Curso Xviii - La Gimnasia de Cafh
Curso Xviii - La Gimnasia de Cafh
Curso Xviii - La Gimnasia de Cafh
LA GIMNASIA DE CAFH
INDICE
Enseñanza 1: Introducción
Enseñanza 1: Introducción
Motivos
Cafh, además de dar a sus Hijos todos los medios para su salud espiritual, quiere otorgarles
también lo necesario para que ellos mismos, por sus propias fuerzas, mantengan y aumenten su salud
física. Así no necesitarán los Hijos, para lograr el mismo objeto, dispersar sus energías en campos de
deporte, sociedades de educación física, etc., donde generalmente falta toda dirección especial en este
sentido y donde enorme cantidad de energías son gastadas para superar un record o ganar un partido
en determinado juego. El conocimiento los facultará a hacer la Gimnasia vivificante de Cafh en todo
lugar y en cualquier momento. El conocimiento que independiza de los demás es característico de la
sexta subraza.
Utilidad
La Gimnasia de Cafh
La gimnasia rítmica: Mediante esta gimnasia se consigue una fina sensibilidad muscular, la
perfecta coordinación de los movimientos y su encadenamiento rítmico, que sólo es posible después
del dominio sobre las distintas partes del cuerpo.
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La gimnasia con pesas, bala, medicine ball, etc.: Significa el coronamiento de la gimnasia y
ejercita la agilidad, el valor, la fuerza, los nervios, aumentando la aptitud de hombres y mujeres en la
lucha contra las dificultades, porque requiere constantemente el vencimiento de resistencias y la
medición de las propias fuerzas con el hierro.
La gimnasia respiratoria: Se compone de ejercicios que fortalecen los grupos musculares que
ponen en funcionamiento al aparato respiratorio, aumentan la capacidad toráxica y enseñan a respirar
correctamente durante los ejercicios, los esfuerzos y después de ellos, para que no reciban perjuicio el
corazón y los órganos internos.
Auto masaje y cuidado de la piel: El masaje es uno de los medios físicos de curación más antiguos.
Se compone de una serie de maniobras que, aplicadas externamente, dan un notable impulso a la
circulación de la sangre, evacua las toxinas asentadas en los tejidos y los deshidrata; ablanda y
flexibiliza la musculatura reduciendo su tensión interna; refresca la mente por el forzado
desplazamiento sanguíneo; influye beneficiosamente en los órganos internos y mejora el
metabolismo. El masaje con fines de curación requiere un conocimiento muy amplio, una práctica
considerable y, ante todo, vocación. En cambio, el masaje aplicado en forma de auto masaje en el
cuerpo relativamente sano, conociendo algunos principios y maniobras, no deja de dar resultados
bastante apreciables, a lo que puede agregarse el buen ejercicio que significa para los brazos, manos
y tórax del auto masajista. Las principales maniobras son: Frotación, estregamiento, amasamiento
(hay varias formas: con los pulgares, los dedos, las protuberancias de la palma de la mano, los
nudillos, etc.), el golpeteo (con nudillos o el canto externo de la mano), la rotación, etc.
Todas estas maniobras tienen una influencia que va desde lo superficial hasta lo profundo de los
tejidos y se puede aprender con relativa facilidad. Como influencia secundaria del auto masaje cabe
destacar el gran beneficio que proporciona a la piel. Las diversas maniobras y el uso de aceite vegetal
como lubricante dan la tersura, suavidad y elasticidad que debe tener toda piel sana. La piel sana
constituye una valla muy importante contra las enfermedades y su cuidado exige una escrupulosa
limpieza, combinada con un tratamiento relativamente enérgico de su superficie.
Análisis
La Gimnasia de Cafh es amplia y completa, satisfaciendo en todo sentido las exigencias del
momento actual.
Por ello, aunque se ha inspirado en la antigüedad, es moderna, conteniendo los once tipos de
influencias distintas que, aplicadas sobre el tejido (músculos, tendones, etc.) y las articulaciones, dan
al cuerpo una forma saludable.
Las influencias citadas, según las últimas investigaciones y experiencias en la materia, son las
siguientes:
Relajamiento pasivo:
El alargamiento o acortamiento de los tejidos se produce por determinadas excitaciones tensionales
sobre la musculatura. Estas excitaciones o estimulaciones sólo pueden producir el estiramiento en un
tejido acortado cuando se encuentran con un tejido completamente relajado (pasivo). Si en cambio el
tejido durante el estiramiento se halla en tensión, las influencias de este estiramiento traerán un
empeoramiento como consecuencia.
Por ello, antes de comenzar con el trabajo fortalecedor de la musculatura, debe colocarse al tejido
acortado en un estado de ductilidad natural que sólo se consigue mediante influencias tensionales
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sobre el músculo pasivo y relajado. Por ello es necesario aprender el relajamiento y tensionamiento
voluntario de la musculatura. A muchos les falta esta capacidad sensible de advertir la tensión o
relajamiento en un músculo determinado. Este defecto se debe a trabas nerviosas y la eliminación de
las mismas es el fin de los ejercicios de relajamiento pasivo.
Relajamiento activo:
Este se diferencia del anterior por la participación activa del individuo, sin ayuda ajena. El mismo
se consigue con ejercicios que sacuden los músculos y con ejercicios en que se dejan caer y oscilar
los miembros como péndulos. Estos ejercicios eliminan el acalambramiento, disminuyen la tensión
interna y favorecen la irrigación sanguínea. El relajamiento activo de las articulaciones acaba con los
miembros y articulaciones tiesas.
Estiramiento:
Los ejercicios de estiramiento alargan los músculos acortados por el hábito que son los
responsables de las posturas, posiciones y movimientos antinaturales, aumentan el largo útil del
músculo y también disminuyen considerablemente la tensión interna.
En todos los casos de acalambramiento, acortamiento y tiesura del cuerpo, deben hacerse los
ejercicios de estiramiento antes de los fortalecedores.
Fortalecimiento:
Una vez cumplidos, hasta cierto punto, los requisitos anteriormente descriptos, puede comenzarse
con el fortalecimiento. Este se produce por movimientos contra una resistencia que puede ser la del
propio cuerpo o partes del mismo, la ofrecida por otra persona o la de ciertos aparatos.
Debe tenerse en cuenta en estos ejercicios el desarrollo, tanto de los sinergistas, como de los
antagonistas de determinados grupos musculares para que el fortalecimiento sea equilibrado.
Fuerza:
Al primer fortalecimiento con estímulos lentos se agregan ya nuevas formas de desarrollo. En el
relajamiento, estiramiento y fortalecimiento se halla la base del desenvolvimiento físico. El
desarrollo siguiente se compone de las siguientes formas: Fuerza, rapidez, fuerza-rápida, resistencia,
agilidad, fuerza-rápido-resistente y ritmo.
Los ejercicios de fuerza aumentan considerablemente el fortalecimiento y requieren, para el
desarrollo máximo, el uso de determinados aparatos gimnásticos.
Rapidez:
También la rapidez muscular requiere ejercicios especiales que se comienzan a estudiar lentamente
para llegar a realizarlos con máxima velocidad.
Fuerza-rápida:
Con la rapidez debe unirse la fuerza para llegar al máximo acrecentamiento del rendimiento
muscular. La fuerza lenta sola no basta para la profesión, el trabajo y los movimientos de la vida
diaria ni para el desarrollo de los órganos internos.
Agilidad:
Muy importantes son los ejercicios de agilidad (coordinantes). Se basan en la fina sensibilidad
muscular. Los ejercicios de relajamiento favorecen la agilidad, que exige un juego armónico de los
músculos.
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Resistencia:
Los ejercicios de resistencia pueden comprender partes o todo el cuerpo. Son necesarios para el
desarrollo del corazón y los pulmones, como así también para personas corpulentas. Se diferencian
básicamente de las otras formas de trabajo muscular, ya que aquí es hasta cierto punto deseable la
mecanización y el automatismo en los ejercicios. Ellos consumen el tejido y por esto son tan
recomendables para los corpulentos.
Fuerza-rápido-resistente:
Al combinarse los ejercicios de fuerza-rápida con la resistencia se pierde la característica
consumidora de tejido de los ejercicios de resistencia y se logra una excelente formación física y un
extraordinario fortalecimiento nervioso.
Para ello son excelentes los ejercicios especiales en el punchingball, aparato que puede aplicarse
en cada hogar sin dificultad.
Movimiento rítmico:
Esta clase de movimientos se realiza sin la participación de la fuerza y la voluntad, es decir,
rítmicamente. Aún para hombres se trata aquí de una gimnasia dinámica muy importante. Tiene
características propias que llevan al reconocimiento de la naturalidad de los movimientos.
Ninguna educación física, ningún deporte, trabajo manual y profesional puede prescindir de estas
formas de desarrollo fundamental, que puede realizarse en todo momento en el propio hogar.
Son tan necesarios para los deportes como el esquí, remo, natación, lucha, levantamiento de pesas,
boxeo, etc., como así también para los trabajadores de toda índole.
Todos necesitan libertad de movimientos en hombros, tórax, caderas, rodillas y articulaciones de
los pies. Todos ellos necesitan relajamiento, estiramiento, fuerza rápida, resistencia e infatigabilidad.
Plan General:
Los Gimnastas de Cafh se reunirán una vez por semana en la hora y lugar preestablecidos. Durante
una hora aproximadamente el instructor les enseñará los ejercicios (generalmente 12) que deberán
practicar diariamente en sus hogares, durante el resto de la semana. Al terminar la clase recibirán una
hoja que contendrá los ejercicios que se enseñaron.
Se insistirá en demostrar que el verdadero valor de la gimnasia de Cafh consiste en la práctica
diaria en el hogar y los que asisten a la clase contraerán automáticamente ese compromiso.
La inscripción de los Hijos de Cafh para asistir a las clases será voluntaria, pero los que deseen
participar quedarán obligados a concurrir semanalmente y a practicar diariamente los ejercicios hasta
la finalización del ciclo, que a lo sumo durará un año. Cuando haya razones especiales para
abandonar los ejercicios se solicitará el permiso a quien corresponda. Asimismo, en los casos de
inasistencia a clase o la imposibilidad de la práctica diaria.
Una vez terminado el primer ciclo surgirá la necesidad de hacer dos grupos de gimnastas: los
principiantes y los adelantados. Los principiantes serán los que estudian y practican la gimnasia
anatómico-funcional, y los adelantados, los que han finalizado este estudio y desean conocer la
gimnasia rítmica y aquella que se ejecuta con pesas, bala, medicine-ball, etc. Desde un principio se
incorporarán o se llamará la atención al estudiante sobre ejercicios especiales que contrarresten los
movimientos y posturas perniciosas de su profesión; conocerá ciertos ejercicios respiratorios y se le
dará indicaciones sobre el cuidado de la piel.
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Enseñanza 2: Gimnasia Respiratoria
A esta gimnasia se refieren varios ejercicios de la Gimnasia Anatómico Funcional, pero puede ser
ejecutada sin combinarla con otra gimnasia.
Gran respiración:
Elevar los brazos extendidos a los costados hasta que estén algo por encima de la horizontal, luego
se bajan algo por debajo de la horizontal volviendo las palmas de las manos hacia arriba, para elevar
entonces los brazos en alto.
Durante la primera elevación se inspira profundamente, al bajar algo los brazos y al volver
simultáneamente las palmas de las manos hacia arriba, se espira algo para luego inspirar llenando
completamente los pulmones durante la segunda elevación, que lleva los brazos extendidos hacia
arriba. Durante la última parte de la inspiración, levantar el cuerpo sobre la punta de los pies con las
piernas separadas. Al bajar nuevamente los brazos, espirar lentamente haciendo la misma pausa, pero
en sentido inverso, durante la cual se inspira algo para espirar luego completamente al llevar los
brazos a la posición inicial. Este ejercicio puede realizarse también caminando.
Espiración Completa:
Por la espiración completa puede desalojarse casi todo el aire viciado de los pulmones. Para lograr
este resultado deben exprimirse bien los pulmones, lo que se logra al inclinar algo el tronco hacia
adelante, cruzando los brazos extendidos o acodados por delante del cuerpo de manera que los
mismos aprieten a cada lado de las costillas. Al mismo tiempo se hace el esfuerzo de expulsar todo el
aire de los pulmones. La presión sobre las costillas inferiores puede efectuarse también con las
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manos, que se colocan a ambos lados de la caja toráxica. En cuerpos ya desarrollados no es necesaria
la ayuda con brazos y manos.
Ejercicios Respiratorios.
Respiración diafragmática para especial desarrollo de los músculos del pecho. Ejercicio
respiratorio N° 2.
