Zavala Virginia - Racismo Y Lenguaje
Zavala Virginia - Racismo Y Lenguaje
Zavala Virginia - Racismo Y Lenguaje
Editoras
RACISMO Y LENGUAJE
FONDO
EDITORIAL
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA d e l perú
Racismo y lenguaje
Virginia Zavala y Michele Back, editoras
Agradecimientos 9
9
In t r o d u c c i ó n : l a p r o d u c c i ó n d i s c u r s i v a
d e id e n t id a d e s r a c ia l iz a d a s
Virginia Zavala
Pontificia Universidad Católica del Perú
Michele Back
Universidad de Connecticut
1. L a n o c i ó n d e r a z a y l a p e r v i v e n c i a d e l r a c i s m o
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R a c is m o y l e n g u a je
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Introducción /Virginia Zavala y Michele Back
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2 . E l r a c is m o e n e l P e r ú
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Introducción /Virginia Zavala y Michele Back
de uno contra sí mismo (pp. 17-18). Para este autor, el sujeto discri-
minador y el sujeto discriminado se diluyen, pues ya no pueden ser
identificados con una geografía, una ocupación, una lengua, un estatus
social o un mundo cultural determinado (p. 18). De esta manera, la
complejidad de esta ideología y la diversidad de las víctimas produce
un racismo asolapado y escondido que suele pasar desapercibido para
muchos peruanos (Bruce, 2007).
Recientemente, se han producido debates sobre la utilidad de
seguir empleando el término racism o en el Perú (Rochabrún, Drinot
& M anrique, 2014). Autores como Rochabrún proponen que este tér
mino es problemático y que no debe ser usado para describir las prácticas
discriminatorias en el Perú. Se trataría de un término sin un contenido
analítico preciso. Otros como Drinot, con el cual coincidimos, pun
tualizan que solo este término tiene el peso semántico necesario para
describir el fenómeno adecuadamente. Tal como lo hemos mencionado
en la primera parte de este capítulo, la noción de raza es inestable y no
puede articular una definición universal. No obstante, esta «vacuidad
de la raza» y su «fuerza nómada» (De la Cadena, 2008) no lim itan la
noción, sino que la potencian y le posibilitan la capacidad de infiltrarse
en formas locales de organizar diferencias. En el Perú, la categoría de
raza sigue ejerciendo poder a partir de prácticas racistas que se rein-
ventan constantemente con mucha fuerza. Una historia de siglos de
opresión contra indígenas y otros grupos minorizados, combinada con
las ventajas socioeconómicas y los privilegios que actualmente detenta
la mayoría de peruanos que intenta identificarse como «blanco», nos
permite concluir que la raza — más allá del color de la piel— subyace
a las prácticas discriminatorias en el país. Después de todo, sabemos
que en las taxonomías latinoamericanas el fenotipo «entra y sale»
y que la «blancura» se puede adquirir a través de procesos sociales
(De la Cadena, 2008).
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3 . L e n g u a je y r a z a
El uso que hacemos del lenguaje como parte de prácticas sociales cumple
un rol activo en la vida cotidiana (Burr, 1995; Shi-xu, 2005). De hecho,
el lenguaje constituye nuestra herramienta primaria para representar y
negociar la realidad social y juega un papel central en estos procesos de
construcción de identidades a través del habla. Cuando interactuamos
por medio del lenguaje, siempre nos posicionamos a nosotros mismos y
a otros sobre la base de categorías identitarias vinculadas con el género,
la clase, la raza, la cultura, entre muchas otras. No se trata, sin embargo,
de identidades autónomas o independientes, sino de identidades que
siempre adquieren significado social en relación con otras posiciones
disponibles y otros actores sociales. Es por esto que se señala, precisa
mente, que la identidad es un fenómeno relacional. Bucholtz & Hall
(2005) plantean el valor analítico que tiene que abordar la identidad
como un fenómeno relacional y sociocultural que emerge y circula
en los contextos discursivos locales de la interacción y no como una
estructura estable que se localiza primariamente en la psicología indivi
dual o en categorías sociales fijas. Desde esta perspectiva, la identidad
implicaría el posicionamiento social del yo y del o tro .
El estudio del pensamiento racial y del racismo no puede dejar de
tomar en cuenta esta dimensión discursiva como un proceso público a
través del cual se construyen identidades racializadas de manera progre
siva y dinámica (ver Howard 2009 para los Andes). Después de todo,
solo podemos acceder a los mecanismos de construcción identitaria a
través del análisis de un conjunto de acciones que desarrollamos con el
lenguaje. Recientemente, ha surgido un campo de estudio interdiscipli
nario denominado R aciolinguistics (Alim, Rickford & Ball, 2016), que
ha empezado a reconocer el rol central que tiene el lenguaje en los pro
cesos de racialización y en la formación de las identidades etnorraciales.
Creemos que, en el Perú, la investigación en torno a la raza y al racismo
también podría beneficiarse de una perspectiva de análisis discursivo en
el marco del estudio del lenguaje como práctica social.
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ambiguo, pues cualquier enunciado que se diga siempre tiene una natu
raleza multirreferencial, en el sentido de que puede significar muchas
cosas diferentes dependiendo del contexto. Por lo tanto, para estu
diar las prácticas racistas, el lenguaje debe conceptualizarse como una
práctica. No debe asumirse como un sistema abstracto con significados
encapsulados a nivel del sistema y aislados de la interacción cotidiana,
sino como a ccion es desarrolladas en contextos específicos y a partir de
las cuales se h a cen y se logran cosas en la sociedad. La acción no se logra
con lo que se dice sino con lo que se hace a partir de lo que se dice.
Otra relación que se establece entre lengua y raza es a través de
las ideologías lingüísticas, entendidas estas como las redes de creencias
sobre el lenguaje que posicionan a los sujetos dentro de un orden social
(Irvine, 1989; Kroskrity, 2000; Schieffelin, Woolard & Kroskrity,
1998; Silverstein, 1979). Las opiniones sobre las lenguas, las variedades
de una lengua o formas específicas de usar el lenguaje se racializan, en
el sentido de que evocan características raciales de manera implícita
(Shuck, 2006). Esto ocurre, por ejemplo, con el fenómeno del moto-
seo, pues las creencias sobre la interferencia vocálica en el español de los
quechuahablantes se racializan y se utilizan para posicionar al otro como
«indio», con todas las características peyorativas que eso implica en un
país como el Perú (Zavala & Córdova, 2010). De esta manera, se fusio
nan los cuerpos racializados con una supuesta «deficiencia» lingüística
asumida como objetiva, que termina legitimando la discriminación sin
caer en lo políticamente incorrecto (Flores & Rosa, 2015).
En resumen, entonces, lo central en el discurso racista no radica
en su contenido sino en el poder que ejerce (Bailey, 2010). Se trata
de un tipo de discurso que tiene el efecto de establecer y reforzar rela
ciones de poder opresivas entre distintos grupos sociales. El discurso
racial sostiene y legitima un ejercicio del poder que sustenta formas de
dominio. De hecho, podemos encontrar muchos contenidos que, por
lo general, se usan en la práctica social de formas racistas y sobre los
cuales no hay mucha duda de que efectivamente lo son. No obstante,
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1 Los investigadores de los espacios virtuales notan que internet en el siglo 21, también
llamada la Web 2.0, se distingue de sus primeros años (la Web 1.0) a partir de un alto
nivel de participación comunitaria, generación de contenido compartido e inteligencia
colectiva.
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5 . L o s CAPÍTULOS
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« S o m o s u n a r a z a d i s t i n t a q u e p u e d e l o g r a r l o t o d o »:
e m p r e n d im ie n t o , e d u c a c ió n y n u e v a s c o n c e p c io n e s
r a c ia l e s en e l P e r ú n e o l ib e r a l
Leonor Lamas
Pontificia Universidad Católica del Perú
S u m il l a
El presente artículo tiene como objetivo explorar las formas en que las
distinciones históricas de raza siguen reproduciéndose en el Perú bajo
argumentos meritocráticos vinculados al acceso a educación, el éxito
profesional y el desarrollo de aptitudes de liderazgo. Esto se produce
en un contexto de auge neoliberal en el que el «emprendedurismo» se
consolida como ideal de peruanidad y ciudadanía, y en el que el cre
cimiento económico y de las clases medias transforma y difumina las
barreras entre grupos sociales. En un contexto como tal, las gramáticas
raciales no se anulan, sino que se transforman para calzar con las ideo
logías que enaltecen el mérito y la libertad del individuo. La propuesta
de este trabajo es, de este modo, que el emprendimiento estaría cum
pliendo el papel que tuvo la decencia en el siglo XIX para legitimar y
naturalizar distinciones entre un nuevo sujeto «emprendedor», urbano,
mestizo y de clase media, frente a su «pasado» rural e indígena y las
élites empresarias de la capital. Para abordar esta problemática este tra
bajo se basa en el análisis de dos anuncios publicitarios de la segunda
universidad privada más grande del Perú, así como de información
etnográfica recogida por la autora en esta misma institución.
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IN TRO DUCCIÓ N
Corría el verano del año 2012 cuando apareció por primera vez en las
calles y plazas de Chiclayo un sencillo e impactante eslogan publicita
rio: «Somos una raza distinta que puede lograrlo todo». A diferencia
de lo que podría esperar un espectador extranjero, el mensaje no había
sido colocado ahí por ningún grupo extremista que recuperase el pen
samiento racial eugenésico de principios del siglo XX. Después de todo,
proponer abiertamente la superioridad biológica de un grupo sobre otro
suena anacrónico incluso en el Perú, donde el discurso oficial más bien
reivindica la identidad mestiza del país1. Por el contrario, el mensaje
formaba parte de una nueva campaña con la que la Universidad César
Vallejo (UCV) — la segunda universidad privada con mayor alumnado
del país2— promocionaba por ese entonces su examen de admisión de
verano a nivel nacional.
La popularidad de la campaña no se hizo esperar. El estribillo de la
raza distinta saltó a la televisión nacional en spots publicitarios en los
que se escuchaba la voz de su fundador César Acuña Peralta dando la
bienvenida a la U CV a aquellos que como él conformaban esta nueva
«raza» de emprendedores. Como resultado, la filial de Chiclayo de la
UCV recibió ese semestre casi el doble de postulantes que el año ante
rior. Si bien este éxito en matrículas tuvo que ver con la gran cantidad
de recursos que se invirtieron en esta nueva campaña, no se puede
negar que hubo algo en el polémico mensaje que empató con las expec
tativas de los jóvenes postulantes universitarios de una manera en la que
no lo habían hecho otras universidades. Y es que además de progreso
1 Como bien ha sido analizado por Gisela Cánepa (2012), la última década de creci
miento económico ha ido acompañada de intentos por redefinir la identidad nacional
en términos de una «marca». La Marca Perú se ha sostenido en buena medida en la
revalorización del mestizaje y la mezcla, defendidos como la base de nuestros productos
bandera, entre ellos la gastronomía.
2 II Censo Nacional Universitario (Instituto Nacional de Estadística e Informática, 2011).
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1. ¿P o d e m o s s e g u i r h a b l a n d o d e r a z a ?
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6 Este término acuñado por Michel Foucault (1988, 2007) hace referencia a las estra
tegias de control poblacional de los estados modernos.
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Así pues, en la primera mitad del siglo XX, el reclamo por edu
cación de los indígenas mostraría una demanda por emancipación o
ciudadanía, que no pasaba por el abandono de sus costumbres ni for
mas de vida9. Desde su comprensión, no existía una diferencia radical
entre participar de una sociedad moderna y el hecho de mantener cos
tumbres y tradiciones que los unían como comunidad. Por lo tanto, la
herramienta de la educación era reapropiada de acuerdo a sus propios
objetivos políticos, con los que se mezclaron órdenes y la creación de
oxímoros como el de «indígena universitario»10. Con todo ello, se cues
tionó los regímenes que permitían la existencia de distinciones radicales
como las raciales.
Ahora bien, ¿el reclamo por educación superior hecho por César
Acuña y la Universidad César Vallejo está formulado en la misma
clave? ¿Esta demanda resulta en una subversión efectiva de la distribu
ción del poder y cuestiona la estructura basada en distinciones de tipo
racial? En general, ¿qué implica para los alumnos de la U CV acceder a
educación universitaria? Ahora que tenemos varias herramientas para
contextualizar estas respuestas, detengámonos a observar con mayor
detalle las características de esta institución y analicemos sus llamados a
formar parte de una nueva «raza».
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3. U n iv e r s id a d C é s a r V a l l e jo : u n a u n iv e r s id a d em pren dedo ra
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13 Según cifras extraídas del último censo universitario, más de dos tercios de la com
posición estudiantil en esta universidad proviene de los sectores socioeconómicos C y
D, y han asistido a escuelas públicas. A lo largo de mi estadía como estudiante por tres
meses en la UCV en Chiclayo, pude notar además que la mayoría de mis compañeros
de aula provenían de provincias de la sierra y selva norte, o de las comunidades agrícolas
que rodean Chiclayo y Lambayeque. La mayoría de ellos tenían padres dedicados al
comercio o a la agricultura, y eran los primeros en la historia de sus familias en acceder
a educación superior.
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14 A fines de la década de 1980 se hicieron célebres los trabajos del Instituto de Estudios
Peruanos sobre migración andina en Lima, que propusieron al emprendedurismo como
una de las características de los «nuevos» limeños (Adams & Valdivia, 1991; Degregori,
Blondet & Lynch, 1986; Golte & Adams, 1990). Posteriormente, Arellano (2010)
ha insistido también en la capacidad de los sectores «emergentes» que conforman las
nuevas clases medias, para hacerse a pulso de un espacio en el imaginario capitalino a
través del mercado. La identidad emprendedora también es una parte constitutiva de
los nuevos intentos de definición nacional, como lo demuestran las campañas de Marca
Perú (Cánepa, 2012) o la más reciente de la institución financiera Mibanco, que con
sistió en la reinterpretación de la célebre canción C holo Soy en una variante más festiva
y emprendedora.
