La Novela. Breve Historia y Características.

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 9

Universidad ESAN

Lenguaje y Literatura I
Semana 14

Evolución de la novela

Cervantes creó la novela realista, y con ella la novela moderna, pero la narración
extensa no dejó de evolucionar. Luego de la novela picaresca surgieron otras
subespecies, como la novela de aventuras y, durante el Romanticismo, otras
variedades, como la novela romántica, la histórica, la de aprendizaje, la de terror,
etc.

La novela después de Cervantes

Un hito en esta evolución es Robinson Crusoe (1719), de Daniel Defoe (Londres,


1660-1731), que narra la historia de un náufrago que durante años tiene que
luchar para sobrevivir en una isla solitaria. Esta novela, que expresa el optimismo
de la pujante sociedad inglesa en la capacidad del hombre para imponerse a la
naturaleza e instaurar en ella un orden civilizado, tuvo, a lo largo de sus casi 300
años de existencia una extraordinaria difusión, como modelo de novela de
aventuras, entre jóvenes y adultos de todos los continentes.

Estructuralmente, la novela de aventuras se caracteriza por su organización en


episodios constituidos por pruebas que el protagonista supera y que lo conducen
hacia una meta. Esos obstáculos son usualmente crecientes y pueden ser tanto
naturales como humanos. En Robinson Crusoe el héroe afronta obstáculos de los
dos tipos, pero finalmente triunfa.

La novela durante el Romanticismo

El Romanticismo, que en algunos países europeos, como Alemania o Inglaterra,


aparece hacia el último tercio del siglo XVIII, representa un cambio en la
sensibilidad, que ahora se enriquece con el aporte caudaloso de la subjetividad.
Los románticos exploran territorios antes vedados al arte, como lo feo, lo oscuro,
lo misterioso. Así, en 1764, Horace Walpole escribe El castillo de Otranto, la
primera novela de terror, ambientada en un castillo sobre el que planea una
maldición. Posteriormente, siguiendo esta tradición, se publica en 1818,
Frankenstein, de Mary Shelley, y, aunque ya fuera de los límites del
Romanticismo, aparecerá en 1897 Drácula, de Bram Stoker, origen del mito del
vampiro, que tanta fortuna ha tenido en nuestra época.

1
El Romanticismo también se interesó por la historia, y así desarrolló el gusto por
la novela histórica, cuyo máximo representante fue Sir Walter Scott (Edimburgo,
1771-1832), autor de novelas tan conocidas como Ivanhoe –cuyo argumento
transcurre en la Inglaterra del siglo XII– o Rob Roy, de tema casi contemporáneo.
La novela histórica no sólo busca contar una historia, sino reconstruir
literariamente una época, de la que da una visión verosímil.

Quizás el tipo de novela más característico del Romanticismo sea la novela


sentimental, que desarrolla una historia de amor y explora las complejidades y
vaivenes de este sentimiento. En Inglaterra, una de sus mayores representantes
será Jane Austen (1775-1817), autora de Emma (1815), Orgullo y prejuicio
(1812) o Sensatez y sentimiento (1810), que fueron inmensamente populares. En
Alemania, Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832) se había adelantado
publicando en 1774 Las cuitas del joven Werther, verdadero éxito europeo, sobre
todo entre la juventud, que tomó a su protagonista como modelo trágico y símbolo
de la nueva época.

También Goethe fue el creador de una nueva subespecie de novela, la educativa


o del aprendizaje. En 1796 dio a conocer Los años de aprendizaje de Guillermo
Meister, que es la primera de este subgénero. La novela de aprendizaje se
caracteriza por ser un tipo intermedio entre la novela realista y la idealista, pues
su protagonista –generalmente un adolescente–, sin bien no claudica ante el
mundo, como en la idealista, ni se enfrenta radicalmente a su sistema de valores,
sí logra una especie de pacto de no agresión con él. Esta subespecie novelesca
no es muy frecuente; en el Perú, el ejemplo más notable es Los ríos profundos,
de José María Arguedas.

La novela en el siglo XIX

Los cambios políticos, sociales y económicos que experimenta Europa a fines del
siglo XVIII y principios del XIX, que llevarán a la burguesía a hacerse cargo de la
sociedad, explican el surgimiento de un tipo de novela distinto. Un realismo algo
distinto del de Cervantes aparece sobre todo en Francia y durante casi un siglo
será la tendencia dominante. Este realismo hace hincapié en la realidad social, a
la que trata de mostrar en toda su complejidad. El público burgués, ávido por
conocer los mecanismos de la sociedad, consume masivamente esta novela, que
suele publicarse por capítulos en los diarios, en lo que se conoce como “novela
de folletín”.

