Seguimos Trabajando Con Cuentos Populares Con Tres Deseos

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Seguimos trabajando con cuentos populares con tres deseos.

Clase 1: Lectura por parte del docente. Presentación del cuento.

EL HERRERO Y EL DIABLO.

La posibilidad de encontrar un ser sobrenatural o un talismán que conceda cualquier deseo que se le pida solo
existe en la literatura. Sin embargo, tan solo pensar en la situación puede llevarnos a descubrir algo acerca de
nosotros mismos.
Imaginemos un personaje deslumbrado y confundido ante el vértigo de poder pedir lo que siempre deseó y
nunca pudo tener. Pero hay un precio, tiene que dar algo a cambio…
¿Qué lector no se pondría a sí mismo en la piel de ese personaje? ¿Cuánto estaríamos dispuestos a arriesgar
para ganar otras cosas? ¿Con quiénes aceptaríamos entrar en tratos?
Hoy vamos a leer “El herrero y el diablo”, un cuento en el que el protagonista se aventura a pagar un precio muy
elevado para obtener lo que desea.

Clase 2:
Para saber más: una historia que es muchas historias
Para pensar sobre las intenciones de los personajes (intervención del docente)
¿Un golpe de suerte o un plan maestro?
El pasaje en el que Miseria pide los tres deseos a Jesús es uno de esos que nos dejan pensando. Miseria
podría haber pedido que lo liberen de cumplir su pacto con el diablo. O que le den más años para andar por
el mundo derrochando fortunas, pero en cambio pidió tres cosas que parecen descabelladas. Sin embargo,
los deseos que pidió le sirvieron para engañar al mismo Mandinga.
Algunas chicas y chicos que leyeron el cuento dijeron que Miseria había tenido suerte, que no era un hombre
que pensaba demasiado lo que hacía y que había pedido lo primero que le había venido a la cabeza sólo para
llevarle la contra a San Pedro. Otros en cambio opinaron que los deseos no eran disparatados, sino que
formaban parte de un plan que tenía Miseria para engañar al diablo y salirse con la suya sin cumplir el pacto.
¿A vos qué te parece?

Actividad:

 Escribí tu propia opinión sobre Miseria y las razones por las que pidió semejantes deseos.
 Buscamos en el texto y señalamos algunas partes que nos ayuden a apoyar nuestras opiniones
 Puesta en común de las producciones.

Clase 3: ALGO DE PAZ POR UNOS DÍAS


Para pensar sobre el personaje de Miseria (intervención del docente)
Un hombre que era pobre, pero que no era un pobre hombre.
Si alguien nos preguntara cómo es Miseria, el herrero que protagoniza el cuento, ¿cómo lo describiríamos? Su
personalidad es compleja: en algunos momentos de la historia nos parece un poco ingenuo, y en otros
bastante astuto; en unos episodios se muestra dócil y tranquilo frente a los demás personajes, pero en otros
les responde con firmeza y malhumor; a veces parece aceptar los acontecimientos tal como vienen, pero
otras se rebela frente a ellos.
Podemos ir conociendo cómo es un personaje porque el narrador enuncia en forma directa algunas de sus
características, pero también es posible descubrirlo a partir de las cosas que dice y que hace, es decir, por sus
acciones… Para entender mejor esto, te proponemos un ejemplo.
En este fragmento el narrador nos describe a Miseria como muy pobre. Pero también comprendemos, a
través de lo que dice el propio personaje, que no se conforma con su situación, que tiene una actitud
desafiante frente a ella, y que está dispuesto a hacer algo para cambiarla.