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15 Este ha demostrado además ser el norte de las universidades alrededor del mundo
a raíz del proceso de mercantilización que afecta a la educación en los últimos años.
Además, ver Olssen & Peters, 2005.
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4 . A n á l is is d e s p o t s p u b l ic it a r io s
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«Somos una raza distinta que puede lograrlo todo» «Somos una raza distinta que
no se conforma»
«Somos una raza distinta que
no tiene miedo a equivocarse»
«Somos una raza distinta que
no tiene miedo a empezar todo
de nuevo»
«Los alumnos del colegio X
son una raza distinta»
«Somos una raza distinta»
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4 .1 . « S a l ir a d e l a n t e »
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A juzgar por las expectativas que logré identificar entre los alumnos
y profesores con quienes conviví por un semestre, estas son también las
metas hacia las que se impulsa a los estudiantes a lo largo de sus carreras
universitarias. Cualquiera sea la especialización seguida, los alumnos
son alentados a pensar en ellas como el punto de partida de una carrera
empresarial independiente. Por su parte, los jóvenes consideran a la
educación superior como la clave para acceder a un puesto estable y
formal en el mercado laboral, que les permita capitalizarse para luego
abrir un negocio propio. Trabajar para uno mismo —sin recibir las
órdenes de nadie— tiene en sus explicaciones una connotación moral
importante. Significa ser dueño de su propia vida, del manejo de los
tiempos y de la toma de decisiones, es decir, permite al individuo asu
mir plenamente su libertad, derecho que se puede ver restringido como
empleado de una organización o como dependiente de un Estado his
tóricamente ineficiente.
Así pues, «salir adelante», aunque puede resultar un horizonte ambi
guo en el eslogan analizado, está vinculado en el discurso de la U CV
y de sus estudiantes con la posibilidad de acceder a un diploma y de
inaugurar una empresa propia, independiente y formal, a través de la
cual puedan acceder al prestigio, estabilidad, libertad y bienestar16.
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El deseo por alcanzar esta meta es el que define a los miembros del colec
tivo convocado y el criterio a partir del cual se deja fuera a los demás.
Ahora bien, el uso del verbo modal «querer» para conectar al sujeto
evocado con sus metas personales y profesionales hace suponer que la
clave para lograr estos objetivos se encuentra en la actitud de superación
y la asertividad, valores a cuyo fortalecimiento se dedica la mayoría de
cursos de formación integral que brinda la U CV en los primeros ciclos.
Los eslóganes secundarios insisten en este aspecto. Los que quieren salir
adelante no se distinguen por características objetivas y observables,
sino porque «no se conforman», «no tienen miedo de luchar por sus
sueños», «no se rinden» o «no conocen el mínimo esfuerzo». Es decir,
son valientes, perseverantes y trabajadores. Del individuo y del cul
tivo de estas aptitudes intangibles depende alcanzar el ansiado éxito,
haciendo de «salir adelante» un horizonte — en buena medida— con
dicionado por la voluntad de los estudiantes y egresados para perseguir
sus metas.
Esta idea se ve reproducida en los argumentos utilizados por los
profesores y directivos cuando en entrevistas se les confrontaba con
la baja calidad de la educación impartida y la mala reputación de la
U CV en el mercado laboral. Para ellos, estas desventajas no deben ser
comprendidas como obstáculos infranqueables, sino como retos que
corresponde superar a los verdaderos emprendedores. En sus palabras,
«la universidad no hace al estudiante, sino que el estudiante hace a la
universidad» (Seclén, 2013), lo que deja claro que es el esfuerzo de
estos últimos y no el peso de su título lo que determinará la selección
en una convocatoria laboral. Así pues, esta celebración de la fortaleza
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4 .2 . « R a z a d is t in t a »
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«Solo para los que Afirmativo Para los que quieren salir adelante
quieren salir adelante»
Para los que se ganan la vida
Negativo Para los que no se rinden
Para los que no ponen excusas
Para los que no se conforman
Para los que no están en el taco del barrio
Para los que no pasan los pasajes de la semana
Para los que no conocen el mínimo esfuerzo
Para los que no pierden el tiempo en el p la y
«Somos una raza AfirmativoQue puede lograrlo todo
distinta»
Negativo Que no se cansan
Que no piensan que no pueden más
Que no tienen miedo a equivocarse
Que no se dan permisos
Que no tienen miedo de comenzar todo
de nuevo
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Existe una raza distinta. Una raza que no se rinde, que se autoexige.
Seres con coraje, que no se dan permisos, que no tienen miedo a
equivocarse ni a comenzar todo de nuevo. Quizás se cansen, qui
zás sientan que no pueden más y que mejor es rendirse. Pero no
lo van a hacer, porque son una raza distinta (spot televisivo de la
campaña 2).
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Para otros, sin embargo, sobre todo para aquellos que provenían de
las comunidades campesinas aledañas o de otras regiones de la sierra
y selva norte, el conformismo no solo era un defecto individual, sino
una característica generalizable a aquellos paisanos que optaron por
quedarse en sus lugares de origen. La breve historia de vida de Javier,
uno de mis informantes clave durante el trabajo de campo, muestra
la manera en que la etiqueta de «conformista» puede servir como tec
nología de inferiorización, pero también todas las contradicciones y
ambigüedades vinculadas a este proceso.
5 . J a v ie r
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18 El «perro del hortelano», según un dicho popular, es aquel que «no come ni deja
comep>. Con este término el expresidente del Perú Alan García se refirió en un artículo
publicado en el diario El C om ercio a las comunidades indígenas que se resistían a la ins
talación de proyectos de extracción en sus territorios, pero que al mismo tiempo, según
él, no hacían uso eficiente de los recursos por su «ociosidad e indolencia» («El síndrome
del Perro del Hortelano», El Com ercio, 28 de octubre de 2007).
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Entre los objetivos que a él le gustaría lograr como joven líder resalta
la revalorización identitaria, para evitar que los jóvenes se avergüencen
de sus orígenes. En su discurso, esta recuperación de la identidad se
confunde perfectamente con una reivindicación racial y un combate
contra la discriminación. Sin embargo, la defensa de Javier no se realiza
sin antes posicionarse claramente fuera del costal de los discriminados.
C o n c l u s io n e s
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para cada uno de los regímenes que les dieron forma; la adquisición
tanto de la decencia como del emprendedurismo se realiza entre otros
medios a través de la educación y contribuyen a naturalizar la inferiori-
zación de otros grupos humanos y la desaparición de sus legados.
El emprendedurismo, sin embargo, se presenta como una tecnolo
gía aún más perniciosa y eficiente al lograr estos objetivos, pues además
de establecer la distinción entre unos y otros, logra responsabilizar a
los excluidos de la condición en la que se encuentran. En el nombre de
esta filosofía, el poblador rural e indígena es discriminado del proyecto
de nación empresarial, no solo debido a su color de piel, costumbres,
tradiciones o cualquier otro atributo arbitrariamente elegido, sino por
su propia dejadez y enquistado conformismo. La responsabilidad cae
sobre el individuo y esto invisibiliza aún más las estructuras de domi
nación que permiten esta realidad de exclusión.
Otra característica que distingue la racialización emprendedora de
aquella basada en la decencia es que, en el primer caso, el énfasis en el
esfuerzo, en el camino y la trayectoria hacen necesaria la existencia de
un punto de partida desde el cual es preciso avanzar o «salir adelante».
Venir «desde abajo» es, en un contexto gobernado por la ideología del
emprendimiento, un capital político y cultural importante, pues es evi
dencia de esfuerzo y perseverancia. A ello se debe que cada vez resulte
más común que personalidades enfaticen sus orígenes humildes para
legitimarse como líderes. Esto sucede claramente con la candidatura de
César Acuña, quien constantemente recuerda a sus votantes sobre su
historia de vida, iniciada en un pueblo rural de Ayaque en Cajamarca,
o en el discurso de los estudiantes de la UCV como Javier, quien aprecia
y está orgulloso de su pueblo natal, en el cual establece el inicio de su
propia épica de éxito.
Sin embargo, esta reivindicación del «pasado» pobre o indígena es
posible solo en cuanto sirva como punto de partida de una historia
que termina en éxito y distinción. Solo así se entiende que Javier, a
pesar de demostrar añoranza por su terruño, busque distanciarse a toda
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R a c is m o y l e n g u a je
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Somos una raza distinta que p u ed e lograrlo todo / Leonor Lamas
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In t e r a c c i ó n s o c i a l y r a c i s m o
en el t r a n sp o r t e p ú b l ic o p e r u a n o
Margarita Huayhua
University of Massachusetts Dartmouth
S u m il l a
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In t r o d u c c ió n
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3 Kinzler & Dautel (2011) muestran que el lenguaje puede ser un marcador de discri
minación social más saliente (potente) que la fisionomía visual.
4 Los datos en quechua van en cursivas. Con mayor detalle, q ’ipirina es una manta
cuadrangular para usos múltiples como llevar ropa o cargar infantes.
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Lippi-Green, 2004; M ilroy & Milroy, 1999; Pérez, Acurio & Bendezú,
20085). La mayor parte de hablantes que tienen al castellano como
segunda lengua lo hablan con el estilo propio de su lengua materna,
esto debido a que:
5 Pérez y otros (2008) explican que los hablantes se dan cuenta del sistema vocá
lico solo a través de estereotipos conscientes; sin embargo, los estereotipos no reflejan
las diferencias fonéticas reales entre diferentes tipos de hablantes de las dos lenguas
(quechua o castellano) ni de los índices sociales. Ellos sugieren que la representación
«popular» es empíricamente errónea.
6 Traducción de la autora del original: «la position articulatoire la plus fréquente est
un élément d’un style global des usages de la bouche (dans le parler, mais aussi dans le
manger, le boire, le rire, etc.), donc de l’hexis corporelle, qui implique une informa-
tion systématique de tout l’aspect phonologique du discours. Ce « style articulatoire
», style de vie qui s’est fait corps, comme toute l’hexis corporelle, constitue les traits
phonologiques» (Bourdieu, 1982, p. 90; confróntese Bourdieu, 1991, p. 86).
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7 La naturaleza de las categorías locales («nativas»), sus vínculos con teorías popula
res más amplias sobre raza y racialización y la cuestión sobre la pertinencia de su uso
como categorías analíticas por parte de los académicos van más allá del alcance de este
trabajo. Sin embargo, debemos ser cautelosos con la importación no crítica de catego
rías locales para el análisis de cómo se producen los procesos de racialización étnica y
subordinación.
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1. A n t e s y a h o r a
8 En los trenes, a los pobladores quechuahablantes solo se les permitía viajar en los
vagones que eran usados para transportar al ganado vacuno o lanar (Kintner, 1950).
9 Las combis usualmente acomodan diez a doce pasajeros, pero en realidad van sobre
cargadas en horas punta. El interior de estas mide aproximadamente 1.40 m. de alto,
así que los pasajeros que no consiguen asiento viajan encorvados.
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Interacción social y racismo en e l transporte pú b lico peru a n o / Margarita Huayhua
2 . M o v il iz á n d o s e a l p o b l a d o d e U q h u p a t a
Solo hay dos combis que ofrecen servicio de pasajeros hacia Uqhupata.
La primera de ellas parte a las 7:00 a.m. y es propiedad de Lusiku,
quien se mudó del pueblo de Pitumarca a la ciudad. En esta combi se
movilizan los pobladores de las comunidades rurales, así como también
aquellos que viven en la ciudad. La segunda combi sale más tarde y
es propiedad de un poblador de Uqhupata, M achali, quien ofrece el
servicio de transporte con el fin de agenciarse ingresos adicionales, ya
que la agricultura10 y la ganadería no le generan suficiente dinero para
educar a sus hijos.
La lengua materna de los pobladores de Uqhupata es el quechua,
mientras que la de los que viven fuera de esta zona es usualmente el
castellano. Estas otras personas son empleados del sector público
y de las instituciones privadas que operan en Uqhupata — docentes
de los niveles inicial y primaria de educación pública, empleados del
colegio dirigido por una organización no gubernamental (ONG), pro
fesionales de la salud y trabajadores municipales— . Cabe señalar que
muchos de estos individuos son bilingües (con diferentes niveles de
manejo de la segunda lengua), usualmente con marcadas caracterís
ticas fonológicas, sintácticas y semánticas de la primera lengua sobre
la segunda (Pérez, Acurio & Bendezú, 2008). Llamaré agentes a los
empleados debido a que todos están posicionados vis-a-vis los poblado
res de las comunidades a través de instituciones específicas del Estado
y las ONG.
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3 . L o s d e r e c h o s d e l p a s a je r o e n l a c o m b i : l o s m a e s t r o s
11 Durante estos viajes en la combi me senté detrás del asiento del conductor, de modo
que tenía a la vista a todos los pasajeros. Al viajar con ellos, participé en el sistema ya
que ocupaba un «asiento», pero mi labor era observar. Por lo tanto, no intervine en las
interacciones verbales o discusiones que se generaron durante mis viajes.
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4 . C o n t r a t o d e p a l a b r a 13
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5 . C a m p e s in o , c o m u n e r o : « u n l im it a d o s e r in f e r io r »
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6 . íM a n t e n ie n d o f r o n t e r a s ?