Los autores que destacan en este período son Honorato de Balzac (Tours, 1799-
París, 1850), autor de numerosísimas novelas, entre las cuales las más famosas
son Eugenia Grandet (1833) Papá Goriot (1834) o Esplendor y miseria de las
cortesanas (1847). La mayoría de las novelas de Balzac se agrupan bajo el
nombre de La comedia humana, que vendría a ser un gran mural de la sociedad
francesa de principios del siglo XIX, con miles de personajes que se entrecruzan
por sus páginas.

Otro autor importante es Stendhal, seudónimo de Henri Beyle (Grenoble, 1783 –


París, 1842), quien escribe, entre otras, Rojo y negro (1830) y La cartuja de
Parma (1839). Si Balzac había dado importancia a los mecanismos de ascenso y

2
descenso social, Stendhal hará hincapié en la repercusión de los hechos sociales
en la conciencia del individuo.

Un segundo momento del realismo del siglo XIX es el representado por Gustave
Flaubert (Ruan, 1821-1880). Su obra más conocida, Madame Bovary (1857),
constituye un hito en la novelística mundial y representa la tendencia a hacer de
la novela una obra de arte, en la que la forma cobra una particular importancia.
Flaubert es el ejemplo de novelista dedicado por completo a su creación y que
presta al aspecto técnico de la escritura una particular importancia.

Un tercer momento del realismo es el protagonizado por Emile Zola (París, 1840-
1902), autor de Naná (1879) o La debacle (1892), entre otras. Zola es el fundador
del Naturalismo, variante del Realismo, que postula que la novela debe examinar
una sociedad para dar un diagnóstico de sus males y prescribir los remedios.
Además, concibe al personaje como producto de factores hereditarios y del
medio en que vive. La influencia del Naturalismo fue muy grande entre los
intelectuales peruanos de fines del siglo XIX.

La novela en el siglo XX

El siglo XX ve aparecer nuevas tendencias en la novela; tendencias


experimentales, como la de James Joyce (Irlanda, 1882-1941), autor de Ulises
(1922), novela en la que da curso al libre flujo de la conciencia de su protagonista,
24 horas de cuya vida relata. También aparece la gran novelística
norteamericana, con nombres como los de William Faulkner (1897-1962), autor
de Santuario (1931), Intruso en el polvo (1948) o Las palmeras salvajes (1939) de
enorme importancia para la literatura hispanoamericana del siglo XX; o Ernest
Hemingway (1899-1961), autor, entre otras, de Por quién doblan las campanas
(1940) y El viejo y el mar (1953), también de influencia decisiva sobre nuestros
novelistas.

La novela en el Perú

La novela aparece tardíamente en el Perú. Durante la Colonia no sólo no se


escribieron novelas en nuestro continente, sino que su difusión estuvo
prohibida por las autoridades coloniales. El primer escritor peruano que
considera a sus narraciones como novelas es Julián M. del Portillo, quien en
1843 publica en el diario El Comercio, y por entregas, Lima de aquí a cien
años, que vendría entonces a considerarse la primera novela peruana.

Aunque entre esa fecha y finales de siglo se dan a conocer varias novelas, las
más importantes son, sin duda, las de dos mujeres, Clorinda Matto de Turner
(Cuzco, 1852- Buenos Aires, 1908) y Mercedes Cabello de Carbonera
(Moquegua, 1845-Lima, 1909). La primera es una autora de un clásico, Aves
sin nido (1889), en la que denuncia la situación de explotación y abuso en que
era mantenido el indio. La segunda es autora de Blanca Sol (1889) y El
conspirador (1892), ácida crítica a la sociedad de su tiempo.

El indigenismo

3
Antes del indigenismo propiamente, aparece Matalaché (1928), de Enrique
López Albújar (Chiclayo, 1872-Lima, 1966), que narra el romance entre un
esclavo negro y la hija blanca del amo. También López Albújar da inicio al
indigenismo con su libro Cuentos andinos (1920), indigenismo que en novela
tiene como máximos exponentes a Ciro Alegría (Huamachuco, 1909-Lima,
1967) y a José María Arguedas (Andahuaylas, 1911-Lima, 1969).

Ciro Alegría es autor de tres grandes novelas, de repercusión continental, La


serpiente de oro (1935), Los perros hambrientos (1939) y El mundo es ancho y
ajeno (1941), que reflejan, en distinto grado, el problema del indio y su relación
con la tierra. Alegría es un narrador tradicional, pero vigoroso, que construye
situaciones y personajes de gran fuerza y representatividad.