ACTIVIDADES:

 Relee los siguientes fragmentos. Fíjate cómo actúa Miseria frente a Jesús, San Pedro y
Mandinga.
 Escribí algunas características de la forma de ser de Miseria que se hacen notar en estas partes del
cuento que releíste.
Llamaron a la puerta y, cuando salió el herrero, le pidieron ayuda. Hacía años que
Miseria no arreglaba una herradura, así que revolvió entre sus antiguos trastos hasta dar con un manubrio de
bicicleta bastante oxidado. Con mucha maña, lo utilizó para fabricar una herradura con la que herró a la mula.
Terminado el trabajo, Jesús preguntó al herrero:
— ¿Qué deseas a cambio de tu favor?
— Nada ¿Qué les puedo pedir a ustedes? -respondió Miseria-. Bien se ve que son más pobres que yo.

— ¡El Cielo! ¡Pedí que tu alma vaya al Cielo! -le sopló San Pedro al oído. Pero
Miseria, a quien no le gustaba que le dijeran lo que tenía que hacer, no le hizo caso.
En cambio, se tomó su tiempo y recorrió con la mirada la humilde habitación, como buscando algo. De pronto se
le iluminaron los ojos, como si hubiera tenido una gran idea. Acto seguido, señalando una silla descalabrada,
expresó su primer deseo.

Allí se encontró con un gentío que lo estaba esperando. Esta vez el infierno completo había venido a buscarlo, con
Mandinga a la cabeza.
— Bueno Miseria, ya te divertiste bastante. Te venís para abajo conmigo, ahora mismo y sin chistar. ¡Quién te
habrás creído que sos, viejo ladino! -le gritó.
— Yo soy Miseria, el herrero del pueblo. Pero… ¿y usted, que cacarea tan alto, quién es?

 Busca otro pasaje del cuento en el que a vos te parezca que se pueden descubrir algunos aspectos de la
personalidad de Miseria. Transcribirlo.
 Explica qué características del protagonista te permite descubrir el pasaje que elegiste.

Clase 4:
Muchos nombres para uno que no debe ser nombrado

Para pensar sobre otros personajes de este cuento: los diablos


Unos diablejos poco temibles
Los diablos que aparecen en el cuento no dan miedo. A lo mejor es porque por momentos se comportan como si
fuesen seres humanos: lloran, son golosos, tienen miedo, se muestran soberbios y desafiantes…

Actividad:
 Buscar y Señalar en el texto algunas partes en que los diablos tengan comportamientos muy humanos.
 Escritura con dictado al docente (descripción de los diablos que aparecen en el cuento).

Actividad:
Ahora te toca a vos...
 Escribí tres ejemplos como estos, uniendo una calamidad mayúscula con un incidente cotidiano menor
pero fastidioso.

CLASE 6:
Reflexión sobre el lenguaje:
Otra razón por la que los diablos del cuento no nos asustan es que son puestos en situaciones bastante
absurdas, que provocan más risa que miedo.

En muchas regiones de Sudamérica, sobre todo en las zonas rurales, al diablo se le dice Mandinga. De ahí viene
la exclamación “¡cosa de Mandinga!”, que suele hacerse ante un hecho inexplicable y un tanto perturbador. El
Malo, el Maligno, el Patudo y el Tiñoso son otras palabras que la cultura popular ha creado para referirse al
mismo personaje sin nombrarlo en forma directa.
Para nombrarlo al diablo se utilizan sinónimos. Repasamos

COMPLETA EL SIGUIENTE CUADRO:


PALABRAS DEL CUENTO Sinónimo Antónimo
AMABLE
POBRE
ANCIANO
NERVIOSO

CLASE 7:
¿LO DICE O NO LO DICE?

En el lenguaje de los cuentos (y en el de todos los días a veces también) es frecuente que ciertas cosas se
digan de un modo indirecto, como si no se quisieran decir del todo, como si se dieran a entender a partir de
algunas pistas. En esos casos, entonces, es el lector el que tiene que tratar de interpretar estos “mensajes en
clave” presentes en el texto. Para colmo en muchas ocasiones las pistas parecen insuficientes, o bien
contradictorias entre sí, y entonces pueden llevar a varias interpretaciones diferentes. Parece complicado,
pero justamente ahí radica gran parte del encanto de la literatura.