Aquí tenemos otro ejemplo de cómo las fronteras son construidas para
reclamar y pretender un estatus de orden superior. En caso de abordar
la combi de M achali, los pobladores (P) lo hacen en silencio y tratan
97
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20 Muchas mujeres han experimentado maltrato al viajar en la combi y ahora ellas tra
tan de viajar en silencio para evitar cualquier posible reclamo por parte de los agentes.
Incluso cuando los pobladores no hablan, son reconocidos por la forma en que con
ducen su cuerpo (el cual va sincronizado por —y con— el ritmo de su lenguaje) o por
signos visuales como el uso del q ’i pi (bulto).
21 Los pobladores varones también deben adaptarse a los requerimientos de los
agentes y las confrontaciones con ellos se dan usualmente en reuniones formales
y públicas. Los hombres viajan usualmente solos hacia la ciudad del Cusco y sue
len regresar a sus pueblos usando cualquier medio (por ejemplo, en camiones). Las
mujeres, en cambio, viajan hacia Cusco para comprar o vender alimentos con sus
hijos más pequeños. Si ellas pierden la combi para regresar a casa el mismo día por
la tarde, tienen que viajar al día siguiente temprano por la mañana, en cuyo caso se
encuentran con los agentes. Sostengo que las mujeres enfrentan una discriminación
adicional debido a que ellas son consideradas como las únicas que deben cumplir con
las ideas que los agentes tienen sobre los «modos de vida civilizados». Esto no solo
por parte de los agentes (hombres y mujeres), sino también, a veces, por parte de sus
propios esposos y otros pobladores. El rol de género en este acto de discriminación
merece más espacio en otro ensayo.
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22 Desde mi asiento podía ver a los pasajeros (ver figura 1) y, en general, todos podía
mos escuchar la discusión.
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25 Ella podría haber decidido enfrentar la queja del hombre, pero la experiencia colec
tiva que los pobladores han tenido en este tipo de interacciones no auspiciaba buenos
resultados.
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como personas a las que vale la pena dirigirse. Del mismo modo, decir
«se pasan estas» (línea 13) es una crítica mordaz al comportamiento de
las pobladoras por haber subido a la combi, acción que es interpretada
por los agentes como un atrevimiento.
Entre hablantes de castellano que no se conocen entre sí, el tér
mino señora hubiese sido la única forma de dirigirse a una mujer adulta.
La descripción de las pobladoras como cosas también busca resaltar que
ellas no entienden los derechos «exclusivos» que tienen los profesores
en tanto pasajeros y que, además de ello, se atreven a incomodarlos
con sus bultos. Sin embargo, los intentos de los agentes por excluir a
las pobladoras del marco de participación —al cambiar de código lin
güístico en la conversación y tratarlas como no-personas— no resultan
exitosos. Ambas mujeres responden con una mirada de sorpresa26 hacia
los agentes y una de ellas (P3) se dirige a A3 en quechua para aclarar:
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7. H a b la r c a stella n o ta m po co ayu d a m u c h o
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H ananay (línea 18) es una frase quechua que en este contexto señala
el alivio de una situación incómoda. Para P4 era difícil mantenerse de
pie debido a que la combi estaba sobrecargada y, por ello, al lograr sen
tarse, se muestra aliviada. Después de la frase en quechua, P4 expresa
en castellano su difícil situación en voz suficientemente alta como para
que A4 la escuche (confróntese Scott, 1990). El agente, un pasajero
más, se muestra irritado con la pobladora, una pasajera más, que se
ha sentado junto a él. Él la mira brevemente con un gesto desdeñoso
y de desprecio y luego dirige su mirada hacia la ventana, al parecer
desestimando la posibilidad de tomar otras medidas. Usualmente, si los
pobladores se sientan en la combi, el conductor o los otros agentes les
solicitan que cedan sus asientos y viajen parados.
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A g r a d e c im ie n t o s
Esta investigación fue posible gracias a las siguientes becas: National Science
Foundation, M ary Malcomson Raphael Fellowship, Inter-American
Grassroots, Ford Foundation y Presidential Fellowship de la Universi
dad de Rutgers. Agradezco a Gillian Feeley-Harnik, Claire Insel, Bruce
M annheim, Andrew Shryock y Tom Stephen y a los dos revisores
anónimos por sus comentarios a los borradores iniciales de la versión
en inglés.
Para esta versión en castellano agradezco a Nicolás Vargas Ugalde
por la traducción y a Virginia Zavala por sus sugerencias; así como
a mis colegas Bruce M annheim y Sergio M iguel Huarcaya por leer y
comentar esta versión traducida.
Cualquier error es responsabilidad mía.
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p o lít ic a : e l d is c u r s o d e m a r g in a lid a d e n l a
c o m u n id a d d e C h a p i, A y a c u c h o 1
Nathalie Koc-Menard
Pontificia Universidad Católica del Perú
S u m il l a
In t r o d u c c ió n
Entre 1980 y el 2000, el Perú vivió la peor violencia conocida del siglo
XX. Con la creación de la Comisión de la Verdad — luego Comisión
de la Verdad y Reconciliación (CVR)— , en 2001, se inició la investiga
ción de los crímenes cometidos durante los años de la violencia política.
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Procesos de racialización después de la violencia política / Nathalie Koc-Menard
2 Mi interés en esta región, así como mi cercanía al Informe Final, viene de mi expe
riencia como investigadora para la CVR entre los años 2002 y 2003. Como parte del
equipo de investigación fui responsable de la elaboración y presentación del informe
sobre Chungui y Oreja de Perro, que se encuentran en el Tomo V del Informe Final de
la CVR.
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Durante la guerra interna, tanto los limeños como los militares se mos
traban proclives a sospechar de quien tenía piel oscura, pelo negro o
acento quechua al hablar español. Es decir, las prácticas raciales no
necesitan ser formales o explícitas para influir en el comportamiento
del Estado, las instituciones y las personas (Lemon, 2002).
Durante mis múltiples visitas a Chapi, encontré que la mayoría de
la gente (salvo la generación de personas mayores monolingües) utili
zaba el término «marginal» para hablar de su comunidad en relación
con el Estado peruano, especialmente cuando se hacía referencia a la
época de la violencia política. Este término es utilizado para subrayar
la posición de inferioridad que ocupan las comunidades rurales en el
Perú, así como para expresar su expectativa para que sus necesidades
sean atendidas por el Estado.
Durante mi trabajo de campo, el proceso desarrollado para con
seguir que la gente hablara sobre «marginalidad» y poder explorar
los significados que comporta este uso del término no fue tarea fácil.
La gente se refiere con frecuencia a la «marginalidad», pero no siempre
desea analizar lo que expresa con esa palabra. En Chapi, solo las auto
ridades, o quienes habían migrado a la ciudad, eran capaces de explicar
y analizar los múltiples usos que daban al término «marginal». La expe
riencia de vivir como migrantes — del campo a centros urbanos y a la
costa— provocó en ellos mayor consciencia respecto al estatus inferior
en el que se les ubica. Esta situación los expuso a la discriminación, la
exclusión y el racismo, ya que su lengua materna es el quechua, proce
den de una comunidad rural y carecen de educación formal. Entonces,
son tenidos por atrasados e ignorantes. La experiencia de migrar per
mite que estas personas adquieran un conocimiento más amplio de la
sociedad peruana y del Estado, lo cual los hace proclives a ser elegidos
como autoridades cuando regresan a sus comunidades. Es así como este
grupo humano ha aprendido que la categoría de «comunidad margi
nal» constituye una categoría global que diversas instituciones, incluido
el Estado, pueden escuchar y reconocer (Canessa, 2012, p. 3).
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1. I d e o l o g í a s e i m a g i n a r i o s r a c i s t a s e n e l P e r ú
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En contraste, la costa del país y las zonas urbanas andinas, como Cusco
o Huamanga, están habitadas por criollos/mestizos que se consideran
modernos, educados, grupos que hablan bien el español y contribuyen
al desarrollo del país. Dicho de otra manera, una persona proveniente
de una comunidad rural andina puede aparecer, fenotípicamente, como
alguien que reside en la ciudad; sin embargo, que se le categorice de una
u otra forma dependerá de un conjunto de marcadores raciales que irán
apareciendo en sus interacciones diarias. Estos marcadores pueden a
veces ser controlados y modificados dentro de un proceso considerado
como esencial para el ascenso social. Por ejemplo, quienes laboran en
alguna ONG regional y tienen un origen rural se sienten superiores a
la gente del campo porque se han «blanqueado» a través de la educa
ción superior y un trabajo urbano. Por lo general, consideran que este
ascenso social implica haber logrado respeto y poder y, consciente o
inconscientemente, asumen que han adquirido un distanciamiento de
los «indios» en las comunidades rurales4 (Canessa, 2012).
Términos racistas, como «indios», son usualmente omitidos en el dis
curso diario. En lugar de ellos se tienen eufemismos como «analfabeto»,
«rural», «ignorante» o «marginal». De forma encubierta, estas termino
logías racistas subrayan diferencias jerárquicas en las esferas de la vida
social, política y cultural. La raza, de esta manera, pasa a ser uno de los
medios más determinantes de dominación. La categoría social de raza va
desde ser una clasificación de sujetos por características fenotípicas (prin
cipalmente el color de la piel) hasta una categoría que clasifica a través de
otras características como la actividad económica (campesinos, profesio
nales), la ropa, el lugar de residencia y el nivel de educación. Por ejemplo,
cuando las personas son identificadas según un nivel bajo de educa
ción son automáticamente asociadas con la población quechuahablante
rural. Por lo tanto, quienes viven en el campo son «racializados» por
los que viven en la ciudad; y, siguiendo un proceso similar, algunas
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Sierra Costa
Indígena Criollo
Pasado Presente
Tradición
Modernidad
Marginalidad
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3 . L o s m ú l t ip l e s s ig n if ic a d o s d e « m a r g in a l id a d » e n C h a p i
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de que sin educación lo único que podía hacer era trabajar en una casa.
Su primer esposo era un m ilitar que la maltrataba físicamente, incluso
cuando estaba embarazada, pues, en sus palabras, ella era una «serrana
ignorante más». Cansada de los abusos, maltratos y la discriminación
racial de la cual era objeto tanto en su entorno familiar como fuera de
este, regresó a Chapi en 1995, solo con sus dos hijos.
Para entender mejor qué intentan expresar los pobladores de Chapi
cuando afirman que son una «comunidad marginal», trabajé con Teresa
una serie de fotografías antiguas. Con esta técnica, que también uti
licé con otras personas, quería tener una idea más clara sobre quiénes
eran considerados como «marginales» y qué entendían por «comunidad
marginal». Para eso reproduje fotografías de Baldomero Alejos — un
fotógrafo instalado en Ayacucho en el siglo XX— sobre diversas personas
que no eran ni de la comunidad ni de la región. Las fotos provocaron
conversaciones intensas con Teresa, por los recuerdos que estas generaron
en ella, pero especialmente porque en sus narraciones expresaba muchas
ideas respecto de una relación de marginalidad con el Estado. Luego de
enseñarle todas las fotos, le pedí que eligiera la que mostraba a personas
que ella consideraba como «marginales.» Cuando eligió la figura 1, le
pregunté si podía ser más específica sobre su elección. Ella explicó6:
[...] esta gente es del campo. Son qalachakis (en español ‘no tienen
zapatos’) y la ciudad es tan distante para ellos... marginal, margi-
nalizados... significa que el Estado no los recuerda. El Estado los
pone en un rincón. Ningún gobierno ni nadie quiere recordar que
existen. Las comunidades, como nosotros, son marginalizadas y el
Estado se da la vuelta... como un desprecio... nadie los recuerda.
Nuestra realidad es que la gente de Chapi, el pueblo ni siquiera
sabe del gobierno. Ahora saben en cierto grado porque cierta ayuda
nos llega al campo. Pero antes... no había nada, el Estado nunca se
acordaba de nosotros. Acá somos olvidados... (Teresa).
6 Las transcripciones de las entrevistas son literales. He señalado con puntos suspen
sivos las pausas realizadas por los informantes, he considerado el uso de corchetes para
marcar los cortes de edición y, en algunos casos, se ha añadido información contextual.
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Las palabras de Teresa explican con detalle que ser una «comunidad
marginal» está relacionado con el olvido del Estado. Además, nos habla
de estar en un rincón donde el olvido se hace más fuerte. La margina-
lidad no es algo que la comunidad hace, sino que es lo que el Estado y
otros actores le hacen a la comunidad: volverla invisible. Son los demás
actores, el Estado y la sociedad, los que convierten y posicionan a Chapi
como una comunidad marginal. Cuando Teresa habla de los gobiernos,
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Como Teresa, Nelly afirma que hoy en día sus vecinos en Chapi ya
no son tontos porque muchos han tenido que migrar por la violencia
política. Nelly afirma: «¿ Upas? Ya no creo que existan más, porque casi
todos hemos salido de la com unidad... como lo hice yo, ellos tam
bién han salido. Por lo tanto ya no son upas». Dejar la comunidad,
migrar, viajar a distintos pueblos y ciudades significa exponerse a la
cultura criolla/mestiza moderna que domina las ciudades, que repre
senta y produce al Perú como moderno. Nelly considera que al dejar la
comunidad, tener que viajar y trabajar en otros lugares le ha permitido
dejar de ser «ignorante» y, por lo tanto, librarse de su condición de
sujeto marginal.
Si consideramos las citas de Teresa y de Nelly podemos explicar qué
significa ser engañado e ignorante, categorías estrechamente relacio
nadas con la ideología racial y con cómo se utiliza el discurso sobre
marginalidad. Primero, existe una relación causal entre ambas: ser
engañado depende de la ignorancia de la persona. Sin embargo, como
Nelly resalta, la gente joven que está en el colegio también puede ser
engañada por maestros y fantasías de poder, lo cual explicaría por qué
los jóvenes se sintieron atraídos hacia la política de Sendero Luminoso.
