La Praxis Sacramentaria de Las Iglesias Sirias de Tradición Siro
La Praxis Sacramentaria de Las Iglesias Sirias de Tradición Siro
La Praxis Sacramentaria de Las Iglesias Sirias de Tradición Siro
José Manuel Fernández-Rodríguez [email protected]
Consejería de Educación y Deporte, España
DOI: https://doi.org/10.11144/javeriana.tx70.psist
Presentación
Hoy, la Iglesia Ortodoxa siria está en comunión con las cinco antiguas iglesias
cristianas5, todas ellas en comunión entre sí; estas pertenecen al género de las
llamadas iglesias ortodoxas orientales, iglesias precalcedonenses que no
aceptaron las dediciones del Concilio de Calcedonia (451), razón por la cual se
las conoce como monofisitas. Por otra parte, la Iglesia Ortodoxa siria tiene la
peculiaridad de estar en comunión con la Iglesia Siro-ortodoxa malankar de rito
antioqueno, que se encuentra extendida en la costa del Malabar 6.
Por su parte, la Iglesia Católica siria es una de las 23 iglesias orientales sui
iuris que está en comunión plena con la Iglesia Católica romana. Está organizada
como Iglesia patriarcal, cuya sede se encuentra en Beirut, El Líbano. El territorio
propio del Patriarcado de Antioquía de los sirios católicos se extiende en Oriente
Medio por Irak, El Líbano, Jordania, Israel, Palestina, Siria, Egipto, Turquía,
Sudán, y Sudán del Sur.
Esta aproximación a la vida sacramental de las iglesias siríacas, que tienen una
tradición teológica y espiritual muy rica, nos va a brindar la posibilidad de
comprobar y constatar en qué se diferencian y en qué se asemejan la doctrina y
praxis de los sirios monofisitas de la de los sirios católicos y de los católicos
romanos.
Además, con este trabajo pretendemos acercar la riqueza sacramental del Oriente
sirio que, por regla general sigue siendo bastante desconocida, no solo para los
católicos romanos, sino también para los católicos orientales de otros ritos, así
como para los protestantes y reformados.
La teología sacramentaria
Para los sirios es un gran misterio la manera por la cual los signos materiales son
cauces o canales de la gracia sobrenatural. Si bien la causa principal, de la que
son transmisores estos misterios, es Dios, Cristo, el Espíritu Santo. El Espíritu
Santo consagra la materia y opera a través de ella.
…los sirios tienen ideas claras de que la maravillosa eficacia de los signos
materiales no puede atribuirse a los hombres sino solo a Dios, a Cristo o al
Espíritu Santo. Se nota en general la tendencia a referir indistintamente todos los
ritos de la Iglesia a la institución de Cristo o del Espíritu Santo.11
Los sirios no han elaborado una sistematización amplia de los sacramentos, pero
una exposición más sistemática de la doctrina de los sacramentos en general la
proporcionan el Libro de los tesoros de Jacobo Schiakko († 1241), el Libro de los
rayos y el Libro de la lámpara del santuario, los dos últimos de Gregorio
Barhebræus (1226-1286)12.
La praxis sacramentaria
El bautismo
Sigue la bendición del agua: el sacerdote toma el cuerno del santo mŷron y vierte
tres veces sobre el agua, en forma de cruz, diciendo varias plegarias. Después
llena el hueco de su mano con aceite de unción (aceite de oliva) y unge todo el
cuerpo del bautizando: en los ojos, las orejas, la nariz, la boca, el pecho y las
manos, mientras que el coro canta uno o varios himnos de San Efrén.
Los efectos del bautismo están claramente expresados por la fórmula que recita el
sacerdote. El bautismo redime los pecados, hace del bautizado un agnus in grege
Christi, es una promesa de la resurrección y de la vida eterna al final de los
tiempos22.
