Desahucio Precario
Desahucio Precario
Desahucio Precario
22.
Comentario de la Sentencia
de 16 de septiembre de 2010
Acción de desahucio por precario,
ejercitada por los coherederos, frente a un coheredero
ocupante exclusivo de una finca de la herencia
JESÚS GÓMEZ TABOADA
Notario
Profesor de Derecho Civil
Universidad Internacional de Cataluña
820 STS de 16-09-2010. Acción de desahucio por precario, ejercitada por los coherederos,...
COMENTARIO
Las dos líneas jurisprudenciales que se han dibujado las podemos resumir
de la siguiente manera:
822 STS de 16-09-2010. Acción de desahucio por precario, ejercitada por los coherederos,...
824 STS de 16-09-2010. Acción de desahucio por precario, ejercitada por los coherederos,...
2.2. Legitimación
truncar el éxito del desahucio. Porque, como manifestó, obiter dicta, la SAP de
Las Palmas (4ª) de 19-10-07, después de negar la viabilidad del desahucio entre
coherederos, “La acción de recuperación posesoria del bien hereditario (aún no partido)
sí la podrían ejercitar los herederos (o cualquiera de ellos en beneficio de la comunidad)
frente a terceros” (F.J. 2º)
826 STS de 16-09-2010. Acción de desahucio por precario, ejercitada por los coherederos,...
sólo tiene título, sino que éste es similar o de igual categoría o calidad que el que ostentan
quienes intentan desahuciarlo” (F.J.2º).
828 STS de 16-09-2010. Acción de desahucio por precario, ejercitada por los coherederos,...
que la ejercitan lo hicieran como acto de mera conservación frente al heredero que
ocupa la vivienda.
830 STS de 16-09-2010. Acción de desahucio por precario, ejercitada por los coherederos,...
832 STS de 16-09-2010. Acción de desahucio por precario, ejercitada por los coherederos,...
to en el artículo 440 del Código Civil…” (F.J. 2º). Aunque se trata de un caso de he-
redero único, todo apunta a que si fuesen varios, se reconocería a los coherede-
ros dicha legitimación activa. Pero, al mismo tiempo, si el que posee los bienes
hereditarios es un coheredero, esta condición complicará, sin duda, el ejerci-
cio del interdicto contra él, pues goza de título para poseer.
d) Posibilidad de usucapión. Hay un razonamiento adicional que nos puede
servir de piedra de toque: la usucapión. ¿Puede el coheredero usucapir las co-
sas que integran la herencia?
Como sabemos, la usucapión, que es uno de los modos de adquirir la pro-
piedad en el Derecho español (art. 609.3 CC), tiene como requisito, además
del justo título y de la buena fe, la exigencia de “poseer las cosas…por el tiempo de-
terminado en la ley” (art. 1940 CC). Pero –importante– no toda posesión es hábil
para usucapir, pues no se admiten (“no aprovechan”) “los actos de carácter posesorio,
ejecutados en virtud de licencia o por mera tolerancia del dueño” (art. 1942 CC). Crite-
rio confirmado por el art. 444 CC, según el cual “Los actos meramente tolera-
dos…no afectan a la posesión”. Estos actos tolerados o consentidos por el dueño
(o por un mejor poseedor, como un usufructuario) encajan de lleno, como he-
mos visto, en la figura del precario. De lo que se deduce que un precarista jamás
puede usucapir, pues su tenencia no es hábil para ello.
Pues bien: el coheredero, según reiterado criterio del TS, puede adquirir
los bienes hereditarios por usucapión. Así, la STS de 4-04-1960 señala que el art.
440 del CC no es aplicable a los restantes coherederos en el caso de que uno de
ellos posea “en nombre propio los bienes de la herencia”; de manera que si esta pose-
sión es “consentida por los demás herederos durante el lapso de tiempo de treinta años,
origina la prescripción” (adquisitiva). Y añade que, en este caso, sí que prescribe la
acción para pedir la partición de la herencia, pues la imprescriptibilidad (art.
1965 CC) “sólo es aplicable cuando los herederos han poseído de consuno o en nombre de
la herencia, mas no si algún heredero los ha tenido (los bienes hereditarios) en nombre pro-
pio, como dueño exclusivo de ellos, durante el tiempo y con los demás requisitos exigidos
para adquirirlos por prescripción”
En esta misma línea, el 463-2.3 del Código Civil de Cataluña admite explíci-
tamente la usucapión sobre bienes concretos de la herencia si la posesión la
han ejercido alguno o algunos de los coherederos “en concepto de titulares exclusi-
vos”.
Conclusión: si al coheredero (integrante, pues, de una comunidad heredi-
taria) se le reconoce la facultad de usucapir es porque no posee en precario. Y si no
es un precarista, difícilmente podrá dirigirse contra el la acción de desahucio.
La contundencia de estos argumentos seguramente no pasó desapercibida
al TS al dictar la sentencia que comentamos. Por eso no deja de reconocer al co-
heredero demandado facultades posesorias. Pero, como enseguida veremos,
ello no le libra de padecer el desahucio.
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834 STS de 16-09-2010. Acción de desahucio por precario, ejercitada por los coherederos,...
Llegados a este punto tenemos que preguntarnos: si, de acuerdo con la Sen-
tencia, el demandado tiene derecho a poseer; y, por tanto, no es un precarista
¿qué es lo que fundamenta el ejercicio de la acción? La respuesta la encontramos
en la propia Sentencia: el ocupante goza, en efecto, del derecho a poseer (art.