Al mismo tiempo, mientras se puede superar la ignorancia con la edu
cación formal, esta también puede superarse a través de la migración.
Dejar la comunidad enfrenta a los comuneros a una realidad diferente
en la cual tienen que aprender nuevas competencias como el español.
Segundo, cuando las personas migran, adquieren progresivamente un
conocimiento que es considerado por muchos de los chapinos como
equivalente a la educación formal7. La migración, sin embargo, tam
bién expone al migrante andino quechuahablante a la sociedad racista
que lo discrimina y que se burla de su acento cuando habla español y
que remarca su condición de ignorante, fácil de engañar y marginal.
7 Sería interesante comparar estas afirmaciones con las experiencias vividas por gente
que migró en otras zonas de la región andina.
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C o n c l u s io n e s : « c o m u n id a d m a r g in a l » c o m o d is c u r s o
g lo ba l
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B ib l io g r a f ía
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I d e o lo g ía s lin g ü ís tic a s y r a c ia liz a c ió n :
u n e s t u d io c o n a lu m n o s d e s e c u n d a r ia
e n c o le g io s lim e ñ o s 1
Ylse Mesía
Pontificia Universidad Católica del Perú
S u m il l a
1 Los datos de este artículo fueron recogidos por Mesía (2014), con la ayuda del Programa
de Apoyo a la Investigación para Estudiantes de Posgrado 2013 (PAIP). Agradezco la
asesoría de Virginia Zavala y Jorge Pérez, además de los comentarios de Luis Andrade y
Miguel Rodríguez Mondoñedo. Estoy muy agradecida con el apoyo de todos ellos, muy
en especial con el de Virginia por su constante guía y aliento para que este artículo salga
a la luz, así como con los jóvenes estudiantes que participaron en la investigación.
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In t r o d u c c i ó n
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1. M a r c o t e ó r i c o
2 En este artículo no se diferenciarán estos términos, pese a que, como señala Woolard
(1998, p. 4), haya distinciones entre ellos en las diferentes tradiciones de uso.
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Fairclough (1992) construye una teoría social del discurso que consiste
en concebir el uso del lenguaje (o el discurso) como una forma de prác
tica social. El discurso es un modo de acción que tiene repercusiones en
la construcción de identidades, de relaciones sociales entre las personas,
y de sistemas de conocimiento y creencia. El uso del lenguaje no solo
refleja la realidad, sino que también la constituye.
La psicología discursiva, que es un tipo de análisis del discurso, se
focaliza en el uso situado del lenguaje y examina cómo la gente cons
truye explicaciones en la interacción social para satisfacer propósitos
particulares. Los psicólogos discursivos sugieren que las personas uti
lizan recursos culturales compartidos — que denominan repertorios
interpretativos— para dichos propósitos. Estos repertorios les permiten
justificar versiones del mundo particulares y validar su propio compor
tamiento en una interacción (Burr, 1995, pp. 126-127). El concepto
de repertorio interpretativo además del de dilema ideológico y el de
posición de sujeto son centrales en la psicología discursiva crítica, según
Edley (2001).
Los repertorios interpretativos son maneras relativamente coheren
tes de hablar sobre objetos y eventos en el mundo, que son parte del
sentido común de una comunidad y proveen la base para el entendi
miento social compartido (Edley, 2001, pp. 198-202). Por su parte, la
noción de dilema ideológico hace alusión a que las ideologías, enten
didas como representaciones de la realidad que sustentan formas de
dominio, se caracterizan por la inconsistencia, la fragmentación y la
contradicción. Muestran que el sentido común no es unitario y que a
veces podemos tener dos repertorios interpretativos diferentes sobre un
mismo objeto social que se contradicen entre sí. Finalmente, las posi
ciones de sujeto refieren a las representaciones de nosotros mismos y
de los otros en el discurso (Burr, 1995, p. 111). De acuerdo con Edley,
estas posiciones son las identidades que se manifiestan a través de las
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2 . M e t o d o l o g ía
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3 . Id e o l o g ía d e l a « l e n g u a c u lt a »
Para «hablar bien», los del colegio estatal consideran fundamental saber
el significado de las palabras, contar con un vocabulario «culto», como
se observa a continuación:
Extracto 1
Malena: [...] mi familia es muy culta al hablar ¿no? (.) o sea te
hablan bien saben el significado de las palabras o a veces mi papá
(.) mi papá lee muchos libros [ . ] yo me siento bien ignorante al
no saber [...] qué significa esa palabra y es por eso que yo trato
5 El libro de Hildebrandt (2003) El habla culta (o lo que debiera serlo) es un best seller
y ha tenido mucho impacto en la sociedad.
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Extracto 2
Alfredo: yo pienso que también (eso es importante) [concuerda
con sus compañeros en que el que te corrijan los errores ayuda
a poder transmitir un mensaje correcto, entendible] por ejemplo
muchas veces como que nos corrigen y nos corrigen [...] para que
en un futuro (.) tu mensaje pueda ser llegado- pueda ser transmi
tido y que la persona lo capte lo reciba de de una mejor manera
de una mejor manera (.) ya que o sea (.) muchas veces como que el
uso de muletillas dequeísmos palabras mal empleadas como que
muchas veces hace que la persona que lo escucha (.) se fije más
en lo que has dicho mal o lo que lo que te has equivocado [...]
[Énfasis mío]
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Extracto 3
Alfredo: yo creo que no, no es que se hable bien o mal pero
definitivamente hay personas que nosotros este: como que las
escuchamos y sabemos que no no pronuncian bien [...] por ejem
plo se expresan mal (.) usan palabras o sea mal usadas [...] por
ejemplo eh: haiga (Ylse: ya) este: eh: por ejemplo cuando escriben
también (.) por ejemplo en redes sociales también escriben (.) eh:
por ejemplo el mal empleo del hay (Ylse: mhm) el p orq u e [...]
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4 . Id e o l o g ía d e l a « b u e n a e d u c a c ió n »
Tanto los jóvenes del colegio estatal como los del particular coinci
den en que es fundamental haber recibido una «buena educación» para
«hablar bien». Sin embargo, se encuentran diferencias en cuanto a qué
significa «educación» para cada uno de estos grupos.
Para los alumnos del colegio estatal, los que «hablan mal» son aquellos
que no han recibido un adecuado nivel de instrucción. Por otro lado,
en cuanto a quiénes «hablan bien», lo más recurrente fue la mención a
las personas que saben bastante vocabulario (ciertos profesores; el pre
mio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa; algunos familiares, como
el padre que lee, el padrino que fomenta la lectura); recordemos que
para estos alumnos «hablar bien» es saber el significado de las palabras,
usar un vocabulario «culto». En los siguientes extractos se evidencia
la creencia de que la forma de obtener la «lengua culta» es mediante la
buena educación, entendida como nivel de instrucción:
Extracto 4
Alejandra: yo (.) en el entorno de acá del colegio (.) le tengo mucho
respeto a un profesor [...] es un profesor demasiado culto (.) un
profesor que (.) yo le pregunto cosas que que quizá he visto en la
televisión cositas que como dicen (.) cositas que me dicen así y
que no las sé entonces le pregunto al profesor y él las sabe y él me
las dice correctamente [...] en parte mi familia [...] mi papá es
una persona que sabe de lugares sabe de calles eh sabe como dice
Malena también su papá de libros de historiadores de héroes [ . ]
es una persona que habla bien [ . ] [Énfasis mío]
[•••]
Pedro: yo en mi caso como dicen acá en el colegio el profesor Cam
pos que cada palabra que no sabemos nos enseña (.) nos explica
el significado y ya en mi casa mi padrino que cada fin de semana
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siempre lo veo (.) mi padrino siempre me (.) me dice que lea libros
[...] [Énfasis mío]
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Los alumnos del colegio particular consideran que «hablan mal» los que
no han recibido una buena educación en el hogar y en la escuela; entre
estos, figuran ciertos trabajadores de su colegio. Por el contrario, para
estos estudiantes, los que «hablan bien» son personas que están dentro
de su mismo grupo socioeconómico, esto es, personas que, como ellos,
han recibido una «buena educación» tanto en casa como en la escuela.
Así, con el término «buena educación» aluden a ser parte de una «buena
familia», lo cual se vincula con determinadas prácticas culturales valo
radas socialmente (estatus, educación). De manera similar, Vich &
Zavala (2015) encontraron, en un grupo de jóvenes empresarios de la
clase alta limeña, un argumento educativo para legitimar la desigualdad
social en el Perú; por educación no se referían a escolaridad formal,
sino a una suerte de «capital cultural» que se transmite de generación
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en generación y que solo lo poseen ellos (p. 217). Veamos los siguientes
extractos:
Extracto 6
Manuel: pienso que todo está centrado en la educación [...] en
casa y en la educación en la escuela (.) o muchas personas no tie
nen la oportunidad como de repente nosotros que estamos en un
buen colegio que recibimos un buen grado de instrucción respecto
a estos temas de lo que es el dequeísmo muletillas (Ylse: mhm)
usos conjugación de verbos (.) eh muchas personas no lo tienen en
nuestro país (.) entonces eh sus errores son como que más común-
más frecuentes (Ylse: ya) y ellos cometen así a cantidad por el
mismo eh por el simple hecho de que en su colegio no han sido
educados (.) no han sido capacitados de una manera ni sus padres
ya sea porque eh ya porque no han querido o ( ) [Énfasis mío]
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Extracto 7
Ylse: [...] esos casos por ejemplo de nadies de fuistes o sea solo en:
la calle [los escuchan] o ¿alguien de su entorno? Por allí dijeron
Castro [risas de los alumnos]
Gustavo: sí no que lo que pasa es que hay profesores que que de
repente no han recibido una buena educación cuando eran jóve
nes (Ylse: ya) y se han habituado a esa forma de hablar (0.3) hay
un profesor (.) bueno no es profesor es un regente (.) del colegio
que sí a veces emplea esos términos cosa que está mal [Énfasis mío]
Carlos: dice nadies en vez de secundaria dice segundaria [risas de
algunos] con g
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5 . Id e o l o g ía d e l a « ig u a l d a d d e o p o r t u n id a d e s » v e r s u s
id e o l o g ía d e l « f a t a l i s m o é t n i c o -c u l t u r a l »
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Extracto 9
Paola: más que todo en los colegios debería haber este clases de
mmm (ética) [Énfasis mío]
Juan: de ética
Alejandra: de etiqueta [Énfasis mío]
[•••]
Juan: =de vocabulario más que todo [Énfasis mío]
[•••]
Paola: y debería de haber en todos los colegios porque ponte que
haiga de San Miguel para arriba y de allí en el Callao (.) entonces
sería un: bochorno a que todos (sean) cambiando de vocabulario y
nosotros depurarlo y a ellos están en las mismas (.) allí sí sería algo
horrible porque va a ser (.) vamos a ser (.) vamos a discriminar más
a nue- a las personas que nos rodean [Énfasis mío]
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Extracto 10
Alfredo: es un círculo vicioso (.) por lo menos todo comienza en la
familia (.) y esa familia alguna vez fueron al colegio (.) y es como
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Extracto 11
Alfredo: =entonces como que ya uno se acostumbra a escucharlos
[se refiere a los profesores de ciencias que se expresan mal, que, por
ejemplo, dicen primeramente] (.) entonces a veces o sea ya no los
corrigen porque saben que por más que por más que lo hagan
definitivamente van a seguir usándolo (.) entonces pienso que de
repente también se corrige pero no necesariamente alguien espe
cial sino cualquiera que sepa bien cómo usar una palabra (.) ese te
puede corregir (Ylse: mhm) no espe- no específicamente un profe
sor un padre o alguien mayor que tú [Énfasis mío]
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B ib l io g r a f ía
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A nexo
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Víctor Vich
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trajeron consigo, han implicado que las élites sean mucho más cautelo
sas en sus formas de hablar. Como toda ideología, la legitimación de la
desigualdad ha ido cambiando en el tiempo y ello se debe a las nuevas
relaciones de poder que han surgido de los permanentes reacomodos
que la sociedad peruana ha experimentado.
Podemos afirmar, entonces, que en este sector social existe una
forma de hablar sobre «raza», o un habla racial, sin hacer alusión a
ella de forma directa. En la data recogida, apreciamos que los entre
vistados justifican sus visiones negativas de ciertos grupos a partir
de un desplazam iento de lo racial (Bucholtz, 2011) hacia la categoría
«educativa», que a su vez camufla categorías culturales muchas veces
naturalizadas y hasta biologizadas. Lo que ocurre es un proceso de
racialización, a partir del cual se categoriza a las personas sobre la base
de nuevas dimensiones, pero que muchas veces siguen conectadas sutil
mente a la idea de raza. Este concepto de racialización reconoce que
«la simple etiqueta de racismo/racista oscurece el hecho de que existe
un espectro completo de perspectivas que van desde un determinismo
biológico estricto... hasta mezclas muy confusas y laxas de estereotipos
culturales que pueden no contener marcadores biológicos de ningún
tipo» (Rattansi, 2007, p. 107). Como el discurso racista no está deter
minado por su contenido sino por el poder que ejerce (Bailey, 2010),
proponemos flexibilizar el «racismo clásico» para ver cómo se constru
yen identidades racializadas a través de nuevos contenidos.
En este artículo nos ha interesado analizar el discurso de las élites
prestando atención no solo a lo que d icen sino a cóm o lo d icen pues es
ahí, en la forma lingüística, donde podemos reconstruir la posición
subjetiva del enunciante y las maneras de argumentar el problema de
la desigualdad en el Perú. Se trata de un discurso que hoy es mucho
más consciente de las censuras entre lo que se puede y no se puede
decir; y el silencio ha sido otro elemento clave en nuestra investigación.
