Actividad 2, Ensayo Didáctica

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 6

Universidad Da Vinci de Guatemala

Curso: Técnicas Didácticas I


Maestría en Docencia Universitaria

ENSAYO SOBRE LA DIDÁCTICA DE LA


EDUCACIÓN SUPERIOR

César Antonio Gramajo Cano


Guatemala, octubre, 2021
1. Introducción

Durante mucho tiempo, la didáctica ha sido entendida como una disciplina que conlleva al
campo del éxito educativo, sin embargo, muchas veces creamos que con sólo impartir una
serie de actividades o estrategias dentro o fuera del aula de clase ya con ello nos
aseguramos un supuesto éxito, pero es difícil hoy en día con la diversidad de opciones que
existen en el campo educativo, asegurarnos un éxito sin tomar en cuenta todos los
elementos que rodean tanto al alumno como el docente.

Cuando se habla de didáctica, se hace mención a un arte, una manera de ir moldeando una
praxis educativa, que debe sobrepasar los contenidos que impartimos dentro del aula y
conducirnos a un mundo donde el desarrollo de competencias motive el aprendizaje con
técnicas y estrategias novedosas, creativas, motivadoras y por sobre todo con un profundo
sentido de pertenencia social.

Este ensayo, viene a recoger los elementos primero teóricos de lo que la didáctica ha
significado desde varias perspectivas, para pasar luego a la importancia de ella dentro del
rol del educador y específicamente en el contexto universitario, contexto por cierto lleno
de cambios que han marcado una forma de ver y aplicar nuevos métodos que no solo tienen
que ver con los contenidos educativos sino con la forma y la manera de ver el mundo y la
realidad que rodea a todos los que nos involucramos en este hermoso viaje que es la
educación.
2. Desarrollo del tema

Antes de entrar a considerar los conceptos de didáctica, me permito tomar una frase de
Ruben Alves “Educar es mostrar la vida a quien aún no la ha vivido” esta frase de este
filósofo y pedagogo brasileño, recoge si bien uno de los aspectos más importantes de la
educación que muchas veces olvidamos por el afán de nuestra vida en preocuparnos solo
por ser docentes y no ser verdaderos maestros que ayuden a mostrar la vida a quienes no
la han vivido.

La didáctica, puede ser ese arte de enseñar la vida a través de técnicas y estrategias que
permitan descubrir un mundo lleno de posibilidades, como lo afirma su definición desde el
punto de vista etimológico: la cual proviene del griego didaktike, el cual tiene una relación
estrecha con enseñar, instruir o exponer con claridad, a raíz de esta definición muchos
autores han expresado su sentido y significado de la didáctica como se expondrá en este
ensayo.

Por ejemplo, para Fernández Huerta (1985) la didáctica tiene por objeto las decisiones
normativas que llevan al aprendizaje gracias a la ayuda de métodos de enseñanza, esta
definición nos lleva a entender que el autor expresa una parte fundamental del proceso,
como lo es su objeto.

Por otro lado, Escudero (1980) expresa de la didáctica que ella es una ciencia que tiene por
objeto la organización y orientación de situaciones de enseñanza aprendizaje con el fin de
obtener la formación intelectual del educando. Esta definición apunta al igual que la
anterior más al plano curricular o institucional, es decir, a las situaciones que se dan o se
van dando a través de la práctica en el contexto educativo.
Si bien en la clasificación de las ciencias de la educación, la didáctica se ubica en el campo
de la pedagogía aplicada, se puede ver entonces que es un arte y una ciencia, ya que posee
carácter científico en cuanto Sabe, pero no solo se queda ahí, sino que Hace Saber, así el
didacta Enseña, instruye, comunica y hace aprender a través de múltiples consideraciones
que rodean todos los factores de la enseñanza.

De esta forma, frente a estas definiciones de didáctica, nos encontramos con el rol que
deben asumir tanto el alumno como el docente en su proceso de enseñanza, el primero no
debe comportarse como un mero espectador del proceso y el segundo como un dador solo
de conocimientos, teorías o técnicas, el acto didáctico por sí mismo es comunicativo,
ejemplo de ello cuando entramos al aula de clase el primer día de inicio del año escolar, en
ese momento se marca una ruta que si bien puede ser mal entendida también puede ser
muy beneficiosa para ambos.

