CONVIVENCIA
CONVIVENCIA
CONVIVENCIA
VS.
NANCY ERIKA MARÍN TREJO
A SU SEÑORÍA:
Por medio del presente ocurso y con fundamento en lo establecido por los
articulo 1 y 4, demás relativos y aplicables de nuestra Carta Magna; artículos
7, 9, de la "CONVENCIÓN DE LOS DERECHOS DEL NIÑO"; 291-Bis,
291 Bis Quintum, 301 al 323, 411 al 424, demás relativos y aplicable del
Código Civil para el para el Distrito Federal; 291, 138- Ter; 441, 425, , del
Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, aplicable al caso en
concreto; VENGO A DEMANDAR de la Señora NANCY ERIKA MARÍN
TREJO LAS VISITAS Y CONVIVENCIA con mi menor hija FREYJA
ESTRADA MARÍN, persona quien puede ser emplazada en el domicilio
ubicado en, CERRADA 5 DE MAYO, NUMERO 8, COLONIA FUENTES
DE TEPEPAN, ALCALDÍA TLALPAN CIUDAD DE MEXICO C.P. 14643
de quien reclamo las siguientes:
PRETENSIONES
HECHOS
PRIMERO.- Se da el caso que desde el mes de marzo del año dos mil
dieciocho inicie una relación sentimental con la C. NANCY ERIKA MARÍN
TREJO y en junio del año pasado (2020) que supimos que estábamos
embarazados decidimos vivir juntos, estableciendo nuestro domicilio en
Federico Cantu # 2512, Fracc. Bonanza, Metepec, Estado de México.
SEGUNDO.- Asimismo el catorce de noviembre de dos mil veinte nació
nuestra menor hija FREYJA ESTRADA MARÍN, tal y como se acredita con la
copia certificada del acta de nacimiento, misma que me permito acompañar a
la presente como “ANEXO UNO“.
Conforme a los artículos 635 y 636 del Código Civil para el Estado de Puebla,
la convivencia de los menores con sus padres y con la familia de ambos,
permite el sano desarrollo de aquéllos, pues conlleva al conocimiento y trato
directo que tienen los infantes con sus ascendientes y demás parientes a fin de
lograr su cabal integración al núcleo familiar y obtener identidad plena al
grupo social al que pertenecen. En tal virtud, el desarrollo normal de un menor
se produce en el entorno de éste y su armonía con la familia y grupo social al
que pertenece, que le permite y otorga la posibilidad en atención a sus
capacidades físicas y mentales, para su preparación a una vida independiente
en sociedad, con la percepción de respeto en razón a los derechos que les
asisten a los demás; lo cual se logra alcanzar cuando se garantizan sus
derechos a la vida, integridad física y mental, salud, identidad, familia y
fundamentalmente la convivencia con los padres, en tanto que ello no le
resulte más perjudicial que benéfico. En esos términos, el artículo 637 de la
aludida codificación categóricamente establece: "No podrán impedirse, sin
justa causa, las relaciones personales ni la convivencia entre el menor y sus
parientes, ni siquiera cuando la patria potestad o la guarda corresponda a uno
de ellos, por lo que en caso de oposición a la solicitud de cualquiera de ellos o
incumplimiento del convenio en que las partes hubieren fijado el tiempo,
modo y lugar para que los ascendientes que no tengan la guarda del menor lo
visiten y convivan con él, el Juez de lo familiar resolverá lo conducente, en
atención al interés superior del menor. ...". Por ello el tribunal contará con los
medios eficaces que considere necesarios para decretar la convivencia en el
modo y forma que beneficie a los menores y en caso de incumplimiento
parcial o total podrá decretar las medidas de apremio que concede la ley o dar
vista al Ministerio Público si del comportamiento de quien deba permitir la
convivencia se desprende algún delito; y que sólo por mandato judicial
expreso y fundado en causa justa podrá impedirse, suspenderse o perderse el
derecho de convivencia a que se refiere dicho dispositivo legal. Atento a lo
cual, el derecho de visita y convivencia con sus progenitores, debe catalogarse
como un derecho fundamental del menor porque es tendente a proteger su
interés superior, siendo éste por tanto de orden público y de interés social, y
sólo se impedirá esa convivencia con alguno de sus padres cuando se estime
razonadamente que resultaría más perjudicial que benéfico al menor. Por lo
que, ante tal situación, en aras de ese supremo derecho que tienen los niños a
ser amados y respetados, sin condición alguna, por regla general sus
progenitores deben ejercer tanto la guarda y custodia, como el derecho de
visita y convivencia, en un ambiente de comprensión y respeto para con sus
hijos, procurando en todo momento su pleno desarrollo físico y mental. Y,
concatenadamente, la autoridad judicial se encuentra obligada a que los
menores puedan gozar de ese máximo principio de convivir con ambos padres
y las familias de éstos, para lo cual debe tomar las medidas necesarias a fin de
proteger ese interés superior.
MEDIDA PROVISIONAL
Desde este momento, pido a su Señoría que de forma provisional y en su
momento definitiva, se decreté un RÉGIMEN DE CONVIVENCIA, con mi
menor hija FREYJA ESTRADA MARÍN de la siguiente manera: xxxx
PRUEBAS
DERECHO