Unidad 3
Melodía y armonía
El rincón del compositor
Pyotr Ilyich Tchaikovsky (Rusia, 1840-1893)
Nacido el 7 de mayo de 1840 en Votkinsk, en la zona de los Urales, estudió derecho en San
Petersburgo y recibió clases de música en el conservatorio de esta ciudad. Entre sus
profesores se encontraban el compositor y pianista ruso Anton Rubinstein (1828-1894) del
que Tchaikovsky recibió clases de orquestación. En 1866 fue nombrado profesor de
armonía en el Conservatorio de Moscú por el pianista y compositor Nicholas Rubinstein,
hermano de Anton. Allí el joven compositor conoció al dramaturgo Alexandr Nikoláievich
Ostrovski. De esta época también datan sus óperas Undina (1869) y Oprichnik (1872), el
Concierto para piano nº 1 en si bemol menor (1875), las sinfonías nº1 (Sueños de invierno,
1868), nº 2 (1873, más tarde revisada y titulada Pequeña Rusia) y nº 3 (Polaca, 1875) y la
obertura-fantasía Romeo y Julieta (1870; revisada en 1870 y 1880).
En un principio el primer concierto para piano fue dedicado a Nicholas Rubinstein, pero
este lo calificó como "imposible de tocar". Fuertemente dolido, Tchaikovsky hizo múltiples
cambios en la obra y esta vez se lo dedicó a Hans von Bülow, que contestó el favor tocando
el concierto en su primera gira por Estados Unidos (1875-1876). Posteriormente Rubinstein
reconoció el mérito de la composición revisada y la incluyó en su propio repertorio.
Famoso por su dramático primer movimiento y por el hábil uso de melodías tradicionales,
se ha convertido en uno de los conciertos para piano interpretados con mayor frecuencia.
En 1876 Tchaikovsky conoció a Nadiezhda von Mekk, una viuda adinerada que,
entusiasmada con la música del compositor, le adjudicó una paga anual que le permitía
dedicar todo su tiempo a la composición. Sin embargo 14 años después, creyendo estar
arruinada se vio obligada a suspender esta cantidad. A pesar de que sus ingresos eran
suficientes, nunca la perdonó por este acto que él consideró injustificado. Este periodo de
relación con madame von Mekk fue de gran fecundidad. A él pertenecen algunas obras
como las óperas Eugenio Oneguín (1878) basada en una obra de Alexander Serguéievich
Pushkin, La doncella de Orleans (1879), Mazeppa (1883) y La hechicera (1887); los ballets El
lago de los cisnes (1876) y La bella durmiente (1889); Variaciones sobre un tema rococó en la
mayor para violoncello y orquesta (1876) y el Concierto para violín en re mayor opus 35
(1878); composiciones orquestales como la Marcha eslava (1876), Francesca da Rimini
(1876), Sinfonía nº 4 en fa menor opus 36 (1877), obertura 1812 (1880), Capricho italiano
(1880), Serenata para cuerdas (1880), Sinfonía Manfredo opus 58 (1885), Sinfonía nº 5 en mi
menor opus 64 (1888), la obertura-fantasía Hamlet (1885) y diversas canciones. Mientras
tanto, en 1877, Tchaikovsky se casó con Antonina Miliukova, estudiante de música del
Conservatorio de Moscú y alumna suya que le había escrito confesándole su amor. El
matrimonio no funcionó desde el principio y se separaron al poco tiempo. Desde 1887
hasta 1891 Tchaikovski realizó varias giras por las principales ciudades de Europa y
América, en las que obtuvo grandes éxitos.
En 1890 compuso una de sus mejores óperas, La dama de picas. A principios de 1893
empezó a trabajar en la Sinfonía nº 6 opus 74 (también conocida como Patética). La primera
interpretación de la obra, bajo la dirección del compositor el 28 de octubre de 1893 en San
Petersburgo, fue recibida con indiferencia por el público. Murió nueve días después, el 6 de
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noviembre de 1893 de cólera según el parte oficial. Muchas de las composiciones de
Tchaikovsky, como El cascanueces (ballet y suite, 1891- 1892), el Concierto para piano nº 2
en sol mayor opus 44 (1880), el Cuarteto de cuerda nº 3 en mi bemol menor opus 30 (1876)
y el Trío en la menor para violín, violonchelo y piano opus 50 (1882), siguen siendo
populares entre el público. Sus obras más conocidas se caracterizan por tener pasajes muy
melódicos con movimientos que sugieren una profunda melancolía que se combinan con
otros extraídos de la música popular. Al igual que su contemporáneo, el compositor ruso
Nikolái Rimski-Kórsakov, Tchaikovsky dominaba la orquestación; en particular, sus
partituras de ballet contienen efectos sorprendentes de colorido orquestal. Sus trabajos
sinfónicos, con un gran contenido melódico, también tienen un fuerte (y a menudo no
apreciado) desarrollo temático abstracto. En sus mejores óperas, como Eugenio Oneguín y
La dama de picas, utilizó pasajes melódicos altamente sugestivos para describir de forma
concisa una situación dramática con un efecto intenso. Sus ballets, entre los que destacan
El lago de los cisnes y La bella durmiente, todavía no han sido superados en su intensidad
melódica y en su brillo instrumental. Compuestos en estrecha colaboración con el
coreógrafo Marius Petipa, representan el primer intento de utilizar música dramática para
danza después del ballet operístico del compositor alemán Christoph Willibald Gluck.
Tchaikovsky también amplió el poema sinfónico y sus trabajos en este campo, como la
obertura Romeo y Julieta y Hamlet, destacan por una evocación altamente melódica del
ambiente literario en el que se basan opinión que es también aplicable a la Sinfonía
Manfred.
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