SCP. 0038.2017.S3 Guarda
SCP. 0038.2017.S3 Guarda
SCP. 0038.2017.S3 Guarda
SALA TERCERA
Expediente: 17125-2016-35-AAC
Departamento: Cochabamba
Después de diez años, su hija Adela Susy Amaya Mejía decidió volver a Bolivia,
pretendiendo reclamar supuestas herencias conjuntamente a su esposo, y en las visitas
que realizaron a los niños les infundieron desconcierto, razón por la cual, el 16 de
noviembre de 2015, ellos, en su condición de abuelos a cargo de los menores, plantearon
demanda de suspensión parcial de autoridad materna y paterna, proceso que radicó en el
Juzgado Público de la Niñez y Adolescencia Segundo de la Capital del departamento de
Cochabamba. Posteriormente, en mérito a los informes, valoraciones y test elaborados
por personeros especializados de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia,
recomendaron que los dos menores permanezcan bajo el cuidado de sus abuelos, por lo
que la Jueza de la causa dictó la Sentencia 45/2016 de 23 de mayo, a través de la cual
declaró probada la demanda, concediéndoles la guarda de sus dos nietos, además de
disponer una serie de medidas como la restricción de los padres biológicos de cualquier
contacto con sus hijos; aperturar una cuenta bancaria a favor de los menores en la que se
deberán efectuar los depósitos mensuales; que los niños sean sometidos a terapia
psicológica durante seis meses para superar el temor que sienten hacia sus progenitores y
que los padres biológicos asistan a una escuela de padres y madres, debiendo recibir
quince sesiones como mínimo y terapia psicológica por el tiempo no menor de seis meses.
Añade que el fallo de apelación atenta contra el debido proceso e incurre en una omisión
arbitraria de compulsar los hechos y las pruebas que resulta irrefutable para determinar el
interés superior de los menores, alejándose completamente de la verdad material y de la
sana crítica, así como de los puntos resueltos por la Jueza de primera instancia, sumado
al hecho de haber lesionado el principio de congruencia, puesto que carece de coherencia
y concordancia con el ordenamiento jurídico, y de la unidad que debe existir entre un fallo
-sentencia- y el otro -Auto de Vista-, reflejando en una vulneración flagrante de los
derechos de los menores, apartándose de manera flagrante de la razonabilidad y
objetividad, puesto que no primó el interés superior de los niños.
La accionante sostiene que fueron lesionados sus derechos al debido proceso en sus
componentes de valoración de la prueba, motivación, fundamentación y congruencia; así
como la garantía de la obligación del Estado, la sociedad y la familia de garantizar la
prioridad del interés superior de la niña, niño o adolescente que pretende la preeminencia
de sus derechos; igualmente, lo relacionado con la prohibición de toda forma de violencia
contra los menores tanto en la familia como en la sociedad, citando al efecto el art. 115.II
de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Jimy Rudy Siles Melgar y Lineth Marcela Borja Vargas, Vocales de la Sala Familiar,
Niñez y Adolescencia del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, por
informe presentado el 4 de noviembre de 2016, cursante de fs. 56 a 57 vta., señalaron que:
1) No son evidentes los extremos denunciados por la accionante, dado que el Auto de
Vista de 15 de agosto del citado año, revocó la Sentencia apelada 45/2016 con la
suficiente fundamentación y motivación en resguardo del derecho al debido proceso, la
misma fue pronunciada conforme a derecho, resolviendo el recurso de apelación acorde
a lo establecido en los arts. 35, 37 y 43 del Código Niña, Niño y Adolecente -Ley 548 de
17 de julio de 2014-; 60 y 62 de la CPE; 3 y 9 de la Convención Internacional sobre los
Derechos del Niño y de la Niña; y, 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos,
las mismas que resguardan la integridad o la unidad familiar y la de sus componentes, y
el derecho de crecer con la familia de origen, ello en el marco del interés superior de estos
como prioridad y de tutela efectiva; 2) Los arts. 35 y 37 del Código Niña, Niño y
Adolescente establecen que los niños, niñas y adolescentes tienen el derecho de vivir en
el seno de su familia de origen, al lado de sus progenitores y por ningún motivo serán