Entre todas las sustancias que entran a formar parte del santo Chrisma, el aceite
de oliva y el bálsamo son los elementos esenciales que están en la base del
compuesto crismal, y su uso se remonta sin duda a la institución misma
del Chrisma como materia sacramental; el resto de sustancias aromáticas son
secundarias y proceden de la iniciativa privada. Tal es la verdadera doctrina
formulada por los obispos sirios de la Iglesia Católica siria reunidos en el Sínodo
de Charfé (Šarfeh), de 1888, bajo la presidencia de un legado de la Santa Sede:
Por tanto, del mismo modo que desde su composición el mŷron es inefable e
indivisible “en dos tipos de aceites”, la naturaleza del Verbo encarnado tampoco
es divisible.
La eucaristía
La liturgia que celebran los sirios es la liturgia de Santiago apóstol (hermano del
Señor). La liturgia siria es el principio de donde procede la bizantina, por lo que
es normal que los elementos de semejanza entre ambas sean notorios y
frecuentes. Sin embargo, la sinaxis siria, por haberse arrinconado en las iglesias
monofisitas, carece de la majestuosidad propia de la liturgia bizantina. Veamos
algunos elementos pertenecientes a la liturgia eucarística de los sirios 35.
Los sirios jacobitas han admitido siempre la eucaristía como el sacramento del
cuerpo y la sangre de Cristo. Sin embargo, no parece que hayan reconocido
claramente una verdadera transustanciación. Afirman a menudo que el pan se
transforma en el cuerpo del Señor, pero apenas si dan una explicación precisa,
con todo suponen una especie de impanatio36. Esto se explica a partir del
verdadero paralelismo que establecen entre la transformación de la eucaristía y la
encarnación, “así como –según la doctrina monofisita– la naturaleza humana se
hace Dios sin dejar de ser naturaleza humana, de la misma manera, el pan se hace
cuerpo de Cristo sin dejar de ser pan” 37.
Entre los sirios monofisitas, el sacerdote da a los y a las fieles porciones de hostia
consagrada que retira del cáliz con los dedos. Los sirios católicos se sirven de
una cuchara para que los clérigos (sacerdotes, diáconos y subdiáconos, éstos
últimos cuando hacen las ceremonias) comulguen. Respecto de los fieles, el
presbítero les da porciones de hostia sobre las cuales ha hecho derramar unas
gotas de la preciosa sangre en el momento de la fracción del pan 38.
La penitencia
Este sacramento es raramente usado entre los sirios jacobitas; es más frecuente
entre los sirios católicos. Unos y otros practican la confesión de manera diferente.
Los católicos, por influencia de la Iglesia romana, han adoptado los
confesionarios, cuyo uso es obligatorio, y para la absolución utilizan la fórmula
latina traducida al sirio. En cambio, los sirios jacobitas se confiesan a la entrada
de la puerta, de rodillas delante del sacerdote, quien está sentado a la manera
turca (con las piernas cruzadas). Y después de la confesión de los pecados
(faltas), que es a menudo bastante vaga, el confesor recita varias oraciones largas
que consisten en salmos, antífonas, oraciones (una por cada especie de pecado),
lecciones e himnos, para después imponer la penitencia y absolver al penitente 40.
Esta exposición está seguida por una serie bastante larga de cantos, salmos y
oraciones destinadas a excitar la contrición. La comunidad entera de los
penitentes se une en una oración unánime con el fin de obtener sobre todos ellos
la misericordia divina y el ser sostenidos en el difícil esfuerzo que realiza cada
uno por encontrar ante el Padre celestial la actitud del hijo pródigo. A esta larga
súplica sigue la imposición de una satisfacción, bajo forma de prácticas
penitenciales, que casi siempre suelen ser ayunos, postraciones, limosnas, etc., y,
solo después de realizarla el penitente recibirá la absolución propiamente dicha.