Espirar en posición lateral. Inspirar lentamente con el pecho, deslizando al mismo tiempo las
manos por los muslos hacia arriba, apoyándolos directamente por debajo de la cadera, llevando los
codos algo hacia adelante. Con los músculos del abdomen se expele el aire de manera que sólo la
pared abdominal y las costillas inferiores se mueven hacia adentro. La parte superior del pecho debe
sin embargo permanecer fija, tal como lo ha estado al finalizar la inspiración. Una vez que se ha
espirado la mayor cantidad posible de aire, con la parte superior del pecho fijo, se deja penetrar
nuevamente el aire en los pulmones, lo que da una sensación de gran expansión y ensanche del
pecho. Luego espirar lentamente y hacer la espiración completa.
Este es el mejor ejercicio para la aireación de la parte de los pulmones que se encuentra cerca del
corazón y donde generalmente se asientan los bacilos de la tuberculosis.
Ejercicios de relajación
Los ejercicios de relajación están repartidos entre los siguientes grupos de ejercicios, pero también
pueden ser ejecutados sin combinarlos con otra gimnasia. Durante su práctica debe observarse una
respiración regular. Los ejercicios que se refieren a un solo miembro deben invertirse para ejercitar
también al otro.
Brazos
1. Relajación de ambos brazos por impulso de hombros. Posición lateral, el cuerpo se mantiene
flojo y relajado con los brazos colgando libremente de los hombros. Por el impulso alternado hacia
adelante y hacia atrás de los hombros, es decir, cuando el hombro derecho se adelanta el izquierdo se
mueve hacia atrás y viceversa, los brazos pendulan sueltos alrededor del cuerpo (figura 1).
2. Relajación del brazo por caída. Elevar un brazo hacia adelante hasta la horizontal y dejarlo caer
repentinamente, dejándolo pendular hasta el reposo.
3. Relajación de ambos brazos por caída. Posición natural. Levantar ambos brazos en alto y dejar
que caigan verticalmente por su propio peso (en sí mismos), pendulando al final hasta su reposo.
4. Relajación del antebrazo por vuelco. Posición lateral. Con los brazos extendidos a los costados
con las palmas mirando hacia arriba, inclinar el tronco hacia el costado derecho hasta que el
antebrazo izquierdo, por pérdida de equilibrio, vuelque, lo que flexiona la articulación del codo
izquierdo, sin participación activa de la musculatura. Al enderezar el tronco e inclinarlo hacia el otro
lado, el antebrazo vuelca hacia su posición primitiva. Lo mismo con ambos antebrazos al mismo
tiempo (figuras 2, 3, 4 y 5).
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5. Relajación de los antebrazos por rotación. Con el tronco ligeramente inclinado hacia adelante,
los brazos extendidos hacia los costados con las palmas mirando hacia arriba, rotar los brazos hacia
adentro, manteniendo el eje del brazo en la misma posición, hasta que se produzca el vuelco del
antebrazo (figuras 6 y 7).
6. Relajación de los antebrazos por impulso de rodilla. Posición lateral colocando el pie izquierdo
un poco más adelante. El tronco algo inclinado hacia adelante se apoya con el brazo izquierdo sobre
el muslo izquierdo de la pierna izquierda adelantada, con la rodilla flexionada. El brazo derecho se
sostiene verticalmente hacia arriba dejando colgar libremente al antebrazo. Por impulsos repetidos de
la rodilla izquierda debe hacerse pendular el antebrazo (figuras 8 y 9).
7. Relajación de todo el brazo combinado con antebrazo por impulso de la rodilla. Posición
exactamente igual a la anterior con el brazo derecho sostenido verticalmente hacia arriba, dejando
colgar libremente el antebrazo. Por el primer impulso de rodilla se envía al antebrazo hacia arriba,
dejando caer luego todo el brazo relajadamente. Por el segundo impulso de rodilla se envía todo el
brazo hacia arriba, dejando caer entonces solo el antebrazo. Esto se puede repetir rítmicamente.
8. Relajación de ambos antebrazos por impulso de rodillas. Posición lateral. Inclinar el tronco
ligeramente hacia adelante extendiendo los brazos horizontalmente hacia los costados. Los
antebrazos cuelgan libremente hacia abajo. Hacer pendular los antebrazos con el impulso simultáneo
de ambas rodillas (figura 10).
9. Relajación de ambos antebrazos por impulso lateral de rodillas. Posición lateral ancha con los
pies paralelos y el tronco ligeramente inclinado hacia adelante. Extender los brazos horizontalmente a
los costados, dejando colgar los antebrazos libremente hacia abajo. Mediante una corta flexión y
extensión de una rodilla, se da un impulso lateral al cuerpo que hace pendular los antebrazos. Más
adelante podrá ejercitarse un pendular continuo por el impulso alternado de una u otra rodilla.
10. Relajación de brazos y hombros por impulso de rodillas. Posición lateral, inclinando el tronco
hacia adelante hasta la horizontal, dejando colgar los brazos libremente hacia abajo. El primer
impulso de rodillas hace pendular los brazos hacia adentro, cruzándose algo. Por repetidos impulsos
se harán pendular los brazos como hamacas lo más alto posible (figuras 11 y 12).
11. Relajación de ambos brazos y antebrazos por impulso de rodillas. Posición lateral, inclinando
el tronco hacia adelante hasta la horizontal, dejando colgar los brazos libremente hacia abajo. Por
impulsos repetidos de rodillas se hacen pendular los brazos. Cuando estos lleguen hasta la horizontal
se mantienen los brazos fijos en esa posición, dejando que los antebrazos sigan pendulando, sin
continuar con los impulsos de rodillas hasta el reposo.
12. Relajación de hombros y brazos por rotación del tronco inclinado. Posición lateral ancha con el
tronco inclinado hacia adelante hasta la horizontal, dejando colgar libremente los brazos hacia abajo.
Hacer pendular ambos brazos hacia arriba a la derecha e izquierda, mediante fuertes enviones dados
por el tronco en su rotación de derecha a izquierda, sin que cambie la posición horizontal del eje del
tronco y sin que haya necesidad de doblar las rodillas (figura 13).
Piernas
13. Relajación del muslo por impulso de cadera. Parado, con una pierna sobre una parte algo más
elevada del suelo (un escalón, banquito, o libro). Por el impulso hacia adelante dado por la cadera
pendula la pierna libre relajadamente en la misma dirección, dejándose luego que estas oscilaciones
lleguen hasta su reposo. Más adelante podrán darse impulsos repetidos.
14. Relajación del muslo por deslizamiento. Parado con una pierna sobre una parte algo más
elevada del suelo. La pierna libre se apoya con el talón sobre el borde de una silla. Al retirar
ligeramente hacia atrás la cadera, el muslo y la pierna pierden su apoyo, pendulando libremente
(figura 14).
15. Relajación de la pierna por caída. Elevar el muslo y pierna derechos hasta la horizontal,
sostener el muslo con las manos dejando caer la pierna que pendula hasta el reposo.
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16. Relajación de la pierna por deslizamiento. Apoyar la pierna con el talón sobre el borde de una
silla. Al retirar ligeramente hacia atrás la cadera el pie pierde su apoyo, pendulando libremente la
pierna. El muslo permanece en su posición casi horizontal.
17. Relajación de la pierna por impulso de rodilla. Se levanta un muslo hasta la horizontal, dejando
colgar libremente la pierna correspondiente. Por impulso de la rodilla que corresponde a la pierna en
que se está parado, la pierna colgante comienza a pendular. Más adelante, con impulsos repetidos
puede lograrse un pendular continuo. (figuras 15 y 16).
18. Relajación del muslo y pierna por impulso de rodilla. Se levanta un muslo hasta la horizontal,
dejando colgar libremente la pierna correspondiente. Por el primer impulso de rodilla la pierna oscila
hacia adelante, dejándose caer entonces la pierna y el muslo. La oscilación del muslo y pierna hacia
adelante se refuerza con otro impulso de rodilla y cuando éstos llegan al “punto muerto” se deja
pendular la pierna solamente, manteniendo al muslo en esa posición casi horizontal. Esto puede
repetirse rítmicamente.
10. Relajación de la pierna con el muslo levantado a un costado. Posición firme con el cuerpo y
brazos sin tensión. Elevar el muslo izquierdo hacia el costado hasta la horizontal, dejando colgar
libremente la pierna hacia abajo. La mano izquierda sostiene al muslo por debajo, cerca de la
articulación de la rodilla. Por un impulso lateral de caderas y rodilla se hace pendular la pierna.
Espalda
22. Relajación de la espalda por impulso de inclinación. Posición lateral angosta con el tronco
ligeramente inclinado hacia adelante, y los brazos colgando libremente. Dejar caer el tronco
totalmente hacia adelante con los brazos que reciben un impulso hacia atrás. Con la oscilación hacia
adelante de los brazos, el tórax recibe un impulso que lo vuelve a la posición inicial. Esto se repite
rítmicamente. Las rodillas deben ceder muy poco. (figuras 23 y 24).
23. Relajación de la espalda, sentado. Sentado con las piernas juntas y extendidas. Manos en la
nuca con los codos bien atrás sacando pecho. Enseguida se deja caer suelta y simultáneamente hacia
adelante la cabeza, espalda, codos y tórax.
24. Relajación de la espalda por caída del tronco. Posición lateral ancha con los brazos colgando
libremente y las rodillas ligeramente flexionadas. Dejar caer el tronco hacia la pierna derecha,
enderezar y dejarlo caer sobre la pierna izquierda, enderezar nuevamente y dejarlo caer hacia
adelante (figura 25).
Cuello
25. Relajación del Cuello.
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a) Posición natural. Por inclinación lateral del tronco hacia la derecha e izquierda hacer caer la
cabeza hacia uno y otro lado respectivamente.
b) Por inclinación hacia adelante y atrás del tronco dejar caer la cabeza igualmente hacia adelante
y atrás.
c) Por rotación del tronco, describiendo la forma de un embudo y manteniendo la línea frontal de
los hombros, hacer rotar libremente la cabeza.
Tronco
26. Relajación del tronco, girándolo. Posición lateral con los brazos colgando libremente hacia
abajo. Dejar caer el tronco hacia adelante y hacerlo girar muy despacio, con la musculatura lo más
floja posible, cediendo ligeramente con las rodillas (figuras 26, 27, 28 y 29).
Todo el cuerpo
27. Relajación de todo el cuerpo.
a) Posición natural con los brazos en alto. Dejarlos caer sueltos, verticalmente (en sí mismos).
b) Lo mismo, pero dejar caer también la cabeza hacia adelante.
c) Lo mismo, pero dejar caer también la cabeza y el tronco hacia adelante.
28. Como antes, pero dejar caer todo el cuerpo sueltamente (verticalmente), relajando todos los
músculos y por flexión pasiva de las rodillas (figuras 30, 31 y 32).
Ejercicios Preparatorios I
1. Posiciones. Aprender las posiciones correctas. Posición firme. Posición lateral. Posición de
paso. Posición en puntas de pies. En cada una de estas posiciones elevar los brazos en alto; elevar los
brazos a los costados hasta la horizontal; elevar los brazos hacia adelante hasta la horizontal.
Aprender luego la posición natural que tiene características más sueltas (figuras 33, 34 y 35).
2. Posiciones en el suelo. Aprender las distintas formas de arrodillarse y sentarse, adoptando en
ellas las diversas posiciones de brazos detalladas en el ejercicio anterior. Ejecutar estas posiciones
tanto con los brazos firmes, como con los brazos naturales y sueltos. Más adelante el sentarse y
levantarse debe realizarse sin ayuda de los brazos.
Aprender también las posiciones de acostado boca arriba, boca abajo y de costado. Los que tengan
suficiente fuerza en los brazos pueden ejecutar también la posición boca abajo, con el cuerpo derecho
apoyado sobre las manos con los brazos extendidos y verticales, sobre la punta de los pies juntos.
3. Posición lateral. Elevar los brazos firmes hacia adelante hasta arriba bajándolos luego a los
costados, con la tendencia de llevarlos lo más atrás posible. Inspirar al levantar y espirar al bajar.
Tres veces.
4. Acostado boca arriba. Brazos extendidos a los costados con las palmas de las manos en el suelo.
Atraer ambos pies hacia las nalgas flexionando las rodillas (espirar), y luego extender ambas piernas
hacia arriba formando un ángulo recto con el tronco acostado (inspirar).
Respiración para aliviar el corazón en posición acostada.
5. Posición lateral. Juntar ambas manos en la espalda. Inclinar la cabeza hacia la derecha y luego
hacia la izquierda, manteniendo el mentón alto, con insistencia elástica (esto quiere decir que,
habiendo llegado al punto máximo del movimiento, se vuelve un poco hacia atrás para que, con un
impulso elástico, se pueda sobrepasar el citado punto máximo). Tres veces cada uno (figura 36).
