Sentencia Constitucional 0437 - 2007
Sentencia Constitucional 0437 - 2007
Expediente: 2006-14067-29-RAC
Distrito: Chuquisaca
Magistrada Relatora: Dra. Martha Rojas Álvarez
En revisión la Resolución SCII-243/2006 de 10 de junio, cursante de fs. 235 a 237 vta., pronunciada
por la Sala Civil Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de Chuquisaca, dentro del recurso
de amparo constitucional interpuesto por Martha Sonia Caba Ovando contra María Luz Zelaya
Cuellar, Silvestre Alaca Ibarra, Fiscal de Materia, Erlinda Bustillos Fortún, Ramiro Quiroga Carreón,
Jueces Técnicos del Tribunal Segunda de Sentencia en lo Penal, Ricardo Hamel Fonseca, Cinthia
Beatriz Miranda Leytón, Regina Bellido Ríos, Jueces Ciudadanos de ese Tribunal, Oswaldo Fong
Roca y Teresa Rosquellas Fernández, Vocales de la Sala Penal de la Corte Superior del mismo
Distrito Judicial de Chuquisaca, alegando vulneración a la garantía del debido proceso y sus
derechos a la defensa y a la seguridad jurídica, previstos en los arts. 16.IV y II, 7 inc. a) de la
Constitución Política del Estado (CPE).
En el memorial del recurso presentado el 7 de junio de 2006 (fs. 46 a 53), la recurrente señala que
el fiscal de material Silvestre Alaca Ibarra, previa querella interpuesta en su contra por los delitos
de estafa y estelionato por María Luz Zelaya Cuellar, le imputó la comisión del delito de
estelionato; sin embargo, concluida la etapa preparatoria, de manera arbitraria, ilegal e
incongruente, presentó acusación pública en su contra ante el Tribunal Segundo de Sentencia en
lo Penal, por la comisión del delito de estafa, dictándose el Auto de apertura de juicio el 11 de
marzo de 2006.
En audiencia de juicio oral, conforme al art. 345 del Código de Procedimiento Penal (CPP), opuso
excepción de falta de acción, porque el juicio penal no fue legalmente promovido, al existir un
impedimento legal para proseguirlo, amparado en el art. 308 inc. 3) concordante con el art. 314
del CPP, dado que no podía ser acusada por un delito que nunca le fue imputado, pidiendo el
archivo de obrados hasta que el proceso sea legalmente promovido, previa imputación formal por
el delito de estafa, pues, conforme lo ha sostenido la SC 0972/2002-R, la imputación es un
presupuesto del derecho de defensa y marca el límite de la investigación que se realiza en la etapa
preparatoria.
No obstante lo anotado, los miembros del Tribunal Segundo de Sentencia en lo Penal, por Auto
Interlocutorio 48/2006, rechazaron la excepción invocada, señalando que el art. 302 del CPP hace
referencia a una imputación provisional, por lo que la calificación jurídica puede ser cambiada; sin
considerar que fue investigada y procesada por más de seis meses por la presunta comisión del
delito de estelionato y no así de estafa, causándole indefensión con la acusación pública y privada,
al no haber podido recabar prueba alguna en la etapa preparatoria para desvirtuar el delito
acusado, pues sus abogados, y menos su persona, podían prever que a futuro sería acusada por el
delito de estafa.
Por la razón anotada, el Ministerio Público debió modificar la imputación formal emitida en su
contra, recalificando el tipo penal y dando a conocer esa modificación al juez de garantías
constitucionales, con la finalidad de que pueda ejercer su derecho a la defensa en forma amplia e
irrestricta, ya que si bien la calificación de la conducta es provisional, nunca ha de entenderse que
sea discrecional y arbitraria, ya que no se puede acusar por un delito que no le fue imputado
previamente, vulnerando los principios de legalidad y probidad que rigen al Ministerio Público. En
ese sentido, las SSCC 1756/2003-R y 0691/2004-R, han señalado es posible la ampliación o
modificación de la imputación hasta antes de la acusación.
Los Vocales señalaron, además, que la propia imputada sabía desde el inicio de la investigación
que el hecho investigado también estaba referido al delito de estafa, cuando en su declaración
informativa de 29 de junio de 2005 se consigna que fue acusada por el delito de estafa; empero,
no toman en cuenta que el proceso penal no se inicia con la denuncia o declaración del imputado,
sino con la imputación formal.