La fórmula absolutoria está acompaña de una imposición de las manos, de una
exsuflación41 y de una triple consignación: “El pecado es quitado de tu alma y de
tu cuerpo en el nombre del Padre, amén; estas purificado y santificado en el del
Hijo, amén; que se te conceda remisión y que participes en los santos misterios
en el nombre del Espíritu Santo, amén”42.
En el rito abreviado, se hacen tres unciones en forma de cruz sobre la frente, los
ojos, las orejas, la nariz, la boca, las manos y los pies; para los miembros pares,
se efectúan dos unciones en forma de cruz sobre el miembro derecho y una sola
sobre el miembro izquierdo. La fórmula que acompaña la unción de la frente es la
siguiente:
Que te sea purificada, que las faltas sean expiadas, que tú seas santificado, que te
sean redimidos tus faltas y pecados que tú has cometido, voluntaria o
involuntariamente, con conocimiento o sin tener conocimiento, y pueden alejarse
de ti todos los malvados pensamientos y toda la acción de Satán, en el nombre
del Padre, † amén, y del Hijo, † amén, y del Espíritu vivo y santo, † amén, para la
vida eterna, amén.
Para las unciones de los demás sentidos se sirve de la siguiente fórmula: “Que el
Señor Dios te dé misericordia por su misericordia abundante, y que te perdone
todos tus pecados que tú has cometido por la vista, o por el oído, o por el olfato,
etc.”44.
Cuando se sigue el rito de la lámpara, se hacen las mismas unciones que en el rito
abreviado, pero, como la ceremonia comporta cinco oficios, las unciones son
renovadas cinco veces. Las fórmulas de las unciones son las mismas que en el
rito abreviado. Por el contrario, cuando el enfermo está próximo a la muerte, se
usa un rito todavía más abreviado que el habitual. Se unge la frente, el pecho y la
mano derecha, o solo la frente, diciendo: “Que un tal sea ungido en el nombre del
Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, amén”.
Es un uso general, entre los sirios jacobitas, recibir la unción cuando se está
afectado por una enfermedad grave. De hecho, con frecuencia se espera hasta el
último momento, para pedirla; pero la Iglesia oficial considera esta manera de
actuar como un abuso.
En cuanto a los efectos, las fórmulas litúrgicas expresan bien los efectos
espirituales, que son la remisión de los pecados y la protección contra las
tentaciones del demonio. Los teólogos sirios insisten, particularmente, en la
curación psíquica del enfermo.
Los sirios jacobitas del Malabar de las iglesias siro-malankaras se sirven también
de la práctica del aceite que ha sido bendecido por el obispo, aunque sus rituales
reconocen igualmente esta facultad a los simples sacerdotes. El ritual de las
Indias contiene un Ordo Lampadis minor para ungir a los penitentes enfermos o
saludables proporciona cinco mechas en un plato lleno de aceite de oliva. Los
sacerdotes recitan las oraciones, cantan los himnos, leen la epístola de Santiago y
el Evangelio, encendiendo la primera mecha. El ministro hace una unción entre
los ojos del enfermo bajo la forma de tres cruces, y recita la siguiente fórmula:
Sea purificado, sea santificado, que las faltas y los pecados te sean redimidos,
aquellos que tú has cometido voluntaria o involuntariamente, con conocimiento o
sin conocimiento y que todos tus pensamientos malvados y obras diabólicas sean
rechazadas de ti en el nombre del Padre, amén, y del Hijo, amén, y del Espíritu
Santo, amén.45
Luego el ministro hace una triple unción en el pecho y recita la misma fórmula,
una tercera vez sobre las rodillas, una cuarta vez sobre la mano derecha (doble
unción), una quinta sobre la mano izquierda, y cada vez repite todas las unciones
hechas en las partes precedentes y en cada unción recita la misma oración. Al
final de la ceremonia, unge al penitente enfermo en los ojos, sobre la garganta,
sobre la boca, las orejas y los riñones. Tras esto una unción de la cabeza a los
pies y de la mano derecha a la mano izquierda, de los ojos a la boca y de la oreja
derecha a la oreja izquierda. Finalmente, la unción se hace en todo el cuerpo.
