Trabajo Psc. Grupales I-1
Trabajo Psc. Grupales I-1
Trabajo Psc. Grupales I-1
DE ORURO
CARRERA DE PSICOLOGÍA
NOMBRES:
ARACELI ABIGAIL AJNO QUISPE
MELANY CONZALES VARGAS
PAUL MICHAEL MURIEL LOPEZ
CRISTIAN PADILLA GERONIMO
RAFAEL VASQUEZ QUISPE
PARALELO: 4D1
GESTION: 2021
TRABAJO PRESENTADO A CONSIDERACIÓN DE LA ASIGNATURA DE
PSICOTERAPIAS GRUPALES
ORURO – BOLIVIA
CAPÍTULO IX: LAS PSICOTERAPIAS EN ADICCIONES (TRASTORNOS POR
SUSTANCIAS)
Sección Trastornos por Sustancias y Patología Dual
Se da el nombre de Psicoterapia o Psicoterapias a un variado conjunto de intervenciones
estructuradas que tienen en común el uso de técnicas de naturaleza verbal y no verbal, que
buscan el alivio de síntomas, comportamientos y emociones. Se aplican a lo largo de un
período de tiempo, dentro del contexto de una relación terapéutica y dentro de unas
condiciones que varían según el tipo de psicoterapia
Existen más de 400 técnicas de psicoterapia en la literatura, las cuales pueden agruparse en
tres troncos teóricos principales de los cuales resultan múltiples ramas y subramas, son:
• Los que emplean técnicas derivadas del psicoanálisis
• Los que se basan en técnicas cognitivo conductuales, las cuales son las más utilizadas en
la actualidad en adicciones.
• Los que utilizan técnicas sistémicas. A éstos grandes grupos pueden agregarse
• Las psicoterapias con base humanista y existencialista como el análisis existencial, la
logoterapia, el psicodrama, la psicoterapia gestáltica, (el individuo como totalidad, el aquí y
el ahora)
Las psicoterapias entendidas como aquellas intervenciones basadas en la palabra y en la
comunicación pre verbal con técnicas estructuradas según el tipo y modalidad de
psicoterapia empleada, en busca del alivio para el paciente, representa uno de los pilares
fundamentales del tratamiento del paciente con adicciones al lado de la farmacoterapia.
El objetivo de este artículo es presentar una visión general de las diferentes técnicas e
intervenciones psicoterapéuticas utilizadas con mayor frecuencia en adicciones y que han
probado ser efectivas al lado de otras acciones, para mejorar la abstinencia y aspectos
relacionados con el tratamiento del paciente adicto.
En las adicciones las psicoterapias son útiles y necesaria en diferentes formas a lo largo de
todas las fases de la adicción prevención, urgencias, tratamiento y rehabilitación teniendo
mayor desarrollo y sistematización las que se usan en el tratamiento.
Las Adicciones y su tratamiento
Las adicciones o los trastornos por sustancias son una enfermedad cerebral caracterizada
por la necesidad compulsiva de repetir el consumo (craving) de una sustancia, la pérdida de
control para interrumpir el consumo y la reducción progresiva de la actividad e intereses del
individuo sólo a lo relacionado con la búsqueda de la sustancia.
Es una enfermedad crónica con frecuentes recaídas, ocasionada por la interacción de
vulnerabilidad individual y contextos problemáticos con disponibilidad e ingestión de una o
varias sustancias adictivas. Se inicia en la adolescencia, el tratamiento es prolongado en el
cual hay un alto % de recaídas. Según el Instituto Nacional para Abuso de drogas de los
Estados Unidos (NIDA) las cifras de recaídas se estiman en 40 a 50%, similares a las de
otras enfermedades crónicas como la diabetes con 30 a 50%, la hipertensión 50 a 70% y el
asma 50 a70% (3)
El anterior comportamiento obedece a una alteración cerebral cuyo resultado es un
desequilibrio de los sistemas cerebrales de control muy debilitados y los sistemas
subcorticales, de craving compulsivo muy reforzados, asociados a la alteración de los
sistemas de gratificación cerebral.
Generalmente hay falta de conciencia de enfermedad, alteraciones neuropsicológicas
asociadas (previas, o producidas por las drogas, algunas veces recuperables luego de
períodos prolongados de abstinencia) lo cual debe considerarse a la hora de la psicoterapia
El tratamiento de las adicciones es complejo y prolongado, y requiere controles externos y
el uso de variadas técnicas con el fin de cortar el ciclo de “consumo, ansiedad, consumo”.
Requiere atención integral a las múltiples necesidades del paciente adicto como otros
trastornos médicos y mentales, atención familiar, vocacional, laboral, educativa, financiera,
vivienda, legal y al VIH SIDA y debe recurrirse a múltiples estrategias.
