Cultura Wari o Huari

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“AÑO DEL BICENTENARIO DEL PERÚ: 200 AÑOS DE

INDEPENDENCIA”.

I.E.P. CORAZON DE JESUS

 ALUMNO:
MEDINA RETUERTO EITHEL

 GRADO:
5TO DE PRIMARIA

 DOCENTE:
BRUNO CARBAJAL ANIBAL

 AREA:
PERSONAL SOCIAL

 TEMA:
CULTURA HUARI

HUACHO – PERU
2021
Cultura Wari o Huari

A fines del Intermedio


Temprano, los centros
urbanos de la sierra central,
particularmente de la zona de
Ayacucho, mantenían
relaciones con otros
desarrollos como las culturas Nazca y Tiahuanaco. Pero es en el
Horizonte Medio que aparece la denominada tradición
Conchopata, que se considera el origen de la cultura Wari ó
Huari. Recién entre el año 500 y el 900 d.C. dicha cultura logra su
máximo apogeo, el cual se asocia al desarrollo y a la expansión desde su
capital, que lleva el mismo nombre.
EXPANSIÓN DE LA CULTURA WARI
Poco después de su inicio, la cultura Wari llegaron a expandirse por el sur
hasta Acarí, por la costa norte hasta el valle del Santa y por la sierra
hasta el callejón de Huaylas. Con la consolidación del imperio, logró
extenderse desde Sicuani y la región Arequipa hasta Cajamarca por la
sierra y desde Ocoña y Sihuas hasta Lambayeque por la costa.
Las evidencias reflejan una gran expansión de la cultura Wari, pero
ademas, muestran que no solo se trató de una conquista militar sino más
bien de un proceso de asimilación de estos pueblos a la
administración de la cultura Wari y a otros patrones de su cultura,
especialmente la religión y el urbanismo.