Respondemos de manera oral y luego escribimos.

a) ¿Por qué Miseria queda por el pago como alma en pena?


b) ¿A quiénes se referirá el texto cuando aclara “dicen los que creen”? ¿En qué creen?
C) ¿Qué será esa sombra que vaga por el camino? ¿Será realmente una risa lo que se oye, o puede ser otra
cosa? Si es una risa, ¿de qué se reirá?
d) Escribí la interpretación que a vos te parezca, siempre que esté basada en algo que sí esté dicho en el cuento.
Clase 9: Revisión de la actividad de la clase anterior
Leemos las producciones y volvemos a escribir
Algunas pistas para tener en cuenta antes de empezar a escribir:
• Seguramente los diablos intenten justificar por qué no pudieron llevarse a Miseria.
• Podemos imaginar que fueron interrogados por Mandinga, quien debió estar muy furioso, ya que el texto dice
que “en el infierno hubo un gran descontento”.
• Puede que los diablos den su propia versión de los hechos para quedar mejor parados. Quizás inclusive
mientan.
• Para que se entienda qué diablo habla, podes ponerles nombres o llamarlos Diablo 1, Diablo 2 y Diablo 3.
• Cuando se escribe un diálogo, cada vez que se introduce la voz de un personaje, se pone al inicio una raya o
guión a manera de marca.
• Antes de que comiencen a hablar los diablos, se podría introducir la situación con un breve párrafo a cargo del
narrador contando, por ejemplo, la llegada al infierno y con quiénes se encuentran allí.
Este fragmento te sirve como modelo.

Al regresar Miseria encontró al diablo sentado en la silla descalabrada, y se echó a reír para sus adentros.
—Ya podemos ir saliendo –invitó risueño.

• Algunas pistas para que tengas en cuenta después de escribir:


Relee el diálogo que creaste y revisa cómo incluiste las voces de los personajes.
Fíjate por ejemplo:
> Si se diferencian los momentos en los que hablan los personajes de los momentos en los que el
narrador narra.
> Si usaron distintos verbos para introducir las voces de los personajes. Les damos algunas posibilidades
para que se fijen cuáles de ellas conviene incluir en sus escritos: dijo, afirmó, exclamó, preguntó, respondió,
gritó, murmuró, ordenó, propuso, aconsejó, aclaró, insistió.
> Si se diferencia en cada caso de qué personaje es la voz marcada por las rayas iniciales. Para eso, el
narrador va indicando quién habla. Puede hacerlo antes o después de que hable el personaje.
También puede hacerlo mientras habla el personaje. A continuación te mostramos ejemplos.
Fíjate en cada caso cuántas rayas se usan y dónde se colocan.
El narrador indica quién habla antes de que hable el personaje:

(…) y mandinga, a quien todavía no se le había pasado el dolor de cabeza producto de sus paseos en bolsa, ordenó
con un tremendo vozarrón: — ¡Cierren todas las puertas! ¡Que por nada del mundo entre ese viejo tramposo!

El narrador indica quién habla después de que hable el personaje:

—Faltaba más, ya mismo voy a prepararme... Los higos están a punto, por si gustan los señores mientras esperan –
dijo Miseria y se metió para adentro.

El narrador indica quién habla durante el diálogo del personaje:

—Aquí estamos, para servirlo –dijo el caballero desplegando un papel–. Hablemos de negocios

En este último caso las palabras del narrador están metidas en medio del diálogo del personaje, como si lo
interrumpieran para indicar quién está hablando. Como ves, la interrupción del narrador se señala poniéndola
entre dos rayas.
Clase 10:
Para pensar lo que las historias tienen en común
Ya sabemos que en las dos historias que leíste se piden tres deseos. Sin embargo, las historias son diferentes en
quiénes piden, qué piden y quién otorga los deseos. Además, como viste, Júpiter, en la primera, Jesús y San
Pedro, en la segunda, no piden nada a cambio de conceder los deseos, pero el diablo sí lo hace.

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