6. Posición lateral. Girar cada uno de los brazos naturalmente (como aspas de molino) hacia atrás y
luego hacia adelante, describiendo amplios círculos a los costados. Primero despacio, luego
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vivamente. No utilizar la fuerza de los hombros sino por impulsos del tórax. Este ejercicio produce el
estiramiento de la musculatura relajada del pecho y hombros. La parte trasera del círculo es la más
importante. Espirar al mismo tiempo. El otro brazo se coloca en la cadera. Seis veces cada uno.
Gran inspiración con espiración completa.
7. Posición con rodillas y manos en el suelo. Posición “de gateo”. Las manos dirigidas hacia
adelante. Flexionar y enderezar los brazos. Al flexionar se inspira. Este ejercicio es preparatorio para
el que se detalla más adelante, con el cuerpo derecho apoyado en las manos y puntas de los pies.
Fortalecimiento de los extensores de los brazos y hombros. Tres a cinco veces. Enseguida sacudir y
zangolotear los brazos.
8. Posición lateral. Con los brazos en alto doblar el tronco hacia adelante con “insistencia elástica”
(ver explicación anterior número 5). Produce estiramiento en la parte de la cadera, músculos de las
nalgas y flexores de las piernas únicamente; las demás partes son fortalecidas. Al inclinar el tronco,
espirar; al enderezarlo, inspirar. Dos veces (figura 37).
Respiración para aliviar el corazón.
9. Posición de paso. Los pies dirigidos hacia adelante. Flexionar y extender varias veces
lentamente la rodilla delantera, adelantando el tronco. Ambos pies permanecen en el suelo sin
levantar los talones. La pierna trasera permanece derecha. Estiramiento del músculo de la pantorrilla.
10. Sentado en el suelo. Las piernas juntas y extendidas. Brazos extendidos hacia adelante, hacia
los costados o en la nuca. Atraer los pies flexionando las rodillas y enderezarlas. Abrir las piernas y
juntarlas. Todo ello con el tronco bien erguido. Tres veces cada uno (figura 38).
10 a. Arrodillado en el suelo. Sentarse sobre los talones. Sostener con cada mano el respectivo
tobillo, y levantar la cadera lo más alto posible (figura 39).
11. Posición natural. Los brazos cuelgan libremente. Doblar el tronco hacia un costado, sin
inclinarlo hacia adelante o torcerlo, comenzando por la cabeza y siguiendo vértebra por vértebra.
Espirar al mismo tiempo. La cadera no se mueve de su lugar. Doblar también lateralmente la
columna vertebral en la parte del pecho. Produce el estiramiento de los costados.
Más adelante lo mismo con los brazos extendidos horizontalmente a los costados, con “insistencia
elástica” y sin inclinar el tronco hacia adelante (figura 40).
Respiración pectoral. Ejercicio respiratorio N° 1.
12. Sentado en el suelo. Las piernas cruzadas. Con las manos, presionar simultáneamente en forma
elástica las rodillas contra el suelo (figura 41).
Ejercicios Preparatorios II
13. Posición lateral. Inspirar y, mientras se espira, levantar ambos brazos hacia adelante hasta la
horizontal llevándolos enseguida hacia los costados y bien atrás, rotando al mismo tiempo los brazos
para que las palmas de las manos miren hacia abajo. Luego, mientras se inspira, se bajan los brazos a
los costados a la posición inicial. Con brazos firmes, o en posición natural. Tres veces.
14. Posición lateral (o natural). Flexionar ligeramente los brazos; extender y separar todos los
dedos y cerrar los puños mientras se los mira. Primero despacio, pero con la máxima tensión de los
dedos y musculatura del brazo y antebrazo; luego rápidamente. Lo mismo puede ejercitarse
adelantando y recogiendo rápidamente los brazos. Al adelantarlos se rotan las manos para que las
palmas abiertas miren hacia afuera. Luego se sacuden los brazos.
Relajación de ambos brazos por impulso de hombros. Ejercicio de relajación N° 1.
15. Posición natural. Elevar un muslo hasta la horizontal. Lo mismo elevando los brazos en
distintas posiciones. Con los brazos firmes o naturales. Seis veces.
Relajación del muslo por impulso de cadera. Ejercicio de relajación N° 13.
16. Acostado boca abajo. El tronco se apoya en ambos codos con los antebrazos uno al lado del
otro, en el suelo. Elevar y bajar las nalgas respirando naturalmente. Cuatro a seis veces.
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Más adelante puede ejercitarse lo mismo, pero con el cuerpo derecho apoyado sobre las manos,
con los brazos extendidos y las puntas de los pies solamente.
Respiración para aliviar el corazón, acostado boca arriba.
17. Posición natural (o posición firme). Con los brazos a los costados elevar ligeramente una
pierna, derecha, hacia adelante o hacia un costado. Rotar la pierna hacia adentro y hacia afuera sin
cambiar la posición del eje de la misma.
Relajación del muslo por deslizamiento. Ejercicio de relajación N° 14.
18. Posición lateral. Brazos extendidos a los costados, cerrar los puños y rotar los brazos
horizontalmente sin cambiar la posición de su eje.
Relajación de ambos brazos por caída. Ejercicio de relajación N° 3.
18 a. Posición lateral. Los brazos cuelgan libremente. Doblar el tronco, vértebra por vértebra, hacia
adelante con insistencia elástica al final y espiración. Produce el estiramiento de los músculos
extensores del tórax y flexores de las piernas.
Más adelante se ejercita lo mismo, pero se produce el movimiento por una fuerte y rápida
contracción de los músculos del abdomen. En este caso los brazos no se mantienen sueltos sino que
deben aumentar el impulso. Las rodillas no deben flexionarse.
19. Posición natural (o posición firme). Levantar la pierna izquierda extendida hacia un costado
con impulso. Para ello se lleva la misma un poco hacia la derecha por delante de la pierna derecha.
Lo mismo con la pierna derecha. Asimismo, levantar la pierna hacia adelante y hacia atrás, sin doblar
la rodilla. Ambos brazos oscilan al mismo tiempo en la dirección contraria. Al impulsar la pierna
hacia atrás debe llevarse también hacia atrás la cabeza y el tronco, para producir un buen estiramiento
de los músculos de la cadera. Lo mismo puede ejecutarse también elevando la pierna de apoyo en
punta de pie para reforzar el impulso. Tres veces cada uno.
Gran inspiración con espiración completa.
20. Posición natural (pies juntos). Elevar los brazos hacia adelante hasta la horizontal (naturales o
firmes). Flexionar totalmente las rodillas manteniendo toda la planta del pie apoyada en el suelo. En
la posición de cuclillas, abrazar las rodillas y juntar las nalgas con los talones. Produce el
estiramiento de las nalgas y los extensores de las piernas (figura 42). Sacudir y zangolotear las
piernas.
Relajación de la pierna por caída. Ejercicio de relajación N° 15.
21. Acostado boca arriba. Juntar las manos en la nuca y mantener, mientras dura el ejercicio, las
piernas extendidas, ligeramente elevadas del suelo (más o menos el ancho de la mano). Levantar cada
una de las piernas extendidas hasta la vertical alternativamente con las puntas de los pies extendidas.
Mientras tanto se respira serenamente. Tres veces cada uno. Luego golpear suavemente los muslos
con los nudillos (figura 43).
Respiración para aliviar el corazón, acostado boca arriba.
22. Arrodillado en el suelo. Rodillas juntas y los muslos verticales formando una línea recta con el
tronco. Con las manos extendidas horizontalmente hacia adelante, rotar el tronco despaciosamente
hacia la derecha e izquierda con insistencia elástica y espirando al mismo tiempo. Cuatro a seis veces
cada uno (figura 44).
23. Posición firme (o natural). Doblar las muñecas hacia arriba, juntando para ello ambas palmas
delante del pecho y apretando hacia abajo con las manos juntas y los dedos extendidos.
Relajación de ambos brazos por impulso de hombros. Ejercicio de relajación N° 1.
24. Sentado en el suelo. Con las piernas cruzadas, juntar las manos en la nuca o dejar los brazos
colgando libremente. Doblar el tronco sobre la rodilla izquierda, luego sobre la derecha y finalmente
hacia adelante (figura 45).
Respiración para aliviar el corazón, acostado boca arriba.
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Ejercicios Preparatorios IV
37. Posición lateral. Con los brazos extendidos en alto. Girar el tronco hacia la derecha e izquierda
describiendo un amplio círculo, produciendo el movimiento por flexión de la cadera y cuidando que
el tronco siempre mantenga su posición frontal. Tres veces cada uno.
Respiración para aliviar el corazón (figura 52).
38. Posición natural. Extender los brazos hacia adelante, algo encima de la horizontal, cerrando los
puños. Flexionar las rodillas con impulso parándose al mismo tiempo en puntas de pies, con envión
de los brazos hacia atrás. Las rodillas deben mirar hacia adelante. Luego zangolotear y sacudir las
piernas. Cuatro a seis veces (figuras 53 y 54).
Espiración. Ejercicio respiratorio N° 5.
Relajación del muslo por impulso de cadera. Ejercicio de relajación N° 13.
39. Posición lateral. Los brazos a los costados del cuerpo y cerrando los puños. Doblar lentamente,
lateralmente, el tronco hacia el costado derecho, flexionando al mismo tiempo la rodilla izquierda y
acodando el brazo izquierdo, para que el puño izquierdo pueda ser atraído hacia la axila izquierda. El
brazo derecho se mantiene más o menos paralelo con la pierna derecha. El tronco no debe doblarse
hacia adelante. Lo mismo hacia la izquierda. Dos veces cada uno (figura 55).
40. Posición lateral. Los brazos extendidos hacia los costados. Impulsar ambos brazos derechos
hacia adelante para que se crucen delante del pecho. No flexionar los codos en ningún momento.
Produce el estiramiento de los músculos de la espalda. Cuatro veces.
41. Posición natural (o firme). Los brazos cuelgan libremente. Levantar una pierna hacia adelante
con fuerte impulso. Dejar que se eleve, extendida, lo más alto posible. La pierna de apoyo debe
mantenerse derecha, también en punta de pie y el tronco vertical, para que el ángulo sea lo más
amplio posible. Produce el estiramiento de los músculos de las nalgas y los flexores de las piernas.
Después lo mismo hacia los costados.
Más adelante lo mismo, pero con las manos en la nuca, los brazos a los costados o hacia adelante
(figura 56).
Espiración. Ejercicio respiratorio N° 5.
Relajación de la pierna por deslizamiento. Ejercicio de relajación N° 16.
42. Arrodillado en el suelo. Sentándose sobre los talones. Inclinar el tronco hacia atrás, si es
posible, hasta que la cabeza toque el suelo, elevando libremente los brazos hacia adelante. Produce el
estiramiento de los músculos del abdomen y extensores de las piernas. Zangolotear y sacudir las
piernas. Tres veces (figura 57).
Relajación del muslo por deslizamiento. Ejercicio de relajación N° 14.
43. Posición lateral. Los brazos extendidos a los costados, naturales o firmes. Llevar los brazos,
mientras se inspira, hacia atrás y con la intención de elevarlos algo al mismo tiempo, sin ceder en la
parte de la cadera. Después de la máxima tensión de los músculos de hombros y espalda, volver los
brazos a la posición inicial.
Más adelante, mientras se mantiene la tensión de los músculos citados, pueden ejecutarse pequeños
arcos hacia arriba y hacia abajo con ambos brazos. Describir círculos con los hombros, dejando
colgar libremente los brazos hacia abajo.
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44. Posición natural. Brazos extendidos hacia adelante. Bajar a la posición de cuclillas,
manteniendo toda la planta del pie en el suelo, con insistencia elástica. Luego sacudir y zangolotear
las piernas (figura 58).
Respiración pectoral. Ejercicio respiratorio N° 1.
Relajación del muslo por impulso de cadera. Ejercicio de relajación N° 13.
45. Arrodillado en el suelo. Apoyando también las manos en el suelo (Posición de gateo). Correr el
apoyo de las manos un poco más hacia adelante. Flexionar los brazos manteniendo los antebrazos
verticales, de manera que los hombros estén a un nivel más bajo que los codos. Ahora enderezar un
poco los brazos empujando al mismo tiempo el tronco hacia atrás manteniéndolo bien bajo, e
inspirar. Luego empujar el tronco hacia adelante, por debajo de la altura de los codos, espirando.
Repetir varias veces en un movimiento continuo de péndulo. Produce el mejor estiramiento de toda la
parte delantera del tronco, excelente enderezamiento de la columna vertebral y la más amplia
posibilidad respiratoria. Compárese con el ejercicio N° 22 de Relativa Dificultad (figura 59).
Respiración para aliviar el corazón, acostado boca arriba.
46. Posición natural. Elevar una pierna extendida y apoyar su talón sobre el borde de una mesa.
Doblar libremente el tronco hacia adelante con insistencia elástica. Ambas piernas bien extendidas en
lo posible. Produce el estiramiento de los músculos de la nalga y flexores de la pierna.