Sabemos bien que el estudio de la ideología no puede concentrarse solo
en lo que se dice sino, sobre todo, en aquello que se oculta, vale decir,
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en lo «no dicho», en aquello que nunca quiere hacerse visible. Por tanto,
la reconstrucción de tal universo ha sido también uno de los objetivos
de este trabajo.
Es decir, en las siguientes páginas nos concentraremos en los m odos
d e h a b la r de las élites peruanas que son los que finalmente dan cuenta
de la construcción del otro como un sujeto fuertemente diferenciado.
A través de diferentes entrevistas, de interacciones en múltiples espa
cios y valiéndonos del análisis de sus estrategias discursivas (recursos
cohesivos, figuras retóricas, tipos de procesos verbales, presuposiciones,
lexicalizaciones, variaciones estilísticas en la expresión, mitigadores,
entre otras), aspiramos a reconstruir una parte del «guion oculto» que
hoy sostiene al discurso de las clases altas del Perú.
1. C o n s i d e r a c i o n e s g e n e r a l e s
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empresarios sienten que son ellos los que están instalando, ya de una
vez por todas, este sistema económico en su real dimensión.
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Esta cita también da luces para mostrar los intentos que hoy tienen
estos empresarios por construir un lenguaje «políticamente correcto»
que encaje bien al interior del proceso democratizador de la sociedad
peruana. Sin embargo, sus imágenes resultan m uy interesantes en la
medida en que permiten observar cómo la absoluta inestabilidad polí
tica que sufrió el país durante el gobierno de Fujimori termina siendo
invisiblizada con el fin de legitimar ciertas medidas económicas.
Es decir, en este imaginario, no parece haber quedado la imagen de
un presidente que dejó un país con las instituciones destruidas y más
corruptas que nunca, sino que el modelo económico subordina a todas
las otras dimensiones de la realidad social.
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está lleno de plata y no saben qué hacer con ese dinero. Creo que
hay un tema de organización del Estado (Alvaro).
2 . E l a r g u m e n t o e d u c a t iv o
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13) Él está misio, pero te aseguro que los abuelos le dieron una
buena educación al papá y, a la larga, como te digo, la educación
no es solo un tema del colegio sino también él percibió esas cosas de
chico y es una persona totalmente distinta (Emiliano).
14) Invierte en darles cursos a tus profesores para que enseñen bien
las cosas, e invierte también en clases de educación también a estos
profesores, porque si les hablas pues, no sé cómo hablarán pues
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201
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18) Hay veces que tú tienes gente en el Congreso pues que no sabe,
que no distingue ni el tema de leyes, ni prioridades económicas,
ni modelos económicos que puedan convenir para que toda la
población salga adelante en su propia región (Adolfo).
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Darles las herramientas para que ellos decidan; hoy día no tienen
las herramientas para hacerlo, hoy día su único mundo y universo
es la yuca que plantan y el tapabarros que usan. no les estás dando
la herramienta (Adolfo).
Esta cita muestra que la educación se asume como una sola y que
el otro es un sujeto vacío que carece del capital cultural asociado a las
élites. Para este empresario, en efecto, la «educación» se figura como
una herramienta puramente técnica que es la única que puede sacar al
sujeto de la oscuridad y que le provee de elementos indispensables para
lidiar con el mundo moderno. Fuera de la educación entendida desde
este paradigma, los sujetos son imaginados como estancados en «la yuca
que plantan» y casi absolutamente ignorantes de todo.
Abu-Lughod ha señalado que el concepto de cultura (o de «educa
ción», en este caso) es profundamente ideológico, en la medida en que
se constituye como una herramienta destinada a marcar la «otredad» y
así reforzar el poder del «yo» (1991, p. 143). Precisamente, los infor
mantes echan mano de este argumento para construir al otro, no solo
como diferente, sino como alguien m uy inferior a ellos. Al declarar
que en el Perú «no ha evolucionado la educación de sus ciudadanos»
(José Antonio), los enunciantes se posicionan como aquellos que sí
tienen cultura y terminan por posicionar a los otros como aquellos
definidos desde una carencia.
En suma, los problemas relativos al funcionamiento del sistema eco
nómico están todos reducidos a un discurso que se concentra solo en
los sujetos y que propone a la «falta de educación» como la clave expli
cativa sobre la desigualdad del país. No hay, por tanto, una consciencia
clara de las relaciones de poder, de los entramados institucionales, ni
mucho menos de mecanismos de discriminación que limiten el grado
de movilización social y que abren brechas entre los sectores sociales.
En el discurso de los entrevistados nunca se despliega algún grado de
conciencia de un sistema social injusto.
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3. E l a r g u m e n t o r a c ia l
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Aunque la cita revela una mayor consciencia sobre los cambios sociales
por los que ha pasado el Perú en las últimas décadas y la mayor democra
tización que se desprende de ellos, podemos apreciar que el informante
concibe esta convivencia como una imposición (de ahí el tipo de verbo
modal deóntico «tener que») y no como una necesidad o como algo que
derive de su voluntad. No es gratuito, por ejemplo, que luego de afir
mar «tienen que dejarlos pasar» utilice el cohesivo «pero» para focalizar
la idea de que la discriminación viene de los dos lados como aquella que
es la más importante del enunciado y que sin duda tiene como objetivo
neutralizar la dimensión histórica de la exclusión en el Perú.
Ahora bien, existe una estrecha relación entre el argumento educa
tivo y el argumento racial, ya que la supuesta «falta» de educación de un
grupo y su consecuente inscripción en una naturalizada jerarquización
social sirve para esconder el racismo en el país. A pesar de que ya no se
hace alusión al fenotipo de forma directa, las caracterizaciones culturales
atribuidas al otro siguen articuladas a una retórica racial, pues se conciben
como fijas y, de cierto modo, inmutables. Las siguientes citas lo muestran:
21) Yo no creo que el tema racial tenga mucho que ver, yo no creo
que sea la raza, yo creo que es la instrucción de la gente, o sea por
lo general la gente de la sierra no es que tenga nada porque sea
serrano, simplemente no tiene la capacidad, no tiene instrucción,
no tiene la conversación, no tiene el conocimiento (José María).
22) Yo sí creo que hay pautas, un restaurante es un local privado
que se reserva el derecho de admisión porque quiere tener ciertos
parámetros de los comensales. No quieres sentarte al costado de un
señor que come distinto, ¿te das cuenta? Sí estoy de acuerdo con eso
pero los criterios deberían ser otros (Rómulo).
Estos ejemplos muestran que, por un lado, se niega el racismo pero
que, por otro, este sigue reproduciéndose a partir de la construcción
ideológica de diferencias «culturales» que siempre se encuentran esencia-
lizadas y jerarquizadas. Es decir, mientras que se rechaza la discriminación
por el color de la piel (al argumentar que «Yo no creo que el tema racial
205
R a c is m o y l e n g u a je
tenga mucho que ver, yo no creo que sea la raza» o «los criterios deberían
ser otros»), al mismo tiempo se inferioriza a los otros y hasta se justifica
el negarles el derecho a acceder a un restaurante. En el primer ejem
plo, vemos una retórica racial más clara. Aunque el entrevistado niega el
racismo y la discriminación por el fenotipo («no es que tenga nada por
ser serrano»5), construye a los otros desde características culturales que se
asumen como permanentes y adscritas internamente a las propias formas
de ser de los individuos: «no tiene la capacidad, no tiene instrucción, no
tiene la conversación, no tiene el conocimiento». Y es que, como sostuvo
Emiliano: «estas personas no tuvieron la suerte de repente de nacer en
un lugar privilegiado que le pueda dar la mínima educación». Se trata,
entonces, de rasgos que se construyen como diferentes en términos abso
lutos de aquellos con los que supuestamente cuentan los entrevistados.
En la siguiente cita podemos apreciar, nuevamente, cómo el argu
mento educativo sirve para legitimar una distancia cultural que sitúa
al enunciante en una posición m uy alta y extremadamente jerárquica.
Sandra, una empresaria de clase alta, habla sobre sus empleados, se dis
tancia de «ellos» e incluso los posiciona como una «raza» distinta, a
pesar de que alude a características de tipo cultural:
206
D el racismo a la racialización / Víctor Vich y Virginia Zavala
24) Suena medio fuerte pero creo que el Perú está jodido por su
gente. Hay un dicho que lo he escuchado en Chile, dicen que
«Chile es un país de mierda con gente alucinante y que el Perú es
un país alucinante con gente de mierda». Es la típica frase que te
dicen que estás haciendo un hueco y el peruano en vez de ayudarte
te jala (Emiliano).
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4 . E l a r g u m e n t o e c o n ó m ic o
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R a c is m o y l e n g u a je
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33) Yo creo que todo tiene un momento ¿ya? O sea, hoy día yo no
tendría el tiempo para meterme en un tema extralaboral que tenga
que ver con el desarrollo ¿ya? Pero eventualmente espero que por
ejemplo a los 50 o los 60 que tenga una posición distinta en la
vida a nivel laboral, etcétera sí me da el tiempo como para hacerlo
(Hugo).
34) Hoy día no lo hago, no sé, cuando tenga 60 años y tengo una
posición económica importante y mis hijos están formados yo
puedo donar la mitad de mi plata y, al diablo, no me estreso, pero
eso podría hacerlo d esd e . mis amigos (se refiere a sus compañeros
norteamericanos de su MBA en EEUU) lo hacen desde los 25 años
porque tienen una perspectiva de ingreso que les permite hacerlo,
en el Perú no hay estabilidad para eso (Rómulo).
35) Ahorita estoy en mis treintas, probablemente en mis cincuentas
debo de agarrar y decir «ahora voy a ver qué hago por ayudar de
una manera más activa al país y ya no solamente a mi entorno,
haciendo una pequeña fundación de algo o una ONG o de repente
meterme en política u ofrecerme a un cargo ejecutivo dentro del
gobierno» (Alvaro).
Las citas anteriores solo tienen sentido si las leemos desde la situa
ción coyuntural de quienes las enuncian: la realidad actual de estos
empresarios no es la de la buena voluntad sino la de la competencia,
y por lo mismo el «servicio al país» se concibe solo como un periodo
p o sterio r a su ejercicio empresarial. Se trata, en últim a instancia, de la
lógica siguiente: «ahora no voy a pensar en las consecuencias de mis
acciones, pero luego, cuando sea viejo, ayudaré a quienes he excluido».
Sin embargo, el final de la vida — que muchas veces se entiende como el
final de una batalla— es figurado como la reconciliación, siempre tute
lar, de los ganadores frente a los perdedores. En el siguiente ejemplo,
219
R a c is m o y l e n g u a je
Son tres las ideas claves que nos interesa comentar en torno a esta
cita. En primer lugar, resulta claro cómo el empresario se constituye
nuevamente como el único agente de los distintos procesos verbales.
Él es el que da todo: «damos valores», «damos cariño», «damos tra
bajo», «les ayudas», «les invitas» y «les regalas». Los otros, por su parte,
son configurados como sujetos vacíos que no poseen nada y que han
de recibir su dádiva. En segundo lugar, volvemos a notar lo que ya
habíamos enfatizado anteriormente: «ellos» no son capaces de identifi
car lo que «les conviene» y de distinguir entre lo «bueno» y lo «malo».
Así como estos otros «no entienden» el modelo económico que supues
tamente los sacará de la pobreza, se afirma algo tan sorprendente como
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D el racismo a la racialización / Víctor Vich y Virginia Zavala
que tampoco saben que «tienen que tener sueños». Es por eso que el
empresario termina por posicionarse como el «educador» por exce
lencia, aquel que les «ayuda» a «hacerles entender» cuál es el camino
correcto y cuáles son los sueños a los que deben aspirar. Más aún, frente
a esta concepción de los otros y del y o , la consecuencia resulta inevita
ble. Finalmente, el empresario se autorrepresenta como una especie de
Dios, de sujeto trascendental, que «regala vida» y que todos, tocándolo,
se encuentran ansiosos de contagiarse de su infinita divinidad.
C o n c l u s io n e s
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R a c is m o y l e n g u a je
37) Si todos pudieran tener para estar tranquilos y tener una vida
digna, eso es lo que debería pasar. ¿Y cómo haces eso? Volvemos a
la primera pregunta, que tengan una buena educación, una buena
nutrición, que haya inclusión (Hugo).
Queremos sostener, por tanto, que nos encontramos ante una estra
tegia argumentativa que culturaliza los antagonismos del mundo social
(Zizek, 2009, p. 169), es decir, estamos ante un proceso de franca
despolitiz ación d e la econ om ía que evade cualquier reflexión sobre las
maneras en las que la división social del trabajo se encuentra organizada
en el espacio social. Desde este punto de vista, la gente va a dejar de ser
pobre, no por algún cambio estructural respecto del funcionamiento
del sistema económico, sino solo cuando esos otros «se eduquen» y
lleguen a parecerse a quien enuncia. Entonces, podría decirse que entre
estos jóvenes empresarios de este sector social hay poca conciencia de la
violencia inherente al sistema social y de las desigualdades que el propio
capitalismo genera. O, más bien, podría decirse que sí hay conciencia
pero que la mayoría de sus respuestas revelan el surgimiento de una
«subjetividad cínica», entendida como el posicionamiento más cabal
de la identidad en los tiempos actuales.
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40) ¿Qué se hace con los que quiebran, fracasan, no tienen éxito?
No es qué se hace con ellos, sino qué deben hacer ellos para sobre
pasar esos momentos difíciles y esas quiebras. Una sociedad en la
que todos ganen es imposible (Hugo).