No ha gozado del tiempo y los medios adecuados para preparar su defensa para el juicio por el
delito de estafa, tan es así que el Juez cautelar jamás ejerció control alguno durante la
investigación por ese delito; por ello, mediante memorial de 20 de febrero de 2005 solicitó al Juez
cautelar la extinción de la acción penal basada en el art. 134 del CPP; sin embargo, el Juez resolvió
que se debía tomar en cuenta que lo que se juzgan son hechos y no delitos. Ante la falta de
fundamentación, interpuso recurso de reposición, resuelto por decreto de 7 de marzo de 2006 por
el que señaló que la circunstancia de que la acusación esté referida a los delitos imputados o a
otros, es un aspecto que debía ser analizado en juicio oral.
Tanto el Tribunal a quo como los Vocales, al no reparar las lesiones de los derechos y garantías
constitucionales denunciados, incurrieron en defecto absoluto sancionado por el art. 169 inc. 3)
del CPP, pues debió haberse dispuesto el archivo de obrados hasta que el proceso penal fuera
legalmente promovido, es decir previa imputación formal por el delito acusado, y si ya existía
imputación formal, recalificando la conducta fundadamente.
Finalmente, solicitó como medida cautelar la suspensión del juicio oral en tanto se emita la
Resolución del recurso interpuesto “dado que el juicio suprime los derechos y garantías
constitucionales denunciados”.
La recurrente alega vulneración a la garantía del debido proceso y sus derechos a la defensa y a la
seguridad jurídica, previstos en los arts. 16.IV y II, 7 inc. a) de la CPE.
El recurso de amparo constitucional es planteado contra María Luz Zelaya Cuellar, Silvestre Alaca
Ibarra, Fiscal de Materia, Erlinda Bustillos Fortún, Ramiro Quiroga Carreón, Jueces Técnicos del
Tribunal Segunda de Sentencia en lo Penal, Ricardo Hamel Fonseca, Cinthia Beatriz Miranda
Leytón, Regina Bellido Ríos, Jueces ciudadanos de ese Tribunal, Oswaldo Fong Roca y Teresa
Rosquellas Fernández, vocales de la Sala Penal de la Corte Superior del Distrito Judicial de
Chuquisaca, solicitando sea declarado “procedente”, y se deje sin efecto el Auto de Vista N°
107/2006 emitido por los Vocales correcurridos, el Auto Interlocutorio 48/2006 y el Auto de
apertura de Juicio de 11 de marzo de 2006, emitidos por los Jueces del Tribunal de Sentencia
Segundo en lo Penal, la Resolución acusatoria de 12 de enero de 2006, emitida por el fiscal de
Materia Silvestre Alaca, y los actuados realizados por su efecto, disponiendo que el proceso penal
sea legalmente promovido previa imputación formal por el delito de estafa acusado, sea con
conocimiento del juez cautelar y del imputado.
Instalada la audiencia pública el 10 de junio de 2006, a horas 10:00, en ausencia de los Vocales y
del Fiscal de materia correcurridos, así como del representante del Ministerio Público, conforme
consta en el acta de fs. 233 a 234, se produjeron los siguientes actuados:
El correcurrido, Silvestre Alaca Ibarra, Fiscal de Materia, por informe cursante de fs. 93 a 95,
señaló que la pretensión de llevar adelante el proceso penal contra la recurrente única y
exclusivamente estuvo orientada al cumplimiento y observación de las facultades previstas por la
Constitución, el Código de Procedimiento Penal y la Ley Orgánica del Ministerio Público, y que en
el ejercicio de su función de defensa de la sociedad ha sufrido dilaciones y maniobras
“inteligentemente rebuscadas, que dicen mal del comportamiento profesional de quienes rodean
en el asesoramiento de la demandante”.
El Ministerio Público está llevando adelante un proceso penal contra la ahora recurrente porque
mediante documento privado reconocido judicialmente en sus firmas de 5 de junio de 2000, María
Luz Zelaya Cuellar otorgó en calidad de préstamo la suma de $us6000.- (seis mil dólares
americanos) a Martha Sonia Caba Ovando, bajo la garantía de un inmueble que la deudora declaró
como suyo. Al incumplimiento de pago y vencimiento de término, la acreedora acudió a la vía
judicial civil interponiendo un proceso ejecutivo, dictándose sentencia que declaró probada la
demanda, y cuando quiso inscribir un embargo previo respecto al inmueble dado en garantía, en la
oficina de Derecho Reales se le negó la inscripción, con el argumento de que sobre el inmueble
mencionado la deudora no tenía ningún derecho propietario.
