3344-Texto Del Artículo-11212-1-10-20170509

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 10

LA PRÁCTICA HACE AL MAESTRO: DESARROLLO PERSONAL Y

PROFESIONAL DE DOCENTES

Diana Camila Madroñero Delgado

“Los niños tienen que ser enseñados sobre cómo pensar, no qué pensar.”
Margaret Mead
“Cada niño debería tener en sus vidas un adulto que se preocupe por ellos. Y no siempre es
un padre biológico o un miembro de la familia. Puede ser un amigo o un vecino. A menudo
es un maestro.”
Joe Manchin

Resumen
El presente artículo surge al reconocer la importancia que representa la práctica
docente en el desarrollo personal y profesional de profesores, destacando el rol de los mismos
en el proceso de formación de los alumnos. Este artículo trata sobre los desafíos encontrados
al asumir el rol de educadores, las enriquecedoras experiencias obtenidas durante este
proceso y los resultados que llenan de satisfacción y orgullo al maestro en formación, los
cuales respondieron a las necesidades de cada estudiante de manera significativa en su
proceso de aprendizaje, en este caso del idioma inglés.

Palabras clave: Práctica docente, desarrollo profesional, desarrollo personal.


Abstract
This article arises from recognizing the importance that represents the practicum in
the professional and personal development of teachers, highlighting their role in the
developmental process of students. This article considers the challenges for the teachers when
assuming the role of educators, the rewarding experiences gained through this process, and
the results that fill teachers with great satisfaction and pride which significantly responded to
the needs of each student during their learning process, in this case, of English language.

Key words: Practicum, professional development, personal development.

INTRODUCCIÓN

Se podría decir que la práctica docente es uno de los procesos más difíciles e importantes
en la formación de educadores, ya que demanda que el profesor en formación ponga en
práctica todo lo aprendido durante su carrera profesional y garantice el efectivo aprendizaje
de sus estudiantes.

La práctica docente permite a los practicantes desempeñar su futura profesión, aprender y


pasar a la acción, creciendo personal y profesionalmente.

Un punto a resaltar es que la docencia implica más que la transmisión de conocimientos del
educador hacia los alumnos. Muchos piensan que el trabajo del maestro es fácil. Hacer
dictados, exámenes y actividades sacadas de un libro, el cual, en la mayoría de los casos está
totalmente descontextualizado y no es muy apropiado para los estudiantes. Pero las buenas
prácticas de docencia van más allá.

Un buen docente debe estar preparado para asumir su rol el cual implica mucho más que dar
órdenes y asignar calificaciones. Primero que todo, el docente debe conocer a sus
estudiantes, sus fallas y puntos fuertes. Si conoce a sus estudiantes, sabrá qué áreas necesitan
refuerzo y en qué momento se puede avanzar. Sabrá diseñar estrategias adecuadas para la
clase y así desarrollar las habilidades y conocimientos de sus alumnos. Un buen profesor
entonces es capaz de planear, solucionar problemas y avanzar al cambio, cumpliendo así con
el más arduo trabajo, el cual es cambiar mentes y formar personas. Porque en el aula de clases
los profesores asumen el rol de enseñantes, líderes, ejemplos a seguir y formadores, en otras
palabras, ser padres a medio tiempo.

Para lo anterior es necesario conocer e identificar las concepciones sobre lo que realmente
implica la práctica docente y su relación con el desarrollo personal y profesional de los
profesores, lo cual será presentado en este artículo.

LA PRÁCTICA DOCENTE

Para dar comienzo a este artículo es necesario conocer la definición de los conceptos
de docencia y práctica.

La docencia se entiende como la acción de enseñar y formar. “La docencia suele identificarse
(en su sentido más tradicional) con un proceso de transmisión de información, haciendo
recaer toda la responsabilidad del proceso en el docente y en su saber, y relegando el papel
del estudiante a ser un receptor pasivo de la información transmitida” (Gaitán, Jaramillo,
2003, p.18).