Las diferentes intervenciones psicoterapéuticas están dirigidas a promover cambios, a
fortalecer el autocontrol, a facilitar habilidades de afrontamiento o manejos de
contingencias, a conseguir cambios cognitivos y comportamentales, cambios en el estilo y
proyecto de vida, cambios en la estructura y función del sistema familiar e intervenciones y
orientaciones psicodinámicas.
Algunas de las particularidades que deben tomarse en cuenta en los enfoques
psicoterapéuticos dirigidos a las adicciones son los principios generales del tratamiento
para adicciones y trastornos por sustancias. Mencionamos algunos de estos principios sobre
el tratamiento de adicciones contenidos en publicación de NIDA (3) pertinentes a la
psicoterapia
--“La terapia individual y de grupo, además de otros tipos de terapia de la conducta, son las
formas de tratamiento más comunes para el abuso de drogas.
--No hay un sólo tratamiento que sea apropiado para todas las personas.
--El tratamiento eficaz abarca las necesidades diversas de la persona, no solamente su
problema de abuso de drogas
--Para muchos pacientes, los medicamentos constituyen un elemento importante del
tratamiento, especialmente cuando se combinan con la orientación psicológica y otros tipos
de terapia de la conducta.
Tipos de Psicoterapias en Adicciones
Existen múltiples tipos de psicoterapias en adicciones desde Teo terapias hasta terapias
analíticas y conductuales. Algunos de los modelos más utilizados son los siguientes:
entrevista motivacional, la comunidad terapéutica, terapia individual y grupal, terapia
cognitivo conductual, terapia conductual según sustancia, intervención psicoeducativa en
adicciones, tratamientos de autoayuda y grupos de 12 pasos, prevención de recaídas en
adicciones, manejo de contingencias en adicciones, terapia familiar y grupos familiares de
diferentes tipos: evaluación, intervención, psicoeducativos, etc.
Terapias Cognitivos Conductuales y Mindfullness (Dr. Rafael Navarro Cueva)
Las relativamente bajas tasas de recuperación de los pacientes con trastornos por uso de
sustancias psicoactivas han sensibilizado a los investigadores e instituciones a desarrollar
nuevas estrategias de abordaje terapéutico con fundamentos científicos avalados por la
investigación empírica, así como respaldados por principios éticos.
Este problema es claramente potenciado por la patología dual que tiene importancia
fundamental no solo en el desarrollo de la conducta adictiva, sino que también contribuye
en las diferentes etapas del establecimiento del trastorno por uso de sustancias como en la
adquisición, desarrollo, incremento y perpetuación del trastorno. Influye también en el
abordaje terapéutico, la evolución del cuadro clínico, el tratamiento, la rehabilitación
repercutiendo todo lo anterior en el pronóstico.
El uso de la terapia cognitivo-conductual en el tratamiento de las adicciones es muy amplio
en especial en terapia individual y sobre todo en el tratamiento residencial.
Terapias de la conducta relacionadas por NIDA como efectivas
Los tratamientos conductuales tienen aplicación a todo lo largo del tratamiento desde el
compromiso inicial para dejar las drogas, para permanecer en la abstinencia, para modificar
conductas, evitar riesgos psicológicos y ambientales de recaídas hasta mejorar habilidades
sociales, manejo del estrés etc. Es decir, pueden ser efectivas en aspectos del tratamiento
que son importantes en el resultado final.
Las terapias de la conducta relacionadas por NIDA como efectivas son: (Estas terapias son
estructuradas en cuanto tienen duración, número de sesiones, indicaciones, población
objeto y técnicas definidas)
• Son personas que tienen menos probabilidad de llegar a un acuerdo acerca de los
objetivos de la terapia que pacientes con otros problemas emocionales.
• Pueden consultar con un deterioro funcional social importante.
• Están convencidos que los otros son responsables y culpables del enojo.
• Juzgan que el que provocó la agresión es un enemigo y tiene que pagar por ello. (Les
cuesta diferenciar la persona de los actos)
• Se sienten maltratados.
• Opinan que el otro tiene que notar el enojo.
Sigmund Freud
Freud, en “Duelo y melancolía”, compara ambos estados y refiere que los dos comparten la
dolorosa sensación de tristeza por una pérdida, la de un objeto investido libidinalmente.
Éstos son expresados por el sujeto en forma pública y sin vergüenza, adjudicándose los
peores calificativos y un estado de ánimo que nos refiere como desesperación.
El duelo no tiene tales características.
La clave del cuadro melancólico está en que la relación con el objeto perdido era una
relación predominantemente narcisista.