Después de todo esto, el presidente de la ceremonia recita una larga fórmula
mientras que los demás sacerdotes imponen las manos al sujeto enfermo. Según
nos informa R. Janin, normalmente serían necesarios siete sacerdotes para
administrar este sacramento, como se indica también en el rito bizantino. Los
sacerdotes sirios se lavan siempre las manos con agua caliente antes de comenzar
la ceremonia46. En el Ordo lampadis del Ritual de las Indias se requiere la
presencia de cinco sacerdotes para administrar las unciones sagradas a los
enfermos. No obstante, en caso de necesidad, un solo sacerdote es suficiente.
En la Iglesia Católica siria, los sacerdotes, junto al obispo cuando toma parte en
la ceremonia, bendicen el óleo de los enfermos para cada caso individual. En esta
Iglesia, la liturgia de la unción de los enfermos fue tomada del ritual latino y el
aceite de los enfermos es bendecido por el Patriarca el Jueves Santo.
El sínodo de Charfé (Šarfeh), de 1888, dice que el obispo consagra este aceite el
Jueves Santo o el quinto domingo de la gran Cuaresma, tras la celebración de la
misa. El obispo pronuncia sobre el aceite la antigua “Oración de la lámpara”,
omitiendo solo lo que se relaciona con la persona que se va a ungir, y lo que
constituye la forma del sacramento. Desde la Edad Media se introdujo en la
Iglesia siria la costumbre de una solemne consagración del óleo de los enfermos,
realizada el Jueves Santo por el obispo. Los sirios católicos la han usado desde
entonces. El sínodo de Šarfeh ha calificado esta reserva de costumbre
inmemorial, y añade que desde hace mucho tiempo ha prevalecido el uso de que
este sacramento sea administrado por un solo sacerdote 47.
Las unciones fueron tomadas del antiguo ritual latino, y el celebrante unge los
cinco sentidos: los ojos o la frente, la nariz, la boca, las orejas, las manos y los
pies. En el momento de la celebración de la unción de los enfermos, el sacerdote
bendice el óleo con el que él unge al enfermo. La unción de los enfermos se
administra a enfermos graves que no están en peligro de muerte.
Debido a la amplitud extrema del oficio de la lámpara, se ha instaurado un rito
abreviado. Este comporta diversas oraciones, la lectura de la Epístola de Santiago
(5,10-20), del Evangelio de San Marcos (6,6-14), una larga oración sobre el
enfermo, y después la administración de las unciones. Se termina con una
imposición de las manos sobre la cabeza del enfermo.
Por otra parte, existe entre los sirios católicos la costumbre de distribuir a los
fieles que lo deseen, no un poco de aceite de los enfermos, sino un poco de
“aceite de la alegría” bendecido por el sacerdote al principio de la Cuaresma. Se
da también a quienes lo piden del “aceite de la lámpara” alumbrado delante del
santo sacramento, delante del icono de la Virgen o de cualquier otro santo; se
sirven como un sacramental para ungir a los enfermos o a los niños.
El matrimonio49
El curator dice al novio: “Yo te doy una tal, como mujer en matrimonio, según el
canon apostólico y la ley cristiana”. El novio responde: “Yo acepto delante de
Dios y su altar propiciatorio, delante de los presbíteros y estos testigos”. La novia
ha aportado una cruz y un anillo; el sacerdote bendice el anillo y todos, con
excepción del novio, se van a la casa de la novia, a quien se le ha pasado el anillo
al dedo y la cruz al cuello.
Luego el sacerdote la bendice. Antes del fin de esta primera parte de la ceremonia
se establece la fecha de la segunda parte.