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Como puede notarse, el discurso afirma que solo existe una forma
de entender la realidad social, una sola manera de estar «educado» y una
única manera de organizar la economía. Finalmente, «educarse» significa
llegar a pensar como el propio enunciante en vías a construir un orden
social en el que la política quede cancelada y el sistema funcione por sí
solo más allá del antagonismo. Entonces, fuera ya de las frases «políti
camente correctas» y de la conciencia de sentirse diferentes frente a las
generaciones empresariales anteriores, lo cierto es que el conjunto de
entrevistas muestra que el patrón cultural no ha cambiado demasiado.
La buena voluntad que aparece en algunos momentos muestra, en la cita
anterior, su reverso más oscuro que es, finalmente, el de una posición
claramente autoritaria. Algo así como sostener: «yo sé cómo funciona
todo esto y, para progresar, el resto de la gente debería pensar como yo».
224
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B ib l io g r a f ía
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D e s ig u a l d a d e s e n t r e l a z a d a s:
r e p e n s a n d o l a r a z a , e l g é n e r o y l a s id e n t id a d e s
in d íg e n a s e n e l P e r ú a n d in o
Florence E. Babb
Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill
S u m il l a
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R etrato s peru a n o s
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D esigualdades entrelazadas / Florence E. Babb
1 Más tarde escuché otra razón por la cual las tejedoras ya no se encontraban en Sol
Alpaca. Me dijeron que había surgido una controversia sobre la presencia de estas muje
res, que, según los críticos, habían sido traídas a trabajar en la tienda de Larcomar sin
paga alguna. Escuché diferentes historias, que incluían unas en las que las mismas
mujeres percibían que su estancia en Lima hacía que valiera la pena el trabajo o que sus
gastos de viaje sí eran pagados. A pesar de esto, culminó la exhibición de «historia viva»
de las tejedoras.
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mi forma de pensar. La antología de Paulo Drinot (2014): Peru in Theory expone argu
mentos convincentes que sostienen que el Perú es un lugar productivo para pensar
utilizando formulaciones teóricas influyentes generadas fuera de la región. M i trabajo
parte de esta orientación porque busca contrarrestar la tendencia que existe comúnmente
de mirar más allá del Perú y de la región en busca de inspiración teórica. Jelke Boesten
(2010) y Pascha Bueno-Hansen (2015) logran avances significativos en la investigación
interseccional y descolonial sobre las mujeres en el Perú durante el cambio de mile
nio, cuando el país lidiaba con un tremendo periodo de conflicto. Mientras su trabajo
examina la política, la justicia de transición y la práctica feminista, el mío pone mayor
énfasis en las experiencias cotidianas de la diferencia cultural y la exclusión social.
4 Ver Ewig (2010) para un análisis interseccional de las difundidas esterilizaciones for
zadas realizadas a mujeres peruanas de áreas rurales en la década de 1990. Ver Theidon
(2004) y Bueno-Hansen (2015) para encontrar relatos de la brutal violencia sexual
que se ejerció en contra de las mujeres peruanas durante el conflicto armado entre los
militares y Sendero Luminoso en las décadas de 1980 y 1990.
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1. G e n e a l o g í a s d e i n v e s t i g a c i ó n
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8 Durante este periodo existieron pocas contribuyentes peruanas a los debates sobre las
relaciones de género en los Andes. Una escritora de renombre fue Daisy Irene Núñez
del Prado Béjar (1975a, 1975b ).
9 El artículo de O rin Starn (19 9 1) llevó a que los antropólogos asumieran la tarea
de pasar por alto la agitación que condujo al surgimiento de Sendero Luminoso en la
década de 19 8 0 . Aunque algunos investigadores de los Andes ya habían documentado
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desde hacía algún tiempo la insatisfacción existente respecto a las vidas empobrecidas
de los Andes, a fines de la década de 1980 la mayoría puso mayor atención a las condi
ciones que favorecieron la inestabilidad e incluso la guerra.
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2 . D e l a c o m p l e m e n t a r ie d a d d e g é n e r o a l f e m in is m o
d e s c o l o n ia l
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3 . C a m b io d e p a is a je s s o c ia l e s y d is c u r s o s d e l a r a z a
en el Perú
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más global, que fuera más allá del género. Estuvo de acuerdo en que el
significado que transmitiría «chola» sería diferente y comentó además
que podría tener una connotación disminuida, dada la fuerza impe
rante del machismo. U na artista en ciernes, su autopresentación parecía
ser en gran medida un producto de su tiempo, un estudio de contrastes
de la cultura urbana moderna y una política de identidad del propio
rostro m uy característico del Perú. De hecho, «cholo soy» se refiere a
una canción de Luis Abanto Morales que se hizo famosa hace décadas
y que tiene un estribillo que dice: «cholo soy y no me compadezcas».
Es importante advertir la relativa ausencia de atención a la cultura,
la historia y la identidad afroperuana a nivel nacional. Mientras el por
centaje de personas afrodescendientes (que vive principalmente en la
costa) respecto a la población del Perú está representado de diversas
maneras entre 2% y 10%, la falta de representación popular de este
componente demográfico de la geografía racial del Perú es pronun
ciada. La música afroperuana es bien conocida, aunque rara vez ha sido
objeto de interés académico (Feldman, 2009). Por otro lado, la historia
y las identidades culturales de los peruanos afrodescendientes — inclu
yendo a aquellos que no reconocen su herencia africana— poco a poco
ha venido concitando interés más seriamente (Cuche, 1975; Golash-
Boza, 2011). La programación de la televisión es más conocida por
burlarse de los afroperuanos que por romper las barreras para propiciar
su total inclusión en la sociedad. La discriminación y la marginalización
continúan siendo problemas importantes frente a los cuales el Estado
y la sociedad civil apenas están despertando. El presidente Humala, al
nombrar a Susana Baca — cantante de renombre internacional— como
su ministra de Cultura, hizo que ella fuera una de las primeras afro-
peruanas en llegar a tan elevado cargo de gobierno. Sin embargo, pocos
meses después, ella renunció. Cuando los peruanos recientemente le
hicieron un homenaje a la activista urbana M aría Elena Moyano por
un aniversario más de su asesinato a manos de Sendero Luminoso en
1982, muchos advirtieron su significado como mártir afroperuana.
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4 . D is c u r s o s d e g é n e r o e n e l P e r ú a n d in o
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5 . D é c a d a s d e d iá l o g o s o b r e r a z a , g é n e r o y e t n ic id a d
en los And es
En este capítulo sobre los diálogos y debates del pasado, así como sobre
el replanteamiento contemporáneo de la raza, el género y la etnicidad
en los Andes, yo creo que ciertos esquemas de análisis han seguido mol
deando nuestro conocimiento, mientras que otros merecen otra mirada,
ya que pueden echar luces sobre las fortalezas de antes en la posición
social de las mujeres. Sobre la base de mi reciente investigación en el
Perú, tanto en los Andes como en Lima, he explorado si las corrientes de
cambio en la región han hecho posible que las mujeres indígenas, tanto
en el ámbito rural como en el urbano, adquieran una mayor influencia
a pesar de la persistente desigualdad social. Argumento que mientras
gran parte de la nueva discusión sobre raza y racismo en el Perú ha
pasado por alto el género, es necesaria una perspectiva feminista crítica
para poder comprender realidades sociales complejas. M i lectura de la
evidencia disponible sugiere que ser mujer y andina podría tener un
nuevo valor, por ejemplo, reconocer a las mujeres por su conocimiento
tradicional respecto a su herencia cultural y biodiversidad y su valor en
la promoción del turismo cultural, aunque estas condiciones ontológi-
cas siguen sujetas a la precariedad y a las sutiles y continuas prácticas
excluyentes.
Yo quisiera ver que se alcancen dos objetivos claves que subyacen al
proyecto: desarrollar una antropología feminista de la indigeneidad que
reconozca las experiencias culturalmente complejas que viven las muje
res andinas, tanto en el contexto rural como en el urbano; y establecer
diálogos más sólidos entre los andinistas desde el Sur y el Norte globales
que han participado durante mucho tiempo en discusiones productivas
sobre género y etnicidad en los Andes, aunque a menudo de modos
bastante circunscritos. Las preguntas que me gustaría que se aborden
incluyen: ¿las analistas feministas (del Norte y el Sur) están apren
diendo de las mujeres indígenas y rurales y están ampliando sus marcos
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21 Ver Anders Burman (2 0 11) que tiene un excelente análisis de las complejas dife
rencias entre las feministas bolivianas; su trabajo también tiene implicancias para el
feminismo descolonial peruano.
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22 Ver la reciente antología de Álvarez y otros (2014) para una rica discusión sobre
cómo las ideas y la política feminista latina (incluyendo la afro, homosexual e indígena)
está viajando y se está traduciendo entre las Américas del Norte y del Sur.
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N o t a s f in a l e s
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« A m ix e r d e t e c t e d !» . I d e n t id a d e s y r a c is m o
e n e l c ib e re s p a c io p e r u a n o 1
S u m il l a
1 Las ideas que se presentan en este capítulo fueron inicialmente publicadas en mi tesis
de licenciatura en Lingüística y Literatura con mención en Lingüística (Brañez, 20 12).
269
R a c is m o y l e n g u a je
In t r o d u c c ió n
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2 Al respecto, pueden verse los trabajos de Wong (2014) y Manrique (2012) sobre el
racismo en el proceso electoral del año 2011.
3 Sobre la etimología del término, podría considerarse como resultante de un proceso
de sufijación: el sufijo agentivo -er del inglés añadido a la raíz amix; así, etimológica
mente, el término es equivalente a «el que amixea/llama ‘amix’ al otro».
4 Desde otras perspectivas, pueden verse las investigaciones de Salem (2012) y
Manrique (2013), quienes discuten la construcción de la identidad am ixer desde la
antropología visual y la sociología respectivamente.
271
R a c is m o y l e n g u a je
5 En el común de los casos, las fotos subidas al portal incluían contenido textual en
mayor o menor nivel, pues inicialmente el sujeto am ixer era descrito en términos orto
gráficos. Com o se verá en el análisis, esta caracterización es solo parcial.
6 Término que refiere al conjunto fotografía más comentarios. Más adelante, se pre
sentará con mayor detalle.
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1. S o b r e l a i d e n t i d a d e n e l e s p a c i o v i r t u a l
2 . L a s m e t a f u n c io n e s d e l l e n g u a je y e l A n á l i s is C r ít ic o
del D is c u r s o
7 Un buen resumen de estos procesos puede verse en Bucholtz & Hall (2005).
273
R a c is m o y l e n g u a je
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3 . E s p a c io s d e a f in id a d y f o t ic o m e s
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4 . S o b r e l a e s c r it u r a e n l a w e b y s u s v a l o r a c io n e s
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R a c is m o y l e n g u a je
• Uso de grafías por pares homófonos: ‘qe’ por ‘que’, ‘kasa’ por ‘casa’
• Ortografía fonética (realización fonética y eliminación de con
sonantes mudas): ‘amio’ por ‘amigo’, ‘aer’ por ‘haber’, ‘pueesher’
por ‘puede ser’
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5 . R e p r e s e n t a n d o a l s u j e t o a m ix e r
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Foticom 1
(1) ajjjjjj recontra mil veces ajjjjjjjjjj ...ESA W EBO N A ES M AS FEA Q UNA
PATADA EN LOS W EBO S MIERDAAAAAAAAA!!!!!!!!!!
(2) A nda a vender helados mierda..
(3) oe serranasa de m ierda ¡ andate a tu cerro
(4) la chibola esta en cabina y alucinando con su webcam
(5) ahhahaha xD daño total........ pfff anda a estudiar mejor u.u
(6) veeee que chcha se cree la gran cagada y esta en una cabina esa hdp
(7) ácaso se copio la frase de oolanta? menos palabras mas acciones???? aparte de
am ixer es ollantixer!
(8) ajjj que m ierda ...nunca vi una chola q se cree bonita y q aparte se la come
doblada y entera
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poseer una propia cámara web; el sujeto am ixer, en esta lógica, ingresa
a esta categoría: su trabajo poco remunerado lo sitúa en una situación
de pobreza. Evidentemente, la contraparte no am ix er se sitúa como
un sujeto superior en términos económicos: él no es pobre, sino de un
estatus socioeconómico pudiente. Como vemos, la dicotomía remune
rado/no remunerado se relaciona con prejuicios raciales, tal como lo
planteó Quijano (2000).
Por otro lado, otro grupo de comentarios se centran en describir al
sujeto am ix er en términos educativos: nótese que en (5) «anda a estu
diar mejor», la realización de la acción hacia la cual se pretende dirigir
al am ix er es a la de estudiar. Aquí se asume, por tanto, que este no estu
dia. Si relacionamos esto último con el comentario (2) «anda a vender
helados m ie r d a .» , vemos que se genera una cadena lógica: el am ix er
no estudia y, por tanto, solo puede ocupar un puesto laboral conside
rado de «los pobres». En otras palabras, tiene un bajo nivel intelectual:
supuestamente, el am ix er no es lo suficientemente inteligente como
para desenvolverse en alguna otra labor que suponga un mayor costo de
aprendizaje. Así, se le configura como un sujeto intelectualmente infe
rior al no am ixer, quien se asume no solo como pudiente sino también
como educado.
El foticom también nos permite evidenciar lo que Quijano (2000)
refiere como un «proceso de reid en tifica ción histórica» (p. 209), tomando
en cuenta las nuevas identidades geoculturales construidas en la era
colonial: las diferencias entre asalariado/no asalariado han atravesado
un camino de reid en tifica ció n h istórica, de tal manera que quienes son
vistos como «inferiores» adquieren nuevas identidades geoculturales
(p. 209) en función de a qué lugar es asumido como su procedencia:
en este caso, la sierra. En (3) «oe serranasa de mierda ¡ andate a tu
cerro», se le atribuye la sierra como su lugar natal; en términos sim
ples, siguiendo con la cadena anterior, no solo se trata de un sujeto
pobre y sin educación, sino también de uno configurado como serran o:
«su cerro», vale decir, proviene de los Andes.