Sobre esos hechos se inició la investigación por estafa y estelionato, emitiéndose el 27 de abril de
2005 la resolución de imputación formal contra Martha Sonia Caba Ovando por la presunta
comisión del delito de estelionato, procediéndose a la notificación de la imputada mediante
edictos al desconocerse su paradero, declarándose posteriormente su rebeldía. Ante el
apersonamiento de la imputada, se dejó en suspenso la ejecución del mandamiento de
aprehensión para posibilitar el ejercicio de su derecho a la defensa en libertad, habiéndose
recibido su declaración informativa, en la que se le advirtió que se le seguía un proceso
investigativo por la presunta comisión de los delitos de estafa y estelionato.
Transcurrida la fase preparatoria, se acusó a Martha Sonia Caba Ovando por la comisión del delito
de estafa, habiéndose desarrollado el juicio en base a la acusación presentada, lográndose
Sentencia condenatoria aún no ejecutoriada, por la que se sancionó a la acusada a cumplir la pena
de tres años y dos meses por la comisión del delito de estafa.
En el desarrollo del proceso penal se han observado y respetado los derechos y garantías de las
partes, especialmente de la imputada, quien persiste en su afán temerario de dilación,
involucrando arbitrariamente y sin ninguna consideración a tan dignas autoridades como son los
operadores de justicia.
No ameritaba modificar o cambiar la imputación antes de la acusación porque los hechos o teoría
fáctica no cambiaron, y tampoco se introdujeron nuevos hechos. Ante esa inmutable sindicación
fáctica, que sirvió de base al desarrollo y sustanciación del juicio oral, fue que se rechazó la
excepción de falta de acción por no haber sido legalmente promovido el juicio.
Finalizó señalando que al haberse observado las reglas del debido proceso, respetando derechos y
garantías individuales, y cumpliendo las normas procedimentales para el ejercicio del ius puniendi
ante el hecho delictual que resquebrajó el orden legal que generó víctimas, cuyo derecho de
acceso a la justicia también debe estar garantizado, pidió disponer la improcedencia del recurso de
amparo constitucional.
Por su parte, los Jueces Técnicos y Ciudadanos del Tribunal Segundo de Sentencia en el informe
cursante a fs. 211 y vta., señalaron que el 13 de enero de 2006 se presentó acusación fiscal contra
Martha Sonia Caba Ovando de Padilla por la presunta comisión del delito de estafa, con el
argumento que el 5 de junio de 2000, María Luz Zelaya Cuellar le dio en calidad de préstamo la
suma de $us 6000.-, de los cuales le entregó $us4000.- (cuatro mil dólares estadounidenses),
garantizando la deuda con un inmueble de su propiedad, que resultó no ser suyo.
El 30 de enero de 2006, María Luz Zelaya Cuellar presentó acusación particular contra la ahora
recurrente, con los mismos fundamentos, por el delito de estafa. El 10 de marzo de 2006, Martha
Sonia Caba ofreció prueba de descargo y el 11 de marzo se dictó Auto de apertura de proceso, en
base a las acusaciones fiscal y particular por la presunta comisión del delito de estafa, señalándose
audiencia de juicio oral público y contradictorio para el 24 de abril de 2006. Durante el juicio, el
abogado de la defensa planteó excepción de falta de acción, argumentando que la imputada fue
dejada en indefensión porque ella no sabía que iba a ser juzgada por estafa, ya que la imputación
formal se la hizo por estelionato.
El fiscal señaló que la investigación fue iniciada a raíz de la querella presentada por María Luz
Zelaya por la comisión de los delitos de estafa y estelionato, habiendo sido notificada la imputada
con la querella, quien además señaló en forma expresa que el proceso penal seguido en su contra
es por la supuesta comisión de los delitos de estafa y estelionato; en consecuencia, mal puede
aducir indefensión.
La excepción fue resuelta por Auto 48/06, y en apelación, el recurso fue declarado improcedente.