Mapa de la Cultura Wari


MEDIO AMBIENTE
La región donde se originó la cultura Wari es una zona árida, en la cual el
desarrollo de la agricultura es bastante difícil debido a lo agreste del
territorio y la escasez de agua. Por ello los habitantes de la cultura
Wari se vieron obligados a realizar trabajos para canalizar el agua y
también crear andenes con el objetivo de ampliar las zonas cultivables.
Los pastizales de las zonas altas permitieron el desarrollo de la ganadería
de camélidos.
ORGANIZACIÓN
La cultura Wari creó instituciones administrativas, ademas de guardar
una estructura jerárquica en los centros que fundaron. Contaron con
almacenes, talleres artesanales y centros habitacionales.
Todo ello dentro de una organización basada en la reciprocidad con las
poblaciones que asimilaron. Por eso el estado de la cultura
Wari organizaba fiestas y agasajos que más tarde le permitían obtener las
prestaciones de trabajo. Asimismo en tan complejo imperio, fue necesario
crear un método para la contabilidad y control. Los hallazgos
arqueológicos han demostrado que los habitantes de la cultura
Wari ya utilizaban un tipo de quipu y que desarrollaron una red de
caminos que conectaban la capital con los centros regionales.
Aspecto Económico.
Dado el carácter imperial de este Estado; su política económica se
orientó, a explotar a los pueblos colonizados.
El arqueólogo Luis Guillermo Lumbreras, refiriéndose a este aspecto
señala: «La política de los ayacuchanos parece haber estado orientada a
obtener el máximo de utilidades agropecuarias, en los valles colonizados,
tanto en la sierra como en la costa. Aprovechando la experiencia agraria
local, así como la de todos los territorios conquistados, se desarrolló un
programa hidráulico de vasto alcance, habilitando nuevas tierras en cada
valle y racionalizando la siembra y la cosecha (….) la construcción de
canales, reservorios de agua y otros servicios agrarios, fueron también
utilizados para el mantenimiento urbano, el que además fue
complementado con caminos a lo largo del Imperio”.
RELIGIÓN
La religión de la cultura Wari fue el resultado del sincretismo de
divinidades locales, especialmente de Ayacucho, Nazca y Pachacamac.
Lograron expandir el culto al Dios de las Varas (una variante local,
distinta de la versión Tiahuanaco). De acuerdo con las investigaciones,
la difusión del culto de la cultura Wari sirvió como elemento de expansión
territorial y cultural.
URBANISMO
Esta cultura introdujo nociones y patrones novedosos en la formación de
las ciudades en los Andes. La concepción centralista permitía controlar a
la población y el cumplimiento
de sus actividades. Los centros
estaban organizados en
función de un eje norte-sur y
eran construidos cerca de
caminos principales que
formaban toda una red vial.
Sin embargo, solo la elite
residía en las ciudades; la gente común acudía únicamente para cumplir
con sus tareas o participar en las ceremonias religiosas y vivían en las
zonas rurales aledañas. Entre los principales centros de la cultura
Wari encontramos, cerca de Cuzco, la capital provincial Piquillacta, que
tuvo murallas de hasta 12 metros de altura y que ocupó un área de casi
dos kilómetros cuadrados. Casos similares encontramos en Moquegua,
Cerro Baúl y en las serranías de Lima y en el callejón de Huaylas, donde
están Huaricoto y Huilcahuaín, respectivamente.
Piquillacta – Cultura Wari
LA CIUDAD DE WARI
La capital de la cultura Wari estuvo ubicada al noreste de Ayacucho. El
área urbana ocupaba entre 1000 y 1500 hectáreas. En el área central se
ubicaban grandes terrazas y recintos amurallados con edificios interiores.
A pesar de tener capacidad para entre 35 y 70 mil personas, solo tuvo
una población de entre 10 y 21 mil habitantes. Se dividió en barrios:
Checohuasi, Moraduchayoc, Capillayoc y Ushpa Coto.
CERÁMICA
Según las evidencias, la cerámica de la cultura Wari estuvo marcada por
diferentes influencias. Los investigadores, en función de la época y el
lugar en que se desarrolló y las características que presenta, han dividido
la cerámica de la cultura Wari en diversas fases o estilos, entre los que
destacan Chaquipampa, Conchopata y Robles Moqo. Los habitantes de la
cultura Wari fabricaron cerámica fina que estuvo orientada al uso de la
élite, además de servir para la difusión de las ideas religiosas. También
hicieron otra de uso domestico.
TEXTILERÍA
El arte textil de la cultura Wari alcanzó un alto grado de
desarrollo. Elaboraron tejidos teniendo como materia prima el
algodón, la lana de alpaca y de vicuña. Los tejidos que fabricaron
sirvieron tanto para la indumentaria como para los rituales funerarios. Su
especialidad fueron los tapices, en los que representaron a seres míticos
de su religión, así como motivos con serpientes, felinos y aves. Los
tejidos se caracterizaron por un gran despliegue cromático. Predominaron
el rojo, azul brillante, amarillo, dorado y el blanco. Además de los tapices,
elaboraron fajas, bolsos, los uncos o camisones sin mangas. Las
evidencias de la textilería de la cultura Wari han sido halladas en diversos
lugares del territorio peruano.
Textil de la Cultura Wari o Huari
La Caída de la Cultura Wari
Los imperios son poderosos en tanto mantienen sojuzgados a los
pueblos, pero cuando éstos se liberan aquéllos decaen.

La Cultura Wari no fue ajeno a la afirmación anterior. Los especialistas


señalan que varias de las ciudades coloniales de Wari,
llamadas cabeceras de región, fueron adquiriendo importancia política
y económica, hasta alcanzar una situación similar a la ciudad
metropolitana; fue en aquellos momentos cuando dichas colonias
empiezan a liberarse del control imperial Wari.

Este proceso se fue repitiendo sucesivamente uno tras otro, hasta llegar
al punto en que la ciudad metropolitana de Wari se convirtió en
un elefante blanco, fue entonces cuando vino su ruina. Todo esto sucedió
hacia fines del siglo XI.

Pachacámac (Lima) constituye un caso típico de cómo se dio el proceso


de liberación de las colonias de Wari.

El fin del Imperio Wari es el fin de todo un período de nuestra historia


y a la vez marca el inicio de otro nuevo llamado los Estados Regionales
en el que se desarrollaron numerosos reinos, señoríos y confederaciones,
cada uno de
ellos en forma

autónoma.

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