Cap 1 SC Flores
Cap 1 SC Flores
Cap 1 SC Flores
BASES
MOLECULARES Y CONSECUENCIAS. V. Flores
Los espermatozoides recién espermiados en los túbulos
seminíferos, aun cuando están diferenciados desde el punto de
vista ultraestructural, no poseen movilidad ni capacidad fecundante.
Los espermatozoides extraídos de las vías espermáticas, luego de
su paso por el epidídimo, sí poseen capacidad móvil y fecundante
en tanto interactúen con moléculas del líquido tubárico. Estudios
histoquímicos e inmunoquímicos muestran que en el epidídimo se
modifica la organización química de superficie de los
espermatozoides debido a que se le incorporan varias proteínas con
diversas funciones. Por un lado le confieren capacidad de
interactuar con moléculas del entorno del ovocito II, de sus
cubiertas (corona radiata [radiante] y membrana pelúcida) y de la
propia membrana plasmática del ovocito II. La posibilidad de
realizar con éxito esta sucesión de interacciones confiere a los
espermatozoides capacidad fecundante. Por ello, los cambios
sufridos en el epidídimo se denominan genéricamente maduración
epididimaria. Por otro lado, varias de las proteínas que se
incorporan en el epidídimo mantienen a los espermatozoides
estabilizados y en latencia. Estas proteínas son clásicamente
denominadas factores descapacitantes, debido a que mantienen a
los espermatozoides en un estado no apto para la fecundación o
“descapacitado”. Dado que, en general se trata de proteínas con
capacidad antigénica, también suelen ser designados
genéricamente, desde otra perspectiva, como antígenos
seminales.
El cuadro SC 1-1-1 incluye algunos de los cambios que
clásicamente se consideran involucrados en la maduración
epididimaria.
Los factores descapacitantes del líquido seminal son removidos de
la superficie de los espermatozoides, en el tracto genital femenino,
debido a interacciones con componentes de éste. Los
espermatozoides entonces se capacitan y adquieren máxima
capacidad fecundante (SC 1-4 La capacitación del espermatozoide
y la reacción acrosómica). Dado que la maduración epididimaria
posibilita la capacitación espermática, a la que siguen la reacción
acrosómica y la hiperactivación de los espermatozoides, ha sido
descrita como la adquisición de una batería de proteínas de
superficie que programan al espermatozoide para las futuras
interacciones con elementos del tracto genital femenino. Estas
moléculas, a continuación, son estabilizadas por factores
descapacitantes (Fig. SC 1-1-1). Una vez en la ampolla (sitio de
encuentro de las gametas), en estado periovulatorio, los
espermatozoides pierden sus factores descapacitantes e inician las
interacciones que concluyen con la fecundación. El tracto genital
femenino, especialmente el istmo tubárico, también contribuye a
mantener a los espermatozoides descapacitados hasta el momento
de la ovulación (SC 1-2 El istmo de la trompa como reservorio de
espermatozoides “descapacitados”. La prevención o el retardo de la
capacitación). La capacidad fecundante adquirida con la
capacitación, sin embargo, es transitoria y se pierde en pocas
horas. Este fenómeno suele denominarse envejecimiento del
espermatozoide.
Fig. SC 1-1-1. Modificaciones de la cubierta superficial del
espermatozoide a su paso por el epidídimo. A. Los
espermatozoides de la cabeza carecen de las proteínas
superficiales que son secretadas por el epidídimo. B. En la cola se
agregan moléculas (∙) que a continuación son estabilizadas por
factores descapacitantes (∩).
Los cambios sufridos en el epidídimo no sólo involucran la
superficie de la cabeza del espermatozoide. También se producen
cambios en algunas proteínas del flagelo involucradas en la
movilidad espermática, como por ejemplo la proteína motor
dineína. Con la maduración epididimaria, algunas proteínas del
flagelo contribuyen a estabilizar la estructura de los microtúbulos
que servirán a la movilidad espermática. El aporte de energía para
la movilidad proviene de las mitocondrias concentradas en la vaina
del flagelo. Al parecer, durante la maduración también las
mitocondrias también sufren cambios que modifican su capacidad
de generar ATP.