El abogado de la imputada, no conforme con el resultado, planteó en forma alternativa recurso de
amparo constitucional, argumentando, que como el Auto de apertura no admite recurso de
apelación, no tuvo oportunidad de reclamar la vulneración de sus derechos, cuando bien pudo
solicitar complementación o enmienda y utilizar el recurso de apelación restringida, sin embargo,
su único propósito es suspender el desarrollo del juicio.
El abogado olvida que la imputación se basa en hechos reales y no en calificaciones jurídicas y que
en sujeción al art. 302 del CPP), la imputación debe contener la descripción de o los hechos que se
le imputan y su calificación provisional, lo que supone que puede ser cambiada. Por otra parte, la
base del juicio es la acusación fiscal y/o particular, conforme al art. 342 del CPP, y lo que ha hecho
el Tribunal ha sido sólo aplicar la ley, pues ambas acusaciones se abrieron por estafa.
En audiencia, el abogado de la correcurrida María Luz Zelaya, manifestó que el proceso penal tenía
bastante tiempo de tramitación, toda vez que a la recurrente se le había notificado hasta por
edictos, y cuando se apersonó presentó una serie de incidentes para retrasar el desarrollo del
proceso penal siendo éste [el recurso de amparo] otra más de sus dilaciones, toda vez que ante la
Sentencia dictada por el Tribunal, ella tenía los recursos de apelación restringida y luego el de
casación, pero prefirió presentar este recurso, el que debe ser improcedente al no haber agotado
las demás instancias.
I.2.3. Resolución
Concluida la audiencia, la Sala Civil Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de
Chuquisaca, por Resolución SCII-243/2006 de 10 de junio (fs. 235 a 237 vta.) denegó el recurso
interpuesto, con costas y multa. Respecto a la medida cautelar solicitada, dispuso la continuación
del proceso penal, debiendo suspenderse la ejecución de la Sentencia del proceso penal entre
tanto no se confirme en revisión la Resolución, con los siguientes fundamentos:
1.No es evidente -como afirma el recurrente- que el juicio penal se inicia con la imputación formal,
puesto que el art. 329 del CPP claramente señala que el juicio es la fase esencial que se realiza
sobre la base de la acusación, en forma contradictoria y pública. Si bien la imputación constituye
una calificación de la comisión del delito; sin embargo, el art. 302 del CPP establece en el último
parágrafo que esa calificación será provisional, porque una vez concluida la etapa preparatoria y
una vez que se tengan todos los elementos de juicio, recién se procede a una calificación precisa
del delito objeto de la acusación, de ahí el carácter provisional de la imputación.
2.Por la prueba aportada se evidencia que la querella iniciada por María Luz Zelaya Cuellar hace
referencia a la comisión de los delitos de estafa y estelionato, querella con la que fue legalmente
citada la hoy recurrente, evidenciándose que Martha Sonia Caba no estuvo en indefensión, ya que
hizo uso de todos los recursos permitidos, que conoció todas las actuaciones de dicha etapa y que
una vez efectuada la acusación, también hizo uso del recurso de apelación incidental, por lo que
no puede alegar que se hubiese atentado al derecho a la defensa o al debido proceso.
3.No existe por parte del Tribunal de Sentencia o de apelación una errónea interpretación del art.
302 del CPP que hubiese atentado contra la seguridad jurídica, ya que es la recurrente la que no
ha efectuado una revisión integral de la norma invocada; no quiere o no comprende que la
imputación tiene un carácter provisional, ya que lo que se juzga no es el delito sino los hecho en
íntima relación con la naturaleza del bien protegido y la calificación del delito de cuya comisión se
acusará en la etapa esencial del juicio donde ciertamente se desarrolla la defensa técnica y
material de la imputada como es el caso de autos.
Por decreto de 29 de mayo de 2007 se suspendió el cómputo del plazo para la dictación de la
Resolución. Habiéndose reanudado el mismo mediante providencia de 4 de junio del presente
año, en consecuencia la presente Sentencia esta dentro del plazo de ley.
II CONCLUSIONES
II.1.El 30 de abril de 2005, el fiscal de Materia Silvestre Alaca presentó imputación formal contra
Martha Sonia Caba Ovando, recurrente, por la comisión del delito de estelionato (fs. 1 a 2).