separados de esa; asimismo, que la carencia de recursos económicos para la manutención
de los hijos no constituye violencia ni da lugar al inicio de acciones para la suspensión de
la autoridad paterna y materna; 3) La accionante no acreditó que los Vocales ahora
demandados se hubieran apartado del marco de razonabilidad y equidad, de manera que
no existe mérito alguno para sostener la vulneración del debido proceso en sus vertientes
de falta de congruencia y valoración de la prueba; y, 4) En cuanto a la interpretación de
la legalidad ordinaria, la SC 0832/2012 de 20 de agosto, determinó que excepcionalmente
se puede analizar la interpretación efectuada por los jueces y tribunales ordinarios, para
ello es necesario que el accionante cumpla con ciertos requisitos, como el que explique
por qué la labor interpretativa resulta insuficiente, arbitraria, incongruente, absurda en
ilógica o con error evidente, identificando el presupuesto legal y las reglas de
interpretación que fueron omitidas, presupuestos que en el caso no se cumplieron,
refiriéndose únicamente a los informes de equipos multidisciplinarios, lo cual no tiene
relación con la interpretación de la legalidad ordinaria. Por tanto, corresponde denegar la
tutela solicitada.
Vicente García de León López y Adela Sisy Amaya Mejía, por informe de 4 de noviembre
de 2016 -sin sello de recepción-, cursante de fs. 69 a 71 vta., y en audiencia a través de
su abogado manifestaron que: i) Los valores utilizados para revocar la Sentencia apelada
son claros y expresos, y en ningún momento vulneran derechos de ninguna persona,
máxime si los derechos y garantías supremos como en el caso de autos son de los menores
y al hacer mención al art. 16.3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos más
bien están respaldando el elemento importante que es la familia natural; por cuanto, el
referido fallo al tomar en cuenta este artículo hace hincapié en que no existió fundamento
legal alguno que demuestre que la carencia de supuestos recursos materiales y
económicos de su parte, no podría interpretarse como violencia y menos para iniciar una
acción de suspensión parcial de autoridad de los padres; ii) El Auto de Vista ahora
impugnado también se fundamentó en el art. 9 de la Convención Internacional sobre
Derechos del Niño y de la Niña, revocando la Sentencia de manera concisa, coherente y
congruente, señalando que no existía ningún estudio científico especializado que
demuestre que los padres biológicos no estén aptos para hacerse cargo de sus hijos,
aceptando los fundamentos de su apelación y la prueba presentada; iii) El art. 3 de la
citada Convención, refiere al interés superior del niño y en ese marco es que estén junto
a sus padres biológicos, máxime cuando no existe fundamento alguno que demuestre que
no están aptos o capacitados para criar a sus hijos o que exista prueba irrefutable de
denuncias de maltrato u otro tipo de situaciones en su contra; y, iv) Presentan como
prueba: el expediente de suspensión de autoridad paterna y materna tramitado en el
Juzgado Público de la Niñez y Adolescencia Segundo de la Capital del departamento de
Cochabamba, así como fotografías originales, certificación de envío de dinero en
fotocopia simple, copias de una denuncia penal y del informe de aprendizaje, del oficio
de 29 de agosto de 2016 dirigida a Juan Carlos Sánchez Canedo, Jefe de la Defensoría de
la Niñez y Adolescencia de Cochabamba, lo cual se ratificó en el informe remitido por
las autoridades ahora demandadas, por lo que solicitan se deniegue la tutela.
Silvia Karina Melgarejo de La Fuente, Jueza Pública de la Niñez y Adolescencia Segunda
de la Capital del departamento de Cochabamba, por informe presentado el 4 de noviembre
de 2016, cursante a fs. 58 y vta., refirió que: a) Se remite a todos los actuados del proceso
de suspensión parcial de autoridad paterna y materna seguida por Querubin Amaya Claros
y Elsa Gaby Mejía de Amaya contra Vicente García de León López y Adela Sisy Amaya
Mejía; y, b) Solicita se tome en cuenta el derecho a opinar de los hermanos AA y BB, el
cual está reconocido por los arts. 122 del Código Niña, Niño y Adolescente y 12 de la
Convención Internacional sobre Derechos del Niño y de la Niña, y en mérito a ello se
sirva pronunciar la resolución que corresponda, siempre velando el interés de los
menores.