Relajación de la pierna por caída. Ejercicio de relajación N° 15.
47. Posición lateral. Juntar las manos en la espalda, entrelazando los dedos y con las palmas juntas.
Inclinar la cabeza hacia un costado, manteniendo elevado el mentón, con insistencia elástica. Luego
girar la cabeza hacia la derecha tomándose la cabeza desde atrás con la mano izquierda, para ayudarle
a sobrepasar un poco el límite. Lo mismo hacia el otro lado. Tres veces cada uno.
Relajación del cuello. Ejercicio de relajación N° 25 a.
48. Sentado en el suelo. Las piernas extendidas y bien separadas. Manos en la nuca o colgando
libremente. Doblar el tronco sobre la pierna izquierda, luego sobre la pierna derecha y finalmente
hacia adelante sobre el suelo. Esto último también sosteniéndose con las manos de los tobillos.
Sentarse y levantarse del suelo varias veces con la máxima velocidad.
Respiración para aliviar el corazón acostado boca arriba (figura 60).
Ejercicios Preparatorios V
49. Posición Lateral. Juntar las manos en la espalda. Describir círculos con la cabeza, hacia la
izquierda y derecha, manteniendo una respiración regular (figura 61).
50. Arrodillado en el suelo. Las manos apoyadas en el suelo (Posición de gateo). Doblar la
columna vertebral hacia arriba, redondeando la espalda y luego bajarla al máximo. Este movimiento
hace levantar y bajar al mismo tiempo tanto la cabeza como la cadera. Cuatro veces (figura 62).
Respiración pectoral. Ejercicio respiratorio N° 1.
51. Acostado boca abajo. Apoyar las manos, con los brazos flexionados, a ambos lados de la
cabeza en el suelo; más adelante, las manos se apoyan en el suelo a la altura de los hombros.
Enderezar los brazos elevando al mismo tiempo el tronco, sin quitar la cadera del suelo. Lo mismo
con las piernas separadas. Tres veces (figura 63).
Relajación del antebrazo por vuelco. Ejercicio de relajación N° 4.
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52. Posición natural. Pies paralelos con los brazos en la nuca o colgando libremente. Levantar y
bajar los talones, primero lentamente y luego varias veces seguidas con la mayor rapidez.
Zangolotear las piernas. No ejecutar con los pies en la posición firme.
53. Sentado en una silla. Doblar el tronco hacia atrás de manera que el cuerpo forme un arco.
Comenzar con las vértebras del cuello siguiendo con las del tronco, vértebra por vértebra (figura 64).
Espiración. Ejercicio respiratorio N° 5.
54. Diversas flexiones de rodillas. En posición natural, elevar el cuerpo al máximo en puntas de
pies. Flexionar lentamente las rodillas que deben estar dirigidas hacia adelante bajando al mismo
tiempo el tronco, que debe mantenerse estrictamente vertical, hasta la máxima flexión de las rodillas.
Los brazos en todas las posiciones, tanto firmes como naturales (figuras 65, 66, 67 y 68).
Lo mismo en posición lateral y en posición de paso, con el peso del cuerpo apoyado tanto en la
pierna delantera como en la trasera. Después de haberse ejecutado lentamente, lo que produce
fortalecimiento, ejecutar también vivamente (estiramiento, fuerza-rápida). Luego zangolotear las
piernas y golpear los muslos con los nudillos en toda su extensión. La respiración se mantiene
natural.
Respiración para aliviar el corazón.
Relajación de la pierna por impulso de rodilla. Ejercicio de relajación N° 17.
55. Acostado boca arriba. Manos en la nuca o brazos extendidos a los costados. Atraer ambos
muslos hacia el pecho con las piernas flexionadas y acostarlos a la derecha del cuerpo y luego a la
izquierda, en el suelo. La cabeza y el tronco permanecen en buen contacto con el suelo. Tres veces
cada uno. Acostarse y levantarse del suelo varias veces con máxima velocidad.
Respiración para aliviar el corazón acostado boca arriba.
56. Posición lateral. Pies paralelos y brazos en posición de boxeo. Antebrazos acodados formando
ángulo recto con los brazos y puños cerrados. Girar serena y ampliamente el hombro derecho hacia
atrás (fortalecimiento de los músculos de la espalda). Luego llevar rápidamente el hombro derecho
hacia adelante-arriba (velocidad de los músculos pectorales). Las piernas permanecen derechas y los
brazos acodados, sin participación activa en el movimiento. Inspirar al girar serenamente hacia atrás.
Seis a diez veces cada uno (figura 69).
Relajación de brazos y hombros por impulso de rodillas. Ejercicio de relajación N° 10.
57. Posición lateral. Juntando los brazos derechos en la espalda, entrelazando los dedos y
apretando palma contra palma. Elevar hacia atrás, elásticamente, los brazos así unidos, manteniendo
el cuerpo en su mejor posición. Cuatro a seis veces (figuras 70 y 71).
Respiración pectoral. Ejercicio respiratorio N° 1.
Relajación del muslo por impulso de cadera. Ejercicio de relajación N° 13.
58. Acostado boca abajo. El abdomen sobre una silla, el resto del cuerpo queda suspendido en el
aire, completamente derecho. Elevar y bajar una pierna extendida, manteniendo la posición derecha
del cuerpo (figura 72).
58 a. Posición lateral. Ejecutar el ejercicio N° 18 a con las piernas más separadas, en posición
firme y en posición de paso. También con rotación del cuerpo hacia la derecha e izquierda. Piernas
derechas.
59. Acostado boca arriba. Manteniendo las piernas derechas elevadas aproximadamente el ancho
de la mano del suelo, mientras dura el ejercicio. Atraer serenamente un muslo hacia el pecho,
flexionando al mismo tiempo la pierna y ayudando con los brazos que la sostienen por debajo de la
rodilla. Cuatro veces cada uno (figura 73).
60. Arrodillado en el suelo (sin sentarse sobre los talones). Inclinar el tronco hacia atrás y tenerse
con las manos de los tobillos. En esa posición llevar hacia afuera la cadera, formando con el cuerpo
un arco. También llevar la cadera hacia los costados y describir círculos con ella (figura 39).
Ejercicios Preparatorios VI
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61. Posición lateral. Con el cuerpo suelto y los brazos colgando libremente, doblar el tronco hacia
atrás, comenzando por la cabeza y siguiendo vértebra por vértebra y llevando la cadera hacia
adelante. Da flexibilidad a la columna vertebral que, en la parte pectoral, se encuentra generalmente
tiesa. Produce un buen estiramiento de los músculos abdominales. Espirar al mismo tiempo. Lo
mismo arrodillado en el suelo, manteniendo los muslos verticales.
61 a. Posición lateral. Con los brazos en alto. Doblar el tronco hacia atrás, doblando especialmente
en la parte de los riñones y cediendo también con el resto del cuerpo. Tres veces (figura 74).
Respiración completa. Ejercicio respiratorio N° 3.
62. Posición natural. Elevar una mitad de la cadera, lo que hace separar del suelo a una distancia de
2 ó 3 centímetros, la pierna correspondiente, que debe mantenerse derecha y vertical. No deben
levantarse los hombros. Tres veces cada uno.
63. Arrodillado en el suelo. Los muslos verticales y los brazos extendidos a los costados.
Enderezar una pierna hacia atrás y llevarla hacia adelante, enderezándola nuevamente. Dos veces
cada uno.
Relajación del muslo por impulso de cadera. Ejercicio de relajación N° 13.
64. Posición lateral. Frente a una pared que se encuentre a un paso de distancia. Inclinar el cuerpo,
que debe formar una sola línea, hacia adelante y apoyarlo contra la pared sobre las manos con los
brazos flexionados. Rechazar el cuerpo repetidamente de la pared, enderezando los brazos
rápidamente y en forma elástica. Produce fuerza-rápida en los músculos extensores del brazo.
Gran inspiración con espiración completa.
Relajación de brazos y hombros por impulso de rodillas. Ejercicio de relajación N° 10.
65. Acostado boca arriba. Las piernas extendidas y bien separadas. Girar el tronco con impulso,
apoyando sobre el hombro izquierdo hacia la izquierda, y apoyando sobre el hombro derecho hacia la
derecha. Ambas piernas deben quedar en buen contacto con el suelo. Cuatro veces cada uno.
Respiración pectoral. Ejercicio respiratorio N° 1.
Relajación de ambos brazos por caída. Ejercicio relajación N° 3.
66. Posición natural (o firme). Elevar hacia atrás la pierna derecha, levantando al mismo tiempo la
otra en punta de pie y levantando los brazos por adelante hacia arriba. En la posición máxima del
impulso, el cuerpo debe formar un arco. Produce el estiramiento de los músculos de la cadera y
fuerza-rápida en los músculos de las nalgas. Cuatro veces cada uno.
Respiración para aliviar el corazón.
67. Posición natural (o firme). Bajar a la posición de cuclillas y apoyar ambas manos en el suelo,
adelantando luego las piernas y el cuerpo hasta que formen una sola línea. El cuerpo se mantiene
apoyado (boca arriba) sobre los talones y los brazos verticales y derechos. En esta posición, levantar
y bajar la cadera y luego flexionar, atrayéndola hacia el pecho y estirar nuevamente cada pierna. El
ejercicio se finaliza con la posición acostado boca arriba, levantándose luego (figura 75).
68. Posición lateral. Extender ambos brazos hacia adelante, luego bajarlos unos 45 grados y
cruzarlos para que formen una “X” con los brazos bien extendidos y tiesos. Dar a los brazos un fuerte
impulso hacia atrás-arriba. Una vez dado el impulso a los brazos tiesos, de manera que son lanzados
hacia atrás-arriba, deben relajarse inmediatamente para llegar al clímax del movimiento,
completamente flojos. Este es el mejor ejercicio para el estiramiento de los músculos pectorales y la
relajación de los hombros, si se logra mantener durante su ejecución al pecho y hombros
completamente flojos. Espirar al mismo tiempo.
Más adelante, cuando el tejido se haya aflojado, lo mismo pero con los brazos siempre firmes y
acompañando el movimiento con el cuerpo que debe elevarse en punta de pies. Cuatro a seis veces.
Espiración. Ejercicio respiratorio N° 5.
Relajación de ambos brazos por impulso de hombros. Ejercicio de relajación N° 1.
69. Posición natural. Bajar a la posición de cuclillas y dar una “vuelta carnero”, inclinando el
tronco hacia adelante y encogiendo la cabeza, levantándose inmediatamente.
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70. Acostado boca arriba. Por el esfuerzo de los músculos abdominales apretar la parte de los
riñones de la espalda contra el suelo.
71. Arrodillado en el suelo. Apoyando las manos en el suelo (Posición de gateo). Brazos y muslos
verticales y tronco horizontal. Doblar la columna vertebral hacia arriba formando un arco, y luego
bajarla al máximo formando un arco inverso. Al doblar la columna hacia abajo, estirar una pierna
hacia atrás-arriba y al doblar la columna hacia arriba, flexionar la pierna atrayendo el muslo hacia el
pecho. Cuatro veces cada uno (figura 76).
Respiración completa. Ejercicio respiratorio N° 3.
72. Acostado boca arriba. Elevar ambas piernas y llevarlas hacia atrás, hasta que las puntas de los
pies toquen el suelo por encima de la cabeza. Poner varias veces la punta de los pies en contacto con
el suelo, llevando también los brazos hacia atrás, o dejarlos acostados a cada lado del cuerpo.
Mantener en lo posible las piernas derechas (figura 77).
Respiración para aliviar el corazón, acostado boca arriba.
1. Posición lateral. Girar la cabeza hacia la izquierda y luego hacia la derecha, mientras se ofrece
resistencia con la mano derecha que se apoya en el mentón. Después lo mismo hacia la izquierda.
Espirar durante el esfuerzo. Rotar la cabeza sobre los hombros. Cuatro veces cada uno (figura 122).
Relajación del cuello. Ejercicio de relajación N° 25 b.
2. Acostado boca arriba. Manos en la nuca y mantener los pies elevados del suelo a una distancia
equivalente al ancho de la mano. Mantener también atraídas las puntas de los pies. Elevar todo lo
posible cada una de las piernas con las puntas de los pies atraídos. Respirar serenamente. Tres veces
cada uno.
Levantarse y acostarse boca arriba varias veces con la máxima velocidad.
Respiración abdominal. Ejercicio respiratorio N° 4.
3. Posición natural. Brazos acodados adoptando la posición que se emplea al correr, cerrando los
puños. Llevar algo hacia atrás la pierna izquierda y apoyar la punta del pie en el suelo. Elevar ahora
hacia adelante, con fuerte impulso esa pierna, de manera que el muslo alcance la horizontal. Luego
estirar con impulso hacia abajo-atrás, elevándose al mismo tiempo el talón derecho y doblando el
tronco hacia atrás. Unir los movimientos de elevar y estirar la pierna, ejecutándolos con alguna
violencia. Lo mismo con la pierna derecha. Produce la fuerza-rápida y estiramiento de los músculos
inguinales. Cuatro a seis veces cada uno (figuras 123, 124 y 125).