Por otro lado, la práctica es la ejecución de acciones de acuerdo a ciertos conocimientos. En


el caso de la práctica docente, los maestros son quienes ejercen la docencia como rol principal
y ponen en práctica sus conocimientos durante su estadía en un institución educativa. Tras
haber cursado varios semestres de una carrera profesional, los alumnos deben realizar la
práctica docente, en la cual deben aplicar los conocimientos adquiridos a lo largo de su vida
académica y desempeñar el rol de docentes dentro de un centro de aprendizaje.
Se debe destacar que actualmente, la docencia tiene un sentido mucho más amplio y no se
enfoca solamente en la transmisión de conocimientos de maestros a alumnos, como si los
estudiantes fueran jarrones vacíos y los profesores estuvieran encargados únicamente de
llenarlos con conocimiento. Ahora, los profesores son vistos también como mediadores y
facilitadores en el proceso de aprendizaje de sus estudiantes y los alumnos tienen un rol más
activo en estos procesos, siendo así también los responsables de su desarrollo académico.

En este sentido, la práctica docente representa un desafío tremendo para los profesores en
formación ya que no solo se espera que transmitan sus conocimientos a sus estudiantes sino
también que se garantice que sus estudiantes aprendan efectiva y significativamente. El
desafío más grande se encuentra a la hora de preparar la primera clase. Como practicantes,
es difícil planear clase para sus primeros estudiantes ya que no se los conoce, no se está
seguro de sus conocimientos y básicamente se debe crear todo en base a una clase imaginaria,
ya que todo está basado en suposiciones; se supone que este grupo de estudiantes tienen el
nivel esperado, se supone que sean capaces de dejar al maestro dictar su clase sin ninguna
clase de interrupción a causa de la indisciplina, se supone que los estudiantes entiendan al
profesor fácilmente, se supone que el profesor se haga entender y se espera que el profesor
se adapte a su futura profesión.

Otro punto difícil para un profesor novato es planear su primera clase y anhelar que todo
salga como lo planeo, llegar al salón el siguiente día y encontrarse con la sorpresa de que su
plan no funcionara, de que sus alumnos no han alcanzado el nivel esperado según el grado
en el que están, que los estudiantes no entienden las actividades o que si entienden pero el
profesor es incapaz de llevar a cabo su clase debido a que tiene dificultades manejando el
grupo, especialmente cuando tratamos con niños de básica primaria a los cuales se les debe
mantener atentos y motivados cada minuto de la clase. El reto es grande cuando hablamos de
mantener activa una clase de más de 40 estudiantes de diferentes habilidades, niveles de
conocimiento y personalidades.

Desde mi experiencia personal, la primera clase fue un caos. Tenía planeada la clase y los
temas a desarrollar, tenía los materiales preparados para llevar a cabo lo planeado. MI clase
consistía de 42 estudiantes de cuarto grado de básica primaria de un colegio público cuyas
edades oscilaban entre los 9 y 10 años de edad. Entré al salón de clases y miré a niños
corriendo y saltando por todo el salón. Me tomó bastante tiempo hacer que los alumnos
vuelvan a sus asientos hasta que el profesor encargado del grupo vino al rescate. El director
de grupo me acompañó la primera clase. Pude presentarme y conocer el nombre de cada uno
de mis alumnos. Al comenzar la clase me di cuenta que los estudiantes tenían conocimientos
muy vagos sobre el idioma inglés. No pude llevar a cabo mi lección y tuve que planear algo
más. Se podría decir que comenzamos desde cero. En las siguientes clases estuve sola con
mis alumnos y fue otro reto más. Siempre me era difícil dictar mi clase, clarificar dudas,
responder preguntas y controlar la disciplina al mismo tiempo durante dos horas seguidas.
Me frustraba y estresaba absolutamente todo. Tuve estudiantes bastante indisciplinados,
estudiantes rebeldes, estudiantes muy aplicados, estudiantes introvertidos, extrovertidos, etc.
y me costó bastante trabajo llegar al corazón de todos mis alumnos. Tuve que cambiar mis
planes, desarrollar nuevas estrategias y métodos de enseñanza que se acomoden a las
necesidades de mis alumnos y al final pude cumplir mis objetivos, lentamente pero
satisfactoriamente.
Finalmente, los métodos de enseñanza tradicionales aplicados por los profesores de la
institución donde trabajé fue otro obstáculo para mí. Los profesores tenían una mentalidad
‘chapada a la antigua’, y tenían la creencia de que la letra con sangre entra. En mis primeras
clases, los profesores que me acompañaban gritaban a los alumnos y no permitían que
hablaran libremente.