I.2.4. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.3. Por memorial presentado el 2 de junio de 2016, los hoy terceros interesados,
formularon recurso de apelación contra la Sentencia 45/2016, solicitando revocar la
misma y declarando improbada la demanda con costas (fs. 18 a 21 vta.), siendo
respondida por los entonces demandantes mediante memorial de 7 de igual mes y año (fs.
24 a 25 vta.).
II.4. A través del Auto de Vista de 15 de agosto de 2016, los Vocales de la Sala Familiar,
Niñez y Adolescencia del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, revocaron
la Sentencia 45/2016, y en consecuencia declararon improbada la demanda interpuesta
por Querubin Amaya Claros y la ahora accionante, ordenándose la restitución de los
menores AA y BB a favor de sus progenitores, en el plazo de setenta y dos horas, bajo
apercibimiento de ley, sin costas por la revocatoria (fs. 31 a 33 vta.).
III.1. Las normas del bloque de constitucionalidad en torno a la niñez, sus derechos
y el instituto de la guarda
3. El principio de unidad familiar, que reconoce a la familia como el medio ideal para el
desarrollo del niño, de donde surge la obligación del Estado de respetar las
responsabilidades, derechos y deberes de los padres, de los tutores y otras personas
encargadas de impartir la dirección y protección apropiada para que el niño ejerce los
derechos de la Convención (art. 5).
4. El principio de autonomía progresiva, que implica que los niños deben lograr en
forma progresiva el ejercicio autónomo de todos sus derechos, consiguiendo superar el
criterio dominante referido a que los padres tienen poder sobre los niños al carecer
éstos de autonomía, para entender que los progenitores sólo tienen la función de orientar
y dirigir en forma apropiada a los niños para que estos ejerzan sus derechos, como anota
el art. 5 de la Convención.
(…)
En ese ámbito, regula el instituto de la guarda, definiéndolo como ‘una institución que
tiene por objeto el cuidado, protección, atención y asistencia integral a un niño, niña o
adolescente con carácter provisional y es otorgada mediante resolución judicial a uno
de los progenitores; en casos de divorcio y separación de las uniones conyugales libres
y en otros casos a terceras personas carentes de autoridad parental o tuición legal’.
En ese mismo orden, la SCP 1879/2012 de 12 de octubre, sostuvo que: «En cuanto a
instrumentos internacionales, se tiene la Declaración de los Derechos del Niño,
aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas de 20 de noviembre de 1959,
que en su art. 2, determina que los niños gozarán de una: “...protección especial y
dispondrá de oportunidades y servicios, dispensando todo ello por ley y por otros medios,
para que pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma
saludable y normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. Al promulgar leyes
con este fin, la consideración fundamental a que se atenderá será el interés superior del
niño”. El art. 24.I del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP),
establece el: “…derecho, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo,
idioma, religión, origen nacional o social, posición económica o nacimiento, a las
medidas de protección que su condición de menor requiere, tanto por parte de su familia
como de la sociedad y el Estado”. En igual sentido se encuentran otros instrumentos
internacionales que otorgan protección especial a los niños, niñas y adolescentes, tal el
caso de la Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea General
de las Naciones Unidas de 20 de noviembre de 1989, la Declaración de Ginebra sobre
Derechos del Niño y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, entre otros.