II.2.Por memorial de 26 de octubre de 2004, María Luz Zelaya Cuellar presentó querella contra
Martha Sonia Caba Ovando de Padilla por los delitos de estafa y estelionato (fs. 70 y vta.), quien
fue notificada en forma personal el “29 de julio de 2005” (fs. 71).
II.4.A fs. 217 cursa el edicto emitido por el Fiscal de Materia, Silvestre Alaca, el 30 de noviembre de
2004, por el cual se hace saber a la ahora recurrente que debe presentarse a la Fiscalía de Distrito
a objeto de prestar su declaración informativa y asumir defensa material y técnica dentro de la
investigación iniciada en su contra a querella de María Luz Zelaya Cuellar por la presunta comisión
de los delitos de estafa y estelionato; edicto que fue publicado el 1 y 7 de diciembre de 1004 (fs
218, 220).
II.5.El Juez Segundo de Instrucción en lo Penal, emitió el edicto 26/2005 el 4 de mayo, por el cual
se hizo saber a la ahora recurrente que en el proceso penal seguido por la presunta comisión de
los delitos de estafa y estelionato, se dispuso su notificación y emplazamiento mediante edictos, a
objeto de que comparezca a asumir defensa dentro del plazo de diez días bajo alternativa de ser
declarada rebelde; edicto que fue publicado el 7 y 13 de mayo de 2005 (fs. 221 a 222).
II.6.Por memorial de 23 de julio de 2005, Martha Sonia Caba de Padilla se apersonó al proceso
penal seguido por la presunta comisión de los delitos de estafa y estelionato, pidiendo día y hora
para que preste su declaración (fs. 226).
II.7.El 29 de julio de 2005 se tomó la declaración informativa a la ahora recurrente por la “presunta
comisión del delito de estafa” (sic), firmando la declaración el Fiscal de Materia, Silvestre Alaca, la
declarante y su abogado defensor (fs. 12).
II.8.El 13 de enero de 2006 el Fiscal de Materia, Silvestre Alaca, presentó acusación ante el
Tribunal Segundo de Sentencia en lo Penal, contra Martha Sonia Caba Ovando, por la presunta
comisión del delito de estafa (fs. 8 a 10).
II.9.Por memorial de 30 de enero de 2006, María Luz Zelaya Cuellar presentó acusación particular
ante el Tribunal Segundo de Sentencia en lo penal contra María Luz Zelaya Cuellar, por la presunta
comisión del delito de estafa (fs. 16 a 17).
II.10La recurrente interpuso excepción de falta de acción por no haber sido legalmente promovida
y existir impedimento legal para su prosecución, argumentando que la querella presentada fue por
los delitos de estafa y estelionato, iniciándose la investigación por esos delitos; sin embargo, la
imputación formal fue sólo por el delito de estelionato y la acusación por el delito de estafa, por lo
que al no poderse acusar sin imputación previa se ha quebrantado lo dispuesto por los arts. 302 y
72 del CPP (fs.210).
La recurrente sostiene que se vulneró la garantía del debido proceso y sus derechos a la defensa y
a la seguridad jurídica, por cuanto: 1. El Fiscal correcurrido, no obstante haberla imputado por el
delito de estelionato, la acusó por un delito distinto; 2. los Jueces recurridos rechazaron la
excepción de falta de acción interpuesta, señalando que el art. 302 del CPP hace referencia a una
calificación provisional, que puede ser cambiada posteriormente, sin considerar que fue procesada
e investigada por más de seis meses por la presunta comisión del delito de estelionato y no así de
estafa, causándole indefensión con la acusación pública y privada; 3. Los Vocales recurridos, en
apelación, declararon improcedente el recurso, incurriendo en una interpretación errónea y
restrictiva del art. 302 y en un defecto absoluto sancionado por el art. 169 inc. 3) del CPP. En
consecuencia, en revisión de la Resolución del Tribunal de amparo, corresponde establecer si
existe vulneración a estos derechos y si la Sentencia dictada se enmarca a la ley.
El recurso de amparo constitucional instituido por el art. 19 de la CPE, es un recurso que otorga
protección contra los actos ilegales y las omisiones indebidas de autoridades o particulares que
restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir derechos y garantías fundamentales de la
persona, reconocidos por la Constitución y las leyes, siempre que no hubiera otro medio o recurso
legal para la protección inmediata de esos derechos.