Es así como, si no existe un acto comunicativo constante desde el primer encuentro hasta
el último solo haremos el papel de meros instructores y no de comunicadores del
conocimiento. Como maestros planificamos una serie de actividades que van en función de
contenidos, pero estas actividades no solo deben pensarse de esa forma, sino que al
contrario deben interrelacionarse con las necesidades reales y sentidas de los alumnos y
esto solo lo sabemos si logramos entablar un dialogo reciproco es decir un verdadero
proceso comunicativo.

De esta manera, el rol del docente universitario desde una perspectiva propia, debe estar
orientado a: Considerar las características de los estudiantes, tomar en cuenta las
motivaciones e interés de ellos y proporcionar estrategias que ayuden a descubrir su
aprendizaje, esto por supuesto enmarcado en un sentido social que involucre los factores
no solo internos de la universidad sino de todo su alrededor incluyendo la familia, la
comunidad entre otros.
Nuestro contexto educativo es muy variado y lleno de una gama de posibilidades que nos
permite como docentes, proponer estrategias didácticas desde la sencillez de nuestros
espacios educativos, y que nos permiten no solo saber enseñar, sino hacer saber, que
existen formas variadas para lograr el conocimiento distintas y menos monótonas a las
formas tradicionales de impartir enseñanza.

3. Cierre y Conclusiones

Es un gran reto como docentes y con esto concluyo este ensayo, que más que simples
definiciones o aclaratorias es una reflexión del porque muchas veces vemos pesado nuestra
labor como docentes, no es porque somos malos didactas sino que muchas veces no
brindamos los espacios suficientes para comunicarnos dentro o fuera del aula de clase,
creemos que a los alumnos hay que tratarlos aun como simples espectadores y que
nosotros somos los que sabemos más y tenemos la verdad absoluta, pues la realidad
educativa nos invita a hacer todo lo contrario, ser como niños para descubrir el verdadero
sentido de educar y de saber enseñar a través de formas creativas y novedosas que reflejen
el verdadero sentido de la vida que es el fin último para el cual enseñamos y aprendemos.

Todo esto nos lleva a la reflexión de plantearnos una didáctica centrada en procesos, más
que en contenidos, ya que la misma invita (procesos) a ir en constante revisión de las
estrategias, de esta manera el nuevo docente, debe caracterizarse por su flexibilidad y toma
de conciencia dentro del proyecto educativo, así se construye el nuevo paradigma que
ponen especial énfasis en aprender a aprender lo que significa que el docente debe enseñar
a aprender basado en una didáctica de reciprocidad, donde se garantice la solidez de la
construcción del conocimiento.
Por supuesto que, todo esto se realiza atendiendo a las necesidades de una pedagogía
científica, pero, coexistiendo con lo que se necesita y se deseaba realmente aprender,
construyendo sea una pedagogía basada en el campo social donde tienen cabida las
iniciativas individuales y colectivas, permitiendo una búsqueda consciente de lo que
realmente se necesita aprender, esto sería lo que se asume como nuevo paradigma dentro
del rol educativo que tiene el docente universitario.

4. Referencias Bibliográficas

A) Álvarez, J. M. (2001). Evaluar para conocer, examinar para excluir. Madrid: Morata
B) Escudero, J.M. (1981): Modelos didácticos. Barcelona: Oikos-Tau.
C) Fernández Huerta, J. (1974): Didáctica. Madrid: UNED.
D) González, I. (2010). Prospectiva de las Didácticas Específicas, una rama de las
Ciencias de la Educación para la eficacia en el aula. Perspectiva Educacional, 49(1),
1-31. Recuperado el 18 de enero de 2011 desde:
http://www.perspectivaeducacional.cl/index.php/peducacional/article/view/2
E) Santos Guerra, M. A. (2003). Una flecha en la diana. La evaluación como aprendizaje.
Madrid: Narcea.

También podría gustarte