Más adelante, señaló que el interés superior del menor es un principio que se caracteriza,
esencialmente, por ser: “…‘1) real, en cuanto se relaciona con las particulares
necesidades del menor y con sus especiales aptitudes físicas y sicológicas; (2)
independiente del criterio arbitrario de los demás y, por tanto, su existencia y protección
no dependen de la voluntad o capricho de los padres, en tanto se trata de intereses
jurídicamente autónomos; (3) un concepto relacional, pues la garantía de su protección
se predica frente a la existencia de intereses en conflicto cuyo ejercicio de ponderación
debe ser guiado por la protección de los derechos del menor; (4) la garantía de un
interés jurídico supremo consistente en el desarrollo integral y sano de la personalidad
del menor’.
(…)
De todo lo relacionado se concluye que, los niños, niñas y adolescentes son un grupo de
vulnerabilidad que tienen amparo privilegiado por parte del Estado, traducido en un
tratamiento jurídico proteccionista en relación a sus derechos fundamentales y garantías
constitucionales; a objeto de resguardarlos de manera especial garantizando su
desarrollo físico, mental, moral, espiritual, emocional y social en condiciones de libertad,
respeto, dignidad, equidad y justicia. Siendo imprescindible resaltar que tal
circunstancia de prevalencia concedida no sólo por consagración constitucional sino por
expreso reconocimiento de diversas disposiciones de derecho internacional, obliga a que
todas las decisiones que deban tomar las autoridades en conocimiento de situaciones
que puedan afectar los intereses del niño, sean asumidas velando por su interés
superior; cumpliendo de esa manera la protección constitucional a la que están
compelidos en su favor la familia, la sociedad y el Estado”» (las negrillas fueron
agregadas).
En el caso venido en revisión, la accionante sostiene que junto a su esposo instauró una
demanda de suspensión parcial de autoridad materna y paterna contra su hija Adela Sisy
Amaya Mejía y su cónyuge Vicente García de León López -ahora terceros interesados-,
en su condición de padres biológicos de sus nietos AA y BB, habiendo la Jueza a quo
dictado la Sentencia 45/2016 de 23 de mayo, a través de la cual declaró probada la
demanda, concediendo a la accionante y a su esposo la guarda de sus dos nietos, además
de disponer una serie de medidas; fallo contra el cual, los demandados formularon recurso
de apelación que fue resuelto por Auto de Vista de 15 de agosto de 2016, dictado por los
Vocales de la Sala Familiar, Niñez y Adolescencia -hoy autoridades demandadas-,
determinación que a decir de la accionante carece de fundamento, motivación y
congruencia, por cuanto se apartó de los puntos resueltos por la Jueza de primera
instancia, sumado al hecho de haber incurrido en una omisión arbitraria al momento de
compulsar los hechos y los medios de prueba, actividad que resulta irrefutable para
determinar el interés superior de los menores.
1) Inicialmente efectuaron una cita de los arts. 35.II, 37.II, 43 literales a y b del Código
Niña, Niño y Adolescente, referidos al hecho de que la suspensión parcial procede en
casos de falta, negligencia o incumplimiento de deberes, acción u omisión que ponga en
riesgo la seguridad e integridad de sus hijos; que los niños por ningún motivo pueden ser
separados de sus padres y que la falta de carencia de recursos materiales y económicos
no podrá interpretarse como violencia ni constituye por sí sola motivo para iniciar las
acciones de extinción, suspensión de autoridad de los padres; de igual manera hace cita
de los arts. 3, 9 y 16.3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, además de la
protección del interés superior del niño;
2) La demanda de suspensión parcial se tramitó por edictos; por desconocimiento de los
domicilios de los ahora terceros interesados, quienes no asumieron defensa en el plazo
previsto por ley, habiéndose procedido a designar a un defensor de oficio; si bien constan
los informes psicosociales elaborados por el Equipo Técnico Interdisciplinario del
Juzgado Público de Niñez y Adolescencia Segundo de la Capital del departamento de
Cochabamba respecto a los entonces demandantes; empero, pero no se realizó a los hoy
terceros interesados, quedando establecido que los padres biológicos de los menores por
motivos de estudio y de especialidad, tuvieron que dejar al cuidado temporal de los