Antes de la celebración marital hay que asegurarse de que los esposos estén libres
de impedimentos para contraer matrimonio. Los sirios no tienen una noción
exacta del impedimento dirimente, y muy a menudo lo confunden con el
impedimento prohibitivo. Los impedimentos pueden ser variados: el parentesco
(consanguinidad), la edad, la impotencia, el voto, la viudedad, el adulterio,
latrigamia, la tetragamia, etc.
Actualmente, los sirios católicos tienen los impedimentos que les marca
el Código de derecho canónico oriental 53, y en el pasado tenían los del derecho
latino; por ejemplo, ellos no tienen el impedimento de la clandestinidad.
Para los sirios jacobitas, igual que la mayoría de los orientales, el matrimonio
consiste en la bendición del sacerdote y llega a su consumación tras la
coronación y el banquete mediante las relaciones entre ambos esposos.
Los sirios jacobitas admiten el divorcio; es causa de nulidad del matrimonio, con
derecho a nuevas nupcias, el caso del adulterio cometido por la mujer, como
también la entrada de uno de los conyugues a la vida religiosa en el convento.
Actualmente, existen otras muchas causas consideradas como válidas para la
nulidad del matrimonio.
El orden
Dionisio Bar Salibi divide las órdenes en tres grupos y los compara a los grados
angélicos. El primer grupo comprende los patriarcas, los metropolitas y los
obispos.
Ellos son la imitación de los querubines, los serafines y los tronos: al igual que
estos espíritus superiores son iguales por el poder y los dones y que uno ilumina
al otro, así también, en la Iglesia de base, estos tres grados son iguales por el
poder y la gracia y uno esclarece al otro. En el segundo, Iglesia, en nosotros, son
los sacerdotes, los diáconos y los subdiáconos; el tercer grado está formado por
los lectores o doctores, los cantores y los salmistas o recitadores.54
Así pues, dentro del orden sacerdotal existen tres órdenes menores y tres órdenes
mayores. Las menores son el cantorado, el lectorado y acolitado y el
subdiaconado. Las órdenes mayores que admiten los sirios jacobitas en
particular, y los orientales en general, son el diaconado, el presbiterado y el
episcopado. El archidiácono encargado de la supervisión del clero,
el chorobispo57 y el periodeuto58, visitador de las diócesis, reciben sus funciones
sin ninguna ceremonia especial, los chorobispos nunca son revestidos de carácter
episcopal, como su nombre podría hacerlo pensar.
Conclusiones
La Iglesia Ortodoxa siria, sin lugar a dudas, posee una amplia y compleja
ritualidad en los sacramentos que practica, pese a que su estructura litúrgica y su
enfoque teológico se han quedado en un estado más primitivo, si las comparamos
con la superestructura latina, aunque posee la misma lista septenaria que la
Iglesia Católica.
Dicha amplitud ritual la hemos encontrado y contrastado en la práctica de
sacramentos tales como la unción de los enfermos, el matrimonio y el orden.
Otros sacramentos, como la tríada de la iniciación cristiana, presentan un
desarrollo y una administración similar al de otras iglesias orientales y al de la
misma Iglesia Católica siria.
Por su parte, la Iglesia Católica siria comparte la misma lista septenaria que la
Iglesia siria jacobita, y su desarrollo litúrgico y teológico vienen a ser
prácticamente los mismos que tiene la Iglesia Ortodoxa siria. No obstante, la
Iglesia Católica siria sufrió el fuerte influjo de la latinización tras los años
subsiguientes a su unión a Roma. Este fuerte influjo latinizante ha hecho que
muchos sacramentos sean, en cuanto a su desarrollo, muy similares a los de la
Iglesia latina y han permanecido apenas sin mutación alguna. Otros sacramentos
–es el caso de los tres sacramentos de iniciación tanto en su administración como
en su teología– concuerdan con los de la Iglesia siria jacobita, dado que los
administran de la misma manera también a los infantes.
