LAS PALABRAS: UN LUGAR DONDE HABITA EL SER.
A Borges lo irritaba que le preguntaran: “¿Para qué sirve la literatura?”. Le parecía una pregunta idiota y
respondía: “¡A nadie se le ocurriría preguntarse cuál es la utilidad del canto de un canario o de los arreboles de
un crepúsculo!”. En efecto, si esas cosas bellas están allí y gracias a ellas la vida, aunque sea por un instante, es
menos fea y menos triste 1
La idea general de los textos leídos, se focaliza en decir que la poesía de Holderlin contiene la
esencia de sí, porque está cargada de determinación poética, es decir poetiza la vida, en sus
letras habita el ser y su poesía es el lenguaje del ser, es una empresa ardua que habla de
manera figurativa sobre el mundo. La esencia no se resume en algo general o que recoja todas
y cada una de las expresiones, sino lo que hace que la poesía sea.
De esta forma, los textos se proponen explicar la relación innegable entre filosofía- lenguaje
y poesía (también llamado arte) y la necesidad de encontrar o discutir sobre la sustancia, su
carácter y la relación con la verdad, una verdad que no es absoluta, sino que por su esencia,
está en constante transformación.
Heidegger expresa que el oficio de poetizar es enteramente inofensivo en tanto es el que
menos aparenta utilidad, porque procede de los sueños, del eidos y de ese tercer reino que
mencionaba Platón. Sin embargo, también el lenguaje y en su acción de poetizar representa
un bien dado a los hombres y por lo tanto embarga peligro, así como Prometeo que robó el
fuego para los hombres y lo ofreció, así mismo para Heidegger la poesía es un riesgo y un
obsequio a la vez. La palabra que nombra no se refiere solo a un instrumento sino un diálogo
y retoma a Holderlin para efectos de explicación:
El hombre ha experimentado mucho
Nombrado a muchos celestes,
desde que somos un diálogo
y podemos oír unos de otros (IV, 343)
En este sentido, el diálogo se presenta como actividad originaria que nos permite ir de un ser
a otro, reunirnos en la palabra, en los que somos uno y nosotros mismos, o como lo expresa
Heidegger, dasein: La existencia de sí, el estar ahí. Nos acercamos a la poesía o a la obra de
arte de manera superficial, apreciándose como una parte aislada del universo, despojándose
de la carga estética, sin ni siquiera dimensionar el impacto que está logra en el ser. Es lo que
la distingue de las cosas. El arte es mostrar o abrir senderos con posibilidades de acceso al
ser, esto es otras formas de acercarse al mundo y conocerlo.
Heidegger se cuestiona el planteamiento de la filosofía y esa separación que tratan de oponer
frente a la poesía, es decir la diferenciación entre pensamiento y poesía. Pues este lo plantea
como dos formas de conocimiento y convoca a hacer converger el pensamiento que calcula y
el que medita.
Para finalizar, la palabra, el arte, un poema y la literatura son un entramado de
superestructuras que van ligadas entre sí, la una no puede darse sin la otra y juntas hacen que
el hombre deje a un lado la venda del desconocimiento, se siembra la semilla de la creación,
explorar, construir y visionar las realidades que en el plano terrenal se vuelven distantes
como las olas mar.
1 Vargas, M. (2015) La literatura y la Vida. En Elogio de la educación. (Pàg. 32)