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Foticom 2
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(3) A: ¡Jaja! ¡Ohhh! Ese Irvin, jaja, ¿qué hace con esa jermita?
(4) B: ¡Irvin ganador! :D
(5) A: Andrew Sixx Biersack, mira a tu causa.
(6) C: .C o m o que comentan los menos amixers, ¿no? Ja.
(7) D: Chicos, ¡A y su amigo son amixers! Miren cómo escriben.
(8) E: Jajaajajaajajajaja
[•••]
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6 . R e f o r z a n d o l a s id e n t id a d e s : l a s e l e c c ió n id io m á t ic a
en la w eb
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Foticom 3
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10 Aunque el comentario (2) también parece incluir una forma del inglés (gam e), lo
más probable es que se trate de un accidente tipográfico donde lo que realmente se ha
querido decir es «óigame».
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Foticom 4
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Foticom 5
13 La fórmula «habla bien» no debe leerse como un enunciado con ánimos correctivos.
De hecho, este modismo es asociado al léxico callejero y se entiende como ‘habla en
serio’. Por ejemplo, sobre un partido de fútbol: A: «oye, tengo entradas para el clásico.»
/ B: «Habla bien, ¿cómo es?».
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Foticom 6
-j- i
i
(1) wO owwww .__. “ DoyLeeeeeee C onnnnnnn Power :3*
(2) Noee’15, deberías escribir bien.
(3) Noee’ , eres un “am ixer” date cuenta en tu forma de escribir ._. .
(4) Darle consejos a un am ixer es más estúpido que ellos mismos..
(5) jjajjajajaa yo tenia esa casaca.... !
(6) tío...el hábito no hace al monje! =)
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forma cuidada del español se debe a que los sujetos a quienes se dirige
han hecho uso de esta también. En términos simples, (4) no solo se
desafilia del grupo construido como am ixer, sino también busca recurrir
a la lengua normativa para posicionarse en el mismo nivel jerárquico de
(2) y (3), de forma que pueda desafiarlos: nótese que indirectamente los
califica de ser «estúpidos».
Finalmente, los comentarios (5) y (6) nuevamente se refieren a la
fotografía subida al portal. En ambos casos, vemos construcciones que
siguen el denominado españ ol no am ixer, código no marcado — es decir,
el más esperable— , por lo que lo dicho no resulta ni estigmatizado
ni prestigioso (Myers-Scotton, 2006, p. 159). De esta manera, pode
mos ver que, incluso en el interior de la comunidad reconocida como
no am ixer, la ortografía es un vehículo empleado por los usuarios para
establecer estructuras jerárquicas: quienes presentan un dominio más
próximo a la lengua normativa se asumen como m ás no am ixers que
el resto. Por tanto, el dominio de las normas ortográficas no solo con
fiere estatus para desafiliarse del Otros am ixer, sino que también sirve
para establecer distinciones en el interior del N osotros no am ixer, de
manera que incluso dentro de este grupo se posiciona como un sujeto
más «poderoso» que el resto, con la autoridad suficiente para corregir
y llamar la atención. Recuérdese, como veíamos en la presentación del
espacio d e a fin id a d a partir de Gee (2004), que esta es precisamente una
forma para ganar estatus en el interior de la web.
C o n c l u s io n e s
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B ib l io g r a f ía
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R a z a y e s e n c ia l ism o l in g ü ís t ic o
en e l Tw i t t e r p e r u a n o
Michele Back
Universidad de Connecticut
S u m il l a
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R a c is m o y l e n g u a je
***
1 Consultar: http://www.cultura.gob.pe/es/tags/semana-de-la-diversidad-cultural-y-
linguistica
2 La «Web 2.0» hace referencia a los sitios web que se caracterizan por ser interactivos
y multimodales; esto en comparación con la llamada «Web 1.0», que se asocia a un
momento en que los contenidos producidos eran más bien estáticos y no propiciaban
la interacción de los usuarios.
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que ver con los contextos en los que se presentaron los eventos, sino
también con ideologías esencialistas subyacentes acerca de la raza, la
etnicidad y la lengua.
En la próxima sección discuto los marcos teóricos que utilicé para
analizar los datos, e incluyo teorías sobre el racismo y la aproximación
metodológica de la sociolingüística del ciudadano (Rymes & Leone,
2014). A continuación, y antes de llegar a los hallazgos del estudio,
ofrezco más detalles sobre los dos eventos y sobre los métodos de
recolección y análisis de datos. Concluyo con una discusión sobre las
implicaciones para negociar las ideologías de lengua y raza en el Perú.
1. M a r c o s t e ó r i c o s s o b r e T w i t t e r , l e n g u a y r a z a
3 Del original: «those few that matter and that reciprocate their attention» (Huberman,
Romero & Wu, 2009).
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2. L o s evento s y lo s m éto d o s
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(Foros Perú, 2011). Esta última traducción parece estar un poco más
cercana al quechua original. Es difícil saber si la primera traducción
fue provista por el equipo de campaña de Fujimori o si fue realizada
por un periodista, pues los informes sobre el evento no lo especifica
ron. Aunque la traducción y la cantidad de discusión acerca de qué
dijo Fujimori en quechua podrían constituir un estudio completo, en
este capítulo voy a concentrarme específicamente en las reacciones que
salieron en Twitter después de la emisión de este saludo por televisión.
El segundo evento discursivo ocurrió cuatro años después, cuando
la selección peruana de fútbol participó en la Copa América organizada
por Chile en 2015. Durante una etapa en la que Perú iba ganando
partidos, el capitán de la selección, Claudio Pizarro, publicó cuatro
tuits en quechua. Aunque su primer tuit consistió solamente en un par
de palabras en quechua: sonqoypi apayq uichis (en español: ‘[los] llevo
en mi corazón’), los siguientes tuits fueron mucho más extensos con
respecto al uso de la lengua, como vemos en la figura 1. Pizarro explicó
que, aunque no hablaba quechua, siempre le había interesado y por
eso empezaba «a juntar palabras» de internet con la ayuda de Edwin
Retamoso (futbolista peruano, compañero de Pizarro en la selección)
y un fisioterapeuta del equipo (Peru.com, 2015a). Con respecto a
Fujimori, ella nunca ofreció una explicación por su uso del quechua,
aunque se asume que tampoco fue socializada con esta lengua.
Las reacciones a estos dos eventos discursivos difirieron en gran
medida. La reacción en el 2011 al saludo en quechua de Fujimori fue
considerablemente despreciada, tanto en Twitter como en los medios
masivos. Una página web categorizó este saludo como «una burda
estrategia para ocultar su ausencia de una política seria a favor de la multi-
culturalidad y el plurilingüismo» (Servindi, 2011). En cambio, el uso de
quechua de Pizarro fue visto como algo positivo, las publicaciones fue
ron retuiteadas y marcadas como «favorito» miles de veces y Pizarro fue
premiado por la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena de Chile
(CONADI) por «promover el idioma quechua» (Peru.com, 2015b).
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K M C la u d io Pizarro > O H
g f J B ipéarrinha
^ N | | Claudio Pizarra O Q
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3. H allazgo s
Negativo
60 %
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40
32
25 25
. ■ ____ ¿O 1 7.8
10
1 11—11
■
20:54
.
20:55
■
1 1
L
20:56
_ L
20:57
. .
20:58
o ’ o
20:59
H ora:M inuto
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Negativo
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Con estos datos, ya podemos notar una gran diferencia en las reaccio
nes hacia el uso del quechua de Fujimori y Pizarro. Con respecto al
saludo de Fujimori, la postura afectiva tomada en Twitter fue, desde
el primer minuto, en su mayoría, negativa. Aunque hubo un porcen
taje notable de tuits cuyo propósito fue informar, expresar sorpresa, o
anotar un «punto» para Fujimori por su uso del quechua, las posturas
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Vemos arriba que el tuit del usuario @the96kopites recibió una res
puesta casi inmediata, la cual hizo que aclarara que estaba «bromeando».
Vale la pena comparar esta reacción con las que generó Fujimori, donde
ninguno de los comentaristas señaló que sus comentarios se habían
hecho en broma, incluso en el caso de los más hostiles; o sea, no hubo
ningún intento de disfrazar la crítica hacia Fujimori.
Finalmente, la mayoría de respuestas a Pizarro que no fueron
explícitamente positivas representaron el 11 % y señalaban que no
entendían el mensaje. Aunque estos comentarios podrían ser interpre
tados como negativos es importante mencionar que muchos de estos
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4 . D is c u s ió n
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5 No fue posible identificar la ubicación de todos los comentaristas por los geotags
u otros marcadores localizadores, aunque sí se notaba en algunas biografías de los
comentaristas que residían afuera del Perú.
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peruanos que todavía lo apoyan, hay muchos otros que tienen sen
timientos negativos hacia él y su hija (quien asumió el encargo de
Primera Dama durante su mandato) y esta falta de apoyo se refleja en
los tuits. Además, si miramos los lugares en el Perú de donde proviene
el número más alto de tuits, nos damos cuenta de que son principal
mente los distritos limeños de Miraflores, San Borja, Lince, M agdalena
y el cercado de Lima — y casi todos estos distritos apoyaron a otros can
didatos en la primera ronda de elecciones— (Gestión, 2015; ONPE,
2011). Por eso, podemos plantear que los tuits negativos podrían haber
provenido principalmente de los distritos limeños que menos apoyaban
a Fujimori, aun antes de su saludo en quechua.
Sin embargo, cabe mencionar que Claudio Pizarro también ha sido
blanco de muchas críticas por parte de los peruanos, tanto en Twitter
como en otros medios. Por ejemplo, respondiendo a un artículo titu
lado «Claudio Pizarro y lo que hace cuando lo critican en Twitter»,
algunos comentaristas lo llamaron «baboso», «sinvergüenza» y «calienta
bancas», indicando que Pizarro no es siempre el personaje adorado
que se veía en los tuits analizados aquí (Perú.com, 2015c; también ver
Brañez, 2015, para un análisis de la masculinidad de Pizarro). Estas
críticas también aparecían en algunas respuestas a sus tuits en quechua,
aunque ninguna de ellas hacía una referencia directa a su uso de la len
gua. El artículo mencionado notó que Pizarro juega un papel activo en
su página de Twitter y bloquea las respuestas que no le gustan, lo cual
podría explicar la diferencia en las reacciones analizadas. Sin embargo,
estas acciones no parecen haber detenido otros comentarios.
Dado que Fujimori y Pizarro son dos figuras polémicas en la vida
pública peruana, es posible ir más allá de estas controversias y analizar las
reacciones a sus tuits bajo la lupa de las ideologías raciales y esencialistas.
En las reacciones a Fujimori vemos un lenguaje altamente racializado,
que difiere bastante del lenguaje de las respuestas a Pizarro. En primer
lugar, el posicionamiento negativo hacia Fujimori indica un racismo pro
fundo hacia los asiáticos a través de los discursos de diferencia y desvío.
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Por todo lo anterior, podemos plantear que tanto los discursos racia-
lizados hacia Fujimori, como las expresiones de orgullo y felicidad hacia
Pizarro no se desarrollan solamente debido a sus historias como personajes
reconocidos por los peruanos, sino también debido a cómo han sido
construidos étnica y racialmente por los participantes de estos dos even
tos. El intento de hablar un idioma autóctono del Perú, por parte de
Fujimori, fomentó algunos comentarios que la posicionaban como una
ou tsid er, alguien fuera del contexto de esta lengua que «aparentaba» ser
peruana. Mientras tanto, Pizarro fue construido como una parte íntima
de la población peruana, como un hablante «natural» del quechua a pesar
de solo saber un par de palabras. ¿Qué significan estas construcciones
para las ideologías de raza, etnicidad y lengua en el Perú y la Web 2.0?
Enseguida resalto las implicancias y unos pensamientos finales.
Im p l ic a n c ia s y c o n c l u s ió n
He propuesto en este capítulo que los datos de la Web 2.0 son bas
tante ricos para analizar las actitudes inéditas de ciertas poblaciones
hacia el multilingüismo y la multiculturalidad. En el ámbito del Twitter
peruano vemos que la toma de posición afectiva de los usuarios, ya sea
positiva o negativa, refleja una actitud esencialista sobre el uso de cier
tas lenguas. Es cierto que los políticos y futbolistas reconocidos siempre
recibirán reacciones negativas a sus acciones, sea en espacios virtuales o
en la «vida real». También hay que reconocer los factores de contexto,
espacio y tiempo que he mencionado previamente. Sin embargo, el
lenguaje racializado que caracteriza la posición negativa tomada hacia
el uso del quechua de Fujimori va mucho más allá de una crítica a
su política y la política de su padre. El discurso sobre el quechua de
Fujimori contiene vestigios de un racismo histórico del país, donde
el otro es a la vez diferente y restringido a operar dentro de ciertos
parámetros lingüísticos según su historia étnica. Mientras tanto, un
futbolista étnicamente más cercano a sus hinchas, tuiteando desde
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B ib l io g r a f ía
335
R a c is m o y l e n g u a je
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Raza y esencialismo lingüístico en e l Twitter peru an o / Michele Back
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R a c is m o y l e n g u a je
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P r a c t ic a s r a c ist a s en l a «d e m o c r a c ia » v ir t u a l :
CONSTRUYENDO A L «PP K A U SA » EN F a c EBOOK
Isabel Wong
Universidad de Pittsburgh
S u m il l a
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In t r o d u c c i ó n
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1. L a data
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2 . L a r a z a y e l r a c is m o e n l a c o m u n id a d v ir t u a l
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Prácticas racistas en la «dem ocracia» virtual / Isabel Wong
Vale decir que, cuando los sujetos adoptan una posición como suya,
perciben el mundo desde el punto de vista de esa posición y en el marco
de los derechos y obligaciones que se hacen relevantes dentro de esa
práctica discursiva específica. Por lo tanto, desde esta perspectiva, las
identidades raciales cobran vida a partir de una serie de posicionamien-
tos que pueden ser temporales pero también más permanentes. En este
último caso, podrían generar incluso una apariencia de sustancia, tal
como sucede con las identidades de género (Butler, 2007).