Cabe destacar, como última puntualización, el hecho de que tanto la Iglesia siria
jacobita como la católica siria poseen un legado ritual de sacramentales, por
ejemplo, la bendición del agua bautismal, la consagración del santo mŷron, la
consagración de las iglesias y altares, los funerales, etc., y así una cantidad
innumerable de sacramentales que conforman la riqueza sacramental de la vida
litúrgica de las iglesias sirias.
Referencias
Notas
* Artículo de investigación
1
Morales de Gómez, “La neutralidad colombiana durante la Primera Guerra
Mundial”.
2
Dupuy, “L’Église Syrienne d’Antioche des origines à aujourd’hui”, 171-188.
3
Dauvallier, “L’expansion de l’Église Syrienne en Asie centrale et en Extrême-
Orient” 76-87.
4
Fernández Rodríguez, “Iglesias orientales protestantes y reformadas: ‘una
ojeada histórica y ecuménica’”, 354.
5
Hay cinco antiguas iglesias cristianas que son las siguientes: la Iglesia Ortodoxa
copta, la Iglesia Ortodoxa etíope, la Iglesia Ortodoxa siria, la Iglesia Apostólica
armenia y la Iglesia Siria Ortodoxa malankar.
6
La Costa Malabar es una larga y estrecha línea de costa de la India localizada al
suroeste de la península del subcontinente indio.
7
Sobre el origen y significado semántico de este vocablo y sus términos afines,
véase el estudio de Dalmais, ‘“Raza’ et sacrement”, 173-182. Ver también a
Luke, “The Technical Term Rāzā’”, 112-122.
8
Fernández Rodríguez, “Los sacramentos en la tradición siríaca”,11-16
9
De Vries, “La doctrina de los sirios monofisitas sobre los sacramentos”, 190.
10
Fernández Rodríguez, “Los sacramentos en la tradición siríaca”, 14-15.
11
De Vries, “La doctrina de los sirios monofisitas sobre los sacramentos”, 191.
12
Sobre la vida y obras de Barhebræus pueden consultarse varios estudios: De
Clercq, “Bar Hébraeus (Nomonacon de)”, 204-206; Nau, “Bar Hébræus
(Grégoire Abûlfarage)”, 401-406; Jugie, “Bar Hébræus (Grégoire Abou’l
Faradj)”, 1249-1250; y Hage, “Gregor Barhebräus”, 158-164.
13
Ziadé, “Syrienne (l’Église). VII. Théologie sacramentaire. Croyances et
discipline”, 3047-3048.
14
Ibíd., 3048.
15
Janin, “Le rite syrien et les églises syriennes”, 328.
16
Sola, “Los ritos de la iniciación cristiana: bautismo y confirmación”, 179.
17
Ibíd.
18
Ibíd.
19
Khouri-Sarkis (trad.), “Prières et cérémonies du Baptême selon le rite de
l’Église Syrienne d’Antioche”, 178.
20
Sola, “Los ritos de la iniciación cristiana: bautismo y confirmación”, 179 ;
Khouri-Sarkis (trad.), “Prières et cérémonies du Baptême selon le rite de l’Église
Syrienne d’Antioche”, 178.
21
Véase el estudio de Hambye, “Le baptême dans les Églises Syriennes de
l’Inde”, 255-266.
22
Ziadé, “Syrienne (l’Église). VII: “Théologie sacramentaire. Croyances et
discipline”, 3049.
23
Ermoni, “Confirmation chez les syriens”, 1078-1079; Ziadé, “Syrienne
(l’Église). VII: “Théologie sacramentaire. Croyances et discipline”, 3050.
24
Ziadé, “Syrienne (l’Église). VII: “Théologie sacramentaire. Croyances et
discipline”, 3051. Para los autores sirios puede consultarse el espléndido estudio
de Varghese, Les onctions baptismales dans la tradition syrienne.