394 CC), pues es un coheredero. Pero la posesión que lleva a cabo incurre
(F.J.2º) en un “exceso”, el que viene “determinado por el uso en exclusiva de un concreto
bien”, que es la vivienda por él ocupada. Este derecho a coposeer por parte del
ocupante, continúa el TS, “necesariamente comporta el implícito derecho a poseer en
cuestión por parte de los coherederos”. Es decir: no se niega al tenedor de la vivienda el
derecho a poseerla; pero sí a poseerla él solo. Es la misma idea que palpita en la
STS, antes citada, de 8-05-2008, la cual, como vimos, reconoce “la facultad legal de
cada heredero de servirse de las cosas comunes”. Pero, a renglón seguido, nos recuerda
que la Jurisprudencia del propio Tribunal (y cita sus Sentencias de 18-02-1987 y 7-
05-2007) “ha precisado que la utilización de la finca por uno sólo de los partícipes en la co-
munidad hereditaria, excluyendo el goce o uso de los demás, es ilegítima” (F.J. 5º). Más que
ilegítima, estaríamos ante una utilización o posesión ilegal, pues transgrede el art.
394 CC –que la propia sentencia reproduce en el mismo F.J. 5º–, dado que esa te-
nencia exclusiva de las cosas comunes impediría a los “copartícipes utilizarlas según
su derecho”, lo cual está prohibido por la norma citada.
Es decir –y esto es esencial en la admisión del desahucio por precario–: no
nos encontramos ya ante un mero tenedor o detentador que carece de derecho a
poseer la finca; no se trata de alguien “que está allí” sin pagar título ni merced por
la ocupación, la cual se apoya en la mera tolerancia del dueño. No: el coheredero
es un auténtico poseedor, pues entre las facultades que esta cualidad le confiere
se encuentra el ius possidendi. Ahora bien: esta facultad debe ejercerse de deter-
minada manera. El problema no es, pues, de titularidad, como en el precario tra-
dicional (un “okupa” carece del más mínimo derecho a estar en el inmueble que
habita). Antes bien, se trata de un problema de límites: si el coheredero (que, per
se, goza de facultades posesorias: art. 394 CC) traspasa las fronteras de su dere-
cho, será considerado como precarista, al menos a los efectos de padecer el desahucio;
lo cual, no olvidemos, es la principal consecuencia del precario, la nota común
que acota todas las situaciones que pueden ser calificadas de tal. Puesto que,
como la doctrina se ha encargado de subrayar, en un visión muy práctica del pro-
blema, los supuestos de precario se caracterizan más por sus consecuencias (la
admisión del desahucio) que por las causas de los mismos [PAZ ARES, I. (2005),
p. 971, que cita a DÍEZ PICAZO y GULLÓN; y a DE ÁNGEL].
836 STS de 16-09-2010. Acción de desahucio por precario, ejercitada por los coherederos,...
grandes rasgos, cuáles son esas líneas rojas cuya transgresión le coloca en la in-
cómoda condición de precarista.
Si integramos la escueta sentencia del Tribunal Supremo, podemos ex-
traer algunas orientaciones:
viabilidad del interdicto de adquirir a la heredera pues existía una situación po-
sesoria legal a favor de un tercero).
En este punto, es crucial distinguir antes y después de la partición. Pues ve-
rificada ésta y atribuido –si es el caso– la nuda propiedad del inmueble al de-
mandado, es obvio que no podrá poseerlo. Pero antes de la adjudicación con-
creta, no se pueden trasladar de manera automática las atribuciones del título
sucesorio a los bienes integrantes de la herencia; de manera que, por ejemplo,
el usufructuario universal (entre cuyas facultades figura la de arrendar: art. 480
CC) no podrá concertar válidamente contratos de alquiler antes de la parti-
ción…Porque, ¿quién le garantiza, por ejemplo, que algún legitimario no re-
clamará la intangibilidad cualitativa de su derecho (art. 813.2 CC) y que éste no
se materializará sobre la finca que él pretende arrendar?¿O cómo asegurarle de
que ningún heredero decida proceder a la conmutación del usufructo conyu-
gal por rentas o bienes concretos (art. 839 CC)? Son, todos ellos, supuestos de
posesión claudicante que difícilmente permiten trasladar las titularidades del
título sucesorio a los bienes concretos que integran la herencia.
b) Desde una perspectiva cuantitativa: ¿autoriza esa posesión –la del nudo
propietario de una sexta parte de la finca– a ejercerla en exclusiva? Sin duda, no.
No lo permite ni el sentido común ni la aplicación analógica (art. 4 CC) del art.
394 CC. Y, por eso, es más acertada la sentencia cuando, más adelante, se refiere
al “exceso” que supone el “uso en exclusiva de un concreto bien” (F.J.2º). Ése es el
quid de la cuestión: el exceso. Lo que no es óbice para reconocerle, también la
nudo propietario de una sexta parte, el ius possidendi…Pero antes de la parti-
ción. Después de ella, no; pues la nuda propiedad sobre bienes concretos,
como sabemos, no lleva aneja la facultad posesoria, la cual ha sido desmembra-
da a favor del usufructuario.
En definitiva: parece justo, lógico y ponderado que la nuda propiedad de
una sexta parte, siquiera antes de la partición, no sea título hábil para autorizar
una posesión exclusiva si la misma es discutida por el resto de los coherederos.
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