Respiración completa. Ejercicio respiratorio N° 3.
Relajación del muslo y pierna por impulso de rodilla. Ejercicio de relajación N° 18.
4. Posición lateral. Colocarse de espaldas a una distancia de medio paso de la pared. Brazos en alto
y doblar hacia atrás, solamente la parte superior de la columna vertebral. La parte restante, a partir de
la costilla inferior, debe permanecer vertical. Mientras se mantiene esa posición, respirar
tranquilamente.
Más adelante, en esa misma posición, elevar y bajar los talones. Después inclinar el tronco hacia
adelante y relajarlo, dejando colgar los brazos sueltamente (figura 126).
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Respiración pectoral. Ejercicio respiratorio N° 1, con espiración completa.
Relajación de la espalda por caída del tronco. Ejercicio de relajación N° 24.
5. Posición de gateo. Extender las piernas hacia atrás de manera que las mismas formen una sola
línea con el cuerpo, que se apoya en los brazos verticales. Flexionar y enderezar los brazos mientras
se mantiene una pierna extendida, y elevada del suelo. El cuerpo debe mantenerse derecho, sin
levantar las nalgas. Fortalece los extensores de los brazos. Luego sacudir los brazos. Seis veces
(figura 127).
Relajación de ambos brazos por impulso de rodillas. Ejercicio de relajación N° 8.
6. Posición natural (o firme). Manos en la nuca. Elevar la pierna derecha con impulso hacia
adelante-arriba y también hacia el costado-arriba, procurando llegar hasta la altura máxima. Mantener
mientras tanto el tronco inmóvil. Cuatro veces cada uno (figura 128).
Relajación de la pierna y muslo por impulso de rodilla. Ejercicio de relajación N° 18.
7. Posición natural (o firme). Apoyar la pierna derecha y adelantada sobre la rodilla flexionada de
un ayudante. Manos en la nuca; doblar el tronco hacia atrás, espirando al mismo tiempo. La pierna
apoyada en el suelo permanece derecha y el ayudante sostiene el tobillo de la pierna que apoya en su
rodilla (figura 129).
8. Posición de gateo. Extender las piernas hacia atrás, de manera que el cuerpo derecho se apoye
solamente en los brazos verticales y puntas de pies. Atraer y extender repetidamente ambas piernas
con las rodillas juntas. Seis veces aproximadamente. Luego atraer una sola pierna, extender y atraer
alternativamente las piernas. Seis veces.
Respiración pectoral. Ejercicio respiratorio N° 1.
Relajación de brazos y hombros por impulso de rodillas. Ejercicio de relajación N° 10.
9. Posición lateral. Brazos bajos, puños cerrados; los nudillos miran hacia adelante. Acodar un
antebrazo hacia el brazo y, con el máximo tensionamiento de los músculos extender nuevamente el
brazo con lentitud. Mientras se extiende un brazo, se flexiona el otro. La voluntad se dirige sobre el
músculo extensor del brazo (tríceps). Emplear el mayor esfuerzo en la extensión del brazo e inspirar
antes de cada esfuerzo. Luego sacudir los brazos. Seis veces cada uno (figura 130).
Respiración completa. Ejercicio respiratorio N° 3.
Relajación de los brazos por impulso de hombros. Ejercicio de relajación N° 1.
10. Posición firme (o natural). Manos en la nuca. Elevar y describir círculos con cada una de las
piernas, derecha e izquierda; también con apoyo en la pared o silla. Tres veces cada uno.
Respiración diafragmática. Ejercicio respiratorio N° 2.
10 a. Acostado boca abajo. Juntar las manos en la espalda. Elevar del suelo, rápida o lentamente,
en forma simultánea, la cabeza, tronco y piernas, espirando al mismo tiempo. Ejecutar varias veces
hasta el cansancio. Produce la contracción activa de todos los músculos extensores del tronco. Este
ejercicio es casi el único de esta clase, que comprende la musculatura en conjunto. (Comparar con el
Ejercicio muy Difícil N° 23).
11. Posición lateral. Mantener un brazo semi-inclinado hacia arriba, y el otro brazo semi-inclinado
hacia abajo. El brazo de arriba se impulsa hacia adelante-abajo, mientras el de abajo es impulsado
simultáneamente hacia atrás-arriba. De esta manera ambos brazos describen sendos círculos a los
costados. Ejecutar con cierta vivacidad. Las caderas ceden algo al movimiento, pero las rodillas
permanecen derechas. Respirar serena y continuamente.
Más adelante, respirar de la siguiente manera: Inspirar durante tres impulsos, y espirar durante
cinco. Después aumentar tres y seis; cuatro y siete y cuatro y ocho.
Espiración. Ejercicio respiratorio N° 5.
12. Posición natural. Potente salto hacia arriba, enderezando todo el cuerpo al mismo tiempo y con
impulso de los brazos hacia arriba. Cuatro veces. Lo mismo, ejecutando simultáneamente un cuarto o
media vuelta en el aire.
Respiración para aliviar el corazón.
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Relajación de las caderas por lanzamiento lateral del tronco. Ejercicio de relajación N° 20.
13. Posición lateral. Brazos extendidos horizontalmente a los costados. Con movimiento elástico,
llevar los brazos varias veces hacia atrás-arriba. Mantener inmóvil la cabeza y el cuerpo (El
principiante puede doblar la cabeza hacia atrás). Produce el estiramiento de los músculos pectorales y
fortalece los dorsales. Seis veces.
El mismo ejercicio con las palmas de las manos mirando hacia arriba, con lo que se aumenta el
estiramiento. Espirar siempre durante todo estiramiento de músculos (figura 131).
Respiración pectoral. Ejercicio respiratorio N° 1.
Relajación de brazos y hombros por impulso de rodillas. Ejercicio de relajación N° 10.
14. Acostado boca arriba. Brazos a los costados del cuerpo, en las caderas, en la nuca o en alto (de
acuerdo con la fuerza del ejecutante). Elevar el tronco hasta la vertical y bajarlo nuevamente. El
pecho debe elevarse primero del suelo. Un ayudante puede sostener las piernas o sino colocar los pies
debajo de un armario. Inspirar acostado y espirar mientras se eleva y baja el tronco. Cuatro veces
(figura 132).
Respiración para aliviar el corazón acostado boca arriba.
Relajación de la espalda por impulso de inclinación. Ejercicio de relajación N° 22.
15. Posición lateral. Brazos en alto. Doblar el tronco lentamente hacia el costado derecho
flexionando bien, al mismo tiempo, la rodilla izquierda. El brazo izquierdo es acodado por encima de
la cabeza y el derecho se inclina al costado. No doblar el tronco hacia adelante. Lo mismo hacia la
izquierda. Dos veces cada uno.
15 a. Posición firme. Los brazos cuelgan libremente a los costados del cuerpo. Inclinar vivamente
el tronco hacia el costado derecho e izquierdo, cediendo en la cadera. Respirar serena y
continuamente. Seis a ocho veces (Figura 133).
Relajación de las caderas girando el tronco inclinado. Ejercicio de relajación N° 21.
16. Acostado boca arriba. Parar verticalmente las piernas, de manera que el cuerpo derecho apoya
únicamente sobre los pies y espalda en el suelo. Manos en la nuca o brazos extendidos hacia los
costados. Describir círculos con la cadera hacia la derecha e izquierda. Respirar serenamente. Cuatro
veces cada uno.
Respiración abdominal acostado boca arriba. Ejercicio respiratorio N° 4.
Luego sentarse y dar una “vuelta carnero” hacia atrás, redondeando la espalda y encogiendo la
cabeza, quedando finalmente en posición de pie.
17. Posición lateral. Pies paralelos y brazos en posición de boxeo. Rotar rápidamente el tronco
hacia la izquierda. Impulsar al mismo tiempo el brazo derecho, que se mantiene tenso y en ángulo
recto, en dirección hacia arriba a la izquierda a la altura de los hombros. Volver serenamente a la
posición inicial y repetir con el brazo izquierdo. Fuerza-rápida. Cuatro a seis veces cada uno (figuras
134, 135 y 136).
Más adelante, ejecutar estos movimientos (ganchos) en rápida sucesión. También en posición de
paso y arrodillado (figura 137).
Respirar progresivamente en la siguiente forma: Inspirar durante tres ganchos y espirar durante
cinco. Luego tres y seis; tres y siete, y cuatro y ocho.
Gran inspiración con espiración completa.
18. Posición natural. Manos en la nuca. Dar pequeños pasos, casi en el mismo lugar, en punta
extrema de los pies. Ejecutar el movimiento desde los tobillos, sin doblar las rodillas, con las piernas
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firmemente derechas. Diez pasos hacia delante y diez pasos hacia atrás. Zangolotear las piernas y
golpear suavemente las pantorrillas con los nudillos (figura 138).
Relajación del muslo por impulso de cadera. Ejercicio de relajación N° 13.
19. Posición firme (o natural). Atraer cada una de las rodillas hacia el pecho con ayuda de los
brazos que pueden apretar la pierna contra el pecho. Fuerte estiramiento de la nalga y extensores de
las piernas. Dos a tres veces (Figura 139).
19 a. Agregar al ejercicio anterior rápidas y profundas flexiones de rodillas, adelantando los brazos
al mismo tiempo. Ocho veces.
Luego elevar violentamente cada una de las rodillas de manera que, en lo posible, golpeen contra
el pecho y enderezar inmediatamente.
20. Acostado boca arriba. Manos en la nuca y elevar las piernas juntas de manera que formen un
ángulo agudo con el suelo. Flexionar ambas rodillas mientras se las atrae hacia el pecho, y estirar
nuevamente las piernas a su posición de ángulo agudo.
Agregar una “vuelta carnero” hacia atrás. Seis veces (figura 140).
Respiración abdominal. Ejercicio respiratorio N° 4.
21. Posición firme. Flexionar bien las rodillas y apoyar las manos adelante en el suelo. Enderezar
alternativamente cada una de las piernas hacia un costado. Primero despacio y más adelante, con
vivacidad. Sacudir los brazos. Cuatro a seis veces. Acostarse boca abajo y levantarse varias veces con
la máxima velocidad.
Respiración diafragmática. Ejercicio respiratorio N° 2.
Relajación de los antebrazos por rotación. Ejercicio de relajación N° 5.
22. Posición natural. Elevar lateralmente la pierna derecha semiflexionada y tomar el tobillo con la
mano derecha, detrás del cuerpo. Elevar, con ayuda del brazo, la pierna y el muslo de manera que
queden casi en un plano horizontal. Inclinar ahora el tronco varias veces hacia el lado de la pierna
elevada. Enseguida lanzar la pierna, en lo posible horizontalmente hacia adelante. Luego golpear los
muslos con los nudillos.
Relajación de la pierna por impulso de rodilla. Ejercicio de relajación N° 17.
23. Arrodillado en el suelo. Muslos y tronco forman una línea. Abrir las piernas y extender los pies
en el suelo. Bajar las nalgas e inclinar el tronco hacia atrás para que, en lo posible, la cabeza toque el
suelo. Los brazos cuelgan libremente, o pueden apoyarse para ayudar al movimiento.
Más adelante, con los brazos extendidos hacia adelante o hacia arriba. Al inclinar hacia atrás,
espirar lentamente. Buen estiramiento de la parte delantera del cuerpo. Tres veces. Golpear los
muslos con los nudillos.
Respiración completa. Ejercicio respiratorio N° 3.
Relajación de todo el cuerpo. Ejercicio de relajación N° 27 c.
24. Posición natural. Elevar una pierna con impulso hacia adelante, hacia el costado y hacia atrás,
mientras se salta simultáneamente.
24 a. Pararse, cabeza abajo, sobre las manos, apoyando los talones contra la pared.
Espiración. Ejercicio respiratorio N° 5.
25. Posición lateral (bien ancha). Brazos en alto, naturales o firmes. Rotar y doblar con impulso el
tronco hacia la derecha-abajo, de manera que las manos puedan sostenerse del tobillo derecho.
Insistencia elástica. Levantar el tronco nuevamente y bajarlo hacia la izquierda. Inspirar al levantar el
tronco. Dos veces cada uno.
Espiración. Ejercicio respiratorio N° 5.
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26. Sentado en el suelo. Los pies juntos y extendidos. Manos en la nuca o brazos en alto. Hacerse
sostener los pies por un ayudante o colocarlos debajo de un armario. Inclinar el tronco derecho hacia
atrás y luego de un débil contacto con el suelo, incorporarlo rápidamente y doblarlo bien hacia
adelante. Antes de comenzar el ejercicio inspirar, y espirar durante su ejecución. Tres a cuatro veces
(Figura 141).