Así, por este particular ligamen, la pérdida del objeto genera una pérdida en el propio yo; a
ello se debe el sentimiento de pobreza y vacío, porque con esta pérdida es el yo quien se ha
empobrecido.
Los autorreproches están dirigidos en realidad a aquel objeto perdido e interiorizado con el
que existía un fuerte vínculo de ambivalencia.
El objeto ha sido introyectado y puesto en el yo, realizándose una identificación masiva con
un objeto parcial. Entonces parte del yo se ha identificado con este objeto (“la sombra del
objeto cae sobre el yo”) y el vínculo ambivalente que tenía originariamente se recrea.
Freud, enumeró como factores predisponentes o etiológicos de la melancolía a la pérdida
del objeto, el alto grado de ambivalencia en la relación con el objeto y una (doble)
regresión, una regresión al sadismo anal y al narcisismo.
Melanie Klein
Melanie Klein establece una relación entre el duelo y los episodios de pérdida en la primera
infancia. El niño se ve expuesto desde su nacimiento a la acción del instinto de muerte,
actuando en su organismo y esto le ocasiona angustia de aniquilación.
A diferencia de Freud, Melanie Klein considera que el bebé nace con un yo capaz de
establecer relaciones de objeto e instrumentar mecanismos de defensa.
En este precoz estadio del desarrollo, las vivencias satisfactorias se experimentarán como
una experiencia en la que los objetos buenos preservan y afianzan el bienestar interior,
mientras que las vivencias de agresión darían lugar a un tipo de experiencia en la que el
sujeto se siente amenazado o dañado por los objetos externos.
Klein denominó a esta etapa posición esquizo-paranoide, porque el mecanismo
predominante de defensa es la escisión, el sentimiento (ansiedad) experimentado es
persecutorio y la relación se establece con un objeto parcial.
Postuló que el niño pasa por estados mentales comparables con el duelo del adulto y de
acuerdo con la forma como los resuelve, en épocas posteriores podrá resolver sus pérdidas
y para ello es esencial la instrumentación del juicio de realidad.
Donald Winnicott
Winnicott en "Los casos de enfermedad mental" refiere que la palabra depresión ocupa un
vasto lugar, ubicándose entre las psiconeurosis y la esquizofrenia, tanto nosográficamente
como respecto de los puntos de fijación que la generan.
Agrega que el psicoanálisis ha aclarado gran parte de la psicología de la enfermedad
depresiva, y ha establecido la relación que existe entre la depresión, como perturbación, y
lo que en esencia es algo saludable: la capacidad para sentir aflicción y la capacidad para
sentir inquietud.
Dice: "Hablando en términos generales el conflicto, tiene que ver con la tarea personal de
asimilar los propios impulsos de agresión y destrucción. Al morir una persona amada, el
proceso de aflicción es propio de la acción, dentro del individuo, del sentimiento de
responsabilidad personal por esa muerte a causa de las ideas e impulsos destructivos que
acompañan al amor. En este extremo de la balanza, la depresión se forma con arreglo a este
patrón, que en la aflicción se hace más evidente; la diferencia estriba en que en la depresión
existe un mayor grado de represión y los procesos tienen lugar en un nivel que es más
inconsciente que en la aflicción".
Dice: Las necesidades libidinales al principio son crueles sin el propósito de serlo. Las
agresivas son derivadas de la movilidad primaria, de la vitalidad de que están dotados los
tejidos, especialmente del denominado erotismo muscular que necesita la existencia y la
oposición de un objeto real y consistente para descargarse. Éstas no tienden a la muerte,
sino a la vida, realzando precisamente la experiencia de estar vivo.
Heinz Kohut
Para entender mejor la depresión desde el apartado teórico de Kohut es necesario conocer
algunos conceptos claves de sus postulados.
Self. - Kohut lo describió como si fuese un elemento del aparato psíquico, diferente del yo,
del ello y del superyó con sus propias características y roles. Para definirlo hizo una
división bien clara entre el self y el yo. Al self lo definió como una representación interna
del individuo, ubicado muy cerca de la experiencia y en relación con cómo el individuo se
percibe.
Menciona que el niño nace con un sentimiento, con una sensación de perfección, como
Freud también lo dijo. Y que, a consecuencia de frustraciones, que forman parte del mundo
externo, el niño tiene que abandonar su sensación de perfección de alguna manera. Pero
como no la quiere perder, trata de conservar esa sensación de perfección, por medio del
establecimiento de una imagen del self grandioso y exhibicionista.
Desde el punto de vista clínico, podría ser que el niño no deja la perfección, sino que crea
esa fantasía, una fantasía omnipotente, y la llamó imagen del self grandioso y
exhibicionista.