abuelos maternos a los menores, en el entendido de no contar con suficientes recursos
económicos para hacerse cargo de los mencionados durante el tiempo de estudio de dicha
especialidad;
3) En la demanda se alega que los padres biológicos no contaban con los suficientes
recursos económicos como para hacerse cargo durante el tiempo de estudio de la
especialidad de los mismos y esa falta de carencia de recursos materiales y económicos
por mandato del art. 37.II del Código Niño, Niña y Adolescente no puede interpretarse
como violencia, ni constituye motivo para iniciar las acciones de suspensión de autoridad
de la madre o padre, tal como aconteció en el presente caso; máxime si los padres
biológicos no tuvieron la oportunidad de asumir defensa, por lo que se debe velar por el
interés superior de los niños y no separarlos de sus padres biológicos; y,
En el presente caso, se advierte que los mismos se limitaron tan solo a citar artículos del
Código Niña, Niño y Adolescente sin subsumir los mismos al caso concreto, para
posteriormente concluir sin sustento alguno que los progenitores estuvieron ausentes del
país, debido a que se encontraban realizando estudios de especialidad en medicina y que
por tanto, no pudieron asumir defensa a plenitud por estar fuera de Bolivia, debido a la
falta de notificación. A partir de esta premisa, esta jurisdicción evidencia que las
autoridades demandadas, no ingresaron a resolver el fondo del recurso de apelación; pues,
basaron su decisión en la presunta indefensión en que se hubieran encontrado los
demandados, a partir del cual en su parte resolutiva deliberando en el fondo declararon
improbada la demanda interpuesta por Querubín Amaya Claros y Elsa Gaby Mejía de
Amaya -esta última accionante-, ordenando la restitución de los menores AA y BB a sus
padres biológicos -demandados en el proceso de suspensión parcial de autoridad paterna
y materna-.
Es evidente que en un apartado del Auto de Vista referido, los de alzada indicaron que la
carencia de recursos materiales y económicos por mandato del art. 37.II del Código Niña,
Niño y Adolescente no puede interpretarse como violencia, ni constituir motivo para
iniciar las acciones de suspensión de autoridad de la madre o del padre; empero, tal
afirmación no puede suplir la motivación que el caso requería a efectos de declarar
improbada la demanda de suspensión parcial de autoridad paterna y materna, máxime si
de la revisión del fallo apelado 45/2016, se advierte que la misma efectuó una valoración
de los Informes elaborados por el equipo interdisciplinario del Juzgado, tanto social como
psicológico, así como de haber realizado un análisis de la normativa constitucional e infra
constitucional vinculantes al régimen de la familia, los deberes del padre y la madre, como
a las causales de suspensión parcial, habiendo asumido una decisión en resguardo de los
derechos e interés superior de los menores AA y BB, contexto sobre el cual no se
evidencia que los Vocales hoy demandados, hubiesen efectuado consideración alguna, a
efectos de arribar a la decisión ya conocida, pues se reitera que los mismos emitieron una
decisión de fondo, bajo el único argumento de que los ahora terceros interesados no
hubiesen asumido una real defensa.
Las determinaciones expuestas, permiten concluir a esta Sala que las autoridades
demandadas incurrieron en una supresión del derecho al debido proceso, en sus elementos
de fundamentación, motivación y congruencia -tanto interna como externa-, puesto que
se alejaron de las emergencias del proceso sustanciado, omitiendo circunscribirse a los
fundamentos del fallo de primera instancia y exponer las razones que condujeron a
determinar su decisión, contraviniendo la amplia jurisprudencia referente a resguardar los
derechos de las niñas, niños y adolescentes y la guarda, velando por el principio del interés
superior de los menores, ampliamente desarrollado por el Fundamento Jurídico III.1. del
presente fallo constitucional, que sostiene tal obligación y tiene carácter imperativo, con
mayor exigibilidad para las autoridades del Estado, quienes deben actuar con diligencia
y especial cuidado a momento de adoptar sus decisiones, en aquellos asuntos en los que
se hallan involucrados los intereses de un menor, velando por su interés superior;
cumpliendo de esa manera la protección constitucional a la que están compelidos en favor
de la familia y la sociedad.
POR TANTO
MAGISTRADA
MAGISTRADO