En cierto modo, era de admirar sus habilidades en cuanto al manejo de grupo pero me era
bastante difícil aceptar sus comentarios y consejos. “Si no le hacen caso, golpee el pupitre
con la regla para que la escuchen” “dígales que mantengan la boca cerrada” “los que hablen
se salen del salón” “los que se rían tienen puntos menos”. Luego tuve la oportunidad de
llevar mis clases sin acompañamiento y pude enseñar lo que me parecía conveniente, y de la
forma que yo quería, la cual era bastante diferente a la de los demás profesores de la
institución.
No me gustaba callar a mis estudiantes y mucho menos restarles puntos por reírse o charlar
con sus compañeros. Los niños estaban asustados pero luego de unas cuantas clases se
desenvolvían más y más fácil en el salón y se sentían cómodos hablando inglés. Es cierto que
muchas veces tuve que llamarles la atención pero nunca tuve la necesidad de gritarles u
ofenderlos. Los estudiantes se sentían felices con los temas aprendidos en cada clase, alzaban
la mano durante las lecciones sin ningún miedo y aprendían rápidamente.

Debido al estrecho vínculo docente-estudiante desarrollado en mis clases, los estudiantes me


contaban sobre sus vidas, lo cual me dio un amplio conocimiento para diseñar mis actividades
y conocer sus necesidades, me consultaban sobre canciones en inglés, me traían cuentos en
el mismo idioma para que se los tradujera.
Figura 1. Estudiantes cuarto grado durante la clase de inglés, I.E.M Ciudadela
Educativa de Pasto, Junio 24, 2016.

Si avanzábamos en la clase y se comportaban, al final jugábamos con el vocabulario


aprendido, cantábamos en inglés, etc. Entonces me di cuenta que los niños no necesitaban
regaños y malas calificaciones, sino apoyo emocional y felicitaciones por su trabajo sea cual
sea el resultado. Al final, hasta el alumno más problemas de aprendizaje logró salir adelante
y yo logré encajar en su mundo.

Como se ha visto la práctica docente es mucho más que llegar a un aula y dictar clase. Esto
implica, conocer, planear, observar, cambiar y trabajar arduamente para satisfacer a nuestros
estudiantes.
DESARROLLO PERSONAL Y PROFESIONAL: ESTUDIANTES Y PROFESORES

Dongil y Cano, (2014) en su artículo ‘Desarrollo Personal y Bienestar’, entienden el


desarrollo personal como un proceso en el cual intentamos incrementar nuestras habilidades
y alcanzar los objetivos que nos hayamos planteado con base a nuestros deseos de superación.
Muchos deseamos mejorar nuestras habilidades físicas, musicales, intelectuales, etc. En otras
palabras, deseamos ser más ‘atractivos’, ‘inteligentes’, ‘fuertes’, etc. y nuestro desarrollo
depende de cada grupo social o de nuestra personalidad.

Por otro parte, con desarrollo profesional nos referimos al incremento de nuestras habilidades
pero precisamente en el ámbito del trabajo.

“Desarrollo profesional significa el proceso de crecimiento en la vida ocupacional de todo


profesional. Este proceso comprende todas las actividades que enriquecen profesionalmente
al individuo desde que es empleado, luego de su graduación, hasta el momento de su retiro o
jubilación" (Hernández, 2000).