Esto es desarrollo normal. Y el punto principal en este camino se vincula con la frustración.
Es decir, la madre trata de alimentar al niño, pero nunca puede hacerlo en el momento
preciso, por eso siempre queda cierto nivel de frustración por más que lo alimente. Eso en
un desarrollo genético normal.
Frustración óptima. – Es el reemplazo gradual de los objetos del Self y sus funciones
propias; además de la reinterpretación de los objetos.
Según Kohut, en la depresión los objetos del self no logran ser investidos libidinalmente,
mantienen sus propiedades del exterior, por ende, no logran ser incorporadas, privando su
aporte al resto de la personalidad. También menciona que las fallas en la relación con los
objetos del self provocan una falta prolongada de respuesta de estímulos, logrando que la
persona depresiva se aferre más a ciertos objetos, impidiendo el reemplazo de los mismos
cuando se deba.
El self depresivo se caracteriza por escindir el yo de un sector del self, donde se debe
buscar reducir lo que impide que el yo pueda reforzarse sobre el self que se ha vuelto más
realista.
David Liberman
Por medio de un diálogo analítico tomando aportes de la lingüística, creando una
clasificación psicoanalítica diferente de la que se desprendía de la psiquiátrica hasta ese
momento Liberman logró referir que la característica principal de la personalidad depresiva
es la reacción catastrófica frente a la pérdida de objeto, la que actúa como desencadenante
de la reacción melancólica.
En el depresivo, el yo se vincula tan intensamente con el objeto que no hay posibilidad de
discriminar adecuadamente los espacios y los contextos; la relación que establece con los
objetos externos tiene como motivo, sentido y finalidad principales la regulación de los
conflictos con objetos internos, los representantes del superyó.
El vínculo analítico padece, entonces, de una distorsión con predominio semántico, ya que
está distorsionado el sentido del análisis, alterado por el ideal del yo que se da en las
personalidades depresivas. Suelen ser los que piensan que se curarán por el afecto.
Estas personas son las que le mantienen su autoestima en precario equilibrio, y a las que
convierten en reservorios narcisistas, y asimilan la imagen que el otro les devuelve de sí
mismos.
Hugo Bleichmar
Este autor menciona que el deseo del niño es ser deseado por otro en un doble sentido:
deseo de aquello que es deseado por el otro; y el deseo de ser objeto del deseo del otro.
Cuando este otro es interiorizado, sus deseos se transforman en ideales que el sujeto busca
satisfacer, en cambio el objeto del que se exig3 amor se convierte en parte del sujeto en
calidad de súper yo.
Bleichmar dice que la identidad del sujeto se establece en la medida en que hay otro que la
acepta como verdadera, es decir que es sostén de mi yo-representación. Los atributos del
yo-representación conforman el yo ideal, anhelado e ilusorio. No es solo uno sino varios
que corresponden a diferentes aspectos, siendo necesario concebir la representación de lo
imperfecto.
Conocido como el negativo del yo ideal, es la ausencia del yo ideal como la presencia de
una marca diferente a esta.
El sujeto puede identificarse con el yo ideal suyo o con el yo ideal negativo de otras
personas, la pérdida o confrontación del yo ideal puede llevar a un colapso narcisista
dificultando la integración de lo que uno realmente es y busca, llevándolo a un episodio de
desvalorización o episodio depresivo.
Bleichmar intenta caracterizar a las personalidades narcisistas teniendo en cuenta que todo
lo que acontece en ellas es codificado en función de los siguientes factores: a) cuánto valen,
b) si alcanzan a la identificación con el yo ideal, o no, c) si caen en la identificación con el
negativo del yo ideal o no. Existen defensas de dos órdenes para evitar la caída en el
colapso:
- Específicas del narcisismo: del orden de las compensaciones. Se adquiere un atributo
positivo que permite identificar imaginariamente el sujeto con el yo ideal. Por ejemplo:
buscar compensación en la fantasía o en los logros externos, pero necesitando contrarrestar
sin cesar la tensión mediante nuevos logros.
- No específicas (distintos mecanismos de defensa). Eliminación de la percatación de la
ofensa narcisista. Por ejemplo: represión, negación, renegación.
Bleichmar refiere que los diferentes componentes del cuadro clínico de la depresión
integran una estructura cognitivo-afectiva, que responde a una condición: la pérdida del
objeto, constituyéndose un estado en el que se vive al deseo como irrealizable.
Depresión narcisista
Es la discordancia entre la representación del sí mismo y el yo ideal. Adquiere el sentido de
que se pierde el amor del objeto exterior y el amor del superyó, entonces se pierde la
realización de un deseo de amor.