta de información necesaria antes de la acción.
• Violación al principio de economía de las fuerzas.
• Subestimar al adversario.