José María Arguedas, por su parte, representa una segunda etapa del
indigenismo, preocupado ahora menos por el problema de la tierra que por las
repercusiones de la diversidad cultural. Sus obras calan en el alma indígena,
cuya imagen en sus novelas se nos aparece más real. Es autor de Yawar
Fiesta (1941), Los ríos profundos (1958), Todas las sangres (1964) y El zorro
de arriba y el zorro de abajo (1971).

La novela urbana

Durante la década del 40, y como consecuencia de los movimientos migratorios


internos, Lima empieza a crecer vertiginosamente. La atención de la narrativa,
correlativamente, se dirige hacia el fenómeno de esta rápida urbanización, y así
surge la narrativa urbana, uno de cuyos hitos es No una sino muchas muertes
(1957), de Enrique Congrains (Lima, 1932). La novela urbana trae consigo no
solo una nueva temática, sino supone la renovación de los recursos técnicos de
la narrativa, influida por la novela norteamericana. El exponente principal de
este grupo es, sin duda, Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936), autor de las,
entre otras, extraordinarias novelas La ciudad y los perros (1963), La casa
verde (1966), Conversación en La Catedral (1969) y La guerra del fin del
mundo (1981). La obra de Vargas Llosa ha sido reconocida a nivel mundial y
ha sido en varias oportunidades candidato al Permio Nóbel.

De una generación posterior es Alfredo Bryce Echenique (Lima, 1939), autor de


Un mundo para Julius (1970), el hombre que hablaba de Octavia de Cádiz
(1984) y No me esperen en abril (1995), entre varias otras novelas. El estilo de
Bryce se caracteriza por su cercanía con la oralidad y una gran destreza en el
manejo de la frase.

En la actualidad, diversos novelistas, como Óscar Colchado (Áncash, 1947),


creador de Rosa Cuchillo (1997); Alonso Cueto (Lima, 1954), autor de la
reciente La hora azul (2005), que aborda el tema del terrorismo; Iván Thays
(Lima, 1968), que ha publicado El viaje interior (1999); o Santiago Roncagliolo
(Lima, 1975), autor de Abril rojo (2006), continúan meritoriamente esa tradición
de más de siglo y medio de novela en el Perú.

4
EJERCICIOS DE REPASO

1.- El lector literario se caracteriza porque:


a.- asume el contrato de lectura.
b.- mantiene la misma actitud ante todo texto.
c.- no acepta la realidad.
d.- se convierte en narrador.
e.- utiliza la realidad como criterio de validez.

2.- Sobre el narrador de un texto literario, se puede afirmar que:


a.- Debe identificarse con la voz e ideología del propio autor.
b.- Es quien enuncia y organiza el material ficcional.
c.- Siempre es un personaje central al interior del mundo representado.
d.- Se caracteriza por conocer el pasado y el futuro de todos los personajes.
e.- Debe romper el contrato ficcional con el lector para expresar su estética.

3.- En relación, con la comunicación literaria, no se puede afirmar que


a.- el narrador es diferente del autor.
b.- el lector es el que inicia la comunicación literaria.
c.- el lector, para comprender la obra, debe entender el nivel literal.
d.- el mundo representado es de naturaleza distinta a la realidad.
e.- puede presentarse un “mundo representado”, pero sin ficción.

4.- Con respecto al texto literario, no es verdad:


a.- Sin duda alguna, ficción significa exclusivamente "inventado, no-real".
b.- En el siglo I, un sermón, por ejemplo, era literario en la medida en que
estaba bien compuesto y redactado.
c.- En la actualidad, el teto literario es sinónimo de ficción.
d.- La mayoría de textos literarios presenta "marcadores o señales" que nos
indican con claridad que se trata de obras de ficción.
e.- El discurso literario no puede ser sometido al criterio de verdad que
usualmente se usa.

5.- Señale cuáles de las siguientes afirmaciones son correctas con respecto al
texto literario.
I.- El lector literario realiza una lectura en la que suspende el criterio de
verdad.
II.- El texto literario se distingue porque su nivel de lectura literal es más
complejo.
III.- La literatura aparece cuando en ciertas sociedades se desarrolla la
escritura.
IV.- La determinación del carácter literario de un texto se realiza
generalmente antes de la lectura.
a.- I y II
b.- I, II y III
c.- III y IV
d.- II y IV
e.- I y IV

5
6.- Géneros literarios. Indique cuál enunciado es correcto.
a.- El cuento moderno es una especie que no pertenece al género épico.
b.- La descripción es una característica exclusiva del género lírico.
c.- Las fábulas y los mitos pertenecen al género dramático.
d.- El empleo del diálogo es un rasgo definitivo del género dramático.
e.- La lírica utiliza la tercera persona para expresar los sentimientos.