Respiración abdominal. Ejercicio respiratorio N° 4.
Relajación de la espalda por impulso de inclinación. Ejercicio de relajación N° 22.
27. Posición firme (o natural). Los brazos cuelgan a los costados o sostenerse de una mesa, silla o
pared. Elevar el muslo hasta la horizontal. Luego, sin cambiar el muslo de su posición, enderezar
también la pierna hacia adelante, con el pie atraído, de manera que la pierna y el muslo queden en
una línea horizontal. Zangolotear las piernas y golpear los muslos con los nudillos. Tres a cuatro
veces.
Relajación de la pierna y muslo por impulso de rodilla. Ejercicio de relajación N° 18.
28. Acostado en el suelo de costado. El tronco se incorpora lateralmente apoyándose sobre el brazo
extendido y casi vertical. Adelantar la pierna que se encuentra abajo. Elevar y bajar lateralmente en
forma pausada la cadera, mientras el brazo de apoyo permanece extendido. Sacudir los brazos.
Produce el estiramiento de los músculos laterales externos de la columna y fortalece los internos. Seis
veces cada uno (Figura 142).
Respiración completa. Ejercicio respiratorio N° 3.
Relajación de ambos antebrazos por impulso lateral de rodilla. Ejercicio de relajación N° 9.
29. Acostado boca arriba (En el suelo, o mejor sobre una mesa o banco). Manos en la nuca y codos
en contacto con el suelo (o mesa, etc.) Describir lentamente y en forma simultanea, círculos opuestos
con ambas piernas, sin que dejen de formar ángulo agudo con el suelo, de arriba hacia abajo y luego
de abajo hacia arriba. Juntar los pies cuando estos se encuentren. Respirar continua y serenamente.
Ejecutar cada segundo círculo hasta la vertical. Seis veces cada uno (Figura 106).
Respiración abdominal. Ejercicio respiratorio N° 4.
Amasar los músculos abdominales y enseguida dar una “vuelta carnero” hacia atrás con la cabeza
encogida y espalda redonda, quedando en posición de pie.
30. Posición lateral. Brazos extendidos horizontalmente hacia los costados. Más adelante, manos
en la nuca. Flexionar completamente y enderezar nuevamente una pierna con la rodilla dirigida hacia
adelante, elevando al mismo tiempo el talón, Si es necesario, apoyarse de una silla. Dos veces cada
uno.
Golpear y zangolotear las piernas; esto último también acostado boca arriba, con las piernas
elevadas.
Relajación del muslo por impulso de cadera. Ejercicio de relajación N° 13.
31. Acostado boca arriba. Inspirar profundamente. Elevar las piernas derechas y simultáneamente
incorporar el tronco, de manera que el cuerpo permanece en equilibrio apoyado sobre las nalgas
únicamente; mientras tanto, espirar lentamente. Extraordinario fortalecimiento de los músculos
abdominales e inguinales.
Más adelante, ejecutar movimientos elásticos mientras se mantiene el cuerpo en la última posición.
Respiración para aliviar el corazón acostado boca arriba.
32. Posición lateral. Doblar la cabeza hacia atrás y luego doblarla hacia adelante, pero ofreciendo
resistencia con los puños apoyados debajo o a los costados del mentón. Después, doblar la cabeza
hacia adelante y luego doblarla hacia atrás, pero ofreciendo resistencia con las manos entrelazadas,
apoyadas en la parte posterior de la cabeza. Espirar durante el esfuerzo. Describir círculos con la
cabeza. Cuatro veces cada uno (Figuras 143 y 144).
Respiración pectoral, inspirando con resistencia. Ejercicio respiratorio N° 6.
Relajación del cuello. Ejercicio de relajación N° 25 b.
31
33. Posición lateral. Colocar el brazo izquierdo sobre la espalda o dejarlo colgar libremente. El
tronco se inclina ligeramente sobre la pierna izquierda y el brazo derecho; con el puño cerrado, se
extiende hacia abajo a la izquierda. Mantener sueltas las piernas. Enviar, con un fuerte impulso, el
brazo derecho hacia arriba-atrás, enderezando al mismo tiempo el tronco y la pierna derecha e
inspirando. Mantener, en lo posible, las caderas en su posición frontal y seguir la trayectoria del puño
con la vista. Cuatro a seis veces cada uno (figuras 145 y 146).
Relajación de las caderas girando al tronco inclinado. Ejercicio de relajación N° 21.
34. Posición lateral. Manos en la nuca. Más adelante, brazos extendidos hacia arriba. Inclinar el
tronco hacia adelante. Ejecutar este movimiento desde la cadera, manteniendo la columna vertebral
completamente erguida. Espirar al mismo tiempo. Produce el fortalecimiento de los extensores de la
espalda y el estiramiento de los flexores de las piernas. Luego dejar caer sueltamente hacia adelante
el tronco, con los hombros y brazos colgando libremente y cediendo con las rodillas. Tres veces
(Figura 147).
Respiración completa. Ejercicio respiratorio N° 3.
35. Posición natural. Saltar cambiando las piernas de posición. Primer salto con ambas piernas;
segundo salto apoyando la pierna derecha lateralmente; tercer salto con las piernas juntas; cuarto
salto apoyando la pierna derecha adelante; quinto salto como el tercero y en el sexto salto apoyar la
pierna derecha atrás. Saltar liviana y elásticamente. Incluir, entre los saltos, frecuentes flexiones de
rodillas. Lo mismo con la pierna izquierda. Brazos sueltos y respiración serena. Acostado boca arriba
y zangolotear las piernas elevadas.
Respiración para aliviar el corazón.
36. Acostado boca arriba. Arquear todo el cuerpo hacia arriba de manera que finalmente sólo
queden apoyados los pies y la cabeza en el suelo. Respirar serenamente (Figura 148).
Respiración para aliviar el corazón acostado boca arriba.
Relajación del cuello. Ejercicio relajación N° 25 c.
37. Posición natural. La mano izquierda puede apoyarse en la pared, o dejar los brazos colgando
libremente. Acercar violentamente la rodilla hacia el pecho, lanzando también hacia adelante-arriba
la correspondiente pierna e impulsar luego hacia atrás la pierna extendida, con envión simultaneo del
brazo derecho hacia adelante. Ejecutar estos tres movimientos de la pierna en forma continuada. Tres
o cuatro veces cada uno.
38. Posición lateral. Brazos extendidos horizontalmente a los costados y flexionar (acodar) los
antebrazos, cerrando los puños. Rotar el tronco, con la máxima amplitud posible, de izquierda a
derecha. Inspirar durante cuatro rotaciones, y espirar durante seis.
Más adelante, aumentar en las siguientes proporciones: cuatro y siete; cinco y ocho; cinco y nueve;
seis y nueve (Figura 149).
Espiración. Ejercicio respiratorio N° 5.
39. Posición natural. Saltos con movimientos de piernas. Primer salto con los pies juntos; segundo
salto, lanzando una pierna extendida hacia adelante; tercer salto con los pies juntos; cuarto salto,
lanzando una pierna extendida hacia el costado; quinto salto con los pies juntos y sexto salto,
lanzando una pierna extendida hacia atrás. Ejecutar luego con la otra pierna. Al llevar la pierna
extendida hacia el costado, impulsar simultáneamente los brazos hacia el costado opuesto. Respirar
serenamente. Luego, acostado boca arriba, zangolotear las piernas elevadas.
Respiración para aliviar el corazón con espiración completa.
32
40. Posición lateral. Colocarse de espalda a una distancia de medio paso de la pared, manteniendo
durante la ejecución del ejercicio, toda la planta de los pies en contacto con el suelo. Brazos
extendidos hacia arriba, firmes o naturales. Doblar el cuerpo, en la región dorsal, hacia atrás. La parte
baja del cuerpo se adelanta un poco. Luego dejar caer hacia adelante sueltamente el tronco, relajando
los brazos y cediendo en las rodillas (figura 150).
Gran respiración con espiración completa.
Relajación de todo el cuerpo. Ejercicio de relajación N° 27 c.
41. Acostado boca arriba. Brazos extendidos a los costados o manos en la nuca. Describir círculos
con ambas piernas juntas y extendidas, hacia la derecha y hacia la izquierda, de manera que las
piernas siempre atraviesen la posición vertical. Respiración continuada. Este ejercicio se puede
ejecutar mejor aún, acostándose boca arriba sobre una mesa y sosteniéndose lateralmente de sus
cantos. Cuatro a seis veces cada uno.
Respiración abdominal. Ejercicio respiratorio N° 4.
41 a. Sentado en el suelo. Las piernas extendidas. Llevar hacia atrás una pierna semiflexionada, de
manera que los muslos formen un ángulo recto. Brazos en alto; doblar el tronco sobre la pierna
extendida con insistencia elástica. Lo mismo con la otra pierna. Produce un fuerte estiramiento de
nalgas, flexores y extensores.
42. Posición lateral. Pies paralelos. Flexionar las rodillas bajando el tronco, y enderezar
nuevamente, manteniendo toda la planta de los pies en contacto con el suelo. Llevar al mismo tiempo
los brazos hacia adelante. Luego zangolotear las piernas y golpearlas suavemente. Seis veces.
Respiración para aliviar el corazón y luego, respiración pectoral. Ejercicio respiratorio N° 1.
Relajación de las piernas por impulso de rodilla. Ejercicio de relajación N° 17.
43. Posición lateral ancha. Brazos extendidos horizontalmente a los costados y cerrar los puños.
Rotar el tronco hacia la izquierda y doblar el tronco hacia abajo a la derecha, de manera que el puño
derecho toque el suelo mientras el puño izquierdo es extendido hacia arriba. Luego incorporar y
lanzar el tronco a la posición opuesta, repitiendo los movimientos descriptos. El movimiento de
doblar el tronco se ejecuta despacio, mientras que el incorporar y lanzar el tronco a la posición
contraria se efectúa con impulso. Espirar al bajar el tronco, e inspirar al incorporarlo. Seis a ocho
veces.
Respiración para aliviar el corazón, con espiración completa.
44. Posición natural. Llevar una pierna algo hacia atrás, apoyando la punta del pie en el suelo. Los
brazos también se llevan algo hacia atrás. Lanzar la misma pierna hacia delante y arriba, impulsando
simultáneamente los brazos hacia adelante y doblando también el tronco hacia adelante. Produce un
fuerte estiramiento. Seis a ocho veces.
Respiración para aliviar el corazón.
45. Acostado boca arriba. Manos en las caderas, brazos extendidos a los costados o extendidos por
encima de la cabeza. Incorporar el tronco, pero de manera que sólo forme un ángulo agudo con el
suelo. Mantenerse en esa posición mientras dure la espiración. Inspirar profundamente mientras el
tronco se halla acostado en el suelo, y espirar lentamente cuando se halla incorporado. Fortalece los
músculos abdominales e inguinales. Cuatro a seis veces (figura 151).
Respiración para aliviar el corazón acostado boca arriba.
46. Arrodillado en el suelo. Tronco y muslos en una línea. Brazos en alto, firmes o naturales. Bajar
lentamente el tronco hacia adelante con la columna erguida, sentándose al mismo tiempo sobre los
talones. Inspirar al incorporarse nuevamente. Cuatro veces. (figuras 152, 153 y 154).
46 a. Luego, sentado sobre los talones, brazos extendidos horizontalmente hacia los costados y
tronco inclinado hacia adelante, rotar el tronco de derecha a izquierda, y viceversa.
Respiración completa. Ejercicio respiratorio N° 3.
47. Posición lateral. Brazos extendidos hacia abajo y puños cerrados. Rotar los brazos de manera
que los pulgares miren hacia afuera. Flexionar lentamente un antebrazo contra el brazo, encogiendo
33
asimismo el puño, con el máximo tensionamiento de los músculos. La vista y la voluntad dirigidas
sobre el bíceps. Enderezar el brazo también con máxima tensión. Mientras se endereza un brazo se
flexiona el otro. Emplear el máximo esfuerzo al flexionar el brazo, inspirando antes. Luego,
zangolotear los brazos y golpear suavemente los bíceps. Ocho veces cada uno (figuras 155 y 156).
Respiración pectoral, inspirando con resistencia. Ejercicio respiratorio N° 6.
Relajación de brazos y hombros por impulso de rodilla. Ejercicio de relajación N° 10.
48. Posición natural. Brazos en alto, firmes o naturales. Colocarse en punta de pies. Flexionar
lentamente las rodillas y bajar el tronco completamente vertical. Mientras tanto bajar los brazos hacia
los costados hasta la horizontal, rotando el tronco hacia la izquierda. Al enderezarse, volver a la
posición primera. Lo mismo, rotando el tronco hacia la derecha. Espirar al bajar, e inspirar al
enderezar. Dos veces cada uno.