III.2.Sobre la impugnación de las resoluciones que rechazan las excepciones en el juicio oral
“III.2. Sobre los recursos existentes para impugnar las resoluciones que resuelven excepciones
El art. 403 inc. 1) del CPP establece que el recurso de apelación incidental procede contra las
siguientes resoluciones: 1. la que resuelve la suspensión condicional del proceso; 2. la que
resuelve una excepción; 3. la que resuelve medidas cautelares o su sustitución, 4. la que desestime
la querella en delitos de acción privada; 5. la que resuelve la objeción de la querella; 6. la que
declara la extinción de la acción penal; 7. la que conceda, revoque o rechace la libertad
condicional; 8. la que niegue o revoque la solicitud de ampliación de la etapa preparatoria en
delitos relacionadas con organizaciones criminales; 9. la que admita o niegue la suspensión o
extinción de la pena; 10. la que resuelva la reparación del daño; y 11., las demás señaladas por
este Código.
Por su parte, el art. 396 del CPP establece las reglas generales para los recursos, señalando en el
primer numeral que éstos tienen efecto suspensivo, salvo disposición contraria.
Con el objetivo de precisar si el recurso de apelación incidental es aplicable en todos los casos en
que se resuelven excepciones, y si el mismo tiene efecto suspensivo, es preciso analizar las
diferentes etapas del proceso penal, conforme a lo siguiente:
III.2.1. Etapa preparatoria
La etapa preparatoria tiene la finalidad de preparar el juicio oral y público mediante la recolección
de todos los elementos que permitan fundar la acusación del fiscal o del querellante y la defensa
del imputado (art. 277 del CPP); constituyéndose las excepciones en un medio al alcance de las
partes, fundamentalmente del imputado, para oponerse a la acción penal; las cuales pueden
presentarse, conforme se vio en el fundamento precedente, durante la etapa preparatoria,
cumpliendo el trámite previsto en los arts. 314 y 315 del CPP.
Ahora bien, de acuerdo al art. 314 del CPP, las excepciones, en la etapa preparatoria se tramitan
por la vía incidental sin interrumpir la investigación, esto debido a que la preparación del juicio
requiere de investigaciones permanentes con el objetivo de recolectar todos los elementos
probatorios pertinentes para fundar la acusación o en su caso, en virtud del principio de
objetividad, eximir de responsabilidad al imputado.
En este contexto, se concluye que la etapa preparatoria no puede ser suspendida por la
interposición de medios de impugnación, pues de hacerlo, no sólo se estaría perjudicando la
eficacia de la persecución penal pública, sino que también se estarían desprotegiendo los
derechos y garantías de las partes dentro de una investigación, particularmente de quien se
encuentra sometido a medidas cautelares; de reconocerse el efecto suspensivo del recurso de
apelación durante la etapa preparatoria, la competencia del juez cautelar, como contralor de la
investigación, también tendría que quedar en suspenso, lo cual no resulta coherente con el
sistema.
Consiguientemente, la norma contenida en el art. 314 del CPP, respecto a que la tramitación de las
excepciones en la etapa preparatoria no suspende la investigación, también tiene que ser aplicada
a los efectos de los recursos de apelación planteados contra las resoluciones que resuelven esas
excepciones; lo que significa que durante el trámite de apelación, la investigación debe continuar
su curso, teniendo el juez cautelar competencia para pronunciar las Resoluciones pertinentes
como contralor de la investigación y de los derechos y garantías de las partes, incluidas las
resoluciones sobre medida cautelares aplicadas contra los imputados; entendimiento que ha sido
expresado en la SC 0848/2006-R, de 29 de agosto.
De acuerdo al art. 329 del CPP, el juicio oral es la fase esencial del proceso. Se realiza sobre la base
de la acusación en forma contradictoria, oral, pública y continua, para la comprobación del delito y
la responsabilidad del imputado. Conforme a lo anotado, una de las características del juicio oral
es su continuidad, que implica, de acuerdo al art. 334 del CPP, que 'iniciado el juicio se realizará sin
interrupción todos los días hábiles hasta que se dicte sentencia y sólo podrá suspenderse en los
casos previstos en este Código'.