Hablamos de desarrollo profesional cuando entramos en una fase de crecimiento en nuestro


trabajo y nos sentimos satisfechos por haber cumplido objetivos importantes o por nuestro
desempeño laboral, al obtener ascensos, estímulos económicos como bonos y aumentos
salariales y estímulos afectivos como felicitaciones y reconocimientos públicos.

El hecho de haber pasado por el proceso de enseñanza mediante la práctica docente, hace que
los profesores en formación obtengan una visión más realista de su futura profesión y que
algunos de ellos se sientan realizados y otros decidan tomar un camino diferente.
La práctica docente es un punto importante para el desarrollo personal y profesional de los
profesores en formación ya que “las experiencias obtenidas de la acción, de la asunción de
responsabilidad real y del enfrentamiento a problemas concretos, aportan realmente
competencias que la mejor enseñanza jamás será capaz de proporcionar” (Lévy-Leboyer,
1997). El hecho de pasar del conocimiento a la acción mediante la práctica docente aporta
significativamente al desarrollo personal y profesional de los docentes ya que la experiencia
es el mejor de los maestros.
La práctica docente aportó bastantes puntos a favor para mi desarrollo profesional y personal.
Desarrollé mis habilidades de planeación, manejo de grupo, diseño de actividades didácticas,
diseño de estrategias y métodos de enseñanza-aprendizaje, aprendí a enseñar, a promover la
creatividad, el pensar crítico, aprendí a ganar y saber perder. Se vale fallar. Como Thomas
Edison dijo una vez, “No fracasé, sólo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una
bombilla”. Además, aprendí que nunca se termina de aprender, que enseñamos y aprendemos
continuamente. También desarrollé paciencia, confianza en mis conocimientos, empatía con
los estudiantes y lo más importante, amor por la docencia, desarrollé vocación.

CONCLUSIÓN
La práctica docente es uno de los procesos más significativos dentro de la vida de un
maestro. Es el periodo en el cual el docente en formación debe demostrar sus conocimientos
y enfrentar nuevos retos.
Como se dijo anteriormente, la práctica docente implica más que transmitir conocimientos.
Esta requiere formar personas y cambiar mentalidades. La práctica docente marca nuestras
carreras universitarias y el punto en el que debemos pasar a la acción y si así lo deseamos…
hacer historia también.
La práctica docente aporta significativamente al desarrollo personal y profesional del maestro
en formación. La única forma de conocer si sabemos y aplicar lo que conocemos es la
experiencia, la puesta en práctica. Después de todo sabemos que la práctica hace al maestro.
Durante mi estadía en el colegio, aprendí bastantes cosas del proceso de enseñanza y de mis
estudiantes. Logré hacer un pequeño cambio en la vida académica de ellos y finalice mi
práctica con la mano en el corazón, esperando que el conocimiento que inculque en mis
alumnos los acompañe por siempre.

“La mayoría de nosotros no tenemos más de cinco o seis personas que nos recuerdan. Los
maestros tienen miles de personas que les recuerdan por el resto de sus vidas”
-Andy Rooney
BIBLIOGRAFÍA

Dongil, E., & Cano, A. (2014). Desarrollo Personal y Bienestar. Consultado el 20 de Junio
de 2016 de
http://www.bemocion.msssi.gob.es/comoEncontrarmeMejor/guiasAutoayuda/doc
s/guia_desarrollo_personal_y_bienestar.pdf

Cintrón, I. (2011, Mayo 25). Guías de Investigación / research guides. Administración de


Servicios de Información. Desarrollo Profesional. Consultado el 20 de Junio de 2016 de
http://upr.libguides.com/content.php?pid=203069&sid=1696812

Gaitán, C., Martínez, D., Gatarayiha, G., Romero, J., Saavedra, M., & Alvarado, P.
(2005). Caracterización de la práctica docente universitaria. Consultado el 20 de Junio de
2016 de http://www.javeriana.edu.co/biblos/tesis/educacion/tesis11.pdf

También podría gustarte