25
Synodus Sciarfensis Syrorum in monte Libano celebrata anno 1888 (Roma:
1897, 79): “El ungüento del crisma en nuestro rito, según la costumbre
introducida hace mucho tiempo, está compuesto por aceite de oliva y bálsamo, a
los cuales se le añaden algunos aromas. Pero el aceite y el bálsamo deben superar
en la mayor parte a los aromas, de manera que, si es difícil hallar algunos de los
aromas que el libro de consagración del crisma prescribe que se pongan en el
ungüento del crisma, nada impide que este ungüento se haga de aceite y de
bálsamo, y poniendo una porción exigua de otros aromas o de éstos que hubiera a
disposición, aunque estos aromas en la Antigüedad no estaban entre nosotros en
uso”. Texto latino recogido por Petit, “Composition et consécration du saint
Chrême”, 129-142.
26
Bedjan (ed.). Nomocanon Gregori Barhebraei III, 3, 30-31; ver a Varghese, Les
onctions baptismales dans la tradition syrienne, 263.
27
El zûzô es, en Siria, la unidad de medida de masa, 1 zûzô equivale a 1 dracma.
La dracma parece ser que en la Antigüedad equivalía a unos 3,21 gramos, pero en
la actualidad equivale a 3,5944 gramos.
28
Fernández Rodríguez, “La composición del santo Mŷron en el rito
bizantino”,181-201.
29
El monofisismo tuvo su origen en Eutiques: es la doctrina que afirma que en
Cristo existe las dos naturalezas –la humana y la divina– sin “separación” pero
“confundidas”, de forma que la naturaleza humana se pierde, absorbida, por la
divina. Por tanto, los monofisitas defienden una unidad física entre la naturaleza
humana y la naturaleza divina.
30
Ziadé, “Syrienne (l’Église). VII: “Théologie sacramentaire. Croyances et
discipline”, 3051.
31
Fórmula recogida por Khouri-Sarkis (trad.), “Prières et cérémonies du Baptême
selon le rite de l’Église Syrienne d’Antioche” 179-180, y Sola, “Los ritos de la
iniciación cristiana: bautismo y confirmación”, 176.
32
Ziadé, “Syrienne (l’Église). VII: “Théologie sacramentaire. Croyances et
discipline”, 3052.
33
Khouri-Sarkis (trad.), “Prières et cérémonies du Baptême selon le rite de
l’Église Syrienne d’Antioche”, 182-183.
34
Sola, “Los ritos de la iniciación cristiana: bautismo y confirmación”, 177.
35
Sardonil, “La liturgia eucarística”, 124.
36
La palabra impanatio significa literalmente “empanación” y tiene mucho que
ver con la palabra “empanada”. La eucaristía sería una “empanada de Cristo” ya
que, como en un bocadillo o empanada, Cristo estaría “contenido” dentro del
pan. Era la misma idea que tenía Lutero y que luego los luteranos han
abandonado por contagio del calvinismo. Así pues, la impanación (impanatio) es
una teoría medieval que hace referencia al modo cómo opera el Espíritu Santo la
transformación y la presencia de Cristo en las especies. Para explicar esto, los
autores sirios recurren al misterio de la encarnación y a la operación del Espíritu
Santo, y afirman: lo mismo que su acción produjo la unión del Verbo con la
humanidad, igualmente une a Cristo al pan y al vino.
37
De Vries, “La doctrina de los sirios monofisitas sobre los sacramentos”, 193.
38
Janin, “Le rite syrien et les églises syriennes”, 328.
39
De Vries, “La doctrina de los sirios monofisitas sobre los sacramentos”, 193.
40
Janin, “Le rite syrien et les églises syriennes”, 328.
41
La exsuflación es una expiración fuertemente forzada del aire.
42
Textos en Lell, “Los ritos de la penitencia, de la enfermedad y de la muerte”,
197.