7.- El género lírico se caracteriza por


a.- usar solo el verso como vehículo de expresión.
b.- la participación de códigos lingüísticos y no lingüísticos.
c.- manifestar fundamentalmente la subjetividad.
d.- el predominio de la tercera persona.
e.- estar determinado por una dimensión temporal.

8.- Géneros literarios. Los mitos y las leyendas –por ejemplo, los mitos griegos
y los mitos andinos de origen prehispánico– pertenecen al género
a.- lírico
b.- dramático
c.- ensayo
d.- histórico
e.- épico

9.- Relacione correctamente géneros literarios y otras categorías.


I. Épico A. Función apelativa
II. Lírico B. Tiempo presente absoluto
III. Dramático C. Actitud objetiva
a.- IC, IIA, IIIB
b.- IB, IIC, IIIA
c.- IC, IIB, IIIA
d.- IA, IIB, IIIC
e.- IB, IIA, IIIC

10.- Relacione.
1.- género épico a.- actitud objetiva
2.- género lírico b.- función apelativa
3.- género dramático c.- carácter estático
La relación correcta es:
a.- 1c – 2b – 3a
b.- 1a – 2c – 3b
c.- 1a – 2b – 3c
d.- 1b – 2a – 3c
e.- 1c – 2a – 3b

11.- Señale la afirmación correcta:


a.- La lírica se diferencia de la narrativa por el uso de versos.
b.- La égloga, de tema bucólico, es una especie de la épica.
c.- El sainete es una especie épica o narrativa.
d.- La novela de ciencia ficción es una subespecie narrativa.
e.- La dramática tiende a ser, básicamente, dinámica.

6
12.-Determine qué género es el que prevalece en el siguiente fragmento del
cuento “Los libros voladores”, de la escritora argentina Silvina Ocampo.
“Alguien preguntó:
― ¿Y estos libros?
― Son los libros que nadie supo escribir.
― Nadie supo leerlos. Fue como si empezaran a leer. Por eso los quemaron.
Hicieron grandes fogatas de libros.
― ¿Por qué no sabían escribir aquellos que los escribieron?
― No sabían lo que era un adjetivo ni un verbo ni un pronombre.
― Pero algo tenían que decir.
― Eso no bastaba. Tenían que escribirlo de un modo lógico, de un claro, de
un modo perfecto”.
a. Épico-lírico
b. Lírico
c. Dramático
d. Épico
e. Dramático-lírico

13.- Lea detenidamente el siguiente fragmento literario y conteste la pregunta


marcando la alternativa correcta.
«… ― ¿Cree usted en Dios? ―me preguntaba a menudo.
― Naturalmente ―le respondía yo.
― No es bastante, es preciso cumplir con la iglesia, es preciso creer.
La verdad es que yo no creía sino en mi pobreza. Solo se cree en Dios a partir
de cincuenta soles de sueldo. Un día fui invitado sin saber cómo a una reunión.
Figuraos mi alborozo cuando recibí la siguiente esquela: “Grimanesa de
Bocardo e hijas tienen el honor de invitar a usted a su casa, Aumente N°341, a
tomar una taza de té la noche del martes”… ».

Se puede decir que este fragmento literario corresponde


a.- al género narrativo y en él se han insertado expresiones del género
dramático.
b.- al género poético y en él se han insertado expresiones del género épico.
c.- al género dramático y en él se han insertado expresiones del género épico.
d.- al género poético y en él se han insertado expresiones del género
dramático.
e.- al género narrativo y en él se han insertado expresiones del género lírico.

14.- Lea el siguiente fragmento y conteste la pregunta marcando la alternativa


correcta.
«Arrodillándose, el pongo le beso las manos al patrón y, todo agachado, siguió
al mandón hasta la cocina. El hombrecito tenía el cuerpo pequeño, sus fuerzas
eran sin embargo como las de un hombre común. Todo cuanto le ordenaban
hacer los hacía bien. Pero había un poco de espanto en su rostro; algunos
siervos se reían de verlo así, otros lo compadecían. “Huérfano de huérfanos;
hijo del viento de la luna debe ser el frío de sus ojos, el corazón pura tristeza”,
había dicho la mestiza cocinera, viéndolo.
El hombrecito no hablaba con nadie; trabajaba callado; comía en silencio. Todo
cuanto le ordenaban cumplía. “Sí, papacito; sí, mamacita”, era cuanto solía
decir.»