Por su parte, el art. 335 del CPP, señala que la audiencia del juicio se suspenderá únicamente
cuando:
'1. No comparezcan testigos, peritos o intérpretes cuya intervención sea indispensable; o cuando
sobreviniere la necesidad de producir prueba extraordinaria;
'2. Algún juez u otro sujeto procesal tengan un impedimento físico debidamente comprobado que
les impida continuar su actuación en el juicio, salvo que se trate del fiscal o el defensor y que ellos
puedan ser sustituidos inmediatamente;
De acuerdo a las normas glosadas, el juicio oral debe realizarse en forma ininterrumpida, salvo los
casos previstos en el art. 335 del CPP antes referidos, y los supuestos contemplados en los arts.
104 y 90 del CPP; ello en virtud al principio de continuidad que busca, fundamentalmente, que se
asegure el conocimiento inmediato, por parte del juzgador y de las partes, del conjunto de los
elementos de prueba introducidos en forma oral a la audiencia; conocimiento que puede perder
su eficacia o desaparecer por el olvido o el transcurso del tiempo si se suspende el juicio de
manera prolongada.
De donde resulta, que la resolución de las excepciones en la audiencia de juicio oral o en sentencia
es una facultad potestativa del tribunal; en ese sentido, si el Tribunal opta por la primera
alternativa, deberá definir la situación declarando probada o rechazando la excepción. En el
primer caso, es decir, cuando se declara probada la excepción, las partes pueden hacer uso de la
apelación incidental señalada en el art. 403 inc. 2) del CPP, con los efectos previstos en el art. 396
inc. 1) del mismo Código; pues, en este caso, a consecuencia de la resolución, se interrumpe el
juicio oral y público. Así, tratándose de la excepción de prejudicialidad, por disposición del art. 309
del CPP el juicio se suspende; en las excepciones de incompetencia y litispendencia, se dispone la
remisión de antecedentes al juez o autoridad llamada por ley (arts. 310 y 313 del CPP); en la
excepción de falta de acción se archivan las actuaciones (art. 312 del CPP), y en las excepciones de
extinción de la acción penal y cosa juzgada, se declara la extinción de la acción penal,
disponiéndose el archivo de obrados (art. 313 del CPP).
En el segundo caso, es decir, cuando se rechace la excepción planteada, y se causa agravio, las
partes deberán reservarse el derecho de plantear la apelación o recurrir de la decisión adoptada,
junto con la sentencia, a través de la apelación restringida, debido a las siguientes razones de
orden procesal:
1.Conforme se ha anotado precedentemente, el juicio oral debe desarrollarse sin interrupción, lo
que implica que los medios de impugnación deben ser racionalizados atendiendo a las
características de continuidad, inmediación y oralidad del juicio; características que se
desnaturalizarían si las resoluciones dentro del juicio oral fueran impugnadas en forma
sistemática, provocando serias disfunciones procesales.
Si se realizaría una lectura parcial de las normas contenidas en los arts. 403.2 y 396 del CPP,
aceptando la posibilidad de que las resoluciones que rechacen excepciones en el juicio sean
apeladas incidentalmente en efecto suspensivo, el juicio tendría que suspenderse, en muchos
casos por meses, desconociendo la previsión contenida en el art. 335 del CPP que establece en
forma categórica los casos en los que el juicio puede suspenderse, entre los que no figura la
apelación de las excepciones planteadas durante esta etapa, atentando contra el propio sistema
acusatorio oral.
Por otra parte, si se aceptara la apelación de las resoluciones que rechacen las excepciones en
efecto no suspensivo, se provocarían irregularidades en la prelación de las resoluciones, pues, en
la mayoría de los casos, las sentencias serían pronunciadas antes que las resoluciones en
apelación; situación que aconteció, por ejemplo, en la problemática resuelta en la SC 1178/2005-R
de 26 de septiembre.
Estos aspectos han sido previstos en la mayoría de los Códigos procesales de nuestro entorno que
siguen el sistema acusatorio oral. En este sentido, el Código procesal de Paraguay establece
expresamente, en el art. 452, que durante las audiencias sólo será admisible el recurso de
reposición, que será resuelto de inmediato, sin suspenderlas; añadiendo que la interposición del
recurso significará también reserva de recurrir en apelación o en casación, si el vicio señalado no
es saneado y la resolución provoca agravio al recurrente.