43
Dauvallier, “Extrême-onction dans les églises orientales”, 765-767; Ziadé,
“Syrienne (l’Église). VII: “Théologie sacramentaire. Croyances et discipline”,
3061-3062; y Lell, “Los ritos de la penitencia, de la enfermedad y de la muerte”,
212.
44
Fórmulas recogidas por Dauvallier, “Extrême-onction dans les églises
orientales”, 765.
45
Fórmula recogida por Ziadé, “Syrienne (l’Église). VII: “Théologie
sacramentaire. Croyances et discipline”, 3061.
46
Janin, “Le rite syrien et les églises syriennes”, 328.
47
Synodus Sciarfensis syrorum in Monte Libano celebrata anno 1888 (Roma:
1897, 123); ver a Dauvallier, “Extrême-onction dans les églises orientales”, 767.
48
Fórmula recogida por Lell, “Los ritos de la penitencia, de la enfermedad y de la
muerte”, 212.
49
Para lo que sigue véase a Ziadé, “Syrienne (l’Église). VII: “Théologie
sacramentaire. Croyances et discipline”, 3061; y a De Vries, “La doctrina de los
sirios monofisitas sobre los sacramentos”, 195.
50
Canon reproducido por Barhebræus, en Bedjan (ed.), NomocanonGregori
Barhebraei, 121.
51
Es un tipo de tutor legal o representante de la novia.
52
El canonista Barhebræus admite que la joven chica puede ser casada pese a su
voluntad, a voluntad del padre.
53
Ver el Código de Cánones de las Iglesias Orientales, can. 790-812.
54
Journal asiatique ser. X, Tomo XI (1908) 108, citado por Ziadé, “Syrienne
(l’Église). VII: “Théologie sacramentaire. Croyances et discipline”, 3066.
55
Ver a Barhebræus, en Bedjan (ed.), NomocanonGregori Barhebraei, 8.
56
Ziadé, “Syrienne (l’Église). VII: “Théologie sacramentaire. Croyances et
discipline”, 3067.
57
Equivale a la palabra corepíscopo. Se trata de un rango, dentro de la clerecía,
inferior al de obispo, aunque tiene la facultad de ordenar clérigos. Esta palabra
nombraba a los obispos de la zona circundante a la capital. Eran considerados
como subordinados del obispo ciudadano o principal.
58
Periodeutos parece referirse a una especie de médico ambulante. Si se tiene en
cuenta que los diáconos primitivos atendían sobre todo a las necesidades
materiales, es posible que les aplicaran ese nombre, o también que se les asignara
dicho cargo a los presbíteros.
59
Janin, “Le rite syrien et les églises syriennes”, 329.
60
Arrieta, “El sacramento del orden”, 222-223. El subdiaconado es, por su
naturaleza, una orden menor, pero en la Iglesia Católica, entre los siglos XII y
XX, fue considerado como la primera de las órdenes Mayores; sin embargo, tras
el Concilio Vaticano II fue suprimido. El 15 de agosto de 1972 el papa Pablo VI
firmaba la carta en forma de motu proprio Ministeria quedam, por la cual
suprimía las llamadas “Órdenes menores” y se transformaban en ministerios
laicales, para quedar solo las de lector y acólito. Así pues, desde 1972, el
subdiaconado no existe más en la Iglesia Católica.
61
Arrieta, “El sacramento del orden”, 232.
62
El orarion es un pañuelo o trozo de lienzo más largo que ancho.
63
Arrieta, “El sacramento del orden”, 237.
64
Ibíd., 241. El flabelo es un abanico grande con mango largo, que se entrega al
ordenando durante la ceremonia de ordenación.
65
Ziadé, “Syrienne (l’Église). VII: “Théologie sacramentaire. Croyances et
discipline”, 3068-3069.
66
Ver a Barhebræus, en Bedjan (ed.), NomocanonGregori Barhebraei, 97.
Notas de autor
Información adicional