7
Se puede decir que este fragmento literario corresponde
a.- al género narrativo y en él se ha insertado expresiones del género
dramático.
b.- al género poético y en él se ha insertado expresiones del género épico.
c.- al género dramático y en él se ha insertado expresiones del género épico.
d.- al género poético y en él se ha insertado expresiones del género dramático.
e.- al género narrativo y en él se ha insertado expresiones del género lírico.

15.- Lea el siguiente teto:


“Pasados seis años, los últimos días de un lujoso agosto me recibieron al
regresar al nativo valle. Mi corazón rebosaba de amor patrio. Era ya la última
jornada del viaje, y yo gozaba de la más perfumada mañana del verano. El cielo
tenía un tinte azul pálido: hacia el oriente y sobre las crestas altísimas de las
montañas, medio enlutadas aún, vagaban algunas nubecillas de oro, como las
gasas del turbante de una bailarina esparcidas por un aliento amoroso. Hacia el
sur flotaban las nieblas que durante la noche habían embozado los montes
lejanos”.
Se puede decir que corresponde
a.- al género narrativo y en él se han insertado expresiones del género lírico.
b.- al género lírico y en él se han insertado expresiones del género épico.
c.- al género dramático y en él se han insertado expresiones del género épico.
d.- al género lírico y en él se han insertado expresiones del género dramático.
e.- al género épico y en él se han insertado expresiones del género narrativo.

16.- Lea el siguiente fragmento: “Las nubes, como echadas a empujones, corrían
huyendo de su azote formidable, mientras bajo un cielo turquí, reanimada por
el aliento virgen de la pampa, la ciudad al caer la noche, parecía envuelta en
un alegre crepúsculo de aurora”.
¿Cuál de los siguientes enunciados sobre él es verdadero?
a.- Predomina el diálogo poético entre el narrador y el lector.
b.- Predomina el lenguaje denotativo y la función referencial.
c.- El mundo representado es imposible de reconstruir por el lector.
d.- Predominan elementos del género lírico y la función poética.
e.- El narrador adopta una perspectiva omnisciente, pero un lenguaje
denotativo.

17.- ¿Cuál de las siguientes definiciones corresponde al concepto de argumento


en el discurso narrativo?
a.- Disposición cronológica y motivada de los acontecimientos de una historia.
b.- Conjunto de sucesos referidos en una narración, sea esta cuento o novela.
c.- Orden descendente en el que aparecen relatados los acontecimientos.
d.- Entidad imaginaria del relato dotada de rasgos físicos y psicológicos.
e.- Razón de ser de una verdad, idea, creencia o hábito.

18.- En relación con los elementos del discurso narrativo, señale cuál de las
siguientes afirmaciones es incorrecta.
a.- Don Quijote, Edipo, Hamlet, Emma Bovary son ejemplos de personajes
novelescos inolvidables.
b.- El tiempo de la historia abarca los acontecimientos narrados; va desde el
primero hasta el último.

8
c.- Los espacios pueden ser simultáneos, sucesivos o estar unos contenidos
dentro de otros.
d.- En una novela, pueden faltar el narrador o el personaje, pero nunca el
espacio ni el tiempo.
e.- Los personajes pueden ser principales o secundarios, y pueden ser
agrupados por su papel y significación en la historia.

19.- ¿Cómo es el espacio o escenario en el siguiente fragmento del cuento


“Los ojos de Judas”, de Abraham Valdelomar?
“El puerto de Pisco aparece en mis recuerdos como una mansísima aldea,
cuya belleza secreta y extraña acrecentaba el mar. Tenía tres plazas. Una, la
principal, enarenada, con una suerte de pequeño malecón, barandado de
madera, frente al cual se detenía el carro que hacía viajes “al pueblo”; otra, la
desolada plazoleta donde estaba mi casa, que tenía por el lado de oriente una
vela de toñuces; y la tercera, al sur de la población, en la que había de
realizarse esta tragedia de mis primeros años”.

a.- Un escenario netamente rural.


b.- Escenarios cerrados.
c.- No hay distinción de escenarios.
d.- Escenario abierto y público.
e.- Son lugares cerrados del puerto de Pisco.

20.-¿Cuáles de los siguientes enunciados son verdaderos?


I.- El narrador se identifica con la voz y la historia personal del autor real.
II.- Todo narrador es una construcción que enuncia y organiza el material
ficcional.
III.- Un narrador puede asumir la perspectiva de un personaje central al interior
del mundo representado.
IV.- El narrador puede ser omnisciente u objetivo.
V.- En un texto narrativo se pude prescindir de la figura del narrador.

a.- II, III y V


b.- I y IV
c.- IV y V
d.- I, II y III
e.- II, III y IV

También podría gustarte