El Código procesal chileno, de manera enfática señala en el art. 290 que los incidentes promovidos
en el transcurso de la audiencia del juicio oral se resolverán inmediatamente por el tribunal, y que
las decisiones que recayeran sobre estos incidentes no serán susceptibles de recurso alguno.
A mayor abundamiento, se debe señalar que el Código Procesal Penal Modelo para Iberoamérica,
del cual es tributario nuestro Código procesal penal, expresa en el art. 337 que 'Las resoluciones
emitidas durante el trámite del juicio podrán ser recurridas por los intervinientes tan sólo
mediante su reposición. En el debate, se interpondrán oralmente y se tramitarán y resolverán
inmediatamente, sin suspenderlo, en lo posible. La reposición durante el juicio equivale a la
protesta de recurrir en casación, para el caso de que el tribunal no decida la cuestión de
conformidad con el recurso interpuesto'.
2.La racionalización de los medios de impugnación, significa también que sólo deben ser
recurribles aquellas resoluciones que causen agravio, conforme a la norma general contenida en el
párrafo segundo del art. 167 del CPP, que determina: 'En los casos y formas previstos en este
Código, las partes sólo podrán impugnar, con fundamento en el defecto, las decisiones judiciales u
omisiones de procedimiento que les causarán agravio'.
El requisito del agravio, denominado por la doctrina procesal como interés, gravamen o
personalidad del agravio, es uno de los elementos de la impugnabilidad subjetiva -junto al
reconocimiento que hace la ley a las partes para que pueden interponer el recurso-, que conforma
el conjunto de requisitos establecidos por la ley a los sujetos procesales, legitimándolos para
recurrir.
El agravio significa que las partes sólo pueden impugnar aquellas decisiones que les resulten
desfavorables, requiriéndose que la decisión cause un perjuicio efectivo y objetivo; perjuicio que
será medido comparando la situación del recurrente antes y después de la decisión; esto con la
finalidad de evitar la proliferación de impugnaciones y la sobrecarga procesal de los tribunales de
apelación.
Conforme a lo anotado, la decisión que rechace las excepciones en el juicio oral no causan un
perjuicio efectivo y objetivo a las partes, debido a que su situación jurídica, con el rechazo de la
excepción, no se vería modificada, al mantenerse las condiciones que se tenían antes de emitirse
la resolución; toda vez que será la sentencia la que en definitiva resuelva la situación jurídica de las
partes dentro del proceso y, a partir de ella, se determinará la conveniencia, por la existencia del
agravio, de impugnar las decisiones relativas a las excepciones planteadas. De ahí que será el
tribunal del juicio, el que en definitiva, en función de lo dispuesto por el art. 345 del CPP, pueda
decidir si las cuestiones incidentales serán tratadas en un solo acto o en sentencia; pues lo que
realmente importa es que todas las decisiones sobre los incidentes, incluidas las excepciones, que
se presenten en el juicio, sean plasmadas en sentencia, conforme lo exige el art. 360 del CPP, con
relación al art. 359.
Conforme a lo brevemente referido, se constata que ante la Resolución del Tribunal de Sentencia
que rechazó la excepción planteada, la recurrente interpuso recurso de apelación incidental,
cuando, conforme se tiene anotado precedentemente, no es el recurso pertinente para impugnar
las Resoluciones que rechazan las excepciones planteadas en juicio, pues ello implicaría -como
ocurrió en el caso analizado- la suspensión del juicio y la vulneración de los principios que
sustentan el sistema acusatorio, concluyéndose que esas resoluciones pueden ser impugnadas a
través del recurso de apelación restringida, previa reserva de recurrir que debió haber efectuado
la recurrente, de acuerdo a la jurisprudencia glosada en el Fundamento III.2.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional, en virtud de la jurisdicción que ejerce, por mandato de los arts. 19.IV y
120.7ª de la CPE, 7 inc. 8) y el art. 102.V de la Ley del Tribunal Constitucional APRUEBA con los
fundamentos precedentes la Resolución SCII-243/2006 de 10 de junio, cursante de fs. 235 a 237
vta., pronunciada por la Sala Civil Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de Chuquisaca,
en consecuencia, declara IMPROCEDENTE el recurso.
No interviene el Magistrado, Dr. Wálter Raña Arana, por estar con licencia.
Fdo. Dra. Elizabeth Iñiguez de Salinas
Presidenta