Espiración. Ejercicio respiratorio N° 5.
Relajación de las caderas por lanzamiento lateral del tronco. Ejercicio de relajación N° 20.
1. Posición lateral. Brazos en alto. Doblar el tronco hacia adelante y luego doblar la parte superior
del tronco hacia arriba hasta la horizontal, llevando los brazos al costado e inspirando al mismo
tiempo. Fortalece los extensores y músculos de la espalda. Dos a tres veces.
1 a. Luego, posición natural con los brazos naturales en alto. Doblar el tronco hacia adelante y
elevar simultáneamente hacia adelante una pierna extendida o flexionada. Lo mismo también en
posición de punta de pie (figura 157).
Respiración pectoral. Ejercicio respiratorio N° 1.
Relajación de las caderas por lanzamiento lateral del tronco. Ejercicio de relajación N° 20.
2. Arrodillado en el suelo. Muslos y tronco en una línea. Extender una pierna hacia adelante
apoyando el talón en el suelo y atraer la punta del pie. Brazos en alto, firmes o naturales. Doblar el
tronco hacia adelante tratando de que el pecho toque el muslo con insistencia elástica. Primero con la
pierna algo flexionada y más adelante, con la pierna completamente derecha, siempre con el pie
atraído. Produce un gran estiramiento de los flexores de la pierna. Dos veces cada uno (figura 158).
Respiración completa. Ejercicio respiratorio N° 3.
Relajación de la pierna con el muslo levantado a un costado. Ejercicio de relajación N° 19.
3. Acostado de costado. Acostado sobre el lado derecho, flexionar la pierna derecha e incorporar el
tronco. Extender ambos brazos hacia el costado izquierdo como contrapeso. Bajar nuevamente y
repetir. Produce el fortalecimiento de los músculos laterales del abdomen. Dos veces cada uno (figura
159).
Luego, acostado boca abajo, brazos de costado o en alto. Separar el tronco y las piernas del suelo
(ver Ejercicios difíciles N° 10 a).
Acostarse y levantarse con la mayor velocidad.
4. Posición lateral. Pies paralelos y brazos en posición de boxeo. Adelantar violentamente el
hombro izquierdo llevando con impulso el brazo izquierdo hacia adelante. Al mismo tiempo se eleva
el hombro izquierdo hacia la oreja y el puño rota hacia adentro. El brazo derecho flexionado con el
correspondiente hombro es impulsado simultáneamente hacia atrás. Lo mismo hacia el otro lado.
Más adelante, en rápida sucesión, también en posición de paso. Respirar progresivamente en la
siguiente forma: Inspirar durante tres golpes y espirar durante cinco. Después: tres y seis; cuatro y
siete; cuatro y ocho. Luego sacudir los brazos (figuras 116, 160 y 161).
Espiración. Ejercicio respiratorio N° 5.
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Relajación de todo el brazo combinado con antebrazo por impulso de rodilla. Ejercicio de
relajación N° 7.
5. Arrodillado en el suelo. Muslos y tronco en una línea. Brazos en alto, firmes o naturales.
Inclinar lentamente el tronco hacia adelante con la columna vertebral erguida y acercar
simultáneamente las nalgas a los talones. Llevar ahora los brazos a los costados y rotar la parte
superior del tronco hacia la derecha. Lo mismo hacia la izquierda. Dos veces cada uno. Luego
golpear los muslos (figura 162).
Relajación de la espalda por impulso de inclinación. Ejercicio de relajación N° 22.
6. Posición natural. Saltar lanzando simultáneamente una rodilla hacia el pecho. Primer salto con
ambas piernas. Segundo salto con la pierna izquierda, elevando con impulso la rodilla derecha. Bajar
nuevamente para ejecutar el tercer salto con ambas piernas. Repetir durante el cuarto y quinto salto.
Luego lo mismo con la rodilla izquierda. Los brazos son impulsados simultáneamente hacia arriba.
Respirar serenamente. Intercalar frecuentemente flexiones completas de rodillas. Zangolotear las
piernas.
Respiración para aliviar el corazón, con espiración completa.
7. Sentado en el suelo. Las piernas cruzadas. Enderezar una pierna hacia el costado, manteniendo
el tronco vertical. Las manos pueden sostenerse de la pierna que permanece flexionada. Describir
semicírculos con la pierna extendida. Una vez cada uno (figura 163).
Luego ejecutar una “vuelta carnero” hacia atrás, encorvando la espalda y encogiendo la cabeza,
quedando en posición de pie.
Respiración pectoral, inspirando con resistencia. Ejercicio respiratorio N° 6.
8. Posición de paso. Aumentar la distancia de los pies todo lo posible. La pierna delantera bien
derecha con el pie atraído. Doblar ahora la rodilla trasera hacia el suelo. Produce el estiramiento de
los flexores de las piernas, que deben mantenerse relajados. Sostenerse de una mesa o silla. Si los
tejidos tienen suficiente elasticidad el cuerpo puede bajar hasta el suelo.
Terminar el ejercicio sin tensión, es decir, no elevar el cuerpo en la misma forma en que se lo bajó.
Tres a cuatro veces cada uno. Zangolotear las piernas y luego, impulsar una rodilla hacia el pecho
enderezándola otra vez rápidamente (figura 164).
Relajación del muslo por impulso de cadera. Ejercicio de relajación N° 13.
9. Sentado sobre una silla o banco. Manos en la nuca o brazos en alto. Colocar los pies debajo de
un armario o hacerlos sostener por un ayudante. Bajar hacia atrás el tronco derecho y luego de un
ligero contacto de la punta de los dedos con el suelo, incorporar nuevamente y doblar bien hacia
adelante. Inspirar profundamente al comenzar los movimientos y espirar lentamente durante su
ejecución. Seis veces (figura 165).
Respiración para aliviar el corazón, sentado o acostado.
Relajación de la espalda por caída del tronco. Ejercicio de relajación N° 24.
10. Posición de gateo. Extender las piernas hacia atrás de manera que el cuerpo derecho se apoye
sólo en las puntas de los dedos, con los brazos verticales y las puntas de los pies. Flexionar y
enderezar los brazos mientras se mantiene elevada una pierna bien derecha. Inspirar al flexionar. El
ejercicio puede ser aumentado si debajo de cada mano se colocan dos libros o si las puntas de los pies
se apoyan en una silla. Fortalece los extensores de los brazos. Sacudir los brazos. Ocho veces (figura
166).
Respiración completa. Ejercicio respiratorio N° 3.
Relajación de brazos y hombros por impulso de rodillas. Ejercicio de relajación N° 10.
11. Acostado de costado. El muslo apoyado sobre una silla o banco y el brazo apoyado en el suelo.
Hacerse sostener los pies por un ayudante, o colocarlos debajo de un sostén de altura conveniente.
Poner ahora las manos en la nuca o en la cadera. Doblar lateralmente hacia arriba el tronco con
insistencia elástica, y bajar nuevamente. Excelente fortalecimiento de los músculos de las caderas.
Cuatro a seis veces cada uno (figura 167).
35
11 a. Posición natural. Brazos extendidos hacia abajo. Flexionar las rodillas hasta que las puntas de
los dedos toquen los talones. Elevar al mismo tiempo los talones. El tronco y los muslos deben
permanecer en una línea. Luego bajar la cadera para terminar en la forma común de flexión de
rodillas. Incorporarse nuevamente, ejecutando los movimientos en forma inversa. Dos a tres veces.
Zangolotear las piernas.
12. Posición natural. Ejecutar un potente salto hacia arriba con la columna arqueada y los brazos
impulsados hacia arriba. Tres a cuatro veces.
Gran inspiración para aliviar el corazón con espiración completa.
13. Posición de paso. Correr el apoyo del cuerpo sobre la pierna delantera. Brazos en alto; inclinar
el tronco hacia adelante elevando al mismo tiempo la pierna trasera de tal manera que, en lo posible,
los brazos, el cuerpo y la pierna elevada, estén en una sola línea horizontal. La pierna de apoyo puede
flexionarse ligeramente y elevar la cabeza. Ejecutar con cada una de las piernas, espirando
lentamente. Dos veces cada uno (figura 168).
13 a. Arrodillado sobre una sola rodilla. Extender la otra pierna hacia atrás. Apoyar ambas manos
sobre las puntas de los dedos en el suelo. Elevar elásticamente todo el cuerpo a la posición descripta
en el ejercicio anterior, en punta de pie.
Respiración diafragmática. Ejercicio respiratorio N° 2.
Relajación de la espalda, por impulso de inclinación. Ejercicio de relajación N° 22.
14. Posición lateral. Pies paralelos y manos apoyadas algo debajo de las caderas. Lanzar el tronco
hacia adelante y hacia atrás con impulso, cediendo en la cadera. Ejecutar esto con impulso. Primero
respirar serenamente y más adelante, inspirar durante dos enviones dobles (atrás y adelante) y espirar
durante cuatro. Seguir posteriormente con la siguiente progresión: Dos y cinco; tres y seis; tres y
siete; cuatro y siete, etc.
Espiración. Ejercicio respiratorio N° 5.
Relajación de las caderas girando el tronco inclinado. Ejercicio de relajación N° 21.
15. Acostado boca arriba. Atraer las piernas y colocarlas verticalmente en el suelo. Apoyar el
tronco sobre los antebrazos acodados. Elevar, bajar y mover lateralmente las caderas. Elevar y bajar
los talones. Luego golpear los muslos y pantorrillas. Cuatro a seis veces.
Relajación de la pierna por impulso de rodilla. Ejercicio de relajación N° 17.
Acostarse boca arriba y levantarse varias veces con máxima velocidad.
16. Acostado boca abajo. Colocar las manos, una encima de la otra, apoyadas en el suelo, debajo
de la región del mentón. Enderezar ahora los brazos y elevar el cuerpo derecho que también queda
apoyado en puntas de pies. Flexionar y enderezar. Inspirar al flexionar. Tres a cinco veces (Figura
169).
Luego sacudir los brazos y exprimir los músculos extensores del brazo (tríceps).
Respiración pectoral. Ejercicio respiratorio N° 1.
Relajación de los antebrazos por rotación. Ejercicio de relajación N° 5.
17. Posición lateral ancha. Los pies paralelos. Flexionar ligeramente las rodillas. Doblar el tronco
hacia adelante, dejando colgar los brazos. Adelantar bien las caderas, incorporando así el cuerpo con
la espalda arqueada y elevarse en puntas de pies. Ejecutar también con los brazos extendidos hacia
adelante. Cuatro a seis veces (figuras 170, 171 y 172).
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17 a. Posición lateral. Brazos en alto, naturales. Doblar con impulso el tronco hacia la derecha,
flexionando al mismo tiempo completamente la rodilla izquierda, cediendo elásticamente con los
brazos hacia abajo a la derecha. Lo mismo hacia la izquierda. Dos a cuatro veces (figura 173).
18. Acostado boca arriba. Brazos a los costados del cuerpo; si es posible, manos en la nuca.
Incorporar el tronco derecho a la posición sentada, sin ayuda o apoyo de los pies. Extender ahora los
brazos hacia adelante y doblar tres veces elásticamente el tronco sobre las piernas. Luego bajar
nuevamente el cuerpo, con la espalda encorvada, a la posición inicial. Cuatro veces (figura 174).
18 a. Más adelante, antes de incorporarse, atraer una pierna o ambas piernas.
Respiración abdominal. Ejercicio respiratorio N° 4.
Relajación de todo el cuerpo. Ejercicio de relajación N° 27.
19. Arrodillado en el suelo. Muslos y tronco en una línea. Separar bien las rodillas y extender los
pies en el suelo. Brazos extendidos hacia adelante, manos en la nuca o brazos en alto, firmes o
naturales. Doblar el tronco hacia atrás, espirando y enderezarlo nuevamente. Golpear suavemente los
muslos. Tres veces (Figura 175).
20. Posición de paso. Pies bien separados. Flexionar la rodilla delantera corriendo el peso del
cuerpo sobre esa pierna. Enderezar la rodilla y volver el cuerpo sobre la pierna trasera. Balancearse
así varias veces, adelante y atrás. Zangolotear las piernas. Cuatro a seis veces.
Respiración completa. Ejercicio respiratorio N° 3.
Relajación del muslo y pierna por impulso de rodilla. Ejercicio de relajación N° 18.
21. Posición lateral ancha y pies paralelos. Brazos en posición de boxeo. Girar hacia atrás el
hombro derecho, enderezando al mismo tiempo el brazo derecho de manera que el puño cerrado mire
hacia abajo. Girar ahora violentamente el hombro derecho hacia adelante arriba, dando así un fuerte
impulso al brazo derecho extendido, cuyo puño describe un semicírculo hasta la altura de la cabeza y
de allí abajo, a la izquierda. El brazo derecho pasa ahora a la posición de boxeo, mientras se extiende
el izquierdo hacia la izquierda. Primero ejecutar individualmente estos movimientos y luego en forma
continuada. Lo mismo en posición de paso.