Una forma de responder a acusaciones potenciales de racismo es
el empleo de discurso derracializado (Augoustinos & Every, 2007), en el
que se eliminan todas las referencias explícitas a la raza (Bergsieker,
Leslie, Constantine & Fiske, 2012; Durheim, 2012; Whitehead, 2009).
De hecho, se ha escrito mucho sobre cómo los hablantes producen un
discurso ambivalente que expresa creencias sobre la raza, mientras que
simultáneamente se niega el racismo (Van Dijk, 1992). En este artículo,
veremos que los administradores de VD posicionan a los «anti-Humala»
como «ppkausas» explícitamente racistas pero que se posicionan a sí
mismos como democráticos que se oponen al racismo. No obstante,
notaremos que las discusiones entre los participantes de la página siguen
reproduciendo un discurso racializado implícito — o un discurso derra
cializado— donde los significados vinculados con la raza y el racismo
se negocian de forma permanente.
3 . A n á l is is
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Ejemplo 1
A
Vergüenza Democrática
Te gusta • 11 de abrí de 2011
Ejemplo 2
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Ejemplo 3
Ejemplo 4
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Ejemplo 5
Ejemplo 6
1 Sabem os que lo s que votaron por O !'anta son los d e se sp era d os que
aclam an p o r un sa lvad o r que los libere de la p o b re za pero, ustedes son
un g ru p o enorm e de m e d io cre s que q uieren que to d o se lo den g ratis y
rap id ísim o . Por que no e sfo rza rse para co n se g u ir lo que desean? En este
p aís SI hay o p ortunid a d e s, s o lo que no quieren ir a buscarl
V er más
i Vergüenza Democrática
J B Te gusta ■11 de abril de 2011
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3.2.2. La educación
La educación se asume como mecanismo de ascenso social en nuestro
país (De la Cadena, 2004) y constituye un recurso de distinción de cla
ses en el espacio simbólico (Manrique, 2013). Así, existe el prejuicio de
que quien tiene educación se ubica en los niveles más altos de la escala
social. La educación como instrucción formal ha estado históricamente
ligada al tema racial, pues no solo se suele asumir que una persona sin
instrucción formal es inferior a aquella que ha pasado por la escuela,
sino que la primera puede ser discriminada de forma legítim a (De la
Cadena, 2004). En ese sentido, el racismo clásico en su versión fenotí-
pica se desplaza a la falta de escolaridad formal para marcar diferencias
y seguir excluyendo a un sector de la población. En su trabajo en el
Cusco, De la Cadena (2004) encontró que, si bien esta ideología favo
rece el «mejoramiento» racial a través del poder correctivo y redentivo
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Ejemplo 7
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3.2.3. El fenotipo
Pese a que los participantes alineados con VD intentan no desarrollar
prácticas racistas al momento de expresarse en contra de los «ppkausas»
y emplean otros criterios de diferenciación extrabiológica, como la
edad, el nivel socioeconómico, las prácticas culturales y la educación,
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Ejemplo 8
Vergüenza Democrática
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Intervención 35
La palabra «cholo» en ese contexto la usan para referirse de manera
despectiva a los de «bajo nivel» que no votaron por su candidato, en
ese caso «cholo» sí constituye un insulto, sé que hay personas que
piensan que no es un insulto pero vamos honestamente la mitad
del tiempo la he escuchado en contextos racistas, que lindo sería
que no fuera un insulto, solo el día que la gente deje de usarla de
esa manera me lo creeré (el subrayado es mío).
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Intervención 17
Cholos felices, sí señor... cuándo se irá del Perú esa gentuza que se
cree mejor por su poca pigmentación... (el subrayado es mío).
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Intervención 14
Por eso el país esta como esta por los gamonales q existen, los
patroncitos blankitos q se creen superiores por su color, votan por
PPK xq es fashion no por sus ideas, por eso si es q salio Ollanta
primero no fue por los ignorantes sino por los ignorados, por eso
escojemos ahora entre una Venezuela y una dictadura asolapada,
gracias a los hijitos no de papi sino de daddy (xq es mas fashion).
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R e f l e x io n e s f in a l e s
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B ib l io g r a f ía
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A nexos
Anexo 1: Foto 29
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Anexo 2: Foto 37
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N e g o c ia c io n e s d e p e r u a n id a d en t o r n o
a M a g a l y S o l ie r y l a m u je r a n d in a
Eunice Cortez
Universidad de Lehigh
S u m il l a
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N egociaciones d e peru a n id a d en torno a M agaly Solier y la m ujer andina / Eunice Cortez
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1. D i s c u r s o s e i m á g e n e s d e l a m u j e r a n d i n a p e r u a n a
e n l a t e l e v is ió n , e l c in e y l a p r e n sa
En el marco del análisis discursivo, los estudios críticos del discurso reco
nocen que los actos comunicativos, orales o escritos, suman una serie de
intrincadas relaciones de índole social y cultural al puro acto lingüístico
de transmitir mensajes (Blommaert, 2005). El lenguaje también per
mite observar las dinámicas de producción, mantenimiento y cambio
de las relaciones sociales que giran en torno al poder (Fairclough, 2001).
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N egociaciones d ep eru a n id a d en torno a M agaly S oliery la m ujer andina / Eunice Cortez
La noción del lenguaje como una forma de práctica social y, por lo tanto,
parte del proceso social, realza la característica no puramente lingüística
sino también el condicionamiento social en el uso lingüístico. Esto, como
unidad de estudio, viene a entenderse como discurso. El discurso, de
este modo, es todo aquello que cohesiona el acto hablado con los códi
gos y procesos sociales que lo implican y que a la vez se nutren de este.
Siguiendo a Gee (1999), el «Discurso» con «D» mayúscula — para
evitar la interpretación general de «discurso», en la que prevalece el
enfoque lingüístico— es la práctica que integra el lenguaje con los
diferentes modos de pensar, actuar, interactuar y las estrategias de pro
ducción y apropiación simbólica en un determinado espacio/tiempo/
acto comunicativo. Desde esta perspectiva, el lenguaje en conjunción
con las acciones, interacciones, objetos y sistemas simbólicos no lin
güísticos no solo reproduce, a manera de síntoma, las afiliaciones o
exclusiones que se generan en las dinámicas de poder, dominación y
resistencia (Van Dijk, 2003), sino que también es a través del proceso
activo del lenguaje que se crean, reproducen y afianzan estas dinámicas.
Así lo afirma Gee en este apartado, «Siempre estamos en proceso de
construir y reconstruir nuestro mundo no solo a través del lenguaje,
sino del lenguaje en conjunción con acciones, en interacciones, con
sistemas simbólicos no lingüísticos [...]» (1999, p. 11)4.En el caso de la
prensa peruana limeña5, la cual se reproduce a nivel nacional a través de
la televisión de señal abierta, se pueden observar estructuras discursivas
que reproducen, a partir de reportajes, comerciales e imágenes, una
otredad andina que conlleva el mantenimiento del dominio simbólico
social de lo limeño y sus élites al resto del país. Esta condición crea
un discurso hegemónico de lo peruano y el lugar que deben ocupar
4 Traducción propia del original (Gee, 1 9 9 9 ): «We continually and actively build and
rebuild our worlds not just through language, but through language used in tandem
with actions, interactions, non-linguistic symbol systems [...]».
5 Hago esta precisión porque en el Perú, los medios de comunicación limeños tienen
el monopolio de la producción y difusión de contenidos a lo largo del país.
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6 Traducción propia del original (Van Dijk, 2 0 0 3 ): «We define social power in terms
o f control. Thus, groups have (more or less) power if they are able to (more or less)
control the acts and minds o f (members of) other groups. This ability presupposes a
power base o f privileged access to scarce social resources, such as force, money, status,
fame, knowledge, information, “culture”, or indeed various forms o f public discourse
and communication.».
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8 Tanto las maratonistas Santa Inés M elchor y Gladys Tejeda han estado en la luz
pública desde 2 0 12 , cuando participaron en los Juegos Olímpicos de Londres. A partir
de este evento que las excluye abiertamente; dado que para entonces el público espera
mayor reconocimiento de ellas, se da a conocer el potencial y cantidad de medallas
anteriores que ambas habían conseguido, pero las cuales no habían tenido repercusión
en la prensa nacional.
9 La idea de buena imagen o «tener buena presencia» es una expresión y práctica de
exclusión por la que se favorecen puestos laborales para las personas con tez clara. Esto
es especialmente cierto para las mujeres, de ahí que se puede leer cada domingo en los
diarios, en la sección de los anuncios de trabajo: «Se busca señorita de buena presencia»
(Callirgos, 19 9 3 , p. 201).
10 En Facebook, el usuario TFT compartió «Inés M e lc h o r .» (13 de julio de 20 15),
mientras que la página Orgullo peruano compartió «Gladys Tejeda, la c a m p e o n a .»
(19 de julio de 20 15).
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de cobertura para las dos. De los muchos memes que se pudieron leer
en Facebook acompañados de imágenes de Inés Melchor se encuentra
el siguiente: «Inés Melchor ganó el oro en los 10 mil metros del Suda
mericano de Atletismo hace un toque. El 18 de julio competirá en los
Panamericanos de Toronto. ¿Ya salió en la televisión?». Es a partir de
muchos comentarios como este que se observa una respuesta del público
en las redes sociales ante la falta de cobertura de la prensa, tomando de
esta manera la democratización de las imágenes en sus manos.
Del mismo modo, se compartieron en las redes sociales imágenes
de Gladys Tejeda acompañadas de mensajes celebratorios al ganar una
medalla de oro, con leyendas como «vale Oro», reproduciendo preci
samente la leyenda que la revista H ola puso para su grupo de atletas
limeños. Sin embargo, a pesar del tono celebratorio, se puede también
identificar una tendencia reduccionista y un tanto estereotipada de la
condición rural, con lo que se construye un discurso de un sujeto «que
a pesar» de las dificultades, triunfa. El «a pesar» nos alerta de que hay
una continuidad de los discursos que oponen lo urbano a lo rural y que
encierran al sujeto andino dentro de un espacio y prácticas propias de la
«cultura andina». Esto es más claro en otro meme bastante compartido
en Facebook, con un mensaje a modo de recriminación hacia los medios
que únicamente publican las hazañas de deportistas provenientes de
familias limeñas: «Gladys Tejeda, la campeona que lava su ropa a mano,
la que corre con zapatillas viejas, la que las empresas no quieren auspiciar
por racismo y clasismo imbécil, la que el estado le dice ‘no hay plata para
tí, búscatela como puedas’, la que la revista Hola no le quiere dar ni la
contraportada»11.Es así como las redes sociales se han convertido, hasta
cierto punto, en reguladoras de los discursos centralistas que favorecen
11 Palabras que el usuario de Facebook, Rodolfo Ybarra, dedicó como apoyo a Gladys
Tejeda y que se convirtieron en contenido viral, con 5 7 7 1 7 «me gusta» y 3 7 8 8 3
compartidos. Información tomada de Radio Capital: http://www.capital.com.
pe/2015-07-22-facebook-carta-dirigida-a-gladys-tejeda-enaltece-a-la-medallista-y-cri-
tica-a-nadine-heredia-noticia_819387.htm l. Fecha de consulta: 20 de febrero de 2 0 16 .
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2 . Id e n t id a d e s a n d in a s m ig r a n t e s
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13 En una entrevista que le hiciera César Hildebrandt en junio de 2 0 09. Fuente: http://
www.youtube.com/watch?v=NIUzeoMNaj8&feature=related. Fecha de consulta: 20 de
febrero de 2 0 16 .
14 Entrevista con César Hildebrandt en junio de 2009. Fuente: http://www.youtube.com/
watch?v= NIUzeoMNaj8&feature=related. Fecha de consulta: 20 de febrero de 2 0 16 .
15 Video de entrevista a la actriz sobre La teta asustada. Fuente: https://www.youtube.
com/watch?v=w65B5W6mLBw. Fecha de consulta: 20 de febrero de 2 0 16 .
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17 Uno de los muchos blogs celebratorios de este hecho es Hojas d e Vida: http://heduardo.
blogspot.com/2009/02/la-teta-rockera.html. Mientras que otro de los muchos que lo
rechazan y llamaron «aberración» al hecho de que una mujer identificada como andina
mostrara este tipo de gustos musicales es el blog de Rodolfo Ybarra, donde además se usa
la frase «cholos con la nariz respingada»: http://rodolfoybarra.blogspot.com/2009/02/
magaly-solier-esmetalera.html. Fecha de consulta: 20 de febrero de 2016.
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3 . G l o b a l iz a c ió n , t r a n s c u l t u r a c ió n y t r a n s l o c a c ió n
d e p r á c t ic a s id e n t it a r ia s
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4 . U r b a n ism o l o c a l , in d ig e n is m o g l o b a l
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B ib l io g r a f ía
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Sobre los autores
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R a c is m o y l e n g u a je
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Sobre los autores
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abril 2017 Lim a - Perú