Más adelante, inspirar con tres impulsos y espirar con cinco. Después, tres y seis; cuatro y siete
(figuras 176, 177, 178 y 179).
22. Posición natural. Brazos extendidos hacia adelante, firmes o naturales. Elevar los talones.
Flexionar una rodilla y bajar el cuerpo adelantando la otra pierna. Luego ejecutar movimientos
elásticos en la posición flexionada, ejecutando pequeños saltos, de manera que puedan cambiarse las
piernas de posición. Golpear las piernas y los muslos, en posición sentada.
Espiración. Ejercicio respiratorio N° 5.
Relajación del muslo por impulso de cadera. Ejercicio de relajación N° 13.
23. Acostado boca abajo. Apoyar los muslos sobre un banco y los brazos con las manos en el
suelo. Un ayudante sostiene las piernas o éstas se colocan bajo un soporte adecuado. Manos en la
nuca o en las caderas. Doblar el tronco hacia arriba, espirando, atrayendo el mentón y llevando los
hombros hacia atrás. Produce el acortamiento y fortalecimiento de los músculos que enderezan el
tronco. Tres veces (figura 180).
Relajación de la espalda por caída del tronco. Ejercicio de relajación N° 24.
24. Arrodillado en el suelo. Tronco y muslos en una línea. Brazos en alto. Las manos pueden
juntarse, palma contra palma o entrelazarse. Rotar el tronco hacia la izquierda y doblarlo hacia el
costado izquierdo. Muslos y caderas permanecen verticales. Lo mismo hacia la derecha. Dos veces
cada uno (figuras 181 y 182).
24 a. Posición natural. Elevar con impulso, y alternativamente, cada una de las rodillas hacia el
pecho, con el tronco ligeramente inclinado hacia adelante y con movimientos de brazos como los que
se ejecutan al correr. Rápida y continuamente. Ejercita la rapidez.
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25. Posición natural. Colocarse en extrema punta de pies. Flexionar las rodillas dirigidas hacia
adelante y bajar el tronco. Adelantar ahora las caderas, de manera que las rodillas se aproximan al
suelo y enderezar las piernas, mientras se sigue adelantando las caderas. Brazos sueltos. Excelente
fortalecimiento de los extensores de las piernas y estiramiento de la parte delantera del tronco. Este
ejercicio puede realizarse lenta o rápidamente. Dos a tres veces (figuras 183, 184 y 185).
Respiración pectoral, inspirando con resistencia. Ejercicio respiratorio N° 6.
Relajación de la pierna por impulso de rodilla. Ejercicio de relajación N° 17.
26. Sentado en el suelo. Piernas extendidas y brazos en alto. Impulsar el tronco hacia adelante,
llevando al mismo tiempo un brazo extendido hacia atrás y el otro hacia adelante. Cambiar
alternativamente con cada impulso. Diez veces (figura 186).
Respiración para aliviar el corazón, acostado boca arriba.
Sentarse y levantarse varias veces con la máxima velocidad y sin ayuda de las manos.
27. Posición de gateo. Extender las piernas hacia atrás. Brazos verticales y cuerpo derecho,
apoyado en puntas de pies. Separar las manos a una distancia equivalente a una y media veces el
ancho de los hombros. Flexionar los brazos y correr el peso del cuerpo totalmente sobre la mano
derecha. Enderezar los brazos mientras se deja el peso sobre el brazo derecho. Luego lo mismo sobre
el brazo izquierdo. Si es posible, ejecutar algunas veces apoyándose sobre las puntas de los dedos.
Tres a seis veces cada uno. Zangolotear los brazos y exprimir los extensores del brazo con las manos.
Relajación de brazos y hombros por impulso de rodillas. Ejercicio de relajación N° 10.
28. Posición natural. Saltar cambiando rápidamente las piernas de posición. Primer salto con
ambas piernas. Segundo salto apoyando la pierna izquierda de costado y de allí, durante el tercer
salto, atraer la rodilla izquierda al pecho para, durante el cuarto salto, apoyarla adelante en el suelo.
Luego ejecutar otro salto con ambas piernas y repetir todo con la pierna derecha. Los brazos son
impulsados hacia arriba y hacia el costado opuesto, describiendo círculos. Seguidamente acostarse
boca arriba y sacudir las piernas elevadas.
Respiración parra aliviar el corazón con espiración completa.
29. Posición lateral. De la posición de boxeo, se elevan y acodan los brazos en la forma indicada
en el dibujo. Puños a cada lado de la cabeza y antebrazos horizontales. Ejecutar un fuerte golpe con
ambos puños simultáneamente hacia atrás y en lo posible, horizontalmente. El tronco cede solamente
en su parte pectoral y las rodillas permanecen derechas. Espirar mientras se ejecuta el enérgico
movimiento. Después de enderezar los brazos hacia atrás, se dejan caer relajadamente hacia abajo y
de allí vuelven a la posición inicial. Sacudir los brazos. Seis a ocho veces. Produce el estiramiento del
bíceps, músculos pectorales y abdominales (figura 187).
Respiración completa. Ejercicio respiratorio N° 3.
Relajación de hombros y brazos por rotación del tronco inclinado. Ejercicio de relajación N° 12.
30. Sentado sobre una silla o banco. Manos en la nuca o brazos en alto. Colocar los pies debajo de
un armario o hacerlos sostener por un ayudante. Bajar el tronco hacia atrás, de manera que primero
baje la espalda y después hombros y cabeza. Después de un ligero contacto con el suelo,
incorporarse, de manera que se adelanten la cabeza y los hombros a la espalda (enrollarse con la
espalda encorvada). Excelente fortalecimiento de los músculos abdominales. Inspirar al comenzar el
ejercicio y espirar lentamente durante su ejecución. Tres a cuatro veces (figura 188).
Respiración para aliviar el corazón, acostado o sentado.
Relajación de las caderas por lanzamiento lateral del tronco mediante impulso de rodillas.
Ejercicio de relajación N° 20.
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31. Sentado en el suelo. Las piernas cruzadas. Extender la pierna izquierda hacia el costado.
Doblar el tronco, con insistencia elástica, hacia la izquierda. El brazo izquierdo extendido toca la
pierna izquierda y el brazo derecho se eleva, acodado, por encima de la cabeza. Lo mismo hacia la
derecha. Seguidamente golpear livianamente el muslo. Dos veces cada uno.
Dar una “vuelta carnero” hacia atrás, con la espalda encorvada y cabeza encogida, quedando en
posición de pie (figura 189).
Respiración abdominal. Ejercicio respiratorio N° 4.
32. Posición lateral ancha. Los pies paralelos. Brazos en posición de boxeo. Rotar e inclinar el
tronco hacia la derecha, con ligera flexión de la rodilla derecha. Incorporar con impulso el cuerpo,
enderezando también la rodilla y lanzar el hombro derecho hacia adelante, de manera que el brazo
derecho acodado es impulsado hacia adelante arriba, terminando su trayectoria abajo a la izquierda,
encima de la rodilla izquierda, ahora flexionada. Lo mismo hacia la derecha. Luego ejecutar estos
movimientos (ganchos desde abajo) en rápida sucesión. Lo mismo en posición de paso o arrodillado
con las rodillas separadas.
Más adelante, inspirar durante tres movimientos y espirar durante cinco. Posteriormente aumentar
a tres y seis, cuatro y siete (figuras 190, 191 y 192).
Gran respiración para aliviar el corazón.
33. Arrodillado en el suelo. Tronco y muslos en una sola línea. Brazos en alto firmes o naturales, o
juntar las manos, palma contra palma. Inclinar el tronco y muslos hacia atrás, para formar un ángulo
agudo con el suelo. Rotar el tronco hacia la izquierda y luego hacia la derecha. Más adelante,
combinar la rotación con el movimiento de doblar el tronco de costado. Dos veces cada uno (figuras
193 y 194).
Respiración diafragmática. Ejercicio respiratorio N° 2.
Relajación de todo el cuerpo. Ejercicio de relajación N° 28.
34. Acostado boca arriba. Brazos extendidos por encima de la cabeza. Las manos se sostienen del
canto inferior de un armario. Elevar el cuerpo hasta que quede verticalmente parado sobre los
hombros y luego bajarlo lentamente, completamente derecho (o primero con las piernas colgando
hacia abajo), hasta cerca del suelo y luego levantarlo nuevamente. Poner una manta arrollada debajo
de los hombros. Dos a tres veces.
Ejecutar el mismo ejercicio de manera que el cuerpo se arrolle y desarrolle parte por parte.
Seguidamente, en posición lateral, dejar caer el tronco hacia adelante y relajar con los brazos sueltos
(figura 195).
Relajación del tronco. Ejercicio de relajación N° 26.
35. Arrodillado en el suelo. Parar la pierna derecha adelante (Arrodillado en posición de paso).
Bajar el cuerpo sobre el talón izquierdo. Incorporar el cuerpo a la posición anterior y adelantar el
peso del cuerpo sobre la rodilla derecha de manera que la pierna izquierda se endereza. Arrastrar la
pierna izquierda hacia adelante. El cuerpo se halla sentado ahora sobre el talón derecho. Lo mismo
otra vez hacia el talón izquierdo. Sacudir y golpear las piernas (figuras 196, 197, 198 y 199).
Relajación del muslo y pierna por impulso de rodilla. Ejercicio de relajación N° 18.
36. Posición natural. Pies separados a una distancia equivalente a medio paso. Flexionar
lentamente las rodillas y elevar simultáneamente los talones y los brazos en alto, arqueando al mismo
tiempo el tronco hacia atrás hasta que las manos toquen el suelo. Formar un puente con el cuerpo que
sólo se apoya sobre las manos y puntas de pies en el suelo. Para aprender este ejercicio es
conveniente ayudarse con una mesa, silla o banco, para doblar el tronco hacia atrás. Produce
fortalecimiento y estiramiento.
Ejecutar lo mismo desde la posición acostado boca arriba.
Gran respiración para aliviar el corazón.
Relajación de todo el cuerpo. Ejercicio relajación N° 28.
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Con los ejercicios dados en la enseñanza anterior finaliza la parte de la Gimnasia de Cafh que en
su conjunto es suficiente para mantener al gimnasta que no la abandona con la agilidad, fuerza y
elasticidad necesaria para hacer frente con relativa facilidad a las exigencias de la vida diaria y, al
flexibilizar los tendones menos usados en los movimientos ejecutados habitualmente, ayuda al
desplazamiento del prana de un centro a otro.
La gran cantidad de ejercicios descriptos que abarcan a todas las partes del cuerpo, permiten variar
frecuentemente, lo que mantiene el interés siempre despierto, impidiendo el automatismo, principal
aniquilador de los beneficios que pudiera dar cualquier ejercicio. Por eso, para obtener los mejores
resultados, conviene hacer los ejercicios poniendo en ellos cariñosamente toda la atención que sea
posible.
Una vez aprendidos todos los ejercicios, es muy aconsejable comenzar nuevamente por los
Ejercicios Preparatorios I y deteniéndose una semana en cada seria de 12 ejercicios, seguir
progresivamente hasta llegar a los Ejercicios muy Difíciles III. Este ciclo puede repetirse
indefinidamente. Con ello, después de los esfuerzos máximos que significan los Ejercicios Difíciles y
muy Difíciles, se da un descanso muy conveniente al cuerpo, sin necesidad de abandonar los
ejercicios.
Si la temperatura lo permite, es bueno hacer los ejercicios con la mayor parte posible del cuerpo
expuesta al aire libre o al sol, ya que ello contribuye a que el cuerpo absorba una mayor cantidad de
la materia etérea que se encuentra en el ambiente. Con tiempo frío es prudente hacerlos en una
habitación para evitar los enfriamientos que se producen al pasar de un ejercicio a otro. El baño
después de los ejercicios es ineludible. Utilícese un buen jabón de aceites vegetales y cepíllese muy
bien todo el cuerpo con abundante espuma, prestando mucha atención a la escrupulosa limpieza de la
ingle y axilas. La piel se beneficia notablemente si, en forma paulatina, se van utilizando cepillos con
cerdas cada vez más duras y si después del baño se unta el cuerpo con aceite vegetal. Unas pocas
gotas bastan y no ensucian la ropa como pudiera suponerse. Esto repone la materia grasa quitada por
el jabón e impide que la piel se seque con lo que perdería sus defensas. La película de aceite permite,
además, que pueda conservarse mejor y por más tiempo el magnetismo terrestre que se recupera
durante las horas del sueño.
La gimnasia, practicada como medio de perfección espiritual, suple con ventaja la ascética de las
austeridades, penitencias, etc., que en toda religión se ha encontrado necesaria para inducir la idea del
esfuerzo en el alma.